domingo, 7 de octubre de 2007

¿Cómo se llega a ser un chamán?

El Dr. Jaques Mabit, un médico de origen francés que dirige una comunidad terapéutica en Perú, Takiwasi, asegura que:
Los conceptos de los shamanes pueden ser experimentados por cualquiera y por lo tanto constituyen un cuerpo de conocimiento asequible al estudio científico mediante la auto-experimentación controlada.El entender las prácticas y representaciones del shamanismo pasa en forma obligatoria por un trabajo del propio cuerpo, o sea por una auto-experimentación… El verdadero shamán se inicia mediante técnicas precisas y rigurosas en las cuales se compromete totalmente, utilizando su propio cuerpo como receptor del macrocosmos y de las fuerzas que lo animan y a la vez inductor de una auto-exploración de sus bloqueos personales ligados a su historia personal, sus herencias familiares, culturales, colectivas: en suma del microcosmos del cual es portador. La enseñanza del maestro no se hace a través de las palabras, del discurso: el maestro habla muy poco y sólo controla las experiencias para evitar al aprendiz perderse en los laberintos de su inconsciente o del espacio-tiempo mítico en el cual recién se adentra su discípulo. Por lo tanto, la enseñanza es un auto-descubrimiento conseguido mediante técnicas cuya finalidad es provocar modificaciones de estados mentales que dan al alumno la capacidad de percibir directamente, sin intermediario, los aspectos de la realidad que generalmente escapan su conciencia ordinaria, cotidiana y “normal”, especialmente cuando se trata de personas como yo, que viven en un medio urbano, occidentalizado donde se han perdido los vínculos con la naturaleza.
En el primer capítulo de su libro "Chamanismo, el arte natural de curar", José María Poveda asegura que Para mayor precisión hay que distinguir entre chamán y chamanismo. Todos los actos del chamán no son necesariamente actos chamánicos.
Y sujetos no chamanes pueden utilizar o desarrollar tareas basadas en tales técnicas.
Lo nuclear al chamanismo es la capacidad de entrar a voluntad en un estado modificado de conciencia llamado estado de conciencia chamánico, con un propósito terapéutico, para buscar conocimiento, y terminado ese trance ser capaz de recordar lo que aconteció durante el mismo.

La propia enfermedad o crisis es en el chamanismo el camino para el conocimiento sanador o transformador.
Cualquier trastorno y su sanación pueden ser entendidas según cuatro momentos:

1) el de la situación previa en la que se daban los antecedentes;
2) el de la aparición y desarrollo del problema;
3) el momento de la crisis; y
4) la recuperación.

Por lo que la formación del chamán se entiende mediante el desarrollo paralelo de esos cuatro pasos:
En la fase de antecedentes pueden recogerse la aparición de experiencias inusuales o signos físicos extraños que dan singularidad a un individuo. También pueden existir períodos de reflexión solitaria. La búsqueda de respuestas en el aislamiento voluntario, ha sido una de las formas en que los seres humanos han iluminado o reencuadrado sus problemas y han mantenido una sabiduría que va más allá de lo cotidiano. Entre los indígenas de norteamerica es conocida como “vision quest”. El planteamiento y desarrollo del problema es entendido como una llamada de los “espíritus”, como una vocación especial, que constituiría la segunda fase. Estas podrían ser:
a) La llamada de alguna crisis. Es evidente que para aprender algo lo mejor es ponerse manos a la obra, practicarlo, vivirlo intensamente o sufrirlo. En este sentido una de las formas primordiales de aprender sobre un problema es haber pasado por él y haberlo superado. En el caso concreto de una crisis, haberla sobrepasado con éxito será una de las formas primarias de conocerla y saber como manejarla para convertirse en expertos, en fuentes de información sobre un proceso que les ha llevado a formas inhabituales del vivir. El contacto con el dolor y la muerte constituye un modo poderoso de exposición al conocimiento o a la necesidad de saber acerca de situaciones críticas. El chamán ha sido definido también como "el curador herido", en el sentido de que las cicatrices son señales de su transformación en el camino del conocimiento para sanar.

El psicoanalista que pasa su propio psicoanálisis antes de empezar a trabajar representa otra manifestación de esta manera de aprender. La persona que forma parte de un grupo de autoayuda, comparte sus experiencias y constituye un ejemplo de ese conocimiento de primera mano puesto al servicio de los otros.

b) La llamada chamánica familiar. El hecho de tener modelos cercanos y accesibles a los que imitar facilita cualquier proceso de aprendizaje. La transmisión familiar será otra de las formas elementales de adquisición de conocimientos. El lugar donde habitualmente trabajan los chamanes es de ordinario el lugar donde viven y donde está su familia o su grupo. Es un sistema tradicional para transmitir experiencia, sobre todo en tareas que incluyen especialización artesanal. Esta vocación familiar puede seguir una línea femenina o masculina.

c) Junto a las anteriores, deben incluirse también otro tipo de llamadas, que se atribuyen genéricamente a los “espíritus”. Son señales, con valor profundo para un individuo concreto. Muchas veces esta llamada es sentida viniendo “desde arriba”. En el mundo del chamán los cielos y las montañas representan al mundo superior, más intelectual y espiritual. Lo que hay bajo el agua o bajo la tierra representa al mundo inferior, más físico. El mundo medio entre ambos no es solamente el lugar donde se vive, sino también donde se sienten y se dan los estados ordinarios de conciencia. La llamada busca traducirse en hechos concretos capaces de modificar este mundo de lo cotidiano. Esta llamada puede percibirse a través de los sueños, de sucesos extraordinarios o en medio de problemas individuales o grupales que precisan una solución radical.

Según los grupos humanos, su evolución a lo largo del tiempo y la reflexión que en ellos se da sobre la enfermedad, el proceso de transformarse en chamán puede presentar diferencias. Estas son siempre más superficiales que profundas, y más bien cuantitativas que cualitativas.
Una llamada puede esperarse y no producirse.

Por su parte, Michael Harner también asegura que existen muchas formas de convertirse en chamán:
No es cierto, como algunos piensan, que uno deba emular a Carlos Castaneda e ir a formularle preguntas al grurú año tras año, indefinidamente. En realidad, este tipo de aprendizaje es más propio del sacerdocio tribal que del chamanismo puro o clásico.
Cuando una persona logra ponerse en contacto con los espíritus, ya no necesita ningún maestro en la realidad ordinaria, ya que los espíritus le facilitan las respuestas. Los auténticos maestros del chamán le instruyen dentro de la realidad no ordinaria. No existe ninguna autoridad superior.

Ir a la pagina siguiente

Introducción al chamanismo.

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