lunes, 14 de febrero de 2011

Dialogo a fondo con Carlos Castaneda - I

Desde la publicación de "Las enseñanzas de Don Juan", a principios de los años setenta, Carlos Castaneda se convirtió en un verdadero mito. Mucho se ha escrito acerca de la existencia de Don Juan, y se han estudiado hasta el más mínimo detalle tanto los textos como la vida personal de Castaneda, quien, por su parte, se encargó de que se sepa poco de su identidad: nunca apareció en público y mantuvo en secreto su paradero. Al escribir su primer libro era estudiante posgraduado en la Universidad de UCLA (EE.UU.), a donde acudía periódicamente. De hecho, uno de sus libros, "Relatos de Poder", constituyó su tesis doctoral. Las enseñanzas de Don Juan se encuentran en las tradiciones de la población autóctona de México y del suroeste americano. Y, sea como sea, lo cierto es que los textos de Castaneda son amenos y la enseñanza que transmiten resulta comprensible, aunque a menudo adornada con alegorías y relatos apócrifos. Todos ellos han gozado de una amplia popularidad, con un amplio espectro de lectores, y han estado en las listas de libros más vendidos.

Puso énfasis en que esta conversación fuese publicada en una revista de Sudamérica. Dice Graciela: "Lo entreviste en Los Ángeles. Fue una experiencia muy interesante, la cual compartí con tres amigos que me acompañaron. Carlos Castaneda nos refirió, con franqueza y simplicidad, sus ultimas experiencias. En mi opinión, en la entrevista se nos mostró sin mascaras ni poses. Esta conversación aclara y pone en situación algunos de los episodios que refiere en su último libro: "El Regalo del Águila". Creo que la historia de "Joe Córdoba y su señora" presenta un aspecto no popularizado de Carlos Castaneda y su grupo, que en mi opinión seria la síntesis o ultima etapa de su camino o conocimiento: ese "tocar tierra" y "ser una nada". Acabo de hacerle unas líneas para avisarle que el trabajo se publicara en Mutantia. El tenia mucho interés en que se diera a conocer en alguna publicación en español. Estoy segura de que se alegrara enormemente."
Hacía varios meses que le había escrito (dos cartas para ser más precisa) cuando Carlos Castaneda llamó por teléfono. Su llamada me tomó totalmente por sorpresa. Castaneda habló largamente, y sin que yo se lo pidiera se ofreció a darme información.
Castaneda tenía interés en encontrarse y hablar conmigo. Procuró hacerme comprender que la tarea que estaba realizando era de gran importancia. "No soy ni un gurú ni tampoco un charlatán", —insistió haciendo referencia a algunos críticos y periodistas. Castaneda es un investigador que tenía interés en hablar de los trabajos que estaba realizando en México y sobre su labor epistemológica. Según él, el hombre europeo no concibe que haya otro que piense ni que haya otra descripción de la realidad que la suya.
Estando ya en Los Angeles, Carlos Castaneda llamó por teléfono. Al no encontrarme, dejó su mensaje y las indicaciones acerca de la hora y el lugar de encuentro: "Salga de la Freeway en tal calle y doble a la derecha en tal otra. Pase luego cuatro semáforos. Allí, a la izquierda está la Iglesia de la Inmaculada; doble a la derecha y ahí encontrará el campus de UCLA. Entre en el "parking lo". Como es domingo no va a haber nadie y Ud. podrá entrar sin problemas. Generalmente hay poca gente durante los fines de semana. Entonces, a las 4 de la tarde: junto a la garita".
Esa noche y la mañana siguiente trabajé febrilmente en mis notas. Había dormido poco pero no estaba cansada. A eso de la una de la tarde, mis amigos y yo salimos rumbo al campus de UCLA. Teníamos algo más de dos horas de viaje.
Siguiendo las indicaciones de Castaneda, llegamos sin dificultad a la garita de la entrada del 'parking lot' de UCLA. Faltaban aún unos 15 minutos para las 4 de la tarde.
A las cuatro en punto, levanté la vista y los vi venir hacia el auto: mi amiga junto a un señor moreno y algo más bajo que ella. Castaneda vestía unos azules y chaqueta de cuello abierto color crema pálido. Bajé del auto y me reuní con ellos. Tras los saludos convencionales, le pregunté si me permitiría usar un magnetofón. En el coche teníamos uno por si acaso. "No, es mejor que no", contestó con un gesto de hombros, pero nos encaminamos al coche para recoger las notas, cuadernos y libros.
Cargados de libros y papeles, nos dejamos guiar por Castaneda. El conocía bien el camino. "Por ahí —decía señalando con la mano— hay unos bancos lindísimos".
Desde el principio Castaneda fijó el tono de la conversación y los temas que íbamos a tratar. Me di cuenta también de que no iba a necesitar todas esas preguntas que tan trabajosamente había preparado con antelación. Como me había anticipado por teléfono, él quería hablarnos de la tarea que estaban haciendo y de la importancia de sus investigaciones.
La conversación se llevó a cabo en español, lengua que maneja con fluidez y gran sentido del humor. Castaneda es un maestro en el arte de la conversación. Hablamos por espacio de siete horas. El tiempo pasó sin que su entusiasmo ni nuestra atención decayeran.
Toda esa tarde Castaneda procuró mantener la conversación en un nivel que no fuera intelectual. Aunque sin duda ha leído mucho y conoce las distintas corrientes de pensamiento, en ningún momento estableció comparaciones con otras tradiciones del pasado o del presente. La "Enseñanza Tolteca" nos la transmitió por medio de imágenes materiales que, precisamente por eso, impiden que se las interprete especulativamente. De este modo Castaneda no sólo fue totalmente fiel a sus maestros sino también al camino que ha elegido, no quiso contaminar su enseñanza con nada ajeno a ella.
Al poco de encontrarnos quiso saber las razones de nuestro interés en conocerlo. El ya sabía de mi posible reseña y del proyectado libro de entrevistas. Más allá de todo profesionalismo insistimos en la importancia de sus libros, que tanto habían influido en nosotros y en muchas personas. Teníamos un profundo interés por conocer la fuente de esa enseñanza.
Entretanto, habíamos llegado ya a los bancos, y a la sombra de los árboles nos sentamos.

- "Don Juan a mí me lo dio todo —comenzó diciendo—. Cuando lo encontré no tenía otro interés que la antropología, pero a partir de ese encuentro cambié. ¡Y esto que me ha pasado a mí no lo cambiaría por nada!"
Don Juan estaba presente allí con nosotros. Cada vez que Castaneda lo mencionaba o lo recordaba percibíamos su emoción. De Don Juan nos dijo que era una totalidad de exquisita intensidad capaz de darse todo en cada ahora. "Darse todo en cada momento es su principio, su regla", dijo. El que Don Juan sea así no puede ser explicado y es rara vez comprendido; "simplemente es".
En "El segundo anillo de poder", Castaneda recuerda una característica especial de Don Juan y de Don Genaro, de la que todos los demás carecen: "Ninguno de nosotros está dispuesto a prestarle al otro una atención indivisa, de la manera que Don Juan y Don Genaro lo hacían". Estas palabras apuntan a ese "ser todo" en cada instante, a esa presencia que es Don Juan. En muchas oportunidades Castaneda se ha de referir a eso de tener "un gesto", a ese acto totalmente gratuito y libre del ser.
"El segundo anillo de poder" me había dejado llena de preguntas. El libro me interesó mucho, sobre todo después de su segunda lectura, pero había escuchado comentarios desfavorables. Yo misma tenía ciertas dudas. Le dije que creía que "Viaje a Ixtlán" era el que más me había gustado sin que supiera bien por qué. Castaneda me escuchaba y contestó mis palabras con un gesto que parecía decir: "Y yo, ¿qué tengo que ver con el gusto de todos ellos?" Yo seguía hablando, buscando razones y explicaciones. "Tal vez esa preferencia se deba a que en "Viaje a Ixtlán" se percibe mucho amor", dije. Castaneda frunció el ceño. La palabra amor no le gustó. Es posible que el término tenga para él connotaciones de amor romántico, sentimentalismo o debilidad. Tratando de explicarme, insistí en que la última escena de "Viaje a Ixtlán" está preñada de intensidad. Ahí Castaneda asintió. Sí, con esto último estaría de acuerdo. "Intensidad, sí —dijo—, ésa es la palabra".

Insistiendo en el mismo libro, le manifesté que algunas escenas me habían resultado definitivamente grotescas. No les encontraba justificación. Castaneda estuvo de acuerdo conmigo.
- "Sí, el comportamiento de esas mujeres es monstruoso y grotesco pero esa visión me era necesaria para poder entrar en acción", dijo. Castaneda necesitaba ese shock.
- "Sin adversario no somos nada -continuó-. El ser adversario es propio de la forma humana. La vida es guerra, es lucha. La paz es una anomalía".
Refiriéndose al pacifismo lo calificó de monstruosidad porque, según él, los hombres "somos seres de logros y de luchas".
Sin poder contenerme le dije que no podía aceptar que calificara el pacifismo de monstruosidad.
- "¿Y Gandhi, cómo ve Ud. a Gandhi, por ejemplo?"
- "¿Gandhi? —respondió— Gandhi no es un pacifista. Gandhi es uno de los más tremendos luchadores que han existido. ¡Y qué luchador!"
Comprendí entonces que Castaneda da valores muy especiales a las palabras. El pacifismo al cual él había hecho referencia no podía sino ser el pacifismo del débil, el de quien no tiene agallas suficientes como para ser y hacer otra cosa, el de quien nada hace porque no tiene objetivos ni energía en la vida; en una palabra, ese pacifismo autocomplaciente y hedonista.
Con un amplio gesto que quería incluir a toda una sociedad ya sin valores, voluntad y energía, replicó:
- "Todos drogados... Sí, ¡hedonistas!"
Castaneda no aclaró estos conceptos, ni nosotros se lo pedimos. Yo tenía entendido que parte de la ascesis del guerrero era liberarse de la forma humana pero los inusitados comentarios de Castaneda me habían llenado de confusión. Poco a poco, sin embargo, me fui dando cuenta de que eso de ser "seres de logros y de luchas" es un primer nivel de la relación. Esa es la materia prima de donde se parte. Don Juan, en los libros, se refiere siempre al buen tonal de una persona. Ahí comienza el aprendizaje y se pasa a otro nivel. - "No se puede pasar al otro lado sin perder la forma humana" —dijo Castaneda.

Insistiendo sobre otros aspectos de su libro que no me habían quedado claros, le pregunté acerca de los huecos que le quedan a las personas por el simple hecho de haberse reproducido.
- "Sí —dijo Castaneda—. Hay diferencias entre las personas que han tenido hijos y las que no. Para pasar de puntillas frente al águila hay que estar entero. Una persona con huecos no pasa".
La metáfora del águila nos la explicaría más adelante. Por el momento pasó casi inadvertida ya que el foco de nuestra atención estaba en otro tema.
- "¿Cómo explica Ud. la actitud de doña Soledad con Pablito así como la de la Gorda con sus hijas?", quise saber con insistencia. Eso de quitarles a los hijos ese filo que al nacer ellos nos toman era, en gran medida, algo inconcebible para mí.
Castaneda convino en que aún no tiene bien sistematizado todo eso. Insistió, sin embargo, en las diferencias que existen entre las personas que se han reproducido y las que no.
- "Don Genaro es ¡loquito!, ¡loquito! Don Juan, en cambio, es un loco serio. Don Juan va despacio pero llega lejos. Al final, los dos llegan... Yo, como Don Juan tengo huecos; es decir, tengo que seguir su camino. Los Genaros, en cambio, tienen otro modelo. Los Genaros, por ejemplo, tienen un filo especial que nosotros no tenemos. Son más nerviosos y de marcha rápida... Son muy livianos; nada los detiene. Los que como la Gorda y yo hemos tenido hijos, tenemos otras características que compensan esa pérdida. Se es más reposado y, aunque el camino sea largo y arduo, también se llega. En general, los que han tenido hijos saben cómo cuidar a otros. No significa que las personas sin hijos no sepan hacerlo, pero es distinto... En general uno no sabe lo que hace; se es inconsciente de las acciones y después se paga. ¡Yo no supe lo que hacía! —exclamó refiriéndose a su propia vida personal. Al nacer, a mi padre y a mi madre les quité todo -dijo. ¡Quedaron todos magullados! A ellos les tuve que devolver ese filo que les había quitado. Ahora tengo que recuperar el filo que yo perdí".
Pareciera que esto de los huecos que hay que cerrar, tiene que ver con los atavismos biológicos. Quisimos saber si el tener huecos es algo irreparable.
- "No -nos respondió-. Uno se puede curar. Nada es irrevocable en la vida. Siempre es posible devolver lo que no nos pertenece y recuperar lo que es de uno".
Esta idea de la recuperación es coherente con todo un "camino de aprendizaje"; camino en el cual no basta conocer o practicar una o más técnicas sino que requiere la transformación individual y profunda del ser. Se trataría de todo un sistema coherente de vida con objetivos concretos y precisos.

Tras un silencio le pregunté si "El Segundo Anillo de Poder" había sido publicado en español. Según Castaneda una editorial española tenía todos los derechos, pero no estaba seguro de si el libro había salido o no. (El no estaba muy conforme con la distribución de sus libros por la editorial de los primeros, "Fondo de Cultura Económica, de México").
"Las traducciones al español las hizo Juan Tovar, un gran amigo mío". Juan Tovar usó las notas en español que el mismo Castaneda le había facilitado; notas que algunos críticos han puesto en duda.
La traducción al portugués parece ser muy hermosa. "Sí, dijo Castaneda. Esa traducción está basada en la traducción al francés. Está muy bien hecha".
Al principio de nuestra conversación, Castaneda mencionó algo acerca de la "Enseñanza Tolteca". También en "El Segundo Anillo de Poder" se insiste en "los Toltecas" y en "ser un tolteca".
- "¿Qué significa ser un tolteca?" -le preguntamos.
Según Castaneda, la palabra tolteca constituye una unidad de significación muy amplia. Se dice de alguien que es un tolteca de la misma manera que se puede decir que es un demócrata o un filósofo. Tal como él la usa, esta palabra nada tiene que ver con su significado antropológico.
(Desde el punto de vista antropológico, la palabraTolteca hace referencia a una cultura india del centro y sur de México que ya se encontraba extinta en el momento dé la conquista y colonización de América.)
- "Tolteca es el que sabe los misterios del acecho y del sueño".
Todos ellos son toltecas. Se trata de un pequeño grupo que ha sabido mantener viva una tradición de más de 3-000 años antes de J.C.
Como yo estaba trabajando en el pensamiento místico y tenía particular interés en establecer la fuente y el lugar de origen de las distintas tradiciones, insistí:
- "¿Cree Ud. entonces que la tradición Tolteca ofrece una enseñanza que sería propia de América?"
Castaneda adujo que es posible que los pueblos de América hubieran traído algo de Asia al cruzar el estrecho de Bering, pero que hace tantos miles de años de todo eso que por el momento no hay más que teorías.
En "Relatos de Poder", Don Juan le habla a Castaneda de los brujos, de "esos hombres de conocimiento" que la conquista y colonización del hombre blanco no pudieron destruir porque ni supieron de su existencia ni notaron todo lo incomprensible de su mundo.
- "¿Quienes forman la nación Tolteca? ¿Trabajan juntos? ¿Dónde lo hacen?"
Castaneda contestó todos nuestros interrogantes. El está ahora a cargo de un grupo de jóvenes que vive en la zona de Chiapas, al sur de México. Todos se trasladaron a esa zona debido a que la señora que ahora les enseña estaba radicada allí.

"Entonces... ¿Ud. volvió?" -me sentí impelida a preguntarle al recordar la última conversación entre Castaneda y las hermanitas al final de "El Segundo Anillo de Poder".
- "¿Volvió Ud. pronto, tal como la Gorda se lo pedía?"
- "No, no volví pronto pero volví, me contestó riendo. Volví para llevar a cabo una tarea a la cual no puedo renunciar".
El grupo consta de unos 14 miembros. Si bien el núcleo básico es de 8 ó 9 personas, todos son indispensables en la tarea que se realiza. Si cada uno es suficientemente impecable, se puede ayudar a un mayor número de seres,
"Ocho es un número mágico", dijo en algún momento. También insistió en que el tolteca no se salva solo sino que se va con el núcleo básico. Los otros quedan y son indispensables para continuar y mantener viva la tradición. No es necesario que el grupo sea grande, pero cada uno de los que está envuelto en la tarea es definitivamente necesario para el todo.
- "La Gorda y yo somos los responsables por los allegados. Bueno, realmente yo soy el responsable pero ella me ayuda íntimamente en esta tarea", aclaró Castaneda.
Nos habló después de los miembros del grupo que conocíamos por sus 1ibros. Nos dijo que Don Juan era indio Yaqui, del estado de Sonora. Pablito, en cambio, era indio Mixteco, y Néstor era Mazateco (de Mazatlán, en la provincia de Sinaloa). Benigno era Zotsil (Sotzil). Recalcó varias veces que Josefina no era india sino que era mexicana y que uno de sus abuelos era de origen francés. La Gorda, como Néstor y Don Genaro, era Mazateca. "Cuando la conocí, la Gorda era una mujer inmensa, pesada y toda golpeada por la vida Ninguno de los que la conoció puede hoy imaginar que la de ahora es la misma de antes".             
Quisimos saber en qué lengua se comunicaba él con toda la gente del grupo, y cuál era la lengua que generalmente usaban entre ellos. Le recordé que en sus libros se hacen referencias a algunas lenguas indias.
- "Nos comunicamos en español porque es la lengua que todos hablamos. Además ni Josefina ni la señora Tolteca son indias. Yo sólo hablo un poquito en lengua india. Frases sueltas, como saludos y alguna que otra expresión. Lo que sé no me permite mantener una conversación".
 Aprovechando una pausa suya le preguntamos si la tarea que ellos están realizando es accesible a todos los hombres o si se trata de algo para unos pocos.
Como nuestras preguntas apuntaban a descubrir la relevancia de la "Enseñanza Tolteca" y el valor de la experiencia del grupo para el resto de la humanidad, Castaneda nos explicó que cada uno de los miembros del grupo tiene tareas específicas que cumplir, sea en la zona de Yucatán, en otras áreas de México o en otros lugares.
- "Cumpliendo tareas, uno descubre una gran cantidad de cosas que son directamente aplicables a las situaciones concretas de la vida diaria. Haciendo tareas se aprende mucho. Los Genaros, por ejemplo, tienen una banda de música con la que recorren todos los lugares de la frontera. Se imaginarán Uds. que ellos ven y están en contacto con mucha gente. Siempre se tienen posibilidades de transmitir el conocimiento. Siempre se ayuda. Se ayuda con una palabra, con una pequeña insinuación... Cada uno, cumpliendo fielmente su tarea, lo hace.
Todos los seres pueden aprender. Todos tienen la posibilidad de vivir como guerreros. Cualquier persona puede emprender la tarea del guerrero. El único requisito es querer hacerlo con un deseo inconmovible; es decir, se ha de ser inconmovible en el deseo de ser libre.
El camino no es fácil. Constantemente buscamos excusas y tratamos de escapar. Es posible que la mente lo logre, pero el cuerpo lo siente todo... El cuerpo aprende rápida y fácilmente. El tolteca no puede gastar energía en tonterías, -continuó-. Yo era una de esas personas que no pueden estar sin amigos... ¡Ni al cine podía ir solo!"

Don Juan en un determinado momento le dijo que debía abandonar todo y, particularmente, separarse de todos aquellos amigos, con los cuales no tenía nada en común. Por largo tiempo resistió la idea hasta que por último lo fue envolviendo.
- "Cierta vez, volviendo a Los Ángeles, bajé del auto una cuadra antes de llegar a casa y llamé por teléfono. Por supuesto que ese día, como todos, mi casa estaba llena de gente, me atendió uno de mis amigos a quien le pedí que preparara una valija con algunas cosas y que me la trajera adonde me encontraba. También le dije que el resto de las cosas, libros, discos, etc: podían repartírselas entre ellos. Claro que mis amigos no me creyeron y tomaron todas las cosas como en préstamo", aclaró Castaneda.
Este acto de deshacerse de la biblioteca y los discos es como cortar con todo el pasado, con todo un mundo de ideas y emociones.
- "Mis amigos creyeron que yo estaba loco y se quedaron esperando que volviera de mi locura. No los vi como en doce años... sí, durante unos doce años", concluyó.
Tras esos doce años, Castaneda pudo encontrarse nuevamente con ellos. Buscó primero a uno de sus amigos quien lo puso en contacto con los demás. Planearon luego una salida en la que fueron juntos a cenar. Ese día lo pasaron muy bien. Comieron mucho y sus amigos se emborracharon.
- "Encontrarme con ellos después de todos esos años fue mi modo de agradecerles la amistad que me habían brindado antes. Ahora todos son mayores. Tienen sus familias, esposas, hijos...
Era necesario sin embargo, que yo les agradeciera. Sólo así pude terminar definitivamente con ellos y cerrar una etapa de mi vida".
Es posible que los amigos de Castaneda ni entiendan ni puedan compartir nada de lo que él está haciendo, pero el hecho de que él quisiera y pudiera agradecerles fue algo muy bonito. Castaneda no se enojó con ellos, no pretendió nada de ellos. Les agradeció sinceramente su amistad y al hacerlo, se liberó interiormente de todo ese pasado.

Hablamos entonces del amor, "del tan mentado amor ". Nos contó varias anécdotas de su abuelo italiano, "siempre tan enamoradizo", y de su padre "tan bohemio él". "¡Oh! ¡L'amore! ¡L'amore!". -repitió varias veces. Todos sus comentarios tendían a destruir las ideas que comúnmente se tienen acerca del amor.
- "A mí me costó mucho aprender, siguió. Yo era también muy enamoradizo... A Don Juan le costó trabajo hacerme entender que debía cortar con ciertas relaciones. El modo como finalmente corté con ella fue el siguiente. La invité a cenar y nos encontramos en un restaurante. Durante la cena pasó lo que siempre pasaba. Hubo una gran pelea y ella me gritó e insultó. Por último le pregunté si tenía dinero. Me respondió que sí. Aproveché para decirle que debía ir hasta el auto a buscar mi billetera o algo así. Me levanté y no volví más. Antes de dejarla quise estar seguro de que tenía suficiente dinero como para tomar un taxi y volver a casa. Desde ese entonces no la he vuelto a ver. No me van a creer Uds., pero los toltecas son muy ascéticos", insistió.
Sin poner en duda su palabra le comenté que esa idea no se desprendía de "El segundo anillo".
- "Al contrario, -recalqué-. Creo qué en su libro muchas escenas y actitudes se prestan a confusión".
- "¿Cómo cree Ud. que yo iba a decir eso claramente? -me contesto-. No podía decir que las relaciones entre ellos fueran puras porque no sólo nadie me lo hubiera creído sino que nadie me hubiera entendido".
Después de escuchar a Castaneda, quedamos convencidos que para el tolteca el sexo representa un inmenso desgaste de energías que necesita para otra tarea. Se comprende entonces su insistencia acerca de las relaciones totalmente ascéticas que mantienen los miembros del grupo.
- "Desde el punto de vista del mundo, la vida que el grupo lleva y las relaciones que mantienen es algo totalmente inaceptable e inaudito. Lo que les cuento no sería creíble. A mi me llevó mucho tiempo comprenderlo pero lo he podido finalmente comprobar".
Castaneda nos había dicho antes que cuando una persona se reproduce pierde un filo especial. Parece que ese filo es una fuerza que los hijos toman de los padres por el mero hecho de nacer. Este hueco que a la persona le queda es el que hay que llenar o recuperar. Hay que recuperar la fuerza que se ha perdido. Nos dio también a entender que la relación sexual prolongada de una pareja termina por desgastarlos. En una relación van surgiendo diferencias que hacen que progresivamente se vayan rechazando ciertas características de uno y de otro. En consecuencia, para la reproducción se elige de la otra parte aquello que a uno le gusta, pero no hay ninguna garantía de que aquello que se elige sea necesariamente lo mejor. "Desde el punto de vista de la reproducción -comentó-, lo mejor es at randum ". Castaneda se esforzó por explicarnos mejor estos conceptos, pero hubo de confesar nuevamente que son temas que él mismo no tiene aún claros.

Castaneda nos venía describiendo un grupo cuyas exigencias, para el común de las personas, eran extremas. Estábamos muy interesados en saber adónde conducía todo ese esfuerzo.
- "¿Cuál es el objetivo único del tolteca?" Queríamos saber el sentido de todo eso que Castaneda nos venía diciendo.
- "¿Cuál es el objetivo que Ud. persigue?" -insistimos llevando la pregunta a un nivel personal.
- "El objetivo es salirse del mundo vivo; salirse con todo lo que uno es pero con nada más que con lo que uno es. La cuestión es no llevarse nada ni dejar nada. Don Juan se salió enterito -¡vivito! del mundo. Don Juan no muere porque los toltecas no mueren".
(En "El segundo anillo de poder", la Gorda lo instruye a Castaneda con respecto a la dicotomía "nagual -tonal". El dominio de la segunda atención "sólo se logra después de que los guerreros barren totalmente la superficie de la mesa... esta segunda atención hace que las dos atenciones formen una unidad y que esta unidad sea la totalidad de uno mismo". En el mismo libro, la Gorda le dice a Castaneda: "Cuando los brujos aprenden a "soñar", atan sus dos atenciones y, entonces, no hay necesidad de que el centro empuje hacia afuera ...Los brujos no mueren... No quiero decir que nosotros no muramos. Nosotros somos nada; somos badulaques (tontos); no estamos ni aquí ni allá. Ellos, en cambio, tienen sus atenciones tan unidas que tal vez nunca mueran.)
Según Castaneda, la idea de que somos libres es una ilusión y un absurdo. Se esforzó por hacernos comprender que el sentido común nos engaña porque la percepción ordinaria sólo nos dice una parte de la verdad.
- "La percepción ordinaria no nos dice toda la verdad. Debe haber algo más que el mero paso por la tierra, que eso de sólo comer y reproducirnos" -dijo con vehemencia. Y con un gesto que interpretamos como aludiendo al sin sentido de todo y al inmenso tedio de la vida en su cotidiano aburrimiento, nos preguntó: - "¿Qué es todo esto que nos rodea?"
El sentido común sería ese acuerdo al que hemos llegado tras un largo proceso educativo que nos impone la percepción ordinaria como la única verdad.
- "Precisamente, el arte del brujo -dijo- consiste en llevar al aprendiz a descubrir y a destruir ese prejuicio perceptivo".
Según Castaneda, Edmundo Husserl es el primero en Occidente que concibe la posibilidad de "suspender el juicio". El método fenomenológico no niega sino que simplemente "pone entre paréntesis" aquellos elementos que sustentan nuestra percepción ordinaria.
Castaneda considera que la fenomenología le ofrece el marco teórico-metodológico más útil para comprender la enseñanza de Don Juan. Para la fenomenología el acto del conocimiento depende de la intención y no de la percepción. La percepción varía siempre según una historia; es decir, según el sujeto con saberes adquiridos e inmerso en una determinada tradición. La regla más importante del método fenomenológico es eso de "hacia las cosas mismas".
- "La tarea que Don Juan realizó conmigo -insistió- fue la de romper poco a poco los prejuicios perceptivos hasta llegar a la ruptura total".
La fenomenología suspende el juicio y se limita a la descripción de los puros actos intencionales.
- "Así, por ejemplo, el objeto casa yo lo construyo. El referente fenomenológico es mínimo. La intención es lo que transforma al referente en algo concreto y singular".



Fuentes:

Graciela N.Vico Corvalán
Revista "Esotera" Nº1

sábado, 12 de febrero de 2011

El desenredo del esqueleto

"Al final he llegado a creer en algo que yo llamo la física de la busqueda, una fuerza de la naturaleza, que se rige por la gravedad, viene a decir algo así : Si tienes valor para dejar atrás todo lo que te consuela o protege, y embarcarte en un viaje en busca de la verdad ya sea exterior o interior, y si estas dispuesto a que todo lo que te pase en ese viaje te ilumine y a que todo lo que encuentres en ese camino te enseñe algo y si estas preparado para afrontar y perdonar algunas realidades más duras de ti mismo, entonces la verdad no te sera negada."
 
El cuento de la Mujer Esqueleto contiene un "test del pretendiente". En los tests de los pretendientes los amantes tienen que poner a prueba sus legítimas intenciones y aptitudes y lo suelen hacer demostrando que tienen cojones u ovarios para enfrentarse con una suerte de poderosa y temible numinosidad, a quien aquí llamamos la naturaleza de la Vida/ Muerte/Vida, si bien otros podrían llamarla un aspecto del Yo, o el espíritu del Amor y otros la podrían llamar Dios o la Gracia, el espíritu de la energía o cualquier otro calificativo.
El pescador demuestra sus legítimas intenciones, sus aptitudes y su creciente compromiso con la Mujer Esqueleto, desenredándola del sedal. La contempla acurrucada y doblada en ángulos imposibles y ve en ella un destello de algo, aunque no sabe de qué. Había huido de ella, jadeando y sollozando. Ahora tiene intención de tocarla. Su sola existencia le conmueve el corazón. Cuando comprendamos la soledad de la naturaleza de la Vida/Muerte/Vida en el interior de la psique, ella que sin culpa alguna por su parte se ve constantemente rechazada... puede que a nosotros también nos conmueva su tormento.
Si queremos amar, por muy grandes que sean nuestro temor y nuestro recelo, estaremos dispuestos a desenredar los huesos de la naturaleza de la Muerte y a ver qué es lo que ocurre. Estaremos dispuestos a tocar lo que no es bonito y también de lo que aun no es bello en otra persona y en nosotros mismos. Detrás de este reto se oculta un sagaz test del Yo. Y está presente todavía con más claridad en los cuentos en los que lo bello se presenta como feo para poner a prueba el carácter de alguien.
En el cuento "Diamantes, rubíes y perlas", una hijastra buena pero denigrada saca agua del pozo para un acaudalado forastero y es recompensada con el don de arrojar por la boca diamantes, rubíes y perlas cada vez que habla. La madrastra ordena a sus perezosas hijas ir al mismo pozo para esperar el paso del rico forastero. Pero esta vez se presenta una forastera andrajosa. Cuando ésta pide un cacillo de agua, las hijas se niegan orgullosamente a dárselo. La forastera las recompensa con el castigo de arrojar por la boca culebras, sapos y lagartijas por siempre jamás.
En la justicia de los cuentos de hadas, al igual que en la psique profunda, la amabilidad con lo que parece inferior se recompensa con un bien y la negativa a mostrarse bueno con alguien que carece de belleza se denuesta y se castiga. Ocurre lo mismo en los grandes estados emocionales como el amor. Cuando nos estiramos e inclinamos para tocar lo que no es bello, recibimos una recompensa. Si despreciamos lo que no es bello, nos aislamos de la vida real y nos quedamos fuera, muertos de frío.
A algunos les resulta más fácil pensar en cosas sublimes y bellas y tocar todo aquello que nos trasciende positivamente, en vez de tocar, prestar ayuda y asistencia a lo que no es tan positivo. Es más fácil, tal como ilustra el cuento, apartarse de lo no bello y, encima, sentirse falsamente honrados. Éste es el problema amoroso que plantea el trato con la Mujer Esqueleto.
¿Qué es lo no bello? Lo no bello es nuestra ansia secreta de ser amados. Lo no bello es el desuso y el uso incorrecto del amor. Nuestro abandono de la lealtad y del aprecio es desagradable, nuestro sentido del aislamiento del alma es feo, nuestras verrugas psicológicas, nuestros defectos, nuestros malentendidos y nuestras fantasías infantiles son lo no bello (miedo al fracaso, temor al abandono, cobardía a arriesgarse, ...). Y además, nuestras culturas consideran no bello la naturaleza de la Vida/Muerte/Vida, que alumbra, destruye y vuelve a alumbrar.
Desenredar a la Mujer Esqueleto es comprender este error conceptual y subsanarlo. Desenredar a la Mujer Esqueleto es comprender que el amor no significa velas perennemente encendidas e incrementos constantes. Desenredar a la Mujer Esqueleto significa sentirse reconfortado más que atemorizado en la oscuridad de la regeneración. Significa un bálsamo para las viejas heridas. Significa cambiar nuestra manera de ver y de ser para poder reflejar la salud y no ya las deficiencias del alma.
Para amar tenemos que tocar a la huesuda mujer básica y no demasiado agradable, desenredando el sentido de esta naturaleza en nuestro propio beneficio, colocándole de nuevo los huesos en su sitio Y permitiendo que vuelva a vivir. No basta con tirar del inconciente para que suba a la superficie y ni siquiera es suficiente con arrastrar accidentalmente a la Mujer Esqueleto a nuestra casa. El avance del amor se detiene cuando el sujeto la teme o la desprecia durante mucho tiempo.
El hecho de desenredar el misterio de la Mujer Esqueleto empieza a romper el hechizo... es decir, el temor a consumirse y morir para siempre. Desde el punto de vista arquetípico, para desenredar algo hay que descender y seguir un laberinto hasta poder llegar al mundo subterráneo o al lugar en el que las cuestiones se nos revelan de una manera totalmente distinta. Hay que seguir algo que al principio parece un proceso complejo, pero que, en realidad, es una profunda pauta de renovación. En los cuentos de hadas, resolver el acertijo, deshacer un nudo, desatar y desenredar significa empezar a comprender algo que hasta entonces nos era desconocido, comprender sus aplicaciones y usos, convertirse en una especie de mago, en un alma sagaz.
Cuando el pescador desenreda a la Mujer Esqueleto, empieza a adquirir un conocimiento directo de las articulaciones de la Vida y la Muerte. El esqueleto es una excelente imagen representativa de la naturaleza de la Vida/Muerte/Vida. Como imagen psíquica, el esqueleto está formado por cientos de pequeños y grandes palos y nudos de extrañas formas en continua y armoniosa relación entre sí. Cuando un hueso gira, giran todos los demás aunque sea de manera imperceptible. Los ciclos de la Vida/Muerte/ Vida son exactamente igual. Cuando la Vida se mueve, los huesos de la Muerte se mueven solidariamente. Cuando la Muerte se mueve, los huesos de la Vida también empiezan a girar.
Además, cuando un huesecito se disloca o astilla, le salen espolones o sufre una subluxación, la integridad de todo el conjunto se resiente de ello. Cuando se suprime la naturaleza de la Vida/Muerte/Vida en la propia persona o en una relación, ocurre lo mismo. La propia vida avanza renqueando, se recupera, cojea y protege el movimiento. Cuando se produce un daño en estas estructuras y ciclos, siempre se registra una interrupción de la libido. Y entonces no es posible el amor. Nos quedamos bajo la superficie del agua y nos convertimos en unos simples huesos llevados por la corriente hacia delante y hacia atrás.
Desenredar esta naturaleza significa aprender sus amortiguamientos, sus hábitos y sus movimientos. Significa familiarizarse con los ciclos de la vida y la muerte, aprenderlos de memoria, comprobar que actúan todos juntos y forman un solo organismo, de la misma manera que el esqueleto es un solo organismo.
El temor no es un pretexto válido para no llevar a cabo la tarea. Todos tenemos miedo. Cuando se vive, se tiene miedo. Entre los inuit, el Cuervo es un estafador. En su faceta subdesarrollada, es una criatura llena de apetitos. Le gusta sólo el placer y trata de evitar todas las incertidumbres y los temores que éstas llevan aparejados. Es muy receloso y también muy voraz. Se asusta si algo no le parece satisfactorio a primera vista. Y se precipita sobre ello cuando le parece apetecible. Le gustan las relucientes conchas de las orejas marinas, las cuentas de plata, la incesante comida, los chismorreos y dormir caliente sobre el agujero del humo de los iglús. El aspirante a amante puede ser como el Cuervo que sólo quiere "lo seguro". Como el Cuervo, el ego teme que la pasión se acabe y trata por todos los medios de evitar el final de la comida, de la hoguera, del día y del placer. El Cuervo, como el ego, es astuto pero siempre en su propio perjuicio, pues, cuando se olvida de su alma, pierde todo su poder.
El ego teme que, si reconocemos la presencia de la naturaleza de la Vida/Muerte/Vida en nuestra existencia, no podamos volver a ser felices nunca más. ¿Acaso hemos sido siempre absolutamente felices? No. Pero el ego subdesarrollado es tan simple como un niño no socializado y, encima, no excesivamente despreocupado; es más bien como un niño que anda vigilando constantemente para llevarse la loncha más grande, la cama más mullida, el amante más guapo.
Tres cosas distinguen el vivir del alma del vivir exclusivamente del ego y son:

la capacidad de percibir y aprender nuevas maneras de hacer las cosas,
la tenacidad de recorrer un camino accidentado
y la paciencia necesaria para aprender a amar profundamente y durante mucho tiempo.

Pero el ego tiene tendencia e inclinación a evitar los aprendizajes. La paciencia no es lo suyo. Las relaciones duraderas no son el punto fuerte del Cuervo. Por consiguiente, no amamos a otra persona desde el ego perennemente cambiante sino desde el alma salvaje.
Se necesita una "paciencia salvaje", tal como dice en su poema "Integrity" Adrienne Rich, para desenredar los huesos, aprender el significado de la Dama de la Muerte y poseer la suficiente tenacidad como para permanecer con ella. Sería un error pensar que es necesario un héroe musculoso para conseguir tal cosa. No es así. Es necesario un corazón dispuesto a morir y nacer y a volver a morir y nacer una y otra vez.
El hecho de desenredar la Mujer Esqueleto revela que ésta es vieja y más antigua que el tiempo definido. Es ella, la Dama de la Muerte, la que mide la energía en comparación con la distancia, la que pesa el tiempo en comparación con la libido, la que sopesa el espíritu en comparación con la supervivencia. Medita acerca de ello, lo estudia, lo considera y después procede a infundirle una o dos chispas o una repentina llamarada de fuego salvaje o a reducir un poco su fuerza, a cubrirlo con ceniza o a apagarlo del todo. Ella sabe lo que hay que hacer. Sabe cuándo ha llegado el momento.
En este sentido, por tanto, un amante que antes era un poco inexperto en el amor adquiere mucha más habilidad mediante la observación de la Mujer Esqueleto y la clasificación de sus huesos. En cuanto una persona empieza a comprender las pautas de la Vida/Muerte/Vida, puede prever los ciclos de la relación, sabiendo que a una merma le corresponderá un incremento y a una abundancia, un desgaste.
Una persona que ha desenredado a la Mujer Esqueleto sabe lo que es la paciencia y sabe esperar. No se espanta ni se asusta ante la escasez, no se siente abrumada por el cumplimiento de sus deseos. Sus necesidades de alcanzar, de tener las cosas "enseguida", se transforman en el arte más refinado de buscar todas las facetas de la relación y observar cómo actúan los ciclos de la relación. No teme entrar en contacto con la belleza de la ferocidad, con la belleza de lo desconocido y con la belleza de lo no bello. Y, gracias al aprendizaje y el conocimiento de todas estas cosas, se convierte en la quinta esencia del amante salvaje.
¿Cómo aprende un hombre estas cosas? ¿Cómo las aprende cualquier persona? Entremos en diálogo directo con la naturaleza de la Vida/ Muerte/Vida prestando atención a esta voz interior que no es el ego. Aprendamos, haciéndole a la naturaleza Vida/Muerte/Vida preguntas directas acerca del amor y la manera de amar y prestemos atención a sus respuestas. Gracias a todas estas cosas, aprenderemos a no dejarnos engañar por la gruñona voz de la parte de atrás de nuestra mente que nos dice "Esto es un cuento chino... me lo estoy inventando todo". Aprenderemos a prestar atención a lo que oímos... a todas las cosas que nos acercan cada vez más a la aguda conciencia, al amor a la lealtad y a la clara visión del alma.
Es bueno adquirir la reflexiva y cotidiana costumbre de desenredar una y otra vez la naturaleza de la Vida/Muerte/Vida. El pescador entona una cancioncilla de una sola estrofa para facilitar la tarea del desenredo. Es una canción destinada a ayudar a la conciencia, a ayudar a desenredar la naturaleza de la Mujer Esqueleto. No sabemos lo que canta. Sólo podemos adivinarlo. Mientras desenredamos esta naturaleza, sería bueno que cantáramos algo de este tipo: ¿A qué tengo hoy que dar más muerte para generar más vida? ¿Qué me consta que debe morir, pero yo me resisto a permitir que muera? ¿Qué tiene que morir en mí para que pueda amar? ¿Qué no belleza me da miedo? ¿De qué me sirve hoy el poder de lo no bello? ¿Qué es lo que hoy tiene que morir? ¿Qué tiene que vivir? ¿A qué vida temo alumbrar? Y, si no ahora, ¿cuándo?

...Muchas veces perder el equilibrio por amor forma parte del equilibrio de la vida...
El chaman Ketut

Si entonamos la canción de la conciencia hasta sentir la quemadura de la verdad, arrojaremos una llamarada de fuego a la oscuridad de la psique y veremos lo que estamos haciendo, lo que estamos haciendo de verdad, no lo que queremos creer que estamos haciendo. Así desenredamos nuestros sentimientos y empezamos a comprender la razón por la cual el amor y la vida se tienen que vivir a través de los huesos.
Para enfrentarnos con la Mujer Esqueleto no tenemos que asumir el papel del héroe solar, no tenemos que librar una batalla ni poner en peligro nuestra vida en el desierto. Basta con que procuremos desenredarla. La capacidad de conocer la naturaleza de la Vida/Muerte/Vida aguarda a los amantes que superan el impulso de echar a correr y el deseo de sentirse seguros.
Los antiguos que buscaban el conocimiento de la vida y de la muerte lo llamaban la Perla de Gran Valor, el Tesoro Inimitable. El hecho de sostener los hilos de estos misterios y de desenredarlos confiere un profundo conocimiento del Destino y el Tiempo, un tiempo para todas las cosas y cada cosa a su debido tiempo, rodando con lo áspero y resbalando con lo suave. No hay ningún conocimiento que sea más protector, nutritivo y fortalecedor del amor que éste.
Eso es lo que aguarda al amante que se sienta al amor de la lumbre con la Mujer Esqueleto, que la contempla y se deja conmover por ella. Es lo que aguarda a todos los que tocan su no belleza y desenredan con ternura su naturaleza de la Vida/Muerte/Vida.




Fuentes:

Clarissa Pinkola Estés
"Mujeres que Corren con los Lobos"

viernes, 11 de febrero de 2011

Los hombres sabios

"Todas las religiones están en lo correcto de una forma u otra. Son correctas cuando son entendidas metafóricamente. Pero cuando se quedan estancadas en sus propias metáforas, interpretándolas como hechos, entonces estás en problemas."
Joseph Campbell

Entre los indios tradicionales de Norteamérica aparecen dos mitologías contrapuestas, según sean tribus cazadoras o plantadoras. Los que son fundamentalmente cazadores, ponen el énfasis de su vida religiosa en el ayuno individual para la obtención de visiones.
Entre las tribus plantadoras —los Hopi, Zuñi y otros indios Pueblo— la vida está organizada alrededor de las ricas y complejas ceremonias de sus dioses enmascarados. Estos ritos son complicados y toda la comunidad participa en ellos, están organizados según un calendario religioso y los dirigen sacerdotes diestros.
El contraste entre las dos visiones del mundo se hace más evidente si se compara al sacerdote y al chamán. El sacerdote es miembro de una organización religiosa reconocida en la que ocupa un papel y un cargo que ostentaron otros antes que él, mientras que el chamán es uno que, como consecuencia de una crisis psicológica personal, ha obtenido ciertos poderes propios. Los visitantes espirituales que se le presentaron en la visión nunca antes habían sido vistos por ningún otro; eran sus familiares personales y protectores. Por otra parte, los dioses enmascarados de los pueblo, los dioses del maíz y los dioses de las nubes, servidos por sociedades de sacerdotes estrictamente organizados y muy disciplinados, son los patronos bien conocidos de toda la aldea y han sido representados en las danzas ceremoniales desde tiempo inmemorial.
Los relatos que sobre el chamanismo traza Joseph Campbell en su obra sobre mitología "Las Máscaras de Dios" muestran una vez más, y con abundantes ejemplos, la coincidencia entre creencias y religiones de todo el planeta.

"En “Las Máscaras de Dios”, Joseph Campbell reúne el fruto de casi siete décadas de apasionada investigación y meditación sobre el fenómeno religioso, enfocado desde diversas perspectivas culturales y disciplinas. Es una obra que cubre desde los inicios de la especie humana hasta el segundo tercio del siglo XX, escrita con elegante sencillez, en lenguaje accesible a cualquier lector, cuya redacción llevó al autor doce años, dividida en cuatro tomos: Mitología Primitiva (Vol. I), Mitología Oriental (Vol. II), Mitología Occidental (Vol. III) y Mitología Creativa (Vol. IV).
El título alude a su idea central, de que las religiones y mitologías “son metáforas” de Dios. Cabe precisar que el término “mitología” no con lleva aquí, en absoluto, connotación peyorativa alguna. El estudio comparativo de todas las mitologías del mundo, por igual, conduce a ver la historia cultural de la humanidad como una unidad. “Porque (explica) encontramos que temas tales como el robo del fuego, el diluvio, la tierra de los muertos, el nacimiento virginal y el héroe resucitado tienen una distribución mundial; aparecen por doquier, en nuevas combinaciones, aunque son, como los cristales de uncaleidoscopio, sólo unos pocos, y siempre los mismos”. Esta es la piedra basal del pensamiento de Campbell.
Además, todas las mitologías tienen también en común el cumplir cuatro funciones básicas:

1. La primera es la función mística, que hace advertir con pavor reverencial y admiración las maravillas que son el universo y el propio sujeto que lo contempla. Abre, así, a la dimensión y a la comprensión del misterio trascendental que subyace en todas las formas que se presentan en el mundo real de cada persona.

2. La segunda es una dimensión cosmológica: busca dar razón de la naturaleza, origen y forma del universo.

3. La tercera es sociológica, en cuanto valida y fundamenta cierto orden social. En este aspecto, las mitologías varían enormemente de un lugar a otro, así como en el tiempo. Por ejemplo, algunas postulan la monogamia, otras la poligamia, y para el grueso de quienes nazcan y crezcan en uno uotro marco, ése será el orden debido, correcto y deseable de la sociedad.

4. La cuarta función de toda mitología es pedagógica, en cuanto enseña cómo vivir adecuadamente una vida humana, en cualquier circunstancia.

Las dos primeras —placer y poder— se encuentran implícitas encada persona desde su nacimiento, como urgencias psico-biológicas primarias. La necesidad de compromiso con el orden social no es innata, pero le es instilada al niño y al joven mediante la educación: idealmente, conduce a la muerte del ego infantil y al nacimiento de un ego adulto, socialmente deseable. Estos tres patrones de conducta humana suelen entrechocarse en la vida de las personas, y la correspondiente mitología debe proporcionar un marco común en el cual puedan resolverse aceptablemente los conflictos.
Pero, además, debe poder sobrepasar todos esos conflictos, y ésa es su cuarta función: responder al pavor sagrado ante el misterio del universo, apoyar a la mente en su desligamiento de los otros tres fines ya indicados y sostenerla en la vivencia que tradicionalmente se califica como mística o religiosa, pero que Campbell considera también eminentemente estética."

El mundo de los chamanes aparece especialmente en América, pero sus visiones coinciden con las descritas por los filósofos hindúes varios miles de años antes de Cristo. Según la creencia primitiva, del reino del mito procede todo el espectáculo del mundo. Y es a causa de la realidad del trance y de la impresión profunda que esta experiencia deja en la mente del chamán por lo que cree en su habilidad y poderes, aunque para una demostración popular tenga que hacer una representación externa engañosa, a menudo imitando alguna de las maravillas que sus espíritus le han mostrado en el reino mágico tras el velo.
"De Wakan-Tanka, el Gran Misterio, viene todo el poder", 
dijo un viejo jefe Sioux. Así que:
"Somos de esa sustancia
de la que están hechos los sueños, y nuestra corta vida
termina con un sueño",
escribió Shakespeare: podría haberlo hecho cualquier hindú, o cualquier chamán americano.
La afinidad chamánica con la naturaleza es más profunda y oculta que lo que pueda parecer a simple vista. Existen relatos documentados acerca de la increíble sensibilidad de las tribus en la profundidad del bosque, pero que sin embargo se quedan cortas ante el poder, la fuerza, del chamán sobre la naturaleza, tocando aquellos centros ocultos tras el velo que rompen los circuitos normales, naturales, de energía y crean transformaciones.
Castaneda no ha sido el único autor en describir determinadas experiencias internas a través de las cuales el chamán obtiene su poder (y de las que se derivan los motivos de sus ritos). Éstas también se pueden seguir examinando las autobiografías reunidas en los últimos años de los chamanes de los Buriat, Yakut, Ostyak, Vogul y Tungus del vasto cuadrángulo de Siberia —limitado al oeste por el río Yenisei, al este por el río Lena, al sur por el lago Baikal y al norte por la península de Taimyr — que ha sido desde el paleolítico una academia clásica de chamanismo, y hoy día es el más poderoso centro superviviente.
En un sentido profundo, el chamán se encuentra frente al grupo, porque para él toda la esfera de intereses y ansiedades del grupo es secundaria. Y sin embargo, puesto que ha llegado al corazón del mundo (del cual el grupo y sus campos de preocupación no son sino manifestaciones) puede ayudar a sus prójimos de forma sorprendente con su misterioso poder.
Una forma de vida que toca a su fin (o a una mutación), en este periodo de transiciones irreversibles. La promesa del futuro ya no parte de la piedad del plantador, sino de la magía del laboratorio o las "naves espaciales", donde los dioses se sentaron alguna vez...

Fuentes:
Revista "Esotera" Nº 3

jueves, 10 de febrero de 2011

El hambre espiritual

Cuando no se satisface el "anhelo espiritual", la repetición inacabable de ir al trabajo para volver a casa, para poder comer, para poder dormir, para poder seguir trabajando, para poder pagar el alquiler o la hipoteca, y así sucesivamente, parece una danza macabra y maratoniana de la que sólo es posible escapar por la muerte. Podríamos llamar a esta situación problemática "hambre espiritual".

La gente ansia vivir de una manera más espiritual, útil y alegre. Durante los últimos veinte años, lo hemos comprobado observando a los amigos, familiares y clientes que acuden a nuestra consulta y a los alumnos de la universidad.
Los niños y los integrantes de la generación X tienen miedo al futuro. La generación del boom de natalidad está alcanzando la edad madura y se cuestiona el sentido de su entorno. ("Una dieta espiritual para alimentar el Alma" se editó en 1997.) Los ancianos sienten la proximidad de la muerte. Las cargas de la vida cotidiana, en el trabajo y en casa, así como las limitaciones del materialismo, hacen que la gente de todas las edades anhele vivir de una manera edificante y estimulante cerca de una "fuerza espiritual superior", llámese Dios, Jesucristo, Buda, Alá, Yahvé, Brahma o el Gran Misterio.
Pero no es fácil llevar una vida espiritual satisfactoria y rica en medio del torbellino diario de actividades y pensamientos, sentimientos y sensaciones, que parecen centrarse más bien en nuestros sueños y deseos personales en vez de en lo que hay más allá de las palabras.
Sugerimos una "dieta espiritual", pero no para privarnos de ciertas cosas, sino, por el contrario, una dieta que nos proporcione una combinación saludable de ideas espirituales que nutran nuestro plano psicológico y alimenten el alma.
Nosotros dos hemos emprendido viajes espirituales durante toda la vida. Jonathan se crió en una familia judía poco ortodoxa, que celebraba las fiestas con una menorah y un árbol de Navidad. La familia de Diane era cristiana liberal pero celebraba las fiestas hebreas con los amigos y los vecinos. Como adultos hemos explorado y estudiado a fondo el tesoro oriental y occidental de la filosofía, la psicología, la religión, la oración y la meditación. En los sesenta, Jonathan estudió durante seis años filosofía y religión en la Universidad de Nueva York y en la Nueva Escuela de Investigación Social. En 1975 escribió su tesis doctoral sobre la psicoterapia occidental, vista desde la perspectiva de las religiones orientales; a partir de entonces, aplicó esas ideas y técnicas en la terapia de sus pacientes. Diane expusó, durante muchos años, la filosofía evolutiva de la dieta espiritual en sus clases y a través de sus escritos.
En 1986, provistos de la experiencia que habíamos adquirido, empezamos a recopilar ideas para un libro que fuera útil a grupos de personas con diversos horizontes espirituales. Queríamos ofrecer una "dieta espiritual" que ayudara a la gente a aligerar el peso de sus cargas cotidianas y a librarse del peso del mundo.
Al ser padres con obligaciones profesionales y familiares, luchamos por integrar el poder del espíritu a nuestra vida ajetreada. Hemos trabajado en elaborar la dieta espiritual durante varios años. Dieta que fue desarrollándose al tiempo que nosotros crecíamos y ayudábamos a los demás. Tanto los alumnos como los pacientes suelen confiarnos sus esperanzas, sueños, miedos y preocupaciones, y pedirnos consejo para encontrar soluciones a sus problemas específicos y descubrir su espiritualidad.
Un caso frecuente puede ser el de una estudiante universitaria que no es capaz de acabar un trabajo. Al comentar el asunto, resulta obvio que el problema subyacente es un espíritu autocrítico exacerbado, insuficiente autoestima y otras dificultades relacionadas con su espiritualidad, que han sido enterradas bajo su particular "peso del mundo". Un consejo específico sobre su trabajo le sería de escasa utilidad, pero si lo aplicara a las cargas intrínsecas de autoestima y espíritu autocrítico (por ejemplo, poniéndola en contacto con su bondad inherente), le serviría de ayuda en todas las tareas que emprenda en la vida y potenciaría la conexión con su propia bondad y alegría.
Y eso es lo que ocurre. Los clientes que se someten a nuestras terapias, los universitarios y otras personas que han utilizado la dieta espiritual para librarse del peso del mundo, han visto aligerarse sus cargas cotidianas y han comprobado que su vida se tornaba más feliz, alegre y satisfactoria.
El actual Dalai Lama, así como otros guías religiosos, han sugerido la necesidad de encontrar una "espiritualidad universal y seglar". Esperamos que la dieta espiritual se sume a esta idea, puesto que abarca las principales tradiciones religiosas a la vez que ofrece técnicas y conceptos para alimentar por igual a los que tienen una creencia específica y a quienes anhelan alcanzar una mayor conciencia espiritual con el fin de orientar su vida.
No es necesario practicar una religión en particular para aplicar la dieta espiritual. Esta ofrece técnicas compatibles con la mayoría de los sistemas religiosos y su eficacia no depende de la fe de la persona que las aplica. No hace falta creer en ellas, sólo hay que aplicarlas. Las técnicas funcionan si nosotros funcionamos.
Lao-Tsé, escribió:

"Al igual que los ríos nacen de un manantial remoto, el espíritu humano brota de una fuente. Encontrar el manantial del espíritu es hallar el secreto del paraíso terrenal."

Esta fuente, que es el centro de toda la espiritualidad, es señalada por todas las religiones, si bien con diferentes palabras, formas e imágenes.
Hemos utilizado durante varios años los principios básicos de la dieta espiritual que proponemos en este libro con personas de diferentes religiones (cristianos, hebreos, budistas, hinduistas, unitarios y personas sin afiliación espiritual). Hemos mezclado las orientaciones y los ingredientes que han resultado más efectivos y capaces de coexistir con el ritmo de la civilización occidental en las vísperas del nuevo milenio.
La dieta espiritual fusiona la esencia de muchas enseñanzas religiosas con el fin de alimentar el alma y ayudar a las personas a entrar en contacto con su espiritualidad.
Al armonizar nuestra personalidad con nuestro espíritu, enfocar nuestra conciencia, impulsarnos a descubrir nuestra bondad intrínseca y enseñarnos a vivir libre y plenamente, la dieta espiritual aligerará la carga de nuestros problemas personales y nos ayudará a librarnos del peso del mundo.

Fuentes:

Jonathan Kramer y Diane Dunaway Kramer
"Una dieta espiritual para alimentar el alma"
 

viernes, 4 de febrero de 2011

Cómo ser más intuitiv@

"Analizar las cosas sólo desde el prisma racional puede sumirnos en un laberinto de senderos infinitos. La intuición, por el contrario, permite hallar la vía más directa hacia lo esencial."

Si se pregunta cuáles son las virtudes que ayudan a vivir con plenitud, la mayoría de las personas responderán, por ejemplo, que el optimismo, el amor y la amistad, la inteligencia y la capacidad para reflexionar, el sentido del humor... Pocas se acordarán de la intuición, y sin embargo es la cualidad fundamental que seguramente está detrás de todas las demás, pues es la que sirve para integrar eficazmente, lo que sucede tanto en el entorno físico como en los estratos más profundos y desconocidos de la mente. Por eso se la considera una eficaz consejera interior, que aclara las dudas en momentos delicados y ayuda a tomar decisiones correctas para alcanzar los objetivos vitales más importantes.
De alguna manera las personas intuitivas tienen una capacidad especial para percibir los mensajes más sutiles procedentes del exterior, almacenarlos en el inconsciente y tenerlos en cuenta en el momento oportuno. Es decir, se dan cuenta sin esfuerzo del significado de los pequeños gestos, los matices de la voz, las miradas o las actitudes de las personas con quienes se relacionan. Eso les permite, por ejemplo, descubrir los intentos de engaño o hacer una propuesta en el momento más adecuado.

El don de aprender sin darse cuenta

La psicóloga alemana Angelika Faas, que estudia desde hace más de 20 años este "don especial", lo define como "principio de aprendizaje implícito", pues las personas intuitivas mantienen a lo largo de su vida una actitud mental abierta que les permite acumular informaciones que siempre acaban insultándoles útiles. La peculiaridad de éstas personas es que además tienen la capacidad para distinguir la información que es importante de la que no. Así, un campeón de ajedrez no puede competir cuantitativamente con un ordenador a la hora de evaluar jugadas, pero su intuición le ayuda a preseleccionar velozmente los caminos más eficaces.
Según Faas, esta cualidad se convierte en fundamental en los tiempos actuales, en que los datos al alcance de una persona se duplican en pocos años debido a la creciente presencia en la vida cotidiana de los medios de comunicación, la informática o la formación continuada. Por esa razón aumenta el interés por la intuición, que se ha puesto de moda entre los ejecutivos de grandes empresas y las estrellas del cine -Demi Moore, por ejemplo, ha prologado el libro La intuición eficaz, de Laura Day, y Sharon Stone tiene un asesor para mejorarla-. En Estados Unidos incluso existen programas de televisión y páginas web que explican las ventajas de la intuición y cómo desarrollarla.

Una cualidad de la mente profunda

Pero la intuición no es un descubrímiento moderno ni una moda superficial. Se puede entender como algo que va mucho más allá de la eficacia en el manejo de la información por parte de una inteligencia privilegiada. Todo indica que tiene su fundamento en las capas más profundas y desconocidas de la mente. Cari Gustav Jung decía que la intuición es una de las cuatro funciones de la psique. La primera función es la percepción, la segunda el pensamiento y la tercera el sentimiento. La cuarta, la intuición, recuerda al individuo de dónde viene -las experiencias vividas, los fundamentos de la propia personalidad...- y le sugiere a dónde debe ir para cumplir su misión vital y realizarse plenamente. Por tanto es el instrumento más importante para orientarnos en la vida.
Pero, ¿de dónde procede la sabiduría de la intuición? ¿Por qué merece confianza? El inconsciente es la fuente de donde bebe la intuición. Está formado por todo lo que se sabe pero de lo que no se es consciente -lo que se ha olvidado, reprimido o sencillamente no se tiene presente-; todo lo que se siente, se piensa, se recuerda o se desea pero sin intención ni atención; junto a los instintos que gobiernan las necesidades, así como los arquetipos, es decir, las pulsiones dinámicas del alma que aparecen bajo distintas formas en los personajes mitológicos, las fantasías, los sueños y los mitos colectivos.

Imaginación en lugar de racionalidad

La intuición, entre todo este material, debe progresar en el conocimiento de las motivaciones más profundas, lo que se traducirá en un aumento de la seguridad en uno mismo y una facilidad para tomar decisiones acertadas.
Para acceder al caudal de conocimientos inconscientes la mente puede extraviarse si usa el camino de la racionalidad. Ésta sirve para resolver cuestiones prácticas, se limita a manejar datos bien conocidos y elabora un tipo de conocimiento que puede ser compartido por todo el mundo. En cambio, la imaginación sí es una herramienta adecuada para la intuición, pues genera una sabiduría basada en las experiencias personales. Sólo ella permite integrar armónicamente las informaciones con los deseos y los sentimientos. La mayor eficacia intuitiva se consigue liberando la mente del corsé de la razón y las normas, abriéndola a las percepciones sutiles, las especulaciones, los presentimientos y las ideas que fluyen espontáneamente.
Un medio útil para que broten las intuiciones es realizar interpretaciones. En ese sentido, investigar el significado de los sueños suele proporcionar pistas sobre las propias motivaciones y actitudes en un momento determinado. Los sueños, que pueden revelar la importancia de datos que habían pasado desapercibidos, han de interpretarse en clave personal, sin abusar de las explicaciones, a menudo tópicas, que ofrecen libros y programas de ordenador.
Aunque pueda parecer sorprendente, los acontecimientos que ocurren en el exterior también son interpretables desde un punto de vista personal. La intuición sería la herramienta capaz de descubrir la conexión profunda que existe entre el mundo físico, aparentemente alejado de nosotros, y nuestra mente o vida individual.
Jung recordaba que si reducimos nuestro cuerpo físico a sus elementos químicos constituyentes -carbono, oxígeno, silicio, calcio...-lo podemos ver asimilado completamente con el entorno material. De manera paralela, las estructuras más profundas de la mente están en continuidad con una realidad psíquica que sería la esencia última de todo lo existente. Por eso, si fuera posible conocer de manera clara los contenidos más profundos del inconsciente se poseería una sabiduría completa, no sólo de tipo filosófico o intelectual, sino práctica e inmediata: sabríamos dónde está un objeto con sólo pensar en él y conoceríamos el pasado y el futuro.

El fenómeno de las coincidencias

Tal sabiduría parece inalcanzable, pero la intuición puede percibir algo del juego entre la realidad exterior y nuestra mente profunda. Esto se demuestra por el fenómeno de la sincronicidad. Se llama así a la experiencia frecuente de reconocer coincidencias entre cosas que ocurren en el mundo exterior y los pensamientos más íntimos. Por ejemplo, un hombre se está enamorando de una mujer con un nombre poco común, Elisenda, y en el plazo de pocos días le ocurren una serie de casualidades: la bella protagonista de una película se llama así, en una revista encuentra un poema visual donde se repite el nombre varias veces y una mañana al afeitarse descubre en el espejo que tiene el nombre bordado en el pecho del pijama que le acaban de regalar (camuflado en "Club de Polo Elisenda").
Ante una situación así, una intuición liberada de la incredulidad reconoce e interpreta esas coincidencias y puede descubrir su mensaje: será positivo si están relacionadas con sentimientos agradables y se armonizan con las creencias y motivaciones profundas, será negativo si suscitan malestar y contradicciones interiores. Los fenómenos de sincronicidad pueden inducir a pensar que todo está escrito, que el destino se nos impone, pero lo cierto es que cada uno puede construir su destino si se acepta la existencia de una intuición orientadora.

La llave que abre muchas puertas

La posibilidad de interpretar lo que ocurre a nuestro alrededor es el fundamento de las artes adivinatorias y de muchas creencias populares. Así, la intuición encuentra terreno abonado en las sugerencias de una carta astral o en la palma de la mano, e igualmente está dispuesta a considerar las señales que encuentre en su camino: la forma de una nube que pasa o la mascota que siente molestias y advierte así a su amo de que está a punto de caer enfermo... Otro ámbito donde la intuición puede hallar significados es la enfermedad.
No sólo se trata de investigar el origen psicológico de un trastorno de salud -una preocupación constante favorece alteraciones en la piel, por ejemplo-sino de encontrar un sentido a problemas cuyo origen psicológico no es fácil de ver. Alguien que se ve forzado a permanecer en un hospital 20 días por una complicación renal puede intuir que necesitaba hacer una pausa y reflexionar sobre su actitud estresante en el trabajo, su ritmo de vida y sus relaciones.
Cultivar una actitud de alerta serena, casi contemplativa, ante las percepciones interiores y exteriores permite obtener conclusiones útiles y satisfactorias. Ante una duda podemos preguntarnos: ¿cómo lo ve mi intuición? Si se confía en el propio poder intuitivo, sus conclusiones se imponen por sí mismas. La mejor forma de conseguir confianza en la intuición es practicar y experimentar hasta que los éxitos nos convenzan.

Por qué las mujeres son más intuitivas

El tópico dice que las mujeres tienen más intuición... y la intuición que debe ser cierto. Éstas serían algunas razones:
■ Las mujeres han sido especialmente responsables de la estabilidad emocional de la familia: cuidar a los hijos las ha convertido en expertas en intuir sus necesidades, incluso antes de que sepan hablar.
■ El cuerpo calloso -la parte del cerebro que une los hemisferios-, más grueso en las mujeres, les permite conjugar mejor el pensamiento lógico del hemisferio izquierdo con la visión de conjunto del derecho.
■ Durante siglos la mujer no se ha visto forzada a limitar sus capacidades intuitivas innatas tanto como los hombres, sometidos a las rigideces del mundo laboral.
■ Un gen que podría estar relacionado con la capacidad intuitiva sólo es heredado por las hijas. Según David Skuse, la mujer tiene una capacidad innata, mientras que el hombre debe mejorarla.

Ejercicios para entrenar la intuición
Nacemos con un nivel de intuición que puede crecer o disminuir en función del uso que hagamos de ella. Estos ejercicios contribuyen a aumentarlo:
1 - CALMAR LAS EMOCIONES
Es necesario para reconocer la voz de la intuición. Existe un ejercicio de visualización que puede resultar de ayuda: imaginemos que un enorme lago representa el estado emocional e intentamos que las aguas se serenen siempre que nos sintamos alterados.
2 - TOMAR CONCIENCIA DE UNO MISMO
Para liberar la imaginación intuitiva de la censura de la conciencia, que impone opiniones y prejuicios, es útil explicar ante una grabadora lo que se siente y se piensa, dejando fluir las palabras y expresando la mayor cantidad de ideas y ocurrencias -las cosas que parecen triviales con frecuencia vienen de alguna parte y por alguna razón-. Luego se escucha la grabación para conocer mejor los propios procesos mentales y emocionales.
3 - CONSULTAR EL I CHING
Esta obra milenaria de la cultura china ayuda a resolver dudas. Para consultarla se tiran seis veces tres monedas a fin de obtener una de las 64 figuras posibles. Cada una describe una situación y da consejos que deben ser analizados en busca de una correspondencia con la pregunta formulada. La tirada de las monedas suele reflejar la cualidad esencial del momento que se está viviendo.
4 - AVENTURAR UNA RESPUESTA
Pedimos a una persona amiga que escriba una pregunta y sin leerla decimos cuanto se nos ocurra. Así entrenamos la capacidad para intuir a partir de los gestos y la actitud de los otros.
5 - ACOSTARSE CON UNA PREGUNTA
Se realiza la pregunta antes de acostarse, sin buscar una respuesta de forma consciente.Tal vez por la mañana tengamos la solución, pues el cerebro reorganiza las ideas durante el sueño.
6 - TOMAR UNA DECISIÓN
Se reflexiona durante unos minutos sobre el dilema. Luego se deja que fluya el pensamiento durante 24 horas sin exigirse respuestas. Cumplido el plazo, se toma la decisión con convicción y sin pensarlo más. Este ejercicio se aplica a asuntos de poca trascendencia, hasta convencerse de que la intuición funciona.
7 - RESPUESTAS EN CLAVE
La intuición no llega siempre con palabras: las imágenes y los símbolos son su lenguaje más común. Para comprenderlos se analizan los posibles significados en relación con los temas que nos preocupan, intentando sentir el más real para uno mismo.
8 - PEQUEÑOS EJERCICIOS COTIDIANOS
Se trata, por ejemplo, de intentar adivinar quién está llamando por teléfono o a la puerta de casa. A lo largo del día se pueden plantear muchas preguntas e intentos de adivinación que entrenan la intuición.

Fuentes:

Por Manólo Núñez y Claudina Navarro
Revista "CuerpoMente" Nº 94
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Según Platón, el conocimiento es un subconjunto de lo que forma parte a la vez de la verdad y de la creencia.
Integral Philosopher Michel Bauwens "Vision"