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lunes, 6 de diciembre de 2010

El antropocentrismo religioso o el suicidio gradual de la humanidad

"El discípulo se encuentra muy desconcertado al comprobar que siendo la verdad una sola, existen tantas religiones, tantos cultos, tantos sistemas espirituales, tantas doctrinas. Acude al maestro y le dice:
-Maestro, siendo la verdad una sola, ¿acaso no existen demasiadas doctrinas, demasiadas vías?
-¡Qué dices, insensato! Cada ser humano debe ser su propia doctrina, su propia vía."

El Hombre se pregunta, no como individuo sino como parte de todo, quienes somos y hacia donde vamos, quien esta detrás de todo este escenario de lo vivo, y cual es su rol en él. La curiosidad que nos caracteriza como especie ha asomado estas preguntas; pero tan pronto es formulada, una serie de sentimientos de culpabilidad, una sensación innata de maldad, algo que nos recuerda al pecado original, nos obliga a recapitular. Respuestas en torno a lo metafísico y espiritual se elevan instantáneamente en su pensamiento, dándole una respuesta casi inmediata, una respuesta inmune, que minimiza sus aptitudes racionales como humano, y le arrodilla ante un ser divino , del cual no se atreve a dudar ni un segundo.
Pero toda respuesta inmune tiene por supuesto un beneficio para el individuo, sea ficticio o no. ¿Cuál es? ¿Es paz? ¿Tranquilidad? Obviamente no lo es.
El éxito de las religiones se basa en su capacidad de amortiguar los infortunios a los que estamos expuestos: como los desaciertos y en especial, la muerte. Esto es algo que se nota fácilmente, en esa actitud recurrente de nombrar al Dios siempre que algo malo pasa, o pidiéndole que nunca pase. Es aquí donde es inminente su necesidad.

"Desde el Renacimiento hasta nuestros días, la historia del progresivo
descubrimiento del Universo ha sido también la historia del progresivo
derrocamiento de la ingenua cosmovisión antropocéntrica,
que hacía de nosotros, los seres humanos, el ombligo del mundo."

En la ideología Darwinista hablamos de que todas nuestras actitudes y aptitudes son parte de adaptaciones al medio natural donde nos desenvolvemos. ¿No es entonces obvio que las religiones, sin importar su irrealidad, son también adaptaciones elaboradas en el proceso evolutivo?
En una mente escéptica y científica, las probabilidades valen y son parte de tus decisiones, así como de tus sentimientos. Tan pronto sales de tu casa, las probabilidades de que te roben, de que choques tu auto, de que puedas morir en cualquiera de estos acontecimientos, aumenta considerablemente. Eso no sólo crea un temor por perder tu vida, si no también de que los más allegados a ti, la pierdan. Puedes tratar de olvidarte del tema, pero la constante observación de caras extrañas aumentan tu desconfianza y te hacen paranoico. Desmond Morris, en su famoso libro, "El Simio Desnudo", escribe sobre la impersonalidad de la humanidad actual. Una impersonalidad que aumenta con el número de personas alrededor, y que crea un desequilibrio de nuestra mente, y hacen cada vez más difícil lograr estar tranquilo. Verdaderamente tranquilo para pensar claramente. Es entonces verdad que las religiones crean en el humano un colchón de ideas que, por decirlo así, amortiguan la caída. Y a pesar de la deshumanización creada por la sobrepoblación y la presión social, la mayoría de la gente ha logrado una vida maravillosa debido a su lazo irrompible con algún ser divino.

"Una vez que los hombres han considerado las cosas como medios, no han podido creer que se hayan hecho a sí mismas, sino que han tenido que concluir, basándose en el hecho de que ellos mismos suelen servirse de medios, que hay algún o algunos rectores de la naturaleza, provistos de libertad humana, que les han proporcionado todo y han hecho todas las cosas para que ellos las usen. Ahora bien: dado que no han tenido nunca noticia de la índole de tales rectores, se han visto obligados a juzgar de ella a partir de la suya, y así han afirmado que los dioses enderezan todas las cosas a la humana utilidad, con el fin de atraer a los hombres y ser tenidos por ellos en el más alto honor; de donde resulta que todos, según su propia índole, hayan excogitado diversos modos de dar culto a Dios, con el fin de que Dios los amara más que a los otros, y dirigiese la naturaleza entera en provecho de su ciego deseo e insaciable avaricia."
"La voluntad de Dios, ese asilo de la ignorancia"
Por Baruch de Spinoza

Es impresionante ver a una persona morir de leucemia, y a su vez agradecer a Dios por una vida maravillosa, confiando en que alguien o algo, la escogió para pasar a una vida mejor. Así como nuestros reflejos nos pueden salvar de un golpe doloroso, las religiones pueden salvar al hombre de una vida dolorosa o de momentos dolorosos. No quiero decir que en una vida sin las religiones no hay belleza.

Fuera de los eventos que nos ocasionan perdidas, que sí pueden ser dolorosas; la vida basada en la percepción científica, cruda y real, nos abre un mundo nuevo, inexplorado, que te sorprende minuto a minuto. En este mundo, cada segundo se convierte en el mejor momento de tu vida.
Pero este es otro tema, volvamos al hecho de que la adaptación cultural religiosa cabe dentro de los conceptos darwinistas y está justificada. Si es así, los religiosos se preguntarán, ¿cuál es el afán de la comunidad científica en erradicar el conformismo y la idolatría religiosa? ¿De qué se quejan entonces?

"Dentro del llamado paradigma de la modernidad podemos identificar una serie de movimientos y modos de pensar (iluminismo, positivismo, evolucionismo, etc.) que hicieron surgir cada vez más la conciencia de que el ser humano estaría en el centro de los acontecimientos mundiales, afirmando, con ello, un antropocentrismo. Lo que destaca de este movimiento es que también Dios, lo Sagrado o lo Trascendente va siendo relegado a un espacio secundario. A lo largo de estos dos siglos se ha operado un cambio que va de un cosmocentrismo o teocentrismo a un antropocentrismo exacerbado."

Lamentablemente, las religiones resultaron para la humanidad creciente y progresista un boomerang que tiene el potencial de decapitar nuestra capacidad de reconocernos a nosotros mismos como parte de la naturaleza. Me explico. Nacemos, y mientras crecemos se nos da con toda la buena intención del mundo, una realidad basada en la existencia de un Dios Todopoderoso, donde todos tus pasos y tu destino ya está escrito y todo aquello que no entiendes o no puedes explicar, es aceptado como voluntad de ese Dios. La curiosidad, el escepticismo y la lógica, son desterradas de tu mente y consideradas Pecado Original.
Pero quizás la característica mas dañina es que se asume y se considera al Hombre como un ser especial, mas allá de todo lo animal, por encima de todas las otras especies. He aquí el Boomerang. La aceptación y perseverancia de la ignorancia a nivel mundial, ha permitido la destrucción de los Bosques Tropicales, nuestra principal fuente de Oxigeno, la contaminación de las aguas, el desequilibrio indiscriminado de los últimos ecosistemas naturales, y la barbarie que se comete con todos los otros seres vivos. La incomprensión de nuestra verdadera humanidad, son la causa fundamental de todo racismo, guerra, y violencia alrededor del mundo. La falta de criterio objetivo hace vulnerable a la gente a los engaños y persuasiones del comercio.
Se tiende a pensar que esta disposición del hombre, esta necesidad por creer cualquier cosa que le sea dicha, por ser "beneficiosa" es también natural y no podemos desecharnos de esa actitud. Pues yo pienso, que eso es totalmente falso, que la curiosidad humana es el motor de nuestra evolución, y que su supresión, en un planeta con billones de ideas y bits de información, sólo crean mayor intolerancia , mayor confusión y mayor desigualdad, características que describen muy bien a este lugar del universo con 95 por ciento de su población dominante siendo religiosos convencidos.

"El concepto de lo divino esta envuelto en un manto de antropocentrismo que nos desliga peligrosamente del resto de la Creación y de sus fenómenos. Los seres humanos hemos concebido una divinidad hecha a nuestra imagen y semejanza."

Una vez más, es lamentable que el efecto de esto no pueda ser revertido y que quizás para el tiempo que lo sea, no quede nada natural que admirar. Y como suele repetirse en la humanidad, sólo después de un tiempo prolongado, nos damos cuenta de lo que perdimos. Es algo que se nos escapa de las manos. La ignorancia en este sentido no es algo que afecta a la gente no educada solamente. Esta ignorancia se extiende a los gobiernos, a los presidentes de todos los países, lo cual es más lamentable ya que en ellos recaen las decisiones más importantes con respecto a la conservación y en cuanto a la utilización de los recursos. Pero de ellos, no podemos esperar mucho, y menos de aquellos encargados de los países pobres, ya que su misma naturaleza política se basa en la persuasión para llegar al poder.
Puede pasar que entonces en un futuro, ese "pecado original", que todos llevamos por dentro vuelva a retomar las riendas de nuestra percepción del mundo, y con ello, la tolerancia, la comprensión de nuestra naturaleza animal, y posición entre lo viviente.

"La humildad consiste en estar acorde con todo lo que nos rodea: no ser ni más ni menos importante de que lo que se es, es considerar que el mundo y nosotros mismos somos un misterio. Y los seres humanos no valen más que cualquier otro elemento de la Creación. He aquí rechazado el antropocentrismo de tantas tradiciones con éxtasis intelectual, antropocentrismo que es una consecuencia del teocentrismo, una especulación vana y pretenciosa."

Es una tarea difícil, dado que las religiones se han caracterizado por su efectiva transmisión de generación en generación, pero si algo nos enseña la comprensión del proceso evolutivo, es que los cambios graduales favorables en cualquier individuo, al irse acumulando, convierten a este en un individuo mejor adaptado a su ambiente. En nuestras manos está abrir los ojos, disfrutar la vida en su versión más natural y real, cultivar el asombro por lo que se nos ha quitado de raíz: la verdad.

Fuentes:

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Fundamentos del pensamiento de Carl G. Jung

Entre los grandes psicólogos de la llamada Psicología Profunda, Jung, como pionero, se distingue como el único que ha interpretado lo Inconsciente en función de la vida espiritual del hombre, y el primer autor que trata los hechos de la experiencia religiosa - la Vivencia Numinosa - como instancia válida y auténtica de la personalidad, y no simplemente como " Epifenómeno ", como sublimación o como un síntoma neurótico. El vínculo con los hechos religiosos -no los credos ni los dogmas- sino la íntima relación entre el individuo y las vivencias de la realidad vital y cósmica, era para Jung de primordial importancia en la formación y desarrollo del ser humano.

Con respecto al ser humano contemporáneo, Jung señaló la falta de significación de la experiencia vital, que lo ha llevado a un estado de hosquedad interior, confusión, desorientación y ausencia del sentido de la vida. Si el ser humano actual quiere liberarse de su letargo, deberá encontrar el sentido de su existencia a través de la potencialidad de sus profundas fuerzas inconscientes, por cuanto, afirmaba Jung, la Psique es originaria e intrínsecamente creadora.
Si el ser humano actual se halla encerrado en una trampa, es porque se apartó de la esfera íntima de su ser, pues en los recónditos intersticios de su naturaleza misma está el integrarse y construir una unidad a partir de los fragmentos desarticulados de su personalidad. La concepción junguiana del Proceso de Individuación constituye, en esencia un camino hacia el encuentro consigo mismo, lo cual está dentro de las posibilidades del ser humano encontrar y vivenciar el sentido de su vida.
El ser humano que se encuentra en este sendero puede adquirir, además, un sentido de la amplitud de la Psique y de su íntima relación con la realidad tanto objetiva-externa como subjetiva-interior. En este campo, una de las contribuciones de Jung consistió en demostrar que entre los contenidos psíquicos, hay algunos cuya naturaleza esencial es la de dar al ser humano un encuentro vincular con el mundo como Cosmos. Estos contenidos, que son los símbolos más profundamente enraizados y fundamentales del Inconsciente, configuran una expresión no sólo de procesos psíquicos, sino también de principios que actúan en el Cosmos. Lo que Jung denomina arquetipos es una manifestación en el ser humano de dichos principios, y constituye un eslabón, un vínculo entre el si-mismo y el Macrocosmo, el universo que está más allá de la esfera psíquica del ser humano. La Psique contiene no sólo los deseos reprimidos. Y los temores ocultos en las oscuras profundidades del Inconsciente, sino también la vivencia de la realidad e interioridad psíquica del ser humano, de su " puesto " en el Cosmos, a través de las estructuras arquetípicas. Lo inconsciente se extiende hacia los estratos inferiores de la naturaleza animal del ser humano, y alcanza también, más allá de lo humano, un contacto significativo con los infinitos aspectos del Principio Vital, lo que nos permite ampliar nuestro concepto y hablar, más que la profundidad de la psique, tomando una expresión de San Agustín, de la Magnitud de la misma. Y es con este sentido, el de Magnitud, que Jung imprime una dimensión nueva y necesaria a la Psicología Profunda.

El poder creador de la personalidad y la Magnitud de la Psique son dos pilares en el pensamiento de Jung. Y agrega, además, un sentido temporal dialéctico: esto implica la idea fundamental de que, en todo opera el principio de los opuestos. Este principio es para Jung , la ley inherente a la naturaleza humana: La Psique es un sistema de autorregulación, y no hay equilibrio alguno ni sistema de autorregulación sin lucha de opuestos. La función reguladora de los opuestos, la Enantiodromía, fue considerada por Jung como fundamental entre todas las leyes psicológicas, y ha sido descubierta por Heráclito, pensador que ha influido notablemente en su pensamiento. Debemos entender por Enantiodromía (enantios = opuestos, contrario. Dromos = carrera, recorrido) el fenómeno por el cual un polo dialéctico pasa a ser opuesto. Es " Pasar a su contrario ". Heráclito dice:

"Lo contrario llega a concordar, y de las concordancias surge la más hermosa armonía, y todo nace de la lucha".
"Dios es día y noche, invierno y verano, guerra y paz, saciedad y hambre".
"Todo es cambio, las cosas se tornan fuego y el fuego cosas, así como las mercancías se convierten en oro y el oro en mercancías".

Podemos expresar esta ley como: Todo polo contiene secretamente a su contrario.

En la antropología psicológica de Jung, la personalidad como un todo es denominada psique, lo que significa originariamente Alma, deviniendo luego en el concepto Mente. La Psique abraza todo pensamiento, sentimiento y conducta, tanto consciente como inconsciente. Funciona como guía que regula y adapta al individuo a su medio social y físico, así como a las demandas de su mundo interior.
Para Jung, la Psicología no es ni biología ni fisiología, ni ninguna otra ciencia que no sea, precisamente, este conocimiento de la Psique. El concepto de Psique afirma la idea primaria de que una persona es un todo desde un comienzo, y no una reunión de fragmentos agregada por la experiencia y el aprendizaje. Lo que debe hacer el hombre en el lapso de su vida es desplegar esta integridad inherente (potencialidad) hasta el máximo grado posible de diferenciación, coherencia y armonía; y precaverse de la ruptura y escisión en sistemas parciales autónomos.
En su fundamento, el ser humano contiene en sí un factor ordenador. Y se halla situado entre el espíritu y los instintos, entre lo interior y lo exterior, entre lo consciente y lo inconsciente: el Alma es un lugar de cruce, y determinada desde ambas vertientes: por un lado es lo devenido y por otro, se halla en devenir, en cuyo caso sólo puede ser concebida sintéticamente o constructivamente.

La única parte de la mente que el individuo conoce directamente es la conciencia, y a su respecto expresa Jung: "Cuando se medita en lo que es en realidad la conciencia se queda uno profundamente impresionado por el hecho altamente asombroso de que a un acontecimiento que sucede en el cosmos al mismo tiempo se engendra internamente una imagen, de que, por así decirlo, acontece igualmente internamente, esto significa exactamente: se hace consciente". La conciencia es la referencia al yo de los contenidos psíquicos en cuanto es percibida por el yo como tal. Luego, las referencias que no son percibidas por el yo como tales, son inconscientes. La conciencia es la actividad que mantiene la relación entre todos los contenidos psíquicos y el yo. La conciencia no es algo idéntico a la Psique, por cuanto ésta representa la totalidad, el conjunto de todos los contenidos psíquicos, de los cuales poseen un vínculo directo con el yo, y por lo tanto, no pueden ser considerados como contenidos conscientes. La orientación de la mente consciente está dada por la Función Psíquica, siendo ésta una actividad psíquica determinada, que en circunstancias distintas permanece, en principio, idéntica a sí misma, y permite adecuar al individuo a la realidad objetiva-externa. Es una forma de manifestación de la Libido, considerada ésta por Jung, no como una mera energía sexual, sino como la total energía psíquica del individuo. Las cuatros funciones psíquicas son: Pensar, Sentir, Percibir e Intuir.

El yo es un complejo de representaciones que constituye el centro de la esfera consciente, y mantiene la máxima continuidad e identidad respecto de sí mismo. El complejo del Yo es tanto un contenido de la conciencia, como una condición de la misma.
El yo no es idéntico a la totalidad de la Psique, sino que es un complejo entre otros complejos. Es el organizador de la mente consciente: consta de percepciones, recuerdos, pensamiento y sentimientos conscientes, y juega la función vitalmente de ser guardián del umbral de la conciencia: a menos que el yo admita su presencia, una idea, un recuerdo, un sentimiento o una percepción, pueden no ser vivenciados conscientemente, puesto que el yo es altamente selectivo. Brinda la identidad y continuidad del hombre, porque a través de la selección y eliminación de cierto material psíquico, el Yo puede mantener la coherencia de la Trama histórico-vital del individuo. Por eso, a través del Yo es que sabemos que hoy somos la misma persona que la que éramos ayer y antes. A este respecto, la individualización y el Yo actúan en estrecha relación ínter fundamentándose para desarrollar una personalidad característica y en movimiento.

Más allá de la esfera de la conciencia, en un ámbito más profundo y de mayor oscuridad, se halla el Inconsciente Personal. Este abarca aquellos contenidos psíquicos que han sido reprimidos y aparentemente "olvidados" y también aquellas vivencias tendenciales e impulsivas que no han penetrado en la conciencia. El Inconsciente Personal, a diferencia de la conciencia que el individuo conoce directamente, lo inferimos a través de ciertas manifestaciones y, dentro de ellas, los Síntomas, Complejos y Símbolos.
Podemos considerar al síntoma como un fenómeno de estancamiento de la libido, que se manifiesta tanto somática como psíquicamente. Es una "señal de alarma" que anuncia que algo esencial en la actitud consciente no está bien, algo " falla ", es insuficiente y no está en armonía, y al impedirse el fluir de la energía psíquica, deja de existir la complementariedad de los opuestos, produciéndose desacuerdos y disonancias internas, coartándose así el libre despliegue del individuo.

Los Complejos son partes que se han separado de la personalidad psíquica, grupos de contenidos psíquicos que se han desunido de la conciencia y funcionan autónoma y arbitrariamente; es decir, que llevan una existencia aparte en la oscura esfera del inconsciente, desde la cual, en cualquier momento, pueden inhibir o estimular producciones conscientes.
El Complejo consta:
 a) de un elemento nuclear significativo, inconsciente y autónomo.
b) de asociaciones determinadas vinculadas entre sí por una Tonalidad afectiva.

El Complejo depende, por un lado, de la disposición personal primigenia, y por otro, de vivencias vinculadas significativamente al mundo objetivo-externo. El complejo es un Punto medular, un centro vibracional, el cual, motivado por ciertas circunstancias, se torna amenazante y patógeno, y puede mediante su fuerza el estado de equilibrio psíquico, y someter al individuo íntegramente a su influencia. A través del "Descenso del umbral de la conciencia", de acuerdo al concepto de Pierre Janet, se sustrae energía a la conciencia, eclipsándose el estado consciente activo, permitiendo de este modo que el complejo irrumpa en la esfera consciente, actuando como "cuerpo extraño". Como complejo posee armonía propia, integridad y cierto grado de autonomía, representa la manifestación de un estado psíquico alterado con intensa carga emocional, y se muestra incompatible con la actitud habitual de la conciencia: el complejo es una potente fuerza psíquica, frente a la cual son vanas las intenciones conscientes, quedando así coartada la libertad del Yo.

Símbolo:

Del griego Symbolón, puede definirse como la unidad sintética de sentido entre dos polos diádicamente opuestos: lo manifiesto y lo oculto. Es decir, que tras su sentido objetival, visible, se oculta otro invisible más profundo. Lo simbólico puede darse tanto en forma gráfica o artística, como en forma viviente y dinámica en los sueños, ensueños y visiones.
El símbolo es una realidad dinámica plurisignificativa cargado de valores emocionales e ideales, es decir, de verdadera vida. El símbolo es una condensación expresiva y precisa, y corresponde por su esencia al mundo interior, que es intensivo y cualitativo, en contraposición al mundo exterior que es extensivo y cuantitativo.
Lo simbólico no es lo determinado, no es una reducción constrictiva: esto sería una alegoría, que sí es una derivación mecanizada y reductora del símbolo.
El símbolo se mantiene vivo mientras esté cargado de significación. Si hipotéticamente pudiese develarse totalmente, es decir, si se lo pudiese desocultar, ya no sería más un símbolo: desprovisto de vida, queda ya sólo como mero signo: es la historia de Monsieur Jourdan, del " Burgués gentilhombre " de Molière, quien descubre que hablaba en prosa creyendo, ilusoriamente, que se expresaba poéticamente.
A tal efecto, Goethe expresaba que: ... "en el símbolo", lo particular representa lo general, no como un sueño o como una sombra, sino como viva y momentánea revelación de lo inescrutable...
Lo simbólico no excluye lo histórico, ambas formas pueden considerarse como polos de una estructura dialéctica cuya síntesis es un principio metafísico. En tal sentido, el símbolo agrega un nuevo valor a un objeto o una acción, sin atentar por ello contra sus valores propios, inmediatos e históricos.
Puede ser también considerado símbolo todo fenómeno psicológico en cuanto suponemos que expresa o significa algo más o algo distinto de lo manifiesto, algo misterioso e incognoscible que escapa a los conocimientos conscientes, y que está cargado de nuevas potencialidades.
Jung distingue con precisión entre los conceptos de alegoría y símbolo: " Todo criterio que explique la expresión simbólica como analogía o designación abreviada, es semiótico. En cambio será simbólica como la mejor formulación posible -luego imposible de exponer más clara o característicamente por de pronto- de una cosa relativamente desconocida. Será alegórica la concepción que declare la expresión simbólica como paráfrasis o metamorfosis deliberada de una cosa conocida".
Y más adelante, expresa la diferencia entre signo y símbolo:
"La expresión que se supone para algo conocido nunca pasa de ser un mero signo, pero no será un símbolo nunca. Por eso es algo de todo punto imposible hacer surgir un símbolo vivo, es decir, grávido de significación, de conexiones conocidas. Pues el símbolo así creado nunca contendrá más que lo que en él se ha incluido".

Podemos concebir al símbolo en distintos aspectos de interpretación, y así tenemos los siguientes niveles:
a) Psicológico: Los símbolos se presentan como productos naturales de los procesos psíquicos y emergen de lo inconsciente para penetrar en las actitudes conscientes.
b) Social: Constituye el lado funcional del símbolo y canalizan las energías del sujeto, orientándolas hacia las actividades del grupo.
c) Histórico: El símbolo aparece bajo formas diversas y cambiantes conforme a los factores tiempo y cultura.
d) Nivel ontológico: El símbolo es interpretado como el medio a través del cual el hombre articula y manifiesta, sin saberlo, el modo de ser primario que está en su naturaleza.

Un importante fundamento ha recibido la psicología profunda en el campo filosófico a través del pensamiento de Ernesto Cassirer, quien realmente ha podido llegar a puerto firme al establecer la diferencia esencial o cualitativa entre el hombre y los de más antes de la naturaleza. Este diferencia cualitativa, que los representantes de la concepción científico-natural del Homo Faber no consideraban, estriba, no en grados de la inteligencia, sino precisamente, en el Universo simbólico, Universo de sentido propio y exclusivo del hombre.
Cassirer expresa: "... en el mundo humano encontramos una característica nueva que parece construir la marca distintiva de la vida del hombre. Si círculo funcional no sólo se ha ampliado cuantitativamente sino que ha sufrido también un cambio cualitativo..."
Para Cassirer esta marca distintiva es la capacidad de simbolizar. Y esta nueva adquisición transforma la totalidad de la vida humana. Para este gran filósofo el hombre, por lo tanto, no sólo vive en una realidad más amplia, sino en una nueva dimensión de la realidad, es decir, que el hombre "ya no vive solamente en un puro universo físico sino en un universo simbólico". Y agrega: "El lenguaje, el mito, el arte y la religión constituyen partes de este universo, forman los diversos hilos que tejan la red simbólica, la urdimbre complicada de la experiencia humana".
Con referencia a estos conceptos, Jung coincide con Cassirer, y considera que toda energía e interés que el hombre actual invierte hoy en la ciencia y en la técnica, el hombre de las culturas llamadas primitivas, la consagraba al mundo de los símbolos, a ese "lenguaje olvidado" que los pueblos proyectaron en forma de mitos, leyendas y cuentos.

La instancia más profunda y asimismo la de mayor Magnitud de la Psique - el Inconsciente Colectivo u Objetivo- es la fuente de los elementos que llegan a la conciencia, y también el punto de contacto entre el individuo y las fuerzas cósmicas supraindividuales.
Los contenidos del Inconsciente Colectivo son los Arquetipos que, al manifestarse emergen como " formas o imágenes de naturaleza colectiva, que se dan casi universalmente como constituyentes de los mitos y, al propio tiempo, como productos individuales autóctonos de origen inconsciente" ( Jung ).

Los arquetipos son los patrones fundamentales de la formación de símbolos, que se repiten a través de los contenidos de las mitologías de todos los pueblos, en la humanidad entera, y se expresan como imágenes Primordiales, desde los oscuros tiempos de la prehistoria de la especie humana. Los agentes primarios motivadores de vida en la Psique individual y las pautas psicológicas totales de culturas enteras son manifestaciones de fuerzas arquetípicas. Los arquetipos son las primordiales formas de la cual, por variación, derivan infinidad de formas distintas entre sí. Estos arquetipos son inherentes al estrato primordial de la vida. Ya vimos que este " Substratum " es el Inconsciente Colectivo. Los arquetipos son los principios universales que subyacen y motivan toda la vida psicológica, individual y colectiva.
El concepto tiene su origen en el EIDOS platónico ( Latín: Essentía o Quidditas ), y a la fuente de estas Ideas eternas se la consideraba como la " Mente Universal ", el dominio y el depósito de las esencias ( arquetipos ) de todas las formas que pudieron existir y de todas las ideas que pudieron pensarse. La mente universal es un concepto comparable al Inconsciente Colectivo. Ya el término Universo es " Vertiente del Uno ", " Giro del Uno ".

El descubrimiento de Jung ha sido erróneamente interpretado y criticado atribuyéndole el querer reflotar la antigua concepción de las " Ideas Innatas ", pero, en realidad, lo que quiso expresar Jung es que se trata de " Modos heredados ", de Tendencias, de Dominantes, que se hallan enraizadas en la naturaleza de la Psique, y que se heredan sólo en el sentido de la Estructura, con sus tendencias intrínsecas a manifestarse de determinada manera.
Para Jung, los arquetipos podrían compararse con el sistema axil de un cristal, el cual forma " a priori " la estructura cristalina en un líquido madre, aunque carezca de existencia material propia. El arquetipo en sí mismo es vacío y puramente formal, es un principio Formativo, una " Facultas Praeformandi ", una posibilidad de representación que se da "a priori".
La naturaleza real del arquetipo no es capaz de hacerse consciente, es trascendente. Por eso expresa Whitmont que los arquetipos son "Configuraciones energéticas dinámico -transpsicológicas , y por ende, trascendentales". Son "Pautas de forma y dinámica universales y cósmicas, y conforman en su manifestación "Campos arquetípicos".
Las imágenes primordiales no siempre son las mismas: varían según la proyección cultural, por lo que inferimos que lo que se hereda son las mismas tendencias estructurales. Por tanto, los arquetipos son patrones subyacentes de la formación de símbolos, y no sus detalles específicos.
En síntesis, los arquetipos en sí son Dominantes del Inconsciente Colectivo, son Tendencias, Entes potenciales, estructuras virtuales, que no adquieren significado hasta no hallar expresión en el mundo exterior, por cuanto no percibimos los Arquetipos en sí, sino los arquetipos manifestados. Mas que presentarnos hechos, se nos presentan a través de los hechos: "Conoceréis al árbol por sus frutos ".

La antropología psicológica de Jung es una de las respuestas antitéticas a la concepción del hombre que el siglo XIX nos había legado. La idea del Homo Faber del Positivismo y Darwinismo consistía en una visión demasiado restringida de la existencia humana, en donde la misma se hallaba en un estado de extrema " cerrazón ", con su Hombre - animal - evolucionado - económico- racionalista, y con su determinismo biológico e histórico.

La concepción freudiana del inconsciente fue la primera herramienta intelectual con fuerza suficiente para superar a la vieja psicología racionalista. Pero el propio Freud no pudo trascender el umbral del naturalismo antropológico, quedando así en la oscuridad ciertas respuestas acerca de la problemática del hombre contemporáneo, esperando que alguien proyectara la luz de la Psicología Profunda sobre las fuerzas sociales e históricas que se ocultan bajo la conciencia y permita comprender lo inconsciente en función de su significado y de sus consecuencias para la vida espiritual del hombre.
La obra de Jung está orientada en esta dirección: su comprensión de lo Inconsciente va mucho más allá de la concepción racionalista de la conciencia. Su interpretación de la Psique es intrínsecamente histórica y se basa prevalentemente en una concepción sociocultural, lo que lo acerca a las ideas filosóficas de Ernest Cassirer, más que biológica del hombre. Y, sin ofrecer teoría metafísica unilateral alguna, evita una limitada posición materialista, preparando el campo psicológicamente para una penetración más profunda de la realidad, al interpretar con seriedad el significado de la "Vivencia Numinosa ".

Jung ha sido una Fuerza Guía que abrió el camino a un campo nuevo, ocupándose en forma sistemática tanto de las instancias oscuras del hombre, como de sus capacidades espirituales integradoras. Por esta razón, se destaca como figura rectora para quienes creen que la respuesta a los problemas modernos debe abarcar la comprensión de los estratos profundos del inconsciente, conjuntamente con una concepción dinámica de la naturaleza espiritual del hombre. En su esfuerzo por obtener una visión más amplia de la realidad y, en particular, de sus aspectos psíquicos, Jung procuró colocarse fuera de la Weltanahauung de la mente occidental de su época, en una actitud de Epojé, es decir, de poner entre paréntesis, para poder comprender el sentir de otros pueblos, con sus diversas concepciones del mundo. Vivenció la necesidad de una perspectiva más amplia de la que nos habían brindado hasta ahora las filosofías de Occidente, y para adquirir conciencia de las limitaciones de la personalidad europea, se nutrió, para traducir su forma de pensar sobre los procesos psíquicos, en las religiones y filosofías antiguas de Oriente. Trató de interpretar los fenómenos psíquicos con el antiguo material de culturas remotas, procurando unir la sutileza introvertida de Oriente, con el espíritu extravertido y práctico de Occidente, y dando a la sabiduría las antiguas religiones orientales una forma tal que pueda ser utilizada por las modernas ciencias del hombre.
A pesar de que Jung trató de indagar en las raíces filosóficas de su propio pensamiento, nunca aceptó la apelación de filósofo y, sobretodo, de metafísico y, en verdad, tiene razón al mantener que su psicología no es una filosofía disfrazada, ya que describe pura y simplemente vivencias humanas. Pero, por otra parte, detrás de estas vivencias, expresada o no, subyace toda una fundamentación filosófica que no puede considerarse como la invención de una filosofía personal, de un sistema entre los sistemas, sino del descubrimiento de una filosofía inscripta implícitamente en el Inconsciente Colectivo. Es menos su filosofía que la filosofía implícita descifrada por él, y que se enraíza en lo más profundo del espíritu humano.

Mientras las psicologías de Janet y de Adler son representantes del pensamiento de la Ilustración, y la psicología existencial del Estoicismo, la psicología analítica de Jung, así como el psicoanálisis de Freud, son descendientes póstumos del Romanticismo. Pero el Psicoanálisis es también heredero del Positivismo y Darwinismo, mientras que la Psicología analítica rechaza dicha herencia y retoma a las fuentes del Romanticismo y de la filosofía de la Naturaleza.
En la obra de Jung, la dicotomía clásica entre el sujeto y el objeto pierde mucho de su rigor, y esta imprecisión de frontera marca tanto su práctica terapéutica como sus especulaciones sobre la religiosidad. Esta quiebra del límite entre sujeto y objeto, y la participación de la Intuición y del Sentimiento, convierten a la suya en una psicología comprometida: no se aparta naturalmente del espectáculo, sino que queda involucrado en el mismo. Dicha ruptura de la línea divisoria entre sujeto y objeto acerca a Jung a los postulados de Husserl y a su concepto de Intencionalidad, pero esa relación se observa en diferentes niveles: Husserl es un pensador que se despliega dentro de la esfera de la Esencia, haciéndolo Jung, en cambio, dentro de la esfera del hecho empírico.

La actitud general de la fenomenología de Husserl, en tanto método que se empeña en descubrir el sentido propio del fenómeno, tal cual se manifiesta a quien lo examina e interroga, renunciando a formular un juicio sobre el aspecto ontológico del mismo, es plenamente coherente con las perspectivas de Jung, y responde a sus búsquedas. El también desea estudiar los fenómenos psíquicos sin tener que preocuparse de una filosofía que desde afuera les prescribiera la ley y los juzgue desde el exterior, sea que se presente como un idealismo deductivo o que asuma las apariencias de un positivismo inductivo. Jung se había visto confrontado con estas dos tendencias predominantes del siglo IXI, y ambas le parecían inaceptables. La actitud de Husserl a través de su expresión: "Ir a las cosas mismas" le pareció providencial, por cuanto ansiaba comprender sin prejuicios los hechos empíricos.
Su fidelidad inicial al agnosticismo teórico de Kant fue el blanco de muchas críticas que se le hicieron. La abstención de todo juicio de valor -la Epojé-, en cambio, le permitió interpretar su actitud en una forma más flexible. De ella emanan los verdaderos enriquecimientos que se deben al constante esfuerzo de Jung por tener en cuenta los factores psíquicos de su integridad. Al renunciar a cualquier juicio absoluto de valor, Jung concentró su atención sobre la estructura y sentido propio de universos simbólicos alejados de la conciencia occidental, tales como el lenguaje de los sueños, la Filosofía Hermética de los alquimistas, la historia de las religiones, las cosmovisiones orientales, cuyas representaciones eran extrañas para un pensamiento científico puramente causalista. Logró crear así una ciencia de los fenómenos que hasta entonces se habían desdeñado por inadvertencia o menosprecio.

En la obra de Jung, el Alma, que había sido expulsada de la psicología, es restituida de nuevo a su lugar: " Wirklichkeit der Seele ", Realidad del alma. Pero esta alma es siempre pensada como sólidamente encarnada: " Organismus der Seele ". Este organismo del alma es solidario no sólo del cerebro, sino del organismo entero, lo que nos permite hablar de un " Psiquismo espinal ", el mismo que aparece en el pensamiento índico en la figura de la serpiente Kundalini, que con sus siete Chakras conforma verdaderos centros de conciencia.
Encontramos aquí una concepción jerárquica que, mucho más que el dualismo tradicional, es una forma dispuesta a recibir toda la Psicosomática de nuestros días: "Yo no tengo un cuerpo, soy mi cuerpo".

Desde el principio, los arquetipos han sido concebidos por Jung como trascendentes a la conciencia. Manifestaciones a ésta por más de una imagen, continúan inconscientes en sí mismos, de donde surge, entonces, un dramático interrogante: ¿Es puramente psíquico el Inconsciente?. En sus observaciones sobre los Fenómenos acausales Jung expresa que éstos se hallan regulados (no causados) por arquetipos, y se pregunta si estos últimos no pertenecen a una trascendencia más radical, en la que se delinearía una especie de denominador común entre la materia y el espíritu. Las ideas de Jung en este campo son ciertamente inquietantes y abren extrañas incógnitas: los conceptos turbadores sobre el Principio de Sincronicidad, que definió como " la coincidencia temporal de dos o más acontecimientos, no relacionados entre sí causalmente, cuyo contenido significativo es idéntico o semejante", nos invitan a sobrepasar, en último análisis, la oposición entre el espíritu y la materia, como la dualidad del espacio y del tiempo.
Estas concepciones de Jung subyacen en la filosofía implícita de su antropología psicológica, la cual, partiendo de las distintas fuentes que nutrieron su pensamiento, converge hacia una real Filosofía de la Naturaleza, que trata de elucidar, precisamente, las leyes espirituales inherentes a una interpretación de la Naturaleza y de la Psique. En la misma confluyen tanto las ideas de los pensadores del Romanticismo como la de la Filosofía Hermética, la de los filósofos de la Vida como el Pensamiento primitivo, la de la Filosofía del Inconsciente como la de la Simbología del Espíritu, en un movimiento fluyente heraclíteo, y dentro de un universo como el del milenario pensamiento filosófico chino.

La filosofía implícita en la obra de Jung contempla la Unidad del hombre y la naturaleza, el Micro y del Macrocosmos, donde la vida humana es considerada como Participación en el Ritmo Cósmico. El Universo es considerado como un Todo organizado en el que cada parte se vincula con todas las demás mediante una relación de Simpatía. Existe un Principio básico que se expresa en la Ley de polaridades: pares de fuerzas antagónicas y complementarias que se unirían en la forma de Indiferencia. En el seno de la naturaleza hay polaridades como el día y la noche, la energía y la materia, la gravedad y la luz y, fundamentalmente, los principios masculino Yang y femenino Yin, que sobrepasan los límites del mundo animado, y le dan a la filosofía implícita el carácter dialéctico que la caracteriza.
En esta filosofía existe el concepto básico de los Fenómenos Primordiales ( Urphanomene ), como los Arquetipos, y la serie de metamorfosis de ellos derivada. También contempla el Inconsciente como el real fundamento del ser humano, por estar enraizado en la vida invisible del universo y ser, por lo tanto, el verdadero nexo de unión del hombre con el cosmos. Relacionada con la noción de Inconsciente se encuentra la del "Sentido Interno o Universal" ( Allsinn ), mediante el cual el hombre, antes de la Caída, era capaz de conocer la naturaleza, en una comunión con todo lo que lo rodea, en una verdadera "Participación mística".

La cosmovisión de Jung expresa la existencia de un Principio Vital, el que desde su originaria unidad se desdobla y multiplica, se ramifica y diversifica, se metamorfosea, en suma y, es la gran fuente de la vida. Además de la naturaleza visible, la filosofía implícita espira a penetrar en los secretos del "Fundamento" (Grund) de la naturaleza, que es considerado a la vez, fundamento de la propia Alma, y los medios para alcanzar ese Fundamento se encuentran no sólo en el intelecto, sino, sobre todo, a través del Centro Viviente del Tetraktys, que Troxler llamó " Gemütt " y, que es análogo al Sí - mismo ( Selbst ).
Y contempla, además, la vida humana como un largo proceso de Advenimiento, una serie de metamorfosis que constituye el Proceso de Individuación, en un eterno Pantha rei, que convierte a las concepciones de Jung en una real Filosofía del Devenir.
Quedan así asignadas notas esenciales de la filosofía implícita en el pensamiento de Jung, y por ende, de su concepción antropológica.
Son las raíces del Árbol.
El árbol es la monumental obra que Jung nos ha legado.

Esta obra, su Opus, vive, precisamente, para desvelarnos verdades sumergidas de quien ha descendido a los infiernos del abismo humano, para encontrar sendas en las acuciantes criptas de los interrogantes del ser humano de nuestro tiempo.

Fuentes:

sábado, 6 de noviembre de 2010

Conciencia Cósmica.

"El Hombre se pregunta, no como individuo sino como parte de todo, quienes somos y hacia donde vamos, quien esta detrás de todo este escenario de lo vivo, y cual es su rol en él. La curiosidad que nos caracteriza como especie ha asomado estas preguntas; pero tan pronto es formulada, una serie de sentimientos de culpabilidad, una sensación innata de maldad, algo que nos recuerda al pecado original, nos obliga a recapitular. Respuestas en torno a lo metafísico y espiritual se elevan instantáneamente en su pensamiento, dándole una respuesta casi inmediata, una respuesta inmune, que minimiza sus aptitudes racionales como humano, y le arrodilla ante un ser divino , del cual no se atreve a dudar ni un segundo".
Carlos Portillo

Cuando uno se inicia y emprende su inefable viaje heroico en busca de la Conciencia Cósmica, pronto percibe que ha de ir más allá de los parámetros del individuo, aunque sin renunciar a su individualidad, de igual modo que un átomo, cumple con su peculiar función dentro de una estructura molecular. 
Esta Vía esta jalonada por multitudes de paradojas y contradicciones, de dicotomías y ambivalencias, de ambigüedades y dobles sentidos, de dilemas y dudas, de sutilezas y apariencias, cuyo propósito no es el de producir confusión, sino más bien el de orientar y guiar al "héroe" en una laberíntica senda estructurada a modo de puzzle... No hay forma de avanzar en esta encrucijada sin antes encajar las piezas del puzzle. He aquí donde se halla la trascendencia de la contemplación y de la meditación, pues es con la mente apaciguada que se distingue y se observa al entramado de todas las piezas, de todo el conjunto, de la Totalidad, de la Unicidad Cósmica. Con la ayuda de la meditación se neutraliza la mente desbocada y ofuscada que tras una espesa niebla oscura ciega la consciencia, impidiéndole reconocer las balizas que señalan el sendero. La meditación agudiza la intuición  y el sentido de lo abstracto, el discernimiento y la capacidad de evaluar criterios, entre otras muchas cualidades importantes para el "héroe" que transita por esta Búsqueda.
Además de lo anteriormente citado, se revelan y se evidencian otras señales indicadoras de como transitar por este inefable viaje heroico. Intuitivamente el "héroe" descifra analogías y similitudes, símbolos y metáforas, equivalencias y correspondencias, concordancias y sincronías, asociaciones y vínculos, sincretismos y eclecticismos...
El siguiente artículo es una asociación de idea, donde quizás la palabra clave sea el antropocéntrismo; tomando en su totalidad a la especie del Homo sapiens sapiens (la humanidad) como una entidad homogénea dentro del contexto cósmico.

Conciencia Cósmica

Desde el Renacimiento hasta nuestros días, la historia del progresivo descubrimiento del Universo ha sido también la historia del progresivo derrocamiento de la ingenua cosmovisión antropocéntrica, que hacía de nosotros, los seres humanos, el ombligo del mundo.
Pocas convicciones tan sólidas mantenían nuestros antepasados como la creencia de que su habitáculo, la Tierra, era el centro del universo, en torno al cual giraban el Sol, los planetas y las estrellas fijas. De ahí el tremendo impacto que tuvo en su tiempo la revolución copernicana, que convertía a la Tierra en otro planeta más, girando como los demás en torno a un centro no humano del mundo, el Sol. Pero al menos había un centro y nosotros no estábamos tan lejos de él. Pero luego resultó que tampoco el Sol era el centro del mundo, sino una estrella cualquiera de entre los 100.000 millones de estrellas que componen nuestra galaxia, que a su vez no es sino una más entre los muchos miles de millones de galaxias que hay en el universo, que en cualquier caso carece de centro.
Completamente derrotado en astronomía y cosmología, el antropocentrismo halló refugio en la biología, recreándose en subrayar el presunto abismo que separaba a la especie humana -producida a imagen y semejanza de Dios- del resto de los animales. De ahí la irritación que produjo la revolución darwiniana, que convertía a la humanidad en otra especie animal más, fruto del mismo proceso de evolución biológica que otras. Luego se han ido comprendiendo mejor los mecanismos de mutación genética, recombinación sexual y selección natural que han producido la asombrosa variedad de los organismos que componen la biosfera. Cada especie es única e irrepetible, pero unas especies están más o menos emparentadas con otras. Las hormigas son muy distintas de las abejas, pero ambas están mucho más emparentadas entre sí que con las ballenas o los caballos. Tanto el registro fósil como el análisis bioquímico confirman que todos los organismos estamos de algún modo emparentados, y que en algunos casos, como el de los gorilas, los chimpancés y los seres humanos, el parentesco es estrechísimo.
Destronado del ámbito astronómico y del biológico, el antropocentrismo se mantuvo todavía un tiempo en la psicología. Pero los progresos combinados de la etología y la neurofisiología han mostrado más y más estructuras y mecanismos psicológicos comunes a los animales superiores, Incluso la sociobiología ha venido a descubrir ciertos rasgos comunes a todo tipo de sociedades (animales o humanas), uniéndose así a lo que Manuel Sacristán llamaba últimamente el incremento de la cosmicidad en las ciencias sociales. Algunos de estos desarrollos reciente son todavía inseguros y están sometidos a discusión. Pero aquí no me interesa entrar en detalles, sino sólo señalar la dirección general del proceso: cuanto más hemos ido aprendiendo acerca del universo y de nosotros mismos, tanto más nos hemos visto forzados a abandonar el ingenuo y arrogante antropocentrismo del pasado y a adoptar una actitud a la vez más sabia, más reverente y más realista hacia el resto de la naturaleza.
Tras la bancarrota científica del antropocentrismo, ¿podría éste encontrar un último e inexpugnable baluarte en el dominio de la moral? Darwin pensaba que no. En su libro "El origen del hombre", Darwin describe como los instintos sociales congénitos de simpatía y compasión hacia los miembros conocidos de nuestra propia familia se van luego extendiendo progresivamente a toda la tribu, e incluso a la multitud de desconocidos de la propia nación, por influjo de la cultura. Darwin creía que esta etapa nacionalista es todavía bastante primitiva y, en cualquier caso, provisional.

“Una vez llegados a este punto, sólo una barrera artificial impide que nuestras simpatías se extiendan a los hombres de todas las naciones y razas. La simpatía más allá de los confines humanos, es decir, la humanidad hacia los otros animales, parece ser la última de las adquisiciones morales. esta virtud, una de las más nobles de que está provisto el ser humano, parece surgir incidentalmente al hacerse nuestras simpatías cada vez más tiernas y más ampliamente difundidas, hasta llegar a abarcar a todos los seres capaces de sentir.”

Creo que Fernando Savater estaría de acuerdo con Darwin y conmigo en la conveniencia de extender nuestros sentimientos y responsabilidades morales más allá de los límites provincianos del nacionalismo y el racismo, hasta abarcar a la humanidad entera en un consecuente ideal cosmopolita. Pero en sus artículos "El alma de los brutos" y "Los gorilas como pretexto" parece encontrar serias dificultades en admitir lo que Darwin llama “la última de las adquisiciones morales” y en superar el antropocentrismo moral. Mientras unos profesores de ética se resisten a ese salto, otros no vacilan en darlo, como bien claro quedó en el Simposio internacional de biólogos, antropólogos y filósofos celebrado en Palma de Mallorca en diciembre de 1985. Unos y otros -y desde luego Fernando Savater- merecen mi respeto y atención a sus razones y argumentos. Es evidente que la reflexión sobre estos temas está aún en mantillas y que todavía estamos bien lejos de haber alcanzado sobre ellos una claridad definitiva.
La naturaleza crea átomos y células, pero no derechos ni responsabilidades. Los derechos naturales no existen. Sólo hay derechos convencionales, establecidos por la voluntad de los hombres. Somos nosotros los que podemos elegir conferir o no conferir ciertos derechos a los niños, o a los adultos, o a los chimpancés, o a los urogallos. Según qué derechos establezcamos, viviremos en uno u otro mundo. Y si puedo votar, yo voto por un mundo en el cual todos los seres vivos tengan algunos derechos (por ejemplo, a no ser gratuitamente torturados). Muchos votaríamos también a favor de que ninguna especie pueda ser puesta en peligro de extinción, excepto en el caso de los microbios portadores de enfermedades infecciosas. (Sin embargo hemos de reconocer que estos últimos son un sistema de regulación del exagerado aumento demográfico en cualquier especie, por lo tanto cumplen con un propósito y  tienen su derecho a existir). El que amemos a todos los animales no nos impide amarnos aún más a nosotros mismos. Yo no soy budista, y no vacilaría en matar al mosquito que trata de picarme. Pero los conflictos entre derechos se plantean a todos los niveles...

...No somos hijos de los dioses. Somos nietos de los monos arborícolas y primos de los chimpancés. Y a mucha honra. No somos el ombligo del mundo, pero nuestra curiosidad y nuestra simpatía se extienden por doquier. No pongamos fronteras a nuestra ansia de conocer ni diques artificiales a nuestra ansia de amar. Sintámonos a gusto en nuestra propia piel, inmersos en la corriente de la vida y en gozosa comunión con el universo entero. En la lucidez incandescente de la conciencia cósmica se esconde la promesa de la sabiduría y la felicidad.

viernes, 5 de noviembre de 2010

El inefable viaje heroico en busca de la Conciencia Cósmica

"Todo es doble, todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos: los semejantes y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son medias verdades, todas las paradojas pueden reconciliarse.

Todo fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso, todo asciende y desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha, es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación.

Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo a la ley; la suerte no es más que el nombre que se le da a la ley no reconocida; hay muchos planos de casualidad, pero nada escapa a la Ley."
El Kybalión

Esta es sin duda una búsqueda que solo se puede realizar paso a paso y reafirmándose en cada uno y todos los pasos. Me doy cuenta que esto puede significar lentitud, sin embargo la Búsqueda de la Conciencia Cósmica es un Intento demasiado serio para tomárselo como si fuera un simple ejercicio de entretenimiento enmarcado en un tiempo limite.
Hace años que inicie la Búsqueda, y soy consciente de haber comedido numerosas frivolidades y de haberme dispersado frecuentes. A pesar de todo ahora estoy aquí.
He buscado por Internet alguna pagina que pudiera referirse a la Búsqueda (soy extraordinariamente perezoso para plasmar mis experiencias por escrito...) Afortunadamente nada se corresponde con lo que quiero transmitir, así que no me queda mas remedio que dejarme fluir con esta Conciencia Cósmica y que esta me guié. No tener expectativas y no ser un juez inflexible son lo principal para no cometer actos de auto-censura y de auto-critica destructiva. De modo que no seré demasiado exigente con mi estilo.
Empezare con el comentario de una lectura; no se si esto le pasa a otras personas, basta con leer unas pocas frases en un libro para establecer una conexión con una realidad, digamos transcendental. Como si se hiciera la luz en un rincón de la conciencia individual. Y realmente no importa ni el autor ni el titulo del libro, sino el estado de receptividad del buscador. Yo buscaba un concepto para evitar la palabra "Dios", seguramente porque relaciono esta palabra con la parafernalia de la iglesia católica. Además de que el concepto de Dios me parece estar envuelto en un manto de antropocentrismo que nos desliga peligrosamente del resto de la Creación y de sus fenómenos. Sin embargo acepto la idea de que la conciencia humana necesita de ciertos conceptos que asemejan la divinidad con la humanidad. Aunque estos son limites que han de ser superados para nuestro mayor progreso en la Búsqueda de la Conciencia Cósmica. Una cosa me queda clara: llega un momento en el que el intelecto queda obsoleto y hemos de desarrollar la inteligencia intuitiva como herramienta de percepción para apreciar la omnipresencia de esta Conciencia Cósmica.
Una vez leí una frase que, para mi, resume perfectamente el concepto que hay tras la Búsqueda de la Conciencia Cósmica; decía algo así como que para saber cual es el sabor de un pastel hay que probarlo, de nada sirve las descripciones intelectuales acerca del sabor del pastel. Si nunca lo probamos nunca conoceremos su sabor. Y aunque la Realidad Ultima es solo una, a cada uno se nos revela de un modo distinto, porque cada uno tenemos un modo de apreciación diferente al de los demás y completamente subjetivo, debido a nuestro bagaje de experiencias, vivencias y circunstancias. Nuestro peculiar modo de percibir la Conciencia Cósmica no le resta para nada una sola de sus cualidades que hacen que Ella sea Una y Única. En todo caso podríamos percibirla a través de algunas de sus múltiples manifestaciones en calidad de Una y Única.
A penas podemos intentar describir la Conciencia Cósmica por medio de palabras apelando a los sentidos ordinarios, y por mucho que leamos a quienes han experimentado una conexión con la Conciencia Cósmica, no llegaríamos a vislumbrarla sino experimentadola. Todos y cada uno se expresan con los conceptos propios de sus culturas, épocas y sociedades. Lo único que nos queda es iniciar nuestra propia Búsqueda de la Conciencia Cósmica afín de apreciar por nosotros mismos su calidad de Realidad Ultima. Y dejar que ella se exprese en nuestro mas intimo ser interior con su propio lenguaje. Fluir con ella.

No me refiero a la Conciencia Cósmica como un estado superior de conciencia. Si bien es posible, por supuesto alcanzar este estado, percibir conscientemente de que tras todos los fenómenos se halla la manifestación de una conciencia superior y experimentar una profunda e intima comunión con la Conciencia Cósmica . Ella es una entidad mas allá de nuestras concepciones intelectuales y mentales, sin embargo no por ello imposible de percibir. Su esencia es conciencia en estado puro.
Difícilmente podemos concebir el significado de la conciencia desde una perspectiva cuyo punto de referencia no sea un "yo". Algunos se refieren a la Conciencia Cósmica como el "yo superior", o "yo secreto", aunque algo de razón tienen porque nuestro yo no es mas que otra de sus tantas manifestación y creación . Ella en tanto como conciencia en estado puro no es comparable a lo que nosotros conocemos como la conciencia centrada en un "yo": yo tomo conciencia, yo soy consciente, mi conciencia, estoy en un estado de conciencia, ...etc.
En la Búsqueda de la Conciencia Cósmica no se pretende comprender intelectualmente esa esencia, eso equivaldría a un vano intento de descifrar la "Mente de Dios". No obstante estamos capacitados para experimentarla como la fuente desde donde fluye todos los fenómenos, incluyendo nuestra conciencia individual.
Me doy cuenta que seguramente toda esta palabraria acerca de la Conciencia Cósmica puede generar un conflicto con el intelecto racional, necesitado de objetos tangibles, demostrables científicamente y ceñidos a conceptos lógicos y concretos. Difícilmente podemos concebir una conciencia que no este encarnada dentro de unos parámetros biológico ya que asociamos esta con los procesos neuronales. Incluso si hablamos de procesos espirituales, nuestra comprensión queda limitada solo a lo que nuestra mente es capaz de concebir, interpretar y racionar.
Entonces ir mas allá evidencia la inutilidad del pensamiento y su expresión en palabras.
Os preguntareis porque pues escribo todo esto si yo mismo estoy convencido de que este intento es estéril.
La Búsqueda de la Conciencia Cósmica esta plagada de paradojas, contradicciones, sin sentidos que solamente pueden resolverse usando unos sentidos que pocos tenemos desarrollados y que a su vez son atributos espirituales de la Conciencia Cósmica reflejándose a si misma en su creación. Unos de estos sentidos es la intuición, que nos capacita para "conectar" con el "lenguaje" o modo de expresión de la Conciencia Cósmica.

Algunos pensaran que al hablar de la Conciencia Cósmica como un ente amorfo, impersonal y abstracto me refiero a "Dios". Por un lado es cierto, pues estoy hablando de una Conciencia creadora o más bien sustentadora. Sin embargo este termino, "Dios" ya esta monopolizado por las grandes instituciones religiosas, y por lo tanto tiene profundas connotaciones arquetipicas que nos limitan y condicionan para una autentica Búsqueda de la Conciencia Cósmica o conexión con Esta. Claramente diré que esta Búsqueda nada tiene que ver con estos conceptos que tenemos de "Dios", prácticamente hechos a la "imagen y medidas del hombre". Tampoco voy a afirmar que estos bagajes religiosos son completamente inútiles. El error consistiría mas bien en aferrarse y limitarse a ellos para no traspasar lo establecido. Muchos de estos conceptos nos serán útiles, mas que nada porque nuestro intelecto es limitado y necesita de estos simbolismos antropocéntricos. Es el caso por ejemplo de los principios Tantricos de "Shiva y Shakti". Estos solo son aspectos parciales o emanaciones que el ser humano ha representado en su mente.

El que corre con lobos
Para el Blog "Hombres que corren con los lobos"





Conciencia Cósmica







domingo, 10 de mayo de 2009

Insight, darse cuenta y awareness

El estudio de la mente humana ha fascinado a naturalistas, médicos y filósofos,desde tiempos inmemoriales. Este hecho no resulta sorprendente, ya que la adecuada comprensión del funcionamiento y de la naturaleza de la mente humana constituye -con mucho- el paso más importante para la comprensión de la naturaleza del ser humano y de todo aquello que a través de la mente nos es conocido.

Respecto del término insight, éste habría sido utilizado por primera vez en un trabajo de French del año 1939 llamado "La comprensión intuitiva y la desfiguración en los sueños". French habría tomado este término del trabajo de W. Koehler en el cual un mono encuentra súbitamente la solución al problema de obtener plátanos que están fuera de su alcance montando tres cajas una sobre la otra o bien utilizando largos palos.

La vivencia emocional es importante para la adquisición de un verdadero insight. Asimismo, las diversas funciones yoicas que participan en el proceso de lograr mayor insight, son entre ellas la activación de la función de auto-observación, la capacidad de regresión controlada del yo y la suspensión de la atención activa, permitiendo el surgimiento de la fantasía. Junto al mayor conocimiento de los estratos más inconscientes, el insight incluye una elaboración reflexiva que permite integrar y sintetizar nuevos contenidos en el yo.

El "Insight" (del inglés, “visión de dentro“) es un término relativamente nuevo en la psicología y hace referencia tanto a la capacidad de darse cuenta, de tomar conciencia en forma súbita de una verdad o una realidad interior, que normalmente había permanecido inconsciente, como al conocimiento nuevo y distinto de nosotros mismos.

Es una especie de percepción sensible que involucra a todo el cuerpo y que nos llega a través de la experiencia directa. En efecto, no se trata de algo intelectual, algo razonado, sino de algo que ocurre sin explicación, como un chispazo de entendimiento que, como una llave que abre nuevas claridades, nos pone en contacto con una iluminación de carácter repentino (darse cuenta de algo concreto). Porque como dijo Carl Jung: "La iluminación no consiste en ver formas luminosas y visiones, sino en hacer visible la oscuridad”. Es una nueva aprehensión, que conlleva normalmente cierta emocionalidad, una espontánea revelación lúcida que se produce cuando se logra atisbar dentro de sí mismo la comprensión a un problema o a un misterio.

Ese darse cuenta o toma de conciencia a través del "insight" y de la "concienciación" permite una comprensión de los conflictos, de las necesidades, de las motivaciones propias, de las vivencias, de la conducta, de los rasgos de la personalidad o de la forma de ser. De esta manera se re-interpreta y se conecta con significados y/u origenes, lo que permite ampliar la conciencia y acceder a un mayor conocimiento de sí mismo. Gracias a la exploración y a la integración de las experiencias conscientes y no conscientes, se consigue corregir los patrones cognitivos, emocionales e interpersonales.

La toma de conciencia a través del insight puede dirigirse a dos aspectos: uno interno, que permite esclarecer información que en algunos casos puede haber quedado oculto en el inconsciente si se trata de una realidad interior, el cual es primordial y tiene que ver con el Ser y otro externo, el cual es secundario y tiene que ver con el hacer. Este es el proceso creativo para la integración de la información que dara lugar a una nueva simbolización de la experiencia junto con un cambio significativo que implica compromiso.

Es un pensamiento productivo que implica el descubrimiento de una nueva organización perceptiva o conceptual con respecto a un problema, reflejando una comprensión real del mismo, una movilización de afecto, en el que al darse la desocultación e integración, puede tener como efecto la modificación de actitudes, de modalidades de interpretar la experiencia, de matrices de aprendizaje, de vínculo e interpretación de la realidad profundamente arraigadas en el mundo interno como novela, por lo que podemos decir, que en el insight se desmorona siempre una ficción.

Insight es, entonces, visión de relaciones, de sistemas de relaciones, de estructuras, descubrimiento de nexos, resignificación y reinterpretación de la experiencia, que permite una nueva lectura de la realidad. Así como la interpretación es el desciframiento realizado por el técnico, el insight es el desciframiento protagonizado por un sujeto.
Sin embargo, la vivencia del insight es la desocultación súbita de un hecho, de una relación o de un proceso en el que estamos inmersos, tenemos una relación de inmediatez, de cercanía, pero a la vez de desconocimiento. Ahora bien, esta comprensión que da el insight, no es un conocer puramente intelectual, que despojado de la intensidad emocional del descubrimiento, carece de eficacia transformadora, e incluso puede ser resistencial o una racionalización encubridora.

El hecho de que el insight ocurra en forma súbita, ha hecho que se le asocie o incluso confunda con la intuición. En Latín intuare significa mirar hacia adentro; en inglés le llaman insight, en castellano se asocia a tener una epifanía
La intuición, por ejemplo, es una conciencia más o menos repentina y verdadera acerca de una conclusión o juicio, sin conciencia de los pasos cognitivos previos. Representa una cognición inconsciente de comparación con patrones (sólo escasamente relacionados con el proceso primario) que puede hacerse consciente bajo ciertas condiciones. El término intuición suele aplicarse más a menudo al descubrimiento de conexiones en el mundo externo, mientras que insight se refiere a descubrimientos sobre el mundo interno propio o de otra persona.

El insight o darse cuenta es entrar en contacto, natural, espontáneo, en el "aquí y ahora", ocurre en el presente.

Existen tres Zonas del Darse Cuenta:

1. El darse cuenta del mundo exterior: Esto es, contacto sensorial con objetos y eventos que se encuentran fuera de uno en el presente; lo que en este momento veo, toco, palpo, degusto o huelo. Es lo obvio, lo que se presenta de por sí ante nosotros. En este momento veo mi lapicero deslizándose sobre el papel formando una palabra, escucho el ruido de los carros pasando por la avenida, huelo el perfume de una joven que pasa por mi lado, siento el sabor de una fruta en mi boca.

2. El darse cuenta del mundo interior: Es el contacto sensorial actual con eventos internos, con lo que ocurre sobre y debajo de nuestra piel. Tensiones musculares, movimientos, sensaciones molestas, escozores, temblores, sudoración, respiración, etc. En este momento siento la presión de mi dedo índice, mayor y pulgar sobre mi lapicero al escribir; siento que deposito el peso de mi cuerpo sobre mi codo izquierdo; siento mi corazón late, que mi respiración se agita, etc.

3. El darse cuenta de la fantasía, la Zona Intermedia (ZIM): Esto incluye toda la actividad mental que transcurre más allá del presente: todo el explicar, imaginar, adivinar, pensar, planificar, recordar el pasado, anticiparse al futuro, etc. En este momento me pregunto qué haré mañana por la mañana, ¿será algo útil, bueno?. Todo esto es irrealidad, fantasía. Aún no es el día de mañana, y no puedo saber y decir nada acerca de ello. Todo está en mi imaginación; es pura y simple especulación, y lo más saludable es asumirlo como tal.

El insight implica un proceso de aprendizaje que se produce de manera súbita junto con la sensación de que en ese momento acabamos de comprender un problema. No tiene que ver con repetir sino con organizar los elementos en forma diferente. La persona que aprende por medio del insight ve la situación con una nueva óptica que implica las relaciónes lógicas entre los elementos, la conexión entre medio y fines.
En sus clásicos estudios realizados con monos durante su estancia obligada en Tenerife en la Primera Guerra Mundial, Kholer observó cómo revolvían sus sujetos un problema significativo para ellos: estando encerrados en una caja en la que hay unos cestos quieren tomar unos plátanos colgaos del techo que están lejos de su alcance. Los monos, tras varios intentos baldíos y un período de reflexión, acaban por amontonar los cestos y subidos a ellos alcanzar los plátanos y comérselos triunfalemente. A diferencia de los estudios de los conductistas, en los que los animales aprenden por ensayo y error, los monos de Kholer aprenden reerganizando los elementos del problema tras una profunda reflexión.

La capacidad de insight en una persona corresponde a la capacidad de contactar y darse cuenta de la propia vida emocional o ´realidad interior y, así, acceder a una constante nueva comprensión de sí mismo, de hacer conexiones entre su vida interior, su cuerpo y las circunstancias de su vida.
La consecuencia de tener más insight es ganar en madurez, en flexibilidad, en asumir las responsabilidades propias, y finalmente en una forma más libre y congruente de funcionar.
Bernard Lonergan, sacerdote jesuita, filósofo y teólogo, ha explorado los campos del conocimiento que se generan mediante el desarrollo de una visión interior en movimiento, del acto de comprender y entender a las personas y de apropiarse de la propia conciencia. Asegura que el insight es un vehiculo de aprendizaje individual y social y, por lo mismo, sugiere hacerse dos preguntas: ¿qué hago cuando conozco? y ¿qué es lo que conozco cuando hago esto? Por cuanto de estas deriva el conocimiento del propio conocimiento, o aquella intencionalidad reflexiva y autocomprensiva que se logra tras haber conocido lo que es conocer.
A nivel cerebral, es como si en el cerebro se reorganizara la información, ganándose en comprensión.

Admitida la enorme flexibilidad de la consciencia, el segundo paso consiste en establecer el lugar que ésta ocupa en la mente y la relación que tiene con el resto de funciones mentales. Provenga la mente del cerebro físico o del espíritu inmaterial, la mente es simplemente una sucesión de procesos mentales. Nuestro cerebro funciona como un ordenador en el que todas sus funciones se pueden agrupar en dos: las funciones efectoras o emisoras y procesadoras de información, como el lenguaje, la lógica, la memoria, cualquier tipo de pensamiento, razonamiento o actividad intelectual, la voluntad, las emociones, la imaginación, etc. y las funciones receptoras o adquisitorias de información, como la atención, la observación, la percepción, la comprensión, la inspiración, la intuición, etc.

La percepción comprende, según la Psicología, tres procesos íntimamente relacionados:
a) el proceso receptor: el que capta el hecho real por medio de los sentidos y lo hace llegar a los órganos receptores;
b) el proceso simbólico, el que asocia la sensación a un concepto que ya poseemos;
c) y el proceso afectivo, el que traduce el concepto en aspectos afectivos como agradable, desagradable, indiferente, etc.
Obviamente, los dos últimos son emisores y subjetivos, mientras que solo el primero constituye la verdadera recepción de información, objetiva o próxima a la objetividad. Este tipo de percepción al mismo nivel de la recepción solo puede procesarse con la consciencia en estado de dianoia de modo que impida los procesos subjetivos inmediatos. Equivale en cierto modo al percatarse de algo o al awareness de la Gestalt.
El filósofo australiano David Chalmers al intentar buscar un puente psicofísico que una los procesos físicos del cerebro con la experiencia subjetiva, separa el percatarse -lo que considera objetivo-, de la consciencia -a la que considera subjetiva-. Chalmers aproxima su concepto sobre el percatarse al tipo de consciencia dianoia, como una función receptora totalmente alejada de la consciencia emisora y subjetiva propia del conocimiento captado de manera “fiable” por los sentidos.

Lo importante, por lo tanto, es distinguir cuando una función está adquiriendo o recibiendo información, pudiendo llegar a decir que, en los extremos de la escala, el mecanismo básico de funcionamiento podría ser el mismo para la mayor parte de las funciones de un conjunto: por ejemplo, el término insight al que hemos hecho referencia bien podría aplicarse a la imaginación creadora, a la percepción instantánea, a la inspiración, a la intuición, a la comprensión repentina, al atento raciocinio holístico o a los sueños creativos.

El entendimiento surge desde cuando se relata la pregunta y se puede observar un horizonte de probabilidades. Cuando la persona experimenta una sucesión de insight va creciendo, se va desarrollando en un proceso intimo. Si no se logran insights es que todavía se vive en el reino de las respuestas.

Una experiencia de insight de la unidad a veces ocurre espontáneamente en las personas que nunca han practicado la meditación y que ni siquiera tienen inclinaciones “espirituales”. Sin embargo, sin una base de claridad, es difícil sostener e integrar dicha experiencia, la cual suele desvanecerse para luego convertirse en un recuerdo agradable después de algunos momentos, horas o días. Ocasionalmente, puede suceder que este tipo de experiencia espontánea produce una transformación permanente, pero, aún así, sin una práctica sistemática de meditación, es difícil realizar las implicaciones con plenitud en la vida diaria.

La meditación conduce a un incremento de la autoconciencia de los estados mentales y emocionales, a un control sobre los instintos y las reacciones compulsivas, al insight de la verdadera naturaleza de uno mismo, a la exploración de temas religiosos, de imágenes y sentimientos, y a una expansión de la conciencia del ego hacia una conciencia más universal.
La meditación proporciona insight de cómo se crean los esquemas mentales, da lugar a un mayor sentido de la responsabilidad y lo lleva a uno a salir de las limitaciones conceptuales y las reacciones y conductas estereotipadas.
La meditación de percepción de la naturaleza interna puede proporcionar insight transformador de patrones maladaptativos de la actividad mental y emocional.
La meditación permite alcanzar una gran profundidad en el insight y la escucha, y nos ubica en una perspectiva trascendente. Trabajando sin la palabra, sólo con la respiración y el cuerpo, expresamos movimientos que parten desde lo más profundo de nuestro ser. Así, combinando la técnica de meditar con el movimiento vamos construyendo un diálogo con la Totalidad -lo que Jung llama el Imago Deo.

Lo mas extraordinario de la capacidad humana de insight es la modificación real de la propia conciencia y biología que implica. Cuando cambia nuestra conciencia, todo lo demás cambia: el entorno, las interacciones sociales, la conducta, las percepciones y los humores; crece la capacidad para la profundidad –de ver lo que está más allá de la ilusión y de la realidad material inmediata.

La mayoría hemos tenido Insight en algún momento de nuestra existencia. “Muchos de nosotros podemos percibir en nosotros mismos por lo menos algún momento de espontaneidad, momentos que, al propio tiempo, lo son de genuina felicidad. Que se trata de la percepción fresca y espontánea de un paisaje o del nacimiento de alguna verdad como consecuencia de nuestro pensar, o bien de algún placer sensual no estereotipado, o del nacimiento del amor hacia alguien..., en todos estos momentos, sabemos lo que es un acto espontáneo y logramos así una visión de lo que podría ser la vida si tales experiencias no fueran acontecimientos tan raros y tan poco cultivados.

Sólo cuando nos responsabilizamos de nuestro actuar podemos pasar del Insight al darse cuenta, y así esos momentos de conciencia no serían sólo momentos, sería parte de nuestra existencia. No podemos llegar a la meta si antes no hemos podido iniciar el camino, y el inicio de este camino, de nuestra realización, es el Insight; ya que el Insight es aprehender de manera inmediata lo que se nos presenta como figura.

Los discípulos estaban enzarzados en una discusión sobre la sentencia de Lao Tse:
“Los que saben no hablan;
Los que hablan no saben”.

Cuando el maestro entró donde ellos estaban, le preguntaron cuál era el significado exacto de aquellas palabras.
El maestro les dijo: “¿Quién de vosotros conoce la fragancia de la rosa?”

Todos la conocían.
Entonces les dijo: “Expresadlo con palabras”
Y todos guardaron silencio.


Darse cuenta es el inicio en el proceso del aprendizaje. Hay un aprendizaje y una modificación de la conducta. Se empieza a elaborar la información. Hay auto observación como un continuum de conciencia. Se esta alerta de todo lo que uno es, sin escindir alguna características. Es un proceso continuo que mantiene a la persona en contacto consigo misma y un aspecto final del funcionamiento sano de la persona. Es saberse guiar con destreza en el mundo, porque así se tiene más posibilidades y más elecciones para hacer su existencia.
Para Dr.Claudio Naranjo el auto-conocimiento ha sido reconocido desde siempre como una vía de transformación y define el darse cuenta como "que es uno mismo por medio de la expresión"
Es importante estar siempre en el aquí y ahora y darse cuenta de los sentimientos, sensaciones, de las acciones y de los valores

Hay que tener capacidad de discriminación que se da en el proceso de darse cuenta.
Si percibimos y reaccionamos ante los objetos catatizados en la forma y momento que se nos van presentando. El contacto y retirada permitirá regular nuestro ir por la vida; “Nuestras emociones, más que nuestro intelecto, son las fuerzas que caracterizan nuestra acción, en consecuencia, el contenido se sitúa en `educar´ las emociones y no la mente”.
(catexis: actitud atrayente –polaridad- del individuo sobre las cosas de su medio
y que él mismo le da el valor positivo o negativo de acuerdo a su percepción
)

El darse cuenta es el proceso que lleva a comprender la diferencia de con el otro y/o los otros; es aprender a tener contacto, es aprender a estar en un continuo de conciencia. Es ser el único responsable de su Ser y de su existencia. Dejar que el río fluya.
Es ir a un ritmo y no tratar de acelerar el proceso, sino pasaría como a la mariposa que quería salir de su capullo y un hombre la vio y le ayudó; lo único que consiguió fue que del capullo saliera una mariposa débil y con las alas rotas.

Si para recobrar lo recobrado
Debí perder primero lo perdido
Si para conseguir lo conseguido
Tuve que soportar lo soportado

Si para estar ahora enamorado
Fue menester haber estado herido
Tengo por bien sufrido lo sufrido
Tengo por bien llorado lo llorado

Porque después de todo he comprobado
Que no se goza bien de lo gozado
Sino después de haberlo padecido

Porque después de todo he comprobado
Que lo que el árbol tiene de florido
Vive de lo que tiene sepultado


Francisco Luis Bernández

“Porque después de todo he comprobado” es porque ha habido un proceso, no es momentáneo, no es Insight, es la reflexión del pensamiento, del actuar, es la comprensión del cuerpo y el trabajo necesario para llegar a la integridad de cuerpo, mente y espíritu.

Awareness es la poesía de la vida, la integración de las polaridades; el conocimiento de la persona que uno es. La congruencia del pensar, del decir y del actuar.
Es la conciencia de que no se puede dar lo que no se tiene, y de que lo que se da al otro y a uno mismo, de lo que se tiene en esencia: raíces, historia, pasado.
"El árbol florece, no sólo es raíz, yo florezco día a día y soy aquí y ahora, soy en el presente; y este presente es atemporal."

Es estar presente en el aquí y ahora, ser responsables y haber madurado: “La madurez es lo mismo que estar centrado y esto significa enfrentarse a las circunstancias de la vida tal como se presentan y de acuerdo con un proceso de cambio de libre funcionamiento. Siendo responsables de nuestra existencia, sin ser sumisos a las exigencias de la sociedad, ni desafiarla sin sentirnos más o menos de lo que somos, simplemente siendo capaces de ser. Estando en contacto con la situación.”

El Awareness es estar plenamente presente donde uno se encuentra, es una forma de vida. El continuum del darse cuenta. También nos manifiesta que este proceso va acompañado de pertenencia y la pertenencia lleva consigo el control sobre lo que elegimos y la responsabilidad por los propios sentimientos y conductas.



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