domingo, 21 de septiembre de 2008

Práctica para desarrollar la auto-consciencia.

El autor, partiendo de la premisa de la psicología evolutiva que establece el desarrollo de la consciencia humana, sugiere una serie de prácticas para promover el crecimiento de la auto-consciencia, según él, necesario para poder comprender y poner en práctica algunas de las recomendaciones de la moderna teoría administrativa, tales como las planteadas en el Método Harvard de Negociación, basadas en la diferenciación entre persona y problema y el respeto incondicional al ser del otro. Igualmente para poder desarrollar la llamada inteligencia emocional. Para el autor, la compasión necesaria para proyectar la labor gerencial al mejoramiento de la condición humana, solo es posible si los gerentes han alcanzado un nivel evolutivo que les permita sentir a los demás como parte de sí mismos. La tesis central de este trabajo es la imposibilidad de lograr el desarrollo humano de las empresas sin una evolución del nivel de consciencia de los gerentes. Las prácticas sugeridas pretenden propiciar el desarrollo de los líderes organizacionales.

INTRODUCCIÓN

Se entiende por auto-conSciencia, así con S intercalada, la capacidad de percatarse de uno mismo. Según el diccionario de la lengua española "La capacidad de los seres humanos de verse y reconocerse a sí mismos y de juzgar". Aparentemente en este planeta, los seres humano somos los únicos que la hemos desarrollado.

La Psicología Transpersonal enseña que la auto-consciencia humana admite grados. El nivel en el que se está, se determina según la forma en que se experimente la propia identidad; es decir, la respuesta a la pregunta ¿Quién soy? y la que se deriva de ella ¿Quiénes son mis iguales?

En términos generales se pueden identificar cinco niveles de consciencia, aunque cada uno de ellos admite subdivisiones.

Los cinco niveles presentados, que se describen en ese trabajo, se fundamentan en los planteamientos de Ken Wilber, posiblemente el teórico más conocido de la Psicología Transpersonal, principalmente en sus libros "Breve Historia de todas las cosas".

Ellos son:

1. Identidad corporal. Yo soy mi cuerpo. Dificultad de mirar como pares a otros. Cada ser humano es una isla. Se le podría denominar identidad CORPOCÉNTRICA.

2. Identidad grupal. Repitiendo una frase atribuida a Jorge Eliécer Gaitán, político colombiano asesinado en 1948, “Yo no soy un hombre, soy un pueblo.” Soy lo
que mi grupo es. Mis pares son aquellos con los que comparto una identidad
grupal, normalmente vinculada a un territorio y/o una cultura. Se le podría
denominar identidad ETNOCÉNTRICA.

3. Identidad personal. Asociada con los propios pensamientos y las emociones derivadas de los mismos. Yo soy mis senti-pensamientos. Mis iguales son los que senti-piensan como yo. Se le podría denominar identidad EGOCÉNTRICA

4. Identidad yoica: Yo soy un centro de consciencia, aquel que siente y piensa. Mis pares son todos los similares a mí, es decir las formas de vida auto-conscientes. En este caso, todos los seres humanos son mis hermanos y por ende, todo territorio es mi patria. Se le podría denominar identidad MUNDICÉNTRICA

5. Identidad Cósmica. Yo soy todo lo que es. El sentido de la propia identidad se expande abarcando al planeta con todo lo que él contiene, lo inanimado, las plantas, los animales, lo humano, después el universo y finalmente el substrato del mismo, el vacío cuántico, Dios... No se pierde en forma permanente la consciencia de separación, pero se reconoce intelectual y emocionalmente, la vinculación con un todo que trasciende e incluye al individuo. La persona
experimenta como parte de sí, lo que en etapas anteriores de consciencia, veía como fuera de sí. Se le podría denominar identidad COSMOCÉNTRICA

El paso de etapa a etapa es gradual. En cada una se experimenta el mundo de forma diferente. Los niveles superiores incorporan los inferiores, aunque percibidos de un modo distinto.

A medida que se va evolucionando en consciencia se va migrando del egoísmo al altruismo, porque la definición de lo que se es, cada vez es más amplia. El narcisismo, por lo tanto, disminuye en cada etapa, hasta desaparecer en la identidad cósmica.

Probablemente la humanidad en su conjunto se ubica en el nivel tres, la consciencia egoica, con sectores importantes en los niveles dos, de consciencia grupal, y cuatro, de consciencia yoica. Se puede estar por encima o por debajo del promedio de la sociedad en la que se vive pero, como afirma Ken Wilber, en ambos casos se es un marginado.

Muy pocas personas alcanzan actualmente el nivel cinco. Sin embargo, aunque este no corresponda a un nivel de consciencia colectivamente logrado, es posible acceder a él en forma individual. La mayor parte de las religiones lo asocian con la "iluminación" y ven deseable lograrlo a través de prácticas espirituales.

La espiritualidad está casi siempre relacionada con el quinto nivel de consciencia, en donde la percepción de la vinculación con una totalidad que nos trasciende e incluye, puede ser identificada con Dios.

Las preguntas sobre la identidad normalmente van asociadas a las de destino, ¿Qué hago aquí? Las respuestas a las mismas dan origen a religiones, mas no todas las respuestas son religiosas, ya que éstas pueden conducir a filosofías que no involucran la creencia en Dios, ni la supervivencia de la auto-consciencia después de la muerte. Tampoco el estar ubicado en el nivel de conciencia cósmica, conduce de por sí a la creencia en Dios, pues la forma de interpretar esta experiencia depende mucho del meta paradigmas, metafísica básica o cosmovisión que tengamos independientemente de que se sea o no consciente de ellos. Se entiende aquí las creencias de fondo que afloran cuando los normales acontecimientos del existir nos obligan a buscarle un sentido a la dualidad inseparable vida-muerte, con el fin de proporcionarnos un entendimiento tranquilizador sobre quiénes somos y qué hacemos aquí.

Las premisas del modelo de economía de mercado basadas en el egoísmo individual, el instinto competitivo humano y la presunta motivación económica, revaluadas por la psicología y la biología contemporánea pero aun en uso, tienen el problema de inducir una conducta colectiva centrada en el nivel tres de consciencia. El desarrollo humano, no obstante es inevitable, pues contrapone en un proceso dialéctico unas necesidades humanas que aunque interrelacionadas y cambiantes en la forma en que son concebidas, permanecen iguales en su esencia, con unos satisfactores que dependen de la sociedad en la que se vive. Por ello se puede afirmar que el progreso humano, entendido por la ONU desde 1991 como la disponibilidad de medios suficientes para satisfacer todas las necesidades humanas, está garantizado por la naturaleza, pero el camino hacia allá aunque seguro, puede ser demorado y doloroso, como la historia humana parece demostrar.

En mi trabajo como docente en Administración en los campos de la Gestión Social Corporativa con énfasis en Manejo de Conflictos, me percato que muchas de las cosas que recomiendo como prácticas administrativas sanas no son comprensibles ni practicables sino a partir de un nivel mínimo de consciencia YOICA. Por ejemplo, la responsabilidad social denominada filantrópica, nace del sentir a los demás como parte de un conjunto al que se pertenece y cuyo sufrimiento se experimenta como propio, siendo necesario hacer algo para remediarlo. De igual manera, el llamado Método Harvard de Negociación, en el que se recomienda separar a las personas del problema, es factible sólo en la medida en que no se confundan los senti-pensamientos del otro con su persona; es decir, desde el nivel de consciencia cuatro, pues desde el nivel tres, de identidad con los propios senti-pensamientos, ni siquiera se es capaz de entender la recomendación, ya que en ese estadio la persona y sus senti-pensamientos no son separables. Lo mismo sucede con las características asociadas con la llamada inteligencia emocional, pues el reconocimiento y manejo de las propias emociones exige poder tomar distancia de ellas, algo que solo es posible a partir del nivel de consciencia cuatro.

Este artículo trata de responder a la pregunta ¿Cómo se puede acceder y/o fortalecer el nivel de consciencia cuatro que frecuentemente hacen mis estudiantes, una vez explicado lo anterior.

En mis seminarios insisto en la necesidad, de desarrollar una filosofía existencial, un meta paradigma básico, cualquiera que sea, que le dé sentido de propósito a la propia vida. Dado el público al que está dirigido este artículo, muy variado en cuanto a creencias, no se adopta en el mismo una respuesta espiritual a las preguntas sobre IDENTIDAD y DESTINO, aunque tampoco se niega. Por la misma razón aunque las prácticas recomendadas son también útiles para desarrollar el nivel de consciencia cinco, se concentran sólo en el nivel cuatro, percatándonos de que el nivel cinco, supone trascender la identidad separada propia del nivel cuatro y que paradójicamente, el fortalecimiento de la instancia YOICA, podría retardar la aparición de la consciencia cósmica. Estamos, no obstante, "condenados" a evolucionar desde el nivel de consciencia que tengamos, no hay atajo que valga. En ese sentido lo que se propone en esta monografía se puede considerar como un paso en la dirección correcta en el logro de la consciencia cósmica.

Ello implica una disciplina que, en mi opinión, debe tener las siguientes características:

1. El fortalecimiento del YO, entendido como suma instancia psíquica de la personalidad humana en el actual estado de desarrollo de la humanidad, también denominado YO TESTIGO.

2. El mejoramiento del pensamiento, tanto el racional como el creativo, y de los sentimientos que son la respuesta corporal a ellos. La unión entre ambos es la que en este trabajo, se denomina senti-pensamientos.

3. La acción coherente, que viene a ser consecuencia del alineamiento de la voluntad con los senti-pensamientos.

Para lograr lo anterior se plantean cinco prácticas; ellas son:

1: Centrarse.
2: Observar sin juzgar.
3: Escucharse a sí mismo.
4: Desapegarse de resultados.
5: Aceptar y dejar ir.

Estas prácticas están interrelacionadas, lo cual implica que el fortalecimiento o debilitamiento de cualquiera de ellas incide en las demás. La uno se relaciona con el desarrollo del YO-testigo, la dos y la tres con los senti-pensamientos y la cuatro y la cinco con la acción.

Lo planteado en este trabajo pretende ser un programa de auto-desarrollo. Para ello se recomienda leerlo primero en su totalidad, buscando entender lo que en él se dice. Posteriormente dedicar un mínimo de un mes a cada práctica, hasta que se convierta en un hábito; es decir, algo que hagamos sin requerir gran esfuerzo de la voluntad. se dice que la mejor forma de hacer es ser, pero si no es posible ser, para llegar a ser lo mejor es hacer.

Todos crecemos en consciencia, hagamos o no algo al respecto, pero el desarrollo de la misma puede ser más rápido, menos vegetativo, si ayudamos a que esto sea así. Espero que la lectura de esta monografía ayude a quienes lo hagan, a tomar la decisión de trabajar en forma más consciente en su evolución como ser humano. Si tal cosa hacen, serán también mejores Gerentes.

CENTRARSE

Centrarse consiste en tomar distancia de los propios senti-pensamientos, pudiendo mirar, en forma serena, neutral, lo que acontece dentro y fuera de uno mismo. Implica la ubicación temporal en el nivel cuatro de consciencia: identidad YOICA.
Centrarse tiene dos componentes:
1 Concentrarse en el momento presente y
2 Aprender a meditar.

Concentrarse en el momento presente

Son muchos los pensadores de Oriente y Occidente que sostienen que concentrarse en el momento presente es el secreto de la paz.

El pasado es memoria y el futuro imaginación. Concentrarse en el presente quiere decir estar aquí y ahora; tener la consciencia exactamente, donde se está, no en otro lugar, en tiempo presente, no en el ayer o en el mañana. Es hacerse consciente en presente de los propios senti-pensamientos, sin compararlos con lo que anteriormente se senti-pensaba y sin desear que fuesen distintos. Concentrarse en el presente puede también entenderse como estar consciente de lo que se está haciendo. Lo opuesto a esto es la dispersión de la mente.

Volver al presente, cuando nos alejamos de él, equivale a una especie de moción de orden en la que nos conminamos a ubicarnos en el aquí y ahora concentrándonos en la actividad que estemos desarrollando. Estar consciente del momento presente significa, por ejemplo, estar de cuerpo y mente en el acto de tomarse un café, en lugar de estar pensando o haciendo simultáneamente otras cosas.

Cuanto más se viva en presente, más serenos estaremos, pues miedo, culpa, resentimiento y otras emociones perturbadoras, generalmente se dan cuando la mente se ubica en el pasado o en el futuro.

Vivir en presente no significa no pensar en algo distinto a la experiencia presente, sino concentrarse en lo que esté haciendo. Tampoco significa dejar de aprender las lecciones del pasado o no planear el futuro sino, más bien, percatarse de que ambos, pasado o futuro, sólo existen en presente, porque es en presente que los convocamos. Planear sin preocuparse por el futuro, diferenciando entre pensamiento y angustia por los resultados, es la clave. En la cuarta práctica, desapegarse de resultados, se examinará cómo hacerlo sin abandonar el presente.

En cualquier momento en que se descubra que los senti-pensamientos están apartándonos del momento presente, devolvamos el centro de atención al aquí y al ahora. Ello exige disciplinar la mente, logrando fijarla en lo que en cada momento, se esté haciendo. La existencia se percibe en forma diferente, cuando la vivimos en presente. Ensayémoslo.

Aprender a Meditar

En esencia, meditar consiste en dejar la mente vacía de senti-pensamientos.
permaneciendo conscientes de nosotros mismos.
Alcanzar el nivel cuatro de consciencia, la yoica, lo que algunos llaman ubicarse en la
posición del YO-TESTIGO, es percatarnos de que somos el programador no el
programa. La práctica más importante para lograrlo es la meditación contemplativa.

Con la experiencia de la meditación se busca comprender que se es un centro de consciencia que puede existir vacío de senti-pensamientos, sin que ello implique caer en la inconsciencia.

En etapas más avanzadas, desaparece la consciencia de un YO que observa y se llega a una fase contemplativa en la que se experimenta la unidad con todo lo que es, propia de la consciencia cósmica.

Las formas de meditar que propongo, son las que me han dado resultado. Consisten en una combinación de pensamiento y no-pensamiento, usando el pensamiento como medio para trascenderlo y llegar al no-pensamiento, sin embargo existen muchas más. El mejor sistema es el que más se adecua a nuestra personalidad. Realicemos la clase de meditación que elijamos durante al menos treinta días antes de ensayar otra, pues los efectos no se manifiestan en forma inmediata.

Una de las meditaciones de carácter auto-reflexivo más conocida, es la que busca contestar la pregunta ¿Quién soy yo?. Sugiero comenzar con ella pues la respuesta a este interrogante sólo puede provenir de una mente en silencio que, vacía de senti-pensamientos,
facilite al YO reconocerse a sí mismo.

Es imposible describir la experiencia del YO-testigo en términos verbales, tanto como lo es explicar qué es el amor. Por otra parte, cualquier contestación que se dé implica un sujeto tras la respuesta, alguien que vive la experiencia. Por tal motivo, la vía sugerida para acceder a la consciencia no condicionada por senti-pensamientos, propia del nivel cuatro, es descartar lo que no se es, facilitando así una percepción directa, experiencial, de lo que sí se es.

El primer paso para meditar es concentrarse. Busquemos un lugar propicio al silencio, adoptemos una posición cómoda y relajemos nuestro cuerpo. Acto seguido enfoquemos la atención en la respiración, haciéndonos consciente de ella, sin forzarla, cerrando los ojos y dirigiéndolos al entrecejo, hasta lograr sentirnos relajados y en paz.

A continuación, dediquémonos a buscar diversas contestaciones a la pregunta ¿Quién soy yo? Al ir obteniendo respuestas, exploremos quién es el que las está dando, quién está tras las contestaciones. Tarde o temprano con este método, adquiriremos consciencia que no somos el cuerpo, ni los roles sociales o profesionales que desempeñamos: padre, madre, hij@, espos@, médic@, etc... Tampoco las características de personalidad: alegre, triste, estudios@, deportista etc... En forma similar se descubrirá que no somos nuestros senti-pensamientos, ni actos. Detrás de todas esas formas de expresar el ser, siempre está el que tiene un cuerpo, desempeña un rol social y profesional, piensa y siente de tal o cual modo y se comporta de determinada manera, ese que esto lee.

Llegar a percibir que en esencia se es un centro de consciencia proporciona una gran fuerza pues dejamos de identificarnos con el cuerpo, grupos y senti-pensamientos.
Nos percatamos de que tenemos un cuerpo, somos uno con él, pero no somos sólo cuerpo. Pertenecemos a muchos grupos y desempeñamos múltiples roles sociales, pero podemos existir libres de cualquier papel. Tenemos senti-pensamientos, los experimentamos pero los trascendemos; se puede existir, ser, sin ellos. Hoy tenemos unos senti-pensamientos, mañana otros... estos van y vienen sin comprometer nuestra identidad básica. Teniendo en cuenta lo anterior, decir YO, cuando se trasciende la identificación con los senti-pensamientos, es convocar un poder desconocido en las etapas de conciencia anteriores a la yoica.

Otra meditación dentro de la misma línea de usar el pensamiento para trascenderlo, una vez se hayan agotado las posibilidades de la anterior, es observar los propios senti-pensamientos, fijando la atención en aquellos que vayan surgiendo en la mente, sin efectuar evaluación alguna. Una vez los hayamos identificados, volvemos al YO, a nuestro centro de observación. Con el simple hecho de darse cuenta de sus propias actividades, es decir, sin necesidad de ninguna imposición, la mente se vuelve sorprendentemente tranquila. La meta es lograr espacios cada vez más largos entre pensamiento y pensamiento. Allí en esos vacíos somos consciencia pura, vacía de senti-pensamientos.

Se recomienda meditar en forma regular. Una sesión diaria de mínimo treinta minutos o dos de veinte minutos cada una, en la mañana y en la noche.

Sentir la propia identidad, es la esencia y el inicio de cualquier apuntalamiento del nivel yoico. La interpretación que se dé a esta experiencia dependerá del meta paradigma, metafísica básica o cosmovisión de cada quién. Para unos será el descubrimiento de la unidad con Dios, como sucede en los caminos integracionistas del hinduismo advaita y del budismo. Para otros el contacto con el alma, como pasa en las vías dualistas del judaísmo, el cristianismo y el islamismo. Para los que se adhieren a un paradigma materialista, será el encuentro con el patrimonio común de la humanidad: la auto-consciencia. En todo caso, se descubrirá en cada persona a un hermano, independientemente de consideraciones de raza, grupos sociales, filosofías o religiones.

Además de la meditación, es conveniente establecer una rutina que nos recuerde frecuentemente durante el día quién se es, pudiendo entonces, desde la perspectiva privilegiada que este conocimiento otorga, permanecer más tiempo en lo que Deepak Chopra, médico de la corriente ayurvédica y reconocido maestro espiritual, llama estado de auto-referencia. Para hacerlo concentrémonos en la forma indicada anteriormente y ubiquémonos en nuestro centro, ese punto en el que encontramos paz interna. Cuando lo logremos, repitamos según su meta paradigma: yo, yo soy yo... lo que sea, que nos recuerde lo que creemos ser. Convirtámoslo en una especie de mantra, usándolo con frecuencia, repitiéndolo cuantas veces sea necesario hasta que inconscientemente, experimentemos la identificación con aquello que sentimos que somos.

Obliguémonos a mirar la existencia desde nuestro YO. Para la mayoría de nosotros dada nuestra actual etapa de desarrollo, no es posible hacerlo permanentemente, de pronto tampoco sea conveniente, pero en nuestra meditación o cuando estemos descentrados, tomemos distancia de nosotros mismos y observemos nuestra vida desde allí volviéndonos un testigo de lo que pasa en nuestra personalidad, convulsionada por múltiples y contradictorios pensamientos y emociones, pero serena en el fondo, en las profundidades en donde el YO, que somos, tiene la posibilidad de observar lo que acontece en su periferia.

No confundir el YO, como se plantea en esta práctica, con el EGO. Este, es el yo identificado con el programa, correspondiendo en consecuencia al nivel tres.

OBSERVAR SIN JUZGAR

La segunda práctica, observar sin juzgar, consiste en hacernos consciente de la experiencia, momento a momento, en el "aquí y ahora" sin la interferencia de juicios y/o reacciones mentales o emocionales; simplemente tomar nota. Por ejemplo, mirar en una obra de arte su belleza sin quedar atrapado en el deseo de poseerla, ser capaz de solamente observarla, sin describirla, evaluarla ni codiciarla.

Observar sin juzgar sólo puede efectuarse en tiempo presente; es difícil, pero no imposible. Nombrar, en particular cuando usamos adjetivos calificativos, dificulta la observación sin juicio, pues la palabra fragmenta, disocia. Además la palabra no es la cosa sino lo que esta representa y, según el contexto en que la ubiquemos, puede asumir múltiples significados. Por ello es frecuente que no vivamos la experiencia, sino lo que senti -pensemos acerca de la misma. Vivirla implica, tomar consciencia de ella, sin pensarla, sin nominarla, sin calificarla; ser uno con ella.

No se comprende lo que se juzga. Para evaluar se requiere, un deber ser contra el cual comparar lo que observamos. Para comprender es necesario suspender, por lo menos provisionalmente, el patrón normativo de referencia, pues ello implica observar, solamente observar, sin ningún proceso consciente o inconsciente de evaluación.

Consecuente con lo anterior, en asuntos humanos el juzgar impide comprender el punto de vista del otro. Si queremos entenderlo hemos de hacerlo sin juicios y, si este es imprescindible, debe hacerse sólo después de haber comprendido, no antes, y siempre acerca de la conducta, no del ser; es decir, sobre lo que el otro hace y no sobre lo que es, usando la visión propia del nivel cuatro de consciencia que mira como distintos, aunque complementarios, el individuos y sus senti-pensamientos y/o acciones.

Una de las recomendaciones más poderosas para facilitar esta práctica, es aceptar a los demás tal como son. Esto puede implicar algo más que la pasividad que proviene de la simple tolerancia. Se podría convertir en complicidad, una forma de tolerancia activa, con la vida del otro. Tal vez sea esta el modo más profundo y más bello de relación entre seres humanos que se aman.

Observar en forma no evaluativa, no sólo es necesario para comprender a los demás, sino también para aplicar la célebre y útil sentencia del oráculo de Delfos "conócete a ti mismo".

Nuestra evolución hacia formas más avanzadas de consciencia y de vida no es consecuencia de violentar nuestro ser, sino de comprender porqué hacemos lo que hacemos. Si no somos capaces de mirarnos sin evaluarnos, no podremos comprender qué es lo que en nosotros acontece.

Dejemos que el juez descanse y tratemos de ser lo que somos Esta comprensión surgida de la ausencia de evaluación, del no-juicio, puede ser profundamente transformadora de nuestros senti-pensamientos y/o actos. No necesitamos estar en permanente vigilancia sobre nosotros mismos para que nuestra conducta se ajuste a lo que creemos es lo ideal, basta comprendernos, entonces cambiaremos sin mayor esfuerzo de nuestra parte.

ESCUCHARSE A SÍ MISMO

La tercera práctica, la de escucharse a sí mismo, nos convierte en nuestros propios maestros. Ella implica encontrar dentro de uno, las respuestas a las preguntas que la vida nos plantee.

Escucharnos a nosotros mismos tiene dos componentes:
. Aprender a contactarnos con nuestro inconsciente, lo que Sigmund Freud llamo ELLO, a través de la intuición, abriéndonos a lo que nos quiera decir.
. Dialogar con nuestro súper yo.

El primero está más asociado con nuestro mundo emocional; el segundo, con el racional-normativo. Ambos implican operar desde una consciencia yoica, pues sólo desde ella podemos tomar distancia de nuestros senti-pensamientos.

El psicoanálisis nos familiarizó con la idea del inconsciente. El hecho es que no nos percatamos, no somos conscientes, de la mayor parte de nuestros senti-pensamientos. Paradójicamente son ellos, los inconscientes, los que más influyen en nuestra conducta.

Damos demasiada importancia a nuestra información consciente, descuidando la inconsciente, que representa, usando el símil del iceberg, las tres cuartas partes de nuestra mente. Pensamos demasiado y nos percibimos a nosotros mismos poco, casi nada. La utilidad del no pensar tanto, está vinculada al acceso a la consciencia no verbal de totalidad, propia de la etapa cósmica, tan valorada en el misticismo.

Lo que sabemos hoy del funcionamiento de los hemisferios cerebrales también parece indicar que lo consciente tiene más que ver con el hemisferio izquierdo, analítico y verbal, que con el derecho, globalizador y mudo. En el derecho se produce entre otras, la síntesis de la información que procesamos conscientemente con el izquierdo, pero a ésta sólo tenemos acceso mediante la percepción directa, no verbal, de la misma; en otras palabras, con lo que algunos llaman intuición entendida en este contexto como procesamiento inconsciente de información.

El significado de intuición dado por el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española es la “facultad de comprender las cosas instantáneamente, sin necesidad de razonamiento” También la define como “percepción íntima e instantánea de una idea o una verdad que aparece como evidente a quien la tiene”.

La intuición es muda, nos habla desde el silencio. El conocimiento intuitivo es algo que no necesita de palabras pues las trasciende. La meditación contemplativa de la que hemos hablado antes, es un buen entrenamiento para poder escucharla. Si no sabemos estar en silencio, se nos dificultará percibir su voz.

Análisis y síntesis se complementan funcionado en círculo, el uno alimenta al otro. Entre mejores análisis mejores síntesis y viceversa.

La otra parte de nosotros mismos a la que podemos acceder es nuestro súper yo. Él representa ese lado de nuestra personalidad que indica, según la etapa evolutiva en la que estemos, qué es lo mejor para uno. Puede ser mirado como una especie de maestro o guía interno.

La voz interior no es infalible pues se alimenta de la información que le proporcionamos, nuestra capacidad de organizarla y extraer conclusiones de ella y de los paradigmas propios de nuestra educación; pero representa, equivocada o no, lo mejor de nosotros mismos, nuestra guía más confiable hacia nuestro próximo estadio evolutivo. Tal vez por ello, la mayor parte de las religiones la consideran en asuntos de conciencia, el tribunal de última instancia.

El súper yo puede ser educado a través del diálogo, desactivando las grabaciones obsoletas que aún funcionen en él y programándolo con la información actualizada proporcionada por la propia experiencia existencial; de esta manera lo convertiremos en un aliado.

Una vez que hayamos consultado la intuición y dialogado con nuestro súper yo y llegado a una conclusión, seamos fieles a esa voz interior, y sigámosla tan impecablemente como nos sea posible, sin permitir que nada externo nos aparte de ella, pues nuestra primera obligación es ser fieles a nosotros mismos.

En la práctica, todo lo anterior implica menos pensamiento, más vacío; menos racionalidad, más instinto; más abandono, mayor confianza en las fuerzas impersonales que habitan nuestro ser. Dejar que la verdad que se halla dentro de nosotros guíe nuestro camino. Esa verdad que, vale la pena aclarar, no es la VERDAD, con mayúsculas, sino nuestra verdad, hecha a nuestra medida, ajustada a lo que somos.

Seguir este sendero es comenzar a confiar más en la voz interior cuando busquemos respuestas; es decir, depender menos de los demás (padres, amantes, amigos, colegas etc...) Ni siquiera a nuestros maestros espirituales, si los tenemos, debemos seguirlo si contradice las conclusiones a las que llegamos en la consulta interna. Cada ser humano es para sí mismo, el único maestro. Los demás son una ayuda y sus orientaciones válidas sólo en la medida en que sean refrendadas por el propio ser. La responsabilidad por nuestro crecimiento es indelegable. Este es para mí el sentido de la frase Si encuentras a Buda en tu camino, mátalo. Ella sugiere liberarnos de dogmatismos, filosofías y religiones que sean ajenas a nosotros mismos, confiando en la verdad que descubramos dentro de nuestro ser. Exigir obediencia irrestricta, sin aceptar cuestionamiento alguno, prohibiendo dudar, es uno de los signos del falso profeta.

Al tomar una decisión esperemos sentirnos totalmente identificados con ella, sin conflicto interno con la misma; solo en ese momento ejecutémosla. El estado de calma al que finalmente llegamos es sintomático de que se ha logrado la armonía interior necesaria para poder asegurar que la decisión tomada representa en ese momento existencial, lo mejor para nosotros. En la duda, abstengámonos, hasta que la paz interior producto de la decisión a la que tentativamente hagamos llegado, se haga presente.

Para Carl Rogers, destacado psicólogo contemporáneo ya fallecido, la práctica de escucharse a sí mismo, correlaciona fuertemente con la creatividad. Para él, basado en el postulado que establece que no hay dos personas iguales, el escucharnos nos torna irremediablemente creativos pues cada ser humano ve el mundo en forma diferente a cualquier otro; por consiguiente, el secreto de la creatividad radica en ser capaces de ser nosotros mismos. Para lograrlo, según sus planteamientos, debemos analizar la pertinencia de nuestros deberías, dejar de satisfacer expectativas ajenas, comenzar a auto orientarnos, y abrirnos a la experiencia. Esto, concluye, conducirá gradualmente a confiar cada vez más en lo que somos y, al proyectar nuestra propia vivencia en los otros, a aceptar también lo que los demás son.

DESAPEGARSE DE RESULTADOS

Desapegarse de resultados consiste en no hacer depender de ellos el sentirnos bien o mal. Implica darle tanto valor al proceso como a los resultados. No significa no tenerlos en cuenta o no trabajar por objetivos, sino no esclavizarnos neuróticamente a los resultados de nuestras acciones valorándonos excesivamente por nuestros logros, menospreciando nuestros esfuerzos exitosos o fallidos por alcanzarlos.

Dado que la cultura empresarial es tan dada a la evaluación por resultados, esta es una de las prácticas más difíciles de entender para gente familiarizada con la vida organizacional.

Tal vez lo primero que hay que comprender es que en el mundo en que vivimos, los resultados son consecuencia de múltiples variables interdependientes. En muchos casos no tenemos el poder necesario para lograr lo que se nos pide que logremos. Dependemos para ello no solo de la colaboración de otros, sino en ocasiones de la ocurrencia de eventos sobre los que no tenemos control alguno. En situaciones multideterminadas e interdependientes, como son buena parte de las que se dan en la vida y en las empresas, somos generalmente dueños de nuestros esfuerzos, no de nuestros resultados. Esto se evidencia más en la medida en que los propósitos son más ambiciosos e involucran mayor número de personas. El poder normalmente se encuentra fragmentado, y para lograr un determinado objetivo, debemos ser capaces no solo de unir la voluntad de quienes lo tienen, sino esperar que aquello que escapa a nuestro control, gravite a nuestro favor. La incertidumbre es característica del universo en el que vivimos y los sistemas caóticos son abundantes en él, de hecho la complejidad basada en la interdependencia de todo con todo, constituye la esencia de lo biológico y lo psico-social. La actual Teoría de la Complejidad ayuda a comprender esto.

Todo lo anterior fortalece la toma de decisiones grupales y representa un serio desafío a los tradicionales sistemas de administración por objetivos y evaluación por resultados enfocados más sobre los individuos que sobre los grupos, que normalmente sobrevaloran la capacidad de los ejecutivos de las organizaciones para lograr que las cosas sucedan de acuerdo con los deseos de la empresa.

Manfred Max Neef humanista y economista chileno ganador del premio Nóbel Alternativo de Economía en 1983, nos recomienda derivar en estado de alerta,
recordándonos que quienes sólo tienen claro el punto de partida y de llegada se pierde de lo más interesante que es el viaje en sí mismo. Hay mucha afinidad entre este planteamiento y el expresado por Constantino Kavafis en su muy conocida poesía "Itaca".

Si vas a emprender el viaje hacia Itaca, pide que tu camino sea largo, rico en experiencias y en conocimiento. A Lestrigones y a Cíclopes y al airado Poseidón nunca temas. No hallarás tales seres en tu ruta si alto es tu pensamiento y limpia la emoción de tu espíritu y tu cuerpo. A Lestrigones y a Cíclopes, ni al fiero Poseidón hallarás nunca, si no los llevas dentro de tu alma, si no es tu alma quien ante ti los pone.

Pide que tu camino sea largo, que numerosas sean las mañanas de verano en que con placer, felizmente arribes a puertos nunca vistos. Detente en los mercados de Fenicia y adquiere hermosas mercancías, madreperla y coral, y ámbar y ébano, perfumes deliciosos y diversos, cuanto puedas invierte en voluptuosos y delicados perfumes. Visita muchas ciudades de Egipto y con avidez aprende de sus sabios.

Ten siempre a Itaca en la memoria, llegar allí es tu meta, más no apresures el viaje, mejor que se extienda largos años y en tu vejez arribes a la isla con cuanto hayas ganado en el camino, sin esperar que Itaca te enriquezca. Itaca te regaló un hermoso viaje, sin ella el camino no hubieras emprendido, mas ninguna otra cosa puede darte. Aunque pobre la encuentres, no te engañará Itaca. Rico en saber y en vida, como has vuelto, comprendes ya que significan las Itacas.

Todo lo anterior correlaciona también con lo que los psicólogos denominan "tolerancia a la ambigüedad", una competencia necesaria para los que, como los administradores, trabajamos para lograr resultados en un mundo en donde la incertidumbre llegó hasta la Física, la reina de las ciencias naturales. Saber aceptarla y navegar en ella, concentrándose en los procesos, es vital para la tranquilidad y la efectividad personal.

La paradoja es que cuando soltamos el apego por los resultados y nos concentramos en el proceso, nuestro desempeño mejora. No obstante hacer lo que aquí se recomienda para mejorar la productividad, laboral o de otro tipo, viciaría la finalidad del desapego pues en la práctica, continuaríamos aferrados a los fines de nuestras acciones, pues continuaríamos valorándonos en términos de éxito / fracaso en lo que emprendamos.

Además de la comprensión de la relación entre esfuerzos y acción, en si misma liberadora, podemos reforzar esta posición mediante dos sub-prácticas adicionales; a saber:

. Definir un meta objetivo que englobe las acciones cotidianas.
. Recorrer caminos con corazón.

Veámosla brevemente.

El meta objetivo

Consiste en generar una especie de meta-propósito coincidente con la cosmovisión que hemos descrito antes, que convierta los resultados buscados en simples medios al servicio del mismo. La auto-realización, entendida como el proceso de llegar a ser lo que potencialmente se es, puede servir. En este sentido el éxito o el fracaso se convierten en maestros, porque a través de las acciones para obtener resultados aprendemos... somos más. Podemos de esta manera convivir con todo tipo de objetivos o de intencionalidades, sin sentirnos apegados a ellos y convertir en aprendizaje todo lo que vivamos.

Para los creyentes en Dios y en su intervención personal o impersonal en asuntos humanos, el aceptar su voluntad puede representar una idea equivalente.

La posición de Deepak Chopra, respecto a la posibilidad de desapegarse de los resultados, es muy interesante. Afirma que si cuando formulamos nuestros objetivos nos abrimos a la posibilidad de que no se cumplan si así lo dictan las circunstancias, o la voluntad de Dios, podemos luchar por ellos concentrándonos en los esfuerzos y sin dejar de mirar los resultados, no hacer depender de ellos nuestro valoración del éxito o el fracaso. San Ignacio de Loyola hacía desde la perspectiva cristiana, un a afirmación similar a la anterior cuando decía: "Obremos como si todo dependiera de nosotros, pero dejemos el resultado en manos de Dios".

El enfoque plasmado en el Baghavad Gita, que constituye la esencia de la filosofía del Karma Yoga de los hindúes y budistas, me parece obtiene un notable equilibrio entre proceso y fines: Mirar el futuro y luchar por construirlo según los sueños, pero sin apetecer los frutos de la acción. Si se dan bien si no, examinar porqué y modificar los fines y/o los medios, enfatizando en todos los casos el aprendizaje. El camino y lo que en él se aprende es el fin, el destino el medio. Gandhi, seguidor del sendero del Karma Yoga, afirmaba: Esfuerzo completo, victoria completa.

Coincidentes con esta orientación está el aprender a reconocer las oportunidades de crecimientos que nos ofrece la vida. Cuando nos sintamos emocionalmente inseguros, nos enfermemos, perdamos un trabajo o una relación comience a volverse inestable, detengámonos, y busquemos las lecciones que puedan estar presentes en esos hechos, en lugar de lamentarnos por no haber logrado lo que queríamos. En esta dirección puede estar un cántico de guerra de la etnia Suahili: . "Solo la lucha le da sentido a la vida, la victoria o la derrota están en manos de los dioses ¡Celebremos la lucha!"

Recorrer caminos con corazón

Esta opción está relacionada con el SER, buscando en cada experiencia existencial expresar todas las posibilidades que existan dentro de nosotros mismos. En esta orientación el hacer y el tener estarían supeditadas al ser. La vida se miraría como una especie de arte mayor, como bailar, cantar, pintar... fines en sí mismos.

Un camino con corazón, según Carlos Castaneda, es aquel cuyo recorrido es placentero en sí mismo, aunque no conduzca a ninguna parte.

Cualquier sendero que escojamos es un camino entre cantidades de caminos. En todos aprendemos, pero si sentimos que no debemos seguirlo porque sus beneficios son inferiores a sus costos, debemos abandonarlo.

Miremos cada camino con cuidado, probémoslos tantas veces como consideremos necesario. Luego hagámonos una pregunta. ¿Tiene corazón este camino? Si la respuesta es no, escojamos otro. Si tiene corazón, el camino es bueno y nos hará gozoso el viaje; si no lo tiene, generará infelicidad.

Todo lo anterior contraría la idea tan difundida, que lo que hace meritorio un camino es el esfuerzo. Lo cierto es que hasta en el campo administrativo, como lo señala Peter Drucker en su clásico libro, El ejecutivo Eficaz, lo más conveniente es construir sobre fortalezas, las propias y las de los demás; no sobre debilidades. Para ello debemos usar nuestra ventaja comparativa, es decir, aquello que hacemos bien en forma natural... lo que se nos da.

Cuando recorremos caminos con corazón fluimos. Una persona que fluye, según Mihaly Csikszentmihalyi, está completamente centrada en la acción no en los resultados de la misma, desapareciendo en esos momentos la consciencia de sí. La sensación de tiempo se distorsiona, convirtiéndose las horas en minutos. Cuando en una actividad fluimos, funcionamos a plenitud en cuerpo y mente.

La decisión de seguir un camino laboral debe responder a nuestra vocación; es decir a que en él expresemos nuestro ser, empleando nuestras fortalezas, haciendo lo que nos es natural hacer. La vocación y el desafío que nos haga emplearnos a fondo, parecen ser indispensables para convertir la tarea en un fin en sí mismo y fluir con ella. Cuando esto pasa, las sensaciones que experimentamos en el trabajo no son diferentes a las que sentimos cuando nos estamos divirtiendo. La separación entre trabajo y tiempo libre se difumina. Hacemos las cosas porque nos proporcionan una satisfacción intrínseca, inmanente a la actividad misma, no para conseguir un propósito externo pues realizarla conlleva su propia recompensa. La investigación de F.Herzberg, una de las más amplias que se han hecho en el campo de la motivación hacia el trabajo, valida lo anterior.

Es propio de nuestra naturaleza humana hacer que los sueños se conviertan en realidad. Esto podemos lograrlo poniendo el mínimo de obstáculos, ojalá ninguno, a las fuerzas naturales que fluyen dentro de nosotros. Esto equivale al Wu Wei del Taoísmo, consistente en lograr el mejor resultado a través de la comprensión de la naturaleza de aquello que deseemos intervenir, haciéndolo con el mínimo de perturbación de su esencia. "Que el Tao fluya a través de uno hasta que la vida se convierta en una danza".

El fluir se da cuando nuestros actos brotan del amor, de allí la recomendación de recorrer caminos con corazón.

Para Carlos Castaneda no es difícil saber si un camino tiene corazón o no. El problema es que no nos hacemos la pregunta y cuando por fin nos percatamos que no tiene corazón, el camino está ya a punto de matarnos. En esas circunstancias, dice Castaneda, muy pocos seres humanos examinaran críticamente lo que los motivó a recorrerlo y sólo excepcionalmente decidirán, algunos, dejar de transitarlo.

Un subproducto adicional de esta práctica es que cuando comenzamos a fluir con la propia corriente existencial, la vida parece dejar de oponérsenos porque vivimos en armonía con la forma en que nos expresamos a través de ella.

Respondamos estas dos preguntas:
- ¿Qué haríamos si no necesitáramos trabajar para vivir?
- ¿Cuál es desde ese camino, la mejor manera de servir a los demás?

Ellas nos indicarán qué caminos laborales tienen corazón para nosotros. Al contestarla, eliminemos cualquier restricción, como la económica, a fin de no limitar la calidad de las respuestas. El tema de dinero debemos tratarlo después de definir el camino, viendo cómo podemos lograr los medios que necesitamos para vivir según queramos, sin abandonar el sendero que hayamos elegido.

Cuando expresamos en el trabajo nuestra vocación y aptitudes, poniendo lo que hacemos al servicio de los demás, experimentamos la sensación de estar recorriendo un camino con corazón, fluyendo con él.

ACEPTAR... Y DEJAR IR

Aceptar... y dejar ir, significa dejar de pelear con la vida, aceptando a las personas, las situaciones, las circunstancias y los hechos tal como se den, incluidas decisiones y acciones del pasado, lo “malo”, así como lo “bueno”. También significa no culpar a nadie ni a nada, ni siquiera a nosotros mismos, de la situación negativa que en un momento dado podamos estar viviendo. Esto estimula la capacidad de dar una respuesta creativa a la vida, tal como es, en el aquí y en el ahora. Implica saber renunciar no aferrándonos a aquello que la razón nos dice es, en nuestras circunstancias, imposible o muy costoso de lograr.

Aceptar... y dejar ir, es liberarse del pasado, dejarlo atrás, con el objeto de poder comenzar a experimentar la vida tal como es en presente, empezando entre otras, a aceptarnos como somos con todo lo que consideramos nuestras imperfecciones.

No es sencillo. ¿Cómo saber cuando es bueno luchar y cuándo aceptar y dejar ir? Una conocida oración, la de los Agentes de Cambio, nos puede ayudar a decidir. En ella se pide a Dios fortaleza para aceptar lo que al cambio se resista, aceptación de lo inmodificable y sabiduría para reconocer la diferencia.

Cooperemos con lo inevitable, ayudando a que sea lo que ha de ser.

Una de las nobles verdades de Buda, tal vez la más conocida, es que el deseo, es decir las expectativas, son la causa del sufrimiento. La segunda dice que la forma de extinguir el sufrimiento es eliminando el deseo. Cuando dejamos de esperar que las cosas sean distintas a lo que son comenzamos a transitar el sendero de la paz interior. Si dejamos de luchar y de resistirnos a lo inevitable, viviremos plenamente el presente, permaneciendo abiertos a todas las opciones sin aferrarnos rígidamente a ninguna de ellas.

Siempre que enfrentemos cualquier evento recordemos:
Este momento es como debe ser. Esto es así porque en la vida no parece haber premios ni castigos decretados por una entidad externa a nosotros mismos, sólo consecuencias de nuestros propios actos. Busquemos explicaciones más que culpas, tratando de aprender de todo lo que nos pase, renunciando incluso a entender, si no nos es posible explicarnos por qué algo sucedió como sucedió. Para todo lo que nos pase hay razones que, bien aprovechadas, trabajan en favor de nuestra auto-realización. En cada problema hay un principio de oportunidad, que nos permite transformar cualquier circunstancia adversa, en algo positivo.

No hay nada que no se pueda aceptar, incluso la propia falta de aceptación.

EPILOGO

A medida que avanzamos con estas prácticas, evolucionamos hacia una mayor madurez y nos sentimos más tranquilos frente a nosotros mismos y a los demás, más sanos mental y hasta físicamente. Podemos desprendernos de nuestros senti-pensamientos
y verlos desde afuera, cesando nuestra identificación con ellos. Adquirimos también un gran poder de auto-transformación, porque al desidentificarnos de nuestros senti-pensamientos, los podemos manejar en forma más consciente.

En el nivel YOICO nos damos cuenta de la unidad del género humano pues, más allá de grupos de pertenencia y de distintas formas de senti-pensar, somos capaces de percibir toda forma de vida auto consciente como nuestro hermano. Comenzamos en ese momento a abrirnos al siguiente nivel: la consciencia cósmica, percatándonos de nuestra unidad con todo lo que aparentemente está por fuera de nosotros porque forma parte de nosotros. De esta consciencia cósmica surge el amor y la compasión por todo lo que existe. Nos damos cuenta entonces, a nivel no sólo intelectual sino emocional, de que todo está interrelacionado con todo. Nuestro pensamiento se vuelve sistémico de forma natural y nuestro amor se extiende sin fronteras a todos los seres.

Tener empatía es sentir como propio el dolor de los demás. De ahí la necesidad de hacer algo para calmar su sufrimiento: Si ellos sufren también yo sufro, si su sufrimiento se calma, también el mío lo hará. No tenemos que hacer grandes cosas para ayudar, sino más bien encontrar quiénes somos, y servir a los demás en el escenario y en las circunstancias que la vida nos haya colocado. Estar allí puede ser suficiente.

Desarrollar la capacidad de ocupar la posición del Testigo, o Yo que observa, es la forma más rápida de aprender a ser consciente. Esta es una meta muy alta para el actual estado evolutivo de la humanidad, de modo que es útil recordar las palabras de Einstein, citado por Joan Borysenko: "Nadie puede lograr el objetivo del propio desarrollo a cabalidad pero el esfuerzo por alcanzarlo es, en sí mismo, una parte de la liberación y un fundamento de la seguridad interior".

Insistamos en realizar las cinco prácticas incluidas en esta monografía. Ensayémoslas aún cuando resulten difíciles y pensemos que no nos están funcionando.

Fui durante doce años continuos Vicepresidente Administrativo de la Empresa Colombiana de Petróleo, teniendo a mi cargo la gestión humana de la organización. Al fin de ellos arraigaba en mi la convicción que la empresa lo que necesitaba fundamentalmente eran buenos seres humanos. Hoy en términos de la Psicología Transpersonal podemos definir lo que ello significa y también como medirlo. Nuestra esperanza de tener unas organizaciones más conscientemente centradas en el bienestar de los seres humanos, exige que trabajemos por seleccionar y propiciar el desarrollo de personas capaces de lograr fines empresariales dentro de las restricciones que impone nuestra propia humanidad. En un mundo de organizaciones como el de hoy, el desarrollo se produce fundamentalmente en las empresas, a ellas dedicamos la mayor parte de nuestra vida. Todo lo que hagamos por aprovechar las experiencias que se viven a través de ellas, para crecer como individuos y miembros de la sociedad humana, es un esfuerzo que bien vale la pena hacer.

Nadie da lo que no tiene, si nosotros no nos tomamos en serio la tarea de propiciar nuestro propio proceso evolutivo, no podremos promover en forma inteligente la evolución de las organizaciones de las que formemos parte. Trabajar en la dirección de nuestro propio crecimiento es una obligación esencial si deseamos tener un sistema social y económico que haga cada más del hombre, el centro consciente de sus actividades.

Espero que este trabajo contribuya en algo a lograr este propósito.


Fuentes:

Por Alberto Merlano.

Administrador de Negocios de EAFIT. MBA Universidad del Valle.
Consultor en Gestión Social Corporativa con énfasis en Manejo de Conflictos.
Profesor de planta de la Facultad de Administración de la Universidad de los Andes, Bogotá D.C. y Profesor Visitante de la Universidad del Norte de Barranquilla


Técnica de la Mente Dinámica.

Ayúdate a tí mismo con Mente Dinámica

1. Selecciona el problema físico, emocional o mental que quieres resolver.
2. Pon las manos juntas, con las puntas de los dedos tocándose.
3. Haz la siguiente afirmación, en voz alta o en silencio: "Tengo un problema y eso puede cambiar; quiero que el problema se vaya."
4. Con dos o tres dedos golpea ligeramente siete (7) veces cada uno de los siguientes puntos: el centro de tu pecho, el área exterior entre el pulgar y el dedo índice de ambas manos; el hueso en la base del cuello.
5. Inhala con tu atención enfocada en la parte superior de tu cabeza; exhala con tu atención en los dedos de tus pies.
6. Los síntomas pueden cambiar en intensidad, ubicación o tipo. Repite los pasos anteriores para contínuo beneficio.

¿QUÉ ES ESTA TÉCNICA?

La Técnica de la Mente Dinámica, o TMD, es un método seguro, fácil y efectivo de curar basado en una mezcla de palabras, tacto, respiración y algunas veces, imágenes. Ha sido diseñado para que la mayoría de las personas puedan usarlo para ayudar a aliviar la mayoría de sus problemas la mayor parte de las veces en menos de una hora. Se puede utilizar en combinación con otros tratamientos para ayudar a las personas con todo tipo de enfermedades y hacerlo en varias ocasiones.

Toda curación proviene del interior. TMD por sí sola no alivia nada, pero ayuda a preparar la mente y el cuerpo para que la curación pueda ocurrir más fácilmente. Se ha probado que ha sido muy efectiva como un apoyo en la curación de una variedad muy amplia de problemas físicos, emocionales y mentales, y hay un grupo internacional de practicantes que la están probando frente una variedad más de enfermedades.

TMD se puede utilizar por sí sola o en combinación con otros métodos de curación convencionales, complementarios o de alternativa. Se puede usar con niños y con adultos y también ha sido utilizada con mucho éxito en la curación de animales.

La Técnica de la Mente Dinámica es sencilla de aprender y de usar. No es necesario aceptar algún sistema de creencias o de filosofía para que funcione; de hecho funcionará aunque no se crea en ella. Sin embargo, una actitud activamente negativa disminuirá su efectividad. La puedes utilizar para tí mismo o compartirla con tu familia, amigos o con aquellos que tengan necesidad.

¿CÓMO FUNCIONA?

La efectividad de la Técnica de la Mente Dinámica se basa en una teoría de que todo problema físico, emocional o mental está relacionado con la tensión excesiva del cuerpo. La teoría sugiere que la tensión se acumula en capas, con puntos focales que producen síntomas específicos. La curación comienza a ocurrir cuando se relajan las capas de tensión.

De acuerdo con esta misma teoría, cuando el cuerpo está en un estado de tensión dinámica - una especie de ola de ciclos de tensión y relajamiento - el cuerpo inmediata y automáticamente entra en un módulo de curación cuando encuentra alguna tensión extraña. Siempre y cuando se mantenga el estado dinámico, la curación es muy rápida. Durante este mismo estado la mente se recupera con rapidez de cualquier tensión y los trastornos emocionales son temporales y moderados.

Si el cuerpo entra a un estado de tensión estática - un ciclo de edificación de murallas de resistencia incrementadas - entonces se inhibe la respuesta de curación, permitiendo que florezcan las enfermedades y el malfuncionamiento, la confusión y el pensamiento negativo, o la ira y el temor. Cualquier método que ayude a que el cuerpo cambie de un estado de tensión estática a uno de tensión dinámica liberará o estimulará la respuesta natural curativa del cuerpo.

No se tiene que aceptar la teoría para utilizar efectivamente la Técnica Dinámica.

¿POR QUÉ FUNCIONA?

Cada segmento de la Técnica de la Mente Dinámica es en sí una técnica distinta de curación. Aunque la fuente específica de estas técnicas provenga de una antigua tradición hawaiana, se encuentran técnicas similares en muchas otras partes del mundo. Se trata del efecto combinado y acumulativo de estas técnicas lo que produce los resultados sorprendentemente rápidos de TMD.

La Posición de las Manos

Se comienza la Técnica de la Mente Dinámica poniendo ambas manos juntas con solo la punta de los dedos tocándose, como si tuvieran una pelota en medio. Es una posición usada en algunos tipos de meditación para ayudar a inducir el relajamiento. Tiene también el beneficio de servir como una señal subconsciente de que un proceso de curación está por comenzar. En la práctica, la Posición de las Manos debe mantenerse durante todo el proceso con excepción del segmento de tacto.

La Afirmación

La Afirmación Básica de la Mente Dinámica, compuesta por tres partes, no es una petición ni aserción. En realidad es el reconocimiento de un problema, una declaración de expectativas y un mandato específico. Analicemos la Declaración Básica de la siguiente manera:

"Tengo un problema…" Es el reconocimiento de que existe algún problema. Funciona mejor si el problema se define claramente en términos de síntomas, intensidad, sensación y ubicación. El simple reconocimiento inclusive inicia a menudo el proceso de relajación.

"…y eso puede cambiar." Es una declaración de expectativas, de que el problema no es permanente y de que el alivio es posible; es una idea que también es relajante.

"Quiero que el problema se vaya." Este es un mandato. Si quieres pensar que lo diriges al cuerpo, al subconsciente o cualquier otra cosa, no importa. Cuando expresas un mandato que te das a tí mismo, comienza en cierta forma a surtir efecto. Esta directiva básica fue elegida porque funciona para la mayoría de las personas casi siempre.

Se puede modificar cualquier parte de la Afirmación para que produzca mayor efecto. A continuación sigue lo que ayuda a una mayor efectividad.

El Tacto

Cuando se toca el cuerpo en cualquier lugar, se estimula una respuesta de energía que afecta todo sistema físico, mental y emocional. Al tocar el cuerpo en ciertas partes y en cierta manera se puede evocar una respuesta específica que es tanto relajante como vigorizante al mismo tiempo.

La Mente Dinámica utiliza cuatro áreas específicas del cuerpo para el segmento del Tacto de la Técnica en la siguiente secuencia:

1. El área del timo en el centro del pecho. Es sabido que el tocar en cierta forma esta área ayuda a aliviar la ansiedad, relaja los músculos del pecho y de los pulmones y estimula al sistema inmune.
2. Los puntos HOKU de ambas manos. Estos puntos, muy conocidos en la acupuntura china, se estimulan a menudo para alivio de dolores de cabeza y se consideran que tienen un efecto revitalizante en todo el cuerpo. Están ubicados en el área dónde se forman líneas entre el pulgar y el dedo índice.
3. La 7a. vértebra cervical (la joroba ósea en la parte superior de la espina/base del cuello.) En el trabajo hawaiano del cuerpo, el estímulo a esta área es considerado como que tiene efecto revitalizante y relajante en la parte superior del cuerpo, espina dorsal y en el área pélvica.
4. Se podrían haber utilizado otros puntos o áreas, sin embargo éstas tienen la ventaja de que abarcan el frente, los costados y la parte posterior del cuerpo y son fáciles de alcanzar. Cada uno de estos puntos es altamente efectivo, ya sea que se utilice sólo y aún más cuando se utilizan juntos. Es necesario sólamente tocar el área general de los puntos antes mencionados para obtener el efecto adecuado. No se requiere ni masaje ni presión fuerte.

En general la Técnica de la Mente Dinámica utiliza cuatro métodos de tacto:

1. Ligeros golpecitos.
2. Vibración suave.
3. Contacto prolongado (con un poco de presión)
4. Contacto prolongado con canturreo.

Cada forma de tacto debe mantenerse contando hasta siete, no por alguna razón esotérica, sino porque es un ritmo fácil de recordar y no es ni demasiado corto ni demasiado largo.

La Respiración

La Técnica de la Mente Dinámica termina con un tipo especial de respiración llamado "piko-piko" en hawaiano. Este tipo de respiración consiste en inhalar con la atención enfocada en un punto, en este caso la parte superior de la cabeza, y en exhalar con la atención enfocada en un segundo punto, en este caso los dedos de los pies. El concepto es que esto produce una ola de energía entre los dos puntos, pero en todo caso el efecto es tanto relajante como vitalizante.

La Ronda

Cada secuencia de la Afirmación, Tacto y Respiración se llama una "ronda". Después de cada ronda se tiene que verificar el estado o condición del síntoma y ya sea terminar el proceso, repetir el proceso, o cambiar el proceso (generalmente mediante el cambio de la Afirmación) si la naturaleza o ubicación del síntoma ha cambiado.

Imágenes

Se pueden añadir imágenes simbólicas a la Técnica de la Mente Dinámica con muy buenos resultados. El proceso simplemente consiste en traducir el síntoma a un símbolo en la mente. Cuando se hace, se le llama una "llave simbólica" o "llasim" y generalmente tiene por objeto abrir una "cerradura emocional", o "cerremo" que ocurre cuando la resistencia emocional inhibe el proceso de curación y las palabras no son efectivas. Cuando se utiliza una llave simbólica es para insertarla después de la Afirmación y antes del Tacto.

Para muchas personas, el simple imaginarse cómo se siente el síntoma producirá un símbolo con el que se puede trabajar. Por ejemplo: "Se siente como un cuchillo", "Como si me estuviera ahogando", "Como si alguien me estuviera asfixiando", etc.

La forma de trabajar con el símbolo es mediante el cambio de un símbolo negativo a un símbolo positivo con la imaginación. Si usamos los ejemplos anteriores se podría muy bien imaginar que se saca el cuchillo y se arroja lejos; que un salvavidas llega al rescate; que las manos dejan de apretar el cuello y desaparecen.

La idea es cambiar el símbolo en alguna forma para que la experimentación del síntoma cambie también y la situación se sienta mejor que antes. La experiencia nos ha mostrado que la repetición del cambio por tres veces seguidas es, a menudo, de mas beneficio.

Para aquellas personas que tienen dificultad en encontrar algún símbolo, es posible ayudarlas a crear uno mediante una serie de preguntas:
"Si el síntoma tuviera forma, ¿cómo sería?" "Si el síntoma tuviera color, ¿de qué color sería?" "Si el síntoma tuviera peso, ¿cuánto pesaría?"

La medida que sigue sería el contar con un amigo imaginario, un ángel o cualquier otro ayudante que extiende la mano hasta el cuerpo y retira el símbolo con la forma, color y peso específicos. Nuevamente, se ha encontrado que la repetición por tres veces consecutivas mejora el efecto.

VARIACIONES

Las posibles variaciones a la Afirmación que utiliza la Técnica de la Mente Dinámica son interminables, sin embargo, las siguientes ideas han sido ya probadas con muy buenos resultados. En todos los casos las Afirmaciones van seguidas por el Tacto y la Respiración.

Afirmaciones de sensación

Entre más específicas sean, es mejor. Ejemplos:
"Siento dolor en la tercera articulación de mi dedo meñique…"
"Siento ansiedad/temor en mi pecho…"
"Siento ira en mi estómago…"
"Siento impulso de comer cuando veo la televisión… "
En estos casos el mandato sería: "Quiero que esta sensación se vaya".

Afirmaciones de pensamiento

Estas son muy útiles cuando se trata de asuntos relacionados con el pasado o el futuro. Ejemplos:
"Cuando recuerdo lo que pasó…"
"Cuando pienso que tengo que dar un discurso…"

Afirmaciones habilitadoras

Se refiere a las Afirmaciones que parecen aserción y que tienen por meta reenforzar o crear el comportamiento positivo más que resolver un problema. Son sumamente efectivas después de usar la TMD para resolver cualquier asunto relacionado con problemas físicos, mentales o emocionales. Ejemplos:
"Tengo el poder para hablar ante mucha gente sin ponerme nervioso, así es. ¡Haz que se cumpla, haz que así sea!"
"Mi cuerpo sabe cómo deshacerse de mi exceso de grasa, lo sabe bien, y mi cuerpo está comenzando a hacerlo ahora."

El Tonificador de la Mente Dinámica

Es útil para alivio de tensiones generales. Se puede utilizar en la mañana, noche o cuando necesario.
Utiliza la Posición de las Manos para comenzar, seguida por la Afirmación con el Tacto y la Respiración.
"Quizá existan el temor, la ansiedad, la preocupación o la duda en mi cuerpo y en mi mente, y eso puede cambiar. Quiero que todos esos problemas se vayan."
"Quizá existan la ansiedad, el resentimiento, la infelicidad o la culpabilidad en mi cuerpo y en mi mente, y eso puede cambiar. Quiero que todos esos problemas se vayan."
"Existen el amor y la paz, la armonía y la felicidad en algún lugar de mi cuerpo y de mi mente, y eso es bueno. Quiero que esos sentimientos crezcan y se extiendan."
"Existen el poder y la fuerza, la salud y la vitalidad en algún lugar de mi mente y de mi cuerpo, y eso es bueno. Quiero que estas cualidades crezcan y se extiendan."
Siéntete en libertad de cambiar las palabras de acuerdo a tus necesidades y deseos.

ANIMALES Y NIÑOS

La Mente Dinámica funciona con los animales y los niños o con aquellas personas que no pueden seguir la técnica por sí mismos.

Paso 1
Establece una armonía emocional con los animales o la persona a quien se va a ayudar. Se puede hacer mediante el uso de palabras amables y caricias, tocando con mimos o abrazos.

Paso 2
Durante el tiempo que se mantiene el contacto físico con el animal o la persona en una manera reconfortante, haz una Afirmación a nombre del que se va a ayudar. Ejemplo:
"(El nombre del animal o la persona) tiene un problema y eso puede cambiar. (El nombre) quiere que el problema se vaya."

Paso 3
Toca al animal (suponiendo que es un mamífero) o a la persona en una forma preferente en el pecho, en cada articulación de los hombros y en la parte posterior del cuello. Si es muy difícil tocar la parte posterior del cuello, toca el pecho nuevamente.

Paso 4
Haz la Respiración con una mano en contacto con la parte superior de la cabeza del animal o la persona cuando inhalas y la base de la espina dorsa (o articulación de la cadera) cuando exhalas.

INDICACIONES Y SUGERENCIAS

1. Utiliza una "Escala de Intensidad". Escoge un número para que represente la intensidad del problema antes de utilizar TMD, tomando el 0 como que no hay problema y el 10 como un problema grave, y después elige otro número después de cada ronda para verificar el progreso.
2. De ser posible, utiliza sensaciones o sentimientos específicos al describir el problema y no designaciones abstractas. "Tengo un resfriado" es abstracto; "tengo la nariz tapada" es específico. "Estoy enojada" está bien; pero "Siento enojo en my plexo solar" es mejor.
3. Si el dolor u otro síntoma cambiara de lugar después de una o más rondas de TMD, supón que la nueva ubicación representa un síntoma distinto sobre una capa de tensión diferente, ya sea que el síntoma sea del mismo tipo que el primero o no. Por ejemplo, una sesión de TMD puede comenzar con un dolor en el pecho cuando se hace la primera ronda y cambiar a un dolor en el hombro o temblores en las piernas a la siguiente ronda.
4. Si el síntoma físico no cambiara para nada después de las tres rondas de TMD, supón que hay involucramiento de alguna emoción suprimida, ya sea que exista consciencia de tal emoción o no. En general se debe suponer temor o ira mediante pruebas y experimentos. Utiliza Afirmaciones como "Quizá la ira existe en mi hombro" o "Mis ojos quizá sientan temor de algo."
5. Cuando la TMD no funcione para nada, utiliza alguna otra cosa o combina la TMD con otro enfoque.

Usos para la Técnica de la Mente Dinámica

He aquí una lista parcial de casos en que se ha utilizado la Mente Dinámica con éxito:

Alivio de Padecimientos y Dolores Físicos

* Espalda (superior, media y baja)
* Hombros
* Articulaciones
* Músculos (incluyendo mialgia)
* Jaquecas y migrañas
* Dolor y rigidez de cuello
* Malestar de los ojos
* Dientes, encías y quijada
* Huesos
* Piel
* Corazón
* Tendones
* Uterinos, vaginales y cervicales
* Dolor generalizado

Alivio de otros Padecimientos Físicos

* Entumecimiento y hormigueo
* Artritis (dolor, hinchazón, rigidez)
* Cáncer (alivio de dolor, náusea por el tratamiento, asuntos emotivos relacionados)
* Rigidez (articulación y músculo)
* Padecimientos de la piel (Dermatitis, eczema, roncha, hinchazón, comezón)
* Síntomas alérgicos
* Nausea (incluyendo mareos)
* Manejo del peso (control de impulsos)
* Zumbido de oídos
* Presión de oídos
* Estremecimientos diabéticos
* Síntomas de resfríos, sinus y gripe
* Falta de respiración
* Fatiga y agotamiento
* Debilidad
* Vahídos y vértigo
* Nerviosidad y energía excesiva
* Sensaciones excesivas de rubor o calor
* Síntomas de menopausia (incluyendo rubores (fogaje)
* Insómnia
* Mejora de la visión (miopía, hipermetropía, distorsión)
* Estrés y tensión física general

Sentimientos y Dolores Emocionales

* Ansiedad (específica y generalizada)
* Ira y resentimiento
* Culpabilidad y aflicción
* Infelicidad
* Depresión
* Pérdida
* Abandono
* Traición
* Tristeza
* Abuso
* Estrés y tensión general

Dolores y Asuntos Mentales

* Duda
* Confusión
* Indecisión
* Conflicto
* Preocupación
* Auto-valoración y auto-estima
* Crítica y pensamientos negativos
* Pesadillas
* Autismo

Estrés y tensión mental generalizada

* Hábitos
* Morderse las uñas
* Fumar
* Eneuresia (orinarse en la cama)
* Ingestión de alcohol (control del impulso)



sábado, 20 de septiembre de 2008

Testigo del Ser.

Ken Wilber nos lleva a trascender la dualidad en un sencillo ejercicio...

El ejercicio capital del Testigo

He hablado de la conciencia testigo que persiste a través de la vigilia, el sueño y el sueño profundo. Pero el Testigo está completamente presente en cualquier estado de conciencia, incluyendo el estado de conciencia en el que ustedes se hallan en este mismo instante. De modo que trataré -eso es, al menos, lo que pretendo- de inducirles ese estado recurriendo a lo que se conoce con el nombre de instrucciones para señalar. Pero no aspiro a que entren en un estado diferente de conciencia, en un estado alterado de conciencia, en un estado no ordinario, sino que, por el contrario, voy a señalar algo que ya está sucediendo, de manera ordinaria y natural, en el estado en el que se encuentran ahora mismo.

Comenzaremos cobrando simplemente conciencia del mundo que nos rodea. Contemplen el cielo, relajen su mente y permitan que se funda con el cielo. Observen las nubes que flotan el cielo y dense cuenta que eso no les exige el menor esfuerzo. Su conciencia presente, la conciencia en que esas nubes están flotando, es muy simple, muy sencilla, muy fácil y muy espontánea. Adviertan simplemente que existe una conciencia sin esfuerzo de las nubes. Y lo mismo podríamos decir con respecto a esos árboles, esos pájaros y aquellas piedras. Ustedes pueden observarlo sencillamente sin realizar esfuerzo alguno.

Contemplen ahora las sensaciones que aparecen en su propio cuerpo. Ustedes pueden ser conscientes de cualquier sensación corporal que se presente, tal vez la sensación de presión en la zona en que están sentados, quizás un leve calor en la zona del estómago o una tensión en la nuca. Pero aún cuando la sensación sea de tensión, ustedes pueden ser fácilmente conscientes de ella. Estas sensaciones aparecen en su conciencia presente y esa conciencia es muy sencilla, muy fácil, muy espontánea, y no requiere esfuerzo alguno. Ustedes simplemente observan sin realizar esfuerzo.

Observen ahora los pensamientos que aparecen en su mente. Tal vez puedan darse cuenta de la aparición espontánea en su conciencia de imágenes, símbolos, conceptos, deseos, esperanzas, y miedos. Son pensamientos que emergen, permanecen durante un rato y terminan desapareciendo. Los pensamientos y sentimientos aparecen en su conciencia presente de un modo muy simple, muy fácil y muy espontáneo. Y ustedes se dedican simplemente a observarlos sin realizar esfuerzo alguno.

Dense ahora cuenta de que, si pueden ver el discurrir de las nubes, es porque ustedes no son esas nubes sino el testigo que las contempla. Dense cuenta de que, si pueden experimentar las sensaciones corporales, es porque ustedes no son esas sensaciones sino el testigo que las contempla. Dense también cuenta de que si pueden ver el discurrir de los pensamientos, es porque ustedes no son esos pensamientos sino el testigo que los contempla. De manera espontánea y natural, todas esas cosas emergen en su conciencia presente sin que tengan que hacer el menor esfuerzo.

¿Quiénes son, pues, ustedes? Ustedes no son ninguno de los objetos que se hallan fuera, ninguna de las sensaciones, ninguno del os pensamientos; ustedes no son ninguna de esas cosas, sino la consciencia sin esfuerzo que las contempla. ¿Quiénes o qué son ustedes?

Ahora pregúntense a sí mismos: Yo tengo sentimientos, pero no soy esos sentimientos. ¿Quién soy yo? Yo tengo pensamientos, pero no soy esos pensamientos. ¿Quién soy yo? Yo tengo deseos, pero no soy esos deseos. ¿Quién soy yo?

Ahora den un paso atrás hacia la fuente de su conciencia, den un paso hacia el Testigo y descansen en Él. Y repítanse: Yo no soy objetos, ni sensaciones, ni deseos, ni pensamientos.

Y aquí es donde la gente suele cometer un gran error, porque creen que, cuando descansen en el Testigo, van a ver o sentir algo muy especial. Pero el asunto es que, en tal caso, uno no ve nada raro porque, si viera algo, eso no sería más que otro objeto, otra sensación, otro sentimiento, otro pensamiento u otra imagen. Pero todos ésos son objetos, todos ellos son lo que usted no es.

No, cuando uno descansa en el Testigo y comprende que no es los objetos, los sentimientos ni los pensamientos- lo único que percibe es una sensación de Libertad, una sensación de Liberación de la identificación con los pequeños objetos finitos, con su pequeño cuerpo, con su pequeña mente y su pequeño ego, todos los cuales son objetos que pueden verse y, en consecuencia, no pueden ser el verdadero Vidente, el verdadero Yo, el verdadero Testigo, que es lo que ustedes realmente son.

De modo que, en tal caso, ustedes no verán nada en particular. Todo lo que aparezca estará bien. Las nubes flotan en el cielo, las sensaciones se mueven en el cuerpo, los pensamientos discurren por la mente y uno puede contemplar todo eso sin necesidad de hacer el menor de los esfuerzos.

Todo eso aparece espontáneamente en su consciencia presente sin realizar esfuerzo alguno. Y esa consciencia testigo no es nada concreto que pueda ver sino una inmensa sensación de Libertad la Vacuidad pura- en la que emerge el mundo manifiesto. Usted es esa Libertad, esa Apertura, esa Vacuidad y no cualquier cosa que emerja en ella.

Descansando en ese Testigo vacío y libre, adviertan ahora que las nubes están apareciendo en el inmenso espacio de su consciencia. Las nubes emergen dentro de ustedes, ustedes pueden degustar las nubes, ustedes son uno con las nubes, que se hallan tan próximas que es como si estuvieran desde este lado de su piel. El cielo y su conciencia son uno y todas las cosas que hay en el cielo están flotando en el interior de su conciencia. Y todo eso se halla tan próximo que pueden besar el sol y tragarse las montañas. Según el Zen, cuando dentro y fuera dejan de ser dos, cuando sujeto y objeto son no dos, cuando el observador y lo observado se tornan Un Solo Sabor, uno puede beberse el océano Pacífico de un solo trago; y ésa es la cosa más fácil del mundo. ¿Se dan cuenta de ello?

Recomendaciones

En el camino de conduce a Un Solo Sabor, las personas suelen incurrir en dos tipos de errores. El primero de ellos se refiere a lo que ocurre cuando uno establece contacto con el Testigo, mientras que el segundo afecta al paso que conduce desde el Testigo a Un Solo Sabor.

Veamos. Existe la creencia de que en el momento en que uno establece contacto con el Testigo (con el Yo-Yo) verá algo muy especial. Pero lo cierto es que, en ese momento, uno no ve nada sino que simplemente contempla todo lo que aparece, porque uno no es algo que pueda verse sino el Vidente puro y vacío. Las luces, la beatitud y las visiones súbitas no son más que objetos y, en consecuencia, no tienen nada que ver con el Testigo, y aunque, finalmente, en Un Solo Sabor uno se convierta en todo lo que ve, no se puede empezar tratando de hacer eso tratando de ver la Verdad- por que ese mismo intento obstaculizaría su emergencia. Es por ello que tenemos que partir de ( yo no soy esto, yo no soy eso).

De modo que el primer error impide la presencia del Testigo tratando de convertirlo en un objeto que pueda ser apresado, cuando lo cierto es que es el Vidente de todo cuanto aparece y sólo puede ser experimentado en tanto que sustrato de Libertad y Liberación de todos los objetos.

Descansando en esa Libertad y Vacuidad en la contemplación ecuánime de todo lo que emerge se dará cuenta de que el yo separado (o ego) aparece en su conciencia como cualquier otra cosa. Y eso es algo que usted puede sentir del mismo que puede sentir sus piernas, una mesa, una piedra o sus propios pies.

La contracción sobre uno mismo se experimenta como una tensión interior que, a menudo, se halla localizada detrás de los ojos y se ancla en forma de una leve tensión muscular en todo el cuerpo mente. Es una sensación de contracción frente al mundo, una ligera tensión que afecta a la totalidad del cuerpo-mente. Es una sensación de contracción frente al mundo, una ligera tensión que afecta a la totalidad del cuerpo. Advierta, simplemente, esa tensión.

Cuando uno descansa en el Testigo vació y se percata de esa contracción sobre uno mismo supone erróneamente que, para pasar finalmente desde el Testigo hasta Un Solo Sabor, tiene que desembarazarse de ella (liberarse del ego). Y ése es el segundo error, un error que no hace más que fortalecer la tensión.

Nosotros creemos que la contracción sobre uno mismo oculta o eclipsa el Espíritu cuando, de hecho como ocurre con cualquier Forma del universo- no es más que otra de sus resplandecientes manifestaciones. Todas las Formas incluida la forma del ego- no son más que Vacuidad. Es más, el único que quiere desembarazarse del ego es el propio ego. El Espíritu ama todo lo que emerge tal cual es. El testigo ama el ego, porque el Testigo es la mente espejo ecuánime que refleja y abraza con la misma aceptación todo cuanto aparece.

Pero el ego decide jugar al juego de desembarazarse de sí mismo porque, mientras tanto, seguirá existiendo (¿quién, sino, está jugando?). Como dijera Chung Tzu hace ya mucho tiempo: ¿No es acaso el deseo de librarse del ego una manifestación del ego?.

El ego no es más que una tensión sutil y usted no puede recurrir a la tensión para librarse de la tensión porque, en tal caso, terminaría con dos tensiones en lugar de una. El ego es una manifestación perfecta de lo Divino y funciona mejor descansando en Libertad que tratando de desembarazarse de él, lo cual, dicho sea de paso, no hace sino aumentar su contracción.

¿Cuál es, entonces, la práctica adecuada? Cuando usted descanse en el Testigo, cuando usted descanse en el Yo-Yo, cuando usted descanse en la Vacuidad, preste atención simplemente la contracción sobre sí mismo. Descanse en el Testigo y advierta esa contracción porque, para sentir esa contracción, para contemplarla, deberá haberse desidentificado y, en consecuencia, liberado de ella. Entonces, usted estará mirando desde la posición del Testigo que siempre se halla libre de todos los objetos.

De modo que descanse en el Testigo y percátese de la contracción sobre sí mismo, exactamente del mismo modo en que puede sentir la silla en la que se sienta, la tierra o las nubes que flotan en el cielo. Los pensamientos flotan en la mente, las sensaciones flotan en el cuerpo, la contracción sobre sí mismo sobrevuela en su consciencia y usted contempla todo eso de un modo espontáneo y ecuánime.

En ese estado simple, cómodo y sin esfuerzo, no está tratando de desembarazarse de la contracción sino sencillamente sintiéndola, y mientras esté descansando en el Testigo o Vacuidad que es, Un Solo Sabor podrá resplandecer con más facilidad. No hay nada que uno pueda hacer para provocar (o causar) Un Solo Sabor, por que, Un Solo Sabor no es el resultado de acciones temporales, siempre está completando presente y uno nunca se ha alejado de él.

Lo máximo que uno puede hacer por vía del esfuerzo temporal, es evitar estos dos grandes errores. No trate, pues, de ver al Testigo como un objeto, sino que descanse simplemente en Él en tanto que Vidente, ni trate tampoco de desembarazarse del ego sino que dedíquese, simplemente, a percibirlo. De ese modo, se colocará al borde del abismo de su Rostro Original.

Descanse en el Testigo y dése cuenta de la contracción sobre usted mismo: ése es precisamente el ámbito en que Un Solo Sabor puede resplandecer con más intensidad. Pero no lo haga para conseguir esto o aquello, sino de un modo espontáneo durante todo el día y toda la noche, permaneciendo de pie al borde de su más sorprendente reconocimiento.

Estos serían los pasos a dar:

Descanse en el Testigo y experimente la contracción en sí mismo, y cuando lo haga, dése cuenta de que el Testigo no es la contracción, sino que es consciente de ella. El Testigo está libre de la contracción... y usted es el Testigo.

En tanto que Testigo, usted se halla libre de la contracción en sí mismo. Descanse en esa Libertad, Apertura, Vacuidad y Liberación. Experimente esa contracción y déjela ser, del mismo modo que permite la existencia de cualquier otro tipo de sensación. No trate de librarse de las nubes, los árboles o el ego sino permítales ser mientras permanece relajado en el espacio abierto de Libertad que usted es.

En ese espacio de Libertad y de un modo espontáneo - uno puede advertir que la sensación de Libertad carece de interior y de exterior, de centro y periferia. Los pensamientos flotan en esta Libertad, el cielo flota en esta Libertad, el mundo emana de esta Libertad y usted es Eso. El cielo es su cabeza, el aire su respiración, la tierra su piel, y todo ello de un modo inmediato e íntimo. Cuando uno descansa en esta Libertad, que es Plenitud infinita, se convierte en la totalidad del Mundo.

Éste es el mundo de Un Solo Sabor, un mundo que no tiene ni dentro ni fuera, sujeto y objeto, aquí ni fuera de aquí; un mundo que carece de origen y de final, de objetivos y de medios, de camino y de meta. Ésta, como dijo Ramana Maharshi, es la verdad última.

Fuentes:

Por Ken Wilber en "Diario - El Sabor Único"
"El ejercicio capital del Testigo".
Aportacion de Alberto B. Tenaglia para ACHARIA




El ojo del espíritu

Cuando descanso en la conciencia simple, clara y omnipresente, estoy descansando en el Espíritu intrínseco. Yo no soy, de hecho, nada más que el Espíritu testigo. No es que yo me convierta en Espíritu, sino que simplemente reconozco el espíritu que siempre he sido. Cuando descanso en la conciencia simple, clara y omnipresente, yo soy el Testigo del Mundo, el ojo de Espíritu.

Entonces veo el mundo como lo ve dios, como lo ve la Divinidad, como lo ve el Espíritu, y todo objeto se convierte en la más pura expresión de la Belleza, toda cosa y todo evento en un gesto de la Gran Perfección, todo proceso en el latido mismo de mi Ser eterno. Entonces no soy un testigo ajeno a todo lo que aparece, sino que soy un Un solo Sabor con todo lo que emana de mi interior. La totalidad delKosmos brota ante el ojo del Espíritu, ante el Yo del Espíritu, ante mi propia conciencia, el estado simple omnipresente que siempre he sido.

Desde el fundamenteo de la conciencia simple y omnipresente, el cuerpomente se renueva por completo. Cuando descansas en la conciencia primordial, la conciencia satura todo tu ser y de la corriente misma de la conciencia emerge un nuevo destino. Cuando la Gran Búsqueda ha concluido, cuando la sensación de identidad separada ha desaparecido, cuando la continuidad del Testigo se ha estabilizado, cuando la conciencia omnipresente constituye su fundamento continuo, tu cuerpomente resucita, te reconstruyes en torno al Espíritu intrçinseco y te levantas de entre los muertos, por así decirlo, para asumir un nuevo destino y una nueva misión.

Cuando dejas de existir como yo separado, y poner fin al daño que eso provoca al cuerpomente, te conviertes en un vehículo del Espíritu, y tu cuerpomente, libre ya de las distorsiones y brutalidades de la contracción sobre ti mismo, puede actuar desde sus potencialidades más elevadas.

Fuentes:

Por Ken Wilber, “La Conciencia de Ser”.

Psicoterapia y Espiritualidad.

"La gente ha confundido el término psicosomático (que significa que un proceso de enfermedad físico puede verse afectado por factores psicológicos) con el de psicógeno (que significa que la mente puede provocar enfermedades en el cuerpo). Steven Locke y Douglas Colligan enumeran una serie de factores que interactúan en la evolución de una enfermedad: la herencia, el estilo de vida, las drogas, la ubicación geográfica, la profesión, la edad y la personalidad. Es la interacción entre todos ellos -a los que yo añadiría también los existenciales y espirituales- lo que parece influir en el origen y el desarrollo de una determinada enfermedad física. Aislar uno de ellos e ignorar a los demás constituye, pues, un exceso de simplificación que carece de sentido."

"A la vista de todo esto, parece que el estado psicológico desempeña un papel en toda enfermedad y estoy completamente de acuerdo en que ese componente debería aprovecharse al máximo, ya que, en una situación crítica, puede resultar decisivo para inclinar la balanza hacia el lado de la salud o de la enfermedad."


Pregunta EZ: Por favor explícanos tu visión sobre la interfase existente entre la psicoterapia y la religión.

Respuesta KW: ¿Y que entiendes por religión? ¿El fundamentalismo, el misticismo, la religión exotérica o la religión esotérica?

EZ: Muy bien. Podríamos empezar por ahí. Creo que, en tu libro “Un Dios sociable” presentas once definiciones diferentes, once formas distintas de utilizar la palabra religión.

KW: Lo que quiero decir es que no podemos hablar de ciencia y religión, de psicoterapia y religión, o de filosofía y religión mientras no nos pongamos de acuerdo en lo que entendemos por religión. Para nuestros fines actuales creo que, por lo menos, deberíamos recurrir a la distinción entre las llamadas religiones exotéricas y religiones esotéricas. La religión exotérica o “externa” en una religión mítica, una religión tremendamente literal, que cree, por ejemplo, que Moisés separó las aguas del Mar Rojo, que Cristo nació de una virgen, que el mundo se creó en siete días, que una vez llovió literalmente maná del cielo, etcétera.

Las religiones exotéricas del mundo entero se afirman en este tipo de creencias y dogmas. Los hindúes, por ejemplo, creen que la tierra descansa sobre la espalda de un elefante y que éste, a su vez, se apoya sobre una tortuga que reposa sobre una serpiente. Pero cuando les preguntamos “Y en qué se apoya la serpiente?”, te contestan: “Hablemos de otra cosa”. Si les hiciéramos caso tendríamos que creer que Lao Tzu tenía novecientos años cuando nació, que Krishna hizo el amor a diez mil pastorcillas, que Brahma brotó de una grieta en un huevo cósmico, etc. Así son las religiones exotéricas, un conjunto de sistemas de creencias que intentan explicar los misterios del mundo en términos míticos más que en términos de experiencia directa o de evidencia concreta.

EZ: De modo que la religión exotérica o externa es, fundamentalmente, una cuestión de creencias, no de evidencia.

KW: Así es, y si crees en todos esos mitos te salvarás mientras que, sino crees en ellos, irás al Infierno. Desde ese punto de vista no hay otra alternativa posible. Este tipo de religión literal y dogmática se encuentra en todos los rincones del mundo. Yo no discuto nada de eso, lo único que afirmo es que ese tipo de religión, la religión exotérica, no tiene nada que ver con la religión mística, vivencial y experimentable. Ese es el tipo de religión o espiritualidad que verdaderamente me interesa.

EZ: ¿Qué significa esotérico?

KW: Interno u oculto. Una religión no es esotérica o mística porque sea oculta, secreta o algo por el estilo, sino porque es una cuestión de experiencia directa y de conciencia personal. La religión esotérica no te pide que tengas fe en nada o que te sometas dócilmente a algún dogma. La religión esotérica, por el contrario, consiste en un conjunto de experimentos personales que llevas a cabo científicamente en el laboratorio de tu propia conciencia. Como toda ciencia que se precie, la religión esotérica no se basa en las creencias o los deseos sino en una experiencia directa válida y verificada públicamente por un grupo de iguales que también han llevado a cabo el mismo experimento. Ese experimento es la meditación.

EZ: Pero la meditación es privada.

KW: No, no lo es. No es más privada, digamos, por ejemplo, que las matemáticas. No existe la menor evidencia sensorial o empírica de que el cuadrado de – 1 sea igual a uno. La veracidad o falsedad de este tipo de afirmaciones descansa exclusivamente en su conformidad o inadecuación a ciertas reglas de lógica interna. Así pues, en el mundo externo no es posible encontrar ningún número negativo; eso sólo existe en nuestra propia mente. Pero que sólo exista en nuestra mente no significa que sea falso, no implica que sea conocimiento privado y que no pueda ser validado públicamente.

Su veracidad, por el contrario, es validada por una comunidad de matemáticos experimentados, personas que conocen la forma de realizar el experimento lógico necesario para decidir su verdad o su falsedad. Exactamente del mismo modo, el conocimiento meditativo es un conocimiento interno. Pero, al igual que ocurre con las matemáticas, se trata de un conocimiento que puede ser validado públicamente por una comunidad de meditadores experimentados que conocen la lógica interna de la experiencia contemplativa. La veracidad del teorema de Pitágoras, por ejemplo, no se determina por sufragio universal, sino que son los matemáticos experimentados quienes deciden al respecto.

De manera similar, las distintas tradiciones espirituales afirman, por ejemplo, que la experiencia íntima del Ser es una con la experiencia del mundo externo. Pero, en cualquiera de los casos, se trata de una verdad que puede ser verificada experimental y vivencialmente por cualquiera que lleve a cabo el experimento adecuado. Y, tras unos seis mil años de experimentación, es perfectamente lícito extraer ciertas conclusiones y postular determinados teoremas espirituales, por así decirlo. Esos teoremas espirituales constituyen el mismo núcleo de las tradiciones de la Sabiduría Perenne.

EZ: Pero ¿por qué se les considera “ocultas”?

KW: Porque hasta que no lleves a cabo el experimento no sabrás lo que ocurre y, por consiguiente, no estarás autorizado para opinar, del mismo modo que si no aprendes matemáticas no te permiten dictaminar sobre la veracidad o falsedad del teorema de Pitágoras, lo cual no quiere decir que no puedas tener opiniones al respecto. Pero al misticismo no le interesan las opiniones sino el conocimiento. La religión esotérica, el misticismo, permanece oculta a toda mente que no lleve a cabo el experimento adecuado. Eso es todo lo que significa el término esotérico.

EZ: Pero las religiones son muy diferentes entre si.

KW: Las religiones exotéricas difieren enormemente entre si pero las religiones esotéricas de todo el mundo son prácticamente idénticas. Como ya hemos visto, el misticismo o esoterismo es, en un sentido amplio del término, científico, y al igual que no existe una química alemana diferente de la química americana, tampoco existe una ciencia mística hindú diferente de la musulmana. Ambas, más bien al contrario, están fundamentalmente de acuerdo a la naturaleza del alma, la naturaleza del Espíritu y la naturaleza de su identidad suprema, por nombrar tan solo algunas de sus múltiples coincidencias.

Eso es lo que los eruditos denominan “ la unidad trascendente de las religiones del mundo”, es decir, el núcleo esotérico que las unifica. Obviamente, sus estructuras superficiales varían enormemente pero sus estructuras profundas, en cambio, son prácticamente idénticas y reflejan la unanimidad del espíritu humano y sus leyes reveladas fenomenológicamente.

EZ: Lo que dices es muy importante pero no pareces creer- a diferencia de Joseph Campbell- que las religiones míticas transmitan ningún conocimiento espiritual válido.

KW: Eres muy libre de interpretar los mitos de las religiones exotéricas como más te plazca. De hecho puedes, como hace Campbell, interpretar los mitos como alegorías o metáforas de verdades trascendentales. Puedes, por ejemplo, interpretar que el nacimiento virginal de Cristo significa que obraba espontáneamente desde su verdadero Yo (con mayúscula), lo cual es precisamente lo que yo opino. Pero el problema es que quienes creen en los mitos no suelen admitirlo así.

Ellos creen, por ejemplo, que María era realmente virgen cuando concibió a Jesús. Los creyentes míticos no interpretan alegóricamente los mitos sino que lo hacen de una manera literal y concreta. En su tentativa de salvar los mitos, Joseph Campbell violó el mismo tejido de las creencias míticas, lo cual constituye un error inaceptable. Campbell parece decir al creyente mítico: “Yo se lo que realmente quieres decir”. Pero el problema es que eso no es lo que ellos quieren decir. En mi opinión, su enfoque es básicamente erróneo ya desde su comienzo.

Este tipo de mitos es muy corriente entre los niños de seis a once años y corresponde al nivel de desarrollo cognitivo que Piaget denomina “período de las operaciones concretas”. Como reconoce incluso el mismo Campbell, las actuaciones espontáneas de los niños de siete años de hoy en día constituyen una muestra muy representativa de casi todos los grandes mitos exotéricos del mundo entero. Sin embargo, con la aparición de las siguiente estructura de conciencia- el estadio de las operaciones formales o racionales- ese mismo niño abandona las representaciones míticas; momento a partir del cual, el niño- a menos que viva en una sociedad que aliene de un modo u otro las creencias míticas- deja de creer en ellas. Pero, en general, la mente racional y reflexiva considera que los mitos no son más que eso, mitos, mitos útiles y necesarios hasta llegar a alcanzar un determinado momento evolutivo pero insostenibles a partir de entonces. No es cierto que los mitos transmitan el conocimiento evidente que pretenden comunicar y, por consiguiente, no soporten la menor tentativa de verificación científica.

EZ: Pero también hay quienes interpretan los mitos de las religiones esotéricas de una manera alegórica o metafísica.

KW: Efectivamente. Y esos son precisamente los místicos. En otras palabras, los místicos son quienes dan un significado esotérico u “ oculto” a los mitos. Y ese significado no depende de un sistema de creencias, de símbolos o de mitos externos, sino que brota de la experiencia directa interna y contemplativa del alma. En otras palabras, los místicos no son, en modo alguno, creyentes míticos, sino fenomenólogos contemplativos, místicos contemplativos y científicos contemplativos. Es por ello que, como ha señalado Alfred North Whitehead, el misticismo siempre se ha aliado con la ciencia en contra de la Iglesia, porque uno y otro se basan en la evidencia consensual directa.

Newton fue un gran científico y un profundo místico, y no experimentaba conflicto alguno por ello. Pero no parece existir el mismo tipo de compatibilidad entre la ciencia y la creencia religiosa.
Son precisamente los místicos quienes afirman que la esencia de su religión es básicamente idéntica en todas las religiones míticas y que “recibe muchos nombres cuando, en realidad, es Uno”. Pero no encontrarás un solo creyente mítico- un fundamentalista protestante, pongamos por caso- que admita fácilmente que el budismo también es un camino perfecto de salvación. Quienes creen en los mitos suelen considerar que están en posesión del único camino porque su religión se basa en mitos externos, que varían de lugar en lugar, y esto es lo que imposibilita que perciban – a diferencia de los místicos- la unidad interna que se oculta detrás de los símbolos externos.

EZ: Si, ya veo ¿De modo que no estás de acuerdo con Carl G. Jung en que los mitos son arquetipos y, en ese sentido, tienen una importancia mística o trascendente?

KW: Esperaba que ese tema saliera a relucir. Por aquel entonces, al igual que ahora, la encumbrada figura de Carl Jung- del que Campbell no es sino un seguidor más- domina totalmente el campo de la psicología de la religión. Cuando abordé este campo por primera vez, creía firmemente, como todo el mundo, en los conceptos fundamentales y en los esfuerzo pioneros que Jung realizó en este área. Pero con el transcurrir de los años acabé llegando a la conclusión de que Jung cometió varios errores profundos, y que esos errores- intensificados por lo profuso e incuestionado de su difusión- constituían el principal escollo en el terreno de la psicología transpersonal; no era posible entablar una conversación sobre psicología y religión sin antes aclarar este difícil y espinoso tema.

KW: Carl Gustav Jung descubrió que los hombres y mujeres modernos pueden producir de manera espontánea –en los sueños, la imaginación activa, las asociaciones libres, etc- casi todos los temas fundamentales de las religiones míticas del mundo. Este hallazgo le condujo a deducir que las formas míticas básicas- a las que denominó arquetipos- son comunes a todas las personas, las hereda todo el mundo y se transmiten gracias a lo que él denomina “inconsciente colectivo”. Y luego afirmó aquello de que- y aquí le cito literalmente- “el misticismo es la experiencia de los arquetipos”.
Pero, en mi opinión, este punto de vista incurre en varios errores cruciales.

En primer lugar, es evidente que la mente, incluso la mente moderna, puede llegar a producir, de manera espontánea, formas míticas esencialmente similares a las que podemos encontrar en las religiones míticas. Como ya he dicho, los estadios preformales del desarrollo mental- en especial el pensamiento preoperacional y el pensamiento operacional concreto- son naturalmente mitógenos. Todos los hombre y mujeres de nuestro tiempo atraviesan esos estadios preformales del desarrollo mental- en especial el pensamiento preoperacional y el pensamiento operacional concreto- son naturalmente mitógenos. Todos los hombres y mujeres de nuestro tiempo atraviesan esos estadios del desarrollo durante la infancia, lo que les permite acceder de manera espontánea a la estructura del pensamiento mítico, especialmente en los sueños, en donde los niveles primitivos del psiquismo pueden aflorar con más facilidad.

Pero eso no tiene absolutamente nada de místico. Según Jung, los arquetipos son formas míticas básicas vacías de contenido, mientras que el misticismo, por su parte, es conciencia carente de forma. No parece existir, por tanto, ningún punto de contacto entre ambas estructuras.
En segundo lugar, Jung tomó prestado el término “arquetipo” de grandes místicos como Platón y San Agustín. Pero la forma en que lo utiliza no es la misma en la que lo utilizaron ellos ni tampoco en la que lo han utilizado los grandes místicos del mundo entero. Para los místicos –Shankara, Platón, San Agustín, Eckhart y Garab Dorje, por ejemplo-, los arquetipos son las primeras formas sutiles que aparecen cuando el mundo brota del espíritu carente de forma, del Espíritu no manifestado. Para ellos, los arquetipos son los modelos en los que se basan todos los demás modelos manifestados. El término “arquetipo” procede el griego arche typon, que significa modelo original.

En este sentido, los arquetipos son formas sutiles, formas trascendentales, las primeras formas manifestadas, ya se trate de manifestaciones físicas, biológicas, mentales, etc, etc. Y en la mayor parte de las formas de misticismo, esos arquetipos son pautas de radiación, puntos de luz, iluminaciones audibles, formas y luminosidades de colores radiantes, luces irisadas, sonidos y vibraciones, a partir de los cuales se manifiesta y condensa, por así decirlo, el mundo material.

Pero Jung utiliza el término refiriéndose a ciertas estructuras míticas básicas que son comunes a todos los seres humanos, como la Sombra, el Sabio, el Ego, el Tramposo, la Máscara, la Gran Madre, el Anima, el Animus, y demás. Para Jung, pues, los arquetipos no son tanto trascendentales como existenciales, simples facetas de la experiencia comunes a la condición humana cotidiana. Coincido con él en que esas formas míticas constituyen un legado colectivo y también estoy plenamente de acuerdo en que es muy importante “llevarse bien” con esos “arquetipos” míticos.

Si, por ejemplo, tengo un problema psicológico con mi madre, si tengo lo que se llama un complejo materno, es importante que me dé cuenta de que gran parte de la carga emocional no sólo proviene de mi propia madre biológica sino también de la Gran Madre, una poderosa imagen del inconsciente colectivo que es, por así decirlo, la quinta esencia de todas las madres del mundo. Es decir, el psiquismo parece llevar integrada en sí mismo la imagen de la Gran Madre del mismo modo que también parece estar equipado con las formas rudimentarias del lenguaje, la percepción y diversas pautas instintivas. De este modo, si se reactiva la imagen de la gran Madre, no sólo tendré que habérmelas con mi propia madre biológica sino también deberé afrontar miles de años de experiencia materna.

Así pues, la imagen del la Gran Madre conlleva una carga que hace que tenga un impacto muy superior al de mi propia madre biológica. Llegar a entrar en contacto con la gran Madre, a través del estudio de los mitos de todo el mundo constituye una buena forma de hacer frente a esa forma mítica, de volverla consciente y así poder diferenciarse de ella. Estoy totalmente de acuerdo con Jung sobre este punto.
Pero, en cualquier caso, esas formas míticas no tienen nada que ver con el misticismo, ni con la auténtica conciencia trascendental. Lo explicaré de una manera más sencilla.

El gran error de Jung, en mi opinión, consistió en confundir lo colectivo con lo transpersonal ( con lo místico). El hecho de que mi mente herede ciertas formas colectivas no significa que esas formas sean místicas o transpersonales. Todos heredamos colectivamente diez dedos en los pies, por ejemplo, ¡pero el hecho de experimentar los diez dedos en mis pies no supone en modo alguno estar viviendo una experiencia mística!.

Los “arquetipos” de Jung no tienen prácticamente nada que ver con la conciencia auténticamente espiritual, trascendental, mística y transpersonal, son formas heredadas colectivamente que compendian algunos de los encuentros más fundamentales, cotidianos y existenciales de la condición humana: la vida, la muerte, el nacimiento, la madre, el padre, la sombra, el ego, etc. Pero en esto precisamente no hay nada místico. Colectivo sí pero transpersonal no.

Hay elementos colectivos prepersonales y elementos colectivos transpersonales, y Jung no los diferencia con la claridad necesaria. Es ese descuido, en mi opinión, lo que desvirtúa toda su comprensión del proceso espiritual.
Así que estoy de acuerdo con él en que es muy importante entenderse con las formas tanto del inconsciente mítico personal como del inconsciente colectivo. Pero ninguno de ellos está relacionado con el verdadero misticismo que consiste en encontrar, en primer lugar, la luz más allá de la forma, y en segundo, la ausencia de forma más allá de toda luz.

EZ: Pero tropezar con el material arquetípico del psiquismo puede constituir una experiencia muy poderosa y, en ocasiones, hasta muy sobrecogedora.

KW: Sí, porque los arquetipos son colectivos y su poder trasciende, con mucho, al individuo: cuentan con el poder de millones de años de evolución a sus espaldas. Pero colectivo no significa transpersonal. El poder de los “verdaderos arquetipos”, los arquetipos transpersonales, se deriva directamente del hecho de que son las primeras formas del Espíritu atemporal. El poder de los arquetipos junguianos, por su parte, se deriva del hecho de ser las formas más antiguas de la historia temporal.

Como constató el mismo Jung, es necesario alejarse de los arquetipos y diferenciarse de ellos para liberarse de su poder, un proceso al que denominó proceso de individuación. Y una vez más, estoy completamente de acuerdo con él a este respecto.

Hay que diferenciarse de los arquetipos junguianos.
Pero, en última instancia, para que la identidad de la persona se transforme en esa forma transpersonal, uno debe acercarse a los verdaderos arquetipos, los arquetipos transpersonales. Y esa es una diferencia enorme. El único arquetipo junguiano auténticamente transpersonal es el “Self”, pero hasta la misma exposición de Jung a este respecto me parece sumamente frágil porque, a mi juicio, no enfatiza lo suficiente su carácter no dual.

EZ: Quisiera preguntarte por la relación que existe entre la religión esotérica y la psicoterapia. En otras palabras, tanto la meditación como la psicoterapia pretenden transformar a la conciencia y curar el alma, pero ¿cuál es la relación que existe entre la meditación y la psicoterapia? En “Transformations of consciousnes” abordas el tema con mucho detalle. Tal vez podrías resumir esa exposición.

KW: Muy bien. Creo que lo más fácil será remitirnos al esquema que aparece en esta obra. En términos generales, la idea global es muy sencilla: el crecimiento y el desarrollo se dan a través de una serie de estadios o niveles, desde el menos desarrollado e integrado hasta el más desarrollado y más integrado. Y aunque probablemente existen multitud de niveles y subniveles de crecimiento diferentes, en ese libro he seleccionado nueve de los más importantes que aparecen en la primera columna de la figura
“estructuras básicas de la conciencia”.

Pues bien, a medida que el self se va desarrollando a través de cada una de esos estadios, las cosas pueden ir relativamente bien o relativamente mal. En el primer caso, el self se desarrolla normalmente y alcanza el siguiente estadio de un modo relativamente sano. Pero si las cosas, en cambio, se desarrollan de manera inadecuada pueden aparecer diversas patologías, y el tipo de patología, el tipo de neurosis, dependerá precisamente de la etapa o nivel en que tenga lugar el problema.

En otras palabras, en cada uno de los estadios o niveles de desarrollo, el self debe enfrentarse a diferentes tareas y su manera de gestionarlas determina si las supera de manera adecuada o inadecuada. En cada una de las etapas de desarrollo, el self comienza identificándose con esa etapa y debe realizar las tareas propias de ese estadio, ya se trate de aprender el control de los esfínteres o de aprender a hablar. Pero para que el desarrollo prosiga, el Self debe terminar renunciando a esa etapa u desidentificarse de ella para dar paso a una nueva etapa nueva y superior; en otras palabras, tiene que diferenciarse del estadio inferior, identificarse con el superior y, por último, integrar lo superior con lo inferior.

Esta tarea de diferenciación y posterior integración se denomina “fulcro”, un punto de inflexión, un momento clave del proceso de desarrollo. En la segunda columna, titulada “fulcros correspondientes”, tenemos los nueve grandes fulcros, los momentos decisivos correspondientes a los nueve grandes niveles o etapas de desarrollo de la conciencia. De este modo, cuando funciona mal en un determinado fulcro, el sujeto termina desarrollando una patología concreta característica. Esas nueve grandes patologías se presentan en la tercera columna de nuestra figura, “patologías características”. En ellas encuentra cosas tales como psicosis, neurosis, crisis existenciales, etcétera.

Finalmente, a lo largo de los años, se han desarrollado diversas modalidades terapéuticas para tratar las diversas patologías: en la cuarta columna –“modalidades de tratamiento”- he detallado los más apropiados para cada problema concreto. Esa es, precisamente, la relación que existe entre la psicoterapia y la meditación.

EZ: Esta sencilla figura condensa una enorme cantidad de información. Me gustaría ahora considerar cada punto con más detenimiento. Empecemos con una breve explicación de las estructuras básicas de la conciencia.

KW: Las estructuras básicas constituyen los ladrillos fundamentales de la conciencia: las sensaciones, las imágenes, los impulsos, los conceptos, etcétera. He señalado nueve grandes estructuras básicas que constituyen una versión ampliada de lo que la filosofía perenne denomina la Gran Cadena del Ser: material, cuerpo, mente, alma y espíritu. En orden ascendente, los nueve niveles son los siguientes:

Primer nivel: las estructuras físico-sensoriales. Incluyen los componentes materiales del cuerpo más la sensación y la percepción. Es lo que Piaget llamó inteligencia sensoriomotora; lo que Aurobindo denominó la sensoriofísico; lo que vedanta denomina annamaya-kosha, etcétera.

Segundo nivel: lo emocional-fantásmico. Se trata del nivel emocional y sexual, del nivel de los instintos, de la libido, del impulso vital, de la bioenergía y del prana más el nivel de las imágenes, las primeras formas mentales. Las imágenes- lo que Arieti denomina “nivel fantásmico”- empieza a aflorar en el niño en torno a los siete meses aproximadamente.

Tercer nivel: la mente representacional. Es lo que Piaget denomina pensamiento preoperacional. Está basada en los símbolos, que aparecen entre los dos y los cuatro años de edad y en los conceptos, que aparecen entre los cuatro y los siete años.

EZ: ¿Cuál es la diferencia existente entre las imágenes, los símbolos y los conceptos?

KW: Una imagen representa una cosa en la medida en que tiene su mismo aspecto. es muy sencillo. La imagen de un árbol, por ejemplo, tiene más o menos el aspecto de un árbol de verdad. Un símbolo, por su parte, representa una cosa pero no tiene el mismo aspecto que ella, lo cual constituye una tarea mucho más difícil y elevada. La palabra “Fido”, por ejemplo, puede representa a tu perro pero lo cierto es que no se parece en nada al perro y, por lo tanto, es bastante más difícil de recordar. Por eso las palabras sólo aparecen después de la imágenes.

Un concepto, finalmente, representa a una clase de cosas. el concepto de “perro”, por ejemplo, no sólo representa a “Fido” sino a todos los perros posibles y constituye, por consiguiente, una tarea todavía más difícil. Los símbolos denotan mientras que los conceptos connotan. Pero en mi esquema denomino mente preoperacional o figurativa a la mente que trabaja con los símbolos y los conceptos.

EZ: ¿Y luego la mente regla/ rol?

KW: El cuarto nivel, la mente regla/rol, lo que Piaget denomina pensamiento preoperacional concreto, aparece alrededor de los siete y los once años de edad. Los budistas le llaman manovijñana, una mente que opera concretamente sobre la experiencia sensorial. Yo lo llamo regla/ rol, porque es la primera estructura auténticamente capacitada para llevar a cabo un pensamiento reglado, como la multiplicación o la división, y es también la primera estructura que puede asumir el rol de los demás, asumir realmente una perspectiva diferente de la suya propia. Se trata de una estructura muy importante denominada por Piaget estadio de las operaciones concretas porque, aunque puede llevar a cabo operaciones complejas, lo hace de forma muy concreta y literal.

Quisiera subrayar, en este punto, que ésta es la estructura que piensa que los mitos son concretamente y literalmente ciertos.

El quinto nivel, al que llamo nivel reflexivo- formal, es la primera estructura que no sólo puede pensar, sino que también puede pensar sobre el pensamiento. Es, por consiguiente, la primera estructura capaz de llevar a cabo un razonamiento hipotético, o de cotejar propuestas con la evidencia empírica, lo que Piaget denomina de las operaciones formales. Suele aparecer en la adolescencia y es la responsable del desarrollo de la timidez y del desmedido idealismo propio de ese período. Aurobindo lo llama “mente razonadora” y el vedanta manomaya-kosha.

El sexto nivel es el nivel existencia, el nivel visión- lógica, una visión que no es divisoria sino exclusiva, integradora, unificadora y creadora de redes de relaciones. Es lo que Aurobindo llama “ la mente superior” y el budismo, manas. Es una estructura muy integradora, tan integradora, en realidad, como para unificar la mente y el cuerpo en una unidad de orden superior que yo denomino “centauro” simbolizando, con ello, la fusión- no la identidad- entre la mente y el cuerpo.

El nivel siete es el nivel psíquico, pero con ello no estoy afirmando que, en él, aparezcan ciertas facultades paranormales aunque éstas, obviamente, pueden empezar a desarrollarse a partir de ese nivel. Este nivel constituye el inicio del desarrollo transpersonal, espiritual o contemplativo, lo que Aurobindo denomina “mente iluminada”.

El nivel ocho es el nivel sutil o intermedio del desarrollo espiritual, la morada de diversas formas luminosas y divinas llamadas yidam en el budismo e ishtadeva en el hinduísmo ( a las que no hay que confundir con las formas míticas colectivas propias de los niveles tres y cuatro). Se trata del hogar del Dios personal, de los arquetipos transpersonales “reales” y de las formas supraindividuales. Es la “mente intuitiva” de Aurobindo, el vijñamaya- kosha del vedanta y el alaya-vijñana del budismo.

El nivel nueve es el nivel causal, la fuente pura y no manifestada del resto de los niveles inferiores. Se trata de la morada no de un Dios personal sino de una Divinidad o Abismo sin forma. Es la “supermente”, el supramental, de Aurobindo, y el anandamaya- kosha, el cuarpo de gloria del vedanta. Por último, el papel en que está representado todo el diagrama representa la realidad última, el Espíritu Absoluti, que no es un nivel más sino el Fundamente y realidad de todos los niveles. Es la “supramente” de Aurobindo, el alaya puro del budismo y turiya del vedanta.

EZ: De modo que el nivel uno es la materia, el nivel dos es el cuerpo y los niveles tres, cuatro y cinco son la mente.

KW: Así es. Y el nivel seis constituye una integración de la mente y el cuerpo, lo que denomino el centauro; los niveles siete y ocho son el alma; y el nivel nueve más todo el papel son el espíritu. Como ya he dicho, este desarrollo no es más que una elaboración más sofisticada de la gradación materia, cuerpo, mente, alma y espíritu, pero realizada de tal forma que permita establecer relaciones con la investigación psicológica occidental.

EZ: De modo que, en cada uno de los nueve niveles de crecimiento de la conciencia, el self debe afrontar tareas muy diversas.

KW: Efectivamente. El bebé parte de la primera etapa, que es básicamente el nivel material o físico; sus emociones –nivel dos- son muy toscas y poco desarrolladas y carece de la capacidad para manejar símbolos, conceptos, reglas y todo lo demás. Es básicamente un ser fisiológico, cuya conciencia, por otra parte, es una no dual, oceánica o protoplásmica, de forma que en modo alguno se halla diferenciado de la persona que le cuida y del mundo material que le rodea.

EZ: Muchos teóricos sostienen que ese estado oceánico o indiferenciado es un estado protomístico en el que el sujeto y el objeto están fundidos y que ese estado es el estado de unidad que se recupera en la experiencia mística ¿Estás de acuerdo con eso?
¡Las ardillas habían vuelto! Entraban y salían de las gigantescas sequoyas, gozando de la beatitud de su ignorancia. Me pregunté si sería posible vender el alma, no al diablo sino a una ardilla.

Cuando Edith preguntó si el estado de fusión infantil es un prototipo del misticismo, metió el dedo en la llaga de la cuestión más ardientemente debatida en los círculos transpersonales. Muchos teóricos, siguiendo a Jung, mantienen que, dado que el misticismo es una fusión entre el sujeto y el objeto, este estado primordial de fusión indiferenciada debe ser lo que, en cierto modo, se reconquista en la experiencia de unidad mística. Yo había sido seguidor de Jung, había compartido esa perspectiva e incluso había escrito varios ensayos al respecto pero, como ocurre tantas veces con Jung, ahora era una postura que me parecía completamente insostenible y, lo que es más, me parecía molesta, porque significaba inequívocamente equiparar al misticismo con una especie de estado regresivo. Para mí era pues, como digo, una cuestión muy espinosa.

KW: Ciertos teóricos consideran que el hecho de que un niño no pueda explicar la diferencia existente entre el sujeto y el objeto constituye una demostración palpable de que ese estado es una especie de unión mística. Pero lo cierto es que las cosas no son así: el niño no solo no ha llegado todavía a trascender al sujeto y el objeto; simplemente es incapaz de diferenciarlos. Los místicos, por el contrario, son perfectamente conscientes de la diferencia convencional existente entre el sujeto y el objeto, lo único que ocurres es que también son conscientes de la identidad profunda y superior que los engloba.

Por otra parte, la unión mística es una fusión de todos los niveles de la existencia, físico, biológico, mental y espiritual, mientras que el estado de fusión infantil, por su parte, constituye una identidad exclusiva con el nivel físico o sensoriomotor. Como dijo Piaget: “Aquí, el self es material, por así decirlo”. Así pues, ésta no es una fusión con el Todo y, por consiguiente, no hay nada de místico en ello.

EZ: Pero en el estado de fusión infantil hay una unión entre el sujeto y el objeto.

KW: No se trata de una unión sino de una indiferenciación. Unir es juntar dos cosas separadas en una totalidad superior. En la fusión infantil no hay dos cosas sino una indiferenciación global, y resulta que no es posible integrar lo que no se ha diferenciado todavía. Además, aunque dijéramos que ese estado infantil constituye una unión entre el sujeto y el objeto, permíteme que insista en que este sujeto es un sujeto meramente sensoriomotor indiferenciado de un mundo sensoriomotor, y no un sujeto totalmente integrado a todos los niveles fundido con todos los mundos superiores.

En otras palabras, este estado no constituye, en modo alguno, un prototipo de la unión mística sino más bien justamente lo contrario del estado místico. Así pues, el estado de fusión infantil es el mayor punto de alienación o de alejamiento de los niveles y mundo superiores cuya integración o unión total constituye la misma esencia de la experiencia mística.

Este, dicho sea de paso, es el motivo por el cual los místicos cristianos sostienen que naces en el pecado, la separación o la alienación. El pecado no es algo que hagas después del nacimiento, sino algo que eres desde el mismo momento del nacimiento o de la concepción, algo que sólo se puede superar mediante el desarrollo y la evolución desde la materia hasta la mente y de ésta hasta el espíritu. El estado infantil de fusión material constituye así el comienzo, el momento más bajo del proceso de crecimiento, y no una especie de prefiguración del estado místico final.

EZ: Eso tiene que ver con lo que tu llamas la “falacia pre / trans”

KW: Así es. Los primeros estadios del desarrollo son prepersonales porque en ellos todavía no ha aparecido el ego personal, individual y separado; los estadios intermedios del crecimiento son personales o egoicos y los estadios superiores, por último, son transpersonales o transegoicos.
A mi juicio, la gente tiende a confundir los estadios “pre” con los estadios “trans”, porque superficialmente son parecidos. Si has equiparado el estadio de fusión infantil- que es prepersonal- con la unión mística- que es transpersonal- te verás forzado a seguir una de estas dos alternativas: o bien elevas el estadio infantil a la categoría de unión mística ( de la que, por cierto, carece) o bien niegas todo misticismo genuino afirmando que no es más que una regresión al narcisismo infantil y al no dualismo oceánico. Jung y el movimiento romántico en general cometieron el primero de los errores-elevar los niveles preegoicos y prerracionales a la gloria transegoica y transracional; es este sentido, son “elevacionistas”.

Freud y sus seguidores, por su parte, han hecho justamente lo contrario- reducir todos los estados transracionales, transegoicos y místicos a estadios prerracionales, preegoicos e infantiles; en este sentido son “reduccionistas”. Sin embargo, ambas visiones poseen un cincuenta por ciento de acierto y otro tanto de equivocación, ya que ninguna de ellas advierte ni explica la diferencia existente entre lo “pre” y lo “trans”. Hay que decir que el misticismo genuino existe y que no tiene absolutamente nada de infantil.

Afirmar lo contrario sería como confundir a un preescolar con un doctor, un verdadero disparate que no hace más que confundir totalmente las cosas.
Las ardillas jugaban frenéticamente. Edith, por su parte, seguí sonriendo y aciendo preguntas amablemente. Me pregunté si se habría notado, de algún modo, el enfado que me causa la noción de que “misticismo es regresión”.

EZ: Muy bien, volvamos, pues a la cuestión original. El niño se encuentra básicamente en el primero de los estadios, el nivel sensorioperceptual al que no podemos calificar de místico ¿Qué ocurre si algo va mal en ese estadio del desarrollo?.

KW: Se trata de un nivel tan primitivo que sus trastornos son verdaderamente muy graves. Si el niño no logra diferenciarse de su entorno, las fronteras de su ego siguen siendo permeables y difusas. En tal caso, el individuo no puede describir dónde termina su cuerpo y dónde comienza la silla. Se produce una difuminación alucinatoria de las fronteras entre lo interno y lo externo, entre el sueño y la realidad. Este, por supuesto, es el no dualismo característico de la psicosis, una patología grave que afecta al nivel de existencia más primitivo y fundamental, el self material.

En la infancia, este trastorno se traduce en autismo y psicosis simbióticas y, en el caso de persistir en grado importante en la edad adulta, contribuye al desarrollo de las psicosis depresivas y a la mayor parte de las esquizofrenias adultas.

Las modalidades de tratamiento propias de este nivel son la fisiológica y la pacificación, ya que por desgracia los únicos tratamientos que parecen funcionar realmente son farmacológicos o de custodia.

EZ: ¿Qué ocurre cuando aparece el segundo nivel?

KW: Cuando, alrededor del primer año de vida, aparece el nivel fantásmico- emociona, el self tiene que diferenciarse del mundo materia, e identificarse en cambio con el mundo biológico de su cuerpo separado y sensible, para luego integrar el mundo físico en su percepción. En otras palabras, el self debe romper su identidad exclusiva con el self material y el mundo material y establecer una identidad de orden superior con el cuerpo, el cuerpo como entidad separada y diferenciada en el mundo. Este es el segundo fulcro, lo que investigadores como Margaret Mahler, por ejemplo, llaman la fase de “separación-individuación”. El cuerpo- self debe separarse e individualizarse de la madre y del mundo físico en general.

EZ: ¿Qué ocurre si aparecen dificultades a lo largo de este estadio?

KW: En tal caso, las fronteras del self permanecen vagas, fluidas y confusas. El mundo parece entonces “inundar emocionalmente” al self, que es muy volátil e inestable. Son los llamados síndromes “borderline” o fronterizos, síndromes limítrofes porque se encuentran en la frontera entre la psicosis del nivel anterior y la neurosis del nivel subsiguiente. Los trastornos narcisistas, aunque son ligeramente más primitivos están relacionados con este fenómeno. En estos trastornos, el self, precisamente por no haber logrado diferenciarse plenamente del mundo, trata al mundo como su concha y a la gente como meras extensiones de sí mismo. En otras palabras, es completamente egocéntrico, ya que el mundo y el self son lo mismo.

EZ: ¿Y qué hay con respecto a los tratamientos más adecuados para estos trastornos?

KW: Tiempo atrás se creía que estos trastornos eran incurables por lo remotos. Pero desde hace poco, y espoleados por la obra de Mahler, Kohut, Kernberg y otros, se han desarrollado una serie de tratamientos, bastante eficaces por cierto, denominados “técnicas de consolación de estructura”. Dado que el problema fundamental de los trastornos limítrofes es que las fronteras del self todavía no son lo suficientemente fijas, las técnicas de consolidación de estructura apuntan precisamente a construir éstas y a delimitar y fijas las fronteras del ego.

Son técnicas que ayudan a la persona a diferenciar el self de todo lo demás, explicándose y mostrándole que lo que le ocurre al otro no le ocurre necesariamente al self, cosa que no resulta evidente para quien no hay completado el proceso de separación- individuo. Por ejemplo, estar en desacuerdo con tu madre no te matará.

Ahora bien, es importante darse cuenta de que, en estos síndromes limítrofes, la psicoterapia no trata de sacar a luz algo del inconsciente. Ello no es posible hasta el siguiente nivel, el nivel tres. En los estadios limítrofes, el problema no es que una fuerte barrera, un fuerte ego, esté reprimiendo alguna emoción o algún impulso; el problema es que ni siquiera hay una barrera o frontera egoica. Por así decirlo, no hay barrera que reprima y, por consiguiente, no existe inconsciente dinámico ni nada que sacar a la luz ¡De hecho, el objetivo de las técnicas de consolidación de estructura es hacer que la persona “ascienda” hasta un nivel en el que llegue a ser capaz de poder reprimir. A este nivel, el self simplemente no es lo bastante fuerte como para reprimir nada.

EZ: Entiendo que eso ocurre en el siguiente nivel, el tercero.

KW: Si, así es. El nivel tres, o mente figurativa o representativa, empieza a surgir en torno a los dos años de edad y domina la conciencia hasta la edad de siete años. En este nivel aparecen los símbolos, los conceptos y el lenguaje, lo cual permite que el niño transforme su identidad de un self fundamentalmente corporal a un self mental o egoico. El niño ya no es sólo un cuerpo dominado por los sentimientos e impulsos del momento; también es un ser mental, con un nombre, con una identidad y con expectativas y deseos que se extienden en el tiempo. El lenguaje es el vehículo del timepo; es gracias al lenguaje que el niño puede recordar el ayer y soñar con el mañana y por consiguiente, lamentar el pasado y sentirse culpable o preocuparse por el futuro y experimentar ansiedad.

Por consiguiente, es en este estadio donde aparecen el sentimiento de culpa y la ansiedad. Y si la ansiedad es excesiva, el self puede reprimir y reprimirá todos los pensamientos o emociones ansiógenos. Esos pensamientos y estas emociones reprimidos, especialmente relacionados con el sexo, la agresividad y el poder constituyen el inconsciente reprimido dinámicamente, lo que yo llamo (al igual que Jung) “la sombra”. Si la sombra se vuelve excesiva, si está demasiado cargada, demasiado llena por así decirlo, entonces irrumpe en toda una serie de síntomas llamados psiconeurosis o abreviadamente neurosis.

De modo que, en el tercer nivel, la aparición del lenguaje favorece la emergencia del self egoico-mental que debe aprender a diferenciarse del cuerpo. Pero si esa diferenciación va demasiado lejos, el resultado es una disociación, una represión. En tal caso, el ego no trasciende al cuerpo sino que lo aliena, lo excluye. Pero eso sólo significa que ciertos aspectos del cuerpo y sus deseos permanecen en la sombra, saboteando dolorosamente al ego en forma de conflicto neurótico.

EZ: De manera que la forma de tratar las neurosis consiste en establecer contacto con la sombra y reintegrarla.

KW: Efectivamente. Y las técnicas que propician este movimiento se denomina “técnicas de descubrimiento” porque intentan descubrir a la sombre, sacarla a la superficie y luego, como dices, reintegrarla. Pero, para ello, primero hay que liberar o relajar la barrera de la represión creada por el lenguaje y sostenida por la ansiedad y por el sentimiento de culpa. Una de las formas de hacer esto, por ejemplo, consiste en animar a la persona a decir todo lo que acuda a su mente sin censurarlo. No obstante, sea cual fuere la técnica, el objetivo es esencialmente el mismo: establecer contacto con nuestra sombra, aceptarla y volver a tomar posesión de ella.

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