sábado, 25 de octubre de 2008

Paradigma holográfico

En 1982 Alain Aspect [físico de la universidad de París] y su equipo descubren que sometiendo bajo ciertas condiciones a partículas subatómicas como los electrones, ellas son capaces de comunicarse instantáneamente unas con otras independientemente de la distancia que las separa, sea ésta de 10 metros o 10 mil millones de kilómetros. Es como si cada partícula individual supiera exactamente que cosa están haciendo todas las demás. Este fenómeno viola la teoría de Einstein que excluye la posibilidad de comunicaciones más veloces a la luz. Esto ha impulsado que otros científicos traten de explicar los descubrimientos de Aspect.

La hipótesis más acreditada es de David Bohm, conocido físico de la universidad de Londres, ya fallecido, que opinó que los descubrimientos de Aspect implican que la realidad objetiva no existe. A pesar de su aparente solidez, el universo es en realidad un fantasma, un holograma gigantesco y espléndidamente detallado.

Un holograma es una fotografía tridimensional producida con la ayuda de un láser. Para crear un holograma el objeto a fotografiar está bañado en la luz de un rayo láser, luego se le hace rebotar a un segundo rayo láser sobre la luz reflejada del primero y el esquema resultante de la zona de interferencia dónde los dos rayos se encuentran es impreso sobre una película fotográfica. Cuando la película es revelada resulta visible sólo un enredo de líneas claras y oscuras, pero, al iluminarla con otro rayo láser aparece la imagen tridimensional del objeto original.

La tridimensionalidad de tales imágenes no es la única característica interesante de los hologramas. En efecto, si el holograma de una rosa es cortado a medias y luego iluminado por un láser, se descubrirá que cada mitad todavía contiene la imagen entera de la rosa. Si seguimos dividiendo las dos mitades, veremos que cada minúsculo fragmento de película siempre contendrá una versión más pequeña, pero intacta, de la misma imagen. A diferencia de las fotografías normales, cada parte de un holograma contiene todas las informaciones poseídas por el holograma íntegro. Esta característica de los hologramas nos provee una manera totalmente nueva de comprender los conceptos de organización y orden

En casi todo su historia, la ciencia occidental ha actuado bajo el prejuicio de que el mejor modo de entender un fenómeno físico, trátese de una rana o de un átomo, es seccionándolo y estudiando sus respectivas partes. Los hologramas nos enseñan que algunos fenómenos del universo pueden no encajar en este método.

La intuición le sugirió a Bohm una dirección diferente para así poder comprender el descubrimiento del doctor Aspect. El creyó que el motivo por el cual las partículas subatómicas quedan en contacto, independientemente de la distancia que las separa, reside en el hecho de que su separación es una ilusión. En un cierto nivel de realidad más profunda, tales partículas no son entidades individuales sino extensiones de un mismo "algo" fundamental.

Para explicar su teoría Bohm utilizó este ejemplo: imaginen un acuario conteniendo a un pez. También imaginen que el acuario no es directamente visible, que sólo se lo ve por dos telecámaras, una situada frontalmente y la otra lateralmente. Mientras miramos los dos monitores televisivos podemos pensar que los peces visibles sobre los monitores son dos entidades separadas, la diferente posición de las telecámaras nos dará en efecto dos imágenes levemente diferentes. Pero, siguiendo con la observación de los dos peces, al final nos percataremos que hay cierta unión entre ellos: cuando uno se vuelve, también el otro se volverá; cuando uno mira frente a si, el otro mirará lateralmente. Si nos quedáramos con el objetivo real del experimento, podríamos llegar a creer que los dos peces se estén comunicando entre sí, instantánea y misteriosamente, pero éste no es el caso.
Esto, dijo Bohm, es precisamente lo que ocurre con las partículas subatómicas del experimento de Aspect. La aparente conexión entre las partículas subatómicas más rápida que la luz está realmente diciéndonos que hay un nivel más profundo de realidad al que no tenemos acceso, una dimensión mas compleja más allá de nosotros, que es análoga al acuario.

Si las partículas subatómicas nos aparecen separadas es porque somos capaces de sólo ver una porción de su realidad, ellas no son "partes" separadas, sino facetas de una unidad más profunda y básica, que resulta al fin tan holográfica e indivisible como el holograma de la rosa. Y ya que cada cosa en la realidad física es constituida por estas "imágenes", el universo en si mismo es una proyección, un holograma.

Si la separación entre las partículas subatómicas es solo aparente, eso significa que, a un nivel más profundo, todas las cosas están conectadas infinitamente. Los electrones de un átomo de carbono del cerebro humano están conectados a las partículas subatómicas que se encuentran en cada salmón que nada, cada corazón que late y en cada estrella que brilla en el cielo.

Cada subdivisión necesariamente resulta artificial y toda la naturaleza no es otra cosa que una inmensa red interminable. En un universo holográfico hasta el tiempo y el espacio no serían más que principios fundamentales, ya que conceptos como la localidad (ubicación) son quebrantados en un universo donde nada está realmente separado del resto: también el tiempo y el espacio tridimensionales como así también las imágenes del pez sobre los monitores de TV, debería ser interpretados como simples proyecciones de un sistema mucho más complejo. A un nivel más profundo, la realidad no es otra que un tipo de super-holograma, dónde el pasado, el presente y el futuro coexisten simultáneamente; ésto implica que, teniendo los instrumentos apropiados, un día podríamos entrar en aquel nivel de la realidad y recoger las escenas de nuestro pasado por largo tiempo olvidado. Que otra cosa podría contener el super-holograma queda como una pregunta sin respuesta. Hipotéticamente, admitiendo que ello exista, debería de contener cada partícula individual subatómica que sea, que haya sido y que será, además de cada posible configuración de materia y energía: desde copos de nieve a estrellas, de ballenas grises a los rayos gama. Deberíamos imaginarlo como un tipo de almacén cósmico de Todo lo que Existe.

Si el mundo concreto no es otro que una realidad secundaria y, lo que existe no es otra cosa que un torbellino holográfico de frecuencias y, si el cerebro sólo es un holograma que selecciona algunas de estas frecuencias, transformándolas en percepciones sensoriales, ¿qué cosa seria la realidad objetiva? En otras palabras: no existe. El mundo material es una ilusión. Nosotros mismos creemos ser entidades físicas que se mueven en un mundo físico; pero todo esto es parte del campo de la pura ilusión. En realidad somos un tipo de "receptores" que flotan en un calidoscópico mar de frecuencias y lo que extraemos de ello lo transformamos mágicamente en realidad física: uno de los mil millones de "mundos" existentes en el super-holograma. Este impresionante nuevo concepto de la realidad ha sido bautizado "paradigma holográfico" y aunque muchos científicos lo hayan acogido con escepticismo, ha entusiasmado a muchos otros. Un pequeño, pero creciente, grupo de investigadores está convencido de que se han liberado del modelo de realidad hasta ahora alcanzado por la ciencia, dónde los asi llamados estados "alterados de conciencia" podrían ser sencillamente el paso a un nivel holográfico más elevado.

También la medicina y todo lo que conocemos sobre el proceso de curación, serían transformados por el paradigma holográfico. En efecto, si la aparente estructura física del cuerpo no es otra cosa que una proyección holográfica de la conciencia, resulta claro que cada uno de nosotros es mucho más responsable de la misma salud de lo que reconozcan los actuales conocimientos en el campo de la medicina. Las que nosotros ahora consideramos curaciones milagrosas podrían ser en realidad debidas a un cambio del estado de conciencia que provoca cambios en el holograma corpóreo. Del mismo modo, podría darse que algunas controvertidas técnicas de curación alternativa como la "visualización" resulten eficaces, porque en el dominio holográfico del pensamiento las imágenes son reales. El mundo concreto es una tela blanca que espera ser pintada. .. Quizás estemos todos de acuerdo que, exista o no exista, lo que consideramos "realidad consensual" ha sido formulada y ratificada a un nivel de conciencia humana en el que todas las mentes están ilimitadamente unidas entre sí. La más profunda e importante de todas las consecuencias conexas al paradigma holográfico implicaría que, los milagros no son más habituales por el mero hecho de no haber programado nuestras mentes con las convicciones adecuadas para que se produzcan. En un universo holográfico no hay límites a los cambios que podemos aportar a la sustancia de la realidad, porque lo que percibimos como realidad es solamente una tela en espera a que se la pinte con cualquier imagen que queramos.

Todo es posible, desde el doblar cucharas con el poder de la mente, a los fantasmagóricos acontecimientos vividos por Carlos Castaneda durante sus encuentros con don Juan, el chaman Yaqui descrito en sus libros. Todo esto no será, ni más ni menos milagroso que la capacidad que tenemos de plasmar la realidad a nuestro agrado durante los sueños.

FUENTES:


jueves, 23 de octubre de 2008

La transformación integral

"Simplifica las cosas todo lo que puedas, pero no por ello las trivialices".
Albert Einstein


Parece, pues, que entre el 1 y el 2% de la población mundial se halla en un estadio integral propio del pensamiento de segundo grado, pero que cerca del 20% está en el meme verde, a punto de experimentar la transformación integral a la que Clare Graves ha calificado de auténtico "salto cuántico".
¿Cuáles son las condiciones que pueden fomentar esa transformación? Los teóricos del desarrollo han aislado decenas de factores que contribuyen a la transformación vertical (en tanto que algo opuesto a la traslación horizontal). Desde mi punto de vista, no obstante, para que realmente se produzca la transformación deben hallarse presentes varios factores procedentes de diferentes dimensiones.'
Digamos, para comenzar, que el individuo debe poseer una estructura orgánica (lo cual incluye una estructura cerebral) que pueda soportar esa transformación, un requisito que no suele suponer ningún tipo de problema porque, a esta altura de la evolución, la mayor parte de los individuos poseen las condiciones biológicas necesarias para soportar una conciencia integral.
Pero el sustrato cultural también debe estar en condiciones de sustentar tal transformación o, en el peor de los casos, de no oponerse a ella. Tal vez, hace treinta años, este requisito hubiera supuesto un auténtico problema, pero son muchos los indicadores que parecen señalar que, en la actualidad, existe una predisposición cultural hacia un abrazo más integral. Digamos, en este sentido, que las últimas tres décadas de meme verde han preparado el camino para que un elevado porcentaje de la población (los integrantes del meme verde que, como sugiere la investigación realizada a este respecto -véase figura 6.2- incluye a unos cuarenta millones de norteamericanos y aproximadamente el mismo porcentaje de la población europea) esté preparada para experimentar esa transformación. A fin de cuentas, ésa es, según Clare Graves, la principal función del meme verde, sensibilizar a la espiral del desarrollo (por algo se le denomina el estadio del yo sensible) y, de ese modo, prepararlo para dar el paso que conduce hasta el pensamiento de segundo grado.
Pero, para que tal cosa ocurra, la conciencia debe ir más allá de verde. Parafraseando a Graves, podríamos decir que «El meme verde debe fracasar y liberar la energía necesaria para realizar el salto al pensamiento de segundo grado. Y es ahí, precisamente, donde se halla hoy en día la vanguardia de la evolución». Y, puesto que la principal causa de fijación al meme verde radica en boomeritis, hay que remediar prontamente esa perturbación, al menos hasta cierto punto. (El lector interesado puede encontrar en Boomeritis varias sugerencias a este respecto.) En cualquier caso, si uno cobra conciencia del problema que supone boomeritis y reconoce sus peligros, ya ha dado un importante paso hacia adelante.
En lo que respecta a las instituciones sociales y al fundamento tecno-económico concretos, se requieren profundos avances tecnológicos en una o más áreas que acicateen a la conciencia individual. (Se trata, obviamente, del viejo argumento marxista -una verdad parcial pero todavía válida- según el cual el cambio de las fuerzas de producción provoca profundas transformaciones culturales.)
Recientemente hemos experimentado varios de estos avances en la estructura tecnoeconómica, entre los cuales cabe destacar la revolución digital/microchip. Nadie duda hoy de que la nuestra es la "era de la información", una de las grandes revoluciones sociales que -junto a la recolectora, la hortícola, la agraria y la industrial- han estimulado la marcha de la historia, y también suele aceptarse que no necesitamos seguir morando en ella. Debemos damos cuenta de que la globalización de las comunicaciones han abierto la puerta a la posibilidad de una conciencia global e integral. Pero esta red tecnológica global, este nuevo sistema nervioso de la conciencia colectiva, no garantiza, en modo alguno, el desarrollo del individuo hasta el estadio integral. Es cierto que lo facilita, pero en modo alguno lo garantiza. Además, global o planetario no significa necesariamente integral. Después de todo, el meme rojo, el meme azul y el meme naranja también pueden utilizar Internet, pongamos por caso. Así pues, por más planetarios o globales que puedan ser los condicionantes externos, el nivel o estadio de conciencia no está exclusivamente determinado por ellos sino -como luego veremos más detenidamente- por factores interiores.
Así es como llegamos a la última dimensión, la de la conciencia individual, y a los factores que posibilitan la transformación personal (puesto que los otros requisitos ya se hallan más o menos a punto). Y es en este ámbito donde creo que debemos resaltar cuatro factores que, en mi opinión, son especialmente importantes: el logro, la disonancia, la visión y la apertura.
Con el término logro me refiero al hecho de que el individuo tiene que haber satisfecho las exigencias básicas de un determinado estadio u ola, que haya consolidado ya una competencia básica en cualquiera de las líneas del desarrollo propias de ese nivel. Y con ello no quiero decir que la persona tenga que dominar a la perfección un determinado nivel o estadio, sino simplemente que debe funcionar de un modo lo suficientemente adecuado como para poder dar un paso hacia adelante. En el caso de que la persona no dé ese paso, experimenta un estancamiento evolutivo que torna improbable el salto. Desde una perspectiva más subjetiva, podríamos decir que, para que el individuo esté en condiciones de dar un paso hacia adelante, debe haber degustado antes lo suficientemente el estadio en que se halla como para haberse hartado de él o, lo que es lo mismo, que quien todavía tenga hambre del alimento propio de un determinado, estadio estará en condiciones de buscarlo en otra parte.
Quien, por el contrario, haya degustado lo suficiente un determinado estadio como para haberse hartado de él, estará en condiciones de aventurarse a sufrir una transformación. Pero, para que ello ocurra, debe experimentar algún tipo de disonancia. Es como si la nueva ola estuviera luchando por emerger al tiempo que la vieja se esforzase en permanecer y el individuo experimentara, en consecuencia, la tensión de esos dos impulsos como una disonancia que lo empujase en direcciones diferentes. Así pues, la insatisfacción profunda, la desazón o incluso el hartazgo con el nivel presente genera una insidiosa y conflictiva disonancia. (Digamos de paso en este sentido que una de las razones por las que escribí Boomeritis fue la de generar algún tipo de disonancia en el meme verde que, por cierto, ha acabado indisponiéndome con ellos.)
En cualquier caso, uno debe estar en condiciones de renunciar -o de morir- al nivel presente. Tal vez uno haya tropezado con sus limitaciones y contradicciones intrínsecas (como diría Hegel), haya comenzado a desidentificarse de él (como diría Assagioli) o quizás simplemente se haya cansado de permanecer en la misma situación. Llegados a este punto, para que el individuo pueda dar un paso hacia delante es necesaria algún tipo de visión de la situación como, por ejemplo, la comprensión de lo que uno quiere y de lo que la realidad realmente ofrece. Así pues, la afirmación, la volición y la intención de cambiar pueden ser elementos fundamentales de la visión de la situación que alienten el proceso de desarrollo de la conciencia. Esta visión, además, puede verse estimulada por la introspección, por las conversaciones con los amigos, por la terapia, por la meditación -o incluso, más frecuentemente de lo que creemos-, por el simple hecho de vivir.
Cuando todos esos factores, finalmente, están a punto, se toma posible la apertura a la siguiente ola más profunda, más elevada, más amplia y más abarcadora del desarrollo de la conciencia.
Los factores, pues, que favorecen el "salto cuántico" a la siguiente ola integral -que el individuo se haya hartado del meme verde hasta el punto de estar dispuesto a abandonarlo, que experimente algún tipo de disonancia con el estado presente, que esté buscando algo más profundo, más amplio y más significativo- pueden resumirse en dos puntos fundamentales: una visión integral y una práctica integral.
La primera de ellas nos proporciona una cierta comprensión y, en este sentido, nos ayuda a superar la disonancia y a aventurarnos a experimentar una apertura más amplia y más profunda. La práctica integral, por su parte, consolida más concretamente todos esos factores para que no terminen convirtiéndose en meras ideas abstractas y nociones vagas.
Debo señalar aquí que, en la medida en que la conciencia comienza a asentarse en el pensamiento de segundo grado, aparece la posibilidad de una auténtica TOE (Theory Of Everything] ) o, en el peor de los casos, se convierte en algo sumamente interesante porque suele expresarse en los términos holísticos propios de la conciencia de segundo grado.
En los próximos capítulos esbozaré mi propia versión de una visión integral (de una TOE) y también exploraré su utilidad en una serie de ámbitos que van desde la medicina integral hasta los negocios integrales, la política integral y la espiritualidad integral. (Con ello no pretendo decir que se trate de la única visión integral posible ni tampoco de que sea la mejor. Lo único que afirmo, por el contrario, es que es la mejor que yo conozco.) Comenzaremos, pues, considerando esta visión integral y luego echaremos un vistazo al aspecto que podría asumir una práctica integral para que, quien lo desee, pueda actualizar esta visión integral en su propio caso y aportar un enfoque más comprehensivo a los muchos modos en que podemos tratar de ayudar a los demás.

La visión integral en el mundo en general

Permítanme concluir este capítulo con la siguiente estimación, realizada por el doctor Phillip Harter, de la Facultad de Medicina de la Stanford University. Si consideramos a toda la población de la tierra como una aldea de sólo cien personas, ésta se asemejaría a lo siguiente:

57 de ellos serían asiáticos
21 europeos
14 americanos (tanto de Norteamérica como de Sudamérica)
8 africanos 30 blancos 70 no blancos
6 poseerían el 59% de la riqueza del mundo
(y los 6 serían estadounidenses)
80 viviría en condiciones infrahumanas
70 serían analfabetos
50 sufrirían desnutrición
1 tendría educación universitaria
1 poseería ordenador

Como ya he señalado, pues, la resolución de los problemas más urgentes que aquejan a nuestro planeta depende del desarrollo de una visión integral. Por ello nuestra principal exigencia ética consiste en sanar la espiral completa del desarrollo y, más concretamente, de sus olas más tempranas.
No obstante, la ventaja de la conciencia visión-lógica de segundo grado es que nos proporciona una visión más creativa para abordar esos apremiantes problemas, porque la comprensión de la imagen global puede ayudarnos a encontrar soluciones más inteligentes. En este sentido, es el cuerpo gobernante el que más necesita de un abordaje integral; son nuestras instituciones educativas, desbordadas por el postmodernismo deconstructivo, las que necesitan desesperadamente de una visión más integral; es nuestra práctica comercial, centrada en los logros fragmentarios, la que requiere de un enfoque más equilibrado; son nuestras instituciones sanitarias las que más podrían beneficiarse de la visión compasiva de un abordaje más integral; y son los gobernantes los que más claramente podrían advertir sus propias posibilidades. De todas estas formas -y de muchas otras más- podríamos utilizar una visión integral para cambiar el rumbo de un mundo que está enloqueciendo poco a poco.

Fuentes:

Extractos de "Una Teoría de Todo"
Por Ken Wilber


miércoles, 22 de octubre de 2008

Una Teoría de Todo

A Theory of Everything

Una Teoría de Todo
Una visión integral de la empresa, la política, la ciencia y la espiritualidad.
Trad. de David González Raga.

Una teoría de todo ofrece una visión general, concisa y exhaustiva del revolucionario pensamiento de Ken Wilber. Con un lenguaje claro, ameno y exento de tecnicismos, Wilber presenta un modelo de "dinámica espiritual" que integra las esferas del cuerpo, la mente, el alma y el espíritu. Este innovador enfoque logra integrar sin fisuras el mundo de la ciencia y el de la religión y posee unas repercusiones practicas inestimables.

Wilber muestra, ademas, la manera de aplicar esta visión integral a los problemas de la vida cotidiana, en campos como los negocios, la política, la medicina o la educación. Para ilustrarlo, utiliza distintos mapas del Kosmos que aúnan las visiones del mundo que se han ido desarrollando a través de los tiempos.

Una teoría de todo proporciona, así, practicas diarias que combinan la meditación con técnicas psicológicas sofisticadas, destinadas a ayudar a los lectores a desarrollar esta visión integral en sus propias vidas.

NOTA PARA EL LECTOR

¿Cuál es, al despuntar el nuevo milenio, el más candente de los problemas intelectuales? ¿Cuál es el ítem que despierta el interés de la academia y de revistas tan eruditas como "Atlantic Review" y el "New Yorker"? ¿Cuál es el tema que atrapa la atención tanto del especialista como del gran público? ¿Acaso se esconden ahí los arcanos más secretos de la condición humana? ¿Cuáles son las nuevas ideas con que nos deslumbrarán quienes andan "en el ajo"?
Habría quien dirían que se trata de la psicología evolutiva, es decir, la aplicación de los principios de la evolución al estudio de la conducta humana: como usted sabe, los hombres somos sexualmente promiscuos, mientras que las mujeres, por su parte, son creadoras de nidos porque millones de años de selección natural nos han hecho así. Y es muy cierto que la psicología evolutiva se ha convertido en un ítem candente, porque ha logrado arrinconar al postmodernismo -el megahit de las últimas tres décadas- hasta el punto de que hoy en día sólo despierta bostezos. ¿No les parece irónico que el postmodernismo -que había logrado su enorme cohorte de seguidores gracias a su capacidad para deconstruir las ideas ajenas y proclamarse así en el rey del mundo académico- forme ya parte del ayer?
La psicología evolutiva consiguió "mover el piso" de los especialistas en "mover el piso", y lo hizo mostrando que los principios de la evolución nos proporcionan explicaciones mucho más sugestivas de la conducta humana que la monótona cantinela postmoderna de que toda conducta es culturalmente relativa y se ve socialmente construida. Porque el hecho es que la psicología evolutiva explicitó los principios universales de la condición humana, evidenció que sólo es posible negar la evolución abrazando la incoherencia... y puso de relieve que, a fin de cuentas, el postmodernismo tampoco resultaba tan divertido.
La psicología evolutiva es una de las ramas de una perspectiva radicalmente nueva sobre la evolución. La síntesis neodarwiniana anterior consideraba la evolución como el resultado de la acumulación de las mutaciones genéticas azarosas que tienen mayor valor de supervivencia, pero eran muchos los que no se hallaban satisfechos con esa explicación. ¿Cómo puede la extraordinaria vitalidad y diversidad de la vida proceder de un universo exclusivamente gobernado por las leyes de la física, leyes que afirman tajantemente -recordemos el segundo principio de la termodinámica- que el universo se halla sumido en un proceso de degradación continua y que el grado de desorden es cada vez mayor? Porque el hecho es que la simple observación pone de manifiesto que, en el mundo real, la vida genera orden por doquier, como si el universo no se hallara en proceso de descomposición sino, muy al contrario, de creación.
Las teorías del "caos" y de la "complejidad" aportaron una nueva y revolucionaria visión, según la cual el universo físico tiende a crear orden, como el remolino que genera el agua al irse por un desagüe. La vida biológica se halla inmersa en una serie de vórtices que parecen introducir orden en el caos y posibilitar la emergencia, a cada nuevo paso, de estructuras cada vez más ordenadas mediante diversos procesos de selección que operan a todos los nive¬les, desde el físico hasta el cultural. Ésta es, precisamente, en el dominio humano, la conducta estudiada por la nueva psicología evolutiva, un tópico realmente muy interesante.
Pero, por más interesante que sea, la psicología evolutiva no es el tema más candente de nuestro tiempo. Desde comienzos de los ochenta y a lo largo de un proceso que experimentó un crescendo a finales de los noventa, el mundo de la física se vio sacudido por el rumor de la aparición de una nueva teoría de todo [una TOE,
del término original inglés: Theory Of Everything], una teoría destinada a unificar todas las leyes conocidas del universo en un único y omniabarcador modelo que explicaría literalmente la totalidad de la existencia. Hubo incluso quienes dijeron que, en su formulación matemática, podía advertirse la misma mano de Dios, otros proclamaban que se había descorrido el velo que ocultaba el último misterio y la gran mayoría creía en silencio que la respuesta final a todas las preguntas no andaba muy lejos.
Conocida con el nombre de teoría de cuerdas (o, más exactamente, como teoría-M), esa visión prometía unificar todos los ámbitos conocidos de la física -el electromagnetismo, las fuerzas nucleares y la gravedad- en un supermodelo que lo abarcaría todo. Las unidades fundamentales de ese supermodelo son conocidas con el nombre de "cuerdas" (o cuerdas vibrantes unidimensionales) y su vibración da origen a las "notas" que constituyen la totalidad de partículas y fuerzas conocidas del cosmos.
La teoría-M (según se dice, la "M" lo representa todo, desde matriz hasta membrana, misterio o madre, configurando así una suerte de "madre de todas las teorías") es, de hecho, un modelo muy excitante y prometedor, y si finalmente se demuestra que funciona -y hay que decir, en este sentido, que la evidencia parece corroborarla-, se trataría de uno de los principales descubrimientos científicos de todos los tiempos. Por ello, para los entendidos, la teoría de cuerdas o teoría-M es el más candente de todos los modelos intelectuales, un revolucionario supermodelo que destierra a la psicología evolutiva al rincón de lo meramente anecdótico.
La teoría-M ha llegado incluso a influir en el mismo pensamiento de los intelectuales, es decir, les ha llevado a pensar de un modo diferente. Pero ¿qué significaría, a fin de cuentas, una teoría que lo explicase todo? ¿Y qué significa, exactamente, "todo"? ¿Acaso esta nueva teoría física puede llegar a explicar, pongamos por caso, la poesía humana, el funcionamiento de la economía o los distintos estadios del desarrollo psicosexual? ¿Es que acaso esta nueva física puede explicar el flujo de los ecosistemas, la dinámica de la historia o por qué las guerras siguen siendo tan lamentablemente frecuentes?
Según se dice, en el interior de los quarks existen cuerdas vibrantes que constituyen las unidades fundamentales que hay detrás de todo. Pero, si esto fuera así, se trataría de una totalidad extraña y más bien anémica, bastante ajena, por otra parte, a la riqueza del mundo cotidiano. Es muy posible que las cuerdas constituyan una parte importante -y hasta fundamental- del mundo, pero en ningún caso parece que se trate de un asunto muy significativo. Usted y yo sabemos que, si las cuerdas existen, sólo constituyen una pequeña parte de la imagen global, y lo sabemos cada vez que echamos un vistazo a nuestro alrededor, cada vez que escuchamos a Bach, hacemos el amor, nos asustamos por el fragor de un trueno, nos extasiamos ante una puesta de sol o contemplamos un mundo resplandeciente que parece compuesto por algo mucho mayor que esas delgadas bandas unidimensionales microscópicas...
Los griegos tenían una hermosa palabra -Kosmos- para referirse a la Totalidad ordenada de la existencia, una totalidad que incluía los reinos físicos, emocionales, mentales y espirituales. Desde su punto de vista, la realidad última, pues, no era tanto el cosmos (la dimensión estrictamente física) como el Kosmos (que incluye las dimensiones físicas, emocionales, mentales y espirituales). El Kosmos no se refería sólo a la materia inanimada e insensible, sino a la Totalidad viva compuesta por la materia, el cuerpo, la mente, el alma y el espíritu. ¡Si debe existir una auténtica TOE, ésa no debe centrarse exclusivamente en el cosmos sino en el Kosmos! Lo que ocurre es que la modernidad ha acabado reduciendo el Kosmos al cosmos, la totalidad compuesta de materia-cuerpo-mente-alma-y-espíritu a la materia hasta el punto de que, en el mundo insípido y anodino del materialismo científico, nos conformamos con la idea de que una teoría que unifique la dimensión física realmente es una TOE...
Según se dice, la nueva física nos revela la mente de Dios y tal vez sea así... pero sólo cuando Dios esté pensando en la mera materia. Preguntémonos, pues -sin negar por ello, en modo alguno, la importancia de una física unificada- si acaso podemos disponer de una teoría que no se limite al cosmos sino que tenga realmente en cuenta al Kosmos. ¿Acaso puede haber una auténtica TOE?, ¿es legítimo preguntarse estas cosas? y, en tal caso ¿por dónde tendríamos que comenzar?
Una verdadera "visión integral" -una auténtica TOE- debería incluir la materia, el cuerpo, la mente, el alma y el espíritu tal y como se nos presentan en su despliegue a través del yo, la cultura y la naturaleza. Debería tratarse de una visión comprehensiva, equilibrada e inclusiva, una visión que abrazase la ciencia, el arte y la moral, una visión que englobase todas las disciplinas (desde la física hasta la espiritualidad, la biología, la estética, la sociología y la oración contemplativa) y se expresase a través de una política integral, una medicina integral, una espiritualidad integral...
Este libro presenta un esbozo de tal TOE y, en este sentido, está plagado de limitaciones, es decir, de generalizaciones injustificadas que impiden, en consecuencia, que alcance su objetivo manifiesto de un abrazo auténticamente holístico. Pero no es sólo que la empresa se encuentre más allá de cualquier mente humana, sino que es prácticamente imposible de llevar a cabo, ya que el conocimiento crece a una velocidad mucho mayor que nuestra capacidad de conceptualizarlo. La búsqueda holística, pues, es una especie de quimera, un viaje interminable hacia un horizonte que se desplaza al mismo ritmo que nosotros, una marmita llena de oro al final de un arco iris que nunca alcanzaremos.
¿Pero por qué, si esto es así, deberíamos preocuparnos siquiera por embarcarnos en esa tarea? Porque, en mi opinión, un poco de totalidad es mejor que nada y cualquier visión integral nos brinda mucha más totalidad que la alternativa acostumbrada de las meras visiones chatas. Podemos estar más completos o menos completos, más fragmentados o menos fragmentados, más alienados o menos alienados y, en este sentido, una visión integral nos ayuda a sanar nuestra fragmentación y ser un poco más completos en nuestro trabajo, en nuestra vida y en nuestro destino.
Además, y como veremos en las próximas páginas, una visión integral puede proporcionarnos beneficios inmediatos. En los primeros cuatro capítulos presentamos una TOE y en los últimos tres hablamos de una política integral, de una educación integral, de una medicina integral, de una espiritualidad integral y de una visión integral del mundo de los negocios (campos en los que, por cierto, ya se está trabajando entusiásticamente), subrayando así su relevancia en el "mundo real". El último capítulo se centra en una "práctica transformadora integral", un abordaje integral a la transformación psicológica y espiritual que puede emprender cualquier lector interesado.
(Las notas finales son para los estudiantes avanzados o para una segunda lectura. Y, en el último capítulo, presento una serie de lecturas recomendadas para todos aquellos que quieran profundizar en una visión integral y en una TOE.)
Este libro es el hermano gemelo de "Boomeritis", porque creo que el mundo, en general, y mi generación, en particular, ha llegado a una encrucijada clave en la que, o bien seguimos el camino marcado por el materialismo científico, el pluralismo fragmentado y el postmodemismo deconstructivo o bien elegimos un camino más integral, global, abarcador e inclusivo. Así pues, "Boomeritis" y "Una teoría de todo" parten del mismo punto (el primer capítulo y la mitad del segundo son prácticamente idénticos), pero luego "Boomeritis" se ocupa de investigar el camino que hemos seguido hasta el momento, el camino de la fragmentación y la alineación, mientras que "Una teoría de todo" se dedica a explorar el camino alternativo del holismo y el abrazo integrador. La decisión final, obviamente, depende de todos nosotros.
Quisiera, para finalizar, señalar que las ideas esbozadas en las páginas siguientes no son más que meras sugerencias. Convendría, pues, que el lector viera si esas ideas tienen sentido para él, si puede enriquecerlas y si le ayudan a actualizar sus propias ideas y aspiraciones más integrales. En cierta ocasión tuve un profesor que decía que una buena teoría es aquella «que dura lo suficiente como para alcanzar otra todavía mejor» y lo mismo podríamos decir con respecto a "una buena TOE". Ésta no es una teoría fija y cerrada, sino simplemente una teoría que sólo habrá servido con su cometido cuando le permita alcanzar otra mejor. Entretanto, disfrutemos de la maravilla y la gloria de la misma búsqueda, una búsqueda saturada desde el comienzo del resplandor del ser y consumada antes incluso de haberla emprendido.
K. W.
Boulder, Colorado Primavera del 2000


La visión integral en el mundo en general


Permítanme concluir este capítulo(
3. Una visión integral) con la siguiente estimación, realizada por el doctor Phillip Harter, de la Facultad de Medicina de la Stanford University. Si consideramos a toda la población de la tierra como una aldea de sólo cien personas, ésta se asemejaría a lo siguiente:

57 de ellos serían asiáticos
21 europeos
14 americanos (tanto de Norteamérica como de Sudamérica)
8 africanos 30 blancos 70 no blancos
6 poseerían el 59% de la riqueza del mundo
(y los 6 serían estadounidenses)
80 viviría en condiciones infrahumanas
70 serían analfabetos
50 sufrirían desnutrición
1 tendría educación universitaria
1 poseería ordenador

Como ya he señalado, pues, la resolución de los problemas más urgentes que aquejan a nuestro planeta depende del desarrollo de una visión integral. Por ello nuestra principal exigencia ética consiste en sanar la espiral completa del desarrollo y, más concretamente, de sus olas más tempranas.
No obstante, la ventaja de la conciencia visión-lógica de segundo grado es que nos proporciona una visión más creativa para abordar esos apremiantes problemas, porque la comprensión de la imagen global puede ayudarnos a encontrar soluciones más inteligentes. En este sentido, es el cuerpo gobernante el que más necesita de un abordaje integral; son nuestras instituciones educativas, desbordadas por el postmodernismo deconstructivo, las que necesitan desesperadamente de una visión más integral; es nuestra práctica comercial, centrada en los logros fragmentarios, la que requiere de un enfoque más equilibrado; son nuestras instituciones sanitarias las que más podrían beneficiarse de la visión compasiva de un abordaje más integral; y son los gobernantes los que más claramente podrían advertir sus propias posibilidades. De todas estas formas -y de muchas otras más- podríamos utilizar una visión integral para cambiar el rumbo de un mundo que está enloqueciendo poco a poco.


Fuentes:

Extractos de "Una Teoría de Todo"
Por Ken Wilber

SUMARIO

Nota para el lector

1. La espiral sorprendente
La fragmentación de la vanguardia
Boomeritis
Las olas de la existencia
El proyecto de la conciencia humana
El salto a la conciencia de segundo grado

2.Boomeritis
El desarrollo en tanto que disminución del egocentrismo ...
La espiral de la compasión
¡Luchemos contra el sistema!
Jerarquías de desarrollo versus jerarquías de dominio
Boomeritis
Los muchos dones proporcionados por el meme verde
Más allá del pluralismo
La cultura integral

3. Una visión integral
La transformación integral
Sexo, ecología, espiritualidad
Un enfoque espectral global
Omnicuadrante
Un mapa más integral
Transformar al cartógrafo
La directriz primordial
Moderar nuestras expectativas
La visión integral en el mundo en general

4. Ciencia y religión
La relación existente entre la ciencia y la religión
¿Dominios no solapados?
El cerebro de un místico
Omnicuadrante y omninivel
La buena ciencia
La religión profunda
La revelación integral
Vive la différence!
La religión estrecha
Espiritualidad y liberalismo

5. El mundo real
La política integral
El gobierno integral
La medicina integral
Una visión integral del mundo de los negocios
La educación integral
Los estudios sobre la conciencia
Una espiritualidad relacional y socialmente comprometida
La ecología integral
Llegar a las minorías
Omnicuadrante, omninivel y omnilínea: una visión global de la UNICEF
El terror del mañana
Integral Institute

6. Mapas del Kosmos
Un sistema de clasificación holístico
Visiones el mundo
Robert Bellah y Mark Gerzon
La profundidad vertical
Francis Fukuyama: El fin de la historia y el último hombre
Samuel P. Huntington: El choque de civilizaciones
Vertical y horizontal
El mal meme verde
La Civilización Mundial
Thomas L. Friedman: The Lexus and the Olive Tree
Las olas de la experiencia espiritual
¿Por qué no desembarazarnos simplemente de la religión?
La práctica integral

7. Un solo sabor
La práctica transformadora integral
Recomendaciones
Cierto pero parcial
Cuando todo ha concluido

Notas
Capítulo 1. La espiral sorprendente
Capítulo 2. Boomeritis
Capítulo 3. Una visión integral
Capítulo 4. Ciencia y religión
Capítulo 5. El mundo real
Capítulo 6. Mapas del Kosmos

Índice

Una visión integral de la psicología

Integral Psychology

Una visión integral de la psicología
Trad. de David González Raga.

En este libro, Wilber analiza el desarrollo del pensamiento occidental, desde las culturas ancestrales hasta la posmodernidad: demuestra que el conocimiento de las estructuras del ser que nos ligan con el universo y la divinidad no es incompatible con la ciencia moderna.

Inicialmente, la psicología surge como la rama de la filosofía que se encarga de estudiar la "psique" y el término psique significa mente o alma. De aquí se podría deducir como afirma Ken Wilber, que "las raíces de la psicología asientan en las profundidades del alma y del espíritu del ser humano". De aquí se podría deducir como afirma Ken Wilber, que "las raíces de la psicología asientan en las profundidades del alma y del espíritu del ser humano"Ken Wilber propone una visión integral de la psicología. Trata de integrar las diferentes visiones que existen en la psicología y configurar un todo armónico con un rostro humano. La psicología integral es la que busca tener en cuenta todos los factores en juego en la realidad de la persona.

A continuación se resumen los aspectos más importantes de esta perspectiva.
Kilber afirma que la psicología muestra aspectos parciales de la realidad de tal forma que muchas escuelas que estudian cada uno de dichos aspectos parecen contradecirse entre sí. Wilber habla de los reduccionismos y los denomina como una visión del hombre unidimensional

Según Wilber, cada una de las escuelas psicológicas ha centrado su atención exclusivamente en uno de los diferentes aspectos de la conciencia, afirmando que es el único estudiable e incluso el único que existe. Como por ejemplo el conductismo (sólo interés en la conducta observable), el psicoanálisis (impulsos, inconsciente, libido, etc.), el existencialismo (estructuras personales existenciales y diferentes modalidades de interpersonalidad), escuelas transpersonales (estados alterados de consciencia, trascendencia). Cada uno ve una parte de la realidad, mostrando así verdades parciales
como en el cuento sufí de los ciegos y el elefante en el que cuatro ciegos se acercan a un elefante y lo tocan para saber lo que es, y después de esto se reúnen y cada uno expresa lo que ha percibido. Uno dice que el elefante es como un muro ancho y sólido, otro que como un tubo blando y flexible, otro que como una gran hoja de un árbol y el cuarto que como una serpiente. Todos y ninguno tenían razón porque cada uno había tocado una parte diferente del elefante y creía que era la única posible y pensaba que era el único que tenía razón. Algo parecido nos sucede a los que estudiamos lo que es el Ser Humano y su psique.

Wilber también refiere que el método cuantitativo en psicología reduce lo complejo a lo simple y la totalidad a sus partes, por lo que el materialismo científico redunda en un estrechamiento de la conciencia y en una falta de profundidad.

A lo somático, lo psíquico y lo espiritual, Wilber añade los aspectos culturales y sociales. Es decir que la psicología ha omitido la realidad espiritual y por ello hay que tomar conciencia de esta dimensión e integrarla en la visión global del hombre.

Wilber considera la posibilidad de integrar los diferentes niveles desde lo subconsciente a lo autoconsciente y de ahí a lo supraconsciente o dimensión espiritual (en la que también estaría englobado lo demás). Para así abarcar de la forma más completa posible la conciencia humana. Para poder integrar de forma adecuada sería preciso partir de una lógica reticular que tiene una visión panorámica y es capaz de incluir a totalidades y partes en una visión global. Según Wilber la armonización de las diferentes dimensiones es lo único que puede favorecer un desarrollo equilibrado de la persona. También hace explícita la necesidad de buscar como entender lo espiritual e integrarlo a través del estudio de las diferentes tradiciones espirituales, ya que según él el nivel más superior ha sido descrito por numerosos sabios y santos.

La dimensión superior siempre abarca más y engloba e incluye a una dimensión inferior (que está conservada y elevada en la superior). Ejemplo: El ser humano sigue siendo animal y materia englobados por el espíritu. Cada nivel trasciende e incluye al siguiente en una estructura jerárquica en la que la más elevada (“el espíritu trasciende e incluye todo“)

Y supondría ir más allá de las psicologías que sólo ven un lado del ser del hombre . Y siempre teniendo en cuenta que las diferentes dimensiones siempre están estrechamente entrelazadas en la realidad y no separadas, hecho al se refiere Wilber. Además propone un esquema de cuadrantes que muestra las dimensiones existentes en la persona y su mundo y que han de ser tomadas en cuenta en una psicología integral

Wilber entiende que la realidad humana se puede esquematizar en cuatro cuadrantes, el que muestra el yo individual, el que muestra el ello o el exterior individual (conducta observable, lo material), el que muestra el nosotros (la cultura desde nuestra vivencia) y el que muestra el ellos (conducta de un pueblo observable objetivamente desde fuera). Si no se integran los cuatro cuadrantes la psicología queda con una visión parcial. Las diagonales serían las posibilidades de ir evolucionando a niveles cada vez más elevados dentro de cada uno de ellos.

Para Wilber la evolución se daría a través de los diferentes niveles que va atravesando el yo y sus subpersonalidades y dimensiones (moral, afecto, identidad, cognición, creatividad, etc., que pueden seguir cada una caminos independientes y por ejemplo, alguien que está muy evolucionado en lo cognitivo o intelectual puede estar muy poco evolucionado en lo moral).

Considera que hay nueve niveles posibles de evolución siendo 3 previos a la formación de la personalidad o prepersonales (son los que estudia el psicoanálisis), 3 dentro de la evolución de la personalidad o personales (contemplados por otras escuelas de psicoterapia) y los tres últimos más allá de la personalidad habitual o transpersonales (contemplados por diferentes tradiciones filosóficas y espirituales).

Cada uno de los niveles de desarrollo tendría una visión diferente del mundo que iría siendo más profunda y más amplia a medida que la persona evoluciona. La mayoría de las personas sólo llegarían a un determinado nivel. También destaca que es imposible entender un nivel superior para el que está en un nivel inferior que además creen que su visión es la única adecuada. Es importante resaltar que Wilber considera que la experiencia espiritual es posible en todos los niveles pero el interpretarla de forma adecuada sólo es posible en los niveles más altos (por ejemplo los niños pueden tener experiencias espirituales pero interpretarlas de forma equivocada por sí mismos, en ellos o en personas inmaduras hay riesgo de sentirse elegidos y únicos por la inflacción del ego, o bien caer en el fundamentalismo por un pensamiento muy literal en el que se piensa que sólo se salvan los que piensan igual). Las tensiones sociales se explicarían en parte por los conflictos entre las personas en diferentes niveles.

La patología y el conflicto puede originarse a un nivel biológico, mental o espiritual o en las diferentes fases de evolución de la conciencia según Wilber

La búsqueda de un sentido y la orientación a unos valores es una ayuda ante cualquier conflicto sobre todo si es de tipo existencial (destaca la importancia de intervenir al mismo nivel, pues sería por ejemplo un error tratar un conflicto espiritual recurriendo a tranquilizantes). También las ideas religiosas pueden ofrecer una posibilidad de sentido para algunas personas; definiendo la religión como: “la búsqueda del hombre del significado último”. Sin embargo Wilber plantea que esto sólo es útil cuando la persona ha llegado a resolver problemas de fases evolutivas previas y está en el nivel adecuado para entender estos planteamientos.
Por Mª Isabel Rodríguez Fernández,
"¿Es posible una Psicología Integral?"


Antología

Antología
Textos Escogidos
Selección e introducción de David González Raga.

El presente volumen contiene una amena selección de escritos, inteligentemente escogidos, para ofrecer la esencia del pensamiento de Ken Wilber, considerado como uno de los más grandes pensadores y intelectuales más profundos, polémicos y originales de nuestro tiempo, maestro indiscutible de la nueva espiritualidad. La obra abraza el enorme espectro de campos desgranados por Ken Wilber: la conciencia, la progresión espiritual, la regresión, la inteligencia del Kosmos, la meditación, la religión institucional, la mística, el cuerpo o la psicología. Una obra indispensable para la comprensión de Wilber y los movimientos que se han inspirado en su pensamiento. selección de los textos más importantes publicados por Ken Wilber hasta la fecha.
Gracias al excelente trabajo de David Gonzalez, gran experto de la obra de Wilber, el lector encontrará la quintaesencia del pensamiento del gran sabio americano.

*Hay muchos modos de explicar lo que es la meditación, es decir, qué es lo que hace y el modo en que funciona. Hay quienes la conciben como cualquier forma de evocar la respuesta de relajación, mientras que para otros meditar es una forma de entrenar y fortalecer la conciencia, o bien un método de concentración, una forma de detener el continuo parloteo mental y relajar el cuerpo y la mente, una técnica para sosegar el sistema nervioso central, una manera de liberar las tensiones, de reforzar la autoestima, de reducir la ansiedad o de aliviar la depresión. Y,efectivamente, todo eso es cierto, ya que se ha demostrado clínicamente que la meditación produce todos esos efectos. Pero quisiera destacar que, en esencia, la meditación es, y siempre ha sido, una práctica espiritual. La meditación, ya sea cristiana, budista, hinduista, taoísta o musulmana, ha sido una técnica diseñada para que el alma se aventure en su interior y alcance su identidad suprema con la Divinidad. "El Reino de los Cielos está dentro de ti", dicen las Escrituras y el camino real hacia ese Reino ha sido, desde siempre, la meditación. Sean cuales fueren sus efectos benéficos, y lo cierto es que son muchos, la meditación es, en primer lugar y por encima de todo, la búsqueda de Dios en el interior de uno mismo.
*Ken Wilber

Diario

One Taste
The Journals of Ken Wilber.

Diario
El Sabor unico.
Trad. de David González Raga.

En su trabajo "One Taste" presenta un diario personal del año 1997, relatando sus insights en relación a su vida y experiencias espirituales.

Ken Wilber ha escrito abundantemente sobre la vida anterior, la meditación o la psicoterapia, convirtiéndose en uno de los referentes fundamentales de la nueva espiritualidad y de la psicología transpersonal. Como era previsible, su carisma personal y la solidez de sus ideas han despertado una enorme curiosidad e interés por su trayectoria y su vida personal. Este Diario de Ken Wilber permite una incursión sin precedentes en su mundo privado. Wilber habla desenfadadamente de sus experiencias mas cotidianas; ofrece información detallada sobre su propia prctica espiritual y recomendaciones varias dirigidas a los lectores. Incluye también correspondencia con maestros espirituales; y hasta una amena crónica de la redacción y publicación de su libro "Ciencia y religión". Al mismo tiempo, el "Diario" es mucho mas que un anecdotario personal. La obra viene salpicada de interesantisimas reflexiones sobre su trabajo y sobre el de destacados intelectuales y terapeutas en el campo de la psicología transpersonal. Aporta material inedito tomado de seminarios impartidos en Colorado; observaciones criticas sobre distintos movimientos espirituales, desde la ecopsicología y el análisis junguiano hasta la Nueva Era; breves ensayos teóricos sobre el arte, el feminismo, la espiritualidad y la psicoterapia. En suma, el Diario de Ken Wilber representa una forma amena y didáctica de penetrar en el no siempre bien entendido mundo de la espiritualidad, la psicología profunda y la mística. Ken Wilber esta considerado como uno de los grandes pensadores de nuestro tiempo. Su visión integradora de la ciencia, la religión y la psicología, en el marco de la filosofa perenne, constituye una de las síntesis más apasionantes del momento actual.

«Si estos diarios contienen un tema es que el, el cuerpo, la mente y el alma no son mutuamente excluyentes. Los deseos de la carne, las ideas de la mente y las iluminaciones del Espíritu son expresiones perfectas del Espíritu único que habita el universo, gestos sublimes de la Gran Perfección que resplandece sobre el mundo. En el Cosmos no hay más que Un Solo Sabor y ese sabor es Divino, ya se exprese a través de la carne, de la mente o del alma.”

“El cuerpismo…es de hecho, otro término para referirse al mundo chato, a la creencia de que las únicas realidades verdaderas son las sensoriales y empíricas, algo que afecta por igual a la cultura dominante y a la contracultura. Todos sabemos que el materialismo científico es la visión del mundo dominante, pero no deberíamos olvidar que las visiones contraculturales (como la ecopsicología, la ecología profunda, las terapias corporales, el ecofeminismo, las religiones de la Gran Madre, la espiritualidad inmanente y la terapia somática, por ejemplo) también comparten la creencia de que la única realidad existente es la que se halla circunscrita al mundo sensoriomotor ordinario”

“El cuerpo es básicamente narcisista y egocéntrico. Las sensaciones corporales no van más allá de su cuerpo, no pueden asumir el papel de los demás –una capacidad, por cierto, mental, y, en consecuencia, la conciencia sensorial no puede entrar en el discurso del respeto, la compasión, la ética y la espiritualidad porque todo ello requiere una conciencia que lo trasciende. [...] El primer error consiste en alentar una oposición entre lo experiencial y lo intelectual que reduce todas las modalidades experienciales a experiencias exclusivamente corporales. El segundo error consiste en reducir las experiencias espirituales a experiencias corporales, en la idea de que si uno permanece centrado en el cuerpo, centrado en sus sentimientos, podrá acceder a la espiritualidad, porque aquéllos trascienden la mente”
Ken Wilber, en Diario.

*"De modo que si quiere conocer la "verdad última" ...... sométase a estas tres pruebas (reconocer el Yo que Usted era cien años antes de que nacieran sus padres, el Yo que será dentro de cien años y el Yo que es en el sueño profundo sin sueños). ¿Practica la astrología?, ¿le interesa correr con los lobos?.......¿le interesa recordar sus últimas reencarnaciones?, ¿utiliza la dieta como una forma de limpieza espiritual?, ¿se ocupa de la sanación de su niño interno?...... Por que, en cualquiera de estos casos, debe saber que si usted no está presente (como testigo transpersonal) durante el dormir profundo sin soñar, antes del nacimiento de sus padres....... o dentro de cien años, no es real. Por más interesantes que resulten todas estas prácticas relativas y creencias traslativas, nunca debe olvidar que son secundarias con respecto al gran NO-nacido, al Rostro Original, al Rostro del Espíritu....."

*"Cualquier acercamiento integral a la realidad debería incluir la física, la biología, la psicología, la teología, y el misticismo.

La física se ocupa de la materia, la biología lo hace del cuerpo vivo, la psicología de la mente, la teología del alma y el misticismo de la experiencia directa con el espíritu.

Cada uno de estos niveles presenta una dimensión interna y una dimensión externa que pueden expresarse en formas tanto individuales como colectivas que podemos simplificar en “Yo”, “nosotros” y “ello”.

Existe un modo fácil de recordar estas tres dimensiones diciendo que la Belleza se encuentra en el ojo del espectador, en el “yo” del espectador; la Bondad se refiere a las acciones morales y éticas que ocurren entre usted y yo, entre “nosotros”; y que la Verdad tiene que ver con los hechos empíricos y objetivos o “ellos”. De ahí que las tres dimensiones básicas del “yo”, del “nosotros” y del “ello” sean también conocidas como la Belleza, la Bondad y la Verdad o, dicho de otro modo, como el arte, la moral y la ciencia.

De modo que una visión realmente integral de la realidad no debería centrarse exclusivamente en la materia, el cuerpo, la mente, el alma y el espíritu, porque cada uno de esos niveles tiene también correlatos en el mundo del arte, de la moral y de la ciencia que también habría, en consecuencia, que incluir".


Ciencia y Religión

The Marriage of Sense and Soul

Ciencia y Religión
El matrimonio entre el alma y los sentidos.
Trad. de David González Raga.

Ciencia y religión es, probablemente, el libro más accesible de Ken Wilber. Quizás también el más ambicioso. ¿Por qué el nefasto enfrentamiento entre ciencia y religión durante los últimos siglos?

“Con la aparición de la modernidad, la ciencia y la religión comenzaron una danza antagónica, aunque tal vez fuera mas adecuado decir que se enzarzaron en una contienda compleja y cruel entre épocas, entre visiones del mundo, entre un enfoque mitológico y premoderno del universo y una visión moderna realista y dura, esencialmente racional”. Wilber califica esta situación de “cisma”.
Desde el paradigma holográfico, Wilber distingue, también, entre la que llama “religiosidad legítima”, de la que califica de “religiosidad auténtica”; advirtiendo que esta distinción es aplicable también a la ciencia, utilizando la terminología de "ciencia estrecha" y "ciencia amplia".

Como acertadamente ha escrito Ken Wilber,"Uno de los problemas más apremiantes del mundo moderno es el de la relación que existe entre la ciencia y la religión, como medios para desvelar la verdad y para generar sentido. Pero todavía no hemos llegado siquiera a imaginar la forma de plantear una reconciliación que resulte aceptable para ambas partes”. Verdad y sentido, ciencia y religión, se encuentran “disociadas”, a pesar de los intentos realizados en orden a conseguir su “integración”

El objetivo
de Wilber en este extraordinario libro es nada más y nada menos que el de una reconciliación inteligente y no trivial entre el dominio de la ciencia y el dominio de la religión, divorciados y enfrentados desde hace ya varios siglos. Una reconciliación entre el mundo subjetivo de la sabiduría tradicional y el mundo objetivo del conocimiento científico. Para ello, Wilber comienza con un repaso sistemático de los intentos ya realizados para lograr la integración entre ciencia y religión, explicando por qué han fracasado las aproximaciones románticas, idealistas y postmodernas. A continuación expone y desarrolla, con enorme brillantez y didactismo, su propio punto de vista. Si se delimitan en profundidad ambos campos, se puede mostrar de qué manera las grandes tradiciones espirituales del mundo, "la sabiduría perenne", es perfectamente compatible con una visión científica abierta.

Wilber, escribe lo siguiente: En algún momento de la era moderna, no determinable con exactitud, la idea de la historia como involución (caída del Paraíso) se vio lentamente reemplazada por la idea de la historia como evolución (como desarrollo hacia Dios)... y después de recordar las aportaciones, en este sentido, de Schelling (1775-1854), de Hegel (1770-1831), de H. Spencer (1820-1903), de Charles Darwin (1809-
1882); de Sri Aurobindo (1872-1950) y de Pierre Teilhard de Chardin (1881-1955), afirma que esta interpretación evolutiva terminó difundiéndose en Occidente.

“Para que la ciencia y la religión terminen integrándose, cada una de las partes debe ceder algo sin dejar, no obstante, de ser ella misma. En este sentido, lo único que le pedimos a la ciencia es que pase del empirismo estrecho (centrado exclusivamente en la experiencia sensorial) al empirismo amplio (basado en la experiencia directa), algo que precisamente ya hace con sus propias operaciones conceptuales, como la lógica o las matemáticas.
Pero la religión, por su parte, también debe ceder y, en este sentido, abrirse a la verificación –o rechazo- de la evidencia experiencial aportada. La religión, al igual que la ciencia, tendrá que ajustarse a las tres vertientes de todo conocimiento válido y asentar sus afirmaciones en la experiencia directa.”

*Ciencia y religión: sus efectos están en todos sitios. Cómo reconciliar estas dos grandes fuerzas - que juntas están modelando nuestras vidas, nuestras culturas, y nuestro planeta - sigue siendo uno de los grandes retos intelectuales, sociales y espirituales de nuestro tiempo. Pocas perspectivas parecen tan conflictivas como las de la ciencia y la religión, que a veces incluso tratan de negar legitimidad completamente la una a la otra. Algunos fundamentalistas condenan abiertamente a la ciencia y a la tecnología como los destructores de los valores religiosos mientras algunos científicos se burlan de la religión afirmando que es una reliquia primitiva de inmadurez psicológica y social.
Los mundos que nos ofrecen parecen completamente diferentes. Las grandes religiones nos aseguran que detrás del aparente caos y catástrofe existe un reino divino más profundo y más verdadero que es nuestro verdadero hogar. La ciencia afirma que detrás del caos solo están las leyes inmutables y sin sentido de la naturaleza, o como Whitehead lamentaba, "meramente la apresura de lo
material, para siempre, sin sentido".

No sorprende entonces que algunas de las mas grandes mentes de los últimos pocos siglos han luchado con esta cuestión: cómo podemos reconciliar la situación de un mundo sin sentido que nos ofrece la ciencia por un lado, con la necesidad humana profunda de significado y la descripción de la religión de un cosmos con sentido por el otro lado. No sorprende tampoco que esta cuestión
atraería a Wilber, que en una serie de 15 libros anteriores abarcando campos tan diversos como la psicología, la filosofía, la antropología, la sociología, la ecología, la religión, y la física, ha pretendido siempre integrar las perspectivas aparentemente conflictivas en amplias síntesis abarcadoras.

El presente libro sigue el patrón usual de Wilber. Es ampliamente abarcador, multidisciplinario, e integrativo, y ofrece una visión sintética de alcance excepcional. Esta revisión se centra principalmente en la visión sintética más que en el análisis critico de los bloques constituyentes seleccionados. Esto es porque la visión novedosa es obviamente el aspecto más fascinante y también
porque tantas revisiones de los libros previos de w se han centrado tanto en criticar los bloques constituyentes que la visión ha sido en su mayor parte descuidada.
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Ver el índice de contenidos de CIENCIA Y RELIGION - EL MATRIMONIO ALMA Y SENTIDOS


El ojo del Espíritu

The Eye of Spirit

El ojo del Espíritu
Una visión integral para un mundo que está enloqueciendo poco a poco.
Trad. de David González Raga

¿Que aspecto tendría una cultura verdaderamente integral, una cultura que incluyera cuerpo, mente, alma y espíritu?

El término “integral” realmente ha tenido éxito, desde que Wilber empezó a usarlo alrededor de 1997: El Ojo del Espíritu fue subtitulado “Una Visión Integral para un Mundo que se está volviendo ligeramente loco” y el prólogo escrito por Jack Crittenden se llamó “¿Qué es Integral?”. El término es sinónimo de “integrador, inclusivo, comprensivo, equilibrado”, explícitamente pretendía incluir los mundos de la ciencia y la espiritualidad, conduciendo a lo que Wilber expresó como un “liberalismo del espiritualismo” o “humanismo espiritual”. En la práctica, se ha usado para proporcionar modelos integradores tanto dentro de como entre los diferentes campos de la ciencia.
En este innovador "El ojo del espíritu", con base a su mundialmente reconocido modelo de la conciencia, Ken Wilber reescribe por completo su visión y el enfoque sobre unas disciplinas tan importantes como la psicología, la espiritualidad, la antropologia, los estudios culturales, la teoría del arte y la teoría literaria, la ecología, el feminismo y la transformación planetaria.

¿Que aspecto tendrían cada uno de estos campos si aceptáramos de todo corazón la existencia, no solo del cuerpo y de la mente, sino también del alma y del espíritu?.
Con un gesto integrador sorprendente, Wilber teje todos estos fragmentos en una convincente y sólida visión del mundo moderno y postmoderno.

*Jack Crittenden, explica panorámicamente:
El enfoque de Wilber es lo contrario a eclecticismo. Ha suministrado una visión coherente y consistente que sin costuras teje juntas afirmaciones verdaderas de campos tales como la física y la biología; las ecociencias; la teoría del caos y las ciencias de sistemas; la medicina, la neurofisiología, la bioquímica; el arte, la poesía, y la estética en general; la psicología evolutiva y un espectro de esfuerzos psicoterapéuticos, desde Freud a Jung a Piaget; los teóricos de la Gran Cadena desde Platón a Plotino en Occidente a Shankara y Nagarjuna en Oriente; los modernistas desde Descartes y Locke a Kant; los idealistas desde Schelling a Hegel; los posmodernistas desde Foucault y Derrida a Taylor y Habermas; la principal tradición hermenéutica, desde Dilthey a Heidegger a Luhmann; las escuelas contemplativas y místicas de las grandes tradiciones meditativas, Oriente y Occidente, en las principales tradiciones religiosas del mundo. Todo esto es solo un ejemplo... [Por tanto] ... si su enfoque es generalmente valido, honra e incorpora más verdad que cualquier otro sistema en la historia
*“¿Qué es Integral?”, prólogo de Jack Crittenden
de "El Ojo del Espíritu".


El desarrollo no es una regresión al servicio del ego, sino una evolución al servicio de la trascendencia.
Los estudios integrales se hallan atrapados, por así decirlo, entre dos frentes, una modernidad que se resiste a conocer la totalidad del espectro de la conciencia y
un tradicionalismo renuente admitir los considerables avances realizados por la modernidad.

*De algún modo, pues, mis valores más profundos no dependen exclusivamente de la relación que sostengo conmigo mismo, sino también con mi familia, con mis amigos, con mi comunidad y con mi Dios. Y en la medida en que reniego de esas relaciones profundas no sólo destruyo el soporte mismo de la comunidad y me extravío en un desenfreno hiperindividualista, sino que también me alieno del más profundo de todos los vínculos, el que une el alma del ser humano con el Espíritu divino. Muy bien, pero ¿de qué Dios está usted hablando? -responderán a esto los liberales-. Porque lo cierto es que cada vez que estas consideraciones abstractas se han concretado prácticamente en un código moral o en una religión determinada han terminado desembocando en un tipo u otro de caza de brujas. La importancia del contexto comunitario y espiritual no tarda en degenerar en mi comunidad, mi Dios y mi país, acertada o equivocadamente! Y si usted no acepta a mi Dios, irá directamente al infierno y yo mismo me encargaré gustosamente de acompañarle. La tiranía cultural, pues, más o menos solapada, nunca ha sido ajena a la agenda conservadora.

¿Existe alguna forma de rescatar las ventajas del enfoque conservador -en particular su aceptación de la espiritualidad- sin caer en la tiranía cultural que suele acompañarle? Y ¿existe alguna forma de conservar las ventajas del enfoque liberal -las libertades individuales- despojándonos de la tiranía de los anti-alma? ¿Es posible, en suma, articular un liberalismo espiritual, un humanismo espiritual, un abordaje que considere los derechos del individuo en un contexto espiritual más profundo que no los niegue sino que, por el contrario, contribuya a sostenerlos? ¿Es posible concebir a Dios y al Espíritu de un modo que ayude a consolidar los objetivos más nobles del liberalismo? ¿Es posible encontrar algún sustrato común a los dos enemigos acérrimos que se debaten en el mundo moderno, Dios y el liberalismo? Ésta es, como ya he dicho, en mi opinión, la más urgente de las preguntas a que debe hallar respuesta el mundo moderno y postmoderno. Porque mientras no lo haga, el conservadurismo espiritual seguirá fragmentando al mundo, ya que su agenda sólo le permite respetar a los fieles a su Dios particular, llámese Jehová, Alá, Shinto o Shiva (nombres todos ellos con los que lamentablemente se convoca, con demasiada frecuencia, a la batalla).
*Extracto de "El ojo del espíritu".

Breve historia de todas las cosas

A Brief History of Everything

Breve historia de todas las cosas
Trad. de David González Raga

El título del libro que hoy nos ocupa es engañosamente frívolo porque ofrece exactamente lo que promete. Abarcando un amplio sustrato histórico -desde el mismísimo Big Bang hasta el baldío del presente postmoderno-, Breve historia de todas las cosas parece dar sentido a los caminos aparentemente contradictorios por los que ha discurrido y todavía sigue discurriendo la
evolución -física, emocional, intelectual, moral y espiritual del ser humano.

"Breve historia de todas las cosas" es un libro sobrio y contundente en el que Wilber desarrolla las ideas bosquejadas en sus otros once libros. Es presentado con un estilo sencillo y asequible en forma de entrevista y diálogo, con preguntas directas sobre su visión y como se aplica esta visión a temas concretos: movimientos de liberación sexual, ecología, la enfermedad, religión, evolución histórica del hombre. El resto de la obra de Wilber requiere, cuanto menos, un cierto conocimiento de las principales tradiciones contemplativas orientales y de la psicología evolutiva occidental, pero "Breve historia de todas las cosas", por el contrario, está escrito para un auditorio mucho más amplio, cualquier ser humano que tratando de encontrar la sabiduría en la vida cotidiana quede desconcertado ante la gran diversidad de caminos -a menudo contradictorios - que, asegurando conducir a la verdad, yerran en lo fundamental.

Wilber ha adoptado, un enfoque comprehensivo y global. En la obra descubrirán una visión coherente que integra las verdades procedentes de una amplia y dispar diversidad de campos -como la física, la biología, las ciencias sociales, las ciencias sistémicas, el arte, la estética, la psicología evolutiva y el misticismo contemplativo, por ejemplo - y que también incorpora movimientos filosóficos tan opuestos como el neoplatonismo, el modernismo, el idealismo y el postmodernismo.
A lo largo del libro se trata de seguir el curso de la evolución, desde la materia a la vida, de la vida a la mente y al espíritu, para ello se tratan los puntos de vista de gran cantidad de pensadores y místicos, antiguos y modernos: Platón, Agustin, Copérnico, Plotino, Kant, Locke, Spinoza, Hegel, Freud, Jung, Kohlbeg, Maslow, Krishnamurti, Shankara, tradiciones místicas orientales, Margaret Mahler, Heidegger, Martin Gardner, Roger Walsh... observando como estos puntos de vista encajan en su visión, y como la mayoría de ellos lo que han hecho ha sido centrarse en el estudio de un aspecto del ser humano... de ahi que sus teorías un siendo ciertas sean incompletas.

*Breve historia de todas las cosas es un libro que opera a varios niveles. Se trata, en mi opinión, del mapa más exacto del mundo en que vivimos y del lugar que en él ocupan los hombres y las mujeres. Según señala Wilber, la misma dialéctica del proceso evolutivo implica que cada nuevo estadio evolutivo trascienda los límites de sus predecesores pero imponga, al mismo tiempo, sus propios nuevos límites. Ésta es una visión que honra cualquier búsqueda auténtica de una vida más consciente y plena. «No existe ninguna época definitivamente privilegiada -dice Wilber- y todos nosotros seremos alimento del mañana. El proceso evolutivo prosigue su camino y el Espíritu se encuentra en el proceso mismo, no en un lugar concreto y privilegiado del espacio y del tiempo.»

Como resultado de todo ello, Breve historia de todas las cosas irradia una luz muy peculiar que no sólo ilumina las cuestiones fundamentales de nuestra vida sino que también echa luz sobre decenas de temas confusos y de preguntas sin respuesta de nuestro tiempo.

Esta consideración de la posición de hombres y mujeres en un universo del sexo y el género, el yo y la sociedad y el espíritu y el alma, está escrita como una serie de preguntas y respuestas, un formato que hace accesibles las grandes ideas que contiene. Una introducción ejemplar a la teoría integral de la conciencia de Wilber, que deriva de la sabiduría de todas las tradiciones de pensar, estas preguntas ofrecen una serie de opiniones originales de varios temas controversiales, incluyendo la guerra de los sexos, el multiculturalismo, los movimientos modernos de liberación, la continua destrucción del medio ambiente, la diversidad, los recuerdos reprimidos, el abuso sexual de la infancia y el papel que desempeña Internet en la era informática, y el conflicto entre diferentes teorías de espiritualidad.Por nombrar sólo unos pocos.

*Del prólogo de "Breve historia de todas las cosas"
por Tony Schwartz.



SUMARIO

Breve historia de todas las cosas
Prólogo
Advertencia al lector
Introducción
Primera parte: El Espíritu en acción
1. La pauta que conecta
2. El impulso secreto
3. Demasiado humano
4. La gran revolución postmoderna
5. Las cuatro esquinas del Kosmos
6. Las dos manos de Dios
7. En sintonía con el Kosmos
8. La Bondad, la Verdad y la Belleza

Segunda parte: Los logros superiores del Espíritu en acción

9. La evolución de la conciencia
10. En el camino a lo global: primera parte
11. En el camino a lo global: segunda parte
12. Los dominios supraconscientes: primera parte
13. Los dominios supraconscientes: segunda parte
Tercera parte: El mundo chato

14. Los ascendentes y los descendentes
15. El colapso del Kosmos
16. El ego y el eco
17. El dominio de los descendentes
18. El desvelamiento de Dios


Gracia y Coraje

Grace and Grit
con Treya Killam Wilber

Gracia y Coraje
Espiritualidad y curación en la vida y en la muerte de Treya Killam Wilber
Trad. de Teresa Sans y David González Raga.

En 1983, Ken Wilber conoció a Treya (Terry Killam), e inmediatamente se produjo entre ellos un "reconocimiento" mutuo. Tras un breve noviazgo contrajeron matrimonio, pero su felicidad pronto se vio truncada cuando a Treya se le diagnosticó un cáncer. Su luna de miel discurrió en un hospital, iniciándose así el atribulado periplo de cinco años que la pareja viviría hasta la muerte de tan excepcional mujer.

"Una parte de nosotros desea ser normal, para no ser rechazada" decía Treya. Este libro narra su lucha contra el cáncer. Es un libro muy fuerte, pero que definitivamente recomiendo a todos.

En ese mismo libro, Treya menciona que "se requiere gracia para poder vivir, pero también se requiere coraje". La vida no es algo sobre lo cual podamos tener una opinión vaga o a medias. Es algo por lo que nos tenemos que apasionar. Después de todo, sólo tenemos una.

Y creo que todos estamos en una constante lucha o búsqueda de balance. Por un lado, deseamos ser "normales", para encajar en la sociedad. Pero por otra, queremos o necesitamos destacarnos. Necesitamos ser distintos. Aunque sea doloroso y difícil.
Por Rodrigo Del Campo.

En "Gracia y Coraje" el vibrante diario de Treya se va entrelazando con las profundas reflexiones de Ken, dando lugar a un relato vivamente humano que transmite el impacto que esta experiencia supuso en la vida de la pareja y que les llevó al cuestionamiento de sus convicciones espirituales ante la realidad de la enfermedad y la muerte.
Es esta una obra inapreciable de espiritualidad "real", que pone en tela de juicio la visión de la "Nueva Era", que presenta los aspectos esenciales de las grandes tradiciones de sabiduría del mundo entero, y que invita a la sanación, a la totalidad y a la armonía, y a la aceptación del sufrimiento y a la entrega final.

*Treya estaba encontrando ese centro de consciencia, ese Self puro, el Fundamento primordial, que es atemporal y eterno. No es que tu Self verdadero sea eterno o que viva para siempre – que no es como se triunfa sobre la muerte. Más bien, tu Self verdadero es un momento sin tiempo – este momento presente atemporal, tal y cómo es, antes de que pienses en el pasado y el futuro y así atarte a las torturas del tiempo. El Self puro y atemporal, existe totalmente en este momento presente atemporal, es la puerta de salida a lo eterno – que no significa existir para siempre en el tiempo, sino ser completamente libre del tiempo. Porque nunca se mete en el mundo del tiempo y su terror, tu Self puro es el gran No-nacido. Y como nunca entra en el tiempo, nunca existe tampoco: tu Self puro es el gran No-muerto.

Se triunfa sobre la muerte, no viviendo para siempre, sino viviendo atemporalmente, siendo presente al Presente. No vas a derrotar a la muerte identificándote con el ego en la corriente tiempo y entonces intentando hacer que el ego siga para siempre en esa corriente temporal. Se vence a la muerte encontrando esa parte de tu propia consciencia presente que nunca entra en la corriente del tiempo en primer lugar y entonces es verdaderamente No-nacido y No-muerto. Como el Buda diría, “Hay, monjes, un gran No-nacido, No- manifestado, No-hecho. Donde no habría salida para lo nacido, lo manifestado, lo hecho”.

Bien, Treya encontró el gran No-nacido, y entonces encontró el gran No- muerto. Treya, el individuo, está muerta; pero el Self de Treya esta vivo justo ahora, en el presente atemporal que está siempre-presente, que vive en cada ser sensible, viva en ti y en mí y en todas las cosas grandes y pequeñas, porque este es el Self de uno y de todos. Habiendo hallado eso, uno encuentra el Todo, y entonces – casi literalmente – uno puede decir, "La muerte, ¿dónde está ese pinchazo?"



Psicología integral

Transformations of Consciousness
Con J. Engler y D. Brown.

Psicología integral
Trad. de David González Raga.

El modelo de la conciencia de Ken Wilber es ya famoso en todo el mundo. Este libro nos ofrece la mejor síntesis del modelo wilberiano, presenta una visión clara de la totalidad, del espectro del desarrollo de la conciencia y de sus niveles, a los que Wilber se refiere como pre-personal, intermedio y transpersonal.
Este crecimiento y desarrollo discurre a través de nueve niveles: tres en el campo pre-personal, tres en el personal, tres en el transpersonal. Todo el sistema del Self se va desarrollando paulatinamente.
Asimismo, en cada nivel pueden aflorar sus especificas psicopatologías que se asocian a cada uno de estos estadios del desarrollo y los tratamientos psicoterapéuticos correspondientes.

Esrito con brillantez y concisión, psicología integral explica también la conexión del modelo wilberiano con los más recientes hallazgos de la psicología del ego y de la psiquiatría clásica. Igualmente se discute sobre la naturaleza del narcisismo en la psicoterapia de la meditación a la luz del modelo espectral de la conciencia.
En este libro Wilber participa con tres artículos que fueron recopilados.

*"Por otro lado. Aunque Ken Wilber es considerado como un teórico transpersonal (por gran parte de su trabajo) lo cierto es que él mismo ya no se considera en esta categoría; el más bien habla de psicología integral. No descalifica "la psicología científica", pero tampoco el psicoanálisis ni el humanismo, ni incluso lo traspersonal, todo lleva una justa medida.
El ser humano no se desarrolla sólo en un aspecto cognitivo y racional, también está el emocional, el social, el indivudual y el espiritual, aunque este último sea duro de digerir para muchos porque, según los "científicos calificados", no es tangible al método científico. Pero, digo yo, la ciencia ha terminado demostrando, que aspectos, como la meditación, por poner sólo un ejemplo, tiene importantes cambios en las funciones cerebrales, es decir, se ha logrado medir sus resultados con un método medible."

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Los tres ojos del conocimiento

Eye to Eye

Los tres ojos del conocimiento
La búsqueda de un nuevo paradigma.
Trad. de David González Raga.

El eminente teórico de la psicología transpersonal ofrece en este brillante libro una sólida critica de la religión tradicional, de la moderna filosofía materialista y de la new age populista. El modelo que propone Wilber es más amplio y profundo, y conduce a una mayor comprensión trascendente de nosotros mismos y del universo.

Hoy en día se habla mucho de paradigmas, especialmente de paradigmas nuevos y superiores. Ken Wilber escribió hace varios años este libro donde nos presenta la búsqueda de un nuevo paradigma, un paradigma globalizador.
El autor se introduce en el ámbito de la ciencia, de la filosofía, de la religión mística y de la psicología. Es decir, una visión que abarque todas las áreas y trascienda las rígidas posturas de los paradigmas que hoy poseemos. Es el primero en haber desarrollado una teoría de campo unificado sobre la conciencia y su obra supone una síntesis espléndida de las grandes tradiciones psicológicas, filosóficas y espirituales que constituyen la llamada “sabiduría perenne”.

Ken Wilber en su libro "Los Tres Ojos del Conocimiento", examina las tres esferas del conocimiento, se inspira en una famosa metáfora de san Buenaventura, la realidad se puede conocer por medio de tres ojos:
* Con el ojo de la carne el reino empírico de los sentidos, la experiencia sensorial.
* Con el ojo de la mente el reino racional de la mente, los procesos de abstracción y razonamiento.
* Con el ojo de la contemplación el reino contemplativo del espíritu, los estados transpersonales: iluminación, insight, revelación, etc.
Wilber plantea como "errores categoriales" el pretender analizar y comprender cualquiera de estos reinos con un "ojo del conocimiento" que no le corresponde, mostrando la confusión a que puede conducir el mezclar las distintas esferas, y proponiendo un modelo más profundo y amplio al mismo tiempo que más trascendente de nosotros mismos y el universo.

Es un libro intenso, tremendamente interesante, de mucha racionalidad y muy bien explicado.
Esta obra es una de las piedras claves del pensamiento wilberiano.
Como ha escrito Daniel Goleman en el "New York Times", Ken Wilber se sitúa en el rango de los más grandes teóricos de la conciencia, junto a Cassirer, Eliade o Bateson. "Los Tres Ojos del Conocimiento" supone un paso decisivo, dentro de la obra de Wilber, para la elaboración de un modelo comprensivo de la conciencia y la realidad.
Citando la obra de pensadores de un amplio espectro de disciplinas.

Wilber en
"Los Tres Ojos del Conocimiento" afirma que “… los niveles psíquico, sutil y causal son el inicio, el tránsito y el acceso a la unidad última en el Espíritu…"


Ver el índice de contenidos de LOS TRES OJOS DEL CONOCIMIENTO



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