lunes, 22 de diciembre de 2008

El Hombre y La Religión - (4)

Esta visión fue desarrollándose a lo largo de los siglos, y hubo un largo periodo de debate sobre la cuestión del rescate. ¿A quién se pagaba el rescate de la muerte de Cristo? Había muchos teólogos que insistían en que el rescate era pagado a Satán, que Dios había entregado el mundo a Satán pero que deseaba obtenerlo de nuevo y debía pagar este enorme precio a Satán por el privilegio. Por otro lado, había teólogos que insistían en que el rescate se pagaba para satisfacer el honor de Dios. Dios había sido infinitamente ofendido, y la única reparación para una ofensa infinita era una infinita satisfacción, la muerte del Dios-hombre, Cristo.

Fue este último punto de vista el que prevaleció en la doctrina más o menos oficial formulada por San Anselmo en el siglo XII. Anselmo dijo que la muerte de esta Persona infinita produjo un incremento de satisfacción, que constituyó una especie de fondo de méritos que podría ser utilizado para la absolución de los pecados. Fue en base a esta doctrina que la iglesia medieval aumentó su práctica de vender indulgencias, lo cual llevó en su tiempo a la Reforma.

En la Reforma encontramos a Calvino, que pensaba que la justicia retributiva era una parte esencial del carácter de Dios y que Cristo, de hecho, cargaba con el castigo del que el hombre era merecedor. 'El Cristo' estas fueron las palabras que utilizó, 'llevó la carga de la ira Divina... y experimentó todos los signos de un Dios enojado y vengador'. Estos puntos de vista fueron modificados por los arminios, los socinios y por Hugo Grotius en los siglos dieciséis y diecisiete, y han dado lugar gradualmente a una visión más ética y espiritual en el protestantismo moderno.

Ahora me gustaría citar el pasaje en el que el profesor Adams Brown resume esta tan extraña historia:

El carácter expiatorio de la muerte de Cristo se ve ahora en su calidad penal como sufrimiento, ahora en su carácter ético como obediencia. Se representa ahora como un rescate para redimir al hombre de Satán, ahora como una satisfacción debido al honor de Dios, ahora como una pena necesaria por Su justicia. Su necesidad esta basada ahora en la naturaleza de las cosas y, de nuevo, se explica como el resultado de un acuerdo debido al mero buen placer de Dios o por responder a su sentido de adecuación. La manera en que sus beneficios son transferidos al hombre es a veces considerada de forma mística como en la teología mística del Sacramento; otras veces de forma legal, como en la fórmula protestante de la imputación; y, otra vez, moral y espiritualmente, como en las modernas teorías de protestantismo reciente. Encontrando diferencias tan extremas, uno bien podría estar tentado a preguntarse, con algunas críticas recientes, si de verdad tenemos aquí un elemento esencial de la doctrina cristiana, o simplemente la supervivencia de ideas primitivas cuya presencia en sistema cristiano constituyen una perplejidad más que una ayuda a la fe. Pero las diferencias aquí discutidas no son mayores que en el caso de cualquier otra doctrina cristiana.

Las razones de estas diferencias deben encontrarse en las diferencias fundamentales de la concepción del hombre sobre Dios y Su relación con el mundo. Donde se considera a Dios como Espíritu Absoluto la expiación se ve como la veían los teólogos griegos; en la teología del catolicismo romano y el protestantismo temprano, Dios se concibe primariamente como gobernador y juez y la fraseología legal parece la expresión natural de la fe religiosa; cuando las doctrinas éticas salen a primer plano, como en la moderna concepción de la expiación, se utiliza una especie de lenguaje ético y espiritual. Esta confusión indica muy claramente las extraordinarias dificultades que encontramos cuando nos embarcamos en una teologización sistemática de la experiencia en conceptos y términos simbólicos. Las ventajas que ciertamente surgen de una expresión teológica concisa me parecen desfasadas por las enormes desventajas que la historia de la religión organizada pone en evidencia.

¿Cuál ha sido actitud del proponente de la religión como experiencia inmediata frente a la religión expresada en términos simbólicos? El Maestro Eckhart, uno de los grandes místicos de la Edad Media, lo expresa de forma extrema: "¿Por qué hablas de Dios? Cualquier cosa que digas de El no es verdad." Aquí tenemos que hacer una corta digresión sobre el uso de la palabra "verdad" en la literatura religiosa. La palabra "verdad" se usa al menos en tres sentidos diferentes. Se usa como sinónimo de Realidad cuando decimos "Dios es la Verdad", queriendo decir que Dios es el Hecho Primordial. Se utiliza en el sentido de experiencia inmediata, como en el cuarto Evangelio, donde se dice que Dios debe ser venerado "en Espíritu y en Verdad" (Juan 4:24), queriendo decir con una aprehensión inmediata de la Realidad Divina. Finalmente, se usa en el sentido común de la palabra, como correspondencia entre proposiciones simbólicas y los hechos a los que se refiere. Eckhart era teólogo así como místico y no hubiera negado que la verdad en el tercer sentido fuese en cierto grado posible en la teología. El hubiera dicho que ciertas proposiciones teológicas son ciertamente más verdaderas que otras. Pero hubiera negado que hubiese cualquier posibilidad de alcanzar el fin último del hombre -la unión con Dios- mediante la manipulación de símbolos teológicos.

Esta insistencia en la ineficacia de la religión simbólica para el propósito último de la unión con Dios ha sido puesta de manifiesto por todas las religiones orientales. Lo encontramos en la literatura hinduista, en la literatura del budismo Mahayana, en el taoismo, etc. Hui-neng dice que el Buda nunca ha predicado la verdad, viendo que uno debe encontrarla por sí mismo en su interior, y que lo que se sabe de las enseñanzas de Buda no son las enseñanzas del Buda, que tienen que ser una experiencia interior. Luego nos encontramos con una cuestión paradójica: ¿Cuál es la enseñanza última del Buda? No lo entenderás hasta que lo tengas'. El autor continúa diciendo: 'No sean tan ignorante como para confundir el dedo que apunta con la luna a la que estas apuntando', y dice que el hábito de imaginar que el dedo que apunta es la luna condena todos los esfuerzos por alcanzar la unidad con la Realidad al fracaso total. Había incluso maestros Zen que prescribían a cualquiera que utilizase la palabra 'Buda' un lavado de boca con jabón por estar tan alejado del objetivo de la experiencia inmediata.

Esta ha sido la actitud habitual de los místicos en cualquier época, pero sobre todo en Oriente, donde la filosofía ha sido en cierto sentido profundamente diferente a la filosofía occidental. La filosofía oriental siempre ha sido lo que podría llamar una especie de operacionalismo trascendental; comienza con alguien haciendo algo con el yo, y luego, con la experiencia adquirida, prosigue con la especulación y la teorización sobre el significado de la experiencia.



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El Hombre y La Religión - (3)

La creencia es una cuestión de suma importancia. Uno de los grandes bestseller en años recientes se llama 'El Poder de la Creencia'. Este es un título muy bueno, porque la creencia es una inmensa fuente de poder. Tiene poder para el creyente mismo, y permite que la persona que cree ejerza poder sobre los demás. En cierto sentido, es algo mueve montañas. La creencia, como cualquier otra fuente de poder, puede ser utilizada para el mal y el bien. Hemos podido ver en nuestro propio tiempo el terrible espectáculo de Hitler a punto de conquistar el mundo entero gracias el poder de la creencia en algo que no solo era manifiestamente falso sino profundamente maligno.

Este hecho tremendo de la creencia, que constantemente está siendo cultivado por las religiones manipuladoras de símbolos, es esencialmente ambivalente. La consecuencia es que la religión, como sistema de creencias, siempre ha sido una fuerza ambivalente. Hace surgir de forma simultánea la humildad y lo que los poetas medievales llaman el 'prelado orgulloso', el tirano eclesiástico. Da vida a las más altas formas artísticas y las más bajas formas de superstición. Enciende las llamas de la caridad y también enciende las llamas de la Inquisición y el fuego que quemó a Serveto en la Génova de Calvino. Da vida a San Francisco y Elizabeth Fry, pero también a Torquemada y Kramer y Springer, los autores del Melleus Maleficorum, el gran libro de cazadores de brujas publicado alrededor del mismo año en que Colón descubrió América. Da vida a George Fox, pero también al Arzobispo Laud. Esta tremenda fuerza de la religión como sistema teológico siempre ha sido ambivalente precisamente por la extraña naturaleza de la creencia misma y por la extraña capacidad del hombre, cuando se embarca en sus especulaciones filosóficas, de llegar a las más extrañas y fantásticas respuestas.

Los mitos, en su totalidad, han sido mucho menos peligrosos que los sistemas teológicos porque son menos precisos y tienen menos pretensiones. Donde hay sistemas teológicos se pretende que estas proposiciones sobre los sucesos ocurridos en el pasado y en el futuro y la estructura del universo son absolutamente ciertas; en consecuencia, cualquier negativa a aceptarlas se considera como una rebelión contra Dios, merecedora del castigo más severo. Y vemos que de hecho estos sistemas, a modo de dato histórico, han sido utilizados como justificación para prácticamente todo acto de agresión y expansión imperialista. Apenas hay un solo caso en la historia de crimen a gran escala que no se halla cometido en el nombre de Dios. Esto fue resumido hace muchos siglos en el hexámetro de Lucrecio: 'Tantum religio potuit suadere lamorum (tales horribles crímenes fue capaz la religion de persuadir al hombre a cometer). Debería haber añadido, 'Tantum religio potuit suadere bonorum' (tales grandes beneficios también pudo persuadir a cometer) e todas formas, se ha tenido que pagar lo bueno con una enorme cantidad de lo malo.

Esta cualidad de la religión como sistema de símbolos teológicos para generar conflicto no solo ha traído jihads y cruzadas entre religiones, también ha producido una enorme cantidad de fricciones internas dentro de la misma religión. El odium theologicum es notorio por su virulencia, y las guerras religiosas del siglo dieciséis y diecisiete fueron de un grado de ferocidad que supera la credulidad. En este contexto pienso que deberíamos recordar que estamos acostumbrados ahora a decir, 'O, la maldad que ha traído al mundo el naturalismo filosófico' -pero a modo de dato histórico, el supernaturalismo ha traído al mundo a misma cantidad de maldad o incluso más. No debemos dejarnos llevar por este tipo de retórica.

Antes mencioné la extraordinaria capacidad de filósofos y teólogos para producir ideas fantásticas que luego dignifican con el nombre del dogma o la revelación. A modo de ejemplo me gustaría citar algunos hechos sobre una de las ideas fundamentales del cristianismo, la idea de la expiación (atonement). La información que tengo aquí está basada en el excelente artículo, un largo ensayo sobre el tema, de la Enciclopedia de la Religión y la Ética de Hastings. El ensayo es del Dr. Adams Brown, que en una ocasión fue profesor de teología del Union Theological Seminary de Nueva York. Ha presentado la historia de esta doctrina de forma muy lúcida y la ha resumido muy convincentemente al final. Permítanme que haga un repaso rápido pues ilustra claramente los peligros de la religión manipuladora de símbolos.

En el periodo más temprano del cristianismo, la muerte de Cristo era considerada bien un sacrificio convenido comparable al sacrificio del cordero pascal del judaísmo o como un rescate, exactamente comparable al precio pagado por un esclavo para obtener su libertad o el precio pagado por un prisionero de guerra para su liberación. Estas dos ideas aparecen en los evangelios. Mas tarde, en la teología postevangélica apareció la idea de que la muerte de Cristo fue una sangrienta expiación del pecado original. Esto estaba basado en la muy antigua idea de que cualquier acto maligno debía ser expiado mediante el sufrimiento por parte del pecador mismo o por parte de un sustituto del pecador. En el viejo testamento leemos que el pecado de David, al hacer un censo de su pueblo, fue castigado con una plaga que mató a setenta mil de los suyos pero no a él.

En tiempos patrísticos encontramos una profunda diferencia en relación a este tema entre los teólogos griegos y los latinos. Los teólogos griegos nos estaban principalmente preocupados por la muerte de Cristo, sino por la vida, la muerte era un mero incidente de la vida de Cristo. Su punto de vista de la expiación era que existía no para salvar al hombre de la culpa, sino para salvarle de la corrupción en la que había caído tras la caída de Adán y Eva. Por consiguiente, la vida era más importante que la muerte. Ireneo dice que Cristo vino y vivió la vida del hombre para que el hombre pudiese vivir una vida comparable a la suya -y que esta era la cualidad liberadora de la expiación.

Entre los padres latinos el énfasis era completamente otro. Aquí la idea era que el hombre era redimido, no primariamente de la corrupción, sino de la culpa. Era redimido del castigo infligido por el pecado de Adán. Donde los teólogos griegos consideraban a Dios como Espíritu Absoluto, los teólogos latinos consideraban a Dios como gobernador y legislador, con la mente de un hombre de leyes romano (su teología tiende a aparecer en términos legales). La doctrina evolucionó lentamente, pero tenemos en San Agustín un continuo énfasis en el horror del pecado original y en la idea de que la culpa es heredada de forma completa por todos los miembros de la raza humana, de tal forma que un niño no bautizado debe necesariamente ir al infierno.



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El Hombre y La Religión - (2)

La religión como sistema de creencias es un tipo de religión profundamente diferente, y es la que ha sido más importante en occidente. Los dos tipos de religión -la religión del conocimiento directo de lo divino y la religión del sistema de creencias- han coexistido en occidente, pero los místicos siempre han sido una minoría en medio de las religiones manipuladoras de símbolos, y la relación ha sido de una simbiosis bastante incómoda. Los miembros de la religión oficial siempre han considerado a los místicos como personas difíciles y problemáticas. Han llegado a hacer incluso juegos de palabras con el nombre, llamando al misticismo 'misty-shism' (misty=nebuloso, shism=ismo) -una doctrina antinómica y brumosa, que no se cierne fácilmente a la autoridad.

Por otro lado los místicos no han hablado exactamente con sorna -no sienten esto- sino con tristeza y compasión por aquellos que están entregados a la religión simbólica, porque sienten que la búsqueda y la manipulación de símbolos es simplemente incapaz, por la naturaleza de las cosas, de conseguir lo que consideran el fin supremo, la unión con Dios. William Blake, que era esencialmente un místico, era capaz de expresarse en términos bastante violentos sobre aquellos con los que no estaba de acuerdo. Tiene un pequeño pareado donde dice, 'acércate, mi niño, dime lo que ves ahí' -y el niño responde, 'un loco enredado en una onda religiosa'.

Dentro de la tradición cristiana occidental, los místicos han disfrutado de una postura tolerante mediante la perpetuación, en una época temprana de la evolución cristiana, de lo que se llama un fraude pío. Alrededor del siglo sexto apareció una serie de volúmenes neoplatónicos cristianos bajo el nombre de Dionisio el Areopagita, que fue el primer discípulo de San Pablo en Atenas. Estos volúmenes fueron considerados casi como de valor apostólico, en tanto que Dionisio fue el primer discípulo de San Pablo. De hecho los libros fueron escritos bien al final de siglo quinto o principios del sexto en Siria. El desconocido autor simplemente firmó en ellos con el nombre de Dionisio Areopagita para darles mayor cobertura entre sus contemporáneos. El era un neoplatónico que había adoptado el cristianismo y que combinaba la doctrina de la filosofía neoplatónica y prácticas del éxtasis con doctrinas cristianas. El fraude pío tuvo un gran éxito. El libro fue traducido al latín en el siglo noveno por el filósofo Escoto Erigena, y de ahí se introdujo en la tradición de la Iglesia occidental y actuó como una especie de refugio y garantía para la minoría mística dentro de la Iglesia. No fue hasta hace poco que el fraude fue reconocido por lo que era. Mientras tanto, en uno de los extraños e irónicos sucesos de la historia, este curioso episodio de falsificación jugó un papel muy importante y muy beneficioso en la tradición cristiana occidental.

Tenemos que considerar ahora la relación existente entre la religión de la experiencia inmediata y la religión primariamente centrada en los símbolos. En este contexto hay un comentario muy iluminador de Abbot John Chapman, un monje benedictino que fue uno de los grandes directores espirituales del siglo veinte. Sus cartas espirituales son obras de gran interés; él era obviamente un hombre que había tenido un experiencia mística profunda y estaba capacitado para ayudar a los demás en la misma dirección. Comenta en una de sus cartas lo difícil que es reconciliar -no sólo unir- el misticismo y el cristianismo:

San Juan de la Cruz es como una esponja llena de cristianismo: lo puedes exprimir todo y la teoría mística permanece. Consecuentemente, durante quince años o así odié a San Juan de la Cruz y le llamaba budista. Amaba a Santa Teresa y la leía una y otra vez. Ella primero es cristiana, sólo luego es una mística. Luego me di cuenta de que había desaprovechado quince años en cuanto a orar se refiere.

Por 'orar' Abbot Chapman por supuesto no se refería a la oración de petición. El hablaba de lo que se llama la oración de la quietud, la oración de esperar ante el Señor en un estado de pasividad en alerta y permitiendo que los elementos más profundos de la mente suban a la superficie. Dionisio el Areopagita, en Teología Mística y otros de sus libros, había insistido una y otra vez en el hecho de que para conocer directamente a Dios, en vez de saber cosas sobre Dios, uno debe ir más allá de los símbolos y los conceptos. Estos son de hecho obstáculos, según Dionisio, para la experiencia inmediata de lo divino. Se ha visto que esto es cierto empíricamente en todos los maestros espirituales, tanto en Oriente como en Occidente. Un asombroso ejemplo nos llega de los escritos de Jean Jacques Olier, quien fue un director espiritual muy conocido del siglo diecisiete, un producto de las contrarreformas y el renacimiento de la teología mística en Francia en la época de Luis XIII.

Escribió: 'la sagrada luz de la fe es tan pura que las iluminaciones especiales son impuras en comparación, incluso los pensamientos de los santos o de la Sagrada Virgen o de Jesucristo en Su Humanidad, son también obstáculos para la visión de Dios puro'. Esto parece, particularmente de un teólogo de la contrarreforma, un comentario muy extraño y atrevido, aun así representa una clara reafirmación de lo que se había venido diciendo una y otra vez por los místicos del pasado. Lo que Olier llama 'la visión de Dios puro' es, psicológicamente hablando, la experiencia mística. Esto es una cosa, y la creencia en proposiciones sobre Dios, creencias en dogmas y afirmaciones teológicas y liturgias inspiradas en estas afirmaciones, es algo completamente diferente. En este contexto, me gustaría citar las palabras de un teólogo dominicano contemporáneo, el Padre Victor White, que es un escritor particularmente interesante, ya que es a la vez un teólogo y psicoterapeuta que trabajó bastante con Jung, y que es bastante conocedor de las teorías y la práctica psicológica. Dice: El concepto de Freud de la religión como una neurosis universal no está totalmente exento de verdad y valor -una vez que hemos entendido su terminología. Debemos recordar que para él no sólo a religión, sino los sueños, las fantasías incontroladas, los deslices verbales y de escritura -cualquier cosa cercana a una idea irrealizable por la consciencia es de alguna manera anormal o patológico. (cf. Psicopatología de la vida diaria). Pero la teología también confirmará que la religión, en cuanto a sistema de credos y cultos externos, surge de la relativa inconsciencia del hombre, de su incomprensión y falta de armonía con la mente creativa detrás del universo, y de sus propios conflictos y divisiones internas. Semejante religión, en lenguaje teológico, es el resultado de la caída del hombre desde la inocencia e integridad original, su alejamiento en esta tierra de la visión Divina.

La religión de la experiencia directa de lo divino ha sido considerada como el privilegio de unos pocos. Yo personalmente no creo que esto sea necesariamente cierto. Creo que prácticamente cualquier persona es capaz de la experiencia directa, siempre y cuando se embarque de la manera adecuada y esté preparado para hacer lo que es necesario. Simplemente hemos asumido que los místicos representan una pequeña minoría entre una inmensa mayoría que debe estar contenta con la religión de los credos, los símbolos, los libros sagrados, las liturgias y las organizaciones.


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El Hombre y La Religión

Aldous Huxley dio esta conferencia en la Universidad de California, Santa Bárbara, en 1959, siendo parte de una serie de encuentros bajo el tema de ´La Situación Humana` que tuvo lugar entre los meses de enero-mayo y septiembre-diciembre. La presente traducción toma como fuente la publicación de Triad Grafton Books, The Human Situation, 1980.

Me gustaría comenzar leyendo dos o tres líneas del capítulo vigésimo cuarto del Libro de las Revelaciones. Este capítulo contiene una descripción de la Nueva Jerusalén, y acaba así: "y la calle de la ciudad era oro puro, como si fuera cristal transparente. Y no vi templo alguno ahí: pues el Señor Dios Todopoderoso y el Cordero son sus templos (Revelaciones 21: 21-2). De la misma manera no había templo -no había religión, en el sentido ordinario de la palabra- en Edén. Adán y Eva no necesitaban el aparato de la religión porque estaban en situación de escuchar la voz del Señor mientras Este caminaba 'por el jardín al fresco del día' (Génesis 3:8).

Cuando leemos el Libro del Génesis, encontramos que la religión, en el sentido convencional de la palabra, comenzó únicamente después de la expulsión de Adán y Eva del jardín, y que la primera evidencia de ello es la construcción de los dos altares por Caín y Abel. Esto también constituyó el comienzo de la primera guerra religiosa. Caín era un hombre desposado -un vegetariano, como Hitler- y Abel era un pastor que comía carne. Sus diferentes ocupaciones les dividió apasionadamente, y esto les dio una especie de absolutismo religioso, con el triste resultado que todos conocemos. En el capítulo tercero del Génesis, después del nacimiento de Set, que era el tercer hijo de Adán, hay mención a una nueva fase en la religión. El verso dice: 'Y a Set, a él también le nació un hijo, que puso de nombre Enos: entonces empezaron los hombres a llamar el nombre del Señor' (Génesis 4:26). Esto evidentemente representa el comienzo de lo que podría llamarse el lado conceptual, verbalizado de la religión. Estos dos grupos de referencias ilustran muy claramente que hay dos tipos principales de religión. Está la religión de la experiencia directa -la religión, en palabras del Génesis, de escuchar la voz de Dios caminando por el jardín al fresco del día, la religión del conocimiento directo de lo divino en el mundo. Y luego está la religión de los símbolos, la religión de la imposición del orden y el significado del mundo a través de símbolos verbales y no verbales y su manipulación, la religión del conocimiento sobre lo divino más que el conocimiento directo. Estos dos tipos de religión siempre han existido, y hablaremos de los dos.

Empezaremos con la religión como manipulación de símbolos para imponer orden y significado sobre el flujo de la experiencia. En la práctica encontramos que hay dos tipos de religiones manipuladoras de símbolos: la religión del mito y la religión del credo y la teología. El mito es obviamente una especia de filosofía no lógica; expresa en forma de historia o, a menudo, en forma de alguna imagen visual, o incluso en forma de danza o complicado ritual, algún sentimiento generalizado sobre la naturaleza del mundo y la experiencia del hombre en relación con él. El mito no es pretencioso, en el sentido de que no pretende ser estrictamente cierto. Es meramente expresivo de nuestros sentimientos sobre la experiencia.
Pero aunque sea filosofía no lógica, a menudo es filosofía muy profunda, precisamente porque es no lógica y no discursiva. Permite traer a colación en la historia, la imagen, la estatua o la danza un número de aspectos dispares e incluso aparentemente inconmensurables e incompatibles de nuestra experiencia. Los pone juntos y los muestra como un todo indisoluble, exactamente como lo experimentamos. En este sentido es el tipo de simbolismo más profundo. Por ejemplo, el mito de la gran Madre, que aparece en todas las religiones tempranas, muestra a la madre como el principio de la vida, de la fecundidad, la fertilidad, la tierna y reconfortante compasión; pero a la vez es el principio de la muerte y la destrucción. En el hinduismo, Kali es a la vez la madre cariñosa y amorosa y la temible Diosa de la destrucción, que tiene un collar de calaveras y bebe la sangre de los seres humanos de una calavera. Esta imagen es profundamente realista; si das la vida, también necesariamente das la muerte, porque la vida siempre acaba en la muerte y debe ser renovada con la muerte. La cuestión sobre si estos mitos son ciertos o no es bastante irrelevante; simplemente expresan nuestras reacciones al misterio del mundo en que vivimos.

Más temprano encontramos religiones míticas no lógicas frecuentemente asociadas a lo que ha venido a llamarse ejercicios espirituales, pero que en verdad son ejercicios psicofísicos. Con el uso de la danza, el canto y el gesto, consiguen un tipo de revelación genuina. Las tensiones físicas generadas por la ansiedad y el egocentrismo de nuestras vidas son liberadas. Esta liberación mediante gestos físicos constituye lo que los quakers llamaron la 'apertura' a través de la cual las fuerzas más profundas de la vida dentro y fuera de nosotros fluyen más libremente. Es muy interesante ver cómo incluso en nuestra propia tradición este dejarse llevar por razones religiosas ha tenido influencias profundas y muy saludables. Los quakers se llamaban 'quakers' por la sencilla razón de que temblaban (quake significa temblor, earthquake: temblor de tierra). Las reuniones de los primeros quakers a menudo acababan con la mayoría de la asamblea realizando extraños y violentos movimientos corporales que eran profundamente liberadores y que permitían, por así decirlo, el flujo del espíritu.

Como dato histórico los quakers, mientras mantuvieron el quakeo, tenían el más alto grado de inspiración y estaban en lo más alto de su poder espiritual. Tenemos el mismo fenómeno en los Shakers (shake=agitar), y lo vemos en el movimiento religioso contemporáneo llamado Subud -la aparición, en asambleas de personas, de movimientos físicos curiosamente violentos e involuntarios que producen liberación y permiten a muchos la aparición y el flujo interior de fuerzas espirituales profundamente poderosas. Aquí me gustaría citar al eminente académico islámico-francés Emil Dermenghem, quien dice que la Europa moderna -por supuesto la Europa moderna incluye la América moderna- se encuentra prácticamente sola al haber renunciado, en favor de la respetabilidad burguesa y el puritanismo gálico, a la participación del cuerpo en la búsqueda del espíritu. En la India, al igual que en el Islam, los cantos, los ritmos y la danza son ejercicios espirituales. Pero sólo hay pequeños rincones en nuestra tradición que han ilustrado, mediante este permiso para utilizar el cuerpo, que el espíritu puede liberarase mejor, un hecho que se hace claramente manifiesto cuando estudiamos la historia de las religiones orientales.



Fuentes:

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Sobre la Uniformidad

"Todos los elementos de juicio disponibles indican que, en la vida de los individuos y las sociedades, la herencia no es menos importante que la cultura. Cada individuo es biológicamente único y distinto de todos los otros individuos. La libertad es por tanto un gran bien, la tolerancia una gran virtud y la uniformidad una gran desdicha. Por razones prácticas o teóricas, los dictadores, los Hombres de Organización y ciertos hombres de ciencia ansían reducir la enloquecedora diversidad de las naturalezas de los hombres a una u otra clase de gobernable uniformidad."
Nueva visita a un Mundo Feliz, pag. 119


"Genéticamente, cada ser humano es único y, en muchos aspectos, diferente de otro ser humano cualquiera. El campo de la variación individual respecto de la norma estadística es asombrosamente amplio. Y la norma estadística, recordémoslo, es útil únicamente en los cálculos actuariales, no en la vida real. En la vida real, no existe eso que se llama el hombre medio. Sólo existen hombres, mujeres y niños particulares, cada uno de ellos con sus idiosincrasias natas de mente y de cuerpo, y todos ellos dedicados (u obligados) a comprimir sus diversidades biológicas en la uniformidad de tal o cual molde cultural."
Nueva visita a un Mundo Feliz, pag. 115


"Según lo ha demostrado el señor William Whyte en su notable libro 'The Organization Man', nuestro sistema ético tradicional, el sistema en el que lo primordial es el individuo, está siendo reemplazado por una nueva Ética Social. Las palabras clave de esta Ética social son 'ajuste', 'adaptación', 'conducta socialmente orientada', 'pertenencia', 'adquisición de aptitudes sociales', 'trabajo de equipo', 'vida de grupo', 'lealtad de grupo','dinámica de grupo', 'ideología de grupo', 'creatividad de grupo'. Su supuesto básico es que el conjunto social vale más y tiene más importancia que sus partes individuales, que las diferencias biológicas natas tienen que ser sacrificadas en aras de la uniformidad cultural, que los derechos de la colectividad tienen precedencia sobre lo que el siglo XVIII llamaba los Derechos del Hombre."
Nueva visita a un Mundo Feliz, pag. 34


"Durante el pasado siglo, los sucesivos avances en tecnología han estado acompañados por correspondientes avances en organización. La maquinaria complicada tenía que ser hermanada con complicados arreglos sociales, destinados a un funcionamiento tan sin tropiezos y eficiente como los nuevos instrumentos de producción. Con objeto de encajar en estas organizaciones, los individuos han tenido que desindividualizarse, renunciando a su diversidad nativa y teniendo que ajustarse a módulos uniformes; es decir, han tenido que hacer todo lo posible para convertirse en autómatas."
Nueva visita a un Mundo Feliz, pag. 32


"El deseo de imponer el orden a la confusión y de obtener armonía de la disonancia y unidad de la multiplicidad es una especie de instinto intelectual, un prurito primordial y fundamental de la mente. En las esferas de la ciencia, el arte y la filosofía, los resultados de lo que yo llamaría esta 'Voluntad de Orden' son en su mayor parte benéficos. Verdad es que la Voluntad de Orden ha producido muchas síntesis prematuras basadas en pruebas insuficientes, muchos absurdos sistemas de metafísica y teología, muchas pedantes asunciones de ideas por realidades, de símbolos y abstracciones por datos de la experiencia inmediata. Pero estos errores, lamentables, desde luego, no hacen mucho daño, por lo menos directamente, aunque a veces un mal sistema filosófico puede dañar indirectamente, si es utilizado como justificación de actos insensatos e inhumanos. Es en la esfera social, en el campo de la política y la economía, donde la Voluntad de Orden se hace realmente peligrosa. En este caso, la reducción teórica de una multiplicidad ingobernable a una unidad comprensible se convierte en la reducción práctica de la diversidad humana a subhumana uniformidad, de la libertad a servidumbre. En política, el equivalente de la aplicación completa de una teoría científica o de un sistema filosófico es una dictadura totalitaria. En economía, el equivalente de una obra de arte bellamente compuesta es la fabrica de funcionamiento perfecto en la que los trabajadores están perfectamente ajustados a las máquinas. La Voluntad de Orden puede convertir en tiranos a quienes meramente aspiran a salir de un lío. La belleza de la pulcritud suele ser utilizada como una justificación del despotismo."
Nueva visita a un Mundo Feliz, pag. 31


"En el curso de la evolución, la naturaleza se ha tomado muchísimo trabajo para que todo individuo sea distinto de cualquier otro individuo. Nos reproducimos poniendo en contacto los genes del padre con los de la madre. Estos factores hereditarios pueden combinarse en un número de modos casi infinito. Física y mentalmente, cada uno de nosotros es único. Cualquier cultura que en interés de la eficiencia o en nombre de cualquier dogma político o religioso trate de uniformar al individuo humano, comete un ultraje contra la naturaleza biológica del hombre."
Nueva visita a un Mundo Feliz, pag. 30


"En cada período histórico de la Humanidad nacen seres humanos de toda condición que aprovechan al máximo sus dotes naturales dentro de un ambiente cultural que puede serles favorable o desfavorable. Ningún simple individuo puede jamás ser representativo de un período, ni siquiera tan sólo por razones fisiológicas, pues un Falstaff no puede representar a un grupo de Cassiuses, ni un Scrooge a unos cuantos Pickwicks. Las personas que vivan en un determinado país a un mismo tiempo se semejarán unas a otras de un modo superficial, en cuanto exhiban las mismas peculiaridades, fácilmente reconocibles, de estilo cultural. En los estratos más bajos de la psiquis y el temperamento, de los talentos, gustos y adquisiciones serán profundamente desemejantes unas de otras. Las semejanzas empiezan otra vez sólo en el estrato más profundo de todos, el del espíritu: del algo ajeno a nosotros mismos y que es el fundamento de nuestro ser."
Temas y Variaciones (Variaciones sobre un Filósofo), pag. 916

Sobre las Transformaciones Sociales

"El problema de la reforma es, en consecuencia, el problema de destruir un círculo vicioso y de construir otro, virtuoso, que lo reemplace."
El Fin y los Medios, pag. 196


"Las buenas intenciones y la devoción personales no bastan para salvar al mundo; si bastasen, hace rato que el mundo se hubiera salvado, por cuanto nunca han escaseado los santos. Pero algunas veces los buenos resultan estúpidos, y muy a menudo están mal informados. Son pocos los santos que hayan sido, a la vez, hombres de ciencia y organizadores. E inversamente, pocos han sido los hombres de ciencia y los organizadores que hayan sido santos. Para que el mundo pueda salvarse, deberán combinarse los métodos científicos con la consagración y las buenas intenciones. Ni la bondad ni la inteligencia, si se las deja libradas a ellas solas, pueden hacer frente a la tarea de cambiar a la sociedad y a los individuos, mejorándolos."
El Fin y los Medios, pag. 173


"Todos deseamos un estado social mejor. Pero la sociedad no podrá mejorarse mientras no se efectúen dos grandes tareas. Si no se establece la paz sobre bases firmes, y si no se modifican profundamente las obsesiones dominantes con respecto al dinero y al poder, no hay ninguna esperanza de que pueda realizarse transformación deseable alguna."
El Fin y los Medios, pag. 150


"En el capítulo que se refiere a las Reformas Sociales y la Violencia, establecí claramente que la mayor parte de los seres humanos son conservadores; que hasta los mismos cambios deseables suscitan oposición y que ningún plan que, para implantarse, requiera violencia intensa y prolongada, tiene probabilidades de realizar los resultados deseables que se esperan de su aplicación. De esto resulta, primero, que solamente deben emprenderse las reformas que sean estrictamente necesarias; segundo, que por deseables que pareciesen, solamente podrá pensarse en imponer los cambios, en forma gradual y progresiva, si resulta probable que deban suscitar oposición violenta y numerosa; que, cuando sea posible, los cambios deseables deberían realizarse extendiendo a campos más amplios la aplicación de los procedimientos que ya aprueba la gente y que les son familiares."
El Fin y los Medios, pag. 54


"No debemos olvidar que las reformas pueden liberar a los hombres de un sistema de males, solamente para inducirlos en males de otra naturaleza. Sucede a menudo que las reformas tienen meramente el efecto de cambiar el curso de las tendencias individuales no deseables, desviándolas de un cauce a otro cauce. Se cierra el antiguo desagüe de una perversidad especial; pero un nuevo desagüe se abre. La perversidad no queda abolida; simplemente, se le suministra un nuevo sistema de oportunidades para que se manifieste."
El Fin y los Medios, pag. 25


"No es por medio de alimentos cutáneos, alisadores de asperezas y depiladores eléctricos, como se hermoseará la raza humana, como tampoco lo conseguirá haciéndose más saludable. Hombres y mujeres se embellecerán tan solo cuando la organización social conceda a cada uno de ellos una oportunidad de vivir completa y armoniosamente, cuando no se hallen cercados de incentivos y de tendencias hereditarias que los empujen a viciosas monomanías. En otras palabras, ni la totalidad de los hombres ni la de las mujeres será hermosa nunca. Tal vez a lo único que pueda llegarse es a que disminuya el número de los feos. Contentémonos, pues, con modestas esperanzas."
Música en la Noche (La industria de la belleza) , pag. 202


"La sociedad no podrá ser jamás grandemente mejorada hasta que la mayor parte de sus miembros resuelvan ser santos teocéntricos. Entretanto, los pocos santos teocéntricos que existan en cualquier momento dado, serán capaces, en cierta escasa medida, de calificar y mitigar las ponzoñas que la sociedad genera dentro de sí misma por sus actividades políticas y económicas. Según la frase del Evangelio, los santos teocéntricos son la sal que preserva al mundo social de derrumbarse en un irremediable decaimiento."
Eminencia Gris: Estudio sobre Religión y Política, pag. 356


Sobre la Violencia

"Como siempre, el principal resultado de la violencia es la necesidad de emplear mayor violencia."
El Fin y los Medios, pag. 43


"Cuanto más se prolongue la violencia, tanto más difícil les resulta, a aquellos que la han empleado, encontrar la forma de realizar actos compensatorios no violentos. Se crea una tradición de violencia y los hombres aceptan escalas de valores, de acuerdo con las cuales los actos de violencia se computan como hechos heroicos o virtuosos."
El Fin y los Medios, pag. 35


"La historia parece demostrar con toda claridad que cuando las revoluciones van acompañadas por más que pequeñas violencias, no se logran los resultados deseables que anticipaban los que las realizaron, sino más bien, algunos o todos los resultados realmente indeseables que fluyen del empleo de la violencia."
El Fin y los Medios, pag. 158


"Cuando las circunstancias históricas dadas suscitan tanta oposición como para que sea necesario recurrir a la violencia a fin de implantar una reforma social, acometerla resulta criminalmente temerario. Ya que son muchas las probabilidades de que no solamente fallen los buenos resultados que se anticiparon para toda reforma que necesite de la violencia para ser implantada, sino también de que las cosas se pongan peor de lo que estaban antes. (...) Más aun, los resultados de la violencia van siempre mucho más lejos que los sueños más disparatados de los que recurren a ella, muchas veces con buena intención."
El Fin y los Medios, pag. 36


" 'Cuanto mayor sea la violencia, tanto menor resultará la revolución.' Puede sacarse provecho meditando esta sentencia de Barthélemy de Ligt. Para que pueda considerarse que una revolución ha tenido éxito, ella debe significar la realización de algo nuevo. Pero la violencia y los resultados de la violencia -la contraviolencia, la suspicacia y el resentimiento por parte las víctimas, y la creación por parte de los que la perpetran de una tendencia a usar de violencias mayores- son cosas demasiado conocidas y demasiado desesperadamente antirrevolucionarias. Una revolución violenta sólo puede obtener los inevitables resultados de la violencia, que son tan viejos como el mundo."
El Fin y los Medios, pag. 33


"Cuando Maine de Biran contemplaba el futuro, veía desagradables visiones de insubordinación, revolución, anarquía y, finalmente, dictadura militar. Y vio con claridad, después de cada revuelta de violencia colectiva siempre resulta una más o menos prolongada disminución de la libertad individual."
Temas y Variaciones (Variaciones sobre un Filósofo), pag. 921

Sobre la Propaganda

"El boicot de las noticias deportivas y de las crónicas policiales, de las transmisiones de variedades y de jazz, de los films amorosos, de los estremecimientos y de la lujuria cinematográfica, constituye simultáneamente el boicot de las propagandas de carácter político, económico y ético."
El Fin y los Medios, pag. 232


"En ningún momento de la historia del mundo, la mentira organizada se ha practicado con menos vergüenza, o por lo menos, gracias a la tecnología moderna, más eficientemente o en una escala tan amplia, que por los dictados políticos y económicos de este siglo."
El Fin y los Medios, pag. 13


"Los principios en que se funda esta clase de propaganda son en extremo simples. Hállese algún deseo corriente, algún difundido temor o ansiedad inconsciente; imagínese algún modo de relacionar este deseo o miedo con el producto que se quiere vender; constrúyase un puente de símbolos verbales o pictóricos por el que el cliente pueda pasar del hecho a un sueño compensatorio y del sueño a la ilusión de que nuestro producto, una vez adquirido, convertirá el sueño en realidad."
Nueva visita a un Mundo Feliz, pag. 65


"La propaganda racional efectiva sólo es posible cuando hay una clara comprensión por parte de todos los interesados de la naturaleza de los símbolos y de sus relaciones con las cosas y los hechos simbolizados. La propaganda irracional depende para su eficacia de que haya una incomprensión general de la naturaleza de los símbolos. La gente sencilla tiende a igualar el símbolo con lo que el símbolo representa, a atribuir a las cosas y los hechos algunas de las cualidades que se expresan en las palabras con que el propagandista ha optado, para sus propios fines, por hablar de ellos."
Nueva visita a un Mundo Feliz, pag. 65


"La filosofía nos enseña a sentir incertidumbre ante las cosas que nos parecen evidentes. La propaganda, en cambio, nos enseña a aceptar como evidentes cosas sobre las cuales sería razonable suspender nuestro juicio o sentir dudas. (...) El propagandista demagógico debe, por tanto, ser consecuentemente dogmático. Todas sus declaraciones deben hacerse sin calificación alguna. No hay grises en su cuadro del mundo: todo es diabólicamente negro o celestialmente blanco. Como dijo Hitler, el propagandista debe adoptar 'una actitud sistemáticamente unilateral frente a cualquier problema que aborde'. Nunca debe admitir que tal vez esté equivocado o que las personas con una opinión distinta tal vez tengan parcialmente razón. No se debe discutir con los adversarios: hay que atacarlos, callarlos a gritos o, si molestan demasiado, liquidarlos. El intelectual moralmente remilgado, tal vez se escandalice de una cosa así. Pero las masas siempre están convencidas de que 'el derecho está de parte del agresor activo'."
Nueva visita a un Mundo Feliz, pag. 58


"En su propaganda, los dictadores de hoy confían principalmente en la repetición, la supresión y la racionalización: la repetición de las consignas que desean que sean aceptadas como verdades, la supresión de hechos que desean que sean ignorados y el fomento y la racionalización de las pasiones que puedan ser utilizadas en interés del Partido o del Estado."
Nueva visita a un Mundo Feliz, pag. 49


"En relación con la propaganda, los antiguos abogados de la instrucción universal y la prensa libre preveían únicamente dos posibilidades: la propaganda podía ser cierta o podía ser falsa. No previeron lo que en realidad ha sucedido, sobre todo en nuestras democracias capitalistas occidentales: el desarrollo de una vasta industria de comunicaciones en masa, interesada principalmente, no en lo cierto ni en lo falso, sino en lo irreal, en lo más o menos totalmente fuera de lugar. En pocas palabras, no tuvieron en cuenta el casi infinito apetito de distracciones que tiene el hombre."
Nueva visita a un Mundo Feliz, pag. 47


"A cargo de la publicidad, vemos al antidemocrático, por antirracional, señor Hyde o, mejor dicho, doctor Hyde, pues Hyde es actualmente doctor en psicología y tiene también un título universitario en ciencias sociales. (...) Pues este Hyde es un analista de motivaciones, un 'Motivation Analyst', y su misión es estudiar las debilidades y flaquezas humanas, investigar esos deseos y miedos inconscientes que determinan parte tan importante del pensar consciente y el obrar abierto de los hombres. Y hace esto, no con el espíritu moralista que trata de hacer mejor a la gente, o del médico que desearía mejorar la salud del paciente, sino simplemente con objeto de abusar de la ignorancia de los demás y explotar su falta de racionalidad en beneficio de quienes lo han contratado."
Nueva visita a un Mundo Feliz, pag. 62

Sobre la Religión

"Además de muchas otras cosas, la religión es un sistema educativo mediante el cual los seres humanos pueden adiestrarse, en primer lugar, para lograr transformaciones convenientes en su propia personalidad y al mismo tiempo en la sociedad, y en segundo lugar, para conseguir elevar el conocimiento consciente de si mismo, estableciendo de esta manera relaciones más adecuadas entre su propia personalidad y el universo de que forman parte."
El Fin y los Medios, pag. 243


"Vale la pena recordar que la orden benedictina debe su existencia a la aparente locura de un joven, que, en lugar de hacer lo que le correspondía, lo razonable, que era estudiar en las escuelas romanas y llegar a ser un administrador bajo los emperadores góticos, se aisló, y, durante tres años, vivió sólo en una cueva en las montañas. Cuando se hubo hecho 'un hombre de mucha oración', volvió, fundó monasterios y estableció una regla para llenar las necesidades de una orden que se perpetua a sí misma, de contemplativos que trabajaran intensamente. En los siglos siguientes, esta orden civilizó el Noroeste de Europa, implantó o restableció los mejores métodos agrícolas de su tiempo, proporcionó los únicos elementos de educación entonces disponibles y conservó y diseminó los tesoros de la literatura antigua. Durante generaciones, el benedictinismo fue el principal antídoto contra la barbarie. Europa tiene una incalculable deuda con ese joven que, porque estaba más interesado en conocer a Dios que vivir y aun 'hacer el bien' en el mundo, abandonó Roma por esa madriguera, en la ladera de la colina sobre Subiaco."
Eminencia Gris: Estudio sobre Religión y Política, pag. 362


"Puede existir o no un Reino de los Cielos en la otra vida, pero lo que sí existe con toda certeza, como repitió Jesucristo, es un Reino de los Cielos dentro de nosotros, al que nos es posible llegar en el curso de la vida. La salvación, dentro de este reino interior, consiste en un cierto sentimiento de la rectitud personal, en una colmada y profundamente apacible conciencia de estar 'en regla'."
Música en la Noche (Sobre la Gracia) , pag. 87


"Desde el punto de vista humano, las prácticas religiosas son ponderables, en tanto que proporcionan métodos que los hombres puedan utilizar para transformar su carácter y para extender su conocimiento. "
El Fin y los Medios, pag. 250


"Buda señaló que el ritualismo es uno de los diez grillos que mantienen a los hombres encadenados a sus ilusiones y que les impiden alcanzar el esclarecimiento. Sin embargo, tomando en consideración el hecho de que la mayor parte de las personas no han de querer lograr el esclarecimiento, o dicho de otro modo, no han de querer desarrollar su personalidad hasta alcanzar los límites de la capacidad humana, puede alegarse algo a favor del ritualismo. El apego a las ceremonias tradicionales y la fe en la eficacia mágica de los ritos puede resultar un impedimento para que los hombres alcancen el esclarecimiento; pero, por otra parte, puede también que ayude a aquellos que no tienen ni deseos ni condiciones para alcanzarlo a conducirse mejor de lo que de otra manera se conducirían."
El Fin y los Medios, pag. 244


"Es un hecho realmente significativo que virtualmente no hayan existido persecuciones en la India antes de la llegada de los mahometanos. (...) los hindúes y los budistas vivían unos al lado de los otros sin dar ninguna señal de violencia. Cada parte intentaba la conversión de la otra; pero los procedimientos que utilizaban eran los de la persuasión y de la argumentación y no los de la fuerza. Ni el hinduismo, ni el budismo, se han mancillado con nada que se parezca a la Inquisición; ni jamás se hicieron responsables de iniquidades tales como las cruzadas contra los albigenses, ni de locuras criminales como las Guerras Religiosas de los siglos XVI y XVII."
El Fin y los Medios, pag. 264


"[Buda] No quería hacer afirmaciones acerca de la naturaleza de la realidad última porque no le parecía que la serie correspondiente de experimentaciones místicas admitiría una interpretación teológica. Las experimentaciones místicas, creía, proporcionaban una respuesta suficiente a preguntas psicológicas como ¿qué es la liberación? o ¿qué es iluminación? No proporcionaban, en su opinión, respuesta suficiente a las preguntas ¿qué es brahmán? o ¿qué es Dios?"
Eminencia Gris: Estudio sobre Religión y Política, pag. 75

Sobre la Producción en masa

"En un mundo de producción en masa y distribución en masa, el Hombre Modesto, con su insuficiente capital, está en seria desventaja. En la competencia con el Hombre Poderoso, pierde su dinero y finalmente su misma existencia como productor independiente: el Hombre Poderoso se lo ha tragado. A medida que los Hombres Modestos desaparecen, un número de hombres cada vez más reducido maneja un poder económico cada vez mayor. Bajo una dictadura, la Gran Empresa, hecha posible por el avance de la tecnología y la consiguiente ruina de la Pequeña Empresa, suele ser gobernada por el Estado, es decir, por un reducido grupo de jefes de partido y los soldados, policías y los funcionarios públicos que cumplen sus órdenes. En una democracia capitalista, como la de los Estados Unidos, suele ser gobernada por lo que el profesor C. Wright Mills ha llamado la Élite del Poder. Esta Élite del Poder procura directamente ocupación en sus fábricas, oficinas y comercios a varios millones de los trabajadores del país, domina a muchos millones más prestándoles dinero para la compra de lo que ella produce y, como dueña de los medios de comunicación en masa, influye en el pensar, el sentir y el obrar de virtualmente todo el mundo. Parodiando la frase de Wiston Churchill, podríamos decir que nunca tantos han sido tan manipulados por tan pocos. Estamos realmente muy lejos del ideal de Jefferson de una sociedad genuinamente libre compuesta de una jerarquía de unidades autónomas: 'las repúblicas elementales de los barrios o poblados, las repúblicas de condado, las repúblicas estatales y la República de la Unión, formando un escalonamiento de autoridades'. "
Nueva visita a un Mundo Feliz, pag. 28


"No podemos librarnos de las máquinas, por la sencilla razón de que el proceso de la liberación nos forzaría a librarnos de esa mitad de la raza humana cuya existencia en el planeta sólo es posible debido a la existencia de las máquinas. (...) la producción mecánica no puede abolirse; está definitivamente establecida. La cuestión estriba en saber si está establecida para que sea un instrumento de esclavitud o un medio de liberación. Un interrogante análogo se plantea con respecto a la riqueza que crea la producción mecánica. ¿Debe distribuirse esa riqueza de manera que asegure el máximo o el mínimo de injusticia?"
El Fin y los Medios, pag. 172


"Merced al auge del maquinismo, la producción sobrepasa al consumo. La primera condición de nuestra producción industrial es organizar el despilfarro por parte de los consumidores. Cuanto antes deseche el consumidor el objeto que haya adquirido y vaya en busca de otro, será mucho mejor para el que los produce. Al propio tiempo, como es natural, el productor tiene que esforzarse en no producir sino artículos que sean lo más perecederos posible."
Música en la Noche (Esnobismos selectos), pag. 171


"Si por algún milagro, los sueños de los educacionistas se hubieran realizado y la mayoría de los seres humanos empezaran a interesarse exclusivamente por las cosas del espíritu, todo el sistema industrial se paralizaría de súbito. Dado el maquinismo moderno, no puede existir una prosperidad industrial sin que la producción se realice a gran escala. Pero esta última resulta imposible, a su vez, si el consumo no se realiza, del mismo modo en gran escala también. El consumo varía universalmente en relación a la intensidad de la vida mental. Un hombre que se halle interesado de manera exclusiva por las cosas del espíritu, será completamente feliz, de acuerdo con la frase de Pascal, permaneciendo sin moverse de su cuarto. Un hombre que carezca de este interés por las cosas del espíritu, sentirá un hastío de muerte si se ve obligado a estarse quieto en una habitación. Careciendo de pensamientos con los que distraerse, necesita adquirir aquellas cosas que pueden ocupar su puesto; incapaz de viajar mentalmente, necesita ir de un lado a otro por la realidad. En una palabra, constituye el consumidor ideal, el consumidor en gran escala de los productos y los transportes."
Música en la Noche (El esnobismo de la estupidez y la ignorancia), pag. 156


"La única clase de esnobismo, en cambio, permitida al adorador de la nueva divinidad es el esnobismo de la posesión de bienes materiales. El dios de la Industria provee de objetos a sus adoradores y no puede existir sino a condición de que sus dones sean aceptados con gratitud. A los ojos de un industriólatra la primera obligación del hombre es la de coleccionar la mayor cantidad de objetos que sea posible. (...) El santo del nuevo orden de cosas tiene que odiar, irremisiblemente, la historia. Y no sólo a ésta, sino que, procediendo en buena lógica, odiará del mismo modo a la literatura, la filosofía, las ciencias puras, las artes y cualquier otro orden de actividades mentales que desvíen a la humanidad de una preocupación adquisitiva con relación a los objetos."
Música en la Noche (Sobre los atractivos de la historia y el futuro del pasado), pag. 119

Sobre el Progreso

"El progreso tecnológico ha reducido el número de los contactos físicos y ha empobrecido las relaciones espirituales que se mantenían entre los miembros de una comunidad."
(...) La vida en una gran ciudad es atomística. ¿Cómo sería posible llegar a conferirle cierto carácter comunal? ¿Cómo incorporar los individuos a grupos autónomos responsables?"
El Fin y los Medios, pag. 90


"Toda colectividad (...) puede prever las consecuencias sociales probables de un adelanto tecnológico determinado, muchos años antes de que efectivamente se difunda. Hasta ahora, las transformaciones sociales originadas por los progresos tecnológicos han tomado de sorpresa a las colectividades, pero no porque se hayan puesto en evidencia repentinamente, sino porque ninguna persona autorizada se tomó jamás la molestia de meditar con respecto a cuáles serían las transformaciones probables, o a cuales serían los métodos más apropiados para prevenir los males evitables que pudiesen originar."
El Fin y los Medios, pag. 61


"Este es el mundo en el que nos encontramos: un mundo que, si se juzgase a partir del único criterio aceptable de progreso, se encuentra en regresión manifiesta. El adelanto tecnológico es rápido. Pero sin progreso en caridad, el adelanto tecnológico es inútil. En realidad es peor que si fuera inútil. El adelanto tecnológico nos ha suministrado medios más eficaces para retroceder."
El Fin y los Medios, pag. 14


"'El progreso verdadero' si nos atenemos a las palabras del Dr. R. R. Marett, 'es el progreso en caridad, siendo menos importantes que éste, todos los demás adelantos'."
El Fin y los Medios, pag. 12


"'La perfección de las máquinas - dicen los profetas - nos traerá un incremento en la liberación del trabajo, con lo que se obtendrá un mayor desarrollo de la felicidad.' Pero el descanso también está sujeto a la ley de disminución en la utilidad. Más allá de cierto límite, un aminoramiento del trabajo trae consigo una disminución de la felicidad."
Música en la Noche (Notas sobre la libertad), pag. 110


"El progreso es otra de las grandes ideas contemporáneas. Gran parte de las ambiciones personales, de la rapacidad y codicia de poder se encuentra santificada y, al propio tiempo, convertida en activamente eficaz por esta idea. En la idea del progreso unida con mucha frecuencia la humanitaria idea del bienestar de todos y del servicio social, es en la que los hombres de negocios del día encuentran las excusas de su actividad. ¿Por qué trabajan con tanto ahínco? ¿Por qué luchan tan rudamente contra sus rivales? "Para obtener el poder y enriquecerse" dirá el cínico realista. 'Nada de eso - responde indignado el industrial -, trabajo y lucho por el progreso, por la prosperidad, por la sociedad'."
Música en la Noche (Creencias y acciones), pag. 99


"Mas en un mundo de técnica avanzada, la actividad tiende a convertirse en fin para alcanzar el cual son medio los hombres y las mujeres. La máquina establece un standard subhumano inasequible; y se espera que tanto las organizaciones como los individuos se conformen con este standard. El no alcanzarlo se castiga. Bajo exenciones democráticas el castigo es relativamente suave, y consiste en ser relegado a la clase de los inhábiles o aun a la de los inempleables. Bajo la moderna dictadura totalitaria -régimen dedicado a la prosecución de la eficiencia militar- la ineficacia recibe una absolución más corta."
Temas y Variaciones (Variaciones sobre un Filósofo), pag. 922


Sobre el Poder y la Ambición

"La codicia del poder y la avaricia son vicios que por estar totalmente disociados del cuerpo, pueden manifestarse en formas desorientadoras y múltiples, y con una energía tal, que las inmuniza contra la saciedad que a veces logra interrumpir los sometimientos físicos. Las permutaciones y las combinaciones de la lujuria o de la gula, son estrictamente limitadas, y sus manifestaciones resultan tan discontinuas como las de los apetitos físicos. Son cosa muy distinta, la codicia del poder y la codicia de poseer. Estos son anhelos espirituales, y por ello resultan irremisiblemente separativos y malignos; no dependen del cuerpo, y por ello pueden asumir casi cualquier aspecto. En el orden y en las circunstancias actuales, la moralidad popular no condena la codicia del poder, ni los anhelos de preeminencia social. (...) En otras palabras, la ambición y la molicie, dos vicios que están ligados entre sí, se les exhiben como si fuesen virtudes. No puede haber mejoramiento en este mundo mientras no se convenza la gente de que el ambicioso que codicia el poder es tan repugnante como el glotón o el avaro; (...) y que en el plano de lo humano, son un sometimiento tan sórdido como puede serlo cualquier sometimiento físico, la bebida, o la perversión sexual.
Los vicios humanos o espirituales son los que resultan más nocivos y más difíciles de resistir. (...) Más aún, su naturaleza espiritual hace que en algunas de sus manifestaciones sea difícil distinguirlos de las virtudes. Esta dificultad se agranda especialmente cuando el poder, la riqueza o la situación social se hacen pasar como si fuesen medios para lograr fines deseables. (En la narración de la tentación en el desierto, Satanás intenta, precisamente, confundir de esta manera el fin moral.) Pero los buenos fines, es decir, el mayor estado de unificación posible, sólo pueden conseguirse mediante el bien, es decir, por procedimientos intrínsecamente unificadores. (...) La codicia del poder es esencialmente separativa; en consecuencia, no será consintiendo en esta codicia que los hombres puedan llegar a lograr los buenos resultados a que todos dicen aspirar."
El Fin y los Medios, pag. 340


"La ambición podrá ser suprimida, pero no podrá suprimirla ninguna clase de instrumento legal. Para que pueda extirpársela, debe extirpársela en su misma fuente, por medio de la educación, en el más amplio sentido de la palabra. En nuestras sociedades los hombres son paranoicamente ambiciosos, porque la ambición paranoica se admira como una virtud, y los trepadores que alcanzan el éxito son adorados como si fueran dioses. Se han escrito más libros sobre Napoleón que respecto a cualquier otro ser humano. El hecho es profunda y alarmantemente significativo. (...) Los Duces y los Fuehrers dejaran de ser una plaga para el mundo solamente cuando la mayoría de sus habitantes consideren a tales aventureros en el mismo plano en que ahora colocan a los estafadores y a los alcahuetes. Mientras los hombres veneren a los Césares y los Napoleones, los Césares y Napoleones aparecerán con razón, y los harán desgraciados.(...) Mientras tanto, tendremos que contentarnos, simplemente, con disponer obstáculos legales y administrativos en el camino de los ambiciosos. Es muchísimo mejor que no hacer nada; pero no podrán ser nunca totalmente efectivos."
El Fin y los Medios, pag. 100


"Los gobernantes están generalmente movidos por el amor del poder; a veces, ocasionalmente, por un sentimiento de deber social; más a menudo, y asombra que así sea, por las dos razones a la vez.(...) La mayor parte de los gobernados aceptan, con tranquilidad, su posición de subordinados y hasta la opresión efectiva y la injusticia.
(...) La paciencia demostrada por el hombre medio es el hecho tal vez más sorprendente y más importante de la historia. La mayor parte de los hombres y de las mujeres están listos a tolerar lo intolerable.
(...) Los gobernados obedecen a sus gobernantes, además de por todas las demás razones, porque dan por verdadero determinado sistema metafísico o teológico que les enseña que el Estado debe ser obedecido y es intrínsecamente digno de obediencia."
El Fin y los Medios, pag. 65


"Es posible organizar de tal manera una sociedad que ni siquiera pueda manifestarse fácilmente en ella una tendencia tan fundamental como la codicia del poder. Entre los indios Zuñis, por ejemplo, los individuos no tienen oportunidad de ser inducidos en tentaciones como las que incitan a los hombres de nuestra civilización a trabajar por la obtención de fama, riqueza, posición social o poder. Nosotros siempre veneramos el éxito."
El Fin y los Medios, pag. 27


"Retrospectivamente, hombres como Richelieu, Luis XIV y Napoleón son más admirados por la breve gloria que lograron, que odiados por las duraderas miserias que fueron el precio de dicha gloria."
Eminencia Gris: Estudio sobre Religión y Política, pag. 339


"Y mientras la ambición personal está considerada por todos los moralistas como indeseable, sólo los más avanzados teocéntricos han percibido lo pernicioso de la ambición vicaria por una secta, nación o persona. A la inmensa mayoría de la humanidad, tal ambición le parece enteramente loable. Esto es lo que la hace tan peculiarmente peligrosa en los hombres de buena voluntad, aun en los aspirantes a la santidad, tales como nuestro capuchino."
Eminencia Gris: Estudio sobre Religión y Política, pag. 196


"Muchos historiadores, sociólogos y psicólogos han escrito largo y tendido y con honda preocupación acerca del precio que el hombre occidental ha tenido que pagar y tendrá que seguir pagando por el progreso tecnológico. Señalan, por ejemplo, que la democracia difícilmente puede florecer en sociedades donde el poder político y económico se concentra y centraliza progresivamente. Y he aquí que el progreso de la tecnología ha llevado y sigue llevando todavía a esa concentración y centralización del poder."
Nueva visita a un Mundo Feliz, pag. 27


"La naturaleza del poder es tal que hasta aquellos que no lo han buscado, sino que han tenido necesariamente que aceptarlo, se sienten inclinados a aumentarlo más y más."
Nueva visita a un Mundo Feliz, pag. 19


Sobre Pacifismo

"Los únicos procedimientos de que puede valerse un pueblo para protegerse a si mismo, contra la tiranía de gobernantes que cuenten con fuerzas modernas de policía, son los procedimientos no violentos, como la no cooperación en masa y la desobediencia civil.
(...) Confrontado con grandes masas decididas a no cooperar, e igualmente decididas a no emplear la violencia, el más cruel de los dictadores resulta confundido."
El Fin y los Medios, pag. 169


"Una de las principales funciones de las asociaciones modernas de individuos consagrados, tendrá que ser la de cultivar sistemáticamente el comportamiento no violento en todas las relaciones comunes de la vida diaria: las relaciones personales, las relaciones económicas, las relaciones de las colectividades o de los grupos entre sí, y la de éstos con sus gobiernos. Los procedimientos mediante los cuales las comunidades y los miembros que las constituyen pueden afianzar su comportamiento no violento, son esencialmente los mismos que deben emplear todos los reformadores. La estructura social de la comunidad puede disponerse de tal modo, que los individuos no se vean tentados a pretender el poder, a atropellar a los demás, a hacerse rapaces; y al mismo tiempo puede llevarse un ataque directo a las fuentes de la voluntad individual; dicho de otro modo, puede enseñarse al individuo y enseñársele a enseñarse a sí mismo, a contener sus tendencias a la rapacidad, a la fanfarronería, al afán de dominación y a otras cosas parecidas.
(...) El que pretenda ser miembro de nuestra hipotética asociación debe ser capaz de encontrarse frente a la violencia sin responder violentamente y sin asustarse ni quejarse; y debe ser capaz de hacerlo, no sólo en los momentos de entusiasmo, sino también en sangre fría y cuando no media el apoyo emotivo que proporcionan los amigos y los simpatizantes.
(...) Tan difícil es, que resulta prácticamente imposible, a no ser para los que se han sometido, con ese objeto, a un adiestramiento sistemático.
(...) Los individuos adiestrados tendrán que realizar dos funciones principales: Primero, tendrán por misión mantener la vida de la asociación en un nivel más elevado que el que le corresponde a la sociedad en que vivan; mostrándole así a esa sociedad un modelo en funcionamiento de un tipo de organización social superior. Segundo, tendrán que 'andar en el mundo', donde sus condiciones y su adiestramiento pueden ser útiles para mitigar la violencia cuando hubiese estallado, y para organizar la resistencia no violenta a la opresión interna, y contra la preparación bélica y la guerra."
El Fin y los Medios, pag. 163


"Se considera tan frecuentemente que la no violencia es un recurso poco práctico, o un procedimiento que sólo pueden emplear hombres y mujeres excepcionales, que resulta indispensable que demostremos, primero, que aun cuando se emplea esporádicamente y sin sistematización (como ha sido el caso hasta ahora), el procedimiento obra efectivamente; y segundo, que puede ser empleado hasta por gente perfectamente común y ocasionalmente hasta por seres que desde el punto de vista de su capacidad profesional son subhumanos, como los reyes, los políticos, los diplomáticos y otros representantes de los grupos nacionales. (Durante las horas que no dediquen a sus funciones, estos seres, subhumanos desde el punto de vista moral, pueden llevar una vida conforme con las reglas morales más estrictas.)"
El Fin y los Medios, pag. 163


"En India se han registrado muchos éxitos importantes, y se ha demostrado que es posible preparar cantidades enormes de hombres y mujeres, para que respondan al trato más brutal con valor sereno y con una ecuanimidad que impresiona profundamente a los perseguidores, a los espectadores más próximos y, mediante la prensa, a la opinión pública del mundo entero. "
El Fin y los Medios, pag. 159


"La no violencia es una consecuencia práctica de la creencia en la unidad fundamental de los seres. Pero dejando totalmente de la doble validez de su base filosófica, la no violencia puede demostrar todo su valor, pragmáticamente, funcionando. Todos hemos tenido oportunidades para observar y experimentar como actúa en la vida privada. Hemos comprobado todos como la cólera proporciona alimento a la cólera y como se la desarma con suavidad y con paciencia. Todos hemos sabido alguna vez lo que es transformar nuestra mezquindad en magnanimidad ante la magnanimidad ajena; lo que es sentir como se funden nuestras antipatías ante un acto de consideración; lo que es experimentar como se transforma en solicitud nuestra frialdad y nuestra aspereza ante un ejemplo de desinterés ajeno. El empleo de la violencia siempre va acompañado por la cólera, el odio y el temor, o por el regocijo malicioso o la crueldad consciente. Los que quieren practicar la no violencia tienen que aprender a adquirir el dominio de si mismos; tienen que aprender a tener tanto valor moral como valor físico; deben oponer a la cólera y la malicia una firme buena voluntad y una determinación paciente de comprender y de simpatizar."
El Fin y los Medios, pag. 154


"Los mecanismos para las transformaciones pacíficas están listos y esperando; pero nadie hace uso de ellos porque nadie quiere hacerlo. Hacia donde miremos, encontraremos que los verdaderos obstáculos para la paz son la voluntad y los sentimientos de los hombres, las convicciones humanas, los prejuicios y las opiniones. Si queremos librarnos de las guerras, tendremos antes que librarnos de todas sus causas psicológicas.
(...) Es necesario transformar la sociedad militarista en otra sociedad que aspire a la paz, y que demuestre la intrínseca verdad de sus deseos, siguiendo solamente aquellas políticas que sean capaces de crear la paz."
El Fin y los Medios, pag. 134

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Según Platón, el conocimiento es un subconjunto de lo que forma parte a la vez de la verdad y de la creencia.
Integral Philosopher Michel Bauwens "Vision"