domingo, 31 de enero de 2016

Nuestro verdadero centro: el ombligo

Desde hace miles de años los orientales conocen la importancia de este centro: el ombligo, esa cicatriz que queda después de cortar el cordón umbilical, que nos recuerda de dónde venimos, que nos remite a la no preocupación de alimento y abrigo porque todo nos era dado en la matriz de nuestra madre a través de él.
El ombligo juega un papel fundamental en nuestro cuerpo porque durante la concepción es aquí donde se forma su primera célula y cada parte de él se desarrolla en espiral alrededor de esta primera célula.


Cuando perdemos la conciencia de nuestro verdadero centro y nos instalamos en el cerebro y en la razón, nos volvemos racionales y nos olvidamos de la gran sabiduría que reside en nuestras entrañas.
Según la medicina oriental, dos dedos por debajo del ombligo "hacia adentro" se halla un importante centro energético: para los japoneses es el Hara, para los chinos es el Tan Tien.
Los antiguos taoístas chinos descubrieron que el área detrás del ombligo es el centro energético más crucial y potente del cuerpo. Cualquier molestia o bloqueo en esta zona obstaculiza el libre flujo de la energía vital.
Esta zona representa el centro de gravedad del cuerpo y tiene relación con la confianza en uno mismo. Si el Hara está fuerte, la persona no tiene miedos, es creativa y psicológicamente centrada. Si hay un bloqueo, predominan las emociones como el miedo, la ira y la inseguridad.
Los orientales designan al vientre y a lo que allí reside como la conciencia profunda del ser. El verdadero centro no es el pecho, el corazón o la cabeza sino el vientre.

¿Cómo está nuestro centro?

Siéntate recto, relaja tu postura así que el abdomen este blando. Pon la punta del dedo medio en tu ombligo y, delicadamente y despacito, aprieta hacia adentro. Controla cuánto puedes confortablemente entrar en tu barriga y si el dedo puede penetrar hasta la parte frontal de la columna sin dolor, estás limpio y libre de residuos físicos de antiguas emociones.
Una de las primeras cosas que debemos atender es re-aprender a respirar con el abdomen como hacen los bebés. Una buena técnica de respiración es la siguiente: inhalar profundamente de manera que nuestro estómago se distienda, llevar la respiración hacia abajo, hacia el Hara, donde reside la esencia del "ser" (ombligo). Retenemos por unos cuatro segundos y exhalamos por la boca hasta que nuestro estómago baje… Repetimos este tipo de respiración diez veces… Ahí está nuestra paz y seguridad.

¿Cómo despertar al ombligo?

El ombligo está conectado directamente con cualquier otra parte del cuerpo y trabajando sobre él se puede afectar el cuerpo entero.
Los taoístas entrenan esta zona del bajo vientre para que cumpla con las funciones de "un segundo cerebro". Lo llaman también "campo del elixir", como modo de describir las oleadas de energía que se despiertan al trabajarlo.
Un buen ejercicio consiste en mantener los pies y el perineo conectados hacia la tierra, las rodillas flexionadas, la columna vertebral alineada y recta, los hombros bajos y relajados y la cúspide la cabeza colgando como de un hilo, desde el cielo. Luego, la respiración y la atención deberán concentrarse en la zona del ombligo y del bajo vientre.


Otro modo de despertar el Hara es la práctica de auto masajes.
Uno es el Chi Nei Tsang: a través de un suave y directo auto-masaje sobre todo el abdomen y dando vueltas con nuestro dedo pulgar alrededor del ombligo en sentido antihorario, nos permitirá liberarnos de tensiones físicas, mentales, emocionales y espirituales.
  
Otro tipo de masaje similar es el zen-shiatsu, en el cual también se hace presión y auto masaje sobre el abdomen para distinguir el buen o mal funcionamiento de los órganos. La intuición nos dirá en dónde está el problema.
  
Con estas técnicas integrales que pueden ser auto aplicadas, lograremos el bienestar y la conexión correcta entre todos los aspectos:
 Emocional: ya que relaja los órganos de las tensiones acumuladas y los libera de las emociones negativas que los están cargando. Todas las emociones de nuestra vida que no hemos procesado se almacenan un nuestros sistemas y órganos internos a la espera de ser tratadas. La escasa "digestión" emocional es una causa importante de falta de salud.
 Físico: porque desintoxica el cuerpo, liberándolo de cualquier exceso de estancamiento. Mejora así la eliminación de toxinas y estimula los sistemas linfático, circulatorio, esquelético, además de fortalecer el sistema inmunitario y la resistencia a las enfermedades.
Auto-conocimiento: nos enseña y nos lleva al conocimiento de nosotros mismos, nos conecta con el universo, nos hace más espirituales, nos tranquiliza, nos hace sentirnos seguros y confiados.

Para poder acceder y llegar al centro será necesario un entrenamiento cotidiano. Puede ser la práctica de tai-chi, aikido, yoga, etc., lo cual conducirán a la propia búsqueda de la resolución de los conflictos.

En el pensamiento occidental, la globalización, el materialismo parece agotarse la necesidad de auto analizarse, de conectarse con la naturaleza; dejamos de lado la espiritualidad, hacemos a un lado nuestra esencia… vayamos pues a nuestro campo de nostalgia, a nuestro verdadero ser, a nuestra energía del poder espiritual… al cultivo del ombligo.

sábado, 30 de enero de 2016

Tercer Chakra: la voluntad del guerrero espiritual

El tercer chakra, el Chakra Manipura es el centro de la energía, del poder de la voluntad, del sentido de control y coordinación. Está asociado con la región que rodea el ombligo. Es alimentado por el fuego del plexo solar y se asocia con las glándulas suprarrenales y los riñones. Está regido por el elemento fuego. Coordina y desarrolla el sentido de la vista. Es el más sutil de los tres primeros chakras, que conforman el triángulo inferior. Es la fuerza que te impulsa a actuar y completar la conceptualización, las visualizaciones que tienes en la vida.


El centro del ombligo es nuestro principio. Es el primer punto a través del cual un ser humano recibe alimento y energía para vivir como feto en el vientre de su madre. Una vez que termina la conexión física con la madre, el centro del ombligo continúa su función en un plano más sutil: es el área que recolecta la energía del cosmos. Al caminar y alternar el movimiento de piernas y brazos, ejerces una función del cuerpo y de los vellos del cuerpo que acumula energía en el punto del ombligo.
La estimulación para fortalecer el punto del ombligo, porque ahí se inicia la energía, y para distribuirla, es parte central de las "posturas", de los "ejercicios" y de los "movimientos" de muchas practicas trascendentales. Hay numerosos ejemplos de estos ejercicios:
Las posturas de Hatha Yoga, llamadas asanas, son ejercicios de yoga que unen el cuerpo con la mente y a estos dos con la energía.
El Kinam de los Toltecas o la actitud del equilibrio.
Los movimientos armónicos del Tai Chi Chuan incrementan, equilibran y redistribuyen la energía.
Los ejercicios de Chi kung o trabajo con la energía en los que se potencia el desarrollo y control de esta, entendiendo por energía el aliento vital que anima a todos los seres vivos y que atraviesa todas las formas de la materia, tanto de la orgánica como de la inorgánica.
Los Pases Magicos desarrollados por chamanes indios están basados en la premisa de que al devolver la energía a nuestros cuerpos físicos, se despierta nuestro vínculo con la fuerza vital que nos sostiene.
La meditación dinámica del Zen consiste en realizar cuatro familias de ejercicios: automasaje Zen, estiramiento y movilización de articulaciones, Nan So Ho (ejercicio de visualización), y ejercicios respiratorios, para obtener una mejor energía física, emocional, mental y espiritual.
En la Marcha de Poder se trabaja integralmente los planos Físico, Emocional, Mental, y Energético en conexión con la naturaleza. Con la intención de armonizar, potenciar y canalizar adecuadamente su interacción para conseguir los propósitos buscados.

Arquetipos del tercer chakra

Mientras que los primeros chakras tenían que ver con nuestras relaciones hacia los demás, el tercer chakra tiene relación con nuestra autoestima y nuestro poder personal. Sus arquetipos son el Guerrero Espiritual y el Esclavo del Trabajo.
  • El poder del Guerrero Espiritual está en la fuerza interior, atemperada por la creencia de que la guía de sus actos está dada por un Ser Superior. Esta fuerza aparece con mayor intensidad cuando se enfrenta a desafíos difíciles de sortear.
  • El Esclavo del Trabajo depende del reconocimiento y de la aprobación de los demás, ya que ve en los otros las capacidades y el poder que desearía tener, sin ser consciente de que él también los posee. Algunos Esclavos del Trabajo tienen un Guerrero Espiritual esperando el momento de hacerse notar.

La persona que ha logrado la maestría sobre el tercer chakra sabe iniciar y completar una acción. Por eso está asociado con el arquetipo del guerrero espiritual, aquél que sabe su misión, emite la energía, actúa y la lleva a cabo.

Un guerrero espiritual es consciente, aunque no necesariamente conoce el propósito completo de una acción en particular o de una batalla. Un guerrero espiritual sabe servir al Poder que rige su destino, actuar en relación con su conciencia más elevada, aunque no necesariamente haya despertado la energía de los chakras superiores en el corazón, el entrecejo y la coronilla (el amor, la intuición, la plenitud). La esencia de un guerrero espiritual es que no tiene miedo y puede actuar con integridad en cualquier circunstancia.

Una persona con el tercer chakra fuerte tendrá la sensación de que su vida y la calidad de su vida dependen de lo que haga y lo hace; puede dar forma, dirigir y desarrollar lo que sucede en su vida. Siente una confianza profunda. El elemento fuego asociado con el chakra representa la voluntad de iniciar.

 OTROS ENLACES EN LA RED

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(Nota: existe una amplia polémica entorno a Frank Diaz, sin embargo dejare discernir a los lectores del Blog si la información recogida en este libro le es útil o no)

 

martes, 31 de diciembre de 2013

La promesa de cada Año Nuevo

Año tras año, ciclo tras ciclo se nos ofrece la ancestral y primigenia oportunidad de atravesar "el umbral", una instancia para morir un poco y renacer, para agradecer y dejar algo atrás, para celebrar y recibir con renovadas energías un nuevo ciclo vital. Está en nosotros aprovecharla recreando el significado de estas fiestas o dejarnos llevar por la estridente corriente del aturdimiento y la diversión superficial.

Felices "Todos y cada día" del nuevo ciclo.

sábado, 28 de diciembre de 2013

El Poder Curativo de las Crisis

"A tus ojos cansados traigo una visión de un mundo diferente, tan nuevo, limpio y fresco, que olvidarás el dolor y las penas que viste hasta ahora. Pero habrás de compartir esta visión con cualquiera que te encuentres, pues en otro caso no podrás mantenerla. Dar este regalo es la manera de hacerlo tuyo. "

Las crisis, sean personales, espirituales o circunstanciales (socio-economicas)  pueden ser la experiencia más traumática y horrible que tengamos que vivir, pero aún así nos toca vivirla, por qué quizas, a lo mejor les damos la vuelta. Ya que hay que vivirlas de todas formas, por qué no verlas como una experiencia que nos brinda la oportunidad de corregir actitudes: la tacañería emocional hacia nosotros mismos y hacia los que nos rodean, las creencias sobre el amor y el miedo que ya no nos sirven, la falta de valoración de nuestras propias capacidades y talentos y por ende la poca o nula explotación de ellos, los rencores acumulados en el alma que no nos dejan tomar lo mejor de la vida, nuestra escala de valores y por supuesto las metas personales. Sin dudas que ciertas actitudes preconcebidas constituyen el principal freno a nuestro desarrollo personal. Lo peor de todo es que aún pareciendo algunas de ellas favorables, resultan incluso auto destructivas. Son como lastres que hay que echar por la borda de nuestras mentes ahora mismo. Identifiquemos algunas de las más comunes.

1. Todo lo que hago debería ser aprobado por lo demás. Si bien la opinión de los demás debe importarnos, no podemos condicionar nuestro accionar a ellas.

2. No puedo controlar mis sentimientos. Sin dudas hay sentimientos muy arraigados y respuestas emocionales ya condicionadas. Pero con un poco de paciencia y  concentración, podrás modificarlas en gran medida.

3. La felicidad llega sola. Hay que desarrollar las actitudes y estados mentales que la facilitan. La gente es más feliz cuando es activa y está enrolada profundamente en actividades que considera relevantes.

4. Necesito de alguien fuerte a mi lado que me cuide. Cualquiera deberían confiar en sus habilidades personales y al menos intentar enfrentar por si mismos las dificultades de la vida.

5. No debo perdonarme ciertas cosas. Seguro que logras sacar las conclusiones y experiencias pertinentes y utilizarlas para evitar errores parecidos en el futuro.

6. Hay situaciones que me afectarán por toda la vida. La mente es un poderoso instrumento capaz de superar cualquier adversidad. Se trata de saber reconocerlas, aceptarlas y sencillamente dejarlas detrás. Tu futuro te pertenece por completo a ti mismo.

7. No soporto que las cosas no salgan como quiero. Una mirada optimista de la vida no puede llevarte al absurdo de pensar que eres perfecto, pues nunca lo serás. Si algo no sale como debería, busca las causas y trabaja seriamente sobre ellas, pero tendrás que habituarte y soportar, que no todo  tiene porque salir a pedir de boca.

8. Siempre estaré preocupado por lo malo que pueda pasar. La palabra de marras puede dividirse de esta forma: pre-ocupado. Así tendrás claro que sacando el prefijo “pre” de la fórmula, te quedarás con el estado que debiera embargarte en todo momento: ocupado con el presente.

9. Mi infelicidad depende de factores externos, sobre los que no puedo hacer nada. Es cierto que no podemos cambiar el curso de ciertos acontecimientos, pues no está en nuestras manos. Pero también es verdad que ninguna circunstancia debería afectar nuestra capacidad infinita de sobreponernos a cualquier adversidad.

10. Es más fácil rehuir de los problemas que enfrentarse a ellos. De esta forma jamás podrás superarlos. No hay otra manera de solventar un obstáculo que identificarlo adecuadamente para enseguida hacerle frente con todo nuestro arsenal de inteligencia, fuerza y flexibilidad.
Jose Solano
"Las diez actitudes erróneas más comunes en la vida"

Quienes ven en las crisis solamente problemas, se olvidan de que también pueden ser el momento más propicio para plantearse un modelo vivencial alternativo al anterior. Las crisis pueden vivirse como una derrota o como una oportunidad para cambiar y mejorar. En el primer caso, el sentimiento de derrota nos conduce al pesimismo, a la inacción y a prolongar la situación de malestar. En cambio, si sabemos vivir las crisis como oportunidades para mejorar, esta actitud positiva nos genera fuerzas que nos llevan a actuar y a salir bien parados de la situación. Dado que las crisis también nos pueden conducir a una situación mejor, es necesario que nos planteemos tres preguntas:
¿Cuáles han sido sus causas?
¿Qué podemos hacer para minimizar sus efectos?
¿Cómo podemos salir lo antes y lo más dignamente posible de esta situación?

Las crisis marcan el final de una etapa y el comienzo de otra, siempre que seamos conscientes de la profundidad de la crisis y aprendamos con ella.
Ser consciente de una crisis significa aceptarla, y procurar extraer el aprendizaje que conlleva. Cuando nos sobreviene una crisis significa que hemos llegado al final de un camino, y que nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestro espíritu, no pueden sobrellevar por más tiempo esta forma de vivir, refiriéndonos a actitudes, pensamientos, creencias y emociones concretas.
Aprender de una crisis supone hacer cambios en nuestra vida, en muchas ocasiones a nivel de actitudes, en otras, son más sustanciales y generamos grandes cambios en nuestra forma de vivir.
Toda crisis supone un malestar, una insatisfacción, un agotamiento físico y mental, e incluso puede referirse como enfermedad, ya que nuestro cuerpo también nos habla de esta forma. Si no vivimos plenamente y conscientemente la crisis, no aprenderemos de ella ni escucharemos cuál es el cambio que necesitamos hacer. El ser humano tiene la capacidad de “sobrevivir y sobrellevar” las crisis, acumulándolas, sin superarlas, y por tanto, volviendo cíclicamente a aparecer. Aunque cada vez, nos sentiremos más derrotados ante la vida. Así que, conviene aceptar las crisis personales como parte del aprendizaje de la vida, y superarlas, aprendiendo, cambiando y madurando con ellas.

Las crisis nos pueden hacer seres más compasivos y empáticos, pero sobre todo más honestos con nosotros mismos y con los que nos rodean o transformarnos en seres poco abiertos emocionalmente por miedo a sufrir, y a la larga seres que sólo le transmiten frustración a los demás.

martes, 29 de marzo de 2011

La recapitulación personal

"Somos guerreros, y los guerreros tienen una sola cosa en mente: ser libres. Morir y ser devorado por el Águila es el destino del hombre. Por otra parte, querer salirnos de nuestro destino, querer entrar serenos y desprendidos a la libertad, es la audacia final. Cuando uno está listo para el último vuelo, se le hace una ofrenda al Águila; una ofrenda que casi es como darse uno mismo. Se le da al Águila un equivalente de uno. Esta ofrenda ellos la llaman la recapitulación personal."

La recapitulación es un concepto importante dentro del mundo chamánico. Como es ya sabido, los chamanes, y las religiones con clara herencia chamánica, creen que esta vida no es real. Para los chamanes esta vida es Maya, que es el concepto que actualmente muchos conocen como Matrix debido a la famosa película norteamericana de carácter fantástico: vivimos dentro de una simulación, de un juego.
Los chamanes estaban convencidos del sencillo paso que hay de una vida a otra, de la poca importancia de la muerte y de la continuidad del ciclo de renacimiento -muerte -nueva vida.
Es a través de esta recapitulación donde el guerrero toma conciencia sobre su vida, realizando un ejercicio de distanciamiento entre su esencia y su ego. Al recapitular un guerrero sabe que él es Esencia, que es parte del Todo más allá de las circunstancias de la actual encarnación.
Los seres humanos somos seres que forman parte del Todo, que se escindieron de él y que en su camino de retorno hacia este Todo, hemos decidido bajar a la Tierra y vivir en este mundo para aprender. Para ello, escogemos la vida que vamos a vivir, generamos un personaje, una vida con unas características, con unas vivencias, que le marcan el camino y las lecciones a aprender.

sábado, 12 de marzo de 2011

El Hombre de Conocimiento

"Ser Hombre de Conocimiento no es un fin, es un proceso. Uno no es nunca en realidad un Hombre de Conocimiento. Más bien, uno se hace Hombre de Conocimiento por instantes muy cortos. Un Hombre de Conocimiento es alguien que ha seguido de verdad las penurias de aprender. Un hombre que, sin apuro, sin vacilación ha ido lo más lejos que puede en desenredar los secretos del poder y del Conocimiento. Un hombre va al saber como a la guerra: bien despierto, con miedo; con respeto y con absoluta confianza. Ir en cualquier otra forma al saber o a la guerra es un error, y quien lo comete vivirá para lamentar sus pasos. El miedo es el primer enemigo natural que un hombre debe derrotar en el camino del saber.
Lo malo de hacer preguntas es que lo que queremos averiguar nunca se revela cuando uno lo pide. Podemos saber sin palabras o incluso sin pensamientos. El conocimiento y el lenguaje son cosas separadas. No estamos acostumbrados a esta clase de vida; por eso las señales se nos escapan.
El hombre se ocupa demasiado de si mismo. Ese es el problema. Y eso produce una tremenda fatiga. Uno ha de buscar y ver las maravillas que le rodean. Caso contrario se cansara de mirarse a si mismo, y el cansancio le hará sordo y ciego a todo lo demás."

viernes, 18 de febrero de 2011

La realidad no ordinaria

"Cuando una persona logra ponerse en contacto con los espíritus, ya no necesita ningún maestro en la realidad ordinaria, ya que los espíritus le facilitan las respuestas. Los auténticos maestros del chamán le instruyen dentro de la realidad no ordinaria. No existe ninguna autoridad superior."

Los brujos nos hacen ver que la total naturaleza de la realidad es diferente a nuestro concepto de ella, o sea lo que nos han enseñado a creer que es la realidad. Intelectualmente estamos dispuestos a jugar con la idea que la cultura predetermina nuestra existencia, nuestra conducta, lo que estamos preparados para aprender y lo que podamos sentir. Pero no estamos dispuestos a corporizar esta idea, aceptarla como una propuesta práctica y concreta, y la razón es que no queremos aceptar que la cultura también predetermina lo que somos capaces de percibir.


martes, 15 de febrero de 2011

Dialogo a fondo con Carlos Castaneda - III

Termina la extensa entrevista que realizó Graciela Corvalán al famoso antropólogo, escritor, y finalmente aprendiz de chamán de Don Juan Matus. Puede decirse que con la obra de Carlos Castañeda se despertó el actual interés por el chamanismo en el mundo occidental, aunque determinados aspectos de sus últimos libros publicados hayan sido motivo de controversia.

Volviendo a Joe Córdoba y su Sra., Castaneda nos dijo que un día la señora Tolteca vino y les dijo que no estaban trabajando lo suficiente.
- "Nos mandó a que organizásemos un negocio bastante grande de landscaping, algo así como diseño y arreglo de jardines. Esta nueva tarea de la señora Tolteca no era nada pequeña. Tuvimos que contratar a un grupo de gente para que nos ayudase a hacer los trabajos durante la semana, mientras nosotros estábamos en la cafetería. Durante los fines de semana nos dedicábamos exclusivamente a los jardines. ¡Tuvimos mucho éxito! La Gorda es una persona muy emprendedora. Ese año trabajamos muchísimo... Durante la semana estábamos en la cafetería y durante los fines de semana puro manejar el camión y podar árboles. ¡Las demandas de la mujer Tolteca son muy grandes! Recuerdo -siguió diciendo Castaneda- que en cierta oportunidad estábamos en casa de un amigo cuando llegaron los periodistas buscando a Carlos Castaneda. Eran unos periodistas del "New York Times". Cosa de pasar inadvertidos la Gorda y yo nos pusimos a plantar árboles en el jardín de mi amigo. A la distancia los vimos entrar y salir de la casa. Entonces fue cuando mi amigo nos gritó y maltrató muchísimo delante de los periodistas. Parece que a Joe Córdoba y a su Sra. se los podía gritar sin consecuencias. Ninguno de los que allí estaba presente salió en nuestra defensa. ¿Quiénes éramos nosotros? ¡Allí, sólo los pobres y los perros trabajan al sol! Así fue como entre mi amigo y nosotros engañamos a los periodistas. A mi cuerpo, sin embargo, no lo pude engañar. Tres años anduvimos envueltos en la tarea de darle al cuerpo experiencias que le hicieran darse cuenta de que, en verdad, no somos nada. La verdad es que el cuerpo no es el único que sufre. La mente también está acostumbrada a constantes estímulos. El guerrero, sin embargo, no tiene estímulos del medio; él no los necesita. ¡Qué mejor lugar, entonces, que aquel en donde estábamos! ¡Allí nadie piensa!"
Continuando con la historia de sus aventuras, Castaneda comentó que más de una vez a él y a la Gorda los echaron a patadas a la calle. "Otras veces, yendo en camión por la carretera, nos empujaban a los bordes del camino. ¿Qué alternativa teníamos? ¡Mejor es dejarlos pasar!" Por todo lo que Castaneda nos venía diciendo, parece que la tarea de esos años tuvo que ver con "aprender a sobrevivir en circunstancias adversas", y con "la experiencia de la discriminación". Esto último, "algo muy difícil de soportar pero muy informativo" -concluyó con gran calma.
El objetivo de la tarea consiste en aprender a sustraerse al impacto emocional que la discriminación provoca. Lo importante es no reaccionar, no enojarse. Si uno reacciona, se está perdido.
- "Uno no se ofende con el tigre cuando ataca; uno se hace a un lado y lo deja pasar. En otra oportunidad, la Gorda y yo encontramos trabajo en una casa, ella de sirvienta y yo de mayordomo. ¡No se imaginan cómo terminó eso! Nos echaron a la calle a patadas y sin sueldo. ¡Más aún! Para protegerse de nosotros en el caso de que protestáramos, habían llamado a la policía local. ¡Se imaginan! Estuvimos presos por nada. Ese año, la Gorda y yo lo pasamos trabajando muy duro y sufriendo grandes privaciones. Muchas veces no teníamos nada para comer. Lo peor fue que no podíamos quejarnos ni teníamos el apoyo del grupo. En esa tarea estuvimos solos y no pudimos escapar. De cualquier modo, aunque hubiésemos podido decir quiénes éramos nadie nos habría creído. La tarea es siempre total.Verdaderamente, yo soy Joe Córdoba -continuó Castaneda acompañando sus palabras con todo su cuerpo-; y esto es muy lindo porque ya no se puede caer más. Ya he llegado a todo lo bajo que se puede llegar. Eso es todo lo que soy". Con estas últimas palabras tocó el suelo con las manos. Como les dije antes, cada uno de nosotros tiene tareas distintas que cumplir. Los Genaros son muy listos; Benigno está ahora en Chiapas y le va muy bien. Tiene un grupo de música. Benigno posee a maravillas el don de imitar; imita a Tom Jones y a muchos más. Pablito es el mismo de siempre; es muy flojo. Benigno es el que hace los ruidos y Pablito los festeja. Benigno es el que trabaja y Pablito recoge los aplausos. Ahora -dijo a modo de conclusión- todos hemos terminado las tareas que veníamos haciendo y estamos preparándonos para tareas nuevas. La señora Tolteca es la que nos manda".

La historia de Joe Córdoba y su Sra. nos había impresionado mucho. Se trataba de una experiencia muy distinta a las de sus libros. teníamos interés en saber si había escrito o estaba escribiendo algo acerca de Joe Córdoba.
- "Yo sabia que Joe Córdoba existía -dijo uno de nosotros-; tenía que existir. ¿Por qué no escribe Ud. sobre esto? De todo lo que Ud. nos ha venido diciendo, Joe Córdoba y su Sra. es lo que más me ha impactado ".
- "Acabó de entregar un nuevo manuscrito a mi agente.  En este manuscrito, la señora Tolteca es la que enseña. No podía ser de otra manera... Su título es posible que sea "El acecho y el arte de estar en el mundo" (¿"El arte de ensoñar"?). Allí está toda su enseñanza. Ella es la responsable de este manuscrito. Una mujer tenía que ser la que enseñase acerca del arte del acecho. Las mujeres lo conocen bien porque han vivido siempre con el enemigo; es decir, siempre han andado ¡de puntillas! en un mundo masculino. Precisamente por eso, porque las mujeres tienen una larga experiencia en este arte, la señora Tolteca es la que tiene que dar los principios del acecho. En este último manuscrito, sin embargo, no hay nada concreto acerca de la vida de Joe Córdoba y su Sra. No puedo escribir en detalle sobre esa experiencia porque nadie lo comprendería ni lo creería. Puedo hablar de éstas con muy pocos... Si, la esencia de la experiencia de los últimos tres años está en el libro".
Volviendo a la señora Tolteca y a su modalidad, Castaneda nos dijo que ella era muy diferente a Don Juan. "Ella a mi no me quiere -insistió: a la Gorda. en cambio, ¡sí que la quiere! A la mujer Tolteca no se le puede preguntar nada. Antes de que uno le hable, ella ya sabe lo que tiene que decir. Además, hay que temerle; cuando se enoja, pega" concluyó haciendo muchos gestos que indicaban su temor. Quedamos un rato en silencio. El sol había bajado y sus rayos nos llegaban por entre los troncos de los árboles. Sentí un poco de fresco. Calculo que serían alrededor de las siete de la tarde.
Castaneda pareció también tomar conciencia de la hora. "Es tarde ya. ¿Qué les parece si vamos a comer algo? ¿Los invito?"
Nos levantamos y comenzamos a caminar. Por una de esas ironías Castaneda cargó por un trecho con mis notas y sus libros. Lo mejor era dejar todo en el auto. Así lo hicimos. Libres de bultos, caminamos unas cuantas cuadras en animada conversación. Todo lo que ellos han logrado requiere años de preparación y práctica. Un ejemplo es el ejercicio del sueño. "Eso que parece una tontería, es muy difícil de lograr".
El ejercicio consiste en aprender a soñar a voluntad y en forma sistemática. Se empieza por soñar con una mano (del soñador) que entra al campo visual del soñador. Luego, se ve todo el brazo. Se continúa en forma progresiva hasta poder verse a uno mismo en el sueño. La otra etapa consiste en aprender a usar los sueños. Es decir, una vez que se ha logrado controlarlos, hay que aprender a actuar en ellos. "Así, por ejemplo, se sueña con uno mismo que se sale del cuerpo y que abre la puerta y sale a la calle. La calle es entonces, ¡algo inaudito! Algo en uno se sale de uno; algo que se logra a voluntad".
Según Castaneda, el soñar no toma tiempo. Es decir, el soñar no ocurre en el tiempo de nuestros relojes. El tiempo del sueño es algo muy compacto.
"La mujer Tolteca -continuó Castaneda- dice que el soñar ocurre en el tiempo de P. ¿Por qué? Yo no lo sé. Así es como ella dice".
Castaneda nos dio a entender que en sueños se produce un inmenso desgaste físico. "En sueños se puede vivir mucho, pero el cuerpo se resiente. Mi cuerpo lo siente mucho... Después queda como una torpeza de años".
Varias veces, al tocar este tema del sueño, Castaneda diría que lo que ellos hacen en sueños tiene un valor pragmático. En "Relatos de poder", se lee que las experiencias de los sueños y las de la vigilia "adquirían la misma valencia pragmática", y que para los brujos "los criterios para diferenciar entre sueño y vigilia se hacían inoperantes".
Eso de las salidas o viajes fuera del cuerpo físico despertó agudamente nuestro interés, y quisimos saber más sobre esas experiencias. Nos respondió aclarando que cada uno de ellos ha logrado experiencias distintas. "La Gorda y yo, por ejemplo, nos vamos juntos. Ella me toma del antebrazo y... nos vamos".
Nos explicó también que el grupo tiene viajes comunales. Todos están en constante entrenamiento cuyo objetivo sería ¡llegar a ser testigos!
"Llegar a ser testigos significa que ya no se puede juzgar nada: Es decir, se trata de un ver eterno que equivale a no tener más prejuicios."
Josefina parece tener grandes habilidades para estos viajes en el cuerpo de sueño. Ella se lo quiere llevar y lo tienta contándole maravillas. La Gorda es la que siempre lo salva. "Josefina tiene gran facilidad para romper ese arco de la reflexibilidad. Ella es loca, ¡loquita! -exclamó-. Josefina vuela muy lejos. pero no quiere irse sola y siempre vuelve. Vuelve y me busca... ¡Me da reportajes que son de maravilla!·"
Según Castaneda, Josefina es un ser que en este mundo no puede funcionar. "Aquí -dijo- habría terminado internada en alguna institución".
Josefina es un ser "sin ataduras" a lo concreto; ella es etérea. "En cualquier momento puede irse definitivamente". La Gorda y él son, en cambio, mucho más cautelosos en sus vuelos. La Gorda, particularmente, representa la estabilidad y el equilibrio que en alguna medida a él le falta.
Después de una pausa, le recordé esa visión del domo inmenso que en "El segundo anillo de poder" se presenta como el lugar del encuentro y donde Don Juan y Don Genaro estarían esperándolos.
- "La Gorda también tiene esa visión -comentó pensativo. Eso que vemos no es un horizonte terrestre. Es algo muy llano y árido en cuyo horizonte vemos levantarse como un arco inmenso que todo lo cubre y que avanza hasta llegar al cenit. En ese punto del cenit se ve una gran luminosidad. Diría que es algo así como una cúpula que emite una luz de color ámbar".
Procuramos presionarlo con preguntas para que nos diera mas información sobre esa cúpula.
- "¿Qué es? ¿Dónde está?" -inquirimos. Castaneda nos respondió que por el tamaño de lo que ven, puede ser un planeta. En el cenit -agregó- hay como un gran viento".
Por la brevedad de su respuesta, nos dimos cuenta de que Castaneda no quería hablar mucho sobre ese tema. Es posible, también, que no pudiera encontrar las palabras adecuadas para expresar lo que veían.
Sea como fuere, es evidente que esas visiones, esos vuelos en el cuerpo de sueño, son un constante entrenamiento para el viaje definitivo, ese salirse por el costado izquierdo del águila, ese salto final que se llama muerte, ese dar fin a la recapitulación, ese poder decir "estamos listos" en el cual nos llevamos todo lo que somos, pero nada más que lo que somos.
- "Según la mujer Tolteca, esas visiones son aberraciones mías. Ella piensa que ése es mi modo inconsciente de paralizar las acciones; es decir, la manera que tengo de decir que no quiero irme del mundo. La mujer Tolteca dice también que con mi actitud estoy deteniéndola a la Gorda en sus posibilidades de un vuelo más fecundo o más productivo".
Don Juan y don Genaro eran grandes soñadores. Tenían un control absoluto del arte. "Me asusta -exclamó de pronto Castaneda, llevándose la mano hacia la frente- el hecho de que nadie note que Don Juan es un soñador inaudito. Lo mismo se puede decir de Don Genaro. Don Genaro, por ejemplo, es capaz de llevar su cuerpo de sueño a la vida de todos los días". El gran control de Don Juan y Don Genaro se evidencia en ese no ser notados o pasar inadvertidos.
(En todos los libros, Castaneda se ha referido a eso de "no ser notado" y "pasar inadvertido". En "El segundo anillo de poder", Castaneda recuerda las veces que Don Juan le había ordenado que se concentrara "en no ser obvio". Néstor, también, dice "que Don Juan y Don Genaro aprendieron a no ser notados en medio de todo esto." Los dos son maestros en el arte del "acecho". De Don Genero, la Gorda dice que "estaba en su cuerpo de sueño la mayor parte del tiempo".)

- "Todo lo que ellos hacen -continuó con entusiasmo- es digno de elogio. De Don Juan, admiro intensamente su gran control, compostura y serenidad. De Don Juan, jamás se podrá decir que es un viejo senil. "No pasa así con otra gente. Hay aquí en el campus, por ejemplo, un viejo profesor que cuando yo era un muchacho era ya famoso. En aquel entonces, él estaba en el pico de su robustez física y de su creatividad intelectual. Ahora... ¡Allí está mascando su lengua de corcho! Ahora puedo verlo tal como es, como un viejo senil. De Don Juan, en cambio, jamás podré decir algo así. Su ventaja respecto a mi es siempre abismal".
En la entrevista con Sam Keen, Castaneda dice que cierta vez Don Juan le preguntó si pensaba que los dos eran iguales. Aunque él realmente no pensaba que lo fueran, en un tono condescendiente le dijo que sí. Don Juan lo escuchó pero no aceptó su veredicto. "No creo que lo seamos -le dijo-, porque yo soy cazador y un guerrero y tú no eres más que un pimp. Yo estoy dispuesto en cualquier momento a ofrecer la recapitulación de mi vida. Tu pequeño mundo lleno de tristezas e indecisiones no, puede ser nunca igual al mío ".
En todo lo que Castaneda nos había contado se pueden encontrar paralelismos con otras corrientes y tradiciones del pensamiento místico.
En sus mismos libros se citan autores y obras de la antigüedad y del presente. Le recordé que, entre otros, se hace referencia a "El libro egipcio de los muertos", al "Tractatus" de Wittgenstein, a poetas españoles como San Juan de la Cruz y Juan Ramón Jiménez, y a escritores latinoamericanos como el peruano César Vallejo.
- "Sí, en mi auto siempre hay libros, muchos libros. Cosas que me mandan unos y otros. Le solía leer trozos de esos libros a Don Juan... A él le gusta la poesía. ¡Claro es que sólo le gustan las cuatro primeras líneas! Según él, lo que sigue es una idiotez. Dice que después de la primera estrofa se pierde la fuerza, que es pura repetición".
Uno de nosotros le preguntó si había leído o si conocía las técnicas yogas y las descripciones de los distintos planos de la realidad que ofrecen los libros sagrados de la India.
- "Todo eso es maravilloso. He tenido, además relaciones bastante estrechas con gente que trabaja en la Hatha Yoga . En 1976, un médico amigo llamado Claudio Naranjo, (¿Lo conocen? -nos preguntó-) me conectó con un maestro yoga. Así es que fuimos a visitarlo a su Ashram, aquí, en California. Nos comunicamos por intermedio de un profesor que hizo de traductor. Yo buscaba descubrir en esa entrevista los paralelos con mis propias experiencias de los viajes fuera del cuerpo. Allí, sin embargo, no se habló nada importante. Hubo, sí, mucho aparato y ceremonia pero no se dijo nada. Hacia el final de la entrevista, este personaje tomó en sus manos un tipo de rociador de metal y empezó a mojarme con un líquido cuyo olor no me gustó nada. Ni bien se retiró, pregunté qué era lo que acababa de tirarme. Alguien se aproximó y me explicó que debía de estar muy contento porque me había dado la bendición. Yo insistí en conocer el contenido de la vasija. Finalmente se me dijo que todas las secreciones del maestro se guardaban: "Todo lo que sale de él es sagrado". Se imaginarán Uds. -concluyó en un tono entre jocoso y burlón- que aquí se terminó la conversación con el maestro yoga".
Unos años después Castaneda tuvo una experiencia similar con uno de los discípulos de Gurdjieff. Se encontró con él en Los Ángeles a instancias de un amigo suyo. Parece que ese señor había imitado a Gurdjieff en todo.
- "Se había pelado y tenía unos inmensos bigotes -comentó indicando con sus manos el tamaño de los mismos. Ni bien entramos, me tomó enérgicamente del cuello y me dio unos tremendos golpes. Inmediatamente después me dijo que debía dejar al maestro que tenía porque estaba perdiendo el tiempo. Según él, en ocho o nueve clases me iba a enseñar todo lo que tenía que saber. ¿Se imaginan? En unas pocas clases le enseñan a uno todo ".
Castaneda también nos dijo que el discípulo de Gurdjieff había mencionado el uso de drogas para acelerar el proceso de aprendizaje. La entrevista no duró mucho. Parece que el amigo de Castaneda se dio cuenta muy pronto de lo ridículo de la situación y de la magnitud de su error. Ese amigo había insistido en que lo viera al discípulo de Gurdjieff porque estaba convencido de que Castaneda necesitaba un maestro más serio que Don Juan. Cuando terminó la entrevista, Castaneda nos dijo que su amigo se sintió lleno de vergüenza.
(Es curiosa esta referencia a Gurdjieff por el paralelismo que se puede percibir entre las tareas que la mujer Tolteca manda experimentar y la disciplina del Trabajo en "El Cuarto Camino") N.d. EQCCL.

Llevábamos caminando ya unas seis o siete cuadras. Por un rato hablamos de cosas circunstanciales. Recuerdo que le comenté que había leído en "La Gaceta del Fondo de Cultura Económica" un artículo de Juan Tovar en el que se menciona la posibilidad de filmar los libros."
"Sí. En un tiempo se habló de esa posibilidad". Nos hizo después el relato de su encuentro con el productor, Joseph E. Levine, quien lo habría intimidado desde su inmenso escritorio. El tamaño del escritorio y las palabras del productor, apenas comprensibles por el inmenso puro que sostenía entre los labios (¿Did the tribe mind? -le dijo), eran de las cosas que más lo habían impresionado a Castaneda. "El estaba tras un escritorio como sobre un estrado, y yo, allá abajo muy pequeñito. ¡Poderoso! Con las manos llenas de anillos de piedras muy grandes".
Castaneda ya le había dicho a Juan Tovar que lo último que esperaba ver era a Anthony Quinn en el papel de Don Juan. Parece que alguien había propuesto a Mia Farrow para uno de los papeles. Concebir una película así era muy difícil. No es ni etnografía ni ficción. El proyecto al final fracasó. El Nagual Juan Matus me dijo que no se podía hacer".
Durante esa misma época se lo invitó a participar en shows como el de Johnny Carson y Dick Cavett.
- "Al final no pude aceptar cosas así. ¿Qué le digo a Johnny Carson, por ejemplo, si me pregunta si hablé o no con el coyote? ¿Qué le digo? Le digo que sí, que... ¿Y entonces? Indudablemente, la situación se hubiera prestado al ridículo. Don Juan fue quien me encargó que diera testimonio de una tradición. El mismo insistió en que aceptara entrevistas y diera conferencias para promocionar los libros. Después me hizo cortar con todo porque ese tipo de tarea quita mucha energía. Si uno está en esas cosas hay que darles fuerza".
Castaneda explicó claramente que con el producto de sus libros él se encarga de solventar los gastos de todo el grupo. Castaneda les da de comer a todos.
- "Don Juan -insistió- me dio la tarea de poner por escrito todo lo que los brujos y brujas dijeran. Mi tarea no consiste sino en escribir hasta que un día me digan, "Basta, aquí se acabó". El impacto o no de mis libros, realmente lo desconozco porque no estoy relacionado con lo que pasa por aquí. A Don Juan antes y a la mujer Tolteca ahora les pertenece todo el material de los libros. Ellos son responsables de todo lo que allí se dice".
El tono de su voz y sus gestos nos impresionó vivamente. Era evidente que en este terreno la tarea de Castaneda consiste en obedecer. Su objetivo no es sino ser impecable como receptor y transmisor de una tradición y de una enseñanza.
- "Personalmente, estoy trabajando en un tipo de journal; es algo así como un manual. De este trabajo, sí, yo soy responsable. Quisiera que una editorial seria los publique y se hiciera cargo de distribuirlos a personas interesadas y a centros de estudio".
Nos dijo que llevaba elaboradas unas 18 unidades en las que ha creído resumir toda la enseñanza de la Nación Tolteca. Para organizar el trabajo, se ha valido de la fenomenología de E. Husserl como marco teórico para hacer comprensible lo que le enseñaron.
- "La semana pasada estuve en Nueva York. Les llevé el proyecto a los editores de "Simon & Schuster" pero fracasé. Parece que se asustaron. Es que una cosa así no puede tener éxito. De esas 18 unidades yo soy el único responsable -continuó en tono meditativo- y, como pueden ver, no tuve éxito. Esas 18 unidades son algo así como las 18 caídas en las que me he golpeado fuertemente la cabeza. Convengo con los editores en que es un trabajo de lectura pesada, pero así soy yo... Don Juan, Don Genaro, todos los otros son diferentes. ¡Ellos son livianos! ¿Por qué las llamo unidades? -se preguntó adelantándose a nosotros. Las llamo así porque cada una de ellas pretende mostrar uno de los modos de romper la unidad de lo familiar. De distintas maneras se puede romper esa visión perceptiva única".
Castaneda, tratando de aclararnos nuevamente esto, nos dio el ejemplo del mapa.
- "Cada vez que queremos llegar a algún sitio, necesitamos un mapa con claros puntos de referencia para no perdemos. No encontramos nada sin un mapa. Lo que ocurre después es que lo único que vemos es el mapa. En vez de ver lo que hay que ver, terminamos viendo él mapa que llevamos dentro. Por eso es que romper ese arco de la reflexibilidad, cortar constantemente los lazos que nos conducen a los puntos de referencia conocidos, es la última enseñanza de Don Juan".
Muchas veces durante esa tarde había Castaneda de insistir en que él no era más que un "simple puente con el mundo". Todo el conocimiento de los libros le pertenece a la Nación Tolteca. Ante su insistencia, no pude menos que reaccionar y decirle que la labor de compaginar el material de las notas en libros coherentes y bien organizados no dejaba de ser inmensa y difícil. "No. Yo no tengo ningún trabajo. Mi tarea consiste, simplemente, en copiar la página que se me da en sueños".
Según Castaneda no se puede crear nada de la nada. Pretender crear así es un absurdo. Para explicarnos esto, trajo a colación un episodio de la vida de su padre.
- "Mi padre decidió que iba a ser un gran escritor. Con ese propósito, resolvió arreglar su escritorio. El necesitaba tener un escritorio que fuera perfecto. Había que tener en cuenta hasta el mínimo detalle, desde la decoración de las paredes al tipo de luz de su mesa de trabajo. Una vez que la habitación estuvo lista, pasó mucho tiempo buscando el escritorio adecuado a su empresa. El escritorio tenía que ser de determinada medida, madera, color, etc. Otro tanto ocurrió con la elección de la silla sobre la que se sentaría. Después tuvo que seleccionar la cubierta adecuada para no arruinar la  madera de su escritorio. La cubierta podía ser de plástico, de vidrio, de cuero, de cartón... Sobre esa cubierta mi padre iba a apoyar el papel en el que escribiría su obra maestra. Así, sentado en su silla frente al papel en blanco no supo qué escribir. Ese es mi papá. El quiere empezar escribiendo la frase perfecta. Claro..., así no se puede escribir. Uno es siempre un instrumento, un intermediario. Yo veo cada página en sueños, y el éxito de cada una de esas páginas depende del grado de fidelidad con que yo soy capaz de copiar ese modelo del sueño. Precisamente, la página que impresiona o impacta más es aquella en que he logrado reproducir el original con mayor exactitud".
Estos comentarios de Castaneda revelan toda una teoría del conocimiento y de la creación intelectual y artística. (Pensé inmediatamente en Platón y en San Agustín con su imagen del "maestro interior".)
Conocer es descubrir y crear es copiar. Ni el conocimiento ni la creación pueden ser nunca una empresa de tipo personal.

Mientras cenábamos le mencioné algunas de las entrevistas que había leído. Le dije que me había gustado mucho la que Sam Keen le había hecho y que había publicado en "Psychology Today". Castaneda también estaba satisfecho con esa entrevista. El le tiene mucho aprecio a Sam Keen. "Durante esos años -dijo- conocí a mucha gente de la cual hubiera querido seguir siendo amigo..., un ejemplo es el teólogo Sam Keen. Don Juan, sin embargo, dijo basta".
Con respecto a la entrevista de "Time", Castaneda nos contó que primero vino a encontrarse con él en Los Ángeles un periodista hombre. Parece que la cosa no anduvo bien ("No funcionó" -dijo) y se marchó. Le enviaron entonces "una de esas chicas que no se pueden rehusar" -dijo haciéndonos sonreír a todos. Todo salió muy bien, y se entendieron "a maravillas". Castaneda tuvo la impresión de que ella comprendía lo que él le decía. Al final, sin embargo, ella no hizo el artículo. Las notas que ella había tomado se las dieron a un periodista que "creo que ahora está en Australia " -agregó. Parece que ese periodista hizo lo que quiso con las notas que le dieron.
Cada vez que por un motivo u otro se mencionó la entrevista de "Time", fue evidente su fastidio. El le había advertido a Don Juan que "Time" era una revista demasiado poderosa e importante. Don Juan en cambio, había insistido en que la entrevista se realizase. "La entrevista se hizo, por si las moscas " -concluyó Castaneda informalmente haciendo uso nuevamente de una expresión típicamente porteña. Hablamos también de los críticos y de lo que se había escrito sobre él y sus libros. Le mencioné a Richard de Mille y a otros que han puesto en duda la veracidad de sus trabajos y el valor antropológico de los mismos.
- "El trabajo que yo tengo que hacer está libre de todo lo que los críticos puedan decir. Mi tarea consiste en presentar ese conocimiento de la mejor manera posible. Nada de lo que puedan decir me importa porque yo ya no soy Carlos Castaneda, el escritor."
"No soy ni un escritor, ni un pensador ni un filósofo...; en consecuencia, sus ataques no me encuentran. Ahora, yo sé que no soy nada; nadie me puede quitar nada porque Joe Córdoba es nada."
"No hay, en todo esto, ningún orgullo personal. Nosotros vivimos en un nivel más bajo que el del campesino mexicano, lo cual es ya mucho decir. Nosotros hemos tocado la tierra y no podemos caer más. La diferencia entre nosotros y el campesino es que éste tiene esperanzas, quiere cosas y trabaja para un día tener más de lo que tiene hoy. Nosotros, en cambio, no tenemos nada y cada vez tendremos menos . ¿Se imaginan Uds. esto? Las críticas no pueden dar en el blanco. Nunca soy más plenamente que cuando soy Joe Córdoba -exclamó con vehemencia levantándose y abriendo los brazos en un gesto de plenitud. Joe Córdoba, friendo hamburguesas todo el día con los ojos llenos de humo... ¿Me comprenden Uds.?".
No todos los críticos habían sido negativos. Octavio Paz, por ejemplo, escribió un prólogo muy bueno para la edición en español de "Las enseñanzas de Don Juan". A mi me había parecido bellísimo. "Sí -asintió Castaneda. Ese prólogo es excelente. Octavio Paz es todo un caballero. Tal vez sea uno de los últimos que van quedando ".
La frase "todo un caballero" no se refiere a las indiscutibles cualidades de Octavio Paz como pensador y escritor. ¡No! La frase apunta a las cualidades intrínsecas del ser, al valor de la persona como ser humano. El que Castaneda apuntara que es "uno de los últimos que van quedando" acentuó el hecho de que se trata de una especie en peligro de extinción.
"Bueno -siguió Castaneda tratando de suavizar el impacto. Tal vez queden dos caballeros". El otro es un viejo historiador mexicano amigo suyo cuyo nombre no nos era familiar. De él nos contó algunas anécdotas que reflejaban su vitalidad física y vivacidad intelectual.

A esta altura de la conversación, Castaneda nos explicó cómo selecciona las cartas que le llegan. "¿Quiere que le explique cómo di con Ud.?" -preguntó dirigiéndose a mi.
Nos dijo que un muchacho amigo las recibe, las pone en una bolsa y se las guarda hasta que él llega a Los Ángeles. Una vez en Los Ángeles, Castaneda sigue siempre una misma rutina. Primero vuelca toda la correspondencia en un cajón grande, "como de juguetes", luego sólo saca una carta. La carta que saca es la que lee y contesta. Claro es que nunca lo hace por escrito. Castaneda no deja huellas.
- "La carta que saqué era la primera que Ud. escribió. Después busqué la otra. ¡No se imagina cuántos problemas tuve para conseguir su teléfono! Cuando ya creía que no iba a tener suerte, lo obtuve por intermedio de la Universidad. Realmente yo ya pensaba que no iba a poder hablar con Ud.".
Quedé muy sorprendida al conocer todos los inconvenientes que había tenido hasta dar conmigo. Parece que una vez que tuvo mi carta en la mano, él debía tratar de agotar todos los medios.
En su universo mágico se da mucha importancia a les señales.
- "Aquí en Los Ángeles tengo un amigo que me escribe mucho. Cada vez que vengo leo todas sus cartas, una tras otra como si se tratara de un diario. Cierta vez, entre esas cartas me topé con otra que sin darme cuenta abrí. Aunque inmediatamente me di cuenta de que no era de mi amigo, la leí. El hecho de que estuviera en la pila fue para mí una señal".
Esa carta lo puso en contacto con dos personas que le refirieron una experiencia muy interesante. Era de noche y tenían que entrar a la "San Bernardino Freeway". Sabían que para encontrarla debían continuar por donde iban hasta el final de la calle. Después tenían que tomar a la izquierda y continuar hasta dar con la carretera. Así lo hicieron, pero después de unos 20 minutos se dieron cuenta de que se encontraban en un lugar extraño. Esa no era la "San Bernardino Freeway". Resolvieron bajar y preguntar, pero nadie los ayudó. En una de las casas que golpearon se los echó a gritos.
Castaneda continuó contándonos que los dos amigos desandaron el camino hasta llegar a una estación de servicio donde pidieron indicaciones. Allí se les dijo lo mismo que ya sabían. Volvieron, así, a repetir los mismos pasos y sin inconveniente alguno llegaron a la carretera: Castaneda se encontró con ellos. De los dos, parece que sólo uno está interesado verdaderamente por entender el misterio.
- "En la tierra -dijo a modo de explicación- hay lugares, sitios especiales o aperturas, por los que se entra y se pasa a otra cosa". Aquí se detuvo y se ofreció a llevarnos. "Es aquí cerca... En Los Ángeles... ¿Si quieren los llevo? La tierra es algo vivo. Esos lugares son las entradas por donde la tierra periódicamente recibe fuerza o energía del cosmos. Esa energía es la que el guerrero debe almacenar. Tal vez; si soy rigurosamente impecable pueda llegar junto al águila. ¡Siquiera!  Cada 18 días cae una ola de energía sobre la tierra. Cuenten Uds, a partir del tres de agosto próximo. Podrán percibirla. Esta ola de energía puede ser o no ser fuerte; depende. Cuando la tierra recibe olas muy grandes de energía, no importa dónde uno esté, ella siempre nos alcanza. Frente a la magnitud de esa fuerza, la tierra es pequeña y la energía llega a todos lados."
Estábamos aún conversando animadamente cuando se aproximó la camarera y en tono cortante nos preguntó si nos íbamos a servir algo más. Como nadie quería postre ni café, no tuvimos más remedio que levantamos. Ni bien la camarera se alejó, Castaneda comentó: "Parece que nos están echando..."
Sí, nos estaban echando y, tal vez, con razón. Era tarde... Con sorpresa comprobamos lo avanzado de la hora. Nos levantamos y salimos a la avenida.
Era de noche, la calle y la gente tenía aspecto de feria. Un mimo vestido de frac y galera hacía payasadas a nuestras espaldas. Todos nos miramos sonriendo mientras nuestros ojos buscaban el platillo que se suele pasar durante esas representaciones. A nuestra derecha, bajo el alero de un viejo teatro, alguien intentaba otra representación en un escenario en miniatura. Creí ver un gato listo para la función. Realmente por allí se veía de todo. En otros tiempos, un hombre disfrazado de oso trató de competir con el hombre orquesta. "La cuestión es buscar alternativas cada vez más extravagantes" -alguien comentó.

Mientras caminábamos de vuelta rumbo al campus, Castaneda habló de un proyectado viaje a la Argentina.
- "Allí se cierra un ciclo. Volver a la Argentina es muy importante para mí. No sé aún cuándo pueda hacerlo, pero iré. Por ahora tengo cosas que hacer aquí. Recién en agosto se cumplen tres años de tareas, y es posible que entonces pueda ir".
Esa tarde, Castaneda nos habló bastante de Buenos Aires, de sus calles, barrios y clubes deportivos. Recordó con nostalgia la calle Florida con sus tiendas elegantes y la multitud ambulante. Se acordaba aún con precisión de la famosa calle de los cines. "La calle Lavalle" -dijo haciendo memoria. Castaneda vivió en Buenos Aires durante su infancia. Parece que estuvo internado en un colegio céntrico.
"Uds. saben que en Buenos Aires siempre hay que ser de algún club -continuó Castaneda. Yo era de Chacarita. Ser de River Plate no tiene gracia. ¿Verdad? Chacarita, en cambio, siempre es uno de los últimos". En esos tiempos, Chacarita siempre salía último. Fue conmovedor verlo identificado con los que pierden, con los "de abajo".
- "Seguramente la Gorda irá conmigo. Ella quiere viajar. Claro es que ella quiere ir a "Parici". La Gorda ahora compra en Gucci. es elegante y quiere ir a París. Yo siempre le digo, Gorda, ¿para qué querés ir a París? Allí no hay nada. Ella tiene cierta idea de París, "la ciudad luz". Uds. saben".
Muchas veces nombró a la Gorda esa tarde. Con ella, Castaneda nos trajo a un personaje extraordinario por el cual él, sin duda, siente gran respeto y admiración. ¿Cuál sería, entonces, el sentido de toda esa información circunstancial que sobre ella nos dio? Creo que con esos comentarios así como con los que se referían al modo de comer y dormir de los toltecas, Castaneda trató de impedir que nos formásemos una imagen rígida de lo que ellos son. La labor que ellos están haciendo es muy seria y sus vidas son austeras, pero no son rígidos ni se dejan oprimir por las normas tradicionales de la sociedad. Lo importante es liberarse de esquemas, no reemplazarlos por otros. Castaneda nos dio a entender que no ha viajado mucho por América latina, si se excluye México. "Últimamente sólo he estado en Venezuela. Como ya les dije, tengo que ir a Argentina pronto. Allí se cierra un ciclo. Después me puedo ir. Bueno..., la verdad es que no sé si me quiero ir todavía". Sus últimas palabras las dijo sonriendo. ¿Quién no tiene ataduras?
Por Europa ha viajado varias veces por asuntos relacionados a sus libros. "En 1973, sin embargo, Don Juan me mandó a Italia -afirmó-. Mi tarea consistía en ir a Roma y obtener una audiencia con el Papa. No pretendía que obtuviese una audiencia privada sino una de esas audiencias que se otorgan a grupos de personas. Todo lo que tenía que hacer en la entrevista era besarle la mano al Sumo Pontífice". Castaneda hizo todo tal cual Don Juan se lo había pedido. Fue a Italia, llegó a Roma y pidió la audiencia. "Era una de esas audiencias de los miércoles, después de que el Papa oficia una misa pública en la Plaza de San Pedro. Hasta que me otorgaron la audiencia pero... no pude ir. No llegué ni a la puerta".
Esa tarde, Castaneda se refirió varias veces a su familia y a su educación y formación típicamente liberales y francamente anticlerical. En "El segundo anillo de poder", Castaneda también hace referencia a la herencia anticlerical que recibió. Don Juan, que no parece justificar todos sus prejuicios y luchas contra la Iglesia Católica, le dice:
"Vencer las tonterías de nosotros mismos requiere todo nuestro tiempo y energía. Esto es lo único que importa. Lo demás carece de consecuencias. Nada de lo que tu abuelo y tu padre han dicho de la Iglesia, los ha hecho felices. Ser un guerrero impecable, por otro lado, te dará fuerza, juventud y poder. Es así que lo apropiado para ti es saber elegir."
Castaneda no teorizó sobre estos temas. Con respecto a la disyuntiva "clericalismo/anticlericalismo" sólo quiso transmitimos una enseñanza con el ejemplo de su experiencia. Es decir, nos dio a entender que es muy difícil romper los esquemas que se han formado en la juventud.
"Entonces -le pregunté pensando en la tarea que le había encargado Don Juan-, ¿tendrá Ud. que volver a Italia?".
"¡Oh! ¡No! Ya no hace falta. De todo eso ha pasado mucho tiempo".
 Con respecto a Europa, la impresión de Castaneda fue terminante. "Allí no hay nada.. Europa está terminada; todo está muerto. Uno puede notar eso hasta en el paisaje. ¡Los Alpes no tienen nada que ver con Colorado! A Europa le falta la fuerza que a América le sobra".
Con respecto a Italia, fue particularmente contundente. "El paisaje es de miniatura. Allí todo está arregladito y muy civilizado. Una lomita por aquí, una casita por allá. ¡No hay fuerza! En Italia, o se es comunista o se es católico. No hay otra cosa".
Sus palabras nos hicieron comprender que en Europa no hay sino ideologías viejas, dicotomías de otras épocas. Castaneda, en cambio, se mueve en un plano muy diferente al de la política o las religiones. En su universo, los modos tradicionales de ver y juzgar no tienen cabida.

Justo antes de entrar al campus, Castaneda se volvió, y tomándome el antebrazo y las manos me dijo, "Señora, no sabe cuánto le agradezco que Ud. me haya presentado a sus amigos". Sus palabras fueron muy intensas y me emocionaron. Cabe indicar que me agradeció el hecho de que me hubiera portado bien como intermediaria, como puente entre mis amigos y él.
Cuando llegamos al parking lot, nos saludamos amablemente y nos separamos. Castaneda caminó hacia la esquina y desapareció tras los altos arbustos de la calle. Serían cerca de las once de la noche. Subimos al coche y emprendimos el viaje de regreso. Las dos horas resultaron cortas. Habíamos quedado muy impresionados y nos faltó tiempo para decirnos todo lo que el encuentro de esa tarde había suscitado en nosotros.
Esa tarde Castaneda puso gran atención en distinguir y aclarar aquello que él ha comprobado y es capaz de experimentar, de lo que los otros dicen y hacen.
Nos dijo que llevaba 17 años en la tarea de aprender. Durante todo ese tiempo, hay cosas que ha podido experimentar y comprobar por sí mismo, otras que las está aprendiendo y otras que aún no ha incorporado a su vida. Así, por ejemplo, él ha podido comprobar el modo tolteca de comer y de dormir. El arte del sueño también lo ha incorporado, aunque aún necesite la ayuda de la Gorda. Con respecto a otros fenómenos fue evidente que no quería hablar mucho, y más de una vez hubo de confesar que hay cosas que no entiende. Más aún; hay muchas cosas que no cree que sea posible entender jamás. Castaneda, sin embargo, confía en Don Juan y en su enseñanza; él confía en lo que no entiende ni ha logrado explicar. Una y otra vez Don Juan le ha demostrado que los toltecas tenían razón y, en consecuencia, confía en que han de tener razón hasta el final.
La memoria de esa tarde, ha quedado como un cuadro claramente delineado en el cual la fascinante figura de Castaneda ocupa todo el espacio. Todas las fantasmagorías y prodigios-al decir de Octavio Paz-, sus libros que yo tantas veces había puesto en duda y que con cierto disgusto había considerado como un innecesario despliegue de lo fenoménico, después de conocerlo a Castaneda se hicieron perfectamente creíbles y posibles.
Más allá de la facticidad de los hechos que narró, se descubre la verdad esencial de sus afirmaciones. Después de todo... ¿Qué hay más difícil que freír hamburguesas todo el día como Joe Córdoba con los ojos llenos de humo?

Hoy Carlos Castaneda ya se ha "Ido".



Fuentes:

Graciela N.Vico Corvalán
Revista "Esotera" Nº3

Graciela N. Vico Corvalán es Licenciada en filosofía (Univ. Nacional de Cuyo, Mendoza) y profesora en la misma casa de estudios, obtuvo su doctorado en la Washington University de St. Louis (Misuri) en 1975. Ha desarrollado una intensa actividad docente en los Estados Unidos, enseñando nuestro idioma, literatura latinoamericana, historia de la religión y filosofía para niños. Se ha especializado además en pensadores místicos contemporáneos. Alterna la escritura con las disertaciones, enseñando además español en cursos comunitarios. Ha sido merecedora de variados honores académicos y becas. Entre sus trabajos se encuentra la traducción al español de "To Be the Noad: On the Journey of Spiritual Unfolding" de la Dra. Judy Gómez. Prepara una serie de conversaciones con pensadores místicos contemporáneos de las Américas, y una serie de reseñas breves para un proyecto de la Modern Language Association: "Guide to Research in Women"s Studies"", Vol. III. En julio del año pasado; en el Montclair State Cóllege, dedicó dos semanas a un seminario intensivo sobre Filosofía para Niños, programa del Institute of Philosophy for Children. Entre sus más importantes disertaciones figura: "La vida como rebeldía y misión de Ezequiel Martínez Estrada", en un ciclo dirigido por el Dr. Ivan A. Schulman.

lunes, 14 de febrero de 2011

Dialogo a fondo con Carlos Castaneda - II

"Prosigue la entrevista que la doctora argentina Graciela Corvalán logró hacerle a Carlos Castaneda. En ella se observan algunos aspectos del camino vital emprendido por el escritor desde su aprendizaje en la via de conocimiento a través del célebre Tolteca Don Juan Matus. El aspecto mágico de la vida aparece plenamente en las actividades cotidianas de Castañeda, convertido ya en "hombre de poder", aunque aparezca como simple cocinero en un restaurante de carretera..."

La fenomenología, sin embargo, tiene para Castaneda un simple valor metodológico. Husserl no trascendió nunca el nivel teórico y, en consecuencia, no tocó al ser humano en su vida de todos los días. Para Castaneda, el hombre occidental -el hombre europeo- a lo más que ha llegado es al hombre político. Este hombre político sería el epítome de nuestra civilización.
"Don Juan, - dijo- con su enseñanza, está abriendo la puerta para otro hombre mucho más interesante: un hombre que vive ya en un mundo o universo mágico".
Meditando sobre eso del "hombre político" vino a mi memoria un libro de Eduardo Spranger llamado "Formas de vida", en el cual se dice que la vida del hombre político "está entrecruzada de relaciones de poder y rivalidad". El hombre político es el hombre de dominio cuyo poder controla tanto la realidad concreta del mundo como los seres que la habitan.
El mundo de don Juan, en cambio, es un mundo mágico poblado de entidades y de fuerzas.
- "Lo admirable de don Juan -dijo Castaneda- es que aunque en el mundo de todos los días él parece estar loco (¡loquito! ¡loquito!), nadie es capaz de percibirlo. Al mundo, don Juan le ofrece una fachada que es necesariamente temporal... una hora, un mes, sesenta años. ¡Nadie lo podría agarrar descuidado! En este mundo don Juan es impecable porque él siempre supo que lo de aquí es sólo un momentito y que lo que viene después... Bueno... ¡Una belleza! Don Juan y don Genaro amaban intensamente la belleza".

La percepción y concepción que don Juan tiene de la realidad y el tiempo son indudablemente muy distintas a la nuestra. Si bien a nivel de la cotidianeidad don Juan es siempre impecable, esto no impide que sepa que "de este lado" todo es definitivamente pasajero.
Castaneda continuó describiendo un universo polarizado hacia dos extremos: el lado derecho y el lado izquierdo. El lado derecho correspondería al tonal y el lado izquierdo al nagual.
En "Relatos de Poder" Don Juan le explica largamente a Castaneda acerca de esas dos mitades de la "burbuja de la percepción". Le dice que la tarea del maestro consiste en limpiar prolijamente una parte de la burbuja, para luego reordenar "todo lo que hay" en el otro lado.
- "El maestro se ocupa de esto martillándoselo al aprendiz sin piedad hasta que toda su visión del mundo queda en una mitad de la burbuja. La otra mitad, la que ha quedado limpia, puede entonces ser reclamada por algo que los brujos llaman voluntad."
"Explicar todo esto es muy difícil porque a este nivel las palabras son totalmente inadecuadas. Precisamente, la parte izquierda del universo "implica la ausencia de palabras", y sin palabras no podemos pensar. Allí sólo caben las acciones. "En ese otro mundo -dijo Castaneda-el cuerpo actúa."
"El cuerpo, para entender, no necesita palabras".
En el universo mágico -por así llamarlo- de Don Juan, existen ciertas entidades que llaman "aliados" o "sombras fugaces". Estas, se pueden captar un sinnúmero de veces. Para este tipo de captaciones se ha buscado una gran cantidad de explicaciones pero, según Castaneda, no hay duda de que estos fenómenos dependen principalmente de la anatomía humana. Lo importante es llegar a comprender que hay toda una gama de explicaciones que pueden dar cuenta de estas "sombras fugaces".
Le pregunté, entonces, acerca de ese conocer con el cuerpo del que habla en sus libros.
"¿Es que para Ud. el cuerpo entero es un órgano del conocer?" -inquirí.
Meditando sobre estas palabras de Castaneda, pensé en el paralelismo con la Yoga Tántrica y los distintos centros o chakras que el oficiante va despertando mediante ciertas prácticas rituales. En el libro "El círculo hermético" de Miguel Serrano se lee que los chakras son "centros de conciencia".

En el mismo libro, Karl Jung le refiere a Serrano una conversación que tuvo con un cacique de los indios Pueblo llamado Ochwián Biano (Lago de la Montaña).
"Me explicaba su impresión de los blancos, siempre tan agitados, siempre buscando algo, aspirando a algo... Según Ochwián Biano, los blancos estaban locos, pues afirmaban pensar con la cabeza, y sólo los locos lo hacen así. Esta afirmación del jefe indio me produjo gran sorpresa y le pregunté que con qué pensaba él. Me respondió que con el corazón".
El camino del conocimiento del guerrero es largo, y requiere total dedicación. Todos ellos tienen un objetivo concreto y un incentivo muy puro.
- "¿Cuál es el objetivo?" -insistimos.
Parece que el objetivo consiste en pasar conscientemente al otro lado por el costado izquierdo del universo.
- "Hay que tratar de aproximarse lo más posible al águila y procurar escapársele sin que ella nos devore. El objetivo -dijo- es salirse de puntillas" por el lado izquierdo del águila. No sé si Uds. saben -continuó buscando el modo de aclararnos la imagen- que hay una entidad que los Toltecas llaman el águila. El visionario la ve como una inmensa negrura que se extiende al infinito; es una inmensa negrura que un relámpago cruza. Por eso es que la llaman el águila: tiene alas y lomo negros, y su pecho es luminoso. El ojo de esa entidad no es un ojo humano. El águila no tiene piedad. Todo lo que es vivo está representado en el águila. Esa entidad encierra toda la belleza que el hombre es capaz de crear así como también toda la bestialidad que no es el ser humano propiamente dicho. Lo que es propiamente humano en el águila es inmensamente pequeño en comparación a todo el resto. El águila es demasiada masa, bulto, negrura... frente a lo poquito que es lo propio del ser humano. El águila atrae a toda fuerza viva que está pronta a desaparecer porque se alimenta de esa energía. El águila es como un imán inmenso que va recogiendo todos esos haces de luz que son la energía vital de lo que está muriendo".
Mientras Castaneda nos decía todo esto, sus manos y dedos como martillos imitaban la cabeza de un águila picoteando el espacio con insaciable apetito.
- "Yo sólo les digo lo que don Juan y los otros dicen. ¡Son todos unos brujos y brujas! - exclamó-. Todos ellos están envueltos en una metáfora que es incomprensible para mi. ¿Cuál es el dueño del hombre? ¿Qué es lo que nos reclama?" -se preguntó.
Nosotros escuchábamos atentamente y lo dejábamos hablar porque él había entrado en un terreno en el cual ya no cabían las preguntas.
- "El dueño de nosotros no puede ser un hombre" -dijo.

Parece que los toltecas llaman dueño al "molde del hombre".
- "Todas las cosas -plantas, animales y seres humanos- tienen un molde. El "molde del hombre" es el mismo para todos los seres humanos. Mi molde y el suyo -continuó explicando- es el mismo, pero en cada uno se manifiesta y actúa en forma distinta según sea el desenvolvimiento de la persona ".
A partir de las palabras de Castaneda, interpretamos que el "molde humano" es lo que nos reúne, lo que unifica la fuerza de la vida. La "forma humana", en cambio, sería aquello que impide que veamos el molde. Parece que mientras no se pierda la "forma humana" sólo somos capaces de ver los reflejos de esa forma en todo lo que percibimos. A esa "forma humana" no la vemos pero la sentimos en nuestro cuerpo. Esa "forma" es la que nos hace ser lo que somos y nos impide cambiar.
En "El segundo anillo de poder" la Gorda lo instruye a Castaneda acerca del "molde humano" y la "forma humana". En ese libro, el "molde" se describe como una entidad luminosa y Castaneda recuerda que Don Juan, lo describió como "la fuente y el origen del hombre". La Gorda, pensando en Don Juan recuerda que éste le dijo que "si llegamos a tener suficiente poder personal podremos vislumbrar el molde aunque no seamos brujos; y que cuando esto ocurra diremos que hemos visto a Dios. Me dijo que si lo llamamos Dios, sería acertado porque el molde es Dios".
Varias veces esa tarde volvimos sobre el tema de la "forma humana" y el "molde " del hombre. Rodeando el tema desde distintos ángulos, cada vez se fue haciendo más evidente que "la forma" humana es esa cáscara dura de lo personal.
- "Esa forma humana - dijo- es como una toalla que lo cubre a uno desde las axilas a los pies. Tras esa toalla hay una vela encendida que se va consumiendo hasta apagarse. Cuando la vela se apaga es porque uno ha muerto. Entonces, viene el águila y se lo devora. Videntes -continuó Castaneda- son aquellos seres capaces de ver al ser humano como un huevo luminoso. Dentro de esa esfera de luz está la vela encendida. Si el vidente ve que la vela está chiquitita, por más fuerte que la persona parezca, significa que ya está terminada".
Castaneda nos había dicho antes que los Toltecas nunca mueren porque ser tolteca implica haber perdido la forma humana. Sólo en ese momento lo comprendimos: si el tolteca ha perdido la forma humana, no hay nada que el águila pueda devorar. No nos quedaba duda tampoco de que los conceptos dueño del hombre y molde  del hombre, así como la imagen del águila se referían a una misma entidad o estaban íntimamente relacionados.
Varias horas más tarde, sentados ante unas hamburguesas, en una cafetería del boulevard Westwood y otra calle cuyo nombre no recuerdo, Castaneda nos refirió su experiencia al perder la "forma humana". Según dijo, su experiencia no fue tan fuerte como la de la Gorda, quien tuvo síntomas similares a los de un ataque cardíaco.
- "En mi caso, dijo Castaneda- se produjo un simple fenómeno de hiperventilación. En ese preciso momento sentí una gran presión: una corriente de energía entró por la cabeza, atravesó el pecho y el estómago y siguió por las piernas hasta desaparecer por el pie izquierdo. Eso fue todo. Para asegurarme fui al médico, pero no me encontró nada. Solamente me sugirió que respirara en una bolsa de papel para disminuir la cantidad de oxígeno y contrarrestar el fenómeno de hiperventilación".
(En "El segundo anillo de poder", la Gorda le refiere a Castaneda que cuando ella perdió "la forma humana" comenzó a ver un ojo siempre frente a ella. Este ojo la acompañaba todo el tiempo y casi terminó por volverla loca. Poco a poco se acostumbró hasta que un día el ojo pasó a formar parte de ella. "Algún día, cuando llegue a ser un ser verdaderamente sin forma, no veré más ese ojo; el ojo será uno conmigo...")

Al principio de nuestra conversación, Castaneda mencionó algo acerca de la "Enseñanza Tolteca".
Según los toltecas, de alguna manera hay que devolverle o pagarle al águila lo que le corresponde. Ya nos ha dicho Castaneda que el dueño del hombre es el águila, y que el águila es toda la nobleza y belleza así como todo el horror y ferocidad que se encuentra en todo lo que es. ¿Por qué el águila es el dueño del hombre?
- "El águila es el dueño del hombre porque se alimenta de la llama de vida, de la energía vital que se desprende de todo lo que es."
Y, haciendo una vez más el gesto con sus manos semejando la cabeza con pico de águila, recorrió con su brazo el espacio a picotazos mientras decía:
- "¡Así! ¡Así! ¡Todo lo devora!. El único modo de escapar a la voracidad del águila, es salirse de puntillas y conteniendo el aliento... Cuando uno está listo para el último vuelo, se le hace una ofrenda al águila; una ofrenda -recalcó Castaneda- que casi es como darse uno mismo. Se le da al águila un equivalente de uno. Esta ofrenda ellos la llaman la recapitulación personal. Don Juan me dijo que la muerte comienza con esta recapitulación personal. Sólo entonces, vale decir, cuando la muerte es irrefutable e ineludible, la acción comienza".
- "¿En qué consiste, cómo se hace la recapitulación personal?" -quisimos saber nosotros.
- "En primer lugar hay que hacer una lista de todas las personas que uno ha conocido a lo largo de la vida -respondió-; una lista de todos aquellos que de una u otra manera nos han forzado a poner el ego -ese centro del orgullo personal que más tarde mostraría como un monstruo de 3.000 cabezas-, sobre la mesa."
"Tenemos que traer de vuelta a todos los que han colaborado pare que entrásemos en ese juego de "me quieren o no me quieren". Juego que no es otra cosa que un vivir volcados sobre nosotros mismos..."
"¡Lamiéndonos nuestras lastimaduras! La recapitulación tiene que ser total -continuó-; va de la Z a la A, hacia atrás. Se comienza en el momento presente y se va hacia la temprana infancia, hasta los dos o tres años y aún antes si fuera posible. Desde que nacemos, todo va quedando grabado en nuestro cuerpo. La recapitulación es y requiere un gran entrenamiento de la memoria. Ahora bien, ¿cómo se hace esta recapitulación? Se van trayendo cuidadosamente las imágenes y se las van fijando frente a uno; luego, con un movimiento de cabeza de derecha a izquierda, se sopla cada una de las imágenes como si las barriésemos de nuestra visión... El aliento es mágico." -agregó.
Con el fin de la recapitulación se acabaron también todos los trucos, los juegos y los autoengaños. Parece que al final sabemos todos nuestros trucos y no hay manera de poner el ego sobre la mesa sin que inmediatamente nos demos cuenta de lo que con eso pretendemos.
- "Con la `recapitulación personal uno se despoja de todo. Entonces. sólo queda la tarea; la tarea en toda su simpleza, pureza y crudeza. La recapitulación es posible para todos los hombres, pero se tiene que tener una voluntad inflexible. Si uno fluctúa o titubea, está perdido porque el águila se lo devora. En este terreno la duda no tiene cabida. No sé bien cómo explicar todo esto, pero en el cumplimiento y dedicación a la tarea se tiene que ser compulsivo sin de verdad serlo porque el tolteca es un ser libre. La tarea pide todo de uno y, sin embargo, se es libre. ¿Comprenden? Si esto es difícil de entender es porque, en el fondo, se trata de una paradoja. Pero a esta recapitulación -agregó Castaneda cambiando de tono y postura- hay que ponerle salsa. La característica de Don Juan y sus "compinches" es que son livianos. Don Juan me curó a mi de ser pesado. El no es solemne, nada ceremonioso."
(En el primer libro, "Las enseñanzas de Don Juan", éste le dice: "La cosa que hay que aprender es cómo llegar a la raja entre los mundos y cómo entrar en el otro mundo... Hay un lugar donde los dos mundos se montan el uno sobre el otro. La raja está allí. Se abre y se cierra como una puerta con el viento. Para llegar allí, un hombre debe ejercer su voluntad. Debe, diría yo, desarrollar un deseo indomable, una dedicación total. Pero debe hacerlo sin la ayuda de ningún poder y de ningún hombre...")

Dentro de la seriedad de la tarea que todos ellos realizan hay siempre cabida para el humor. Para ilustrar de un modo concreto la manera como Don Juan le enseñaba, Castaneda nos refirió un episodio muy interesante. Parece que él fumaba mucho, y que Don Juan resolvió curarlo.
- "Fumaba como tres cajetillas por día. ¡Uno tras otro! No los dejaba apagar. Uds. ven que ahora yo no llevo bolsillos -dijo señalando su remera que, en verdad, carecía de ellos-. Eliminé los bolsillos en ese entonces para quitarle al cuerpo la posibilidad de sentir algo en el costado izquierdo, y que este algo le recordara el hábito. Al eliminar el bolsillo eliminé también el hábito físico de llevar la mano hacia el bolsillo. Cierta vez Don Juan me dijo que íbamos a pasar unos días por los cerros de Chihuahua. Recuerdo que expresamente me dijo que no me olvidara de traer mis cigarrillos. Me recomendó, también, que llevara provisiones como para unos dos paquetes diarios y no más. Compré entonces las cajas de cigarrillos, pero en vez de 20 empaqueté unas 40. Hice unos paquetes divinos que recubrí con papel de aluminio para proteger mi carga de los animales y la lluvia. Bien equipado y con la mochila a cuestas, seguí a Don Juan por los cerros. ¡Ahí andaba yo encendiendo cigarrillo tras cigarrillo, y tratando de recuperar el aliento! Don Juan tiene un vigor tremendo; con gran paciencia me esperaba mientras me observaba fumar y agitarme por los cerros. ¡Yo no tendría ahora la paciencia que él tuvo conmigo! Llegamos, por fin, a una meseta bastante alta, rodeada de acantilados y empinadas laderas. Allí Don Juan me invitó a que tratara de volver o de bajar. Por mucho tiempo probé por un lado y otro hasta que finalmente tuve que desistir del intento. No iba a poder. Seguimos así, por varios días, hasta que una mañana me despierto y lo primero que hago es buscar mis cigarrillos. ¿Dónde están mis divinos paquetes? Busco y busco, y no los encuentro. Cuando Don Juan se despierta, quiere saber lo que me pasa. Le explico lo que ocurre y me dice: "No te preocupes. Seguramente vino un coyote y se las llevó, pero no pueden estar muy lejos. ¡Aquí! ¡Mira! ¡Hay rastros del coyote!" Todo ese día lo pasamos rastreando las huellas del coyote en busca de los paquetes. Después de mucho buscar, Don Juan seguía insistiendo en que no debía preocuparme porque ahí nomás -me decía-, tras la loma, hay un pueblo. Allí puedes comprar todos los cigarrillos que quieras. Otra vez anduvimos buscando y buscando... Claro es que ahora buscábamos el pueblo. ¿Dónde está el pueblo? Ni señales de él. En eso estábamos, cuando Don Juan se sentó en el suelo y haciéndose el viejito, bien viejito, empezó a quejarse: "Esta vez sí que estoy perdido... Ya estoy viejo... No puedo más..." Mientras esto decía: se agarraba la cabeza y hacía grandes aspavientos."
Castaneda nos hacía toda esta historia imitando a Don Juan en sus gestos y tono de voz. Era un espectáculo verlo. Más adelante, el mismo Castaneda nos diría que Don Juan solía hacer referencia a sus habilidades histriónicas.
- "Con tanto andar -siguió Castaneda- creo que habían pasado como 10 o 12 días, ¡Ya ni ansias de fumar me quedaban! Así es como se me quitaron las ganas de fumar. ¡Si nos las pasábamos como demonios corriendo por los cerros! Cuando llegó el momento de volver, se imaginan que Don Juan supo perfectamente cómo hacerlo. Bajamos derechito al pueblo. La diferencia fue que, entonces, yo ya no tenía necesidad de comprar cigarrillos. De este episodio -dijo nostálgico- han pasado como 15 años."
"La línea del no-hacer -comentó- es precisamente lo opuesto a la rutina o rutinas a las cuales estamos acostumbrados."
"Hábitos como el del cigarrillo, por ejemplo, son los que nos tienen amarrados, encadenados... En el sentido del no-hacer, en cambio, todas las avenidas son posibles".
Castaneda nos dio a entender que Don Juan los conocía muy bien a todos; los conocía en sus hábitos y debilidades. Así fue como uno a uno los fue agarrando. Don Juan y Don Genaro, "esos dos compinches", al decir de Castaneda, supieron hacerle a cada uno la jugada apropiada y, así, hacerlos caer en el camino del conocimiento.

Quedamos en silencio un rato; finalmente lo rompí para preguntar acerca de Doña Soledad. Le dije que ella me había impresionado como una figura grotesca; como una bruja, verdaderamente.
- "Doña Soledad es india -me contestó. La historia de su transformación es algo increíble."
"Puso tal voluntad en su transformación que al final lo logró. En este esfuerzo desarrolló su voluntad a tal extremo que como consecuencia desarrolló también demasiado orgullo personal."
"Precisamente por esto es que no creo que ella pueda pasar de puntillas por el costado izquierdo del águila. De cualquier modo, es fantástico lo que fue capaz de hacer consigo misma! No se si Uds. recuerdan quién era ella... Ella era la "Manuelita" la "mamacita" de Pablito, siempre lavando, planchando y fregando...; ofreciendo comidita a unos y otros."
Al referimos esto, Castaneda imitaba en gestos y movimientos a una viejecita muy pobrecita.
- "Hay que verla ahora -siguió-. Doña Soledad una mujer fuerte y joven, ¡Ahora hay que temerle! La recapitulación le llevó a Doña Soledad siete años de su vida. Se metió en un hueco, y de allí no salió. Se quedó metida hasta que terminó todo. En siete años no hizo más que eso. Aunque no pueda pasar junto al águila -dijo Castaneda lleno de admiración-, nunca más volverá a ser la pobrecita de antes."

Tras una pausa Castaneda nos recordó que Don Juan y Don Genaro ya no estaban con ellos.
- "Ahora ya todo es distinto -expresó Castaneda nostálgico. Don Juan y Don Genaro no están. La señora Tolteca está con nosotros. Ella nos pide tareas. La Gorda y yo hacemos la tarea juntos. También los otros tienen tareas que cumplir; tareas distintas, en lugares también distintos. Según Don Juan, las mujeres tienen más talento que los hombres. Las mujeres son más susceptibles. En la vida, además, ellas se gastan menos y se cansan menos que los hombres. Por esto es que Don Juan me ha dejado ahora en manos de una mujer."
"Me ha dejado en las manos del otro lado de la unidad hombre-mujer."
"Más aún, me ha dejado en manos de las mujeres: de las hermanitas y la Gorda ".
La mujer que ahora le enseña no tiene nombre. Ella es, simplemente, la mujer Tolteca.
(Varios meses más tarde, la Gorda (Maria Elena) me llamó por teléfono para trasmitirme un mensaje de Carlos Castaneda. En esa conversación, me dijo que la señora Tolteca se llamaba doña Florinda, y que se trataba de una persona muy elegante, vivaracha e inquieta. La señora Tolteca debe tener unos 50 años.)
- "La Sra. Tolteca es la que ahora me enseña. Ella es responsable de todo. Todos los otros, la Gorda y yo somos nada".Quisimos saber si ella sabia que iba a encontrarse con nosotros así como de sus otros planes.
- "La Sra. Tolteca lo sabe todo. Ella me mandó a Los Ángeles para que conversara con Ud. -nos respondió dirigiéndose a mi-. Ella sabe de mis proyectos, y que voy a Nueva York".
Quisimos también saber como era ella. "¿Es joven? ¿Es vieja?" -le preguntamos.
- "La Sra. Tolteca es una mujer muy fuerte. Sus músculos se mueven de una manera muy peculiar. Es vieja, pero una de esas viejas que lucen así a fuerza de maquillaje".
Era difícil explicar cómo era ella. En su intento, Castaneda buscó un punto de referencia y nos recordó la película "Gigante".
- "¿Recuerdan Uds. -nos pregunto- esa película en que trabajaban James Dean y Elizabeth Taylor? Allí E. Taylor hace de mujer madura aunque en realidad ella era muy joven. Esa misma impresión me causa la mujer Tolteca: un rostro con maquillaje de vieja sobre un cuerpo aún joven. También diría yo que ella se hace la vieja. ¿Conocen Uds. el "National Enquirer"? -continuó sueltamente-. Un amigo mío se encarga de guardármelos aquí en Los Ángeles, y cada vez que vengo los leo. Es lo único que aquí leo... Precisamente en ese periódico (recientemente) vi unas fotos de Elizabeth Taylor. ¡Ahora sí que está vieja de verdad!".
Este comentario, de algún modo sintetizó su juicio con respecto a la inmensa producción de noticias que caracteriza a nuestra época. Este comentario también encierra un juicio respecto al valor de toda la cultura occidental. Todo está al nivel del "National Enquirer".
Nada de lo que Castaneda dijo esa tarde fue casual. Los distintos trozos de información que él proporcionó apuntaron a crear una determinada impresión en nosotros. En esta intención de Castaneda no había nada equívoco; al contrario su interés fue transmitir la verdad esencial de la enseñanza en que están envueltos.

Continuamos hablando de la señora Tolteca y Castaneda nos dijo que ella se va pronto.
- "Ella nos ha dicho que en su lugar van a venir otras dos señoras. La mujer Tolteca es muy estricta. ¡Sus demandas son terribles! Ahora bien, si la mujer Tolteca es brava puede que las dos que vienen sean mucho peores. ¡Pueda ser que no se vaya todavía! Uno no puede dejar de querer ni puede impedir que el cuerpo se queje y tema la severidad de la empresa... Sin embargo, no hay modo de alterar el destino. ¡Ahí me agarró, entonces!"
(Por teléfono, la Gorda también insistió en que la Sra. Tolteca era muy "brava" y en que si bien a ella la quiere más que a Castaneda no estaría mal que la quisiera un poco más. "Andamos con todo el cuerpo magullado de los golpes que nos da " -dijo.)
"Yo no tengo más libertad que la de ser impecable porque sólo si soy impecable cambio mi destino; es decir, me voy de puntillas por el costado izquierdo del águila."
"Si no soy impecable, no cambio mi destino y el águila me devora. El Nagual Juan Matus es un hombre libre. El es libre cumpliendo con su destino. ¿Me comprenden Uds.? No sé si entienden lo que quiero decir" -dijo preocupado.
- "¡Claro que lo entendemos! -replicamos con vehemencia. Tanto en esto último como en muchas otras cosas que Ud. nos ha referido hasta ahora encontramos gran similitud con lo que sentimos y vivimos diariamente".
- "Don Juan es un hombre libre –continuó-. El busca la libertad, su espíritu la busca. Don Juan está libre de ese prejuicio básico; el prejuicio perceptivo que no nos deja ver la realidad".
Lo importante de todo eso que veníamos hablando reside en la posibilidad de desbaratar el círculo de las rutinas. Don Juan le hacía hacer numerosos ejercicios para que tomara conciencia de sus rutinas. Entre ellos está el de "caminar en la oscuridad" y la "marcha de poder".
¿Cómo romper ese círculo de las rutinas? ¿Cómo quebrar ese arco perceptivo que nos une a esa visión ordinaria de la realidad? Esa visión ordinaria que nuestras rutinas contribuyen a fijar es, precisamente lo que Castaneda denomina "la atención del tonal" o "el primer anillo de la atención".
- "Romper ese arco perceptivo no es tarea fácil, puede demorar años. La dificultad conmigo - afirmó riendo- es que soy muy testarudo. A las malas fui haciendo las cosas. Por esto es que, en mi caso, Don Juan tuvo que usar drogas... y así es como quedé... ¡Con el hígado en la acequia! En la línea del no-hacer se logra desbaratar las rutinas y tomar conciencia" -explicó Castaneda.
Al decir esto se levantó y comenzó a caminar hacia atrás mientras nos recordaba una técnica que Don Juan le había enseñado: la de caminar hacia atrás con la ayuda de un espejo. Castaneda siguió refiriéndonos que para facilitarse la tarea ideó un artefacto de metal (como un aro que a modo de corona se sostenía en la cabeza) en el cual había fijado el espejo. De esa manera, pudo practicar el ejercicio y tener libres las manos. Otros ejemplos de técnicas del no-hacer serían la de ponerse el cinturón al revés y la de
llevar los zapatos cambiados. Todas estas técnicas tienen como objetivo hacerlo a uno consciente de lo que en cada momento se está haciendo. "Desbaratar las rutinas -dijo- es él modo que tenemos de darle al cuerpo sensaciones nuevas. El cuerpo conoce...".
Seguidamente Castaneda nos refirió algunos de los juegos que los jóvenes toltecas practican durante horas. "Son juegos de no-hacer -explicó-. Juegos en los que no hay reglas fijas sino que éstas se van creando a medida que se juega".
Parece que al no haber reglas fijas, la conducta de los jugadores no es previsible y, en consecuencia todos deben estar muy atentos. "Uno de estos juegos -continuó- consiste en darle al adversario señales falsas. Es un juego de jalar o tirar ".
Según dijo, en ese juego de jalar intervienen 3 personas y hacen falta dos postes y una soga. Con la soga, se ata a uno de los jugadores y se lo cuelga de los postes. Los otros dos jugadores deben tirar de los extremos de la soga y tratar de engañarse dándose señales falsas. Todos tienen que estar muy atentos para que cuando uno tire, el otro también lo haga y la persona que está colgada no quede torcida.
Las técnicas y juegos de no-hacer desarrollan la atención. Se puede decir que son ejercicios de concentración puesto que obligan a los que los practican a estar plenamente conscientes de lo que hacen. Castaneda comentó que la senectud consistiría en haber quedado encerrado en el círculo perfecto de las rutinas.

- "Una manera de enseñar de la señora Tolteca es ponernos en situaciones. Creo que es la mejor manera porque al ponernos en situaciones descubrimos que no somos nada. El otro camino es el del amor propio, el del orgullo personal. Por este último camino nos vamos transformando en detectives, siempre atentos a todo lo que nos puede pasar y ofender. ¿Detectives? ¡Sí!"
"Nos lo pasamos buscando evidencias de si nos quieren o no nos quieren. Así centrados en nuestro ego no hacemos otra cosa que fortalecerlo."
"Según la mujer Tolteca, lo mejor es empezar considerando que nadie nos quiere".
Castaneda nos dijo que para Don Juan, el orgullo personal semeja a un monstruo de 3.000 cabezas.
- "Uno destruye y abate cabezas pero siempre otras se levantan... ¡Es que uno tiene todos los trucos! -exclamó. Con los trucos parece que nos auto engañamos creyendo que somos alguien."
Le recordé, entonces, la imagen de cazar las debilidades "como se recogen los conejos de una trampa", que aparece en su libro. "Si -me respondió-, hay que estar constantemente en acecho". Cambiando de posición, Castaneda comenzó a hacernos la historia de los tres últimos años.
- "Una de las tantas tareas fue la de cocinero en esas cafeterías de rutas. La Gorda me acompañó ese año como mesera. ¡Más de un año anduvimos por allí como Joe Córdoba y su Sra.! Mi nombre completo era José Luis Córdoba, para servirlos -dijo haciendo una profunda reverencia-. Sin embargo, todos me conocían como Joe Córdoba."
Castaneda no nos dijo el nombre ni el lugar de la ciudad en que vivieron. Es posible que hayan estado en diversos sitios. Parece que en un principio llegaron él, la Gorda y la Sra. Tolteca, quien los acompañó por un tiempo. Lo primero era encontrar casa y trabajo para Joe Córdoba, su Sra. y su suegra. "Así fue como nos presentamos -comentó Castaneda- de lo contrario, la gente no hubiera entendido".
Por mucho tiempo buscaron trabajo, hasta que al final lo encontraron en una cafetería de ruta. "En ese tipo de establecimiento se empieza muy temprano en la mañana. A las cinco hay que estar ya trabajando". Castaneda nos contó, riendo, que en esos lugares lo primero que le preguntan a uno es: "¿Sabe Ud. hacer huevos?" ¿Qué podía ser eso de hacer huevos? Parece que él demoró bastante tiempo en darse cuenta de lo que querían decirle, hasta que finalmente descubrió que se trataba de los diversos modos de preparar los huevos para los desayunos. En los restaurantes o cafeterías para camioneros, esto de "hacer huevos" es muy importante.
Un año estuvieron trabajando así. "Ahora sí que sé "hacer huevos" -afirmó riendo-; ¡todos los que Uds. quieran!". La Gorda también trabajó mucho. Fue tan buena mesera que terminó haciéndose cargo de todas las muchachas. Al cabo de un año, cuando la señora Tolteca les dijo "que basta, que se acabó con esa tarea", el dueño de la cafetería no los quería dejar ir. "La verdad es que allí trabajamos muy duro. ¡Mucho! Desde la mañana hasta la noche".
Durante ese año tuvieron un encuentro significativo. Se trata de la historia de una muchacha llamada Terry, que llegó a la cafetería en que ellos estaban, pidiendo trabajo como mesera. Para ese entonces, Joe Córdoba había ganado la confianza del dueño del establecimiento y era el encargado de contratar y vigilar a todo el personal. Según Terry les dijo, ella estaba buscando a Carlos Castaneda. ¿Cómo pudo saber ella que ellos estaban por allí? Castaneda no lo sabia.
Según contó Castaneda, cuando Terry llegó no era buena mesera. Con los meses, sin embargo, cambió, se volvió limpia y cuidadosa. "La Gorda le dio muchos consejos a Terry. La cuidamos mucho... Nunca ella se imaginó con quienes estuvo todo ese tiempo".
Estos últimos años han pasado momentos de gran privación durante los cuales se los maltrató y ultrajó. Más de una vez estuvo a punto de decir quién era, pero... "¡Quién me hubiera creído! -dijo ¡Además, la mujer Tolteca es la que decide". "Ese año -continuó- hubo momentos en que estuvimos reducidos al mínimo: dormíamos en el suelo y comíamos de una sola cosa".

Al escuchar esto, quisimos que nos explicara el modo de comer que tienen. Castaneda nos dijo que los toltecas comen un sólo tipo de alimento por vez, pero que lo hacen más seguido. "Los toltecas comen todo el día"- comentó en tono casual.
(En esta afirmación de Castaneda se puede ver el deseo de romper la imagen que la gente tiene del hechicero o brujo -seres con poderes especiales que no tienen las mismas necesidades del resto de las mortales. Al decir que "comen todo el día", Castaneda los unió al resto de los hombres.)
Según Castaneda, la mezcla de alimentos -por ejemplo, comer carne con papas y verduras- es muy mala para la salud.
- "Esta mezcla es muy reciente en la vida de la humanidad - afirmó."
"Comer un sólo alimento ayuda a hacer la digestión y es mejor para el organismo."
"Cierta vez Don Juan me acusó de que yo siempre me sentía mal. ¡Se imaginan que me defendí! Sin embargo, luego me di cuenta de que él tenía razón y aprendí. Ahora me siento bien, fuerte y sano."
También el modo de dormir que ellos tienen es distinto al de la mayoría de nosotros. Lo importante es darse cuenta de que se puede dormir de muchas maneras. Según Castaneda, se nos ha enseñado a acostarnos y a levantarnos a una determinada hora porque eso es lo que la sociedad quiere de nosotros. "Así, por ejemplo -dijo Castaneda-, los papás acuestan a los niños para sacárselos de encima". Todos nos reímos porque algo de razón había en eso.
"Yo duermo todo el día y toda la noche -continuó-, pero si sumo las horas y minutos que duermo no creo que lleguen a más de cinco horas por día". Dormir de esta manera requiere, por parte de la persona, la habilidad de ir directamente al sueño profundo.


Fuentes:

Graciela N.Vico Corvalán
Revista "Esotera" Nº2
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Según Platón, el conocimiento es un subconjunto de lo que forma parte a la vez de la verdad y de la creencia.
Integral Philosopher Michel Bauwens "Vision"