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sábado, 15 de enero de 2011

La caza: Cuando el corazón es un cazador solitario

El arquetipo de la fuerza de la Vida/Muerte/Vida ha sido muy mal interpretado en muchas culturas modernas. En algunas ya no se comprende que la Dama de la Muerte representa una pauta esencial de la creación. gracias a sus amorosos cuidados, la vida se renueva. En muchas tradiciones populares las figuras femeninas de la muerte son objeto de representaciones espectaculares: lleva una guadaña y cosecha a los que menos lo esperan, besa a sus víctimas y deja los cadáveres a su espalda o asfixia a la gente y después se pasa la noche lanzando gemidos de dolor.
Pero en otras culturas como la de las Indias orientales y la Maya, que han conservado las enseñanzas acerca de la rueda de la vida y la muerte, la Dama de la Muerte envuelve a los moribundos, alivia su dolor y los consuela. En el curanderismo, dicen que da la vuelta al niño en el vientre y lo coloca boca abajo para que pueda nacer. Dicen que guía las manos de la comadrona, abre los caminos de la leche de la madre en los pechos y consuela a todos los que lloran solos. Lejos de despreciarla, los que la conocen en su ciclo completo respetan su generosidad y sus lecciones.

Desde el punto de vista arquetípico, la naturaleza de la Vida/Muerte/Vida es un componente básico dela naturaleza instintiva. En el mito y el folclore se le llama la Dama de la Muerte; Coatlicue; Hel; Berchta; Ku'an Yin;Baba Yagá; la Dama de Blanco; La Belladona Misericordiosa; y, formando un grupo de mujeres, las griegas Graeae, las Damas grises. Desde la Banshee, en su carruaje hecho de nubes nocturnas, hasta La Llorona de la orilla del río, desde el ángel oscuro que roza a los seres humanos con la punta de su ala hundiéndolos en un éxtasis hasta el fuego de los pantanos que aparece cuando la muerte es inminente, los cuentos están llenos de estos vestigios de las antiguas personificaciones de la diosa de la creación.
Buena parte de nuestro conocimiento de la Vida/Muerte/Vida está contaminada por nuestro temor a la muerte. De ahí que nuestra capacidad de movernos al ritmo de los ciclos de esta naturaleza sea un tanto escasa. Estas fuerzas no nos hacen nada. No son ladrones que nos roban las cosas que más queremos. Esta naturaleza no es un conductor que atropella lo que más apreciamos y se da a la fuga. No, las fuerzas de la Vida/Muerte/Vida forman parte de nuestra propia naturaleza, forman parte de una interior que conoce los pasos de la danza de la Vida y la Muerte. Está integrada por los aspectos de nuestra personalidad que saben cuándo algo puede, debe y tiene que nacer y cuándo tiene que morir. Es una maestra muy sabia, siempre y cuando nosotros sepamos aprender su ritmo. Rosario Castellanos, la mística y poeta mexicana, escribe a propósito de la entrega a las fuerzas que gobiernan la vida y la muerte:

... Dadme la muerte que me hace falta...

Es fácil permanecer tendidos soñando simplemente con el amor perfecto. Es una anestesia de la cual tal vez jamás nos recuperemos como no sea para apropiarnos despiadadamente de algo valioso que se encuentra, sin embargo, fuera de nuestra conciencia. Para los ingenuos y heridos el milagro de la actuación de la psique consiste en que, aunque uno esté desanimado, aunque se muestre irreverente, no quiera hacerlo, no lo espere en realidad, no le apetezca, aunque se sienta indigno o no esté preparado, tropezará accidentalmente y de todos modos con el tesoro. Entonces al alma le corresponde la tarea de no pasar por alto lo que se ha encontrado, reconocer que el tesoro lo es efectivamente y reflexionar cuidadosamente acerca de lo que debe de hacer a continuación.
Una parte de todas las mujeres y de todos los hombres se niega a saber que en todas las relaciones amorosas la Muerte también tiene que intervenir. Fingimos poder amar sin que mueran nuestras ilusiones acerca del amor, fingimos poder avanzar sin que jamás tengan que morir nuestros vehementes arrebatos de emoción. Pero en el amor, desde un punto de vista psíquico, todo, absolutamente todo se desmenuza. El ego no lo quisiera, pero así tiene que ser y toda persona dotada de una profunda naturaleza salvaje se muestra inclinada a aceptarlo.

Amar significa permanecer al lado de alguien. Significa salir de un mundo de fantasía y entrar en un mundo en el que es posible el amor duradero, cara a cara, hueso a hueso, un amor hecho de afecto. Amar significa quedarse cuando todas las células gritan: "¡Echa a correr!"

"La ignorancia es no saber nada y sentirse atraído por lo bueno. La inocencia es saberlo todo y seguir sintiéndose atraído por lo bueno."

Dicen que todo lo que nosotros estamos buscando también nos busca a nosotros y que, si nos quedamos quietos, nos encontrará. Es algo que lleva mucho tiempo esperándonos. En cuanto llegue, no te muevas. Descansa. Ya verás lo que ocurre a continuación.
Así hay que acercarse a la naturaleza de la Muerte, no con astucia y artería sino con la confianza del espíritu. La palabra inocente se utiliza a menudo para calificar a una persona sin criterio, a un simplón, pero las raíces de la palabra se refieren a alguien libre de lesiones y daños. En español, la palabra inocente se aplica a una persona que procura no hacer daño a nadie, pero que también puede sanar cualquier daño o herida que los demás le hayan causado a ella.

En la psique masculina hay una criatura, un hombre ileso que cree en el bien, que no tiene dudas acerca de la vida, que no sólo es sabio sino que, además, no teme morir. Algunos lo calificarían de yo guerrero. Pero es algo más que eso. Es un yo espiritual, un joven espíritu que, a pesar de los tormentos, las heridas y los exilios, sigue amando por que se trata de algo que es en sí mismo curativo y reparador.
Cuando el hombre derrama una lágrima, significa que ha llegado a su dolor y se percata de ello cuando lo toca. Se da cuenta de que ha vivido una existencia a la defensiva por culpa de la herida. Se da cuenta de las cosas que se ha perdido en la vida por este motivo y de lo paralizado que está su amor por la vida, por su propia persona y por los demás. En los cuentos de hadas las lágrimas cambian a las personas, les recuerdan qué es lo más importante y salvan sus almas. Sólo la dureza del corazón impide el llanto y la unión. Cuando un hombre entrega todo su corazón, se convierte en una fuerza asombrosa.

Con sus cuerpos las mujeres viven muy cerca de la naturaleza de la Vida/Muerte/Vida. Cuando las mujeres están en su sano juicio instintivo, las ideas e impulsos que las inducen a amar, crear, creer y desear, nacen, viven su tiempo, se desvanecen y mueren y vuelven a nacer. Se podría decir que las mujeres ponen en práctica este concepto de una manera consciente o inconsciente en cada ciclo lunar de sus vidas. Para algunas, la luna que indica los ciclos está en el cielo. Para otras es la Mujer Esqueleto que vive en su psique.
Desde su propia carne y sangre y desde los constantes ciclos que llenan y vacian el rojo jarrón de su vientre, una mujer comprende física, emocional y espiritualmente que los cenits se desvanecen y expiran y que lo que queda renace con formas inesperadas y por medios inspirados para reducirse de nuevo a nada y ser concebido otra vez en toda su gloria. Como se puede ver, los ciclos de la Mujer Esqueleto discurren en toda la mujer, a través de ella y por debajo de ella. No podría ser de otro modo.

A veces, los hombres que todavía huyen de la naturaleza de la Vida/Muerte/Vida temen a semejante mujer, pues intuyen que es una aliada natural de la Mujer Esqueleto. Sin embargo, no siempre fue así. El símbolo de la muerte como transformadora espiritual es un vestigio de una época en el que la Dama de la Muerte era acogida como un pariente cercano, como una hermana, un hermano, un padre, una madre o un amante. En la ingeniería femenina, la Mujer de la Muerte o la Doncella de la Muerte siempre se ha considerado la portadora del destino, la hacedora, la doncella de la cosecha, la madre, la paseante fluvial y la re-creadora; todas ellas siguiendo un ciclo.

A veces quien huye de la naturaleza de la Vida/Muerte/Vida insiste en considerar el amor como algo exclusivamente positivo. Pero el amor en su plenitud es toda una serie de muertes y renacimientos. Abandonamos una fase, un aspecto del amor, y entramos en otra. La pasión muere y regresa. El dolor se aleja y aparece de nuevo. Amar significa abrazar y, al mismo tiempo, resistir muchos finales y muchísimos comienzos... todos en la misma relación.

Hay doce labores que enseñan a un alma a amar bien y profundamente a otra:

1. Descubrir a la otra persona como una especie de tesoro espiritual.
2. Perseguir y esconderse: un tiempo de esperanzas y miedos para ambos.
3. Desenredar y entender los aspectos de Vida/Muerte/Vida de la relación, y la compasión por la labor.
4. Relajarse en la confianza: la habilidad de descansar en la presencia y la buena voluntad del otro.
5. Compartir tanto sueños futuros como tristezas pasadas.
6. Utilizar el corazón para cantar nueva vida.
7. Entremezclar los cuerpos y las almas.

Fuentes:

Este resumen ha sido copiado de "mujeres.territoriodelobos.com"

Clarissa Pinkola Estés
"Mujeres que Corren con los Lobos"


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lunes, 20 de diciembre de 2010

La mujer interior

A veces las mujeres se cansan y se ponen nerviosas aguardando que sus compañeros las comprendan. "¿Cómo es posible que no sepan lo que pienso y lo que quiero?", se preguntan. Las mujeres se hartan de hacerse esta pregunta. Pero el dilema tiene una solución que es eficaz y efectiva.
Sí una mujer quiere que su compañero responda de esta manera, tendrá que enseñarle el secreto de la dualidad femenina. Tendrá que hablarle de la mujer interior, aquella que, añadida a ella misma, suma dos. Y lo hará enseñando a su compañero a hacerle dos preguntas falsamente sencillas que conseguirán que se sienta vista, oída y conocida.
La primera pregunta es la siguiente: "¿Qué es lo que quieres?" Casi todo el mundo suele formular una versión de esta pregunta. Pero hay otra pregunta más esencial y es la siguiente: "¿Qué es lo que quiere tu yo profundo?"
Si un hombre pasa por alto la doble naturaleza de una mujer y la toma por lo que parece, lo más seguro es que se lleve una sorpresa, pues, cuando la naturaleza salvaje de la mujer surge de las profundidades y empieza a dejar sentir su presencia, a menudo tiene unas ideas, unos intereses y unos sentimientos muy distintos de los que había puesto de manifiesto anteriormente.
Para entablar una relación segura, la mujer tendrá que hacerle a su compañero estas mismas preguntas. En nuestra calidad de mujeres, nosotras aprendemos a interrogar las dos facetas de nuestra naturaleza y también las de los demás. A través de la información que recibimos de ambas facetas, podemos establecer con toda claridad qué es lo que más valoramos y actuar en consecuencia.
Cuando una mujer consulta su doble naturaleza, busca, examina y toma muestras de un material que está más allá de la conciencia y que, por consiguiente, resulta muchas veces sorprendente por su contenido y su elaboración y es a menudo extremadamente valioso.
Para amar a una mujer, el hombre tiene que amar también su naturaleza indómita. Si la mujer acepta a un compañero que no sabe o no puede amar su otra faceta, tendrá la sensación de que la han desmontado y cojeará como si estuviera averiada.

"En el prólogo de "El arte de amar", Erich Fromm ya deja claro que pretende convencer al lector de que todos sus intentos de amar están abocados al fracaso si no procura desarrollar plenamente su propia personalidad; que la satisfacción en el amor personal no se alcanza sin verdadera humildad, valor, fe y disciplina. En una cultura en que estas cualidades son raras, también ha de ser rara la capacidad de amar.
¿El amor es un arte o sólo una sensación agradable, que uno experimenta por azar, si tiene suerte? Si es un arte, requiere conocimiento y esfuerzo. La gente opina que el amor es importante, de hecho todo el mundo está sediento de amor, pero casi nadie piensa que hay que aprender algo sobre el amor. Para la mayoría de las personas, el problema del amor consiste en ser amado más que en ser capaz de amar. Se suele creer que el amor es un problema de objeto y no de facultad. Es decir se piensa que amar es fácil y que la dificultad estriba en encontrar el objeto idóneo, para amarlo o ser amado por él.
Con esta visión, en una cultura donde prevalece la orientación mercantil y el éxito material constituye el valor predominante, no sorprende que las relaciones amorosas sigan el mismo patrón de intercambio que gobierna el mercado de bienes de consumo y de trabajo.
Continua diciendo Fromm que el primer paso es tomar conciencia de que el amor es un arte y que el proceso de aprendizaje consiste en conocer la teoría y dominar la práctica, hasta llegar al desarrollo de la intuición, que es la esencia de cualquier arte. Esto requiere disciplina, concentración y paciencia; pero hace falta también otro factor, el interés, es decir, considerar que no hay nada tan importante como el arte a cuya maestría se aspira.
Y tal vez radica aquí el motivo por el que pocas personas lo alcanzan, porque a pesar del profundo anhelo de amor dedicamos casi toda nuestra energía a conseguir éxito, prestigio, dinero o poder y prácticamente ninguna a aprender el arte de amar.
Al desarrollar su teoría del amor, Fromm advierte que defraudará a quienes esperen una instrucción fácil y afirma que amar consiste fundamentalmente en dar, no en recibir; que la capacidad de amar, de dar, depende del grado de desarrollo personal, de la medida en que se ha vencido la dependencia, la prepotencia, el deseo de explotar a otros o el de acumular y se ha incrementado la confianza en uno mismo. Si faltan esas cualidades, el individuo tiene miedo a darse y por lo tanto a amar.
El amor maduro significa unión bajo la condición de preservar la propia integridad e individualidad. Todas las formas de amor tienen una serie de elementos comunes e interrelacionados, como la capacidad de cuidar, es decir trabajar para hacer crecer aquello que amamos; responsabilidad, en el sentido de estar atento y disponible para responder a las demandas de la otra persona; respeto, para que la persona amada se desarrolle según su propia personalidad y con sus propios medios, porque el respeto existe sólo desde la base de la libertad; conocimiento, porque no es posible respetar sin conocer las causas del comportamiento del otro y eso se consigue a medida que se profundiza en la experiencia de unión.
El hombre moderno está alienado de si mismo, de sus semejantes y de la naturaleza. Se ha transformado en un artículo, experimenta sus fuerzas vitales como una inversión que ha de producir el máximo rendimiento posible en las condiciones del mercado.
El amor es un desafío constante, un moverse, crear y trabajar juntos. Que haya armonía o conflicto, alegría o tristeza, es secundario; lo fundamental es que dos seres se experimenten desde la esencia de su existencia. Sólo hay una prueba de la presencia del amor: la profundidad de la relación y la vitalidad y fuerza de las personas implicadas; este es el fruto que nos permite reconocerlo
La principal condición para la consecución del amor es la superación del propio narcisismo. El polo opuesto del narcisismo lo constituye la objetividad, es decir, la capacidad de ver a las personas y las cosas tal como son, sin interferencias de nuestros propios deseos y temores. La facultad que permite pensar con objetividad es la razón y la actitud emocional que corresponde a la razón es la humildad. El amor requiere el desarrollo de la humildad, de la objetividad y de la razón."

Por consiguiente, los hombres, al igual que las mujeres, tienen que averiguar también el nombre de su doble naturaleza. El amante más estimado, el pariente y el amigo más apreciado, el "hombre salvaje" más estimable es el que desea aprender. Aquellos que no disfrutan con el aprendizaje, los que no se sienten atraídos por las nuevas ideas y experiencias, no pueden desarrollarse más allá del poste del camino junto al cual están descansando en este momento. Si existe una fuerza que alimenta la raíz del dolor, ésta es la negativa a aprender más allá del momento presente.
Sabemos que la criatura del hombre salvaje está buscando su propia mujer terrenal. Tanto si uno tiene miedo como si no, el hecho de dejarse conmover por el alma salvaje de otra persona constituye un profundo acto de amor. En un mundo en el que los seres humanos tienen siempre tanto miedo de "perder", hay demasiadas murallas protectoras que impiden la disolución de las personas en la numinosidad de otra alma humana.

"Cada uno de nosotros, hombre o mujer, tiene dentro de sí un hombre interior y
una mujer interior. La mujer interior actúa como tu intuición, la puerta a tu
inteligencia superior. Tu hombre la escucha y actúa para apoyar sus sensaciones.
La verdadera función de la energía masculina es proporcionar una abasoluta
claridad, franqueza y una fuerza apasionada, basadas en lo que te dice tu
universo interior, que proviene de tu energía femenina.
Para vivir una vida harmoniosa y creativa, necesitas tener ambas energías
interiores, masculina y femenina, completamente desarrolladas y funcionando
juntas correctamente. Para integrar plenamente lo masculino y lo femenino
interior, necesitas colocar a tu mujer, tu intuición, en la posición de guía."
"Reflexiones en La Luz"
Shakti Gawain

El compañero de la mujer salvaje es el que posee tenacidad y paciencia espirituales, el que es capaz de enviar su propia naturaleza instintiva a atisbar bajo la tienda de la vida espiritual de una mujer y comprender lo que ve y oye allí. El mejor partido es el hombre que insiste en regresar para intentar comprender, el que no permite que los espectáculos secundarios que encuentra por el camino lo aparten de su propósito.
La tarea salvaje del hombre es por tanto la de descubrir los verdaderos nombres de la mujer y no hacer mal uso de este conocimiento para ejercer su poder sobre ella, sino captar y comprender la sustancia numinosa de que está hecha, dejarse inundar, sorprender, escandalizar e incluso atemorizar por ella. Y permanecer a su lado. Y cantarle sus nombres. Eso hará que a la mujer le brillen los ojos y que a él le brillen a su vez los suyos.

"La dualidad permite que podamos conocernos; es la ley del contraste llamada la ley de los contrarios, que mas que contrarios, son complementarios. La dualidad dentro de la evolución se manifiesta como energía - materia según la ciencia, o espíritu - materia como dirían los filósofos. No podemos separar lo uno de lo otro. Por eso no se debe decir espíritu y materia, energía y materia, o materia y energía, porque la materia como ya lo demostró la ciencia actual no es mas que energía coagulada, condensada, cristalizada, mientras que la energía es la misma materia pero en un grado mayor de sutilización o de vibración, que la hace intangible relativamente a los sentidos físicos."

Pero, para que no se duerma demasiado pronto sobre los laureles, queda todavía otro aspecto de los nombres de la doble naturaleza, un aspecto todavía más temible, pero que es esencial para todos los amantes. Mientras que una de las dos naturalezas de la mujer se podría llamar Vida, la hermana "gemela" de la vida es una fuerza llamada Muerte. La fuerza llamada Muerte es una de las dos púas del tenedor magnético de la naturaleza salvaje. Si uno aprende a nombrar las dos naturalezas, al final acabará tropezando directamente con la calavera desnuda de la naturaleza de la Muerte. Dicen que sólo los héroes lo pueden resistir. El hombre salvaje lo puede resistir con toda certeza. Y no cabe duda de que la mujer salvaje también. De hecho, ambos se ven totalmente transformados por ella.

Fuentes:

Clarissa Pinkola Estés
"Mujeres que Corren con los Lobos"


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sábado, 18 de diciembre de 2010

La adquisición de la fiereza

El perrito aprende una vez más los nombres de las mujeres y regresa corriendo junto a su amo. Pasa de largo por delante del festín del camino y de los deliciosos efluvios procedentes de los arbustos. Vemos aquí que la intensidad de la conciencia de la psique está aumentando. La psique instintiva ha aprendido a reprimirse, a respetar las prioridades y a concentrarse. Se niega a distraerse. Ahora está atenta.
Pero, como llovida del cielo, una cosa oscura se abalanza de repente sobre el perrito. El desconocido sacude al perro y le grita: "¡Dime los nombres! ¿Cómo se llaman las jóvenes para que yo pueda conseguirlas?" Al desconocido no le interesa la doble naturaleza ni las mejores cualidades de la psique. Para él, lo femenino es una posesión que desea adquirir y nada más.

"Para Jung la psique, al igual que el cuerpo, es un sistema que se auto gobierna. Jung percibió esta actividad auto reguladora sobre todo en las reacciones del inconsciente a las unilateralidades de la conciencia. Estas reacciones mantienen la integridad de la estructura de la psique, y al mismo tiempo posibilitan trascender un punto de vista dado (cambio o transformación).
La función auto reguladora de la psique opera por medio de símbolos. Los símbolos son cortes de la experiencia humana: condensan sentido en gotas microscópicas y son los puntos focales del desarrollo humano. Los símbolos despliegan los temas vitales que originan nuestras dificultades, que son los mismos temas que guardan nuevas perspectivas. En consecuencia, los símbolos hacen visibles las maneras en que podemos crecer. Más aún, nos muestran nuestros problemas personales como típicamente humanos, algo que nos impresiona cuando descubrimos estos mismos símbolos en cuentos de hadas, mitos, literatura y obras de arte.
El hecho de que los símbolos tienen dimensiones tanto de inhibición como de desarrollo se hace claro cuando entendemos cómo los símbolos nos pueden ayudar a ver los complejos. Los complejos son constelaciones de recuerdos, experiencias y fantasías condensadas que se atraen entre sí en base a un tema dado y comparten una característica común de resonancia emocional. Los complejos influyen sobre
nuestra percepción del mundo, nuestros sentimientos, nuestras relaciones, en la formación de ideas y en los procesos somáticos.
Cuando nos tocan un complejo en nuestra vida cotidiana “sobre reaccionamos”. La emoción atada al complejo nos golpea como una ola gigante, y las fantasías que surgieron en la situación que está en la raíz del complejo distorsionan nuestra percepción de la situación actual.
La emoción que le da el poder al complejo contiene la energía que el complejo del ego necesita para lograr manejar ese problema. Pero hay una manera para hacer esta energía accesible: permitirle al complejo que se “imagine a sí mismo” en formas y figuras simbólicas.
En consecuencia, los símbolos son los talleres adonde se invitan los complejos en el aquí y el ahora. Los símbolos le conceden al ego el terreno donde pararse para confrontar los complejos. Esta confrontación tiene dos aspectos: uno mira hacia atrás y el otro mira hacia adelante. El símbolo permite el acceso tanto a
la memoria como a la expectativa. Nos conduce a los recuerdos personales de aquellas situaciones que nos han dejado marcas y cicatrices, y nos muestra la luz al final del estrecho túnel del complejo.
En el corazón de todo complejo hay un arquetipo. Los arquetipos son constantes antropológicas. Son los motivos siempre presentes detrás de toda experiencia, expresión, trabajo y comportamiento humanos. Le dan forma y figura al corazón de toda experiencia humana. Las ideas arquetipales canalizadas en un complejo personal adquieren una coloración personal. Los arquetipos están estructurados de tal modo que traspasan los límites de lo considerado físico y psicológico. Los complejos sirven de ropajes a los arquetipos.
De acuerdo a Jung, la predisposición inconsciente más importante es la fantasía creadora. Las imágenes primordiales o arquetipos se hacen visibles en los productos de la fantasía. Los complejos giran muy a menudo entorno a la manifestación de anima, principio contrasexual en la psique del hombre, y animus, principio contrasexual en la psique de la mujer y que están definidos por la cultura y la sociedad en un momento determinado. Son arquetipos enraizados en el inconsciente colectivo y actúan como conectores entre los ámbitos personales y transpersonales. Como arquetipos, sus dimensiones se manifiestan por medio de símbolos culturales. Los cuentos relatan patrones arquetipales enunciados en el lenguaje de la cultura. Nos hablan de las relaciones que existen entre los individuos de un pueblo y los arquetipos predominantes en un momento dado. Son, al igual que los sueños, fenómenos naturales del inconsciente colectivo: iluminan por un momento y de repente se desvanecen. Son el teatro de la naturaleza."

El desconocido puede ser una persona real del mundo exterior o un complejo negativo del interior. No importa lo que sea, pues el efecto devastador es el mismo. Esta vez el perro libra una batalla desenfrenada. Tanto si el sujeto es varón como si es mujer, eso es lo que ocurre en la vida exterior cuando un incidente, un error verbal o alguna cosa extraña se abalanza sobre nosotros y trata de hacernos olvidar quiénes somos. Siempre hay algo en la psique que trata de robarnos los nombres. En el mundo exterior también hay muchos ladrones de nombres.
En el cuento, el perrito lucha con denuedo. A veces, sólo aprendemos a aferrarnos a nuestro más profundo conocimiento porque un desconocido se nos echa encima. Entonces tenemos que luchar por lo que más queremos, por aquello que tenemos entre manos, por nuestro desarrollo más allá de nuestros motivos espirituales superficiales, lo que Robert Bly llama "el deseo de sentirnos maravillosamente", por mantenernos aferrados al conocimiento profundo, por terminar lo que hemos empezado.
El perrito lucha por conservar los nombres y, de esta manera, vence las repetidas caídas en el inconciente. Una vez terminada la batalla, comprobamos con asombro que el perro no ha perdido los nombres, pues la pelea era por eso, por el conocimiento de lo femenino salvaje. Quienquiera que lo posea tiene el mismo poder que la mujer. El perro ha luchado para entregarle este poder al hombre digno de él, Manawee. Ha luchado para impedir que el poder fuera a parar a un aspecto de la antigua naturaleza humana que lo utilizaría mal. La entrega del poder a unas manos adecuadas es tan importante como el descubrimiento de los nombres.
El heroico perro entrega los nombres a Manawee, el cual los ofrece al padre de las jóvenes. Las muchachas ya están preparadas para irse con Manawee. Han estado esperando desde el principio que Manawee descubriera y conservara el conocimiento conciente de sus naturalezas intrínsecas.
Vemos por tanto que las dos cosas que impiden el progreso en estas cuestiones son las distracciones del propio apetito y el oscuro desconocido, el cual puede ser un innato opresor del interior de la psique o una persona o situación del mundo exterior. En cualquier caso, el viajero sabe instintivamente cómo derrotar a estos saqueadores y merodeadores. Hay que conservar los nombres, los nombres lo son todo.

Fuentes:

Clarissa Pinkola Estés
"Mujeres que Corren con los Lobos"


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viernes, 10 de diciembre de 2010

El sigiloso apetito seductor

Confucio dijo: "Tres clases de placeres son provechosos; tres clases de placeres son dañinos. Es provechoso el placer de ejecutar los ritos y la música apropiadamente, el placer de elogiar las cualidades de los demás y el placer de tener muchos amigos de talento. Es dañino el placer de exhibir el lujo, el placer de holgazanear y el placer de celebrar juergas libidinosas."

No es casual que los hombres y las mujeres se esfuercen en buscar las facetas más profundas de sus naturalezas y, sin embargo, se distraigan de este propósito por toda una serie de razones, generalmente por placeres de distintas clases. Algunos se aficionan a dichos placeres, se quedan perennemente enredados en ellos y jamás reanudan su tarea.
Al principio, el perrito también se distrae a causa de sus apetitos. Muchas veces los apetitos son unos encantadores forajidos que se dedican a robar el tiempo y la libido. Nuestro tiempo y nuestra libido. Jung señaló que se tenía que controlar en cierto modo el apetito humano. De lo contrarío y tal como ya hemos visto, la persona se detiene ante cada hueso que ve por el camino y ante cada empanada que ve sobre un tronco.
Es posible que, como el perro, los compañeros que buscan el nombre de la doble naturaleza pierdan su determinación en presencia de cualquier tentación que encuentren por el camino. Tal cosa puede ocurrir si se trata de criaturas salvajes o famélicas. En tal caso, es posible que también se olviden de lo que tienen entre manos. Puede que sean tentados/atacados por algo de su propio inconciente que desea ejercer su dominio sobre las mujeres con el fin de explotarlas o de atraerlas para la satisfacción de su propio placer o para llenar su vacío de cazador.
Durante el camino de regreso a la casa de su amo, el perro se distrae a causa de un sabroso hueso, lo cual lo lleva a olvidar los nombres de las muchachas. Este episodio representa algo que suele ocurrir en la función psíquica profunda: las distracciones del apetito obstaculizan el proceso primario. No pasa un mes sin que alguna paciente me diga "Bueno, me distraje porque tenía mucho trabajo o porque experimenté una fuerte excitación sexual y tardé siete días en calmar esa fiebre" o "… porque pensé que esta semana era el momento adecuado para podar las quinientas plantas de mi casa" o "... porque emprendí siete nuevas aventuras creativas, me lo pasé muy bien y después llegué a la conclusión de que ninguna de ellas era demasiado prometedora y decidí dejarlo todo".
Por consiguiente, el hueso en el camino es algo a lo que nadie es inmune. Su delicioso hedor es una tentación irresistible para un perro. En el peor de los casos, probablemente se trata de una afición que ya nos ha salido muy cara en varias ocasiones. Sin embargo, aunque hayamos fracasado una y otra vez, tenemos que volver a intentarlo hasta que podamos pasar de largo y seguir adelante con nuestra tarea principal.
El momento culminante de nuestra actuación profunda es similar a la excitación sexual en el sentido de que empieza de cero, acelera alcanzando distintos niveles y llega a una fase intensa y sostenida. Si la aceleración se interrumpe bruscamente (por culpa de un ruido intenso e inesperado, por ejemplo), hay que empezar de nuevo por el principio. Cuando se trabaja con el estrato arquetípico de la psique se produce una tensión de excitación parecida. Si se interrumpe la tensión, hay que empezar prácticamente de cero. Por consiguiente, en el camino hay muchos huesos jugosos, agradables, interesantes y tremendamente excitantes. Pero todos ellos nos arrastran en cierto modo hacia una especie de amnesia que nos hace olvidar no sólo en qué fase de nuestra tarea nos encontramos sino también cuál es nuestra tarea.
El Corán nos advierte sabiamente de que se nos pedirá cuentas de todos los placeres permitidos de la vida de los que no quisimos gozar cuando estábamos en la tierra, Sin embargo, un exceso e incluso una pequeña cantidad de una cosa buena en el momento inadecuado puede provocarnos una considerable pérdida del nivel de conciencia. En cuyo caso, en lugar de experimentar una repentina oleada de sabiduría, andamos por ahí como un profesor distraído que murmura por lo bajo: "¿Dónde estaba yo ahora?" Tardamos semanas y a veces meses en recuperarnos de estas distracciones.

Gülen, Confucio y Platón sobre el Ideal Humano
Por B. Jill Carroll

"La realidad es una, desde luego, pero comprende diferentes divisiones, reinos o modos de ser. Aquellos que conocen esto y viven conscientes de lo mismo encuentran la felicidad, la bondad y la verdad, cualquiera que sean sus circunstancias, porque su orientación es siempre hacia arriba, hacia una realidad más elevada. Aquellos que viven ignorantes de esto se revuelcan en un pantano de confusión y de apetitos corpóreos, cegados por la realidad finita, inferior y "sombría". En conclusión, hay dos tipos básicos de personas, el vidente y el ciego. En Las Analectas, Confucio y otros pensadores distinguen entre aquellos de mentes "elevadas" o "nobles" y aquellos de vías "inferiores", "menores" o de miras estrechas:

"Una persona noble es diferente de las demás, pero está en paz con ellas.
Una persona de miras estrechas es igual que las demás, pero nunca está en paz con ellas.
La persona noble alienta lo bello en la gente y desalienta lo feo en ellos.
La gente de miras estrechas simplemente hace lo opuesto.
La gente noble busca dentro de sí misma.
La gente de miras estrechas busca en otro lugar.
La gente noble tiene temor reverencial de tres cosas: el Mandato del Cielo, los grandes hombres y las palabras de un sabio.
La gente de miras estrechas no comprende el Mandato del Cielo, por lo que no tiene temor reverencial del mismo; desprecia a los grandes hombres; y ridiculiza las palabras de un sabio.
La gente noble posee nueve estados mentales: respecto a los ojos, brillantes; respecto a los oídos, penetrantes; respecto al semblante, cordial; respecto al comportamiento, humildes; respecto a las palabras, dignos de confianza; respecto al servicio, reverentes; respecto a la duda, inquisitivos; respecto a la ira, circunspectos; y respecto a la oportunidad para beneficiarse, morales.
La gente noble sigue un camino diferente en la vida del de la gente de miras estrechas. Sus oídos están orientados hacia la sabiduría, la disciplina, la dignidad y el servicio, mientras que la gente común o inferior no posee oídos en absoluto para dichos menesteres."

Platón menciona una división similar de la gente en La República. Platón divide la realidad en dos reinos, el reino eterno del espíritu o pensamiento puro y el reino finito de la corporeidad. Gran parte de la conversación entre Sócrates y sus estudiantes en el diálogo tiene que ver con el filósofo o "amante de la sabiduría" que comprende con profundidad esta división en la existencia y vive tanto desde el reino puro e ideal como hacia el mismo. Al final del diálogo, Sócrates describe a aquellos que no son amantes de la sabiduría, no entienden la Verdadera Realidad y, por lo tanto, no viven, ni disfrutan de los beneficios de una vida vivida que está acorde con la sabiduría:

"Por eso los faltos de inteligencia y virtud, que siempre andan en festines y otras cosas de este estilo, son arrastrados, según parece, a lo bajo y de aquí llevados nuevamente a la mitad de la subida y así están errando toda su vida; y, sin rebasar este punto, jamás ven ni alcanzan la verdadera altura ni se llenan realmente de lo real ni gustan de firme ni puro placer, sino, a manera de bestias, miran siempre hacia abajo y, agachados hacia la tierra y hacia sus mesas, se ceban de pasto, se aparean y, por conseguir más de todo ello, se dan de coces y se acornean mutuamente con cascos y cuernos de hierro y se matan por su insatisfacción, porque no llenan de cosas reales su ser real y su parte apta para contener aquéllas.
¿No es, pues, fuerza que no tengan sino placeres mezclados con dolores, meras apariencias del verdadero placer y sombras sin otro color que aquel, aparentemente muy intenso, que les da la yuxtaposición de placer y dolor y que nazcan en los insensatos unos mutuos y furiosos amores, por los cuales luchan como cuenta Estesícoro que, por ignorancia de la verdad, se luchó ante Troya en torno a la apariencia de Helena?"

Platón ilustra la distinción entre los filósofos y la gente común con su famoso mito de la caverna. Aquí nos pide que nos imaginemos una gente que ha vivido en una caverna desde la niñez fijos en una posición de tal manera que su mirada está fija en la pared que se halla ante ellos. Lo que no pueden ver es que detrás de ellos se extiende un largo pasadizo que lleva a la salida de la caverna. También tras ellos hay una luz brillante que proyecta en la pared que se halla delante de ellos la sombra de los objetos que están detrás de ellos. La gente vive sus vidas de cara a la pared, ocupados con las sombras que hay en la pared como si fuesen objetos verdaderos y reales, sin ver que, de hecho, son sólo sombras, copias o simulacros de objetos reales. Oyen los ecos de los sonidos en la caverna y creen que el sonido proviene de las sombras. Crean historias respecto a las sombras y les dan significados. Las sombras son la "realidad" para la gente.

Pero luego, una de las personas, de algún modo, se libera de esa posición fija y se vuelve para ver la luz brillante, las sombras que crea y el camino que se dirige fuera de la caverna hacia una luz incluso más brillante. Sigue el camino, sus ojos le duelen por la luz, hasta que sale de la caverna y emerge a la plena luz del día del mundo "Real". No puede ver el brillo total de la realidad al principio, sus ojos han de acostumbrarse con la práctica. Finalmente, sin embargo, ve con claridad y plenitud y retorna a la caverna para informar a los otros de su oscuridad y de la luz que pueden alcanzar si se liberan, si se apartan de las sombras y siguen el camino hacia la luz. Se mofan de él, se enfadan con él y, finalmente, intentan matarle por sus ideas, que a ellos les parecen absolutamente ridículas y alejadas de la realidad.

El mito es claro: poca gente puede formar todo su carácter según la luz de la sabiduría y de la verdad, y se dedicará a la búsqueda de éstas a pesar de las dificultades. La mayor parte, sin embargo, preferirán la caverna de oscuridad y pasarán sus vidas dedicadas a las búsquedas "sombrías" mucho más fáciles a costa de los placeres más elevados, más apropiados para los que poseen un alma:

"Ahora bien, la discusión de ahora muestra que esta facultad, existente en el alma de cada uno, y el órgano con que cada cual aprende deben volverse, apartándose de lo que nace, con el alma entera —del mismo modo que el ojo no es capaz de volverse hacia la luz, dejando la tiniebla, sino en compañía del cuerpo entero— hasta que se hallen en condiciones de afrontar la contemplación del ser e incluso de la parte más brillante del ser, que es aquello a lo que llamamos bien. ¿No es eso?"

Por lo tanto, mientras que la facultad de vivir una vida como amante de la sabiduría radica en todo el mundo, sólo algunos activamente vivirán de esta facultad interna. Hacerlo implica volver la entera orientación de uno hacia la Verdadera Realidad y resistir el encanto de los placeres transitorios que, como mucho, no son más que meras copias de la Verdadera Realidad.
Por otra parte y según la visión de Gülen, la renovación y el renacimiento vendrán al mundo en general cuando "la gente ideal" se eleve espiritual, moral e intelectualmente para dirigir a la humanidad, a través del servicio y del ejemplo de sus propias vidas, hacia una nueva era. Sin dicha gente, la sociedad interactúa de una manera incontrolada con todo tipo de ideologías oportunistas y sensualidades y la gente dentro de dicha sociedad apenas asciende a un nivel en el que pueden ser llamados "humanos":

"Algunos viven sin pensar; algunos sólo piensan, pero no pueden poner sus ideas en práctica… Aquellos que viven sin pensar son instrumentos de la filosofía de otros. Dichas personas siempre se desplazan de patrón en patrón, cambiando incesablemente los moldes y las formas, y luchando frenéticamente a lo largo de toda su vida con pensamientos y sentimientos desviados, con desórdenes personales y metamorfosis del carácter y de la apariencia, sin llegar nunca a ser ellos mismos… Esta gente siempre se parece a un estanque de agua infecundo, estéril, estancada, y propensa a pudrirse. Más allá de ser incapaces de expresar nada en nombre de la vitalidad, es inevitable que dicha gente se convierta en un montón de virus que amenazan la vida o en un nido de microbios".

Aquí Gülen, como Platón o Confucio, describe los dos tipos de personas en el mundo: la gente ideal, o aquellos que son conscientes del ideal y que se esfuerzan en pos del mismo, y la gente mundana. Lo que la gente mundana tiene en común es que, a cierto nivel, olvidan que son gente de valor. Gülen continúa:

"Esta gente es tan superficial en sus pensamientos y en sus puntos de vista que imitan cualquier cosa que oigan y vean, igual que los niños, yendo a la deriva tras las masas de acá para allá, y nunca encontrando una oportunidad para escucharse a sí mismos o ser conscientes de examinar su propio valor. De hecho, nunca perciben que poseen valores propios de sí mismos. Viven sus vidas como si fueran esclavos que nunca pueden aceptar liberarse de sus sentimientos materiales y corporales… Consciente o inconscientemente, se encuentran presos en una o más de dichas redes fatales cada día y matan sus almas una y otra vez en la más miserable de las muertes."

Tal y como los habitantes de la cueva de Platón, la gente mundana descrita por Gülen vive fijada a placeres finitos y materiales a costa de los placeres más elevados del desarrollo intelectual, del perfeccionamiento espiritual y de la contribución a la sociedad. Haciéndolo, niegan sus valores humanos. Gülen indica con respecto a la realización de una humanidad completa:

"Los seres humanos, sin embargo, están lejos de llevar a cabo un logro en base a su corporeidad o sensualidad. Es más, podemos decir que cuando los seres humanos son inconscientes de ellos mismos o de su existencia entonces son más inferiores que otras criaturas. Sin embargo, independientemente de lo insignificantes que puedan parecer los seres humanos, gracias a sus intelectos, creencias, consciencias y espíritus son observadores y comentadores de los secretos sagrados de la vida que se hallan ocultos entre líneas... Pues los seres humanos son contemplado como criaturas elevadas dirigidas hacia una misión especial, equipadas con capacidades y talentos superiores."

En el cuento el perro regresa corriendo a la cabaña de las gemelas, oye de nuevo sus nombres y una vez más se aleja a toda prisa. El cánido sigue el instintivo impulso de intentarlo una y otra vez. Pero, ay, una empanada de kumquat lo distrae y vuelve a olvidar los nombres. Otro aspecto del apetito ha asaltado a la criatura y la ha apartado una vez más de su tarea. Su vientre ha quedado satisfecho, pero no así la tarea de su alma.
Estamos empezando a comprender que el proceso de conservar la conciencia y más concretamente de no ceder a los apetitos que nos distraen mientras tratamos de encontrar una conexión psíquica es un proceso muy largo, al que resulta muy difícil mantenerse agarrado. Vemos que el sagaz perrito lo intenta con todas sus fuerzas. Sin embargo, cuesta mucho salir del profundo inconciente arquetípico para regresar a la mente conciente. Cuesta mucho bajar a los nombres y cuesta mucho subir de nuevo a la superficie. Cuesta mucho conservar el conocimiento consciente cuando se tropieza con trampas por el camino.
La empanada de kumquat y el hueso representan seducciones que nos distraen y que a su manera son deliciosas... en otras palabras, hay en la psique de todo el mundo unos elementos tortuosos, falsos y exquisitos. Estos elementos son contrarios a la conciencia; se conservan lozanos manteniendo las cosas oscuras y atrayentes. A veces nos cuesta recordar que estamos luchando por alcanzar la belleza de la luz.
En este cuento, el perro es el portador de la luz y trata de establecer una conexión conciente con la mística naturaleza gemela. Hay "algo" que periódicamente intenta evitarlo, algo que es invisible, pero que con toda certeza es el responsable de la colocación de los huesos y de las empanadas. No cabe duda de que se trata del oscuro forastero, otra versión del depredador natural de la psique que se opone a la conciencia. Debido a la presencia de este adversario natural en la psique de todas las personas, hasta la psique más sana puede perder su lugar. El hecho de recordar la verdadera tarea que tenemos entre manos y de recordarla una y otra vez prácticamente al modo de los mantras, nos conducirá de nuevo a la conciencia.

Fuentes:

Clarissa Pinkola Estés
"Mujeres que Corren con los Lobos"


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Ciclicidad Femenina

Hay un mundo desconocido para la mayoría, incluso para nosotras mismas, las mujeres. Algunos haciendo mala prensa de nuestras "oscilaciones" nos descalifican diciendo que somos impredecibles, que lloramos por cualquier cosa, que nunca estamos del todo conformes con nosotras ni con los otros. Lo peor que escuché fue "Las mujeres son todas unas histéricas", como si esto fuera un insulto cuando en realidad no lo es. Histeria viene de Hystero (útero) o sea... SI somos histéricas y gracias a eso capaces de engendrar vida!!!

La verdad es que somos cíclicas. Nuestra energía cambia de acuerdo al período del mes que estemos transitando. No podríamos, aunque quisiéramos, escapar a ello. Por lo tanto es hora de dejar de pelearnos con nuestra naturaleza y empezar a entendernos.

Diosas multifacéticas o simplemente... mujeres

Como la Luna, nosotras también somos cíclicas. A partir del momento en que tenemos nuestra menarquía, (nuestro primer sangrado menstrual) las mujeres nos adentramos en un tiempo sagrado, diferente del tiempo lineal, que nos conecta íntimamente con los ritmos de la Luna y sus diferentes fases. En las culturas ancestrales ese momento era el primer portal iniciático femenino y las mujercitas eran asistidas e instruidas por mujeres mayores en lo sagrado de su sangrado. Hoy en cambio, todo alude a evitar en forma artificial y muy rentable (en todos los sentidos) tocar el tema de "esos días". Honrando nuestra ciclicidad retornarmos a nuestro verdadero tiempo interno, aprendiendo a respetar nuestro calendario natural. Comprender y explorar nuestro ciclo femenino nos trae salud y bienestar, nos devuelve una cosmovisión integradora y femenina, capaz de resguardar, nutrir y proteger los procesos de la Vida misma.
Recuperar esta conexión de manera consciente, nos ayuda a alinearnos con nuestra verdadera naturaleza; trascendiendo la fragmentación, integrando nuestras diferentes fases. Durante cada mes vivenciamos diferentes aspectos de nuestra energía, relacionados con lo que llamamos “la cuaternidad femenina”: emergemos de la oscuridad, crecemos hasta colmarnos de plenitud, menguamos hasta hacernos invisibles y en esa oscuridad nos volvemos a transformar para volver a emerger renovadas, más íntegras, sabias y fortalecidas. Al re-conectarnos concientemente con nuestra Sagrada Rueda Menstrual, recuperamos la conexión con saludables arquetipos femeninos, que nutren, sostienen, recrean e inspiran nuestra identidad como mujeres.

Desde el momento en que finaliza tu luna (menstruación) hasta que termina tu ovulación, es decir aproximadamente catorce días iniciamos un periodo de energías expansivas que nos llevan naturalmente "hacia fuera". Durante la primer semana estaremos transitando el arquetipo de la Mujer Creadora. Nos vamos a sentir más livianas, frescas, elocuentes, decididas y con un plus de energía para hacer mil cosas. Tu propia naturaleza te va a acercar a concretar tus objetivos. Seguramente pases a ser vos misma tu prioridad, lo cual es muy saludable ya que a medida que te acerques a tu ovulación las energías te llevarán inevitablemente hacia los vínculos.Aquí comienza a vivenciarse a la Mujer Realizada. Te sentirás generosa, con ganas de compartir, de asistir a quienes te rodean. Todos tus proyectos iniciados en la fase anterior serán fácilmente sustentados, hasta tu sexualidad se vuelve más amorosa y romántica. No en vano, te estás preparando para ovular. Es tal la apertura hacia el mundo que te rodea que serías capaz de concebir una nueva vida si así lo quisieras. ¿Ves? Es lo que tu propia naturaleza te regala. La expresión máxima del amor y la necesidad de trascender. Si no tenés hijos, no te sientas mal, todos tus proyectos son tus hijos. No hace falta ser mamás biológicas para sentirnos "realizadas".
Lo que sí es prudente es no identificarse con esta fase sustentadora por siempre. Si caemos en la trampa de "dar todo en todo momento", corremos el riesgo de entrar en situaciones depredadoras. A veces la culpa por no responder como los otros esperan e incluso como nosotras mismas creemos que debiéramos hacerlo, nos lleva a no respetarnos. Por supuesto que "el depredador externo" no es más que una proyección que viene desde nuestro interior. Es la forma en que nuestra alma nos da la oportunidad de trascender ese punto.
Dejamos atrás la ovulación e inmediatamente empezamos a sentirnos más introspectivas. Es nuestra Mujer Sabia. Seremos más selectivas al momento de relacionarnos, es probable que estemos más irritables o con menos paciencia, menos sociables y condescendientes. La ansiedad y la hiperactividad mental serán nuestra compañía y, como nadie nos dijo cómo canalizar estas energías, serán quienes nos rodean nuestras "ocasionales víctimas" y escucharemos la frase: "Y... le está por venir". Siiiii, es justamente eso! Una alternativa saludable: darle rienda a tu creatividad. ¿Te gusta cocinar? ¿Te gusta pintar o escribir, o quizás bailar? Hacelo!!! Las energías encuentran una salida y tu ansiedad decrece notablemente. No dejes de prestar atención a tu percepción en estos días, es tu chamana interior diciéndote al oído cuáles son los próximos pasos!
Cuando nuestra luna finalmente dice "aquí estoy" se instala en nosotras la Mujer Transformadora. Vas a sentirte más cansada, más lenta. Es el arquetipo más poderoso, puerta a otras dimensiones y a fuerzas quizás desconocidas que emergen desde tu linaje más antiguo. Momento ideal para dejar atrás lo que ya no merece ser sostenido, y hacer espacio para nuevas experiencias.

Cuando menstruamos estamos abiertas a un conocimiento profundamente espiritual y contamos con la natural capacidad de reciclarnos, física, emocional y energéticamente.
Las mujeres parimos hijos, y también parimos ideas, libros, arte. Las mujeres amamantamos a nuestros bebes, y también lactamos y nutrimos nuestros proyectos, nuestros sueños, nuestras luchas. Durante los días de sangrado menstrual, las mujeres entramos en un estado de conciencia no ordinaria, un estado más expandido, ampliado, "fuera del mundo cotidiano"; que nos conecta con un profundo conocimiento ancestral femenino. Son días sagrados y poderosos espiritualmente, en los que un saber dormido en la hondura de nuestra psiquis, se hace presente, emergiendo hacia la superficie, revelando información acerca de la Diosa Creadora, Eterna Transformadora, La que da y reabsorbe la Vida, cíclica y armónicamente; La que vive dentro de nosotras, gestando, sosteniendo y reciclando a toda la Creación permanentemente.
Miles de años de una cultura patriarcal nos han desconectado de nuestros días de poder sanador. Aún hoy, en pleno siglo XXI, respondemos a patrones que siguen negando, censurando, ensuciando y tapando el ciclo menstrual, es el tabú de la menstruación. Piensa, por ejemplo, en las publicidades de apósitos femeninos, donde jamás aparece el color rojo, sino un celestial color azul, donde el eje del mensaje es que "esos días" pasen lo más inadvertidos posibles, que puedas "olvidarte".

La Mujer Transformadora, La Mujer Creadora, La Mujer Realizada y La Mujer Sabia son una sola. Todas ellas están en nosotras a cada momento. Somos todas ellas.
la Mujer Transformadora nos permite llegar a lo más profundo. Soltar y dar fin a lo que ya cumplió su ciclo.
La Creadora es donde se sustenta nuestra autoestima, nuestra autoafirmación e individuación.
La Realizada es la reina diosa de los vínculos.
Y la Sabia es la que abre sus canales a planos más sutiles conectándonos con el poder infinito del Universo en todas sus formas.

Desde tiempos antiguos las mujeres honraban esta ciclicidad como fuente de saber y poder sanador.
Este conocimiento era transmitido de madres a hijas, de abuelas a nietas. En lo posible, tratá de adaptar tus actividades a este ritmo que se impone. Pregúntate qué necesitás en ese momento y respetate. Evitá la tentación de tomarte un analgésico y luchar hasta entrar en ese pantalón ajustado pretendiendo "que no se note". Al menos reservá un momento del día a "estar sola contigo misma". Una meditación, el silencio, un momento de entrega a tu ser interior. Ancestralmente las mujeres sabias, adivinas y sacerdotisas de todas las eras oraculaban durante este tránsito. Pedían y recibían información trascendental para ellas y su comunidad.
Desempolvar estos viejos conocimientos, reconocer en nosotras estas energías, es rescatar lo más valioso que tenemos, nuestra poderosa y sagrada feminidad. La auto-observación, la intención de ser la mejor versión de nosotras mismas es la llave.

La Mujer Cósmica está despertando en cada una de nosotras, en consonancia con los ciclos de la Naturaleza y el Latido de la Madre Tierra. El despertar de Lo Sagrado Femenino ya es un hecho, y entre todas y todos tenemos la radiante posibilidad de tejer una nueva trama, de amor, solidaridad, paz y arte, para gestar una humanidad más sana.

Fuentes:

jueves, 9 de diciembre de 2010

La tenaz naturaleza canina

El perrito del cuento muestra exactamente de qué manera actúa la tenacidad psíquica. Los perros son los magos del universo. Con su sola presencia transforman a las personas malhumoradas en sonrientes, a las personas tristes en menos tristes; engendran relaciones. Como en la antigua epopeya babilónica de Gilgamés, en la que Inkadu, el peludo hombre/animal es el contrapunto de Gilgamés, el rey excesivamente racional, el perro constituye una de las dos naturalezas del hombre. Es la naturaleza del bosque, la que puede seguir el rastro, la que percibe lo que son las cosas.
Al perro le gustan las hermanas porque éstas le dan de comer y le sonríen. Lo místico femenino comprende y acepta de buen grado la naturaleza instintiva del perro. El perro representa, entre otras cosas, al (o a la) que ama fácilmente y durante mucho tiempo con todo su corazón, que perdona sin esfuerzo, que es capaz de correr durante largo rato y de luchar hasta morir en caso necesario. La naturaleza canina nos da las claves concretas sobre la forma en que un compañero se ganará el corazón de las hermanas gemelas y de la mujer salvaje, y la clave principal es "vuelve una y otra vez".
Manawee no consigue adivinar los nombres y regresa tristemente a casa. Pero el perrito vuelve a la cabaña de las hermanas y presta atención hasta que oye los nombres. En el mundo de los arquetipos la naturaleza canina es psicopompa* -mensajera entre el mundo superior y el oscuro mundo inferior- y ctónica**, es decir, originaria de las más oscuras y remotas regiones de la psique, las que desde tiempo inmemorial se han venido llamando el infierno o mundo subterráneo de ultratumba. Un compañero tiene que llegar a esta sensibilidad para poder comprender la doble naturaleza.
El perro es parecido al lobo, sólo que un poco más civilizado, si bien, tal como se ve en el resto del cuento, no demasiado. Este perrito en su calidad de psicopompo representa la psique instintiva. Oye y ve las cosas de manera distinta a como lo hace un ser humano. Llega a unos niveles que el ego jamás conseguiría imaginar por su cuenta. Oye unas palabras y unas instrucciones que el ego no puede oír. Y se guía por lo que oye.

"En diferentes culturas chamánicas los animales han sido vistos como arquetipos o modelos de referencia cuyo comportamiento, características, poder y sabiduría sirven de inspiración para el desarrollo de las capacidades humanas."

La medicina de los animales

"Para los nativos americanos el concepto de Medicina es cualquier cosa que mejore la conexión entre uno mismo, el Gran Misterio y la Vida en todas sus formas y manifestaciones. Esto incluye la sanación del cuerpo, de la mente y del espíritu. Medicina es también cualquier cosa que que infunda fuerzas personales, vitalidad o energía, vigor o potencia, y conocimiento o sabiduría.
Trata sobre cómo vivir el continuo de la vida de un modo que conlleva sanar a la Madre Tierra y a todos nuestros compañeros, familia, amigos y demás criaturas. La Medicina nativa americana es un "modo de vivir" que lo abarca todo, porque guarda relación con el caminar por la Madre Tierra en perfecta armonía con el Universo.
Nuestros hermanos en la Creación, los animales, tienen unas pautas de comportamiento que transmiten mensajes de sanación a cualquiera lo suficientemente atento para observar sus lecciones sobre cómo vivir. Cada lección se basa en una idea o un concepto importante, y para un mayor entendimiento, cada animal representa la equivalencia de una de las lecciones asignadas. Aunque en la realidad de la Creación cada animal tiene cientos de lecciones que enseñar. Todas ellas son manifestaciones del Poder y se pueden convocar. Es un tipo de poder que nace de la Unidad y de que cada ser guarda en su interior una parte de todos los demás seres vivientes. Es la ley de la Unidad. Como todas las cosas en este Universo están construidas con los mismos elementos y partículas, es relat6ivamente seguro asumir que todos nos comunicamos a través del común denominador de cada átomo, que es la fuerza creadora o el Gran Espíritu que vive dentro del Gran misterio."

"Aparentamos vivir en la Tierra como seres diferentes con diversos destinos;
pero tal y como cada gota de la lluvia es parte del océano, todos y cada uno de nosotros
somos parte del Océano de la Conciencia, del Cuerpo de la Divinidad.
Encontramos Amor y paz interior en las profundidades de la más alta
Verdad que todos somos Uno, una Familia.
Deja atrás el equipaje del miedo, la envidia, y el resentimiento;
vuela, vuela con las alas de la comprensión,
para entrar en el Territorio sin fronteras de la Compasión.
Ah, no ser aislado, no a través de la insignificante partición fuera de la Ley de las Estrellas.
El interior – ¿qué es? si no un cielo encendido, repleto de pájaros y profundidad
con los vientos del retorno a casa."
Rainer Maria Rilke

"Cuando se convoca el poder de un animal (de una planta, de un mineral, de una fuerza natural), se esta pidiendo ser absorbido en total armonía con la energía esencial de ese ser. Obtener este conocimiento es un proceso de sanación al que uno se debe aproximar con humildad e intuición. Ciertos aspectos de estas lecciones han sido elegidos porque reflejan lo que cada espíritu necesita aprender en su caminar. El poder se halla en la sabiduría y en la comprensión del papel que cada uno interpreta en el Gran Misterio, y en honrar a cada ser viviente como a un gran maestro.
Este sistema medicinal representa parte del proceso de cómo enseñar a la persona a ser intuitiva, de cómo buscar la verdad de la naturaleza, de cómo relacionarse con las demás criaturas del Gran Misterio y de cómo observar lo obvio en el silencio. El silencio de una mente sosegada es la fertilidad sagrada del espíritu receptor. Utilizar esta Medicina en silencio, permite entender el lenguaje de un maravilloso nuevo mundo que se expresa a través de la esencia de los seres vivos.
Al hacer un llamamiento a la Medicina de cualquier ser, animal o fuerza natural, es preciso mantener una actitud reverente y estar dispuesto a aceptar ayuda."

La Medicina del Perro Perro
Lealtad / Protección
Eres tan noble,
Hasta el fin amargo,
Tu Medicina es la enseñanza
de leal y fiel amigo.


"El Perro era el sirviente/soldado que custodiaba las viviendas de la tribu y las protegía de los ataques por sorpresa. Ayudaba en la cacería y proporcionaba calor en invierno. Es símbolo de lealtad, amor incondicional, protección y servicio. Su Medicina incorpora la gentileza amorosa del mejor amigo y la energía protectora del guardián.
Si tu Animal de Poder es el Perro, tu devoción hacia tu familia y amigos es infinita. Obtienes una gran satisfacción de prestar servicio a otros, ofreciendo tu mano al amigo necesitado. Una palabra amable, una caricia, un acto de gentileza significan mucho más para ti que las cosas materiales. Sin embargo, existe el peligro de acercarte demasiado al otro extremo: permitir que las personas se aprovechen de ti por tu naturaleza gentil.
El Perro te recuerda que tu lealtad siempre debe ser hacia ti mismo, hacia tus metas, hacia tu propia verdad. Te recuerda que en la medida que te respetes y te valores a ti mismo, podrás verdaderamente prestar servicio a quienes honren lo que puedas darles."
Julia C. White

"Todas las tribus indias del Suroeste y de las llanuras poseían Perros. Es­tos nobles animales a menudo alertaban sobre los peligros que acechaban. Ayudaban en la caza y eran una gran fuente de calor en las largas noches de invierno. Como la especie o tribu canina comprende muchas razas, los Pe­rros indios de los tiempos antiguos eran generalmente medio salvajes. Esta naturaleza sin embargo, nunca privó a sus dueños de su innata lealtad.
El Perro ha sido considerado a lo largo de la historia el criado de la hu­manidad. Si una persona tiene la Medicina del Perro, normalmente él o ella están sintiendo a la humanidad de una u otra forma. Aquí encontrarán al trabajador voluntario, al caritativo, al filántropo, a la enfermera, el conseje­ro, el sacerdote y al soldado.
El Perro era mitad soldado mitad criado y vigilaba el campamento ante un ataque sorpresa. El Perro es la Medicina que encarna la cariñosa dul­zura del mejor amigo y la semisalvaje energía protectora del imperativo territorial. Como Anubis, el perro chacal protector de Egipto, el Perro es el animal guardián. A lo largo de la historia, el Perro ha sido el guar­dián de los infiernos y de los secretos antiguos, de los tesoros ocultos y, mientras sus madres se encontraban cocinando o en el campo, de los ni­ños. El Perro hace honor a su talento y es leal a la confianza depositada en él.
Al examinar la Medicina del Perro, puede ocurrir que guardes gratos re­cuerdos por haber tenido y querido a un Perro como animal doméstico. El mensaje que los Perros intentan comunicarte es que debes indagar profun­damente en tu sentido de servicio a los demás. Los canes son unos anima­les genuinamente orientados hacia el servicio a los demás y sienten una fuerte devoción hacia sus amos con una lealtad que a menudo sobrepasa la forma en que son tratados.
Aunque le griten o le peguen, el Perro seguirá amando a la persona que le maltrata. No es estupidez, sino una profunda y compasiva comprensión de los defectos de los humanos. Escomo si un espíritu tolerante anidara en el corazón de cada can que sólo pide ser útil.
También se ven Perros a los que les han arrancado la lealtad a palos. Se encogen de miedo y lloran a la más mínima insinuación de desaprobación, pero ésta no es su verdadera naturaleza. Algunas especies de Perros han sido entrenadas contra su naturaleza para ser brutales y feroces. Por un senti­miento de servicio, esas razas se han adaptado a los deseos de agresividad de sus dueños. Alteran su memoria genética sobre lo que significa ser ser­vicial a cambio de la aprobación de sus amos.
La Medicina del Perro te pide que consideres lo fácil que resulta cam­biar el sentido de la lealtad por la necesidad de aprobación. Si la Medicina del Perro y sus lecciones aparecen en tu caminar, hay varias cuestiones a considerar según sea tu situación actual:
1. ¿Recientemente he olvidado que debo lealtad a mi verdad personal?
2. ¿Es posible que los chismorrees o las opiniones ¡de los demás hayan alejado mi lealtad de cierto amigo o grupo de amigos?
3. ¿He rechazado o ignorado a alguien que intenta ser un amigo leal?
4. ¿He sido leal y fiel a mis objetivos?

En su aspecto sombrío, el Perro puede estar intentando decirte que te has vuelto crítico o mezquino hacia tus compañeros. También podría indicar que ha llegado el momento de dejar de enco­gerse a causa del miedo y de comenzar a hacer frente a los adversarios de tu autoestima. La clave es darse cuenta de que no se trata de enemigos exter­nos, sino de tus propios pensamientos que te están diciendo que no mereces lealtad, ni de ti mismo ni de los demás. Posiblemente necesitarás examinar las pautas de deslealtad que haya en tu vida. Por ejemplo, ¿difundes los chismorreos o guardas silencio cuando otra persona está propagando ru­mores? ¿Haces chistes a costa de los demás? ¿Te niegas a devolver la amabi­lidad? Estas son las características del miedo, y sobre todo de un miedo que es común a la familia de los bípedos humanos, el miedo a no pertenecer o a no contar con la aprobación de los demás.
Recobra el poder de la lealtad hacia ti mismo y a las verdades persona­les. Sé como el Perro: tu propio mejor amigo."
   

Una vez, en un museo de la ciencia de San Francisco, entré en una sala llena de micrófonos y altavoces que simulaban el oído de un perro. Cuando una palmera se agitaba al viento, sonaba como un terremoto; cuando unas pisadas se acercaban desde lejos, era como si alguien estrujara contra mi oído un millón de bolsas de palomitas de maíz. El mundo del perro está lleno de constantes cataclismos acústicos, Unos cataclismos acústicos que nosotros los seres humanos no percibimos en absoluto. Pero el perrito sí.
El cánido oye más allá del alcance del oído humano. Este aspecto medial de la psique instintiva, de características semejantes a las de los médiums, percibe la profunda función, la profunda música y los profundos misterios de la psique femenina. Ésta es la naturaleza que puede conocer la naturaleza salvaje de las mujeres.

Fuentes:

Clarissa Pinkola Estés
"Mujeres que Corren con los Lobos"


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martes, 7 de diciembre de 2010

El poder del nombre

"El nombre es el espíritu y se funde con la sombra. Todos ellos son seres vivos y, como las personas a los que se dan, tienen identidades personales separadas."

Dar nombre a una fuerza, una criatura, una persona o una cosa tiene varias connotaciones. En las culturas en las que los nombres se eligen cuidadosamente por sus significados mágicos o propicios, conocer el verdadero nombre de una persona significa conocer el camino vital y las cualidades espirituales de dicha persona. Y la razón de que el verdadero nombre se mantenga a menudo en secreto es la necesidad de proteger a su propietario para que pueda adquirir poder sobre dicho nombre y nadie lo pueda vilipendiar o pueda apartar la atención de él y para que su poder espiritual pueda desarrollarse en toda su plenitud.

El poder secreto del nombre

"Saber el nombre de una persona sirve para algo más que llamarla. Además confiere un cierto poder sobre ella. Bajo esta premisa, algunas culturas han tenido especial cuidado de no revelar el verdadero nombre a extraños pues, de lo contrario, podrían estar a merced de aquél que lo poseyera. Saber el nombre verdadero de alguien, sea animal, cosa, persona o dios, otorga poderes mágicos sobre el alma y, en algunos casos, casi se considera como sinónimo del alma o espíritu. En las culturas de tradición, sus miembros tenían un nombre público, conocido por todos, y también otro oculto, íntimo, esotérico, el que revelaba su auténtica personalidad. Creían que ese nombre representaba alguna peculiaridad espiritual.

Dentro de las creencias mágicas sobre el nombre, pensaban los egipcios que éste venía a individualizar a cada persona de una manera plenamente determinante. El destino de cada persona estaba unido entrañablemente a su nombre; ese es el motivo de que en los ritos funerarios el nombre estuviera considerado como un elemento especialmente valioso de la personalidad, al que se le debía tanto respeto como a la propia momia o al alma del difunto. El nombre era único para cada persona y permitía que ésta perdurara; se creía que el difunto no moría del todo mientras su nombre fuese pronunciado, es decir no fuera olvidado por completo. Por esta razón, también en otras civilizaciones antiguas, como la romana, los gobernantes y otros personajes influyentes hacían enormes esfuerzos en preservar su nombre, inscribiéndolo una y otra vez en los monumentos que construían, en tumbas, en documentos, etc., y explica por qué la damnatio memoriae era un castigo tan severo para ellos.
En Babilonia y en otras civilizaciones, lo que no tenía nombre no existía. En la antigua Roma, no se le daba a un muchacho el nombre individual hasta la iniciación, o a una muchacha hasta que se casaba. La persona no tenía entidad hasta que recibía un nombre. Entre los aborígenes australianos, el padre dice al muchacho el nombre totémico en la iniciación. En todas las edades y en todos los tipos de cultura se da al individuo un nombre nuevo cuando tiene lugar la iniciación.
La importancia atribuida al nombre se comprueba a lo largo del tiempo en la perpetuación de un apellido, que no debe dejarse desaparecer y que ha llevado a muchos hombres a casarse por esa única razón. Del mismo modo, se pone a los niños el nombre de algún antepasado, para perpetuar el nombre; estos niños se consideran, a menudo y en algunos países, como la reencarnación de sus antepasados. Normalmente, los niños vikingos recibían el nombre de un familiar fallecido recientemente porque así recibiría algunas de las características suyas. Y en los sellamientos o casamientos de los mormones, se le otorga un nombre tanto a la mujer como al marido que resultan secretos y que sólo ellos conocen. La misma creencia en el poder del nombre ha hecho que en las supersticiones de raíz cristiana fuera costumbre, hasta hace poco, no revelar el nombre de un niño antes de que fuera bautizado, pues en ese lapso de tiempo está desprotegido contra las asechanzas de los malos espíritus. Edward Clodd sostiene que “esto, en pocas palabras, es la noción de que el nombre de cualquier ser, ya sea humano o sobrehumano, es una parte integrante de sí mismo y saberlo pone a su dueño, sea éste deidad, fantasma u hombre, en poder de otro, implicando esto, a menudo, la destrucción del nombrado”.
También es significativo que se considere mala suerte cambiar el nombre de un barco o de una casa.

El poder del nombre está relacionado con la fuerza creativa del sonido.

"En un principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y Dios era el Verbo".

Los sonidos no son los que constituyen una conversación, son Mantra, fuerzan a la creación de una imagen mental, y la fuerzan ejerciendo su acción sobre lo que es, precisamente para que surja tal como es relmente en su Ser esencial. ...Aquel que consigue utilizar las palabras-mantra poseerá la fuerza del conjuro, el medio mágico de actuar sobre la realidad inmediata, que es revelación divina y juego sempiterno de las fuerzas del universo.
En la palabra mantra se encuentra la raíz Man (pensar), unida a la partícula Tra, que forma parte de las palabras que designan los útiles. Así sucede con mantra, es un útil para pensar, una herramienta que permite aprehender una imagen mental. Por su resonancia, llama a la inmediata realización de su contenido. Lo que designa el mantra es así, está aquí, se realiza. La magia de la palabra y de la voz ha sido auténticamente vivida en las antiguas civilizaciones, las cuales asumían una actitud tremendamente respetuosa ante la palabra portadora de la tradición sagrada y encarnación del espíritu. En el Tíbet, donde se conservan vivas las tradiciones mántricas, la palabra únicamente no es un signo sagrado, sino que lo es cada letra del alfabeto, cada sonido.
Aquello que se invoca en voz alta, utilizando las palabras y los vocablos correctos, acaba por materializarse y cumplirse. Es la base de los grimorios y de los libros de encantamientos, de magia y maldiciones. Las palabras de poder pueden ser útiles para invocar a las fuerzas de la naturaleza y a los seres elementales. Esto mismo lo manifiesta Kirk de Aberfoyle en su obra "La Comunidad Secreta" cuando escribe que los subterráneos desaparecen apenas han oído el nombre sagrado que invoca a la Divinidad.
En muchas religiones, Dios tiene un nombre que no se debe pronunciar. Una leyenda hebrea cuenta que la tierra y los cielos temblaron cuando Salomón empezó a pronunciar el nombre sagrado. En los tiempos romanos, el nombre de la deidad tutelar de una ciudad se mantenía en secreto. Los judíos tenían la misma prohibición, con el fin de mantener a la deidad en exclusiva para su propia gente. En los misterios griegos, sólo los iniciados podían apelar o rezar a las deidades cuyos nombres se les había dado. El no conocer el nombre excluía a los no iniciados de obtener favores de las divinidades. El conocimiento del nombre obligaba a la deidad a responder favorablemente a las plegarias del que les rezaba. Se adoptaba un tono más respetuoso para dirigirse a una gran diosa lunar, tal como Artemisa, Tanit o Hécate. Los griegos también usaban el nombre como un medio para hacer magia y hacían tablillas de plomo. Después, se usaron mucho estas tablillas para todo tipo de magia y se inscribían en ellas símbolos mágicos, números o maldiciones, junto con los nombres de los espíritus invocados.
En un grado superior, saber el verdadero nombre de Dios es conocer la totalidad de su Creación y eso es algo que otorga fuerza para modificar la naturaleza. Ni más ni menos. Los cabalistas creen que Dios posee 72 nombres que son las 72 combinaciones de las letras hebreas. Y todo ello se puede resumir en una palabra: el Shem Shemaforash, el Nombre Secreto e impronunciable.
El rey Salomón era uno de los depositarios del mismo y para evitar que algún día pudiera perderse, creó un criptograma geométrico a partir del cual puede deducirse el Nombre Secreto. Salomón lo hizo inscribir en una plancha metálica, una especie de talismán de oro engastado con piedras preciosas que los autores latinos denominan la "Mesa de Salomón" y los autores árabes el "Espejo de Suliman".
En el Islam hablan de los 99 nombres de Alá, que son las formas de referirse al Creador. Algunos piensan que el número 100 sería su auténtico e impronunciable nombre, ya que todos los demás son adjetivos que lo describen. Los seguidores de la Fe Baha’i, piensan que el centésimo nombre sería Bahá, una palabra que significa "esplendor".

La creencia en el poder del nombre se ha mantenido en la religión, el mito, la saga, el ritual y la leyenda, y hasta en el cuendo de hadas, donde aparece con frecuencia y juega un papel importante. Los nombres tabú y los nombres secretos son la base de muchos de los relatos que proliferan por todo el mundo. Los protagonistas suelen ser diablos o duendes, celosos de su nombre que retan a que sea adivinado y que al final es desvelado. ¿Qué nombres secretos son esos? En Inglaterra el nombre oculto del duende es "Tom Tit Tot" y en Cornualles el nombre del diablo, con quien la niña hace el pacto, es "Terry-Top".
En la versión escocesa es "Whuppity Stoorie". En Suecia se llama "Tiheliture". En un cuento húngaro es un enano cuyo nombre revelado es "Winterkoble". En Austria se llama "Kruzimugeli", en Islandia "Gilitruh" y en Alemania está el que posiblemente sea el más famoso de todos los nombres ocultos, y lo sabemos gracias a los Hermanos Grimm, cual es el del enano "Rumplestilskin". En España también tenemos nuestra variante de este tabú que es el de María Quiriquitón.
El poder de la palabra también se utiliza para abrir puertas de entrada y salida a mundos dimensionales. Invocando la frase certera, una puerta se abre, es el caso del "Ábrete Sésamo" de Alibabá, o se desencanta a un hada o a un tesoro. "Hocus Pocus", “Abracadabra” y "Sim sala bim" son algunos conjuros antiguos que fueron considerados mágicos. Los ensalmadores utilizaban este poder para curar a las personas a través de sus ensalmos, igual que ocurría en Galicia con los pastiqueiros.

Es increíble el efecto que producen las cosas que nombramos. La mayoría de las veces no somos conscientes de sus consecuencias. Las palabras son un reflejo de nuestros pensamientos y sentimientos porque la palabra es sonido. El sonido es vibración y la vibración es energía. Por eso, en cada palabra y en cada nombre reside un poder implícito y un sonido energético que puede crear, puede curar o incluso puede matar. Algunas palabras solo deberían usarse una vez en la vida y otras no habría que cansarse de repetirlas. Una de ellas es "amor", término elegido como el vocablo más bello de la lengua castellana.

En los cuentos de hadas y las narraciones populares el nombre tiene varios aspectos adicionales, lo cual queda claramente de manifiesto en el cuento de Manawee. Aunque en algunos cuentos el protagonista busca el nombre de una fuerza perversa para poder dominarla, por regla general la búsqueda del nombre obedece al deseo de evocar esta fuerza o a esta persona, a la necesidad de estar cerca de esta persona y establecer una relación con ella.
Es lo que ocurre en el cuento de Manawee. Éste va y viene una y otra vez en un sincero intento de acercarse al poder de "las Dos". Le interesa nombrarlas no para adueñarse de su poder sino para adquirir un poder propio igual al suyo. Conocer los nombres equivale a adquirir y conservar la conciencia de la doble naturaleza. Por mucho que uno lo desee e incluso recurriendo al uso del propio poder, no se puede establecer una relación profunda sin conocer los nombres.
La adivinación de los nombres de la doble naturaleza, es decir, de las dos hermanas, es inicialmente una tarea tan difícil para las mujeres como para los hombres. Pero no tenemos que preocuparnos demasiado. El solo hecho de que nos interese descubrir los nombres significa que ya vamos por buen camino.
¿Y cuáles son exactamente los nombres de estas dos hermanas simbólicas de la psique femenina? Como es natural, los nombres de las dualidades varían según las personas, pero tienden a ser en cierto modo contrarios. Tal como ocurre con buena parte del mundo natural, es posible que al principio los nombres nos parezcan inmensos y pensemos que carecen de una pauta o repetición determinada. Pero un minucioso examen de la doble naturaleza, haciendo preguntas y prestando atención a las respuestas, no tardará en revelarnos una pauta que efectivamente es muy amplia, pero que posee una estabilidad semejante al flujo y reflujo de las mareas; la pleamar y la bajamar son predecibles y pueden trazarse mapas de sus corrientes profundas.
En la cuestión de la adivinación de los nombres, pronunciar el nombre de una persona es formular un deseo o una bendición acerca de él cada vez que se pronuncia. Nombramos estos dos temperamentos que llevamos dentro para casar el ego con el espíritu. Esta pronunciación del nombre y este casamiento se llaman, con palabras humanas, amor propio. Cuando se produce entre dos personas individuales se llama amor recíproco.
Manawee trata una y otra vez de adivinar los nombres, pero sólo con su naturaleza exterior no consigue adivinar los nombres de las gemelas. El perro, como representante de la intuición, actúa al servicio de Manawee. Las mujeres ansían a menudo encontrar a un compañero que tenga esta clase de paciencia y el ingenio necesario para seguir intentando comprender su naturaleza profunda. Cuando encuentra a un compañero de este tipo, lo hace objeto de su lealtad y amor durante toda su vida.
En el cuento, el padre de las gemelas actúa de guardián de la pareja mística. Es el símbolo de un rasgo intrapsíquico real que protege la integridad de unas cosas que tienen que "permanecer unidas" y no separadas. Él es quien somete a prueba el valor, la "idoneidad" del pretendiente. Es bueno que las mujeres tengan este vigilante.
En este sentido se podría decir que una psique sana somete a prueba todos los nuevos elementos que piden permiso para incorporarse a ella; que la psique posee una integridad cuya protección exige un proceso de selección. Una psique sana poseedora de un paternal vigilante no acepta sin más cualquier viejo pensamiento o cualquier actitud o persona, sólo acepta los que poseen capacidad de percepción consciente o se esfuerzan por alcanzarla.
El padre de las dos hermanas dice: "Espera. Hasta que no me convenzas de que te interesa realmente conocer la verdadera esencia -los verdaderos nombres-, no podrás tener a mis hijas." El padre quiere decir: "No podrás comprender los misterios de las mujeres con sólo pedirlo. Primero tienes que esforzarte. Tienes que estar dispuesto a entregarte por entero. Tienes que imaginarte cada vez más cerca de la auténtica verdad de este rompecabezas espiritual femenino, de este esfuerzo que es no sólo un descenso sino también un enigma."

Fuentes:

Clarissa Pinkola Estés
"Mujeres que Corren con los Lobos"


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