domingo, 4 de noviembre de 2007

Los antiguos orígenes.

Wicca es una religión o serie de creencias Neopaganas que surgió al conocimiento público en la década de los '50, de la mano de Gerald Gardner, supuestamente basada en tradiciones transmitidas en forma oral desde tiempos inmemoriales. La verdad o no de ésto último es causa de debate. Originalmente se tomaba ésta tradición oral como un hecho, en base principalmente a los escritos de la antropóloga Margaret Murray acerca del culto de las brujas de la Edad Media. Luego de que éstos últimos quedaran desautorizados en su historicidad, hoy en día es creencia extendida que la Wicca le debe su nacimiento más que nada a Gardner, aunando prácticas tradicionales y las teorías de Murray en boga en ése momento, con elementos de la magia ceremonial.

Los fundamentos de la creencia son relativamente amplios: la reverencia a la Naturaleza y sus ciclos y la responsabilidad personal del creyente/practicante son las cualidades más evidentes, junto con la relación e interacción directa entre el practicante y las Deidades. La práctica tradicional incluye también un sistema mágico. Las celebraciones y muchas de las ideas de fondo deben muchísimo tanto a Sir James Frazer como a Robert Graves.

Los primeros indicios de la antigua Religión datan de 25.000 años A.C. La Dra. Margaret Murray, hizo un estudio y trazó los orígenes de la antigua religión en la era paleolítica. Ella presentó evidencias de dudosa procedencia y teorías que son objetos de numerosas criticas por parte de muchos cientificos quienes dicen que sus investigaciones son todo menos serias.

En la era paleolítica, los hombres y mujeres dependían de la caza para la supervivencia. Solo si la cacería era buena ellos tendrían alimentos, pieles para cubrirse y huesos para fabricar sus armas y herramientas. Es lo que hoy en día llamaríamos Animismo.

La mayoría de los animales que se cazaban tenían cuernos, por lo que los hombres dieron el aspecto de hombre con cuernos al dios de la caza. Es aquí donde la magia se mezcló por primera vez con este modelo de adoración a los dioses. Las primeras manifestaciones de la magia fueron simpatéticas, es decir, ellos creían que si hacían una imagen de un bisón moldeada en el barro, y luego la rompian y destrozaban, al salir de cacería matarían un bisón real.

Junto a este dios de la caza, había una diosa. Esta no era de la caza, sino de la fertilidad, ya que si habían animales para matar, era necesario que estos mismos animales se reprodujeran para asegurar la existencia de animales para cazar.

Existen muchas imágenes de la Diosa que se encontraron en excavaciones, en las que se reflejan la importancia que le daban al aspecto genital de la mujer, simbolizando su fertilidad y sexualidad. Estas tienen los senos de gran tamaño, el vientre hinchado, y órganos sexuales exagerados, dejando de lado aspectos como brazos, piernas y rostro.

Con el desarrollo de la agricultura, la necesidad de la caza disminuyó, y eso ocasionó un ascenso de la diosa. Ella ahora también empezaba a cuidar de la fertilidad de la tierra, así como de la tribu y de los animales. De esta manera el año se dividió en dos mitades. El verano en el cual el alimento crecía de la tierra, era dominado por la Diosa, y el invierno en el cual se obtenía alimento por medio de la caza, era dominado por el Dios.

Antes de la era cristiana, en algunas áreas de Europa, aunque no en toda ella, los sacerdotes recibían el nombre de "Sabio".
De hecho, en la antigüedad, los jefes o reyes de los clanes, jamas tomaban una decisión importante sin antes consultar con el Consejo de los Sabios.
Ellos no solo dirigían los rituales, sino también conocían la herbología, magia y adivinación, así como también la medicina y las leyes. Estos sacerdotes desempeñaban un rol esencial como mediadores entre los hombres y sus dioses.
En las grandes celebraciones ellos se convertían en casi dioses, y eran tratados como tales. Eran muy respetados y temidos por ello.

Origen de la palabra

El uso del término Wicca es relativamente moderno. Fue adoptado por los protagonistas del resurgimiento de la antigua religión a mediados del siglo XVIII. Las asociaciones del término Witchcraft (brujería) eran, y aún son, esencialmente negativas. El concepto popular de brujería, fruto de siglos de ignorancia y persecución, no tiene casi semejanza con la antigua religión. Para evitar confusiones, se adoptó el término anlgosajón Wicca. En inglés antíguo la doble c se pronuncia "ch" así que la pronunciación sería witcha. Wicce significa bruja y Wicca brujo. Wiccan es el plural de Wicca. Al igual que el término Witchcraft, Wicca podría traducirse como wise craft, arte o habilidad sabia. La Wicca también es conocida como Craft of the Wise, arte o habilidad de los sabios, o simplemente The Craft, el arte.

La palabra Wicca no tiene un origen claro, algunos creen que se trata de un antiguo vocablo de origen inglés wicce que significa Mago, pero el origen real es incierto. Se empezó a utilizar de forma más extensiva durante la década de los años 60 con el boom de las nuevas corrientes espirituales, como alternativa a las religiones tradicionales que resultaban obsoletas para las nuevas generaciones.

La palabra "wicca" tiene dos posibles fuentes.

La primera procede del inglés antiguo (anglosajón) "wicca" para designar a los practicantes de magia: "wicca" (masculino) o "wicce" (femenino), etónimos de la palabra en inglés moderno "witch" (bruja). Proviene de la raíz sajona “wic” que significa doblegar o modelar, o bien sabio o erudito. Wicca, Wicce, Wica o Wite eran maneras de denominar a los Sacerdotes y Sacerdotisas de la Antigua Religion en las regiones anglo-sajonas. Éstos eran considerados conocedores de las propiedades herbales y con capacidad clarividente, pero, ante todo, eran valorados por su capacidad de “modelar la realidad”, de hacer Magia. Una persona de la wicca era una persona que tenía conocimiento que lo distinguía del resto de la población.
La palabra "wicce" procede a su vez del antiguo nordico "seiðkona": sacerdotisa en la mitología escandinava y entre las tribus germanas, practicante de "seiðr" (chamanismo).
En las sociedades tribales germanas pre-cristianas, practicar "seiðr" era considerado como "ergi" (que no era para los hombres), a pesar de que había practicantes hombres llamados "seiðmaðr" o "wicca" en antiguo inglés.

La segunda raíz puede encontrarse en la palabra céltica "wick", que significa flexible o ágil. Deriva de la raíz indoeuropea "wik" o "weik" (que hace referencia a la religión y la magia). Los wiccanos son personas que se adaptan muy bien a la vida y se somenten a la propia voluntad de Uno, tal y como se hace en el proceso de la Magia.
De esta raíz también se deriva el verbo en inglés antiguo witan (saber), que da origen a las palabras “wise” (sabia o sabio) y “wisdom” (sabiduría). Esta conección es la razón por la cual los brujos de nuestra era llaman a la brujería moderna, que es su religión o estilo de vida, “The craft of the Wise” (el arte de la sabiduría).

La palabra Wicca para referirse a la religión en sí misma empieza a adoptarse a partir de los años 70, especialmente impulsada en Estados Unidos como forma de evitar los prejuicios negativos de la palabra ‘brujería’ y para diferenciarse de otras ramas de brujería tradicional no-gardneriana.

En la actualidad, con el desarrollo de las sendas paganas y una aceptación mayor, diversos autores y estudiosos (Bonewits, Hutton) prefieren utilizar términos más acordes como Brujería Neo-pagana o Brujería Moderna.

viernes, 2 de noviembre de 2007

¿Qué es la Wicca?

La "Wicca" es la evolución y la versión moderna de la Tradición religiosa chamánica europea. Por lo tanto es una religión re-construida que procede de creencias "Neopaganas" influenciada por el mundo celta y vinculada a la tierra, a la naturaleza y al culto a la fertilidad. La Wicca sigue un codigo moral que busca la armonía entre las personas y el enriquecimiento espiritual de todos los seres humanos.

La Wicca es una de las tradiciones más importantes del "Paganismo" moderno. También conocida con el nombre de "Brujería", comenzó a ser conocida públicamente en esta forma moderna a finales de los 40. Es una religión iniciática, una tradición mistérica que guía a sus iniciados a una profunda comunicación con los poderes de la Naturaleza y con la psique humana, conduciendo a una autentica transformación de uno mismo.

La Wicca es tanto una religión como un Arte. …Como religión –como cualquier otra religión- su objetivo es poner al individuo y a la colectividad en armonía con el Divino principio creativo del comos y sus manifestaciones a todos los niveles. Como Arte, su objetivo consiste en alcanzar fines prácticos por medios psíquicos, con propósitos buenos, útiles y curativos. En ambos aspectos, las características propias de la Wicca son su actitud basada en la Naturaleza, su autonomía de pequeños grupos en los que no existe distinción entre el sacerdocio y la “congregación, y su filosofía de polaridad creativa a todos los niveles, tanto entre la Diosa y el Dios como entre la Sacerdotisa y el Sacerdote.

Janet & Stewart Farrar. Eight Sabats For Witches, Robert Hale, London, 1981.

La Wicca es en algunos casos llamada el Arte de los Sabios o, más comúnmente, el Arte.

En las Islas Británicas existen varias tradiciones del Arte: Gardneriana, Alejandrina, Tradicional, Hereditaria (Familiar) o Diánica. En otros países, existen otras tradiciones, en reflejo de su propia cultura.
Los Gardnerianos reclaman ser el linaje de Gerald Gardner, que fue el mayor responsable del redescubrimiento del moderno Arte.
Los Alejandrinos descienden de Alex y Maxine Sanders, quienes desarrollaron las ideas de Gardner.
Los Tradicionalistas por su parte defienden un trabajo anterior a la moderna expansión de la traición que han sido trasmitidas de generación en generación.
Los Hereditarios reclaman tener unas tradiciones salvaguardadas por familias particulares y pasadas a parientes de sangre o por matrimonio.
La brujería Dianita esta basada en los principios feministas.

Para algunos practicantes del Arte, Brujería y Wicca son vistas como dos fés diferenciadas mientras que para otros los límites entre ambos conceptos son más borrosos. Es cierto que la palabra "Wicca" es menos evocadora y emotiva que "Brujería" pero a pesar de sus perceptibles diferencias, ambas comparten una concordancia en creencias y prácticas.

La Tradición Wicca celebra ocho festivales estacionales llamados "Sabbats". Los rituales del Arte, como todos los ritos Paganos, se celebran de puertas para afuera y contemplan rituales simples para celebrar las estaciones y el regalo de la vida. Un ritual de Arte consiste en traer lo Divino a nuestras vidas individuales, pero también es un modo de comprender nuestra mente intima y contactar con lo Divino en nosotros mismos.
La Brujería es una religión de magia y amor, el movimiento de una poesía profunda del alma, un modo de compartir y gozar con los misterios de la Naturaleza y las multiples emanaciones de la Divinidad.



jueves, 1 de noviembre de 2007

Introducción al Paganismo Contemporáneo.

¿Qué es el Paganismo?

Antes de entrar en materia conviene definir lo que significa la palabra paganismo: paganismo y pagano son palabras que proviene del latín "paganus", "pagus": campo, rural o de fuera de la ciudad. El empleo del término a lo largo de la historia es quizás demasiado extenso y susceptible de grandes debates; de forma breve, pagano era el término para designar a una persona que residía en el campo o simplemente campesino. El término fue empleado desde finales del Imperio romano para englobar a todas aquellas gentes que aún no se habían convertido al cristianismo. Es una referencia a una época en que los cultos urbanos del imperio, especialmente en las clases altas, se establecían como la nueva religión oficial, mientras que las personas del campo continuaban con los viejos ritos. Posteriormente "pagano" fue usado en su sentido peyorativo, para las "religiones falsas y sus seguidores", usándose para aplicarlo a cualquier tipo de creencia autóctona no-cristiana.

¿Qué es el Paganismo Contemporáneo?

El término general Paganismo Contemporáneo se refiere al conjunto de religiones basadas en la reconstrucción, renacimiento o reinterpretaciones modernas de las religiones indígenas de Europa y el Mediterráneo. Pagano es el término genérico que utilizan los practicantes.

A principios del siglo XX, "pagano" tomó como otros significados ateo, agnóstico o sin religión. En la actualidad, el término se utiliza con dos significados opuestos: el peyorativo, utilizado por la prensa en el sentido de "falta de religión", como a principios del siglo XX, y el propiamente pagano para referirse a sus creencias.

Hay que distinguir aquí la clasificación en tres períodos de tiempo, entre Paleopaganismo, Mesopaganismo y Neopaganismo:

Paleopaganismo: término general para los originales cultos politeístas, basados en la naturaleza, de las tribus en Europa, Africa, América, Asia, Australia y Oceanía. Algunos de estos sistemas podían ser sexistas, racistas, homófobos…

Mesopaganismo: término general para una variedad de movimientos cuyo objeto es recrear, revivir o continuar lo que sus fundadores pensaron que eran los mejores aspectos de los caminos paleopaganos de sus antecesores. En algunos casos, estuvieron muy influenciados, accidental o deliberadamente, por prácticas y conceptos derivados de las visiones monoteístas, dualistas o agnósticas de sistemas como el zoroastrismo, cristianismo, judaísmo, islam o temprano budismo. Algunos ejemplos de estos sistemas de creencias mesopaganos: franc-masonería, rosacruces, teosofía, las formas de Druidismo influenciadas por los movimientos anteriores, las creencias africanas sincretizadas: Santería, Vudú, Candomblé; la religión/filosofía Thelema de Aleister Crowley, Odinismo, algunas “Tradiciones familiares” de Brujería y algunas denominaciones ortodoxas, ”tradicionalistas británicos” de Wicca. Algunos de estos sistemas podían ser sexistas, racistas, homófobos, etc.

Neopaganismo: término general para una variedad de movimientos que comienzan aproximadamente a partir de la década de los 60, con la intención de recrear, revivir o continuar lo que sus fundadores pensaron que eran los mejores aspectos de los caminos paleopaganos de sus antecesores, incluyendo ideas más humanistas y plurales para eliminar todo lo posible las influencias monoteístas, dualistas o puritanas occidentales. Algunos ejemplos: la mayoría de tradiciones heterodoxas de Wicca, el Druidismo según lo entienden algunas órdenes americanas, parte del Paganismo nórdico. Los sistemas neopaganos de creencias no son sexistas, ni racistas ni homófobos.
Definiciones de Isaac Bonewits.

El Paleopaganismo

El padre de lo que hoy día se llama paganismo es el paleopaganismo el cual se inició en la edad de piedra como culto a una Gran Diosa, madre del chamanismo, con el tiempo este culto fue evolucionando en cultos a la fertilidad y a los dioses de la caza. A comienzos de la edad de bronce aparece la escritura y de esa forma comienzan a registrarse los eventos y costumbres religiosas. En la época de mayor esplendor de esta edad se emprenden las construcciónes de monumentos megalíticos cuyo símbolo mas representativo es el Stonehenge.

Las herencias Celtas

Hemos de buscar las raices del Paganismo Contemporáneo entre los antiguos pueblos Celtas que poblaron gran parte de Europa.
Los Celtas procedían originariamente de Asia y formaron un tronco étnico, como miembro del pueblo indogermánico, que se estableció en el occidente de Europa. En el siglo XX a.C., los Celtas ya habitaban el centro y norte de Europa. Para el año 1000 a.C. se extendieron por las Islas Británicas, norte de Francia, parte de Suiza y norte de Italia. Invadieron España en el siglo IX a.C. Su lengua era indoeuropea, de la cual se conservan escasos registros literarios.

El chamanismo que practicaban nació en Siberia, al parecer procedente de antiguos pueblos Hindúes. Desde Siberia, el chamanismo se expande a través del estrecho de Bering hacia lo que hoy denominamos Alaska y desde allí a todo el resto del continente Norte Americano.
Por medio de unas sucesivas olas migratorias de tribus nómadas, que llegaron a Europa, el chamanismo se expandió dentro de lo que mas tarde se constituyera como la cultura céltica, convirtiendo a los Chamanes en Druidas. De su mano, los Celtas adquirirán una nueva perspectiva sobre las relaciones del ser humano con su entorno, la Madre Naturaleza.

El contingente migratorio celta constituyó uno de los mayores en la historia europea, este amplio movimiento de pueblos alteró la población de las regiones donde se asentaban, no se trata del desplazamiento de un pueblo entero o de una tribu. Los grupos dirigidos por sus jefes, llevan consigo sus familias, enseres y ganado.
En unos casos acuerdan y negocian con las tribus que a su paso encuentran, en otros las espadas de hierro se enfrentan a los más débiles escudos de bronce y sin olvidar el pillaje que realizaron en pueblos como los helenísticos.
Pero, sobre todo buscan tierras donde asentarse. Los celtas eran básicamente campesinos. Dentro de su amplia diversidad de tribus y clanes no poseyeron un sentimiento solidario de nación única. Ni siquiera entre los propios galos que constituyen el núcleo fundamental.

Los pueblos Celtas impusieron su autoridad y sus cultos se fundieron con los de los pueblos mas primitivos, siguiendo venerando a los dioses y diosas antiguos de la fertilidad y un sinnúmero de personajes y deidades mágicas tales como elfos, gnomos, duendes, hadas y ninfas, que inspiraron y protagonizan multitudes de leyendas, historias y poesía.
El chamanismo o druidismo que profesaban tenia una filosofía que podría definirse de esta manera:

"La Tierra es un organismo vivo, toda vida en el Universo es atravesada por la energía creadora de la Fuerza de Vida y que todo lo que existe es parte de una unidad mayor, la Tierra no es un cuerpo muerto, pero está habitada por los espíritus que constituye su vida y alma. Todas las cosas existen drenando su fuerza del espíritu de la Tierra. Este espíritu es la vida, es alimentado por las estrellas y alimentan las cosas vivas que abriga en su vientre".

Durante la ocupación romana se inicio las persecuciones en contra de los Druidas. Estos como representantes del espíritu tribal adoptaron un papel subversivo al poder de Roma. Fueron cabecillas de numerosas rebeliones y resistencias a la autoridad romana. Muchos de los que sobrevivieron se refugiaron en los territorios del norte que aun no habían caído bajo el yugo de los conquistadores, principalmente en Irlanda y Britannia. Otros se establecieron en el Sur, en las costas atlánticas de la península ibérica.

A pesar de su poder de dominio los romanos toleraron las religiones ya existentes en las regiones conquistadas. Sin embargo tras unos pocos siglos de ocupación fueron los responsable de la expansión de una nueva religión: el Cristianismo.

La aparición de la secta cristiana comenzaría con la persecución de la que fue objeto por parte de las autoridades, no solo romanos, sino también de otros grupos políticos y religiosos de la época.
A medida que el Imperio se hacía mas débil y corrupto el cristianismo cobraba mayor influencia en este y pasa de ser una secta a una religión organizada, finalmente con el ascenso de Constantino al trono del imperio dicha religión se convierte en la oficial del imperio, lo cual contribuye a agravar aun mas la crisis del Imperio; para cuando el emperador Juliano se da cuenta de la situación ya es demasiado tarde como para que sus acciones surtan efecto, y es asesinado por intentar restaurar los antiguos cultos paganos.
Finalmente el Imperio Romano se viene abajo y es invadido por una sucesión de pueblos de origen germano en su mayoría, los cuales por conveniencias diplomáticas entre jerarcas cristianos y jefes paganos, son convertidos a la religión cristiana, de esta forma se logra conservar el cristianismo como religión oficial en las regiones de Europa que antes pertenecían al Imperio, mientras que las regiones limítrofes conservaban los cultos nativos.

La conversión al cristianismo fue mucho más larga de lo que comunamente se ha dejado creer. Ciertamente fue un proceso que duro varias centurias para que la casi mayoría de la población se convirtiera al cristianismo. Sin embargo la aristocracia apuesta, por estar convencida del poder político ofrecido, por la nueva religión. Los campesinos que eran los verdaderos paganos rehusaron a aceptar a los ensimismados venidos de Oriente, aferrándose tenazmente a sus antiguas creencias. Percibiendo esto, los sacerdotes cristianos adaptaron estas creencias en sus dogmas religiosos.
Durante este proceso de evangelizacion, las oraciones cristianas frecuentemente usaron encantamientos paganos alterando a penas los nombres de los antiguos dioses por aquellos santos y apóstoles. Algunas de estas oraciones en gaélico aun se usan en las tierras altas de Escocia y en las Islas Hébridas. Muchas constituyen encantamientos paganos poco disfrazado para obtener buenas cosechas o para consagrar las semillas. Esas oraciones invocaban a Sta Brigida, que es una versión cristianizada de la diosa céltica de los fuegos sagrados y manantiales santos, Bridget.

La religión antigua y oculta de la Europa medieval era el paganismo. Este 'culto-brujeril' supuestamente sobrevivió hasta que la Iglesia finalmente tuvo el poder en el siglo XV, con los procesos de la Inquisición, para destruir esta religión natural de las masas. Esta claro que los rituales paganos sobrevivieron bien entrada la era cristiana. Ellos se pueden ver en el Mardi Gras y el Fasching de Francia y Alemania, Halloween de Irlanda y Estados Unidos, y el Maypole o árbol de la fertilidad Ingles. Pero, la sobrevivencia de rituales paganos, mascaras, y disfraces, desafortunadamente no demuestran la sobrevivencia del paganismo.
Ya en el temprana Edad-Media, las religiones pre-cristianas fueron reprimidas mediante medidas draconianas. El emperador Carlomagno hizo asesinar a los sacerdotes paganos en Sajonia. En el siglo XI hubo una gran revuelta en Polonia liderada por sacerdotes paganos, la cual fue ahogada en sangre.
Con todo, conforme en la Iglesia católica se incrementaba la lucha implacable por el monopolio de almas, por toda Europa, de manera solapada, comenzaron a surgir en la Europa mediterránea múltiples órdenes o escuelas esotéricas que eran declaradas herejes y perseguidas ferozmente.
Para detenerlos, en 1184, el papa Luciano III instauró un procedimiento legal, la "inquisitio", que permitía el enjuiciamiento directo sin denuncia previa, como un instrumento para acabar con la herejía cátara. En el siglo XIII se extermina a los Cátaros, cuyo culto, originario de oriente llego con el regreso de las cruzadas y contenía demasiadas reminiscencias de las antiguas religiones.
Fueron declarado herejes todos aquellos que osaran discutir los dogmas de la Iglesia. Algunos de estos herejes fueron hombres de ciencias e intelectuales que vieron en las manifestaciones de la Naturaleza, la Gran Diosa, una fuente de sabiduría e inspiración espiritual. Aquella herejía medieval se alimentó de la riquísima herencia que los celtas y los druidas dejaron entre sus pueblos y habitantes, y, posteriormente, se desarrolló y prosperó como consecuencia de la corrupción y de los formalismos excesivos de la Iglesia Católica, alejada de las verdaderas inquietudes espirituales de una parte muy importante de su congregación.
Así es como en el siglo XIV los Templarios son condenados por herejia, acusados de practicar ritos inspirados en las corrientes gnósticas orientales y por lo tanto vinculados a ritos paganos.

Hay que precisar que con el reconocimiento del cristianismo como religión estatal en el siglo IV por los emperadores romanos, los herejes comenzaron a ser considerados como enemigos del Estado; y durante los diez siglos siguientes, del V al XV, los siglos de la Edad Media, el creciente poder político y religioso del catolicismo fue paralelo al oscurantismo cultural y espiritual que sufrió Europa. De esta manera la acusación por herejía fue utilizada como instrumento politico para deshacerse de elementos indeseables.

Así pues, no es hasta la creación del Tribunal de la Santa Inquisición y del Santo Oficio que toda practica de la antigua religión es duramente perseguida y condenada. La fuerza de su brazo, desde los templarios a Juana de Arco (1431) y durante varios siglos más, se hizo sentir en Europa entera contra brujos, disconformes y oponentes ideológicos de la Iglesia católica.
Durante esta época, muchas mujeres y hombres fueron perseguidos por practicar ritos relacionados con la antigua religion, calificados como brujería.

El círculo sobre los últimos seguidores de los viejos cultos se cerró en el siglo XIV, durante la Peste Negra, cuando las supersticiones rampantes los acusaron de haber invocado a los espíritus malvados causantes de la enfermedad en sus aquelarres.
El golpe final ocurrió en 1486 cuando los inquisidores dominicos Jakob Sprenger y Heinrich von Krämer editaron "El Martillo de las Brujas" (Malleus Maleficarum), un manual que describía prácticas y formas de identificar a los brujos y brujas, que recibió la venia del papa Inocencio VIII. Entre 1550 y 1640 los brujos y brujas, perseguidos y marginados, ardieron en hogueras por toda Europa.
Este manual ocasiono una ola de histeria colectiva que relaciono la practica de los antiguos ritos, con el culto a Satanás. Hay que precisar que esta representación del mal era desconocida entre los paganos Celtas.
Como en muchos de los casos, este horror surgió del miedo, la ignorancia y de informaciones incorrectas. La mayoría de las personas que fueron capturadas, torturadas y matadas no eran brujos o brujas, simplemente personas que estaban en el lugar incorrecto, que provocaban envidias, o que no encajaba en la sociedad.

El resultado de todo el proceso fue la condena de los ritos pre-cristianos como magia negra, diabólicos y brujería.

El nuevo renacer

El uso y sentido del termino Neopaganismo ha ido variando de forma profunda en estas décadas, por el desarrollo y aumento exponencial de practicantes. En su momento Neopaganismo por propia definición es una etiqueta diferenciadora de los movimientos reconstructivos modernos, frente a los paganos históricos de las antiguas culturas. El término en sí de "neo-pagano" lo populariza Oberon Zell-Ravenheart en 1967, creador y editor de la conocida revista pagana "Green Egg", a través de sus artículos.

Mucho antes, ya desde el siglo XIX y dentro del movimiento romántico, surge en Alemania, Escandinavia y las Islas Británicas un interés hacia el paganismo germánico, el renacimiento vikingo y el Druidismo. También surgen, en Inglaterra, varias órdenes ocultistas y esotéricas, entre ellas la conocida "Golden Dawn" o la "OTO". Numerosos autores, desde antropólogos a escritores conocidos, se involucran con estas organizaciones. Además del fénomeno social que se da a partir de finales del siglo XIX y principios del XX, el interés por el espiritismo. Un interés hacia lo esotérico en general que se mantiene durante el siglo XX y continúa hoy.

En la década de 1920 la antropóloga Margaret Murray lanza sus hipótesis y estudios sobre la brujería como una religión mantenida en secreto y cuyos orígenes podrían remontarse a las expresiones chamánicas de la prehistoria europea. Posteriormente el autor inglés Gerald B. Gardner publica en 1954 "Witchcraft Today" donde habla de las creencias y prácticas de brujos del área de New Forest, siendo él mismo un brujo iniciado por éstos.

Con la presencia de Gardner y otros autores en los medios de comunicación, surge un fuerte interés por la brujería en el gran público, en Inglaterra y EE.UU. En la década de los 60 y 70 también resurge el interés por el reconstruccionismo Druídico y germánico, incluyendo a EE.UU. y la propia Islandia con Ásatrú que recupera la religión islandensa.

A partir de los 80-90 hay un crecimiento enorme en el desarrollo de las sendas paganas, que continúa en la actualidad. Dentro del Paganismo actual encontramos un panorama polarizado: por un lado, las sendas con carácter reconstruccionista/tradicionalista, que se basan en el estudio y recuperación de las tradiciones religiosas pre-cristianas que nos han llegado o se mantienen en algunos lugares. Por otra parte, otras sendas están influenciadas por ideas modernas, o bien son adaptaciones puramente modernas y eclécticas respecto a la sabiduría ancestral y que suelen distinguirse con el apelativo de neopaganas.

En algunos casos, numerosas ramas paganas, especialmente relacionadas con la brujería moderna, son víctimas del comercio new-age y del mercantilismo.

Breve resumen de las tradiciones más conocidas en el Paganismo actual.

Druidismo: las órdenes druídicas toman su inspiración en los dioses y tradiciones de los pueblos celtas. El Druidismo significa explorar la sanación, adivinación y la mitología sagrada, buscado el estado de consciencia que otorga la Awen (inspiración). Existen órdenes druídicas (mesopaganas) que no necesariamente están relacionados con el paganismo, sino con enseñanzas de tipo esotérico o influencia cristiana. En la actualidad también encontramos otras organizaciones druidas centradas en la práctica religiosa pagana, que se auto-denominan en ocasiones como neo-druidismo, así como en preservar la cultura de los pueblos celtas.

Paganismo Céltico Reconstruccionista: como su nombre indica, centrado en la herencia de los pueblos celtas, aunque no sólo reducido al sacerdocio y la práctica espiritual, sino también estudiando las particularidades culturales.

Paganismo Germánico (Heathenry):
el Heathenry (de la raíz anglosajona heathen, brezo; como pagano, pero sin raíz latina y matiz diferente) agrupa a distintas religiones que recuperan y reviven las antiguas prácticas pre-cristianas de diferentes pueblos nórdicos (escandinavos, germanos, islandeses…). De estos pueblos ha llegado a nuestros días material escrito y una amplia tradición, en algunos casos como sucede con Islandia, la expansión del cristianismo no se completó hasta el siglo XI era común. Bajo esta definición encontramos una serie de senderos concretos y diferenciados, como: Ásatrú, Forn Sed, Odinismo, Theodism, Wotanismo.

Wicca (Brujería Moderna):
también denominada brujería neo-pagana, su forma pública surge en los 50 a través del autor Gerald B. Gardner y su exposición de prácticas y creencias tradicionales de brujas británicas. Gardner dio forma a un sistema ortodoxo estructurado, el cual ha ido desarrollándose mediante el trabajo de otros autores, hasta llegar a la forma heterodoxa de la Wicca actual. En su base, es un camino iniciático y mistérico, donde el iniciado entra en profunda comunión con los Dioses de la brujería, los poderes y misterios de la Naturaleza y de la psique humana. En la actualidad, numerosas vertientes que utilizan para sí el nombre de Wicca aúnan conceptos nueva era con fuertes influencias del ecologismo y el feminismo, con lo que se ha desarrollado una wicca paralela que es un cajón de sastre para un paganismo genérico carente de bases o herencias culturales.

Brujería Tradicional
o brujería europea, son las diversas tradiciones culturales/familiares (de carácter pre-gardneriano). Entre ellas, Stregheria (brujería italiana), brujería escocesa, vasca, galesa, bretona, etc. Con distintos matices culturales, tienen el nexo común del fuerte culto a los Antepasados. Ha existido, existe y seguirá haciéndolo a pesar de ciertos conceptos alejados de la realidad que se han popularizado en el entorno de la brujería moderna.

Helenismo. Reconstrucción de la religión griega.

Khemetismo. Reconstrucción de la religión egipcia.

Religio Romana. Reconstrucción de la religión romana.

Fuentes:



domingo, 28 de octubre de 2007

El arte del silencio interior.

Una de las cosas que nos ocurren es que nos estamos hablando continuamente acerca de las cosas. Acerca de nosotros, del mundo, de las personas. Entonces etiquetamos, ponemos distinciones, opinamos, generamos un juicio.

Podríamos decir que estoy continuamente describiendo y sosteniendo la realidad con un discurso propio.

Parecería entonces una utopía y que nos resulte imposible poner la mente en blanco con el objetivo de silenciarnos para captar lo que nos rodea sin las propias distorsiones.

Al intentar lograrlo generalmente tenemos fantasías de lo que es poner la mente en blanco.

Algunos imaginan literalmente pensar en el color blanco o intentar visualizar una pantalla de cine blanca, un paisaje nevado etc. Con estas fantasías de lo que es “poner la mente en blanco”, sigo metido y creando desde mi pensamiento.

Del mismo modo hago descripciones del mundo, situaciones y personas, calificando de lindo, feo, bueno, malo, agradable, desagradable, me conviene, no me conviene. Continúo así sosteniendo mi propio discurso, mis propias opiniones. También está lo que me describieron otros, algo que me contaron a mí de cómo deben ser las cosas. Yo sigo contándome esta realidad a mí mismo reacomodándola de acuerdo a mis gustos o disgustos. Genero así más y más ilusión sobre eso que está u ocurre allí con mis interpretaciones.

Con este modo de intentar comprender lo que pasa no produzco en mí la calidad de silencio necesario para observar, conectarme y palpar lo que realmente es.

Las disciplinas orientales nos dicen que nada de esto tiene que ver con la Realidad.
Este modo de funcionar y “leer” lo que pasa me aleja de ella, me impide ver escuchar o sentir lo que verdaderamente ES para luego poder tomar mis decisiones y actuar en forma acorde a lo que realmente está pasando.

Este diálogo interno o pensamiento cotidiano tiene un formato un modo y se puede mapear, puedo darme cuenta de cómo funciona.

Suelo estar imaginando como en película cosas, sucesos pasados o verme a mi misma actuando hablando y diciendo tal o cual cosa en el futuro. Puedo escuchar un discurso optimista o pesimista y esto parece venir de ciertos lugares del cuerpo o fuera de él. Esto es una forma de describir lo sucedido o lo que sucederá y obviamente es falso. Estaría interpretando, sobreinterpretando, imaginando.

Esto crea algunos problemas. Por ejemplo miro a alguna persona y me digo: - Esta persona se parece al tío Francisco. El tío Francisco puede haber sido buena o mala persona este recuerdo tiñe mi visión, mi escucha y mi sentir de este momento presente y a partir de mi descripción, bañada por el recuerdo, comienzo a conectarme desde un lugar irreal e inadecuado con este ser que tengo delante de mí. No lo observo a él, no escucho ya lo que dice ni presto atención a lo que hace. Está sobreimpuesta todo el tiempo ésta máscara que le impuse del tío Francisco.

Esto no solo lo hacemos con las personas, lo hacemos con los lugares, lo hacemos con las plantas, con los animales. A lo que son realmente le agregamos “lo nuestro”.

Si uno lograse, hacer un alto del tiempo y pudiera parar con esta narración del mundo, de etiquetar, de imaginar de rellenar, de charlar sobre él, este parar me permitiría realmente percibir lo que es.

¿Entonces cuándo pensar?

Cuando tengo que hacer un cambio, presentar un proyecto, armar un curso, pintar un cuadro, hacer un jardín, limpiar algo, cocinar.
Me conecto con la tarea busco información o lo que sea que necesite, lo hago, una vez que lo terminé ya está.

Si sigo opinando, agregando comentarios del tipo: podría haber sido mejor... me entristezco, me siento inconforme.

Si creo que ya se todo pararé de aprender.

Si sigo esa línea de rumiar los pensamientos dándole vueltas sobre algo que es positivo lo enredo.

Distinto es obviamente si evalúo con el objetivo de redireccionar algo, agregar o quitar elementos, pensar nuevas opciones, informarme, perfeccionarme en algo.

Si esto lo realizo sin pensamientos de culpa, baja estima, alta estima u orgullo herido, si evalúo desde esa otra calidad de pensar, podríamos decir natural, la actividad se transforma en es útil, ecológica y adecuada.

Se complica mas cuando es algo considerado negativo.

Cuando está conectado con mis miedos y me digo cosas como que es algo que no puedo, no me atrevo, no me tengo confianza, cuando tiene que ver con esas cosas que me bajan la autoestima como las opiniones de mí mismo.

Estos pensamientos me traen un malestar y sensación de ineficacia.

Entonces en esos momentos es válido parar con el diálogo interno y las descripciones de uno mismo.

Pregunta: ¿Qué hacemos diferente a pensar de ese modo en la vida cotidiana?

Respuestas: Estar, sentir, ver, escuchar, estar conectado directamente con una tarea, estar haciendo, estar en la acción y percibiendo, sin opinión, ni deseo. Estamos hablando de la acción con atención de otro tipo. Es un estado de atención diferente al que tenemos comúnmente.

Castañeda la llama “la otra atención”.

Aclaración: Por ejemplo si escuché algo que me dice alguien, no opino sobre ello, puedo repreguntar a ver si entendí lo que la persona me dijo pero no le agrego juicio o calificación, pensamientos de debería ser mas que, menos que, lo mejor sería tal o cual cosa.

Si hago esto, de agregar, comienzo a distorsionar la realidad de lo que me dijo la persona con mis opiniones y esto consume mucha energía.

Esto me desgasta aunque no lo declare en voz alta.

Además se entra automáticamente en una discusión y competencia de opiniones.

Nos apasionamos, sentimos cosas con fuerza y énfasis.

Esto es totalmente distinto de, por ejemplo, en una situación de trabajo, con los datos obtenidos llegar a una conclusión lo mas objetiva posible, para el mejor modo de realizar dicha tarea. Hay ausencia de pasión o emociones fuertes.

Hay una energía liviana y muy activa, que no nos cansa, que nos deja satisfechos y potenciados.

En lo referido a las plantas puede que estemos mirando una y comencemos con... que linda, me hace acordar a la que tenía mi abuela.

Pobrecita que solita, me la regaló la tía Rosa y entonces es mi preferida.

Cuando hay emoción nos olvidamos de que es lo que realmente necesita la planta (o animal). Que lugar para crecer mejor, que abonos o no. Cuanto sol o sombra. Desconocemos con que otras plantas se asocia mejor que con otras. Si la afecta el viento o el exceso de agua. Que tamaño desarrollará cuando crezca. Donde ubicarla de acuerdo a esto. Sus floraciones y como crear un paisaje con ellas conociendo sus necesidades. Respetando lo que realmente son.
Con los animales ocurre otro tanto. Les agregamos emociones y estados de ánimo nuestros. Los tratamos como humanos y nos perdemos la verdadera relación que podemos tener con ellos si los conociéramos más; evitando nuestras interpretaciones emocionales teñidas de nuestras carencias y creencia de necesidades.

El reino mineral es todo un tema. Recuerdo una película sobre las costumbres de los esquimales que puede ilustrar este punto. Ellos elegían durante su verano una piedra que “los llamara”. Se silenciaban internamente y trataban de tomar una con la que entraran en resonancia. Esa es la que elegían para en las largas noches dentro de su iglú sacarles lo que les sobraba para descubrir el espíritu escondido dentro de ellas. El resultado eran bellísimas esculturas, cargadas de presencia.

A cuantos de nosotros caminado al lado de los arroyos no nos gusta recoger piedras sin pensar, o caminar y mirar los paisajes rocosos. Simplemente estar en estos paisajes o tenemos sobre alguna mesa o en un estante piedras que nos son significativas y nos gusta simplemente observar. No nos cuestionamos nada, disfrutamos de estar con ellas o de tenerlas distribuidas por la casa.

Cuando logro esto aparece una dimensión mágica, la conexión se hace directa con la planta, el animal, el árbol, la nube, el sol, con el viento. Es un proceso que se realiza desde el sentir, desde el sentimiento, no desde el proceso intelectual. La Biodanza nos da una riqueza enorme en ese sentido. Es un sentir que viene desde abajo, o arriba, baja, sube recorre.
Esto ocurre cuando estoy conectado y no procesando pensamientos, transcurre en múltiples situaciones, al escribir, al leer, al pintar, al actuar, al cocinar, cuando estoy ayudando a otro. Actúo desde un lugar armónico y directo. El pensamiento está a mi servicio de otro modo muy liviano y activo, en una especie de trance: Pero no es un trance en el que perdí facultades de percepción sino que están amplificadas.

Esto me da la oportunidad de reinventarme a mí mismo. El famoso tema de reinventarse se logra cuando paro de describirme como era. Cuando paro de darle valor a todo lo que se opina u opino yo de mí. Cuando dejo de dar valor y prestar atención a aquello que se dice de mí, por muy bien intencionado que sea. Ya sea que estas opiniones provengan de padres, amigos hermanos, parejas. De todas aquellas personas a las que les di internamente el derecho de decirme quien soy yo y que opinan sobre que puedo hacer o no hacer. Estas personas se han encargado de decirme quien soy, lo cual no es cierto pues ellos me leen desde su realidad y descripción, desde sus creencias de lo adecuado e inadecuado.

Entonces estoy usando una descripción que me dieron otros acerca de alguien que no soy... agregándole, además, mis opiniones y discursos, justificaciones y explicaciones.
Uno puede librándose de este funcionamiento descubrir facetas ocultas del Ser esencial de uno. Poco a poco uno comienza a mirar sin opinión, comienza a ver y percibir las cosas sin etiquetarlas y sin comentarlas.

Fuentes:

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Cómo no pensar

Para no pensar hay que saber concentrarse. Pero la concentración merece una especial atención. Debes tener unas palabras que te faltan. Siempre nos faltan unas palabras, como al héroe Vainamoinen, del Kalevala.

Pues, ¿para que sirve el no pensar? Sirve para estar atento, para no consumir nuestra preciosa energía, sirve para saber. Los que saben, no piensan. ¿Y que es el “saber”? Saber es saber todo. No saber todo es no saber. Ya lo afirmaba Gurdieff, hace más de cinco decenios. Y para saber todo, antes hay que saber mucho. Para saber mucho, antes hay que saber muy poco. Parecen juegos de palabras pero es lógica pura, lógica óntica.

Hace poco, serian unos días, apareció en inglés un libro traducido del japonés por mi amigo William Scott Wilson, “El Sermón del Demonio sobre las Artes Marciales” (“The Demon’s Sermón on Martial Arts”, Kodansha International, Tokio), escrito por Issai Chozanshi, que vivió entre 1659 y 1741, en Japón. Los interesados en el arte del no pensar deberían pasearse un rato por las páginas de este libro. Muchos recordaran “El arte maravilloso de un Gato”: esta escrito por el mismo Chozanshi. Los estudiosos de la energía, sean ellos artistas marciales o no, encontraran materias de estudio de gran valor polimecánico y por ende, educativo, en este libro traducido con la modestia secreta de los que saben.

Meses atrás, he acompañado a Mr. Wilson en su viaje a Japón, y hemos subido juntos el Monte Kurama, el escenario mismo del libro.

Cada vez que Mr. Wilson me visita hoy, a mi casa, en Coconut Grove de Miami, bebemos te verde y guardamos silencio, sin pensar. No se si por ello mismo alcanzamos el saber, pero lo cierto es que luego de quedar de nuevo mirando el cielo desde mi jardín, el trino de los pájaros me dice algo.

Cada vez que un pensamiento se asoma, lo dejo pasar, no lo invito a quedarse, no lo acojo. Y a ratos, veo como los pensamientos me dejan tranquilo, en silencio, como si dijeran: “Este sujeto no esta pensando. Dejémoslo en paz. “.Cuando me siento asaltado por un verdadero ejercito de preocupaciones, repito las siguientes palabras: Yo, Ya, Eso, Así, Aquí.
Es como decir: “Yo soy Yo, Ya es ya, Eso es eso, Así es así, Aquí es aquí.

A lo mejor les pueda servir para algo esta técnica secreta que descubrí por mi mismo. Si desean saber más sobre la lógica óntica de esta técnica, pues he aquí, en un escrito, los detalles de la práctica y de la teoría. Hasta pronto…

Para más detalles sobre el tema: Manual de óntica.



sábado, 27 de octubre de 2007

Atoms

Tal vez en una época (s.V a.C) dónde casi todo era difuso y cambiante (la concepción del mundo, el conocimiento, las fronteras del propio país, siempre en guerra y expansión...) fue el ambiente idóneo para que surgieran las grandes preguntas sobre la realidad: si todo varía, muta, se convierte... ¿qué es real?

A esta pregunta se enfrentaban filósofos griegos desde diferentes posiciones:
- no hay una realidad fija puesto que todo está en continuo cambio, y, por tanto, la realidad no es más que un fluir continuo.
- A pesar de la continua metamorfosis que experimenta la realidad, hay unos principios esenciales que se mantienen invariables que consiguen que todo lo que perece vuelva a emerger de la misma manera.

De esta segunda consideración surgieron múltiples elementos que eran considerados, por unos y por otros, como el origen inalterable de todas las cosas (el llamado arché).

Demócrito de Abdera, junto a la misteriosa figura de Leucipo, desarrolló toda la teoría atómica que defendía a esas partículas diminutas (invisibles), e indivisibles, como origen de la realidad material. El átomo era para Demócrito, como una especie de mapa genético de la realidad, a partir del cual todo adquiría forma.

Esta teoría que en principio podía parecer una arché más en la ruta del conocimiento griego (como el fuego o el agua) plantea una serie de afirmaciones sobre la realidad y sus componentes que la distinguen del resto de ideas y la hacen objetivo de todas las críticas.

En primer lugar, atenta contra la idea aceptada de manera generalizada de la inexistencia del vacío, ya que este es tan imprescindible como el propio átomo para que la realidad se origine. Según Demócrito, esencialmente sólo existen los átomos y el vacío. Gracias a este vacío puede existir el movimiento de los átomos, que pasan a ocupar diferentes lugares, chocando con otros átomos, uniéndose en átomos más grandes y dando lugar así a los objetos como los conocemos hoy en día.

A consecuencia de esto se desprende la segunda aportación de la teoría atómica a la explicación de la realidad: la dicotomía entre lo variable y lo permanente no tiene sentido, porque ambas cosas se encuentran conjugadas en esta idea de los átomos. Es decir, aunque un ser pueda trasformarse e incluso perecer, su mapa genético (atómico) permanecerá inalterable, permitiendo que otro ser vuelva a generarse de la misma manera y por tanto se mantenga esta realidad estable, a pesar de su continuo cambio.

Esta teoría fue muy criticada en su época, y no llegó a desarrollarse hasta sus últimas consecuencias hasta el siglo XX. Posteriormente, y a raíz del descubrimientos de las radiaciones y el espectro electromagnético, se ha desarrollado la teoría del quantum, en la que se afirma la existencia de partículas subatómicas a partir de las cuales se pueden explicar fenómenos energéticos y de absorción de luz por los cuerpos negros. Más o menos perfecta, lo que es cierto es que esta reducción de toda la realidad a una única partícula originaria, entronca profundamente con la idea de digitalización y, en alguna medida, pudo servir como referente a la hora de sintetizar todo el conocimiento en unos y ceros (átomo y vacío).

Fuentes:
Irene Moreno.
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Recursos docents
per Xavier Berenguer


Realidad Simulada: ¿Vivimos en una simulación de ordenador?

¿Existe la posibilidad de simular universos tan detallados en que sus habitantes no puedan darse cuenta de que es una simulación? Te contamos de qué va la Hipótesis de Simulación y los diferentes argumentos a favor y en contra de la Realidad Simulada.

¿Estamos siendo simulados?

No debemos confundir la Realidad Simulada con la Realidad Virtual. La realidad virtual es una representación de la realidad que puede ser claramente diferenciada de la verdad por nosotros. Por el contrario, la Realidad Simulada refiere a una realidad perfecta y completa en la que el habitante no puede determinar su falsedad. Sí, estamos hablando de una Matrix, con la diferencia de que los argumentos de Realidad Simulada no consideran el dominio de las máquinas sobre el hombre, sino el simple interés del hombre de simular al hombre. La Hipótesis de Simulación considera que todos nosotros existimos en tal realidad y que hay otro mundo allí afuera que no podremos alcanzar.

Uno de los primeros defensores de la hipótesis de simulación es el filosofo Nick Bostrom. Los principios que establece Bostrom, se basan en un preconcepto de que una mente consciente puede ser implementada en un sustrato informático como procesadores de silicio. Según Bostrom, lo que nos permite tener experiencias conscientes no es la materia del cerebro sino su arquitectura computacional, y llegado a un nivel tecnológico suficiente, un ordenador poderoso podría recrear una mente humana.

Bostrom establece tres proposiciones (que pueden ver más ampliamente aquí). La primera premisa refiere a una incapacidad tecnológica, la segunda al desinterés de hacer simulaciones y la tercera a que estamos probablemente dentro de una simulación. Asumiendo que las dos primeras premisas son falsas, Bostrom concluye en que no sólo estamos dentro de una simulación sino que la cantidad de simulaciones llevadas por una civilización avanzada sería astronómica. Habría más mentes simuladas que mentes reales, por lo que, por un principio de indiferencia, es más probable que seamos mentes simuladas que reales.

Mientras el profesor Barry Dainton apoya el argumento de la simulación de Bostrom (haciendo hincapié en que existe la posibilidad de simular la conciencia humana en formas sencillas y complicadas), el físico Frank Tipler ofrece otra visión. Basado en una teoría de entropía que nos recuerda mucho al maestro Isaac Asimov, Tipler cree que la capacidad informática del Universo puede incrementarse a un ritmo suficiente para que la tasa de cómputos se acelere hiperbólicamente más rápido que lo que el tiempo se acaba. En su principio, una simulación que corra en este universo informático puede continuar por siempre en sus propios términos, aunque el universo externo sólo dure un tiempo finito. Robin Hanson incluso se aventuró a sugerir cómo vivir en una simulación, enumerando conceptos que hacen que la realidad simulada parezca más una nueva religión que una realidad.

Otra de las visiones que apoyan la hipótesis de simulación se basa en la consideración de los sueños. Cuando soñamos creemos que la realidad simulada (el sueño) es lo que realmente está sucediendo. Descartes fue uno de los primeros filósofos en cuestionar la distinción entre la realidad y los sueños, y puede verse el mismo argumento expuesto por Borges en su cuento "Las ruinas circulares" en que el soñante se da cuenta que es, a su vez, soñado por alguien más. Pero también es cierto que con cierta práctica, o por mera casualidad, una persona puede tener un "sueño lúcido", es decir, darse cuenta que está soñando. Aunque no podemos negar que los sueños nos demuestran que existe la posibilidad de que seamos incapaces de diferenciar la realidad de la simulación, el sentido común, consideraciones de simplicidad y análisis de todos los posibles mundos de los sueños, desmerecen cualquier apoyo sobre esta visión.

Nuestro lógica puede aceptar o no estas teorías, pero lo cierto es que no hay ningún tipo de prueba científica que les pueda dar validez. Los escépticos, debemos luchar contra el concepto de que tales pruebas no pueden ser halladas porque la simulación ha sido diseñada con las limitaciones esenciales necesarias para que no podamos encontrarlas. Por otro lado, Bostrom establece que la refutación decisiva de que existen las realidades simuladas sería encontrar alguna física no computable, pero al día de hoy, la física conocida se considera computable. Aún cuando pudiera establecerse que se debe desarrollar un número infinito de pasos en un tiempo finito, no se puede discernir si los ordenadores corriendo una simulación son capaces de hacer cosas que los ordenadores dentro de la simulación no pueden hacer. Pero aún podemos utilizar la lógica.

La teoría del computacionalismo establece que el cerebro humano es mejor concebido como un sistema de procesado muy similar a un ordenador. Y, aunque esta visión bien podría aceptar que una simulación podría tener sujetos conscientes, no se puede ignorar que la conciencia debería requerir un sustrato de física "real". De lo contrario, las personas simuladas, aunque se comportaran correctamente, serían zombies filosóficos.

Josh Kirschembaum propone una interesante mirada sobre el origen y construcción de la conciencia. En "¿Estamos viviendo en una realidad simulada?", Kirschembaum busca establecer el principio de la conciencia argumentando que no es un proceso formal de información sino una propiedad fundamental del universo que no puede ser simulada o sintetizada. Aún cuando una máquina pudiera aprender de sus propios resultados, esto no debería leerse como un proceso consciente. Kirschembaum contrasta esto con una persona privada de todos sus sentidos (vista, olfato, tacto, gusto, oído) que aún tiene un nivel de conciencia y aun puede tener pensamientos, sueños y alucinaciones. El teórico, se anima a ir más allá, argumentando que, incluso de remover todo el pensamiento, percepciones imaginarias y sueños, quedaría aun una vigilia desnuda consciente de sí misma. Esta sería una cognición básica que no requiere de ningún contenido para existir. Luego de un detallado análisis, Kirschembaum concluye que la conciencia es trascendental y no está contenida en ningún lado, y por ende no puede ser creada o cambiada. La conciencia se referencia a sí misma y puede ser descrita en términos de "tenerse a sí misma". No requiere nada más que ella para existir, por lo que es en realidad la naturaleza fundamental de la realidad en sí misma. Siendo así, es imposible simular un universo en un ordenador ya que la conciencia no está "en" el universo, sino que el universo está en la conciencia.

En la actualidad, los requerimientos informáticos para dinámica molecular son tales que lleva varios meses de tiempo de computo - en los ordenadores más rápidos del mundo - simular 1/10mo de segundo del plegado de una sola molécula de proteína. En respuesta a esta objeción, Bostrom calculó que la historia entera de la humanidad requeriría unos 1036 cálculos para simularla y que un ordenador del tamaño de un planeta, construido utilizando métodos nanotecnológicos conocidos, podría procesarlo.

Bien, asumamos que es posible alcanzar el nivel de cálculo para generar una simulación detallada de cada partícula, y que llegaremos a construir un ordenador del tamaño de un planeta. Asumamos que estamos dentro de una simulación de ordenador. ¿No debería haber errores, interferencias, fallos técnicos, vacíos en la estructura de la programación? ¿No sería posible descubrir alguno?

John D. Barrow asegura, en "Living in a Simulated Universe", que de vivir en una simulación veríamos fallos en las supuestas constantes y leyes naturales. Barrow comienza por establecer que los simuladores de una realidad tendrían que haber sido tentados a evitar la complejidad de las leyes naturales de sus mundos cuando pueden simplemente crear "efectos realistas". Pero incluso si se dieran a la tarea de simular cada ley natural, habría límites a lo que pueden hacer, porque no es posible tener un conocimiento completo de las leyes naturales. Los programadores podrían saber mucho sobre física y sobre la programación necesaria para simular un universo, pero habría huecos o errores en su conocimiento de leyes naturales. Aunque estas serían sutiles y podrían permitir el flujo normal de la simulación, gradualmente las fallas comenzarían a amontonarse creando una bola de nieve que cesaría el cómputo de estas realidades. Barrow dice que la única forma de solventar esto sería ir agregando parches en los problemas a medida que surgen. Algo que todas las personas que trabajamos con ordenadores conocemos a la perfección. Si los simuladores utilizaran un código de corrección de errores de ordenador contra las fallas de sus simulaciones, cada tanto ocurriría una corrección en el estado de las leyes gobernando la simulación. Los científicos y astrónomos simulados podrían observar y prevenir cambios repentinos en muy pequeñas leyes naturales y mostrar que las constantes de la naturaleza van cambiando lentamente.

Claro que es inevitable que surja la pregunta de si el conocimiento de errores o vacíos en una simulación lo suficientemente poderosa son instantáneamente borrados en el momento que son observados, ya que presumiblemente todos los pensamientos y experiencias en un mundo simulado pueden ser cuidadosamente monitoreados. Pero si se toma la posibilidad de que existan incontables simulaciones y que, por ende, las mentes simuladas excedan en gran número a las mentes orgánicas, sería impracticable el control de cada pensamiento virtual individual.

Por otro lado, como bien establece la Navaja de Occam "en igualdad de condiciones, la solución más sencilla es probablemente la correcta". Es más sencillo considerar que la realidad es lo que es, que evaluar las posibilidades de estar en una simulación. Pero dado que esto es una regla heurística y no un axioma, no es la verdad absoluta para refutar todas las hipótesis. Pero aun si nos atrevemos a considerar todo lo expuesto, comprobar la existencia de una realidad simulada es improbable en cualquier sentido concreto: cualquier evidencia que sea directamente observada sería otra simulación en si misma. No hay manera posible de estar seguros de que las personas que corren nuestra simulación no sean en si mismos una simulación de otro y así infinitamente. Dadas las premisas del argumento de simulación, cualquier realidad no tiene mejores o peores posibilidades de ser una simulación que cualquier otra.

Con todo dicho, ¿qué diferencia hace? Si estamos en una simulación como la expuesta por Bostrom, el Universo no es lo que creemos y no podemos salir de aquí. Sólo nos queda esperar que, en el próximo formateo, alguien se olvide de crear a Bill Gates.


Fuentes:
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El argumento de la simulación: por qué la probabilidad de que usted viva en una Matrix es bastante alta.

Matrix hizo que muchas mentes no tan filosóficas rumiaran acerca de la naturaleza de la realidad. Pero el escenario representado en la película es ridículo: cerebros humanos mantenidos en tanques por máquinas inteligentes sólo para producir energía.

Hay, sin embargo, un escenario relacionado que es más plausible y una línea seria de razonamiento que nos lleva desde la posibilidad de este escenario a una conclusión sorprendente acerca del mundo en el que vivimos. Yo lo llamo el argumento de la simulación. Quizá su más asombrosa lección es que hay una probabilidad significativa de que usted viva en un simulación de computadora. Literalmente hablando: si la hipótesis de la simulación es verdadera, usted existe en una realidad virtual simulada en una computadora construida por alguna civilización avanzada. Su cerebro, también, es simplemente una parte de esa simulación. ¿Qué argumentos podríamos tener para tomar en serio esta hipótesis? Antes de llegar a la esencia del argumento de la simulación, consideremos algunos de sus preliminares. Uno de éstos es la asunción de “independencia del substrato”. Ésta es la idea de que las mentes conscientes podrían en principio ser implementadas no sólo en neuronas biológicas basadas en carbono (como las que están en su cabeza) sino también en otro substrato computacional como los procesadores basados en silicón.

Por supuesto, las computadoras que tenemos hoy en día no son lo suficientemente poderosas para ejecutar los procesos computacionales que ocurren en su cerebro. Y aun si lo fueran, no sabríamos cómo programarlas para que lo hicieran. Pero, a fin de cuentas, lo que le permite tener experiencias conscientes no es el hecho de que su cerebro esté hecho de materia blanda, biológica, sino que implementa un cierta arquitectura computacional. Esta asunción es bastante aceptada ampliamente (aunque no universalmente) entre los científicos cognitivos y filósofos de la mente. Para los fines de este artículo, lo daremos por hecho.

Dada la independiencia de substrato, es posible en principio implementar una mente humana en una computadora lo suficientemente rápida. Esto requeriría de hardware muy poderoso con el que no contamos aún. Requeriría también de habilidades avanzadas de programación, o maneras sofisticadas de hacer una exploración detallada de un cerebro humano que pueda ser cargada en una computadora. Aunque nosotros no podamos hacer esto en el futuro cercano, la dificultad parece ser simplemente técnica. No hay ley física conocida o restricción material que impida a una civilización lo suficientemente avanzada tecnológicamente implementar mentes humanas en computadoras.

Nuestro segundo preliminar es que podemos estimar, más o menos, cuánto poder de cómputo tomaría implementar una mente humana junto con una realidad virtual que para esta mente se vería completamente realista, con la cual interactuar. Además, podemos establecer límites inferiores acerca de cuan poderosas podrían ser las computadoras de una civilización avanzada. Futuristas tecnológicos han producido ya diseños de computadoras físicamente posibles que podrían ser construidas usando tecnología de fabricación molecular avanzada. El resultado de tal análisis es que una civilización tecnológicamente madura que ha desarrollado al menos aquellas tecnologías que nosotros ya conocemos como físicamente posibles, podría ser capaz de construir computadoras lo suficientemente poderosas para ejecutar un número astronómico de mentes similares a las humanas, aun si sólo una pequeña fracción de sus recursos fuera utilizada para tal propósito.

Si usted es una de esas mentes simuladas, podría no haber manera de observación directa de saberlo; la realidad virtual en la que estaría viviendo se vería y sentiría perfectamente real. Pero todo lo que esto demuestra, hasta ahora, es que usted nunca podría estar completamente seguro de que no está viviendo en una simulación. Este resultado es sólo moderadamente interesante. Usted podría aún considerar la hipótesis de la simulación como demasiada improbable para ser tomada seriamente.

Ahora vamos al centro del argumento de la simulación. Esto no pretende demostrar que usted está en una simulación. En cambio, muestra que deberíamos aceptar como verdadera al menos una de las siguientes tres proposiciones:

(1) La probabilidad de que una especie con nuestro nivel actual de desarrollo pueda evitar extinguirse antes de convertirse en tecnológicamente madura es insignificatemente pequeña.

(2) Casi ninguna civilización tecnológicamente madura está interesada en correr simulaciones de computadora de mentes como las nuestras

(3) Usted está casi con seguridad en una simulación.

Cada una de estas tres proposiciones podrían ser prima facie inverosímiles; y aún así, si el argumento de la simulación es correcto, por lo menos una es verdadera (mas no nos dice cuál).

Mientras el argumento completo de la simulación emplea algo de teoría de la probabilidad y formalismos, su esencia puede ser entendida en términos intuitivos. Suponga que la proposición (1) es falsa. Entonces una fracción significativa de todas las especies con nuestro nivel de desarrollo eventualmente se volverán tecnológicamente maduras. Suponga, además, que (2) es falsa también. Entonces una fracción significativa de estas especies que se han vuelto tecnológicamente maduras usarán una porción de sus recursos computacionales para correr simulaciones de computadora de mentes como las nuestras. Pero, como vimos anteriormente, el número de mentes simuladas que cualquiera de tales civilizaciones tecnológicamente maduras podría correr es astronómicamente enorme.

Por lo tanto, si tanto (1) como (2) son falsas, habrá un número astronómicamente enorme de mentes simuladas como las nuestras. Si hacemos cuentas, encontramos que habrían muchísimas más mentes simuladas que mentes no simuladas corriendo en cerebros orgánicos. En otras palabras, casi todas las mentes como las suyas, teniendo los tipos de experiencias que usted tiene, serían simuladas en vez de biológicas. Por lo tanto, por un principio muy débil de indiferencia, tendría que pensar que usted es probablemente una de esas mentes simuladas en vez de una de las excepcionales que están corriendo en neuronas biológicas.

Así pues, si piensa que tanto (1) como (2) son falsas, debería aceptar (3). No es coherente rechazar las tres proposiciones. En realidad, no contamos con mucha información específica que nos diga cuál de las tres proposiciones podría ser verdad. En estas circunstancias, podría ser razonable distribuir nuestro crédito más o menos uniformemente entre las tres proposiciones, dando a cada una de ellas una probabilidad substancial.

Consideremos las opciones con un poco más de detalle. La posibilidad (1) es relativamente sencilla. Por ejemplo, quizá hay alguna tecnología altamente peligrosa que cada civilización lo suficientemente avanzada desarrolle, y que luego les destruya. Esperemos que éste no sea el caso.

La posibilidad (2) requiere que haya una fuerte convergencia entre todas las civilizaciones suficientemente avanzadas: casi ninguna de ellas está interesada en correr simulaciones de computadora de mentes como las nuestras, y casi ninguna de ella contiene individuos relativamente ricos que estén interesados en hacerlo y sean libres de actuar como deseen. Uno puede imaginar varias razones que puedan conducir a algunas civilizaciones a renunciar a correr simulaciones, pero para conseguir (2), virtualmente todas las civilizaciones tendrían que hacerlo. Si esto fuera verdad, constituiría una restricción interesante en la evolución futura de vida inteligente avanzada.

La tercera posibilidad es la más intrigante filosóficamente. si (3) es correcta, usted está casi con seguridad viviendo ahora en una simulación de computadora que fue creada por alguna civilización avanzada. ¿Qué tipo de implicaciones empíricas tendría esto? ¿Cómo cambiaría esto la manera en que vive su vida?

A primera vista podría pensar que si (3) es verdadera, entonces no hay más apuestas, y que uno estaría loco si pensara seriamente que está viviendo en una simulación.

Razonar así sería un error. Aun si estuviéramos en una simulación, la mejor manera de predecir qué pasaría después en nuestra simulación es todavía a través de métodos ordinarios – extrapolación de tendencias pasadas, modelación científica, sentido común common, etc. Si usted creyó estar en una simulación, debería continuar con su vida de la misma manera que si estuviera convencido que está viviendo en una vida no simulada en el nivel inferior de la realidad.

La hipótesis de la simulación, sin embargo, puede tener algunos efectos sutiles en el comportamiento racional cotidiano. Hasta el punto de que usted piense que entiende los motivos de los simuladores, puede usar este entendimiento para predecir lo que sucederá en el mundo simulado que ellos han creado. Si piensa que hay una oportunidad de que el simulador de este mundo fuera, digamos, un descendiente devoto de algún fundamentalista cristiano contemporáneo, podría conjeturar que ha configurado la simulación de tal manera que los seres simulados serán recompensados or castigados de acuerdo a un criterio moral cristiano. El más allá, por supuesto, una posibilidad real para una criatura simulada (que podría ser continuada en una simulación diferente después de su muerte o “cargada” en el universo del simulador y quizá ser proveída allá con una cuerpo artificial. Su destino en ese más allá podría estar adecuado para depender de la manera en que se comportó en su encarnación simulada presente. Otras razones posibles para correr simulaciones incluyen las razones artísticas, científicas o recreacionales. Ante la ausencia de bases para un tipo de simulación por sobre la otra, sin embargo, tenemos que regresar a los métodos empíricos ordinarios para conducirse en el mundo.

Si estamos en una simulación, ¿es posible saberlo con certeza? Si los simuladores no quieren que lo descubramos, probablemente jamás lo haremos. Pero si escogen mostrarse a sí mismos, podrían hacerlo ciertamente. Quizá una ventana informándole del hecho aparecería enfrente de usted, o quizá le “cargarían” en su mundo. Otro acontecimiento que nos permitiría concluir con un alto grado de confianza que estamos en una simulación es si llegamos algún día al punto de encender nuestras propias simulaciones. Si comenzamos a correr simulaciones, sería una evidencia fuerte en contra de (1) y (2). Lo que nos dejaría a (3) solamente.

Fuentes:
Nick Bostrom.
Times Higher Education Supplement, mayo 16, 2003
Nick Bostrom es un miembro postdoctoral de la Academia Británica en la facultad de filosofía en la Universidad de Oxford. Su argumento de la simulación es publicado en The Philosophical Quarterly. Un borrador del escrito original está disponible en http://www.simulation-argument.com/.

¿Vivimos en una simulación?

Desde pequeños, en la escuela, se nos enseña que nuestro mundo está regido por una serie de leyes, expresadas de forma más o menos compleja gracias al lenguaje universal de las matemáticas; a mí, y supongo que a la mayoría de ustedes, no se me ocurrió nunca preguntar porqué la realidad está regida por esas leyes y no otras, y si realmente esas leyes explican el porqué de las cosas. Consideremos que en ese entonces hubiéramos preguntado: ¿Por qué cae un balón al suelo? Hubiéramos recibido una de estas respuestas: a) porque la tierra lo atrae; b) la tierra ejerce una fuerza gravitatoria proporcional al recíproco del cuadrado de la distancia; c) nos hablarían de la teoría relativista de la gravedad y de cómo la tierra deforma el espacio- tiempo tetradimensional afectando a la trayectoria tetradimensional del balón. Sin embargo, ninguna de estas explicaciones aporta el más minimo elemento para responder la pregunta del porqué de dicha caída, simplemente la gravedad se comporta así.
A medida que los físicos han ido descubriendo las leyes que gobiernan el cosmos, se han planteado también la conjetura de cómo hubiera sido todo en caso de que las leyes que gobiernan el universo hubieran sido diferentes; pequeñísimas variaciones en las constantes físicas fundamentales hubieran dado lugar a universos completamente distintos, en los que la vida nunca hubiera existido. Éste es el punto central del muy controvertido principio antrópico. De acuerdo a este principio, las leyes y constantes de la física son tales que permiten el desarrollo de la vida. La refutación más actual a este principio es la teoría del multiverso: hay muchos universos diferentes, cada uno con su propia configuración inicial y, tal vez, con su propio conjunto de leyes. Solamente en pocos universos como el nuestro se desarrollarían seres inteligentes que harían la pregunta: ¿por qué es el universo como lo vemos? La teoría del multiverso no resuelve la pregunta de fondo acerca de la naturaleza de la realidad.
En los últimos años hemos visto llegar a nuestras pantallas películas como Matrix y Nivel 13, tratar de preguntarse, con mejor o peor fortuna, acerca de la verdadera naturaleza de la realidad. Es tan sólo un reflejo del avance científico del que somos testigos; a medida que nuestro conocimiento científico aumenta, tenemos una idea más completa de cómo funciona nuestro universo. La síntesis de estas películas consiste en una especie de realidad virtual en la que estaríamos inmersos, y por lo tanto lo que vemos, lo que tocamos, lo que sentimos, no sería exactamente real. En 2004, el físico Martin Rees y el matemático John Barrow, respetados científicos de la universidad de Cambridge, nos dijeron que lo que estamos viendo en estas películas no está tan desencaminado. Propusieron que habitamos en un universo simulado por una supercomputadora construida por una civilización muy avanzada fuera de nuestro universo. En una sociedad más completa, más desarrollada lógicamente a nivel informático que la nuestra, en lugar de simular lo que hacemos nosotros, como por ejemplo un clima, movimientos planetarios, y pequeños experimentos con vida artificial, ellos podrían ir más lejos y simular el surgimiento de estrellas o de sistemas planetarios, podrían establecer precisas reglas de bioquímica, y luego serían capaces de observar la evolución de la vida y de la consciencia en el universo. La teoría de la realidad como simulación va más allá del principio antrópico, ya que es compatible con la simulación de múltiples programas (universos) ejecutándose en paralelo en la mencionada supercomputadora, de forma que cada programa se inicialice con ciertos valores aleatorios en sus constantes fundamentales, es decir, no tiene porqué haber diseño inteligente. Esto lo saben muy bien los que trabajan en el campo de la computación evolutiva, una rama de la inteligencia artificial. El aspecto problemático de la teoría es la computabilidad del universo: ¿Entre un instante y otro existen infinitos instantes? ¿Entre un punto y otro existen infinitos puntos? ¿Es necesario ponernos de acuerdo en que el universo debe ser discreto en el espacio-tiempo para poder computarlo? ¿Es imposible hacer una simulación así porque necesitaríamos una supercomputadora tan grande que somos incapaces de concebirla? Si nuestra realidad fuera una simulación computada, el hardware en que se ejecuta la simulación estaría fuera de ella, es decir en la realidad superior. Como no tenemos idea de qué leyes puedan estar rigiendo esa otra realidad, no tenemos razones para suponer que ese hardware sea similar en algún sentido al que se necesitaría en nuestra realidad. He hablado de la “realidad superior”, aquí nos surgen más preguntas: ¿Por qué nuestro universo ha de ser una simulación en otro universo superior? ¿Y por qué no? ¿No puede existir simplemente, y ya está?
Existe una argumento de peso a la hora de demostrar si vivimos o no en una simulación: los individuos que pertenecen a un sistema no pueden conocerlo de forma directa.
Estamos hablando de sistemas de organización de orden superior, de pautas de orden superior. Los sistemas de orden inferior no pueden aprender enteramente el todo del que forman parte. Lo impide la lógica. Desde el punto de vista de la programación de software, el universo podría haber sido creado hace cinco minutos con la exacta configuración que tenía en ese momento (incluyendo todas nuestras memorias, y el estado de toda la materia y energía del universo), y nosotros no podríamos saberlo.
En definitiva, tenemos motivos para pensar que es posible que nuestra realidad sea una simulación, y tenemos el sentido común para pensar que parece improbable; lo más fascinante es que puede ser cierto, y nunca lo llegaremos a demostrar ni a refutar.

Tampoco hay que desesperarse por la naturaleza de nuestra realidad... después de todo, ¿qué diferencia habría entre el universo real y otro universo copia del primero? ¿qué diferencia habría entre materia e información? ¿no sería lo mismo tener una unidad mínima de materia en cierta posición, que tener "algo" que se comportase como si fuera una unidad mínima de materia, en la misma posición? Ciertamente, es difícil de ver la diferencia.

Fuentes:
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La doctrina de la unidad en el Zoroastrismo.

Toda verdadera religión erige uno de sus pilares en la metafísica, ciencia de las realidades divinas, la cual, sin duda, nada tiene que ver con el significado que los modernos asignan a esta palabra. Ha sido el francés René Guénon quien ha restituido para el Occidente la verdadera dimensión de este saber.

Así como la cosmología es una de las ciencias interpretativas que no pueden dejar de existir en toda forma tradicional, la metafísica cumple una labor primordial en tales ambientes. Ello por cuanto estudia las verdades primeras que atañen a los misterios del Ser divino, con medios diferentes a la dialéctica moderna, incorporando entre ellos el uso de la intuición, mecanismo directo de gnosis.

Jean Borella la define como "la ciencia de los grados de la realidad universal", señalando que además hay un sentido restringido de tal término, que define metafísica como todo aquello que está más allá de la manifestación creacional, incluidos los estados angélicos.2

Para Frithjof Schuon, la doctrina metafísica no es otra cosa, en el fondo, que la ciencia de la Realidad y la ilusión, y se presenta, a partir del estado terrenal —por tanto, con su extensión cosmológica—, como la ciencia de los grados existenciales o principiales según el caso: distingue de una parte entre el Principio y la Manifestación —o entre "Dios" y el "mundo"—, y de otra, en el Principio mismo, entre el Ser y el No-Ser, o, en otros términos, ente el Dios personal y la Divinidad impersonal; en la manifestación la metafísica —convertida entonces en cosmología— distinguirá entre lo informal y lo formal, dividiéndose a su vez lo formal en dos estados, sutil o anímico uno y burdo o corporal el otro.3

La doctrina de la Unidad —sabiduría que ve en la dualidad sólo un aspecto formal que debe trascenderse, pues podríamos decir que sólo atañe a la manifestación y no a los Principios— la hallamos expuesta de manera magistral en el hinduismo, a través de la escuela advaita (no dualidad), siendo Schankaracharya uno de sus mayores expositores. Pero también se ha desarrollado muy bien en ambientes como el judaísmo (la kabbalah), el cristianismo (Jakob Boehme4 y Meister Eckhart son algunos de los más notables en este sentido), el Islam (especialmente en algunos sufíes, como Mu-hiyuddin Ibn Arabi, quien en sus libros La sabiduría de los profetas5 y el Tratado de la unidad 6 demuestra su fina percepción en materias espirituales) y el taoísmo.

Ella consiste en la sapiencia que indagando los "principios primeros" de las cosas concluye que Dios es el ser Único (es por ello que los musulmanes recitan La ilaha illa-Llah, lo que quiere decir no hay divinidad sino la Divinidad), único conocedor, único sujeto y objeto, pleno, comprehensivo. Este ser incluso está más allá de las apariencias de contradicción, y de la manifestación o creación.

Sobre la Unidad conviene seguir los dichos de Titus Burckhardt, que nos parecen muy reveladores:

Lógicamente la Unidad es a la vez indiferenciada y principio de distinción. Como Unidad indivisible, en el sentido de al-Ahadiya, corresponde a lo que los hindúes designan por No-Dualidad (advaita); como Unicidad en el sentido de al-Wahidiyya, es el contenido positivo de cualquier distinción, pues es por su unicidad intrínseca por lo que cada ser se distingue de otro modo que por sus meras limitaciones.7


Pudiera ocurrir que la existencia de emanaciones divinas nos confunda, y así alguno pudiera creer que se trata de otros "dioses". Tal visión olvida que Dios es Uno y de quien surgen sus potencias; las que al ser partes de Él se hayan supeditadas en totalidad a su influencia.

Las narraciones indias nos dan prueba de este deseo divino de hacerse "otros", cuando al final es Él mismo, con sus otros rostros.

Así en el Maitri Upanishad, II.6. Tal documento A. K. Coo-maraswamy en un articulo inédito lo comenta de la siguiente manera: "Aquí la Persona inteligenciante (cf. II.2.7), el Progenitor (el Soplo, XI, 4.11), despertando como si fuera del sueño, se divide a sí mismo quíntuplemente".

No hay otro Dios, pues efectivo es que todo proviene de Él. Pero esto no impide que existan manifestaciones y estadios del Ser, cuestión que si logramos captar en su sutil implicancia es algo muy diferente. Así, por ejemplo, y con toda razón Meister Eckhart distinguía entre un Dios y la Divinidad; así Frithjof Schuon se ha permitido hablar de un Ser y un Sobre-Ser.

Esta Divinidad o Sobre-Ser toma en lenguaje islámico el nombre de Dat, en el taoísmo es "el Tao que no se menciona", en la kabbalah es En-Sof. En mazdeísmo es Vâj (vacío o abismo).

La metafísica zoroastriana ha querido explicar este tema diciéndonos que frente a Ormuzd (principio del Bien; el Ser) existe un "gemelo" llamado Ahrimán (principio del Mal). Pero que incluso a pesar de ellos hay un estadio divino que pocas veces es enunciado en los textos: Vâj (el vacío). Este primer rostro (invisible) de Dios es "intocable", si se nos permite la expresión, mientras que el mismo Ormuzd puede, sin embargo, ser entidad que se desarrolla en el tiempo y el espacio, y por tanto es capaz de devenir actuante, que puede triunfar e incluso por una era perder.9 En términos eckhardtianos Ormuzd es Dios, Vâj, en cambio, es la Divinidad. De Vâj surgirán Ormuzd y Ahrimán, pero no se confundirá con ellos. De allí que sea inalterable, pues Él es infinito y No-Manifestado.

El zoroastriano Shikand Gumâni Vazar,10 en su capítulo VIII, nos dice: "Una vez que (Ahrimán) ha alcanzado plena comprensión de lo que sufre a manos de la omnipotencia, el Creador lo pone fuera de acción y lo precipita al infinito Vacío". Aquí, Vâj es el Ungrund (lo indeterminado, el misterio, el abismo) de la teoría de Jakob Boehme, uno de los mejores filósofos herméticos.

Y en otra parte de dicho texto: "Entre ellos estaba el Vacío: algunos le llamaban Vâj, en el cual ambos Espíritus se mezclan".

Más allá del conflicto visible entre bien y mal —la dualidad visible— existe el Vacío que incluye y sobrepasa a ambos. Pero para que el hombre supere el mundo de las formas menester es llegar primero a Ormuzd. De ahí la insistencia del sacerdocio en cuanto a que los mazdayasnis sean rígidos en el cumplimiento de los ritos y de la tríada moral zoroastriana que es:

1.— Humata: Buenas intenciones (y pensamientos);
2.— Hukhta: Buenas palabras; y
3.— Hvarshta: Buenas obras.

Este Vacío ocupa el lugar de lo que René Guénon denomina "sí mismo", el que es conceptuado y caracterizado de la siguiente manera por el metafísico de Blois:

El "sí mismo" como tal, jamás es individualizado y no puede serlo pues, como siempre, ha de ser considerado desde el punto de vista de la eternidad y la inmutabilidad que son los atributos necesarios del ser puro, no es evidentemente susceptible de particularización alguna que lo haga ser distinto de "sí mismo". Inmutable en su propia naturaleza, desarrolla solamente las posibilidades indefinidas que comporta en "sí mismo" por el pasaje relativo de la potencia al acto a través de una infinidad de grados, y esto sin que por ello se vea afectada su permanencia esencial, precisamente porque este pasaje no es sino relativo, y porque dicho desarrollo es tal sólo cuando se lo considera desde el punto de vista de la manifestación, fuera de la cual no puede hablarse de sucesión alguna, sino solamente de una perfecta simultaneidad, de modo que lo mismo que es virtual en el ámbito de cierta relación no se encuentre por eso menos realizado en el "eterno presente". Con respecto a la manifestación, se puede decir que el "sí mismo" desarrolla sus posibilidades en todas las modalidades de realización, en una multitud indefinida que constituye para el ser integral otros tantos estados diferentes, estados de los cuales uno solo, sometido a condiciones de existencia muy especiales que lo definen, conforma la porción (o más bien la determinación particular) de este ser que es la individualidad humana. El "sí mismo" es entonces el principio por el cual existen, cada uno en su dominio propio, todos los estados del ser; y esto debe entenderse no solamente respecto de los estados manifestados de los cuales acabamos de hablar, individuales como el estado humano o supraindividuales, sino también, aunque la palabra "existir" se torne ahora impropia, del estado no manifestado, que comprende todas las posibilidades que no son susceptibles de ninguna manifestación al mismo tiempo que las posibilidades de manifestación misma en modo principal; pero este "sí mismo" no es sino en virtud de sí, puesto que no tiene ni puede tener, en la unidad total e indivisible de su naturaleza íntima, principio alguno que sea exterior a él.12


Sin duda, el zurvanismo, herejía zoroastriana que ve en Zurván (el genio del tiempo) al Supremo Ser, y por tanto, padre de Ormuzd y Ahrimán, tomó de la doctrina aquí expuesta un sustento; pero siempre se trata de una mala interpretación que ha llevado a los zurvanistas a considerar al tiempo como fin supremo y creador primero. La importancia dada a los ciclos por parte del mazdeísmo puro (con lo cual se funda la ciclología, verdadera ciencia tradicional), no puede hacernos creer como a los zurvanistas en la preeminencia en medio celestial del tiempo. Su divinización es por tanto una desviación, ya que hace del devenir lo superior, cuando precisamente lo es el No-Manifestado en quien mora toda paz, toda luz.

Vâj es el centro integrador e inmutable; diferente por tanto al Principio Creador u Ormuzd, y a su sombra (Ahrimán). El "tiempo", en cambio, es el "lugar" donde se concreta o materializa la batalla. Allí, Ormuzd y Ahrimán se encuentran —pero sólo durante algunos milenios, pues al fin del tiempo "histórico" vencerá Ormuzd—. Acerca de esto último, encontramos un simbolismo semejante en el Ying-Yang taoísta, en el Prakriti-Purusha hindú, o en el caduceo hermetista. En efecto, de lo que se trata es de los dos movimientos o fuerzas creacionales. Es el solve et coagula alquimista. Esta interacción —que es expresión de la tensión universal en la creación— llevará a la transmutación final, luego de las tres fases de la alquimia clásica, que han sido denominadas conforme a los distintos colores que van apareciendo en el transcurso de la Gran Obra: nigredo (etapa del negro, imperio de Ahrimán), albedo (el blanco purificador, intervención de Ormuzd) y rubedo (el rojo, instancia donde se concreta efectivamente la transmutación; triunfo de Ormuzd).

Henry Corbin se refiere a estas tres etapas: "En la mitohistoria del mazdeísmo puro, el tiempo cíclico aparece ritmado por tres grandes actos que se desarrollan a lo largo de doce milenarios que forman las edades del mundo".13 Tales actos son: creación, mezcla y separación final.












Pero no perdamos de vista que es Vâj quien comprende y supera a Ser y anti-Ser, dado que está más allá de toda contingencia, al ser el primer motor, o centro inmóvil.

De allí que en el libro de la Creación o Budahishn se diga: "Entre ellos (Ormuzd y Ahrimán)14 estaba el vacío: algunos le llaman Vâj, en el cual ambos Espíritus se mezclan".15

Siguiendo a Frithjof Schuon16 podemos distinguir cuatro grados esenciales en la "gran cadena del Ser":

1.— El Principio en sí;
2.— El Principio ya manifestado;
3.— El Principio reflejado en el orden creado; y
4.— La creación periférica o "manifestación en sí".

El "Principio en sí" en lógica mazdeísta será Vâj, Principio de No-Manifestación y de Manifestación; y el "Principio ya manifestado", será Ormuzd. Es a este último a quien los devotos oran, es Él el que puede mencionarse. Es Él, por tanto, el Dios personal.

Fuentes:
Sergio Fritz Roa.

La Gran Cadena del Ser. (5)

La visión transpersonal

Aunque es cierto que la holoarquía evolutiva constituye un paradigma unificador del pensamiento contemporáneo, desde la física a la biología, la psicologìa y la sociología, la mayor parte de las escuelas ortodoxas de investigación, sin embargo, sólo admiten la existencia de las dimensiones propias de la materia, el cuerpo y la mente. Las dimensiones superiores de alma y Espíritu todavía no han alcanzado el mismo estatus. De este modo, podemos afirmar que el Occidente contemporáneo todavía no ha alcanzado a reconocer sino las tres quintas partes de la gran cadena del ser.

Una vez que reconozcamos la existencia de todos los niveles y dimensiones de la gran cadena del ser, estaremos ciertamente en condiciones de disponer adecuadamente de todas las modalidades del conocimiento, no sólo del ojo de la carne, que nos permite acceder al mundo físico y sensorial; o del ojo de la mente, que nos revela el mundo lingüístico y lógico; sino también del ojo de la contemplación, que nos abre a las dimensiones del alma y del Espíritu. Cuando la psicología confía exclusivamente en el ojo de la carne, se ve abocada al conductismo, y si lo mismo ocurre en el campo de la filosofía, termina conduciéndonos al positivismo. Incluir al ojo de la mente supone, en psicologìa, abrir la puerta a las escuelas introspectivas, como el psicoanálisis, la gestalt, la existencial y la humanista; y en filosofía, retornar a la filosofía propiamente dicha, la fenomenología, la hermenéutica, el existencialismo y la teoría crítica.

También tenemos que dar un último paso y tener en cuenta al ojo de la contemplación que, como metodología científica y respetable, nos revela el alma y el espíritu. El resultado de este último paso nos conduce a la psicología y a la filosofía transpersonal. Y esta visión transpersonal es el punto definitivo de regreso, el punto del reencuentro del alma del hombre moderno con el alma de la humanidad, el verdadero significado del pluriculturalismo, donde, subidos a hombros de gigantes, trascendemos, pero incluímos, y esto significa respetar, su presencia siempre recurrente.

Fuentes:
Ken Wilber, "Trascender el Ego".







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El Onto-ser y el Meta-ser.

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Según Platón, el conocimiento es un subconjunto de lo que forma parte a la vez de la verdad y de la creencia.
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