martes, 14 de abril de 2009

La identidad femenina desde el arquetipo de la Diosa

En las últimas décadas expertas en distintas disciplinas han comenzado a reconstruir la identidad femenina que fue ensombrecida y mutilada durante más de veinte siglos por el pensamiento patriarcal. Psicólogas, arqueólogas, antropólogas, chamanas, teólogas y eruditas han tenido que remontarse hasta los mitos y arquetipos de origen de la cultura agrícola que floreció en la Antigua Europa, Anatolia, Medio Oriente y otros lugares del planeta (entre el 800 al 3.000 a. C., y perduró en una miríada de diosas y rituales en culturas posteriores) para encontrar rostros femeninos no oprimidos.

En esas tradiciones sagradas el símbolo de la Gran Diosa, la Creadora de la vida, la muerte y el renacimiento cíclico contiene un caudal psicológico - espiritual de orientación femenina, muy distintos a las filosofías masculinas y religiones monoteístas tardías de la antigüedad clásica. Psicólogas neo-junguianas, como Jean Shinoda Bolen y Silvia Brinton Perera consideran a las diosas como patrones potenciales en la psiquis de todas las mujeres. Los arquetipos femeninos de las diosas pre-cristianas y pre-helénicas siguen siendo relevantes para las mujeres porque en ellos hay una resonancia de verdad. Muestran cómo son las mujeres, con más poder y diversidad de comportamiento del que se les ha permitido ejercer históricamente.
Caittlin Matthews, experta galesa en tradiciones celtas y artúricas, analizó la mitología de diferentes pueblos y épocas detectando diez arquetipos femeninos representados por las diosas de todo el mundo.
El primero es la Diosa Creadora o Conformadora de Todo, que se despliega en nueve aspectos o diosas que expresan potencialidades, energías y capacidades que las mujeres pueden traer a la conciencia, a fin de favorecer una percepción interna que reemplace al dualismo maniqueo que definió lo femenino con estereotipos tales como “santa o prostituta” “madre bondadosa o madre terrible”, “varón fallido”, “envidiosa del pene”, entre muchas otras.

Los primeros arquetipos que emergen de la Creadora son: la Energizadora, la Medidora y la protectora, las energías básicas para moverse en la vida. Afrodita, la diosa luna del mar, las Ninfas del bosque o la Sakti hindú fueron percibidas como danzantes que esparcen la energía de la Creadora en los humanos, la naturaleza y el cosmos, activando diversas potencialidades. Las manifestaciones de la Energizadora están cargadas de belleza, dinamismo y vitalidad; exaltan el cuerpo y la sexualidad, vivenciados con placer, dicha y libertad.
A la Medidora la encontramos entre las Parcas griegas y las Nornas vikingas, que determinan cómo circulará la energía y a través de qué canales. Como diosas del Destino implican las elecciones que realizamos en la vida. La activación de la Energizadora y las decisiones de la Medidora están equilibradas por la Protectora.
Artámis, Atenea y Hera, la Reina del Cielo, portan este atributo de autonomía como protectoras y gobernantes. Cuando uno o más de estos aspectos está desactivado o negado en la conciencia de una mujer, no es casualidad que ella vivencie estados depresivos, de baja autoestima, o de dependencia con el riesgo de sufrir algún tipo de maltrato.

La Iniciadora, la Desafiante o la Liberadora nos muestran a la Diosa cuando encarna la capacidad de cambio y transformación. En los misterios de Isis y Démeter (que fuerron practicados hasta el principio del cristianismo) las diosas aparecen como sacerdotisas que conducen a los iniciados al interior de su cueva sagrada, laberinto o templo, para que experimenten las propias profundidades del inconciente y de lo mistérico. En ese descenso al mundo interno bajo la consigna délfica del “conócete a ti mismo”, la Diosa se transforma en Desafiante con rasgos temibles, portando la máscara de la muerte cíclica.

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJizi_lWd3ofgVp2ikekd832oLlyQqiODXb3iWRH3JJ24FTxT9EJQKgpxYKNBC7QLYQuoFnq2dRhn3Qzo2RJgatybjpoInE7nClBLqVrpgZX-82IdxL83uOw_80N4FYAtl3PcRReXVf0pt/
La Desafiante como Serpiente, Górgona, Esfinge Sirena o Erinia ha sido desfigurada haciendo de las mujeres desafiantes las portadoras de los más terribles y misóginos calificativos; reprimidas como locas, brujas, o demonios, sexualmente insaciables. Esta mentalidad la encontramos en los mitos de los héroes aqueos (Teseo, Heracles, Perseo) glorificados por haber asesinado las diversas manifestaciones de la Desafiante pero en el pensamiento sagrado matrístico este arquetipo es profundamente sanador cuando se lo comprende en toda su dimensión. La Desafiante es el espejo donde vemos nuestro rostro más íntimo, y al contemplarlo vemos las distorsiones, conflictos y angustias que nos impiden crecer y madurar. Para las mujeres, el encuentro con la Desafiante ayuda a percibir y diferenciar los estereotipos patriarcales de los arquetipos o energía personales más genuinos. Cuando comprendemos el mensaje de transformación que este aspecto comunica podemos comenzar a transitar la liberación.
Tanto Isis como Démeter son liberadoras porque devolvían la vida a sus hijos o consortes, haciéndolos renacer de su útero sagrado. Lo mismo sucede con Inanna e Ishtar que, en su calidad de liberadoras, descienden al mundo subterráneo y se encuentran con Ereeskigal, la Diosa Oscura, su otro yo. En los mitos, la Desafiante-Liberadora no es otra que una diosa solar temporalmente oscurecida, como sucede con Ragnell, la Dama Horrible de la leyenda artúrica.
El proceso liberador que las diosas liberadoras revelan es muy semejante al que Carl Jung describió como percibir y honrar la sombra, de una manera aceptable en vistas a lograr el proceso de individuación o emergencia del Sí mismo.

Los últimos tres arquetipos que compone Caitlin Matthews son : La Tejedora, la Nutricia y la Potenciadora. La tejedora es una maga que teje, cuida y reajusta la trama sagrada de la vida. La Mujer Araña de los Navajos, la Brigit celta y Mnemosine, la madre de las musas, encarnan este aspecto conector, ejerciendo como patronas de conocimiento, el chamanismo, la profecía y las artes. Actualmente este arquetipo está muy activo en la psiquis de las mujeres, motivándolas a reconectar sus vidas desde un patrón diferente al usado hasta entonces, haciéndola conciente de la práctica del cambio en lo cotidiano. Muchas han descubierto sus energías sanadoras, holísticas o chamánicas en sintonía con la defensa de los ecosistemas.

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjjinee1pkyCrnV4GIAL1kTDKNLgJQ7m3pHX-BhwhV7UK8METX2LVhBfvtCCOm9HNRAXqwS63X8zC-25v4Sel0B1_ckFW1Tm4b_neMmg07NmOB6h6ND5E9yEoQgoVPbwqTySxeojsAF2Ixs/
La Nutricia y la Potenciadora son dos arquetipos que están por venir, en el sentido que expresan la emergencia de una conciencia femenina finalmente despojado de los estereotipos patriarcales. La Nutricia es el aspecto sustentador de la madre pre y post-patriarcal. Todas las diosas madres que habitan las mitologías son nutricias y legisladoras, pero nuestra manera de apreciarlas aún es deficiente porque suponemos que las mujeres, al encarnarlas, deben “dar todo sin pedir nada a cambio”, y cuando expresan sus exigencias son criticadas como madres desnaturalizadas. Pero la Nutricia manifiesta la posibilidad de amar, sustentar y nutrir la vida ejerciendo poder con otros, en lugar de “poder sobre otros” que aún persiste en la cultura occidental.
El ejercicio de la maternidad tendrá importantes implicancia políticas, económicas y culturales.
Algo similar ocurre con la Potenciadora que en los mitos aparece como diosa de la sabiduría: Sofía, Kuan Yin, Tara y Shokiná. También en la anciana sabia de las culturas indígenas. Como continuadora de la Tejedora y la Nutricia, la Potenciadora manifestará una sabiduría femenina hasta ahora desconocida.
En este breve recorrido observamos que el trabajo de Caitlín Matthews, como el de otras erúditas que investigan los símbolos de la Diosa, tiene el mérito de haber sacado a la luz un conjunto arquetípico abierto a la experiencia de cada mujer.

El Arquetipo de la Gran Madre

El Arquetipo de la Gran Madre tiene todos los rasgos que usualmente han sido atribuidos a las madres en todos los tiempos. Como todo arquetipo se manifiesta en sus dos aspectos: oscuro y numinoso. Encontramos, entonces, dos tipos fundamentales: la madre nutricia y la madre devoradora.

En la “Gran Madre”, en tanto manifestación arquetípica, lo femenino aparece como principio creador independiente del hombre personificado y por esa razón es que se la considera “virgen” y su poder y riqueza va más allá del “principio masculino”. Esta figura arquetípica la vemos representada en los mitos y leyendas de todas las civilizaciones de todos los tiempos. Así, tenemos el ejemplo de la Virgen María, de las Grandes Madres egipcias y mediterráneas, todas ellas “madres vírgenes” portadoras de un gran poder de creación y fecundidad y a quienes, por sobre todo, se las venera, aún hoy en día, con el objeto de que haya prosperidad, alimento, buenos cultivos, salud, etc.

Tenemos otros ejemplos de este tipo de “madres”: los gemelos Rómulo y Remo fueron hijos de madre virgen; el Popol Vuh libro sagrado de los maya-quichés dice que los gemelos Hunahpu y Ixbalanqué fueron engendrados por la joven virgen Ixquic cuando una calavera escupió su mano (“en mi saliva y en mi baba te he dado mi descendencia”, dijo la calavera a la muchacha).
Otros héroes, dioses, semidioses y profetas han sido engendrados sin que interviniera el varón: la virgen Maia engendró a Buda, y, además, Hermes, Baco-Dionisos, Adonis, Agni, Mitra, Krishna y Jesús, fueron dados a luz por madres vírgenes.

En la mitología griega, el Arquetipo de la Gran Madre estuvo representado por Gaia (Tierra), personificando a la Madre Tierra. En su “Teogonía” Hesíodo relata cómo, después del Caos, surgió Gaia desafiante, y con ella la creación de los eternos dioses del Olimpo.
En Roma, la diosa Cibeles (extraída de la mitología griega), fue venerada como Magna Mater, la “Gran Madre”.
En la mitología nórdica, la Gran Madre estuvo representada por la misma madre de Thor, quien era conocida como Jord, Hlódyn o Fjörgyn. Mientras que en la mitología lituana Gaia – Žeme, también clara manifestación de este arquetipo, era hija del Sol y la Luna, y también esposa de Dangus.

Las culturas precolombinas, en especial la incaica, creían en la Pachamama como personificación de la Madre Tierra (Gran Madre). Ella, junto con su esposo Inti, el dios del sol, eran considerados deidades generosas. El culto a Inti se perdió con el paso del tiempo, pero la Pachamama aún sigue teniendo vigencia en los pueblos de esa zona y, en especial en el Noroeste argentino, lo que indica la fuerza energética que posee el arquetipo de la Gran Madre. El culto a la Pachamama no pudo ser erradicado ni siquiera con la evangelización de los aborígenes y actualmente cada 1º de agosto comienzan las ceremonias en su honor, y, además, se le hacen ofrendas cada vez que comienza la época de siembra y cosecha y cuando se marca la hacienda. En este culto participan también aquellos que profesan la fe católica.

Como hemos visto, el Arquetipo de la Gran Madre puede tener dos vertientes, puede ser benévola (nutricia) o puede tener un carácter vengativo, oscuro (devoradora) castigando a la gente, pidiendo tributos o convirtiendo a los seres humanos en piedras, todo dependiendo de su justicia caprichosa y de su estado de humor.

Esta dualidad está presente en Artemisa, la Señora de los Animales griega, que podía ser cruel o benévola, cazadora virginal o diosa de la fertilidad. Las Grandes Madres de la época Micénica tenían también ambos caracteres, vírgenes y diosas de la fertilidad.
De modo general el Arquetipo de la Gran Madre, cuando actúa como complejo psíquico tanto en el hombre como en la mujer, implica la búsqueda del retorno a la protección materna, a ese paraíso imaginario de plenitud y armonía, y en este sentido está íntimamente ligado a las manifestaciones del Arquetipo del Paraíso Perdido.

http://lh3.ggpht.com/_Wbrv4TZOFic/SeYCTVCb93I/AAAAAAAABrQ/OcUmkTb2hXE/la%20Gran%20Madre%20a.JPG
La virtud que el Arquetipo de la Gran Madre desarrolla es la capacidad nutricia, de protección y amor. Jung sostuvo que la experiencia que haya tenido el niño o la niña con su propia madre no alcanza para comprender las características que se le atribuyen a las figuras representativas de lo “materno”, tales como: la autoridad mágica de lo femenino; la sabiduría; la bondad; el aspecto protector, sustentador y generador de crecimiento, fertilidad y alimento; así como lo secreto, lo oculto, lo sombrío; el abismo; lo que devora, seduce y provoca miedo. Es por esto que afirmó que “…todos esos efectos de la madre sobre la psique infantil pintados por la literatura no provienen meramente de la madre personal, sino más bien del ´arquetipo proyectado sobre la madre´, el cual da un fondo mitológico a ésta y le presta de ese modo autoridad y numinosidad”
(Jung, C. G. “Arquetipos e Inconsciente Colectivo”).

La madre personal entonces, sólo influye en el hijo o hija en la medida en que éstos proyectan el arquetipo materno sobre ella, y ello tiene más que ver con un desarrollo muy particular, propio de la fantasía infantil proveniente de lo inconsciente colectivo, que con efectos traumáticos realmente acontecidos.
Es por esto que Jung sostenía que en aquellos casos en los que se sospechaba una neurosis infantil, él comenzaba buscando la neurosis en la madre, pues es mucho más probable que un niño tenga un desarrollo normal que neurótico, y porque en la mayoría de los casos se puede demostrar la existencia de perturbación en los padres, en especial en la madre.

Muchos de nuestros más terribles temores están arraigados en la figura arquetípica de la Gran Madre en su aspecto ourobórico. El terror más profundo respecto a ese aspecto devorador del arquetipo se refleja en el mito de las vampiresas, vigente en las culturas de todo el mundo.

El Arquetipo de la Gran Madre también aparece simbolizado por todo lo que sea profundo: abismos, valles, fuentes, grutas, mares y lagos. En otras ocasiones está representado como la casa o la ciudad que nos contiene. En general, todo aquello que se presente como de grandes dimensiones, espacioso y con la característica de abrazar, contener, ceñir, rodear, envolver, cubrir, preservar o nutrir a algo más pequeño, constituyen símbolos que se refieren a la Gran Madre.

Los humanos proyectamos este arquetipo en las respectivas madres. Pero cuando el arquetipo no encuentra una madre biológica o sustituta disponible, tiende a personificárselo, convirtiéndolo en un personaje mitológico – por ejemplo – “de cuentos de hadas”; o se lo busca a través de una institución religiosa; o identificándolo con la “Madre Tierra” la Pachamama en regiones cordilleranas de América del Sur; o en la figura de la Virgen María y otras tantas que se prestan para ser depositarias de la Gran Madre arquetípica. Porque, como señala Jung, “la Gran Madre es ante todo un arquetipo [...] una imagen interior, eternizada en la Psyché; y para la organización psíquica, a la vez un centro y fermento de unificación. Algo inmutable”.

http://lh6.ggpht.com/_Wbrv4TZOFic/SeYCTeDqc0I/AAAAAAAABrI/q2GUBRuUSSA/s400/isis-painting.jpeg
Jung explica también las causas de este fenómeno de la doble vertiente del arquetipo y las diversas manifestaciones que hemos mencionado, en su obra “Arquetipos e Inconsciente Colectivo”. Allí expresa: “La portadora del arquetipo es en primer término la madre personal, porque en un comienzo el niño vive en participación exclusiva, en identificación inconsciente con ella. La madre no es sólo precondición física, sino también psíquica del niño. Con el despertar de la consciencia del yo la participación se va disolviendo poco a poco y la consciencia comienza a ponerse en oposición con lo inconsciente, esto es con su propia precondición. De allí resulta la diferenciación entre el yo y la madre, cuya peculiaridad personal poco a poco se vuelve más clara. De ese modo se desprenden de su imagen todas las características misteriosas y fabulosas y se desplazan hacia la posibilidad más cercana: la abuela. Como madre de la madre, ella es “más grande” que ésta. No es raro que tome los caracteres de la sabiduría al igual que los propios de la brujería. Pues cuanto más se aleja el arquetipo de la consciencia tanto más clara se vuelve ésta y tanto más nítida figura mitológica toma el arquetipo. El paso de la madre a la abuela representa un ´ascenso de rango´ para el arquetipo.” Y luego agrega que: “Al volverse mayor la distancia entre lo consciente y lo inconsciente, la abuela materna se transforma, por ascenso de rango, en la “Gran Madre”, con lo cual ocurre frecuentemente que las oposiciones interiores de esta imagen se separan de ella. Surge por un lado un hada buena y por el otro una mala, o bien una diosa benévola y luminosa y otra peligrosa y sombría. En el Occidente antiguo y en especial en las culturas orientales, las oposiciones permanecen a menudo unificadas en una figura, sin que la consciencia experimente esta paradoja como algo perturbador. Así como las leyendas de los dioses muchas veces están llenas de contradicciones, lo mismo ocurre con el carácter moral de sus figuras.” Y de esa manera es que surge esta ambigüedad en las diosas míticas, fieles representantes del Arquetipo de la Gran Madre.

Apadrina el Blog "Hombres que corren con los lobos"

La voz de las Trece Abuelas

Ancianas indígenas aconsejan al mundo

http://lh6.ggpht.com/_Wbrv4TZOFic/SeQogKU5D6I/AAAAAAAABqM/5dSOA_4sy_4/fotos_abuelas.jpg

Trece Abuelas procedentes de los cinco continentes nos presenta sus perspectivas y sus consejos. Muchas de ellas son leyendas vivas en sus tribus. Las Abuelas ofrecen sabiduría en temas tan actuales como la educación de las familias, el cultivo de la salud física y mental, la violencia, la guerra y la pobreza.

El Consejo Internacional de las Trece Abuelas Indígenas cree que sus ancestrales formas de oración, de conciliación y de sanación son de vital importancia hoy día, y que las enseñanzas de nuestros antepasados iluminarán el camino hacia un futuro incierto.

Declaración del Consejo Internacional de las Trece Abuelas Indígenas


“Somos trece Abuelas indígenas que nos reunimos por primera vez del 11 al 17 de octubre de 2004 en Phoenicia, Nueva York. Llegamos de los cuatro puntos cardinales para reunirnos en la tierra del pueblo de la Confederación Iroquesa. Venimos de la Selva Amazonas, del Círculo Polar Ártico, de los grandes bosques del Noroeste americano, de las vastas llanuras de América del Norte, de las montañas de América Central, de las Black Hills de Dakota del Sur, de las montañas de Oaxaca, del desierto del Suroeste americano, de las montañas del Tíbet y de la selva de África central.
Reafirmamos nuestras relaciones con los pueblos y comunidades de medicina tradicional de todo el mundo. Nos hemos reunido porque tenemos una visión común para formar una alianza global nueva.
Conformamos el Consejo Internacional de las Trece Abuelas Indígenas. Nos hemos unido como una sola mujer en una alianza de oración, educación y sanación para la Madre Tierra. Trabajamos por todos sus habitantes y por todos los niños de las siete generaciones venideras.
Estamos muy preocupadas con la destrucción sin precedentes que está sufriendo nuestra Madre Tierra: la contaminación de nuestro aire, nuestra agua y nuestro suelo, las atrocidades de la guerra, el azote global de la pobreza, la amenaza de las armas y los residuos nucleares, la cultura del materialismo, las epidemias que amenazan la salud de los pueblos de la tierra, la explotación de las medicinas indígenas y la destrucción de las formas de vida indígenas.
Nosotras, el Consejo Internacional de las Trece Abuelas Indígenas, creemos que nuestras formas ancestrales de oración, conciliación y sanación son de vital importancia hoy en día. Nos unimos para educar y enseñar a nuestros niños, nos unimos para rescatar la práctica de nuestras ceremonias y reafirmar el derecho a utilizar nuestras plantas medicina sin ninguna restricción legal, nos unimos para proteger las tierras donde viven nuestros pueblos y de las que dependen nuestras culturas, para cuidar la herencia colectiva de las medicinas tradicionales y para defender a la Tierra misma. Creemos que las enseñanzas de nuestros antepasados iluminarán nuestro camino hacia un futuro incierto.
Nos unimos a todos aquellos que honran a la Creadora y a todos aquellos que trabajan y rezan por nuestros niños, por la paz mundial y por la sanación de nuestra Madre Tierra.
Por todas nuestras relaciones.”

Las 13 Abuelas y su trabajo

RITA PITKA BLUMENSTEIN - ALASKA
“El pasado no es una carga, es un andamio que nos trae al presente. Somos libres para ser quienes somos, para crear nuestra vida desde nuestro presente y nuestro pasado. Somos nuestros antepasados. Podemos sanarnos y sanar a nuestros antepasados, a nuestras abuelas y abuelos y también a nuestros niños. Cuando nos sanamos, sanamos la Madre Tierra.”

Nacida en una barca de pesca, creció en Tununak, Alaska. Bisabuela, esposa, tía, hermana, amiga, anciana de la tribu, la Abuela Rita acudió a una escuela Montessori en Seattle. Crió 2 hijos y trabajó en hospitales atendiendo partos como acompañante del médico. Ha viajado alrededor del mundo enseñando cestería, canto y danza ganando dinero para los Colegios Nativos Americanos. Ha participado en muchas Conferencias de sanación donde sus enseñanzas sobre el “Circulo de palabra” han sido grabadas y publicadas. Actualmente trabaja para el South Central Fundation como doctora tribal utilizando plantas y medicina energética.

MONA POLACCA - ARIZONA, AMÉRICA DEL NORTE
“Los pueblos indígenas atraviesan un tiempo de gran lucha, un tiempo de oscuridad. Mi visión es la de la naturaleza de la mariposa. En el capullo, un lugar de oscuridad, la criatura se descompone en un fluido y luego cambia, una transformación sucede. Cuando está lista empieza a moverse y su forma se despliega, rompiendo el capullo emerge al mundo y a la vida como una bella criatura. Nosotras las abuelas, emergemos de esta oscuridad y vemos la belleza, vemos al otro y alcanzamos al mundo con los brazos abiertos llenos de amor, esperanza, compasión y caridad.”

Abuela Hopi – Havasupai - Tewa, está trabajando en su doctorado en el Departamento de Estudios Interdisciplinarios de Justicia de la Universidad de Arizona. Ha trabajado en sanación de temas de alcoholismo, violencia doméstica y salud mental para los ancianos nativos.

AGNES BAKER PILGRIM - OREGÓN, AMÉRICA DEL NORTE
“Nosotras la abuelas venimos de lejos para hablar del conocimiento que tenemos en nuestro interior. En muchas lenguas se nos ha dicho que el tiempo de hacer cambios en nuestras familias y en las tierras que amamos. Somos las voces de los sin-voz. Estamos en el umbral. Vamos a ver los cambios. Si podemos crear la visión en nuestros corazones, esta se extenderá. Como portadoras de la luz, nuestra única opción es unirnos para trabajar juntas. Como mujeres de sabiduría no podemos dividirnos. Cuando el cóndor se encuentra con el águila los pájaros del trueno regresan a casa.”
Agnes es la mujer viva más anciana de su tribu, los indios Takelma, originarios del Sur de Oregon. Reconocida líder espiritual, es una leyenda viva y miembro de la Historic Society y guardiana de la Sagrada Ceremonia del Salmón.

BEATRICE LONG-VISITOR HOLY DANDE - BLAKS HILLS, AMÉRICA DEL N ORTE
“Estamos aquí con una oración para las próximas generaciones, para nuestros nietos que sufren, para los hijos de nuestros nietos. ¿Como vamos a sobrevivir? Nuestro gobierno nos lo está quitando todo. Nuestra gente quiere que se le devuelvan las Black Hills de Dakota del Sur. La única manera de sobrevivir es la oración.”

Guardiana de las tradiciones lakota, tatarabuela, anciana de la Iglesia Nativa Americana, danzante del sol y trabajadora de la salud para personas con diabetes.

RITA LONG-VISITOR HOLY DANDE - BLAKS HILLS, AMÉRICA DEL NORTE
Guardiana de la tradición Lakota, tatarabuela, anciana de la Iglesia Nativa Americana, artesana tradicional de cuentas lakota.







MARGARET BEHAN - AMÉRICA DEL NORTE
“Si queremos ver cambios lo primero que necesitamos es paz en nuestro interior y ser pacientes con quienes aún no han llegado a ese lugar de paz.”
Arapahoe - Cheyenne, es la 5º generación descendiente de la masacre de Sand Creek. De niña estuvo en una misión católica e internados gubernamentales. Margaret, "Red Spider Women" -mujer araña roja- es una guerrera danzante tradicional. Ha sido lider danzante en Oklahoma y en asambleas de USA. Ha sido honrada por su trabajo como escultora durante 24 años. Margaret es una poeta y dramaturga consumada y publicada. Consejera autorizada para tratar con Abuso de Sustancias, ha hecho talleres y retiros con mujeres, con hijos adultos de alcohólicos y codependientes. Actualmente investiga el trauma generacional, interesándose en el síndrome de estres post-traumático intercultural, duelo, peligro y miedo, odio y caos.

FLORDE MAYO – CENTROAMÉRICA
“En este tiempo de transición en que las puertas celestiales se han abierto, debemos hacer lo que se nos ha pedido. Estamos en el movimiento y en la vibración de una profecía sagrada que nos dice que la conciencia está preparando el espíritu de lo femenino, el espíritu de las abuelas. En esta profecía caminaremos hacia la luz unidas desde las cuatro direcciones.”
Abuela maya nacida en la frontera entre Honduras y Nicaragua. Su padre era un chaman local y su madre comadrona y sanadora. Cuando crecieron sus hijos Flordemayo comenzó a trabajar como sanadora y curandera. Es danzante del sol y considera su herencia maya como eje de su trabajo. Estudia con Don Alejandro Oxlaj, jefe del Consejo de Ancianos Mayas, quien convocó el primer Encuentro de los Sacerdotes Indígenas y Ancianos de America en 1994. Actualmente participa del Consejo de Directores del Instituto del Conocimiento Natural e Indígena en San Juan, Nuevo México.

JULIETA CASIMIRO - CENTROAMÉRICA
“Tenemos que mantener viva la esperanza. Es como una historia interminable: en mi pueblo hay violencia y lo que ocurre en mi pueblo está ocurriendo en el mundo. En este momento necesitamos nuestra fe. Necesitamos fortalecer esta fe para poder continuar haciendo nuestro trabajo espiritual y continuar ayudando a otros.”

Anciana mazateca, de Huautla de Jiménez, México, es heredera de la tradición de sanación y ceremonia con plantas sagradas, según el camino pre-hispánico Teonanactl de los “Niños Santos”.


MARIA ALICE CAMPOS FREIRE - AMAZONIA BRASILERA - AMÉRICA DEL SUR
“Conocí a un anciano chamán que durante su último año de vida no comió nada y ni siquiera bebió agua, sólo medicina sagrada. Todo el tiempo escuchaba sonidos divinos y llamó a la mayor de nuestras hermanas para pedirle que escribiera los mensajes que el recibía para las mujeres. Decía que las mujeres teníamos que transmutar primero, y que luego lo harían los hombres. Por lo tanto las mujeres han de ser valerosas, no dudar nunca de su tarea y ponerse a trabajar cuanto antes.”
En la iglesia del Culto Eclectico al Santo Daime, los líderes espirituales son llamados padrinos y madrinas. Marie Alice se convirtió en una de las madrinas de la Comunidad el Santo Daime Ceu do Mapia de Amazonia por su contribución como médium y sanadora, aportando fundamentos de Umbanda. Fundadora del Centro de Medicina de la Selva donde desde 1989 desarrolla investigación y sanación con plantas del Amazonas y también educación de niños y jóvenes para la conservación de la naturaleza y el desarrollo sostenible. Miembro de la Alianza de Gentes de la Selva Tropical es una activista en defensa de sus tradiciones y patrimonio natural.

CLARA SHINOBU IURA - AMAZONIA BRASILERA - AMÉRICA DEL SUR
“En estos tiempos en que vivimos en que matar parece casi natural, estamos aquí en oración con el deseo de iluminar conciencias. Trabajamos para este planeta que agoniza. En nuestros corazones alberga una gran esperanza. Esta esperanza es la semilla que hay que plantar.”
Nacida en Sao Paulo, Brasil, Clara estudió filosofía en la Universidad de Sao Paulo. A través de sus experiencias como adivinadora y médium, fue iniciada en muchas enseñanzas desde la macrobiótica a Umbanda. Después de ayudar en la sanación del Padrinho Sebastiao, líder espiritual de la iglesia del Santo Daime, fue invitada a vivir y trabajar en Ceu do Mapia, comunidad del corazón de la selva amazónica. Desde 1999 dirige Santa Casa de Saluz Padrino Manoel Corrente, el centro holístico de Céu de Mapia, Brasil.

BERNADETTE REBIENOT - GABÓN, ÁFRICA
“Nada ocurre en mi país sin que se consulte a las mujeres. Nuestros sabios y nuestros anciano, son como bibliotecas, y a ellos consultamos para tomar grandes decisiones. Cada cinco años, en mi país, las mujeres hacen una marcha por la paz y las abuelas se retiran un mes al bosque para preparar esa marcha. Allí ayunan, rezan e invocan a los antepasados. Cuando las abuelas hablan, el presidente escucha.”
Nacida en Libreville -el Gabón de la comunidad lingüística de Omyene- es viuda, madre de diez hijos y abuela de veintitrés nietos. Antes de jubilarse Bernadette trabajó como educadora y administrativa en una escuela. Ha participado en numerosas conferencias nacionales e internacionales sobre medicina tradicional. Es sanadora, maestra del rito Iboga Bwiti y maestra de Iniciaciones para Mujeres. Ha dedicado los últimos treinta años a hacer iniciaciones y consultas. Desde 1994 es presidenta de la Asociación de Profesionales de Medicina Tradicional de la Sanidad (U.T.S.G) en Gabón.

AAMA BOMBO - ASIA
Buddi Maya Lama, también conocida como Aama Bombo -“madre chamana”- nació en el remoto pueblo de Melona, Nepal. Su padre fue un renombrado chamán de la tradición nepalesa Tamang. Aama se convirtió en chamana a pesar de que en su tradición no está permitido a las mujeres la práctica chamánica. Su padre le impidió practicar pero al morir éste, su espíritu y otros dioses y espíritus comenzaron a visitarla para enseñarle a ser chamana. Hoy Aama ha alcanzado gran renombre en Nepal. Trata cerca de 50 pacientes cada mañana en su casa de Boudnath, cerca de Katmandú. Llegan a visitarla pacientes desde todo el pais, de India y Tibet. No hace diferencia con aquellos a quienes sana, tratando con igual dedicación y respeto tanto a los más pobres de los pobres como a la familia real nepalí.

TSERING DOLMA GYALTONG - TIBET, ASIA
“Me gustaría hablar de los problemas del mundo y de la fuente de esos problemas. Soy tibetana, así que hablaré de la situación del Tíbet. Los tibetanos cuidaron mucho la tierra pero ahora se esta convirtiendo en un lugar donde se entierran desechos radioactivos de todo el mundo, esto es un peligro para todos. En mi cultura siempre hemos respetado la naturaleza.”
Tsering Dolma nació en Tibet en 1929. Debido a la invasión comunista del Tibet, escapó a India con su familia en 1958. En 1972 ella y sus 4 hijos fueron a Canadá como refugiados. Volvió a India y fue uno de los miembros fundadores que revivió la Asociación Tibetana de Mujeres (TWA). Durante los siguientes 10 años fue miembro ejecutivo de TWA de la que estableció 30 oficinas en el mundo. En 1995 Tserin Dolma acudió a la IV Conferencia Mundial de Mujeres en Beijing, China. Sufrió amenazas y su vida corrió grave riesgo por criticar abiertamente al gobierno chino y su tratamiento del pueblo tibetano, especialmente de la mujer tibetana. Vive en Toronto y continúa su labor como consejera de TWA.

Fuentes:

http://lh5.ggpht.com/_Wbrv4TZOFic/SeQtT_BhADI/AAAAAAAABqU/Afti3mOQVLs/logo_todoterapias.jpg


lunes, 13 de abril de 2009

Sueños, Cuentos, Poesía y Arte

“Los logros más grandes fueron al inicio y por un tiempo un sueño. El roble, duerme en la bellota. El ave, espera en el huevo. Y en la más elevada visión del alma, un ángel de la guarda se agita. Los sueños son las semillas de la realidad"
James Allen

El lenguaje de los cuentos y de la poesía es un poderoso hermano del lenguaje de los sueños. Por el análisis de muchos sueños (tanto contemporáneos como antiguos procedentes de relatos escritos) a lo largo de muchos años, por los textos sagrados y las obras de místicos como Catalina de Siena, Francisco de Asís, Rumi y Eckhart y por la obra de muchos poetas como Dickinson, Millay, Whitman, etc., se deduce que existe, al parecer, en el interior de la psique una función poética y artística que se pone en marcha cuando una persona se acerca de manera involuntaria o deliberada al núcleo instintivo de la psique.
Este lugar de la psique en el que se reúnen los sueños, los cuentos, la poesía y el arte constituye el misterioso hábitat de la naturaleza instintiva o salvaje. En los sueños y la poesía contemporáneos y en los más antiguos cuentos populares y las obras de los místicos, todo el ambiente del núcleo se considera un ser con vida propia y se suele representar en la pintura, la poesía, la danza y los sueños bien bajo la apariencia de uno de los vastos elementos tales como el océano, la bóveda celeste o la arcilla, bien bajo la de un poder con personalidad, como, por ejemplo, la Reina del Cielo, la Blanca Paloma, el Amigo, el Amado, el Amante, o el Compañero.
De este núcleo surgen cuestiones e ideas numinosas a través de la persona que experimenta la sensación de "estar llena de algo que es no Yo". Por otra parte, muchos artistas llevan las ideas y cuestiones nacidas de su ego al borde del núcleo y las dejan caer en él, intuyendo con razón que las recuperarán infundidas o lavadas con el extraordinario sentido psíquico de la vida. En cualquiera de los dos casos, ello dará lugar a un profundo despertar, a un cambio o una información de los sentidos, el estado de ánimo o el corazón del ser humano. Cuando una persona está recién informada, su estado de ánimo cambia. Y, cuando cambia el estado de ánimo, también cambia el corazón. Por eso son tan importantes las imágenes y el lenguaje que surgen de este núcleo. Combinados entre sí, las imágenes y el lenguaje poseen el poder de transformar una cosa en otra de una manera que, con la simple fuerza de voluntad, sería muy difícil y tortuosa de alcanzar. En este sentido, el Yo del núcleo, es decir, el Yo instintivo, es curativo y vitalizador.

Los cuentos son una medicina. Tienen un poder extraordinario; no exigen que hagamos, seamos o pongamos en práctica algo: basta con que escuchemos. Los cuentos contienen los remedios para reparar o recuperar cualquier pulsión perdida. Los cuentos engendran emociones, tristeza, preguntas, anhelos y comprensiones que hacen aflorar espontáneamente a la superficie el arquetipo, en este caso, la Mujer Salvaje.
Los cuentos están repletos de instrucciones que nos guían en medio de las complejidades de la vida. Los cuentos nos permiten comprender la necesidad de recobrar un arquetipo sumergido y los medios para hacerlo. Los cuentos de las páginas siguientes son, de entre los centenares que he estudiado y con los que he trabajado a lo largo de varias décadas, los que, a mi juicio, más claramente expresan la riqueza del arquetipo de la Mujer Salvaje.
A veces, varias capas culturales desdibujan los núcleos de los cuentos. Por ejemplo, en el caso de los hermanos Grimm, hay poderosas sospechas de que sus confidentes de aquella época "purificaron" los relatos para no herir la susceptibilidad de los piadosos hermanos. A lo largo del tiempo, se superpusieron a los viejos símbolos paganos otros de carácter cristiano, de tal forma que el viejo curandero de un cuento se convirtió en una perversa bruja, un espíritu se transformó en un ángel, un velo de iniciación en un pañuelo o una niña llamada Bella (el nombre habitual de una criatura nacida durante el solsticio de verano) se rebautizó con el nombre de Schmerzenreich, Apenada. Los elementos sexuales se eliminaban. Las amables criaturas y animales se transmutaban a menudo en demonios y cocos.

http://lh5.ggpht.com/_Wbrv4TZOFic/SeOb_7_K2KI/AAAAAAAABoQ/x7kQ0Y8Q8sY/s512/cuentos%20de%20hadas%20b.jpg

De esta manera se perdieron muchos relatos didácticos sobre el sexo, el amor, el dinero, el matrimonio, el nacimiento, la muerte y la transformación. De esta manera se borraron también los cuentos de hadas y los mitos que explican los antiguos misterios de las mujeres. Casi todas las viejas colecciones de cuentos de hadas y mitos que hoy en día se conservan se han expurgado de todo lo escatológico, lo sexual, lo perverso (incluso las advertencias contra todas estas cosas), lo precristiano, lo femenino, las diosas, los ritos de iniciación, los remedios para los distintos trastornos psicológicos y las instrucciones para los arrobamientos espirituales.

No obstante, hasta los fragmentos de relatos en su forma actual pueden contener todo el conjunto de la historia. He rebuscado un poco en lo que denomino en broma la medicina forense y la palcomitología de los cuentos de hadas, por más que la reconstrucción sea esencialmente una tarea larga, complicada y contemplativa. En pro de la efectividad, utilizo varías formas de exégesis, comparando los leitmotifs, considerando deducciones antropológicas e históricas y formas tanto nuevas como antiguas. Trato de reconstruir los relatos a partir de antiguas pautas arquetípicas aprendidas en mis estudios de psicología analítica y arquetípica, una disciplina que preserva y estudia todos los temas y argumentos de los cuentos de hadas, las leyendas y los mitos para poder entender las vidas instintivas de los seres humanos. Para ello me resultan útiles los patrones subyacentes en los mundos imaginarios, las imágenes colectivas del inconciente y las que aparecen en los sueños y en los estados de conciencia no ordinarios. Y para redondear la tarea con un toque más vistoso comparo las matrices de los relatos con los restos arqueológicos de las antiguas culturas, tales como objetos rituales de alfarería, máscaras y figurillas. Con pocas palabras y utilizando una locución típica de los cuentos de hadas, me he pasado mucho tiempo hozando las cenizas.

Hay muchas maneras de abordar los cuentos. El folclorista profesional, el junguiano, el freudiano o cualquier otra clase de analista, el etriólogo, el antropólogo, el teólogo, el arqueólogo, tiene cada uno su método, tanto en la recopilación de los relatos como en el uso a que se destinen. Intelectualmente, mi manera de trabajar con los cuentos derivó de mis estudios de psicología analítica y arquetípica. Durante más de media década de mi formación psicoanalítica, estudié la ampliación de los leitmotifs, la simbología arquetípica, la mitología mundial, la iconología antigua y popular, la etnología, las religiones mundiales y la interpretación de las fábulas.

Los que han asumido las responsabilidades de este arte y se entregan al numen que se oculta detrás de él son descendientes directos de una inmensa y antigua comunidad de santos, trovadores, bardos, griots, cantadoras, cantores, poetas ambulantes, vagabundos, brujas y chiflados.

El cuento es muchísimo más antiguo que el arte y la ciencia de la psicología y siempre será el más antiguo de la ecuación, por mucho tiempo que pase. Una de las modalidades más antiguas de narración, que a mí me intriga enormemente, es el apasionado estado de trance, en el que la narradora "percibe" a su público -que puede ser una sola persona o muchas- y entra en un estado de "mundo en medio de otros mundos", en el que un relato es "atraído" hacia la narradora y contado a través de ella.

http://lh4.ggpht.com/_Wbrv4TZOFic/SeOcFe_b4RI/AAAAAAAABoY/S6u-RrDuvBI/cuentos%20de%20hadas%20c.jpg

Los cuentos ponen en marcha la vida interior, y eso reviste especial importancia cuando la vida interior está amedrentada, encajonada o acorralada. El cuento engrasa los montacargas y las poleas, estimula la adrenalina, nos muestra la manera de salir, ya sea por arriba o por abajo y, en premio a nuestro esfuerzo, nos abre unas anchas y cómodas puertas donde antes no habla más que paredes en blanco, unas puertas que nos conducen al país de los sueños, al amor y a la sabiduría y nos llevan de vuelta a nuestra auténtica vida de mujeres sabias y salvajes.
Los cuentos como "Barba Azul" nos enseñan lo que hay que hacer con las heridas femeninas que no dejan de sangrar. Los cuentos como "La Mujer Esqueleto" nos muestran el poder místico de la relación y de qué manera el sentimiento adormecido puede revivir y convertirse en un profundo afecto. Los dones de la Vieja Muerte están presentes en el personaje de Baba Yagá, la vieja Bruja Salvaje. En "Vasalisa la Sabia", la muñequita que indica el camino cuando todo parece perdido vuelve a practicar una de las artes femeninas instintivas hoy en día olvidadas. Los cuentos como "La Loba", una huesera del desierto, nos muestran la función transformadora de la psique. "La doncella manca" recupera las fases perdidas de los viejos ritos de iniciación de los tiempos antiguos y, como tal, constituye una guía perenne para todos los años de la vida de una mujer.

Todos estos cuentos presentan el filo de la interpretación, la llama de la vida apasionada, el aliento para hablar de lo que una sabe, el valor de resistir lo que una ve sin apartar la mirada, la fragancia del alma salvaje.

Fuentes:

Clarissa Pinkola Estés
"Mujeres que Corren con los Lobos"


La Loba

El lenguaje de los cuentos y de la poesía es un poderoso hermano del lenguaje de los sueños. Por el análisis de muchos sueños (tanto contemporáneos como antiguos procedentes de relatos escritos) a lo largo de muchos años, por los textos sagrados y las obras de místicos como Catalina de Siena, Francisco de Asís, Rumi y Eckhart y por la obra de muchos poetas como Dickinson, Millay, Whitman, etc., se deduce que existe, al parecer, en el interior de la psique una función poética y artística que se pone en marcha cuando una persona se acerca de manera involuntaria o deliberada al núcleo instintivo de la psique.

Dicen que hay un lugar del desierto en el que el espíritu de las mujeres y el espíritu de los lobos se reúnen a través del tiempo. Intuí que había descubierto algo cuando en la zona fronteriza de Texas oí un cuento llamado "La Muchacha Loba" acerca de una mujer que era una loba que a su vez era una mujer. Después descubrí el antiguo relato azteca de los gemelos huérfanos que fueron amamantados por una loba hasta que pudieron valerse por sí mismos.
Y, finalmente, de labios de los agricultores de las antiguas concesiones de tierras españolas y de las tribus pueblo del sudoeste, adquirí información sobre los hueseros, los viejos que resucitaban a los muertos y que, al parecer, eran capaces de devolver la vida tanto a las personas como a los animales. Más tarde, en el transcurso de una de mis expediciones etnográficas, conocí a una huesera y, desde entonces, ya jamás volví a ser la misma.

"Hay una vieja que vive en un escondrijo del alma que todos conocen pero muy pocos han visto. Como en los cuentos de hadas de la Europa del este, la vieja espera que los que se han extraviado, los caminantes y los buscadores acudan a verla.
Es circunspecta, a menudo peluda y siempre gorda, y, por encima de todo, desea evitar cualquier clase de compañía. Cacarea como las gallinas, canta como las aves y por regla general emite más sonidos animales que humanos.

Podría decir que vive entre las desgastadas laderas de granito del territorio indio de Tarahumara. O que está enterrada en las afueras de Phoenix en las inmediaciones de un pozo. Quizá la podríamos ver viajando al sur hacia Monte Albán en un viejo cacharro con el cristal trasero roto por un disparo. O esperando al borde de la autovía cerca de El Paso o desplazándose con unos camioneros a Morella, México, o dirigiéndose al mercado de Oaxaca, cargada con unos haces de leña integrados por ramas de extrañas formas. Se la conoce con distintos nombres: La Huesera, La Trapera y La Loba.

La única tarea de La Loba consiste en recoger huesos. Recoge y conserva sobre todo lo que corre peligro de perderse. Su cueva está llena de huesos de todas las criaturas del desierto: venados, serpientes de cascabel, cuervos. Pero su especialidad son los lobos.
Se arrastra, trepa y recorre las montañas y los arroyos en busca de huesos de lobo y, cuando ha juntado un esqueleto entero, cuando el último hueso está en su sitio y tiene ante sus ojos la hermosa escultura blanca de la criatura, se sienta junto al fuego y piensa qué canción va a cantar.
Cuando ya lo ha decidido, se sitúa al lado de la criatura, levanta los brazos sobre ella y se pone a cantar. Entonces los huesos de las costillas y los huesos de las patas del lobo se cubren de carne y a la criatura le crece el pelo. La Loba canta un poco más y la criatura cobra vida y su fuerte y peluda cola se curva hacia arriba.

La Loba sigue cantando y la criatura lobuna empieza a respirar.
La Loba canta con tal intensidad que el suelo del desierto se estremece y, mientras ella canta, el lobo abre los ojos, pega un brinco y escapa corriendo cañón abajo.
En algún momento de su carrera, debido a la velocidad o a su chapoteo en el agua del arroyo que está cruzando, a un rayo de sol o a un rayo de luna que le ilumina directamente el costado, el lobo se transforma de repente en una mujer que corre libremente hacia el horizonte, riéndose a carcajadas.

Recuerda que, si te adentras en el desierto y está a punto de ponerse el sol y quizá te has extraviado un poquito y te sientes cansada, estás de suerte, pues bien pudiera ser que le cayeras en gracia a La Loba y ella te enseñara una cosa... una cosa del alma."

http://lh4.ggpht.com/_Wbrv4TZOFic/SeLzMCHVO8I/AAAAAAAABn4/cvwzYPkBK00/La%20Loba%20c.jpg

Todos iniciamos nuestra andadura como un saco de huesos perdido en algún lugar del desierto, un esqueleto desmontado, oculto bajo la arena. Nuestra misión es recuperar las distintas piezas. Un proceso muy minucioso que conviene llevar a cabo cuando las sombras son apropiadas, pues hay que buscar mucho. La Loba nos enseña lo que tenemos que buscar, la fuerza indestructible de la vida, los huesos.
La tarea de La Loba se podría considerar un cuento milagro, pues nos muestra lo que puede ser beneficioso para el alma. Es un cuento de resurrección acerca de la conexión subterránea con la Mujer Salvaje. Nos promete que, si cantamos la canción, podremos conjurar los restos psíquicos del alma salvaje y devolverle su forma vital por medio de nuestro canto.
La Loba canta sobre los huesos que ha recogido.

Cantar significa utilizar la voz del alma. Significa decir la verdad acerca del propio Poder y la propia necesidad, infundir alma a lo que está enfermo o necesita recuperarse. Y eso se hace descendiendo a las mayores profundidades del amor y del sentimiento hasta conseguir que el deseo de relación con el Yo salvaje se desborde para poder hablar con la propia alma desde este estado de ánimo. Eso es cantar sobre los huesos.

No podemos cometer el error de intentar obtener de un amante este gran sentimiento de amor, pues el esfuerzo femenino de descubrir y cantar el himno de la creación es una tarea solitaria, una tarea que se cumple en el desierto de la psique.

En el léxico simbólico de la psique, el símbolo de la Vieja es una de las personificaciones arquetípicas más extendidas del mundo. Otras son la Gran Madre y el Padre, el Niño Divino, el Tramposo, la Bruja o el Brujo, la Doncella y la Juventud, la Heroína-Guerrera y el Necio o la Necia. Y, sin embargo, una figura como La Loba se puede considerar esencial y efectivamente distinta, pues es el símbolo de la raíz que alimenta todo un sistema instintivo.

Cualquiera que sea su nombre, la fuerza personificada por La Loba encierra en sí el pasado personal y el antiguo, pues ha sobrevivido generación tras generación y es más vieja que el tiempo. Es la archivera de la intención femenina y la conservadora de la tradición de la hembra. Los pelos de su bigote perciben el futuro; tiene la lechosa y perspicaz mirada de una vieja bruja; vive simultáneamente en el presente y en el pasado y subsana los errores de una parte bailando con la Otra.

http://lh6.ggpht.com/_Wbrv4TZOFic/SeLzMRieBbI/AAAAAAAABoA/JT95AAj4NyM/s512/La%20Loba%20b.jpg

Descubrimos vestigios del arquetipo en las imágenes y los símbolos de los cuentos, la literatura, la poesía, la pintura y la religión. Al parecer, la finalidad de su resplandor, de su voz, de su fragancia, es la de apartarnos de la contemplación de la porquería que cubre nuestras colas y permitirnos viajar de vez en cuando en compañía de las estrellas.



Fuentes:

Clarissa Pinkola Estés
"Mujeres que Corren con los Lobos"


domingo, 12 de abril de 2009

El aullido: la resurrección de la Mujer Salvaje

Para fomentar nuestra relación de parentesco con la naturaleza instintiva, es muy útil comprender los cuentos como si estuviéramos dentro de ellos y no como si ellos estuvieran fuera de nosotros. Entramos en un cuento a través de la puerta del oído interior. El relato hablado roca el nervio auditivo que discurre por la base del cráneo y penetra en la médula oblonga justo por debajo del puente de Varolio. Allí los impulsos auditivos se transmiten a la conciencia o bien al alma, según sea la actitud del oyente.

He aprendido a protegerme de todos los conocimientos o la sabiduría que haya podido adquirir en el transcurso de mis viajes a extraños lugares y visitas a personas insólitas, pues a veces el viejo padre Academo, como el mítico Cronos, sigue mostrando una fuerte propensión a devorar a sus hijos antes de que hayan alcanzado la capacidad de sanar o sorprender. El exceso de intelectualización puede desdibujar las pautas de la naturaleza instintiva de las mujeres.
Hay que escuchar por tanto con el oído del alma, pues ésta es la misión del cuento.

Hueso a hueso, cabello a cabello, la Mujer Salvaje regresa. A través de los sueños nocturnos y de los acontecimientos medio comprendidos y medio recordados. La Mujer Salvaje regresa. Y lo hace a través de los cuentos.

La vieja, La Que Sabe

"...Hay una vieja que vive en un escondrijo del alma que todos conocen pero muy pocos han visto. Como en los cuentos de hadas de la Europa del este, la vieja espera que los que se han extraviado, los caminantes y los buscadores acudan a verla.
Se la conoce con distintos nombres: La Huesera, La Trapera y La Loba..."

En el Sudoeste, el arquetipo de la Vieja también se puede identificar como La Que Sabe. Comprendí por vez primera lo que era La Que Sabe cuando una anciana bruja de Ranchos me dijo que La Que Sabe lo sabía todo acerca de las mujeres y había creado a las mujeres a partir de una arruga de la planta de su divino pie: por eso las mujeres son criaturas que saben, pues están hechas esencialmente con la piel de la planta del pie que lo percibe todo. La idea de la sensibilidad de la planta del pie me sonaba a verdadera, pues una vez una mujer culturalizada de la tribu quiché me dijo que se había puesto sus primeros zapatos a los veinte años cuando aún no estaba acostumbrada a caminar con los ojos vendados.

Una de las piedras angulares más importantes del desarrollo de un cuerpo de estudios acerca de la psicología femenina es el hecho de que las propias mujeres observen y describan lo que ocurre en sus propias vidas. Las afiliaciones étnicas de una mujer, su raza, sus prácticas religiosas, sus valores forman un todo y tienen que ser tenidos en cuenta, pues constituyen su sentido del alma.

La esencia salvaje que habita en la naturaleza ha recibido distintos nombres y ha formado una red de líneas entrecruzadas en todas las naciones a lo largo de los siglos. He aquí algunos de sus nombres: La Madre de los Días es la Madre-Creador-Dios de todos los seres y todas las obras, incluidos el cielo y la tierra; la Madre Nyx ejerce su dominio sobre todas las cosas del barro y la oscuridad; Durga controla los cielos, los vientos y los pensamientos de los seres humanos a partir de los cuales se difunde toda la realidad; Coatlicue da a luz al universo niño que es un bribonzuelo de mucho cuidado, pero, como una madre loba, le muerde la oreja para meterlo en cintura; Hécate es la vieja vidente que "conoce a los suyos" y está envuelta en el olor de la tierra y el aliento de Dios. Y hay muchas, muchas más. Todas ellas son imágenes de quién y qué vive bajo la montaña, en el lejano desierto y en lo más profundo.

http://lh3.ggpht.com/_Wbrv4TZOFic/SeJyijku0vI/AAAAAAAABng/1P6nS_quhIg/La%20Que%20Sabe%20b.jpg

La vieja, La Que Sabe, está dentro de nosotras. Prospera en la más profunda psique de las mujeres, en el antiguo y vital Yo salvaje. Su hogar es aquel lugar del tiempo en el que se juntan el espíritu de las mujeres y el espíritu de La Loba, el lugar donde se mezclan la mente y el instinto, el lugar donde la vida profunda de una mujer es el fundamento de su vida corriente. Es el lugar donde se besan el Yo y el Tú, el lugar donde las mujeres corren espiritualmente con los lobos.

Esta vieja se encuentra situada entre los mundos de la racionalidad y del mito. Es el eje en torno al cual giran los dos mundos. La tierra que se interpone entre ambos es ese inexplicable lugar que todas reconocemos en cuanto llegamos a él, pero sus matices se nos escapan y cambian de forma cuando tratamos de inmovilizarlos, a no ser que usemos la poesía, la música, la danza o un cuento.
Se ha aventurado la posibilidad de que el sistema inmunitario del cuerpo esté enraizado en esta misteriosa tierra psíquica, al igual que la mística, las imágenes y los impulsos arquetípicos, incluidos nuestra hambre de Dios, nuestro anhelo de misterio y todos los instintos no sólo sagrados sino también profanos. Algunos podrían decir que los archivos de la humanidad, la raíz de la luz, la espiral de la oscuridad también se encuentran aquí. No es un vacío sino más bien el lugar de los Seres de la Niebla en el que las cosas son y todavía no son, en el que las sombras tienen consistencia, pero una consistencia transparente.

http://lh4.ggpht.com/_Wbrv4TZOFic/SeJyiyLOGhI/AAAAAAAABno/wrFnhYb-LRE/La%20Que%20Sabe%20c.jpg

De lo que no cabe duda es de que esta tierra es antigua... más antigua que los océanos. Pero no tiene edad, es eterna. El arquetipo de la Mujer Salvaje es el fundamento de este estrato y emana de la psique instintiva. Aunque puede asumir muchos disfraces en nuestros sueños y en nuestras experiencias creativas, no pertenece al estrato de la madre, la doncella o la mujer media y tampoco es la niña interior. No es la reina, la amazona, la amante, la vidente. Es simplemente lo que es. Se la puede llamar La Que Sabe, la Mujer Salvaje, La Loba, se la puede designar con sus nombres más elevados y con los más bajos, con sus nombres más recientes o con los antiguos, pero sigue siendo lo que es.
La Mujer Salvaje como arquetipo es una fuerza inimitable e inefable que encierra un enorme caudal de ideas, imágenes y particularidades. Hay arquetipos en todas partes, pero no se los puede ver en el sentido habitual. Lo que vemos de ellos de noche no se puede ver necesariamente de día.



viernes, 10 de abril de 2009

El arquetipo de la Mujer Salvaje

Fue en el estudio de los lobos, donde por primera vez cristalizó en mí el concepto del arquetipo de la Mujer Salvaje. He estudiado también a otras criaturas como, por ejemplo, el oso, el elefante y esos pájaros del alma que son las mariposas. Las características de cada especie ofrecen abundantes indicios de lo que es posible conocer acerca de la psique instintiva femenina.

Cuando las mujeres oyen las palabras "mujer" y "salvaje", despierta y renace en ellas un recuerdo antiquísimo. Es el recuerdo de nuestro absoluto, innegable e irrevocable parentesco con el femenino salvaje, una relación que puede haberse convertido en fantasmagórica como consecuencia del olvido, haber sido enterrada por un exceso de domesticación y proscrita por la cultura circundante, o incluso haberse vuelto ininteligible. Puede que hayamos olvidado los nombres de la Mujer Salvaje, puede que ya no contestemos cuando ella nos llama por los nuestros, pero en lo más hondo de nuestro ser la conocemos, ansiamos acercarnos a ella; sabemos que nos pertenece y que nosotras le pertenecemos.
Nacimos precisamente de esta fundamental, elemental y esencial relación y de ella derivamos también en esencia. El arquetipo de la Mujer Salvaje envuelve el ser alfa matrilíneo. Hay veces en que la percibimos, aunque sólo de manera fugaz, y entonces experimentamos el ardiente deseo de seguir adelante. Algunas mujeres perciben este vivificante "sabor de lo salvaje" durante el embarazo, durante la lactancia de los hijos, durante el milagro del cambio que en ellas se opera cuando crían a un hijo o cuan-do cuidan una relación amorosa con el mismo esmero con que se cuida un amado jardín.
La existencia de la Mujer Salvaje también se percibe a través de la visión; a través de la contemplación de la sublime belleza. Yo la he percibido contemplando lo que en los bosques llamamos una puesta de sol "de Jesús Dios". La he sentido en mi interior viendo venir a los pescadores del lago en el crepúsculo con las linternas encendidas y, asimismo, contemplando los dedos de los pies de mi hijo recién nacido, alineados como una hilera de maíz dulce. La vemos donde la vemos, o sea, en todas partes.
Viene también a nosotras a través del sonido; a través de la música que hace vibrar el esternón y emociona el corazón; viene a través del tambor, del silbido, de la llamada y del grito. Viene a través de la palabra escrita y hablada; a veces, una palabra, una frase, un poema o un relato es tan sonoro y tan acertado que nos induce a recordar, por lo menos durante un instante, de qué materia estamos hechas realmente y dónde está nuestro verdadero hogar.
Estos transitorios "sabores de lo salvaje" se perciben durante la mística de la inspiración... ah, aquí está; oh, ya se ha ido. El anhelo que sentimos de la Mujer Salvaje surge cuando nos tropezamos con alguien que ha conseguido establecer esta relación indómita. El anhelo aparece cuando una se da cuenta de que ha dedicado muy poco tiempo a la hoguera mística o a la ensoñación, y demasiado poco tiempo a la propia vida creativa, a la obra de su vida o a sus verdaderos amores.
Y, sin embargo, son estas fugaces experiencias que se producen tanto a través de la belleza como de la pérdida las que nos hacen sentir desnudas, alteradas y ansiosas hasta el extremo de obligarnos a ir en pos de la naturaleza salvaje. Y llegamos al bosque o al desierto o a una extensión nevada y nos ponemos a correr como locas, nuestros ojos escudriñan el suelo, aguzamos el oído, buscando arriba y abajo, buscando una clave, un vestigio, una señal de que ella sigue viva y de que no hemos perdido nuestra oportunidad. Y, cuando descubrimos su huella, lo típico es que las mujeres corramos para darle alcance, dejemos el escritorio, dejemos la relación, vaciemos nuestra mente, pasemos la página, insistamos en hacer una pausa, quebrantemos las normas y detengamos el mundo, pues ya no podernos seguir sin ella.
Si las mujeres la han perdido, cuando la vuelvan a encontrar, pugnarán por conservarla para siempre. Una vez que la hayan recuperado, lucharán con todas sus fuerzas para conservarla, pues con ella florece su vida creativa; sus relaciones adquieren significado, profundidad y salud; sus ciclos sexuales, creativos, laborales y lúdicos se restablecen; ya no son el blanco de las depredaciones de los demás, y tienen el mismo derecho a crecer y prosperar según las leyes de la naturaleza. Ahora su cansancio-del-final-de-la-jornada procede de un trabajo y un esfuerzo satisfactorios, no del hecho de haber estado encerradas en un esquema mental, una tarea o una relación excesivamente restringidos. Saben instintivamente cuándo tienen que morir las cosas y cuándo tienen que vivir; saben cómo alejarse y cómo quedarse.
Cuando las mujeres reafirman su relación con la naturaleza salvaje, adquieren una observadora interna permanente, una conocedora, una visionaria, un oráculo, una inspiradora, un ser intuitivo, una hacedora, una creadora, una inventora y una oyente que sugiere y suscita una vida vibrante en los mundos interior y exterior. Cuando las mujeres están próximas a esta naturaleza, dicha relación resplandece a través de ellas. Esa maestra, madre y mentora salvaje sustenta, contra viento y marea, la vida interior y exterior de las mujeres.

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBxl1NZ9GdrEJD-V3A8sd-IAmlYeIRDPocS6OVTGHLT7UAGp9GHvRSneJNs8lWHw863aKgkc8NX__85Ab-zgKj5seGiolSvGZFifmjCfxtGQMTpKcJY8Uv0LE-_Y-_-ZfWK1qZp1B_f94/

El arquetipo de la Mujer Salvaje se puede expresar en otros términos igualmente idóneos. Esta poderosa naturaleza psicológica se puede llamar naturaleza instintiva, pero la Mujer Salvaje es la fuerza que se oculta detrás de ella. Se puede llamar psique natural, pero detrás de ella está también el arquetipo de la Mujer Salvaje. Se puede llamar la naturaleza innata y fundamental de las mujeres. Se puede llamar la naturaleza autóctona o intrínseca de las mujeres. En poesía se podría llamar lo "Otro" o los "siete océanos del universo" o "los bosques lejanos" o "La Amiga". En distintas psicologías y desde distintas perspectivas quizá se podría llamar el "id", el Yo, la naturaleza medial. En biología se llamaría la naturaleza típica o fundamental.
Pero, puesto que es tácita, presciente y visceral, entre las cantadoras se la llama naturaleza sabia o inteligente. A veces se la llama la "mujer que vive al final del tiempo" o la "que vive en el borde del mundo". Y esta criatura es siempre una hechicera-creadora o una diosa de la muerte o una doncella que desciende o cualquier otra personificación. Es al mismo tiempo amiga y madre de todas las que se han extraviado, de todas las que necesitan aprender, de todas las que tienen un enigma que resolver, de todas las que andan vagando y buscando en el bosque y en el desierto.
De hecho, en el inconciente psicoide -un inefable estrato de la psique, del cual emana este fenómeno- la Mujer Salvaje es tan inmensa que no tiene nombre. Pero, dado que esta fuerza engendra todas las facetas importantes de la feminidad, aquí en la tierra se la denomina con muchos nombres, no sólo para poder examinar la miríada de aspectos de su naturaleza sino también para aferrarse a ella. Puesto que al principio de la recuperación de nuestra relación con la Mujer Salvaje, ésta se puede esfumar en un instante, al darle un nombre podemos crear para ella un ámbito de pensamiento y sentimiento en nuestro interior. Entonces vendrá y, si la valoramos, se quedará.

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjW_vSIH7SJkNJEehZImOv0mBbTmRKSxuIYaGG23_ZZbI4LWuKvODf4VOy7nKgu5YPiCxhOInuRrF9iomqO0oTxQCIjUtHq5bqIOPm1l7jtQiSrkdIsyg_6ejxlGB9KCeYrdTYlsVqFZUw/

¿Cómo influye la Mujer Salvaje en las mujeres?
Teniéndola a ella por aliada, jefa, modelo -y maestra, vemos no a través de dos ojos sino a través de los ojos de la intuición, que tiene muchos. Cuando afirmamos nuestra intuición somos como la noche estrellada: contemplamos el mundo a través de miles de ojos.
La naturaleza salvaje acarrea consigo los fardos de la curación; lleva todo lo que una mujer necesita para ser y saber. Lleva la medicina para todas las cosas. Lleva relatos y sueños, palabras, cantos, signos y símbolos. Es al mismo tiempo el vehículo y el destino.
Unirse a la naturaleza instintiva no significa deshacerse, cambiarlo todo de derecha a izquierda, del blanco al negro, trasladarse del este al oeste, comportarse como una loca o sin control. No significa perder las relaciones propias de una vida en sociedad o convertirse en un ser menos humano. Significa justo lo contrario, ya que la naturaleza salvaje posee una enorme integridad.
Significa establecer un territorio, encontrar la propia manada, estar en el propio cuerpo con certeza y orgullo, cualesquiera que sean los dones y las limitaciones físicas, hablar y actuar en nombre propio, ser consciente y estar en guardia, echar mano de las innatas facultades femeninas de la intuición y la percepción, recuperar los propios ciclos, descubrir qué lugar le corresponde a una, levantarse con dignidad y conservar la mayor conciencia posible.

La Mujer Salvaje


Nuestro contacto con la naturaleza salvaje nos impulsa a no limitar nuestras conversaciones a los seres humanos, ni nuestros movimientos más espléndidos a las pistas de baile, ni nuestros oídos sólo a la música de los instrumentos creados por la mano del hombre, ni nuestros ojos a la belleza "que nos ha sido enseñada", ni nuestro cuerpo a las sensaciones autorizadas, ni nuestra mente a aquellas cosas sobre las cuales ya estamos todos de acuerdo.

¿Qué es la Mujer Salvaje? Desde el punto de vista de la psicología arquetípica y también de las antiguas tradiciones, ella es el alma femenina. Pero es algo más; es el origen de lo femenino. Es todo lo que pertenece al instinto, a los mundos visibles y ocultos... es la base. Todas recibimos de ella una resplandeciente célula que contiene todos los instintos y los saberes necesarios para nuestras vidas.
"... Es la fuerza Vida/Muerte/Vida, es la incubadora. Es la intuición, es la visionaria, la que sabe escuchar, es el corazón leal. Anima a los seres humanos a ser multilingües; a hablar con fluidez los idiomas de los sueños, la pasión y la poesía. Habla en susurros desde los sueños nocturnos, deja en el territorio del alma de una mujer un áspero pelaje y unas huellas llenas de barro. Y ello hace que las mujeres ansíen encontrarla, liberarla y amarla.
"Es todo un conjunto de ideas, sentimientos, impulsos y recuerdos. Ha estado perdida y medio olvidada durante muchísimo tiempo.
Es la fuente, la luz, la noche, la oscuridad, el amanecer. Es el olor del buen barro y la pata trasera de la raposa. Los pájaros que nos cuentan los secretos le pertenecen. Es la voz que dice: "Por aquí, por aquí."
"Es la que protesta a voces contra la injusticia. Es la que gira como una inmensa rueda. Es la hacedora de ciclos. Es aquella por cuya búsqueda dejamos nuestro hogar. Es el hogar al que regresamos. Es la lodosa raíz de todas las mujeres. Es todas las cosas que nos inducen a seguir adelante cuando pensamos que estamos acabadas. Es la incubadora de las pequeñas ideas sin pulir y de los pactos. Es la mente que nos piensa; nosotras somos los pensamientos que ella piensa.
"¿Dónde está? ¿Dónde la sientes, dónde la encuentras? Camina por los desiertos, los bosques, los océanos, las ciudades, los barrios y los castillos. Vive entre las reinas y las campesinas, en la habitación de la casa de huéspedes, en la fábrica, en la cárcel, en las montañas de la soledad. Vive en el gueto, en la universidad y en las calles. Nos deja sus huellas para que pongamos los pies en ellas. Deja huellas dondequiera que haya una mujer que es tierra fértil.
"¿Dónde vive? En el fondo del pozo, en las fuentes, en el éter anterior al tiempo. Vive en la lágrima y en el océano, en la savia de los árboles. Pertenece al futuro y al principio del tiempo. Vive en el pasado y nosotras la llamamos. Está en el presente y se sienta a nuestra mesa, está detrás de nosotras cuando hacemos cola y conduce por delante de nosotras en la carretera. Está en el futuro y retrocede en el tiempo para encontrarnos.
"Vive en el verdor que asoma a través de la nieve, vive en los crujientes tallos del moribundo maíz de otoño, vive donde vienen los muertos a por un beso y en el lugar al que los vivos envían sus oraciones. Vive en donde se crea el lenguaje. Vive en la poesía, la percusión y el canto. Vive en las negras y en las apoyaturas y también en una cantata, en una sextina y en el blues. Es el momento que precede al estallido de la inspiración. Vive en un lejano lugar que se abre paso hasta nuestro mundo.
"La gente podría pedir una demostración o una prueba de su existencia. Pero lo que pide esencialmente es una prueba de la existencia de la psique. Y, puesto que nosotras somos la psique, también somos la prueba. Todas y cada una de nosotras somos la prueba no sólo de la existencia de la Mujer Salvaje sino también de su condición en la comunidad. Nosotras somos la prueba de este inefable numen femenino. Nuestra existencia es paralela a la suya.
"Las experiencias que nosotras tenernos de ella, dentro y fuera, son las pruebas. Nuestros miles de millones de encuentros intrapsíquicos con ella a través de nuestros sueños nocturnos y nuestros pensamientos diurnos, a través de nuestros anhelos y nuestras inspiraciones, nos lo demuestran. El hecho de que nos sintamos desoladas en su ausencia y que la echemos de menos y anhelemos su presencia cuando estamos separadas de ella es una manifestación de que ella ha pasado por aquí..."

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjR7KN2vzwdEdkbjNZyeb8A0hcN8vtAdi7MJgTP7v4bvjEwoTBBYee4y8uUZ8aB4c5jNni4X_Ywm_hEV9wQSXhDAj8SyBtOwxQnRbN9wsZA1NMvxaWYq0Uy7DZWM2QCbxVUr2O5vFWOqRq-/s512/stars.jpg

Fuentes:

Clarissa Pinkola Estés
"Mujeres que Corren con los Lobos"




lunes, 6 de abril de 2009

Los cuentos como alimento para el Alma

Los cuentos de hadas, los mitos y los relatos proporcionan interpretaciones que aguzan nuestra visión y nos permiten distinguir y reencontrar el camino trazado por la naturaleza salvaje. Las enseñanzas que contienen nos infunden confianza: el camino no se ha terminado sino que sigue conduciendo a las mujeres hacia el conocimiento cada vez más profundo de sí mismas. Los senderos que todos seguimos son los del Yo instintivo innato y salvaje.
Los cuentos que aquí reproduzco para explicar la naturaleza instintiva de las mujeres son en algunos casos relatos originales y, en otros casos, versiones literarias distintas que yo he escrito, basándome en los relatos que me contaron mis tíos y tías, abuelitas y abuelos, omahs y opahs, los mayores de mi familia cuyas tradiciones orales se vienen transmitiendo ininterrumpidamente desde tiempos inmemoriales. Algunos son documentos escritos de mis encuentros directos, otros son de tiempos pasados y todos nacen del corazón. Los expongo con todos los detalles y en toda su arquetípica integridad. Y los presento con el permiso y la bendición de tres generaciones vivas de narradores de cuentos de mi familia que compren-den las sutilezas y las exigencias de los cuentos entendidos como fenómenos curativos.
Clarissa Pinkola Estés

«Los cuentos son una medicina». Así de rotunda se expresa Clarissa Pinkola Estés, psicoanalista norteamericana de la escuela junguiana, refiriéndose, naturalmente, a los cuentos de tradición oral. Esta escuela, a través del concepto de arquetipos, ha desarrollado una potente intuición inicial de Freud, según la cual es posible establecer relaciones entre el mito, el sueño y la historia de la civilización; también entre el inconsciente colectivo y el individual. La dificultad estriba en saber interpretar cada cuento como si fuera un sueño persistente de la humanidad en su conjunto.

Mircea Eliade sugiere que los mitos y los cuentos de hadas son expresiones psicodramáticas de ritos de iniciación asociados con la transformación hacia estados más elevados de existencia. Se dice que la diferencia entre un mito y un cuento de hadas está en el final de la historia: un mito casi siempre concluye trágicamente, mientras que ¡os cuentos de hadas tienen finales felices. Los cuentos de hadas usan el lenguaje de los símbolos para apelar a la vez a nuestras mentes consciente y subconsciente, simultáneamente. Sugieren respuestas que dependen de las preguntas que el iniciado formula y sobre las dificultades que está teniendo en que hallar su yo superior. Por lo tanto, un cuento de hadas puede tener una gran variedad de interpretaciones.
Los cuentos mágicos son las raíces que nos entroncan con nuestros orígenes.
Conocer los cuentos de las distintas culturas es honrarlas.

Los cuentos fantásticos, los relatos populares, las historias familiares, nos sumergen en el misterioso mundo de los símbolos, de la realidad del hemisferio derecho del cerebro, del incierto y desconocido entorno de nuestro mundo interior, para desde ahí, crear la personal forma de pensar de cada uno. Los símbolos en cada persona conforman el substrato en el que se apoya toda su estructura de pensamiento.
Para Jung los símbolos son:
“Las palabras o imágenes que representan algo más que su significado inmediato y obvio. Tienen un aspecto “inconsciente” más amplio de lo que esta definido con precisión o completamente explicado. Cuando la mente explora los símbolos se ve llevada a ideas que yacen más allá de la razón”.

Los símbolos surgen de la fantasía y esta es la puerta que nos desliza hacia la creación de nuestras propias realidades sin ninguna limitación, nos lleva hasta ese lugar interior en el que el tiempo y el espacio no plantean dificultad.
En la infancia los relatos fantásticos son los grandes aliados del adulto para desarrollar la fantasía e los niños y niñas, son los encargados de crear el puente que facilita el pasar de las leyes físicas finitas y concretas al mundo de la magia del todo es posible, para desde ahí encontrar las soluciones creativas que van mucho más allá de lo puramente real.

Los cuentos, tienen la misión de sumergirnos en la esencia de nuestra cultura para desde ahí poder vislumbrar lo que esta enterrado en lo más profundo nuestra psique.
Los cuentos a través de sus personajes y situaciones nos muestran los conflictos internos con los que pequeños y mayores nos enfrentamos a lo largo de la vida.
Los cuentos, además, nos dan pautas para encontrar la solución mágica, lo inesperado, lo que tiene que ver con la intuición, con los parámetros internos, a los cuales accedemos si nos entregamos, como, “el héroe o heroína” de los relatos, al viaje iniciativo que les lleva a no se sabe dónde para solucionar algo casi imposible.
El cuento, desde un lenguaje simbólico, nos habla de nosotros mismos, de nuestros aspectos más profundos, de la necesidad de trasformarnos para llegar a ser sabios.
Nos hablan de cómo enfrentarnos a los monstruos, dragones, ogros, brujas…, que no son otra cosa que los personajes internos que nos llenan de miedo inseguridad, contradicciones, rencor, etc.

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvrN1F1KCB848rX5caHbqMiMesVXYKL-Yco8RvOKQIkZWyqgfTV3Wy99C9LReQt4a2To3m7ISXMprZjxmJX6O9yVFQ_yPEFWadTt299bIYfwOeA7Pu7HRi5A1JaY3PwPt8-V8k9mDMB_E/

Y...¿De donde provienen?

Los cuentos como los mitos, tienen su origen en lo más profundo de la esencia cultural de cada pueblo.
Ellos, hasta hace unos años, eran los encargados de transmitir a la infancia los valores, las normas éticas y sociales a las que se debían ajustar, es decir, enseñaban las tradiciones culturales propias de donde habían nacido.
Por eso los cuentos chinos, árabes, hindúes…son tan distintos a los nuestros, porque cada cultura tiene unas creencias, unas formas de relación, una estructura familiar, unas costumbres, etc. Que conforman un universo simbólico diferente.
Los cuentos, al ser relatos cortos y fáciles de recordar, podían transmitirse verbalmente de padres a hijos o, mejor dicho, de abuelos a nietos (pues eran estos los que tenían más tiempo de contar historias).
De esta forma se han ido modelando generación tras generación, hasta convertirse en relatos perfectos, ni sobra ni falta nada, solo ha quedado la esencia de lo que se quería transmitir.

¿Por que son importantes los cuentos?

Porque son relatos que el niño y la niña entienden.
El cuento al mostrar, con un lenguaje simbólico, personajes y situaciones muy definidas, es decir sin contradicciones ni ambivalencias (los buenos son guapos y van vestidos de colores claros, los malos son feos y sus ropajes son de colores oscuros) sintoniza perfectamente con el tipo de elaboración mental que el niño y la niña hace, que es siempre desde parámetros muy concretos en donde ellos son el centro y las cosa tienen vida por sí mismas.

Los cuentos, además de mostrar conflictos, intrigas, situaciones inesperadas, procesos de la naturaleza…etc. También hablan de los miedos, inseguridades, recelos, odios…que los pequeños sienten y que les llevan a sentirse culpables y al mismo tiempo, no considerados en su justo valor. El cuento les ayuda a identificarse y proyectarse en esas situaciones y personajes, el final feliz supone una liberación y un descanso interno, además de un posible aprendizaje.
Su lenguaje claro y concreto y su simbología profunda y evocadora, hacen que no sea necesario captar completamente el mensaje del contenido del texto, solo hay que dejarse llevar.

Otros lazos que también crean

Los cuentos además de vincularnos con nuestros orígenes culturales, nos vinculan con los nuestros…con nuestras raíces familiares.
Me atrevería a decir que los que nos han contado cuentos en nuestra infancia han marcado nuestra forma de sentir y de posicionarnos ante la vida.
Os invito a recordar quienes os contaban cuentos o historias de pequeños y que cuentos recordáis os contaban, esos relatos nos conectan con la esencia de nosotros mismos
Los que hemos tenido la suerte de tener un familiar al lado, cuando éramos pequeños, que permitía que el tiempo real se parara para deslizarnos en el otro tiempo, en el de todo es posible, nos ha abierto la posibilidad de idear de fábulas…de evocar…de vincularnos con la memoria de los que ya no están. Para los pequeños esto supone seguridad… supone sentirse parte de algo mayor que les sustenta… supone reconocer sus raíces y sus orígenes…

Los cuentos tendrían que tener un lugar significativo entre nosotros.
Escuchar los relatos de otras culturas nos acercan a ellas nos permiten entenderlas y disfrutar de formas muy distintas de ver la vida.
No hay una forma más rápida de entender y crear vínculos con los que vienen de otras tierras que decirles:
Cuéntame un cuento de esos que te contaban cuando eras pequeño… cuando todos los tuyos se juntaban y recordaban las historias que sucedieron hace muchos, muchos años y que hablan de tu tierra, de tus costumbres… de todo lo tuyo.

Concepto de Arquetipo e Inconsciente Colectivo

La figura llamada Arquetipo define un conjunto de patrones arcaicos y primordiales, que están representados por imágenes que se repiten a través de todas la culturas y todos los tiempos. Son posibilidades de representación de aspectos instintivos del ser humano, que trascienden el tiempo y el espacio. El Arquetipo es como un molde psíquico en el cual la experiencias individuales se vierten y toman forma.

El Inconsciente Colectivo, a diferencia del Inconsciente Personal, alberga no solo contenidos de la experiencia personal sino que se le añaden contenidos referidos a instintos, impulsos naturales o adquisiciones de orden colectivo, o sea predisposiciones compartidas por toda la humanidad más allá de la diferencias históricas y culturales.
Estas imágenes se propagan a lo largo del tiempo de forma universal en forma de categorías o posibilidades heredadas. Estas predisposiciones innatas se representan a través de imágenes y conceptos con mucha fuerza.
Es importante recordar que los Arquetipos no son las formas que toma, sino el sentido que contienen y se sostienen y perpetúan gracias a la experiencia individual repetida.
Los Arquetipos tienen aspectos luminosos y positivos y aspectos oscuros y negativos.

Las necesidades expresadas a través de los Arquetipos deben tenerse en cuenta muy seriamente, ya que expresan necesidades humanas primordiales. Frustrar esas necesidades o distorsionarlas puede tener consecuencias psicopatológicas graves, ya que son exigencias que provienen de nuestra estructura biológica primordial.
Dichas representaciones colectivas se expresan en: rituales y tradiciones primitivas, sueños, expresiones de la religión, mitos, leyendas y cuentos de hadas. Todos ellos han sido frecuentemente vehículo de la expresión de dichas representaciones arquetípicas.

“Cuanto más se atiende a las necesidades del Ego y menos a las demandas del Inconsciente, más riesgo hay de ser aplastados por el poder de la inundación de la Sombra desde lo Colectivo”.
C.G. Jung.

Algunos de los Arquetipos antropomórficos son: El Animus y el Anima.
Otros clásicos, relacionados con los ciclos de la vida: El Puer Aeternus, La Gran Madre... El Viejo Sabio... el Arquetipo del Héroe, etc...

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi9W5bgD_iahDDoDWaiITeZhWZ_D4b89OpPsctKSpWybdhEOzHKDzvSg5jK_U61JF4WDUL0RPL8yFZti5LdSppg7P_2b4vhEyYl7zoBAoV9Jx5WnwLwbf72PqAUbrayV7uidN_aEz01PWI/s512/cuento%20como%20alimento%20d.jpg

Arquetipo de Animus y Anima:


Animus: Este es el aspecto masculino interno de la mujer. Al igual que el Anima del hombre, es tanto un complejo personal como una imagen Arquetípica.

Animus significa mente o espíritu. El Animus corresponde al Logos. Expresa el conjunto de experiencias ancestrales referente al hombre y a “lo masculino” que tiene la mujer. Una mujer que se identifique excesivamente con el Animus corre el riesgo de desconectarse del Eros.
En su forma negativa se expresa como rigidez en ideas fijas, verdades absolutas, y prejuicios... De una forma útil y positiva expresa ideas filosóficas y actúa como mediador entre lo consciente y lo inconsciente en la mujer.

Jung describió cuatro etapas del desarrollo del Animus en la mujer: primero aparece en sueños y fantasías como la encarnación del poder físico, el hombre musculoso: Hércules.
En la segunda etapa, el Animus le brinda iniciativa y capacidad para realizar y planificar acciones; deseo de independencia y un desarrollo intelectual, económico y profesional: Apolo.
En la etapa siguiente, el Animus es la palabra ( a veces tiene en los sueños la representación del profesor o sacerdote).
En la cuarta etapa el Animus encarna el significado espiritual. En este nivel, al igual que el Anima como Sofía, sabiduría, el Animus es verdaderamente el mediador entre la psique consciente e inconsciente de la mujer: Hermes.

Cualquiera de estos aspectos, se pueden proyectar en un hombre teniendo como consecuencia una imagen “reducida” o distorsionada de la realidad .
Mientras la tarea del hombre para asimilar los efectos del Anima implica descubrir sus íntimos sentimientos, la mujer se relaciona con el Animus cuestionando constantemente sus ideas y opiniones. Anima: Este es el aspecto femenino interno del hombre. El Anima es tanto un complejo personal como una imagen arquetípica de mujer en la psique masculina.

“El Anima es el arquetipo de la vida misma “ .
C.G.Jung.

Inicialmente se identifica con la madre personal, viéndose más adelante no solo en relación a otras mujeres, sino como la dimensión sentimental de la vida de un varón.
El Anima se personifica en los sueños a través de imágenes de mujeres que van desde la seductora... hasta la guía espiritual. El Anima esta asociada al Eros, de modo que el desarrollo del Anima de un hombre se refleja en su trato y relación con las mujeres. Internamente es la expresión de sus deseos del alma.

Entendemos por deseos del alma todo aquello no racional: estados del animo, reacciones e impulsos y cualquier gesto de espontaneidad de la vida Cuando el Anima inunda la vida de un varón, intensifica, exagera, falsea y mitologiza todas sus reacciones emocionales. Fantasías y embrollos debilitan su carácter, transformándolo en una persona quisquillosa, irritable, caprichoso, celoso, vanidoso e inadaptado.
El carácter del Anima generalmente está compensado por la imagen “ideal” de la Persona. Todas aquellas cualidades ausentes en la actitud externa están escondidas en el inconsciente. Jung distinguió cuatro etapas esenciales del desarrollo del Anima: Eva, Helena, María y Sofía.
Eva esta identificada con la madre personal. El hombre se desarrolla en extrema dependencia de una mujer.
Helena; ideal sexual colectivo.
María: Esta expresada en sentimientos religiosos y por lo tanto muestra la capacidad para establecer relaciones duraderas.
Y al final Sofía, la sabiduría, se manifiesta cuando el Anima del hombre funciona como una guía de su vida interior, llevando a la conciencia los contenidos del inconsciente. Al igual que el Animus en la mujer... un hombre tiende a proyectar los aspectos de su Anima en una mujer real.

Para un hombre, la prioridad psicológica en la primera mitad de la vida es liberarse de la fascinación del Anima por la experiencia de la madre. Lograr vivir en armonía con su Anima es obra de madurez de una vida. Para una mujer vivir en armonía con su Animus es mantener un grado óptimo de objetividad y autonomía.

Estudio Analítico del Significado de los Cuentos de Hadas

Estudiar un cuento de hadas es estudiar una representación de las estructuras básicas de la psique humana. Los héroes de los cuentos no son figuras humanas sino representaciones de figuras arquetípicas. Todos los personajes de los cuentos no son sujetos humanos, aunque observemos conductas y comportamientos que nos lo recuerden. Los cuentos se escribieron para niños y niñas, dada su inmensa capacidad de proyectarse: La experiencia de identidad con el Yo, en los niños, se encuentra aún muy precaria. Este es un fenómeno complejo, pero parece evidente que en las figuras de los personajes de los cuentos, los niños pueden proyectar imágenes de actitudes psicológicas, que posteriormente les pueden servir de modelo y orientación psíquica.
Más que representar al Yo... que es tan solo la parte consciente de la psique, a través de los personajes de los cuentos se expresan experiencias “Arquetípicas”. Esta representación se observa claramente en los cuentos puesto que las acciones de los personajes trascienden sus deseos personales... para lograr restituir un equilibrio del “destino”, una expresión de un modelo colectivo.

Así pues los cuentos de hadas recrean y reconstruyen una realidad psíquica universal ordenando el caos. Los cuentos se presentan en forma de imágenes que refieren las capas más profundas del inconsciente. La tradición oral reitera la necesidad de orden de las figuras arquetípicas. Las narraciones de los cuentos provienen de épocas pasadas, de estados previos de conciencia y perviven sus efectos hasta nuestros días.
Los cuentos, leyendas y mitos de la literatura universal contienen siempre y en todas partes los mismos temas colectivos. Estos temas los hallamos en las fantasías, sueños, delirios e imaginaciones de los hombres actuales y corresponden a representaciones distintas de tradicionales figuras Arquetípicas. Siguen produciendo una emoción intensa, el rapto instantáneo de la magia, la intensidad sentimental y el descarte de la lógica y la razón. Impresionan, atrapan, fascinan, emocionan y promueven estados del ánimo. Provienen de la manifestación del Arquetipo del Si-mismo: Una forma arcana y primigenia de unidad, de proyección pre-consciente del anhelo humano de totalidad y trascendencia, de sentido.
La información sobre los Arquetipos pertenece a la estructura neuronal más primitiva y se expresa constantemente en la vida humana de forma espontánea y múltiple.

Multitud de niños de este mundo han crecido escuchando cuentos de hadas. A pesar de la posterior influencia en Occidente del fenómeno del Racionalismo y Realismo, la importancia de la narración de cuentos de hadas a los niños, como alimento del alma infantil, ha perdurado. Desde la antigüedad, el hombre ha estado en conexión con la expresión de “Lo colectivo” a través de imágenes arquetípicas narradas en libros religiosos y otras formas literarias, como mitos y leyendas. El significado de dichas historias es simbólico y pertenece a la exploración espiritual y psicológica del alma infantil. Son mediador y reordenador de una civilización. Sirven para madurar, integrar y profundizar en las necesidades del alma, balanceando (enantiodromía) las sombras y las luces de cada persona y cada cultura.

“El mito y el cuento de hadas potencia el orden moral y causa una adaptación y una conciliación entre los individuos y los requerimientos de sus diferentes culturas”.
J.Campbell.

Los mitos, leyendas y cuentos son una narración “codificada” que sugiere, advierte y señala enorme posibilidades de restitución del equilibrio en la vida .

“Llegue pronto a la convicción de que si no se da una respuesta y solución desde lo interno a las relaciones de la vida, su significado es muy pobre. Las circunstancias externas no pueden sustituir a las internas“.
C.G Jung

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5C68ZXOExz404ol0eiEC2UCctpUqaOpJGXmHsdQsBfqjROzJbkCQYTW3QVWhVusGDruaWlAK2f7zKnLCgbo7NidVTDOtozYzB-oSYhyphenhyphensrEBc-jGt8LpSqu5cFhJt4xiiIarvwcJ2FwZA/s512/cuento%20como%20alimento%20c.jpg

Estructura de los Cuentos de Hadas


Debemos distinguir dos tipos de cuentos. Los que provienen de la tradición oral y los que son creaciones literarias propias de la fantasía del autor. Los primeros no tienen un autor reconocido, han circulado por transmisión oral, se desarrollan en diversas “versiones” sobre el mismo tema y se apoyan en esquemas muy simples con estructuras parecidas. Los segundos tienen características y desarrollo propios y están influidos por el carácter y la personalidad del autor. Ambos están sujetos a los cánones de su época histórica y modas literarias y aunque todos se sostienen en patrones clásicos, las variaciones son muy diversas.

El cuento consta de una serie de personajes, que están expresados por cualidades externas que nos explican sus circunstancias y su carácter (caperuza roja, el tamaño... pulgarcito etc...) así como una escenografía que señala el clima sentimental de la narración ( caminos, castillo, palacio, porqueriza...) y un conjunto de objetos simbólicos que representan actitudes psicológicas o pruebas simbólicas que los personajes tendrán que superar (dragones, anillos, camisas, pozos...) Muchas veces actitudes psíquicas, tanto positivas como negativas, están representadas por animales.
También con las teorías de la doctora Pinkola Estés hay que valorar el verdadero significado que, según ella, tienen en los cuentos tradicionales cocinar, lavar, barrer, etcétera: «Todas estas metáforas ofrecen maneras de pensar, medir, alimentar, fortalecer, limpiar, y ordenar la vida espiritual». Mucho ojo.

El cuento tiene una estructura fija que consta de tres partes: presentación de los personajes, y sus circunstancias, desarrollo y pruebas a realizar y conclusión o cierre.
Los personajes siempre se enfrentan a un “Conflicto” que deberá resolverse. La peculiaridad del cuento es que los personajes se enfrentan a estos conflictos y es según como los resuelvan, como su destino variará considerablemente. Este clímax de “tensión” explica implícitamente que el tema presentado en el cuento es de suma importancia. Así pues los niños saben con absoluta certeza que el cuento está lleno de indicaciones y símbolos, que perciben claramente, ayudándoles a ordenar y decidir su posición vital. Los niños se identifican con la figura del héroe del cuento y se proyectan en todos los demás personajes (muchas veces es el hermano menor), posibilitándoles una guía de resolución de conflictos vitales. Los cuentos ofrecen un amplio abanico de expresiones de la maduración de un ser humano.



Related Posts with Thumbnails

Entradas recientes

ASHES AND SNOW
http://lh4.ggpht.com/_Wbrv4TZOFic/SZcqRLSIoCI/AAAAAAAABCA/7wGZN6NL01g/Ashes%20and%20Snow%20022.gif

Según Platón, el conocimiento es un subconjunto de lo que forma parte a la vez de la verdad y de la creencia.
Integral Philosopher Michel Bauwens "Vision"