viernes, 5 de noviembre de 2010

El inefable viaje heroico en busca de la Conciencia Cósmica

"Todo es doble, todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos: los semejantes y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son medias verdades, todas las paradojas pueden reconciliarse.

Todo fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso, todo asciende y desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha, es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación.

Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo a la ley; la suerte no es más que el nombre que se le da a la ley no reconocida; hay muchos planos de casualidad, pero nada escapa a la Ley."
El Kybalión

Esta es sin duda una búsqueda que solo se puede realizar paso a paso y reafirmándose en cada uno y todos los pasos. Me doy cuenta que esto puede significar lentitud, sin embargo la Búsqueda de la Conciencia Cósmica es un Intento demasiado serio para tomárselo como si fuera un simple ejercicio de entretenimiento enmarcado en un tiempo limite.
Hace años que inicie la Búsqueda, y soy consciente de haber comedido numerosas frivolidades y de haberme dispersado frecuentes. A pesar de todo ahora estoy aquí.
He buscado por Internet alguna pagina que pudiera referirse a la Búsqueda (soy extraordinariamente perezoso para plasmar mis experiencias por escrito...) Afortunadamente nada se corresponde con lo que quiero transmitir, así que no me queda mas remedio que dejarme fluir con esta Conciencia Cósmica y que esta me guié. No tener expectativas y no ser un juez inflexible son lo principal para no cometer actos de auto-censura y de auto-critica destructiva. De modo que no seré demasiado exigente con mi estilo.
Empezare con el comentario de una lectura; no se si esto le pasa a otras personas, basta con leer unas pocas frases en un libro para establecer una conexión con una realidad, digamos transcendental. Como si se hiciera la luz en un rincón de la conciencia individual. Y realmente no importa ni el autor ni el titulo del libro, sino el estado de receptividad del buscador. Yo buscaba un concepto para evitar la palabra "Dios", seguramente porque relaciono esta palabra con la parafernalia de la iglesia católica. Además de que el concepto de Dios me parece estar envuelto en un manto de antropocentrismo que nos desliga peligrosamente del resto de la Creación y de sus fenómenos. Sin embargo acepto la idea de que la conciencia humana necesita de ciertos conceptos que asemejan la divinidad con la humanidad. Aunque estos son limites que han de ser superados para nuestro mayor progreso en la Búsqueda de la Conciencia Cósmica. Una cosa me queda clara: llega un momento en el que el intelecto queda obsoleto y hemos de desarrollar la inteligencia intuitiva como herramienta de percepción para apreciar la omnipresencia de esta Conciencia Cósmica.
Una vez leí una frase que, para mi, resume perfectamente el concepto que hay tras la Búsqueda de la Conciencia Cósmica; decía algo así como que para saber cual es el sabor de un pastel hay que probarlo, de nada sirve las descripciones intelectuales acerca del sabor del pastel. Si nunca lo probamos nunca conoceremos su sabor. Y aunque la Realidad Ultima es solo una, a cada uno se nos revela de un modo distinto, porque cada uno tenemos un modo de apreciación diferente al de los demás y completamente subjetivo, debido a nuestro bagaje de experiencias, vivencias y circunstancias. Nuestro peculiar modo de percibir la Conciencia Cósmica no le resta para nada una sola de sus cualidades que hacen que Ella sea Una y Única. En todo caso podríamos percibirla a través de algunas de sus múltiples manifestaciones en calidad de Una y Única.
A penas podemos intentar describir la Conciencia Cósmica por medio de palabras apelando a los sentidos ordinarios, y por mucho que leamos a quienes han experimentado una conexión con la Conciencia Cósmica, no llegaríamos a vislumbrarla sino experimentadola. Todos y cada uno se expresan con los conceptos propios de sus culturas, épocas y sociedades. Lo único que nos queda es iniciar nuestra propia Búsqueda de la Conciencia Cósmica afín de apreciar por nosotros mismos su calidad de Realidad Ultima. Y dejar que ella se exprese en nuestro mas intimo ser interior con su propio lenguaje. Fluir con ella.

No me refiero a la Conciencia Cósmica como un estado superior de conciencia. Si bien es posible, por supuesto alcanzar este estado, percibir conscientemente de que tras todos los fenómenos se halla la manifestación de una conciencia superior y experimentar una profunda e intima comunión con la Conciencia Cósmica . Ella es una entidad mas allá de nuestras concepciones intelectuales y mentales, sin embargo no por ello imposible de percibir. Su esencia es conciencia en estado puro.
Difícilmente podemos concebir el significado de la conciencia desde una perspectiva cuyo punto de referencia no sea un "yo". Algunos se refieren a la Conciencia Cósmica como el "yo superior", o "yo secreto", aunque algo de razón tienen porque nuestro yo no es mas que otra de sus tantas manifestación y creación . Ella en tanto como conciencia en estado puro no es comparable a lo que nosotros conocemos como la conciencia centrada en un "yo": yo tomo conciencia, yo soy consciente, mi conciencia, estoy en un estado de conciencia, ...etc.
En la Búsqueda de la Conciencia Cósmica no se pretende comprender intelectualmente esa esencia, eso equivaldría a un vano intento de descifrar la "Mente de Dios". No obstante estamos capacitados para experimentarla como la fuente desde donde fluye todos los fenómenos, incluyendo nuestra conciencia individual.
Me doy cuenta que seguramente toda esta palabraria acerca de la Conciencia Cósmica puede generar un conflicto con el intelecto racional, necesitado de objetos tangibles, demostrables científicamente y ceñidos a conceptos lógicos y concretos. Difícilmente podemos concebir una conciencia que no este encarnada dentro de unos parámetros biológico ya que asociamos esta con los procesos neuronales. Incluso si hablamos de procesos espirituales, nuestra comprensión queda limitada solo a lo que nuestra mente es capaz de concebir, interpretar y racionar.
Entonces ir mas allá evidencia la inutilidad del pensamiento y su expresión en palabras.
Os preguntareis porque pues escribo todo esto si yo mismo estoy convencido de que este intento es estéril.
La Búsqueda de la Conciencia Cósmica esta plagada de paradojas, contradicciones, sin sentidos que solamente pueden resolverse usando unos sentidos que pocos tenemos desarrollados y que a su vez son atributos espirituales de la Conciencia Cósmica reflejándose a si misma en su creación. Unos de estos sentidos es la intuición, que nos capacita para "conectar" con el "lenguaje" o modo de expresión de la Conciencia Cósmica.

Algunos pensaran que al hablar de la Conciencia Cósmica como un ente amorfo, impersonal y abstracto me refiero a "Dios". Por un lado es cierto, pues estoy hablando de una Conciencia creadora o más bien sustentadora. Sin embargo este termino, "Dios" ya esta monopolizado por las grandes instituciones religiosas, y por lo tanto tiene profundas connotaciones arquetipicas que nos limitan y condicionan para una autentica Búsqueda de la Conciencia Cósmica o conexión con Esta. Claramente diré que esta Búsqueda nada tiene que ver con estos conceptos que tenemos de "Dios", prácticamente hechos a la "imagen y medidas del hombre". Tampoco voy a afirmar que estos bagajes religiosos son completamente inútiles. El error consistiría mas bien en aferrarse y limitarse a ellos para no traspasar lo establecido. Muchos de estos conceptos nos serán útiles, mas que nada porque nuestro intelecto es limitado y necesita de estos simbolismos antropocéntricos. Es el caso por ejemplo de los principios Tantricos de "Shiva y Shakti". Estos solo son aspectos parciales o emanaciones que el ser humano ha representado en su mente.

El que corre con lobos
Para el Blog "Hombres que corren con los lobos"





Conciencia Cósmica







lunes, 1 de noviembre de 2010

Octava tarea: Ponerse a gatas

Baba Yagá, molesta por la bendición que la difunta madre de Vasalisa ha otorgado a la niña, le entrega la luz -una terrorífica calavera en lo alto de un palo- y le dice que se vaya. Las tareas de esta parte del cuento son las siguientes:Asumir un inmenso poder para ver e influir en los demás (la recepción de la calavera).
Contemplar las situaciones de la propia vida bajo esta nueva luz (encontrar el camino de vuelta a la vieja familia putativa).
¿Se molesta Baba Yagá porque Vasalisa ha recibido la bendición de su madre o más bien por las bendiciones en general? En realidad, ni lo uno ni lo otro. Teniendo en cuenta los posteriores estratos monoteístas de este cuento, se podría pensar que aquí el relato se ha modificado de tal forma que la Yagá se muestre atemorizada ante el hecho de que Vasalisa haya recibido una bendición para demonizar con ella a la Vieja Madre Salvaje (cuya existencia tal vez se remonte nada menos que a la era neolítica) con el propósito de enaltecer la más reciente religión cristiana en detrimento de la pagana más antigua.
Es posible que el vocablo original del cuento se haya cambiado por el de "bendición" para fomentar la conversión, pero yo creo que la esencia del significado arquetípico original sigue estando presente en el relato. La cuestión de la bendición de la madre se puede interpretar de la siguiente manera: A la Yagá no le molesta la bendición en sí sino más bien el hecho de que ésta proceda de la madre excesivamente buena; la madre amable, buena y cariñosa de la psique. Si la Yagá es fiel a sus principios, no puede tener excesivo interés en acercarse mucho ni durante demasiado tiempo a la faceta demasiado conformista y sumisa de la naturaleza femenina.
Aunque la Yagá sea capaz de infundir el soplo vital a una cría de ratón con infinita ternura, es lo bastante lista como para permanecer en su propio terreno. Y su terreno es el mundo subterráneo de la psique. El terreno de la madre demasiado buena es el del mundo de arriba, Y, aunque la dulzura puede encajar en lo salvaje, lo salvaje no puede encajar durante mucho tiempo en la dulzura.
Cuando las mujeres asimilan este aspecto de la Yagá, dejan de aceptar sin discusión todas las bobadas, todos los comentarios mordaces Y todas las bromas e insinuaciones que les dirigen. Para distanciarse un poco de la dulce bendición de la madre demasiado buena, la mujer aprende poco a poco no simplemente a mirar sino a mirar con desprecio, a mirar fijamente y a tolerar cada vez menos las imbecilidades de los demás.

Su nombre es rabia

"La rabia es una cólera muy saludable dirigida en último término a conseguir cambiar una situación inaceptable. La depresión y la ansiedad que las mujeres sufren durante la primera y la segunda etapas de la vida suelen ser consecuencia de su enfado e impotencia, del miedo a expresar sus sentimientos por lo que eso podría acarrearles, fuese real, o imaginario, y de haber tenido que reprimir esas emociones tan a conciencia que terminan por parecerse a cualquier cosa menos a la rabia. Cuando una mujer entra en la tercera etapa de su vida, ya no la intimidan aquellas personas que le enseñaron que la ira era un sentimiento inaceptable, fuesen los padres o terceros, que era algo indigno de una "buena chica", y tampoco se siente prisionera emocionalmente de personas dominantes o maltratadoras.
Es posible, por otro lado, que no se haya sentido ni deprimida ni oprimida personalmente, pero que ahora, en la tercera etapa de su vida, se enfade por todo lo que ve y la sobrepasa como persona. Dirigirá su rabia, por consiguiente, hacia la injusticia, la estupidez, el narcisismo, las adicciones, la negligencia y la crueldad que afectan a los más desfavorecidos, o bien hacia los males sociales de los que instituciones y políticos hacen caso omiso.
En esos momentos es cuando la mujer puede penetrar en lo que yo llamo el arquetipo del "¡Ya está bien!", conformado precisamente por las energías de las diosas de la ira transformadora, las decisivas agentes del cambio. Entre todas ellas destacan Sekhmet, la antigua diosa egipcia que venía representada con una cabeza de león y la fiera Kali, la diosa hindú. A esas divinidades sólo se las invocaba por necesidad. De apariencia inhumana, sus respectivas mitologías las representan como seres terribles cuando se dejan poseer por la cólera contra los malhechores y tienen sed de sangre. Cuando una mujer inicia la tercera etapa de su vida, si se ha vuelto más sabia (y posee a su alcance los recursos de la compasión y el humor), no será impulsiva o tendenciosa, ni se dejará llevar por la furia. La rabia de Sekhmet y Kali la incitarán a la acción, pero jamás actuará sin el consenso del "consejo interior" de las diosas maduras.
Podemos recurrir a la fiereza y el poder de Sekhmet o Kali utilizando la intención y la imaginación. Eso es lo que hacía el personaje que interpretaba Kathy Bates en la película "Tomates verdes fritos" cuando invocaba a Towanda, la reina amazona, y dejaba de ser una mujer dócil y fácil de humillar para transformarse en una persona auténtica y formidable. Con el grito de "¡Towanda!" el personaje de Bates hizo lo que jamás se había atrevido a hacer. Fue un guiño divertido que nos remitía a una realidad más profunda: el poder transformador que tiene el mito de evocar la energía arquetípica.
Las mujeres que se hallan en la tercera etapa de la vida son proclives a convertirse en seres genuinamente auténticos, ancianas esplendorosas que conocen sus sentimientos y viven en consecuencia, cuando es eso lo que pretenden, cuentan con las herramientas de la imaginación y la conciencia, y con el apoyo de los demás y de otros arquetipos distintos. La sabiduría de Hécate y Metis reprime la acción impulsiva y pone en jaque a la rabia. La capacidad de mostrarse equilibrada, que se halla en Hestia, y el sentido espiritual de Sofía contribuyen a primar el control de una mujer sobre sus actos, hasta que se encuentre en disposición de actuar consecuentemente, en lugar de permitir que la furia de este arquetipo se apodere de su persona. Es necesario que la mujer integre todo eso en su conciencia para que la transformación sea posible. Las mujeres que alcanzan el nivel del "¡Ya está bien!" y poseen sabiduría compasión y humor se transforman en unas fuerzas formidables para abordar el cambio."
"Las diosas de la mujer madura" por Jean Shinoda Bolen
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Ahora que, gracias a los servicios prestados a la Yagá, ha adquirido una capacidad interior que antes no tenía, Vasalisa recibe una parte del poder de la Bruja salvaje. Algunas mujeres temen que la profunda sabiduría que han adquirido por medio del instinto y de la intuición las induzca a ser temerarias y desconsideradas, pero se trata de un temor infundado.Muy al contrario, la falta de intuición y de sensibilidad ante los ciclos femeninos o el hecho de no seguir los consejos de la propia sabiduría da lugar a unas decisiones desacertadas e incluso desastrosas. En general esta clase de sabiduría "yaguiana" hace que las mujeres vayan avanzando poco a poco y casi siempre las orienta y les transmite imágenes claras de "lo que hay debajo o detrás" de los motivos, ideas, acciones y palabras de los demás.
Si la psique instintiva le advierte "¡Cuidado!", la mujer tiene que prestarle atención. Si su profunda intuición le dice "Haz esto, haz lo otro, sigue este camino, detente, sigue adelante", la mujer tiene que introducir en su plan todas las correcciones necesarias. La intuición no está hecha para que se la consulte una vez y después se la olvide. No es algo que se pueda desechar. Se la tiene que consultar en todas las etapas del camino, tanto si las actividades de la mujer están en conflicto con un demonio interior como si están completando una tarea en el mundo exterior. No importa que las preocupaciones y aspiraciones de una mujer sean de carácter personal o global. Por encima de todo, todas las acciones tienen que empezar fortaleciendo el espíritu.
Ahora vamos a estudiar la calavera con su terrible luz. Es un símbolo asociado con lo que algunos arqueólogos de la vieja escuela llamaban "la adoración ancestral". En las sucesivas versiones arqueorreligiosas del cuento se dice que las calaveras en lo alto de los palos son las de las personas que la Yagá ha matado y devorado. Pero en los ritos religiosos más antiguos que practicaban el parentesco ancestral los huesos se consideraban elementos necesarios para la evocación de los espíritus, y las calaveras eran la parte más destacada del esqueleto.

N.A.: La antropología decimonónica consideraba erróneamente que la reverencia tribal a los ancianos y los abuelos difuntos y la conservación ritual de los relatos acerca de la vida de los ancianos eran una forma de "culto". Esta desafortunada proyección sigue estando presente en distintas literaturas "modernas". A mi juicio, sin embargo, tras haberme pasado varias décadas participando en el ritual familiar del Día de los muertos, el "culto ancestral", término forjado hace mucho tiempo por la antropología clásica, debería llamarse más propiamente afinidad con los antepasados, es decir, una relación constante con los venerados antepasados. El ritual de la afinidad respeta a la familia, sanciona la idea de que no estamos separados los unos de los otros, de que una sola vida humana no carece de significado y, especialmente, de que las buenas obras de los que nos han precedido poseen un valor inmenso, pues nos enseñan y nos guían.

En el parentesco ancestral se cree que la especial y eterna sabiduría de los ancianos de la comunidad reside en sus huesos después de la muerte. La calavera se considera la bóveda que alberga un poderoso vestigio del alma que se ha ido, un vestigio que, si así se le pide, es capaz de evocar todo el espíritu del difunto durante algún tiempo para que se le puedan hacer consultas. Es fácil imaginar que el Yo espiritual habita justo en la ósea catedral de la frente y que los ojos son las ventanas, la boca es la puerta y las orejas son los vientos.
Por consiguiente, cuando la Yagá le entrega a Vasalisa la calavera iluminada, le entrega un antiguo icono femenino, una "sabia ancestral" para que la lleve consigo toda la vida. La inicia en un legado matrilineal de sabiduría que siempre se conserva intacto y floreciente en las cuevas y los desfiladeros de la psique.
Así pues, Vasalisa atraviesa el oscuro bosque con la espantosa calavera. Fue a buscar a la Yagá y ahora regresa a casa más segura y decidida, caminando con las caderas firmemente echadas hacia delante. Éste es el ascenso desde la iniciación en la profunda intuición. La intuición se ha colocado en Vasalisa como la joya central de una corona. Cuando una mujer llega a esta fase, ya ha conseguido abandonar la protección de la madre demasiado buena que lleva dentro y ha aprendido a esperar y afrontar las adversidades del mundo exterior con fortaleza y sin temor. Es conciente de la sombra represora de su madrastra y sus hermanastras y del daño que éstas le quieren hacer.
Ha atravesado la oscuridad prestando atención a su voz interior y ha podido resistir la contemplación del rostro de la Bruja, que es una faceta de su propia naturaleza, pero también la poderosa naturaleza salvaje. De esta manera puede comprender el temible poder de su propia conciencia y el de la conciencia de los demás. Y ya no dice "Le tengo miedo (a él, a ella, a esto)".
Ha servido a la divina Bruja de la psique, ha alimentado la relación, ha purificado las personas y ha conservado la claridad del pensamiento. Ha descubierto esta salvaje fuerza femenina y sus costumbres. Ha aprendido a distinguir y a separar el pensamiento de los sentimientos. Ha aprendido a identificar el gran poder salvaje de su propia psique.
Conoce el significado de la Vida/Muerte/Vida y el papel que en todo ello desempeña la mujer. Con las recién adquiridas habilidades de la Yagá, ya no tiene por qué faltarle la confianza ni el poder. Tras haber recibido el legado de las madres -la intuición de la faceta humana de su naturaleza y la sabiduría salvaje de la faceta de La Que Sabe de la psique-, ya está preparada para lo que sea. Avanza por la vida asentando con firmeza los pies en el suelo uno detrás de otro, con toda su feminidad. Ha fundido todo su poder y ahora ve el mundo y su propia vida a través de esta nueva luz. Veamos qué ocurre cuando una mujer se comporta de esta manera.

Fuentes:

Clarissa Pinkola Estés
"Mujeres que Corren con los Lobos"


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jueves, 28 de octubre de 2010

El cerebro, la gran incognita

"De todas las cosas que el hombre conocerá, la última probablemente será él mismo".
Alexis Carrel, médico.

Puede que el hombre jamás llegue a descifrar del todo su órgano más complejo y perfecto: el cerebro. ¿Cómo se origina la actividad mental? ¿Dónde se almacenan los recuerdos? ¿Por qué somos conscientes de nuestro propio yo? ¿Para qué soñamos?... Pese a los avances conseguidos en la exploración neurocientífica, quedan muchísimos interrogantes como los anteriores pendientes de hallar respuestas definitivas. Pero hay otras cuestiones más enigmáticas que ni siquiera son planteadas unánimemente por la comunidad científica.

Teorías vanguardistas como el "cerebro holográfico" y disciplinas como la Parapsicología, que estudia aquellas facultades más ignotas de nuestro psiquismo, aún se contemplan con gran recelo por los neurocientíficos, que prefieren centrar sus investigaciones en averiguar el funcionamiento de las diferentes zonas del cerebro, descubrir la naturaleza de los neurotransmisores y localizar las áreas que controlan funciones como la inteligencia, la memoria o las emociones. Aún así, el bioquímico Francis Crick, descubridor de la estructura molecular del ADN, reconoce que "...Nuestro conocimiento de las distintas partes del cerebro sigue en un estado muy primitivo ... Todo está por descubrir..."

COMPUTADOR BIOLOGICO

Sin duda, nuestro cerebro actúa como un sofisticadísimo superordenador que, a través de un lento y progresivo proceso evolutivo, se ha ido perfeccionando en sus funciones hasta el punto de diferenciarnos cualitativamente del resto de los seres vivos. Esta masa de tejido gelatinoso de color gris, de unos 1.300 gramos de peso, contiene alrededor de 100.000 millones de células conocidas con el nombre de "neuronas" y que constituyen las unidades básicas del sistema nervioso. Estas células, conectadas entre sí a través de millones de ramificaciones (dendritas y axones), forman una vasta red que cumple una misión muy específica: procesar la información sensorial, tanto la que llega del mundo exterior como del propio cuerpo. En un solo segundo, estas células son capaces de procesar hasta 200.000 millones de bits de información. Para ello se valen de sus casi 100 trillones de interconexiones. Aunque como aclara el neurólogo Santiago Ramón y Cajal Junquera, nieto del célebre premio Nobel de medicina, "Las neuronas no se conectan entre sí por una red contínua formada por sus prolongaciones, sino que lo hacen por contactos separados por unos estrechos espacios denominados sinapsis". Los neurotransmisores serían los encargados de transmitir esas señales a través de las conexiones sinápticas.

Pero el cerebro posee otras características fundamentales. Una de ellas es que está constituido por dos mitades simétricas, divididas por un profundo surco longitudinal, con funciones muy diferentes, aunque interrelacionadas. El hemisferio izquierdo rige el pensamiento lógico, verbal y analítico; el hemisferio derecho, por el contrario, se ocupa de la parte subjetiva, emocional y creativa. A su vez, los hemisferios cerebrales están divididos en cuatro lóbulos: frontal, relacionado con el conocimiento y la inteligencia; temporal, con el área auditiva; parietal, con el área sensorial; y occipital, con el área visual. En su interior, el cerebro posee además dos núcleos, el tálamo y el hipotálamo, centros del sistema nervioso autónomo. Otras partes esenciales son: el cerebelo, ubicado en la parte posterior del cráneo, que rige el equilibrio y los movimientos musculares; y el bulbo raquídeo, del que parte la médula espinal, que controla la función respiratoria. El lenguaje, una facultad presente únicamente en el hombre, estaría controlado por una serie de centros distribuidos en las periferias del lóbulo temporal del córtex cerebral. En cuanto a la memoria, los neurocientíficos consideran que no se localiza en una zona concreta, sino que estaría distribuida por todo el cerebro.


Sistema nervioso Hipocampo Tronco encefálico
Amígdalas Hipófisis Ventrículos
Cerebelo Médula Corteza somatosensorial
Corteza cerebral Núcleo estriado Cortes transversales
Diencéfalo Sistema límbico Cortes frontales


Otra particularidad de nuestro cerebro es que emite una serie de ondas eléctricas u ondas cerebrales de distinta frecuencia, producto de su actividad electroquímica, que pueden ser registradas mediante el electroencefalograma (EEG). Son:
Las ondas beta (cuyo ritmo oscila entre 14 y 25 ciclos por segundo), presentes en el estado de vigilia, es decir, cuando nos encontramos realizando alguna actividad como trabajar, leer, andar, etc.
Las ondas alfa (de 8 a 13 c/sg.), relacionadas con los estados de relajación y meditación; las ondas zeta (de 4 a 7 c/sg.), con los estados emocionales y creativos.
Y las ondas delta (de 0,5 a 3 c/sg.), activas durante el sueño profundo.

Pero nuestro cerebro esconde otras sorpresas... A mediados de los setenta se detectaron unas sustancias neurorreguladoras que fueron bautizadas con el nombre de endorfinas (opiáceas endógenas) y que cumplen un papel similar al de determinados alcaloides derivados del opio. Dicha droga bioquímica es liberada por el cerebro para aliviarnos un dolor o provocarnos una sensación placentera. Hoy es uno de los campos de investigación más importante de la farmacología.

Sin embargo a pesar de todos estos conocimientos básicos que se han ido adquiriendo en las últimas décadas gracias a los modernos avances tecnológicos (sobre todo con el uso de la Tomografía por Emisión de Positrones y con la Resonancia Magnética Nuclear), el reputado neurobiólogo José M. Rodríguez Delgado nos advierte en su obra "El Control de la Mente" que:
"La anatomía y la fisiología del cerebro son aspectos muy importantes para conocer su estática
y su dinámica, pero estos datos no nos revelan el misterio de las señales que circulan por las neuronas, ni su sistema de codificación, y mucho menos su significado".
En suma, conocemos muy bien la organización anatómica y estructural del cerebro, pero muy poco sobre sus funciones; sólo un 20% según algunos especialistas.

ENTE INMATERIAL

La dualidad mente-cerebro sigue generando un intenso debate entre filósofos, psicólogos y neurofisiólogos. Se nos enseña que la actividad mental es producto de complejos mecanismos cerebrales, pero aún no se ha logrado definir con exactitud qué es la mente. ¿Se trata de una entidad espiritual, el alma, como creían los antiguos filósofos?... Según los neurocientíficos, la mente no puede existir sin su soporte material que es el cerebro, sin embargo sus funciones y capacidades alcanzan niveles insospechados y hacen poner en duda los postulados mecanicistas. Ciertamente, resulta difícil pensar que conceptos como el amor, el sentido religioso, la imaginación, la intuición, la creatividad artística, la sensibilidad musical, etc. tengan un origen exclusivamente neurofisiológico. Eso sin referirnos a cuestiones más profundas como el inconsciente colectivo, la consciencia transpersonal y las facultades PSI, por ejemplo. Por otra parte, los neurocientíficos tampoco se ponen de acuerdo en determinar si la actividad mental ya aparece en la vida intrauterina, si se inicia en el momento de nacer o si se desarrolla en etapas posteriores. Y mucho menos son capaces de explicar cómo surge en nuestro cerebro la consciencia del Yo, "el mayor de los milagros", según Karl Popper. Pero ¿y si la mente es una propiedad inteligente independiente del cerebro? ¿y si existe previamente a todo lo manifestado?... Recordemos el axioma hermético:
"El universo es mental"
que ahora es defendido por muchos físicos de vanguardia interesados por el fenómeno de la consciencia. Y es que los nuevos paradigmas científicos están planteando asombrosas teorías relacionadas con la mente humana que hacen tambalear el modelo materialista del cerebro.

¿UN SUBPRODUCTO DEL CEREBRO?

¿Cómo los procesos cerebrales pueden dar lugar a la experiencia consciente?... Complicado dilema se les plantea a los neurocientíficos que intentan abordar el problema de la consciencia, el más grande enigma de nuestra psique. El matemático y filósofo David J. Chalmers señala sobre ella que "nada hay que conozcamos de forma más directa, pero resulta dificilísimo conciliarla con el resto de nuestros conocimientos". Y es que a pesar de las elaboradas teorías reduccionistas planteadas por científicos de la talla de Christof Kock, Daniel Dennett o Roger Penrose, éste último incluso aplicando el modelo cuántico, no es posible por ahora explicar la consciencia en sí. Y tal vez, como sostienen los más pesimistas, no sea posible nunca...

Comprender el mundo mental en términos del mundo físico no resulta nada sencillo y hasta el momento todo intento ha sido inútil para despejar nuestras dudas. Y es que hay una pregunta vital: ¿puede la mente humana comprenderse a sí misma?... Pero la cosa no acaba ahí. Determinados fenómenos anómalos hacen pensar que la consciencia no está limitada a las estrechas barreras del cerebro, lo cual deja en entredicho la visión materialista de que la consciencia no es más que una especie de biocomputador. La ecuación "mente = cerebro" no está, pues, tan clara como se nos quiere hacer creer desde hace tres siglos.
"No cabe la menor duda de que ciertos aspectos de la mente y de la consciencia dependen, parcial o totalmente, del funcionamiento del cerebro y del sistema nervioso.
No obstante, existen ciertos fenómenos que parecen un tanto independientes de las limitaciones físicas impuestas por el cerebro y nos obligan a afrontar el problema desde otra perspectiva".

Así, la visión remota, la proyección extracorpórea y las experiencias cercanas a la muerte (ECM) evidencian que la consciencia no se reduce a nuestro marco físico-tridimensional sino que puede trascender las fronteras del espacio y el tiempo e incluso expandirse a otros niveles de la realidad.
 
"La expansión de la consciencia implica un desarrollo gradual, una evolución histórica que va de lo inconsciente a lo consciente, de lo inferior a lo superior, de lo individual a lo social, de lo personal a lo transpersonal y de lo transpersonal a lo universal".

Estas teorías conocidas como "interaccionistas-dualistas", que sugieren que nuestro yo consciente y el cerebro son entidades independientes aunque interactúan entre sí, se fundamentan, entre otras cosas, en dos razones:
La primera, en que las leyes de la física, química y biología no ofrecen ninguna pesquisa sobre el surgimiento de esta entidad inmaterial llamada consciencia (al menos, su existencia es incompatible con las "leyes naturales" que nos presenta hoy la ciencia materialista).
Y la segunda, en que los biólogos evolucionistas no han sido capaces de explicar el desarrollo gradual de la consciencia ya que consideran a ésta causalmente inefectiva.
En este punto, deberíamos reflexionar, como propone el filósofo y premio Nobel de Medicina John C. Eccles, sobre los grandes interrogantes que subsisten respecto a la acción de nuestro cerebro, a su relación con la mente, a la creatividad de nuestra imaginación y a la singularidad de la psique.

LA MENTE PROFUNDA

Sigmund Freud introdujo a finales del siglo XIX el concepto de "inconsciente" para designar "aquellas representaciones latentes de las que tenemos algún fundamento para sospechar que se hallan contenidas en la vida anímica". Casi toda nuestra actividad psíquica procede de esa zona sumergida de nuestra mente. Pero ¿se halla en un lugar determinado del cerebro?... Según algunos neurocientíficos como Jonathan Winson, el inconsciente estaría localizado en una región primitiva del cerebro (que implica al hipocampo, al sistema límbico y a la corteza frontal) cuyo mecanismo surge en el comienzo de la evolución de los mamíferos y que resultó fundamental para la supervivencia.
"Nadie ha demostrado todavía la analogía eléctrica o química de un pensamiento, y justamente es el pensamiento lo que ocupa totalmente al psicoanálisis".
De lo que no hay duda es que nuestros deseos, complejos, miedos, sentimientos e instintos (pulsiones) descansan en el inconsciente, el cual condiciona, en buena medida, nuestra personalidad. Por un sentido ético y racional, esos contenidos mentales inconscientes son censurados y reprimidos, aunque luchan por hacerse conscientes (a través de los sueños consiguen una vía de escape expresándose mediante un lenguaje simbólico). El estudio psicoanalítico de los sueños y las investigaciones sobre sujetos neuróticos sirvió a Freud para dar un enfoque terapéutico a esta nueva psicología del inconsciente. Sin duda, la doctrina freudiana, que ha sido muchas veces objeto de controversia por su defensa de la hipnosis y por su particular interpretación de la sexualidad infantil, ha realizado una notable aportación al conocimiento del mundo psíquico y, por ende, ha servido para profundizar más en el complejo comportamiento humano.

Sin embargo no sólo existe un inconsciente individual. Carl Gustav Jung consideró que también hay un "inconsciente colectivo". Con dicha denominación, Jung se refirió a una especie de sustrato o "archivo" psíquico universal que contiene imágenes simbólicas esenciales o arquetipos, común a todas las culturas, que se han ido manifestando a lo largo de las épocas en las creencias religiosas, la mitología, el esoterismo, las leyendas, los sueños y también en el arte.
"He elegido la expresión "colectivo" porque este inconsciente no es de naturaleza individual, sino general, es decir, que en contraste con la psique individual tiene contenidos y modos de comportamiento que son los mismos en todas partes y en todos los individuos. En otras palabras, es idéntico a sí mismo en todos los hombres y constituye así un fundamento anímico de naturaleza suprapersonal existente en todo hombre...”
C.G.Jung


Algunos científicos contemporáneos como el neurofisiólogo Karl Pribam o el bioquímico Rupert Sheldrake han enunciado ciertos postulados revolucionarios sobre el cerebro y la psique humana en los que está muy presente la noción junguiana de la "mente grupal".
El primero de ellos formuló, a principios de los setenta, una sugestiva teoría según la cual el cerebro opera como un holograma, teniendo acceso a un todo mayor. Su "modelo holográfico del cerebro" considera que la memoria y la inteligencia no se encuentran en un área determinado del cerebro sino que están esparcidas por todo él. Cada parte contiene al todo, como ocurre en una placa holográfica. Esta teoría se vería apoyada poco después por los trabajos del físico David Bohm sobre el "orden implicado", quien también consideraría el universo como una especie de holograma. Es así como emergió una nueva concepción de la realidad que se conoce como "el paradigma holográfico" y que cuenta cada vez con más partidarios.
Sheldrake, por su parte, publicó en 1981 una interesante y polémica obra titulada "Una nueva ciencia de la vida" en la que exponía su hipótesis de la "causación formativa", según la cual la memoria es inherente a la naturaleza y no, por tanto, un producto del cerebro. Este científico heterodoxo plantea asimismo la existencia de una memoria colectiva, a la que denomina "campos morfogenéticos", que actúa más allá del espacio y del tiempo, determinando los hábitos, formas y conductas de los seres vivos, y transmitiendo además a cada organismo el conocimiento acumulado por su especie.
"Según esta teoría, los recuerdos no deben estar necesariamente almacenados en el interior del cerebro puesto que los hábitos y los recuerdos de acontecimientos pasados concretos pueden ocurrir por resonancia mórfica con estados anteriores del mismo organismo."
R. Sheldrake

FACULTADES PSI

Tanto Freud y Jung, como posteriormente Pribam y Sheldrake, se sintieron atraidos por los fenómenos fronterizos de la mente. Sus investigaciones les llevaron irremediablemente al mundo de lo paranormal. Los padres de la psicología moderna no sólo estudiaron ciertos fenómenos inexplicables, sino que fueron protagonistas de algunos de ellos. Freud escribió en 1921 un interesante artículo titulado "Psicoanálisis y telepatía" y Jung recogió varios casos paranormales en su obra autobiográfica "Recuerdos, Sueños, Pensamientos" de 1961; fueron además miembros de la célebre "Society for Psychical Research" de Londres. En cuanto a la teoría de Karl Pribam, si nuestro cerebro puede acceder a una "esfera de frecuencia holística", fuera de nuestros límites espacio-temporales, cobra sentido facultades como la telepatía, la "visión remota" o la psicokinesis, y experiencias trascendentes como los "estados místicos". "Si tenemos ESP o fenómenos paranormales, asegura Pribam, eso significa sencillamente que estamos leyendo en otra dimensión en ese momento. No podemos entenderlo a nuestra manera corriente." Por su parte, Rupert Sheldrake afirma que "la hipótesis de la causación formativa quizás pueda proporcionarnos un puente entre la ciencia y los fenómenos parapsicológicos". Ciertamente, fenómenos como la clarividencia, la retrocognición o la sincronicidad pueden tener también una explicación natural bajo ese novedoso enfoque teórico.

Pero ¿realmente hay evidencias de que nuestro cerebro posee facultades extrasensoriales? ¿existe una energía psíquica capaz de ejercer una acción sobre la materia?... Recientemente se han cumplido 130 años desde que comenzara lo que por entonces se conoció como la investigación metapsíquica, precursora de la Parapsicología. Numerosos médiums de la época fueron sometidos a minuciosos exámenes por destacados científicos como William Crookes, premio Nobel de Física, o Charles Richet, premio Nobel de Medicina. Aquellos ilustres pioneros reconocieron la realidad de los fenómenos extraordinarios y determinaron que tenían un origen psíquico. Apoyado en la teoría del "inconsciente", el filósofo Frederic W.H.Myers elabora en 1895 la hipótesis del "Yo-subliminal", un nivel psíquico en el que pueden conectarse diversas mentes, explicando así los fenómenos telepáticos. Pero la investigación de los fenómenos PSI no alcanzó un valor verdaderamente experimental y científico hasta la década de los treinta, cuando el biólogo y matemático Joseph B. Rhine aplica el método estadístico para medir las capacidades psíquicas de algunos sujetos, englobadas bajo los nuevos términos de "Percepción Extrasensorial" (ESP) y "Psicokinesis" (PK). Desde entonces, la Parapsicología -que logró el esperado reconocimiento científico en 1969- ha ido avanzando, aunque lentamente y sorteando muchos obstáculos, en el conocimiento de las facultades latentes de nuestra mente. No obstante, seguimos sin aclarar si esa supuesta energía, llamada "telergia", que produce los fenómenos paranormales tiene su sede funcional en alguna región concreta de nuestro cerebro. Unos consideran que el lóbulo temporal está implicado en la fenomenología paranormal (Michael Persinger, 1989). Otros, en cambio, suponen que es el tálamo, como por ejemplo el equipo de investigación "Hipergea" de Barcelona. En 1985 intentó ofrecer una respuesta: "El oxígeno de las neuronas talámicas del cerebro es el factor desencadenante de la fenomenología paranormal". Una conclusión que no ha podido ser confirmada y que deja sin explicar aquellos fenómenos PSI que trascienden los límites temporales y espaciales. Hace ya varias décadas que el propio Dr. Rhine mantenía sus dudas a este respecto, sosteniendo que el factor PSI no es de naturaleza física.
En su excelente libro "El Nuevo Mundo de la Mente" (1953) el padre de la Parapsicología Científica manifestaba: "En alguna parte del organismo debe haber incluso lo que en cierto sentido podría llamarse una localización, un lugar más identificado con psi que cualquier otro. Eso no quiere decir que tenga que existir un órgano receptor específico o una zona determinada del cerebro". De todas formas, la idea de una "transferencia de energía" está quedando relegada desde que irrumpió la teoría holográfica de Pribam y Bohm. Esta última propone que "el cerebro es un holograma que percibe y participa en un universo holográfico". Por tanto, si en el "nivel implicado" todas las cosas y acontecimientos están interconectados, no hace falta que recurramos a modelos explicatorios basados en campos energéticos para explicar los fenómenos ESP y PK. Aquí cabría hablar más bien de "unidades de información".

Sin duda, el estudio de los fenómenos paranormales está contribuyendo a ahondar en aspectos hasta ahora desconocidos de la mente humana. Es, pues, importante seguir investigando a fondo estas cuestiones, siempre con un espíritu abierto pero a la vez crítico, y conseguir un mayor apoyo multidisciplinar. Y es que, como reconoce el eminente catedrático de Psicología José Luis Pinillos:
"En el fondo, todo este inquietante mundo de la comunicación telepática,
de la percepción extrasensorial y de las premoniciones constituye una advertencia,
una invitación a la humildad para los psicólogos demasiado orgullosos de su ciencia,
y representa también un reto al ingenio humano..."

ULTRACONSCIENCIA

¿Puede expandirse la consciencia hacia niveles superiores de la realidad?... Así lo cree la Psicología Transpersonal, la rama más reciente de la psicología que aborda los fenómenos limítrofes de la consciencia. Su precursor, el psiquiatra checo Stanislav Grof lleva cuarenta años investigando los llamados "estados modificados de consciencia" lo que le llevó a crear un nuevo paradigma sobre la naturaleza de la psique humana, opuesto al modelo cartesiano-newtoniano. El movimiento transpersonal ha tenido en los últimos años una gran acogida por parte de psicólogos, psiquiatras, filósofos, físicos, pensadores y artistas de vanguardia.

Lo "transpersonal", vocablo acuñado por el psicólogo Abraham Maslow en 1969, es, para el psicoanalista Enrique Galán, "intraindividual, pues en el interior de cada cual se agita el cosmos en su conjunto, la "physis" (...) Es un intento de comprender el misterio de la Naturaleza a través del estudio de la psique humana". En ese viaje interior, hacia lo más profundo de uno mismo, se puede vivenciar episodios perinatales, regresiones hacia supuestas vidas pasadas, sintonización con otras consciencias (individual, colectiva, planetaria...), comprensión de los símbolos universales y, en grado último, experimentar una comunión con la nada, con la unidad primordial. Todo un amplio espectro de acontecimientos autotrascendentes que se vuelven inefables...

Pero además, según Grof: "las "experiencias transpersonales" incluyen diversas visiones arquetípicas, secuencias mitológicas, experiencias de influencias divinas o demoníacas, encuentros con seres desprovistos de cuerpo o suprahumanos y la identificación experiencial con la mente universal o el vació supracósmico". Como se puede ver, en estas experiencias cumbre encontramos elementos análogos a los que, en ocasiones, nos describen los médiums, los contactados y los visionarios religiosos, así como aquellas personas que han sufrido una experiencia cercana a la muerte. No obstante, mediante el consumo de sustancias alucinógenas (como el LSD) o empleando técnicas como el trance, la meditación, la privación sensorial, la danza rítmica, la respiración holotrópica, etc. el individuo puede experimentar un "estado no ordinario de consciencia" y penetrar en esas "dimensiones transpersonales de la psique" de las que hablan, con otro lenguaje, los místicos de todas las épocas y culturas. Y es que, ya sea el "éxtasis místico" en el contexto católico, el "nirvana" en el budista, el "satori" en el zen o el "samadhi" en el yoga, la experiencia y el resultado son los mismos: acceder a una esfera supradimensional para fundirse con la "divinidad", con lo "absoluto". Alcanzar esa "Consciencia Cósmica" supone, a su vez, adquirir un conocimiento más profundo de la realidad y una visión holística del universo. El sujeto experimenta asimismo un despertar de su intelecto, un desarrollo de ciertas facultades extraordinarias (relacionadas, preferentemente, con la "percepción extrasensorial" y con la sanación), un mayor sentimiento de amor hacia sus semejantes y un profundo respeto hacia toda forma viviente. No sabemos si esos "destellos de lo infinito" son vislumbrados por la consciencia humana porque somos lo que el especialista Jon Klimo llama "subpersonalidades dentro de una Mente-Cerebro Universal", pero de lo que podemos estar completamente seguros es del profundo y positivo cambio que experimentan aquellos que cruzan el umbral de los "reinos transpersonales".

A MODO DE EPILOGO

En definitiva, la Naturaleza nos ha dotado de un tesoro de incalculable valor. El cerebro, con todos sus misterios, seguirá deparándonos muchas sorpresas en el siglo XXI. Hoy, muchos físicos cuánticos, como Jack Sarfatti y Eugene Wigner, llegan a preguntarse si nuestra consciencia ha creado la realidad del Universo, ya que su papel es crucial en el mundo de las partículas elementales, como se deduce del "Principio Indeterminista". La nueva física ha reconocido finalmente la importancia que tiene la psique en los fenómenos subatómicos. Ello ha contribuido a que algunos físicos vanguardistas se interesen por conocer cuáles son los puntos de conexión entre la física y el misticismo, e incluso decidan introducirse en el terreno (aún "maldito" para ciertas mentes atrofiadas) de la parapsicología, como es el caso del premio Nobel de física Brian Josephson, que aplica las leyes cuánticas a la explicación de los fenómenos PSI.
"La física, el brillante ejemplo de la ciencia pura y dura, que siempre se ha tenido como un modelo para las demás, está ahora trascendiendo la visión del mundo mecanicista y reduccionista.
Nos está conduciendo a una visión orgánica, holística y ecológica similar a la de los místicos, las personas psíquicas y las que tienen experiencias transpersonales espontáneas".
Fritjof Capra

Fuentes:

 
con la tecnología de

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lunes, 25 de octubre de 2010

Mu-Shin: no-mente o pensar sin pensar

Hacer un trabajo que tiene que llevarse a cabo una y otra vez nos ayuda
a reconocer los ciclos naturales de crecimiento y destrucción, de
nacimiento y muerte, y así estar al tanto del orden dinámico del
universo. El trabajo "ordinario", tal y como lo indica la raíz del significado
de la palabra, es trabajo que está en armonía con el orden que
percibirnos en el medio ambiente natural.
Fritjof Capra


En el mundo occidental somos a menudo víctimas de traducciones erróneas. Estas traducciones incorrectas surgen de la falta de habilidad para “importar” directamente conceptos orientales y del lenguaje del que disponemos para describirlos en nuestras culturas occidentales.
Mu-Shin No Shin, llamado “mente del no-pensamiento” es justo una de estas traducciones sin sentido que flota alrededor del Zen y las artes marciales. De hecho la palabra japonesa Zen es una traducción de la china Chan, la cual es en si misma una traslación del sánscrito Dhyana, que significa un estado en el cual está suspendido el trabajo mental analítico o discriminatorio, permitiendo emerger otros tipos de estados mentales. Este no-discriminativo estado, ha sido definido en japonés como Mu-Shin y traducido al chino como Wushin, originario del sánscrito Acitta, que implica una forma de dejar llevar el pensamiento dirigido. Literalmente (aunque no adecuadamente) se ha traducido después Mushin como: “no pensamiento”. Desafortunadamente para aquellos que sólo manejan esta traducción, la conclusión final sería: “no existe ningún pensamiento”. Sin embargo esto está lejos del concepto original.
Un problema surge del hecho de que en: sánscrito, tibetano, chino y japonés, existen diferentes palabras para las distintas funciones de la mente, donde para nosotros no existe más que una:”pensar”.
Shin en japonés es la traducción del sánscrito Citta o del tibetano Kyisem, que implica una clase de unión de intelecto y emoción, a veces traducida como: “corazón-mente. Por lo tanto: A-Citta o Mu-Shin significa: “ausencia de juicios emocionales basados en la atracción o aversión”. Es decir: no hacer elecciones basadas en emocionales aceptaciones o rechazos. Esto se encuentra ya lejos de la pobre traducción de “No pensamiento”. Mu-Shin significa no dejarse llevar por pensamientos preconcebidos, juicios, esperanzas o miedos que pueden alejarnos de una respuesta adecuada durante cualquier tipo de actividad, tanto a nivel corporal como intelectual.

Mushin quiere decir "no-pensamiento", "inconscientemente", "pensar sin pensar", "no pensar". Mushin es básicamente pensar sin pensar, actuar sin conciencia, volver nuestros actos conscientes en actos instintivos. Es la esencia del Zen. Durante la vida cotidiana, si hacéis o queréis algo conscientemente no sois mushin. Si lo hacéis con el pensamiento, no es Zen. Esta es la razón por la que el entrenamiento y la práctica con los músculos y con el cuerpo es tan importante. También para hablar es importante. La mayoría de las personas hablan después de que el cerebro haya dado la orden. Si sois mushin o hishiryo, podréis hacerlo inconscientemente, sin pensamiento.

"La mente debe estar en estado de estar fluyendo porque cuando se detiene en cualquier parte,
eso significa que el flujo se ha interrumpido
y esa interrupción es nociva para el bienestar de la mente."

Por ejemplo, un profesor debe pensar antes de responder cuando le hacéis una pregunta. Pero el monje Zen responde sin pensar, inconscientemente. Por eso el mondo Zen es tan importante. Yo pienso, desde luego, en vuestra pregunta, pero respondo inconscientemente. Esto no es posible en la educación moderna, por eso la educación Zen es tan importante. Lo mismo sucede con la acción. Primero piensa el cerebro, después se actúa. Esto no es mushin. Mushin quiere decir que es el cuerpo el que piensa.

El estado de no mente

¿Existe el estado de no-mente? Si, existe y es conocido. Hay muchas formas de describirlo. A veces es descrito como estar “en el flujo”, o en “piloto automático”. Entre los atletas se conoce como estar “en la Zona”. En japonés se llama “mushin”, que se traduce literalmente como “No mente”.
Este estado mental se puede describir como el sentirse separado del acto que se ejecuta. Ningún pensamiento interfiere con la acción que se ejecuta ya que esta es inconsciente y por lo tanto desinhibida. Cuando logras este estado, tu mente se puede mover de una actividad a la otra de la misma forma como fluye una corriente de agua.


¿Te has preguntado alguna vez en qué piensa un corredor de maratón en esas horas en que corre y corre? ¿En su familia? ¿En el premio? No. No piensa en nada. Su mente está vacía. En esos momentos es sólo músculos, nada de mente. Su cuerpo adquiere la capacidad de moverse en forma automática mientras que su mente está vacía, en Meditación, pero completamente alerta. Ese es el estado de no-mente. El maratonista etíope Abebe Bikila, ganador de varias maratones olímpicas, era un maestro en entrar en esta especie de trance, al extremo que sus carreras la hacía corriendo a pié desnudo, en una demostración extrema del poder que tiene el espíritu sobre el cuerpo.
El flujo es un estado óptimo de energía y conciencia que hace sentirse a las personas felizmente unificadas con la actividad que están realizando. El futbolista Pelé explicó así tan singular estado: "Es como si tuviera una extraña calma… una clase de euforia. Entonces sentía que podía estar todo el día corriendo sin cansarme y que podría driblar a cualquier jugador del equipo contrario y casi pasar a través de ellos". Por su parte, el piloto de autos Fórmula Uno, Ayrton Senna narró así una experiencia de flujo en el Grand Prix de Mónaco: “Me lancé y así seguí. Súbitamente iba más rápido, superando a los otros pilotos, incluido mi compañero de equipo. De alguna manera me di cuenta de que ya no iba manejando el carro conscientemente. Lo manejaba por instinto, sólo que en otra dimensión. Era como si me estuviera desplazando por una especie de túnel”. Muchos atletas se refieren al estado de flujo como “estar en la zona” y algunos maratonistas hablan de una elevación repentina de energía (runner’s high) que les invade durante una carrera permitiéndoles superar el dolor y el cansancio.
El estado de flujo no se refiere solamente a competencias deportivas. No existe actividad humana que no se vea beneficiada por su presencia. Virtuosos de la música, científicos eminentes y artistas de primerísimo nivel se caracterizan por entrar a voluntad en ese agraciado estado y sin embargo todas las personas pueden alcanzarlo.

"Uno de los propósitos de la meditación
y de ciertas maneras de actuar en las artes marciales (Karate, Kendo, Kyudo, etc...)
es el de cultivar la habilidad para suspender el pensamiento mecánico, analítico y discriminatorio, favoreciendo al mismo tiempo la percepción no discriminativa de calidad reflexiva,
a través de la cual se define la actuación
y los resultados elaborados en una simple experiencia de percepción."

Mushin se refiere a la mente no atada por ideas ni sentimientos y que por lo tanto se mantiene totalmente abierta a la vivencia. En las artes marciales el estado de mushin es muy usado ya que los movimientos son tan rápidos y certeros que es imposible que la mente los siga y dirija. La habilidad técnica en el combate no vale nada si no está acompañada de una tranquilidad interior, de un espíritu constantemente alerta. Sólo cuando un guerrero se libra de miedos y rencores, cuando trasciende su ego y sus apegos, es capaz de actuar y responder sin vacilaciones ante cualquier oponente. El guerrero ya no se detiene en pensamientos sobre lo que ha de hacerse. Sus respuestas son instantáneas y guiadas por una intuición superior. El maestro de zen Taken Sōhō afirma: “Es la falta de flujo lo que daña. Para un guerrero dejar de fluir equivale a morir. El espadachín que combate no debe pensar en sí mismo ni siquiera en su adversario. Simplemente debe fluir siguiendo su subconsciente”. El guerrero actúa en forma instintiva, sin pensar, con su mente totalmente en blanco pero también totalmente consciente. En esas condiciones, se es capaz de anticiparse a los movimientos del contrario y responder o atacar de manera veloz e imprevista. 
Una característica del estado de no-mente es que mientras el cuerpo se mueve y la mente está vacía, el desgaste de energía es mínimo. Eso explica que un atleta dure horas manteniendo un esfuerzo sobrehumano como en una carrera de maratón, o sea capaz de ejecutar un estallido de energía instantáneo, como en el caso de un levantador de pesas profesional.


Entender este estado de mente es sencillo y también no es difícil el lograrlo con la adecuada práctica. Sin embargo, debes ejercitarlo hasta lograr la habilidad de hacer algo sin esfuerzo consciente, hasta que tus reacciones sean automáticas. Personalmente, lo he logrado hasta el extremo que puedo mantener largas horas de conducción, por 2.000 kms. en largos viajes sin experimentar cansancio, apelando a esta técnica mental. La mente está vacía mientras conduzco, pero totalmente consciente, así que la posibilidad de accidentes es mínima porque no se anula la capacidad de reacción; simplemente, se baja el switch del pensamiento, nada más.
Es un estado muy cercano a la Meditación, salvo que en zazen el cuerpo está inmóvil, en posición sentada. Pero el cómo funciona la mente en ambos casos, es muy similar. Sin duda de todos los ámbitos en los que nos podemos entrenar, la meditación es la que más nos desarrollará en este sentido, sin embargo debemos desarrollarnos como persona en todos los ámbitos para poder llegar a estos estados.
La meditación es el arte o la técnica de entrenar la mente. La mente se entrena y después es mas fácil tener control sobre uno mismo. En la meditación uno entrena la mente para apaciguar el flujo descontrolado de los pensamientos, de las ideas y de las emociones, no se trata de ejercitar un control si no mas bien de poner la mente en blanco, dejando que el flujo de pensamientos poco a poco disminuya: sin juzgar, sin desear, sin rechazar.

Si comprendéis esto podréis comprender el Zen. La mayoría de las historias Zen tratan de mushin. La sabiduría no es lo mismo que el conocimiento intelectual. En la vida cotidiana la mayoría de las personas, cuando conversan responden después de pensar. Las personas verdaderamente inteligentes utilizan la sabiduría y no piensan. Hablan y responden por intuición. El conocimiento no es lo mismo que la sabiduría. Gracias al zazen se puede comprender cómo hablar inconscientemente. Nuestro cerebro superficial descansa durante el zazen y nuestro cerebro interno se desarrolla y capta la actividad. En el mondo, mis respuestas surgen del cerebro interno. La actividad proviene del cerebro interior. Mi cerebro interno os responde inconscientemente, mushin. Un mondo Zen no es lo mismo que un examen oral en la universidad. Hablar con conocimientos no es hablar con sabiduría. Si practicáis el zazen durante toda vuestra vida, al final podréis obtener esta sabiduría inconscientemente. Sabiduría, no saber. Por ejemplo, cuando voy a dar una conferencia debo preparar lo que quiero decir. Primero un poco de saber... y un poco de sabiduría. Pero desde el momento en que me encuentro frente a la sala, comienzo a hablar inconscientemente y casi nunca sigo lo que he preparado. Miro las caras y veo si tengo que cambiar la conferencia. En ese momento ya no hay ningún plan, todo surge del inconsciente e impresiona a los demás. Esto es teisho. La filosofía del budismo y del Zen no son solamente datos de conocimiento.

"El estado de mushin consiste en permanecer con la mente en blanco
sin anular las capacidades de percepción; en no pensar, de ahí su nombre.
Uno no se desconecta del mundo ni de la realidad circundante;
simplemente la percibe pero no la intelectualiza, no la juzga.
Pasa por delante de nosotros pero no la cuestionamos, no nos damos por enterados.
Es un estado parecido a la indiferencia, pero en estado consciente."

Con las artes marciales pasa lo mismo. ¿Cómo debo actuar? Si reflexiono sobre cada gesto, la acción eficaz es imposible. Por eso es necesario ser mushin, porque el cuerpo debe actuar sin pensar. Esta es la razón por la que la práctica del zazen es tan útil para las artes marciales. Si se reflexiona demasiado, el adversario será más rápido.

Dada la dificultad de alcanzar este estado o mejor dicho de aspirar a este estado, la mente ha de ser entrenada, del mismo modo que en las Artes Marciales también el entrenamiento y la práctica con los músculos y con el cuerpo son importantes. Cuando los maestros hablan del concepto mushin, hablan de la reflexión perfecta y precisa de todo. Mushin, significa corazón vacío, espíritu vacío, muy importante en las artes marciales. Mushin es la ausencia total de pensamiento oratorio; un estado en el que el ego se olvida y el individuo se encuentra libre para su desempeño sin tener que preocuparse por las nociones dualísticas del bien o del mal, del éxito o del fracaso. Mushin es la esencia de las artes marciales Zen. Cuando el arte del tiro con arco se practica en un estado de "no-pensamiento", lo que significa una ausencia de toda conciencia del ego, el arquero se encuentra libre de inhibiciones al poner la flecha en su arco, tirar de éste, dejar que sus ojos se posen en el blanco, y al momento en que el ajuste sea el correcto, dejar ir a la flecha.


"En las artes marciales, se enseña que el mejor lugar para la mente, "Aqui y Ahora"
es “no estar en ninguna parte”, el llamado Mushin.
El punto del Mushin es tener la mente en blanco
para que el "guerrero" se encuentre en un estado de "apertura".
Esto le permite reaccionar y no preocuparse por lo que puede ocurrir mientras actúa".

En este sentido, el secreto de las artes marciales consiste en aprender a dirigir el espíritu. Durante el combate, el espíritu no debe estar influenciado por ningún movimiento del adversario, por ninguna acción de su cuerpo ni de su mente. El espíritu siempre tiene que moverse libremente. Se debe estar completa y constantemente concentrado. En la vida diaria sucede lo mismo. Como dijo el monje Zen Takuan: "El verdadero espíritu es como el agua y el espíritu incierto es como el hielo", es decir, cuando el espíritu se posa sobre algo, como el hielo sobre una rama, estamos bloqueados e indefensos, cuando (el espíritu) es como el agua, miles son las posibilidades y las vías a seguir. Nunca debemos distraernos en la práctica del Zen, y, mucho menos, durante la práctica de las artes marciales. Hay que practicarlos (ambos) a fondo, concentrándonos, esforzándonos al máximo. No hay que guardar una parte de energía como reserva. Concentrarse significa expresarla (la energía), descargarla totalmente.


Si durante un combate te ahorras, no podrás ganar. Es un secreto de las artes marciales y de cada acción en nuestra vida. Con la práctica del Zen se llega a una dimensión en la que los eventos parecen estar lejanos y parecen tomas en cámara lenta. En el combate afloran los instintos más ancestrales, la parte más profunda de nuestro ser, y el Zen, con la meditación, permite al subconsciente emerger. De esta forma nos conectamos con nosotros mismos y entramos enseguida en sintonía con nuestro propio espíritu, luego con el Universo y, en consecuencia, con cualquier situación.

Fuentes:

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Según Platón, el conocimiento es un subconjunto de lo que forma parte a la vez de la verdad y de la creencia.
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