lunes, 29 de diciembre de 2008

Frithjof Schuon

"Para ser feliz, el hombre debe tener un centro;
ahora bien, este centro es ante todo la certeza del Uno.
La mayor calamidad es la pérdida del centro y el abandono del alma a los caprichos de la periferia.
Ser hombre es estar en el centro; es ser centro".

Frithjof Schuon


Frithjof Schuon nace en Basilea (Suiza) el 18 de junio de 1907, de familia católica sus padres eran de origen germánico y alsaciano. En su juventud se establece en París donde vivió, estudió y trabajo ejerciendo su oficio de diseñador textil durante algunos años.

Frithjof Schuon pintor y poeta de temperamento místico y gnóstico, gran conocedor de la obra de Platón. Sus ansias de saber, hace que también se impregne del Vêdânta siendo un gran conocedor de esta filosofía y un experto en la corriente metafísica de Shankara, su interés por todo lo que este relacionado con la espiritualidad lo lleva a estudiar en profundidad todas las religiones, entre ellas el cristianismo y el Islam. El tema dominante de sus trabajos fue marcado en su temprano encuentro con un Shaykh sufi, un líder espiritual del África musulmana, que había acompañado a algunos miembros de su pueblo senegalés a Suiza para mostrar su cultura. Cuando el joven Schuon habló con él, el anciano dibujó un círculo con radios en el suelo y explicó: "Allah está en el centro, todos los caminos llevan a Él."

Interesado e influenciado por la filosofía perenne que había empezó a ser enunciada en 1920 por el francés René Guénon, el orientalista de Harvard Anada Coomaraswamy el historiador de arte de origen suizo, Titus Burckhardt también compartían este punto de vista. Esta doctrina es esencialmente conocida con el nombre de Sanatana Dharma -la "religión eterna"- del Vedanta. Se decía que fue formulada en la antigua Grecia, en particular por Platón, y luego por neoplatonistas, y en la Cristiandad por Meister Eckharty Gregorio Palamas, y que también se encuentra en el Islam en la forma de Sufismo. Sostiene que cada religión tiene, además de su significado literal, una dimensión esotérica, que es esencial, primordial y universal. Esta universalidad intelectual fue uno de los puntos de los trabajos de Schuon.

Escribía Frithjof Schuon: " -Conócete a ti mismo-, decía la inscripción del templo de Delfos; es también lo que expresa este hadîh: -Quien conoce su alma, conoce a su Señor-; e igualmente el Veda: -Tú eres Esto-; a saber, Atmâ, el Sí a la vez trascendente e inmanente, el cual se proyecta en miríadas de subjetividades relativas, que están sometidas a ciclos, así como a localizaciones, y que se extienden desde la más pequeña flor hasta esa manifestación divina directa que es el Avatâra".

En su encuentro con los trabajos del metafísico francés René Guénon que se había convertido al Islam en 1912 con el nombre Abdel Wahid Yahia. René Guénon a través de su obra, construyo un puente entre Oriente y Occidente que sin duda alguna ha marcado el siglo XX. Influenciado por estos escritos el joven Shuon aprendió todo lo relacionado con la vida y las enseñanzas del Profeta Muhammad (s.a.s) y el Islam.

Con un gran deseo en su corazón de conocer y contactar con autoridades espirituales de su tiempo y encontrarse con otras culturas tradicionales, decide emprender un largo viaje por África del Norte, Cercano Oriente e India.

En 1932 viaja a Mostagán (Argelia) , donde es recibido en la Tarîqah del célebre Shaykh Ahmad al-Alawî, aquí estudiara durante tres años el Islam y el Sufismo. En su encuentro con el sufismo real Schuon proclamara, "El sufí, a semejanza del Profeta, no quiere ni “ser Allah” ni ser “otro que Allah”,

Después del fallecimiento del Shaykh Ahmad al-Alaw y través de su sucesor Sheikh Adda con el que continuo la Silsilah de la Tarîqah, Schuon será nombrado "moqaddem" (representante) del Shaykh, con el nombre de Sheikh Issa Nureddin Ahmad al-Shadhili al-Darqawi al-Alawi al-Maryami,. con el tiempo se convertirá en Shaykh maestro espiritual de una Tarîqah con discípulos en muchos paises de Europa y en Estados Unidos de América.

Con la cortesía (Adab) debida entre musulmanes y que caracteriza a los sabios del Islam dirá el Sheikh Khaled Bertounes de Frithjof Schuon:

"Más bien veo en Frithjof Schuon un hombre de calidad, dotado de un gran conocimiento que sus escritos atestiguan. A mi entender, ha contribuido a dar a conocer la gran riqueza de la tradición islámica sufí al mundo occidental. Por eso mismo, ha ayudado a mucha gente, por medio de su escuela de pensamiento, a descubrir esta tradición universal".

Frithjof Schuon viaja a Egipto en 1938 y 1939 para conocer personalmente a René Guénon que vivía muy discretamente con su familia en una casa situada en el faubourgde Doki a las afueras de El Cairo. Frithjof Schuon había mantenido con René Guénon una relación en la distancia mediante correspondencia durante veinte años. Con el encuentro personal de estas dos grandes almas se estrecha la amistad y la admiración que Schuon tenia por René Guénon al comprobar en persona las grandes virtudes que tenia y la sinceridad que derrochaba en cada uno de los actos de su vida. Es sabido que Guénon recibía una gran cantidad de correspondencia desde todos los lugares del mundo, y se había impuesto como un deber contestar a todos los que le escribían y para lograrlo pasaba veladas y noches enteras sin dormir.

Frithjof Schuon escribe: "La primera de las virtudes es la veracidad, pues sin la verdad no podemos hacer nada. La segunda virtud es la sinceridad, que consiste en extraer las consecuencias de lo que sabemos que es verdad, y que implica a todas las otras virtudes; puesto que no basta reconocer la verdad objetivamente, en el pensamiento, sino que también hay que asumirla subjetivamente, en los actos, ya sean exteriores o interiores. La verdad excluye a las despreocupación y a la hipocresía tanto como al error y a la mentira.

Sin virtud no hay camino, cualquiera que pueda ser el valor de nuestros medios espirituales; la virtud es directamente la sinceridad, e indirectamente la veracidad. La virtud no es un mérito en sí misma, sino que es un don; pero sin embargo es un mérito en la medida en que nos esforzamos hacia ella".

En 1939, Frithjof Schuon deja Egipto y emprende un largo viaje a la India. Poco después de su llegada a la India, comenzó la Segunda Guerra Mundial, lo que lo forzó a volver a Europa, donde comenzó a escribir todas sus vivencias en oriente.

Y aunque el mundo se rompiera en pedazos,
Tu eres lo que me quedaría.
Yo no sé qué es el mundo, qué soy yo.
Sólo se que amo.

Ya en Europa sirvio en la armada francesa siendo capturado por los alemanes. Al terminar la Segunda Guerra Mundial, aceptó una invitación para viajar al Oeste de América del Norte, donde vivió varios meses junto a los indios de las llanuras, en los cuales siempre tuvo un profundo interés.

Realizara con el tiempo varios viajes mas a América del Norte, viajara también por diversos países de Europa y Marruecos.

En Europa, buscó refugio en Suiza , que le dio nacionalidad y fue su hogar por cuarenta años residiendo en Lausanne. Habiendo recibido su educación en Francia, Schuon redactó en francés la mayor parte de sus obras, que comenzaron a aparecer en traducciones al ingles en 1953. Su extensa obra poética fue escrita en alemán, su lengua materna, y traducida al francés bajo su supervisión; algunos de sus poemas tardíos fueron escritos en inglés. Fue también colaborador regular de publicaciones sobre religiones comparadas en Europa y América. Sus escritos han aparecido en muchas publicaciones sobre filosofía y erudición.

Actualmente la única edición uniforme de sus obras completas es la existente en español (esto incluye toda la prosa y buena parte de la obra poética, que sigue en preparación). En 1980, Schuon y su esposa emigraron a los Estados Unidos de América, donde siguió escribiendo hasta su muerte en 1998.

"La vida no es, como creen los niños y los mundanos, una suerte de espacio lleno de posibilidades que se ofrecen a nuestro capricho; es un camino que se va estrechando desde el momento presente hasta la muerte. Al final de este camino está la muerte y el encuentro con Dios, y después la eternidad. Ahora bien, todas estas cualidades están ya presentes en la oración, en la actualidad intemporal de la Presencia divina. "

La influencia de los escritos de Frithjof Schuon, su autoridad para los buscadores del conocimiento espiritual en occidente, son innegables. Estuvo en el origen de la entrada en el Islam y de la relación con el Sufismo de un número importante de intelectuales occidentales. Su obra escrita cuenta con más de veinte libros traducidos a numerosas lenguas y constituye una verdadera suma metafísica y espiritual sin equivalente en el siglo XX. En ella desarrolla y explicita ampliamente el tema de la "Unidad trascendente de las Religiones" y de la necesaria comprensión "esotérica" de éstas como antídoto contra el nihilismo contemporáneo. Su obra pictórica y poética, menos conocida, muestra toda la riqueza de su asombrosa personalidad.


Bibliografía

Verdadera suma metafísica, obra maestra de equilibrio y de matices, la obra escrita de Frithjof Schuon es la expresión misma de la potencia de su genio didáctico. Por su objetividad y rigor, es una respuesta a los interrogantes del hombre actual, que se encuentra hoy desarmado ante las certidumbres dominantes de la ciencia y ante el nihilismo del ambiente. Schuon, sin embargo, no fue un metafísico libresco, como tantos otros, sino ante todo un hombre de oración inspirado, un verdadero sabio, y, por decirlo con la expresión que él utilizó respecto a Guénon, un "gnóstico nato", que tenderá a "encarnar su arquetipo" plenamente actualizando toda su riqueza interior.

Jean-Baptiste Aymard

* De la unidad transcendente de las Religiones (1948) * El Ojo del Corazón (1950)
* Perspectivas espirituales y hechos humanos (1953)
* Senderos de Gnosis (1957)
* Castas y Razas (1957)
* Las estaciones de la Sabiduría (1958)
* Imágenes del Espíritu (1961)
* Comprender el Islam (1961)
* Miradas sobre los mundos antiguos (1965)
* Lógica y Trascendencia (1970)
* Forma y substancia en las religiones (1975)
* El esoterismo como principio y como vía (1978)
* El Sufismo, velo y quintaesencia (1980)
* Cristianismo-Islam, visiones de ecumenismo esotérico (1981)
* De lo Divino a lo humano (1981)
* Sobre las huellas de la Religión perenne (1982)
* Acercamiento al fenómeno religioso (1984)
* Resumen de metafísica integral (1985)
* Tener un centro (1988)
* Raíces de la condición humana (1990)
* Las Perlas del peregrino (1990)
* El juego de Máscaras (1992)
* La transfiguración del hombre (1995)
* Tesoros del Budismo (1997)




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