domingo, 23 de septiembre de 2007

Las citas: 91 a 120

No. 91.
"- ¿A quien le importa la tristeza? - dijo -. Piensa sólo en los misterios; el misterio es lo único que importa. Somos seres vivientes; tenemos que morir y renunciar a nuestra conciencia. Pero, si pudieramos cambiar tan sólo un matiz, un hilo de eso, ¡qué misterios deben aguardarnos! ¡Qué misterios!

No. 92.
"Un guerrero es alguien que busca la libertad, la tristeza no es libertad. Tenemos que quitárnosla de encima."

No. 93.
"(...) La mejor manera de deshacerse de la melancolía es reirse de ella."

No. 94.
"(...) Cuando no se tiene nada que perder se adquiere coraje. Somos temerosos únicamente en la medida en que tengamos algo a que aferrarnos."

No. 95.
"Lo que nos hace desdichados es la necesidad. Pero si aprendemos a reducir a nada nuestras necesidades, la cosa más pequeña será un verdadero regalo. Ten paz (...)"

No. 96.
"Al repasar su vida, cobró conciencia de que la única vez que no fue pobre ni tuvo necesidades concretas fue durante los años pasados con el nagual. Y supo entonces que la pobreza es un estado de ser y que lo había reclamado cuando sus necesidades concretas lo abrumaron."

No. 97.
"Una vez que hubo desaparecido el desapego, que era lo que le daba el poder de amar, sólo le quedaron las necesidades mundanas: la miseria y la desesperación, rasgos distintivos del mundo cotidiano.

"No. 98.
"-¿Que mas puede tener un hombre aparte de su vida y su muerte?"

No. 99.
"- La sola idea de desapegarme de todo lo que conozco me da escalofríos - dije.
¡Has de estar bromeando! Lo que debería darte escalofríos es no tener nada más que esperar que una vida de hacer lo que siempre has hecho. Piensa en el hombre que planta maíz año tras año hasta que está demasiado viejo y cansado para levantarse y se queda echado como perro viejo. Sus pensamientos y sentimientos, lo mejor que tiene, vagan sin ton ni son y se fijan en lo único que ha hecho: plantar maíz. Para mí, ese es el desperdicio más aterrrador que existe."

No. 100.
"Ya me dí al poder que a mi destino rige.
No me agarro ya de nada, para así no tener nada que defender.
No tengo pensamientos, para así poder ver.
No temo ya a nada, para así poder acordarme de mi (...)"

No. 101.
"Empezó por dejar en claro que para él todas las ruinas arqueológicas de México, especialmente las pirámides, eran dañinas para el hombre moderno. Describió las pirámides como desconocidas de pensamiento y acción. Dijo que cada parte, cada diseño representaba un esfuerzo calculado para registrar aspectos de atención absolutamente ajenos a nosotros. Para don Juan no eran solamente las ruinas de antiguas culturas las que contenían un elemento peligroso en ellas; todo lo que era objeto de preocupación obsesiva tenía un potencial dañino."

No. 102.
"¿De qué les sirve tener cuarzos bellamente pulidos si jamás encuentran el espíritu dador de poder? (...)"

No. 103.
"(...) quiero saber todo lo que pueda acerca de objetos de poder. Usted mismo ha dicho que saber es poder.
¡No! - dijo categórico -. El poder depende de la clase de saber que se tenga. ¿De que sirve saber cosas que no valen la pena?"

No. 104.
"(...) El los había ayudado a todos impecablemente; por lo tanto, su espíritu estaba libre de tribulaciones y su mente libre de especulaciones inútiles (...)"

No. 105.
"(...) Negarte es una entrega, y no recomiendo ninguna cosa por el estilo. Ese es el motivo de que te deje hacer todas las preguntas que quieres. Si te forzara a parar de preguntar, podrías torcer tu voluntad tratando de obedecer. Entregarse a la negación es el peor de todos los modos de entrega; nos fuerza a creer que estamos haciendo cosas buenas, cuando en efecto sólo estamos fijos dentro de nosotros mismos (...)"

No. 106.
"Ser ermitaño es una entrega (...) Un ermitaño no está desapegado, pues se abandona voluntariamente a ser ermitaño."

No. 107.
"Mientras caminábamos, don Juan me dijo que quería advertirme nuevamenteque, en el camino del guerrero es muy fácil perderse en complejidades. Dijo que los videntes se enfrentan a grandes enemigos que pueden destruir sus propósitos, enturbiar sus objetivos y debilitarlos, enemigos creados por el mismo conocimiento que los guerreros buscan, aunado al sentido de la indolencia, imprudencia e importancia personal que son partes integrales del mundo cotidiano."

No. 108.
"(...) Dijo que los hombres eran criaturas muy frágiles, y se hacían aún más frágiles a través de su vicio de entregarse a todo (...)"

No. 109.
"(...) Somos tantos los que sufrimos, los que tenemos nuestro infierno privado y particular, nacido de nuestra estupidez, que el espíritu no puede prestarnos atención."

No. 110.
" - Claro que tenemos un lado oscuro (...) Matamos por capricho, ¿no es cierto? Quemamos a la gente en el nombre de Dios. Nos destruimos a nosotros mismos; aniquilamos la vida en este planeta; destruimos la tierra. Y luego nos ponemos un hábito y el Señor nos habla directamente.
¿Y qué nos dice el Señor? Nos dice que si no nos comportamos bien nos va a castigar. El Señor lleva siglos amenazándonos sin que las cosas cambien. Y no porque exista el mal, sino porque somos estúpidos. El hombre sí que tiene un lado oscuro, que se llama estupidez."

No. 111.
"Un hombre va al saber como a la guerra: bien despierto, con miedo, con respeto y con absoluta confianza. Ir de cualquier otra forma al saber o la guerra es un error, y quien lo cometa vivirá para lamentar sus pasos.
Le pregunté por que era así, dijo que, cuando un hombre ha cumplido estos cuatro requisitos, no hay errores por los que deba rendir cuentas; en tales condiciones sus actos pierden la torpeza de las acciones de un tonto. Si tal hombre fracasa, o sufre una derrota, sólo habrá perdido una batalla, y eso no provocará deploraciones lastimosas."

No. 112.
"(...) Le recordé que una vez me había dicho que la guerra era el estado natural de todo brujo, que la paz era una anomalía.
Es cierto - admitió -. Pero la guerra, para un brujo, no significa actos de estupidez individual o colectiva ni una violencia absurda. La guerra para el brujo es la lucha total contra ese yo individual que ha privado al hombre de su poder."

No. 113.
" Estoy haciendo lo posible.
No. No estoy de acuerdo. Nada más dices esto porque te suena bien, de hecho, has estado diciendo lo mismo acerca de todo cuento haces. Llevas años haciendo lo posible, sin que sirva de nada. Hay que hacer algo para remediar eso."

No. 114.
"(...) Convertirse en guerrero impecable tarda años. Para poder resistir el impacto (...) debes ser mejor de lo que eres ahorita."

No. 115.
"He tratado de vivir de acuerdo a sus consejos - dije -. Tal vez no sea yo lo mejor, pero soy lo mejor de mí mismo. ¿Es eso impecabilidad?

- No. Debes ser aún mejor. Debes empujarte siempre más allá de tus límites.
- Pero eso sería una locura, don Juan. Nadie puede hacer eso.
Muchas cosas que haces ahora te habrían parecido una locura hace diez años. Las cosas esas núnca cambiaron, pero sí cambió la idea de tí mismo; lo que antes era imposible es ahora perfectamente posible, y a lo mejor el que logres cambiarte por completo es sólo cuestión de tiempo (...)"

No. 116.
"Todos pasamos por los mismos jalones (...) La única manera de vencerlos es persistir en actuar como guerrero. El resto viene de sí mismo y por sí mismo."

No. 117.
"(...) todos pasamos por las mismas dudas. Nos da miedo volvernos locos, pero la desgracia es que, de a tiro, ya todos nosotros estamos locos."

No. 118.
"(...) te he oído decir que tus padres dañaron tu espíritu. Yo creo que el espíritu del hombre es algo que se daña fácilmente, aunque no con las mismas acciones que tú llamas dañinas. Creo que tus padres sí te dañaron haciéndote indulgente y flojo y dado a quedarte sentado más de la cuenta."

No. 119.
"La pena no encaja con el poder (...)"

No. 120
"(...) El camino del conocimiento se anda a la mala. Para aprender necesitamos que nos echen espuelas. En el camino del conocimiento siempre estamos peleando con algo, evitando algo, preparados para algo; y ese algo es siempre inexplicable, más grande y poderoso que nosotros (...)"


Las citas: 61 a 90

No 61
"Me instó a nombrar un asunto, un elemento de mi vida que hubiera ocupado todos mis pensamientos. Dije que el arte. Siempre quise ser artista y durante años me dedique a ello. Todavía conservaba el doloroso recuerdo de mi fracaso.
-Nunca has aceptado la responsabilidad de estar en este mundo impenetrable -dijo en tono acusador-. Por eso nunca fuiste artista, y quizá nunca seas cazador."

No 62
"-Un guerrero reconoce su dolor pero no se entrega a él -dijo don Juan-. Por eso el sentimiento de un guerrero que entra en lo desconocido no es de tristeza; al contrario, está alegre porque se siente humilde ante su gran fortuna, confiado en la impecabilidad de su espíritu, y sobre todo, completamente al tanto de su eficiencia. La alegría del guerrero le viene de haber aceptado su destino, y de haber calculado de verdad lo que le espera."

No 63
"(...) Entre carcajadas comentó que aún en el estado de conciencia acrecentada yo era un baboso a quien le encantaba la repetición y que periódicamente yo insistía en aburrirlo con mis estallidos de importancia personal. Dijo que si tenía que sucumbir, debía hacerlo luchando, no pidiendo perdón y sintiéndome inútil, y que no importaba un comino lo que fuera nuestro destino siempre que lo enfrentáramos con un abandono total."

No 64
"(...) ¿Por qué tratar de negar o modificar una cosa que no se puede sino aceptar?"

No 65
"Cada uno de nosotros es distinto, y por eso los detalles de nuestras luchas son distintos (...)"

No 66
"(...) Sientes que entregarte a las dudas y a las tribulaciones es la marca de un hombre sensitivo. Bueno, la verdad del asunto es que estás muy lejos de ser eso. ¿Por qué fingir, pues? Ya te dije el otro día: un guerrero se acepta con humildad así como es."

Debes aprender a ponerte adrede al alcance y fuera del alcance -dijo-.Como anda tu vida ahora, estás todo el tiempo al alcance sin saberlo.
Protesté. Sentía que mi vida se hacía cada vez más y más secreta. Él dijo que yo no lo había comprendido, y que ponerse fuera del alcance no significaba ocultarse ni guardar secretos sino ser inaccesible.

- Deja que te lo diga de otro modo - prosiguió, pacientemente-. No tiene caso esconderte si todo el mundo sabe que estás escondido. "Tus problemas de ahora surgen de allí. Cuando estás escondido, todo mundo sabe que estás escondido, y cuando no, te pones en medio del camino para que cualquiera te dé un golpe."

No. 67
"(...) el poder sólo llega tras haber aceptado nuestros destinos sin discusión (...)"

No. 68.
"Don Juan siempre había insistido en que nuestro peor enemigo era la incapacidad para aceptar la realidad de aquello que nos ocurre (...).

No. 69.
"-Tienen que pasarte cosas muy drásticas para que permitas a a tu cuerpo aprovechar lo que has aprendido - dijo.
Aventuré la opinión de que, no siendo indio, carecía de las cualidades básicas para vivir la insólita existencia de un brujo.
- Tal vez, si lograra desprenderme de todos mis compromisos, podría desenvolverme un poco mejor en su mundo - dije -. O si me fuera con usted al desierto, a vivir allí. Como están las cosas, el hecho de tener un pié en cada mundo me hace inútil en ámbos.
Se me quedó mirando un rato.
- Este es tu mundo - dijo, señalando la calle tumultuosa detrás de la ventana -. Eres hombre de ése mundo. Y allá afuera, en ese mundo, está tu campo de caza. No hay manera de escapar al hacer de nuestro mundo, por eso, lo que hace un guerrero es convertir su mundo en su campo de caza. Como cazador, el guerrero sabe que el mundo está hecho para usarse. De modo que lo usa hasta lo último. Un guerrero es como un pirata que no tiene escrúpulos en tomar y usar cualquier cosa que desee, sólo que el guerrero no se aflige ni se ofende cuando lo usan y lo toman a él."

No. 70.
"El caso no es el que tengas que vivir con todo esto. Tú eres todo esto. No estás solamente tolerándolo por lo pronto..."

No. 71
" - Pero usted mismo dice, don Juan, que uno siempre puede fracasar.
- Cierto. Uno siempre puede fracasar. Pero yo creo que tú te refieres a otra cosa. Quieres hallar una salida. Quieres tener la libertad de fracasar y salir corriendo cuando se te dé la gana. Es demasiado tarde para eso. Un guerrero está en las manos del poder y su única libertad es elegir una vida impecable. No hay manera de fingir el triunfo o la derrota (...)"

No. 72
"(...) El refrenamiento es esperar con paciencia, sin prisa, sin angustia; es una sencilla y gozosa retención del pago que tiene que llegar."

No. 73.-
(...) Refrenamiento significa retener con el espíritu algo que el guerrero sabe que justamente debe cumplirse. No significa que el guerrero ande por ahí pensando en hacerle mal a alguien, o planeando cómo vengarse o saldar cuentas. El refrenamiento es algo independiente.
Mientras el guerrero tenga control, disciplina y la habilidad de escoger el momento oportuno, el refrenamiento asegura que recibirá su completo merecido quienquiera que se lo haya ganado."

No. 74.
"(....) Un guerrero sabe que espera y sabe lo que espera, y mientras espera no quiere nada y así cualquier cosita que recibe es más de lo que puede tomar. Si necesita comer halla el modo, porque no tiene hambre; si algo lastima su cuerpo halla el modo de pararlo, porque no siente dolor. Tener hambre o sentir dolor significa que uno se ha entregado y que ya no se es guerrero; las fuerzas de su hambre y su dolor lo destruirán."

No. 75.
"(...) un maestro no presiona a su aprendiz. Eso nada más fomentaría obsesión y morbidez."

No. 76.
"(...) Para lograr éxito en cualquier empresa se debe ir muy despacio, con mucho esfuerzo pero sin tensión ni obsesiones."

No. 77.
"(...) Tu no tienes prisa. Un guerrero nunca está ocioso ni tiene prisa (...)"

No. 78.
" - Tengo todavía tántas cosas pendientes en mi vida - dije. Tantas cosas sin resolver.
Don Juan chasqueó suavemente la lengua.
- Nada está pendiente en el mundo - dijo. Nada está terminado, pero nada está sin resolver. Duérmete."

No. 79.
"El mundo se ajusta a sí mismo (...)"

No. 80.
"(...) Descansa, olvídate de tí mismo, no tengas miedo a nada. Sólo entonces los poderes que nos guían nos abren el camino y nos auxilian. Sólo entonces."

No. 81.
"Conque temes al vacío de la vida de tu amigo. Pero no hay vacío en la vida de un hombre de conocimiento: te lo digo yo. Todo está lleno hasta el borde.
Don Juan se puso en pie y extendió los brazos como palpando cosas en el aire.
- Todo está lleno hasta el borde - repitió -, y todo es igual. Yo no soy como tu amigo que nada más se hizo viejo. Cuando yo te digo que nada importa, no lo digo como él. Para él, su lucha no valió la pena porque salió derrotado; para mí no hay victoria ni derrota, ni vacío. Todo está lleno hasta el borde y todo es igual y mi lucha valió la pena."

No. 82.
" En Oaxaca, don Juan pasó horas mirando cosas mundanas y triviales: el color desteñido de las paredes, las siluetas de las montañas lejanas, la configuración de las grietas en el cemento de las aceras, las caras de la gente (...)"

No. 83.
" La Gorda se levantó; estaba lista para salir. La llevé a pasear por laciudad. Se veía muy contenta. Iba de lugar en lugar observando todo,deleitando sus ojos en el mundo. Don Juan me había dado esa imágen.Decía que un guerrero sabe que está esperando y también sabe que es loque está esperando, y , mientras espera, deleita sus ojos en el mundo.Para él la máxima hazaña de un guerrero era el gozo (...)"

No. 84.
"(...) para reir necesitamos mirar con los ojos - dijo -, porque sólo cuando miramos las cosas podemos captar el filo gracioso del mundo. En cambio, cuando nuestros ojos VEN, todo es tan igual que nada tiene gracia.
- ¿Quiere usted decir, don Juan, que un hombre que VE nunca puede reir?
Permaneció en silencio un rato.
- Tal vez haya hombres de conocimiento que nunca ríen - dijo -. Pero no conozco ninguno. Los que conozco VEN y también miran, de modo que ríen.
- ¿Lloraría así mismo un hombre de conocimiento?
- Por supuesto. Nuestros ojos miran para que podamos reír o llorar, o regocijarnos, o estar tristes, o estar contentos. A mí personalmente no me gusta estar triste; por eso, cada vez que presencio algo que por lo común me entristecería, simplemente cambio los ojos y lo VEO en lugar de mirarlo. Pero cuando encuentro algo gracioso, miro y me rio."

No. 85.
"(...) Me aseguró que había un tinte de humor malicioso en cada una de sus clasificaciones, porque el humor era la única manera de contrarrestar la compulsión humana de hacer engorrosos inventarios y clasificaciones."

No. 86.
"- Tienes una idea rara de lo que significa hablar en serio - dijo -. Yo río mucho porque me gusta reir, pero todo lo que digo es totalmente en serio, aunque no lo entiendas. ¿Por qué debería ser el mundo sólo como tú crees que és? ¿Quién te dió la autoridad para decir eso?"

No. 87.
"(...) Añadió que el único modo de contrarrestar el devastador efecto del mundo de los brujos era reírse de él."

No. 88.
"(...) los acechadores aprenden a no tomarse en serio: aprenden a reirse de sí mismos. Puesto que no tienen miedo de hacer el papel de tontos, pueden hacer tonto a cualquiera."
No. 89.
" - La vida de un guerrero no puede ser en modo alguno fría y solitaria y sin sentimientos, porque se basa en su afecto, su devoción, su dedicación a su ser amado (...)
(...) - Esta es la predilección de los guerreros - dijo -. Esta tierra, este mundo. Para un guerrero no puede haber un amor más grande (...)
- Sólamente si uno ama esta tierra con pasión inflexible puede uno librarse de la tristeza (...) Un guerrero siempre está alegre porque su amor es inalterable y su ser amado, la tierra, lo abraza y le regala cosas inconcebibles. La tristeza pertenece sólo a esos que odian al mismo ser que les da asilo."

No. 90.
"(...) la importancia personal es la fuerza detrás de todo ataque de melancolía (...) los guerreros tienen derecho a sentir estados de profunda tristeza, pero la tristeza les viene solamente para hacerlos reir."

Las citas: 31 a 60

No. 31
"(...) Una cosa es cierta, no has cuidado tu cuerpo. Estás demasiado gordo. No quise decirte nada antes. Siempre hay que dejar que los otros hagan lo que tienen que hacer. (...)"

No. 32
"Debes estirar tu cuerpo muchas veces durante el día (...) Mientras más veces mejor, pero más después de un largo período de trabajo o un largo período de descanso."

No. 33
"(...) Un guerrero camina kilómetros y kilómetros cada día (...)"

No. 34
"(...) Comió con la mayor lentitud y no pronunció una sola palabra. Su absoluta concentración en el comer me llevó a tomar conciencia de que todos ellos hacían lo mismo: tragaban en completo silencio."

No. 35
"Sábado, Agosto 19 de 1.961.
Ayer en la mañana, don Juan y yo fuimos a desayunar al pueblo y desayunamos en una fonda. El me aconsejó no cambiar demasiado drásticamente mis hábitos alimenticios.
- (...) Te enfermarías si no comieras tu comida.
Él mismo comió con gran apetito. Cuando hice una broma al respecto, se limitó a decir:
- A mi cuerpo le gusta todo."

No. 36
"Ser cazador es mucho más que sólo atrapar animales (...) Un cazador digno de serlo no captura animales porque pone trampas, ni porque conoce las rutinas de su presa, sino porque él mismo no tiene rutinas. Esa es su ventaja. No es de ningún modo como los animales que persigue, fijos en rutinas pesadas y en caprichos previsibles; es libre, fluido, imprevisible."


No. 37
"Un buen cazador cambia de proceder tan a menudo como lo necesita (...)"

No. 38
"Hay que hacerse responsable de estar en un mundo extraño (...) Estamos en un mundo extraño, has de saber (...) Para ti el mundo es extraño porque cuando no te aburre estás enemistado con él. Para mi el mundo es extraño porque es estupendo, pavoroso, misterioso, impenetrable; mi interés ha sido convencerte de que debes hacerte responsable por estar aquí, en este maravilloso mundo (...) en este maravilloso tiempo. Quise convencerte de que debes aprender a hacer que cada acto cuente, pues vas a estar aquí sólo un rato corto, de hecho muy corto, para presenciar todas las maravillas que existen.
Insistí que aburrirse con el mundo o enemistarse con él era la condición humana.
- Pues cámbiala - repuso con sequedad -. Si no respondes al reto, igual te valdría estar muerto."

No. 39
"(...) los nuevos videntes propusieron que si los guerreros quieren penetrar en lo desconocido tienen que conservar su energía. Pero, ¿de donde van a conseguir la energía, si toda ella ya está usada? La conseguirán dicen (...) destruyendo hábitos innecesarios."

No 40
"- La gente casi nunca se da cuenta de que podemos cortar cualquier cosa de nuestras vidas en cualquier momento, así nomás - chasqueó los dedos -."

No 41
"(...) Un acechador lo acecha todo. Inclusive a sí mismo.
-¿Cómo lo hace?
- Un acechador impecable lo convierte todo en presa. El Nagual me dijo que es posible llegar a acechar nuestras propias debilidades (...)
(...) -¿Cómo es posible acechar las propias debilidades, Gorda?
- Del mismo modo que se acecha una presa. Descifras tus costumbres hasta conocer todas las consecuencias de tus debilidades y te abalanzas sobre ellas y las coges como a conejos en una jaula (...)
(...) - Pero acechar las propias debilidades no implica estrictamente el deshacerse de ellas - dijo -. Puedes estar acechándolas desde ahora hasta el día del juicio final sin que nada varíe un ápice (...) En realidad, lo que un guerrero necesita para ser un acechador impecable es tener un propósito."

No 42
"-¿Se le ha ocurrido alguna vez, don Juan, que a lo mejor no quiero cambiar?
- Si, se me ha ocurrido. Yo tampoco quería cambiar, igual que tú. Sin embargo, no me gustaba mi vida; estaba cansado de ella, igual que tú. Ahora no me alcanza la que tengo."

No 43
"(...) a veces me haces acordar de mí mismo (...) Tampoco yo quería seguir el camino del guerrero. Creía que tanto trabajo era para nada, y puesto que todos vamos a morir, ¿qué importaba el ser un guerrero? Me equivocaba. Pero tuve que descubrirlo por mi propia cuenta. Cuando llegues a descubrir que te equivocas, y que ciertamente hay un mundo de diferencia, podrás decir que estás convencido. Y entonces puedes seguir adelante por tu cuenta. (...)"

No 44
"-¿Por qué hace usted todo esto por mí, don Juan? - pregunté.
Se quitó el sombrero y se rascó las sienes en fingido desconcierto.
- Tengo un gesto contigo - dijo suavemente -. Otras personas han tenido contigo un gesto similar; algún día tú mismo tendrás el mismo gesto con otros. Digamos que esta vez me toca a mí. Un día descubrí que, si quería ser un cazador digno de respetarme a mí mismo, tenía que cambiar mi forma de vivir. Me gustaba lamentarme y llorar mucho. Tenía buenas razones para sentirme víctima. Soy indio y a los indios los tratan como a perros. Nada podía yo hacer para remediarlo, de modo que sólo me quedaba mi dolor. Pero entonces mi buena suerte me salvó y alguien me enseñó a cazar. Y me di cuenta de que la forma como vivía no valía la pena vivirse... así que la cambié."

No 45
"En cuanto a su propio desarrollo, don Juan decía que el haber sido empujado al mundo de su benefactor le hizo comprender cuan fácil y conveniente le había sido dejar que su vida transcurriera sin disciplina alguna. Entendió que su error había consistido en creer que sus miras eran las únicas metas valiosas que un hombre podía tener. Toda su vida había sido un indigente; la ambición que lo consumía por tanto, era tener posesiones, ser alguien. Tanto le preocupó el afán de salir adelante y la desesperación de ver que no lo estaba logrando, que nunca tuvo tiempo de examinar cosa alguna. De buena gana se aunó a su benefactor porque creyó que se le estaba presentando una oportunidad de engrandecerse. Pensó que, por lo menos, podría aprender a ser brujo. La realidad de su encuentro con el mundo de su benefactor fue tan diferente que él la concebía como algo análogo al efecto de la conquista española en la cultura indígena. Algo que lo destruyó todo, pero que también llevó a una revalidación total."

No 46
"(...) Un cazador debe vivir como cazador para sacar lo máximo de su vida. Por desdicha, los cambios son difíciles y ocurren muy despacio; a veces un hombre tarda años en convencerse de la necesidad de cambiar. Yo tardé años, pero a lo mejor no tenía facilidad para la caza. Creo que para mí lo más difícil fue querer realmente cambiar."

No 47
"- No me des la razón por las puras (...) En vez de estar de acuerdo tan fácilmente, debes actuar. Acepta el reto. Cambia.
-¿Así no más?
- Como lo oyes. El cambio del que te hablo nunca sucede por grados; ocurre de golpe. Y tú no te estás preparando para ese acto repentino que producirá un cambio total."

No 48
"(...) toma mucho tiempo limpiar la basura que un ser luminoso recoge en el mundo."

No 49
"(...) El Nagual decía que era inútil creer o esperar que sea posible cambiar los propios hábitos (...) Un guerrero sabe que no puede cambiar; es más: sabe que no le está permitido. Es la única ventaja que tiene un guerrero sobre un hombre común. El guerrero jamás se decepciona al fracasar en una tentativa de cambiar."

No 50
"(...) sólo podemos realmente cambiar si morimos."

No 51
"Una vez que decidiste venir a México debiste haber dejado todos tus pinches miedos (...) Tu decisión de venir debió haberlos vencido. Viniste porque querías venir. Ese es el modo del guerrero. Te lo he dicho mil veces: el modo más efectivo de vivir es como guerrero (...)"

No 52
"(...) Te has lamentado toda tu vida porque nunca te haces responsable de tus decisiones (...)"

No 53
"Decidir no significa escoger un momento arbitrario (...) Decidir significa que has puesto tu espíritu en orden impecable, y que has hecho todo lo posible por ser digno del conocimiento y el poder."

No 54
"Se escoge sólo una vez (...) Elegimos ser guerreros o ser hombres corrientes. No existe una segunda oportunidad. No sobre esta tierra."

No 55
"Una regla básica para un guerrero (...) es hacer sus decisiones con tanto cuidado que nada de lo que pueda ocurrir como resultado de ellas sea capaz de sorprenderlo, mucho menos menguar su poder."

No 56
"(...) un guerrero es, digamos, un prisionero del poder; un prisionero que puede hacer una decisión: la decisión de actuar como un guerrero impecable, o actuar como un asno (...)"

No 57
"(...) solo hay decisiones bien hechas o decisiones mal hechas. Si es una decisión mal hecha tu cuerpo lo sabe, y también el cuerpo de los demás; pero si es una decisión bien hecha, el cuerpo lo sabe y descansa y se olvida rapidísimo de que hubo una decisión. Vuelves a cargar tu cuerpo, ves, como una escopeta, para la siguiente decisión. Si quieres usar tu cuerpo otra vez para hacer la misma decisión, no funciona."

No 58
"Cuando un hombre decide hacer algo, debe ir hasta el fin, pero debe aceptar la responsabilidad por lo que hace. Haga lo que haga, primero debe saber por qué lo hace, y luego seguir adelante con sus acciones sin tener dudad ni remordimientos acerca de ellas."

No 59
"(...) Preocúpate y piensa antes de hacer cualquier decisión, pero una vez que la hagas echa a andar libre de preocupaciones y de pensamientos; todavía habrá un millón de decisiones que te esperan. Ese es el modo del guerrero."

No 60
"(...) los guerreros (...) dan lo mejor de sí y después, sin remordimientos ni lamentos, se quedan tranquilos y dejan que el espíritu decida el resultado."



Castaneda entre Comillas: indice.

Esas verdades no son algo que hay que defender apasionadamente.
Esas verdades fueron recopiladas para el deleite y el esclarecimiento no para despertar sentimientos de propiedad.
El Fuego Interno.

"Castaneda entre Comillas" es un viaje por la obra de Carlos Castaneda, tomando como brújula frases recopiladas de sus libros. Un trabajo, realizado por Gabriel Jaime Rivera [publicado en Medellín, Colombia en 1992] que interesantemente, es anterior al libro "La Rueda del Tiempo" de Castaneda [1999] en donde el autor realiza una labor similar, seleccionando citas de sus libros anteriores para sintetizar el mensaje de su obra. Y, como dato curioso, llama mucho la atención que el mismo Castaneda eligiera, tiempo después, muchas citas similares a las que aparecen en Castaneda entre comillas.

CARTA ABIERTA A CARLOS CASTANEDA

Medellín, Nov. 1/92

Le escribo para contarle a usted que, tras una labor de siete años, terminé hoy de armar este libro que recoge mucho de lo más bello de don Juan Matus.

El conocimiento de los “toltecas” es un himno a la libertad; las palabras de don Juan son la música de ese himno, cuya letra es invisible y cuyo canto es silencioso.

Mi finalidad? En primer lugar mostrar que su don Juan, ficción o realidad para unos u otros, necesitó de grandes dosis de risa belleza y moralidad, “para moverse justo a la posición de la razón, y llegar a ser un pensador activo, y no sólo parte de un público pasivo, sin sofisticación y con mucho emocionalismo que ama las ordenadas obras de la razón, y para llegar a ser un verdadero sabio abstracto, y no sólo parte de un público mórbido e ignorante que ama lo desconocido”.

"Y en segundo lugar, decir con las palabras de don Juan que no hay brujería; que para lograr un espíritu libre de tribulaciones y una mente libre de especulaciones inútiles, no se precisa de plantas asombrosas, objetos de poder, técnicas extraordinarias, gimnasias exóticas, dietas desacostumbradas, filosofías ocultas, abracadabras “y todas las demás tonterías de rituales y encantamientos”. Ni tampoco de “instrucciones, enseñanzas, guías y maestros”. “Lo que verdaderamente necesitamos es sobriedad, y nadie puede dárnosla ni ayudarnos a obtenerla, salvo nosotros mismos. Así que al fin y al cabo, el procedimiento es la impecabilidad en nuestra vida diaria”.
Gabriel Jaime Rivera M.


Las citas: 1 a 30

No. 1
"Yo le había llevado un ejemplar de mi libro. Sin ningún preámbulo, lo saqué de mi portafolio y se lo di.
- Es un libro sobre usted, don Juan - dije.
El lo tomó y lo hojeó rápidamente como si fuera un mazo de cartas. Le gustaron el color verde del forro y el tamaño del libro. Sintió la cubierta con la palma de las manos, le dio vuelta un par de veces y luego me lo devolvió. Sentí una oleada de orgullo.
- Quiero que usted lo guarde - dije. Don Juan meneó la cabeza con una risa silenciosa.
- Mejor no - dijo, y luego añadió con una ancha sonrisa -: Ya sabes lo que hacemos con el papel en México.
Reí. Su toque de ironía me pareció hermoso."


No. 2
"(...) me agradaban los modos de don Juan. Me simpatizaba como persona. Había cierta solidez en su comportamiento; su forma de conducirse no dejaba duda alguna acerca de su dominio, y sin embargo jamás había ejercido su ventaja para exigirme nada. Su interés en cambiar mi forma de vivir era, sentía yo, semejante a una sugerencia impersonal, o quizás un comentario autoritario sobre mis fracasos. Me había hecho cobrar aguda conciencia de mis fallas, pero yo no veía en que forma su línea de conducta podría remediar nada en mí. Creía sinceramente que, a la luz de lo que yo deseaba hacer en la vida, sus modos sólo me habrían producido sufrimiento y penalidades, de aquí el callejón sin salida. Sin embargo, había aprendido a respetar su dominio, que siempre se expresaba en términos de belleza y precisión."

No. 3
"No te preocupes por los seres del otro mundo - había dicho don Juan, riendo -, los peligrosos son los Mexicanos."

No. 4
" - No puede usted embrujarlo, don Juan?
- ¿Embrujarlo? ¿Para qué?
- Para que cambie y recobre su valor.
El valor es algo personal. La brujería es para volver a la gente inofensiva o enferma o tonta. No se embruja para hacer guerreros. Para ser guerrero hay que ser claro como el cristal (...)"

No.5
"Para el hombre común (...) la brujería es asunto negativo, pero de todos modos fascinante. Por esta razón, siempre te animé, en tu estado de conciencia normal, a que pensaras que nosotros somos brujos. Es recomendable hacerlo. Sirve para atraer el interés. Pero, para nosotros, ser brujo sería como entrar en un callejón sin salida."

No. 6
"(...) todos los naguales, a través de los siglos, han dicho a sus presuntos aprendices: que los brujos hablan de la brujería como si ésta fuera un ave mágica, misteriosa, que detiene su vuelo para dar propósito y esperanza al hombre; que los brujos viven bajo el ala de esa ave, a la que llaman el pájaro de la sabiduría, el pájaro de la libertad y que lo alimentan con su dedicación e impecabilidad (...) los brujos sabían que el vuelo del pájaro de la libertad es siempre en línea recta, ya que esa ave no tiene modo de hacer curvas en el aire, de girar y volver atrás; y que el pájaro de la libertad sólo puede hacer dos cosas: llevar a la gente consigo o dejarlos atrás.
(...) Don Juan me recordó entonces algo que me repetía con mucha frecuencia, aunque yo me las arreglaba siempre para no pensar en eso. Dijo que yo no debía olvidar, ni por un instante, que el pájaro de la libertad tiene muy poca paciencia con la indecisión y que, una vez se va, jamás regresa."

No. 7
"(...) el aprieto del hombre moderno es que intuye sus recursos ocultos, pero no se atreve a usarlos. Por eso dicen los brujos que el mal del hombre es el contrapunto entre su estupidez y su ignorancia. El hombre necesita ahora, más que nunca, aprender nuevas ideas, que se relacionen exclusivamente con su mundo interior; ideas de brujo, no ideas sociales; ideas relativas al hombre frente a lo desconocido, frente a su muerte personal (...)"

No. 8
"El mundo está en verdad lleno de cosas temibles, y nosotros somos criaturas indefensas rodeadas por fuerzas que son inexplicables. El hombre común, en su ignorancia, cree que se puede explicar esas fuerzas o cambiarlas; no sabe realmente cómo hacerlo, pero espera que las acciones de la humanidad las expliquen o las cambien tarde o temprano. El brujo, en cambio, no piensa en explicarlas ni en cambiarlas; en vez de ello, aprende a usar esas fuerzas. El brujo se ajusta los remaches y se adapta a la dirección de tales fuerzas. Ese es su truco. La brujería no es gran cosa cuando le hallas el truco (...)"

No. 9
"(...) Dijo que el hombre común y corriente, incapaz de hallar energías para percibir más allá de sus límites diarios, llama al reino de la percepción extraordinaria brujería, hechicería u obra del demonio; y se aleja horrorizado sin atreverse a examinarlo."

No. 10
"Agregó que el hombre racional, al aferrarse tercamente a la imagen de sí, garantiza su abismal ignorancia. Ignora, por ejemplo, el hecho de que la brujería no es una cuestión de encantamientos y abracadabras, sino la libertad de percibir no sólo el mundo que se da por sentado, sino también todo lo humanamente posible.
Aquí es donde la estupidez del hombre es más peligrosa (...) El hombre le tiene terror a la brujería. Tiembla de miedo ante la posibilidad de ser libre. Y la libertad está ahí. A un centímetro de distancia (...)"

No. 11
"(...) Puesto que nuestra mente es nuestra racionalidad, y nuestra racionalidad es nuestra imagen de sí, cualquier cosa que esté más allá de nuestra imagen de sí o bien nos atrae o nos horroriza, según que tipo de personas seamos."

No. 12
"La brujería es el uso especializado de la energía - dijo, y como yo no respondí, siguió explicando -. Ver la brujería desde el punto de vista del hombre común y corriente es ver bien una idiotez o un insondable misterio, que está fuera de nuestro alcance. Y, desde el punto de vista del hombre común y corriente, esto es lo cierto, no porque sea un hecho absoluto, sino porque el hombre común y corriente carece de la energía necesaria para tratar con la brujería."

No. 13
"(...) Eso es la brujería: la habilidad de usar otros campos de energía que no son necesarios para percibir el mundo que conocemos. La brujería es un estado de conciencia. La brujería es la habilidad de percibir lo que la percepción común no puede captar."

No. 14
"Ayer el mundo se hizo como los brujos te dicen que es (...) En ese mundo hablan los coyotes, también los venados, como te dije una vez, y también las víboras de cascabel y los árboles y todos los demás seres vivientes. Pero lo que quiero que aprendas es VER. A lo mejor ahora ya sabes que el VER ocurre sólo cuando uno se cuela entre los mundos, el mundo de la gente común y el mundo de los brujos. Ahora estás justito en medio de los dos. Ayer creíste que el coyote te hablaba. Cualquier brujo que no VE creería lo mismo, pero alguien que VE sabe que creer eso es quedarse atorado en el reino de los brujos. De la misma manera, no creer que los coyotes hablan es estar atorado en el reino de la gente común."

No. 15
"(...) la brujería es un viaje de retorno. Retornamos al espíritu victoriosos, después de haber descendido al infierno. Y desde el infierno traemos trofeos. El puro entendimiento es uno de esos trofeos."

No. 16
"- ¿Pero, usted no se considera brujo, verdad, don Juan? le pregunté.
- No le hagas, - dijo -. Yo soy un guerrero que ve (...)"

No. 17
"Convierte todo en lo que realmente es: lo abstracto, el espíritu (...) No hay brujería, no hay el mal, ni el demonio. Sólo existe la percepción."

No. 18
"(...) hay muchísimos imbéciles que se convierten en videntes. Los videntes son seres humanos llenos de debilidades, o más bien, seres humanos llenos de debilidades son capaces de volverse videntes. Igual que en el caso de gente atroz que se convierten en magníficos científicos."

No. 19
"La característica de los videntes de mala muerte es que están dispuestos a olvidar la maravilla que los rodea. Se quedan abrumados por el hecho de que VEN, y creen que su talento es lo que cuenta. Un vidente debe ser un parangón para superar la flojedad casi invencible de nuestra condición humana. Lo que hacen los videntes con lo que ven es más importante que el VER en sí."

No. 20
"(...) ser brujo, es como ser zapatero o panadero. La meta de los nuevos videntes es sobrepasar esa condición. Ser más que brujo. Y para eso necesitan belleza y moralidad."

No. 21
"¿Cuando estará usted en su casa? -pregunté.
Me escudriñó.
-Cuando vengas - repuso.
No se exactamente cuando pueda venir.
-Pues ven y no te preocupes.
¿Y si usted no está?
-Allí estaré -dijo, sonriendo, y se alejó.
Corrí tras él y le pregunté si podía llevar conmigo una cámara para tomar fotos suyas y de su casa.
-Eso está fuera de cuestión -dijo con el entrecejo fruncido.
¿Y una grabadora? ¿Le molestaría?
-Me temo que tampoco de eso hay posibilidad.
Me molesté un poco y empecé a agitarme. Dije que no había ningún motivo lógico para su rechazo.
Don Juan movió la cabeza en sentido negativo. - Olvídalo - dijo con fuerza -. Y si todavía quieres verme, no vuelvas a mencionarlo.
Presenté una débil queja final. Dije que las fotos y las grabaciones eran indispensables para mi trabajo. El respondió que sólo una cosa era indispensable para todo lo que hacíamos. La llamó "el espíritu".
- No se puede prescindir del espíritu - dijo -. Y tú no lo tienes. Preocúpate de eso y no de tus fotos."

No. 22
"En tono dramático, don Juan aseveró que el bienestar era una condición que debía cultivarse, una condición con la que uno tenía que familiarizarse para buscarla.
- Tu no sabes lo que es el bienestar porque nunca lo has sentido - dijo. Yo no estuve de acuerdo. Pero él siguió argumentando que el bienestar era un logro que debía buscarse deliberadamente. Dijo que lo único que yo sabía buscar era un sentimiento de desorientación, malestar y confusión.
Rió con burla y me aseguró que, para lograr la hazaña de sentirme desdichado, yo debía trabajar en forma muy intensa, y que era absurdo el que nunca me hubiera dado cuenta de que lo mismo podía trabajar para sentirme completo y fuerte.
- El chiste está en lo que uno recalca - dijo -. O nos hacemos infelices o nos hacemos fuertes. La cantidad de trabajo es la misma."

No. 23
"(...) - no estás completo. No tienes paz.
La aserción me molestó. Me sentí ofendido. Pensé que don Juan no estaba calificado en modo alguno para juzgar mis actos ni mi personalidad.
- Estás lleno de problemas - dijo -. ¿Por qué?
Sólo soy un hombre, don Juan - repuse malhumorado.
Hice la afirmación en la misma vena en que mi padre solía hacerla. Cada vez que decía ser sólo un hombre, implicaba que era débil e indefenso y su frase, como la mía, rebosaba un esencial sentido de desesperanza.
Don Juan me escudriñó como el día en que nos conocimos.
(...) Yo también soy sólo un hombre, pero no lo digo como tu lo dices.
¿Cómo lo dice usted?
- Yo me he salido de todos mis problemas. Qué lástima que la vida sea tan corta y no me permita aferrarme a todas las cosas que quisiera. Pero eso no es problema, ni punto de discusión; es solo una lástima.
Me gustó el tono de sus frases. No había en él desesperación ni compasión por sí mismo."

No. 24
"Experimenté un sentimiento extremadamente agradable de paz y satisfacción; el mundo en aquél momento parecía en calma. La quietud era exquisita y al mismo tiempo enervante. No me hallaba acostumbrado a este tipo de silencio. Traté de hablar, pero don Juan me calló. Tras un rato, la tranquilidad del sitio afectó mi estado de ánimo. Me puse a pensar en mi vida y en mi historia personal y experimenté una familiar sensación de tristeza y remordimiento. Dije a don Juan que yo no merecía estar allí, que su mundo era fuerte y bello y yo era débil, y que mi espíritu había sido deformado por las circunstancias de mi vida.
El rió y amenazó con cubrirme la cabeza con tierra si seguía hablando en esa vena. Dijo que yo era un hombre. Y como cualquier hombre, merecía todo lo que era la suerte de los hombres: alegría, dolor, tristeza y lucha -, y la naturaleza de nuestros actos carecía de importancia siempre y cuando actuáramos como guerreros.
Bajando la voz casi hasta un susurro, dijo que, si en verdad sentía yo que mi espíritu estaba deformado, simplemente debía componerlo, purificarlo, hacerlo perfecto -, porque en toda nuestra vida no había otra tarea más digna de emprenderse. No arreglar el espíritu era buscar la muerte, y eso era igual que no buscar nada, pues la muerte nos iba a alcanzar de cualquier manera.
(...) Buscar la perfección del espíritu del guerrero es la única tarea digna de nuestra hombría."

No. 25
"- Uno necesita el ánimo de un guerrero para cada uno de sus actos - dijo. - De otro modo uno se enchueca y se afea. No hay poder en una vida que carece de este ánimo. Mírate tú mismo. Todo te ofende y te inquieta. Chillas y te quejas y sientes que todo el mundo te hace bailar a su son. Eres una hoja a merced del viento. No hay poder en tu vida. ¡Que feo debe sentirse eso!
Un guerrero en cambio, es un cazador. Todo lo calcula. Eso es control. Pero una vez terminados sus cálculos, actúa. Se deja ir. Eso es abandono. Un guerrero no es una hoja a merced del viento. Nadie lo empuja; nadie lo obliga a hacer cosas en contra de sí mismo o de lo que juzga correcto. Un guerreo está entonado para sobrevivir, y sobrevive del mejor modo posible."

No. 26
"(...) Como ya sabes, tu espíritu estaba sin balance. Para contrarrestar eso, te enseñé la vida del guerrero. Pues bien, un guerrero empieza la faena con la certeza de que su espíritu está fuera de balance; pero a medida que va adquiriendo, sin pena ni apuro, control y conocimiento, también va haciendo lo mejor que puede por ganar ese balance.
En tu caso, como en el de todos los hombres, tu falta de balance se debía a la suma total de tus acciones (...)"

No. 27
"- Tienes que ser un hombre fuerte, y tu vida tiene que ser verdadera.
- ¿Qué es una vida verdadera?
- Una vida que se vive con la certeza nítida de estar viviéndola; una vida buena, fuerte."

No. 28
"No hay enfermedades (...) Sólo hay idioteces (...)"

No. 29
"Trepó hacia allá como una cabra montés. Me maravilló su estupenda agilidad.
Lentamente me arrastré sentado, roca abajo, y luego traté de subir corriendo la ladera de la montaña con el fin de alcanzar la saliente. Los últimos metros me agotaron por completo. En son de broma, pregunté a don Juan cuántos años tenía en realidad Opiné que, para llegar al lugar como él lo había hecho, era necesario ser muy joven y estar en perfectas condiciones.
- Soy tan joven como quiero - dijo él -. Esto también es cosa de poder personal. Si vas juntando poder, tu cuerpo puede realizar hazañas increíbles. En cambio, si disipas el poder te pones viejo y gordo de la noche a la mañana."

No. 30
"Le dije que su aptitud física me tenía en verdad atónito.
- Todo el tiempo he estado tratando de dártela a notar - dijo.
¡Usted no es viejo para nada, don Juan!
- Claro que no. He estado tratando de que lo notes.
¿Cómo le hace usted?
- No hago nada. Mi cuerpo se siente perfectamente, eso es todo. Me trato muy bien; por eso no tengo motivo para sentirme cansado o incómodo. El secreto no está en lo que tú mismo te haces, sino más bien en lo que no haces."



SIGUIENTE ~ REGRESA AL INDICE

sábado, 22 de septiembre de 2007

Las enseñanzas de don Juan.

Él lo llamaba brujería, yo pienso que podría llamarse de alguna otra forma: ¿nagualismo quizá?

Don Juan enseñaba una forma de romper el condicionamiento psicológico de la clasificación cognitiva, que nos mantiene aislados de nuestro origen. El mundo, tal como lo percibimos fue formado a priori, fue dado a nosotros.

La cosa más importante que Don Juan decía es que toda nuestra energía está comprometida en defender nuestro yo, todo nuestro esfuerzo se va en esto.

Estamos involucrados en defender nuestro concepto de yo-mismo desde hace tanto tiempo que ya no recordamos que un día empezamos a actuar así.

Es hora de que empecemos a averiguar por nosotros mismos. Empiecen a recapitular sus vidas, cualquier acción, cualquier evento, pera encontrar la "bisagra" que representa nuestra vida; nuestra bisagra es la forma en que nos relacionamos con la gente.

Cuando empecé a recapitular encontré que me relacionaba con el mundo como un bebé. Mi vida por entero no era otra cosa que una repetición incesante de este hecho. Don Juan me hizo recapitular mi vida y vi como la había desperdiciado defendiendo esa postura; fue un darse cuenta horrible, ya que todo lo que yo quería era encontrar a alguien que escuchara mi triste historia y me compadeciera.

Estas ideas de la importancia personal nos ciegan tanto que no podemos ver nada más; pero es posible sacar esas ideas de nosotros mismos.

Otra manera de permanecer ciegos, es pensar que la plenitud llegará cuando encontremos un compañero/a; podemos estar incluso casados y todavía seguiremos buscando algo que colme nuestras necesidades: "ella es sólo mi esposa".

Nosotros, los seres humanos, no queremos dar. Somos increíblemente egoístas, sólo queremos recibir. Los guerreros, videntes, naguales, aman sin preguntar, en este mundo o más allá, a cambio de nada. Nosotros no percibimos la importancia personal que gobierna nuestra existencia, si lo hiciéramos no trataríamos a nuestros cuerpos como lo hacemos. La idea del yo no es nuestra, es hora que nos deshagamos de ella. Don Juan nos dio una serie de premisas para que empecemos a ver qué nos ha ocurrido, que nos han hecho, no como una comparación, pero si como una investigación.

Una vez trabajé para un psiquiatra como asistente de investigación transcribiendo historiales de cintas. Él tenía unas tres mil. Cuando las escuché descubrí que todas eran yo, sus historias eran mis historias. Don Juan solía preguntarme cuál era mi peculiaridad para sentirme único. No había nada único en mi, había tres mil personas diferentes en esas cintas y todas ellas eran yo. La comprensión fue brutal para mi.

No hay nada único, pero sí hay algo mágico en nosotros, todos vamos a morir. Esto nos está destruyendo, ¿por qué adherirnos a este absurdo orden social que sólo nos guía a la destrucción? Afecto, amor, son una necesidad.

Si examinamos el orden social a través de nosotros mismos, veremos que no nos conduce a ningún lugar; observen el orden social no como una comparación pero sí como un examen.

Una comprensión total y veremos que el orden social no tiene significado ni finalidad. ¿Tiene realmente valor el dinero u otras cosas? ¿O es el imperativo biológico?

Recapitular es el camino para atacar a la importancia personal. Necesitamos la energía que nos provee un examen sin grietas, de nuestra liberada "mierda de caballo", nuestra importancia personal.

¿Drogas recreativas, éxtasis de San Pedro?, (planta alucinógena), esto no tiene ningún significado, el dopaje nos hace incapaces de soportar la presión. Don Juan usó plantas para curar y entrenar mi atención porque yo no tenia una pizca de ella.

En lugar de usar drogas para encontrar lo mágico de la vida, hay algo mejor: autodisciplina; es la única salida del orden social. Con autodisciplina podemos hacer maravillas.

El guerrero que es consciente de su muerte, es consciente de la trampa del orden social, y de la trampa de la importancia personal y la razón, y sólo quiere la libertad. La libertad es un salto a lo inconcebible.

La autodisciplina no es un concepto del catolicismo, es un fluido y libre gozo que viene de veinticinco horas de conciencia al día.

Estos son los modelos básicos de responsabilidad para un guerrero: no hacer preguntas estúpidas, no decir que no entiende o no preguntar por qué, no hay explicación racional. Si quieren conocer, tienen que probarlo, experimentarlo.

1.- Acepten la responsabilidad de que van a morir, y que la muerte no es negociable: todo lo que vive muere. Grábense esta idea y asuman la responsabilidad de que van a morir. Decirlo en voz alta es la fuerza primordial que obedece nuestro llamado y que nunca usamos. Díganlo en voz alta: "¡¡Quiero la responsabilidad de que voy a morir!!" Esto debe ser dicho en voz alta, no puede ser pensado; el poder no es un lector mental.

Conforme progresen habrá un ajuste. Hagan que sus palabras sean finales. Un guerrero tiene la consistencia de cumplir su palabra. Comprométanse a hacer algo por una vez en sus vidas aunque eso suponga su muerte. Un guerrero muere por su palabra.

Decir algo en voz alta es misterioso y mágico, pero muy sutil; el grito alto y claro de nuestro intento es el secreto de los secretos. Háganlo.

Busquen en sitios desconocidos, no lo hagan débilmente. Asuman la responsabilidad de permanecer frente a lo ilimitado. El intento no responde a súplicas, si le suplican, los meará encima.

No importa, sólo con la primera premisa pueden tener una experiencia estupenda. Nunca hemos sido capaces de explicar con palabras solamente. Debemos demandar el término índice. Nosotros cargamos el mundo con nosotros; la respuesta debe ser construida y debemos aceptarla. Un guerrero debe parar justo aquí.

2.- La cosa más importante para un guerrero es expresar la responsabilidad de percibir. No tenemos objetivos, nada que esperar salvo la senilidad.

Todo es posible, somos verdaderos magos. Vayan al nivel más bajo y formulen el mundo que hay ahí. En lo más bajo está la muerte.

Soy un ser humano, por lo tanto soy sublime. Expresen el intento de ser algo más para curarse a ustedes mismos.

Cuando yo estaba enfermo simplemente salté. Hice lo que Don Juan me dijo, la enfermedad es simplemente una indulgencia, y yo amaba mi sufrimiento.

Cambiamos de canal expresando nuestro intento, entonces viene el manto de confianza.

La timidez y la rigidez son nuestros enemigos, no es razonable creer que las alas son el único camino para volar; hay otras opciones, búsquenlas , pregúntenle al ser que va a morir, pregúntenle al espejo, algo sucederá.

3.- La tercera premisa para un guerrero es el endeudamiento, ¿por qué ahora estoy endeudado con esto? Tienen que ser responsables de lo que se les ha dado, deben adquirir un nuevo equipo.

Al adquirir una nueva enseñanza somos responsables de eso, estamos endeudados para el resto de nuestras vidas, sólo algo fuera de nosotros puede cancelarlo. Somos responsables de ver qué nos sustenta, en pago nos volvemos libres; si lo rechazamos nos veremos enredados en esto.

Un ser que se va a morir asume las responsabilidades, sin esas responsabilidades, sólo somos egomaníacos.

..No quiero dejar nada atrás. Lo digo como testigo, he estado allí. He visto cosas increíbles. Son como lágrimas en la lluvia...

NOTAS SOBRE UNA CONFERENCIA DE CARLOS CASTANEDA EN PHOENIX


Introducción a la obra de Carlos Castañeda.

La verdadera defensa de una obra consiste en irritar y seducir la atención del lector con un texto que pueda leerse de muchas maneras.
Una obra que dura -lo que llamamos clásico- es una que no cesa de producir nuevos significados.
¿Qué pensará Carlos Castaneda de la inmensa popularidad de sus libros? Probablemente se encogerá de hombros: un equívoco más en una obra que desde su aparición provoca el desconcierto y la incertidumbre. En la revista Time se publicó una extensa entrevista con Castañeda. Confieso que el "misterio de Castaneda" me interesa menos que su obra. El secreto de su origen -¿es peruano, brasileño o chicano?- me parece un misterio sin valor, sobre todo si piensa en los enigmas que nos proponen sus libros. El primero de ellos se refiere a su naturaleza: ¿antropología o ficción literaria?. Se dirá que mi pregunta es ociosa: documento antropológico o de ficción, el significado de la obra es el mismo. La ficción literaria es ya un documento etnográfico y el documento, como sus críticos más encarnizados lo reconocen, posee indudable valor literario.
Si los libros de Castaneda son una obra de ficción literaria, lo son de una manera muy extraña: su tema es la derrota de la antropología y la victoria de la magia; si son obras de antropología, su tema no puede serlo menos: la venganza del "objeto" antropológico -un brujo- sobre el antropólogo hasta convertirlo en un hechicero: antropología.
El tema del saber está ligado al del poder y ambos al de la metamorfosis: el hombre que sabe -el brujo- es el hombre de poder -el guerrero- y ambos, conocimiento y poder, son las llaves del cambio.
La antropología se llevó a Castañeda a la hechicería y ésta a la visión unitaria del mundo. Los brujos no le enseñaron el secreto de la inmortalidad ni le dieron la receta de la dicha eterna: le devolvieron la vista.
La sabiduría y la poesía de don Juan, y la destreza y la poesía de su escribano, nos dan una visión tanto de nosotros mismos como de la realidad. Como es apropiado en toda alegoría, lo que se ve está en quien contempla.

Carlos Castaneda inició sus entrevistas con don Juan siendo estudiante de antropología en la Universidad de california, los Angeles. Estamos en deuda con él por su paciencia, su valor y su perspicacia al buscar y enfrentar la prueba de su doble aprendizaje y por informarnos de los detalles de sus experiencias. En sus obras demuestra la destreza esencial de la buena etnografía: la capacidad de entrar en un mundo ajeno. Creo que ha encontrado un camino con corazón.
Octavio Paz.

Caminos con corazón

...

El Egocentrismo

Siempre amamos u odiamos a quienes son nuestro reflejo. Los seres humanos somos infinitamente más complejos y misteriosos que nuestras locas fantasías.

te ocupas demasiado de ti mismo. Ese es el problema; eso produce una tremenda fatiga.

Busca y ve las maravillas que te rodean. Te cansarás de mirarte a ti mismo. Descansa, olvídate de ti mismo, no tengas miedo de nada. Sólo entonces los poderes que nos guían, nos abren el camino y nos auxilian. Te importa demasiado querer a los otros o que te quieran a ti. Un hombre de conocimiento quiere, eso es todo. Quiere lo que se le antoja o a quien se le antoja. Confía en ti, no en mí.

El aliado

Ser demasiado racional es una desventaja. Los seres humanos tenemos un sentido muy profundo de la magia. Somos parte de lo misterioso.

Un "aliado" es un poder que un hombre puede traer a su vida para que lo ayude, lo aconseje y le de fuerza necesaria para ejecutar acciones, grandes o pequeñas, justas o injustas. Este aliado es necesario para engrandecer la vida de un hombre, guiar sus actos y fomentar su conocimiento. De hecho, un aliado es la ayuda indispensable para saber. Un aliado nos hace ver y entender cosas sobre las que ningún ser humano podría jamás iluminarnos. un aliado es un poder capaz de llevar a un hombre más allá de sus propios límites.

La Ira

¡Nunca me enojo con nadie! Ningún ser humano puede hacer nada lo bastante importante para enojarse. Uno se enoja con la gente cuando se siente que sus actos, los propios y los de los demás, son importante. Yo ya no siento eso.



...

El guerrero

El modo más efectivo de vivir es como guerrero. Peocúpate y piensa antes de hacer cualquier decisión, pero una vez que la hagas, echa a andar libre de preocupaciones y de pensamientos; todavía hay un millón de decisiones que te esperan. Ese es el modo de ser guerrero.

Mi maestro decía que cuando un hombre se embarca en los caminos de la brujería, poco a poco se va dando cuenta de que la vida ordinaria ha quedado atrás para siempre; de que el conocimiento es en verdad algo que da miedo; de que los medios del mundo ordinario ya no le sirven de sostén y de que sí desea sobrevivir debe adoptar una nueva forma de vida. Lo primero que debe hacer, en ese punto, es querer llegar a ser guerrero, un paso y una decisión muy importantes. La aterradora naturaleza del conocimiento no le importa a uno otra alternativa que la de llegar a serlo.

El brujo como guerrero

Nada está pendiente en el mundo. Nada está terminado, pero nada está sin resolver.

El mundo está en verdad lleno de cosas temibles, y nosotros somos criaturas indefensas rodeadas por fuerzas que son inexplicables e inflexibles.

El hombre común, en su ignorancia, cree que se puede explicar o cambiar esas fuerzas; no sabe realmente cómo hacerlo, pero espera que las acciones de la humanidad las expliquen o las cambien tarde o temprano. El brujo, en cambio, no piensa en explicarlas ni en cambiarlas; en vez de ello, aprende a usar esas fuerzas, adaptándose a la dirección de las mismas. Ese es su truco. La brujería no es gran cosa cuando le hallas el truco. Un brujo apenas anda mejor que un hombre de la calle. la brujería no lo ayuda a vivir una vida mejor; de hecho yo diría que le estorba, le hace la vida incómoda, precaria. La brujería es la habilidad de usar otros campos de energía que son necesarios para percibir el mundo que conocemos. La brujería es un estado de conciencia. La brujería es la habilidad de percibir lo que la percepción común no puede captar.

Al abrirse al conocimiento, un brujo se hace más vulnerable que el hombre común. Por un lado, sus semejantes lo odian y le temen y se esfuerzan por acabarlo; por otro lado, las fuerza inexplicables e inflexibles que a todos nos rodean son para el brujo la fuente de un peligro todavía mayor. Un brujo, al abrirse al conocimiento pierde sus resguardos y se hace presa de tales fuerzas y sólo tiene un medio de equilibrio: su voluntad; por eso debe sentir y actuar como un guerrero. Te lo repito una vez más : sólo como guerrero es posible sobrevivir en el camino del conocimiento. Lo que ayuda a un brujo a vivir una vida mejor es la fuerza de ser guerrero.

La vida del guerrero

En su vida cotidiana, el guerrero escoge seguir el camino con corazón es lo que diferencia al guerrero del hombre común. El guerrero sabe que un camino tiene corazón cuando es uno con él, cuando experimenta gran paz y placer al recorrerlo.

Puedes ir a donde se te antoje, pero debes aceptar la entera responsabilidad de ese acto. Un guerrero vive su vida estratégicamente. Sólo asiste a una fiesta o a una reunión, en caso de que su estrategia lo pida. Eso significa, desde luego, que tiene dominio total y realiza todos los actos que considera necesarios.

Los guerreros eligen su campo de batalla. Un guerrero sólo entra en batalla cuando sabe todo lo que puede acera del campo de lucha.

Sólo como guerrero se puede sobrevivir en el camino del conocimiento.

Porque el arte de guerrero es equilibrar el terror de ser hombre con el prodigio de ser hombre. un guerrero consciente del insondable misterio que lo rodea y consciente de su deber de tratar de descifrarlo, toma su legítimo lugar entre los misterios y el mismo se considera uno de ellos.

Te he oído decir una y otra vez que siempre estás dispuesto a morir. No considero necesario ese sentimiento. Me parece una entrega inútil. Un guerrero sólo debe estar preparado para la batalla.

Un guerrero solo piensa en su muerte cuando las cosas pierden claridad, porque la idea de la muerte es lo único que templa nuestro espíritu.

Un guerrero toma su suerte, sea la que sea, y la acepta con la máxima humildad. Se acepta con humildad así como es, no como base para lamentarse, sino como base para su desafío y su lucha.

Ser guerrero no es el simple asunto de no más querer serlo. Es más bien una lucha interminable que seguirá hasta el último instante de nuestras vidas. Nadie nace guerrero, exactamente igual que nadie nace siendo un ser razonable. Nosotros nos hacemos lo uno o lo otro.

Sólo como guerrero puede uno soportar el camino del conocimiento. Un guerrero no puede quejarse ni lamentar nada. Su vida es un desafío interminable, y no hay modo de que los desafíos sean buenos o malos. los desafíos son simplemente desafíos.

La diferencia básica entre un hombre común y un guerrero es que un guerrero toma todo como un desafío, mientras un hombre ordinario toma todo como una bendición o una maldición del cielo.

Un guerrero debe ser fluido y debe variar en armonía con el mundo que lo rodea, ya sea el mundo de la razón o el mundo de la voluntad.

El secreto de un guerrero es que él cree sin creer. pero, por los visto, un guerrero no puede nada más que decir que cree y dejar allí las cosas. Eso sería demasiado fácil. Creer no más que por creer lo libraría de examinar su situación. Cuando un guerrero tiene por fuerza que creer, lo hace porque así lo escoge, como expresión de su predilección más íntima. un guerrero no cree; un guerrero tiene que creer. Un guerrero elige creer de acuerdo con su predilección íntima. Creer es lo de menos, tener que creer es otra cosa.

Uno de los actos de un guerrero es no dejar que nunca lo afecte nada. El control del guerrero tiene que se impecable.

En la vida del guerrero sólo hay una cosa, un único asunto que en realidad no está debido: qué tan lejos puede uno avanzar en la senda del conocimiento y el poder.

Cuando se enfrentan una fuerza superior con la que no pueden lidiar, los guerreros se retiran por un momento. Dejan que sus pensamientos corran libremente. Se ocupan de otras cosas. Cualquier cosa puede servir.


.

La libertad

La libertad es como una enfermedad contagiosa. Quizá la gente no la aprecie, pero eso se debe a que no quiere ser libre. La libertad es aterradora. Resulta correcto decir que la libertad significa conciencia total. Un guerrero es alguien que busca la libertad. La tristeza no es libertad. Tenemos que quitárnosla de encima. Cortar nuestras cadenas es algo maravilloso, pero también algo muy fastidioso porque nadie quiere ser libre.

El digno adversario

...
La Locura controlada

...
La percepción

...


Los seres vivientes existen solamente para acrecentar la conciencia del ser. Los videntes dicen que debido a nuestra conciencia de ser, nosotros pensamos que nos rodea un mundo de objetos. Pero lo que en realidad nos rodea son las emanaciones del águila, fluidas, siempre en movimiento, y sin embargo inalterables, eternas El águila crea seres conscientes a fin de que vivan y enriquezcan la conciencia que les da con la vida. También es el águila quien devora esa misma conciencia de ser, enriquecida por las experiencias de la vida, después de hacer que los seres conscientes se despojen de ella, en el momento de la muerte.

Los seres conscientes viven solo para acrecentar la conciencia de ser.

Las emanaciones del águila son una cosa en sí misma, inmutable, que abarca todo lo que existe, lo que se puede y no se puede conocer. Nosotros utilizamos esas emanaciones y la interpretamos como la realidad, pero lo que el hombre capta es una parte tan pequeña de las emanaciones del águila que resultaría ridículo dar tanto crédito a nuestras percepciones, y sin embargo no es posible pasarlas por alto.

La Voluntad

La victoria y la derrota

Por qué pedimos que alguien nos guíe si podemos hacerlo nosotros mismos?

Estar victorioso o estar derrotado son la misma cosa. El espíritu de un guerrero no está preparado para la entrega y la queja, ni para ganar o perder.
*Lo que canaliza la energía de nuestro ser total, para producir cualquier cosa que pueda hallarse dentro de los límites de lo posible es conocido como voluntad. Don Juan no podía decir cuáles eran esos límites, salvo que nuestro alcance es tan amplio que resulta vano tratar de establecer límites, de modo que nuestra energía puede transformase en cualquier cosa mediante la voluntad.
Es espíritu de un guerrero solo está preparado para la lucha, y cada lucha es la última batalla del guerrero sobre la tierra. De allí que el resultado le importe poco. En su última batalla sobre la tierra, el guerrero deja fluir su espíritu libre y claro, y mientras libra su batalla, sabiendo que su voluntad es impecable, el guerrero ríe.

Borrar la historia personal.
Debes, entre otras, borrar tu historia personal.
Empieza por lo fácil, como no revelar lo que verdaderamente haces. Luego debes dejar a todos los que te conozcan bien. así construirás una niebla en tu alrededor.

Lo malo es que, una vez que te conocen, te da por hecho, y desde ese momento no puedes ya romper el alzo de sus pensamientos. A mi en lo personal me gusta la libertad ilimitada de ser desconocido. Nadie me conoce con certeza constante, como te conocen a ti. Los guerreros se preparan para tener conciencia, y la conciencia total solo les llega cuando ya no queda en ellos nada de importancia personal. Sólo cuando son nada se convierten en todo.

La importancia personal es nuestro mayor enemigo. Aquello que nos debilita es sentirnos ofendidos por los hechos de nuestros semejantes. Nuestra importancia personal requiere que pasemos la mayor parte de nuestras vidas ofendidos con alguien. Sin importancia persona somos invulnerables.




La muerte como una consejera.

...

Hacerse responsable

...

El manejo del tiempo.

Siempre te sientes obligado a explicar tus actos, como si fueras el único hombre que se equivoca en la tierra. Es tu viejo sentimiento de importancia. tienes demasiada; también tienes demasiada historia personal. Por otra parte, no te haces responsable de tus actos; no usas tu muerte cono consejera y, sobre todo, eres demasiado accesible.
No tienes tiempo. Esa es la desgracia de los seres humanos. Ninguno de nosotros tiene tiempo suficiente.
Tu continuidad solo te hace tímido. Tus actos no pueden de ninguna manera tener el gusto, el poder, la fuerza irresistible de los actos realizados por un hombre que sabe que está librando su última batalla sobre la tierra. En otras palabras, tu continuidad no te hace feliz ni poderoso.
Pon tu atención en el hecho de que no tienes tiempo y deja que tus actos fluyan de acuerdo con eso. Que daca uno de ellos sea tu última batalla sobre la tierra.
Cultiva el abandono, la frialdad y la audacia. En otras palabras, sé impecable.

El poder

El poder es un asunto muy peculiar. No puedo decir con exactitud lo que realmente es. Es un sentimiento que uno tiene sobre ciertas cosas.
Si vas juntando poder, tu cuerpo puede realizar hazañas increíbles.
Par tener poder, hay que vivir con poder.
El poder personal es un estado de conciencia. algo como tener suerte. O podríamos llamarlo un estado de ánimo. El poder personal es algo que uno adquiere sin importar su propio origen. Un guerrero es un cazador de poder y te estoy enseñando a cazarlo y guardarlo.
Para lograr la hazaña de sentirnos desdichados, se debe trabajar en forma muy intensa y es absurdo el que nunca nos demos cuenta de que lo mismo podíamos trabajar para sentirnos completos y fuertes.

El chiste está en lo que uno recalca, o nos hacemos infelices o nos hacemos fuertes. La cantidad de trabajo es la misma.

El aprieto del hombre moderno es que intuye sus recuerdos ocultos pero no se atreve a usarlos.


...
La paciencia

No te impacientes ni siquiera en los peores momentos de duda. Hay un acto muy sencillo para controlar la impaciencia, o la desesperación, o el enojo o la tristeza: girar los ojos. No importa en que dirección; yo prefiero girar los míos en el sentido de las manecillas del reloj. En ese movimiento encontrarás alivio.

La curación de enfermedades

El procedimiento es muy simple. Todo lo que debes hacer a un paciente incurable es recordarle que se trata de un caso terminal. Puesto que es sí, tiene poder. No tiene nada más que perder, se adquiere coraje. Somos temerosos únicamente en la medida en que tengamos algo a que aferrarnos.

Eso le dará el estímulo que necesita. Entonces tiene que deshacerse de la enfermedad, empujándola con la mano izquierda. Debe empujar hacia afuera con el brazo, el puño cerrado como si estuviese asiendo el tirador de una puerta. Debe empujar más y más, y, a la vez repetir: "fuera, fuera, fuera".

Dile que , puesto que ya no le queda nada por hacer, que debe dedicar cada segundo del tiempo que le quede de vida a realizar esa actividad. Te aseguro que pronto podrá levantarse e irse a casa por su propio pie, si es que lo desea.

Viaje a Ixtlan.

Tarde o temprano "verás". En tu próximo encuentro con el aliado, si acaso llega, tendrás que luchar con él y domarlo. Si sobrevives al choque, de lo cual estoy seguro, pues eres fuerte y has estado viviendo como guerrero, te encontrarás vivo en una tierra desconocida. Entonces, como es natural para todos nosotros, lo primero que querrás hacer es volver a Los Angeles.
Pero no hay modo de volver a Los Angeles. Lo que dejaste allí está perdido para siempre. Para entonces, claro, serás brujo, pero eso no ayuda; en un momento así, lo importante para todos nosotros es el hecho de que todo cuando amamos, odiamos, o deseamos ha quedado atrás. Pero los sentimientos del hombre no mueren ni cambian y el brujo inicia su camino a casa sabiendo que nunca llegará, sabiendo que ningún poder sobre la tierra, así sea su misma muerte, lo conducirá al sitio, las cosas, la gente que amaba.

Don Juan relata a Castaneda su experiencia con un pinche tirano al cual venció con la ayuda de su benefactor.

…-¿Usted encontró a un pinche tirano, don Juan?

-Tuve suerte. Un verdadero ogro me encontró a mí. Sin embargo, en aquel entonces, yo me sentía como tú, no podía considerarme afortunado, aunque mi benefactor me decía lo contrario.

Don Juan dijo que su penosa experiencia comenzó unas semanas antes de conocer a su benefactor. Apenas tenia veinte años de edad en aquel entonces. Había conseguido un empleo como jornalero en un molino de azúcar. Siempre había sido muy fuerte, y por eso le era fácil conseguir trabajos para los que se requerían músculos. Un día, mientras movía unos pesados costales de azúcar llegó una señora. Estaba muy bien vestida y parecía ser mujer rica y de autoridad. Dijo don Juan que la señora quizá tenía unos cincuenta años de edad, y que se le quedó viendo, luego habló con el capataz y partió.

El capataz se acercó a don Juan, diciéndole que si le pagaba, él lo recomendaría para un trabajo en la casa del patrón. Don Juan le respondió que no tenía un centavo. El capataz sonrió y le dijo que no se preocupara, que el día de pago tendría bastante. Palmeó la espalda de don Juan y le aseguró que era un gran honor trabajar para el patrón.

Don Juan dijo que, puesto que él era un humilde indio ignorante que vivía al día, no solo se creyó hasta la ultima palabra, sino que hasta creyó que una hada benévola le había hecho un regalo. Prometió pagarle al capataz lo que quisiera. El capataz mencionó una considerable suma, que tenia que pagarse en abonos.

De inmediato, el capataz llevó a don Juan a la casa del patrón que quedaba bastante lejos del pueblo, y ahí lo dejó con otro capataz, un hombre enorme, sombrío y de físico horrible que le hizo muchas preguntas. Quería saber acerca de la familia de don Juan. Don Juan le contestó que no tenía familia alguna. Eso agradó tanto al hombre que llegó a sonreír, mostrando sus dientes carcomidos.

Le prometió a don Juan que le pagarían mucho, y que incluso estaría en posición de ahorrar dinero, porque no tendría que gastarlo ya que iba a vivir y comer en la casa.
La manera como el hombre se rió aterró tanto a don Juan que de inmediato trató de salir corriendo. Llegó hasta la entrada, pero el hombre le cortó el camino con un revólver en la mano. Lo amartilló y lo empujó con fuerza contra el estómago de don Juan.

-Estás aquí para trabajar como burro -dijo-. Que no se te olvide.

Con mucha fuerza empujó a don Juan, y le pegó con un garrote. Lo arrastró a un costado de la casa y después de comentar que él hacía trabajar a sus hombres de sol a sol y sin descanso, puso a trabajar a don Juan, desenterrando dos enormes troncos de árbol cortados. También le dijo a don Juan que si otra vez intentaba escapar o acudir a las autoridades lo mataría a balazos.

-Trabajarás aquí hasta que te mueras -le dijo-. Y después otro indio tomará tu puesto, así como tú estás tomando el puesto de un indio muerto.

Don Juan dijo que la casa parecía una fortaleza inexpugnable, con hombres armados con machetes por doquier. Así que hizo lo único sensato que podía hacer: ponerse a trabajar y tratar de no pensar en sus cuitas. Al final de la jornada, el hombre regresó y, porque no le gustó la mirada desafiante en los ojos de don Juan, se lo llevó a patadas hasta la cocina. Amenazó a don Juan con cortarle los tendones de los brazos si no le obedecía.

En la cocina una vieja le sirvió comida, pero don Juan estaba tan perturbado que no podía comer. La vieja le aconsejó que comiera todo porque tenía que fortalecerse ya que su trabajo jamás terminaría. Le advirtió que el hombre que ocupaba su lugar había muerto el día anterior. Estaba demasiado débil y se cayó de una ventana del segundo piso.

Don Juan dijo que trabajó en la casa del patrón por tres semanas, y que el hombre abusó de él a cada instante. Bajo la amenaza constante de su cuchillo, pistola o garrote, el capataz lo hizo trabajar en las más peligrosas condiciones, haciendo los trabajos más pesados que es posible imaginar. Cada día lo mandaba a los establos a limpiar los pesebres mientras seguían en ellos los nerviosos garañones. Al comenzar el día, don Juan tenia siempre la certeza de que no iba a sobrevivirlo. Y sobrevivir sólo significaba que tendría que pasar otra vez por el mismo infierno al día siguiente.
Lo que precipitó la escena final fue la petición que don Juan hizo en un día feriado. Pidió unas horas para ir al pueblo a pagarle el dinero que le debía al capataz del molino de azúcar. Era un pretexto. El capataz se dio cuenta y repuso que don Juan no podía dejar de trabajar, ni siquiera un minuto, porque estaba endeudado hasta las orejas por el solo privilegio de trabajar allí.

Don Juan tuvo la certeza de que ahora si estaba perdido. Entendió las maniobras de los dos capataces: estaban de acuerdo para hacerse de indios pobres del molino, trabajarlos hasta la muerte y dividirse sus salarios. Al darse cabal cuenta de todo esto don Juan explotó. Comenzó a dar gritos histéricos; gritando atravesó la cocina y entró a la casa principal. Sorprendió tan por completo al capataz y a los otros trabajadores que pudo salir corriendo por la puerta delantera. Casi logró huir, pero el capataz lo alcanzó y en medio del camino le pegó un tiro en el pecho y lo dio por muerto.

Don Juan dijo que su destino no fue morir; ahí mismo lo encontró su benefactor y lo cuidó hasta que se repuso.

-Cuando le conté toda la historia a mi benefactor -prosiguió don Juan-, apenas logró contener su emoción. "Ese capataz es un verdadero tesoro" dijo mi benefactor. "Es algo demasiado raro para ser desperdiciado. Algún día tienes que volver a esa casa".
"Se deshacía en elogiar a mi suerte de encontrar un pinche tirano, único en su género, con un poder casi ilimitado. Pensé que el señor estaba loco. Me tomó años entender cabalmente lo que me dijo en ese entonces.

-Este es uno de los relatos más horribles que he escuchado en mi vida -dije-. ¿Realmente volvió usted a esa casa?

-Claro que volví, tres años después. Mi benefactor tenia razón. Un pinche tirano como aquel era único en su género y no podía desperdiciarse.

-¿Cómo logró usted regresar?

-Mi benefactor ideó una estrategia utilizando los cuatro atributos del ser guerrero: control, disciplina, refrenamiento y la habilidad de escoger el momento oportuno.
Don Juan dijo que su benefactor, al explicarle lo que él tenía que hacer en la casa del patrón para enfrentar a aquel ogro de hombre, también le reveló que los nuevos videntes consideraban que habían cuatro pasos en el camino del conocimiento. El primero es el paso que dan los seres humanos comunes y corrientes al convertirse en aprendices. Al momento que los aprendices cambian sus ideas acerca de sí mismos y acerca del mundo, dan el segundo paso y se convierten en guerreros, es decir, en seres capaces de la máxima disciplina y control sobre si mismos. El tercer paso, que dan los guerreros, después de adquirir refrenamiento y la habilidad de escoger el momento oportuno, es convertirse en hombres de conocimiento. Cuando los hombres de conocimiento aprenden a ver, han dado el cuarto paso y se han convertido en videntes.

Su benefactor recalcó el hecho de que don Juan ya había recorrido el camino del conocimiento lo suficiente para haber adquirido un mínimo de los dos primeros atributos: control y disciplina.

-En aquel entonces, me estaban vedados los otros dos atributos -prosiguió don Juan-. El refrenamiento y la habilidad de escoger el momento oportuno quedan en el ámbito del hombre de conocimiento. Mi benefactor me permitió el acceso a ellos a través de su estrategia…


…-Ese señor no era nada en comparación con los verdaderos monstruos que los nuevos videntes enfrentaron durante la Colonia. Todo parece indicar que aquellos videntes se quedaron bizcos de tanta diversión. Probaron que hasta los peores pinches tiranos son un encanto, claro esta, siempre y cuando uno sea guerrero.
Don Juan explicó que el error de cualquier persona que se enfrenta a un pinche tirano es no tener una estrategia en la cual apoyarse; el defecto fatal es tomar demasiado en serio los sentimientos propios, así como las acciones de los pinches tiranos. Los guerreros por otra parte, no solo tienen una estrategia bien pensada, sino que están también libres de la importancia personal. Lo que acaba con su importancia personal es haber comprendido que la realidad es una interpretación que hacemos. Ese conocimiento fue la ventaja definitiva que los nuevos videntes tuvieron sobre los españoles.

Dijo que estaba convencido de que podía derrotar al capataz usando solamente la convicción de que los pinches tiranos se toman mortalmente en serio, mientras que los guerreros no.

Siguiendo el plan estratégico de su benefactor, don Juan volvió a conseguir trabajo en el mismo molino de azúcar. Nadie recordó que él trabajó allí; los peones trabajaban en el molino de azúcar por temporadas.

La estrategia de su benefactor especificaba que don Juan tenia que ser esmerado y circunspecto con quien fuera que llegara buscando otra víctima. Resultó que la misma señora llegó, como lo había hecho años antes y se fijó inmediatamente en don Juan, quien tenía aún más fuerza física que la vez anterior.

Tuvo lugar la misma rutina con el capataz. Sin embargo, la estrategia requería que don Juan, desde el principio, rehusara pago alguno al capataz. Al hombre jamás se le había hecho eso, y quedó asombrado. Amenazó con despedir a don Juan del trabajo. Don Juan lo amenazó por su parte, diciendo que iría directamente a la casa de la señora a verla. Le dijo al capataz que él sabía donde vivía ella, porque trabajaba en los campos aledaños cortando caña de azúcar. El hombre comenzó a regatear, y don Juan le exigió dinero antes de aceptar ir a casa de la señora. El capataz cedió y le entregó algunos billetes. Don Juan se dio perfecta cuenta de que el capataz accedía sólo como ardid para conseguir que aceptara el trabajo.

El mismo me llevó de nuevo a la casa -dijo don Juan-. Era una vieja hacienda propiedad de la gente del molino de azúcar; hombres ricos que o bien sabían lo que pasaba y no les importaba, o eran demasiado indiferentes para darse cuenta.
"En cuanto llegamos ahí, corrí a buscar a la señora. La encontré, caí de rodillas y besé su mano para darle las gracias. Los dos capataces estaban lívidos.

"El capataz de la casa me hizo lo mismo que antes. Pero yo estaba preparadísimo para tratar con él; tenía yo control y disciplina. Todo resultó tal como lo planeó mi benefactor. Mi control me hizo cumplir con las más absurdas necedades del tipo. Lo que generalmente nos agota en una situación como ésa es el deterioro que sufre nuestra importancia personal. Cualquier hombre que tiene una pizca de orgullo se despedaza cuando lo hacen sentir inútil y estúpido.

“Con gusto hacía yo todo lo que el capataz me pedía. Yo estaba feliz y lleno de fuerza. Y no me importaban un comino mi orgullo o mi terror. Yo estaba ahí como guerrero impecable. El afinar el espíritu cuando alguien te pisotea se llama control.”
Don Juan explicó que la estrategia de su benefactor requería de que en lugar de sentir compasión por sí mismo, como lo había hecho antes, se dedicara de inmediato a explorar el carácter del capataz, sus debilidades, sus peculiaridades.
Encontró que los puntos más fuertes del capataz eran su osadía y su violencia. Había balaceado a don Juan a plena luz del día y ante veintenas de espectadores. Su gran debilidad era que le gustaba su trabajo y que no quería ponerlo en peligro. Bajo ninguna circunstancia intentaría matar a don Juan dentro de la propiedad, durante el día. Su otra gran debilidad consistía en que era hombre de familia. Tenia una esposa e hijos que vivían en una casucha cerca de la casa.

-Reunir toda esta información mientras te golpean se llama disciplina -dijo don Juan-. El hombre era un demonio. No tenia ninguna gracia que lo salvara. Según los nuevos videntes, el perfecto pinche tirano no tiene ninguna característica redentora.
Don Juan dijo que los dos últimos atributos del ser guerrero, que él aún no tenia en aquel entonces, habían quedado automáticamente incluidos en la estrategia de su benefactor. El refrenamiento es esperar con paciencia, sin prisas, sin angustia; es una sencilla y gozosa retención del pago que tiene que llegar.

-Mi vida era una humillación diaria -prosiguió don Juan-, a veces hasta lloraba cuando el hombre me pegaba con su látigo, y sin embargo, yo era feliz. La estrategia de mi benefactor fue lo que me hizo aguantar de un día a otro sin odiar a nadie. Yo era un guerrero. Sabía que estaba esperando y sabía qué era lo que esperaba. Precisamente en eso radica el gran regocijo del ser guerrero.

Agregó que la estrategia de su benefactor incluía acosar sistemáticamente al hombre, escudándose siempre tras un orden superior, así como habían hecho los videntes del nuevo ciclo, durante la Colonia, al escudarse con la iglesia católica. Un humilde sacerdote era a veces más poderoso que un noble.

El escudo de don Juan era la señora dueña de la casa. Cada vez que la veía se hincaba ante ella y la llamaba santa. Le rogaba que le diera la medalla de su santo patrón para que él pudiera rezarle por su salud y bienestar.

-Me dio una medalla de la virgen -prosiguió don Juan-, y eso casi aniquiló al capataz. Y cuando conseguí que las cocineras se reunieran a rezar por la salud de la patrona casi sufrió un ataque al corazón. Creo que entonces decidió matarme. No le convenía dejarme seguir adelante.

"A manera de contramedida organicé un rosario entre todos los sirvientes de la casa. La señora creía que yo tenia todas las características de un santo.

"Después de aquello ya no dormía profundamente, ni dormía en mi cama. Cada noche me subía al techo de la casa. Desde allí vi dos veces al hombre llegar a mi cama con un cuchillo.

"Todos los días me empujaba a los pesebres de los garañones con la esperanza de que me mataran a patadas, pero yo tenia una plancha de tablas pesadas que apoyaba en una de las esquinas. Yo me escondía detrás de ella y me protegía de las patadas de caballo. El hombre nunca lo supo porque los caballos le daban náuseas; era otra de sus debilidades, la más mortal de todas, como resultó al fin.

Don Juan dijo que la habilidad de escoger el momento oportuno es una cualidad abstracta que pone en libertad todo lo que está retenido. Control, disciplina y refrenamiento son como un dique detrás del cual todo está estancado. La habilidad de escoger el momento oportuno es la compuerta del dique.

El capataz sólo conocía la violencia, con la cual aterrorizaba. Si se neutralizaba su violencia quedaba casi indefenso. Don Juan sabía que el hombre no se atrevería a matarlo a la vista de la gente de la casa, así. que un día, en presencia de otros trabajadores y también de la señora, don Juan insultó al hombre. Le dijo que era un cobarde y un asesino que se amparaba con el puesto de capataz.

La estrategia de su benefactor exigía que don Juan estuviera alerta para escoger y aprovechar el momento oportuno y voltearle las cartas al pinche tirano. Cosas inesperadas siempre suceden así. De repente, el más bajo de los esclavos se burla del déspota, lo vitupera, lo hace sentirse ridículo frente a testigos importantes, y luego se escabulle sin darle tiempo de tomar represalias.

-Un momento después -prosiguió don Juan-, el hombre enloqueció de rabia, pero yo ya estaba piadosamente hincado frente a la patrona.

Don Juan dijo que cuando la señora entró a su recamara, el capataz y sus amigos lo llamaron a la parte trasera de la casa, supuestamente para hacer un trabajo.
El hombre estaba muy pálido, blanco de ira. Por el tono de su voz don Juan supo lo que el hombre pensaba hacer con él. Don Juan fingió obedecer, pero en vez de dirigirse adonde el capataz le ordenaba corrió hacia los establos. Confiaba en que los caballos harían tanto ruido que los dueños de la casa saldrían a ver lo que pasaba. Sabía quo el hombre no se atrevería a dispararle, y que tampoco se acercaría adonde estaban los caballos. Esa suposición no se cumplió. Don Juan había empujado al hombre más allá de sus límites.

-Salté al pesebre del más salvaje de los caballos -dijo don Juan-, y el pinche tirano, cegado por la rabia, sacó su cuchillo y se metió tras de mí. Al instante, me escondí detrás de mis tablas. El caballo le dio una sola patada y todo acabó.

"Yo había pasado seis meses en esa casa,. y durante ese periodo ejercí los cuatro atributos de ser guerrero. Gracias a ellos había triunfado. Ni una sola vez. sentí compasión por mí mismo, ni lloré de impotencia. Sólo sentí regocijo y serenidad. Mi control y mi disciplina estuvieron afilados como nunca lo estuvieron. Además, experimenté directamente, aunque no los tenía, lo que siente el guerrero impecable cuando usa el refrenamiento y la habilidad de escoger el momento oportuno."

"Mi benefactor explicó algo muy interesante. Refrenamiento significa retener con el espíritu algo que el guerrero sabe que justamente debe cumplirse. No significa que el guerrero ande por ahí pensando en hacerle mal a alguien, o planeando cómo vengarse y saldar cuentas. El refrenamiento es algo independiente. Mientras el guerrero tenga control, disciplina y la habilidad de escoger el momento oportuno, el refrenamiento asegura que recibirá su completo merecido quienquiera que se lo haya ganado."

-¿Triunfan alguna vez los pinches tiranos, y destruyen al guerrero que se les enfrenta? -pregunté.

-Desde luego. Durante la Conquista y la Colonia los guerreros murieron como moscas. Sus filas se vieron diezmadas. Los pinches tiranos podían condenar a muerte a cualquiera, por un simple capricho. Bajo ese tipo de presión, los videntes alcanzaron estados sublimes.

Aseguró don Juan que, en esa época, los videntes que sobrevivieron tuvieron que forzarse hasta el límite para encontrar nuevos caminos.
Carlos Castaneda : El fuego interno

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Según Platón, el conocimiento es un subconjunto de lo que forma parte a la vez de la verdad y de la creencia.
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