lunes, 6 de octubre de 2008

Ken Wilber, los cambios de la consciencia.

Ken Wilber encontró una conexión entre lo personal y
lo transpersonal al reflexionar sobre el miedo.


"Ken wilber es un solitario, me habían dicho... Hasta entonces sólo le conocía a través de sus libros. Nos citamos en su pequeño piso de dos habitaciones en un suburbio. Ken Wilber, descalzo y con la camisa desabrochada —hacía un día cálido de verano— me ofrece un vaso de zumo y sonríe: ¡existo de verdad!.

Ken Wilber se ha criado «sin patria y sin raíces. Cuando me va mal, pienso que esa es la razón». Pero gracias a los múltiples traslados también ha aprendido a adaptarse una y otra vez a personas y situaciones diferentes, a estar abierto hacia a ellas, a tener confianza. «Cuando me va bien, también pienso que se debe a lo mismo».

Sobre sí mismo dice: «era un gamberro y también, más tarde, he tomado suficiente cerveza y me he enamorado locamente de la suficiente cantidad de mujeres como para estar completamente normal y sano». A los diez años descubrió un libro de química, después pasó los momentos más felices en los laboratorios que instalaba en los diferentes pisos de sus padres. Era un mundo de ciencias naturales, su meta la bioquímica y su vida interior de aquel entonces «un idilio de la precisión y exactitud, un baluarte de lo claro y evidente», hasta el momento en que, casualmente, en el College, dio con el Tao Te King de Lao-Tsé: "el Tao que se puede expresar con palabras, no es el Tao permanente". "El nombre que puede ser nombrado no es el nombre permanente". "Lo que no tiene nombre es el principio de todos los seres". "Lo que tiene nombre es la madre de todas las cosas".

Ese era un mundo totalmente nuevo, completamente distinto. En los meses siguientes lee introducciones al budismo y taoísmo; Wilber lo descibe como si su conciencia hubiese recuperado algo familiar perdido hacía mucho tiempo. «El viejo Lao-Tsé había tocado una cuerda en lo más hondo de mí. De pronto me desperté y me di cuenta de que mi vida anterior, mis viejas convicciones ya no significaban nada para mí. Era como una búsqueda del Grial; la cosa es que me enamoré de ideas».

Ken Wilber se ha dedicado a su amor, éste, sin embargo no carecía de problemas. Al principio, simplemente, le hacía sentirse infeliz; en palabras de buda “Dukka“ de mal humor. En todas partes había instrucciones para la vida correcta, feliz. «Si los freudianos tienen razón y un YO fuerte es la base de la salud psíquica, ¿cómo es, pues, que los budistas pueden tener razón con su reclamo de despegarse del YO?. Si los conductistas tienen razón diciendo que el condicionamento temprano es la clave de todos los problemas, ¿cómo es posible, pues, que Perls pueda afirmar que sólo tiene importancia el Aquí y Ahora ?».

Para salir del desconcierto, primeramente tenía que ordenarlo. Empezó por dividir su mapa de la conciencia en los dos niveles de lo personal y lo transpersonal, formulando la primera regla:
Puede aceptarse como posible verdad lo que una teoría sobre la personalidad dice sobre la esfera personal y lo que una teoría transpersonal dice sobre lo transpersonal, pero en los casos en los que pasan las fronteras más vale ser cauto.

Lo que Freud llama “histeria ante lo religioso“ le parece tan absurdo como el rechazo global de Freud por parte de los autores transpersonales que «se ocupan del tema, pero ignorando cosas elementales que el genio de Freud tenía que decir sobre ese campo de investigación y ven a los hombres como una mezcla de luz y dulzura, una concepción tan unilateral como la de Freud».
Pero, también dentro de estos dos enfoques había dificultades. Lo que los hindúes sabían transmitir sobre la energía kundalini no tenía relación alguna con la concepción divina del maestro Eckhart o de Jacob Boehme. Y, teniendo en cuenta la inmensa cantidad de sistemas terapeúticos occidentales, Wilber se pregunta «si todas estas escuelas realmente estudian el mismo ser humano», más bien daba la impresión de que el mundo occidental estaba poblado de cuatro o cinco razas humanas. Había el hombre agresivo, el erótico, el condicionado, el autorrealizado y el transcendental: sólo del homo sapiens no parecía hablar nadie.

Encontró una conexión entre lo personal y lo transpersonal al reflexionar sobre el miedo. Para los existencialistas, los prototipos del nivel personal, el miedo forma necesariamente parte del hombre cuando éste se da cuenta de su individualidad, y con ello de que está separado de los otros. “El infierno son los otros“, dice Sartre.

De modo muy parecido ven también los místicos el problema humano fundamental: “Dónde hay un otro hay miedo“, se lee en los Upanishad; pero van más allá de esto, para ellos hay una realidad más allá de la controversia del sí mismo y del otro, una realidad que se vive o bien como comunión de los opuestos, o bien como más allá de todos los opuestos. El que sea capaz de descubrir esta última realidad, esta soledad, donde no existe lo otro, para sí mismo, se está liberando del destino de sentirse como un yo separado, se libera del miedo.

Llegado a tal punto, Wilber, un santo muy particular, escribió en tres meses su primer libro: "El espectro de la conciencia". Después renunció a una carrera universitaria que se le brindaba, ganándose la vida con trabajos de medio tiempo. Pero él nunca se ha arrepentido de haberse decidido a llevar este tipo de vida: «He aprendido lo que ninguna universidad hubiese podido enseñarme: humildad. ¡olvida tus títulos, libros y artículos, lava platos!, y el sentido de realidad de aquello que se ocupa inmediata y concretamente con el mundo.»

Este modo de arreglarse la vida puede que sea uno de los secretos de su productividad. Aún así fue co-fundador de la revista "Revision" que hoy es el órgano oficial de la Asociación Transpersonal Internacional .

Leyó psicología evolutiva, desde Piaget, pasando por Neumann hasta Margret Mahler, y se enfrascó en textos de antropología y mitología. El concepto básico de su teoría evolutiva: la conciencia humana sigue evolucionando desde estructuras simples a estructuras más complejas. En este proceso los modelos básicos son similares en todas partes, mientras que las estructuras de superficie se modifican de individuo a individuo y de civilización a civilización. El correspondiente nivel de conciencia no emerge del nivel inferior precedente, sino que más bien se eleva desde una base de origen inconsciente, atravesando el nivel inferior.

En concreto sería así: los modernos psicológos de la evolución describen el estado de conciencia del recién nacido como una matriz no diferenciada. El individuo y el mundo aún no se han separado, no hay ni tiempo, ni espacio, ni límites. Presumiblemente fue así como vivió el hombre arcaico hasta aproximadamente 200.000 años antes de Cristo: «sin diferenciar entre su experiencia interior y la naturaleza exterior, sin pensamiento, sin lenguaje, en un tiempo antes del tiempo, sin realmente comprender la muerte, y por ello, posiblemente, sin experimentar angustia existencial: omnipotentes en su ignorancia. Este es el fondo de los mitos del jardín del Edén, del paraíso.»

Y, este paraíso, ¿sería lo mismo que la unidad en la conciencia más alta en el Atman de los hindúes, en el Tao de Lao-Tsé o en la conciencia de los místicos cristianos? ¿Será que la evolución de la conciencia humana se mueve en círculo y termina allí donde ha empezado?. La añoranza de unidad, ¿no sería pues otra cosa que la tendencia hacia la regresión, la retirada a un estadio temprano infantil como creen los psicoanalistas?.

Wilber se debatió mucho tiempo con este problema hasta que comprendió: el recién nacido vive la unión, pero de forma inconsciente. Sin embargo, la unión en el Atman o en el Tao es lo más elevado de la conciencia. La evolución iría, pues, del inconsciente, pasando por el consciente, hacia lo supraconsciente; de lo pre-personal, pasando por lo personal, hacia lo transpersonal. La conciencia transpersonal es al mismo tiempo la unión con la base de todo ser, que es inmortal. Alcanzar conscientemente esta unión es la meta de la evolución y añoranza del ser humano. El hombre se desprendde paso a paso de la unión original, ganando así conciencia e individualidad. Pero eso tiene su precio. «Los animales son mortales, pero no comprenden del todo este hecho. Los dioses son inmortales, y lo saben. El pobre hombre, sin embargo, llegó a ser una infeliz mezcla; es mortal, y lo sabe».

A partir del segundo mes de vida, el recién nacido aprende a distinguir vagamente entre él y su entorno. Aunque aún sigue unido simbióticamente a la madre. Sólo de modo muy lento se separa de ella, primero en su mundo físico y más tarde en su mundo de representaciones. Pero el hombrecito aún está en contacto con su presente inmediato, sus sentimientos están determinados por el principio de placer y son irreflexivos. Su mundo sigue siendo durante mucho tiempo “consciente y lleno de intenciones” como dice Piaget, “el yo se ha internalizado sólo de forma muy leve”.

Presumiblemente, los niños en este estadio viven el mundo como los adultos sus sueños: como una secuencia de imágenes. En un estado de ánimo mágico parecido deben haber vivido también nuestros antepasados cuando pintaban las cuevas con sus escenas de caza, si lograban dar con la imagen, también consegurían el animal real. Wilber denomina a esta fase la fantástica-emocional o mágica. En la fase siguiente, la verbal o mítica, se añade una cosa esencial: el lenguaje. El hombrecito, ahora, es capaz de recordar el pasado, anticipar el futuro y por lo tanto, adaptar su propia acción. Ya no depende totalmente de sus impulsos, sino que puede posponerlos; “yo mismo” y “no quiero” llegan a ser expresiones muy importantes. Aprende lo que Piaget llama la percepción de la realidad y Freud el proceso secundario. Pero aún no es capaz de pensar casual y lógicamente.

El paralelo en la historia de la humanidad sería el descubrimiento de la agricultura diez siglos antes de Cristo, lo cual presupone el lenguaje, saber pensar en función del tiempo, planificar y actuar en común. Con el lenguaje se desarrolla también una tradición cultural, una nueva estructura social donde se desarrollan nuevas profesiones y clases. Con esta cultura, ya sorprendentemente refinada, del valle del Nilo, se inicia también un culto a los muertos de inmensas dimensiones, las pirámides: los hombres reprimen la conciencia de la propia mortalidad con soluciones sustitutivas para la inmortalidad, con bienes, poder y pirámides; con proyectos de Atman.

La mitología de esta época revela todavía otro contexto. Al principio de la evolución existían casi exclusivamente diosas-madres. La madre ctónica, la tierra, pare, alimenta y vuelve a recibir a los muertos en sus entrañas. El punto clave de su mitología es el sacrificio sangriento ritual, al principio humano, que contiene tanto el “morir y nacer” de las estaciones como la unión de sangre y fertilidad. Y a partir de esta época también tenemos noticias de las guerras, los asesinatos son sacrificios suplentes. El odio humano es para Wilber en gran medida un producto cognitivo y conceptual.

Aproximadamente a partir del 2.500 antes de Cristo se inicia una nueva etapa: la fase mental-yoica. Su imagen es la mitología, la aparición de dioses masculinos. La lucha contra la naturaleza ya no es utópica, la gran madre ya no es la vencedora irrecusable, “se levanta la luz de la razón de Apolo”, posibilitando nuestra cultura occidental. Sin embargo, la separación definitiva de la unión inconsciente con la naturaleza, el cosmos y el cuerpo, resultó amargamente difícil y causó sentimientos de venganza hasta entonces ignorados contra la etapa precedente: “la gran madre no sólo fue trascendida, lo cual era deseable, sino reprimida, lo cual repercutió de una manera desastrosa. La mente empezó a dominar y destruir la naturaleza, despreciando su propia parte de la naturaleza, el cuerpo, el “hermano asno”.
En la evolución individual, esta es la fase en que el niño descubre su propio sexo, su propia individualidad y esto, lleva directamente al primer amor desgraciado: la niña pequeña se siente atraída por el padre, el niño por la madre, pero los dos tienen un gran rival en la figura paterna del sexo opuesto, es la fase Freudiana del complejo de Edipo. Su pena principal, es para Wilber, el sentirse marginado de las cosas importantes que los padres tienen en común, y su principal deber evolutivo es la superación de esta situación desagradable, su trascendencia al campo mental. Para Wilber, Edipo es el héroe trágico que no pudo desprenderse de lo maternal-natural.

Ahora el niño completa también el desarrollo de su superyo, es decir, introyecta las prohibiciones e ideales de su entorno, sobre todo de sus padres, desarrolla parámetros morales y se mortifica con sentimientos de culpa y vergüenza si es incapaz de cumplir esos parámetros. He aquí el ego limitado de un individuo normal de Europa central, tal como lo encontramos en la representación del primer ensayo del espectro.

La nueva etapa evolutiva tiene marcadas características patriarcales. En parte, esto le resulta evidente a Wilber: la tradicional definición de lo femenino “sensible, conservador, intuitivo, pasivo” y la correspondiente de lo masculino “racional, lógico, activo, agresivo” está tanto más acertada cuanto más se identifica el hombre con su corporeidad, y llega a ser tanto más inapropiada y equívoca cuanto más evoluciona hacia lo mental y espiritual.

El maestro Zen D.T Suzuki opinó con sorna sobre la situación en occidente: “el hombre está contra dios, la naturaleza está contra dios, y el hombre y la naturaleza también se combaten”.

Wilber cuenta de sus experiencias de meditación lo difícil que le resultó dejar atras el nivel del pensar: “Fue la tarea más espinosa que jamás haya tenido que resolver”. Pero luego entró en un nivel en que los pensamientos entran al consciente como nubes que pasan: “de forma fluyente, clara, con gracia, nada es pegajoso, nada pica o rasca”. Había superado lo que llama el complejo de Apolo.

Después, sus vivencias de meditación se hicieron más profundas, arquetípicas. Pero cuanto más progresaba en esta meditación tanto más se daba cuenta de que no lograba aquella unión en la cual ya no hay experimentador, ya no hay testigo. Un maestro Zen le explicó: “Ser testigo es el último bastión del ego”. Cuando cayó este bastión, “Ya no había ningún sujeto, ya no había ningún objeto en ningún lado del universo, sólo existía el universo. De un momento a otro apareció todo, dentro de mi y como yo, pero no hubo un yo... No había ninguna cualidad personal, habla, lógica, conceptos, motricidad, todo había desaparecido o estaba disminuido. Al contrario. Por vez primera funcionaban bien, libre de todos los mecanismos de defensa del ego separado. Este estado abierto, completamente no-dual, fue al mismo tiempo increíble y perfectamente normal, tanto que ni siquiera me percaté de él. No hubo nadie que lo comprendiera hasta que salí de él al cabo de tres horas».

La siguiente obra de Wilber, “Transformatión of Consciousness” trata otra vez, y de modo mucho más diferenciado que su primer libro, de la psicopatología y la terapia. La idea base es: la conciencia se eleva de nivel a nivel: prepersonal, personal, transpersonal. Un deseo conservador demasiado acentuado puede parar la evolución (fijación) o incluso hacerla retroceder (regresión). Si, por otro lado, la conciencia se eleva con demasida rapidez a niveles superiores, puede perder el suelo bajo los pies, si los niveles precedentes no han sido adecuadamente desarrollados, consolidados e integrados. De ello resultan los peligros y perturbaciones del desarrollo.

En cuanto a las perturbaciones de la fase prepersonal, Wilber suscribe la teoría de los neofreudianos. Son perturbaciones de la primera etapa corporal y por lo tanto deben ser tratadas a este nivel: construir la estructura deficiente del ego, delimitar las limitaciones del yo y volver a experimentar el proceso de separación e individuación, en el caso de perturbaciones narcicistas y reintegrar lo reprimido en los casos de neurosis.
En la fase personal, los conflictos son de naturaleza cognitiva: de pertenencia social, roles y normas. Es el dominio del Análisis transaccional y terapia de comunicación. Por otro lado resulta problemática la propia identidad, Wilber desearía aquí un terapeuta capaz de entablar un diálogo socrático con el cliente. En tercer lugar existe la depresión existencial. Miedo, evasión de la finalidad y la muerte. En la medida en que el yo se hace más transparente y puede liberarse de sentimientos egocéntricos, tanto más autónomo y auténtico se hace, encontrando así un sentido interior.

En el nivel transpersonal Wilber ve otra vez tres tipos de perturbaciones. Se generan, primero, en el campo del éxtásis corporal y las facultades paranormales, en el camino de los yoguis, segundo en el camino de los santos y tercero en el camino de los sabios. Las perturbaciones más espectaculares se dan en el camino de los yoguis, cuando se abren facultades paranormales que estremecen la estructura del yo. En trastornos de este nivel Wilber recomienda ejercicios de yoga, exceptuando los episiodos psicóticos en los que opta por una terapia junguiana.

El problema fundamental, en cuanto a terapia, radica en no confundir los diferentes niveles en que aparecen las perturbaciones. Frecuentemente los terapeutas formados en un estilo convencional tratan todos los conflictos desde lo prepersonal, y del mismo modo los orientados hacia lo transpersonal no tratan nunca ese nivel. Esto resulta especialmente problemático porque las personas con perturbaciones en el desarrollo temprano del yo se sienten particularmente atraídas por el yoga y las técnicas meditativas. Quieren aprender a renunciar a un yo que todavía no han desarrollado.

Wilber no es terapeuta. Marie-Louise von Franz, una de las representantes más importantes de la psicología junguiana, llama a Wilber un Tomás de Aquino moderno, que hace el balance de la suma teológica de su época. Allí resuena la admiración, pero también un poco de especticismo. Admiración porque Wilber proporciona una visión global fascinante; escepticismo porque, pese a que dentro de este sistema se hace más comprensible la evolución humana, ésta nunca se amolda perfectamente a tal definición: "los hombres son mucho menos ordenados que el sistema de Wilber. No es casualidad que admire las ciencias filosóficas de la Europa Continental, los grandes sistemáticos y sobre todo a Hegel."

El hecho de que muchos grandes físicos de nuestra época, desde Einstein hasta Heisenberg, también sean místicos, lo explica a través del símil de la caverna de Platón: todos estamos sentados dentro de una caverna, con la espalda hacia la entrada, delante de la cual hay una gran fogata. Lo que podemos reconocer son sólo sombras de las cosas reales que se mueven entre el fuego y la pared de la cueva. También en física hay ecuaciones matemáticas que representan una realidad conocida sólo por sus sombras. Durante mucho tiempo los físicos no se dieron cuenta de esto, pero los más modernos lo saben y se ocupan de lo esencial, del fuego, de la luz delante de la caverna, de la mística.

Tampoco en otros campos el precursor del movimiento transpersonal está muy entusiasmado: “El movimiento New Age es una extraña mezcla de un puñado de almas transpersonales y el resto son adictos prepersonales. Sin embargo, dice, hay una minoría creciente que intenta alcanzar una nueva conciencia: “en el actual momento de la historia, una transformación radical que haría temblar el mundo radicaría en el hecho de que cada cual evolucionara hacia un ego realmente maduro, racional y consciente, un ego que fuera capaz de participar libremente en el intercambio abierto de respeto mutuo... Con ello viviríamos realmente una nueva era... Si el holocausto nos devora a todos, esto no demostraría que la mente ha fracasado, sino, fundamentalmente, que aún no había sido completamente probada”.

Fuentes:

http://www.concienciasinfronteras.com/IMAGEN/numeros/consinfron.gif

Por Edith Zundel.
Para el diario Die Zeit.
Traducción Sibylle Schultheiss.



domingo, 5 de octubre de 2008

Ken Wilber: Una visión personal.

CHARLA SOBRE KEN WILBER POR DAVID GONZÁLEZ RAGA


No es mi intención, en esta ocasión, presentar la obra de Ken Wilber. Ni es la mía la persona más adecuada ni tampoco es éste el momento más idóneo para hacerlo.
¿Qué podría decirse de alguien que a los 23 años escribió un libro por el que fue calificado como el "Einstein de la conciencia"? ¿Qué podría decirse de quien ha recibido el reconocimiento de pensadores y psicólogos como Huston Smith, Michael Murphy, James Fadiman, Rollo May y Daniel Goleman, entre otros? ¿Qué podría decirse, en fin, de quien a los 50 años -todavía en plena vida activa- acaba de ver publicadas sus obras completas?
La contundencia que suele provocar el impacto de su obra es tan rotunda que hay quienes recomiendan vacunarse para no contagiarse de ella. En mi opinión, sin embargo, quien esté interesado en lo transpersonal -y en una aproximación integral a la psicología- haría bien en leerlo detenidamente... y leer también, obviamente, la obra de Grof, Washburn, Welwood, etcétera
Me daría, pues, por satisfecho si en los siguientes comentarios lograra transmitir simplemente el aroma de su pensamiento. Para ello comenzaremos echando un vistazo a alguno de sus tópicos fundamentales y concluiremos esbozando una breves consideraciones críticas.

La tesis original de Wilber -expuesta ya en su primer libro- es que la conciencia -y, en consecuencia, el mundo- es pluridimensional, que está compuesta de múltiples niveles (físico, emocional, mental, existencial y espiritual) y que cada escuela importante de psicología, psicoterapia y espiritualidad se centra fundamentalmente en un nivel distinto. Desde esta perspectiva, las aparentes disparidades presentes en las diferentes escuelas no son tan contradictorias como parecen y cada enfoque es más o menos correcto y válido siempre y cuando no pretenda salirse de su propio nivel. De este modo es posible llevar a cabo una síntesis que vaya más allá del mero sincretismo y tenga en cuenta y pondere adecuadamente las aportaciones de Freud, Jung, el Buda y Krishnamurti, pongamos por caso.
Desde este punto de vista, la salud depende del adecuado desarrollo e integración de los niveles físico, emocional, mental, existencial y espiritual.
Este enfoque, además, nos proporciona un marco de referencia para la comprensión del desarrollo, de la patología y del tratamiento que puede contribuir muy positivamente a la integración de los diferentes abordajes psicológicos y psicoterapéuticos.

Desde esta perspectiva, pues, los primeros estadios del desarrollo son prepersonales (porque en ellos todavía no ha aparecido el ego personal, individual y separado), los estadios intermedios del desarrollo son personales o egoicos y los estadios superiores, por último, son transpersonales o transegoicos.
Es fácil confundir a los estadios "pre" con los estadios "trans", por su aparente parecido superficial. Esta similitud es la que lleva a equiparar, en muchas ocasiones, al estadio de fusión infantil (que es prepersonal) con la fusión mística (que es transpersonal), con lo cual no queda más remedio que elevar al estadio infantil a la categoría de unión mística o, por el contrario, relegar el misticismo a una especie de narcisismo infantil o de fusión oceánica. Pero ambas visiones, en opinión de Wilber, están parcialmente en lo cierto y parcialmente equivocadas, porque ninguna tiene en cuenta la gran diferencia existente entre lo "pre" y lo "trans". Porque hay que decir que la espontaneidad del zen no tiene nada que ver con la impulsividad del niño y hay que afirmar también en voz bien alta la realidad de un misticismo genuino que no tiene absolutamente nada de infantil.
Desde esta perspectiva, pues, el desarrollo requiere tener en cuenta tanto los aspectos psicológicos (que apuntan a la consolidación del yo) como los aspectos espirituales (que apuntan a la mengua del yo) del desarrollo. Y es que está muy bien avanzar en el camino espiritual, pero sería un error creer que ello nos ahorra la necesidad de llevar a cabo un trabajo de integración psicológica. Recordemos que hay que disponer de un ego mínimamente estable antes estar en condiciones de acometer el trabajo de renunciar a él.

Hay dos grandes modos de estar en el mundo sin pensamiento, uno de ellos anterior y el otro posterior a la emergencia del pensamiento. El primero de ellos constituye un estado previo al proceso de individuación en el que el sujeto -indiferenciado, fundido y confundido todavía con el entorno- ni siquiera existe. Se trata de un estadio en el que el niño, carente todavía de los mediadores verbales que le van a permitir operar intelectualmente sobre el mundo (imágenes, palabras, símbolos, ego, etcétera), se encuentra inmerso y a merced del medio que le rodea. En la segunda modalidad, en cambio (una modalidad a la que, por cierto, sólo puede accederse mediante un trabajo consciente, como la meditación, por ejemplo), el sujeto -ya claramente diferenciado del entorno- re-descubre, maravillado, el sustrato que se halla más allá de todas sus operaciones cotidianas. Ciertamente se trata de dos estadios en los que el pensamiento está ausente (en el primero por carecer de él y en el otro, en cambio, por haberlo trascendido). Confundirlos sería tan necio como equiparar a un preescolar con un postgraduado por el hecho de que ninguno de los dos va a la escuela.
Conviene hacer un especial hincapié en este punto porque, en la actualidad, la vida se ha unidimensionalizado tanto y el ser humano se halla tan ávido de experiencias que no duda en apuntarse a un bombardeo si con ello puede acceder a otros niveles de conciencia. Ése es el motivo que explica la proliferación de cursillos y talleres que prometen el acceso a los llamados "estados alterados de conciencia" y, lo que es peor, que equiparan genéricamente esos estados con lo trascendente.
En realidad, de poco sirve alcanzar puntualmente un estado de conciencia muy elevado si éste se halla desvinculado de nuestra vida cotidiana y sólo nos deja "unos como rescoldos de pasados resplandores". De este modo sólo conseguiremos divorciar lo "terreno" de lo "divino", abonando el campo para un dualismo que terminará dificultando nuestra relación con los demás, con el mundo y con nosotros mismos y agregando más confusión a la ya existente. Y es que no se trata tanto de tener experiencias extraordinarias de manera aislada -a las que, sin embargo, hay que reconocer su elevado poder movilizador- como de integrar adecuadamente cualquier experiencia en nuestra vida cotidiana.
Repitámoslo de otro modo. Ciertamente la experiencia es el alimento del alma pero, para poder digerirla e integrarla, para poder asimilarla, en suma, no basta con engullir experiencia tras experiencia. De ese modo no se alcanza la experiencia transpersonal sino tan sólo un empacho transpersonal de experiencia. Tan absurdo es acumular datos sin conexión alguna con nuestra experiencia como perseguir experiencias sin comprenderlas.
Y es que cada uno de nosotros tiene un largo camino psicológico y espiritual por delante para recorrer el corto trecho que le separa de sí mismo.

Wilber también señala la necesidad de diferenciar las religiones externas (o exotéricas) de las religiones internas (o esotéricas). Las primeras son rigurosamente concretas y literales y ofrecen un cuerpo doctrinario dogmático que pone el énfasis en lo externo, mientras que las religiones internas -mucho más ligadas a la espiritualidad, por su parte-, prescinden de todo tipo de dogmas y consideran que la verdad es una cuestión de experiencia interna, algo que el ser humano debe descubrir por sí mismo y se dedican a diseñar y proponer un conjunto de prácticas que van colocando al sujeto en la situación adecuada para experimentar la trascendencia. Las religiones externas, en definitiva, precisan del apoyo de elementos externos (como templos o rituales, por ejemplo) para el culto, mientras que las religiones internas, por el contrario, se ocupan de transformar al experimentador para que sea capaz de convocar la presencia de lo divino y cualquier lugar pueda, de ese modo, convertirse en el centro del universo.

Se ha dicho -y con razón- que la obra de Wilber es fundamentalmente teórica. Pero una cosa es decir que la obra de Wilber sea fundamentalmente teórica y otra muy distinta concluir que sólo sea teórica.
Basta con leer detenidamente Gracia y coraje -en donde relata el periplo de la enfermedad, tratamiento y muerte de su pareja Treya- para vislumbrar una persona tan sincera y humana como lúcida.

De un modo u otro, todo lo dicho hasta ahora es algo ya conocido. Sin embargo, hay un punto que no he visto destacado en ningún lugar -el único que realmente me atrevería a calificar de original de toda mi aportación- y que me parece el más relevante de toda su obra. Me refiero concretamente a aquellos casos en los que Wilber deja de lado todo intento de demostración y explicación, envaina la espada de la discriminación y se apresta sencillamente a describir el paisaje que se contempla desde las dimensiones transpersonales de la existencia o esboza un ejercicio para evocar el Testigo, el Silencio o la Presencia, pongamos por caso. En tales casos, la pulcritud y transparencia de su prosa, una prosa despojada de interpretación, pone al lector atento al borde mismo del abismo en que el susurro de lo divino se torna clamor. Con ello quiero decir que, si bien Wilber es un excelente teórico, su teoría está basada en una experiencia real, porque una descripción tan nítida y transparente de esas regiones sólo es posible desde "ese saber no sabiendo toda ciencia trascendiendo" que sólo se alcanza después de un éxtasis de "harta contemplación".
Para muestra un botón:

Piense en la persona más hermosa que usted haya visto nunca. Piense en el momento preciso en que vio sus ojos y, por un instante efímero, quedó cautivado sin poder apartar la mirada de esa imagen. Usted miró y quedó paralizado por una Belleza que le transportó fuera del tiempo. Suponga ahora que esa misma Belleza resplandece en el interior de todas las cosas del universo; suponga que cada roca, cada planta, cada animal, cada nube, cada persona, cada objeto, cada montaña y cada arroyo -incluidos, claro está, los vertederos de basuras y los sueños rotos- irradian esa misma Belleza. En tal caso, usted quedaría quedamente paralizado ante la amorosa belleza de todo cuanto le rodea. Cuando uno contempla la incesante Belleza de la Obra de Arte que es el mundo entero se libera de toda contracción, se libera del temor, se libera del tiempo y descansa finalmente en el ojo del Espíritu.

O, como concluye ese excelente regalo filmográfico de la conciencia contemplativa que es La delgada línea roja: «Mira a través de mis ojos. Contempla tus criaturas. Mira como brillan».
Son muchas -en realidad incontables- las ocasiones en que Wilber nos habla sin tratar de explicar nada, sin tratar de interpretar nada, sin tratar de demostrar nada. Ésos son, precisamente, en mi opinión, los "momentos cumbre" de la obra de Wilber.

Concluyamos este punto señalando que, a lo largo del último cuarto de siglo, la obra de Wilber ha atravesado por fases muy diferentes desde su visión inicial francamente romántica (según la cual el desarrollo espiritual constituye una especie de desaprendizaje y retorno a un Edén primordial) hasta su última formulación manifiestamente integral (que trata de abarcar las dimensiones intencionales, conductuales, sociales y culturales de la existencia) que ha acabado llevándole a crear el Integral Institute, una organización que aspira a aplicar la visión integral a campos tan diversos como la medicina, la psicología, la educación, la política, la ecología, la espiritualidad, etcétera.

Nos guste o nos desagrade, vivimos inmersos en los mapas. Seamos o no conscientes de ello, el nuestro es un mundo simbólico y las palabras, las descripciones, las interpretaciones y las visiones del mundo nos son tan necesarias como el aire que respiramos. Es por ello que, para restablecer el contacto con la realidad, deberíamos tener en cuenta que no todos los mapas son iguales y que los más interesantes del camino que nos ocupa son aquéllos que se centran en la transformación del cartógrafo.
Es evidente que el uso de mapas comporta una serie de riesgos en los que solemos caer con inusitada frecuencia: la tendencia a prestar más atención al mapa que al territorio, llegando incluso, en ocasiones, a confundirlo con él; la tendencia a contemplar exclusivamente los fenómenos que se nos señalan desatendiendo el resto; a convertir nuestro viaje en un "recorrido turístico"; a que la ansiedad por alcanzar la meta acabe convirtiendo el viaje en un cúmulo de desatinos; y a amontonar, en fin, mapa sobre mapa, postergando una y otra vez el momento de la partida.
Es por ello que la coherencia racional de la visión de Wilber puede propiciar la ilusión de confundir el mapa con el territorio. Éste es un punto al que él mismo alude reiteradamente cuando afirma que el principal objetivo al que apunta todo su intento -un objetivo mejor o peor logrado según los casos- consiste en que el lector cierre el libro y se ponga a trabajar.

Una crítica frecuente a Wilber es que la suya es una visión lineal. En este sentido, creo que habría que distinguir la "lógica del desarrollo" (que nos ofrece una visión progresiva) de la "dinámica del desarrollo" (en la que también cabe el estancamiento, la regresión y hasta la retroprogresión, es decir, el movimiento en espiral que suponen las llamadas regresiones al servicio del ego y al servicio de la trascendencia).

Otra crítica muy habitual tiene que ver con la naturaleza jerárquica de su modelo, una crítica a la que él mismo responde aduciendo que ese carácter jerárquico está inmerso en la misma naturaleza de la aproximación "trans"personal, que, como ustedes saben, afirma la existencia de niveles de conciencia que se encuentran "más allá" de la vigilia cotidiana.

Pero debo decir que la crítica a Wilber era muy puntual y tibia hasta la aparición de Sexo, ecología, espiritualidad (1995) y, más concretamente, de sus polémicas notas finales. A partir de ese momento fueron subiendo de tono hasta llegar, en ocasiones, a ser realmente furibundas.

En opinión de Wilber, la psicología transpersonal fue la primera gran escuela psicológica en tomar en serio la espiritualidad. Pero las grandes diferencias existentes en su seno tras más de treinta años de una singladura en la que "cabe casi todo" -con tal de que sea no personal- están poniendo en grave peligro todo el intento. Y no se trata, en su opinión, de tensiones menores como las que puede haber en las distintas escuelas psicoanalíticas o junguianas, sino de discordancias fundamentales en torno a la naturaleza, el alcance y el papel de la psicología transpersonal.
Resulta lamentable que la incomprensión de quienes más agradecidos deberían estar por sus esfuerzos por legitimar al espíritu en el mundo postmoderno actual haya acabado contribuyendo a su distanciamiento y a su reciente abandono del movimiento transpersonal.
Sea como fuere, su obra -con sus fortalezas y limitaciones- ha dejado ya una huella indeleble que le han garantizado un lugar privilegiado en el panteón de la psicología transpersonal.

Poco más quisiera decir en esta introducción. Sólo me resta darles las gracias por su atención, con la esperanza de que alguna de las notas pulsadas en esta aproximación haya despertado en el oyente algún acorde que le lleve a emprender -o reemprender- sin tardanza el trabajo psicológico y espiritual necesario para acometer con renovado brío su proceso de desarrollo, un proceso que va desde una nada que lo quiere todo (y que, en consecuencia, todo lo teme y se defiende de todo) hasta una nada que no quiere nada (y que, en consecuencia, no teme a nada y de nada se defiende), un proceso en cuyo transitar se nos va la vida... o las vidas.
O, como tan poéticamente resumió Juan de Yepes -nuestro místico por excelencia- la esencia de la subida al monte Carmelo: «Nada, nada, nada, nada... y en el monte nada».
En Eso estamos.

Bibliografía de Ken Kilber

Obras editadas en castellano en orden cronológico:

http://www.editorialkairos.com/imagenes/productos/fotosg/espectro_de_la_conciencia.jpg
1977
(w1)
The Spectrum of Consciousness

El espectro de la conciencia
Trad. de Enric Tremps.

Ken Wilber es uno de los principales teóricos de la Psicología Transpersonal. Destacándose por su lúcido intento de sintetizar las disciplinas modernas de la psicología occidental, las principales corrientes de la filosofía y las grandes tradiciones espirituales del mundo. Estudioso como pocos, investigó las escuelas psicológicas más importantes llegando a la conclusión de que Freud, Jung, James, Perls, Maslow, Assagioli no se contradicen sino que abordan diferentes niveles del "espectro de la conciencia". Wilber piensa la conciencia como un espectro formado por múltiples niveles, como las capas de una cebolla. Algunas corrientes se detienen a trabajar en un nivel, otras en otros. De ahí que no se contradigan sino que se complementen. Muy interesado también en la sabiduría oriental y en ciertos teólogos occidentales, logra presentar una integración cautivante en su obra "El espectro de la Conciencia".
Contratapa de "El espectro de la Conciencia".


http://www.serlib.com/imglibros/9788472452787.jpg
1979
(w1)
No Boundary

La conciencia sin fronteras
Aproximaciones de oriente y occidente al crecimiento personal.

Trad. de Marta Guastavino.

En esta obra Wilber, explica e indaga, a partir de un diagnóstico que realiza sobre la más persistente alineación del ser humano, las debilidades y la fractura de nuestra identidad en diferentes partes separadas, las polaridades, que están en la base de toda infelicidad y angustia: vida-muerte, sujeto-objeto, mente-cuerpo, razón-instinto y organismo-medio ambiente, síntesis indispensable para alcanzar la unidad.

Arrancando de este diagnóstico, el autor examina el espectro de la conciencia, explica el proceso evolutivo de ésta y presenta el conjunto de terapias que se dirigen a reintegrar estas dualidades artificiales. Estas terapias se inspiran tanto en Occidente como en Oriente, y van del psicoanálisis al zen, de la gestalt a la M.T., del existencialismo al tantra. Ejercicios prácticos y bibliografía fundamental acompañan a cada capitulo.

"La conciencia sin fronteras" es, en suma, una importantísima referencia teórica a la vez que una útil guía practica.

http://www.editorialkairos.com/imagenes/productos/fotosg/proyesto_atman.jpg
1980
(w2)
The Atman Project

El Proyecto Atman
Una visión transpersonal del desarrollo humano.
Trad. de Enric Tremps.

Libro indispensable, "El proyecto atman" ha sido acogido con enorme entusiasmo en el mundo intelectual, particularmente por su forma de compaginar la Psicología Oriental con la Occidental en una brillante exposición sobre el desarrollo de la conciencia, que tiene como meta la Conciencia. Esta obra, profunda y brillante, representa el marco conceptual y teórico básico de la Psicología Transpersonal.
Una visión transpersonal del desarrollo humano. Partiendo de las raíces primitivas del concienciamiento, la conciencia va cruzando por los reinos tifónico, social, egóico-mentales, centáuricos, sutiles, causales y finales. Wilber propone el proyecto "Atman" de evolución y termina con una presentación sintética del libro tibetano de los muertos. En este libro se presenta y profundiza en el marco conceptual y teórico básico de la psicología transpersonal.

«No conozco ninguna obra que iguale a El proyecto atman», Huston Smith.
«Ken Wilber es el nuevo Einstein de la investigación sobre la conciencia», John White.
«Erudito sin trivialidades, metafísico sin ser abstruso», Stanley Krippner.
«La mejor integración de las psicologías oriental y occidental», Claire Myers Owens.

http://www.editorialkairos.com/imagenes/productos/fotosg/0_despuesdeleden.jpg
1981
(w2)
Up From Eden

Después del Edén
Una visión transpersonal del desarrollo humano.
Trad. de David González Raga.

"Después del Eden" es una visión transpersonal del desarrollo humano,y sin duda, uno de los libros más fascinantes de Ken Wilber.
Es una obra interdisciplinar que combina la antropología, la psicología, la sociología y la historia de las religiones, para explicar el proceso evolutivo histórico de la humanidad. El autor se enfrenta de manera interdisciplinaria con el conjunto de la evolución humana, e, incluso, de la evolución cósmica.


http://www.editorialkairos.com/imagenes/productos/fotosg/Paradigma_holografico.jpg
1982
(w2)

The Holographic Paradigm

El paradigma holográfico
Una exploración en las fronteras de la ciencia.
Trad. de Vicente Romano.

"El paradigma holográfico" se enfrenta con una radical revolución conceptual en las nociones de materia y mente. científicos eminentes y pensadores de diversas tendencias afrontan el gran tema de la relación entre Cerebro y Mente, Materia y espíritu.
Niveles de materia, niveles de mente: ¿convergen la Ciencia y la mística? Fritjof Capra lo cree. Ken Wilber lo niega. Pero la discusión es apasionante.

«El cerebro es un holograma que interpreta un universo holográfico», resume Marilyn Ferguson.

«La fragmentaridad es una ilusión de la mente: el verdadero estado de las cosas es una totalidad indivisible»,
proclama David Bohm.



http://www.editorialkairos.com/imagenes/productos/fotosg/dios_socialble.jpg
1983
(w2)
A Sociable God

Un dios sociable
Introducción a la sociología trascendental.
Trad. de Jordi Fibla.

Trata sobre los grandes temas sociales, psicológicos y religiosos actuales, incluyendo entre éstos a los nuevos movimientos occidentales, el influjo de las tradiciones místicas,la quiebra de la religión "civil", la psicologíade la experiencia religiosa, la meditación y el desarrollo moral. En esta obra se establecen los ámbitos de los distintos modos epistemológicos (sensorial, intelectual y contemplativo) y se proponen hipótesis, métodos, estrategias y verificaciones para aplicar a los problemas religiosos que hoy enfrenta la sociología.

http://www.editorialkairos.com/imagenes/productos/fotosg/tres_ojos_del_conocimiento.jpg
1983
(w2)
Eye to Eye

Los tres ojos del conocimiento
La búsqueda de un nuevo paradigma.
Trad. de David González Raga.

El eminente teórico de la psicología transpersonal ofrece en este brillante libro una sólida critica de la religión tradicional, de la moderna filosofía materialista y de la new age populista. El modelo que propone Wilber es más amplio y profundo, y conduce a una mayor comprensión trascendente de nosotros mismos y del universo.


http://www.editorialkairos.com/imagenes/productos/fotosg/psicologia_integral.jpg
1986
(w3)
Transformations of Consciousness
Con J. Engler y D. Brown.

Psicología integral
Trad. de David González Raga.

El modelo de la conciencia de Ken Wilber es ya famoso en todo el mundo. Este libro nos ofrece la mejor síntesis del modelo wilberiano, presenta una visión clara de la totalidad, del espectro del desarrollo de la conciencia y de sus niveles, a los que Wilber se refiere como pre-personal, intermedio y transpersonal.
Este crecimiento y desarrollo discurre a través de nueve niveles: tres en el campo pre-personal, tres en el personal, tres en el transpersonal. Todo el sistema del Self se va desarrollando paulatinamente.
Asimismo, en cada nivel pueden aflorar sus especificas psicopatologías que se asocian a cada uno de estos estadios del desarrollo y los tratamientos psicoterapéuticos correspondientes.


http://www.espacioblog.com/myfiles/unmundodealegrescolores/84-88242-25-5.jpg
1991
(w3)
Grace and Grit
con Treya Killam Wilber

Gracia y Coraje
Espiritualidad y curación en la vida y en la muerte de Treya Killam Wilber
Trad. de Teresa Sans y David González Raga.

Es esta una obra sobre la "filosofía perenne" y la psicología transpersonal, escrita por una mujer excepcional y por su esposo, uno de los más lúcidos pensadores de nuestro tiempo, pero no es solo eso. Es un libro para apoyar y alentar a quienes padecen una enfermedad terminal y a sus acompañantes, pero es mucho más aún. Es una conmovedora historia de amor y una viva fuente de inspiración para quienes se encuentran recorriendo un camino espiritual o se hallan en busca de sí mismos; un testimonio de cómo la trascendencia se hace real y encarna día a día en unas personas de este mundo, de este tiempo, llenando de sentido sus vidas; y una llamada a la esperanza ante el desafío de la vida y de la muerte.

"Una profunda e impactante visión de la vida, el amor, la muerte y la resurrección".
Dr. M. Scott Peck, autor de La nueva psicología del amor.

"El relato de una auténtica experiencia de amor sagrado".
Joan Borysenko, Dra. en Filosofía y escritora.

"He aquí la tarea para la que Treya nació, a la cual consagró su vida y que compartió con tantos: su sanación interior".
Stephen Levine, autor de "¿Quién muere?"

http://www.librerialuces.com/fotos/9788484451280.jpg
1995
(w4)
Sex, Ecology, Spirituality

Sexo, Ecología, Espiritualidad
El alma de la evolucion.
Trad. de Miguel Iribarren.

Esta obra extensa, profunda y con el más puro rigor científico que caracteriza a Wilber, responde a los cuestionamientos filosóficos comunes a los seres humanos de todo tiempo y espacio: ¿por qué existimos?, ¿por qué estoy aquí?, ¿hacia adónde vamos?, ¿habrá algo que está sucediendo ahora en otro tiempo y espacio?, etcétera. Es un libro que habla de la evolución, de la historia del cosmos, de los holones -totalidades que conforman otras totalidades hasta el infinito-, de las ciencias naturales, las ciencias ecológicas, las ciencias de lo sistemas y de la vida. Habla de la emergencia y la evolución de la mente, de la psique o de la noósfera. Trata el tema de los Dominios Divinos, del Orden Profundo y de su relación con el cosmos, con la biósfera y la noósfera.


http://www.editorialkairos.com/imagenes/productos/fotosg/brevehistoriadetodas.jpg
1996
(w4)
A Brief History of Everything

Breve historia de todas las cosas
Trad. de David González Raga

El título del libro que hoy nos ocupa es engañosamente frívolo porque ofrece exactamente lo que promete. Abarcando un amplio sustrato histórico -desde el mismísimo Big Bang hasta el baldío del presente postmoderno-, Breve historia de todas las cosas parece dar sentido a los caminos aparentemente contradictorios por los que ha discurrido y todavía sigue discurriendo la
evolución -física, emocional, intelectual, moral y espiritual del ser humano.


http://www.editorialkairos.com/imagenes/productos/fotosg/0_ojo-del-espiritu.jpg
1997
(w4)
The Eye of Spirit

El ojo del Espíritu
Una visión integral para un mundo que está enloqueciendo poco a poco.
Trad. de David González Raga

En este innovador "El ojo del espíritu", con base a su mundialmente reconocido modelo de la conciencia, Ken Wilber reescribe por completo su visión y el enfoque sobre unas disciplinas tan importantes como la psicología, la espiritualidad, la antropologia, los estudios culturales, la teoría del arte y la teoría literaria, la ecología, el feminismo y la transformación planetaria.
¿Que aspecto tendrían cada uno de estos campos si aceptáramos de todo corazón la existencia, no solo del cuerpo y de la mente, sino también del alma y del espíritu?.
Con un gesto integrador sorprendente, Wilber teje todos estos fragmentos en una convincente y sólida visión del mundo moderno y postmoderno.


http://www.editorialkairos.com/imagenes/productos/fotosg/cienciayreligion.jpg
1998
(w4)
The Marriage of Sense and Soul

Ciencia y Religión
El matrimonio entre el alma y los sentidos.
Trad. de David González Raga.

Ciencia y religión es, probablemente, el libro más accesible de Ken Wilber. Quizás también el más ambicioso. ¿Por qué el nefasto enfrentamiento entre ciencia y religión durante los últimos siglos?
El objetivo de Wilber en este extraordinario libro es nada más y nada menos que el de una reconciliación inteligente y no trivial entre el dominio de la ciencia y el dominio de la religión, divorciados y enfrentados desde hace ya varios siglos. Una reconciliación entre el mundo subjetivo de la sabiduría tradicional y el mundo objetivo del conocimiento científico. Para ello, Wilber comienza con un repaso sistemático de los intentos ya realizados para lograr la integración entre ciencia y religión, explicando por qué han fracasado las aproximaciones románticas, idealistas y postmodernas. A continuación expone y desarrolla, con enorme brillantez y didactismo, su propio punto de vista. Si se delimitan en profundidad ambos campos, se puede mostrar de qué manera las grandes tradiciones espirituales del mundo, "la sabiduría perenne", es perfectamente compatible con una visión científica abierta.


http://www.editorialkairos.com/imagenes/productos/fotosg/Diario.jpeg.jpg
1999
(w4)
One Taste
The Journals of Ken Wilber.

Diario
El Sabor unico.
Trad. de David González Raga.

En su trabajo "One Taste" presenta un diario personal del año 1997, relatando sus insights en relación a su vida y experiencias espirituales.
«Si estos diarios contienen un tema es que el, el cuerpo, la mente y el alma no son mutuamente excluyentes. Los deseos de la carne, las ideas de la mente y las iluminaciones del Espíritu son expresiones perfectas del Espíritu único que habita el universo, gestos sublimes de la Gran Perfección que resplandece sobre el mundo. En el Cosmos no hay más que Un Solo Sabor y ese sabor es Divino, ya se exprese a través de la carne, de la mente o del alma.”

http://www.editorialkairos.com/imagenes/productos/fotosg/antologia.jpg
2001
(w4)
Antología
Textos Escogidos
Selección e introducción de David González Raga.

El presente volumen contiene una amena selección de escritos, inteligentemente escogidos, para ofrecer la esencia del pensamiento de Ken Wilber, considerado como uno de los más grandes pensadores y intelectuales más profundos, polémicos y originales de nuestro tiempo, maestro indiscutible de la nueva espiritualidad. La obra abraza el enorme espectro de campos desgranados por Ken Wilber: la conciencia, la progresión espiritual, la regresión, la inteligencia del Kosmos, la meditación, la religión institucional, la mística, el cuerpo o la psicología. Una obra indispensable para la comprensión de Wilber y los movimientos que se han inspirado en su pensamiento. selección de los textos más importantes publicados por Ken Wilber hasta la fecha.
Gracias al excelente trabajo de David Gonzalez, gran experto de la obra de Wilber, el lector encontrará la quintaesencia del pensamiento del gran sabio americano.


http://www.deepspirit.com/sys-tmpl/nss-folder/pictures/Integral%20Psychology2.jpg
2000
(w4)
Integral Psychology

Una visión integral de la psicología
Trad. de David González Raga.

En este libro, Wilber analiza el desarrollo del pensamiento occidental, desde las culturas ancestrales hasta la posmodernidad: demuestra que el conocimiento de las estructuras del ser que nos ligan con el universo y la divinidad no es incompatible con la ciencia moderna.

A continuación se resumen los aspectos más importantes de esta perspectiva. Kilber afirma que la psicología muestra aspectos parciales de la realidad de tal forma que muchas escuelas que estudian cada uno de dichos aspectos parecen contradecirse entre sí. Wilber habla de los reduccionismos y los denomina como una visión del hombre unidimensional


http://www.editorialkairos.com/imagenes/productos/fotosg/0_una-teoria-de-todo.jpg
2000
(w4)
A Theory of Everything

Una Teoría de Todo
Una visión integral de la empresa, la política, la ciencia y la espiritualidad.
Trad. de David González Raga.

Una teoría de todo ofrece una visión general, concisa y exhaustiva del revolucionario pensamiento de Ken Wilber. Con un lenguaje claro, ameno y exento de tecnicismos, Wilber presenta un modelo de "dinámica espiritual" que integra las esferas del cuerpo, la mente, el alma y el espíritu. Este innovador enfoque logra integrar sin fisuras el mundo de la ciencia y el de la religión y posee unas repercusiones practicas inestimables.

Wilber muestra, ademas, la manera de aplicar esta visión integral a los problemas de la vida cotidiana, en campos como los negocios, la política, la medicina o la educación. Para ilustrarlo, utiliza distintos mapas del Kosmos que aúnan las visiones del mundo que se han ido desarrollando a través de los tiempos.

Una teoría de todo proporciona, así, practicas diarias que combinan la meditación con técnicas psicológicas sofisticadas, destinadas a ayudar a los lectores a desarrollar esta visión integral en sus propias vidas.


(leer mas...)

Descargar Una Teoría de Todo en DOC. aquí


http://www.editorialkairos.com/imagenes/productos/fotosg/boomeritis.jpg
2002
(w4)
Boomeritis

Boomeritis. Novela.
Un camino hacia la liberación.
Trad. de David González Raga.

Ken Wilber, considerado por muchos el filósofo americano más importante de nuestra época, ha escrito una obra de ficción, extremadamente original, que combina una erudición brillante con un talento alegre de contador de historias, a fin de transmitir el enfoque integral al desarrollo humano que ha expuesto en sus populares obras científicas.


http://www.editorialkairos.com/imagenes/productos/fotosg/Pura-1.jpg
(2004)
(w4)
The Simple Feeling of Being

La Pura Conciencia de Ser.
Trad. de David González Raga.

La pura conciencia de Ser es una recopilación de los textos específicamente espirituales de la obra de Ken Wilber; un tratado que sintetiza el núcleo místico que impregna por igual su vida y su obra. Esta antología nos permite vislumbrar la esencia y la experiencia espiritual de Ken Wilber como pandit y erudito, como estudiante y practicante, como visionario y sabio. En muchas de las secciones de este magnífico libro, Wilber salta del conocimiento intelectual al conocimiento experiencial directo de nuestro Rostro Original, recordando a los lectores su naturaleza eterna.
Cada uno de los pasajes de este volumen nos invita a conectar con la experiencia que yace más allá de las palabras, a emprender el camino perenne que se encuentra allende de toda descripción y a liberarnos en el espacio divino que trasciende todo lenguaje.


(leer mas...)

http://www.editorialkairos.com/imagenes/productos/fotosg/0_espiritualidadintegral.jpg
2006
(w5)
Integral Spirituality

Espiritualidad integral
El nuevo papel de la religión en el mundo actual.
Trad. de David González Raga.

El padre de la psicología integral formula una teoría de la espiritualidad.
"Espiritualidad integral es, en pocas palabras, el texto más amplio y profundo sobre la religión y la espiritualidad con que cuenta nuestro tiempo".
Roger Walsh

En las dos últimas décadas ha aparecido un marco teórico de referencia radicalmente nuevo, conocido como "enfoque integral", y que se ha aplicado a campos tan diversos como el mundo de la empresa, la medicina, la psicología, el derecho, la política, el desarrollo sostenible, el arte y la educación.





OBRAS COLECTIVAS


http://www.editorialkairos.com/imagenes/productos/fotosg/0_encuentroconlasombra.jpg
Meeting the Shadow

Encuentro con la sombra
El poder del lado oscuro de la naturaleza humana.
Trad. de David González y Fernando Mora.

C. G. Jung, J. Campbell, K. Wilber, M. S. Peck, R. May, L. Dossey, M-L. von Franz, S. Keen, R. Bly y otros


La rabia, los celos, las mentiras, el resentimiento, la culpa, la avaricia, etc., estos sentimientos y comportamientos prohibidos surgen de la parte oscura y negada de nosotros mismos: nuestra sombra personal. Todo el mundo posee una sombra y, de lo que se trata, como los prestigiosos autores de este libro proponen, es de recuperarla, sanarla e integrarla. Como resultado, una nueva forma de entenderse a uno mismo, ser creativo y estar en el mundo.

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihhavK43gU4Bug-dYOpcOYnMMG58J0c7wM5rSuJjxddll3RBlUulmItT0_OvDE076oj7UmiTY22m0TTSmSr_tU2P4MaDQsphWUnC3lPUTB8ONbzffgiZlFArke4s0Y6kivtXgdUo6l-rNH/s320/mas+alla+del+ego.jpg
MÁS ALLÁ DEL EGO
Textos de psicología transpersonal
de Roger Walsh y Frances Vaughan

En el libro se ofrece una visión en profundidad y una posibilidad de comprensión del lugar que ocupamos en un mundo interconectado e interdependiente. La psicología transpersonal, integrando la ciencia occidental y el pensamiento oriental, nos da la capacidad de trascender y llegar a ser más de lo que somos.

“Las experiencias transpersonales son aquellas en que se da una expansión de la conciencia más allá de los límites habituales del ego. (…) La afirmación de que las experiencias místicas no se pueden comunicar verbalmente ha sido tradicionalmente acogida con poca simpatía. Sin embargo, es posible que este enunciado sea razonable, si tenemos presente que el lenguaje es conceptual y, por ende, si se aplica a materiales no conceptuales puede dar como resultado errores categoriales (…), como sucede por ejemplo cuando se intenta describir un color a un ciego. Esta limitación se hace especialmente evidente en la comunicación referente a estados alterados de conciencia. (…) Los estados alterados de conciencia se caracterizan por: 1. Inefabilidad: la experiencia es de un poder tal y tan diferente de la experiencia ordinaria que da la sensación de que desafía toda descripción. 2. Noética: hay una sensación incrementada de claridad y comprensión. 3. Percepción alterada del espacio y el tiempo. 4. Apreciación de la naturaleza holista, unitiva e integrada del universo, y de la propia unidad con él. 5. Intenso afecto positivo, incluyendo una sensación de la perfección del universo. (…) Hay diversas pruebas que hacen pensar que tales experiencias tienden a darse con más frecuencia entre quienes gozan de mayor salud psicológica. (…) En la psicoterapia transpersonal se considera que los impulsos en pro del crecimiento espiritual son básicos para la plenitud de la condición humana. Se supone que además de las necesidades básicas para la supervivencia –alimentación, vivienda y relaciones– se han de satisfacer las necesidades superiores de autorrealización para poder hablar de un funcionamiento pleno en niveles de salud óptimos. (…) En la terapia transpersonal, la conciencia es a la vez objeto e instrumento del cambio.”

http://www.editorialkairos.com/imagenes/productos/fotosg/cuestiones_cuanticas.jpg(1984)
Cuestiones cuánticas. (w2) Editado por Ken Wilber.
Escritos místicos de los físicos más famosos del mundo.

Escritos con un lenguaje brillante, asequible y elocuente, esta selección de textos de los más grandes físicos de nuestro tiempo nos muestra la estrecha relación que existe entre el misticismo y la moderna física cuántica.


http://www.editorialkairos.com/imagenes/productos/fotosg/experiencia_mistica.jpg
LA EXPERIENCIA MÍSTICA
Y los estados de conciencia

A. Huxley, R. Bucke, A. Maslow, A. Watts,
K.Wilber, C. Owens y otros

Selección y prólogo de John White

Un conjunto de grandes autores estudia el fenómeno de los estados superiores de la conciencia y el denominador común de lo que se ha designado con ciertas expresiones: experiencia mística, conciencia cósmica, experiencia cumbre, inconsciente trascendental.
http://www.editorialkairos.com/imagenes/productos/fotosg/que_es_la_iluminacion_2.jpeg.jp
Qué es la iluminación : exploraciones en la senda espiritual
Autor:
White, John

Traducción de: What is Enlightenment?. Este volumen reúne textos de Alan Watts, Aldous Huxley , Gopi Krishna, Da Love-Ananda, Ken Wilber, Krishnamurti, entre otros, sobre el tema de la iluminación.


http://www.qblh.es/libreria/libros/17ego.gif
Trascender el ego. Ed. de Roger Walsh y Frances Vaughan

Este libro es continuación del ya clásico Más allá del ego, y da cuenta de ese extraordinario crecimiento doctrinal. Escrito en un lenguaje claro y accesible, nos explica cómo dentro de nosotros existen capacidades creativas, estratos profundos del psiquismo hasta ahora inexplorados y que pueden conducirnos a una mucho más completa realización humana.
Es un libro esencialmente interdisciplinario, abierto también a la sabiduría de Oriente. Así podemos comprender que las experiencias transpersonales son aquellas en las que la sensación de identidad ?el self, el yo? se extiende más allá del individuo o la persona hasta abarcar aspectos de la humanidad, la vida y el cosmos que anteriormente eran experimentados como ajenos.

En Trascender el ego (1993) que F. Vaughan nos recomendó por carta y que además ha sido comilado por ella y Roger Walsh, se desarrolla una síntesis sobre la definición de lo trauspersonal que puede ser considerada tal vez como poco concreta; desde luego es una posición ecléctica e integradora, es decir transconcretadora de los procesos teóricos y prácticos que pueden desembocar en una interrelación multidisciplinar que dé paso a un movimiento regenerador a escala planetaria. Tal vez tengamos que añadir que, al fin y al cabo, lo transpersonal es una “actitud” ante la vida que lleva tras de sí una vivencia de la realidad no-ordinaria en la ordinaria. Según Roger Walsh y Frances Vaughan las experiencias transpersonales pueden ser definidas como las realizadas más allá de lo individual o personal, abarcando amplios aspectos de la humanidad, de la vida, la psique y el cosmos. En las disciplinas transpersonales sus practicantes tratan de expandir el cometido incluyendo los fenómenos transpersonales y sus experiencias. La psicología transpersonal es el estudio psicológico de las experiencias transpersonales y sus correlatos: naturaleza, variedades, causas y efectos. Existiría también una psiquiatría transpersonal con un interés particular en la clínica, una antropología transpersonal etc., según el proceso que aspira a desarrollar el más alto potencial de la humanidad. Esta definición no excluye ni invalida lo personal, ni se aferra a una filosofía particular o concepción del mundo, ni a un método particular, ni se compromete en una interpretación específica de las experiencias transpersonales, ni vincula las disciplinas a una ontología particular, metafísica, filosofía o religión. Por lo tanto en el amplio espectro que propugnan estos autores las experiencias transpersonales pueden ser interpretadas de muchas y diferentes maneras: pueden ser religiosas o no, teístas o ateístas. Más bien existiría una aceptación de diversas posiciones, las que conjugan lo vertical con lo horizontal o bien las que se decantan por el predominio de una de ellas. El aspecto importante que señalan los autores es la complementariedad de los diversos puntos de vista; en ello estaría la posición mas definida de lo transpersonal como integradora de lo llamado los “tres ojos del conocimiento”: sensorial, introspectivo-racional y contemplativo, a diferencia de otras disciplinas que se definen por algunos de estos aspectos ignorando el resto. Con respecto a la relación entre la religión y la psicología transpersonal, se han de considerar como campos diferentes aunque haya contactos parciales de interés y significativas diferencias, pues en la psicología transpersonal no existen credos ni dogmas, ni se demandan unas particulares convicciones; más bien se adhiere a una amplia posición científica, filosófica y experiencial para comprobar todas las pretensiones y aceptando normalmente que las experiencias se pueden interpretar religiosamente o no, según las preferencias individuales. Asimismo, en el carácter interdisciplinar, en lo Transpersonal, se pretende llegar a establecer la contribución e integración de las diversas escuelas. Finalmente estos autores están muy interesados en la importancia de la visión transpersonal que recupera las antiguas ideas, las prácticas contemplativas, métodos ancestrales, la consciencia no-ordinaria, etc., rehabilitando las experiencias transpersonales relegadas como patológicas o irracionales por la oficialidad, y asumiéndolas como una evolución en la trascendencia del ego. Es la integración de lo transcultural, la apreciación de otras religiones y filosofías, de las artes; lo que es de importancia decisiva para sumar a la gran tradición de la humanidad, para llegar a ampliar la visión de la naturaleza humana y del cosmos, descubriendo un universo vasto y misterioso, descubriendo unos reinos a los que no llegan los instrumentos físicos. Bajo este comprensivo y amplio acercamiento se aboga por que el ser humano acceda a las extraordinarias posibilidades que le brinda la visión transpersonal del cosmos. Frances Vaughan concreta que «la psicología transpersonal se ocupa de las experiencias y aspiraciones que impulsan a los seres humanos a buscar la trascendencia, y de la capacidad curativa de la autotrascendencia»



http://www.editorialkairos.com/imagenes/productos/fotosg/vida_despues_de_muerte.jpg
What Survives?

¿Vida después de la muerte?
Exploraciones contemporáneas sobre la Vida después de la Muerte.
Selección por Doore, Gary
Trad. de David González Raga y Fernando Mora Z.

K. Wilber, M. Grosso, S. Levine, R. Almeder, K. Ring, C. Tart, R. Sheldrake, C. Tart, C. Wilson, S. Grof, S. Krippner y otro.

Este libro es una recopilación de ensayos de varios autores acerca de la supervivencia de la conciencia después de la muerte. La compilación de los escritos se ha llevado a cabo por Gary Doore, y entre otros autores encontramos a investigadores de renombre como Ken Wilber, Stan Grof, Stanley Krippner, Charles Tart, Sogyal Rimpoché o Stephen Levine. A excepción de un texto de R. Shaldrake, todos los artículos son inéditos -por lo tanto, fueron redactados a propósito para este libro.

Gary Doore, responsable de esta edición, es especialista en filosofía y religiones comparadas. Prestigiosos pensadores en los campos de la conciencia, la psicología, la biología, la parapsicología, el chamanismo o las tradiciones espirituales exploran todas estas cuestiones. El resultado es fascinante. “El mejor libro en su género” (De la crítica internacional).

Los ensayos quedan agrupados en 4 grandes secciones. En el primer apartado encontraremos escritos sobre diversos estudios que sugieren que la conciencia sobrevive a la muerte corporal -como por ejemplo el reciente estudio sobre las experiencias cercanas a la muerte, o fenómenos como la 'visión panorámica' de la propia vida que diversas personas experimentan en situaciones de riesgo vital; o también un artículo sobre el famoso libro '20 casos susceptibles de reencarnación', publicado hace varios años y que supuso un gran revulsivo en los entornos materialistas y espirituales...

(leer mas...)

PHOTOTEXTO
PHOTOTEXTO


LIBROS SOBRE KEN WILBER


http://www.librerialuces.com/fotos/9788472455610.jpg Frank Visser.
Ken Wilber o la pasión del pensamiento.


He aquí la primera guía completa y definitiva a la vida y el pensamiento del célebre filósofo norteamericano, Ken Wilber. En está lúcida indagación no sólo se esbozan las teorías de este profundo pensador comtemporáneo, sino que también se descubre su vida íntima para mostrar en qué medida sus experiencias han influenciado y conformado su escritura. Su vasta e innovadora obra, que consta de más de diecinueve libros traducidos a más de treinta lenguas, aúna ciencia y religión, filosofía y arte, Oriente y Occidente, y posiciona el conjunto bajo una perspectiva evolutiva.
En Ken Wilber o la pasión del pensamiento, Frank Visser recorre las cuatro fases distintas de Wilber, revelando las anécdotas detrás de la escritura y al hombre detrás de las ideas. Al narrar el transcurso de la vida de Wilber y los motivos que lo condujeron a sus temas predilectos, Visser revela las complejidades de uno de los intelectuales más importantes del mundo actual. El libro incluye una completa bibliografia de la obra de Wilber.
"Por fin tenemos, en un único volumen muy legible, una descripción de la vida y la obra de uno de los pensadores más controvertidos y profundos de nuestro tiempo". Allan Combs

"Este libro es una excelente introducción a la extraordinaria obra de Ken Wilber, un genio visionario de nuestro tiempo". Frances Vaughan

"Nadie -ni siquiera Jung- ha hecho tanto como Wilber para abrir la psicología occidental a las las tradiciones de la sabiduría universal". Huston Smith
http://www.tematika.com/tapas/sitio/406848g0.jpgMiguel Grinberg (2005)
Ken Wilber y la Psicología Integral.

http://www.editorialkairos.com/es/autor/488/1/

http://www.tradicionperenne.com/CIENCIA/KENWILBER/MARCOSWILBER.htm



Aclaración: la obra de Ken Wilber puede clasificarse en cuatro etapas o fases (w1 a w4) ya que ha ido trascendiéndose a sí mismo. No obstante, sería un error pensar que los libros más tempranos son obsoletos. La verdad es que la información de todos ellos sigue siendo válida e importante para entender la visión global. Las correcciones efectuadas a lo largo del tiempo no invalidan en absoluto el contenido esencial de cada uno de los títulos.

En esencia, podemos resumir las características de cada fase de la siguiente manera:
*w1.- Fase “romántica” que supone que el niño está en estado perfecto de Unión con el Espíritu pero pierde esa Unión al crecer, y sólo podrá recuperarla en un desarrollo posterior.
*w2.- El desarrollo en un continuo evolutivo que comienza en lo prepersonal, llega a lo personal, y finalmente alcanza lo transpersonal.
*w3.- En el desarrollo están implicadas muchas líneas evolutivas relativamente independientes unas de otras, en un proceso que implica cierta secuencialidad pero también diferentes niveles de crecimiento de esas líneas.
*w4.- Todo el desarrollo multilineal se ubica dentro del contexto de los cuatro cuadrantes, de tal manera que la visión evolutiva incluye dimensiones subjetivas, físicas, culturales y socioeconómicas.
(aclaración tomada de la web off-line prowilber.es)





Wilber ha ido modificando su visión a lo largo de su obra. El mismo ha dividido su obra en cuatro fases (W1, W2, W3 y W4).

En la primera fase (W1) escribió "La conciencia sin fronteras" y "El espectro de la conciencia". Basándose en la filosofía y psicologia oriental y occidental dibujo un mapa de la conciencia que abarcaba desde el nivel 1.persona/sombra, 2.ego/cuerpo, 3.centauro/medio ambiente, hasta el 4.Espiritu. Cada nivel superior incluye a los niveles inferiores y añade algo más.
En el nivel 1 el individuo se oculta a si mismo (inconscientemente) aquellos rasgos de su personalidad con los que no se encuentra nada contento; traza una frontera entre lo que le gusta de si mismo (persona) y lo que no le gusta (sombra). Hasta que el individuo no acepte su sombra estará incompleto y siempre en lucha consigo mismo (el enemigo está en el mismo). Si el individuo se acepta e integra su sombra alcanza el siguiente nivel.
En el nivel 2 la frontera se traza entre el ego (persona + sombra) y su cuerpo. En este nivel el individuo es inconsciente de su cuerpo, piensa en si mismo sin tener en cuenta su cuerpo o lo considera como un objeto. Si el individuo consigue eliminar esta frontera será más consciente de lo que él es en realidad. Alcanzará el nivel del centauro (el centauro es un ser mitológico mitad humano mitad animal).
En el nivel 3 la frontera se traza entre el centauro (ego+cuerpo) y el resto del universo, la frontera ahora es nuestra propia piel. El individuo es ahora más consciente que nunca de su finitud (en el espacio y en el tiempo). La lucha no acabará hasta que desaparezca la última frontera y se acceda al último nivel.
En el nivel 4 se accede al Espíritu. La frontera ha desaparecido, se acabo la lucha inconsciente. El individuo ha vuelto al lugar de donde salió, o mejor dicho al lugar donde siempre estuvo.
En esta primera fase Wilber comete la falacia Pre/Trans que consiste en considerar igual a los niveles prepersonales y a los transpersonales, simplemente porque los dos son no personales.

En la segunda fase (W2) Wilber escribe "El proyecto Atman" (desarrollo psicológico del individuo desde antes del nacimiento hasta el último nivel alcanzado sólo por algunos y posible en todos) y "Después del Edén" (desarrollo y evolución del ser humano desde sus orígenes hasta un esbozo de futuro posible). Aquí, su mapa o espectro de la conciencia se divide en 9 niveles. 1.Uroboros-Sensoriomotor, 2.Mágico-Fantasmático/emocional , 3.Mítico-Preoperacional, 4.MíticoRacional-Operacional Concreto, 5.Racional-Operacional Formal,6.Centauro-Visión Lógica, 7.Psíquico, 8.Sutil, 9Causal.
En los niveles 1, 2 y 3 el niño conoce el mundo a través de las estructuras prepersonales. En los niveles 4, 5 y 6 el individuo utiliza las estructura personales. Y en los niveles 7, 8 y 9 las estructuras son transpersonales.
Los primeros seis niveles han sido estudiados detalladamente por científicos occidentales y los tres últimos han sido cartografiados por místicos occidentales y orientales.
Nivel 1 : Margareth Mead
Nivel 2 : Masterson, Kernberg
Nivel 3 : Psicoanálisis y Psicología analítica. Freud, Jung ...
Nivel 4 : Terapia cognitiva. Burns
Nivel 5 : Diálogo socrático
Nivel 6 : Terapia existencial. Yalom
Nivel 7 : Emerson
Nivel 8 : Sta Teresa de Jesús
Nivel 9 : Eckhart,Ramana Maharsi
Wilber corrige la falacia pre/trans en su fase 2. Muchas personas prefieren su fase 1. Según Wilber esto es un grave error ya que no se pueden igualar los estados pre y trans simplemente porque sean no personales. Wilber ya ha respondido a Wahsburn en relación a este tema.
En realidad tanto el psicoanálisis, como Jung, como la bioenérgetica tienen un papel fundamental en el tratamiento de las patologías. Pero no se debe considerar transpersonal a lo que no lo es. En las fases 3 y 4 de su obra Wilber expone claramente porqué no son transpersonales.
En esta segunda fase Wilber introduce el concepto de ser frontal y ser psíquico. También empieza a esbozar los términos olas y corrientes (líneas y niveles) correspondiente a la fase 3 y, aunque implícitamente, hace uso de los cuatro cuadrantes de la fase 4. Las fases 2, 3 y 4 conforman su obra. A diferencia de la fase 1, la 2 y la 3 son necesarias para comprender la fase 4, de hecho los libros de la fase 2 y 3 son necesarios para completar los libros de la fase 4. Lo único que Wilber salva de su fase 1 es el nivel último.

En la tercera fase (W3) escribe "Un Dios sociable", "Los tres ojos del conocimiento", "Psicología integral" (extraído de un libro en colaboración con otros dos autores titulado "Transformations of counsciousness") y "Gracia y Coraje"(en este libro no aparece explícitamente su modelo Wilber3, realmente usa el modelo Wilber2).
Aquí añade a los niveles de conciencia el concepto de líneas de desarrollo (cognitiva, afectiva, moral, social, espiritual ...). Así una persona puede estar en el nivel 6 del desarrollo cognitivo y estar en el nivel 1 del desarrollo moral. También en esta fase escribe sobre sociología y sobre filosofía (epistemología y ontología).

En la cuarta fase (W4) escribe "Sexo, Ecología y Espiritualidad" (Vol 1 de su obra "La trilogía del Kosmos"), "Breve historia de todas las cosas", "El ojo del Espíritu", "Diario", "Una teoría de todo" y "Boomerities"(Una novela que saldrá en junio 2002 en USA).
Esta es su última fase (o quizás no). El concepto más importante de esta fase son los cuatro cuadrantes. Además de las líneas y los niveles aparecen los cuadrantes. Considera que el universo está formado por holones. Un holón es una entidad que es a la vez totalidad en su nivel y parte en el nivel superior. Cada holón pertenece a los cuatro cuadrantes (interior individual, interior colectivo, exterior individual y exterior colectivo). Una visión integral debería de tener en cuenta los niveles, las líneas y los cuadrantes (visión omninivel y omnicuadrante).
Este esquema se puede aplicar a diversos ámbitos Psicología, Filosofía, Economía, Educación ... Y esto es lo que se está realizando ahora mismo en el Integral Institute (Creado hace poco por Ken Wilber, Roger Walsh ...y varios científicos de diversas áreas)
El punto culminante sería la Práctica Integral Transformadora, que sería llevar una vida de acuerdo con esta filosofía.

18. Laszlo, E., Grof, S. y Russell, P. (2000). La Revolución de la Consciencia. Prólogo de Ken Wilber. Epílogo de Yehudi Menuhin. Barcelona. Kairós.

Jornadas Ken Wilber - Madrid.


Jornadas Ken Wilber - Madrid, 16 y 17 de Mayo 2003


III Jornadas Ken Wilber - Madrid - 2005

II Jornadas Ken Wilber - Madrid - 2004


Fuentes:




Related Posts with Thumbnails

Entradas recientes

ASHES AND SNOW
http://lh4.ggpht.com/_Wbrv4TZOFic/SZcqRLSIoCI/AAAAAAAABCA/7wGZN6NL01g/Ashes%20and%20Snow%20022.gif

Según Platón, el conocimiento es un subconjunto de lo que forma parte a la vez de la verdad y de la creencia.
Integral Philosopher Michel Bauwens "Vision"