miércoles, 22 de octubre de 2008

Una Teoría de Todo

A Theory of Everything

Una Teoría de Todo
Una visión integral de la empresa, la política, la ciencia y la espiritualidad.
Trad. de David González Raga.

Una teoría de todo ofrece una visión general, concisa y exhaustiva del revolucionario pensamiento de Ken Wilber. Con un lenguaje claro, ameno y exento de tecnicismos, Wilber presenta un modelo de "dinámica espiritual" que integra las esferas del cuerpo, la mente, el alma y el espíritu. Este innovador enfoque logra integrar sin fisuras el mundo de la ciencia y el de la religión y posee unas repercusiones practicas inestimables.

Wilber muestra, ademas, la manera de aplicar esta visión integral a los problemas de la vida cotidiana, en campos como los negocios, la política, la medicina o la educación. Para ilustrarlo, utiliza distintos mapas del Kosmos que aúnan las visiones del mundo que se han ido desarrollando a través de los tiempos.

Una teoría de todo proporciona, así, practicas diarias que combinan la meditación con técnicas psicológicas sofisticadas, destinadas a ayudar a los lectores a desarrollar esta visión integral en sus propias vidas.

NOTA PARA EL LECTOR

¿Cuál es, al despuntar el nuevo milenio, el más candente de los problemas intelectuales? ¿Cuál es el ítem que despierta el interés de la academia y de revistas tan eruditas como "Atlantic Review" y el "New Yorker"? ¿Cuál es el tema que atrapa la atención tanto del especialista como del gran público? ¿Acaso se esconden ahí los arcanos más secretos de la condición humana? ¿Cuáles son las nuevas ideas con que nos deslumbrarán quienes andan "en el ajo"?
Habría quien dirían que se trata de la psicología evolutiva, es decir, la aplicación de los principios de la evolución al estudio de la conducta humana: como usted sabe, los hombres somos sexualmente promiscuos, mientras que las mujeres, por su parte, son creadoras de nidos porque millones de años de selección natural nos han hecho así. Y es muy cierto que la psicología evolutiva se ha convertido en un ítem candente, porque ha logrado arrinconar al postmodernismo -el megahit de las últimas tres décadas- hasta el punto de que hoy en día sólo despierta bostezos. ¿No les parece irónico que el postmodernismo -que había logrado su enorme cohorte de seguidores gracias a su capacidad para deconstruir las ideas ajenas y proclamarse así en el rey del mundo académico- forme ya parte del ayer?
La psicología evolutiva consiguió "mover el piso" de los especialistas en "mover el piso", y lo hizo mostrando que los principios de la evolución nos proporcionan explicaciones mucho más sugestivas de la conducta humana que la monótona cantinela postmoderna de que toda conducta es culturalmente relativa y se ve socialmente construida. Porque el hecho es que la psicología evolutiva explicitó los principios universales de la condición humana, evidenció que sólo es posible negar la evolución abrazando la incoherencia... y puso de relieve que, a fin de cuentas, el postmodernismo tampoco resultaba tan divertido.
La psicología evolutiva es una de las ramas de una perspectiva radicalmente nueva sobre la evolución. La síntesis neodarwiniana anterior consideraba la evolución como el resultado de la acumulación de las mutaciones genéticas azarosas que tienen mayor valor de supervivencia, pero eran muchos los que no se hallaban satisfechos con esa explicación. ¿Cómo puede la extraordinaria vitalidad y diversidad de la vida proceder de un universo exclusivamente gobernado por las leyes de la física, leyes que afirman tajantemente -recordemos el segundo principio de la termodinámica- que el universo se halla sumido en un proceso de degradación continua y que el grado de desorden es cada vez mayor? Porque el hecho es que la simple observación pone de manifiesto que, en el mundo real, la vida genera orden por doquier, como si el universo no se hallara en proceso de descomposición sino, muy al contrario, de creación.
Las teorías del "caos" y de la "complejidad" aportaron una nueva y revolucionaria visión, según la cual el universo físico tiende a crear orden, como el remolino que genera el agua al irse por un desagüe. La vida biológica se halla inmersa en una serie de vórtices que parecen introducir orden en el caos y posibilitar la emergencia, a cada nuevo paso, de estructuras cada vez más ordenadas mediante diversos procesos de selección que operan a todos los nive¬les, desde el físico hasta el cultural. Ésta es, precisamente, en el dominio humano, la conducta estudiada por la nueva psicología evolutiva, un tópico realmente muy interesante.
Pero, por más interesante que sea, la psicología evolutiva no es el tema más candente de nuestro tiempo. Desde comienzos de los ochenta y a lo largo de un proceso que experimentó un crescendo a finales de los noventa, el mundo de la física se vio sacudido por el rumor de la aparición de una nueva teoría de todo [una TOE,
del término original inglés: Theory Of Everything], una teoría destinada a unificar todas las leyes conocidas del universo en un único y omniabarcador modelo que explicaría literalmente la totalidad de la existencia. Hubo incluso quienes dijeron que, en su formulación matemática, podía advertirse la misma mano de Dios, otros proclamaban que se había descorrido el velo que ocultaba el último misterio y la gran mayoría creía en silencio que la respuesta final a todas las preguntas no andaba muy lejos.
Conocida con el nombre de teoría de cuerdas (o, más exactamente, como teoría-M), esa visión prometía unificar todos los ámbitos conocidos de la física -el electromagnetismo, las fuerzas nucleares y la gravedad- en un supermodelo que lo abarcaría todo. Las unidades fundamentales de ese supermodelo son conocidas con el nombre de "cuerdas" (o cuerdas vibrantes unidimensionales) y su vibración da origen a las "notas" que constituyen la totalidad de partículas y fuerzas conocidas del cosmos.
La teoría-M (según se dice, la "M" lo representa todo, desde matriz hasta membrana, misterio o madre, configurando así una suerte de "madre de todas las teorías") es, de hecho, un modelo muy excitante y prometedor, y si finalmente se demuestra que funciona -y hay que decir, en este sentido, que la evidencia parece corroborarla-, se trataría de uno de los principales descubrimientos científicos de todos los tiempos. Por ello, para los entendidos, la teoría de cuerdas o teoría-M es el más candente de todos los modelos intelectuales, un revolucionario supermodelo que destierra a la psicología evolutiva al rincón de lo meramente anecdótico.
La teoría-M ha llegado incluso a influir en el mismo pensamiento de los intelectuales, es decir, les ha llevado a pensar de un modo diferente. Pero ¿qué significaría, a fin de cuentas, una teoría que lo explicase todo? ¿Y qué significa, exactamente, "todo"? ¿Acaso esta nueva teoría física puede llegar a explicar, pongamos por caso, la poesía humana, el funcionamiento de la economía o los distintos estadios del desarrollo psicosexual? ¿Es que acaso esta nueva física puede explicar el flujo de los ecosistemas, la dinámica de la historia o por qué las guerras siguen siendo tan lamentablemente frecuentes?
Según se dice, en el interior de los quarks existen cuerdas vibrantes que constituyen las unidades fundamentales que hay detrás de todo. Pero, si esto fuera así, se trataría de una totalidad extraña y más bien anémica, bastante ajena, por otra parte, a la riqueza del mundo cotidiano. Es muy posible que las cuerdas constituyan una parte importante -y hasta fundamental- del mundo, pero en ningún caso parece que se trate de un asunto muy significativo. Usted y yo sabemos que, si las cuerdas existen, sólo constituyen una pequeña parte de la imagen global, y lo sabemos cada vez que echamos un vistazo a nuestro alrededor, cada vez que escuchamos a Bach, hacemos el amor, nos asustamos por el fragor de un trueno, nos extasiamos ante una puesta de sol o contemplamos un mundo resplandeciente que parece compuesto por algo mucho mayor que esas delgadas bandas unidimensionales microscópicas...
Los griegos tenían una hermosa palabra -Kosmos- para referirse a la Totalidad ordenada de la existencia, una totalidad que incluía los reinos físicos, emocionales, mentales y espirituales. Desde su punto de vista, la realidad última, pues, no era tanto el cosmos (la dimensión estrictamente física) como el Kosmos (que incluye las dimensiones físicas, emocionales, mentales y espirituales). El Kosmos no se refería sólo a la materia inanimada e insensible, sino a la Totalidad viva compuesta por la materia, el cuerpo, la mente, el alma y el espíritu. ¡Si debe existir una auténtica TOE, ésa no debe centrarse exclusivamente en el cosmos sino en el Kosmos! Lo que ocurre es que la modernidad ha acabado reduciendo el Kosmos al cosmos, la totalidad compuesta de materia-cuerpo-mente-alma-y-espíritu a la materia hasta el punto de que, en el mundo insípido y anodino del materialismo científico, nos conformamos con la idea de que una teoría que unifique la dimensión física realmente es una TOE...
Según se dice, la nueva física nos revela la mente de Dios y tal vez sea así... pero sólo cuando Dios esté pensando en la mera materia. Preguntémonos, pues -sin negar por ello, en modo alguno, la importancia de una física unificada- si acaso podemos disponer de una teoría que no se limite al cosmos sino que tenga realmente en cuenta al Kosmos. ¿Acaso puede haber una auténtica TOE?, ¿es legítimo preguntarse estas cosas? y, en tal caso ¿por dónde tendríamos que comenzar?
Una verdadera "visión integral" -una auténtica TOE- debería incluir la materia, el cuerpo, la mente, el alma y el espíritu tal y como se nos presentan en su despliegue a través del yo, la cultura y la naturaleza. Debería tratarse de una visión comprehensiva, equilibrada e inclusiva, una visión que abrazase la ciencia, el arte y la moral, una visión que englobase todas las disciplinas (desde la física hasta la espiritualidad, la biología, la estética, la sociología y la oración contemplativa) y se expresase a través de una política integral, una medicina integral, una espiritualidad integral...
Este libro presenta un esbozo de tal TOE y, en este sentido, está plagado de limitaciones, es decir, de generalizaciones injustificadas que impiden, en consecuencia, que alcance su objetivo manifiesto de un abrazo auténticamente holístico. Pero no es sólo que la empresa se encuentre más allá de cualquier mente humana, sino que es prácticamente imposible de llevar a cabo, ya que el conocimiento crece a una velocidad mucho mayor que nuestra capacidad de conceptualizarlo. La búsqueda holística, pues, es una especie de quimera, un viaje interminable hacia un horizonte que se desplaza al mismo ritmo que nosotros, una marmita llena de oro al final de un arco iris que nunca alcanzaremos.
¿Pero por qué, si esto es así, deberíamos preocuparnos siquiera por embarcarnos en esa tarea? Porque, en mi opinión, un poco de totalidad es mejor que nada y cualquier visión integral nos brinda mucha más totalidad que la alternativa acostumbrada de las meras visiones chatas. Podemos estar más completos o menos completos, más fragmentados o menos fragmentados, más alienados o menos alienados y, en este sentido, una visión integral nos ayuda a sanar nuestra fragmentación y ser un poco más completos en nuestro trabajo, en nuestra vida y en nuestro destino.
Además, y como veremos en las próximas páginas, una visión integral puede proporcionarnos beneficios inmediatos. En los primeros cuatro capítulos presentamos una TOE y en los últimos tres hablamos de una política integral, de una educación integral, de una medicina integral, de una espiritualidad integral y de una visión integral del mundo de los negocios (campos en los que, por cierto, ya se está trabajando entusiásticamente), subrayando así su relevancia en el "mundo real". El último capítulo se centra en una "práctica transformadora integral", un abordaje integral a la transformación psicológica y espiritual que puede emprender cualquier lector interesado.
(Las notas finales son para los estudiantes avanzados o para una segunda lectura. Y, en el último capítulo, presento una serie de lecturas recomendadas para todos aquellos que quieran profundizar en una visión integral y en una TOE.)
Este libro es el hermano gemelo de "Boomeritis", porque creo que el mundo, en general, y mi generación, en particular, ha llegado a una encrucijada clave en la que, o bien seguimos el camino marcado por el materialismo científico, el pluralismo fragmentado y el postmodemismo deconstructivo o bien elegimos un camino más integral, global, abarcador e inclusivo. Así pues, "Boomeritis" y "Una teoría de todo" parten del mismo punto (el primer capítulo y la mitad del segundo son prácticamente idénticos), pero luego "Boomeritis" se ocupa de investigar el camino que hemos seguido hasta el momento, el camino de la fragmentación y la alineación, mientras que "Una teoría de todo" se dedica a explorar el camino alternativo del holismo y el abrazo integrador. La decisión final, obviamente, depende de todos nosotros.
Quisiera, para finalizar, señalar que las ideas esbozadas en las páginas siguientes no son más que meras sugerencias. Convendría, pues, que el lector viera si esas ideas tienen sentido para él, si puede enriquecerlas y si le ayudan a actualizar sus propias ideas y aspiraciones más integrales. En cierta ocasión tuve un profesor que decía que una buena teoría es aquella «que dura lo suficiente como para alcanzar otra todavía mejor» y lo mismo podríamos decir con respecto a "una buena TOE". Ésta no es una teoría fija y cerrada, sino simplemente una teoría que sólo habrá servido con su cometido cuando le permita alcanzar otra mejor. Entretanto, disfrutemos de la maravilla y la gloria de la misma búsqueda, una búsqueda saturada desde el comienzo del resplandor del ser y consumada antes incluso de haberla emprendido.
K. W.
Boulder, Colorado Primavera del 2000


La visión integral en el mundo en general


Permítanme concluir este capítulo(
3. Una visión integral) con la siguiente estimación, realizada por el doctor Phillip Harter, de la Facultad de Medicina de la Stanford University. Si consideramos a toda la población de la tierra como una aldea de sólo cien personas, ésta se asemejaría a lo siguiente:

57 de ellos serían asiáticos
21 europeos
14 americanos (tanto de Norteamérica como de Sudamérica)
8 africanos 30 blancos 70 no blancos
6 poseerían el 59% de la riqueza del mundo
(y los 6 serían estadounidenses)
80 viviría en condiciones infrahumanas
70 serían analfabetos
50 sufrirían desnutrición
1 tendría educación universitaria
1 poseería ordenador

Como ya he señalado, pues, la resolución de los problemas más urgentes que aquejan a nuestro planeta depende del desarrollo de una visión integral. Por ello nuestra principal exigencia ética consiste en sanar la espiral completa del desarrollo y, más concretamente, de sus olas más tempranas.
No obstante, la ventaja de la conciencia visión-lógica de segundo grado es que nos proporciona una visión más creativa para abordar esos apremiantes problemas, porque la comprensión de la imagen global puede ayudarnos a encontrar soluciones más inteligentes. En este sentido, es el cuerpo gobernante el que más necesita de un abordaje integral; son nuestras instituciones educativas, desbordadas por el postmodernismo deconstructivo, las que necesitan desesperadamente de una visión más integral; es nuestra práctica comercial, centrada en los logros fragmentarios, la que requiere de un enfoque más equilibrado; son nuestras instituciones sanitarias las que más podrían beneficiarse de la visión compasiva de un abordaje más integral; y son los gobernantes los que más claramente podrían advertir sus propias posibilidades. De todas estas formas -y de muchas otras más- podríamos utilizar una visión integral para cambiar el rumbo de un mundo que está enloqueciendo poco a poco.


Fuentes:

Extractos de "Una Teoría de Todo"
Por Ken Wilber

SUMARIO

Nota para el lector

1. La espiral sorprendente
La fragmentación de la vanguardia
Boomeritis
Las olas de la existencia
El proyecto de la conciencia humana
El salto a la conciencia de segundo grado

2.Boomeritis
El desarrollo en tanto que disminución del egocentrismo ...
La espiral de la compasión
¡Luchemos contra el sistema!
Jerarquías de desarrollo versus jerarquías de dominio
Boomeritis
Los muchos dones proporcionados por el meme verde
Más allá del pluralismo
La cultura integral

3. Una visión integral
La transformación integral
Sexo, ecología, espiritualidad
Un enfoque espectral global
Omnicuadrante
Un mapa más integral
Transformar al cartógrafo
La directriz primordial
Moderar nuestras expectativas
La visión integral en el mundo en general

4. Ciencia y religión
La relación existente entre la ciencia y la religión
¿Dominios no solapados?
El cerebro de un místico
Omnicuadrante y omninivel
La buena ciencia
La religión profunda
La revelación integral
Vive la différence!
La religión estrecha
Espiritualidad y liberalismo

5. El mundo real
La política integral
El gobierno integral
La medicina integral
Una visión integral del mundo de los negocios
La educación integral
Los estudios sobre la conciencia
Una espiritualidad relacional y socialmente comprometida
La ecología integral
Llegar a las minorías
Omnicuadrante, omninivel y omnilínea: una visión global de la UNICEF
El terror del mañana
Integral Institute

6. Mapas del Kosmos
Un sistema de clasificación holístico
Visiones el mundo
Robert Bellah y Mark Gerzon
La profundidad vertical
Francis Fukuyama: El fin de la historia y el último hombre
Samuel P. Huntington: El choque de civilizaciones
Vertical y horizontal
El mal meme verde
La Civilización Mundial
Thomas L. Friedman: The Lexus and the Olive Tree
Las olas de la experiencia espiritual
¿Por qué no desembarazarnos simplemente de la religión?
La práctica integral

7. Un solo sabor
La práctica transformadora integral
Recomendaciones
Cierto pero parcial
Cuando todo ha concluido

Notas
Capítulo 1. La espiral sorprendente
Capítulo 2. Boomeritis
Capítulo 3. Una visión integral
Capítulo 4. Ciencia y religión
Capítulo 5. El mundo real
Capítulo 6. Mapas del Kosmos

Índice

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