miércoles, 5 de mayo de 2010

Los devoradores de pecados

Barba Azul es desde el principio hasta el final un "incisivo" relato acerca de la ruptura y la reunión. En la fase final del cuento, el cuerpo de Barba Azul es abandonado para que los devoradores de carne -los cormoranes, las aves de presa y los buitres- se lo lleven. Se trata de un místico final muy extraño.

En la antigüedad, se creía en la existencia de unas almas devoradoras de pecados, personificadas por los espíritus, los pájaros, los animales y, a veces, unos seres humanos que, como el chivo expiatorio, asumían los pecados, es decir, los desperdicios psíquicos de la sociedad, de tal manera que las personas se pudieran purificar y redimir de los escombros de una vida difícil o de una vida mal vivida.
Hemos visto cómo la naturaleza salvaje está ejemplificada en la buscadora de muertos, en la que canta sobre los huesos de los muertos y los devuelve a la vida. Esta naturaleza de Vida/Muerte/Vida es un atributo esencial de la naturaleza instintiva de las mujeres. De igual modo, en la mitología nórdica, los devoradores de pecados son unos carroñeros que devoran a los muertos, los incuban en sus vientres y los conducen a Hel, que no es un lugar sino una persona. Hel es la diosa de la Vida y de la Muerte y enseña a los muertos a vivir hacia atrás. Éstos se van volviendo progresivamente más jóvenes hasta que están en condiciones de volver a nacer y ser lanzados de nuevo a la vida.
Esta acción de devorar los pecados y a los pecadores y su subsiguiente incubación y devolución a la vida constituye un proceso de individuación de los aspectos más despreciables de la psique. En este sentido, es justo y conveniente que la energía se extraiga de los elementos depredadores de la psique y se los mate por así decirlo para arrancarles sus poderes. De esta manera se pueden devolver a la Madre de la Vida/Muerte /Vida para que ésta los transforme y re-cree en un estado menos conflictivo.

"El significado original de “pecado”, en griego remite a “fallar el blanco”. Jung considera que el término griego para “arrepentimiento” significa “hacerse más consciente”. Cuando no apuntamos con acierto al blanco del Yo, puede significar que nuestra consciencia, madurez y visión necesitan ser revisadas desde sus fundamentos. La inflación que nos aleja de nuestro objetivo también nos lleva a imaginar que ya damos de lleno en el blanco. Un diálogo en busca de la verdad con el inconsciente tiene el valor estratégico de corregir ese autoengaño. La humildad surge de hacernos más conscientes de nuestros límites y de la guía del Yo, y esta humildad no puede ser exagerada. Hace que nuestra personalidad se vuelva receptiva y “pobre de espíritu”. Dado que nuestra personalidad no posee el Yo, sólo lo que Jung denomina “una actitud religiosa” puede relajar nuestra certeza arrogante y dar la vuelta a la situación. Jung compara el Yo con el Tao chino, del que no podemos apropiarnos ni siquiera con palabras o conceptos."

Muchos especialistas que han estudiado este cuento creen que Barba Azul representa una fuerza imposible de redimir. Pero yo percibo un terreno adicional para este aspecto de la psique, no la transformación de un asesino en serie en un profesor entrañable como mister Chips, sino más bien en una persona que tiene que estar recluida en un espacio aceptable donde haya árboles y ella pueda contemplar el cielo y recibir una alimentación adecuada y tal vez escuchar música que serene su espíritu, en lugar de ser desterrada a un cuarto de atrás de la psique donde se la torture y se la insulte.
Por otra parte, no quisiera dar a entender que no existe el mal manifiesto e irredimible, pues no cabe la menor duda de que también existe. En el transcurso del tiempo se ha tenido siempre la mística sensación de que cualquier tarea de individuación llevada a cabo por los seres humanos modifica también la oscuridad del inconsciente colectivo el lugar en el que habita el depredador.

"Las aves migratorias observan las señales y emprenden el vuelo hacia sus lejanos destinos sin vacilar. Los seres humanos podemos observar y actualizar nuestros arquetipos para iniciar nuestros viajes, son como señales en nuestro camino en busca de nosotros mismos. El camino es el mismo para todos los seres humanos, pero nuevo y único para cada uno, pues aunque pertenezca a la esencia de la humanidad, para aquel que lo inicia, es algo inexplorado. La mujer o el hombre que inician su camino se aventuran en lo desconocido, dejan la seguridad de la rutina, la protección del rebaño y se adentran en el misterio. En ese momento se convierten en héroes. El arquetipo heroico hace referencia a la capacidad para individuarse, para elegir un proceso singular. Jung llamó proceso de individuación a esta búsqueda de la autorrealización en la psique y en el mundo."


Jung dijo en cierta ocasión que Dios adquirió una mayor conciencia cuando los seres humanos incrementaron su nivel de conciencia y señaló que los seres humanos hacen que el lado oscuro de Dios se ilumine cuando sacan sus demonios personales a la luz del día.

"Jung hacía conjeturas en el sentido de que el creador y lo creado estaban en fase de evolución y la conciencia del uno influía en la del otro. Es curiosa la idea de que el ser humano pueda influir en la fuerza que hay detrás del arquetipo."

No pretendo saber cómo se produce todo eso, pero, siguiendo la pauta arquetípica, creo que es algo que se podría formular de la siguiente manera: En lugar de insultar al depredador de la psique o de huir de él, lo descuartizamos. Y lo hacemos rechazando los pensamientos divisivos acerca de nuestra vida espiritual y nuestro valor en particular. Para ello, atraparnos los pensamientos envidiosos para evitar que crezcan y causen daño, y los destruimos.
Y destruimos al depredador replicando a sus injurias con nuestras educativas verdades. Depredador: "Nunca terminas nada de lo que empiezas." Usted: "Termino muchas cosas." Destruimos los ataques del depredador natural, tomándonos en serio y trabajando con lo que hay de cierto en lo que dice el depredador y descartando lo demás.
Destruimos al depredador conservando nuestras intuiciones y nuestros instintos y oponiendo resistencia a sus seducciones. Sí hiciéramos una lista de todas las pérdidas que hemos sufrido hasta este momento de nuestras vidas, recordando las veces en que sufrimos decepciones y fuimos impotentes contra el sufrimiento o tuvimos una fantasía llena de adornos y de azúcar glas, comprenderíamos que ésos son los puntos vulnerables de nuestra psique. En estas partes deficientes y desvalidas se centra el depredador para ocultar su propósito de arrastrar a la mujer al sótano, extraerle la energía y hacerse con ella una tonificante transfusión de sangre.

"En el folclore, los mitos y los sueños, el depredador natural tiene casi siempre un depredador que también lo persigue a él. La batalla entre ambos es la que al final provoca un cambio o un equilibrio. Cuando ello no ocurre o cuando no surge ningún otro antagonista bondadoso, el cuento se suele llamar historia de terror. La ausencia de una fuerza positiva que pueda oponerse con eficacia al depredador negativo es uno de los temores más profundos del corazón humano.
En la vida diaria hay también numerosos ladrones de luz y asesinos de la conciencia. En general, el depredador se apodera del jugo creativo de la mujer por simple placer o para su propio uso, dejándola más pálida que la cera y sin saber lo que ha ocurrido mientras él está cada vez más sonrosado y saludable. La persona depredadora quiere que la mujer no preste atención a sus instintos por temor a que se dé cuenta de que han aplicado un sifón a su mente, su imaginación, su corazón, su sexualidad o lo que sea.
La pauta de la entrega de la vida del propio núcleo empieza a veces en la infancia, favorecida por las personas que cuidan de la niña y pretenden que sus cualidades y su encanto llenen su propio vacío y sacien el hambre que sienten. El hecho de que la niña sea educada de esta manera confiere un enorme poder al depredador innato y la expone a que más adelante se convierta en presa de otros. Hasta que sus instintos se vuelven a colocar en su correspondiente orden, la mujer que ha sido educada de esta manera es extremadamente vulnerable a la posibilidad de ser víctima de las tácitas y devastadoras necesidades psíquicas de los demás. En general, una mujer con los instintos bien desarrollados sabe que el depredador la acecha cuando se ve atrapada en una relación o una situación que empequeñece su vida en lugar de engrandecerla."


Al final del cuento de Barba Azul, sus huesos y sus cartílagos se dejan para los buitres, lo cual nos permite comprender la profunda transformación que se ha producido en el depredador. Es la última tarea de una mujer en este último viaje "barbaazuliano": permitir que la naturaleza de la Vida/Muerte/Vida despedace al depredador y se lo lleve para incubarlo, transformarlo y devolverlo a la vida.
Si nos negamos a prestar atención al depredador, éste se queda sin fuerzas y no puede actuar sin nuestra colaboración. En esencia, nosotros lo empujamos al estrato de la psique donde toda creación carece todavía de forma y lo dejarnos que hierva lentamente en aquella etérea sopa hasta el momento en que podamos encontrarle una forma mejor. Cuando se entrega el energum psíquico del depredador, éste se puede configurar para otro propósito. Entonces somos creadoras y la materia prima reducida se convierte en la materia de nuestra propia creación.
Las mujeres lo descubren cuando vencen al depredador, toman lo útil, descartan lo demás y se sienten rebosantes de vitalidad y de fuerza. Han extraído del depredador lo que éste les había robado, es decir, el vigor y la sustancia. Extraer la energía del depredador y convertirla en algo útil se puede entender de las siguientes maneras:

La furia del depredador se puede transformar en un fuego espiritual capaz de llevar a cabo una gran tarea mundial.
La habilidad del depredador se puede utilizar para inspeccionar y comprender cosas desde lejos.
La naturaleza asesina del depredador se puede usar para matar lo que conviene que muera en la vida de una mujer o lo que conviene que muera en su vida exterior, tratándose de cosas distintas en momentos distintos.
Por regla general, la mujer sabe muy bien lo que son.

Extraer las partes de Barba Azul es como extraer las partes medicinales del beleño o las sustancias curativas de la belladona y utilizarlas cuidadosamente para sanar y ayudar. Entonces las cenizas que queden del depredador volverán a cobrar vida, pero con un tamaño mucho más reducido, mucho más identificable y con mucho menos poder para engañar y destruir, pues ya se habrán extraído muchos de sus poderes destructores y éstos estarán dirigidos a lo útil y lo pertinente.


Barba Azul es uno de los muchos cuentos didácticos que a mi juicio son, importantes para las mujeres que son jóvenes, no necesariamente en años, sino en algún lugar de sus mentes. Es un cuento que gira en torno a la ingenuidad psíquica, pero también en torno al valeroso quebrantamiento de la prohibición de "mirar". Es un cuento que gira en torno a la descuartización del depredador natural de la psique y a la extracción de su energía.
Creo que el propósito del cuento es el de poner nuevamente en marcha la vida interior. El cuento de Barba Azul es una medicina que hay que utilizar cuando la vida interior de una mujer está atemorizada, paralizada o acorralada. Las soluciones del cuento reducen el temor, administran dosis de adrenalina en los momentos oportunos y –lo más importante para el yo ingenuo atrapado- abren puertas en unas paredes que previamente estaban en blanco.
Es posible en suma que el cuento de Barba Azul haga aflorar a la conciencia la llave psíquica, es decir, la capacidad de formular cualquier tipo de pregunta acerca de la propia persona, la propia familia, las propias actividades y la vida circundante. Entonces, como una criatura salvaje que olfatea una cosa y la husmea por arriba, por abajo y por todas partes para averiguar lo que es, la mujer es libre de buscar las verdaderas respuestas a sus más profundas y oscuras preguntas. Y es libre de arrancarle los poderes a la cosa que la ha atacado y de transformar estos poderes que antes se habían utilizado contra ella en su propio beneficio. Eso es la mujer salvaje.

Fuentes:

Clarissa Pinkola Estés
"Mujeres que Corren con los Lobos"
 
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