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jueves, 20 de enero de 2011

Entrevista a Juan Li

Nació en La Habana (Cuba) en 1946, hijo de padre chino y madre cubana.
En 1970, fue diplomado por la Universidad de Brooklyn de Nueva York en Historia Antigua China, destacando con un estudio sobre el I Ching y su influencia en la formación de la antigua cultura china. Continuó sus estudios en Zurich en el Instituto Carl Jung, donde profundizó sus conocimientos sobre el proceso de sincronicidad, contemplada en la filosofía Taoísta.
Desde 1972 hasta 1978, residió en Nepal, dónde comenzó las prácticas de meditación, yoga del sueño y mantras con varios yoguis indios y lamas tibetanos. A partir de 1979 estudió con una serie de maestros del sistema Shinto en Japón centrados en la montaña sagrada Iwakiyama. Al mismo tiempo estudió con el maestro Sih Ho Chu que le enseño dos estilos de Tai Chi y uno de Kung Fu.
En 1982, conoció a Mantak Chia y se instruyó en las prácticas internas, llegando a ser su principal discípulo y colaborando con él en la formulación de los grandes temas de la
Bioenergética taoísta así como en la redacción e ilustración de algunas de sus obras, siendo coautor del libro "La estructura interna del Tai-Chi". Desde 1988 Juan Li ha estado presentando el sistema completo taoísta en once países diferentes de Europa.
En 1996, al cumplir cincuenta años, inauguró en China el tradicional ciclo de peregrinajes de la segunda fase de la vida, con una gira de un año por trece montañas sagradas Taoístas y budistas. En 1998 realizó el peregrinaje del Camino de Santiago y en 2001 el peregrinaje de la India lo llevó hasta las fuentes del río Ganges en las Himalayas. Desde 1997, guía peregrinajes con grupos del Tao a varias partes del mundo
En la actualidad imparte seminarios sobre su estilo de trabajo taoísta denominado
I Ching Dao por diferentes países de Europa y América y prepara una serie de libros sobre el yoga del sueño y el I Ching.

- Señor Li, en sus libros hemos leído la expresión la sonrisa interior. ¿Cómo definiría ese concepto?

- Se trata de la primera práctica que se estudia en el sistema taoísta que presentamos. Se utiliza "la sonrisa interior" para cambiar el estado interno. Cuando una persona sonríe aparece un hermoso tipo de energía en su ser. En la práctica taoísta uno aprende a enviar esa energía a sus órganos vitales, a los huesos, tejidos, músculos, y, en definitiva, cualquier parte de su cuerpo. Así comienza algo muy importante en el sistema del Tao: el diálogo interior, en el que uno se comunica con sus órganos vitales. Por ejemplo, si yo sonrío a los riñones, también les puedo decir: "Gracias riñones, por tantos años de trabajo". Es un método de comunicación interna extremadamente simple y muy beneficiosa para la salud.

- Quizá eso es lo que sorprende más en Occidente del sistema taoísta, que no es complicado.

- A veces pensamos que las cosas han de ser complejas para ser efectivas. Porque tenemos la mentalidad mecánica de que algo efectivo y poderoso ha de ser complicado. Sin embargo, nuestras enseñanzas son atractivas para el Occidente, porque contienen elementos que todos conocemos, todos sonreímos, por ejemplo. Y todos podemos reír internamente y sentir si algo cambia, porque no tenemos que esperar 20 años para comprobarlo. Inmediatamente notamos si se ha producido un cambio intemo. Es algo extremadamente simple, rápido de aprender, y solamente hay que saber dirigirlo hacia cada parte de nuestro organismo.

- Usted utiliza frecuentemente la expresión "órbita microcósmica". ¿Podría explicar en qué consiste?

- Cuando estas enseñanzas empezaron a introducirse aquí en Occidente, buscamos el nombre apropiado para definirlas, porque el nombre es una clave de lo que se está haciendo y tiene una magia contenida. La expresión "órbita microcósmica" evoca un cierto sentido de trascendencia. El cosmos se encuentra en esa palabra. Tiene algo que ver con el universo, el espacio celeste. Micro significa algo pequeño, pequeño universo. Por lo tanto, se refiere a nuestro universo interno, que es uno de los principios del Tao. Esa palabra inmediatamente evidencia que tenemos un universo interno, a la vez que existe el universo externo. Aunque a veces nos es más familiar ese macrocosmos que nuestro propio microcosmos interno.
La existencia de esa órbita microcósmica también implica que dentro de nuestro cuerpo es posible que circule algo. Claro, la materia prima del Tao es la energía. Pues inmediatamente sabemos que hay algún tipo de energía que puede circular dentro de nuestro cuerpo. En círculo, no en línea recta, ya que el círculo es una forma esencial en la vida. Esa práctica constituye la primera meditación que hacemos en el Tao, a la que llamamos fórmula, porque sigue una manera concreta de usar la energía. Entonces, por órbita microcósmica entendemos esa meditación básica, la primera que se aprende y la que nos lleva a sentir la energía vital, la energía que anima nuestro universo.






- Lo que me llama un poco la atención es vuestro trabajo relacionado con la energía sexual.

- La energía sexual es un tema tratado ahora en muchos libros. Hace unas semanas estuve en París, y me asombró que después de muchos años de haber sido escritos aparecieron nuestros dos libros sobre sexualidad (masculina y femenina), y estaban expuestos incluso en tiendas no esotéricas. La energía sexual es la energía de la creación. Es la energía más condensada que produce nuestro cuerpo, la más especial, pues tiene la capacidad de crear otro ser humano. Esta energía también está conectada a muchos aspectos de nuestra cultura, emociones, restricciones, etc. Es una energía misteriosa, porque se ha mantenido oculta generación tras generación, pero actualmente muchas personas tienen interés de conocer un poco más de ella, pues domina gran parte de nuestra vida.
De una manera consciente o bien disfrazada, estamos constantemente tratando el tema de la energía sexual. Pero sabemos tan poco de su naturaleza y sus cualidades, que cuando aparece un libro o alguna información que traiga más luz sobre ella, la gente demuestra un gran interés. Pero, en cuanto uno inicia su estudio a fondo, descubre que para trabajar con esa energía tan potente necesita un conocimiento íntimo de la energía en general, y ciertos principios para iniciar su control, reciclaje y conservación. Entonces, ve que es necesaria la sonrisa interior, los sonidos curativos, la órbita microcósmica, la posición del cuerpo... el sistema completo. Es una puerta de acceso para muchas personas.
Miles de personas han comenzado a tener una vida mucho más placentera, mucho más plena, después de haber comenzado una práctica con la energía sexual.

-¿Cómo accedió a esta sabiduría Mantak Chia? y ¿qué opina de un famoso libro que hace tiempo se publicó sobre el Tao del amor y el sexo?

El libro que has mencionado fue uno de los primeros libros de occidentales en que se habló de energía sexual y de las prácticas sexuales chinas. Son dos volúmenes de libros. Yo los leí muy ávidamente cuando aparecieron en EE.UU. hace más de 12 años, pero, aunque dice mucho, no se encuentra un método concreto.
Hace mucho tiempo que la energía sexual, está restringida o limitada a la función reproductora. Es el límite que nuestra cultura ha puesto. Pero, en el estudio energético de la alquimia interior, como se llama también al sistema taoísta, descubrimos que esta energía sexual es la materia prima que se utiliza para el desarrollo, no solamente físico, sino también mental, emocional, y espiritual de la persona.
Todas los caminos espirituales ponen énfasis en conservar la energía sexual. Un hindú dirá "no sexo", al igual que un tibetano o un sufi. Todos presentan la misma ecuación. Pero, ¿por qué? Una simple razón es que esa energía sexual, tiene dos caminos. Un camino es externo, mediante el cual se envía al mundo y puede crear otro ser humano, un verdadero milagro. O bien esa energía se puede canalizar de nuevo, y se puede enviar a partes superiores conduciéndonos a un nivel que nos acerque a la experiencia de unidad, de sentirnos íntegros con el universo.
Esa energía es la materia prima para la liberación, pero si se exterioriza de cualquier modo no hay nada con qué ascender. Así que, instintivamente, aunque no sepamos nada sobre esoterismo, si nos sentamos tranquilamente y analizamos la energía sexual, instintivamente vemos que hay algo más que una función reproductora. Esta energía no se puede controlar tan fácilmente, ya que a veces nos rige totalmente la vida. Eso es algo que ha estado presente a través de la historia de la humanidad.
Durante miles de años se ha utilizado como la energía capaz de devolver la liberación. Ese es el aspecto que se trabaja en todos los sistemas esotéricos espirituales, y ese es el tabú sexual que a veces no se entiende, que nadie puede explicar.

- ¿Cuál es su idea respecto al Tantra?

- Tantra significa exactamente prácticas sexuales, pero esa palabra tiene un significado algo distinto en la India, por ejemplo. Sin embargo, de una manera o de otra intuimos, aunque sea de un modo confuso, que esta energía es demasiado potente.
Todos los sistemas espirituales que conocemos utilizan como materia prima la energía sexual, y el Tantra es una rama de desarrollo espiritual, que también se desarrolló en la India, y que utiliza como todos la energía sexual. También tiene un punto de vista peculiar: en vez de utilizar reglas morales, represiones, como ocurre en otros sistemas, el Tantra es como una rebelión, es expresión, otro camino alternativo para trabajar con la energía sexual de una manera mucho más abierta.
La energía sexual tiene una característica muy peculiar: tiene la capacidad de multiplicarse. Cuando es estimulada, al mismo tiempo se ve multiplicada en poder, en potencia. Es como agua helada, tiene un cierto poder, si se la pone en una olla a presión y se calienta, esa misma agua puede provocar una explosión y agujerear el techo, y tan sólo es agua.
La energía sexual es similar, si se estimula puede crear, multiplicarse y generar gran potencia. En la práctica del Tantra, que he conocido en la India, se utiliza esa multiplicación de energía para abrir canales del cuerpo, y centros energéticos que por otros métodos se tarda más tiempo en abrir. Este es un método directo, pero tiene mucho riesgo, por lo que resulta muy aventurado utilizar esta energía para abrir centros energéticos.

- ¿Qué tipo de riesgos?

- El más inmediato es que la persona comienza a gastar la energía sexual y se enamora de la persona con quien se supone que está trabajando, entonces ya tiene hijos, hijas, etc., se convierte en una persona normal y aquí se acabó su práctica, la idea trascendental quedó atrás. Pero hay peligros más serios. Por ejemplo, cuando se multiplica la energía en el cuerpo, aumenta el poder en todo él, específicamente en nuestros órganos vitales, que reciben energía procedente del Universo, a través de la respiración, de la alimentación... Pero si el nivel de energía del cuerpo aumenta, también aumenta la potencia de esas funciones orgánicas.
Nuestros órganos también son las fuentes de donde emanan las emociones, positivas y negativas. Es un concepto básico de las prácticas taoístas, de meditación y de prácticas médicas, como la acupuntura. La alegría, la felicidad, el amor, el respeto, son emociones positivas que todos apreciamos, e indican a la vez un tipo de energía que surge del corazón, especialmente si el corazón está en un estado de equilibrio, funcionando perfectamente. La energía entra, fluye y sale sin problemas. Pero a veces el corazón está en un estado de estrés, contraído, bloqueado en algún punto, apretado, caliente. Entonces, esa energía que surge del corazón no es la misma, es diferente. Produce un efecto diferente. Y éste se manifiesta en forma de odio, irritabilidad, impaciencia, crueldad. Todo ello son características que no apreciamos, que no queremos para nosotros mismos. Cada órgano tiene sus propiedades peculiares. Cuando está estresado, el hígado por ejemplo manifiesta la cólera, la ira. Si una persona sigue estas técnicas sexuales y no transforma sus cualidades negativas en positivas, aumenta la energía de su cuerpo, la energía de sus órganos y las emociones que emanan de esos órganos; y si hay cólera en el hígado, ésta se multiplica extremadamente.
Incluso la persona puede desequilibrarse emocionalmente de una manera muy peligrosa. También psíquicamente: puede enloquecer.
Por tanto, todas esas prácticas forman parte de un sistema completo que las hace seguras, que permite que se desarrollen de manera eficaz y agradable, paso a paso, y que nos lleven a una experiencia personal iluminadora.

- ¿La otra parte de la pregunta era cómo habían accedido ustedes a este conocimiento?

- Pues se trata de una transmisión de conocimiento, como todo. El maestro Mantak Chia desde muy corta edad, tuvo un gran interés por el Tai Chi y el Kung Fu, que son prácticas energéticas, ramas del sistema taoísta. Mantak Chia nació en Tailandia, pero hizo su bachillerato en Hong Kong, donde hay un gran interés por las técnicas relacionadas con la energía, como el Kung Fu, la meditación, el Chi kung, etc. De joven estuvo en estrecha relación con ese mundo.
Un día oyó que había llegado de China un maestro taoísta, y fue a visitarlo. Descubrió que cada vez que dicho maestro explicaba algo lo orientaba hacia la trascendencia de esa energía, lo cual va mucho más allá del poder para romper una mesa. Así que Mantak Chia se interesó mucho en ello. Y ocurrió que aquel maestro, un anciano, tenía una larga práctica taoísta a sus espaldas. Cuando vivía en China antes de que fuera comunista, había andado por todas partes buscando un maestro. Tenía tanto interés que cuando disponía de tiempo libre y de un poco de dinero, se iba hacia los montes tibetanos de Kun Lun, un área donde, tradicionalmente, los maestros taoístas más avanzados han desarrollado las etapas finales de su práctica.
En uno de los viajes que hizo durante su juventud encontró finalmente a un maestro que le transmitió la esencia de estas prácticas, el sistema completo.
A través de los años, ese maestro, el abuelo de este sistema, empezó a desarrollar su práctica; y encontró su lugar propicio donde hacer estas prácticas, en un área boscosa, aislada y tranquila. Fue allí donde desarrolló esta práctica y llegó a una etapa bien avanzada, en que consiguió conectarse tanto con el universo, y trascender lo que llamamos en Tao los cinco elementos, que pudo absorber directamente la energía del Universo. Entonces no necesitaba absorber dicha energía de los alimentos. Llegó a mucho más, esto no es más que un ejemplo.
Cuando empezó la segunda guerra mundial, y los japoneses invadieron China, aquel lugar resultaba excesivamente peligroso, y sus discípulos le pidieron que por favor saliera de allí.
Después de aquello, al triunfar el sistema comunista en China, comenzó la persecución de maestros espirituales, y él escapó a Hong Kong, donde continuó su práctica. Pero Hong Kong no es un lugar propicio
para prácticas espirituales. Y existe la tradición, en el Tao, de que el conocimiento que uno obtiene lo debe transmitir, antes de dejar este mundo. Eso es una regla, es la garantía para que estas prácticas continúen, y representa también la gratitud hacia el Universo.
Entonces, él estaba en Hong Kong prácticamente esperando a que viniera la o las personas receptoras de su sabiduría. Fue cuando apareció un amigo de Mantak Chia, que fue quien lo conoció primero. Por aquel entonces los dos compartían habitación, y fueron las dos personas que recibieron la transmisión de esas prácticas, después el abuelo marchó de Hong Kong y no volvió nunca más.
Ellos comenzaron la práctica con el poco conocimiento que tenían, y a través de años y años, comenzaron a darse cuenta de su gran valor, trascendiendo la etapa de las artes marciales, que es una etapa que se pasa cuando se es joven, y continuaron adelante.
Aún continúan en el presente. Ambos viven en EE.UU. El otro estudiante sigue su práctica en privado, pero todavía no enseña, sino que continúa desarrollando la semilla recibida. Tal vez no está satisfecho con su nivel actual. Pero Mantak Chia, desde hace años decidió comenzar a divulgar las etapas primarias de esta práctica.
Cuando se comienza a tener experiencia uno se da cuenta de que estas técnicas no deben ser secretas, que abren a la persona a un mundo diferente, y que hay que divulgarlas. Así que Mantak Chia empezó a enseñar a los estudiantes norteamericanos que fueron los primeros que comenzaron a beneficiarse, incluyéndome a mí y otras personas que llevamos ya nueve años en esto. Y con el nivel actual de confusión en el mundo, es urgente para muchas personas por lo menos aprender la sonrisa interior, para transformar un poquito de ese estrés que les está desesperando.
Mi maestro ha sido honesto y abierto conmigo, siempre ha contestado cualquier pregunta y duda, así pues yo también tengo que ser honesto y abierto con mis alumnos. Es una etapa que todos pasamos cuando aprendemos algo bien, la etapa de pasar el conocimiento adquirido, de divulgación hasta cierto punto, hasta el nivel que se ha aprendido. Y llegará un punto en que tendré que retirarme y desarrollar más, y entonces los alumnos que están en España, en Suiza, en Alemania y en Nueva York, por ejemplo, se habrán convertido también en maestros.y comenzarán a divulgar ellos también sus conocimientos.

- Hace un tiempo tuve una experiencia singular, en un piso fuera de Barcelona, en donde de repente comenzó a oírse un ruido que parecía el motor de un automóvil. Luego parecía menos un motor y más una corriente eléctrica, y más tarde, según movíamos nuestras manos, el sonido cambiaba. ¿Qué opina de este fenómeno?

- Esa práctica no la conozco, nunca la he hecho ni tampoco he oído hablar de ella, pero puedo hablar de mis experiencias personales en el Tao.
Llega un momento en que, gracias a la práctica, se comienza a percibir unos sonidos. Y te das cuenta de que esas vibraciones son una de las manifestaciones de la energía del Universo. Esta energía se puede manifestar en forma de luz, o tal vez de calor, o como una vibración. Y entonces, cuando se llega a la etapa de experimentar el sonido, que es una etapa determinada, se dice que se comienza a conectar, o que la persona se hace consciente del sonido del Universo, del sonido de este mundo material, el sonido de esta mesa o esta silla, por ejemplo.
Estas moléculas, átomos, partículas subatómicas, que se están moviendo, crean vibraciones que pueden oírse. Y como todos estamos hechos de la misma materia, por ejemplo esta mesa, los zapatos, y nuestro cuerpo están hecho de átomos, protones, electrones y un millón de partículas subatómicas que no tienen nombre, todos somos idénticos. Es uno de los métodos orientales de llegar a este momento de identidad.
Pues bien, ese sonido que se escucha es simplemente el sonido de la materia, de la energía que anima a nuestro cuerpo, es el sonido del Universo, ya que todo el Universo está hecho de la misma materia. Este sonido conecta con la Unidad. Es una etapa por la que pasa el practicante, y tal vez a través de esta práctica que hicieron ustedes, o esa muestra que tuvieron, pudieron observar o tener experiencia del sonido del Universo.
La energía del Universo es básicamente juguetona, no es seria, ni rígida. Miren cómo juega con nosotros, miren cuántos árboles, cuántas especies de insectos, miren que diferentes somos, uno tiene la nariz larga, el otro la tiene corta, El Universo juega con la energía. Cuando un niño, o un animal, es pequeño, ¿qué es lo que hace todo el día? Juega, salta, no se cansa, está fresco, acaba de salir del horno del Universo, está recién llegado y tiene esa energía tan fresca, que la expresa de la manera más pura. El niño todavía no tiene problemas mentales y emocionales relacionados con el amor y el sexo, todo está puro y, para él, la vida es un juego.

- Nuestra revista toca muchos temas de ecología, de respeto por el medio ambiente, por el entorno, por la naturaleza.Esta explicación tan cósmica está relacionada con ella, ¿no le parece?

- Me alegro por su interés en la ecología. Por ejemplo en el Tao, estas prácticas que estamos haciendo durante estas semanas y que vamos a seguir durante las semanas siguientes, de sonreír a los órganos, de sentir su energía, de hablarles, darles gracias por sus funciones, mover un poco la energía en sus diferentes órbitas, hacer un masaje para soltar las contracciones y bloqueos, etc., todo esto poco a poco nos lleva a un estado de bienestar interior, nos encontramos mejor, con más energía, nos sentimos más saludables y alegres. Decimos en el Tao que cambiamos el clima interno, porque ya sabemos que si un órgano está estresado, apretado, caliente, etc., produce una energía negativa, que se expresa en emociones negativas. Pero si está en buen estado de salud, de armonía, de equilibrio, se expresan las emociones positivas, todas son cualidades positivas.
Ello crea un estado interior de bienestar. Y ese bienestar es similar a un clima agrádable, como un día ni caliente, ni frío, ni con mucho viento ni lluvia, un clima agradable. Por lo tanto, estas prácticas crean una ecología interna equilibrada.
En el Tao sabemos desde hace tiempo que si armonizamos nuestra ecología interna, automáticamente emanamos hacia el exterior esa armonía, ese respeto y ese amor que se reflejan en nuestra conducta y, evidentemente, en la manera en que tratamos a nuestro medio ambiente, los unos a los otros, a los seres humanos, los animales, los insectos, las plantas, las piedras, las montañas, los ríos, el aire, etc.
Y a la vez nos damos cuenta de que la energía que sale de nuestro cuerpo energético, es también la energía que atraemos. Si de nosotros sale amor, cuidado, gentileza, suavidad, bondad, etc., esa será la energía que atraeremos. Porque a veces muchos de nosotros que queremos cambiar el sistema ecológico somos muy activos, pero cuando hablamos, de nuestros labios sale cólera, es como un mitin fascista. Es una lástima porque la intención es buena, pero demuestra un desequilibrio interno.
Si queremos ser más efectivos en este movimiento, tenemos que equilibrar la ecología interna, es lo más simple.

- Supongamos que una persona sintoniza con lo dicho hasta ahora y desea armonizarse. ¿Qué tiene que hacer, por dónde empieza?

- Tiene que empezar por el principio, no puede empezar en el medio o el final. Y el principio significa antes que nada ser consciente de lo que sucede en su propio cuerpo, y notar que hay un deseo de transformación, eso es lo primero.El hecho de decidir cambiar el estilo de vida ya crea una apertura. Abre el camino en ciertas direcciones que facilitan lo que se puede desarrollar a través de ese camino.
Esta mentalidad de que tenemos que hacer un cambio, a veces radical, en todo, ya nos orienta en cierta dirección. Entonces la energía comienza a dirigirse, de manera que uno tal vez se tropieza con vuestra revista, o con un libro sobre sexualidad, o tal vez se tropieza con un anuncio, lo importante es que la energía ya se ha preparado y orientado en cierta dirección. Y nuestro cuerpo tiene inteligencia, no es algo torpe, sino vivo. La célula, átomos, protones, todo está vivo, es conciencia. Y si está orientado, de forma similar a una antena, al oir una conversación, o caer un libro de una librería en él encontramos una respuesta.
Lo importante es que si uno da el primer paso, no importa lo torpe que sea, el Universo siempre responde. Esta es una de las eternas leyes del Tao, la respuesta de energía. Y si uno sabe que tiene que cambiar algo, las posibilidades aparecen. En el momento presente, hay muchas opciones para el cambio. Ya no es imprescindible buscar en las montañas y en cuevas ocultas. Hay libros, revistas, centros... tienen miles de opciones.

Fuentes:

Jaume Roselló, fundador de la revista Integral
Revista "CuerpoMente"; Nº. 9. Primavera 1992

viernes, 26 de septiembre de 2008

Meditación Tao.

El adepto o alumno debe saber que en esencia el alma pertenece al reino espiritual, que es eterno. Pero que el hombre está demasiado consciente de su cuerpo y el mundo material, y es egoísta por naturaleza terrenal, lo que la mayoría de las veces impide que despierte su conciencia y descubra su verdadera naturaleza.

Por lo tanto no está consciente de su propia inmortalidad. Es lo que debe conseguir con las meditaciones; lograr llegar a su Ser Interno y despertar su Divina Conciencia. Es símbolo chino de la inmortalidad Tao? Es una unión de Hombre y Montaña. Ocho inmortales eran llamados “Los hombres de las Montañas”. Por lo tanto, la Montaña Sagrada del Taoísmo es el símbolo inmortal. Tao es todo lo que cubre el Cielo y soporta la Tierra. Tao cubre a todo el Universo con su abrazo infinito y da visibilidad a aquello que antes no tenía forma. Inagotable fuente de energía, llenó el espacio. En su eterna emanación transforma el caos en claridad cristiana.

Para los chinos el Tao es el comienzo y el fin de toda creación. Las obras del Tao son tan misteriosas como el espíritu. En el proceso natural y del cambio, los organismos son creados y perfeccionados, para luego disolverse en los elementos básicos. Aquellos que practican el “Wu-Wei”, la acción mistica de la inacción, una mágica paradoja, siempre están en armonía con el Tao. Aquellos que hablan con discreción tienen el entendimiento de la virtud. Aquellos que son tranquilos y contentos, sin astucias ni engaños, están en permanente posesión de la armonía, a pesar de vivir en medio de tantas variantes y variedades de la vida mundana. Todas las cosas existentes están de acuerdo a su propia naturaleza. La energía del Tao opera hasta en la partícula y cosa más pequeña, y al mismo tiempo engloba a todo el Universo. Su virtud moldea al cielo y la tierra, armonizando con los Yang y Yin. Divide las cuatro estaciones y trae el equilibrio a los cinco elementos (agua, fuego, metal, madera y la tierra). El Tao en su aspecto más sublime no se considera el autor de la Creación. Es más bien el espíritu de Dios o de la misma Creación Universal, que todo lo penetra y todo lo transforma. El que es adepto al Tao es parte de la Naturaleza de la Tierra, es Uno con ella antes de ser Uno con el Universo, y Uno con Dios. Qué mejor meditación que hacer silencio, armonía y simplicidad, sentir al ser interior, despertar su propia conciencia, y entrar en el Espíritu del Universo de Dios? Tao está allí para todo el que lo busca. No se le ve, pero se le puede sentir si se busca con Fe y deseo de retornar a la pureza original. Las meditaciones son silenciosas, profundas, elevadas en el Tao.

Para Meditar: Basta ponerse en una postura cómoda, en posición de loto o con los pies replegados bajo el cuerpo. Respirar profundamente y dejar que la mente llegue a un silencioso vacío interno. Entonces, tratar de sentir con el corazón de la flor de loto interna, y tratar de ver la luz que hay dentro de cada ser humano. Es el primer paso a la liberación de lo externo y de las ilusiones mundanas.

Fuentes:

http://www.tecnicasdemeditacion.com/images/meditacio_logo.gif


domingo, 31 de agosto de 2008

Chuang Tsé.

Desde el 550 a.C. al 250 a C. se desarrolló el período clásico de la filosofía china. Chuang Tsé vivió a finales de esa época. Nació el 360 o 365 a C. en la actual Coaxian, otros autores sugieren que en Shargiu, en la provincia de Henan. Falleció el 290 o 286 a C.

Trabajó en su pueblo natal como funcionario de estado un corto tiempo. Pasó la mayor parte de su vida retirado y en pobreza voluntaria. Se sabe que no aceptó un alto cargo en el estado de entonces y que lo rechazó con su humor característico.

Tuvo una estrecha amistad con el filósofo Hui Shi, de la escuela de las normas, y usó muchas de las ideas metafísicas de su amigo, cuya filosofía era opuesta a la de él. Chuang Tsé, comprendió que su propio pensamiento no era completo por sí mismo, sin la "oposición" de la de Hui Shi, por el principio de complementariedad y usó muchas de las ideas metafísicas de ese filósofo.

La obra de Chuang Tsé se compone de 7 "libros interiores", los cuales se atribuyen con seguridad a él, 28 "libros exteriores" y 14 "libros varios" que fueron redactados por sus discípulos o sus seguidores. En nuestra época se conservan sólo 33.

En el año 727, un emperador de la dinastía Tang, confirió a Chuang Tsé el título de "Verdadero clásico del país de las flores del sur". Desde entonces fue convertido en un autor canónico de la religión taoísta.

El fundamente de su pensamiento, como en todas las corrientes taoístas, es el Tao y el wu wei, basada en la síntesis suprema de todos los contrarios, cimentada en el principio de Yin y Yang.

Su obra es una antología del pensamiento, plagado de un humor irónico, exento de crueldad, prepotencia y agresividad. Realza con ingenio literario e imparcial tolerancia su visión filosófica. Basó casi toda su enseñanza en el Tao Te King.

Chuang Tsé sostenía que sólo cuando uno estaba en contacto con el Tao - que no se puede nombrar, que está más allá de todas las cosas existentes, que no puede ser transmitido por medio de palabras ni con el silencio - uno podía comprender como vivir. Vivir solamente con el "Tao del hombre", era descarriarse. Basar el comportamiento en el "Tao ético", era no comprender la vida. Chuang Tsé observó que un comportamiento basado en hacer a otro lo que es bueno para uno, es ilusorio, cuando uno no sabe qué es bueno para uno mismo. La felicidad no puede ser alcanzada por medio del utilitarismo y el hedonismo. Decía que la vida de riqueza, placer, ambición, es intolerable, porque "se vive para aquello que siempre está fuera de alcance, sediento de la supervivencia del futuro, e incapaz de vivir en el presente".

Ver "la felicidad" y lo "bueno" como algo por alcanzar, o sea, en el "exterior" de uno mismo, en el mundo de los objetos, es colocarse entre el bien y el mal: en el presente, en que no se está en posesión de lo que se busca y en el futuro, en que se piensa que se alcanzará aquello que se desea.

Chuang Tsé cree que el concepto de felicidad e infelicidad es ambiguo, porque está situado en el mundo de los objetos. Piensa igual en lo referente a virtud, justicia, etc. Todo lo que es tratado como objeto por alcanzar, lleva a engaño y alienación. Igual que Lao Tsé, expresa que, cuando todo el mundo reconoce el bien como tal, se transforma en mal, porque se transforma en algo que no se tiene y que debe perseguir constantemente, hasta que se convierte en inalcanzable. Uno lo busca "fuera" a través de análisis, abstracciones, confusión de opiniones, etc. Cada vez es menos real y se aleja más, los medios se hacen muy elaborados y el fin, el bien, no llega. El camino del Tao, es comenzar con el simple bien, con el cual uno está dotado por el mero hecho de existir.

El secreto del camino de Chuang Zu, es el no-hacer, Wu Wei, que enseña a no estar pendiente de resultados. Si uno está en armonía con el Tao "cósmico", la respuesta quedará clara cuando llegue el momento de actuar, dado que uno actuará con arreglo al modo divino y espontáneo, que es el propio del Tao, la fuente de todo bien.

Chuang Tsé observa que la simple virtuosidad carece de significado y de aspectos profundos en el individuo y la sociedad. El hombre virtuoso es aquél en el que el Tao actúa sin impedimentos.

La verdadera tranquilidad buscada por el "Hombre del Tao", es la tranquilidad de la acción en la no acción, que transciende la división entre la actividad y la contemplación, entrando en unión con el invisible Tao, lo que significa el abandono de la "necesidad" de ganar.

La humildad esencial que predica Chuang Tsé, es aquella en que el hombre es consciente de su insignificancia y se olvida por completo de sí mismo. Es humildad "cósmica" porque está enraizada en la naturaleza de las cosas, y está repleta de vida y consciencia de todos los seres vivos.

El verdadero carácter del Wu Wei, es la actividad perfecta, porque es un acto sin actividad, un acto en armonía con la Totalidad, que tiene un carácter incondicional y que no está supeditado a nuestras teorías o ideas.

Un hombre sabio es aquel que "reconoce ser como los demás hombres". Sólo difiere de los demás, porque está centrado en el Tao y no en sí mismo. Pero "no sabe en qué forma es diferente".

Fue Chuang Tsé, quien introdujo verdaderamente las enseñanzas de Lao Tsé en la filosofía china. Brillante poeta y filósofo, siempre vivió en forma sencilla, fundó una familia y pasó enormes penurias económicas. Permaneció en forma constante en relación con las corrientes espirituales de su tiempo. Fue gran admirador de Confucio, muy especialmente, cuando éste, después de los 60 años, tuvo un cambio espiritual profundo.

En los primeros siete libros, está su fundamento filosófico. Son los libros "interiores" o "interioridades".

El primer libro se titula "Viaje sosegado", compara la vida terrenal, los destinos e influencias que en ella se ven, con la codorniz, cuya vida se mantiene exenta de pequeñeces, y con un pájaro que echa a volar y cuyas alas atraviesan el mar, como nubes suspendidas.

El segundo libro es "Del equilibrio de las concepciones". Aquí propone una solución desde el punto de vista taoísta, para las cuestiones discutidas por la filosofía de su época. Reconoció la inevitable relatividad de todos los conceptos antagónicos involucrados en la polémica. Indicó una salida: la disputa no se resolvería más que a través de la intuición, que proporcionaría el único punto de vista que permite contemplar al ser como una unidad.

El libro comienza con la rapsodia del organillo celestial y termina con la misteriosa parábola del sueño, donde se trata el contraste existente entre la vida de vigilia y el sueño, dos estados que no permiten saber cual es real y cual irreal.

El tercer libro, contiene la aplicación práctica de la proposición propuesta. En él se dice que hay que encontrar al "Señor de la Vida". Que, en lugar aspirar a una situación dada, hay que dejarse llevar, conformarse con la posición exterior que uno ocupa en el mundo. No es el cambio de las situaciones exteriores lo que puede salvarnos, sino una actitud diferente frente a las circunstancias, una actitud impregnada por el Tao. Solamente una actitud así podría facilitar el acceso a ese universo que está más allá de las diferencias.

En el cuarto libro, también se revela la importancia de conservar una actitud que lo abarque todo, no atarnos, ni establecernos en ninguna singularidad. La singularidad significa ser útil, lo que provoca que podemos ser utilizados, enganchados en el conjunto de las apariencias.

El quinto libro, trata del "Sello de la vida plena". Aquí mediante diversas parábolas, enseña cómo el contacto interior con el Tao - que da la vida verdadera, exenta de intenciones - ejerce una influencia sobre los seres humanos que hace desvanecerse toda clase de deficiencias externas. El contraste entre la joya interna y el grosero aspecto manifestado, es realzado con mucha fuerza.

El sexto libro de Chuang Tsé, es uno de los más importantes: "El progenitor y el maestro". Se refiere a la persona que ha encontrado el Tao. "Las personas verdaderas no temían la soledad, no realizaban acciones heroicas, ni hacían proyectos. Podrían elevarse a grandes altitudes porque no se arrepentirían si fracasaran, ni se sentirían orgullosos cuando acertaran. Sabían atravesar el agua sin mojarse, el fuego, sin quemarse. No soñaban estando dormidos y estando despiertos no se preocupaban. Sus alimentos eran sencillos y su respiración, profunda. No conocían la alegría de vivir, ni el temor de la muerte. Aceptaban con serenidad lo que venía, y lo que se iba lo dejaban irse, sin pensar más en ello. Esto es no reconocer el Sentido por medio de la consciencia y no querer mejorar lo Celestial mediante lo humano.

El séptimo libro, "Destinado al uso de reyes y príncipes", habla del tema de gobernar por el de no-gobernar. "El hombre supremo utiliza su corazón como un espejo: refleja, no retiene".

Chuang Tsé realiza un perfeccionamiento del taoísmo de Lao Tsé, porque da métodos que aportan una solución a los problemas psicológicos de su tiempo. Nos hace vislumbrar las concepciones taoístas, con agudas y poéticas parábolas.

Para él, también el mundo manifestado es un juego ilusorio. Como gran parte de lo que transmite bajo su nombre, no es de su producción, se supone que tuvo discípulos. Ejerció una influencia enorme sobre la filosofía y la literatura, la que se evidencia en la literatura meridional y la poesía Ch´u, y reflejan la admiración por su filosofía poética y por su contenido ideológico.

Fuentes:
Por Elisa Aliaga.

http://www.alcione.cl/nuevo/assets/logo.gif


Textos de Chuang Tse.

EXTRACTOS 1

EXTRACTOS 2

EXTRACTOS 3

EXTRACTOS 4

Fuentes:


http://www.oshogulaab.com/TAOISMO/TEXTOS/LISTADOTITULOSTAOISMO.htm

sábado, 30 de agosto de 2008

Lao Tse: "Etica y el Tao."

El Taoísmo es el sistema filosófico y religioso fundamental en China, aunque de "ismo" no ha de decirse exactamente que es, puesto que iría en contradicción con una de sus enseñanzas:

"Si intentas representar su imagen en tu mente, lo perderás."
(Hua Hu Ching)

La pregunta surge de inmediato cuando uno lee las líneas de los libros referidos al Tao:

"El Tao que puede ser expresado, no es el Tao eterno.
El nombre que se le puede dar, no es su verdadero nombre."

¿Cómo es posible que a partir de esta frase puede surgir todo un modo de vida ético y hasta político? De eso ha de tratarse, en la medida de lo posible, para poder comprender de mejor manera esta peculiar "forma" de pensar. Así pues, es preciso partir de sus fundamentos esenciales, como lo es el Tao mismo, desde la perspectiva del lenguaje y el pensar analítica, ya que, como es obvio, el Tao nombrado no es el real. Ahora bien, existen varios textos referidos al Tao, entre ellos se encuentra el famoso "Tao Te King", muy difundido en occidente. Sin embargo, existen otros textos no muy conocidos, como el "Hua Hu Ching", el "Wen Tzu" y el "Nei P'ien". Se hará uso de estos cuatro textos para proseguir con la indagación.

Así pues, el Tao es lo incognoscible pero cognoscible. Esto no entra en contra del principio de no contradicción puesto que el Tao, algo similar a Brahman pero con aplicaciones más prácticas, lo penetra todo. "El Camino", como se le dice a la senda taoísta, implica acción constante, práctica continua. No se trata de enseñanzas que puedan ser tomadas a la ligera, pero tampoco al pie de la letra. Apegarse a las palabras es olvidar su esencialidad. En su aplicación, tampoco se motiva a la búsqueda externa de la verdad sutil. El camino es complejo y precisa claridad al andar.

"No te ocupes de rendir culto a deidades e instituciones religiosas como fuente de la verdad sutil.
Hacer esto es colocar intermediarios entre ti mismo y lo divino y convertirte en un mendigo que buscar afuera un tesoro que está escondido en el interior de su propio corazón. Si quieres rendir culto al Tao, descúbrelo primero en tu propio corazón. Entonces tu culto tendrá sentido."
(Hua Hu Ching)

Ahora, ¿qué clase de enseñanza ética puede tener el fragmento expuesto, cómo es posible? La cuestión es simple. Aquí se trata de ser maduro, es decir, de evitar depender de agentes externos para la comprensión de lo que Es, del Todo. En este cese de la dependencia existe fuerza que surge de uno mismo, de modo que la persona se torna fuerte. Cuando uno depende de lo externo, se vuelve débil y poco a poco puede ser fácilmente manipulado. Este pensamiento-
sentir incita también, pues, a formarse criterios acerca de lo que a uno le rodea. Ya lo vio también Jiddu Krishnamurti:

"No es la confianza en uno mismo, la cual forma parte de la condición egocéntrica, egoísta. Pero el ser luz para sí mismo, requiere gran libertad, un cerebro muy claro, no un cerebro condicionado. Y tener un cerebro activo, capaz de afrontar retos, de cuestionar, de dudar, implica tener energía. Pero cuando uno depende de otros, pierde la energía"
"La mente que no mide", por Jiddu Krishnamurti.

Visto de esta manera, entonces, queda claro la significación profunda del pensamiento-sentir desde el Tao. Y se dice "pensar-sentir" ya que, como puede notarse, el pensar por sí solo es limitado.
Lo primordial se encuentra pues, en la comprensión de la verdad sutil. Sin ésta, todo cuanto se haga no tiene sentido. Por eso, es preciso escuchar e investigar:

"No escuchar y no investigar es como ser ciego y sordo en compañía de los demás."
(Wen Tzu)

Esta frase también conlleva una gran enseñanza, y es que el camino del sabio no es estar en un lugar apartado de los demás, siendo indiferente a lo que ocurre en el mundo. Similar y más explícito se ve aquí:

"La verdadera comprensión en una persona tiene dos atributos: Consciencia y acción. Juntos forman un tai chi natural. ¿Quién puede disfrutar de la iluminación y permanecer indiferente a los sufrimientos del mundo?
Esto no está en armonía con el Camino. Sólo quienes aumentan sus servicios junto con su comprensión pueden ser llamados hombres y mujeres del Tao"

Estas palabras tienen mucho poder y significado.
Véase que se declara que el sabio no es alguien pasivo, sino altamente activo. Pero no es una acción producto del condicionamiento, sino que es manifestación de la comprensión. Pone en práctica lo que comprende desde lo esencial. Hay armonía entre hacer y comprender, sin distinción alguna. Y es que solo en la comprensión verdadera existe acción, puesto que se ven las cosas claras y nítidas, de modo inevitable ha de surgir algo, dada la energía sentida en la observación plena y cabal de lo existente. El sabio no está separado de los demás, puede sentir al otro como sí mismo, por eso "Sé simplemente consciente de la unidad de las cosas."
También se enseña sobre el término medio, el equilibrio, el balance, y al mismo tiempo sobre la interacción de los opuestos complementarios: yin-yang. Al respecto del primero, puede verse:

"Ir más allá del límite es exceso; desviarse de las órdenes o presionar para el fin es algo peligroso. Llegar a un buen fin lleva largo tiempo; un mal fin no puede cambiarse más tarde. ¿Puedes permitirte ser descuidado? Simplemente sigue las cosas y deja que tu mente se mueva libremente. Resígnate a lo que no puede evitarse y nutre lo que está en tu interior; esto es lo mejor. ¿Qué más tienes que hacer para cumplir tu misión? Nada es tan bueno como seguir las órdenes (obedecer al destino). ¡Así de difícil es!"
(Nei-P'ien)

Esta enseñanza implica la mediocridad en el sentido sano y saludable. Cuando uno vive en armonía consigo mismo, fluye en todas las circunstancias que acontezcan. Será como el agua en un río, bordeará las piedras y seguirá su camino. De este modo, en el movimiento de los opuestos complementarios sabrá fluir, yendo en equilibrio con lo existente.
Los excesos cesarán de por sí cuando sea uno con el balance. Ir en detrimento del término medio implica el devenir constante de perturbaciones mentales, consecuencia de no haber comprendido la esencialidad de las cosas. Cuando la mente está calma, las diez mil cosas se manifiestan. A modo similar de un lago, que cuando está quieto puede percibir hasta la mínima turbulencia, así, la mente puede captar las cosas cuando está en paz. Es por esto que una persona en calma es perceptiva y altamente activa, ya que lo aprehende todo con fluidez. Se precisa, pues, el fluir natural, condición primigenia, que es el Tao. Para el caso:

"Mantén tu mente libre de divisiones y distinciones. Cuando tu mente es simple y está desapegada y silenciosa, todas las cosas pueden existir en armonía y puedes empezar a percibir la verdad sutil."

Estas enseñanzas tienen una influencia poderosa en cuanto al modo de gobierno, de ahí que en el libro "Wen Tzu" se indiquen explícitamente cómo ha de gobernarse desde el Tao. Y es que se reconoce que la influencia de la política y la economía son directas en la vida de las personas:

"(…) al observar que una de las causas de los problemas psicológicos y sociales radicaba en las condiciones económicas, mientras que las causas de los problemas económicos radicaban en las condiciones psicológicas y sociales."

Así pues, se trata de un principio de recursividad organizacional, en el que la causa influye en el efecto y el efecto en la causa. Cuando los gobernantes están en el camino de la virtud los gobernados viven en paz. Si los de arriba son codiciosos, los de abajo serán ambiciosos y carecerán de deferencia. Se nota aquí la influencia de los que están en el poder político en cuanto a sus actitudes. El "Wen Tzu" trata de la educación ética de los gobernantes y su relación con los gobernados.
Por ejemplo:

"Si estás en una posición superior, no estés orgulloso de tu éxito; si estás en una posición de subordinación, no te avergüences de tus problemas. Si eres rico, no seas arrogante; si eres pobre, no robes. Conserva siempre el amor universal imparcial y no dejes que se marchite. A esto se llama humanidad."

Estas palabras resuenan en uno, dado que nos tiene presente que aun se esté en la posición más alta de algún cargo, la esencialidad primigenia ha de ponerse en práctica. En otras palabras, encuéntrese uno en donde se encuentre, ha de ser consciente de lo esencial y ponerlo en práctica, como se señaló más arriba.

"Si estás en una posición superior, ayuda al débil; si estás en una posición de subordinación, mantén el control sobre ti mismo. No te complazcas en tus antojos cuando tienes éxito, y no te agites cuando estés en una situación apurada. Sigue uniformemente la razón, sin torcerla de manera subjetiva. A eso se le llama justicia."

Permanecer en equilibrio, en armonía, es clave para toda forma de gobierno. Así, los que están en el pueblo, valorarán la virtud. Si los que gobiernan no practican la virtud, los gobernados estarán llenos de resentimiento. Si no hay orden y armonía, todo lo demás estará en agitación.
Así, en cuanto a la ética de los que gobiernan, se sugiere permanecer en la senda del Tao en la medida de lo posible para que la nación vaya de forma adecuada. Los deseos han de ser moderados, evitando los excesos, como se dijo:

"Una nación caótica parece llena, una nación en orden parece vacía; una nación moribunda parece carente, una nación que se esfuerza parece tener abundancia (…) Tener abundancia no significa tener muchos bienes; significa que los deseos son moderados y pocas las cosas que se emprenden. Estar carente no significa tener dinero; significa que el pueblo es poco numeroso y los gastos son grandes."

Moderación, prudencia, virtud, son cualidades básicas para el buen gobierno, pero también lo son para la puesta en práctica de la ética taoísta.

Y volviendo a la actitud de uno en cuanto a su acción, el "Hua Hu Ching" pone de manifiesto que:

"Una persona superior cuida del bienestar de todas las cosas. Lo hace aceptando la responsabilidad de la energía que manifiesta, tanto activamente como en el reino sutil."

El hacer no se limita al plano físico, sino también al reino sutil, de lo energético no-físico, pero que influye en lo físico. Al mismo tiempo, el sabio, al verse a sí mismo, ve todo lo que existe. Principio hologramático, en el que la parte se ve manifestada en el todo y viceversa. Pero esto no se limita, por supuesto, al ámbito humano, sino que la naturaleza se ve implicada profundamente. Y es que la perspectiva desde el Tao es también naturalista. Por esto:

"Mirándose a sí mismo, ve la misma cosa. Árboles, animales, humanos o pájaros: insectos, flores y pájaros. Estas son imágenes activas de las energías sutiles que fluyen desde las estrellas a través del Universo. Encontrándose y combinándose entre sí y con los elementos de la tierra, hacen surgir todas las cosas vivas. La persona superior comprende esto y entiende que sus propias energías desempeñan un papel en ello. Comprendiendo estas cosas, respeta a la tierra como a su madre, al cielo como a su padre, y a todas las cosas vivas como a sus hermanos y hermanas. Cuidándolos, sabe que se cuida a sí mismo. Dándoles a ellos, sabe que se da a sí mismo. En paz con ellos, está siempre en paz consigo mismo."
(Hua Hu Ching)

Sensibilidad profunda es lo que expresa el hombre del Tao. El respeto hacia la naturaleza procede de la comprensión de lo esencial. Cuando uno siente la conexión que existe en la naturaleza, siente que no se es el centro de atención de nada o nadie en particular, sino que simplemente uno es parte del flujo universal. Este flujo ha de ser respetado, manifestándose en la naturaleza y en las personas. Uno se ve a sí mismo en los demás porque forma parte de ellos, y merece todo el cuidado respectivo. Este buen trato no está fundado en el egoísmo como pareciese hacerse ver en la frase "cuidándolos, sabe que se cuida a sí mismo". No se trata de una intención camuflada por preocuparse solo de sí mismo, sino que, como también se dijo en un inicio, parte de la comprensión esencial del Tao. El tao lo penetra todo, se manifiesta en todo, pero tratar de categorizarlo bajo una forma en particular es olvidar su estado primigenio ilimitado.
Por eso:

"El universo ya es una unidad armoniosa; toma simplemente consciencia de ellos.
Si hurgas en buscar paz interior, perderás tu paz interior."

El Universo, el Tao, está ahí, no se precisa buscarlo. Es más, en la búsqueda, al no tener idea de lo que se quiere, ya que por eso es búsqueda, uno proyecta una imagen mental de lo que se desea. En esta proyección uno suele olvidar la comprensión esencial de las cosas. Buscando una aguja en un pajar se encuentra la aguja pero se olvida su esencialidad. Es decir, que en la búsqueda uno proyecta la imagen de algo, y es entonces cuando uno se enfoca en la imagen mental que olvida el hecho en sí mismo. Así, el Tao está en frente de nuestra narices pero somos nosotros lo que bajo los diversos condicionamientos que distorsionamos la visión de la realidad. Lo mismo puede decirse de la paz interior. Es como decir que cuando uno quiere ser libre, no ha de apegarse siquiera a la idea de serlo, puesto que de inmediato se encontrará atado a algo, en relación a algo. Cuando uno anda detrás de la paz, eso en sí mismo es movimiento. La búsqueda es un constante devenir de placer y sufrimiento, en tanto que cuando se lo encuentra, uno se siente dichoso, pero cuando se lo pierde, uno se siente triste. De modo que en la búsqueda solo podrá ocasionarse una paz ilusoria, pasajera en tanto que no contiene en sí la sustancialidad de la comprensión de lo que Es. Solo cuando cesa la búsqueda, la mente estará quieta, y como el lago citado más arriba, podrá percibir de inmediato todo lo que acontezca, incluyendo los problemas y condicionamientos propios de uno. Cuando puede hacerlo, podrá cortarlos de raíz.
Sobre la ética taoísta puede decirse más. Como se ha visto, las implicaciones filosóficas en sus enseñanzas son profundas y a la vez complejas; sin embargo, como se indica desde el Tao, se pueden comprender desde la simplicidad. Se ha podido apreciar pues, que las enseñanzas que en un primer plano parecían esotéricas, tienen mucha relación con el actuar humano. No se trata de palabras vanas salidas de un momento de inspiración, sino de una puesta en práctica constante, en el que no hay diferenciación entre comprender-hacer. La naturaleza está implicada en ello, como una relación cósmica que incluye al ser humano dentro de todo esto, sin darle un papel demasiado importante en detrimento de los demás. Hay respeto y armonía en la comprensión desde el Tao. Además, las repercusiones de estas enseñanzas compartidas van hasta la política. La ética cumple una función vital en todo esto, también. Así, cuando uno gobierna ha de hacerlo desde el sendero del Tao. En caso de no poder hacerlo, habrá que hacer todo lo posible para mantener a la nación en equilibrio. No es un orden impuesto, ya que eso no sería paz, sino que se da a partir de la comprensión de la verdad sutil. Esta verdad sutil, que está delante de nosotros, no ha de ser buscada en detrimento de la paz interior. Las enseñanzas desde el Tao tienen
mucho que enseñarnos, y esto se puede ver bien expresado en lo que sigue:

"El pensamiento dualista es una enfermedad.
La religión es una distorsión.
El materialismo es cruel.
La espiritualidad ciega es irreal.
Cantar no es más sagrado que escuchar el murmullo de un arroyo, pasar las cuentas de un rosario no es más sagrado que
simplemente respirar, los hábitos religiosos no son más espirituales que la ropa de trabajo.
Si deseas alcanzar la unidad con el Tao, no te dejes atrapar por superficialidades espirituales.
Por el contrario, vive una vida tranquila y simple, libre de ideas y conceptos. Encuentra la satisfacción en la práctica de la virtud sin hacer distinciones, que es el único verdadero poder.
Dando a los demás de manera generosa y anónima, irradiando luz por el mundo e iluminando tu propia oscuridad, tu virtud se convierte en un santuario para ti mismo y para todos los seres.
Esto es lo que quiero decir cuando hablo de encarnar el Tao."

(Hua Hu Ching)

El camino del Tao, puede expresarse en, pues, humildad, dedicación, sinceridad, amistad, buen ánimo. Sus enseñanzas son simples, y solo la mente condicionada lo aprehenderá como complicado, autoproyectándose. Que se comprenda, no existe diferencia entre mundano y sagrado, porque cuando uno comprende lo que Es, se Es en cada acción, movimiento, respiración, palabra.



jueves, 28 de agosto de 2008

Lao Tse: "El Tao Te King"

http://sepiensa.org.mx/contenidos/historia_mundo/antigua/china/lao_tse/img/tao.gif

"El propósito de las palabras es transmitir las ideas:
 Cuando las ideas se han comprendido, las palabras se olvidan.
¿Dónde puedo encontrar un hombre que haya olvidado las palabras?
Con ése me gustaría hablar."

Dicen que Lao Tse no quería hablar. Quería emprender un viaje hacia las cordilleras del Oeste para acabar sus días en paz. El guardián del paso de Huan-Ku le observaba, el solitario centinela del paso de las montañas había vivido lo bastante para conocer que aquel anciano reticente era un sabio: sus ojos lo delataban, y el gesto de sus manos al sentarse, y la presencia que emanaba de su cuerpo. Se veía que su casa era el ancho mundo, la tierra su almohada y las estrellas sus sábanas. El guardián tomó una resolución, y empuñando su arma le dijo: No os dejaré marchar si no me dais una parte de vuestra sabiduría.

Lao Tse, que había intuido hacía rato sus pensamientos, sacó pincel y comenzó a trazar caracteres, 5000 ideogramas, sobre la túnica de seda que le ofreció el soldado, destilando en ochenta poemas una de las experiencias más sensatas del conocimiento humano: el Tao Te King.

Éste es un libro para quienes no confían en las palabras. Desde el inicio su autor advierte:

El Tao que puede expresarse
no es el Tao eterno.
El nombre que puede pronunciarse
No es el nombre eterno.
El “no ser” es el comienzo del Cielo y de la Tierra,
Y el “Ser”, la madre de los seres individuales.
El camino del No-ser
Lleva a contemplar la maravillosa esencia.
El del ser, a contemplar los espacios limitados.
Originalmente, los dos son uno
Su única diferencia radica en el nombre
La unidad de ambos se denomina misterio.
El enigma más profundo del misterio
Es la puerta por donde entran todas las maravillas.

Pero Lao Tse hizo lo imposible, el Tao Te King es un libro para quienes no confían en las palabras; un libro que se lee, relee y disfruta durante toda una vida. Un libro de consulta que cambia con los años, como el vino, destilando nuevos sabores, pensamientos no descubiertos. La sabiduría que intenta comunicar Lao Tse es el modo de ser de la Naturaleza y la manera en que debemos obrar para asemejarnos lo más posible a ella.

¿Qué es el Tao Te King? Traducido “el libro del sentido y de la vida”. Es probable que nos gustase una explicación al estilo occidental: “el Tao es de tal y cual modo y, en consecuencia, el sabio se comportará de este y aquel modo”. Imposible. El lenguaje puede ayudarnos a entender un concepto, pero no la experiencia del Tao. No en vano los filósofos taoístas decían que hay que transmitir lo que armoniza y trasciende los contrarios mediante el silencio.

El Tao es incognoscible, inefable e infinito. La palabra Tao está compuesta de dos ideogramas: uno es cabeza, el otro es marchar; puede significar hombre que camina, ir conscientemente, camino, sentido, logos, vía.

En su sentido original cósmico, el Tao es la realidad última, indefinible y como tal es el equivalente del Brahman hinduista o del Dharmakaya budista. Su cualidad es intrínsecamente dinámica. Desde el punto de vista chino, constituye la esencia del Universo y es percibido como flujo y cambio continuos.

La confusión sobre esta palabra ha sido grande en Occidente desde que los primeros jesuitas llegaron a China y la tradujeron con simplicidad por “Dios”, pero no es ni una personificación de lo divino a semejanza del hombre ni la causa de lo manifestado, sino que está más allá.

Lao Tse distingue desde el primer capítulo dos estadios diferentes del Tao:

"Eterno, que no tiene nombre, trascendente."

Es evidente que el Tao no se desenvuelve en el tiempo ni en el espacio. Mirándolo no se le ve, escuchándolo no se le oye, tocándolo no se le siente. Sólo depende de sí mismo. Lo demás recibe su sentido de algo externo, (el Ser humano de la Tierra, la Tierra del Cielo, y el Cielo del Tao).

"Con nombre, Madre de todos los seres."

En este sentido el Tao puede ser una roca, un hombre, un pájaro, un arroyo. Este Tao está en todas las cosas, tanto nobles como despreciables y tiene el germen de la diversidad.

Dice el Tao Te King:

"Del Tao surge el Uno, luego el Dos, luego el Tres y los 10.000 seres."

Es un proceso de cosmogénesis presente también en filósofos griegos y helenísticos.

En las raíces del pensamiento y el sentimiento chinos reposa el principio de polaridad, que no debe confundirse con los conceptos de oposición o conflicto. En otras culturas están en lucha la luz con la oscuridad, la vida con la muerte, lo positivo con lo negativo. Para el modo de pensar tradicional chino esto resulta tan incomprensible como la existencia de una corriente eléctrica sin sus polos positivo y negativo o como el norte sin el sur. La desaparición de uno es la desaparición del otro. Las polaridades son estados extremos de una misma cosa, como las dos puntas de un bastón.

Los chinos llaman a los dos aspectos de la polaridad el yin y el yang, que literalmente significan el lado umbrío, oscuro de una montaña, y la vertiente soleada. Representan las polaridades de la realidad sensorial: día y noche, masculino y femenino, mente y materia, bien y mal, luz y oscuridad, fuerza y debilidad, cielo y tierra. En el reino del pensamiento, yin es la compleja y femenina mentalidad intuitiva, yang el claro y racional intelecto. Yin es la tranquilidad, la quietud contemplativa del sabio, yang la fuerte acción creativa del rey.

Son fuerzas opuestas pero complementarias cuya interacción genera el Universo, como la dualidad de Purusha-Prakriti en el Hinduismo, o Gea-Uranos de Homero.

El conocido diagrama del Yin-Yang es explícito: todo es dual (de ahí las dos lágrimas, blanca y negra). Los opuestos se complementan, forman un círculo, la figura sin fin. Además, todo es dinámico. Es una simetría rotacional que sugiere, de modo muy enérgico, un continuo movimiento cíclico. Y los dos puntos simbolizan la idea de que cada vez que una de las dos fuerzas alcanza su límite, contiene en sí misma la semilla de su opuesta.

Esta es una visión del mundo que no se ha tenido en Occidente desde que se olvidaron las palabras de Heráclito: Armonía en la diversidad como el arco y la lira. No te bañarás dos veces en el mismo río. La noche empieza al mediodía. No es la lógica aristotélica, las cosas no acaban nítidamente, sino que todo está en todo. Todo desborda, fluye, cambia, se interpenetra.

Tao significa “el camino del hombre” pero también es un concepto filosófico complejo que abarca el cosmos y el mundo de los hombres. El Tao Te King propone una filosofía que intenta mostrar el camino de la virtud, armonía y felicidad, un recorrido espiritual para la vida justa, contemplativa y virtuosa, que nos haga más sencillos, respetuosos, desinteresados y humildes, con la esperanza de recuperar la esencia natural del ser humano.

El Tao Te King es uno de los dos libros que preservan los principios del taoísmo, el otro libro es el Chuang-tzu, que es de la segunda mitad del siglo IV a. de N.E.

Para los taoístas el progreso científico y la cultura material son dañinos, por ejemplo, para quien es capaz de recoger agua con sus manos, un cuenco fabricado por el hombre es algo antinatural. Los taoístas creían que el hombre debía volver a su estado primitivo y consagrarse a la naturaleza. Así pues, el verdadero taoísta se convierte en ermitaño.

Los taoístas de la dinastía Han propagaron el taoísmo fuera de los círculos cortesanos y lo convirtieron en un culto popular revolucionario que recibió el nombre de taoísmo de turbante amarillo y prometía la inmortalidad de los hombres comunes.

Un relato chino que expresa la profundidad del concepto Tao cuenta que un viejo maestro, después de muchos años de experiencia y trabajo interior, recibió la iluminación sobre la verdadera naturaleza del Tao. A punto de morir, varios discípulos que rodeaban su lecho lo interrogaron:

- “Maestro, ¿Podrías decirnos en este momento qué es el Tao verdadero?”.
El anciano abrió lentamente los ojos y, con una sonrisa en los labios, contestó:
- “El Tao verdadero es el Tao verdadero”.
Al instante murió.

La eficacia del Tao reside en su vacío. Sin vacío nada podría producirse. La utilidad de la vasija no está en la arcilla sino en el hueco, en la falta de material. Un vaso lleno de tierra no nos permite utilizarlo para beber. En una casa lo útil son los vacíos, los huecos, puertas, ventanas, habitaciones. Y en el hombre lo útil no son sus horas llenas sino las vacías, las que tiene para dedicarse a sí mismo o a otros seres humanos, aquellas en que estamos prestos a servir.

Además de su conformidad con el Tao, el hombre perfecto es rey de sus oídos y palabras, no tiene egoísmo, ni corazón propio, sino que hace suyos los corazones de la gente. Es humilde, no se envanece con los éxitos, y es como el agua. El agua se adapta siempre: cuando está en un hueco se remansa, cuando llega un plano se desliza, cuando hay pendiente corre y siempre con perfecta naturalidad. Nada más blando que el agua, y sin embargo vence lo más duro: rompe acantilados y erosiona valles.

Cuando el agua está quieta es un espejo. Nadie se mira en aguas turbias. Así, la mente sólo entiende y refleja con precisión el mundo cuando está calmada.

Y nada de virtudes artificiales. Sorprende que Lao-Tse critique la justicia y la caridad. Cuando decayó el Tao aparecieron la caridad y la justicia. Lo que condena es la sustitución del Tao por el formalismo cultivado artificialmente de los letrados de su tiempo. Eliminad los eruditos, desterrad los astutos, ingeniosos en palabras, y el pueblo saldrá ganando con creces. Rechazó como Sócrates a los sofistas porque con las falsas virtudes habían pervertido la simplicidad y honradez de las gentes.

Lao Tse nada ha dejado de sus ideas sobre el alma, la libertad o el conocimiento. Se ha limitado a recomendar la conformidad con el Tao, cuidado de no arriesgar la vida por la codicia y no gastarla en cavilaciones abstrusas para no enfermar. Lao Tse, como muchos otros sabios orientales, tiene una única meta: la transmutación, un aquietamiento físico y mental que facilite el ascenso a los diferentes niveles de conciencia.


Fuentes:

http://www.editorial-na.com/images/esfinge.jpg

martes, 16 de octubre de 2007

Un acercamiento a las conexiones filosóficas entre Heráclito y el Taoísmo.

En este investigación se reflexiona sobre las similitudes que parecen existir entre el pensamiento filosófico griego y el oriental, En muchas ocasiones se percibe que el hombre está inmerso en una continua búsqueda por conocer sus esencia como prolongación de Universo o Cosmos. Aunque dentro de esta búsqueda los caminos a veces difieren, pareciera que las respuestas convergen hacia una única verdad tal vez con más frecuencia de lo esperado, como es el caso del pensamiento de Heráclito y los principios filosóficos del Taoísmo.

Introducción

Uno de los casos más significativos de paralelismo del pensamiento filosófico entre culturas aparentemente diferentes lo representan Heráclito de Efeso, el filósofo presocrático mal llamado el Oscuro, cuyo pensamiento y doctrina coincide con el pensamiento chino Taoísta de Lao Tse. Dos mundos distintos. Grecia y China, dos culturas lejanas e inconexas hasta lo que se conoce, un mismo tiempo, diferentes espacios.
Heráclito desarrolló toda una serie de selecciones referentes al Logos como principio fundamental, innombrable, que se oculta a los sentidos pero está siempre presente, razón del Ser y del Universo, cemento que da cohesión a las partes opuestas para dar lugar a la unidad. Mientras, Lao Tse desarrolló la idea del Tao como el principio de la unidad, como aquello que está más allá del ente y la esencia, fundamento sin fundamento y razón creadora, substancia única del Todo.
Como se podrá apreciar, dos hombres culturalmente distintos que en un mismo tiempo coincidieron en sus planteamientos sobre qué es aquello que estando allí semi-escondido, se deja ver al interior del Ser para dilucidar la esencia del mismo Ser y el Universo. Cómo mediante la idea de cambio permanente, lucha entre los opuestos (ying-yang, ser y no-ser) como polaridades de una misma realidad, fuego como alegoría al cambio y fuente de vida conciben la Unidad del Ser y del Cosmo en cuyo substrato y esencia está el Logos o el Tao.
Lo que ha continuación se presenta, es una pequeña reflexión apoyada por algunas investigaciones en la materia sobre estos paralelismos entre los pensamientos de Heráclito y los Taoístas. Es una aproximación o ejercicio tendiente a involucrarnos e invitarnos a profundizar en las conciencias del pensamiento Oriental y el Griego y, a plantear contrastes de aquellas con el pensamiento Occidental Moderno a la luz de las teorías físicas modernas como lo deja ver claramente Capra.

Algunos comentarios sobre el Tao

De acuerdo con Cappelletti, el Taoísmo constituye junto al Budismo y al Confucionismo una de las tres principales corrientes del pensamiento y de la religiosidad en China. El Taoísmo es de origen autóctono y sus raíces se hunde en la protrohistoria del país. El mismo debe comprenderse como un naturalismo en el sentido que el hombre y la divinidad son concebidos a imagen de la Naturaleza. A su vez, el Taoísmo es mítico porque pretende reconducir al hombre y a todos lo seres hacia la identificación con su Principio (Tao), es decir que indica una Senda hacia la Unidad.
Capra refiere que el Taoísmo se interesa en la sabiduría intuitiva más que en le conocimiento racional, siendo básicamente una vía deliberación de este mundo; lo cual dentro del contexto de la cultura China significaba un liberación de las estrictas reglas convencionales. El razonamiento lógico era considerado por los taoístas como parte del mundo artificial del hombre, por tanto su atención estaba dirigida a la observación de la naturaleza conjuntamente con una fuerte intuición mítica llevó a los sabios taoístas a profundas penetraciones confirmadas ahora por las modernas teorías científicas. Una de estas penetraciones es la percepción de que la transformación y el cambio son los rasgos esenciales de la naturaleza. Según Chuang-tzu:

En la transformación y crecimiento de todas las cosas,
cada brote y característica tiene su propia forma.
En esto tenemos su gradual maduración y
Decadencia, el constante flujo de la transformación
y el cambio.

Los taoístas ven los cambios en la naturaleza como manifestaciones de la interrelación dinámica entre los opuestos polares ying-yang y , de esa manera llegan a creen que cualquier par de opuestos constituyen una relación polar en la cual cada uno de los dos polos está dinámicamente unido al otro. Partiendo del concepto que los movimientos del Tao son un continua interacción entre opuestos, los taoístas dedujeron dos reglas básicas de conducta humana:
1) Siempre que deseéis lograr algo debéis comenzar con su opuesto.
2) Siempre que deseéis retener algo deberéis admitir en ellos algo de su opuesto.

Dentro del concepto taoísta de cambio, el mismo no se considera ocurrido como consecuencia de alguna fuerza sino como una tendencia que es innata en todas las cosas y situaciones. Los movimientos de Tao no están forzados por él sino que ocurren natural y espontáneamente, tal espontaneidad es el principio de la acción del Tao.
El documento más antiguo del taoísmo o por lo menos la principal fuente de información sobre su contenido doctrinario es el Tao-teh king. La noción de Tao sobre la cual gira este documento y toda la metafísica taoísta es, en principio, indefinible:

El Tao de quien puede hablarse
No es el Tao absoluto.

Ello equivaldría a decir que el Tao no representa en realidad un ente o un esencia determinada sino algo que está más allá del ente y de la esencia.
De acuerdo al Lao Zi, el término Tao en su origen significa “camino”.
En la Antigua China, todas las escuelas de pensamiento utilizaron el concepto Tao aunque con contenido ideológico distinto. Para la Escuela Legista, el Tao es el proceso mismo de transformación de la Naturaleza, la razón inherente a todos los seres, la síntesis suprema de todos los contrarios que se resume en la contradicción raíz del Ying-Yang; siendo esta la interpretación del Tao que se aproxima al pensar taoísta.
El concepto de Tao es difícil de descifrar:

El Tao está oculto, ningún nombre le puede designar.

Lo que se expresa con palabras no es el Tao...El que responde cuando le preguntan
acerca del Tao, no conoce el Tao.

Se lo mira y no se le ve, su nombre es lo invisible
Se lo escucha y no se le oye, su nombre es lo inaudible.
Se lo palpa y no se lo siente, su nombre es lo impalpable..
Lo que pueden expresar las palabras, lo que puede alcanzar
el entendimiento, son cosas y nada más.
El dao es inalcanzable.

Según el Lao zi, cuando se penetra en el mundo taoísta se descubre que lo que impide alcanzar el Tao son los sentidos y la inteligencia, es decir las facultades discriminadas que separan y rompen la unidad fundamental de todos los seres.
El esto y el aquello, verdad y error, el ser y no ser, son todas las categorías ilusorias que hacen imposible la intuición del Tao. Totalidad en que se hace uno cuanto es y no es. Existen una serie de discusiones respecto a sí la naturaleza del Tao es material o espiritual, pero desde la óptica taoística el Tao no es material ni espiritual porque la materialidad y espiritualidad son dos aspectos de una misma realidad que las engloba y en la que se identifica. Igualmente, no se puede interpretar al Tao como Ser Absoluto contrapuesto a no-ser ya que uno y otro quedan superados y anulados o subsumidos en un Todo que no es nada o una Nada que lo es todo, el Tao.
Partiendo de lo anterior se puede entender la inalcanzabilidad del tao, cómo este escapa a los sentidos y entendimiento porque ellos se mueven en los límites de la dualidad sujeto-objeto, su razón de ser se encuentra en la dicotomía radical que separa y enfrenta al Yo con el No Yo cuando en realidad Yo y No Yo, sujeto y objeto, son una y la misma cosa.
Según Preciado, la idea de Tao queda incompleta sino se aclara la relación entre Tao y "Te". El Tao es universal mientras que el "Te" (Virtud) es la particularización del Tao en cada uno de los seres concretos. El Tao es el Todo y la virtud (Te) es la parte, en el sentido que todos los seres participan del Tao. Así la virtud es la naturaleza particular que constituye al ser y no puede existir como algo independiente de las cosas concretas. El Tao universal es el conjunto indiferenciado de todas las virtudes.
De acuerdo con Cappelletti, el Te está integrada por tres signos: “ir”, “derecho o recto”y, un tercero que quiere decir “corazón”. Según esta etimología Te querría decir “el camino que surge desde dentro”, es decir el modo de obrar de cada naturaleza. Es la cosmovisión prefilosófica y en el lenguaje de los adivinos equivalía a un poder o “virtud” inherente a ciertas cosas o personas.
Por otra parte, e wu wei (no actuar) al que se refiere el Lao Tse no es un concepto puramente negativo ni de pasividad absoluta al igual que la nada, no –ser (wu) que no es la nada radical. El wu wei se dice del Tao en cuanto que éste engendra a los seres sin intención preconcebida, sin fin último. Así el wu wei sería una negación de toda interpretación teleológica del devenir universal, como el Tao carece de intencionalidad y voluntad, nada busca, nada pretende, por nada lucha.
Cappelleti, en este sentido señala que esta idea de “obrar sin obrar” (wei wu wei) constituye el corazón del taoísmo y en torno a ella se estructura toda su filosofía de la vida. El porque origina las cosas e ideas, pero no hace porque tales cosas e ideas no son en realidad algo diferente de él. Se trata de esta forma de un motor inmóvil pero en un sentido diferente al Aristotélico, que lo identifica con el acto puro, pues no es sólo causa final sino también eficiente, material y formal del Todo.
Obrar sin obrar significa que el Tao no se propone en su acción ninguna finalidad externa o ajena a sí mismo. Su obrar no responde a otro motivo más que a la expresión o exteriorización de su propia virtud (Te). El Tao sin plan ni meta, sin propósito ni artificio, sin autoconciencia ni esfuerzo hace todas las cosas y, aunque no quiere hacer nada, “nada deja de hacerse” (wei wu wei). Se puede decir que el Tao no se mueve por un fin externo sino por un impulso interior y, en tal sentido, se asemeja más a los fuertes pero callados movimientos de la vida vegetal que al obrar autoconsciente de la vida humana.

Cada ente que surge del Tao tiene su propio Te, su virtus o potencia, de esta forma existe un Tao del hombre consistente en obrar de acuerdo a las exigencias inmanentes a su esencia, es decir que según su propio virtus o Te.
Preciado señala que el autor o autores del "Tao Te Ching" observan la naturaleza fijando su atención en los cambios y transformaciones que se suceden en todos los niveles y campos del universo material. También aprecian la sociedad mediante la observación de los cambios históricos y políticos en las relaciones humanas en general, en la sucesión y entrelazamiento de victorias y derrotas, prosperidad y decadencia, desgracias y felicidad que se condicionan mutuamente y se transforman unas en otras.
Por su parte, Capelletti indica que al usar la terminología aristotélica (sin comprometerse con su metafísica) se puede decir que el Tao es causa formal y eficiente interna de Todo. Así mismo, como el Tao es anterior a todos los elementos y éstos provienen de él aparece como aquello de lo cual o con lo cual todas las cosas se hacen como la única substancia del Todo, es decir que sería causa material del Cosmo. Pero también es causa final del Universo porque el Camino del Todo es un camino de reversión y todo lo que del Tao sale al Tao retorna.
El Tao es inmanente al mundo porque no existe aparte y es trascendente a él porque es anterior a cada uno de los entes e inclusive al ser y no ser, por eso que carezca de esencia y definición. El carecer de esencia está despojado de toda determinación y, por consiguiente, aparece como algo informe, elusivo, incomprensible (aunque está incomprensibilidad, queda aclarada en el Tao Te Ching):
Mirado, pero no visto
esto se llama lo Invisible
escuchado, pro no oído
esto se llama lo Inaudible
cogido, pero no tocado
esto se llama lo Intangible
estos tres eluden nuestras investigaciones
y así se mezclan y se transforman en el Universo.

No obstante, según Cappelletti el Tao carece de nombre, esencia y definición y, cuando se le intenta definir se parece más a la Nada que al Ser si se le considera en su relación con el Universo, es decir como Principio del mismo puede asignársele un nombre y definición. El efecto resulta punto de partida para el conocimiento de la causa. Del Tao salen las cosas o todas las cosas son hechas de él, es sustancia universal principio de movimiento y de vida. Presta la materia y confiere la forma, el mismo es forma de las cosas aunque es informe en sí engendrando un orden cósmico que puede llegar a conocerse:

De tao nace uno;
de uno, dos,
de dos, tres,
de tres, se crea el Universo.

Para Cappelletti este orden es un orden lógico y cosmológico simultáneamente, se trata de la génesis de las ideas y de los números, por una parte; de la génesis de los elementos y de las cosas por otra.
Según el Lao Tse:

El Tao engendra al uno, el uno engendra al dos,
el dos engendra al tres, el tres engendra a los diez mil seres.

Aquí se interpreta que el uno puede entenderse como el soplo de la vida o pneuma original (yuan qui), es decir la materia primordial, de modo que en la mente del autor del Lao zi la materia nace del Tao y, a su vez, es el origen del universo. Por lo tanto, el Tao es anterior y distinto de la materia, sería una realidad de naturaleza espiritual.
De Tao nace el Uno, el Tao, con nombre, el Ser. Este Uno se escinde en dos contrarios: Ying-Yang por lo cual de Uno nace Dos. Estos dos contrarios están unidos por la virtud (Te) del Principio absoluto (Tao) y dan lugar al ente concreto que es siempre un síntesis de contrarios. Ahora, la realidad que del Tao surge no es estática sino dinámica y transeúnte, los opuestos se acercan, se unen y transforman los unos en los otros, de allí que se diga:

La reversión es la acción del Tao.

Entonces, se puede afirmar que el Camino es uno circular porque el Ser se transforma en No Ser y viceversa. Lo difícil en fácil y lo fácil en difícil, lo largo en corto y lo corto en largo y, así sucesivamente. La Unidad se produce por la transmutación mutua de los opuestos, as así la armonía del Tao y la verdadera Unidad que es abrazada por el Sabio.

Acerca de Heráclito de Efeso y su Doctrina Filosófica.

Resulta interesante al tiempo que se adentra en las reflexiones que quiso aportar Heráclito al hombre, comparar su similitud con los aspectos antes señalados del Taoísmo, a lo cual se retornará al final.
De acuerdo con Morey, Heráclito se separa de la tradición física. El tema central de su filosofía no es ya Phycis sino el pensamiento del hombre. Es el primero en plantear el tema del lenguaje, junto con el cual vendrá el concepto de logos.
Los fragmentos de Heráclito son complejos de ordenar debido a su estilo expresivo, además que aparentemente los diversos fragmentos se contradicen y sus temas de pensamiento remiten uno a otros sin hallar un elemento central del cual dependan los demás, sirviendo de principio sistematizador. No obstante, esta circularidad en sus escritos concuerda con su estilo escrito y sus enunciados.

Uno de los temas fundamentales tratados por Heráclito es el del "Logos", el cual engloba al hombre en la medida que pertenece al alma, a la vez que gobierna el Universo.
Es quizá algo distinto a una verdad compresible porque es la verdad que nos comprende a todos. Logos no es lo que se nombra, sino aquello por lo cual se nombra, es a la vez lo que está en el corazón mismo del hombre y lo que permanece profundamente oculto a él, pues nuestras raíces parten de lo que somos para hundirse en lo que no.
De acuerdo con Marchovich(1968), aunque el Logos es accesible al conocimiento humano no se halla en la superficie misma de las cosas sino que, suele esconderse dentro
de cada cosa particular:
La verdadera constitución de cada cosa suele esconderse o
si uno espera lo inesperado, no lo entrará: de tan difícil escudriño y acceso es.
El Señor cuyo es el oráculo de Delfos ni revela ni encubre sino que da señas.
El Logos no es el lenguaje que hablamos ni la razón universal elaborando un sistema de fenómenos naturales, ni ley social o ética. Es el verbo del cual el nuestro es eco, pero un eco en el cual se funde la voz del que pretende averiguar lo que delimita el lenguaje y que renace de todas las palabras: lo inexplicable, para lo cual nace toda expresión. El Logos es el significado en busca del cual permanecemos pero del que somos portadores sin haber sido sus creadores (Brun, 1976).
El Logos es una transcendencia y a la vez inmanente a nosotros. Al igual que Eros, el Logos es un intermediario entre el hombre y los dioses, entre lo mortal e inmortal, entre tiempo y eternidad. Está a mitad del camino entre el saber y la ignorancia en la medida en que los hombres les manejan pero, es sabiduría y eternidad en la medida en que es él quien se dirige a los hombres. El Logos es aquello que invoca al hombre y lo que en él provoca la sorpresa que le abre a aquello de donde procede, porque todas las leyes humanas se alimentan de una sola ley divina (Brun, 1976).
Heráclito planteó la unidad de todas las cosas, es decir el reconocer la unidad secreta de todas las cosas bajo la diversidad aparente se propone frecuentemente como un signo de sabiduría superior a la que el filósofo aspira (Morey; 1981):
Sólo quienes están despiertos pueden acceder a ella.
Si habéis oído no a mí sino al Logos, es prudente (menester) convenir en que todas las
cosas son uno (Marcovich, Frag.26).
La unidad de todas las cosas, según Morey (1981), aparece como la enseñanza más profunda de Heráclito, el último grado de sabiduría en el sentido iniciático del término conexo al tema de la guerra y del cambio, este último como una característica del ente.
El camino rectilíneo (de traslación) y el curvo (de rotación) del rodillo del batanero es
uno el mismo. (Marcovich, Frag.25).
El camino hacia arriba y el hacia abajo es uno y el mismo (Marchovich, Frag.33).
Conexiones:
Cosas enteras y las no-enteras (partes?),

Lo convergente y lo divergente,
Lo unísono y lo desentonado, (etc).
(Asimismo) de cada cosa (es posible formar una) unidad,
y de (esta) unidad todas las cosas (consisten) (Marcovich, Frag.25).
Según Brun (1987), para Heráclito aunque se debe intentar alcanzar la armonía de los contrarios no por ello el conflicto y la discordia dejan de presidir en la vida del Universo. La lucha es madre de todas las cosas, es universal. Si el combate está en el centro de todo es porque todo nace de la lucha debido a que no hay oposición fundamental entre el uno y lo múltiple, entre presencia y ausencia, entre unidad y diversidad. La lucha es el estatuto de lo cual lo múltiple abandona el uno para encaminarse hacia una creciente diversidad y, hay una lucha por la cual lo múltiple intenta redescubrir cuál es su contrario del que procede.
Decir que la armonía visible esconde una lucha escondida es tan verdadero como sostener que la guerra aparente implica una invisible armonía.
Así, la guerra entendida como un enfrentamiento continuo de fuerzas contrarias (simultáneas y sucesivas) de donde surge la armonía. Esta como equilibrio que constituye lo real ante nuestros ojos es efecto de las tendencias opuestas que luchan se neutralizan entre sí (Morey, 1981).
Conviene saber que la guerra es común y que la justicia es discordia y que todas las cosas
sobrevienen por la discordia y la necesidad (Frag. 80).
Por otra parte, el pensamiento de Heráclito no tiene conexión alguna con una ontología estática porque la suya es una filosofía del devenir que no cesa de afirmar que todo pasa.
Heráclito insiste en que el devenir se lo lleva todo, hasta el punto que es imposible tocar dos veces una sustancia perecedera porque el cambio hace que se descomponga y se reponga sin cesar (Brun, Frag. 91). Así pues, en el mismo instante todas las cosas cambian, tragadas por el pasado y viviendo el efímero instante todas las cosas cambian, tragadas por el pasado y viviendo el efímero instante de un presente que muere al tocar el mañana.
Esta visión de un devenir que todo se lo lleva y que hace que todo pase y nada permanezca se inscribe naturalmente en lo dice Heráclito de la lucha de los contrarios. De esta lucha en el transcurso de la cual lo que es desaparece en el no-ser, mientras que lo que era llega por su parte al ser. A diferencia del eleatismo, la filosofía de Heráclito no busca disociar al Ser del No-Ser puesto que en la lucha de éstos se enfrentan para engendrar la armonía en el seno de la cual se reconcilian. El devenir heracliteano está encerrado en un círculo, es cíclico y en absoluto histórico, por ello lucha de los contrarios no impide hablar del uno y de la sabiduría única. En Heráclito se plantea el devenir en el ser (Brun, 1976).
A los que están entrando en los mismos ríos otras y otras aguassobrefluyen. (marcovich, Frag.40).

Como (una) y misma cosa existen en nosotros:
Lo viviente y lo muerto,
Lo despierto y lo durmiente,
Lo joven y lo viejo:
Porque estas últimas cosas, al tornarse, resultan aquellas primeras,
Y aquellas, al tornarse, éstas (Marcovich, Frag. 41).
Otro aspecto resaltante en los fragmentos de Heráclito es el tema del fuego, que no tiene que ver con los principios físicos. Según Brun (1976), existen una estrecha relación entre el logos, la armonía, la lucha, el fuego y la sabiduría. Ello son nociones que llevan implícitas una misma intuición central. El fuego heracliteano es la sustancialización del logos que ilumina, del combate que devora, de la armonía que purifica, del Dios que gobierna y de la sabiduría que da luz.
En Heráclito, el fuego es la imagen móvil del logos y del uno. El devenir del mundo es en última instancia aquello por lo que se consume, pero al hacerlo así arroja los resplandores de la luz y si “en el fuego se replantea el cambio” es porque el devenir es aquello por lo que las transformaciones del Todo intentan alcanzar una plenitud que se les escapa. La vieja idea que se encuentra en el centro de esta visión es la del eterno retorno.

Filosofías semejantes, espacios distantes: Heráclito y el Tao
Siguiendo los comentarios de Capar (1991), es asombroso que mientras Lao Tzu y sus seguidores desarrollaban su visión del mundo, los rasgos esenciales de a visión taoísta se impartieran en Grecia por Heráclito de Efeso. Éste compartió con Lao Tzu el énfasis en el cambio continuo expresado en su famoso aserto todo fluye, así como el concepto de que todos los cambios cíclicos. Heráclito comparó el orden del mundo con un fuego siempre vivo, encendiéndose en medidas y extinguiéndose en medidas, una imagen muy similar a la idea china del Tao manifestándose en la interacción cíclica del ying-yang.
Este concepto de cambio como interacción dinámica de opuesto condujo a Heráclito como a La Tzu a descubrir que todos los opuestos son polares y por lo tanto unidos.
El camino hacia arriba y abajo es uno y el mismo y Dios es día y noche, invierno-
verano, guerra-paz, saciedad-hambre, dijo Heráclito. Las palabras de Heráclito las
cosas frías se calientan por sí solas, las calientes se enfrían, lo húmedo se seca, lo seco
se hace húmedo, recuerda las palabras de Lao Tzu, lo fácil origina lo difícil..., la
resonancia armoniza el sonido, el después sigue al antes.
Como Capra (1992) que a Heráclito se le menciona a veces en relación con la física moderan pero casi nunca con el taoísmo. No obstante, es allí donde demuestra que su concepto del mundo era el de un mítico.
Por otra parte, Cappelletti (1976) señala que el Tao al ser fundamento, el sentido del Ser y del No-ser, se lo compara con el Logos de Heráclito. Al igual que el Logos, el Tao existe desde siempre y constituye el principio del cambio y lo que detrás del cambio permanece. El Logos y el Tao poseen una doble dimensión objetiva y subjetiva: en la primera aparecen como absolutamente universales extendiéndose a todas las cosas y seres sin excepción, en la segunda como accesible a todos.
El Tao produce los opuestos originando a su vez todas las cosas, aparece como algo anterior a ellos y se sitúa más allá de la misma oposición porque la origina. Lo mimo puede decirse del Logos Heraclítico:
Los opuestos se unen por obra del Tao
La reversión es la acción del Tao (Tao –teh king)
El frío se calienta, lo caliente se engría, lo húmedo se seca, lo seco se humedece.
El término To significa a la vez el principio y doctrina al igual que el Logos para Heráclito. Dada la naturaleza cíclica de la acción de Tao: el llegar lejos significa volver al punto original, expresado por Heráclito como el camino hacia arriba y hacia abajo es uno y el mismo.
Así mimo el Tao-teh king parecera esbozar una cosmogonía al decir
De Tao nace uno;
de uno, dos;
de dos, tres;
de tres, se crea el Universo.
Mientras que para Heráclito el Logos se identifica con el fuero, su fragmento pareciera indicar lo mismo que en el anterior.
Transmutaciones del Fuego: primero, mar; del mar, la mitad tierra; la mitad, aire
huracanado.
(De todos éstos, como de sus elementos surge el Universo).
En relación con la transmutación de los opuestos, el Tao-teh king niega la diferencia absoluta entre el bien y el mal, al decir: Entre el “bien” y el “mal”, ¿Cuánta es la diferencia?; por su parte Heráclito afirma: El bien y el mal son una sola cosa.
Igualmente, en relación con el wei wu wei, dice el Tao-teh king: Tao nunca hace, pero todo es hecho por él y, Heráclito refiriéndose al Fuego-Logos se asemeja: Transformándose, descansa.

Reflexiones finales
Existe un paralelismo entre la filosofía de Heráclito y del Taoísmo en los planteamientos del Logos y Tao como principios generadores del Universo y del Ser.
Ambos términos se refieren al substrato común que sirve a todas las cosas, a aquello que origina y está antes del origen y que permanece siempre dentro del cambio cíclico de los opuestos.

El dinamismo, la armonía y el devenir como características del ente en el pensamiento de Heráclito están presentes también en el pensamiento Taoísta a través de la unidad de los opuestos, pudiéndose decir que los extremos se tocan porque son parte del uno mismo.
La idea de la unidad a través del continuo fluir de las cosas, del combate que lleva a la armonía como expresión de aspectos antagónicos que, sin embargo, conllevan al camino de la serenidad, del fuego como expresión del continuo cambio universal y del ser, del transcurso cíclico de la vida expresado mediante el ying-yang. Son ideas que parten tanto en Heráclito como en Lao Tzu (Lao zi) y sus seguidores de la reflexión sobre el Ser como tal, es decir que todos estos aspectos son las vivencias que experimenta el hombre internamente como una expresión del Cosmos.
El hombre que cuando se mira interiormente se descubre lleno de contradicciones, de cambios continuos en su Ser y de luchas internas que lo constituyen en una unidad armónica. Esas deben haber sido las primeras reflexiones que llevaron a Heráclito y Lao Tzu a dilucidar sobre el ente y también los llevaron a buscar aquello que está más allá, que todo lo constituye, que es permanente e innombrable: el Tao y el Logos.
Cuando se habla de la Oscuridad de Heráclito, en realidad se estaría hablando de la oscuridad del hombre por descifrar lo aparentemente incomprensible por cuanto:
No saben ni oír ni decir (Brun, Frag. 8). La mayoría de los hombres no reflexionan sobre
lo que se les presenta e, incluso una vez instruidos, no comprenden. Viven de la
apariencia (Brun, Frag. 10). No comprenden después de haber oído y se parecen a los
sordos. A ellos se aplica el proverbio: “Presentes, están ausentes” (Brun, Frag.9).
La igualdad entre las propuestas de Logos y Tao así como de la Unidad del Ente, sus principios y características propuestas tanto por Heráclito, a través de sus fragmentos, como en la filosofía china del Taoísmo se aprecian en las investigaciones y comentarios, de Cappelletti (1968) y Capra (1992). Así mimo, la comparación entre los fragmentos que se presentan del Lao zi y Heráclito referentes a la esencia del Logos y Tao, permiten apreciar el paralelismo entre estas filosofías:
(i)
De esta Verdad (Logoso), por muy real que sea,
siempre faltos de comprensión muestránse los hombres,
tanto antes de haberla oído como una vez que la han oído.
(ii)
Porque aun cuando todas las cosas acaecen de conformidad con esta Verdad,
comparándose ellos cual si fueran ignorantes cada vez que se ensayen
ya sea en el hablar, ya en el obrar;
(iii)
Mientras que yo, por mi parte, explico tales palabras y cosas descomponiendo
cada cual según su verdadera constitución, y luego mostrando cómo es.
(iv)
En cuanto a los demás hombres,
Tan poco se dan cuenta de cuanto están haciendo despiertos
Como olvidan cuanto hacen de dormidos. (Marcovich, Frag.1).
Aquí se puede percibir, a nuestro parecer, que Heráclito quiere dejar sentado que el Logos es complejo, no material, enexpresable con palabras aunque el que lo posee capte que está presente en todo, en este mundo y en otro. Para quienes no le experimentan o viven es incomprensible aunque hallan oído hablar de él.
El Logos está allí, claro, en todo, pero pasa inadvertido porque el hombre suele ver lo superficial y sus sentidos están dormidos oyendo sólo un eco distante, viendo una tenue luz; por ello tal vez que el logos se ocualta.
En el Lao Zi lo expresa al plantear:
...El cuerpo del dao, es nebuloso y confuso.
¡Confuso y nebuloso, en él están contenidas las formas!
¡Nebuloso y confuso, en él las cosas están contenidas!
¡Profundo y oscuro, en él se halla la esencia sutil!
Esta esencia sutil es asaz de verdadera, en ella está la confianza.
Desde hoy hasta los remotos tiempos, nunca se perdió su nombree,
Señal de que es padre de todas las cosas
¿Cómo puedo saber que así es el padre de todas las cosas?
Merced a esto (Lao zi, LXV).
Los que no han comprendido (esta Verdad) aún después de haberla oído
A sordos se asemejan;
De ellos habla el refrán:
“Aunque presentes, están ausentes” (Marcovich, Frag.2).
La verdadera constitución de cada cosa suele esconderse (Marcovich, Frag.8).
Aunque los sentidos del hombre están como adormecidos, Heráclito dice:
De cuantas cosas se da visión, audición, percepción, a estas yo doy preferencia
(Marcovich, Frag. 5).
Ello viene a ser como un estar alerta, ver y oír más allá de una realidad parcial que se capta, disgregando sin darse cuenta de la unidad.
Marcovich señala al interpretar los fragmentos 13 y 14 de Heráclito que los hombres poseen una inteligencia capaz de entender los mensajes de los sentidos. A nuestro parecer más que simple inteligencia es una intuición que permite abrir los sentidos al Logos eterno.
Malos testigos son para los hombres los ojos y los oídos,
Si poseen almas que no entienden su lenguaje (Marcovich, Frag.13).
Se considera que Heráclito al igual que Lao zi tratan de explicar la esencia del Ser porque conocen al Logos o Tao, más no con palabras pueden explicarse o indicársele aunque si el acontecer de las cosas, como refiere Heráclito en el fragmento 1, parte iii.
Conocer a los demás,
Inteligencia.
Conocer a sí mismo,
Clarividencia...(Lao zi LXXVII)

Sin salir de tu propia casa,
puedes conocer el mundo.
Sin mirar por la ventana,
puedes conocer el dao del cielo.
Cuanto más lejos vayas,
más menguado será tu saber.
Por eso el sabio conoce sin viajar,
Distingue sin mirar,
realiza su obra sin actuar (Lao zi, X).
Siempre hay paradojas en el Universo difíciles de comprender por la mente humana aunque están en su cotidiano vivir, porque aunque con vista estamos como ciegos. Como el Logos/Tao no se conoce ni comprende, el hombre actúa de forma autómata dejándose llevar pasivamente por la vida mediante acciones no internalizadas en verdad.
Estas paradojas parecen reflejarse bien en varios de los fragmentos tanto de Heráclito como del Tao en los cuales se hace alusión a la idea de los opuestos como polaridades que son prolongación de una misma unidad.
Se considera que el Logos al igual que el Tao implica una acción (wei wu wei), es decir que obra porque crea pero no obra porque no produce nada que no esté ya en él mismo. Por otra parte, la idea del Teh(de o virtud) como una parcialidad del Tao (absoluto) pareciera, tal vez, similar a lo que podría ser la ousía en relación con el Logos.
Se había mencionado que el dao es el Todo y la virtud (de) es la parte, en el sentido que todos los seres participan del dao. Así la virtud es la naturaleza particular que constituye al Ser y no puede existir como algo independiente de las cosas concretas.
También se hizo alusión a que cada ente que surge del Tao tiene su propio Teh (de), su virtus o potencia, de esta forma, existe un Tao del hombre consistente en obrar de acuerdo con las exigencias inmanentes a su esencia, es decir según su propio virtus o Teh.
Por otra parte, cuando en la Metafísica de Aristóteles se habla de ousía como el ente en cuanto ente que vendría a ser el Ser en todos sus matices, es decir el Ser en su multiplicidad y variedad concreta también podría dejar abierta la posibilidad de entender que la ousía sería una parcialidad del Logos, aunque, no necesariamente en el sentido estricto del Teh. Tal vez puede ser entendida como el mismo Logos en el sentido de ser causa o fundamento de todas las demás, expresión de los diferentes sentidos del Ser. Pero este planteamiento en realidad es una interrogante que en este momento no se ha analizado, sin embaro, valdría la pena fuese objeto de reflexión.

Por Rebeca Pérez Arriaga.
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Según Platón, el conocimiento es un subconjunto de lo que forma parte a la vez de la verdad y de la creencia.
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