domingo, 31 de agosto de 2008

Chuang Tsé.

Desde el 550 a.C. al 250 a C. se desarrolló el período clásico de la filosofía china. Chuang Tsé vivió a finales de esa época. Nació el 360 o 365 a C. en la actual Coaxian, otros autores sugieren que en Shargiu, en la provincia de Henan. Falleció el 290 o 286 a C.

Trabajó en su pueblo natal como funcionario de estado un corto tiempo. Pasó la mayor parte de su vida retirado y en pobreza voluntaria. Se sabe que no aceptó un alto cargo en el estado de entonces y que lo rechazó con su humor característico.

Tuvo una estrecha amistad con el filósofo Hui Shi, de la escuela de las normas, y usó muchas de las ideas metafísicas de su amigo, cuya filosofía era opuesta a la de él. Chuang Tsé, comprendió que su propio pensamiento no era completo por sí mismo, sin la "oposición" de la de Hui Shi, por el principio de complementariedad y usó muchas de las ideas metafísicas de ese filósofo.

La obra de Chuang Tsé se compone de 7 "libros interiores", los cuales se atribuyen con seguridad a él, 28 "libros exteriores" y 14 "libros varios" que fueron redactados por sus discípulos o sus seguidores. En nuestra época se conservan sólo 33.

En el año 727, un emperador de la dinastía Tang, confirió a Chuang Tsé el título de "Verdadero clásico del país de las flores del sur". Desde entonces fue convertido en un autor canónico de la religión taoísta.

El fundamente de su pensamiento, como en todas las corrientes taoístas, es el Tao y el wu wei, basada en la síntesis suprema de todos los contrarios, cimentada en el principio de Yin y Yang.

Su obra es una antología del pensamiento, plagado de un humor irónico, exento de crueldad, prepotencia y agresividad. Realza con ingenio literario e imparcial tolerancia su visión filosófica. Basó casi toda su enseñanza en el Tao Te King.

Chuang Tsé sostenía que sólo cuando uno estaba en contacto con el Tao - que no se puede nombrar, que está más allá de todas las cosas existentes, que no puede ser transmitido por medio de palabras ni con el silencio - uno podía comprender como vivir. Vivir solamente con el "Tao del hombre", era descarriarse. Basar el comportamiento en el "Tao ético", era no comprender la vida. Chuang Tsé observó que un comportamiento basado en hacer a otro lo que es bueno para uno, es ilusorio, cuando uno no sabe qué es bueno para uno mismo. La felicidad no puede ser alcanzada por medio del utilitarismo y el hedonismo. Decía que la vida de riqueza, placer, ambición, es intolerable, porque "se vive para aquello que siempre está fuera de alcance, sediento de la supervivencia del futuro, e incapaz de vivir en el presente".

Ver "la felicidad" y lo "bueno" como algo por alcanzar, o sea, en el "exterior" de uno mismo, en el mundo de los objetos, es colocarse entre el bien y el mal: en el presente, en que no se está en posesión de lo que se busca y en el futuro, en que se piensa que se alcanzará aquello que se desea.

Chuang Tsé cree que el concepto de felicidad e infelicidad es ambiguo, porque está situado en el mundo de los objetos. Piensa igual en lo referente a virtud, justicia, etc. Todo lo que es tratado como objeto por alcanzar, lleva a engaño y alienación. Igual que Lao Tsé, expresa que, cuando todo el mundo reconoce el bien como tal, se transforma en mal, porque se transforma en algo que no se tiene y que debe perseguir constantemente, hasta que se convierte en inalcanzable. Uno lo busca "fuera" a través de análisis, abstracciones, confusión de opiniones, etc. Cada vez es menos real y se aleja más, los medios se hacen muy elaborados y el fin, el bien, no llega. El camino del Tao, es comenzar con el simple bien, con el cual uno está dotado por el mero hecho de existir.

El secreto del camino de Chuang Zu, es el no-hacer, Wu Wei, que enseña a no estar pendiente de resultados. Si uno está en armonía con el Tao "cósmico", la respuesta quedará clara cuando llegue el momento de actuar, dado que uno actuará con arreglo al modo divino y espontáneo, que es el propio del Tao, la fuente de todo bien.

Chuang Tsé observa que la simple virtuosidad carece de significado y de aspectos profundos en el individuo y la sociedad. El hombre virtuoso es aquél en el que el Tao actúa sin impedimentos.

La verdadera tranquilidad buscada por el "Hombre del Tao", es la tranquilidad de la acción en la no acción, que transciende la división entre la actividad y la contemplación, entrando en unión con el invisible Tao, lo que significa el abandono de la "necesidad" de ganar.

La humildad esencial que predica Chuang Tsé, es aquella en que el hombre es consciente de su insignificancia y se olvida por completo de sí mismo. Es humildad "cósmica" porque está enraizada en la naturaleza de las cosas, y está repleta de vida y consciencia de todos los seres vivos.

El verdadero carácter del Wu Wei, es la actividad perfecta, porque es un acto sin actividad, un acto en armonía con la Totalidad, que tiene un carácter incondicional y que no está supeditado a nuestras teorías o ideas.

Un hombre sabio es aquel que "reconoce ser como los demás hombres". Sólo difiere de los demás, porque está centrado en el Tao y no en sí mismo. Pero "no sabe en qué forma es diferente".

Fue Chuang Tsé, quien introdujo verdaderamente las enseñanzas de Lao Tsé en la filosofía china. Brillante poeta y filósofo, siempre vivió en forma sencilla, fundó una familia y pasó enormes penurias económicas. Permaneció en forma constante en relación con las corrientes espirituales de su tiempo. Fue gran admirador de Confucio, muy especialmente, cuando éste, después de los 60 años, tuvo un cambio espiritual profundo.

En los primeros siete libros, está su fundamento filosófico. Son los libros "interiores" o "interioridades".

El primer libro se titula "Viaje sosegado", compara la vida terrenal, los destinos e influencias que en ella se ven, con la codorniz, cuya vida se mantiene exenta de pequeñeces, y con un pájaro que echa a volar y cuyas alas atraviesan el mar, como nubes suspendidas.

El segundo libro es "Del equilibrio de las concepciones". Aquí propone una solución desde el punto de vista taoísta, para las cuestiones discutidas por la filosofía de su época. Reconoció la inevitable relatividad de todos los conceptos antagónicos involucrados en la polémica. Indicó una salida: la disputa no se resolvería más que a través de la intuición, que proporcionaría el único punto de vista que permite contemplar al ser como una unidad.

El libro comienza con la rapsodia del organillo celestial y termina con la misteriosa parábola del sueño, donde se trata el contraste existente entre la vida de vigilia y el sueño, dos estados que no permiten saber cual es real y cual irreal.

El tercer libro, contiene la aplicación práctica de la proposición propuesta. En él se dice que hay que encontrar al "Señor de la Vida". Que, en lugar aspirar a una situación dada, hay que dejarse llevar, conformarse con la posición exterior que uno ocupa en el mundo. No es el cambio de las situaciones exteriores lo que puede salvarnos, sino una actitud diferente frente a las circunstancias, una actitud impregnada por el Tao. Solamente una actitud así podría facilitar el acceso a ese universo que está más allá de las diferencias.

En el cuarto libro, también se revela la importancia de conservar una actitud que lo abarque todo, no atarnos, ni establecernos en ninguna singularidad. La singularidad significa ser útil, lo que provoca que podemos ser utilizados, enganchados en el conjunto de las apariencias.

El quinto libro, trata del "Sello de la vida plena". Aquí mediante diversas parábolas, enseña cómo el contacto interior con el Tao - que da la vida verdadera, exenta de intenciones - ejerce una influencia sobre los seres humanos que hace desvanecerse toda clase de deficiencias externas. El contraste entre la joya interna y el grosero aspecto manifestado, es realzado con mucha fuerza.

El sexto libro de Chuang Tsé, es uno de los más importantes: "El progenitor y el maestro". Se refiere a la persona que ha encontrado el Tao. "Las personas verdaderas no temían la soledad, no realizaban acciones heroicas, ni hacían proyectos. Podrían elevarse a grandes altitudes porque no se arrepentirían si fracasaran, ni se sentirían orgullosos cuando acertaran. Sabían atravesar el agua sin mojarse, el fuego, sin quemarse. No soñaban estando dormidos y estando despiertos no se preocupaban. Sus alimentos eran sencillos y su respiración, profunda. No conocían la alegría de vivir, ni el temor de la muerte. Aceptaban con serenidad lo que venía, y lo que se iba lo dejaban irse, sin pensar más en ello. Esto es no reconocer el Sentido por medio de la consciencia y no querer mejorar lo Celestial mediante lo humano.

El séptimo libro, "Destinado al uso de reyes y príncipes", habla del tema de gobernar por el de no-gobernar. "El hombre supremo utiliza su corazón como un espejo: refleja, no retiene".

Chuang Tsé realiza un perfeccionamiento del taoísmo de Lao Tsé, porque da métodos que aportan una solución a los problemas psicológicos de su tiempo. Nos hace vislumbrar las concepciones taoístas, con agudas y poéticas parábolas.

Para él, también el mundo manifestado es un juego ilusorio. Como gran parte de lo que transmite bajo su nombre, no es de su producción, se supone que tuvo discípulos. Ejerció una influencia enorme sobre la filosofía y la literatura, la que se evidencia en la literatura meridional y la poesía Ch´u, y reflejan la admiración por su filosofía poética y por su contenido ideológico.

Fuentes:
Por Elisa Aliaga.

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