Publica "El sentido de la vida o la vida sentida".
Afirma que el mejor modo de vivir es abandonarse a lo que traiga la vida.
Así se descubre el sentido de la existencia.
Afirma que el mejor modo de vivir es abandonarse a lo que traiga la vida.
Así se descubre el sentido de la existencia.
--¿Cómo puedo, según usted, encontrar el sentido en mi vida?
--Mirando hacia atrás y dándote cuenta de las decisiones que has tomado, y de qué valores han guiado estas decisiones. Verás lo que te ha movido y lo que has abandonado.
--¿Sirve para algo preguntarse cuál es el sentido de la vida?
--Yo creo en el sentido en la vida, en ella, viviéndola. En la vida sentida.
--¿Y sirve para algo preguntárselo?
--Ni preguntar ni responder a la pregunta mentalmente, racionalmente, como una creencia, sirve para nada. Teorizar tampoco. Estoy convencido de que el sentido de la vida se descubre viviéndola.
--¿Y en algún momento puede ser útil formularse esta pregunta?
--Sí. Cuando mi vida no va por el camino que yo quisiera, cuando experimenta un sinsentido. Pero también existe otro camino: preguntarme qué es aquello que anhelo. Cuando ves a una persona que vive con paz y tranquilidad, dices: "Yo también quiero eso". Y ese anhelo es otro camino de transformación.
--¿Qué es fundamental en la vida?
--Mis clientes y mis maestros me han enseñado que hay dos cosas fundamentales: lo que han amado y lo que han sido amados, y aquello que han realizado o tienen pendiente de realizar.
--O sea, hay dos dimensiones del amor: unir y crear.
--Exacto. El amor es la experiencia más absoluta de la vida.
--¿Es el sentido?
--Tal vez.
--¿Por qué hoy en día nos miramos tanto el ombligo?
--Hay una obsesión por el sí mismo. No solo nace de una sociedad individualista, sino precisamente de los propios discursos de la psicología, que transmite esa idea de ser feliz, de realizarse, de vivir el presente.
--No lo comprendo.
--Sí. Mucha gente se lo toma como algo que tiene que realizar en su vida forzosamente y no tienen en cuenta el contexto: ni a su familia, ni a sus hijos, ni a su pareja. Dicen: "Es que yo necesito mi espacio", "Es que me tengo que realizar". Con esas neuras no se consigue un crecimiento personal sostenible, ecológico. No se tienen integradas todas las dimensiones de la vida.
--¿Cómo sería un crecimiento eco- lógico?
--El crecimiento personal siempre tendría que ser hacia, para y con los demás.
--Según usted, podemos dividir la sociedad actual en tres tipologías.
--Están los que esperan, los que se desesperan y, finalmente, los que buscan y encuentran.
--Háblenos de los que esperan.
--Son los que creen que algún día llegará el momento, o el príncipe azul, o ese éxito que lo va a salvar todo y lo justificará todo. Se sientan en una silla a esperar que la vida les traiga aquello, y la vida no les trae nada más que lo que deciden hacer: estar parados. Se mueren esperando.
--Los que se desesperan.
--No tienen tiempo para encontrar lo que desean. Les puede el "¡quiero conseguirlo ya!", la inmediatez. Es muy propio de la sociedad actual. Son los que van todo el día cabreados porque nada sucede como ellos quieren. Y con esta actitud, de paso, molestan a su entorno.
--Los que buscan y encuentran.
--Son aquellos que, se lo hayan propuesto o no, van metiéndose en la vida. No importa lo que vayan a encontrar, aunque sea una crisis, porque saben que de la crisis algo tienen que aprender, y de ahí renacen.
--¿Cómo fue su proceso?
--Descubrí que había pasado una gran parte de mi vida evitando y siendo pasto del miedo. Cuando tienes miedo, evitas actuar. El secreto es abandonarse a la vida. Aceptación y abandono.
--¿Resignarse?
--No, hay que evitar la resignación y la pasividad. Es un ejercicio continuo y duro de aceptación de que las cosas no son como quieres. Puede ser útil decirnos: "Esto es lo que me toca ahora, es lo que me toca vivir".
--Cuéntenos más detalles de su proceso personal.
--Estos últimos años he tenido muertes a mi alrededor, amores que han terminado, crisis y un sinfín de experiencias que me han dado otra visión. Cuando uno acepta la vida y se abandona a ella, descubre unas dimensiones de sí mismo y de la vida que, de otro modo, de modo alegre y divertido, nunca va a encontrar.
--Usted presentaba en televisión y radio programas divertidos.
--Desde pequeño me ha encantado subirme a los escenarios. Pero no lo añoro en absoluto.
--¿Por qué?
--Me di cuenta de una cosa tremenda: no me creía lo que hacía. El oficio me encantaba, pero no me entregaba a fondo. Me faltaba algo.
Fuentes:
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