lunes, 27 de octubre de 2008

Unas reflexiones acerca de la relación entre Tecnología y espiritualidad.

INTRODUCCION

Algo extremadamente importante esta ocurriendo en nuestro mundo justamente ahora: el crecimiento exponencial de Internet y la Web, como una nueva herramienta que une los cerebros humanos en tiempo real. El efecto de la red es que cambia nuestra relación con el espacio y el tiempo de una manera fundamental, y por lo tanto no es exagerado decir que estamos atravesando un cambio importante en la civilización.

Vamos a considerar simplemente el efecto de estas conexiones en red en la transferencia de conocimientos, y por lo tanto en la velocidad de la evolución tecnológica y cultural. Antes de la invención de la palabra escrita, no era posible codificar el conocimiento, ni preservarlo a través del tiempo. "Cuando un anciano muere", dice un proverbio africano, "una librería desaparece en llamas".

En los tiempos anteriores a la literatura, el progreso dependía de la capacidad de nuestros cerebros para recordar, y por lo tanto la evolución era muy lenta. Con la escritura, y especialmente con la edición masiva de libros, el conocimiento se hizo independiente de su portador, y también independiente del tiempo. Pero no del espacio, ya que la transmisión del conocimiento todavía dependía de la disponibilidad del objeto físico: el libro. Ahora, con la red de computadoras, y especialmente al caminar hacia una comunicación inalámbrica, la sabiduría se ha liberado también de las restricciones del espacio. Lo que realmente sucede cuando se instala una red, y eso es lo que esta ocurriendo a escala universal con Internet, es que cada innovación, cada nuevo pensamiento, cada solución a un problema está inmediatamente accesible a través de toda la organización. De modo que la evolución científica y cultural va a acelerarse hasta límites sin precedentes. El espacio de tiempo
necesario para duplicar nuestros conocimientos, que antes llevaba cientos o miles de años, lleva ahora tres años, y esta "duplicación" se está acortando aún más, lo que nos lleva a especular que puede llegar un punto en el historia, en un futuro no muy distante, llamado Singularidad, en el que el conocimiento se duplicará instantáneamente, dejando a la humanidad totalmente incapaz de saber lo que está sucediendo. Hemos creado un Juggernaut Tecnológico que está claramente "Fuera de control" (cfr. el libro del mismo título de Kevin Kelly). De modo que, si combinamos la Revolución Digital mencionada con la capacidad de manipular los genes, y con el desarrollo en el campo de la nanotecnología, nos damos cuenta de que ha llegado el momento de pensar en nuestra relación con la tecnología, que aunque una vez estuvo a nuestro servicio, tal vez ahora se ha convertido en nuestro amo. A través de este ensayo, examinaremos en primer lugar algunos de los cambios
sociales y culturales asociados a la noción de Revolución Digital, y después a algunas actitudes espirituales básicas, y cómo nos ayudan los debates de algunas escuelas de pensamiento a entender la tecnología en diversos e interesantes modos. En este contexto, miraremos la tecnología a través de cristales "negativos", viéndola como una práctica degenerada, y luego a través de cristales "positivos". viendo la tecnología como algo que lleva a humanidad a un "plano de conciencia" superior, hacia un nivel más elevado de civilización. Veremos también algunas de las prácticas espirituales emergentes en la misma red. Pero primero, algunos comentarios acerca de la noción de Revolución Digital.

LA REVOLUCION DIGITAL, VIRTUALIZACION Y EL NACIMIENTO DEL CIBERESPACIO

En la sección precedente discutíamos acerca de cómo las redes cambian nuestra relación con el tiempo y el espacio, y el hecho de que los los efectos sociales, políticos y económicos de las redes con de naturaleza fundamental. Liberar nuestra vida social de los límites espaciales significa por ejemplo cambios en la política, que siempre ha tenido connotaciones territoriales; significa grandes cambios en la organización de los asentamientos humanos, que, una vez más, se han basado en las necesidades de estar cerca del flujo de los productos materiales y de las estructuras centralizadas de poder. Ahora proliferan toda clase de "tele" actividades: tele educación, tele compra, tele trabajo. Lo que estas cosas vayan a llegar a ser es motivo de conjeturas, pero es una certeza que están cambiando nuestros modos tradicionales de comportamiento.. Posiblemente, algunos de los cambios acaecidos con la Revolución Industrial van a deshacerse. Ya hoy en día, de acuerdo con recientes estudios en E.E U.U., estamos viendo fenómenos como el crecimiento del tele trabajo (casi la mitad de los nuevos trabajos creados en los últimos 5 años eran tele trabajos), el hecho de que se crean más trabajos en el medio rural que en las áreas urbanas, y el extraordinario crecimiento de los niños escolarizados en casa (casi un millón). Nuestro nivel de tecnología actual nos permite producir más y más productos materiales, con cada vez menos trabajo humano. Finalmente, solo un pequeño porcentaje de la población trabajadora estará empleada en la producción material. Una vez más, este es un cambio mayor en nuestra civilización. En los años treinta, bajo la influencia de los avances organizativos como el Taylorismo, el trabajo manual se automatizó en gran medida y se separó gradualmente de los procesos productivos. Desde los ochenta, un proceso similar está acaeciendo en el campo del trabajo rutinario intelectual. Muchas empresas están pasando por procesos como la reorganización de los procesos laborales atendiendo a las ventajas de la nueva tecnología, y se están eliminando procesos rutinarios. De ahí la eliminación de cargos intermedios y trabajadores de cuello blanco. El efecto de la revolución digital en el modo en que organizaremos y experimentaremos el trabajo será muy importante, e incluso se ha sugerido por algunos analistas, como Jeremy Rifkin, que debemos contemplar seriamente la hipótesis del "final del trabajo".

Parte de esta revolución digital es el proceso de virtualización. Para comprender la naturaleza de este proceso, tenemos que pensar en como los seres humanos transforman el mundo material según sus necesidades. En la era agraria y antes de ella, la naturaleza (materia) era transformada por el trabajo físico y elementos mecánicos (otra vez materia). De modo que la naturaleza era transformada por la materia. Durante la revolución industrial, insertamos un nuevo factor en el proceso de producción: la energía (en forma de combustibles procesados). De modo que la materia era transformada por la materia y por la energía, y esto llevó a un salto cuantitativo en la productividad.

Estamos ahora en el proceso de añadir otro factor a esta ecuación: la información. Hoy en día, el mundo natural está siendo transformado no sólo por el uso de materia y energía, sino por la introducción de la información, lo que lleva a una nueva explosión de la productividad. Podemos decir que la virtualización es la creciente sustitución de la materia por la información. Este proceso tiene profundas consecuencias en nuestra forma de relacionarnos con el mundo. Entre la humanidad y la naturaleza, entre el ser humano y otros seres humanos, hay ahora una nueva capa de información. Y esta capa de información crece en importancia a medida que el proceso de virtualización se intensifica. En el pasado, podíamos decir: "no puedo tocar eso, luego no es real". Este ha sido el credo de la ciencia, del mundo industrial y del materialismo. Hoy, esta situación está cambiando
hasta el punto de que podemos decir, junto con el asesor de empresa Tom Peters: "Si puedes tocarlo, no es real". En otras palabras: lo informativo, lo no material, se ha hecho más importante, en términos políticos, económicos y sociales, que lo material. Un par de zapatos Reebok contiene más valor no material (imagen, marketing, investigación) que su valor real en términos de átomos disponibles. ¡Nuestra vida social está virtualizada al extremos de que la mayor parte de nosotros pasa más tiempo mirando documentales de naturaleza que paseando por el bosque! Este proceso, que comenzó con el nacimiento de la televisión, se intensificará con los nuevos medios del ciberespacio.

Medios de comunicación entrelazados y multidireccionales como Internet no son simplemente la continuación de los medios de comunicación de masas, sino que significan un cambio importante, ya que crean un nuevo espacio mental colectivo. Esta es la idea del ciberespacio, que significa que, paralelamente al mundo físico, la humanidad está creando un mundo paralelo "virtual", que coexistirá con el mundo llamado real. Si nuestros antepasados vivieron principalmente en un entorno natural, y la humanidad civilizada en un entorno arquitectónico, nuestros descendientes vivirán sobre todo en un "entorno digital". El ciberespacio es el lugar en el que vivirán una parte importante de su tiempo, y lo que ocurra en el ciberespacio condicionará mucho el resto de sus vidas.

Si consideramos diferentes aspectos de la revolución digital, vemos claramente que estamos atravesando un cambio mayor en la civilización, y que estos cambios tienen importancia metafísica, ya que afectan a la construcción básica de nuestra experiencia. No es sorprendente, por lo tanto, que no podamos confinar nuestro pensamiento a la ciencia, que trata sobre el "como", sino que debamos preocuparnos también del "por qué", el terreno de la espiritualidad y sus escuelas de pensamiento.

LOS DOS PUNTOS DE VISTA DE LA TRADICION SOBRE LA SABIDURIA

¿Cual sería el punto de vista de las escuelas espirituales de pensamiento acerca del desarrollo mencionado arriba? Antes de seguir, permítanme hacer una disgresión acerca de la Tradición de la Sabiduría en si misma. Al principio de este ensayo definimos la espiritualidad como el medio a través del cual la humanidad encuentra sentido a su relación con la totalidad del mundo exterior. Esta definición fue elegida a propósito, para que fuera aceptable también para los agnósticos y ateos, ya que los espiritual tiene el sentido general de la actividad humana dirigida a entender nuestra relación con el universo. En el mundo moderno, ha ocurrido claramente un divorcio entre los que afirman una creencia en un Absoluto o Ser Supremo, y aceptan en términos generales la existencia de objetos y seres no materiales, y los "racionalistas" o campo científico, que no acepta la "no materialidad".

Dentro del campo de los espiritualistas, no hay grandes diferencias en términos de metodología y enfoques. En términos muy generales, podemos distinguir caminos basados en la "fe", y los basados en la experiencia concreta. Unos pocos autores proponen la distinción entre la religión "exotérica", basada en la fe y sin experiencias concretas, y la tradición "esotérica", generalmente oculta dentro de las estructuras exotéricas, en la que están incluidos quienes afirman haber tenido experiencia directa de lo "divino". Algunos autores llaman a este cuerpo de conocimiento "Tradición", "Filosofía Perennis" o "Tradición del conocimiento", y afirman que, tras la enorme diversidad de pensamiento religioso, está este cuerpo de conocimiento espiritual real. Para quienes quieran profundizar en estas materias, aconsejo la extraordinaria lista de lecturas recopilada y comentada por Franklin Jones (Da Free John), titulada "El cesto de la tolerancia", que presenta las obras mayores de la espiritualidad humana desde su punto de vista. Otros autores recomendados son Hegel, Teihard de Chardin, Rene Guenon, Fritjof Schuon, Julius Evola, y, por supuesto, las obras maestras de Ken Wilber. Sus tres últimos libros, "El tercer ojo: la búsqueda de un nuevo paradigma", "Desde el Edén", y especialmente "Sexo, ecología y
espiritualidad: el espíritu de la evolución", son buenas introducciones modernas a este punto de vista. La última, primera parte de una trilogía, probablemente llegará a considerarse el libro filosófico y espiritual más importante de este siglo.

El autor de este ensayo acepta el punto de vista de que existe la Tradición de la Sabiduría, pero según mi propio análisis, hay dos grandes escuelas interpretativas en su interior. Es importante señalar los desacuerdos entre escuelas, ya que tendrá trascendencia en el análisis de sus sentido y en el papel de la tecnología en el desarrollo psicoespiritual de la humanidad. Llamaremos a estas dos lineas de pensamiento interpretaciones "optimista" y "pesimista" de la Tradición de Conocimiento.

La escuela pesimista ve básicamente la historia de la humanidad como un proceso de progresiva degeneración, es decir como una regresión. Autores como Rene Guenon, Julius Evola y otros, creen que hubo una "edad de oro espiritual" en un mítico pasado. La humanidad hubiera estado más desarrollada espiritualmente en aquellos tiempos tempranos que en la civilización actual. Dicen, por ejemplo, que las clases dirigentes eran en un principio espirituales (chamanes, sacerdotes y castas en Egipto, la Iglesia), luego militares y finalmente comerciales. Esta escuela se ve reforzada en sus interpretaciones por muchos textos sagrados que afirman esta pérdida gradual de la conciencia. La tradición hindú, por ejemplo, afirma claramente que estamos ahora en la edad del "Kali Yuga", el último estadío antes de la destrucción del mundo. La noción de "Caída" y otros conceptos aclararían el actual estado de la humanidad.

La escuela Optimista de pensamiento, ejemplificada por los trabajos de Hegel, Teilhard de Chardin y Ken Wilber, hace un acercamiento evolucionista. Están de acuerdo, en general, en que hubo realmente una caída, en el momento de la creación del cosmos y de nuestro universo, cuando la divina conciencia se perdió en materia inconsciente. Pero desde este punto en adelante, ha habido progresos hacia un nivel superior de complejidad y de conciencia.

Esta actitud básica hacia la espiritualidad y la vida, colorea el punto de vista de varias escuelas. Las escuelas pesimistas tienden hacia el Dualismo (una separación fundamental entre lo humano y lo divino), hacia el Gnosticismo (siempre habrá una separación entre el Conocedor y lo Conocido, es decir, el ser individual), y hacia acercamientos negativos hacia el cuerpo. De hecho, la práctica espiritual Pesimista tiende hacia técnicas que enseñan a sus adeptos que "tu no eres tu cuerpo, no eres tu mente, no eres esto o lo de más allá". La práctica espiritual Optimista tiende a acercamientos no duales, misticismo (fusión con lo divino), y técnicas positivas hacia el cuerpo y el propio ser. Sus técnicas suelen enseñar a sus adeptos: "Eres más que tu ego, eres más que tu cuerpo".

Por supuesto, en la vida real, muchas escuelas espirituales tienen elementos de ambas, pero es una herramienta muy instructiva mirar la Tradición desde este punto de vista. La interpretación de la historia humana, y el papel de la tecnología en ella, se verá facilitada.

De modo que el Proyecto Tecnológico Humano (y especialmente la actual "Fase Ciberespacial" puede ser considerada ya sea como un Proyecto Dios Luciferino, es decir, un intento por parte de la humanidad de usurpar a "Dios" y de liberarse a sí mismo de todos los límites impuestos por la naturaleza (interpretación pesimista), y sea al contrario, como una nueva fase en la evolución de la humanidad hacia niveles más altos de conciencia colectiva. Continuaremos nuestra exploración del significado de la tecnología inspirandonos en estos dos puntos de vista, como proyecto Dios o como Gaia Electrónica.

EL PROYECTO DIOS

Metafóricamente hablando, podemos argumentar que la tecnología comenzó realmente cuando Adán mordió la manzana del Arbol de la Ciencia, el momento en que le hombre dijo: "Podemos hacerlo por nosotros mismos y queremos entender el significado de todo". La tecnología empezó con las primeras herramientas, que aumentaron el control sobre la naturaleza más que aumentar nuestra armonía con ella. Esto se ha comprendido muy bien por parte de los aborígenes australianos, que únicamente aceptan tres tecnologías, ya que son conscientes de que más herramientas destruirían su armoniosa relación con su entorno. Pero el resto de nosotros siguió adelante por el camino de la técnica.

Para los espiritualistas hay básicamente dos formas de acercarse al conocimiento, una forma que lleva a la santidad (totalidad), y la otra que lleva a un dominio falso y arrogante sobre la naturaleza que finalmente nos destruirá. La primera, el acercamiento interior, está basado en la idea de que hemos sido creados a imagen de Dios, y de que descubriendo nuestro ser interior nos acercaremos al descubrimiento de nuestros aspectos divinos. Al mismo tiempo, esas escuelas advierten a su seguidores de que esos aspectos son únicamente señales a lo largo del camino, y de que nadie debiera asirse a ellos. Como dice el proverbio sufí: "el cielo es el infierno del hombre sabio", es decir que incluso los placeres del cielo deben ser abandonados para llegar a la iluminación. La práctica espiritual puede darnos aspectos de los poderes de lo divino, y la literatura de la sabiduría está llena de testimonios a ese efecto. Por ejemplo, Richard Thompson, un estudioso hindú, describió los 64 "siddhis" (poderes) que pueden conseguirse a través de la meditación, y describe cómo el programa tecnológico de la humanidad es un intento de emular estos poderes de uno en uno.

Y no se puede negar que la tecnología es un programa mágico. Como dijo Arthur Clarke: "cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia". Podemos comunicarnos rutinariamente con gente que está a gran distancia, ver y oír lo que sucede a miles de millas de distancia, pasar a través de las paredes con la realidad virtual, etc...

Pero mientras el efecto de la "vía interior" fortalecerá el carácter humano, la tecnología externa debilitará progresivamente a la humanidad. McLuhan advirtió sobre esta interpretación, y dijo además que la tecnología es una extensión de nuestros sentidos. Las máquinas con extensiones de nuestros músculos, las computadoras de nuestros cerebros, y los robots de ambos. Observen como el automóvil, en efecto, "amputa" nuestras piernas, como la calculadora destruye nuestra capacidad de calcular por nosotros mismos, y como los procesadores de texto debilitan nuestra gramática. Cuanto más ampliamos muestra tecnología, y con ella nuestros sentidos hacia el exterior, menos necesitamos nuestros sentidos interiores. Al mismo tiempo, estamos creando una "tecnosfera" (pariente de la biosfera y la sociosfera), que es cada vez más enemiga de nuestros cuerpos y de nuestras mentes. Las investigaciones oceánicas y los viajes espaciales crean condiciones en las que nuestros cuerpos no podrían sobrevivir, y la sobreabundancia de información causa un permanente stress a nuestra mente.

Cientificos de vanguardia, como Marvin Minsky (Inteligencia Artificial), Eric Drexler (nanotecnología) y Hans Moravec (Ciencia Robótica), predicen un mundo en el que ambos, cuerpo y mente, llegarán a ser obsoletos. Un mundo en el que una combinación de tecnologías (que invaden el cuerpo) e ingeniería genética (que puede cambiar incluso la definición de lo que es un ser humano) puede llevarnos a un mundo posthumano. Algunos están considerando este concepto de forma muy seria. Por ejemplo los Extropianos, un grupo de jovenes científicos que creen firmemente en la promesa de la tecnología, están ya ahora trabajando en la posibilidad de duplicar nuestra esperanza de vida (a través de dietas especiales), de resucitar a los muertos (a través de la criogenética), de hacer ordenadores conscientes, o llevar la memoria de los ordenadores a nuestros cerebros, mezclándonos así con las máquinas (ciborgismo). Con su radicalismo, grupos como los Extropianos representan el Inconsciente Tecnológico de la civilización occidental, y nos fuerzan a decidir que es lo que realmente queremos. Si continuamos en el camino actual, crearemos un hombre inmortal que controlará la naturaleza y finalmente dejará la tierra para controlar el universo. Mientras tanto, estamos creando una red mundial de ordenadores (Internet) que pronto estará habitada por inteligencias artificiales, y que alcanzará tal nivel de complejidad, que ya no será controlable por la inteligencia humana. Esta claro que esto lleva a la creación de la Maquina-Dios, un Deus ex Machina (cfr Paul Virillio) que es el competidor directo del Ser Supremo de los Espiritualistas. ¿Quiere esto decir que su análisis de la tecnología como un proyecto Luciferino es correcto? También en este contexto podemos ver la predicción de una Singularidad Tecnológica, es decir, un momento en la historia en que habrá tantas novedades como en todo el tiempo que le ha precedido. Un momento que puede llamarse el "Fin de la Historia" o el "Fin de la Humanidad". Este acontecimiento sería una abominación para los espirituales Pesimistas, que identificarían la llegada de una Maquina Inteligente Todopoderosa con la llegada del Anticristo.

Los Espirituales Pesimistas no están solos en este análisis negativo. Su punto de vista es ampliamente compartido por quienes son actualmente llamados "Neo-Ludditas". Al igual que los seguidores originales del general Ludd, es decir, tejedores ingleses que destruyeron la maquinaria textil a finales del siglo XIX, muchos de los Ecologistas Profundos de hoy en día quisieran detener la evolución tecnológica para ir hacia atrás a una edad dorada en que la humanidad vivía todavía en armonía con la naturaleza. Es interesante notar los paralelismos: ambos, pesimistas y neo-ludditas, colocan su Utopía en el pasado; los espirituales optimistas y los utópicos Tecnológicos la colocan en el futuro.

Por supuesto, hay muchos hechos que pueden llevar a los lectores a aceptar la lectura pesimista del futuro, e interpretar la tecnología como el camino a la destrucción. Sin embargo, hay también algunos hechos que apuntan en otra dirección. La interpretación optimista de la Tradición de Sabiduría señala que la tecnología es un paso más en el desarrollo de la Conciencia de la Humanidad.

GAIA ELECTRICA

En la creación del Cosmos, la conciencia divina "cayó" en la naturaleza, que no podía ser consciente de sí misma. Luego llegó la vida en sus diversas formas, desde la unicelular, pasando por las plantas, animales en sus varios tipos y finalmente el hombre y la mujer, los únicos seres conscientes de sí mismos. A través de la humanidad, la naturaleza y el cosmos pueden ser conscientes de sí mismos. Pero este proceso de incremento de la conciencia es un proceso lento. La humanidad en sí misma ha pasado de la conciencia mágica a la racional; desde el pensamiento tribal al nacional y al planetario. Para que aflore esa conciencia planetaria, se precisan las herramientas adecuadas. Y podemos hacer una lectura de la historia, en la cual la tecnología es la ayuda necesaria para hacer esa conciencia posible. Ciertamente, puede argüirse que existen Seres Realizados que consiguen ese estado de conciencia universal, pero la masa del pueblo necesita ayuda. Puede afirmarse que la conciencia nacional no hubiera sido posible sin la prensa escrita, y que la conciencia planetaria real no es factible sin la creación de una red de comunicación mundial. Utilizando el lenguaje protomarxista, podemos decir que solo ese tipo de infraestructura tecnológica pude crear las condiciones materiales necesarias para que nazca esa conciencia colectiva.

Este proceso de universalización comenzó con la imprenta, se extendió a través de las tecnologías de comunicación como el telégrafo y el teléfono, y con medios como la radio y la televisión. Pero únicamente ahora tenemos un medio que combina las características de los dos tipos: los medios de comunicación de masas y los personales, que extienden los sentidos humanos y llegan a la conciencia, en todos los rincones del mundo. Los medios de comunicación tradicionales eran en un solo sentido, y tan caros que solo podían ser utilizados por los poderes, mientras que hoy en día el Internet omnidireccional puede ser usado como medio de comunicación por cualquier individuo conectado. Internet, por lo tanto, puede ser visto como una herramienta que amplía nuestra información aún más, y, por primera vez, permite a la humanidad materializar la "noosfera", es decir, el espacio mental colectivo donde todos nuestros intercambios culturales tienen lugar. Internet evolucionará finalmente a ser el Cerebro Mundial, que contenga a todos los cerebros conectados. Esta es al menos la interpretación de la Escuela Positiva. A esta escuela pertenecen filósofos como Hegel, y espiritualista como Teilhard de Chardin, y hoy en día Ken Wilber. Su optimismo es compartido por muchos otros habitantes del ciberespacio y ayuda a explicar la extraordinaria cantidad de creatividad y energía cultural optimista que se genera en Internet. Visto en otro contexto, el ciberespacio es un importantísimo proyecto de civilización. Puede ser comparado a la construcción de las catedrales góticas, que fueron construídas para gloria de Dios y que movilizaron a todas las comunidades en la Edad Media. Del mismo modo, el ciberespacio es la creación de un nuevo mundo paralelo. Al lado del mundo físico, la humanidad ha creado un mundo virtual, un "país de la mente", como lo llama John Parry, o ¿tal vez un país del espíritu?. Ya sea una interpretación correcta o no, al menos debiera entenderse que el ciberespacio es visto por muchos como un proyecto utópico social y político, y por lo tanto como generador de energía utópica. (Michel Grosso ve una fusión de los sueños utópicos y de los miedos apocalípticos del fin del milenio, y llama a esta fusión la Tecnocalipsis). En una época en que todos los "ismos" políticos han muerto, y en el que las religiones autoritarias están moribundas o secuestradas por las fuerzas sociales más reaccionarias, el ciberespacio es visto como una casa de libertad, un lugar donde la igualdad puede conseguirse, como una herramienta de organización para la creación de comunidades virtuales utópicas (en este sentido, las comunidades virtuales de Internet pueden verse como un renacimiento del "socialismo utópico" premarxista que insistía en que el cambio podía suceder aquí y ahora creando comunidades de hombres de bien que se comportaran de acuerdo con las nuevas normas sociales). El ciberespacio funciona como pantalla de proyección ideal para las esperanzas utópicas de un mundo mejor. En este contexto, no es sorprendente que el ciberespacio sea también el lugar de actividad de los movimientos espirituales, especialmente los que comparten la interpretación positiva de la evolución de la historia.

SACRALIZANDO EL CIBERESPACIO
Stewart Brand, fundador de la legendaria Whole Earth Review y autor de "The Media Lab", tenía una historia personal de relación con los ordenadores que mostraba una fuerte relación entre las fuerzas pioneras de la tecnología y la contracultura de los sesenta. Ambos movimientos compartían el objetivo de dar "el poder al pueblo" y de "aumentar las posibilidades del individuo". Aunque es cierto que Internet era en un principio un proyecto del Departamento de Defensa de los E.E.U.U., tenemos que admitir que Internet tiene un fuerte parentesco con el movimiento contracultural. Uno de los elementos de este movimiento social era el renacimiento espiritual, debido en parte a la importación de religiones orientales y, probablemente también, al descubrimiento y amplio uso de las drogas que alteran la mente. Las especiales características de Internet, en donde cualquiera puede publicar por un precio módico, asegura que muchas fuerzas espirituales alternativas encuentren su hogar en Internet y lo utilicen para sus fines espirituales. El lazo de unión entre la contracultura, los intereses espirituales y el ciberespacio, pueden verse en la importancia de individuos como John Parry Barlow y Mitch Kapor. Barlow es un licenciado en religión comparativa y es el primer letrista de Grateful Dead;
Kapor, anteriormente gerente de Lotus, es un profesor de Meditación Trascendental y Budista practicante. Ambos son líderes del movimiento para la libertad civil de ciberespacio (a través de su liderazgo en el Fundación Fronteras Electrónicas) y combinan su activismo humanitario y sus preocupaciones espirituales en una esperanzada visión de las posibilidades del ciberespacio. Howard Rheingold, el influyente autor de "Comunidades Virtuales" y durante mucho tiempo editor de Whole Earth Review, es otro ejemplo de la contracultura californiana, que ha madurado ahora en el ciberespacio.

Ciertamente, Internet también es usada por las fuerzas espirituales tradicionales. Los fundamentelistas cristianos, el Judaísmo Hasidim y el Islam están presentes. La Iglesia Católica inicia su entrada y varias escuelas de Budismo son particularmente activas. Éstas últimas tienen una "Cuber Sangha" (comunidad) muy activa, pero muchas escuelas tradicionales usan Internet como una herramienta auxiliar, un simple complemento de sus actividades físicas.

Algunos movimientos espirituales, que comparten la interpretación positiva señalada arriba, están tomando un papel mucho más activo en el ciberespacio. Señaladamente activos son los ciberpaganos. Puede sorprender a algunos observadores que la naturaleza precristiana de la religión pueda encontrar interesante a internet, pero así es en realidad. Los paganos son, por supuesto, un fenómeno urbano, precisamente entre las clases sociales que son los usuarios naturales de Internet. Usan Internet no solo como herramienta de organización, sino como un nuevo espacio que ha de ser sacralizado. Por ejemplo, Mark Pesce, creador del lenguaje VRML, ha creado el Circulo Cero en Internet, que incluye rituales chamanísticos. Todos los objetos en tres dimensiones han de posicionarse dentro de el "Axis Mundi" o "Centro de Mundo" espiritual. Del mismo modo, los monjes tibetanos del instituto Namgyal de Ithaca, en Nueva York, han consagrado al ciberespacio el día 8 de febrero. Desde el punto de vista espiritual, estos rituales son muy importantes porque crean espacios sagrados donde las fuerzas divinas pueden estar presentes. Mark Pesce explica que el ciberespacio llegará a contener muchos espacios "patógenos" perjudiciales para muestro bienestar mental, y que han de crearse espacios "vivogénicos" para contrarrestarlos. Entre los ciberpaganos activos hay algunos experimentos con ciber- rituales y meditación colectiva utilizando internet como punto focal.

Esto ha llevado a un vivo debate en listas de correo como Tchspirit-L acerca del tema "Viaja el Prana por los cables". El debate se centra en el hecho de la transmisión de energía espiritual. Necesita el contacto físico para transmitirse o, al ser una energía inmaterial, puede transmitirse por los "cables". Algunos están convencidos de que el ciberespacio puede ser usado para prácticas espirituales de buena fe, como por ejemplo Alexander Besher, autor del libro de ciencia ficción "RIM", quien aboga a favor de la creación de Espacios Espirituales a través del ciberespacio, apoyándose en la práctica del Feng Shui, el arte Taoísta de crear edificios y espacios "correctos". Hay que hacer notar que podemos presenciar la creación de ciber-religiones específicas. Aunque muchas son iniciativas sin importancia, algunas son serios intentos de crear un nuevo tipo de comunidad espiritual. El libro de Douglas Rushkoff, Ciberia, ha subrayado al fusión de Internet y las comunidades de música psicodélica y House en una especie de cultura juvenil espiritualizada que tiene como objetivo el despertar espiritual a través del uso combinado de tecno-música exática, sustancias alucinógenas y comunicación en un espacio mental colectivo, es decir en el ciberespacio. Terence McKenna y el omnipresente Timothy Leary son muy populares en estos círculos. McKenna en particular, ha escrito algunos libros bien estructurados acerca de la necesidad de una nueva alianza entre tecnología y naturaleza, lo que llama "Revolución Arcaica".

De todo lo dicho podemos concluir que hay una activa vida espiritual en el ciberespacio, y que hay una ciber- espiritualidad específica que se está desarrollando. Mientras todos los medios de comunicación han influenciado las prácticas culturales humanas, incluyendo la religión y la espiritualidad (véase los predicadores televisivos), es sorprendente que Internet cree nuevos tipos de movimientos sociales que toman su identidad en el mismo ciberespacio. Así, mientras que no existe el radio-fascismo ni el tele- feminismo, podemos encontrar sin embargo movimientos como el ciberfeminismo, ciber-marxismo y movimientos específicos ciber-espirituales. Es una confirmación más del hecho de que Internet no es simplemente un medio de comunicación, sino un espacio real, un entorno digital para la vida y la mente.

PARALELISMOS ADICIONALES

¿Puede el cuerpo de la Tradición de Sabiduría ofrecer alguna perspectiva útil incluso a aquellos de nosotros que somos por naturaleza escépticos a cualquier conocimiento "no científico? Creo que hay paralelismos interesantes entre el ciberespacio y los espacios espirituales que pueden hacer interesante una mirada a algunos testimonios en el terreno de lo inmaterial.

Puede decirse que la ciencia siempre ha trabajado en el mundo material, mientras que la espiritualidad ha tratado con los espacios no materiales. Hasta hoy, no había ningún espacio inmaterial que pudiera ser reconocido por la mente científica. Sin embargo, el ciberespacio es precisamente un espacio inmaterial, y por lo tanto, hay muy poca tradición científica que pueda ayudarnos a dar sentido a la dinámica de un espacio de estas características. No ocurre lo mismo con los Textos Sagrados, que describen por ejemplo la Red de Indra (una metáfora para los nodos de Internet) o las Grabaciones Akashicas (el lugar en el que se almacena la sabiduría del mundo y al que se puede viajar usando técnicas de "salir del cuerpo"). Creo efectivamente que la lectura de esos textos puede ser de utilidad en la comprensión de las dinámicas del ciberespacio como la quintaesencia de espacio inmaterial.

Otro aspecto es el mágico. No se puede negar que el ciberespacio tiene aspectos mágicos. Especialmente en entornos de realidad virtual, nuestras mentes son capaces de viajar en mundos que pueden cambiar con nuestros deseos y donde nuestros deseos pueden materializarse. Ya hemos visto como los MUDS, MOOS y MUSHS toman su inspiración en gran medida de las técnicas de magia. No puede ser una casualidad. Puede también decirse que para navegar a un espacio mágico, necesitamos interfaces mágicas. Esta era la premisa del legendario hacker de la novela de Vernon Vinge. Una vez más, mucha literatura espiritual que subraya las técnicas mágicas y teúrgicas puede ser de aplicación en nuestros nuevos mundos virtuales.

Desde el punto de vista de los espiritualistas, el ciberespacio puede también ofrecer oportunidades interesantes. Por ejemplo, el psicólogo transpersonal Charles Tart ha invocado la idea de "fingir" experiencias espirituales a través de la tecnología. Experiencias de abandonar el cuerpo pueden ser fácilmente recreadas en el ciberespacio, usando gafas unidas a un robot, el cual mirará después hacia uno mismo. esta también reuniendo fondos para crear mundos intermedios descritos en los Textos Sagrados, como el Bardo de los Tibetanos, en entornos de realidad virtual. Este proyecto puede ser una importante iniciativa cultural que aumentará nuestra comprensión de las tradiciones espirituales del mundo.

El ciberespacio también representa un importante reto espiritual. La tecnología es una extensión del hombre, y por lo tanto de la naturaleza. Uno de los fines fundamentales de las prácticas espirituales ha sido el de ampliar nuestras identidades, y sobreponernos a nuestros sentimientos de separación de otros seres humanos, de la naturaleza y del cosmos. Las mismas técnicas pueden ser usadas para llegar a una visión más completa de la tecnología. En ese sentido, la unión del hombre con la máquina y la tecnología puede ser visto como una tarea mística de unión con el universo.


Para el resto de nosotros, siempre será difícil decidir entre las visiones positiva y negativa de la tecnología. Hay suficientes hechos para inclinar nuestra opinión en cualquiera de los dos sentidos. En este mundo material de contradicciones, de Ying y Yang, esos puntos de vista opuestos siguen siendo una interesante herramienta heurística, y nos muestra la lógica contradictoria del progreso. Con cada nuevo poder y posibilidad que nos brinda, el progreso hace desaparecer alguna otra parte de la humanidad. Tal vez para sobrevivir en el estresante mundo de la alta tecnología, necesitemos cada vez más las técnicas sofisticadas de la psicología y del trabajo corporal que han perdurado como un legado de las prácticas espirituales y del movimiento potencial humano. El nuevo alcance de la tecnología puede necesitar una "Nueva Edad" de resurgimiento de las practicas espirituales. Sin ellas, tal vez no seríamos capaces de sobrevivir.

FUENTES:

Por Michel Bauwens


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