Grace and Grit
con Treya Killam Wilber
Gracia y Coraje
Espiritualidad y curación en la vida y en la muerte de Treya Killam Wilber
Espiritualidad y curación en la vida y en la muerte de Treya Killam Wilber
Trad. de Teresa Sans y David González Raga.
En 1983, Ken Wilber conoció a Treya (Terry Killam), e inmediatamente se produjo entre ellos un "reconocimiento" mutuo. Tras un breve noviazgo contrajeron matrimonio, pero su felicidad pronto se vio truncada cuando a Treya se le diagnosticó un cáncer. Su luna de miel discurrió en un hospital, iniciándose así el atribulado periplo de cinco años que la pareja viviría hasta la muerte de tan excepcional mujer.
"Una parte de nosotros desea ser normal, para no ser rechazada" decía Treya. Este libro narra su lucha contra el cáncer. Es un libro muy fuerte, pero que definitivamente recomiendo a todos.
En ese mismo libro, Treya menciona que "se requiere gracia para poder vivir, pero también se requiere coraje". La vida no es algo sobre lo cual podamos tener una opinión vaga o a medias. Es algo por lo que nos tenemos que apasionar. Después de todo, sólo tenemos una.
Y creo que todos estamos en una constante lucha o búsqueda de balance. Por un lado, deseamos ser "normales", para encajar en la sociedad. Pero por otra, queremos o necesitamos destacarnos. Necesitamos ser distintos. Aunque sea doloroso y difícil.
Por Rodrigo Del Campo.
En "Gracia y Coraje" el vibrante diario de Treya se va entrelazando con las profundas reflexiones de Ken, dando lugar a un relato vivamente humano que transmite el impacto que esta experiencia supuso en la vida de la pareja y que les llevó al cuestionamiento de sus convicciones espirituales ante la realidad de la enfermedad y la muerte.
Es esta una obra inapreciable de espiritualidad "real", que pone en tela de juicio la visión de la "Nueva Era", que presenta los aspectos esenciales de las grandes tradiciones de sabiduría del mundo entero, y que invita a la sanación, a la totalidad y a la armonía, y a la aceptación del sufrimiento y a la entrega final.
*Treya estaba encontrando ese centro de consciencia, ese Self puro, el Fundamento primordial, que es atemporal y eterno. No es que tu Self verdadero sea eterno o que viva para siempre – que no es como se triunfa sobre la muerte. Más bien, tu Self verdadero es un momento sin tiempo – este momento presente atemporal, tal y cómo es, antes de que pienses en el pasado y el futuro y así atarte a las torturas del tiempo. El Self puro y atemporal, existe totalmente en este momento presente atemporal, es la puerta de salida a lo eterno – que no significa existir para siempre en el tiempo, sino ser completamente libre del tiempo. Porque nunca se mete en el mundo del tiempo y su terror, tu Self puro es el gran No-nacido. Y como nunca entra en el tiempo, nunca existe tampoco: tu Self puro es el gran No-muerto.
Se triunfa sobre la muerte, no viviendo para siempre, sino viviendo atemporalmente, siendo presente al Presente. No vas a derrotar a la muerte identificándote con el ego en la corriente tiempo y entonces intentando hacer que el ego siga para siempre en esa corriente temporal. Se vence a la muerte encontrando esa parte de tu propia consciencia presente que nunca entra en la corriente del tiempo en primer lugar y entonces es verdaderamente No-nacido y No-muerto. Como el Buda diría, “Hay, monjes, un gran No-nacido, No- manifestado, No-hecho. Donde no habría salida para lo nacido, lo manifestado, lo hecho”.
Bien, Treya encontró el gran No-nacido, y entonces encontró el gran No- muerto. Treya, el individuo, está muerta; pero el Self de Treya esta vivo justo ahora, en el presente atemporal que está siempre-presente, que vive en cada ser sensible, viva en ti y en mí y en todas las cosas grandes y pequeñas, porque este es el Self de uno y de todos. Habiendo hallado eso, uno encuentra el Todo, y entonces – casi literalmente – uno puede decir, "La muerte, ¿dónde está ese pinchazo?"
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