291. Aquel que desea su propia felicidad causando sufrimiento a los otros, no está liberado del odio, puesto que él mismo está apresado en las redes del odio.
292. Lo que debería hacerse, no se hace. Lo que no debería hacerse, se hace: las impurezas, los impulses contaminantes de tales personas, arrogantes y negligentes, crecen.
293. Aquellos que siempre persisten en la práctica de «la atención sobre el cuerpo», y no hacen lo que no debe hacerse, y constantemente hacen lo que debe hacerse, esos atentos y reflexivos ponen términos a las corrupciones.
294. Habiendo eliminado a la madre (avidez)y al padre (orgullo)y a los dos reyes (infinitismo y nihilismo), y habiendo destruido a un reino y sus habitantes (apego), uno se convierte en un iluminado.
295. Habiendo eliminado a la madre y al padre y a los dos reyes, y habiendo destruido el peligroso sendero (de los deseos sensoriales), se marcha sin dolor hacia el estado de iluminado.
296. Bien alertas se mantienen los discípulos del Buda, y tanto de día como de noche siempre recuerdan al Buda.
297. Bien alertas se mantienen los discípulos del Buda, y tanto de día como de noche siempre recuerdan la Doctrina.
298. Bien alertas y atentos se mantienen los discípulos del Buda, y tanto de día como de noche siempre recuerdan la Orden.
299. Bien alertas y atentos se mantienen los discípulos del Buda, y tanto de día como de noche siempre están vigilantes a las sensaciones del cuerpo.
300. Bien alertas y atentos se mantienen los discípulos del Buda, y tanto de día como de noche se deleitan en no hacer daño.
301. Bien alertas y atentos se mantienen los discípulos del Buda, y tanto de día como de noche se deleitan en la meditación.
302. Difícil es renunciar; difícil es gozar. Difícil y penosa es la vida familiar. Penosa es la asociación con los que nos son incompatibles. Penosa es la larga ruta del samsara. Para evitarla, no persigas el mal.
303. El que está lleno de confianza y virtud, posee gloria y riqueza y es honrado dondequiera que esté o dondequiera que vaya.
304. Incluso desde un lugar tan lejano como las montañas del Himalaya, los buenos relucen. Pero los malevolentes, aunque cercanos, son invisibles, como las flechas lanzadas en la noche.
305. Aquel que se sienta solo, descansa solo, pasea solo, se autocontrola en soledad, hallará dicha en el bosque.