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lunes, 22 de diciembre de 2008

Sobre la Divinidad

"Probablemente no existe argumento que pueda probar de manera convincente el teísmo, el deísmo o el panteísmo, en sus formas pancósmicas o acósmicas. Lo más que pueden hacer los 'razonamientos abstractos' (empleando la frase de Hume) es crear presunciones a favor de tal o cual hipótesis; y estas presunciones pueden fortalecerse mediante 'razonamientos experimentales que se refieran a hechos evidentes o demostrables'. El convencimiento final sólo puede llegarles a los que hacen un acto de fe. La sola idea nos parece a la mayor parte de nosotros desconsoladora. Pero puede dudarse de que este acto de fe especial sea intrínsecamente más difícil que los que tenemos que hacer cada vez que tenemos que hacer una hipótesis, por ejemplo, o cada vez que de la consideración de unos cuantos fenómenos sacamos en consecuencia inferencias que conciernen al pasado, el presente y el futuro. En base a una evidencia muy reducida, y ello no obstante, sin escrúpulos de nuestra conciencia intelectual, presumimos que nuestros anhelos de explicación de las cosa tienen un objeto real dentro de un universo explicable; que la satisfacción estética que ciertos argumentos nos proporcionan es una señal de su verdad; que las leyes del pensamiento son también las leyes de las cosas. Parecería no haber razón ninguna para que, si hemos podido tragarnos esto, no podamos tragarnos lo otro, cosa que en realidad no es tanto más difícil. Las razones que nos violentan cuando se trata de aquello ya han sido enumeradas. Desde que las conocemos, por lo mismo dejan de existir y estamos en libertad para estimar, de acuerdo con sus méritos, las demostraciones y los argumentos que justificarían que hiciésemos ese acto final de fe y que presumiésemos la verdad de una hipótesis que no somos capaces de poder demostrar totalmente."
El Fin y los Medios, pag. 305


"Los que se toman la molestia de adiestrarse en las duras técnicas del misticismo, concluyen siempre, si llegan bastante lejos en su recogimiento y en sus meditaciones, por perder toda intuición de un dios personal y por lograr directamente la experiencia de una última realidad que es impersonal. Las experimentaciones de todos los grandes místicos de todas las épocas y todos los países, están ahí, para demostrar que la teología asociada con el 'bhakti marga' es impropia, y representa falsamente la naturaleza de la última realidad. Los que persisten en mantener relaciones de carácter emocional con un dios que creen personal, son personas que nunca se han molestado en emprender el difícil adiestramiento que constituye el único medio de lograr la unión mística del alma con el principio integrante de toda existencia."
El Fin y los Medios, pag. 254


"La devoción y la imitación de una divinidad personal, proveen a los fieles de mayor fuerza de voluntad que cualquier otra educación religiosa de si mismo, para el objeto de proceder a su propia transformación, y a la transformación del mundo que lo rodea. Ahora bien, la fuerza de voluntad es una gran cosa, con tal de que esté bien dirigida. La devoción a una divinidad personal produce gran cantidad de energía; pero, ¿determinará también un sentido satisfactorio en la energía producida?"
El Fin y los Medios, pag. 256


"Pero, ¿qué es esta 'deidad'? ¿Cómo definir un 'dios'? Expresado en términos psicológicos, un dios es algo que nos sugiere una especie de estados anímicos a los que el profesor Otto ha denominado 'numinosos' -del latín 'numen', ser sobrenatural-. Los sentimientos numinosos constituyen el material originario de donde los espíritus teorizantes extraen los dioses individuales de las Teogonías, los diversos atributos de la Divinidad única. Una vez formulada, una Teogonía sugiere a su vez sentimientos numinosos. Así, el terror de los hombres frente a los peligrosos enigmas del universo les lleva a postular la existencia de dioses irritados; y más tarde, pensando en tales dioses, llegan a sentir miedo, incluso cuando el universo no les proporciona, por el momento, ningún motivo de alarma. Emoción, racionalización, emoción nuevamente: el proceso es circular y continuo."
Música en la Noche (Meditación sobre la luna), pag. 76


"Dios es un producto del artesanado ético y espiritual de los individuos; no puede ser producido en masa."
Eminencia Gris: Estudio sobre Religión y Política, pag. 345

Sobre las Dictaduras

"Cada dictador tiene una jerga que le es propia. Los vocabularios son distintos, pero sus propósitos son los mismos en todos los casos: legitimar un despotismo local hace aparecer a un gobierno 'de facto' como un gobierno de derecho divino. Tales jergas resultan, para las tiranías, instrumentos no menos indispensables que el espionaje policial y la censura de la prensa. Suministran un surtido de vocablos con los que llegan a justificarse ampliamente los crímenes más monstruosos y pueden racionalizarse las políticas más extraviadas. Sirven de molde para los pensamientos, sentimientos y deseos de pueblos enteros. Valiéndose de ellos, se puede llegar a persuadir a los oprimidos a que toleren y hasta veneren a sus insanos y criminales opresores.
Resulta bastante sugestivo que una palabra se encuentre en el vocabulario de todos los dictadores y que la empleen indistintamente los fascistas, los nazis y los comunistas con propósitos de justificación y racionalización. Ésa es la palabra 'histórico'.
(...) Apelar a la historia es algo que les resulta especialmente cómodo a los dictadores; pues el postulado que sustenta ese recurso es, en el idioma hegeliano, que lo real es racional: lo que sucede es, en último análisis, lo mismo que lo que debiera suceder.
Ocurre a menudo, por ejemplo, que la fuerza triunfe sobre el derecho; por ello la fuerza es 'histórica' y digna de conquistas.
(...) La 'historicidad' está pasando a ser aceptada como uno de los valores supremos, por multitudes cada vez más numerosas de hombres y mujeres. Esta identificación implícita de lo que debiera ser con lo que realmente es, vicia todo pensamiento que se refiera a la moral, a la política, al progreso, a las reformas sociales y hasta al arte mismo.
(...) Contemplando al mundo, ellos creen ver que las circunstancias parecen conspirar para llevar a la gente en una dirección determinada. Este movimiento es 'histórico', por ello tiene valor; existe y en consecuencia es indispensable que exista. Aceptan lo existente. En verdad, hacen mucho más que aceptar; aplauden y dan testimonios. Si lo real es lo racional y lo equitativo, se sigue que la acción 'histórica' tiene que tener los mismos resultados que tendría una acción dictada por la razón y el más sublime idealismo.
(...) Pero creyendo, como él cree, que lo real es lo racional, se convence a sí mismo de que el cambio que las circunstancias conspiran a imponerle tiene que ser, necesariamente, el que conduce a la meta que se desea. Cree que en todas partes la tiranía llegará de algún modo a convertirse en democracia, la cautividad en liberación individual, la concentración del poder político y económico en el gobierno de cada cual por sí mismo. En una palabra, está dispuesto a tolerar y hasta a complicarse en cualquier maldad o en cualquier imbecilidad, porque está convencido de que existe una providencia 'histórica', que hará que medios inadecuados y nocivos resulten en fines benéficos."
El Fin y los Medios, pag. 76


"Los políticos totalitarios exigen obediencia y conformidad en todas las esferas de la vida, incluso, por supuesto, la religiosa. Su propósito es utilizar la religión como instrumento de consolidación social, como una contribución a la mayor eficiencia militar del país. Por este motivo, la única clase de religión que fomentan es estrictamente antropocéntrica, excluyente y nacionalista."
Eminencia Gris: Estudio sobre Religión y Política, pag. 352


"A la larga, la ira y el odio son emociones que se derrotan a sí mismas. En lo inmediato, sin embargo, proporcionan altos dividendos en la forma de satisfacción psicológica y hasta (pues liberan grandes cantidades de adrenalina y noradrenalina) fisiológica. La gente puede tener al principio un prejuicio inicial contra los tiranos, pero, cuando los tiranos o aspirantes a tiranos le dedican una propaganda liberadora de adrenalina sobre la perfidia del enemigo -especialmente de un enemigo lo bastante débil para que pueda ser perseguido- muchos se inclinan a seguir con entusiasmo a quien así se expresa. En sus discursos, Hitler repetía insistentemente palabras como "odio", "fuerza", "implacable", "aplastamiento", "aniquilación", y acompañaba estas violentas palabras con ademanes todavía más violentos. Gritaba, daba alaridos, sus venas se hinchaban, su rostro se ponía violáceo. Una emoción violenta (como lo saben todos los actores y dramaturgos) es contagiosa en sumo grado. Envenenado por el maligno frenesí del orador, el auditorio bramaba, sollozaba y gritaba en una orgía de pasión sin inhibiciones. Y estas orgías eran tan gratas que la mayoría de quienes las habían experimentado volvían afanosamente en busca de más."
Nueva visita a un Mundo Feliz


"La finalidad de Hitler era en primer lugar mover a las masas y, luego, una vez apartadas las masas de sus fidelidades y su moral tradicionales, imponerles (con el hipnotizado consentimiento de la mayoría) un nuevo orden autoritario de propia creación personal. "
Nueva visita a un Mundo Feliz, pag. 54


"Los regímenes totalitarios justifican su existencia mediante una filosofía de monismo político, según el cual el Estado es Dios en la tierra, la unificación bajo la planta del divino Estado es la salvación, y todos los medios tendientes a tal unificación, por más perversos que intrínsecamente sean, son justos y pueden emplearse sin escrúpulos."
La Filosofía Perenne (Eso eres tu), pag. 26


Sobre la Ciencia

"La ciencia y el arte son, desgraciadamente demasiado a menudo, una manera superior de 'doparse', que tiene esta ventaja sobre el alcohol y la morfina: uno puede entregarse a ellos con la mejor conciencia y con el convencimiento de que mientras los consiente está viviendo una 'vida superior'. Esto hasta cierto punto es, naturalmente, verdad. La vida del artista y la del hombre de ciencia son vidas superiores. Desgraciadamente, cuando la vida superior es vivida de un modo irresponsable y unilateral resulta posiblemente más perniciosa para el individuo que la vida inferior del hombre sensual medio y, sin duda, en el caso del hombre de ciencia, mucho más perjudicial para la sociedad en conjunto."
El Fin y los Medios, pag. 297


"Así, un artista o un hombre de ciencia, pueden profesar una filosofía de falta general de significación y, a pesar de ello, llevar una vida profundamente satisfecha. Las razones de ello deben buscarse en el hecho de que la creación artística y la investigación científica son ocupaciones deliciosamente absorbentes, que poseen además cierta significación particular, en virtud de sus relaciones con la verdad y la belleza. No obstante, la creación artística y la investigación científica pueden emplearse, y se emplean constantemente, como expedientes para escapar de las responsabilidades de la vida. Se las ha proclamado fines absolutamente buenos en sí mismos; fines tan dignos de admiración, que aquellos que los persiguen están excusados de tener que preocuparse de ninguna otra cosa. Esto es especialmente cierto de la ciencia contemporánea. La masa de conocimientos acumulados es tan grande que le resulta ahora imposible a un individuo cualquiera, abarcar firmemente más de un pequeño campo de estudio. Mientras tanto, no se hace ninguna tentativa para formular una síntesis comprensiva de los resultados generales de la investigación científica. Nuestras universidades no tienen cátedras de síntesis. Más aún, todas las subvenciones se destinan al estudio de temas especiales (...) En nuestras instituciones de enseñanza superior se gasta casi diez veces en ciencias naturales lo que se destina a las ciencias del hombre. Todos nuestros esfuerzos se dirigen, como de costumbre, a producir procedimientos perfeccionados para fines no mejorados. Mientras tanto, la especialización intensiva tiende a reducir cada rama de las ciencias a una condición que se aproxima a la carencia de significado. Hay muchos hombres de ciencia que se sienten verdaderamente orgullosos por este estado de cosas."
El Fin y los Medios, pag. 295


"Arbitrariamente, porque le resulta cómodo, desde que los métodos de que dispone no le permiten tratar con la complejidad inmensa de la realidad, el hombre de ciencia selecciona de su experimentación total solamente aquellos elementos que pueden pesarse, medirse y numerarse, o que se prestan de cualquier otro modo a los procedimientos matemáticos. Empleando esta técnica de la simplificación y de la abstracción, el hombre de ciencia alcanzó una comprensión y una dominación asombrosa del ambiente físico. El éxito fue embriagador, y, con una falta de lógica que dadas las circunstancias resultaba indudablemente disculpable, muchos hombres de ciencia y muchos filósofos llegaron a imaginarse que esta utilísima abstracción de la realidad era la realidad misma. La realidad tal cual se experimenta tiene un contenido de intuiciones valiosas y significativas; contiene amor, belleza, éxtasis místico, insinuaciones de divinidad. La ciencia no tenía, ni tiene todavía, instrumentos intelectuales que le permitan tratar con estos aspectos de la realidad. Consecuentemente, los ignoró y concentró toda su atención sobre aquellos aspectos del mundo que podía tratar valiéndose de la aritmética, la geometría y las distintas ramas de las matemáticas superiores.
(...) Es útil a este respecto citar las palabras con que Hume termina su "Enquiry": "Si tomamos un volumen cualquiera -de metafísica escolástica o divina, por ejemplo-, permítasenos preguntar, ¿contiene algún razonamiento abstracto que se refiere a las cantidades o a los números? No. ¿Contiene algún razonamiento experimental que se refiera a hechos reales o a la existencia? No. Entreguémoslo entonces a las llamas, pues nada puede contener que no sea sofistería e ilusión." Hume menciona sólo a la metafísica escolástica y divina, pero su argumentación podría aplicarse con igual fuerza a la música, a la poesía, a la pintura, a la escultura y a toda enseñanza ética y religiosa.
(...) No estamos viviendo ahora en la deliciosa embriaguez a que indujeron los primeros éxitos de la ciencia, sino más bien en el horroroso despertar del día siguiente, en el que se puede ver que todo lo que la ciencia triunfante ha hecho hasta ahora, es perfeccionar los medios para lograr fines no mejorados, o tal vez realmente deteriorados. En el estado de aprehensiva sobriedad en que nos encontramos, podemos ver que el contenido de la literatura, del arte, de la música -y hasta cierto punto de la metafísica escolástica y de la divina-, no son sofistería e ilusión, sino simplemente esos elementos de la experiencia que los hombres de ciencia habían resuelto no tener en cuenta en sus estimaciones, por la buena razón de que no disponían de métodos intelectuales para considerarlos. En el arte, en la filosofía, en la religión, los hombres tratan -es cierto que sin mayor éxito- de explicar y describir aquellos aspectos de la realidad que no pueden medirse, y los que son puramente cualitativos. Desde los tiempos de Galileo los hombres de ciencia han admitido, algunas veces explícitamente, pero mucho más a menudo por inferencia, que carecen de competencia para tratar tales materias. La representación científica del mundo es lo que es porque en los hombres de ciencia se combinan esa incompetencia con ciertas competencias especiales. No tienen derecho para pretender que este producto de la incompetencia y de la especialización sea una representación completa de la realidad. Sin embargo, históricamente es un hecho que esa pretensión ha sido constantemente mantenida.
(...) Todo lo que debo agregar es que, en los últimos años, varios hombres de ciencia han llegado ha comprender que la representación científica del mundo es parcial, producto de sus competencias especiales en matemáticas y de su incompetencia especial para tratar sistemáticamente con los valores estéticos y morales y con las experiencias y las intuiciones religiosas de alguna importancia."
El Fin y los Medios, pag. 286


"Desgraciadamente, en estos días de especialización, son pocos los hombres de ciencia que están llamados a trabajar en más de uno de los tan reducidos campos de investigación. De aquí el que los individuos especializados tengan tendencia a aceptar como ciertas, teorías particulares que en verdad sólo resultan transitoriamente útiles. Es realmente una desgracia que sean tan pocos los hombres de ciencia a quienes se llegue a enseñar algo de lo que concierne a los fundamentos metafísicos de la ciencia."
El Fin y los Medios, pag. 277


"Si la sociedad continúa desarrollándose por los mismos cauces que sigue actualmente, la especialización, de manera ineludible, irá en aumento. Los hombres serán considerados, más cada vez, no como individuos, sino como la personificación de determinadas funciones sociales."
Música en la Noche (Sobre los atractivos de la historia y el futuro del pasado), pag. 128


"La Ciencia pura no permanece pura indefinidamente. Tarde o temprano, suele convertirse en ciencia aplicada y finalmente en tecnología. La teoría se modula en práctica industrial, el conocimiento se convierte en poder, las fórmulas y los experimentos de laboratorio tienen una metamorfosis y surgen como la bomba H."
Nueva visita a un Mundo Feliz, pag. 98


"Porque la repugnancia a aceptar ideas preconcebidas y convertir la opinión de uno mismo en tesis antes que en hipótesis de trabajo es precisamente lo que constituye la marca de calidad de un científico genuino y lo que constituye la naturaleza ética esencial de la actividad científica."
La Situación Humana (Educación Integral), pag. 18


Sobre el Conocimiento

"Lo que pensamos determina lo que somos y lo que hacemos, y, recíprocamente, lo que hacemos y lo que somos determina lo que pensamos. Las ideas falsas tienen por consecuencia malas acciones; y el hombre que se acostumbra a obrar mal, limita con ello mismo el campo de su conciencia y hasta llega a hacérsele imposible pensar determinados pensamientos. En la vida, la ética y la metafísica son interdependientes."
El Fin y los Medios, pag. 349


"La estupidez es por cierto, un producto de la voluntad. Los tontos inteligentes son los que se han negado a aplicar su inteligencia al conocimiento de ellos mismos. Hay también seres tales como los tontos sabios. El tonto sabio es aquel que se conoce y sabe dominar sus impulsos y pasiones, pero es incapaz de comprender o de tratar esos problemas impersonales más amplios que sólo pueden ser resueltos por el intelecto lógico. El tonto sabio hace menos daño que el tonto inteligente, y es personalmente capaz de lograr el esclarecimiento. (...) Un hombre con inteligencia y sabiduría, no sólo puede lograr su propio esclarecimiento, sino también puede ayudar a toda una sociedad a considerar los problemas más importantes que se relacionan con sus creencias y con sus costumbres. En las actuales circunstancias, el sistema educacional está concebido como para que produzca el mayor número posible de tontos inteligentes. (...) No se puede proceder inteligentemente respecto de aquello que se ignora. Para que uno pueda proceder inteligentemente consigo mismo, uno debe estar advertido de los verdaderos móviles que lo animan, de las fuentes secretas de su pensamiento, de sus experimentaciones y de sus acciones, de la naturaleza de sus propios sentimientos, impulsos y sensaciones, y de las circunstancias en que uno es responsable de su buen o mal comportamiento."
El Fin y los Medios, pag. 343


"Hay una inteligencia que consiste en la captación e interpretación de las cosas y de los acontecimientos del mundo exterior, y en la habilidad especial para tratarlos; y hay esa otra inteligencia, que consiste en la captación e interpretación de los fenómenos del mundo interior, y en la habilidad para tratarlos. En otras palabras, hay una inteligencia que se refiere al 'no yo' y otra que se relaciona con el 'yo'. Las personas totalmente inteligentes son inteligentes tanto en relación a su mismo ser, como en relación al mundo exterior."
El Fin y los Medios, pag. 341


"Aun en nuestras sociedades existe una proporción asombrosa de personas que aceptan sin discusión los patrones de comportamiento, los modelos de maneras de pensar, los de maneras de sentir. Gran cantidad de hombres y mujeres, muchos hasta inteligentes, sólo emplean su inteligencia en el desempeño de la ocupación que consideran tradicionalmente su deber; muy rara vez o nunca la emplean para formular un juicio con respecto al deber considerado en si mismo. De aquí el triste espectáculo que ofrecen los hombres de ciencia y los técnicos, cuando utilizan toda su capacidad para ayudar a los gobernantes de sus respectivos países en las matanzas en masa que realizan cada vez con mayor eficiencia y con más indiscriminación; y los eruditos y los literatos que prostituyen su talento con el objeto de fortalecer el prestigio nacional con mentiras aprendidas y retóricas fascinantes. Hasta en las mismas democracias se emplea generalmente la inteligencia con el sólo objeto de crear -como lo dice Thoreau- instrumentos perfeccionados para lograr fines imperfectos, fines que son determinados por los prejuicios sociales sancionados y por las pasiones más bajas. Tal es, repito, el caso general, pero afortunadamente no siempre ocurre. Donde el libre ejercicio de la inteligencia se permite, siempre hay personas que están dispuestas a emplear su ingenio para juzgar los fines que tradicionalmente se persiguen y también para inventar procedimientos efectivos para lograrlos. Es gracias a estos individuos, que la esencia misma de la idea de las transformaciones necesarias germina."
El Fin y los Medios, pag. 228


"La mente humana tiene una tendencia invencible a reducir lo diverso a lo idéntico. Lo que nos proporcionan nuestros sentidos inmediatamente es numeroso y diverso. Nuestra inteligencia, que tiene hambre y sed de explicación, trata de reducir esta diversidad a la identidad. Cualquier proposición que estipule la existencia de una identidad subyacente común a fenómenos diversos, o que persista a través del tiempo y de los cambios, nos parece intrínsecamente plausible. Cualquier doctrina que reduzca la irracional multiplicidad a la unidad comprensible y racional, nos proporciona profunda satisfacción. A este hecho psicológico fundamental se debe la existencia de las ciencias, de la filosofía y de la teología. Si no estuviéramos tratando continuamente de reducir la diversidad a la identidad, nos parecería totalmente imposible pensar. El mundo sería simplemente un caos, o series distintas de fenómenos inconsecuentes, desconectados entre sí. (...) Nunca podremos tratar eficazmente nuestros problemas humanos, mientras no sigamos el ejemplo de los naturalistas y no moderemos nuestras ansias de simplificaciones racionales, reconociendo la existencia de cierto residuo de irracionalidad, diversidad y especificidad en las cosas y en los acontecimientos."
El Fin y los Medios, pag. 18


"El modo en que empleamos la inteligencia, depende de nuestra voluntad. Cuando la voluntad no es desinteresada, el intelecto tiende a emplearse (a no ser que se trate de los campos extrahumanos de las tecnologías, las ciencias o las matemáticas puras), meramente como un instrumento para la racionalización de las pasiones y los prejuicios y la justificación de los intereses personales. "
El Fin y los Medios, pag. 9


"Una de las razones que tenemos para aceptar el universo tal y como es radica precisamente en el hecho de que nos plantea un enigma que no tiene solución. "
Música en la Noche (Sobre la Gracia), pag. 87


Sobre el Arte

"Discutir la naturaleza y la significación de la experimentación estética sería demasiado largo. Basta aquí con sugerir que las mejores obras de arte, sean literarias, plásticas o musicales, nos proporcionan algo más que un mero placer; nos informan respecto a la naturaleza del mundo."
El Fin y los Medios, pag. 306


"La pasión por las máquinas, tan característica del arte moderno, constituye una especie de retroceso a lo que acostumbro a llamar la segunda niñez. A los doce años nos volvíamos locos con las locomotoras, los barcos de vapor y las herramientas mecánicas; pero a medida que fuimos creciendo la mayoría de nosotros se percató de que el alma humana era algo realmente mucho más extraordinario e interesante que la más perfecta de las máquinas. El artista moderno parece haber vuelto para atrás, ha retrocedido a las preocupaciones de su niñez."
Música en la Noche (El nuevo romanticismo), pag. 166


"Resolver enigmas es ocupación que nos tienta a muchos. Toda poesía consiste, en mayor o menor grado, en enigmas, la repuesta a los cuales es, como en el caso de Dante, científica o metafísica. Uno de los atractivos que se desprende de la poesía es, precisamente, como el placer que se experimenta en resolver crucigramas. Este placer, para ciertas personas posee una intensidad peculiar. Para el crucigramista, el valor de la poesía se halla en relación directa a su oscuridad."
Música en la Noche (Ciencia y Poesía), pag. 53


"Vemos que las artes plásticas se despojan de todas sus cualidades literarias, reduciéndose cuadros y esculturas a sus elementos formales estrictos. Escuchamos una música de la que se ha excluido, casi por entero, la expresión de cualquier sentimiento trágico, tierno o doloroso -una música que, deliberadamente, se ha confinado a la expresión de la energía física, al lirismo de la velocidad y del movimiento mecánico-.
(...) Este proceso se justifica teóricamente por una especie de filosofía de la historia que afirma -de una manera por completo gratuita y, a mi entender, falsa- que la naturaleza humana ha cambiado radicalmente desde hace unos cuantos años y que el hombre moderno, es o debe ser, totalmente distinto de sus antecesores. Y no es tan sólo en los temas donde se manifiesta ese temor del escritor ante lo vulgar, sino que alcanza también a los propios materiales artísticos, llevándole a realizar los más laboriosos esfuerzos para destruir los instrumentos del lenguaje -perfeccionado gradualmente a lo largo del tiempo-, y conduciéndole a la más acabada y ruda ostentación de un absoluto nihilismo, como si deseara la abolición de todo arte, de toda la ciencia y de toda la sociedad para siempre. Resulta extraordinario hasta qué extremos puede conducir a sus víctimas un terror pánico. Casi todo lo que de más atrevido existe en el arte contemporáneo resulta ser así fruto del miedo ante lo evidente, en una época de inusitada vulgaridad. El espectáculo de tanta osadía inspirada por el temor es, para mí, uno de los más desalentadores."
Música en la Noche (El Arte y lo evidente), pag. 46


"La difusión de la cultura, del ocio y el bienestar económico han creado una inusitada demanda de arte popular. Como quiera que el número de buenos artistas es siempre muy limitado, tal demanda ha tenido que ser forzosamente satisfecha, en sustitución de aquellos, por los malos artistas.
(...) tales artistas actuales han rechazado no sólo el realismo exterior -por lo que, más bien, debemos quedarles agradecidos- sino también lo que pudiera llamarse el realismo interior, rehuyendo prestar aquiescencia con su arte a la mayoría de los hechos humanos auténticamente representativos. Los excesos del arte popular les han infundido un desmedido horror hacia lo evidente, incluso hacia la evidencia de lo sublime, lo bello y lo maravilloso."
Música en la Noche (El Arte y lo evidente), pag. 43


"Cuanto la música 'dice' acerca del universo lo hace en términos específicamente musicales. Cualquier intento de reproducir esas manifestaciones por medio de 'nuestras propias palabras' está condenado irremisiblemente a fracasar. No nos es posible aislar la verdad contenida en una pieza de música pues se halla fundida con su belleza y es totalmente imposible separarlas."
Música en la Noche (Música en la Noche), pag. 20


"No es tan sólo en los programas musicales y en los problemas pictóricos donde los músicos y los pintores expresan sus ideas acerca del universo. Las creaciones artísticas más puras y abstractas pueden ser, dentro de su propio y peculiar lenguaje, tan elocuentes a este respecto como las más deliberadamente tendenciosas."
Música en la Noche (Música en la Noche), pag. 17


"La pintura ilustra un hecho demasiado frecuentemente ignorado por los historiadores 'filosóficos': que el arte puede ser casi completamente ajeno a la vida y que el estudio de las obras maestras de pintura, de poesía y de música arroja muy poca luz sobre el verdadero carácter de la época en que han sido producidas. (...) Muy a menudo el trabajo hasta de los artistas más 'representativos' muestra, en el mejor de los casos, lo que a sus contemporáneos les habría gustado ser, no lo que eran."
Eminencia Gris: Estudio sobre Religión y Política, pag. 302


"En arte, la sinceridad depende del talento. Un hombre sin talento es incapaz de expresar 'honestamente' sus sentires ni sus pensamientos, porque sus pinturas embadurnadas y sus aleluyas dejan por completo de corresponder a sus procesos mentales."
Eminencia Gris: Estudio sobre Religión y Política, pag. 287


"Se piensa en Keats: 'belleza es verdad y verdad belleza'. La identidad sólo existe, ¡ay!, en algún nivel último, supraterrenal. En las esferas de la política y la teología, la belleza es perfectamente compatible con la insensatez y la tiranía. Lo que es una gran suerte, pues si la belleza fuera incompatible con la insensatez y la tiranía, habría muy poco arte en el mundo. Las obras maestras de la pintura, la escultura y la arquitectura han sido productos de la propaganda religiosa o política, se han hecho a la mayor gloria de un dios, un gobierno o un sacerdocio. Y la mayoría de los reyes y sacerdotes han sido despóticos y todas las religiones han estado plagadas de supersticiones. El genio ha sido el servidor de la tiranía y el arte ha anunciado los méritos del culto local."
Nueva visita a un Mundo Feliz, pag. 67


"El poder arrobador de muchas obras de arte puede ser atribuido a que sus creadores han pintado escenas, personas y objetos que recuerdan al espectador lo que, consciente o inconscientemente, sabe del Otro Mundo en el fondo de su mente."
Las Puertas de la Percepción, pag. 115


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Según Platón, el conocimiento es un subconjunto de lo que forma parte a la vez de la verdad y de la creencia.
Integral Philosopher Michel Bauwens "Vision"