Con el tiempo, veremos que aumentará la tendencia a ser guiados subjetivamente de una manera u otra, a medida que la humanidad se va orientando hacia lo subjetivo, percibiendo en forma más definida los reinos del ser interno y acrecentando su tendencia hacia el mundo de los significados. Por esta razón, deseo hacer un análisis relativamente cuidadoso de las posibles fuentes en donde se origina la orientación, para que las personas se den cuenta, por lo menos, que el tema es mucho más vasto y complicado de lo que creen, y que sería inteligente asegurarse del origen de la guía otorgada.Muchas organizaciones espirituales y religiosas animan a sus miembros a escuchar la guía desde nuestro interior o fuente espiritual. Esta fuente es a veces llamada Dios inmanente, Yo superior, mente superconsciente, divinidad interna, espíritu sagrado, voz del silencio o alma. Existe mucha confusión en relación con este tema, debido a que frecuentemente es difícil diferenciar entre varias fuentes de información interior que pueden contactarse. ¿Qué fuentes podríamos contactar en el intento de ser guiados desde nuestro interior?
No deben olvidar que la ciega e irrazonable sujeción a un guía (como sucede hoy) convierte al hombre, oportunamente en un autómata negativo e impresionable. Si esto prevaleciera universalmente y los métodos actuales se convirtieran en hábitos arraigados, la raza humana perdería todo derecho a su posesión más divina, el libre albedrío.
El hombre está destinado a ser árbitro inteligente de su propio destino y consciente exponente de su innata divinidad, el Dios interno.
En vista de esto no puedo dejar de repetir enfáticamente que:
1. El objetivo de la enseñanza impartida en las verdaderas escuelas esotéricas consiste en poner al hombre en contacto consciente con su alma y no con el Maestro.
2. El Maestro y la Jerarquía de Maestros trabajan únicamente en el plano del alma, como alma y con almas.
3. La respuesta consciente a la impresión y al Plan jerárquicos depende de la reacción sensible que pueda desarrollarse en forma permanente entre el alma del hombre y su cerebro, por conducto de su mente.
4. Debe recordarse los puntos siguientes:
a) Cuando el hombre llega conscientemente a darse cuenta de que es un alma, puede entonces establecer contacto con otras almas.
b) La guía a la cual frecuentemente responden la mayoría de los miembros que pertenecen a las escuelas esotéricas, no es la guía de la Jerarquía sino Su reflejo astral, por lo tanto, responden a una ilusoria y desfigurada presentación, creada por el hombre, de una gran realidad espiritual.
c) Excepcionalmente se evoca la naturaleza mental, y los procedimientos aplicados producen la negatividad y pasividad de las células cerebrales, mientras la mente permanece inactiva y a menudo aletargada. Por lo tanto, la única zona visible de la conciencia es la astral. Así quedan excluidos los mundos de los valores físicos y tangibles y análogamente el mundo mental.
Por lo tanto resultará de real valor estudiar las fuentes de donde provienen la mayoría de las seudo "guias":
1. La guía o instrucción proveniente de una persona en el plano físico hacia la cual se dirige la persona guiada en busca de ayuda, la mayoría de las veces inconscientemente. Esto constituye, en gran parte, una relación cerebral, de naturaleza eléctrica, establecida mediante contactos conscientes en el plano físico, y facilitada enormemente por el hecho de que el neófito sabe perfectamente lo que su instructor diría en cualquier circunstancia dada.
2. La actitud introvertida de la persona neófita o mística hace surgir a la superficie toda su "vida de deseos" subconsciente, lo cual, debido a su inclinación mística, y probablemente a que aspira a lograr la beatitud y la vida del espíritu, adopta ciertas tendencias de adolescente hacia la actividad religiosa y sus prácticas. Sin embargo, las interpreta como una guía definitivamente externa, y se las explica a sí misma en tal forma que se convierten para ella en la Voz de Dios.
3. La recuperación de antiguas aspiraciones y tendencias espirituales que llegan de una vida o vidas anteriores, lo cual está profundamente oculto en su propia naturaleza, pero que se pueden hacer salir a la superficie mediante el estímulo grupal. El individuo recuerda así, en esta vida, deseos y aptitudes espirituales que hasta entonces no habían aparecido. Cree que son totalmente nuevos y fenoménicos, y los considera como mandatos divinos provenientes de Dios. Sin embargo, siempre han existido (aunque latentes) en la propia naturaleza, y son el resultado de una antigua tendencia a la orientación hacia la divinidad, inherente en todos los miembros de la familia humana. Es el hijo pródigo que, dialogando consigo mismo, exclama: "me levantaré e iré", pasaje que Cristo aclara plena y bellamente en dicha parábola.
4. La guía registrada puede ser, simplemente, sensibilidad a las voces, mandatos y buenas intenciones de gente benévola que está en camino de reencarnar. El actual dilema espiritual de la raza es causa del rápido retorno a la vida del plano físico de muchas almas evolucionadas. Mientras se ciernen sobre la zona limítrofe de la vida externa, esperando el momento de renacer, los seres humanos en encarnación frecuentemente establecen inconsciente y subjetivamente contacto con ellas, especialmente durante la noche, cuando la conciencia está fuera del cuerpo físico. Lo que dicen y enseñan (con frecuencia bueno, por lo general mediocre, y a veces bastante ignorante), es recordado en los momentos que despierta la conciencia, y el neófito lo interpreta como la voz de Dios que lo va guiando.
5. Las guías pueden ser también de naturaleza emocional o astral, resultado de los contactos logrados en el plano astral por el aspirante firme en su aspiración, pero débil en su polarización mental. Abarcan tantas expresiones que no puedo extenderme sobre ellas. Están coloreadas por el espejismo; un sinnúmero de líderes, conductores y organizaciones, todos bien intencionados, extraen su inspiración de estas fuentes. Pero, no contienen una guía divina verdadera ni duradera. Pueden ser inofensivas, afables, bondadosas y bien intencionadas; pueden nutrir la naturaleza emocional, desarrollar la histeria o la aspiración; pueden despertar la ambición de la víctima y conducirla por los desvíos de la ilusión; pero no constituyen la voz de Dios ni la de miembro alguno de la Jerarquía, y son tan divinas como pudiera serlo la voz de cualquier instructor común en el plano físico.
6. La guía que se ha captado puede ser también el resultado de la sintonización telepática del sujeto con la mente o mentes de otras personas. Esto sucede frecuentemente cuando se trata de personas inteligentes y que están mentalmente enfocadas. Constituye una especie de telepatía directa, pero inconsciente. Por lo tanto, la guía proviene de otras mentes, o de las mentes enfocadas de un grupo de trabajadores con los cuales la persona puede tener afinidad a sabiendas o no. Las guías que así se imparten podrán tenerse en forma consciente o inconsciente, y ser de calidad buena, mala o neutra.
7. Los mundos mental y astral están llenos de formas mentales con las cuales es posible hacer contacto e interpretarlas como guías. Los Guías de la raza humana pueden emplear dichas formas mentales para ayudar y guiar a la humanidad. También pueden ser utilizadas por fuerzas y entidades indeseables. Por lo tanto, dichas formas mentales tienen su utilidad, pero cuando una persona las interpreta como guías divinas, que constituyen una orientación infalible (la cual evoca y exige una aceptación ciega e indiscutible), se convierten en una amenaza para el libre albedrío del alma y no tienen valor alguno.
8. En consecuencia, la guía es de muchos tipos y puede provenir de personas encarnadas o no, y clasificarse desde lo excelente a lo pésimo. Estas incluyen la ayuda ofrecida por los verdaderos iniciados y adeptos, a través de sus discípulos y aspirantes activos, y las actividades mentales y astrales que desarrollan las personas inteligentes comunes, incluso las egoístas y emocionalmente orientadas. Debe recordarse que el verdadero iniciado o discípulo nunca trata de controlar a una persona ni le indicará, como si impartiera órdenes, la acción que debería emprender. Innumerables personas sintonizan la enseñanza que las mentes entrenadas transmiten a los discípulos, o captan telepáticamente las poderosas formas mentales creadas por los pensadores del mundo o los miembros de la Jerarquía. De allí que haya tantas interpretaciones erróneas y tantos seudo guías. A veces, los seres humanos se apropian de lo que está destinado a un grupo, o de la sugerencia dada por un Maestro a Su discípulo.
9. También dichas guías provienen de la propia y poderosa personalidad integrada del ser humano, que a menudo no la reconoce por lo que es. La ambición, el deseo o los propósitos vanidosos de la personalidad podrán descender del cuerpo mental y plasmarse en el cerebro y, sin embargo, el individuo, en su conciencia cerebral, creerá que le llega desde una fuente externa foránea. Sin embargo, éste ha respondido todo el tiempo a los mandatos e impulsos de su propia personalidad. Esta situación le ocurre frecuentemente a tres tipos de personas:
a. Aquellas cuyo ego o
personalidad pertenecen al sexto rayo.
b. Las que están abiertas a los espejismos del plano astral, debido a la sobreestimulación del plexo solar.
c. Las que son susceptibles, por una u otra razón, a la energía pisciana menguante.
10. Como es sabido, la guía puede provenir de la propia alma del individuo, cuando por la práctica de la meditación, la disciplina y el servicio, ha establecido contacto con ella y existe, por consiguiente, un canal directo de comunicación entre el alma y el cerebro, a través de la mente. Cuando dicha comunicación es clara y directa, constituye la verdadera guía divina proveniente de la divinidad interna. Sin embargo, si la mente no se ha desarrollado, ni existe pureza de carácter y la persona no está totalmente libre del control de la personalidad, la comunicación podrá ser distorsionada y mal interpretada. La mente debe aplicar debidamente la verdad o la guía impartida. Cuando se capta correcta y verdaderamente la voz interna divina, sólo entonces la guía es infalible y la voz del Dios interno habla con claridad a Su instrumento, el individuo, en el plano físico.
11. Cuando esta última forma de guía se haya establecido, estabilizado, fomentado, desarrollado y comprendido, será posible lograr otros tipos de guías espirituales. Para ello, se debe pasar a través de la norma de valores que constituyen el alma misma y someterse. La percepción del alma es parte de la percepción total. El reconocimiento de la percepción del alma acontece en forma gradual y progresiva en lo que respecta al ser humano en el plano físico. Es necesario despertar paulatinamente las células cerebrales y desarrollar una respuesta interpretativa correcta. Por ejemplo, cuando la persona es consciente del Plan de Dios, creerá que un Maestro o un miembro de la Jerarquía le imparte informaciones sobre dicho Plan, y podrá también pensar que el conocimiento le llega por medio del contacto inmediato establecido con una forma mental del Plan. Al obtener e interpretar correctamente este conocimiento, forzosa y sencillamente reconoce aquello que su alma inevitablemente sabe, porque su alma es un aspecto del alma universal y parte integrante de la Jerarquía planetaria.
Fuentes:
Alice A. Baileys
Extractos de "Psicología Esotérica"
Tomo II del Tratado sobre los Siete Rayos