martes, 16 de octubre de 2007

Un acercamiento a las conexiones filosóficas entre Heráclito y el Taoísmo.

En este investigación se reflexiona sobre las similitudes que parecen existir entre el pensamiento filosófico griego y el oriental, En muchas ocasiones se percibe que el hombre está inmerso en una continua búsqueda por conocer sus esencia como prolongación de Universo o Cosmos. Aunque dentro de esta búsqueda los caminos a veces difieren, pareciera que las respuestas convergen hacia una única verdad tal vez con más frecuencia de lo esperado, como es el caso del pensamiento de Heráclito y los principios filosóficos del Taoísmo.

Introducción

Uno de los casos más significativos de paralelismo del pensamiento filosófico entre culturas aparentemente diferentes lo representan Heráclito de Efeso, el filósofo presocrático mal llamado el Oscuro, cuyo pensamiento y doctrina coincide con el pensamiento chino Taoísta de Lao Tse. Dos mundos distintos. Grecia y China, dos culturas lejanas e inconexas hasta lo que se conoce, un mismo tiempo, diferentes espacios.
Heráclito desarrolló toda una serie de selecciones referentes al Logos como principio fundamental, innombrable, que se oculta a los sentidos pero está siempre presente, razón del Ser y del Universo, cemento que da cohesión a las partes opuestas para dar lugar a la unidad. Mientras, Lao Tse desarrolló la idea del Tao como el principio de la unidad, como aquello que está más allá del ente y la esencia, fundamento sin fundamento y razón creadora, substancia única del Todo.
Como se podrá apreciar, dos hombres culturalmente distintos que en un mismo tiempo coincidieron en sus planteamientos sobre qué es aquello que estando allí semi-escondido, se deja ver al interior del Ser para dilucidar la esencia del mismo Ser y el Universo. Cómo mediante la idea de cambio permanente, lucha entre los opuestos (ying-yang, ser y no-ser) como polaridades de una misma realidad, fuego como alegoría al cambio y fuente de vida conciben la Unidad del Ser y del Cosmo en cuyo substrato y esencia está el Logos o el Tao.
Lo que ha continuación se presenta, es una pequeña reflexión apoyada por algunas investigaciones en la materia sobre estos paralelismos entre los pensamientos de Heráclito y los Taoístas. Es una aproximación o ejercicio tendiente a involucrarnos e invitarnos a profundizar en las conciencias del pensamiento Oriental y el Griego y, a plantear contrastes de aquellas con el pensamiento Occidental Moderno a la luz de las teorías físicas modernas como lo deja ver claramente Capra.

Algunos comentarios sobre el Tao

De acuerdo con Cappelletti, el Taoísmo constituye junto al Budismo y al Confucionismo una de las tres principales corrientes del pensamiento y de la religiosidad en China. El Taoísmo es de origen autóctono y sus raíces se hunde en la protrohistoria del país. El mismo debe comprenderse como un naturalismo en el sentido que el hombre y la divinidad son concebidos a imagen de la Naturaleza. A su vez, el Taoísmo es mítico porque pretende reconducir al hombre y a todos lo seres hacia la identificación con su Principio (Tao), es decir que indica una Senda hacia la Unidad.
Capra refiere que el Taoísmo se interesa en la sabiduría intuitiva más que en le conocimiento racional, siendo básicamente una vía deliberación de este mundo; lo cual dentro del contexto de la cultura China significaba un liberación de las estrictas reglas convencionales. El razonamiento lógico era considerado por los taoístas como parte del mundo artificial del hombre, por tanto su atención estaba dirigida a la observación de la naturaleza conjuntamente con una fuerte intuición mítica llevó a los sabios taoístas a profundas penetraciones confirmadas ahora por las modernas teorías científicas. Una de estas penetraciones es la percepción de que la transformación y el cambio son los rasgos esenciales de la naturaleza. Según Chuang-tzu:

En la transformación y crecimiento de todas las cosas,
cada brote y característica tiene su propia forma.
En esto tenemos su gradual maduración y
Decadencia, el constante flujo de la transformación
y el cambio.

Los taoístas ven los cambios en la naturaleza como manifestaciones de la interrelación dinámica entre los opuestos polares ying-yang y , de esa manera llegan a creen que cualquier par de opuestos constituyen una relación polar en la cual cada uno de los dos polos está dinámicamente unido al otro. Partiendo del concepto que los movimientos del Tao son un continua interacción entre opuestos, los taoístas dedujeron dos reglas básicas de conducta humana:
1) Siempre que deseéis lograr algo debéis comenzar con su opuesto.
2) Siempre que deseéis retener algo deberéis admitir en ellos algo de su opuesto.

Dentro del concepto taoísta de cambio, el mismo no se considera ocurrido como consecuencia de alguna fuerza sino como una tendencia que es innata en todas las cosas y situaciones. Los movimientos de Tao no están forzados por él sino que ocurren natural y espontáneamente, tal espontaneidad es el principio de la acción del Tao.
El documento más antiguo del taoísmo o por lo menos la principal fuente de información sobre su contenido doctrinario es el Tao-teh king. La noción de Tao sobre la cual gira este documento y toda la metafísica taoísta es, en principio, indefinible:

El Tao de quien puede hablarse
No es el Tao absoluto.

Ello equivaldría a decir que el Tao no representa en realidad un ente o un esencia determinada sino algo que está más allá del ente y de la esencia.
De acuerdo al Lao Zi, el término Tao en su origen significa “camino”.
En la Antigua China, todas las escuelas de pensamiento utilizaron el concepto Tao aunque con contenido ideológico distinto. Para la Escuela Legista, el Tao es el proceso mismo de transformación de la Naturaleza, la razón inherente a todos los seres, la síntesis suprema de todos los contrarios que se resume en la contradicción raíz del Ying-Yang; siendo esta la interpretación del Tao que se aproxima al pensar taoísta.
El concepto de Tao es difícil de descifrar:

El Tao está oculto, ningún nombre le puede designar.

Lo que se expresa con palabras no es el Tao...El que responde cuando le preguntan
acerca del Tao, no conoce el Tao.

Se lo mira y no se le ve, su nombre es lo invisible
Se lo escucha y no se le oye, su nombre es lo inaudible.
Se lo palpa y no se lo siente, su nombre es lo impalpable..
Lo que pueden expresar las palabras, lo que puede alcanzar
el entendimiento, son cosas y nada más.
El dao es inalcanzable.

Según el Lao zi, cuando se penetra en el mundo taoísta se descubre que lo que impide alcanzar el Tao son los sentidos y la inteligencia, es decir las facultades discriminadas que separan y rompen la unidad fundamental de todos los seres.
El esto y el aquello, verdad y error, el ser y no ser, son todas las categorías ilusorias que hacen imposible la intuición del Tao. Totalidad en que se hace uno cuanto es y no es. Existen una serie de discusiones respecto a sí la naturaleza del Tao es material o espiritual, pero desde la óptica taoística el Tao no es material ni espiritual porque la materialidad y espiritualidad son dos aspectos de una misma realidad que las engloba y en la que se identifica. Igualmente, no se puede interpretar al Tao como Ser Absoluto contrapuesto a no-ser ya que uno y otro quedan superados y anulados o subsumidos en un Todo que no es nada o una Nada que lo es todo, el Tao.
Partiendo de lo anterior se puede entender la inalcanzabilidad del tao, cómo este escapa a los sentidos y entendimiento porque ellos se mueven en los límites de la dualidad sujeto-objeto, su razón de ser se encuentra en la dicotomía radical que separa y enfrenta al Yo con el No Yo cuando en realidad Yo y No Yo, sujeto y objeto, son una y la misma cosa.
Según Preciado, la idea de Tao queda incompleta sino se aclara la relación entre Tao y "Te". El Tao es universal mientras que el "Te" (Virtud) es la particularización del Tao en cada uno de los seres concretos. El Tao es el Todo y la virtud (Te) es la parte, en el sentido que todos los seres participan del Tao. Así la virtud es la naturaleza particular que constituye al ser y no puede existir como algo independiente de las cosas concretas. El Tao universal es el conjunto indiferenciado de todas las virtudes.
De acuerdo con Cappelletti, el Te está integrada por tres signos: “ir”, “derecho o recto”y, un tercero que quiere decir “corazón”. Según esta etimología Te querría decir “el camino que surge desde dentro”, es decir el modo de obrar de cada naturaleza. Es la cosmovisión prefilosófica y en el lenguaje de los adivinos equivalía a un poder o “virtud” inherente a ciertas cosas o personas.
Por otra parte, e wu wei (no actuar) al que se refiere el Lao Tse no es un concepto puramente negativo ni de pasividad absoluta al igual que la nada, no –ser (wu) que no es la nada radical. El wu wei se dice del Tao en cuanto que éste engendra a los seres sin intención preconcebida, sin fin último. Así el wu wei sería una negación de toda interpretación teleológica del devenir universal, como el Tao carece de intencionalidad y voluntad, nada busca, nada pretende, por nada lucha.
Cappelleti, en este sentido señala que esta idea de “obrar sin obrar” (wei wu wei) constituye el corazón del taoísmo y en torno a ella se estructura toda su filosofía de la vida. El porque origina las cosas e ideas, pero no hace porque tales cosas e ideas no son en realidad algo diferente de él. Se trata de esta forma de un motor inmóvil pero en un sentido diferente al Aristotélico, que lo identifica con el acto puro, pues no es sólo causa final sino también eficiente, material y formal del Todo.
Obrar sin obrar significa que el Tao no se propone en su acción ninguna finalidad externa o ajena a sí mismo. Su obrar no responde a otro motivo más que a la expresión o exteriorización de su propia virtud (Te). El Tao sin plan ni meta, sin propósito ni artificio, sin autoconciencia ni esfuerzo hace todas las cosas y, aunque no quiere hacer nada, “nada deja de hacerse” (wei wu wei). Se puede decir que el Tao no se mueve por un fin externo sino por un impulso interior y, en tal sentido, se asemeja más a los fuertes pero callados movimientos de la vida vegetal que al obrar autoconsciente de la vida humana.

Cada ente que surge del Tao tiene su propio Te, su virtus o potencia, de esta forma existe un Tao del hombre consistente en obrar de acuerdo a las exigencias inmanentes a su esencia, es decir que según su propio virtus o Te.
Preciado señala que el autor o autores del "Tao Te Ching" observan la naturaleza fijando su atención en los cambios y transformaciones que se suceden en todos los niveles y campos del universo material. También aprecian la sociedad mediante la observación de los cambios históricos y políticos en las relaciones humanas en general, en la sucesión y entrelazamiento de victorias y derrotas, prosperidad y decadencia, desgracias y felicidad que se condicionan mutuamente y se transforman unas en otras.
Por su parte, Capelletti indica que al usar la terminología aristotélica (sin comprometerse con su metafísica) se puede decir que el Tao es causa formal y eficiente interna de Todo. Así mismo, como el Tao es anterior a todos los elementos y éstos provienen de él aparece como aquello de lo cual o con lo cual todas las cosas se hacen como la única substancia del Todo, es decir que sería causa material del Cosmo. Pero también es causa final del Universo porque el Camino del Todo es un camino de reversión y todo lo que del Tao sale al Tao retorna.
El Tao es inmanente al mundo porque no existe aparte y es trascendente a él porque es anterior a cada uno de los entes e inclusive al ser y no ser, por eso que carezca de esencia y definición. El carecer de esencia está despojado de toda determinación y, por consiguiente, aparece como algo informe, elusivo, incomprensible (aunque está incomprensibilidad, queda aclarada en el Tao Te Ching):
Mirado, pero no visto
esto se llama lo Invisible
escuchado, pro no oído
esto se llama lo Inaudible
cogido, pero no tocado
esto se llama lo Intangible
estos tres eluden nuestras investigaciones
y así se mezclan y se transforman en el Universo.

No obstante, según Cappelletti el Tao carece de nombre, esencia y definición y, cuando se le intenta definir se parece más a la Nada que al Ser si se le considera en su relación con el Universo, es decir como Principio del mismo puede asignársele un nombre y definición. El efecto resulta punto de partida para el conocimiento de la causa. Del Tao salen las cosas o todas las cosas son hechas de él, es sustancia universal principio de movimiento y de vida. Presta la materia y confiere la forma, el mismo es forma de las cosas aunque es informe en sí engendrando un orden cósmico que puede llegar a conocerse:

De tao nace uno;
de uno, dos,
de dos, tres,
de tres, se crea el Universo.

Para Cappelletti este orden es un orden lógico y cosmológico simultáneamente, se trata de la génesis de las ideas y de los números, por una parte; de la génesis de los elementos y de las cosas por otra.
Según el Lao Tse:

El Tao engendra al uno, el uno engendra al dos,
el dos engendra al tres, el tres engendra a los diez mil seres.

Aquí se interpreta que el uno puede entenderse como el soplo de la vida o pneuma original (yuan qui), es decir la materia primordial, de modo que en la mente del autor del Lao zi la materia nace del Tao y, a su vez, es el origen del universo. Por lo tanto, el Tao es anterior y distinto de la materia, sería una realidad de naturaleza espiritual.
De Tao nace el Uno, el Tao, con nombre, el Ser. Este Uno se escinde en dos contrarios: Ying-Yang por lo cual de Uno nace Dos. Estos dos contrarios están unidos por la virtud (Te) del Principio absoluto (Tao) y dan lugar al ente concreto que es siempre un síntesis de contrarios. Ahora, la realidad que del Tao surge no es estática sino dinámica y transeúnte, los opuestos se acercan, se unen y transforman los unos en los otros, de allí que se diga:

La reversión es la acción del Tao.

Entonces, se puede afirmar que el Camino es uno circular porque el Ser se transforma en No Ser y viceversa. Lo difícil en fácil y lo fácil en difícil, lo largo en corto y lo corto en largo y, así sucesivamente. La Unidad se produce por la transmutación mutua de los opuestos, as así la armonía del Tao y la verdadera Unidad que es abrazada por el Sabio.

Acerca de Heráclito de Efeso y su Doctrina Filosófica.

Resulta interesante al tiempo que se adentra en las reflexiones que quiso aportar Heráclito al hombre, comparar su similitud con los aspectos antes señalados del Taoísmo, a lo cual se retornará al final.
De acuerdo con Morey, Heráclito se separa de la tradición física. El tema central de su filosofía no es ya Phycis sino el pensamiento del hombre. Es el primero en plantear el tema del lenguaje, junto con el cual vendrá el concepto de logos.
Los fragmentos de Heráclito son complejos de ordenar debido a su estilo expresivo, además que aparentemente los diversos fragmentos se contradicen y sus temas de pensamiento remiten uno a otros sin hallar un elemento central del cual dependan los demás, sirviendo de principio sistematizador. No obstante, esta circularidad en sus escritos concuerda con su estilo escrito y sus enunciados.

Uno de los temas fundamentales tratados por Heráclito es el del "Logos", el cual engloba al hombre en la medida que pertenece al alma, a la vez que gobierna el Universo.
Es quizá algo distinto a una verdad compresible porque es la verdad que nos comprende a todos. Logos no es lo que se nombra, sino aquello por lo cual se nombra, es a la vez lo que está en el corazón mismo del hombre y lo que permanece profundamente oculto a él, pues nuestras raíces parten de lo que somos para hundirse en lo que no.
De acuerdo con Marchovich(1968), aunque el Logos es accesible al conocimiento humano no se halla en la superficie misma de las cosas sino que, suele esconderse dentro
de cada cosa particular:
La verdadera constitución de cada cosa suele esconderse o
si uno espera lo inesperado, no lo entrará: de tan difícil escudriño y acceso es.
El Señor cuyo es el oráculo de Delfos ni revela ni encubre sino que da señas.
El Logos no es el lenguaje que hablamos ni la razón universal elaborando un sistema de fenómenos naturales, ni ley social o ética. Es el verbo del cual el nuestro es eco, pero un eco en el cual se funde la voz del que pretende averiguar lo que delimita el lenguaje y que renace de todas las palabras: lo inexplicable, para lo cual nace toda expresión. El Logos es el significado en busca del cual permanecemos pero del que somos portadores sin haber sido sus creadores (Brun, 1976).
El Logos es una transcendencia y a la vez inmanente a nosotros. Al igual que Eros, el Logos es un intermediario entre el hombre y los dioses, entre lo mortal e inmortal, entre tiempo y eternidad. Está a mitad del camino entre el saber y la ignorancia en la medida en que los hombres les manejan pero, es sabiduría y eternidad en la medida en que es él quien se dirige a los hombres. El Logos es aquello que invoca al hombre y lo que en él provoca la sorpresa que le abre a aquello de donde procede, porque todas las leyes humanas se alimentan de una sola ley divina (Brun, 1976).
Heráclito planteó la unidad de todas las cosas, es decir el reconocer la unidad secreta de todas las cosas bajo la diversidad aparente se propone frecuentemente como un signo de sabiduría superior a la que el filósofo aspira (Morey; 1981):
Sólo quienes están despiertos pueden acceder a ella.
Si habéis oído no a mí sino al Logos, es prudente (menester) convenir en que todas las
cosas son uno (Marcovich, Frag.26).
La unidad de todas las cosas, según Morey (1981), aparece como la enseñanza más profunda de Heráclito, el último grado de sabiduría en el sentido iniciático del término conexo al tema de la guerra y del cambio, este último como una característica del ente.
El camino rectilíneo (de traslación) y el curvo (de rotación) del rodillo del batanero es
uno el mismo. (Marcovich, Frag.25).
El camino hacia arriba y el hacia abajo es uno y el mismo (Marchovich, Frag.33).
Conexiones:
Cosas enteras y las no-enteras (partes?),

Lo convergente y lo divergente,
Lo unísono y lo desentonado, (etc).
(Asimismo) de cada cosa (es posible formar una) unidad,
y de (esta) unidad todas las cosas (consisten) (Marcovich, Frag.25).
Según Brun (1987), para Heráclito aunque se debe intentar alcanzar la armonía de los contrarios no por ello el conflicto y la discordia dejan de presidir en la vida del Universo. La lucha es madre de todas las cosas, es universal. Si el combate está en el centro de todo es porque todo nace de la lucha debido a que no hay oposición fundamental entre el uno y lo múltiple, entre presencia y ausencia, entre unidad y diversidad. La lucha es el estatuto de lo cual lo múltiple abandona el uno para encaminarse hacia una creciente diversidad y, hay una lucha por la cual lo múltiple intenta redescubrir cuál es su contrario del que procede.
Decir que la armonía visible esconde una lucha escondida es tan verdadero como sostener que la guerra aparente implica una invisible armonía.
Así, la guerra entendida como un enfrentamiento continuo de fuerzas contrarias (simultáneas y sucesivas) de donde surge la armonía. Esta como equilibrio que constituye lo real ante nuestros ojos es efecto de las tendencias opuestas que luchan se neutralizan entre sí (Morey, 1981).
Conviene saber que la guerra es común y que la justicia es discordia y que todas las cosas
sobrevienen por la discordia y la necesidad (Frag. 80).
Por otra parte, el pensamiento de Heráclito no tiene conexión alguna con una ontología estática porque la suya es una filosofía del devenir que no cesa de afirmar que todo pasa.
Heráclito insiste en que el devenir se lo lleva todo, hasta el punto que es imposible tocar dos veces una sustancia perecedera porque el cambio hace que se descomponga y se reponga sin cesar (Brun, Frag. 91). Así pues, en el mismo instante todas las cosas cambian, tragadas por el pasado y viviendo el efímero instante todas las cosas cambian, tragadas por el pasado y viviendo el efímero instante de un presente que muere al tocar el mañana.
Esta visión de un devenir que todo se lo lleva y que hace que todo pase y nada permanezca se inscribe naturalmente en lo dice Heráclito de la lucha de los contrarios. De esta lucha en el transcurso de la cual lo que es desaparece en el no-ser, mientras que lo que era llega por su parte al ser. A diferencia del eleatismo, la filosofía de Heráclito no busca disociar al Ser del No-Ser puesto que en la lucha de éstos se enfrentan para engendrar la armonía en el seno de la cual se reconcilian. El devenir heracliteano está encerrado en un círculo, es cíclico y en absoluto histórico, por ello lucha de los contrarios no impide hablar del uno y de la sabiduría única. En Heráclito se plantea el devenir en el ser (Brun, 1976).
A los que están entrando en los mismos ríos otras y otras aguassobrefluyen. (marcovich, Frag.40).

Como (una) y misma cosa existen en nosotros:
Lo viviente y lo muerto,
Lo despierto y lo durmiente,
Lo joven y lo viejo:
Porque estas últimas cosas, al tornarse, resultan aquellas primeras,
Y aquellas, al tornarse, éstas (Marcovich, Frag. 41).
Otro aspecto resaltante en los fragmentos de Heráclito es el tema del fuego, que no tiene que ver con los principios físicos. Según Brun (1976), existen una estrecha relación entre el logos, la armonía, la lucha, el fuego y la sabiduría. Ello son nociones que llevan implícitas una misma intuición central. El fuego heracliteano es la sustancialización del logos que ilumina, del combate que devora, de la armonía que purifica, del Dios que gobierna y de la sabiduría que da luz.
En Heráclito, el fuego es la imagen móvil del logos y del uno. El devenir del mundo es en última instancia aquello por lo que se consume, pero al hacerlo así arroja los resplandores de la luz y si “en el fuego se replantea el cambio” es porque el devenir es aquello por lo que las transformaciones del Todo intentan alcanzar una plenitud que se les escapa. La vieja idea que se encuentra en el centro de esta visión es la del eterno retorno.

Filosofías semejantes, espacios distantes: Heráclito y el Tao
Siguiendo los comentarios de Capar (1991), es asombroso que mientras Lao Tzu y sus seguidores desarrollaban su visión del mundo, los rasgos esenciales de a visión taoísta se impartieran en Grecia por Heráclito de Efeso. Éste compartió con Lao Tzu el énfasis en el cambio continuo expresado en su famoso aserto todo fluye, así como el concepto de que todos los cambios cíclicos. Heráclito comparó el orden del mundo con un fuego siempre vivo, encendiéndose en medidas y extinguiéndose en medidas, una imagen muy similar a la idea china del Tao manifestándose en la interacción cíclica del ying-yang.
Este concepto de cambio como interacción dinámica de opuesto condujo a Heráclito como a La Tzu a descubrir que todos los opuestos son polares y por lo tanto unidos.
El camino hacia arriba y abajo es uno y el mismo y Dios es día y noche, invierno-
verano, guerra-paz, saciedad-hambre, dijo Heráclito. Las palabras de Heráclito las
cosas frías se calientan por sí solas, las calientes se enfrían, lo húmedo se seca, lo seco
se hace húmedo, recuerda las palabras de Lao Tzu, lo fácil origina lo difícil..., la
resonancia armoniza el sonido, el después sigue al antes.
Como Capra (1992) que a Heráclito se le menciona a veces en relación con la física moderan pero casi nunca con el taoísmo. No obstante, es allí donde demuestra que su concepto del mundo era el de un mítico.
Por otra parte, Cappelletti (1976) señala que el Tao al ser fundamento, el sentido del Ser y del No-ser, se lo compara con el Logos de Heráclito. Al igual que el Logos, el Tao existe desde siempre y constituye el principio del cambio y lo que detrás del cambio permanece. El Logos y el Tao poseen una doble dimensión objetiva y subjetiva: en la primera aparecen como absolutamente universales extendiéndose a todas las cosas y seres sin excepción, en la segunda como accesible a todos.
El Tao produce los opuestos originando a su vez todas las cosas, aparece como algo anterior a ellos y se sitúa más allá de la misma oposición porque la origina. Lo mimo puede decirse del Logos Heraclítico:
Los opuestos se unen por obra del Tao
La reversión es la acción del Tao (Tao –teh king)
El frío se calienta, lo caliente se engría, lo húmedo se seca, lo seco se humedece.
El término To significa a la vez el principio y doctrina al igual que el Logos para Heráclito. Dada la naturaleza cíclica de la acción de Tao: el llegar lejos significa volver al punto original, expresado por Heráclito como el camino hacia arriba y hacia abajo es uno y el mismo.
Así mimo el Tao-teh king parecera esbozar una cosmogonía al decir
De Tao nace uno;
de uno, dos;
de dos, tres;
de tres, se crea el Universo.
Mientras que para Heráclito el Logos se identifica con el fuero, su fragmento pareciera indicar lo mismo que en el anterior.
Transmutaciones del Fuego: primero, mar; del mar, la mitad tierra; la mitad, aire
huracanado.
(De todos éstos, como de sus elementos surge el Universo).
En relación con la transmutación de los opuestos, el Tao-teh king niega la diferencia absoluta entre el bien y el mal, al decir: Entre el “bien” y el “mal”, ¿Cuánta es la diferencia?; por su parte Heráclito afirma: El bien y el mal son una sola cosa.
Igualmente, en relación con el wei wu wei, dice el Tao-teh king: Tao nunca hace, pero todo es hecho por él y, Heráclito refiriéndose al Fuego-Logos se asemeja: Transformándose, descansa.

Reflexiones finales
Existe un paralelismo entre la filosofía de Heráclito y del Taoísmo en los planteamientos del Logos y Tao como principios generadores del Universo y del Ser.
Ambos términos se refieren al substrato común que sirve a todas las cosas, a aquello que origina y está antes del origen y que permanece siempre dentro del cambio cíclico de los opuestos.

El dinamismo, la armonía y el devenir como características del ente en el pensamiento de Heráclito están presentes también en el pensamiento Taoísta a través de la unidad de los opuestos, pudiéndose decir que los extremos se tocan porque son parte del uno mismo.
La idea de la unidad a través del continuo fluir de las cosas, del combate que lleva a la armonía como expresión de aspectos antagónicos que, sin embargo, conllevan al camino de la serenidad, del fuego como expresión del continuo cambio universal y del ser, del transcurso cíclico de la vida expresado mediante el ying-yang. Son ideas que parten tanto en Heráclito como en Lao Tzu (Lao zi) y sus seguidores de la reflexión sobre el Ser como tal, es decir que todos estos aspectos son las vivencias que experimenta el hombre internamente como una expresión del Cosmos.
El hombre que cuando se mira interiormente se descubre lleno de contradicciones, de cambios continuos en su Ser y de luchas internas que lo constituyen en una unidad armónica. Esas deben haber sido las primeras reflexiones que llevaron a Heráclito y Lao Tzu a dilucidar sobre el ente y también los llevaron a buscar aquello que está más allá, que todo lo constituye, que es permanente e innombrable: el Tao y el Logos.
Cuando se habla de la Oscuridad de Heráclito, en realidad se estaría hablando de la oscuridad del hombre por descifrar lo aparentemente incomprensible por cuanto:
No saben ni oír ni decir (Brun, Frag. 8). La mayoría de los hombres no reflexionan sobre
lo que se les presenta e, incluso una vez instruidos, no comprenden. Viven de la
apariencia (Brun, Frag. 10). No comprenden después de haber oído y se parecen a los
sordos. A ellos se aplica el proverbio: “Presentes, están ausentes” (Brun, Frag.9).
La igualdad entre las propuestas de Logos y Tao así como de la Unidad del Ente, sus principios y características propuestas tanto por Heráclito, a través de sus fragmentos, como en la filosofía china del Taoísmo se aprecian en las investigaciones y comentarios, de Cappelletti (1968) y Capra (1992). Así mimo, la comparación entre los fragmentos que se presentan del Lao zi y Heráclito referentes a la esencia del Logos y Tao, permiten apreciar el paralelismo entre estas filosofías:
(i)
De esta Verdad (Logoso), por muy real que sea,
siempre faltos de comprensión muestránse los hombres,
tanto antes de haberla oído como una vez que la han oído.
(ii)
Porque aun cuando todas las cosas acaecen de conformidad con esta Verdad,
comparándose ellos cual si fueran ignorantes cada vez que se ensayen
ya sea en el hablar, ya en el obrar;
(iii)
Mientras que yo, por mi parte, explico tales palabras y cosas descomponiendo
cada cual según su verdadera constitución, y luego mostrando cómo es.
(iv)
En cuanto a los demás hombres,
Tan poco se dan cuenta de cuanto están haciendo despiertos
Como olvidan cuanto hacen de dormidos. (Marcovich, Frag.1).
Aquí se puede percibir, a nuestro parecer, que Heráclito quiere dejar sentado que el Logos es complejo, no material, enexpresable con palabras aunque el que lo posee capte que está presente en todo, en este mundo y en otro. Para quienes no le experimentan o viven es incomprensible aunque hallan oído hablar de él.
El Logos está allí, claro, en todo, pero pasa inadvertido porque el hombre suele ver lo superficial y sus sentidos están dormidos oyendo sólo un eco distante, viendo una tenue luz; por ello tal vez que el logos se ocualta.
En el Lao Zi lo expresa al plantear:
...El cuerpo del dao, es nebuloso y confuso.
¡Confuso y nebuloso, en él están contenidas las formas!
¡Nebuloso y confuso, en él las cosas están contenidas!
¡Profundo y oscuro, en él se halla la esencia sutil!
Esta esencia sutil es asaz de verdadera, en ella está la confianza.
Desde hoy hasta los remotos tiempos, nunca se perdió su nombree,
Señal de que es padre de todas las cosas
¿Cómo puedo saber que así es el padre de todas las cosas?
Merced a esto (Lao zi, LXV).
Los que no han comprendido (esta Verdad) aún después de haberla oído
A sordos se asemejan;
De ellos habla el refrán:
“Aunque presentes, están ausentes” (Marcovich, Frag.2).
La verdadera constitución de cada cosa suele esconderse (Marcovich, Frag.8).
Aunque los sentidos del hombre están como adormecidos, Heráclito dice:
De cuantas cosas se da visión, audición, percepción, a estas yo doy preferencia
(Marcovich, Frag. 5).
Ello viene a ser como un estar alerta, ver y oír más allá de una realidad parcial que se capta, disgregando sin darse cuenta de la unidad.
Marcovich señala al interpretar los fragmentos 13 y 14 de Heráclito que los hombres poseen una inteligencia capaz de entender los mensajes de los sentidos. A nuestro parecer más que simple inteligencia es una intuición que permite abrir los sentidos al Logos eterno.
Malos testigos son para los hombres los ojos y los oídos,
Si poseen almas que no entienden su lenguaje (Marcovich, Frag.13).
Se considera que Heráclito al igual que Lao zi tratan de explicar la esencia del Ser porque conocen al Logos o Tao, más no con palabras pueden explicarse o indicársele aunque si el acontecer de las cosas, como refiere Heráclito en el fragmento 1, parte iii.
Conocer a los demás,
Inteligencia.
Conocer a sí mismo,
Clarividencia...(Lao zi LXXVII)

Sin salir de tu propia casa,
puedes conocer el mundo.
Sin mirar por la ventana,
puedes conocer el dao del cielo.
Cuanto más lejos vayas,
más menguado será tu saber.
Por eso el sabio conoce sin viajar,
Distingue sin mirar,
realiza su obra sin actuar (Lao zi, X).
Siempre hay paradojas en el Universo difíciles de comprender por la mente humana aunque están en su cotidiano vivir, porque aunque con vista estamos como ciegos. Como el Logos/Tao no se conoce ni comprende, el hombre actúa de forma autómata dejándose llevar pasivamente por la vida mediante acciones no internalizadas en verdad.
Estas paradojas parecen reflejarse bien en varios de los fragmentos tanto de Heráclito como del Tao en los cuales se hace alusión a la idea de los opuestos como polaridades que son prolongación de una misma unidad.
Se considera que el Logos al igual que el Tao implica una acción (wei wu wei), es decir que obra porque crea pero no obra porque no produce nada que no esté ya en él mismo. Por otra parte, la idea del Teh(de o virtud) como una parcialidad del Tao (absoluto) pareciera, tal vez, similar a lo que podría ser la ousía en relación con el Logos.
Se había mencionado que el dao es el Todo y la virtud (de) es la parte, en el sentido que todos los seres participan del dao. Así la virtud es la naturaleza particular que constituye al Ser y no puede existir como algo independiente de las cosas concretas.
También se hizo alusión a que cada ente que surge del Tao tiene su propio Teh (de), su virtus o potencia, de esta forma, existe un Tao del hombre consistente en obrar de acuerdo con las exigencias inmanentes a su esencia, es decir según su propio virtus o Teh.
Por otra parte, cuando en la Metafísica de Aristóteles se habla de ousía como el ente en cuanto ente que vendría a ser el Ser en todos sus matices, es decir el Ser en su multiplicidad y variedad concreta también podría dejar abierta la posibilidad de entender que la ousía sería una parcialidad del Logos, aunque, no necesariamente en el sentido estricto del Teh. Tal vez puede ser entendida como el mismo Logos en el sentido de ser causa o fundamento de todas las demás, expresión de los diferentes sentidos del Ser. Pero este planteamiento en realidad es una interrogante que en este momento no se ha analizado, sin embaro, valdría la pena fuese objeto de reflexión.

Por Rebeca Pérez Arriaga.

lunes, 15 de octubre de 2007

La práctica real del Camino del Tao.

La práctica rigurosa y la aplicación del Taoísmo a nuestra vida cotidiana requiere de la clara comprensión de una serie de principios y actitudes clave.
En primer lugar tenemos que saber lo que es el mismo Tao, como Principio Absoluto que todo lo abarca y todo lo impregna.
El Tao es eterno e infinito, y por tanto, no podemos limitarlo a definiciones o a meras explicaciones humanas.
Al igual que para los cristianos su meta es la unión con Dios, y para los budistas el logro de la Perfecta Iluminación, para el Taoísta el logro supremo del espíritu es la fusión con el Tao, la unificación mística con el Misterio Ultimo, que a veces es llamada “el retorno a la Fuente”.
Definiremos lo mejor posible el Tao, sabiendo de antemano que ninguna palabra puede reflejar la experiencia interna de nuestra unión armoniosa con él.
Los taoístas amamos el Tao en sus dos vertientes o manifestaciones: la invisible y la visible. Cada fenómeno y cada ser tienen su Tao, su poder inherente y una cualidad sagrada que por lo general, pasa desapercibida a los ojos del profano. Y detrás de lo visible está el Tao silencioso, el Misterio indescifrable, lo que es verdaderamente eterno detrás de los cambios aparentes.
Este Tao invisible no puede vivirse ni realizarse con los estudios o los discursos; sólo puede revelarse al corazóm en el silencio de la meditación y en la serena contemplación de la naturaleza pura.
Esta es la práctica real del camino del Tao.
El del Tao es un camino muy sutil, no es algo que se pueda entender con la lógica de los conceptos. La senda del Tao es un camino oculto, es la práctica real de una vida profunda.
Comprender vivencialmente lo que es el Tao, es la primera puerta para entrar en el Camino.
Estar armonizado con el Tao no es más que comprender tu propia vida.
El Tao tiene todas las formas y no tiene ninguna, contiene a todos los objetos por igual, y en su regazo está la esencia latente de todo lo que tiene que venir a la existencia.
Sólo cuando uno está en contacto con el misterioso Tao, que está más allá de toda cosa existente, puede uno comprender cómo vivir su propia vida. Si uno está en armonía con el fluir del Tao, todas nuestras preguntas tendrán sus precisas respuestas cuando llegue el momento.
Y aunque el Tao no puede ser comunicado, aún así se comunica El mismo a su manera. Cuando llega el momento adecuado, incluso alguien aparentemente ignorante despierta milagrosamente a la verdadera sabiduría.
El placer y la ira, la tristeza y la alegría, las esperanzas y los arrepentimientos, el cambio y la estabilidad, la debilidad y la decisión, la impaciencia y la pereza de nuestras vidas humanas, son todos sonidos de la misma flauta, todos son como setas de la misma Madre Húmeda. Pero... ¿cómo podemos comprender qué es lo que produce todo esto?
Que actúe un poder como el del Tao, es algo en lo que yo creo con una fe absoluta, pero no puedo ver su forma, pues él actúa, pero no tiene forma ¡Contiene todas las formas!
El ser humano nace en el Tao, y si la humanidad nacida en el Tao se hunde en la profunda sombra de la quietud, para olvidar la agresión y las preocupaciones, no le falta de nada, su vida es segura.
Por ello, todo lo que necesita el sabio es perderse en el Tao. Curiosamente, el Tao está en todas las cosas, y su conocimiento está envuelto en espíritu. El Tao se hace Grande e Infinito, abriendo un Gran Corazón para todas las cosas y para todos los seres. El Tao es un refugio para el mundo.
El que capta la verdad, irá como el Tao: sin ser visto, se moverá como la propia vida, sin nombre ni hogar. El que vive el Tao es una persona simple, sin distinciones. Por su apariencia, el sabio es un tonto; sus pasos no dejan huellas, no tiene poder alguno, no logra nada, carece de reputación, y dado que no juzga a nadie, nadie le juzga a él. Así es el hombre perfecto que practica el Tao: está como vacío.
Toda la práctica gira en torno a la vivencia del Tao. Es algo muy parecido a la devoción de un cristiano a Dios, y al respeto reverencial de un budista al Buda.
Debemos saber y recordar que el Tao es anterior al Cielo y a la Tierra. El Tao inexplicable, lo que no tiene nombre (WU-MING), es el principio de todos los seres.
El Tao permanente y eterno nunca puede ser expresado por palabras, pero el hombre sabio, aún conociendo la cualidad misteriosa y oculta del Tao, se conecta con El, lo ama y lo adivina al contemplar las cosas y los seres.
Más allá de nuestra mente crítica que juzga a unos y a otros, podemos ver al Tao actuando en cada persona que miremos en nuestra vida cotidiana. Realizar el Tao es amar y sentir el Misterio, pero sin apartarse de la vida y de las pequeñas cosas, que son emanaciones de ese mismo Tao.
Practicamos el Camino del Tao cuando aceptamos todos sus ciclos, cuando confiamos en todos sus cambios y al reconocer que a la larga, todo acaba desembocado en el equilibrio universal.

Todo lo que no admitimos o rechazamos en la realidad de nuestra vida, proviene del hombre ordinario, de la personalidad del ego que se deja llevar por los gustos y los disgustos.
Si confiamos en los flujos del Tao, sabremos que incluso en los peores momentos, el Gran Tao nos está guiando, protegiendo y enseñando lecciones necesarias.
Cuando menos lo esperamos, nuestra situación Yin se convierte en Yang, y vuelve a relucir nuestro equilibrio y nuestro buen ánimo. Esto se comprende amando al Tao y a sus ciclos, confiando en sus movimientos.
Para conectarnos con el Tao, podemos meditar con los ojos abiertos contemplando un bello paisaje natural, o podemos practicar técnicas concretas de visualización, como por ejemplo, sentarse con las piernas cruzadas, e imaginar que la energía del Tao entra por nuestra coronilla al inspirar suavemente el aire, y procurando quedarnos vacíos de pensamientos en la exhalación. Estas sencillas técnicas son modos excelentes de vivenciar el Tao en nuestro espíritu, siempre y cuando las práctiquemos con constancia y durante el tiempo suficiente.
Así los antiguos taoístas se recogían en la unión íntima con el Tao realizando profundas meditaciones.
Desde tiempos antiguos, los seguidores del Tao realizaban ayunos, purificaciones y ofrendas para llevar a cabo sus rituales y ceremonias de unión con el Tao, lo que implicaba siempre una armonización entre el macrocosmos y el microcosmos del ser humano.
El Principio Absoluto del Tao se vive, por consiguiente, en la unión del pensamiento, de la emoción y de las actitudes del cuerpo con la totalidad del acontecer universal.
Por Karma Yeshe Yiatso.

domingo, 14 de octubre de 2007

Los 8 gestos de la Pureza.

Paso a Paso
Esta serie corresponde a los Kriya Mudras. Los gestos con las manos (Hasta Mudras) son muy importantes para el Kriya Yoga tradicional de India. Las manos son consideradas órganos de acción y sensoriales. Las palmas de las manos están ricamente inervadas por terminaciones nerviosas. Cuando las yemas de los dedos, cuyas células son altamente especializadas, se unen en posiciones que han sido determinadas por los grandes sabios de la antigüedad y corroborada por los siglos de práctica, crean nuevos circuitos energéticos internos y predisponen a nuevos estados de conciencia.


1- El gesto de la oración.(Namaste Mudra o Pranam mudra)

Este es un gesto que nos ayuda a concentrar la mente y a interiorizarla creando paz y calma interior. La tradición dice que meditando en este mudra podemos conectarlos con todos los grandes maestros del pasado, los presentes y también los futuros. La actitud interna debe ser de reverencia y bienvenida a esta energía con la que queremos relacionarnos.

* Cómo hacerlo
Unimos las palmas lentamente sintiendo como cada una de nuestras manos va representando nuestras energía, masculina la derecha y femenina la izquierda. Mientras vamos acercándolas sentimos también como nuestra mente que estaba dispersa va concentrándose cada vez más hasta sentirla fija en el momento del contacto. Entonces las acercamos hacia el corazón sintiendo que nuestra atención se dirige a nuestro interior.


2- El gesto del vacio. (Kunya mudra).

Este mudra nos ayuda a recolectar nuestra energía individual, aumenta la sensibilidad y nos hace conciente de los aspectos más sutiles de nuestro ser.

* Cómo hacerlo
Con las manos juntas, sentimos el tacto y percibimos nuestra manifestación física.Al comenzar a separar suavemente las manos vamos percibiendo nuestra manifestación energética, continuamos separándolas enfocándonos en nuestra manifestación mental-emocional y finalmente percibimos el espacio que contiene todo nuestro ser.


3- Gesto de la Flor de Loto (Padma Mudra)

Este mudra acentúa la polaridad femenina y nos conecta con nuestros sentimientos. Es una gran transmutador de energía emocional. Así como la flor de loto surge del lodo nos ayuda a elevar nuestra frecuencia emocional.

* Cómo hacerlo
Juntamos la base de la palma de las manos y unimos los dedos meñiques entre sí y los dedos pulgares por su lado. Los demás dedos los separamos bien y los dirigimos hacia el cielo. Nuestra atención se concentra primero en los dedos anular y nos hacemos conscientes de la tierra (Prithivi) que nos sostiene y nos proporciona su fortaleza. Luego en los dedos meñiques, percibimos la fluidez del agua (Apas). En los dedos pulgares sentimos la dinámica del fuego (Agni), en los índices la capacidad de expansión del aire (Vayu) y en los dedos mayores lo abstracto, lo sin forma del éter (Akasha)


4- El Gran gesto del espacio (Maha Akasha Mudra)

Este gesto facilita una comunicación amorosa indiscriminada con todo lo que nos rodea. Estimula y afina la percepción a través de los 5 sentidos.

* Cómo hacerlo
Las manos se van separando lentamente mientras vamos permitiendo la expansión de la conciencia para que contenga todo lo que nos rodea. Los brazos quedan extendidos hacia los costados a la altura de los hombros y los dedos deben estar bien separados. En este gesto debemos imaginar que somos capaces de percibir imágenes (Rupa), sonidos (Shabda), olores (Gandha), sabores (Rasa) y sensaciones (Sparsha) a través de la yema de nuestros dedos.


5- Gesto de la Perfección (Padma Siddha Mudra)
Este mudra no sólo produce gran concentración sino que dirige esa concentración con una tremenda fuerza en la dirección que le demos. Algunos yoguis dicen que asemeja a una nave espacial que puede conducirnos hasta el centro mismo, el origen, del universo.

* Cómo hacerlo
Giramos las palmas hacia arriba y vamos elevando los brazos muy lentamente, cuando hicimos el Pranam mudra (foto 1) estábamos realizando una integración a nivel individual;con este gesto la integración es a nivel cósmico. El brazo y mano derecha representa a Shiva (la energía de polaridad positiva, masculina) y el izquierdo a Shakti (la energía de polaridad negativa, femenina). Mientras los brazos van subiendo debemos imaginar esta unión cósmica, sentir la atracción entre los polos y las resistencias que surgen. Una vez que las manos se juntan debemos ir presionándolas, cada vez con mayor intensidad. La columna vertebral se va enderezando y estirando a su máximo mientras generamos una suave contracción sobre los músculos de los esfínteres (Mula Bandha). Debemos tener la sensación de crecer, de trascender nuestras limitaciones y de ir incorporando, haciendo nuestra la virtud de la pureza (Saucha). Debe sostenerse este mudra todo el tiempo posible pero los verdaderos beneficios los obtendremos de aquel tiempo que podamos mantener el gesto más allá de nuestras limitaciones.


6- Gesto de la Bendición (Kusala Mudra)

Al compartir nuestra energía esta en lugar de disminuir, crece cada vez más. Siempre debemos dar algo bueno. Son las acciones más allá del deber las que forjan un futuro glorioso. Kusala es una buena acción que genera buen karma (ley de acción y reacción).

* Cómo hacerlo
Cuando hayamos logrado despertar suficiente de esta energía de Pureza (Saucha) Giramos las palmas de las manos hacia los laterales y comenzamos a bajar los brazos hasta la altura de los hombros. Una vez en este gesto de Kusala proyectamos esta virtud de la Pureza de una manera sutil como si fuera una luz que emana de nosotros e ilumina todo a nuestro alrededor.


7- Gesto de la Enseñanza (Shastra Mudra)

Este mudra nos coloca en la actitud del maestro iluminado cuando va a dar su enseñanza, con el vamos abriendo los canales de conexión para despertar el maestro interior.


* Cómo hacerlo
La mano izquierda con el dedo índice y pulgar en contacto y los demás estirados señalando la tierra que será nuestro testigo y sostén energético.
La mano derecha queda con la punta de los dedos hacia arriba y la palma hacia el frente a la altura del hombro. Todos los dedos están juntos pero el pulgar se ubica casi debajo y alineado al índice. Esta mano representa la transmisión de la enseñanza. Y también nos recuerda que nosotros (el dedo pulgar) y el resto del universo (los demás dedos y la palma) somos uno.
En este gesto debemos imaginar que nuestro maestro interior nos da un gran sermón sobre la aplicación práctica de la pureza en nuestra vida. Uno debe tomar esta actitud y quedar abierto a que la enseñanza aparezca. Aún cuando nada ocurra debemos entender esta nada, como la mayor enseñanza sobre Saucha (pureza).


8- Gesto de la Oración(Namaste Mudra o Pranam Mudra)

* Cómo hacerlo

Repetimos el primer mudra de esta serie, pero esta vez con la actitud de reverencia y agradecimiento para el Universo que nos permitió esta experiencia, los maestros que nos legaron esta técnica, nuestro maestro interior que la hizo posible. Este es el momento de percibir los efectos de la práctica.



Jorge Antonio Bidondo
Maestro de Yoga
Presidente de la Federación de Yoga de la República Argentina,
Miembro de honor de la Asociación Internacional de Yoga Terapéutic
o U.S.A.
Fuentes:
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Chuang Tse soñó que era una mariposa.

“Revoloteaba alegremente; era una mariposa muy contenta de serlo. No sabía que era Chuang Tse. De repente despierta. Era Chuang Tse y se asombró de serlo. Ya no le era posible saber si era Chuang Tse que soñaba ser una mariposa, o era una mariposa que soñaba ser Chuang Tse.”


Existe la generalizada creencia de que el Tao es un concepto que nace con el Tao Te Ching , de Lao Tse (s. VI a. C.). En realidad, quinientos años antes —en el siglo XI a. C.— el I Ching ya daba por sentado que el Tao designaba el curso de las estrellas en el cielo, por lo que adquiría el sentido de orden eterno.

A la palabra Tao se la ha traducido como camino, sentido, método, sendero, arte, verdad, línea, razón, sustancia, principio, logos. En muchas escuelas, camino expresa liberación, exaltación, conquista; los Vedas llaman a su máximo sacerdote pathi-krt, “el que hace el camino”; en Roma, pontus fex, “el que hace el puente”, pontífice.

Cuando se nombra al Tao como “origen” conviene remitirse a la fuente de tal afirmación, el capítulo 42 de Lao Tse:

"El Tao engendra al Uno; el Uno engendra al Dos; el Dos engendra al Tres,
y el Tres a los Diez Mil Seres."

Anterior a todo lo existente, el Tao tiene asimismo la particularidad de ser incognoscible, inefable e infinito. Por eso, bien se cuida Lao Tse de advertirnos en su frase inicial del “Tao Te Ching”: “El Tao que puede ser hollado no es el Tao permanente e inalterable. El nombre que puede ser mencionado no es el nombre permanente e inalterable”.

Estas salvedades nos obligan a tener en cuenta que llegar a una definición de Tao es como querer ganarle una carrera a nuestra sombra. Afortunadamente, para el Tao, tantos siglos no lograron encasillarlo; de ahí que sus enseñanzas sigan siendo todavía un alimento vivo. Y, si bien Lao Tse, en los 81 capítulos del Tao Te Ching expuso la teoría y la práctica del Tao, una de las más ricas venas literarias de la escuela taoísta la brindó la obra de Chuang Tse (muerto en el año 275 a. C.), complementando el rigor filosófico de Lao Tse con su imaginería humorística, poética y mística.


Un sabio modesto y burlón

Desde la época de oro —dinastía Chou, 1.122-481 a. C.— en adelante, China osciló entre dos corrientes filosóficas opuestas: Lao Tse-Chuang Tse, por un lado, y Confucio-Mencio por el otro. Recién mil años después —siglo V d. C.— ingresa al Imperio el budismo de la mano de Bodhidharma, pero esta escuela no hace sino formar una alianza con el taoísmo, dando como resultado el Ch’an que, por lógica también se contrapone al confucianismo. Sin la presencia del taoísmo, la doctrina india del Buda difícilmente hubiera progresado en China, debido a la diferencia de personalidades entre ambos pueblos. ¿Cuáles son, entonces, las características que identifican a Chuang Tse y lo distinguen de las de Confucio?

Claude Roy —en su Claves para China— describe así estas diferencias: “La sabiduría de Chuang Tse es modesta y burlona, expresada con imágenes, por medio de pequeños apólogos maliciosos e irisados. Sus lecciones son enimgáticas, alusivas”. El historiador Sze Ma Chien dice: “Sus enseñanzas son semejantes al curso caprichoso de un agua que se extiende... nadie puede utilizarlas con un objeto bien definido. Todo lo contrario ocurre con Confucio —sigue Roy—, que pone en manos de quien lo escucha herramientas muy útiles y armas muy prácticas. Chuang Tse sugiere más que dicta; orienta más que guia. Es un encantador, no un profesor. Hace respirar un aire de libertad, mientras Confucio hace reinar un orden de las funciones. Se burla y critica, mientras Confucio dogmatiza y amonesta. Chuang Tse tiene espíritu. Se escurre y elude la mano que pretende inmovilizarlo. Corre y corre, como el hurón de la canción; como las nubes del cielo; como esa partícula del espíritu que llaman la loca de la casa porque no quiere quedar prisionera en ella”.

Chuang Tse deseaba sencillamente hacerse olvidar y desconocer; fundirse en la naturaleza y en lo que le rodea, como esos insectos que se vuelven semejantes a la rama muerta o a la hoja verde en la que se refugian.

La moral de Chuang Tse es una moral idealista, evasiva. Recomienda la flexibilidad, el abandono, la confianza total en la naturaleza. Confucio explica la duración del Imperio; Chuang Tse explica la poesía y el humor chino. Uno ha salvado al Estado; el otro ha hecho perdurar la lozanía. Uno encarna el orden; el otro la fantasía. Por eso, el dicho popular chino: “Cuando alguien tiene éxito en este mundo, es siempre un confucionista, mientras que cuando fracasa es siempre un taoísta”.


Sus parábolas

Tanto Lao Tse como Chuang Tse no fueron sino autores de un sólo libro cada uno. El primero se ocupó de darle un título — Tao Te Ching , tratado sobre la Virtud del Tao—, mientras que al segundo ni siquiera se le cruzó por la mente hacerlo, de modo que hoy su obra se conoce únicamente como Chuang Tse . Si bien esta última es bastante más voluminosa que la de su padre doctrinario, quizás no es sino debido al desarrollo literario del que carece el epigramático Tao Te Ching . No obstante, abundan en Chuang Tse los mismos temas recurrentes sobre los cuales machacó tres siglos antes que él Lao Tse: la preservación de la vida siguiendo al Tao; la simplicidad y la quietud; la fuerza de la debilidad; la no-violencia; las sabiduría de parecer tonto.

En los treinta y tres capítulos del “Chuang Tse” nos encontramos con cientos de parábolas —como la de la mariposa que encabeza este escrito— que, utilizando este recurso literario, transmiten una enseñanza taoísta ejemplificada en casos concretos de la vida diaria. Veamos algunas de ellas.

• Acerca de la “inutilidad” de la sabiduría, Chuang Tse dijo: “Hay un gran árbol; su tronco es tan grueso que sería muy difícil cortarlo. Ahí sigue al borde del camino. Los carpinteros que pasan por allí ni se dignan mirarle, pero muchos viajeros se cobijan bajo su enorme sombra. Así es el Sabio: de tan grande deviene en inútil, pero muchos se cobijan bajo sus palabras. ¿Por qué, entonces, va a ser perjudicial y malo no servir para nada?”

• Para los que desconocen la unidad, tenemos esta parábola: “Un monero les dijo a sus monos:‘Les daré tres nueces por la mañana y cuatro por la tarde’. Los monos empezaron a protestar, diciendo que eso no era justo. Entonces, el monero les dijo: Está bien; les daré cuatro nueces por la mañana y tres por la tarde. De esta manera, los monos quedaron contentos.
• Una advertencia acerca del peligro que implican los sentidos: El Mar del Norte y el Mar del Sur se encontraban siempre en el Centro. Como este los recibía muy bien, ambos quisieron gratificarle y se dijeron: ‘Todos los hombres tiene siete orificios que les sirven para ver, oír, comer. Este no los tiene; vamos a hacérselos’. Cada día le abrían un orificio. Al séptimo día murió”.

• Para indicar que la alteración de la naturaleza de las cosas trae sus consecuencias, Chuang Tse afirmó: “Las extremidades de los patos son cortas pero si pretendes alargarlas, será con dolor. Las patas de las grullas son largas pero si las acortas, será también con dolor. Así lo que naturalmente es largo no necesita acortarse y lo que naturalmente es corto no necesita alargarse. De esta manera no será preciso quitar penas. Querer regular todo es vulnerar la naturaleza”.

• Una aguda crítica a las tendencias sociales la encontramos en el capítulo 12: “Si caminan juntos tres compañeros y uno se extravía, aún se puede llegar al final del viaje porque los extraviados son los menos. Pero si los que se extravían son dos, tendrán más trabajo en llegar a destino porque los extraviados vencen en número”.

• Cuando confundimos medios con fines, Chuang Tse nos presenta este pensamiento: “La utilidad de la red está en los peces que coge. Cogidos los peces, se olvida la red. La utilidad de la trampa radica en los conejos que captura. Capturados los conejos, se olvida la trampa. La utilidad de las palabras está en las ideas que expresan. Entendidas las ideas, se olvidan las palabras.”

• Una última parábola, esta acerca de lo necesario, otro de los pilares sobre los que se asienta el taoísmo: “Chu estuvo aprendiendo el arte de matar dragones y en ello agotó toda su hacienda. En tres años aprendió la disciplina, pero nunca halló ocasión para ejercer su habilidad. El sabio, aun lo necesario, no lo toma como necesario, de ahí que nunca guerrea. El ignorante, aun lo no necesario, lo toma como necesario, por esto tiene tantas guerras”.


Sus aforismos

Los aforismos han sido a lo largo de la historia una modalidad de expresión que, condensados el máximo de sabiduría en un mínimo de palabras, evita cualquier comentario, ya que la enseñanza es tan obvia que sólo alguien que deliberadamente no la quisiera ver podría ignorarla. Chuang Tse nos muestra su maestría en este género con los siguientes aforismos:

• “¿Acaso puede haber hijos y nietos si antes no hubiera habido hijos y nietos?”
• “Quien equipara lo visible con lo invisible, no temerá las vicisitudes de la vida y de la muerte.”
• “Cuando inspecciones un templo, no te olvides de recorrer también los retretes.”
• “A nadie se le coge si no es en la trampa de aquello a lo que está aficionado.”
• “No puede uno crecer más por haber subido más alto, ni tampoco puede ser más pequeño por vivir en un lugar más bajo.”
• “Las palabras deben siempre detenerse ante lo que el entendimiento ignora.”
• “La vejez que no tiene más primacía que la del tiempo, no es verdadera primacía. Ser hombre y no aventajar a los demás con hombría de bien, no es más que vejez.”
• “Si la vida pesa mucho, las riquezas pesarán poco.”
• “La nivelación hecha con un nivel mal nivelado no es nivelación.”
• “Cortando cada día una mitad a un palo de un pie de largo, no se acabará en diez mil siglos.”
Uno de los temas insistentes en el taoísmo es el de la sabiduría como un factor gradual. Finalicemos, entonces, con este anhelo que atravesó veintidós siglos de vigencia:
“Los pies pisan el suelo; pero es aquello que no pisan lo que permite caminar. Aquello que se conoce es poco; pero, apoyado en lo poco que se conoce es posible conocer mucho”.

Fuentes:
Samuel Wolpin



La Sabiduría del Silencio Interno.

Cultivar la sabiduría del silencio interno es uno de los mejores métodos para conservar nuestra energía, reequilibrar nuestro ser profundo, y preservar nuestra salud física, emocional y espiritual.

La habladuría constante a través de nuestra mente y de nuestra boca, agotan el Chi, y nos debilitan considerablemente.

El mental rechaza el silencio porque el silencio no tiene límites, no tiene forma, y no se puede definir. El mental ama los sonidos y los ruidos porque se parecen a los pensamientos. Se les puede dar una forma, una definición, analizarlos y conceptuarlos. El mental evita el silencio porque para el ego el silencio es el sonido de la muerte.

Sin embargo, el silencio es el estado natural de todas las cosas, y es necesario aprender a respetar esto comenzando por el interior de nosotros mismos. Para poder penetrar en el Camino del Tao, debemos de encarnar el silencio interno. Los sabios taoístas nos han legado una serie de consejos útiles y prácticos que descubrieron hace mucho tiempo gracias al cultivo del silencio interno.

"Habla simplemente cuando sea necesario. Piensa lo que vas a decir antes de abrir la boca. Sé breve y preciso ya que cada vez que dejas salir una palabra por la boca, dejas salir al mismo tiempo una parte de tu chi. De esta manera aprenderás a desarrollar el arte de hablar sin perder energía.

Nunca hagas promesas que no puedas cumplir. No te quejes y no utilices en tu vocabulario palabras que proyecten imágenes negativas porque se producirá alrededor de ti todo lo que has fabricado con tus palabras cargadas de chi. Si no tienes nada bueno, verdadero y útil, es mejor quedarse callado y no decir nada.

Aprende a ser como un espejo, escucha y refleja la energía. El universo mismo es el mejor ejemplo de un espejo que la naturaleza nos ha dado porque el universo acepta sin condiciones nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestras palabras, nuestras acciones y nos envía el reflejo de nuestra propia energía bajo la forma de las diferentes circunstancias que se presentan en nuestra vida.

Si te identificas con el éxito, tendrás éxito. Si te identificas con el fracaso, tendrás fracasos. Así podemos observar que las circunstancias que vivimos son simplemente manifestaciones externas del contenido de nuestra habladuría interna.

Aprende a ser como el universo, escuchando y reflejando la energía sin emociones densas y sin prejuicios, siendo como un espejo sin emociones aprendemos a hablar de otra manera.

Con el mental tranquilo y en silencio, sin darle oportunidad de imponerse con sus opiniones personales y evitando que tenga reacciones emocionales excesivas, simplemente permite que una comunicación sincera y fluida exista.

No te dés mucha importancia, sé humilde pues cuanto más te muestras superior, inteligente y prepotente, más te vuelves prisionero de tu propia imagen y vives en un mundo de tensión e ilusiones.


Sé discreto, preserva tu vida íntima, de esta manera te liberas de la opinión de los otros y llevarás una vida tranquila volviéndote invisible, misterioso, indefinible e insondable como el Tao.

No compitas con los demás, vuélvete como la tierra que nos nutre que nos da de lo que necesitamos. Ayuda a los otros a percibir sus cualidades, sus virtudes y a brillar.

El espíritu competitivo hace que crezca el ego y crea conflictos inevitablemente. Ten confianza en ti mismo, preserva tu paz interna evitando entrar en la provocación y en las trampas de los otros.


No te comprometas fácilmente. Si actúas de manera precipitada sin tomar consciencia profundamente de la situación te vas a crear complicaciones.

La gente no tiene confianza en aquellos que dicen sí muy fácilmente porque saben que ese famoso sí no es sólido y le falta valor.

Toma un momento de silencio interno para considerar todo lo que se presenta y toma tu decisión después. Así desarrollarás la confianza en ti mismo y la sabiduría. Si realmente hay algo que no sabes o que no tienes la respuesta a la pregunta que te han hecho, acéptalo. El hecho de no saber es muy incómodo para el ego porque le gusta saber todo, siempre tener razón y siempre dar su opinión muy personal. En realidad el ego no sabe nada, simplemente hace ver que sabe.


Evita el hecho de juzgar y de criticar, el Tao es imparcial y sin juicios, no critica a la gente, tiene una compasión infinita y no conoce la dualidad. Cada vez que juzgas a alguien lo único que haces es expresar tu opinión muy personal, y es una pérdida de energía, es puro ruido.

Juzgar es una manera de esconder sus propias debilidades. El sabio tolera todo y no dirá ni una palabra.


Recuerda que todo lo que te molesta de los otros es una proyección de todo lo que todavía no has resuelto de ti mismo. Deja que cada quien resuelva sus propios problemas y concentra tu energía en tu propia vida.

Ocúpate de ti mismo, no te defiendas. Cuando tratas de defenderte en realidad estás dándole demasiada importancia a las palabras de los otros y le das más fuerza a su agresión. Si aceptas el no defenderte estás mostrando que las opiniones de los demás no te afectan, que son simplemente opiniones y que no necesitas convencer a los otros para ser feliz.

Tu silencio interno te vuelve impasible. Haz regularmente un ayuno de la palabra para volver a educar al ego que tiene la mala costumbre de hablar todo el tiempo. Practica el arte de no hablar. Toma un día a la semana para abstenerte de hablar. O por lo menos algunas horas en el día según lo permita tu organización personal.

Este es un ejercicio excelente para conocer y aprender el universo del Tao ilimitado en lugar de tratar de explicar con las palabras qué es el Tao. Progresivamente desarrollarás el arte de hablar sin hablar y tu verdadera naturaleza interna reemplazará tu personalidad artificial, dejando aparecer la luz de tu corazón y el poder de la sabiduría del silencio.

Gracias a esta fuerza atraerás hacia ti todo lo que necesitas para realizarte y liberarte completamente. Pero hay que tener cuidado de que el ego no se inmiscuya. El poder permanece cuando el ego se queda tranquilo y en silencio. Si tu ego se impone y abusa de este poder, el mismo poder se convertirá en un veneno, y todo tu ser se envenenará rápidamente.


Quédate en silencio, cultiva tu propio poder interno. Respeta la vida de los demás y de todo lo que existe en el mundo. No trates de forzar, manipular y controlar a los otros. Conviértete en tu propio maestro y deja a los demás ser lo que son, o lo que tienen la capacidad de ser. Dicho en otras palabras, vive siguiendo la vida sagrada del Tao".

Uno se hace un favor si silencia la razón. Hay resistencias tremendas a ideas, juicios... El hombre es un tanto por ciento de razón y de otras cosas.

La maravilla la hace el hombre cuando no piensa. Es tremendo someter todo a los criterios de la razón. Eso es un atropello.

El hombre tiene otra parcela que es la imaginación. Es una parcela importante. La imaginación trabaja mucho. Te ilusionas. A veces haces horas extraordinarias. No deja de trabajar. Hay que dar descanso.

Devolver al silencio la imaginación. Para que luego pueda ser más creativa. El mundo de nuestra emoción es otra pieza que hay que hacer descansar. En un breve espacio de tiempo se está desalentado, animado, furioso, contento... Las emociones ahogan. Hay que devolver la calma. No excitarlas, darles calma. No nos pueden estrechar ni cansar. Devolver el silencio a la emoción. Es un acto lleno de salud. Otra pieza que existe en nosotros es la voluntad de desearlo todo. De poseerlo.

Es bueno dar silencio a nuestra voluntad. El deseo nos orienta hacia fuera. No hay que desear nada. No es preciso. En este campo profundo todo está ya en el hombre. Todos los recursos están dentro. Hay que tener confianza.

Hay que sospechar que los recursos que necesitamos para vivir están dentro.

El silencio es bueno para alejar los deseos de uno mismo. Si yo vivo deseando algo, me apoyo en otra cosa. Surge la agitación.

Nos aíslan de nosotros mismos. Silencio en nuestros deseos. Para no alejarnos de nuestro corazón. Cuando todas las piezas entran en sosiego puede brotar la intuición. Es una luz rápida. Se enciende en nosotros y nos ayuda a caminar. Cuando algo se ve desde dentro, no se necesita ayuda ni respuesta. Nadie puede cambiarnos si la luz se hace dentro.

Nadie puede decirnos nada. Esta luz sólo se pone en marcha cuando todo se serena. No somos lo que nos empeñamos ser. Un silencio para permitirse ser. Permitirse vivir. La intuición es hija del silencio. La presencia del Reino en nosotros se intuye desde el silencio.

El silencio es el espacio para esta intuición, esta revelación. No es callar por callar. Es callar para permitir que la vida se dilate, se expanda. Son los ruidos los que tapan esa fuerza interior. Los que nos dividen en mil piezas sin sentido. Acallarlos es encontrar de nuevo la confianza y la salud.

Fuentes:
Texto taoísta traducido por Oscar Salazar
Médico, Acupuntor, Maestro Taoísta


EN EL SILENCIO DE TU ALMA


12 Meditaciones Taoístas.

No Existe hoy un enorme interés en el taoísmo. En todas partes, desde libros de arte hasta clases de filosofía, aparecen referencias al Tao. Se enseña el tai chi y el Chi Kung en universidades de diversos países, y muchas personas con inclinación espiritual investigan la meditación taoísta. Se atribuye al taoísmo el haber tenido una significativa influencia en el budismo zen (esto explicaría su diferencia con el budismo hindú). Se admite sin discusión que los poetas clásicos chinos Li Po y Tu Fu incluyeron a concienia temas taoístas en su escritura, y, en China todo edificio de importancia - incluso hoy- se construye de acuerdo con principios taoístas de geomancia.

Pero deberíamos perdonar al lector interesado en el taoísmo, si pensara que nada significativo se ha escrito desde el año 300 a. C. Después de todo, el Tao Te King, el I Ching, y Chuang Tzu, tan ampliamente traducidos y populares que se los encuentra en muchas librerías, se escribieron durante la dinastía Zhou. Otros libros en existencia son traducciones de abstrusos textos de alquimia, historias eruditas, o manuales que tratan de temas puntuales como sexología, ejercicios o leyendas.

El lector que ha investigado el taoísmo ha conocido sin duda, la mayoría de estos libros y, sin embargo, los artículos de las revistas, las preguntas en las conferencias, y la confusión de mucha gente respecto de esta tradición demuestra que la literatura existente no alcanza para aplicar el taoísmo en la vida cotidiana.

Faltaba un libro escrito para la gente que trata de vivir según los principios del Tao en el mundo actual. Un libro que capturara el tradicional sentido del misticismo lírico del taoísmo, al tiempo que los conceptos en el nuevo idioma fueran vertidos con claridad. Esto es lo que hace Deng Ming-Dao en su libro 365 Daily Meditations, de donde fueron extraídas estas doce meditaciones. La fuerza del taoísmo estriba en los inumerables lazos que tiene con la cultura china, a tal punto que, aún hoy impregna la vida cotidiana en el Asia. Cuando se traduce el taoísmo a otro idioma, estos puntos de referencia parecen remotos, raros, exóticos, esotéricos.

¿Se puede ver al Tao en la vida cotidiana, sin tomar en cuenta el lugar o la cultura? Estas meditaciones intentan hacer precisamente eso. Nos estimulan a explorar por nuestra cuenta, allí donde yace la verdadera experiencia. Nos sugiere que es mucho mejor apartarse de los áridos manuscritos, y conectarnos directamente con el Tao tal como hoy existe. Necesitamos abrirnos a lo que es singular, único, en esta época; sacarnos la cadena de las formas anticuadas, y adaptarlas a nuestras necesidades actuales. No son, pues, meditaciones tradicionales de taoísmo. Más bien, buscan al Tao en lo inmediato.

Tao significa camino, senda. El mensaje de estas meditaciones es que podemos verdaderamente aplicar las ideas del Tao, francas y accesibles, directamente a nuestras vidas.

1
Fusión

Tome el sol, y pongalo en su corazón.
Tome la luna: llévela a su vientre.
Baje la osa mayor.
Fúndase en la Estrella Boreal.

Desde lejanas visiones de los dioses, hemos llegado a una visión orientada a lo interno. En el pasado, la relación con los dioses era considerada vertical. Uno estaba en una posición subordinada, y los dioses eran supremos. Haciendo un pequeño esfuerzo, podemos ver que este punto de vista era un reflejo de las definiciones feudales, y de ingenuas emociones.
A diferencia de esto, los que siguen el Tao declaran que los dioses no existen. Creer que esto es una blasfemia es no comprender su verdadero sentido. Antes bien, los que siguen el Tao buscan una relación con lo divino en la que no hay división: procuran un estado de unidad.
Si el hombre es uno con su dios, entonces es lógico que no existan divisiones entre ambos. Si no existe división entre ambos, entonces él es dios, y dios es él. Esto no significa que una persona pueda hacer todo lo que los dioses, supuestamente, son capaces de hacer. Más bien, alcanza un estado de ser y de comprensión en el que no existen distinciones, miedos o incertidumbres acerca de lo que es divino.
Esa es la razón por la que, a veces, nos proponemos atraer las estrellas a nuestro verdadero ser. Queremos fundirnos con el Tao. En esencia, nos volvemos el Tao, Y el Tao se transforma en nosotros.

2
Rectificación

Una desviación del ancho de un pelo en el centro,
lleva a un error de cien millas en la orilla.
Si tan leve es el esfuerzo,
¿Por qué vacilar en poner
las cosas en orden?

Hay mucha gente que se esfuerza en conocer el Tao. Con la más absoluta sinceridad, toman lecciones de música, leen las escrituras, aprenden lenguas extranjeras, estudian nutrición, se ponen ropas diferentes, y van a los templos, todo con la esperanza de llegar al Tao. Lamentablemente, por el ancho de un pelo, no lo alcanzan. Para que una persona abra los ojos al Tao, alguien tiene que darle una chispa. Tal vez esto es lo que se llama transmisión directa. Es extraño, pero esta es la única manera en que se transmite el conocimiento del Tao.
El conocimiento que proveen los libros puede ayudar a darnos profundos fundamentos teóricos, pero aún así la verdadera comprensión del Tao todavía se da de una persona a otra. No existe otra manera.
De modo que, si usted tiene alguna verdadera comprensión del Tao, la obtuvo de alguien. Si usted conoce a alguna persona que necesite esa chispa, y se encuentra en condiciones de dársela, entonces hágalo. No sea egoísta. Hay tanta gente que busca una guía y no la puede obtener. Si puede establecer esa diferencia al menos para una persona, entonces usted tiene un mérito realmente extraordinario.

3
Barrido

El disco dorado de la aurora
bordea los barrancos morados. La
anciana se inclina para barrer los
peldaños del templo. Lava cada
piedra con amoroso cuidado.
¿cuantos devotos tienen en cuenta
su trabajo?

Al amanecer fui a un templo magnífico. Su arquitectura era una expresión tan suprema del espíritu humano, que era un verdadero tesoro. Generaciones de devotos habían dejado ofrendas en los altares, cientos de monjes habían alcanzado la iluminación en sus tierras consagradas, y miles habían sido bendecidos en la vida y en la muerte en sus venerables salones.
Sin embargo, lo que más me conmovió fue ver a una anciana que, en silencio, barría los peldaños. Era evidente su devoción. Su concentración era perfecta. Su minuciosidad, completa. Su acción, sin fama ni honores, mostraba un espíritu verdaderamente bendito.
Más tarde, las personas adineradas vinieron a hacer sus devociones. Los niños, con juguetes de brillantes colores, corrían por las grises piedras. Los monjes pasaban en silenciosa plegaria. De todos los que pasaron, ¿cuántos tenían conciencia del santo servicio que les había permitido expresar su devoción?
Cuando el camino es lo único que tenemos para caminar, los que lo preparan deberían ser verdaderamente reverenciados.

4
Entorno

¿Cómo puede usted vivir
con el constante ruido del tránsito?
¿Con el hedor de la basura?
¿Con la vista de edificios, en vez de montañas?.
¿Con el movimiento de las calles, en vez de los rios?
¿Con la sensación del pavimento, en vez de la tierra?

Algunas zonas metropolitanas son famosas por su poder, su sofisticación, su historia, su lugar en la civilización. Estos lugares no pueden ser, también, centros de espiritualidad. Todo lo que hace falta es mirarlos con los ojos y el corazón abiertos. ¿Cómo podría hechar raíz, allí, algo sagrado?
El ruido del tránsito es constante. En cualquier momento del día o de la noche, ese estruendo enloquecedor, esa vibración subterránea, interrumpe lo sutil. El aire no está limpio, sino lleno de polvo y hollín. Sobre todo cuando hace calor, el olor de la basura que se pudre se eleva desde los cimientos como el olor de la lepra. La tierra no puede respirar, sofocada bajo concreto, asfalto, acero y chatarra.
Algunas personas que viven en estos lugares se interesan en la espiritualidad. Quieren saber si es posible alcanzar un nivel alto en un entorno intensamente urbano. La respuesta es No. No es posible alcanzar una total realización en un entorno urbano. Porque alcanzar la realización significa alcanzar estados psicofísicos especiales. Esto requiere un cultivo silencioso, y una familiarización con lo sutil. Cuando el estruendo de la ciudad es todo lo que hay, ¿cómo se puede oír la canción de lo divino?

5
Retiro

La actividad es esencial
Pero agotadora.
Y es importante sólo en la superficie.
Retírese en el Tao al final del día.
El regreso es renovación.

Cada día está lleno de actividad. Corremos de una reunión a otra; hacemos toda suerte de planes para el futuro. Estas actividades son importantes, pero no son todo lo que hay en la vida. Aun cuando nos ocupemos de ellas, debemos recordar que todos los esfuerzos humanos son temporarios y provisionales.
No podemos dejar que nuestros logros nos separen de lo que realmente está sucediendo en el mundo. Es indispensable que nos retiremos para reflexionar sobre los sucesos del día, y que nos repongamos para continuar nuestro camino. No es necesario ir a un templo, a un lugar sagrado o a una habitación especial. No necesetamos un complicado ritual. Todo lo que necesitamos es una simple y natural vuelta hacia nuestro interior.
Esta es la razón por la que los seguidores del Tao usan siempre la palabra regreso. Reconocen que la actividad en la vida es necesaria, pero también reconocen la necesidad de regresar al Tao. En el Tao está la fuente de todas las cosas, y en la fuente uno se encuentra la renovación que necesita para seguir viviendo. Este movimiento de vaivén entre la fuente y la actividad de la vida, es el movimiento de todas las cosas.

6
Triunfo

Gatee
Para comenzar,
Triunfe
Para concluir,
Renuncie
para abandonar.

¿Cual es la anatomía de cualquier fase de la vida? Primero, viene una etapa de aprendizaje llena de una torpe lucha por adquirir destreza. después, viene una fase en la que uno se pone a prueba en la competencia. Por último, hay una amable retirada del campo, pues una constante competencia no es un estilo perenne de vida.
Competir es siempre un problema arduo. Es, verdaderamente, un desafío para extraer lo mejor de uno. Cultivar una habilidad y no utilizarla, es como aprender otro idioma y no salir nunca de casa. Si pensamos en ganar, en el sentido limitado de vencer a los demás, caeremos en un peligroso egoísmo. Ganar puede ser concebido como un logro. Por ejemplo, si usted aprende a nadar, eso es ganarle a su propia ignorancia y pereza. Si entra en un concurso, y gana, eso no es ganarle a los demás, sino alcanzar lo mejor de usted mismo. Los otros competidores son secundarios; es más importante que usted sepa dónde está ubicado, que consolide su posición, y que busque nuevos logros. Ese es el verdadero triunfo.
El triunfo en dosis adecuadas es el tónico más grande para el alma. Pero llevado a un extremo, la corroe. Una vez que haya tenido su cuota de triunfos, sepa cuándo salir. Cuando haya alcanzado la cima, renuncie a competir. Entonces, empiece otra vez. Este es el secreto para moverse de una fase a otra de la vida.

7
Conocimiento

La vida es
Belleza
Terror,
Conocimiento

Una parte esencial de seguir el Tao es la búsqueda de conocimiento. Todos los esfuerzos de autocultivo tienen el propósito de convertirnos en un vehículo adecuado para esa búsqueda. A veces, lo que aprendemos no es agradable. Con el aprendizaje, vislumbramos la vida como es realmente, y eso es algo difícil de soportar. Por eso es que el progreso espiritual es lento: no porque nadie nos revele los secretos, sino porque nosotros mismos debemos vencer nuestras predilecciones y nuestros miedos.
En todo lo que es vida existe una parte vulnerable de terror, sufrimiento, herida. En lo profundo de nosotros existen intensos miedos que han dejado ilesos a muy pocos. Los terrores de la vida nos rondan, nos atacan, nos dejan feas heridas. Para amortiguar los golpes, vivimos en la belleza, coleccionamos cosas, nos enamoramos, tratamos desesperadamente de contruir algo perdurable en nuestras vidas. Consideramos a la belleza como la única cosa digna en esta existencia, pero la belleza no puede ocultar la aflicción, la violencia, lo azaroso, lo injusto.
Sólo el conocimiento extirpa este miedo. Si se nos mostrara toda la verdad, no podríamos tolerarla. Los detalles hermosos, tanto como los horribles, nos hacen humanos, y cuando el conocimiento amenaza mostramos nuestras locuras, es posible que nos demos cuenta de que no estamos listos para abandonarlas. Entonces, el velo se cierra nuevamente, y nos sentamos en meditación delante de él, tratando de prepararnos para el momento en que nos atrevemos a totalmente apartar la cortina.

8
Compasión

Una vez que usted ha visto
El rostro de dios
Ve su rostro
En cada persona que encuentra.

El verdadero dios no tiene rostro. El verdadero Tao no tiene nombre. Pero no podemos identificarnos con esto hasta que no tengamos un nivel muy elevado de discernimiento. Hasta ese momento, los dioses con rostros, y el Tao con nombres, serán más dignos de veneración y de estudio que las ilusiones del mundo.
Con un largo y sincero adiestramiento, es posible ver el rostro de dios. La santidad no tiene nada que ver con la objetividad científica. Tiene que ver con un claro y profundo reconocimiento de la verdadera naturaleza de la vida. La actitud que usted tenga hacia su dios será distinta de la de cualquier otra persona hacia el dios de ella: la divinidad es un reflejo de la comprensión que usted tiene. Si su experiencia difiere de la de los demás, eso no invalida su propio sentido de santidad. Después de haber visto, ya no le quedará ninguna duda.
Conocer a dios es la fuente de la compasión en nuestras vidas. Nos damos cuenta de que nuestra separación de los demás es artificial. No estamos separados de los demás, ni del Tao. Es sólo nuestro propio egoísmo el que nos lleva a definirnos como individuos. En realidad, una experiencia directa de dios es una experiencia directa de la total universalidad de la vida. Si le permitimos que él cambie nuestro modo de pensar, entenderemos nuestra unidad esencial con todas las cosas.
¿Cómo es dios? Una vez que usted vea a dios, podra ver su rostro en cada persona que encuentre.

9
Paloma

Anoche, una paloma quedó atrapada
en los maderos del tejado.
Me dio mucho trabajo tratar de liberarla.
Aterrada, varias veces se golpeó la cabeza.
Pude ayudarla sólo cuando estuvo aturdida.

En el diario leí esta cita de un sabio:
“La naturaleza humana en su origen era una, y éramos una unidad; el deseo y búsqueda de esa unidad se llama amor”.
Sucedió una noche, tarde. Me llamó la atención el batir de alas. Cuando miré hacia arriba la vi posada en un madaero. La paloma trataba de salir, pero estaba desorientada, o herida. Se deslizaba en rápidos saltitos en el cielorraso, a través de los maderos. Al aterrizar en las ventanas azules, miraba hacia afuera, incapaz de atravesar la invisible barrera. Subí y traté de ayudarla a que saliera. Me dejó llegar muy cerca, pero no podía comprender mi lenguaje, ni mis acciones.
Se escapó de mí, pero enseguida perdió altura y aterrizó en el piso. Bajé y la animé a salir. La faltaba muy poco para encontrar la salida, pero entró en pánico, y al volar se estrelló contra una pared. Cayó sobre mi mesa de trabajo, respirando fuerte, con una pluma suelta a un costado del cuerpo. Sólo entonces pude ponerla en una caja, y cuidarla.
Ella no podía comprender mi intención, y por eso se hirió. No pude ayudarla sin que se asustara. ¿Estuvieron conectados alguna vez todos los seres vivos? Tal vez sí. Pero en este mundo, el dolor y la confusión existen junto con la busqueda existen junto con la búsqueda de amor y de compasión.

10
Receptividad

Quiero hacerme una habitación vacía:
Silenciosas paredes encaladas
Llenas de sol
Y una brisa fresca
A través de las abiertas ventanas.

Algunos días son extremadamente fluidos, y todos los cursos de acción son igualmente atractivos. Antes de seguir nuestro libre arbitrio, es mucho mejor vaciarse, completamente. Entonces se pueden sentir las corrientes más sutiles de la vida. Debemos evitar el error de la acción al azar.
La acción arbitraria, muy probablemente, no estará en armonía con la época. Es artificial, una estructura que imponemos desde nuestro pensamiento. Esos movimientos son, invariablemente, formales y rígidos; no tienen la fresca perfección de lo natural.
No tenemos suficiente paz. Sin embargo, nunca alcanzaremos la paz mediante la eterna acción. El agua que siempre se revuelve jamás tiene la oportunidad de volverse transparente. El árbol siempre golpeado por los vientos nunca puede crecer derecho. Hágase receptivo. La paz que busca estará, enseguida, a su alcance.

11
Preocupación

La preocupación es adictiva:
Pone obstáculos a la compasión.

La preocupación es un problema que parece ser muy común. Tal vez se deba a la naturaleza excesivamente avanzada de nuestra civilización; tal vez mida nuestra propia degradación espiritual.
Cualquiera sea la causa, es evidente que preocuparse no es útil. Es un cáncer de las emociones; es la inquietud que se ha vuelto compulsiva. Afecta, destruye, gradualmente, a la mente y al cuerpo.
No sirve decir, “No piense en esto”. Uno se va a preocupar todavía más. Es mucho mejor seguir en la senda, cambiando lo que se puede cambiar. Lo demás debe ser disuelto en la compasión. En este mundo de niños con inmunodeficiencia, injusticia racial, falta de equilibrio en lo económico, violencia personal y conflicto internacional, es imposible solucionar las inquietudes de todos. Basta con cuidarse a uno mismo, y hacer algo bueno por aquellos a los que encontramos. Eso es la compasión, y debemos ejercitarla aun frente a las más abrumadoras desigualdades.
Siempre que se enfrente a un problema, dé su ayuda, si está en su poder hacerlo. Después de actuar, retírese, y no se inquiete por ello. Siga su camino sin siquiera mencionárselo a alguien. Entonces no existirá la preocupación, porque ha habido acción.

12
Reflejo

Luna sobre el agua.
Siéntese en soledad.

Si las aguas están apacibles, la luna se reflejará perfectamente. Si nos apaciguamos, podemos reflejar perfectamente lo divino. Pero si nos ocupamos exclusivamente en las frenéticas actividades de nuestras tareas diarias, si buscamos imponer nuestros esquemas al orden natural, y si nos quedamos absortos en nuestras opiniones egocéntricas, la superficie de nuestras aguas se vuelve turbulenta. Entonces no podemos ser receptivos al Tao.
No existe ningún esfuerzo que podemos hacer para apaciguarnos. la verdadera calma llega naturalmente de los momentos de soledad en los que dejamos que nuestra mente se asiente. Así como el agua busca su propio nivel, la mente gravita hacia lo sagrado. El agua turbia por el barro se asentará si no se la perturba, y así también se asentará la mente si se le permite estar en calma.
Ni la luna ni el agua hacen esfuerzo alguno para logra su reflejo. Del mismo modo, la meditación será natural e inmediata.
Deng Ming-Dao


Fuentes:



El Tao Te Ching.



El Camino

El Camino es el camino de la vida misma
y hay que irlo descubriendo de manera intuitiva,
ya que no puede ser encontrado mediante la aplicación del intelecto;
se revela en el vivivr real y concreto,
en el acto de ver el camino en cada momento de la vida.
Anne Bancroft

Comenzamos con esta cita por dos motivos fundamentales. El primero de ellos es que ya ha llegado el momento de referirnos al denominado estilo de vida taoista, al que yo preferíria no llamarle "estilo", sino simplemente actitud ante la vida.
La práctica del Tao, del Camino, "es el camino de la vida misma"; es el cotidiano vivir, pero no ya con una actitud soberbia y desafiante ante la naturaleza y las circunstancias que nos rodean, sino en una actitud diferente. La práctica del Tao es el reencuentro cotidiano con la vida en la plenitud que nos ofrece cada instante presente, y no ya con aquella constante ansiedad e insatisfacción que nos produce el apego a deseos, a sentimientos superlativos, a rencores, envidias, etc.

El otro motivo que me lleva a destacar la cita de Anne Bancroft, es el de resaltar, una vez más, que la comprensión del tao no es una labor intelectual sino una experiencia vital.
Es verdad que hasta este momento hemos hablado del taoísmo intentando un abordaje intelectual, pero estamos tocando sus límites. Lo hemos hecho así porque es la única manera de trazar un puente entre dos actitudes diferentes de experimentar el mundo: oriente y occidente. Pero basta volver al comienzo de estas páginas para recordar que todo cuanto pueda decirse sobre el tao sólo habla de sus apariencias.
Para conocer el tao hay que experimentarlo directamente. Resulta ilustrativo la analogía que presenta Raymon Smullyan cuando en su maravilloso libro "Silencioso Tao: reflexiones de un científico al otro lado del espejo", nos dice:

"¿Cómo se percibe directamente el Tao? Bien, ¿Cómo se percibe directamente una melodía? ¿Mediante el sentido de la audición? ¡No exactamente! El proceso de audición física evidentemente tiene un papel básico , pero no es todo. La persona con poco oído musical puede tener un equipo auditivo tan bueno como el músico, pero el músico experimenta la melodía mientras que el otro no. Por lo tanto lo que llamamos oir una melodía implica el uso de la palabra oir en un sentido más amplio y sutil que el de oir sonidos. La clave está en que la melodía es más que un grupo de sonidos; es la conjunción de estos sonidos con algún tipo de patrón o superestructura que de algún modo está superpuesta".
"Algunos dirán que el Tao no es más que el universo físico. Pero esto sería tan erróneo como decir que la melodía no es más que un grupo de sonidos. Sería mejor decir que el universo tiene el mismo tipo de relación con el Tao como el grupo de notas de una melodia con la melodía misma."

Viniendo de un lógico matemático, como lo es Smullyan, debiera ser suficiente esta analogía para que los lectores que abracen el positivismo como postura epistemológica, no crean que al hablar de los límites del intelecto para comprender el tao, estamos entrando en una zona oscurantista en la que se reniega de la objetividad del conocimiento. Este ha sido uno de los ataques más corrientes que sufren las doctrinas orientales.

También se intenta poner bajo sospecha de incongruencia, la propuesta de un Vía o Camino taoísta como perspectiva personal y social de vida. Se argumenta que, si todo tiene su raiz en el tao , no queda nada por elegir ni nada por hacer. A esto ya nos hemos referido en el tema anterior, pero nos quedó pendiente hacer referencia a lo que anticipamos como "falsa conciencia" del mundo.
Nuestra conciencia del universo, de lo que acontece en él, y más específicamente, de lo que sucede en nuestro entorno más inmediato, no escapa al ámbito del tao, pero no por ello, tiene que coincidir con la verdad. La realidad es una, pero las imágenes que nosotros percibimos de la realidad, las experiencias que tenemos (cada uno desde su peculiar lugar en el mundo) y las deducciones que hacemos sobre las características de esa realidad (que suponemos común a todos), son imágenes múltiples. Y cada una de esas imágenes es en mayor o menor grado una falsa conciencia del mundo.
Precisamente, hace a la sabiduría que se busca en el Camino taoísta, el superar las perspectivas personales para obtener una conciencia de la realidad más universal, más proxima a la verdad, menos distorcionada por nuestros intereses, nuestras apetencias, nuestras capacidades y habilidades disímiles. Si no fuere así, el taoismo sería una cosmovisión comprensiva pero no propositiva. No dejaría enseñanza alguna para el quehacer humano y estaría totalmente divorsiada de la vida social y política.

Para destacar que el Camino taoista, en cuanto senda personal y social, es la consecuencia coherente de la cosmovisión que venimos desarrollando desde el primer artículo publicado, creo oportuno hacer una brevísima síntesis de lo anteriormente expuesto, permitiendonos de manera fluída retornar al punto en que estamos. Me valdré para ello de fragmentos de la versión y comentarios de Antonio Medrano sobre el "Tao te king - El Taoismo y la Inmortalidad" (Biblioteca funadamental Año Cero, 1994). Cito a Medrano por la claridad y sencillez de su exposición y por afinidad de estilo:

Todo el orden natural, junto con todas y cada una de las cosas que forman parte de él, es una manifestación, expresión o revelación del Tao (...) Es el Tao el que susurra en las hojas de los árboles cuando estas son mecidas por el viento; es el Tao el que canta en el trino de los pájaros; es el Tao el que borbotea en el murmullo de las fuentes; es el Tao el que calla en el silencio de las altas cumbres o en la inmensidad de los desiertos...
La ley que lo rige todo es la ley de la interdependencia o interrelación universal: todas las cosas están relacionadas entre sí; todo influye en todo; cualquier acción o alteración, por mínima que sea, repercute en el conjunto. Hay unas conexiones sutiles entre los diversos planos y ordenes de la realidad: lo que ocurre en un momento o un lugar tiene su repercusión más o menos perceptible en momentos y lugares distantes (...). Cualquier cosa que haga el ser humano incide en el orden del cosmos.
El destino de los seres es circular por ese curso circular universal, hay que acoplarse a él sin rebeldía ni retiscencia, fluir en armonía con él y seguir relajadamente su trayectoria, renunciando a cualquier impulso egocéntrico. Cuando las cosas creadas desertan de ese su destino, cuando se sublevan y tratan de salirse de tal círculo para establecer su propio orden, se rompe el orden natural...
En cosecuencia el Taoismo es una forma de vida, una manera de ser y de actuar, un modo de ver la realidad y de estar en el mundo (...). Su objetivo fundamental es transfromar la vida humana para unirla al orden cósmico del que forma parte y hacerla una fiel expresión del Tao...
La meta de la Vía taoista es conocer la Realidad Suprema, y a través de ese Comocimiento supremo, conocer la profunda verdad del ser humano y la ley que rige el orden universal, lo que supone descubrir el vínculo que une a ambos.

Al Taoismo no le interesa un conocimiento puramente mental, abstracto y teórico, desvinculado de la vida, como es el que domina la vida del hombre occidental moderno. El Conocimiento que busca la Vía del Tao es un conocimiento realizativo (...). El Conocimiento del Tao tiene que ser vivido para ser comprendido (...). Es una verdad para ser vivida con la totalidad del ser, que para ser realizada exige una participación de la persona entera: con su cuerpo y su alma, con su inteligencia y con su sentimiento, con su estómago y sus pulmones...

Fuentes:

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El no-hacer.

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El Hombre

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LA PEREGRINACIÓN DEL TAO

 

Apadrina el Blog "Hombres que corren con los lobos"

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