sábado, 18 de diciembre de 2010

Visualización creativa

La visualización creativa es la técnica de utilizar la propia imaginación para crear lo que deseas en tu vida. No hay nada totalmente nuevo o extraño en la visualización creativa. La usamos todos los días, a cada momento. Es nuestra natural capacidad de imaginación, la energía creativa básica del Universo que utilizamos constantemente, aunque no seamos conscientes de ello.

La visualización creativa trata de estimular nuestra imaginación natural de un modo consciente, como una técnica para crear lo que verdaderamente deseamos: amor, realización. goce, satisfacción, relaciones, trabajo gratificante, expresión de uno mismo, salud, belleza, prosperidad, paz y armonía interior... en suma, todo lo que nuestro corazón pueda desear. El uso de la visualización creativa permite acceder a todo lo positivo y a los dones que fluyen naturalmente de la vida.
La imaginación es la capacidad de crear una idea o imagen mental. En la visualización creativa utilizamos nuestra imaginación para crear una imagen clara de algo que deseamos se manifieste. Luego, seguimos centrándonos en la idea o imagen de manera regular, comunicándole energía positiva hasta que se convierte en una realidad objetiva... En otras palabras: hasta que conseguimos materializar lo que hemos estado visualizando.
Nuestro objetivo puede ser de cualquier tipo: físico, emocional, mental o espiritual. Podemos imaginamos a nosotros mismos en un nuevo hogar, con un nuevo empleo, o teniendo una hermosa relación, o experimentando una sensación de calma y serenidad, o viendo mejorar nuestra memoria y nuestra capacidad de aprender. También podemos imaginarnos manejando sin esfuerzo una difícil situación, o, simplemente, vernos radiantes, llenos de luz y de amor. Podemos actuar a cualquier nivel, y en todos ellos conseguiremos resultados. Luego, con la experiencia, descubriremos las técnicas e imágenes que, concretamente, nos resulten mejor.
Pongamos, por ejemplo, que tuviésemos una relación difícil con alguien y deseásemos crear un clima de mayor armonía con esta persona. Supongamos que es usted quien tiene el problema. Relájese, hasta conseguir un estado mental profundo, sereno y reflexivo. Imagínese mentalmente relacionándose y comunicándose con esa persona de una manera abierta, honesta y armoniosa. Trate de llevar a sí mismo la sensación de que su imagen mental es posible y experiméntela como si realmente estuviese sucediendo.
Repita este breve y sencillo ejercicio a menudo, unas dos o tres veces al día, o siempre que piense en el tema. Si usted es sincero, y se siente verdaderamente dispuesto a un cambio, pronto descubrirá que la relación se hace más fácil y más fluida y que la otra persona parece hacerse más agradable y que se comunica más fácilmente con usted. Eventualmente, descubrirá que el problema acaba por resolverse completamente, de uno u otro modo, en beneficio de ambas partes.
Conviene, sin embargo, señalar que esta técnica no puede ser utilizada para «controlar» el comportamiento de los demás o hacer que hagan algo en contra de su voluntad. Lo que esta técnica consigue es disolver nuestras barreras internas que se hallan en oposición a la armonía natural y a nuestra realización, permitiendo que nos manifestemos en nuestros aspectos más positivos.
Para utilizar la visualización creativa no es necesario tener ninguna creencia metafísica o espiritual, aunque es necesaria la disposición a aceptar la realidad de algunos conceptos. Pero no es necesario "tener fe" en ningún poder externo a nosotros.
Lo que sí es verdaderamente necesario es albergar el deseo de enriquecer nuestros conocimientos y experiencia, y una mente lo suficientemente abierta para probar algo nuevo con una actitud positiva.
Estudie los principios y ensaye las técnicas con la mente y el corazón abierto, y juzgue entonces por sí mismo si le son o no útiles.
Si llega a la conclusión de que son valiosos, siga utilizándolos y muy pronto los cambios que se producirán en usted y en su vida excederán probablemente de todo lo que pudo haber soñado.


Cómo funciona la visualización creativa

Para comprender cómo funciona la visualización creativa es útil considerar varios principios interrelacionados:

El Universo físico es energía

Nuestro universo físico no está realmente compuesto de ninguna «materia» en absoluto. Su componente básico es un tipo de fuerza o esencia que podemos llamar energía.
Las cosas parecen ser sólidas y estar separadas unas de otras en el nivel en el que nuestros sentidos físicos suelen percibirlas. Sin embargo, a niveles más sutiles como, por ejemplo, el atómico y el subatómico, la materia aparentemente sólida se ve como partículas más y más pequeñas dentro de otras partículas que, a la postre, acaban por no ser otra cosa que pura energía.
Físicamente, todos somos energía, y todo lo que hay en nosotros y lo que nos rodea está hecho de energía. Percibimos todas las cosas como separadas unas de otras, como algo sólido, cuando, en realidad, no son más que diversas formas de nuestra energía esencial que es común a todo.
La energía vibra a diferentes velocidades y, por lo tanto, presenta distintas características, que la hacen más sutil o más densa. El pensamiento es una forma de energía relativamente sutil y ligera y, por lo tanto, muy rápida y sensible a los cambios. La materia es una energía relativamente densa y compacta y, por lo tanto, más lenta para moverse y cambiar. Todas las formas de energía están in-terrelacionadas y se afectan unas a otras.

La energía es magnética


Una de las leyes de la energía dice que una energía de determinadas características y vibración tiende a atraer energía de características y vibración similares.
El pensamiento y los sentimientos tienen su propia energía magnética de naturaleza similar. Podemos observar este principio en la práctica, cuando, por ejemplo, nos encontramos «por casualidad» con alguien en quien acabábamos de pensar, o cuando tomamos «al azar» un libro que contiene la información que precisamente necesitábamos en aquel momento.

La acción sigue a la idea

El pensamiento es una forma de energía rápida, ligera y móvil. Se manifiesta instantáneamente, a diferencia de otras formas de energía más densa como la materia.
Cuando creamos algo, siempre lo creamos en primer lugar en forma de pensamiento. El artista primero tiene una idea o inspiración y luego crea, por ejemplo, un cuadro. El arquitecto hace en primer lugar un diseño y luego, sobre los planos que ya tiene elaborados construye la casa.
La idea es como una película fotográfica: crea una imagen de la forma que luego se magnetiza y conduce la energía física para que fluya en esa forma y pueda llegar a manifestarse en el plano físico.
Este principio sigue siendo válido aunque no emprendamos una acción física directa para que nuestras ideas se materialicen. El mero hecho de tener una idea o pensamiento alojados en nuestra mente es una energía que tenderá a atraer y crear la forma en el plano material. Si pensamos constantemente en la enfermedad, podemos acabar enfermando. Si pensamos en nosotros mismos como algo hermoso, acabaremos siéndolo.

La ley de la radiación y de la atracción

Este principio afirma que todo lo que proyectamos hacia el universo vuelve de algún modo a reflejarse en nosotros. "Se recoge lo que se siembra."
Desde el punto de vista práctico, esto significa que siempre atraemos a nuestras vidas aquello en lo que más intensamente pensamos, aquello en lo que creemos con mayor fuerza, lo que ansiamos más profundamente, lo que imaginamos de un modo más real.
Cuando tenemos una actitud negativa o temerosa, insegura o ansiosa, tendemos a crearlas mismas experiencias, situaciones o personas que estamos tratando de evitar. Si adoptamos una actitud básicamente positiva, confiando y entreviendo el placer, la satisfacción y la felicidad, atraeremos y crearemos situaciones, acontecimientos e incluso personas, conforme a nuestras expectativas más positivas. Por lo tanto, cuanto más energía positiva pongamos en imaginar lo que deseamos, antes empezará a manifestarse en nuestras vidas.

La utilización de la visualización

El proceso de cambio no se produce a niveles superficiales por medio del simple "pensamiento positivo". Implica explorar, descubrir y modificar nuestras más profundas actitudes básicas respecto a la vida. Esta es la razón por la que aprender a utilizar la visualización creativa puede convertirse en un proceso de profundo y significativo desarrollo. En este proceso descubrimos a menudo algunas vías en las que nosotros mismos nos hemos frenado, bloqueándonos para lograr la satisfacción y la realización en la vida, debido a nuestros temores y conceptos negativos. Pero cuando las vemos claramente, estas actitudes pueden quedar "disueltas" a través del proceso de la visualización creativa, dejándonos espacio para encontrar y vivir nuestro natural estado de plenitud, felicidad, realización y amor.
Este es el fin último de la visualización creativa: hacer de cada momento de nuestras vidas, un momento de creación maravillosa, en el que de forma natural elegimos lo mejor, lo más hermoso, la vida más plena que podamos imaginar.

Cómo visualizar

Mucha gente se pregunta lo que se quiere decir exactamente con el término visualizar. Algunos se preocupan porque no "ven" realmente nada cuando cierran los ojos y tratan de visualizar una imagen mental.
No se aferré al término "visualizar". No es en absoluto necesario ver mentalmente una imagen. Algunos dicen ver muy claramente nítidas imágenes cuando cierran los ojos e imaginan algo. Otros tienen la sensación de que no «ven» realmente nada. Se limitan a "pensar en ello", a imaginar que están mirándolo, o a sentir conscientemente la impresión de un sentimiento. Es absolutamente normal. Todos usamos nuestra imaginación constantemente. Es imposible no hacerlo y, por lo tanto, cualquiera que sea el proceso que imaginemos estar experimentando, es perfectamente normal y positivo.
Si todavía no está seguro de lo que significa visualizar, lea atentamente el siguiente ejercicio, cierre los ojos y hágalo a continuación.
Cierre los ojos y relájese profundamente durante unos minutos. Piense en alguna habitación que le sea muy familiar. Recuerde algunos detalles que le sean especialmente familiares, como el color de la alfombra, la disposición de los muebles, la iluminación. Imagínese entrando en la habitación y sentándose en una silla o echándose en un cómodo sofá o en la cama.
Evoque entonces alguna experiencia agradable que haya tenido en días pasados, especialmente alguna relacionada con sensaciones físicas tales como una comida deliciosa, un masaje, nadar en agua estupenda o hacer el amor. Evoque la experiencia lo más vividamente posible y vuelva a disfrutar de sus agradables sensaciones.
Imagine entonces que se encuentra en algún paraje idílico, relajándose quizá sobre la suave y verde hierba junto a un río de aguas cristalinas, o atravesando un bosque exuberante. Puede que sea un lugar en el que haya estado o un lugar ideal al que le gustaría ir. Piense en los detalles e imagínelo en todos los aspectos tal como le gustaría.
Cualquiera que sea el proceso que haya utilizado para llevar estas escenas a su mente, será su propio medio de "visualizar".
Luego, conservando la idea o imagen en su mente, haga algunas afirmaciones totalmente positivas (en voz alta o en silencio, como prefiera) acerca de la circunstancia imaginada:
Aquí me tienen, pasando un maravilloso fin de semana en la montaña. Qué días más maravillosos.
Ahora sí que tengo una relación feliz y maravillosa con X. Estamos realmente aprendiendo a comprendernos.
Termine siempre su visualización haciéndose esta rotunda afirmación:
Esto, o algo mejor, se hace realidad de un modo satisfactorio y armonioso para el bien de todos a quienes afecta.
Esto deja lugar para algo distinto e incluso mejor de lo que en principio había deseado que sucediera, y le sirve como recordatorio de que este proceso sólo funciona para beneficio de todas las personas a las que implica. De hecho, hay dos medios distintos para llegar a la visualización creativa. Uno es receptivo y el otro es activo. En el receptivo nos limitamos a relajarnos y a dejar que las imágenes o impresiones lleguen a nosotros sin elegir los detalles; las tomamos tal como vienen. En el activo creamos y elegimos conscientemente lo que deseamos ver e imaginar. Ambos procesos son una parte importante de la visualización creativa, y tanto nuestra receptividad como nuestra actividad se ven reforzadas con la práctica.

Problemas especiales de la visualización

A veces, algunas personas tienen completamente bloqueada su capacidad para visualizar o imaginar a voluntad y, sencillamente, tienen la sensación de que «no pueden hacerlo». Este tipo de bloqueo suele proceder de algún temor, el cual, en realidad puede terminar por ser superado si la persona lo desea de verdad.
Se bloquea la capacidad para usar la visualización creativa por el temor a lo que se pueda encontrar al mirar al interior (el temor a los propios pero desconocidos sentimientos y emociones).
En una ocasión, y en una de mis clases, un hombre se mostraba totalmente incapaz de visualizar y se quedaba sistemáticamente dormido durante las meditaciones. Luego resultó que había tenido una experiencia profundamente emotiva durante un proceso de visualización y tenía miedo de emocionarse demasiado delante de los demás.
Lo cierto es que no hay nada en nuestro interior que pueda herirnos. Es solamente nuestro temor a experimentar nuestros propios sentimientos lo que puede bloquearnos.
Si durante la meditación sucede algo inesperado, lo mejor es hacerle frente de modo total, asumirlo y experimentarlo tanto como pueda; acabará descubriendo que pierde el poder negativo que pueda tener sobre usted. Nuestros temores proceden de cosas que no afrontamos. En cuanto nos mostramos dispuestos a mirar intensa y profundamente a la fuente de nuestro temor, pierde su poder.
Afortunadamente, esos problemas se presentan raramente en la visualización. Por lo general, la visualización creativa llega de un modo natural, y cuanto más la practicamos, más fácil se hace.

Una visualización eficaz

Decida su objetivo

Decida sobre algo que le gustaría tener, algo sobre lo que le gustaría trabajar, realizar o crear. Puede situar su objetivo a cualquier nivel: una casa, una relación, un cambio en su personalidad, mejor salud, o cualquier otra cosa.
Al principio, elija objetivos en los que le sea bastante fácil creer, cuya realización crea usted posible en un futuro inmediato. De este modo no tendrá que vencer en sí mismo demasiadas resistencias negativas y podrá llevar al máximo su sensación de éxito en el proceso de aprendizaje de la visualización creativa. Luego, cuando tenga más práctica, podrá ir planteándose objetivos más problemáticos y difíciles.

Cree una imagen o idea clara

Cree una idea o imagen mental del objeto o situación exactamente como lo desea. Debe pensar en ello en presente, como si ya existiese lo que usted quiere que exista. Imagínese en esa situación tal como la desea e incluya tantos detalles como pueda.

Concéntrese a menudo en ello

Evoque a menudo su idea o imagen mental, tanto en los momentos de tranquila meditación como espontáneamente siempre que le surja la idea a lo largo del día, idea que, de este modo, se convierte en parte integrante de su vida, se le hace más real y la proyecta de un modo más fecundo.

Transmítale energía positiva

Al concentrarse en su objetivo piense en él de un modo positivo y animoso. Hágase rotundas afirmaciones positivas: que existe, que ya lo ha conseguido o que lo va a conseguir. Véase a sí mismo en el momento de recibirlo o lograrlo. Mientras hace estas afirmaciones destierre cualquier duda o desconfianza que pueda albergar, por lo menos en ese momento, y habitúese a albergar el sentimiento de que lo que usted desea es real y posible.
Prosiga avanzando en este proceso hasta que logre su objetivo o hasta que deje de desearlo. Recuerde que los objetivos suelen cambiar antes de haberse conseguido, algo que es connatural al proceso humano de cambio y desarrollo. Por lo tanto, no trate de prolongarlo más allá de sus energías. Si usted pierde interés puede significar que ha llegado el momento de reconsiderar sus deseos.
Si uno de sus objetivos cambia, asegúrese de que es realmente así. Vea claro en su mente que ya no se concentra en su anterior objetivo. Dé por concluido el ciclo de su anterior objetivo y empiece un nuevo ciclo. Esto le ayudará a evitar la confusión o a que llegue a sentirse como si hubiese «fracasado» cuando lo que sucede es que, simplemente, ha cambiado.
Cuando logre un objetivo, asegúrese de tener el consciente convencimiento de que ha sido realmente conseguido.
Con frecuencia, logramos cosas que hemos estado deseando y visualizando sin apenas advertir nuestro éxito. Por lo tanto, felicítese por ello y no deje de darle las gracias al universo por haber hecho realidad sus deseos.

Las afirmaciones

Las afirmaciones son unos de los elementos más importantes en la Visualización Creativa. Afirmar significa "hacer firme". Una afirmación es un pensamiento fuerte y positivo acerca de que algo ya es así. Es una manera de “confirmar” la existencia de aquello que está usted imaginando.
La mayoría de nosotros estamos conscientes del hecho de que sostenemos un "diálogo" interior casi constante en nuestras mentes. La mente está ocupada "hablándose" a sí misma, comentando sin cesar acerca de la vida, el mundo, nuestros sentimientos, nuestros problemas, otras personas, etc.
Las palabras e ideas que nos pasan por la mente son muy importantes. La mayor parte del tiempo no nos damos cuenta, de manera consciente, de este flujo de pensamientos, y sin embargo aquello que nos "decimos a nosotros mismos" mentalmente es la base sobre la que formamos la experiencia de nuestra realidad. Nuestros comentarios mentales influencian y afectan nuestros sentimientos y percepciones acerca de lo que pasa en nuestras vidas y son estas formas de pensamiento las que al final atraen y crean todo lo que pasa alrededor de nosotros.
Cualquiera que haya practicado la meditación, sabe cuán difícil puede ser acallar esta "conversación mental" interna, para poderse conectar con nuestra mente mas sabia, profunda e intuitiva. Una práctica tradicional de meditación, es simplemente observar el diálogo interno con tanta objetividad como sea posible.
Esta es una valiosa experiencia puesto que le permite crear conciencia real de los tipos de pensamientos que habitualmente cruzan por su mente. Muchos de estos pensamientos son como grabaciones de viejos patrones que han regido nuestras vidas. Son "programaciones" viejas que registramos hace mucho tiempo que aún influencian lo que nos acontece hoy en día.
El practicar las afirmaciones nos permite empezar a reemplazar algo de la plática echada a perder, agotada o negativa que llevamos en la mente y sustituirla por ideas y conceptos más positivos. Es una técnica poderosa, la cual en poco tiempo puede transformar nuestras actitudes y expectativas acerca de la vida, y por tanto cambiar en su totalidad aquello que nos hemos creado.
Las afirmaciones pueden efectuarse en silencio, en voz alta, por escrito e incluso por medio de cantos o recitaciones. Diez minutos al día de afirmaciones efectivas pueden contrarrestar incluso años de viejos hábitos mentales. Naturalmente, mientras más frecuentemente procure estar consciente de lo que se está diciendo a sí mismo y elija palabras y conceptos positivos e importantes, más positiva será la realidad que cree.
Una afirmación puede ser cualquier pensamiento positivo. Puede ser muy general o muy o muy específico. Existen una infinidad de posibles afirmaciones. He aquí sólo unas cuantas para darle algunas ideas:

♦  Todo llega hacia mífácilmente y sin esfuerzo.
♦  Me siento radiante y estoy Heno de luz y amor.
♦   Tengo todo lo que necesito para disfrutar aquí y ahora.
♦   Todo lo que necesito está ya en mi interior.
♦  Acepto todos mis sentimientos como parte de mí mismo.
♦  Cuanto más me amo a mí mismo más amor puedo dar a los demás.
♦  Actualmente recibo amor con prodigalidad.
♦  Atraigo hacia mí y hacia mi vida relaciones de amor, de satisfacción y de felicidad.
♦  Mi relación con X es cada vez más feliz y más plena.
♦  Me encanta hacer mi trabajo,y me siento recompensado con creces, tanto creativa como económicamente.
♦  Soy un canal abierto de energía creadora.
♦  Consigo expresarme tal como soy, con pleno dinamismo.
♦  Siempre estoy en el lugar preciso en el momento oportuno, llevando a cabo con éxito lo que hay que hacer.
♦  El universo es rico y hay para todos.
♦  Cuanto más doy, más recibo y más feliz me siento.
♦  Me encuentro relajado y centrado,y tengo tiempo para todo.
♦  Ahora disfruto de todo lo que hago.
♦  Me siento feliz y venturoso sólo por el hecho de vivir.
♦  Me siento con una salud perfecta y radiante de belleza.
♦  Estoy abierto para recibir todas las bendiciones de este pródigo universo.
♦  La luz divina que hay en mi interior está produciendo perfectos resultados en cada fase de mi vida actual.
♦  Es estupendo tener todo lo que necesito.
♦  Ahora todo se está desarrollando bien en mi vida.


Puntos importantes acerca de las afirmaciones:

1. Siempre enuncie sus afirmaciones en tiempo presente, no en futuro. Es importante creerlas como si ya existieran. No diga: “Tendré un magnífico empleo”, sino: “Ahora tengo un magnífico empleo”. No se está mintiendo a sí mismo; solamente está reconociendo el hecho de que todo se crea en “primer lugar” en el plano mental, antes de manifestarse como una realidad objetiva.

2. Siempre enuncie sus afirmaciones de la manera más positiva que pueda. Afirme lo que desea, no lo que no desea. No diga: “Ya no me quedo dormido en las mañanas”, sino “Ahora despierto a tiempo y lleno de energía cada mañana”. Esto le asegura que está creando la imagen mental más positiva posible. En ciertos momentos le parecerán útiles las afirmaciones negativas, especialmente al tratar de borrar bloqueos emocionales específicos, o malos hábitos. Por ejemplo: “No es necesario que me ponga nervioso para lograr hacer algo”. De ser así, deberá continuar siempre este tipo de afirmación con una positiva que describa aquello que desee crear. Por ejemplo: “Ahora permanezco profundamente relajado y tranquilo, y todo se logra fácilmente y sin esfuerzo”.

3. En general, mientras más simple y corta la afirmación, más efectiva. Una afirmación debe ser un pensamiento claro que proyecte un sentimiento profundo, mientras más sentimiento proyecte, mayor será la impresión que haga en su mente. Las afirmaciones largas, de muchas palabras o de mucha teoría pierden su impacto emocional y terminan por confundirlo.

4. Elija siempre afirmaciones con las que se sienta usted verdaderamente cómodo. Lo que funciona para una persona, no necesariamente le funcionará a otra. Una afirmación debe sentirse como algo que es positivo, expansivo, liberador y / o como un apoyo. Si no es así, busque otra, o trate de cambiar las palabras hasta que se sienta a gusto. Por supuesto, podría darse el caso de que emocionalmente se sienta incómodo con cualquier afirmación que utilice por primera vez, en especial si ésta le causa gran efecto o si va a provocar un cambio importante en su subconsciente. Esto es simplemente la resistencia inicial de su ego contra el crecimiento y el cambio.

5. Recuerde siempre que al hacer una afirmación usted está tratando de crear algo nuevo y fresco. No está tratando de remendar ni de cambiar algo que ya existe. El hacerlo significaría presentar resistencia a lo que es, lo cual traería consigo conflicto y lucha. Asuma la actitud de aceptación y de que puede manejar cualquier cosa que ya exista en su vida, y al mismo tiempo de que cada momento es una nueva oportunidad para comenzar a crear exactamente aquello que usted desea y que lo hará feliz.

6. Las afirmaciones no tienen el propósito de contradecir o de tratar de cambiar sus sentimientos y emociones. Es importante aceptar y experimentar todos sus sentimientos incluyendo aquellos que se consideran “negativos”, sin tratar de cambiarlos. Al mismo tiempo las afirmaciones pueden ayudarle a crear un nuevo punto de vista acerca de la vida, que le permita obtener más y más experiencias satisfactorias de aquí en adelante.

7. Al utilizar las afirmaciones, trate lo más posible de creer en ellas, de que su experiencia puede convertirse en realidad. Durante un rato ( aunque sean unos minutos ) suspenda todas sus dudas y titubeos, y utilice todo su poder mental y su energía emocional en ellas. Si hay dudas, resistencia o pensamientos negativos que están interfiriendo con sus afirmaciones, utilice uno de los procesos de eliminación o alguna de las afirmaciones que aparecen en la Cuarta Sección de este libro. Más que recitar una afirmación de memoria, trate de sentir que realmente tiene el poder para hacerla realidad ( ¡Y de verdad lo tiene! ). Esto hará una gran diferencia en su efectividad.

Las afirmaciones pueden usarse solas o en combinación con visualizaciones o imaginaciones. Incluya siempre las afirmaciones en sus períodos normales de meditación de Visualización Creativa. Las afirmaciones son más poderosas e inspiradas cuando incluyen referencias a fuentes espirituales. La mención de Dios, Cristo, Buda o cualquiera de los Grandes Maestros, añade energía espiritual a su afirmación y reconoce la fuente universal de todas las cosas. Podría preferir utilizar frases como Amor Divino, La Luz que hay dentro de Mí, o el conocimiento universal.

Fuentes:


Las amenazas contra el clima

En 1995, se prohibió en Europa la fabricación de los famosos CFCs (cloro-fluoro-carbonos), los compuestos sintéticos utilizados en numerosas industrias, que demostraron ser extremadamente nocivos para la protectora capa de ozono de la estratosfera. Otras muchas sustancias siguen amenazando hoy el clima del planeta, y la prohibición de los CFCs fue solo un granito de arena en la escalada humana por disminuir los niveles de gases y actividades causantes del calentamiento global.
De la mano de Mario Molina, premio Nobel de Química en 1995 por su investigación sobre la acción de los CFCs en la capa de ozono, Redes repasa hoy las principales amenazas para el futuro del planeta y el papel de la sociedad en la evolución del clima.


"Más calentamiento es inevitable,
pero el nivel de calentamiento futuro está en nuestras manos."
Mario Molina


Redes 76: “Las amenazas contra el clima”. Fecha de emisión: 12/12/10.

Eduard Punset:
Mario, vamos a ver, yo cuando era pequeñito me decían que el planeta era como una caja de zapatos y que encima tenía una tapadera, una tapa tan delgada como las tapas de las cajas de zapatos y que eso era la capa de ozono, que nos protegía de las radiaciones. Siempre me quedé con la idea de que era muy frágil. ¿Qué hay de verdad? O sea, tú en el año 74 das la voz de alarma diciendo: "Cuidado, preocuparos de esto porque vuestra vida futura depende de lo que le pase a esta cosita tan delgada como la tapa de una caja de zapatos".

Mario Molina:
Muy cierto, pues la atmósfera es muy delgada, como la cáscara de una manzana pero una parte de la atmósfera, en la estratosfera, entre diez y quince kilómetros por arriba de la superficie, se concentra lo que llamamos la capa de ozono, que es donde existe este compuesto, compuesto natural, que tiene la propiedad de absorber radiación ultravioleta del sol, o sea, el sol emite sobre todo radiación visible pero también ultravioleta de onda corta que es capaz de romper moléculas y lo que hace es afectar a muchas moléculas importantes para la vida, entonces, a la gente le puede ocasionar cáncer de piel o cataratas… Esa radiación, la que protege parcialmente la capa de ozono pero protege totalmente de otra…, el mismo tipo de radiación pero de onda más corta, que ésa sí destruye prácticamente todas las moléculas, por eso es una capa esencial para la evolución de la vida como la conocemos.

Eduard Punset:
Oye, y los científicos nos habéis hablado continuamente de una cosa que llamáis CFC, los clorofluorocarbonos, que son los que de verdad, decís, aunque luego me lo decís de otra manera, destruyen esta capa de ozono o la dañan. ¿Por qué?

Mario Molina:
Sí, sí, bueno, esto fue lo que descubrimos con mi colega Sherry Rowland en los años 70 y es que nos preguntamos qué les iba a pasar a ciertos compuestos industriales que no existen de manera natural, son estos CFC o clorofluorocarbonos. se llamaban compuestos milagrosos en su época, se inventaron para reemplazar compuestos tóxicos como el dióxido de azufre, el amoníaco, que se usaban en refrigeradores y causaron muchos problemas y…

Eduard Punset:
Porque estos nuevos los podías diseñar…

Mario Molina:
Y estos nuevos… ¡Exacto! La propiedad importante de estos compuestos es que se convierten de líquidos en vapores muy fácilmente y es lo que necesitan, un refrigerante, bueno, pues éstos se estaban acumulando en la atmósfera y nos preguntamos qué podría pasar porque los podemos respirar, no pasa nada, y lo que inferimos es que son tan estables que pueden llegar a la estratosfera, donde se encuentra esa capa de ozono. Los compuestos no le afectan directamente pero se descomponen precisamente por esta radiación ultravioleta y los productos de descomposición, sobre todo los átomos de cloro, y los átomos de bromo, sí que destruyen la capa de ozono. Es un proceso catalítico, o sea, que cantidades pequeñas destruyen grandes cantidades de ozono. Y cuando nos dimos cuenta de esto, era una hipótesis, una predicción de lo que podía pasar.

Eduard Punset:
E iniciasteis esta especie de torrente de ideas a nivel planetario para que dejáramos de utilizar algunas de estas sustancias.

Mario Molina:
Exactamente pero el primer paso fue comprobar la hipótesis; ya con la comunidad científica se hicieron experimentos y, además, la predicción que habíamos hecho no era muy precisa en cuanto a dónde iba a producirse el mayor efecto. Pero efectivamente la predicción se materializó y es que en una parte de la atmósfera desapareció casi en su totalidad el ozono, en las alturas donde es más abundante, y es lo que llamamos el "agujero" en la capa de ozono, que ocurre sólo sobre la Antártida.

Eduard Punset:
Afortunadamente.

Mario Molina:
Afortunadamente. Es donde la atmósfera es más fría. Aunque después se pudieron hacer experimentos muy definitivos que comprobaron con certidumbre que, efectivamente, eran esos CFC o sus productos de descomposición los que ocasionaron ese agujero que antes no existía. El agujero se generó en los años 80 y nosotros hicimos la predicción en los años 70.

Eduard Punset:
Ahora…, vamos a ver, ¿sigue habiendo o no sigue habiendo un agujero?, ¿sigue dañada?

Mario Molina:
Sigue dañada y este agujero se genera en la primavera, en el hemisferio sur, pero lo que esperamos es que desparezca en las próximas décadas. ¿Por qué sigue habiendo…? Porque estos CFC, que se emitieron sobre todo en el siglo pasado, permanecen en la atmósfera durante un siglo o más. Así es que estamos viendo el daño ocasionado por lo que ya se emitió pero ya podemos medir, con mucha certeza, que ya han empezado a desparecer porque el acuerdo internacional, el Protocolo de Montreal…

Eduard Punset:
Ha servido de algo.

Mario Molina:
Sí, porque ya no se producen industrialmente o sea que sí ha tenido mucho éxito ese protocolo.

Eduard Punset:
¿Qué pasaría si la capa de ozono desapareciera no sólo en la Antártida?

Mario Molina:
Tendría un efecto gigantesco en la vida, en los sistemas ecológicos y también en el clima porque es parte de la manera como funciona la atmósfera, de la manera como se calienta la estratosfera, existe por la capa de ozono porque allí es donde aumenta la temperatura, con la altura, o sea que es una parte muy importante del sistema natural de la atmósfera.

Eduard Punset:
Mario, es curioso, es curioso porque es realmente una de las pocas ocasiones en las que la voz de alarma de la comunidad científica alerta sobre un problema como éste y se consigue un resultado, decís vosotros, ¿no? No ha sido aleatorio. Ha sido realmente el resultado de una serie de acciones tomadas por los distintos gobiernos…

Mario Molina:
Sí, sí, por eso es un precedente importante porque no solamente es decir que va a haber una crisis y que nos van a pasar cosas a todos, no, es diseñar la solución. Es algo que podemos resolver y que pudimos convencer, ya no es parte de la ciencia sino de la diplomacia internacional, pudimos convencer prácticamente a todos los países del planeta, que se pusieron de acuerdo y se resolvió el problema.

Eduard Punset:
O sea que, de momento, por lo menos podemos estar algo más tranquilos con la capa de ozono, ¿no? Las cosas han mejorado, y los científicos están, bueno, menos preocupados pero, en cambio, hay otro tema que es el del calentamiento global del que tanto hemos oído hablar, este famoso CO2 natural, que lo fascinante es que lo necesitamos para sobrevivir y, Mario, me encantaría que nos explicaras, ¿por qué primero nos es absolutamente indispensable para sobrevivir este CO2? Y, luego, ¿ por qué creemos que ahora hay demasiado?

Mario Molina:
Exactamente. A ver, el planeta tiene lo que llamamos el "efecto invernadero natural" que es que este CO2, dióxido de carbono, junto con el vapor de agua, absorben parte de la emisión infrarroja que emite la superficie pero en esta delgada capa que tenemos, la atmósfera, tiene como consecuencia que funcione como una manta, por lo que cambia la temperatura de la superficie del planeta, por este CO2 y vapor de agua, en aproximadamente 30 grados Celsius, que es muchísimo.

Eduard Punset:
O sea, que tendríamos una temperatura de…

Mario Molina:
De menos 15…
Eduard Punset:
Si no hubiera…

Mario Molina:
Si el promedio… Exacto…

Eduard Punset:
Si no hubiera efecto invernadero.

Mario Molina:
Si no hubiera efecto invernadero, así es que el efecto invernadero natural es importantísimo. El dióxido de carbono está presente en trescientas partes por millón. El vapor de agua, varía mucho, puede llegar hasta el 1% más o menos, aunque son componentes menores, pero sabemos que son indispensables para tener el clima con el que pudo evolucionar la vida. Y, claro, por eso nos preocupa ahora que esté aumentando este dióxido de carbono del 30%, que es… Claramente ya tenemos más de lo que ha habido en el último medio millón de años. Porque sabemos cuánto había hace medio millón de años por el análisis de burbujas de aire atrapadas en los conos de hielo, podemos ver en qué época se formaron en la Antártida o en Groenlandia.

Eduard Punset:
Y va y le decís a la gente, después de pensarlo mucho: "Tened cuidado, esto va a subir la temperatura en la Tierra de dos grados".

Mario Molina:
Bueno, lo que decimos es lo siguiente: lo que sabemos que ya sucedió, lo que podemos medir es que ha subido alrededor de..., es menos de un grado, 0,8, pero en promedio…, en los polos sube más y en los trópicos menos, pero el promedio es casi un grado. Y cuánto más va a subir depende de si responde o no la sociedad. La preocupación es que si continuaran las emisiones históricas, si no nos preocupáramos de este problema y continuara el progreso sobre todo en los países en desarrollo, tres cuartas partes de la población del planeta, si funcionaran de la misma manera que lo han hecho históricamente los países desarrollados, podría duplicarse la cantidad de dióxido de carbono o más.

Eduard Punset:
Sí, pero el hecho, el hecho, si entiendo bien, el hecho es que la temperatura ha subido sólo menos de un grado.

Mario Molina:
Exactamente.

Eduard Punset:
No parecería que está cerca de llegar a los dos grados que realmente plantearían problemas en la agricultura y todo eso…

Mario Molina:
Está muy claro que la sociedad no va a dejar de emitir dióxido de carbono inmediatamente porque los combustibles fósiles constituyen una parte esencial del funcionamiento de la sociedad. ¡Si es que vamos a tardar en reducir emisiones!, así es que la temperatura lo más probable, tomando en cuenta el entendimiento detallado cuantitativo de cómo funciona esto, lo más probable es que suba más de dos grados. Y si no hacemos nada podría subir tres o cuatro, lo que sí sería muy arriesgado.

Eduard Punset:
¿Y qué puede hacer la gente para que... para que no suba tres grados?

Mario Molina:
Lo más importante que puede hacer la sociedad a nivel individual es presionar a sus gobiernos. Sí podemos cambiar, podemos dejar de usar combustibles fósiles o usarlos siempre y cuando se capturen esas emisiones. Claro, eso cuesta. Y ése es el problema, que va a costar más de lo que hacemos hoy en día, ¿no?

Eduard Punset:
Esto…, esto nos podría ayudar a introducir en las instituciones y en el pensamiento el hecho de que es absolutamente imprescindible invertir más en políticas de prevención.

Mario Molina:
Sí.

Eduard Punset:
O sea que en lugar de intentar sanar una cosa que ya es irremediable, fuéramos más conscientes de las posibilidades que tenemos de evitar todas esas cosas.

Mario Molina:
Exactamente, exactamente, porque en este caso, de nuevo, no cabe duda, con los estudios económicos que se han hecho, de que es mucho más caro tratar de sanar…, o sea las consecuencias que son los eventos climáticos extremos, protegerse contra esos cambios…, o el costo de las inundaciones, por ejemplo, que ya lo estamos pagando. Todo eso es mucho más caro. La dificultad es convencer a la sociedad de hacer las inversiones necesarias para prevenir esos cambios, por un lado, y por otro lado, es un poco una cuestión de escala de tiempo. Esto ya está pasando y nos va a pasar en nuestra propia generación. Pero va a ser mucho peor para nuestros hijos y nuestros nietos, por lo que depende de la importancia que le dé la sociedad al bienestar de las futuras generaciones.

Eduard Punset:
Mario, si dejamos de lado, y con esto intento terminar, si dejamos de lado la capa de ozono, los problemas que crea la radiación solar en la vida del planeta, si dejamos de lado el otro gran tema, el cambio climático, el calentamiento, ¿cuál es la mayor amenaza que tú ves de cara a los años futuros para el medio ambiente? ¿De qué debiéramos ser de verdad temerosos?

Mario Molina:
El problema, visto de una manera más integral, la población del planeta continúa creciendo, tenemos ya más de 6 mil millones pero con toda probabilidad vamos a llegar a 9 mil, o sea que va aumentar otro 50%, y que necesitamos recursos naturales: necesitamos agricultura, necesitamos poder eliminar todos los desperdicios de nuestras actividades y si no lo hacemos de una manera inteligente o creativa estamos dañando el medio ambiente, que es la fuente de todos estos beneficios que tenemos. Para tener un nivel de vida favorable, necesitamos gozar de un medio ambiente sano y éste es el problema: que tanto desde el punto de vista puramente económico, que nos va a salir mucho más caro lidiar con estas consecuencias, como desde el punto de vista ético, estamos afectando de manera desproporcionada a la parte de la población que no tiene recursos, con inundaciones, etc. ¿Qué les va a pasar? En siglos anteriores, podían emigrar pero ya llenamos el planeta, ya no se puede.

Fuentes:

La adquisición de la fiereza

El perrito aprende una vez más los nombres de las mujeres y regresa corriendo junto a su amo. Pasa de largo por delante del festín del camino y de los deliciosos efluvios procedentes de los arbustos. Vemos aquí que la intensidad de la conciencia de la psique está aumentando. La psique instintiva ha aprendido a reprimirse, a respetar las prioridades y a concentrarse. Se niega a distraerse. Ahora está atenta.
Pero, como llovida del cielo, una cosa oscura se abalanza de repente sobre el perrito. El desconocido sacude al perro y le grita: "¡Dime los nombres! ¿Cómo se llaman las jóvenes para que yo pueda conseguirlas?" Al desconocido no le interesa la doble naturaleza ni las mejores cualidades de la psique. Para él, lo femenino es una posesión que desea adquirir y nada más.

"Para Jung la psique, al igual que el cuerpo, es un sistema que se auto gobierna. Jung percibió esta actividad auto reguladora sobre todo en las reacciones del inconsciente a las unilateralidades de la conciencia. Estas reacciones mantienen la integridad de la estructura de la psique, y al mismo tiempo posibilitan trascender un punto de vista dado (cambio o transformación).
La función auto reguladora de la psique opera por medio de símbolos. Los símbolos son cortes de la experiencia humana: condensan sentido en gotas microscópicas y son los puntos focales del desarrollo humano. Los símbolos despliegan los temas vitales que originan nuestras dificultades, que son los mismos temas que guardan nuevas perspectivas. En consecuencia, los símbolos hacen visibles las maneras en que podemos crecer. Más aún, nos muestran nuestros problemas personales como típicamente humanos, algo que nos impresiona cuando descubrimos estos mismos símbolos en cuentos de hadas, mitos, literatura y obras de arte.
El hecho de que los símbolos tienen dimensiones tanto de inhibición como de desarrollo se hace claro cuando entendemos cómo los símbolos nos pueden ayudar a ver los complejos. Los complejos son constelaciones de recuerdos, experiencias y fantasías condensadas que se atraen entre sí en base a un tema dado y comparten una característica común de resonancia emocional. Los complejos influyen sobre
nuestra percepción del mundo, nuestros sentimientos, nuestras relaciones, en la formación de ideas y en los procesos somáticos.
Cuando nos tocan un complejo en nuestra vida cotidiana “sobre reaccionamos”. La emoción atada al complejo nos golpea como una ola gigante, y las fantasías que surgieron en la situación que está en la raíz del complejo distorsionan nuestra percepción de la situación actual.
La emoción que le da el poder al complejo contiene la energía que el complejo del ego necesita para lograr manejar ese problema. Pero hay una manera para hacer esta energía accesible: permitirle al complejo que se “imagine a sí mismo” en formas y figuras simbólicas.
En consecuencia, los símbolos son los talleres adonde se invitan los complejos en el aquí y el ahora. Los símbolos le conceden al ego el terreno donde pararse para confrontar los complejos. Esta confrontación tiene dos aspectos: uno mira hacia atrás y el otro mira hacia adelante. El símbolo permite el acceso tanto a
la memoria como a la expectativa. Nos conduce a los recuerdos personales de aquellas situaciones que nos han dejado marcas y cicatrices, y nos muestra la luz al final del estrecho túnel del complejo.
En el corazón de todo complejo hay un arquetipo. Los arquetipos son constantes antropológicas. Son los motivos siempre presentes detrás de toda experiencia, expresión, trabajo y comportamiento humanos. Le dan forma y figura al corazón de toda experiencia humana. Las ideas arquetipales canalizadas en un complejo personal adquieren una coloración personal. Los arquetipos están estructurados de tal modo que traspasan los límites de lo considerado físico y psicológico. Los complejos sirven de ropajes a los arquetipos.
De acuerdo a Jung, la predisposición inconsciente más importante es la fantasía creadora. Las imágenes primordiales o arquetipos se hacen visibles en los productos de la fantasía. Los complejos giran muy a menudo entorno a la manifestación de anima, principio contrasexual en la psique del hombre, y animus, principio contrasexual en la psique de la mujer y que están definidos por la cultura y la sociedad en un momento determinado. Son arquetipos enraizados en el inconsciente colectivo y actúan como conectores entre los ámbitos personales y transpersonales. Como arquetipos, sus dimensiones se manifiestan por medio de símbolos culturales. Los cuentos relatan patrones arquetipales enunciados en el lenguaje de la cultura. Nos hablan de las relaciones que existen entre los individuos de un pueblo y los arquetipos predominantes en un momento dado. Son, al igual que los sueños, fenómenos naturales del inconsciente colectivo: iluminan por un momento y de repente se desvanecen. Son el teatro de la naturaleza."

El desconocido puede ser una persona real del mundo exterior o un complejo negativo del interior. No importa lo que sea, pues el efecto devastador es el mismo. Esta vez el perro libra una batalla desenfrenada. Tanto si el sujeto es varón como si es mujer, eso es lo que ocurre en la vida exterior cuando un incidente, un error verbal o alguna cosa extraña se abalanza sobre nosotros y trata de hacernos olvidar quiénes somos. Siempre hay algo en la psique que trata de robarnos los nombres. En el mundo exterior también hay muchos ladrones de nombres.
En el cuento, el perrito lucha con denuedo. A veces, sólo aprendemos a aferrarnos a nuestro más profundo conocimiento porque un desconocido se nos echa encima. Entonces tenemos que luchar por lo que más queremos, por aquello que tenemos entre manos, por nuestro desarrollo más allá de nuestros motivos espirituales superficiales, lo que Robert Bly llama "el deseo de sentirnos maravillosamente", por mantenernos aferrados al conocimiento profundo, por terminar lo que hemos empezado.
El perrito lucha por conservar los nombres y, de esta manera, vence las repetidas caídas en el inconciente. Una vez terminada la batalla, comprobamos con asombro que el perro no ha perdido los nombres, pues la pelea era por eso, por el conocimiento de lo femenino salvaje. Quienquiera que lo posea tiene el mismo poder que la mujer. El perro ha luchado para entregarle este poder al hombre digno de él, Manawee. Ha luchado para impedir que el poder fuera a parar a un aspecto de la antigua naturaleza humana que lo utilizaría mal. La entrega del poder a unas manos adecuadas es tan importante como el descubrimiento de los nombres.
El heroico perro entrega los nombres a Manawee, el cual los ofrece al padre de las jóvenes. Las muchachas ya están preparadas para irse con Manawee. Han estado esperando desde el principio que Manawee descubriera y conservara el conocimiento conciente de sus naturalezas intrínsecas.
Vemos por tanto que las dos cosas que impiden el progreso en estas cuestiones son las distracciones del propio apetito y el oscuro desconocido, el cual puede ser un innato opresor del interior de la psique o una persona o situación del mundo exterior. En cualquier caso, el viajero sabe instintivamente cómo derrotar a estos saqueadores y merodeadores. Hay que conservar los nombres, los nombres lo son todo.

Fuentes:

Clarissa Pinkola Estés
"Mujeres que Corren con los Lobos"


Apadrina el Blog "Hombres que corren con los lobos"

jueves, 16 de diciembre de 2010

El hábito de postergar

Algunos se preguntarán por qué dejar para mañana lo que se puede hacer hoy, mientras otros encontrarán mil respuestas posibles y seguirán adelante con paso seguro. Se trata de procastinadores, personas que pueden demorar la acción hasta el cansancio.
Procastinar es una adaptación del termino ingles procastinate que lo definen como : postpone doing what one should be doing o lo que es lo mismo : posponer algo que se debería estar haciendo.
Es la actitud de postergar, diferir, aplazar. El agobio en que suele vivir el individuo contemporáneo lo lleva necesariamente a procastinar. Y, aunque no siempre es un mal hábito –desde el momento que ayuda a priorizar actividades y quizá planificar mejor–, lo cierto es puede convertirse en una duda eterna.

La procastinación es un complejo transtorno del comportamiento que a todo el mundo nos afecta en mayor o menor medida. Consiste en postergar de forma sistemática aquellas tareas que debemos hacer, que son cruciales para nuestro desarrollo y que son reemplazadas por otras más irrelevantes pero más placenteras de llevar a cabo. Es asumida popularmente como simple "pereza". Afecta a multitud de perfiles (el ejecutivo que aplaza una y otra vez una reunión porque la prevee conflictiva, el estudiante que aplaza indefinidamente el estudiar para sus exámenes,etc.) y cada vez más se está convirtiendo en un serio de problema que afecta a al salud psicológica de los individuos y, por ende, a la salud social de una comunidad. La procastinación es un fenómeno que se ha descubierto de tal complejidad que resulta difícil analizarlo, por las complicaciones que presenta en identificar sus orígenes así como las muchas relaciones causa-efecto que se realimentan entre sí. Todo esto dibuja un cuadro polifacético que resulta muy complejo de analizar. En este artículo sin embargo voy a intentar al menos "darle una puntilla" al asunto, con la ayuda de algunas referencias que existen dentro de la literatura científica sobre el tema. La procastinación se manifiesta ante todo como una pésima gestión del tiempo. El "procastinador" suele o bien sobrestimar el tiempo que le queda para realizar una tarea, o bien subestimar el tiempo necesario -según sus recursos propios- para realizarla. Éstos son solamente un par de los muchos autoengaños en los que el procastinador incurre. Como veremos más adelante, una de las actitudes típicas de un perfil determinado de procastinador es la excesiva autoconfianza., una falsa sensación de autocontrol y seguridad. Por ejemplo, imaginen que se nos da 15 días para presentar un informe. En nuestro fuero interno estamos convencidos que solo necesitaremos 5 días para hacerlo, incluso menos. En ese momento pensamos "hay tiempo de sobra, no es necesario ni siquiera empezar a hacerlo!". Y se posterga día tras otro una tarea que no solamente no nos ilusiona hacer, si no que, en cierta manera "ya hemos terminado" en nuestra mente confiada cuando ni siquiera hemos movido un dedo por ella. Al acercarse el plazo de entrega de forma peligrosa, de repente, nos damos cuenta de que no seremos capaces de cumplir con la tarea que se nos ha asignado. Entonces pensamos "No tengo esto bajo control, no tendré tiempo!!" y comenzamos a trabajar en ello de forma atropellada, con una gran carga de estrés. En ese momento aparece en escena otro autoengaño, y es el aquél de "Solo bajo presión trabajo bien". Lógicamente, porque realmente no hay otra opción en ese punto!. Frecuentemente esta actitud y manera de proceder es típica de personas que confían mucho en sus posibilidades. Si, además, es realmente así -la persona tiene realmente esas capacidades- es posible que el final de la historia sea que aquella tarea se entregue en el plazo y con unos resultados óptimos. Esto envía un mensaje aparentemente erróneo al procastinador ("mira qué nota he sacado a fin de cuentas!") que observa como ha obtenido una recompensa a su forma estresada de trabajar; por lo que reiterará en su conducta, aunque ésta siempre le traiga ansiedad y problemas en general. Los causas o motivos que pueden llevar a una persona a padecer de procastinación son tan diversos y complejos que resultaría muy correoso plasmarlos en un solo artículo. Hay personas que "procrastinean" de resultas de un estado depresivo (la depresión conduce a estados de letargo). Otras en cambio son amantes del perfeccionismo, y ésto las priva de empezar a realizar proyectos porque temen que no podrán hacerlo tan perfecto como ellas desean, y por lo tanto pierden la motivación. También una baja tolerancia a la frustración ayuda a "dejar las cosas de lado", por miedo a que nos desborden y por tanto por miedo a cómo nos sentiremos entonces. Otro perfil muy distinto sería el de aquellas personas muy activas que disfrutan gestando ideas, pero que no pueden finalizarlas porque enseguida se distraen generando ya la siguiente; y postergan así decenas de tareas que obviamente no tienen tiempo para completar. Y eso solo mencionando una minúscula porción de los muchos perfiles de procastinador que se pueden encontrar. Seguramente usted que está leyendo estas líneas se haya visto identificado en alguna de las frases de este artículo. Se habrá recordado a sí mismo leyendo el diario en la oficina con una lista de tareas por hacer, yendo a la cafeteria justo en el instante en que se propuso empezar un proyecto, navegando por internet mientras su teléfono sonaba con un cliente/jefe incómodo al otro lado llamando... etc. El hecho de que sea un mal muy extendido y que se trate de un fenómeno de por sí fascinante por su complejidad y riqueza de matices, hace que merezca la pena su estudio, tanto a nivel académico -que ya se viene realizando- como a nivel individual y colectivo.

Cómo afrontarla
Seguramente, más de un lector se habrá sentido identificado con los síntomas o con el perfil del procastinador, y eso haya hecho saltar alguna que otra alarma en su conciencia. O cuanto menos, una necesidad de, una vez reconocido el problema, intentar encontrar soluciones. En este artículo pretendo abordar los posibles orígenes que puede tener la procastinación, así como qué se puede hacer para intentar o bien superarla, o bien mitigar sus efectos. Como ya se dijo se puede llegar a la actitud de procrastinar a partir de caminos variados, a saber:

La depresión: la depresión es una enfermedad de la mente que tiene consecuencias terribles en la persona que la padece. Anula casi por completo las capacidades de la misma para poder pensar con claridad, relacionarse, y en definitiva, vivir la vida. Uno de los síntomas clave de la depresión es el estado letárgico que induce. La persona depresiva no quiere saber nada del mundo, siempre busca la cama para dormir, para huir de una realidad que le duele y quizás hallar la paz en la inconsciencia que supone el sueño. La actividad, el llevar a cabo proyectos, implica de algún modo engancharse a esa vida, a esa realidad, y por eso una persona depresiva aplaza de forma consciente e inconsciente las tareas que debe hacer y se dedica a sustituirlas por otras irrelevantes pero que le proporcionan un placer más instantáneo y superficial. En estos casos, como la procastinación está tan ligada a la depresión, obviamente la cura de ésta debería implicar la de aquella.

El exceso de autoconfianza: las personas que sobre valoran la seguridad en sí mismas -tengan motivos para ello o no- distorsionan de forma aguda y permanente su percepción del tiempo, y por lo tanto hacen una pésima gestión del mismo. Una persona que durante su vida ha visto recompensada su inteligencia (cognitiva) de forma reiterada, puede dejar inactiva la sección de ésta que se encarga de realizar previsiones temporales con eficacia. Por ejemplo, si una sola vez, alguien realiza una tarea compleja en menos tiempo del previsto, se le felicitará por ello. Ese estímulo de reacción puede provocar que el individuo inconscientemente extrapole ese suceso a otros órdenes de su vida, y caiga en una autoconfianza desmesurada. Así, cada nueva tarea que le sea encargada será subestimada en su contenido, y en consecuencia se sobrestimará el tiempo necesario para llevarla a cabo. Como la mayoría de tareas suelen encomendarse con plazos de entrega estándar, promediados, el procastinador por autoconfianza encuentra que tiene tiempo de sobra para hacerla, así que decide él mismo que está aburrido, y pasa a ocuparse de otras tareas que no son prioritarias y quizás ni siquiera útiles para su vida, pero que le proporcionan placer. Éste es claramente un caramelo envenedado, ya que las tareas "accesorias" de este perfil de procastinador, aunque superfluas, suelen ser grandes consumidoras de tiempo y de recursos, con lo que al final, la persona que se entrega a esta actitud acaba "metiéndose en un jardín" del que no sabe salir. Este posible final es importante tenerlo en cuenta ya que las situaciones desesperadas, cuando son sostenidas en el tiempo, pueden conducir al stress y la depresión, que como se ha mencionado antes, es otra fuente adicional de procastinación. La solución a este perfil no es fácil. Una técnica que puede llegar a ser útil es "falsear" de forma consciente y aún a contracorriente nuestras propias previsiones. Por ejemplo, si creemos que tardaremos una semana en hacer algo, pues sistemáticamente duplicar o incluso triplicar ese tiempo en nuestra agenda. Así al menos, podemos evitar defraudar a nuestros amigos, clientes, etc. Otra técnica que puede ser útil es desglosar una tarea en casi todas sus partes componentes, para hacer previsiones de tiempo lo más honestas posibles.

La "mente voladora": cada mente es un universo, y cada inteligencia tiene sus propios matices. Hay personas cuya inteligencia les dicta sobre todo actuar, actuar con tesón y perseverancia. Este tipo de mentes suelen llegar lejos en la vida, con el handicap de que solamente lo harán en un campo de especialización. Otras mentes, que me tomo la libertad de bautizar como "mentes voladoras" suelen dejar en un segundo plano la consecución de ideas, el llevarlas hasta el plano de la realidad. En este caso, la simple generación de ideas es una tarea permanente que consume todo el tiempo y energías de este tipo de inteligencias. El ser un manantial de ideas que jamás pueden pasar de la fase de proyecto es su destino. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que durante la implementación de una de estas ideas, surje otra enseguida que instantáneamente -al ser más novedosa- toma el primer lugar en la preferencias y por lo tanto se abandona la ejecución de la anterior. Esto obviamente conduce a otra forma de procastinación, muy común entre las personas especialmente creativas. ¿Qué hacer en este caso?. Es difícil saberlo, quizás el trabajar coordinadamente con otras personas en las que domine la inteligencia ejecutiva podría ser una solución.

Posibles soluciones

Conviene buscar una solución a la procastinación en caso de que ésta constituya realmente un problema para nosotros. A menudo, al revelar este transtorno de conducta al público, una mayoría de personas enseguida se ven identificadas con él. "¡Yo soy ése!", "¡Yo tengo eso seguro! son frases que surgen de forma espontánea entre la audiencia a medida que se van describiendo los síntomas de la procastinación. Afortunadamente, esto no es así. Muchos de nosotros por no decir casi todos estamos habituados a postergar tareas porque sencillamente, nos resultan pesadas o nos sentimos agobiados. Si una tarea se evita para descansar o no hacer nada, eso no es procastinación. Los procastinadores suelen ser personas bastante activas. Su mal consiste en sustituir sistemáticamente (y crónicamente) lo que deben realizar por otras tareas que, tomadas de forma aislada, pueden ser incluso brillantes, pero que no aportan un beneficio real a la persona. En el anterior artículo de esta serie sobre la procastinación, se abordan algunos de los posibles caminos que pueden llevar a la aparición de la procastinación. En este artículo, se intenta conectar los "caminos de entrada" hacia la procastinación con las posibles vías de salida al problema o cuanto menos, a mitigar los efectos nefastos que tiene sobre la vida de la persona que lo padece; pues en la mayoría de casos, si realmente se trata de procastinación, ésta suele ser crónica, pues se convierten en comportamientos aprendidos que llevan años en desaprender. Debido a la complejidad del tema, he aquí el resto del artículo en forma de mapa conceptual:



Por qué dejamos para mañana lo que deberíamos hacer hoy

Muchas personas se sienten incapaces de tomar decisiones o de ponerse en marcha cuando tienen que realizar alguna actividad. Vamos a ver cuáles son los motivos por los que la gente posterga sus decisiones.


1- Aún no me siento suficientemente motivado.
Esperar a sentirse en disposición de hacer algo es solo una excusa. Uno nunca se va a sentir dispuesto a realizar tareas como ordenar el trastero, ir a hacer aquellas gestiones que no son urgentes pero si importantes o visitar a su suegra. Es algo que saben bien las personas de éxito: las cosas se sacan adelante comenzando alguna vez, se sienta uno dispuesto a ello o no. En definitiva, la acción lleva a la motivación que a su vez facilita las conductas posteriores. No esperes a sentirte motivado; actúa.

2- Modelo de éxito.
Los postergadores a menudo creen que las personas que alcanzan el éxito tienen la suerte de cara, se sienten seguras de si mismas y que alcanzan sus objetivos con facilidad y sin sufrimiento. Este modelo de cómo se alcanza el éxito es poco realista ya que alcanzar objetivos es duro para todos y esas personas también han tenido que sortear obstáculos en el camino. Las personas eficaces tienen una idea de cómo alcanzar el éxito y saben que deberán superar situaciones estresantes y frustrantes. Simplemente persisten en su lucha.

3- Miedo al fracaso.
Las personas que tienen pánico al fracaso basan su autoestima en sus logros. Si algo no sale bien, por su gestión, por las circunstancias o por la gran dificultad del proyecto, es posible que se sientan como seres humanos fracasados. Eso hace que el solo hecho de intentar algo sea demasiado arriesgado. Postergar es más fácil.

4- Perfeccionismo.
Muchos de nosotros hemos sido educados bajo la creencia de que deberíamos realizar nuestras actividades de forma perfecta y que si lo hiciéramos así habría una recompensa. No digo que no intentemos hacer las cosas bien al máximo, me refiero a que el perfeccionismo compulsivo hace que sintamos una presión tan grande que estemos estresados de tal forma que acabemos postergando algo que podríamos realizar con corrección.


5- No tener suficientes recompensas.
Si uno se siente recompensado por lo que hace, eso le dará fuerzas motivadoras suficientes como para seguir adelante. Es por ello que las personas con talento se sienten motivadas: reconocen sus propios méritos en lo que hacen. En cambio los postergadores suelen desvalorizar todo lo que hacen. Siempre creen que no ha sido suficiente o que no ha sido algo especial. Y cuando hablo de recompensas no me refiero a que sea algo que viene de afuera. Una felicitación del jefe puede ser algo muy motivador, pero en última instancia todas las recompensas proceden de tu interior. Es uno mismo quien atribuye el mérito a lo que hace o a lo que le dicen. Piensa en ello.

6- La trampa de los “debería”.
Los postergadores se suelen decir a sí mismo que deberían hacer tal o tal cosa. Pero en realidad, cuando nos decimos a nosotros mismos que deberíamos hacer algo, queremos significar que “debería hacerlo pero no tengo que hacerlo ahora mismo; es algo que puede esperar”. Si analizamos cualquier tarea en la que aplicamos el típico “debería” para referirnos a ella, veremos que en realidad podemos sustituir esa palabra por “quiero, necesito o me conviene”. Empieza a utilizar estas expresiones en lugar de “debería”. Incitan a la acción y son más adecuadas.

7- Agresividad pasiva.
Si eres de las personas que postergan las cosas puede ser que temas expresar tus sentimientos negativos de forma directa. Es posible que evites los conflictos porque creas que no está bien sentir rabia. Puede ser que no hayas respondido a una llamada para no dar una negativa a lo que no te apetecía hacer, o que evites encontrarte con un compañero de trabajo porque en realidad estás enojado con él. Puede ser que te digas a tí mismo que te has olvidado de algo cuando en realidad no quieres afrontar tus sentimientos de rabia, rechazo o envidia hacia esas personas. En definitiva, si te sientes molesto o irritado con alguien ése puede ser el motivo de la postergación.

8- Falta de asertividad.
A veces cedemos ante los deseos de los demás poniéndolos por delante de los nuestros propios solo por el hecho de pensar que deberíamos ser amables con la gente. Son ocasiones en las que creemos que debemos estar a la altura de las expectativas ajenas olvidando nuestros deseos o necesidades. Puede ser que nos aterre la crítica o que no queremos que nadie se enfade con nosotros. El resultado es de nuevo la postergación. No siempre se puede decir “si” ni complacer a todo el mundo.

9- Sensibilidad a la autoridad.
Es posible aplazar las obligaciones cuando sentimos que alguien está ejerciendo presión y autoridad sobre nosotros. Puede ser que el no llevar a cabo esa tarea sea el resultado de una rebelión. No queremos reconocer que no daremos nuestro brazo a torcer y castigamos a la autoridad con la demora de esa obligación. Otro motivo más para postergar.

10- No tener deseo.
A veces la postergación puede ser tan sencilla como que no deseamos hacer algo y por eso lo aplazamos. Una tarea que nos resulta muy incómoda de afrontar y cuando llega la hora acabamos haciendo cualquier otra cosa creyendo que esta última es más urgente. Entonces, en lugar de sincerarse con uno mismo y reconocer que no nos apetece hacer algo acabamos pensando que somos unos vagos. Preguntarse el por qué no realizamos una tarea es algo muy útil. Reconocer que en realidad no es importante o que no nos gusta porque hemos seguido los dictados de alguien que nos ha hecho creer que aquello es lo que debemos hacer.

Fuentes:


miércoles, 15 de diciembre de 2010

El tiempo es una cultura

La reflexión humana sobre el tiempo se remonta a Platón y aún no ha concluido. Primero nos vimos atrapados en la rueda del destino, luego protagonistas de la historia, más tarde como los arqueros del universo y finalmente como parte de los procesos irreversibles de la naturaleza. De esta especulación hemos aprendido que el tiempo es una cultura que evoluciona con nuestros conocimientos.

Toda la historia de los conceptos de la materia, el espacio y el tiempo es la de una especulación metafísica que dura varios cientos de años, señala Wartofsky. Antes del uso del lenguaje, suponemos que nuestra especie, si bien percibe con exactitud el entorno, al mismo tiempo ostenta una forma de conciencia sin forma ni definición. Son los preludios de nuestra más elemental cultura.
El uso del lenguaje -añade Wartofsky- nos saca de nosotros mismos y enmarca nuestra experiencia dentro del mundo común de los objetos, de los actos y de las demás personas. El lenguaje es el que altera las circunstancias de la percepción, ordena los datos de la experiencia, los codifica y cimienta una específica concepción del mundo.
Es así como el homo sapiens construye su primer marco de referencia y supera el autismo inicial, ese estado de conciencia difusa que caracteriza, supuestamente, sus primeros momentos como especie.
Entendemos que es así como se introduce en nuestra cultura la noción del tiempo, si bien desde nuestros más remotos antepasados hasta nuestros días, la idea del tiempo ha evolucionado de manera significativa en esa historia especulativa a la que se refiere Wartofsky.

Primeras reflexiones

Tenemos que remontarnos a la Edad Antigua para encontrar las primeras reflexiones humanas sobre el tiempo. Platón dice que el tiempo es la imagen móvil de la eternidad. Refleja el debate de la época entre el tiempo subjetivo (el de cada persona), el tiempo objetivo (cronos o duración de los acontecimientos), y el concepto de eternidad (tiempo inmortal y divino, sin principio ni fin) introducido por Aristóteles.
Las unidades de tiempo más corrientes, como las diferentes épocas del año, o el día y la noche, contribuyen a introducir en la cultura de nuestros antepasados la mentalidad cíclica asociada a tales fenómenos. Un ciclo sigue al otro en un proceso infinito, cada época no es sino una parte del todo. Pericles expresa así esta mentalidad: todas las cosas de este mundo están abocadas al declive.
Para esta mentalidad cíclica, repetitiva, sin ilusión ni creatividad, el tiempo humano es tan exacto como el del entorno, sin opción a variaciones deliberadas. Todo se considera condicionado por el destino.
Desde estos primeros momentos, la cultura del tiempo combina los elementos objetivo y subjetivo, así como la dimensión de eternidad, en un conjunto de ideas integradoras en las que se entremezclan los ciclos del entorno, las percepciones temporales de cada persona y la noción de que el tiempo se opone a eternidad: según Platón, el tiempo que pasa es la manifestación de una Presencia que no pasa.

Tiempo y movimiento

La relación entre tiempo y movimiento la señala por vez primera Aristóteles, cuando establece: el tiempo es el número (la medida) del movimiento según el antes y el después. El ser que mide es, para Aristóteles, la conciencia interna del tiempo. Sin embargo, no llega a explicar qué es lo que señala el antes y el después, como advierte Prigogine.
Aunque algunos pensadores de la Antigüedad, como Estratón, consideran que el tiempo es una realidad completa en sí misma, otros, como Aristóteles, prefieren concebirlo más bien como una relación, aunque sin llegar a definirlo como exclusivamente subjetivo.
En cualquier caso, la primera noche de esta reflexión humana, que se prolonga hasta San Agustín, considera que el tiempo es desde siempre una gran paradoja: parte del tiempo es pasado y ya no existe, y la otra parte es futuro y no existe todavía, reflexiona Aristóteles. San Agustín enfatiza la percepción subjetiva: el alma y no los cuerpos es la verdadera medida del tiempo.

El tiempo lineal

Un salto esencial en la interpretación del tiempo se produce gracias a los profetas del judaísmo, que rompen con la idea del eterno retorno y rechazan la noción de destino implantada por los griegos. Esta visión del mundo, sobre la que se construye más adelante la concepción cristiana, realza el valor del futuro e introduce la esperanza como referencia de la evolución humana.
La persona ya no es considerada prisionera de los ciclos y de la fatalidad, sino que se encuentra en peregrinación hacia el futuro y espera con intensidad el próximo cambio del mundo. Es la idea del tiempo lineal, que se contrapone a la idea del tiempo cíclico.
El cambio de mentalidad que introduce el tiempo lineal es considerable: no sólo integra la esperanza en la cultura de la especie, sino que al mismo tiempo la hace subversiva. El mundo está inacabado y debemos perfeccionarlo.
Esta noción del tiempo como fuente de progreso añade la dimensión social al debate de la Antigüedad sobre los elementos objetivo, subjetivo y eterno (o cíclico) del tiempo. La polémica se prolonga hasta la época moderna, cuando el tiempo es percibido, bien como realidad absoluta (una realidad completa en sí misma), bien como propiedad (de las cosas) o también como relación, como decía Aristóteles (más que una realidad, el tiempo es una relación).

Tiempo continuo

El denominador común es la descripción del tiempo como algo continuo, ilimitado, de una sola dirección y dimensión, homogéneo y fluyendo siempre del mismo modo, explica Ferrater Mora.
Newton profundiza en esta descripción y establece el tiempo como algo absoluto, verdadero y matemático, que transcurre uniformemente. Descarta el factor subjetivo e introduce la medición matemática del tiempo con ayuda de relojes. Para Newton el tiempo es sólo una magnitud, una unidad de medida, puesto que en un mundo en movimiento no hay lugar para el presente.
La visión newtoniana recupera el determinismo de los primeros momentos porque considera que la historia cósmica está ya escrita: podemos saber en qué momento ocurrirá el próximo eclipse o el paso del siguiente cometa. Como explica Ivar Ekeland, es la época de la transparencia perfecta, el tiempo se inscribe en el espacio, el pasado y el futuro están escritos en el instante presente para el que sepa leerlos.

El tiempo cuántico

Una nueva y significativa ruptura en la concepción del tiempo se produce en la primera mitad del siglo XX, cuando la teoría de la Relatividad Especial de Einstein establece la unión del tiempo y el espacio en un nuevo concepto que evoca a Aristóteles. Hace 2.200 años, Aristóteles afirmó que el tiempo tiene que ser movimiento, uniendo así dos conceptos relacionados entre sí pero que se nos presentaban separados, diferentes.
Einstein establece una revolución conceptual parecida cuando señala que el tiempo es la cuarta dimensión de la realidad. Los objetos no sólo tienen longitud, altura y profundidad, sino que además están inmersos en un proceso temporal inevitable que tiene tanta importancia como las otras tres dimensiones físicas.
Bertrand Russell lo explica así: espacio y tiempo no son independientes, como tampoco lo son las tres dimensiones del espacio. Seguimos necesitando las cuatro dimensiones para determinar la posición de un hecho... (pues) no existe el mismo tiempo para diferentes observadores.

Espacio-tiempo

La gran trascendencia de la aportación de Einstein radica en la unificación que realiza de conceptos básicos aplicados a la realidad: no sólo establece que la materia es simultáneamente onda y partícula, sino que el tiempo y el espacio son también facetas diferentes de un todo cuatridimensional que es el llamado espacio-tiempo.
Algunos físicos consideran incluso al espacio-tiempo como la matriz de toda la realidad. De hecho, el espacio y el tiempo aparecieron simultáneamente en la evolución del Universo.
La física actual se plantea además que el tiempo puede estar formado por partículas elementales que, al igual que los objetos materiales, percibimos como algo continuo y fluyente a nivel macrofísico (es decir, en la vida cotidiana), pero que, a nivel microfísico (que sólo podemos percibir en el laboratorio), es granulado (está formado por partículas) e irregular (porque tiene periodos de diferentes proporciones). Si esto es así, la misma dualidad onda-partícula aplicable a la luz, valdría también para el tiempo.

El tiempo como ilusión

Wartofsky advierte que nuestra imagen actual del espacio y del tiempo ha sido creada por la ciencia, y que las concepciones del espacio y el tiempo no están siempre de acuerdo con las simples verdades espacio temporales que tomamos como inevitables y necesarias.
Conviene tenerlo en cuenta porque para Einstein la distinción entre pasado, presente y futuro es sólo una ilusión, por persistente que ésta sea. Esta afirmación choca con el sentido común, que nos indica que el tiempo es tan real como la materia y el espacio.
Sin embargo, añade Wartofsky, el sentido común es un término relativo, que indica solamente el sentido común que prevalece en un período determinado del desarrollo conceptual. Desde esta perspectiva, el sentido común es sólo el conocimiento adquirido por la especie que ha resultado útil en determinados períodos históricos, pero no necesariamente sinónimo de verdad. ¿Es el tiempo una cultura, una ilusión de la especie?

Dos presentes

Aceptar que el espacio y el tiempo forman una única realidad supone no sólo convertir a ambos en fenómenos físicos, sino también revisar la noción de simultaneidad. Hasta Newton se pensaba que existía un presente universal: dos acontecimientos pueden ocurrir al mismo tiempo en dos lugares diferentes.
Sin embargo, la Teoría de la Relatividad establece que no existe ningún momento que tenga validez universal: dos acontecimientos pueden ocurrir simultáneamente para un observador, pero otro observador que se mueva respecto al primero de ellos percibirá esos dos acontecimientos sucesivamente, no al mismo tiempo.
Es decir, aunque en la vida cotidiana, donde las distancias y las velocidades son demasiado pequeñas para apreciar la Relatividad, no ocurren estas cosas, sin embargo acontecimientos que tienen lugar en lugares muy alejados entre sí pueden estar en el pasado para un observador y en el futuro para otro. Bertrand Russel afirma al respecto que el orden-tiempo de los acontecimientos depende en parte del observador.
En consecuencia, el concepto de presente es una cuestión meramente personal y sólo tiene significado para el marco de referencia en el que se encuentra el observador, explica Davies. Y añade: siendo esto así resulta insensato dividir ordenadamente el tiempo en pasado, presente y futuro.

Arqueros del Universo

La estructuración de los acontecimientos en pasado, presente y futuro no deja de ser una construcción mental sin ningún significado para las ciencias naturales, lo que explica la ilusión a la que se refería Einstein.
El mundo no sucede, simplemente existe, dice el matemático Herman Weyl. La flecha del tiempo la ponemos nosotros. Somos los arqueros que permiten que el Universo tenga una historia con pasado, presente y futuro.
Un nuevo elemento desconcertante porque, a pesar de su carácter ilusorio, la direccionalidad del tiempo impregna todo el Universo y es la que establece el principio básico de causalidad, origen de cada uno de nosotros.
Casi todos los físicos están convencidos de que la causalidad es una ley inviolable de la naturaleza, pero a decir verdad carecen de una demostración que así lo pruebe, advierte Gribbin. Y añade: no existe en realidad nada en las leyes de la física que exija que la causalidad sea verdadera... La ley de causalidad no es más que la concepción vulgar del tiempo expresada en jerga científica.
Nuestra magnitud respecto al Universo guarda así una estrecha relación con nuestra capacidad de interactuación con él: según la Relatividad nosotros somos el tiempo del Universo.

El tiempo creativo

Ya no podemos pensar, con Einstein, que el tiempo irreversible es una ilusión, sentencia sin embargo Ilya Prigogine. Para mí -añade- el ser humano forma parte de esta corriente de irreversibilidad que es uno de los elementos esenciales, constitutivos, del universo.
Premio Nobel de Química en 1977 por su contribución al estudio de los procesos irreversibles y de la termodinámica de los sistemas complejos, Prigogine añade a la teoría clásica, relativista y cuántica la así llamada física de los procesos alejados del equilibrio. Ha podido establecer que en condiciones alejadas del equilibrio, la materia es capaz de apreciar diferencias en su entorno y de reaccionar con grandes efectos a pequeñas fluctuaciones.
Toda la teoría de Prigogine se basa en la termodinámica, una ciencia matemáticamente rigurosa iniciada en 1811 por Jean Joseph Fourier y basada en el tratamiento teórico de la propagación del calor en los sólidos. Esta ciencia añade otro componente universal a la física, además de la gravitación: el calor. Para Prigogine, las grandes líneas de la historia del universo están hechas de una dialéctica entre la gravitación y la termodinámica.
La termodinámica se basa en tres principios básicos: el de conservación (que no es sino una generalización del principio de conservación de la energía conocida en mecánica), el principio de evolución (también conocido como segundo principio de la termodinámica) y el principio de Nernst-Planck.

Tres principios

En sus comienzos, la termodinámica se centra en los procesos de equilibrio y descuida los procesos irreversibles típicos de las situaciones alejadas del equilibrio. Sin embargo, es sobre estos procesos, a partir de los cuales se formula el segundo principio de la termodinámica, que Prigogine fija su atención: revolucionan de tal forma el conocimiento del mundo que trascienden con mucho la teoría relativista y cuántica sobre la que se cimienta el pensamiento científico del siglo XX.
El segundo principio de la termodinámica es la ley del crecimiento irreversible de la entropía (desorden), formulada por Rudolf Clausius en 1865. La entropía de un sistema aislado aumenta con el tiempo, explica Penrose: un sistema aislado (por ejemplo un gas) que ha sufrido una evolución, no retorna espontáneamente a su estado inicial, sino que amplifica sus fluctuaciones. Esta amplificación de las fluctuaciones provoca a su vez una situación nueva y una serie de nuevas posibilidades de evolución.
Para la nueva ciencia del calor, los sistemas disipan energía, son irreversibles y evolucionan hacia el desorden. La evidencia que se desprende de la termodinámica es que, lejos del equilibrio, la materia desarrolla nuevas propiedades: sensibilidad a influencias del entorno, posibilidad de estados múltiples, historicidad de las elecciones adoptadas por los sistemas (se crean nuevos estados irreversibles).

Fenómenos irreversibles

Una de las consecuencias de la termodinámica es que el tiempo no puede ser subjetivo, como sugiere la física de partículas. Según la física del calor, la irreversibilidad es la base de la mecánica cuántica, de la mecánica clásica y de la relatividad, por lo que ya no podemos considerar el tiempo como una aproximación: la relatividad general no da sentido a la irreversibilidad y no puede explicar la gigantesca producción de entropía que caracterizó el nacimiento de nuestro universo.
Los fenómenos irreversibles que se aprecian en los sistemas alejados del equilibrio conducen a nuevas estructuras materiales que perduran y evolucionan hacia nuevos estados, lo que lleva a Prigogine a afirmar que ya no nos está permitido creer que somos los responsables de la aparición de la perspectiva del antes y del después.
De la termodinámica se desprende que, a niveles macroscópicos, la materia sometida a calor es inestable, fluctúa y engendra nuevos estados. A diferencia de lo que ocurre con la física cuántica, estos procesos metamórficos ocurren al margen de que sean observados o no, son inevitables e imprevisibles y pueden desarrollarse de una forma totalmente incontrolada.
Aunque la estructura subatómica de la materia sea paradójica porque no sigue las leyes físicas conocidas, a niveles macroscópicos la materia se transforma por efecto del calor y sintoniza con el orden espacio-temporal humano. Para Prigogine, este orden macroscópico otorga objetividad al mundo físico y disuelve las paradojas que se observan en el mundo cuántico, considerado como una especie de mundo alejado de los procesos de observación.

Tiempo irreversible

En consecuencia, según la termodinámica todo discurre realmente del pasado al presente y del presente al futuro de manera inevitable e irreversible. Roger Penrose aclara sin embargo que la irreversibilidad es simplemente una cuestión práctica: no podemos en la práctica des-revolver un huevo, aunque es un procedimiento perfectamente admitido por las leyes de la mecánica.
La inestabilidad, las fluctuaciones y la irreversibilidad, cualidades que descubre la termodinámica, desempeñan un papel en todos los niveles de la naturaleza: la química, la ecología, la climatología, la biología y la cosmología. Desde esta perspectiva, el universo surge de una inestabilidad (no de una singularidad, como expone la teoría del Big Bang), que crea simultáneamente materia y entropía.
Nuestro universo es el resultado de una transformación irreversible y proviene de otro estado físico, no del vacío cuántico. La transformación del espacio-tiempo en materia, en el momento de la inestabilidad del vacío, corresponde a una explosión de entropía, a un fenómeno irreversible.
En consecuencia, el universo no está condenado a la extinción, como expone la teoría clásica, sino que puede renacer si la inestabilidad original se llega a reproducir. Para Prigogine, el nacimiento de nuestro tiempo (del tiempo de nuestra vida, de nuestro planeta, de nuestro universo) no equivale al nacimiento del tiempo en sí mismo, ya que en el vacío cuántico el tiempo existía en estado potencial.

Azar y tiempo

La física de los sistemas alejados del equilibrio aporta otra novedad: el azar introducido por la física en la mecánica cuántica no se limita al nivel de las partículas elementales, sino que es también una propiedad de la materia a nivel macroscópico, de los sistemas observados por la termodinámica. A nuevos estados físicos de la materia le corresponden nuevos comportamientos.
La idea que se desprende de esta teoría es que reafirmamos el carácter abierto y creativo del universo que nos sugieren las partículas elementales. Sin embargo, si la física nos ha hablado hasta ahora del tiempo ilusión de Einstein y del tiempo degradación de la entropía (extinción del universo por disipación del calor), estos dos modelos de tiempo no rigen ya: el universo no sólo no se degrada, sino que aumenta en complejidad con nuevas estructuras que emergen en las estrellas, las galaxias y los sistemas biológicos.
El desorden no es sinónimo de caos, sino de reorganización e incremento de la complejidad de los sistemas. Como señala Prigogine, los desarrollos recientes de la termodinámica nos proponen un universo en el que el tiempo no es ilusión ni disipación, sino creación.

Una cultura del tiempo abierta

Estas reflexiones nos señalan que el debate iniciado por Platón se prolonga todavía, que continuamos viviendo, compartiendo e inventando la historia del tiempo en una persistente especulación metafísica. Sin embargo, al igual que ocurre con nuestras facultades superiores, seguimos sin saber exactamente lo que es el tiempo.
Uno de los mayores condicionantes de nuestra existencia, de nuestro conocimiento, de nuestra percepción y de nuestra cultura, es también uno de nuestros mayores misterios.
Bergson lo expresa así, elocuentemente: nosotros no pensamos el tiempo real, pero lo vivimos porque la vida desborda a la inteligencia.
Parece decirnos que, ya seamos los arqueros del universo que ponemos la flecha del tiempo, como decía Einstein, o ya seamos parte de la corriente de irreversibilidad que cruza el universo, como dice Prigogine, la vida nos desborda y conduce por senderos en los que el tiempo emerge más como una cultura que evoluciona con nuestros conocimientos, que como uno de los fundamentos metafísicos del mundo real.
Esto es lo que podemos aprender de la historia del tiempo, que sigue abierta a nuevas interpretaciones porque es una historia que construimos nosotros con nuestras inquietudes, investigaciones y reflexiones.
Así escapamos también del determinismo cultural que rechazan la física cuántica y la termodinámica porque, como ha expresado la antropóloga María Jesús Buxó, las culturas no son inmutables, sino el vehículo para la creación consciente y constante de estructuras de realidad y, por ello, de futuros probables.

Fuentes:

sábado, 11 de diciembre de 2010

"Carpe Diem"

Carpe diem es una locución latina que literalmente significa "aprovecha el día", lo que quiere decir es "aprovecha el momento, no lo malgastes". Etimológicamente significa cosecha el día, figuradamente: disfruta el día, captura el momento en el que te encuentras. Se puede entender como "no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy". O igual "vive cada momento de tu vida como si fuese el último de tu existencia"
Pero ¿qué es esto del Carpe Diem? En realidad es bien conocido por todos, ya que es un tópico literario, un tema recurrente en la literatura universal como una exhortación a no dejar pasar el tiempo que se nos ha brindado; o bien, para disfrutar los placeres de la vida dejando a un lado el futuro, que es incierto.
Los tópicos son aquellos lugares, fácilmente reconocibles, a los cuales acudimos una y otra vez: lugares comunes, topoi según los griegos, loci para los latinos. Para las Matemáticas, los topos son categorías, algo que se adecua muy bien al concepto. Es el sentido común de las cosas que nos rodean, prejuicios de los que partimos con frecuencia para emitir juicios, para valorar comportamientos. La Literatura, la pintura, la escultura, la retórica… con frecuencia acuden a ese terreno tan conocido por todos para sustraer las pisteis o pruebas en donde todos se puedan reconocer: la fugacidad de la belleza, la cualidad contra la cantidad.  


La locución fue acuñada por el poeta romano Horacio:
Carpe diem quam minimum credula postero 
Vive el día de hoy.
Aprovecha el día, no confíes en mañana.

Porque del mañana nada sabemos, ni siquiera nos es dado el poder conocerlo. Si existe el Destino o la Providencia, no baja ningún dios a concedernos su conocimiento. Aquí Horacio nos expresa de forma poética que el tiempo se nos pasa rápidamente, sin darnos cuenta:


"No pretendas saber, pues no está permitido,
el fin que a mí y a ti, Leucónoe,
nos tienen asignados los dioses,
ni consultes los números Babilónicos.
Mejor será aceptar lo que venga,
ya sean muchos los inviernos que Júpiter
te conceda, o sea éste el último,
el que ahora hace que el mar Tirreno
rompa contra los opuestos cantiles.
No seas loca, filtra tus vinos
y adapta al breve espacio de tu vida
una esperanza larga.
Mientras hablamos, huye el tiempo envidioso.
Vive el día de hoy. Captúralo.
No fíes del incierto mañana."

 Nada hay de cierto en el porvenir, ninguna seguridad. El momento, sin embargo, hemos de aprovecharlo. Y hemos de aprovecharlo porque el tiempo huye, tempus fugit, otro tópico. Y las huidizas edades son envidiosas del presente, porque en realidad no le poseen; las edades son solo pasado. Mientras pensamos en el mañana, indefectiblemente, el hoy se nos escapa. Y el mañana no existe, si acaso existirá, y tampoco eso es seguro.

Vivamos entonces el día, capturemos pues el momento. Nadie nos dice que lo hagamos con optimismo o siendo pésimos; a lo sumo, Horacio nos indica que hay que adaptarse a ello. ¿Y cómo te adaptas? Aceptando el hecho, eso lo primero. Mas ¿cómo se acepta?

Fuentes:

El poema dedicado al "carpe diem" por Walt Whitman

Carpe Diem
Carpe Diem! Aprovecha el día,
No dejes que termine sin haber crecido un poco,
sin haber sido un poco mas feliz,
sin haber alimentado tus sueños.

No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie
te quite el derecho de
expresarte que es casi un deber.

No abandones tus ansias de hacer de tu vida
algo extraordinario...

No dejes de creer que las palabras, la risa y la poesía
sí pueden cambiar el mundo...

Somos seres, humanos, llenos de pasión.
La vida es desierto y tambien es oasis.
Nos derriba, nos lastima, nos convierte en
protagonistas de nuestra propia historia...
Pero no dejes nunca de soñar,
porque sólo a través de sus sueños
puede ser libre el hombre.

No caigas en el peor error, el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.

No te resignes...
No traiciones tus creencias. Todos necesitamos
aceptación, pero no podemos remar en
contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.

Disfruta el pánico que provoca tener
la vida por delante...
Vívela intensamente,
sin mediocridades.
Piensa que en tí está el futuro y en
enfrentar tu tarea con orgullo, impulso
y sin miedo.

Aprende de quienes pueden enseñarte...
No permitas que la vida
te pase por encima
sin que la vivas...


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