Creencias de los pueblos indígenas
Además de los escandinavos, los Inuits, los indios americanos, las tribus de Siberia, los rusos, los países del Báltico y los habitantes de Mongolia poseen creencias relacionadas con las luces del norte..
El origen de este fenómeno tiene varias explicaciones dentro del folklore y la mitología. El nombre en finés "revontulet", está asociado con el zorro ártico. Según un cuento popular, un zorro ártico corre lejos en el norte tocando las montañas con su piel de modo que las chispas vuelan hacia el cielo formando las luces del norte. Otra versión de la historia dice que el zorro arroja las luces del norte al cielo barriendo la nieve hacia arriba con su cola. Una versión más desarrollada explica cómo la luz de la luna se refleja en los copos de nieve barridos hacia el cielo por la cola del zorro. Otras de las explicaciones finlandesas incluyen un chorro de agua emitido por ballenas. El pueblo estonio tiene una creencia relacionada con los juegos de las ballenas. Casualmente, en las leyendas de este país incluso aparece un cocodrilo. Numerosas explicaciones de las luces del norte sostienen que hay varios tipos de luz reflejada. Los iceberg, arenques en el océano Ártico, géiseres en Islandia y el volcán Heckle, aparecen en las explicaciones. En algunas partes de Laponia, la gente considera las luces del norte como el equivalente invernal de las tormentas con truenos de verano. A menudo se piensa en la aurora boreal como un augurio. Presagios de guerra serían descritos en Polonia, Prusia, Alemania, Dinamarca, Estonia y entre la gente saame o lapones. Sin embargo falta un estudio sistemático y etnológico amplio sobre esta materia.
En el idioma saame, las luces del norte se llaman guovssahasah, que significa "el sol que brilla intensamente en el cielo por la mañana o por la noche", como en aurora, la palabra latina para el amanecer. Pero esta palabra se podría traducir también como "el fuego encendido por un pájaro, el arrendajo funesto". Este término también se refiere a la luz audible, aunque no existe ninguna prueba científica de un sonido audible salido de la aurora.
Las explicaciones relacionadas con el mundo espiritual muestran características comunes en todas las regiones polares. El espíritu de los muertos subiendo al cielo y sus actividades serían visibles desde la tierra. Los Inuit de la zona de la Bahía de Hudson creían que los espíritus que habían padecido una muerte violenta o voluntaria, así como cuervos, se sitúan sobre un camino peligroso, sosteniendo antorchas para guiar los pasos de los recién llegados. Esta escena resulta visible como la luz de la aurora..
Los esquimales de la costa oeste de Groenlandia creían que las almas de los muertos entraban en la tierra o en el agua o bien subían al cielo. Por la noche se podía ver las almas en el cielo jugando al fútbol con el cráneo de una morsa. La palabra esquimal "aksarnirq" se puede traducir como jugador de pelota. Algunos esquimales de Groenlandia, en su folklore afirman que la aurora produce sonidos. Éstos son causados cuando las almas caminan sobre montoncitos de nieve helada en el cielo.
Los esquimales de las partes más septentrionales de Canadá, creen que las luces del norte son creadas por espíritus, los cuales, envueltos en luz mística, se lo pasan bien porque el sol ha desaparecido. A la aurora boreal moviéndose rápidamente se la llamaba la danza de la muerte. En el folklore de los esquimales del este de Groenlandia, la auroras son las almas de los bebés recién nacidos que han sido asesinados o de los bebés que han nacido muertos. Las luces del norte pueden ser llamadas "alugsukat", que significa nacimiento secreto.
Muchos esquimales creían ser capaces de oír las luces del norte. Es posible imitar el sonido silbando. De este modo se puede hacer que la aurora se acerque y entonces susurrarle mensajes para que sean enviados a los muertos.Los indios americanos solían silbar para hacer que las luces del norte se acercaran. Una creencia parecida pervive aún en la Laponia finandesa. Entre los saame se creía que silbar era peligroso. Las luces del norte causaban miedo y eran respetadas.
Los indios americanos conocían las luces del norte
Los indios Amrimen Fox tenían miedo de las luces del norte porque creían que eran las almas de los enemigos que habían matado. En general, a los esquimales no les asustaban las auroras boreales. Sin embargo, en algunas regiones esquimales, la gente llevaba un cuchillo por si acaso.
Los indios Makah creían que las lucen del norte eran fuegos encendidos por enanos. En contraste, los indios Mandan veían las auroras como fuegos en los que los grandes chamanes y soldados de las tierras del norte cocinaban lentamente a sus enemigos muertos en enormes calderas.
Los indios Menomini sostenían que un gigante bondadoso estaba pescando en el mar del norte usando un fuego. En la costa del océano Pacífico, en Siberia y en la Laponia finlandesa y rusa, existe la creencia de que las luces del norte están asociadas con la muerte violenta en una batalla que está continuando en el cielo.
La tribu Chuva tenía un dios llamado Suratan-Tura, que significa luces del Norte. Este dios bueno ayudaba a las mujeres a dar a luz. Las auroras boreales eran principalmente un signo de haber dado a luz a un hijo varón. Sin embargo, las luces del norte consideradas como dioses no es una característica muy común entre las diferentes culturas.
Los espíritus de los escoceses emprendían una guerra continua que era visible y audible como el acontecimiento "Fir chlis" (luces del norte). En Escandinavia, los vikingos disponían de una rica colección de leyendas, algunas asociadas con la hermosa diosa Freja. La diosa montando a caballo era vista por los mortales como el resplandor de las luces del norte.
Otras creencias
Una creencia considerada ampliamente como auténtica, es que las luces del norte producen un sonido audible. En el curso del tiempo, mucha gente ha afirmado oír crujidos, sonidos silbantes, chisporroteos. Un sencillo examen científico muestra que los sonidos que la gente asocia con las luces del norte no pueden originarse en las altitudes aurorales. Sólo el tiempo que la onda acústica necesitaría para viajar a través de una atmósfera superior muy fina de más de 100 kms., sería de unos 15 minutos, con lo que cualquier sonido de la aurora en llamas sería escuchado mucho más tarde de la observación visual. De todos modos, durante fuertes variaciones de campos magnéticos y eléctricos, pequeñas descargas de electricidad estática, por ejemplo entre las agudas hojas de pino o en el pelo humano, podrían causar un sonido como un chisporroteo. Se han propuesto otros mecanismos exóticos para explicar el sonido escuchado por la gente. Hoy, este tema es de nuevo un objeto de estudio intenso, pero los primeros resultados científicos aún no han sido publicados.
El tiempo y las luces del norte no poseen ninguna conexión científica observada o generalmente aceptada. Sin embargo y para variar, han existido siempre creencias extendidas sobre lo contrario. Dichas creencias son muy comunes. Casualmente, parece ser que no hay una lógica común en las creencias.
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