Todos quienes tenemos una concepción de "yo", queremos ser felices y no sufrir. Esta afirmación no solamente es cierta para los seres humanos, sino además todos los animales y otros seres tienen esa noción de "yo". Sin embargo, como el ser humano tiene una inteligencia más sofisticada, capaz de razonar y generar ideas, en su búsqueda por alcanzar la felicidad y eliminar el sufrimiento, ha desarrollado sistemas o caminos espirituales, al contrario de los animales y otros seres. Si consideramos dos tipos de sufrimiento, el que se experimenta a nivel físico y otro a nivel mental, las tradiciones espirituales se han desarrollado en el género humano para detener y contrarrestar ese sufrimiento y encontrar una salida al mismo. A su vez, las tradiciones espirituales están relacionadas principalmente con el sufrimiento mental, y nosotros los humanos, debido a las enormes preocupaciones y actividades que ocurren en nuestra mente, adoptamos una tradición espiritual en la cual depositamos nuestra confianza y tomamos refugio en ella, con la esperanza de que este refugio nos ayudará a calmar esas preocupaciones y agitaciones de nuestra mente. Y es por eso que en todas las tradiciones espirituales ocurre esa relación de refugio: la gente que la practica toma refugio en su propia tradición religiosa. Las tradiciones espirituales tienen sus propias filosofías, pero también esas filosofías están en función del desarrollo de cualidades humanas tales como el amor, la bondad, la compasión, la ética, y otras.
Desde el punto de vista filosófico se puede hablar de la existencia de tradiciones que basan su filosofía en un Dios creador, también llamadas religiones teístas, y las que no consideran a un Dios creador o tradiciones no teístas. Dentro de las tradiciones no teístas, hay dos clases de escuelas filosóficas. Unas sostienen la existencia de un alma, o atman o principio autoexistente, y otras que no aceptan ese principio. Dentro de las tradiciones no teístas que no aceptan la existencia de una entidad independiente y concreta, están los budistas.
A partir de los diferentes grados de sutileza acerca de la inexistencia del ego o de esta entidad independiente y concreta, en el budismo se han formado cuatro escuelas filosóficas. Además, desde el punto de vista de la amplitud de la misión y de nuestra actitud budista, se han formado tres vehículos o senderos, lo que en sánscrito se conocen como yanas.
Breve reseña del budismo
Desde un punto de vista histórico, el Buddha Shakyamuni impartió lo que se llama el primer giro de la rueda de enseñanzas o Dharma, que constituyó la enseñanza más famosa y renombrada. Sin embargo, con posterioridad dio nuevos giros, de acuerdo a las características de algunas personas o individuos. En general se puede hablar de dos giros principales. Este primer giro de la rueda de la enseñanza, que es el más difundido, también está registrado. Es el más conocido y constituye la estructura básica del budismo. En este giro, Buddha impartió lo que se llama la enseñanza de las Cuatro Nobles Verdades. Los otros dos giros, que constituyen una segunda clase de transmisión de enseñanzas, desde un punto de vista histórico, son menos difundidos que el primero. Las enseñanzas del primer giro, se difundieron esencialmente en Sri Lanka, Tailandia, Camboya, y otros lugares, las cuales tienen su origen en lo que se llama la tradición Pali; idioma en la cual fueron registradas. Y a medida que pasó el tiempo, y una vez de que se elevó el nivel intelectual de los discípulos, comenzaron las enseñanzas en sánscrito.
Buddha comenzó a dar las enseñanzas en sánscrito, y llegado el momento, se creó la Universidad de Nalanda, que fue una institución de enorme prestigio en el estudio de las enseñanzas budistas, cuyos trabajos se desarrollaron en base al idioma sánscrito.
De esta forma, grandes eruditos emergieron de esta universidad, tales como el gran maestro Nagaryuna, que existió en el siglo I y II, su discípulo principal Aryadeva y así como Arya Asanga, Vasubandhu, y otros enormes grandes eruditos como Dharmakirti, que fue un gran lógico. A partir de las enseñanzas impartidas en Pali y luego en sánscrito y una vez que el budismo se hubo desarrollado, se comenzó a difundir a muchos países tales como China en el siglo III y de ahí a Corea, Japón, Vietnam, y en el siglo VII llegaron a Tibet. Las enseñanzas que llegaron a Tibet fueron principalmente de la tradición que provenía de Nagaryuna. En general, se puede decir que las cuatro tradiciones espirituales budistas que se desarrollaron en el Tibet, si bien tienen ciertas diferencias, todas provienen de la Escuela Madhyamika o Enseñanza del Camino Medio promulgada por Nagaryuna. Desde el Tibet, el budismo se propagó a Mongolia, y también a la República Rusa, y a dos o tres países más. Esa corriente provino de las enseñanzas que se habían difundido en Tibet.
También, al norte de la India, y a la parte norte de Nepal, llegaron enseñanzas provenientes del Tibet; así como también a Bután. Se puede decir entonces que el número de practicantes del budismo tibetano, el cual se difundió a partir del budismo que existía en Tibet, fueron doce o trece millones de personas.
El potencial benéfico de todas las tradiciones religiosas
Aunque existen muchas tradiciones religiosas, algunas teístas y otras no teístas, en realidad todas tienen un mismo objetivo que es el de beneficiar a los seres humanos. Y a pesar de sus diferencias filosóficas, todas las religiones tienen como objetivo desarrollar el aspecto de amor y afecto, que es una condición natural que tenemos los seres humanos. En ese sentido, las religiones proveen sistemas para hacer que este amor y compasión, que es una facultad natural que tenemos, se desarrolle y crezca cada vez más. Y en eso todas las religiones coinciden. Cuando hablamos de las tradiciones, y en sus fundamentos filosóficos, se forman dos corrientes principales: aquellas que enfatizan el estudio de la filosofía, y aquellas otras que enfatizan el aspecto contemplativo espiritual.
Todas las religiones proponen el desarrollo del amor y la compasión, pero se diferencias en sus metodologías de enseñanza en donde cada una de ellas tiene su práctica única o peculiar Creo por ello, que lo mejor es continuar la tradición espiritual que tenemos por herencia, aquella religión con la cual tenemos afinidad, o aquella con la cual estamos acostumbrados a practicar, que hemos heredado de nuestra cultura, de nuestra tradición. Me parece que lo más conveniente es que uno se mantenga en su propia religión tradicional.
Por ejemplo, en el caso de ustedes en Chile, la cultura fundamental o básica provino de Europa y por lo tanto, la religión más difundida es el catolicismo. Lo que quiero decir es que si uno en su propia tradición heredada es católico, entonces lo que aconsejo es que uno continúe siendo católico, porque en general, cambiar de religión trae muchas dificultades o problemas.
Sin embargo, somos millones de personas las que habitamos este mundo, lo que implica que hay diferentes disposiciones mentales y aspiraciones entre nosotros, y puede ocurrir que alguien tenga un interés por una religión que no sea la heredada por su cultura, como por ejemplo en nuestro caso en Tibet.
Aunque el 95% de las personas son budistas, hace algunos siglos se introdujo el Islam, por lo tanto hay practicantes musulmanes, de igual forma se introdujo el cristianismo y hay tibetanos que son cristianos.
Esta situación responde a sus disposiciones mentales, por ello es correcto que si lo creen conveniente cambien. De la misma manera, si a pesar de tener una tradición religiosa que va de acuerdo a su cultura alguien no está satisfecho con ella y siente interés por el budismo, por lo que propone, sus estudios, su profundidad y otros aspectos, y debido a este interés quiere cambiar de religión, eso también es lógico.
O también puede haber personas que no tengan un particular interés o atracción por una religión, pero al encontrar las enseñanzas budistas, estas lo impactan por sus características exclusivas, por su profundidad, por todo lo que está proponiendo, y debido a ese interés también deciden volverse budistas. Esto también es lógico y correcto.
Como ésta es una reunión para dar una enseñanza budista y considerando que hay muchos budistas en la audiencia, lo que va a ocurrir hoy, es una explicación de estas enseñanzas. Por otro lado, también hay muchos que no son budistas, pero que han acudido por interés o curiosidad para a ver que es lo que dice o propone el budismo, y de esa manera también abrirse a las enseñanzas budistas y tener un entendimiento más profundo de lo que ellas transmiten.
Enseñanza Budista
Si queremos definir al budismo en cuanto a su punto de vista, a su visión, y también a su conducta, entonces podemos decir que la visión budista es lo que se conoce como la interdependencia o el origen dependiente de los fenómenos. Por otro lado, la conducta budista es la compasión, que implica la ausencia de violencia, la no violencia.
Interdependencia
Cuando nos referimos a la interdependencia, lo que queremos decir es que todos los fenómenos, en realidad, surgen en base a causas, es decir que son dependientes de algunas causas para que ocurran. Por lo tanto, se habla de un origen dependiente. Cuando consideramos el futuro, el futuro ocurre en base al presente, y cuando consideramos el presente, el presente es un resultado de lo que ha ocurrido en el pasado, es decir que, cuando lo miramos de este punto de vista, las cosas ocurren a través de una causa, y en base a esa causa ocurre un efecto que es el resultado de la misma. Es decir, que todo ocurre en esa función de causa y efecto.
Impermanencia
Además, una característica de la idea de interdependencia es la de cambio o impermanencia de los fenómenos, los cuales pueden cambiar de dos maneras. Existe un cambio que es sutil, y un cambio que es más evidente o grosero. El cambio sutil nos cuesta un poco más de entender porque es algo que requiere más investigación, pero el cambio grosero es algo que podemos evidenciar con mucha facilidad. Lo vemos en la naturaleza, en el cambio de las estaciones, como una estación pasa a otra, también lo vemos en la naturaleza, en muchas expresiones en las cuales las cosas cambian.
De igual forma, si tomamos nuestro cuerpo como objeto de análisis, vemos que nuestro cuerpo cambia constantemente, que pasa de ser el cuerpo de un niño al de un adolescente, después al de un adulto, luego envejece, y finalmente muere. Lo que demuestra que también nuestro cuerpo se va modificando, porque está sujeto al cambio.
En esta misma línea, si consideramos el caso del tiempo, también sucede lo mismo. Cuando decimos que pasó un año, el año está constituido por meses, los meses por días, los días por horas, y las horas por minutos, y los minutos por segundos. Si no hubiese un cambio de segundo a segundo, entonces no podría haber un cambio durante una hora, ni tampoco un cambio durante un día, y así sucesivamente.
Es decir, que cuando comenzamos a analizar la naturaleza cambiante de los fenómenos, podemos ver que en realidad todo cambia de instante a instante, porque si no fuera así, si algo no cambiara de instante a instante, si hubiera algún período constituido por varios instantes en los cuales no ocurriera absolutamente ningún cambio, entonces podríamos decir que un segundo no ha cambiado nada en absoluto. Es decir, siguiendo esa lógica, existiría un minuto en el cual no habría sucedido cambio alguno, y en base a ese minuto se podría hablar de una hora en la cual tampoco hubo ningún cambio, y de la misma forma llegar a un día, a un mes, a un año y así sucesivamente. Sin embargo, eso no se condice con la realidad.
Por lo tanto, podemos concluir que todos los fenómenos cambian, y que el cambio ocurre a un nivel muy sutil, de instante a instante, es decir, que los cambios se producen en cada instante en la naturaleza y en todos nosotros. Incluso desde el punto de vista de la física nuclear, cuando se investiga la naturaleza de la materia, es posible ver que todo está en movimiento, que todo está cambiando constantemente. De tal forma, que a medida que se profundiza en su investigación, los nuevos hallazgos de la física cuántica están demostrando algo que no era tan evidente, lo que es el cambio sutil o la impermanencia sutil de todos los fenómenos, pero en una forma concreta, no en una forma que requiera cierta aplicación o efecto para ser demostrada.
Dicho nuevamente, ya se está observando en forma evidente como el cambio ocurre a un nivel extremadamente sutil. Ahora bien, cuando consideramos esta ley de que todas las cosas cambian, pero a nivel de los cambios groseros o burdos, es decir aquellos que vemos por una experiencia directa, sabemos que es en base a ciertas condiciones, que ocurren los cambios. Por ejemplo, debido al cambio del clima es que empiezan a surgir nuevos brotes de lo que se ha plantado, o distintos tipos de frutos y por lo tanto, a un nivel así de evidente y obvio, se nota que los cambios ocurren en base a distintas condiciones. Sin embargo, se vuelve más complicado cuando lo empezamos a analizar desde el punto de vista del cambio sutil, de la impermanencia sutil, esa que va cambiando de instante a instante. Porque en ese caso es más difícil de ver que es lo que causa que ocurra un cambio entre un instante y otro.
Porque en ese caso no podemos hablar de una condición separada que esté afectando a un instante para que cambie al instante siguiente, sino que por su propia naturaleza, el cambio ocurre de instante a instante. Por lo tanto, se puede hablar que de cierta manera, al analizar un fenómeno a nivel sutil, la causa del cambio y el efecto del cambio ocurren simultáneamente, y eso es la propia naturaleza del cambio.
Relación entre causa y efecto
Cuando hablamos acerca de la causa de un fenómeno, tenemos que analizar como tiene que ser esa causa para que ocurra un cambio y siguiendo esa lógica podemos decir que la causa tiene cualidades. La primera es que la causa es de naturaleza cambiante o dicho de otro modo, la causa no puede ser algo permanente, porque si la causa fuera algo permanente no podría dar como efecto algo cambiante. Por lo tanto, la causa misma tiene que ser cambiante por naturaleza. En segundo lugar, cuando hablamos de que algo existe, una vez que surge ese algo, automáticamente muere. O sea que, dentro de la causa misma, que da origen a algo, esa causa tiene en forma natural un segundo componente que es la cualidad de cesación. Porque al decir que algo se origina, automáticamente implica que algo va a dejar de existir. Por lo tanto, la causa dentro de si misma tiene la característica de la cesación. En tercer lugar, la causa tiene que ser coincidente en calidad con el efecto, porque si tuviéramos una causa que no tuviese ninguna afinidad con el efecto, entonces éste no estaría relacionado con la causa y se produciría cualquier cosa en base a cualquier causa, y esto no ocurre en la naturaleza. Es decir, que para cada fenómeno, el efecto y la causa están relacionados por un mismo tipo de calidad o un mismo tipo de elemento. O sea que existe una sincronía entre la causa y el efecto en cuanto a su calidad. Finalmente, está la negación de esto, vale decir, que no puede haber un efecto que no tenga relación con la causa, en el sentido de que no tengan un mismo tipo de afinidad. Por lo tanto, las características de impermanencia, cesación, sincronía y negación, definen a una causa a partir de la cual se origina algo, así como al efecto que depende de esa causa. Es por ello que cuando en el budismo se habla de origen dependiente, normalmente se realiza una explicación clara de lo que significa una causa para que genere un efecto que corresponda a esa causa.
Las Cuatro Nobles Verdades
Esta relación entre causa y efecto es algo importante de comprender, tanto como componente como base de lo que se llama las Cuatro Nobles Verdades, y que tiene relación con nuestro propio sufrimiento. Es decir, que nosotros en realidad lo que deseamos es no sufrir, lo que queremos es evitar el sufrimiento y esto es una característica básica de todos los seres sintientes.
Entonces, primero tenemos que considerar si podemos eliminar el sufrimiento, si podemos ser libres de él o no. Luego tenemos que identificar el sufrimiento para saber si hay una posibilidad de liberarnos de él. Dicho de otro modo, para liberarnos del sufrimiento tenemos que saber cuál es el origen, cuál es su causa, porque como lo hemos visto anteriormente, el sufrimiento, tal como otro fenómeno, surge de una causa. Así lograremos entender que al conocer la causa del sufrimiento y eliminando esa causa, podremos terminar con el sufrimiento.
Porque al eliminar una causa, su efecto también se elimina. Una vez identificada la causa del sufrimiento, entonces podemos saber que existe una posibilidad de liberarnos de ese sufrimiento, ya que estamos aspirando justamente a ese estado libre de sufrimiento que es lo que significa el estado de felicidad eterna o permanente. Eso es posible, porque es posible eliminar la causa del sufrimiento. Y con eso llegamos a la tercera noble verdad. El sufrimiento es la primera noble verdad, el origen o la causa del sufrimiento es la segunda noble verdad, o sea, efecto y causa. Y ahora estamos hablando de la tercera noble verdad que es la verdad de la felicidad eterna.
La felicidad ocurre sólo si somos capaces de eliminar el sufrimiento y sus causas, y eso es posible, eso es la cesación del sufrimiento conocida como la tercera noble verdad. Ahora, podemos preguntarnos cómo es posible. Es posible, ya que si eliminamos la causa del sufrimiento, vamos a alcanzar ese fruto que es el estado de felicidad permanente. Pero ¿de qué forma podemos actuar para eliminar esa causa? ¿Hay algún sistema que nos lleve a eso? La respuesta está incluida en la cuarta noble verdad, que es el camino a través del cual llegamos a la cesación del sufrimiento, que sería la tercera noble verdad. O sea que si ustedes ven, estas cuatro nobles verdades, Buddha las enseñó de manera de marcar primero el efecto, y luego la causa. Las dos primeras están relacionadas al sufrimiento, destacando el efecto que es el sufrimiento que experimentamos, y luego la causa que es la segunda noble verdad. Lo mismo sucede con las dos últimas verdades, en las cuales primero se enuncia el resultado o efecto que es el estado de liberación del sufrimiento o de felicidad permanente, y después se marca cual es la causa que conlleva a ese estado que sería el camino, la práctica del camino. Esa es la forma en la cual Buddha presentó las cuatro nobles verdades, en las cuales vemos la relación de causa y efecto.
Doce vínculos del origen dependiente: Primera y segunda Noble Verdad
Volviendo a las cuatro nobles verdades y ahora considerando con más detalles la primera y la segunda, es decir la verdad del sufrimiento y la verdad del origen del sufrimiento, en el budismo se explica que esas dos están contenidas en lo que se llama la ley de origen dependiente, de doce vínculos o las doce etapas de progresión en cuanto a este origen dependiente. El primer eslabón que da origen a esta cadena es la ignorancia (1). Ignorancia significa el desconocimiento de algo, y también tiene dos aspectos: uno es el mero desconocimiento de algo, y otro es la ignorancia que se manifiesta a partir de una concepción o visión errónea de lo que está sucediendo. Entonces en el primer caso, que es un mero desconocimiento, ahí no hay mucha acción, porque es más bien un estado neutro aunque también genera algún tipo de karma o acción. Pero básicamente el mayor karma está generado a partir del otro tipo de ignorancia que es la ignorancia en la cual lo que se va gestando es una idea equivocada, una cognición equivocada de las cosas y a partir de ahí sí que se genera karma, o queda la base para que se genere karma. O sea que la base de toda la cadena es la ignorancia.
El segundo eslabón se conoce como percepción o impulso (2) y se genera a partir del segundo tipo de ignorancia que es más compleja y está basada en una percepción o cognición errónea de la realidad, en el cual, a partir de percepciones que son placenteras se produce una reacción de apego y a partir de percepciones que son desagradables, hay una reacción de rechazo, y a partir de percepciones de algo que no es ni agradable ni desagradable hay un reacción que es indiferente o neutra. De esta manera, descrito en forma muy simple, estamos hablando de tres tipos de experiencias, pero en las que están incluidos además todos los tipos de percepciones que puedan existir. Adicionalmente, cuando hablamos de percepción con impulso estamos hablando de que ya hay una acción, y esa acción es lo que se llama el karma. El karma es una acción y cuando hablamos de acción estamos hablando de que hay un efecto, un resultado, por aquello que nos ha impulsado a hacer la acción. De esta manera realizamos una acción que es positiva o negativa, de acuerdo a ese impulso y en el mismo momento de realizada la acción, ésta termina. Por ejemplo, si yo quiero decir algo, la acción verbal de decir una palabra o una idea o lo que fuera, se completa al momento en que yo termino de expresarla. Lo que queda después de esa acción es una impresión en la conciencia, una impresión que queda como una propensión o un esquema habitual albergado en la continuidad de nuestra conciencia, y que constituye una causa que también tiene la potencialidad de dar un fruto, o de manifestarse en un efecto.
O sea que el tercer eslabón es el de la conciencia (3) que está albergando los resultados de las acciones que nosotros hemos hecho. En un principio, el fin de la acción se constituye en causa que queda dentro de la conciencia, marcándola y dejando una impresión. El resultado que ocurre a partir de esa causa puede manifestarse después de unos días, después de unos meses, en esta misma vida, en la próxima, o después de muchas vidas, pero en algún momento se va a manifestar cuando las condiciones se den. O sea que estamos hablando de que el karma tiene dos aspectos: por un lado está la causa, porque es ella quien queda almacenada en nuestro continuo mental y por otro está el efecto que es el que va a dar lugar cuando el tiempo haya trascurrido. De esta manera, ocurre el tercer eslabón, el eslabón de la conciencia.
Hemos visto entonces el de la ignorancia, el del impulso o del karma, y en tercer lugar el de la conciencia. Estos doce eslabones se aplican a la primera verdad del sufrimiento y a la segunda verdad del origen del sufrimiento. Hemos visto entonces que en el tercer eslabón, el eslabón de la conciencia, están los dos aspectos: por un lado está la conciencia de causa que es aquella impresión que ha recibido la mente a través de la acción, el segundo eslabón que es el karma, y por otro lado el resultado de esta acción, que constituye una causa, que va a ser el fruto de esa causa que está incluida también como parte de esa conciencia, por eso es que se habla de la conciencia causal y la conciencia de efecto.
En este análisis, es conveniente pasar del tercer eslabón, al décimo eslabón, que es el de la existencia (10), el cual se refiere a que los resultados de nuestras acciones nos llevan a experimentar un cierto tipo de existencia. Estas acciones que dejan una impresión, en realidad pueden madurar como se ha dicho, en la próxima vida o pueden tardar varias vidas, pero llegado el momento, aquello que condiciona el tipo de existencia que vamos a tener, es alguna acción que nosotros hemos hecho en el pasado y que corresponde al tercer eslabón, o el segundo eslabón que queda almacenado en esa conciencia.
Cuando hablamos de existencia, decimos que ella está determinada por diferentes actitudes. Hay actitudes que de cierta manera son reconfortantes para alguien, y que se experimentan como un intenso deseo, el cual está relacionado con una forma de ver las cosas que en última instancia se basa en el hedonismo. Esta forma de ver las cosas nos puede llevar a no admitir los verdaderos atributos que las cosas tienen, porque se niega todo; o bien está la otra posibilidad, que es la exageración, es decir aquella que asigna cualidades a las cosas que en realidad no tienen, como por ejemplo afirmar que uno tiene una existencia eterna y que esa existencia eterna es real.
A partir de lo señalado, podemos decir que el intenso deseo hace que uno se sienta satisfecho, porque uno sabe o cree saber que hay una existencia futura eterna y por lo tanto, uno se apega a este punto de vista. Esto es más bien un tipo de satisfacción que ocurre a nivel mental; pero también esta la satisfacción relacionada al dolor, que ocurre a nivel físico como lo habíamos visto. A partir del intenso deseo que surge por la experiencia física del dolor, ocurre una intención de auto aferramiento que conduce a un tipo de existencia. Y estas son las llamadas emociones aflictivas, las cuales son un componente importante de toda esta cadena.
Ahora volvamos al intenso deseo (8) que es el octavo eslabón. Ese intenso deseo parte de un sentimiento o sensación. La sensación si es placentera produce un deseo de adquirir el objeto placentero, o puede como hemos dicho ser una sensación desagradable, generando una conducta de aversión. Esto que llamamos sensación en si misma, es el séptimo eslabón, sensación (7), que puede ser agradable, desagradable o neutro, y que gatilla el deseo de posesión. Pero la sensación no ocurre sin causa, sino que ocurre porque hay un contacto entre nuestro órgano sensorial, el objeto que está siendo percibido y la conciencia sensorial correspondiente. Por ejemplo, si vemos un objeto visual, está nuestro órgano visual que es el ojo y la conciencia visual que los conecta y en base a eso hay un contacto entre nuestra mente y ese objeto que estamos percibiendo, que es la base para que ocurra una sensación, agradable o no. O sea que también es la base o la causa que da origen a un próximo eslabón.
El sexto eslabón es el contacto (6). Para que ocurra el contacto también necesitamos las fuentes sensoriales (5) que es el conjunto de todo lo que hace a nuestra percepción: los cincos sentidos, los cincos órganos de los sentidos, y las cinco conciencias de los sentidos. Y ese es el quinto eslabón que constituye la base para que ocurra un contacto con el objeto.
Este quinto eslabón que es la fuente de lo sensorial se basa en el nombre y la forma (4), en donde la percepción de cualquier forma va acompañada de un nombre que la clasifica. Es lo que da la base o fundamento a los fenómenos. Resumiendo, podemos decir que el estado de nombre y forma (4) da la base a la fuente de los sentidos (4), a su vez la fuente de los sentidos dan la base para que ocurra el contacto (6), de ahí surge la sensación (7), luego surge el deseo intenso (8), de ahí surge el aferramiento o apego (9) y finalmente eso termina en la existencia (10). O sea que vemos como cada uno de los eslabones lleva al otro y finalmente termina produciendo algún tipo de existencia. Cuando hablamos de la existencia basada en todos los eslabones anteriores, significa que tomamos un cierto tipo de existencia que conlleva a un nacimiento (11) dentro de ese ámbito de existencia. Cuando nacemos, automáticamente por ese hecho, comienza un proceso de cambio que lleva al envejecimiento y muerte (12) que sería el doceavo eslabón. Con esto completamos todo el círculo de los doce vínculos o eslabones de la cadena de interdependencia.
O sea que, de estos doce, el primero que es la ignorancia (1), el octavo que es el intenso deseo (8) y el noveno que es el de la fijación o apego (9), constituyen las emociones aflictivas o destructivas. El segundo, que es el impulso (2), y el décimo que es la existencia (10), forman lo que se llama el karma. Las emociones aflictivas junto al karma constituyen el origen del sufrimiento, la segunda noble verdad. Y todos los demás eslabones que restan (3, 4, 5, 6, 7, 11, 12), corresponden a la primera noble verdad del sufrimiento. Esto quiere decir que estos doce eslabones cubren las dos primeras nobles verdades del sufrimiento y del origen del sufrimiento.
Cadena de causalidad de doce eslabones:
También cadena de doce eslabones de origen dependiente. Una de las primeras doctrinas budistas que mostraban la relación causal entre la ignorancia y el sufrimiento.Se dice que Shakyamuni enseñó la cadena de causalidad de doce eslabones en respuesta a la pregunta de por qué la gente padecía los sufrimientos de la vejez y la muerte:
1) El primer eslabón de la cadena es el de la ignorancia, luego la ignorancia causa
2) la acción (con su influencia “kármica”);
3) la acción origina la conciencia;
4) ésta, nombre y forma;
5) nombre y forma gestan los seis órganos de los sentidos;
6) estos, el contacto;
7) el contacto produce sensación;
8) la sensación origina deseo;
9) el deseo, apego;
10) el apego crea existencia;
11) la existencia nacimiento; y
12) el nacimiento ocasiona la vejez y la muerte. Al eliminar la ignorancia se erradican, sucesivamente, cada uno de los eslabones de la cadena, y cesan, al fin, los sufrimientos de envejecer y de morir.
Liberación del Sufrimiento: Tercera noble verdad
Cuando consideramos la primera y la segunda noble verdad, vemos que el sufrimiento existe cuando nacemos, envejecemos, enfermamos y morimos, habiendo tres tipos de sufrimiento: el sufrimiento propiamente dicho, el sufrimiento del cambio y el sufrimiento presente en todos los fenómenos condicionados. En realidad todo esto es algo que nos causa mucho pesar, y si además lo llegamos a considerar como una característica propia nuestra o inherente, entonces al querer trascenderlo y liberarnos de él, lo único que podríamos llegar a pensar es decir "bueno, entonces opto por el suicidio". Pero tenemos que ver las cosas desde otro punto de vista, porque al analizar en profundidad el mundo externo fenoménico, así como a nosotros mismos, nuestros cuerpos y demás objetos, al tratar de encontrar un primer origen o causa primordial del mundo o de nuestro cuerpo, no vamos a conseguirlo.
Cuando mediante un análisis se intenta buscar hacia atrás la causa que provoca un efecto, con el propósito de conocer el origen de cada uno de los fenómenos, en realidad, podemos ver que existen dos maneras en que esto puede ocurrir. Por un lado, si aceptamos la existencia de un origen o comienzo de las cosas, entonces tendríamos que aceptar la fuente de origen como algo substancialmente existente, desde la cual surge toda la progresión de existencia de las cosas o en otro caso algún ente creador que de origen a toda esa progresión de existencia. Pero mediante un análisis filosófico y lógico, en ninguno de los casos podemos llegar a una conclusión que los pueda validar. Por lo tanto, podemos decir que las cosas no tienen un comienzo u origen, que nuestros cuerpos también no tienen un comienzo, y de la misma forma, este razonamiento se aplica a nuestra conciencia que es una cosa inmaterial. Nuestra conciencia también no tiene comienzo y al mismo tiempo tampoco tiene fin, sino que es una corriente constante de conciencia sin fin. Por lo tanto, la idea de suicidio no soluciona nada, porque lo único que hacemos es cortar esta vida, pero nuestra conciencia continua, porque así como no tiene comienzo, tampoco tiene fin. Si nuestro sufrimiento es envejecimiento y muerte, la única manera de liberarnos de él es no nacer, pero hemos visto que el nacimiento está causado por el karma y las emociones destructivas, tales como el apego, el deseo, y las demás que se han expuesto. Por lo tanto, tenemos que reconocer que la existencia es como una rueda, en donde los doce eslabones de la cadena de origen dependiente originan la rueda de la vida, la rueda de la existencia, porque realmente es como una rueda que va girando constantemente, y que se va perpetuando a si misma.
En cada día, en cada momento estamos generando una innumerable cantidad de momentos de ignorancia, que dan lugar también a una innumerable cantidad de karmas, y también esos constituyen una innumerable cantidad de efectos que van a madurar en algún momento. O sea que, realmente, si permanecemos dentro de todo este ciclo que es como una rueda que constantemente gira y se perpetua a si misma, no vamos a poder encontrar un fin al sufrimiento, porque no hay forma de cortarla. Pero esta rueda que si bien se perpetúa a si misma y constituye el ciclo de nuestra existencia desde un tiempo sin principio y que de esta forma ha venido reproduciendo existencias en nosotros, tiene un punto débil, tiene un talón de Aquiles, y este es el de la ignorancia. Dicho de otra forma, si vemos que hay una rueda que está girando y queremos pararla, quizás no la podamos parar simplemente con las manos. Pero si sabemos que esa rueda tiene un orificio en el cual es muy débil y podemos penetrar en él con algo que la bloquee, entonces vamos a poder detener el giro de esta rueda. De la misma manera ocurre con esta rueda de la existencia, el punto débil es el de la ignorancia. Y ¿por qué la ignorancia?, porque es el primer eslabón, es el eslabón que da origen a todos los eslabones sucesivos que están encadenados unos con otros, pero que tienen su comienzo en la ignorancia.
Cuando hablamos de ignorancia, estamos hablando del desconocimiento a cerca de la verdadera naturaleza de la realidad. Eso es lo que significa ignorancia. El desconocimiento de la verdadera naturaleza de la realidad es lo que genera los otros eslabones, y estos otros se van reproduciendo para generar más momentos de ignorancia que en si mismos producen, más karma, más impulso, más de los demás eslabones, y así se van perpetuando. Ahora si encontramos una forma de bloquear esa ignorancia o de hacer que llegue a su fin, entonces estaremos encontrando una forma de interrumpir esta sucesión de eslabones que son los que producen la rueda de nuestra existencia. Entonces, primero debemos preguntarnos si hay una forma o no de eliminar esa ignorancia que es la madre de toda la cadena.
Como la ignorancia es el desconocimiento de la naturaleza de la realidad, si llegamos a un conocimiento directo de la naturaleza de la realidad, a una verdadera vivencia de lo que es esa naturaleza, de esa forma entonces eliminaremos la ignorancia, y lograremos nuestro cometido que es eliminar también el sufrimiento, ya que, como hemos visto, esta cadena es la que causa el origen del sufrimiento.
Entonces, ya estamos acercándonos a la tercera noble verdad que es la cesación del sufrimiento. ¿Cómo ocurre la cesación del sufrimiento? Solamente puede ocurrir si interrumpimos esta rueda de la existencia, y esta interrupción solamente puede ocurrir si eliminamos la ignorancia que es la madre que da origen a toda la misma. Entonces la cesación del sufrimiento consiste en la eliminación de la ignorancia y esa es la tercera noble verdad a la cual podemos llegar.
El Camino Espiritual: Cuarta Noble Verdad
Sin embargo, necesitamos un método que nos lleve a la eliminación de la ignorancia. Ese método es la realización o la vivencia de la vacuidad, definiendo vacuidad como la verdadera naturaleza de todos los fenómenos y de toda la existencia. Cuando logramos conocer la vacuidad en forma directa, es decir, cuando logramos la realización espiritual de tener una completa vivencia de la vacuidad, entonces eliminamos la ignorancia; y con ello se eliminan también todos los otros eslabones. Entonces, cuando tenemos un acercamiento de la vacuidad, debilitamos la ignorancia, y a medida que la ignorancia se debilita, se reduce también el karma y las propensiones o semillas que van almacenándose en nuestra conciencia, y con ello todos los eslabones van disminuyendo. Y cuando logramos la completa vivencia de la vacuidad, en ese momento cortamos definitivamente con la ignorancia. En ese momento, el resultado de esta cadena que en una dirección parte de la ignorancia y resulta en la primera y segunda noble verdad, la del sufrimiento y la de su causa, al tener la vivencia de la vacuidad, logramos eliminar la ignorancia y como consecuencia de ello toda la cadena se va desarmando, desembocando en la tercera noble verdad, que es la cesación del sufrimiento.
O sea que esta misma cadena explica en un sentido la generación de la rueda de la existencia condicionada por la ignorancia y el sufrimiento, y en otro sentido explica también las últimas nobles verdades, ya que a partir de la eliminación de la ignorancia toda esa cadena se desarma y nos lleva a la cesación del sufrimiento, que es la tercera noble verdad.
Volviendo a la cadena de doce eslabones, si vemos el primero que es la de la ignorancia y también las tres emociones destructivas que son la ignorancia (1), el deseo (8) y el apego (9); estas tres lo que hacen es determinar el karma o el tipo de acciones (2) y los efectos de las acciones (3) que ejecutamos. Además, el karma que se genera está contaminado, es un karma impuro y por eso nos mantiene en este ciclo de existencia dominado por la ignorancia y el sufrimiento. Pero una vez que hemos eliminado la ignorancia y alteramos la cadena, esto no quiere decir que la conciencia desaparece, ya que ella continúa su corriente natural. Lo que si eliminamos son aquellos elementos que hacían que esa conciencia generara causas y condiciones para el sufrimiento, porque al eliminar la ignorancia, que es la base y la causa fundamental del sufrimiento, no quiere decir que ya no haya acción. Una persona que ha eliminado la ignorancia, desde ese momento tampoco tiene apego (9) e intenso deseo (8) y al sacar estos tres, los demás eslabones de la cadena continúan manifestándose en esa persona iluminada, que es aquella que tiene la realización espiritual de comprender la naturaleza de la realidad. Esa persona sigue ejecutando acciones y esas acciones que hace producen karma, pero no es un karma contaminado como el caso anterior, sino que es un karma que no produce ningún tipo de consecuencias negativas, es un karma positivo, virtuoso. Y cuando toma un renacimiento, también experimenta un tipo de existencia, pero al estar libre del karma negativo y de la ignorancia, debido a sus aspiraciones altruistas, toma un nacimiento que le permita continuar sus actividades altruistas. O sea que un ser iluminado también nace y por supuesto también envejece, aunque sea una persona de altísima realización espiritual. En realidad su cuerpo envejece, pero hay que considerar qué es lo que siente con ese envejecimiento. También Buddha Shakyamuni llegó a una avanzada edad y por supuesto su cuerpo mostró síntomas o signos de envejecimiento, eso también aparece en una persona que tiene una realización espiritual.
Pero de cualquier manera, lo que quiero decir con esto, es que al eliminar la ignorancia, lo que desaparece es la ignorancia (1), el intenso deseo (8) y el apego (9). Sin embargo, la cadena continúa pero en una dirección virtuosa, que es lo que ocurre con aquella persona que tiene la realización de la vacuidad. Los Tres Entrenamientos: Cuarta Noble VerdadUna vez que hemos entendido que la ignorancia es la causa de toda esta cadena y que es el causante de todo nuestro sufrimiento, entonces generamos la intención interna de eliminar la ignorancia y ese sentimiento interno es lo que se llama el estado de renuncia. En relación a la ignorancia, el hecho de verla como un enemigo, produce el sentimiento de querer liberarnos de la misma. Ese sentimiento es la renuncia y es por ese deseo de eliminar la ignorancia y las otras emociones destructivas, que adoptamos una ética y una disciplina, los cuales son uno de los tres entrenamientos del budismo. El entrenamiento de la ética budista se realiza tanto a nivel mental, verbal y físico siguiendo las enseñanzas budistas. Pero para que este entrenamiento se lleve a cabo de la mejor manera posible y sea efectivo, nuestra mente no puede estar distraída, porque en nuestro estado mental actual, nuestra mente nos domina. En cambio tenemos que llegar a ser los amos de nuestra mente y para eso necesitamos el desarrollo de la atención mental, del estado de alerta, a partir del cual lograremos que nuestra mente pueda permanecer en calma, y así llegar a una estado de atención en un solo punto, el cual se logra con la práctica de la meditación, que es el segundo entrenamiento enseñado por Buddha. Una vez que logramos una mente ya en calma y que puede permanecer quieta en un solo punto sin distracción, entonces debemos desarrollar el conocimiento que nos acerque al estado de comprensión de la naturaleza o estado real de los fenómenos, aquel conocimiento que comprende la inexistencia del ego, así como la inexistencia de una entidad inherente e independiente en todas las cosas. Ese conocimiento de la inexistencia de la característica de identidad, es lo que se llama la sabiduría trascendente, y eso es lo que constituye la cuarta noble verdad del sendero, en cuya practica lo que cultivamos y desarrollamos es la inteligencia que nos llevará al conocimiento de la realidad, que es lo que finalmente va a erradicar la ignorancia. Y ese es el tercer entrenamiento enseñado por Buddha, el del conocimiento, la inteligencia o sabiduría. Estos tres entrenamientos entonces son la disciplina y ética, la meditación, y la sabiduría. Desarrollando Compasión: BodhichittaEso es lo que hace el budismo. Ahora, cuando nuestra preocupación comienza con el reconocimiento de nuestro sufrimiento y el anhelo de liberarnos del él, empezamos también a considerar la condición de los demás seres. Deseamos eliminar el sufrimiento y su causa, el origen del sufrimiento, pero también empezamos a contemplar la situación de los demás seres que coinciden con nosotros en anhelar la felicidad y no querer sufrir. Entonces a partir de esa comprensión, comienza a desarrollarse en nosotros un estado de empatía y de compasión hacia los demás seres a quienes vemos dominados por la ignorancia, dominados por sus emociones negativas. No es un tipo de compasión normal, común y corriente, sino que es una compasión que comienza a crecer con mucha intensidad, ayudada también por el conocimiento, la inteligencia o sabiduría. De esa forma, se desarrolla una compasión de tal envergadura que nos hace dedicarnos completamente al camino, que es la cuarta noble verdad, con la motivación de alcanzar el estado de Buddha, el estado de iluminación, de perfección completa. Porque sólo de esa forma vamos a poder ayudar a los demás seres de una manera más efectiva. Y eso es lo que se llama la Bodhichitta, que es la mente de la iluminación, la mente del despertar y es justamente esa Bodhichitta la que incluye el logro de los dos propósitos, que es la liberación personal o estado de Buddha, y también la liberación de los demás. Porque desde ese estado de Buddha trabajaremos para llevar también a los demás seres al estado de liberación. La Bodhichitta entonces es la aspiración para alcanzar la iluminación para el beneficio de los demás seres.
Eliminar el ego
Cuando hablamos de ego, estamos hablando del carácter de entidad independiente inherente que percibimos en nosotros mismos como personas, y también en todos los fenómenos, como algo que realmente les corresponde. Entonces se habla de dos tipos de identidad: identidad de las personas e identidad de los fenómenos. Cuando hablamos de la eliminación del ego estamos hablando que tiene que abarcar ambos casos. En realidad esto tiene que ver con la eliminación de la ignorancia como se ha explicado. Para ello entonces se estudia la vacuidad, que es la naturaleza de todos los fenómenos, uno comienza recibiendo enseñanzas sobre la vacuidad, a partir de las cuales uno empieza a reflexionar sobre el significado de esas enseñanzas y de esa manera las comprende más profundamente. Y a medida que las va comprendiendo más profundamente, a medida que la vacuidad se va entendiendo con más profundidad, naturalmente también esa fijación en la existencia inherente e independiente de entidad en uno mismo y en las personas va disminuyendo. Junto con esto también se desarrolla una actitud contraria a la que habitualmente tenemos, que es la de favorecerse a uno mismo antes de los demás, y se revierte porque nos entrenamos para dedicar nuestro afecto más a los demás que a nosotros mismos. O sea que, cuando revertimos esa actitud y desarrollamos esa cualidad de estar más preocupado por el bienestar de los demás que por nosotros mismos, también eso resulta en una disminución del egoísmo y del egocentrismo. O sea que cuando practicamos esos dos sistemas del estudio de la vacuidad y del desarrollo del altruismo hacia los demás seres, estos son dos factores que van eliminando el ego.
Ser católico y budista simultáneamente
En un principio, sí, no hay ningún problema en practicar ambas tradiciones, ser católico y ser budista, porque hay muchas cualidades que son comunes, practicar el amor, la compasión, el contentamiento, y la disciplina y las demás cualidades son comunes, y entonces no hay discrepancias a ese nivel. Pero llega un momento en que, cuando en el budismo uno ya llega a analizar la naturaleza de la realidad y comienza a hablar en términos de la vacuidad y la interdependencia de todos los fenómenos y demás, ahí ya comienza a aparecer diferencias que son difíciles de conciliar con la otra tradición. Por eso, a menudo cuando me comparto con amigos cristianos, también algunos de ellos monjes cristianos, en el momento en que se empiezan a interesar en estos aspectos de la vacuidad o de la interdependencia, yo les digo "estos son asuntos budistas, en realidad mejor no meterse con ellos". Lo mismo sucede con los encuentros que tenemos budistas con católicos y cristianos en los cuales también aprendemos mucho de su propia tradición, pero cuando en el ámbito católico se empieza a hablar de Dios creador y demás, también les digo "bueno esos son asuntos de los católicos, mejor que los budistas no se metan en eso".
Sentir compasión hacia todos los seres
Como mencioné anteriormente, hay una forma de compasión que es natural a todos nosotros, pero también hay otra forma de compasión que se desarrolla con influencia también del conocimiento, y que es una compasión excepcional, una compasión imparcial, que está dirigida a todos por igual, y que sólo puede ocurrir cuando se la desarrolla sistemáticamente con la influencia del conocimiento. Cuando uno está desarrollando ese tipo de compasión, al encontrarse con alguien que odiamos o algún enemigo que nos causa daño, desde la perspectiva de esa compasión, vemos que esa persona, en su actuar, está generando mal karma, que va a resultar en su sufrimiento, y entonces nuestra preocupación está más bien dirigida a las consecuencias negativas que va a tener esa persona a través de su actuar, y el resultado. Es decir que, en vez de sentir odio, uno siente compasión por esa persona por lo que va a sufrir, por lo que esta haciendo en este momento. Hay un sentimiento de empatía en ese caso producto de nuestro entrenamiento en este segundo tipo de compasión, y debido a eso es que cuando nos encontramos con un enemigo lo vemos como un maestro que nos está ayudando a desarrollar esta compasión.
Controlar las emociones negativas
Las emociones negativas en si mismas son muy sofisticadas y muy tercas y, por lo tanto, aquello que las puede contrarrestar también tiene que ser muy sofisticado. Pero las emociones destructivas están basadas en la ignorancia, y la ignorancia no es una base válida. Por lo tanto, si bien al principio la fuerza para contrarrestar esas emociones negativas quizás sea débil, igual está sustentada en una base que es válida, que es la base del conocimiento. Por lo tanto, si desarrollamos estas medidas o antídotos con los cuales vamos a contrarrestar las emociones destructivas, porque están sustentadas en una base valida, a partir de la influencia de la sabiduría pueden llegar a tener una fuerza, una intensidad muy grande con la cual podemos contrarrestarlas. Esta es la forma con la cual podemos eliminar las emociones negativas. Por eso en el budismo el aspecto de la sabiduría es vital y una de las características peculiares del budismo es la de utilizar la inteligencia humana en su mayor extensión para con ello poder contrarrestar las emociones negativas. Por eso siempre les digo a mis hermanos y hermanas budistas que deben estudiar, que no es suficiente simplemente recitar algunas oraciones, mantras, o leer unos textos de oraciones, eso no es suficiente.