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miércoles, 20 de agosto de 2008

Anji Carmelo: "Cuando muera seré un ser invulnerable."

Es autora de libros sobre la enfermedad, el duelo y la muerte.
Ayuda a las personas que han sufrido la pérdida de un ser querido.


--¿Cómo se imagina a usted misma el día después de su muerte?
--Totalmente liberada de este mag- nífico cuerpo físico que todos tenemos y en un estado sin limitaciones, sin miedos, sin dudas. Nuestra existencia física nos encadena a los miedos y a la vulnerabilidad. Al morir, seré un ser invulnerable.

--¿Un ser? No tendrá conciencia de ello. No tendrá conciencia.
--Al contrario, la conciencia no se va, aumenta. Nuestro cuerpo nos está impidiendo que nuestra conciencia llegue hasta donde tiene que llegar. En estos momentos nuestra conciencia está por todo el universo, pero está como atada al cuerpo. Excepto, por ejemplo, cuando soñamos, porque entonces alcanzamos nuestras ilimitaciones.

--¿A usted le sucede a menudo?
--A las tres o a las cuatro de la madrugada. Me despierto y veo cosas que no había visto antes y que utilizo en mis libros y charlas. También me pasa en la ducha.

--Claro, es doctora en metafísica.
--Le pasa a todo el mundo, aunque no sea consciente de ello.

--¿Qué es la metafísica?
--La ciencia de lo invisible. Todo lo que realmente es, está más allá de lo visible.

--No lo entiendo.
--Todo lo que es auténtico o esencial no tiene nada que ver con lo que podemos ver y tocar.

--¿Con qué tiene que ver?
--Con esa parte nuestra que ahora se está expresando a través del cuerpo físico, pero que muchas veces no necesita al cuerpo para realizarse; esos mundos interiores, esas profundidades que cuando intentamos explicar, exteriorizar, se nos van.

--Algunos a eso lo llaman alma.
--O cuerpo esencial. Tiene tres expresiones: amor, sabiduría y voluntad.

--¿Usted cree en Dios?
--Sí, pero no en una figura concreta, sino en una fuerza creadora.

--¿Cómo se la imagina?
--Está en todo. Es lo que da chispa a las cosas, a todo.

--Usted acompaña en los procesos de duelo. Parece una vida triste.
--Yo no siento la tristeza. He pasado mis duelos y pérdidas, y cada vez que pensaba que no sobreviviría a una muerte cercana, he sobrevivido y he salido más reforzada, más persona, con más recursos. Cuando me llega una persona con mucho dolor, voy más allá y veo todo lo que va a llegar a ser cuando supere ese abatimiento. Si yo no intuyese su futuro, no podría ayudarla, porque me contagiaría la tragedia de su pérdida.

--Nos cuesta aceptar la muerte.
--Cuando es lo único que tenemos seguro. Además, es la gran conocida. Hemos llegado aquí hoy con incontables muertes a nuestras espaldas. Para crecer, lo que ya no sirve tiene que morir para dar lugar al cambio.

--¿Por qué cuesta tanto dejar ir?
--Cuesta soltar la materialidad. Nos identificamos con lo material y creemos que somos más si tenemos más cosas. Pero si empezamos a vivir lo que no es perecedero, los sentimientos, motivaciones e inspiraciones, llegará un momento en que podremos soltar nuestro cuerpo físico porque ya no formará parte de nuestra importancia como ser.

--Tenemos motivaciones porque tenemos un cerebro, cuerpo físico.
--El cerebro no es la base de la conciencia. No necesariamente se tiene que vivir a través del cuerpo. La gran frustración es reducir todo lo que somos y sentimos y pensamos a este cuerpo. Estamos aquí para cambiar.

--¿Y después?
--Una vez conectamos con la parte inmortal de nosotros, la parte que no se muere, empezamos a vivir de forma distinta. Empezamos a no dar importancia a las cosas perecederas, a comunicarnos y a conectar con los demás de otra manera, creando espacios permanentes y eternos.

--¿Eternos?
--Llega un momento en que da igual que el otro esté en Hong Kong, por ejemplo. Esa persona está conmigo igualmente y yo estoy con esa persona. Igual que está en Hong Kong, podría no estar. En cierto modo, la muerte es una liberación. Cuando un ser querido nuestro muere, nos está liberando, porque ya sabemos que esa persona siempre va a estar con nosotros y no habrá pérdida.

--A veces, los muertos están más presentes en nosotros que cuando estaban vivos.
--Sí. El padre de un amigo era cocinero. Murió. Mi amigo está más ahora con su padre que cuando estaba vivo. Lo siente con él cuando cocina.

--¿Tiene eso alguna explicación metafísica?
--La física cuántica demuestra que, energéticamente, una implicación con alguien, especialmente si hay amor, hace que las energías se intercambien. Esas energías están con esa persona ya en vida y, cuando muere, su energía sigue en nosotros.

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martes, 19 de agosto de 2008

Joe Dispenza: "Nuestras intenciones nos crean el destino."

Miles de personas le han escuchado hablar de "la ciencia de cambiar la mente"
o la capacidad de decidir cómo queremos que sean nuestros días.



--¿Cuál es su propósito en la vida?
--Mi propósito es ayudar a la gente a cambiar. Neurológica, biológica y genéticamente, somos lo que pensamos. Y la ciencia está empezando a apuntar en la dirección de que nuestros cuerpos y mentes son un reflejo de nuestros pensamientos y actos.

--El llamado "pensamiento positivo" está provocando frustración. La gente cree que pensando positivamente las cosas cambiarán. Y no cambian.
--Porque no basta con pensar positivamente. Cuerpo y mente tienen que ir a una. A veces, la gente intenta ser positiva cuando en realidad se siente negativa, por eso el pensamiento positivo no funciona. Son personas que viven en un estado mental turbado. Su cuerpo no sigue a su mente. Viven 20 años con un modo de pensar, infelices, y después quieren que todo cambie. El inconsciente conecta con el cuerpo, que se siente negativo. Tenemos que entrenar la mente y el cuerpo para que trabajen juntos. Entrenar para la intención positiva. Nuestras intenciones crean nuestro destino.

--El privilegio del ser humano es que puede crear pensamientos más reales que cualquier cosa.
--Eso se puede aprender. Podemos crear el futuro que ahora mismo está en nuestra mente. La realidad irá en la dirección de nuestros pensamientos. Se trata de pensar y actuar más allá de nuestro entorno, tal y como han hecho los líderes de la historia. Si organizamos nuestro cerebro para que sea como el entorno actual, todo continuará igual.

--Usted entrena a su hija y ella está aprendiendo deprisa...
--Entreno a mis hijos para que creen su propia realidad. Hacen los ejercicios como un niño toca el piano, practicando mañana, tarde y noche. Así ejercitan su mente. El trabajo consiste en sentir aquello que desean con su mente y cuerpo, como si ya hubiese sucedido. No se pueden levantar siendo la misma persona que la que se ha sentado. Mi hija imaginó que compraba sin límites: lo que quería.

--¿Y lo consiguió?
--Sí. Trabajó mentalmente en ello. Y un día me llamó para decirme que había conseguido gastar en ropa más de 7.000 dólares. ¡En una sola compra! Fue un regalo del jefe de la tienda, porque conocía al padre de la amiga que la acompañaba.

--Usted empezó a querer cambiar a raíz de un hecho que no tiene nada de superficial.
--En 1985, yo practicaba muchos deportes. Un día montaba en bicicleta y choqué contra un camión. Me rompí seis costillas. El médico que me atendió dijo que no podría caminar nunca más. En California, los cirujanos me dijeron que la cirugía era la única opción que me quedaba. Decidí que no me operaría y que usaría mi mente para que mi cuerpo mejorase. Y funcionó. Decidí dedicar mi vida a estudiar la conexión entre cuerpo y mente para lograr cambios.

--¿Y qué le dicen los médicos?
--He hecho conferencias para doctores y me ha sorprendido su falta de resistencia a mis argumentos. Todos están de acuerdo en que la gente que tiene una buena actitud responde mejor a los tratamientos. Y los pacientes que creen en sus doctores mejoran más rápido. Si el pensamiento no tuviese nada que ver con la salud del cuerpo, no existiría el efecto placebo. En todo caso, en plena era de la información, los modelos médicos están cambiando.

--¿Qué le dice su madre de sus teorías?
--Mi madre es una persona muy práctica y yo aprendo mucho de ella. Y a la vez ella representa un ejemplo de las cosas que yo enseño, porque hace cambios constantemente. Y también es feliz de verme cambiando todo el tiempo, porque constata que cada cambio me produce alegría.

--Usted se apoya en la ciencia, en la física cuántica.
--Utilizo mucho la cultura científica en mis conferencias. Constantemente leo y estoy atento a los últimos avances, estudio mucho. La ciencia ha dado un giro en los últimos 20 años porque la tecnología ha cambiado radicalmente.

--¿Cómo imagina a Dios?
--Lo imagino omnipotente, omnipresente. Lo sabe todo. Una fuerza invisible. Dios es el pegamento que lo une todo. Una mente colectiva e individual a la vez, que une desde el más pequeño microorganismo hasta la menor partícula subatómica. Toda la información, todas las experiencias viven en esa mente. Es un gran mar de potencialidades. Y nosotros podemos conectar con él, y lo podemos utilizar para diseñar nuestro destino.

--¿Usted cree que hay vida después de la muerte?
--La conciencia sigue después de que se produzca la muerte. La energía nunca llega a desaparecer. La conciencia mueve información, y esa información es la expresión de lo que tú eres. Cuando el cuerpo muere, lo que anima al cuerpo, sea lo que sea, sigue viviendo.

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Claudio Naranjo: "La escuela se usa para domesticar."

Vino a Barcelona para impartir la conferencia "Cambiar la educación para cambiar el mundo" y también para presentar en la misma ciudad la fundación que lleva su nombre.


Un niño sabio
Claudio Naranjo (Valparaíso, 1932) es un sabio de rostro algodonoso y polar. Tal vez se dejó barba para disimular su ojos de niño, y sus dientes. Lleva unos zapatos inquietantes, raro cruce de zueco agujereado y chancla. Afirma que los conflictos mundiales no se solucionan con conferencias internacionales de políticos, sino cambiando la educación. La esperanza: nuestros hijos. Para Naranjo, la felicidad es el equilibrio entre el pensar, el sentir y el querer. Y realizar el potencial de nuestro ser.


--Dice que el sistema educativo solo sirve para mantener la sociedad actual. ¿Cómo podemos cambiar el mundo con la educación?
--La educación tendría que pasar de ser un órgano reproductor de la sociedad que tenemos a ser un órgano de fomento de la evolución. Habría que dejar de usar la educación como sistema de adoctrinamiento o de reclutamiento para esa sociedad. Hay un elemento despótico: se usa la escuela para domesticar. Tendríamos que usar la educación para formar seres completos.

--¿Y qué es un ser completo?
--La educación actual solo se ocupa de la mente racional, práctica, instrumental, como si fuéramos solo eso. Se crean seres egoístas y prácticos que no tienen una dimensión del goce de la vida. No parece legítimo educar para la felicidad. Si se calculara el precio de la infelicidad que se crea, se vería lo antieconómica que es nuestra educación. Crea gente infeliz, que desarrolla neurosis y enfermedades psicosomáticas, que no funciona bien en el trabajo.

--Usted no está a favor de las notas.
--El sistema de aprendizaje basado en notas viene a decir que hay que aprender para comerse la zanahoria. Las cosas verdaderas se aprenden por amor a aprender, por amor a la verdad, por deseo de saber. Los niños tienen gran curiosidad, pero se les va matando esa curiosidad cuando se les obliga a repetir cosas aprendidas. Sobre su pregunta anterior, un ser completo no es solo un ser inteligente; también es amoroso y tiene una sabiduría instintiva. Esta sabiduría es sagrada para las culturas chamánicas, que tenían mucho contacto con el animal interior. El alma es como un animal.

--¿Los maestros tienen que estimular al animal interior?
--Sí. ¿Sabe cómo? Enseñando con una actitud amorosa. No siendo explotadores disfrazados de buenos maestros.

--¿Explotadores?
--Le roban al niño muchas horas de su vida durante muchos años de escuela. Lo mantienen en una incubadora, inmóvil en la clase aprendiendo estupideces que poco le van a servir para la vida. La verdad no se aprende en libros que hablan de lo que dicen otros libros. Eso es un conocimiento muerto. No hay prueba científica de que la educación de ahora sirva para el desarrollo de las personas. Por suerte, los niños tienen el buen instinto y sentido que les dice: "Esto no va conmigo, no responde a mi situación existencial".

--Y, además, está el ego. Se nos educa para cultivar el ego.
--El ego es una prisión. Una mente chica. Un tejido de emociones destructivas y carenciales. Por eso, la envidia, el orgullo, son lo que mueve a la mayoría durante la mayor parte de su vida. Hay que conocer al ego para no ser su esclavo.

--¿Cómo es su ego?
--Es un buen burrito de carga. Lo uso para mis tareas.
--Según usted, ¿cuál es el mayor problema del mundo?
--El virus del lenguaje. Se mira todo a través de un exceso de juicios. No vivimos de forma natural, sino a tra- vés de conceptos intermedios, de lo que debería ser y cómo debería ser. Y el dinero. Hoy en día, lo único grande es el dinero. Es como si la gente estuviera loca por el dinero. Como decía Antonio Machado, solo un necio confunde valor y precio.

--¿Qué es lo real?
--La experiencia vivida. Pero la experiencia humana es como la cebolla. Hay cosas profundas y superficiales, incluso en el mundo emocional. Para un místico, lo real es el meollo de la conciencia. El ser es lo real. Y la gente no tiene esa experiencia del ser. La gente busca el ser generalmente donde no está: en el placer, en la intensidad, en tener. Casi toda su vida es un sentido de déficit, porque no saben que existen. Una persona que ha llegado a sí misma es la que ha llegado a saber que es.

--Usted lo descubrió en el desierto.
--Fue la sala de partos. El comienzo de una nueva vida. Yo era un buscador sediento, me había acercado a muchos maestros, pero no había metido la cabeza en el cielo, excepto con algunas experiencias psicodélicas. En el desierto empezó la posibilidad de encontrar una conciencia contemplativa, de entrar en contacto con lo divino, se le llame como se le llame, porque yo no simpatizo con los que hablan de Dios.

--Dios no está de moda.
--Y con razón, porque se ha usado su nombre más que en vano. El nombre de Dios lo han usado mucho los bandidos.

--Y usted ¿qué quiere ser cuando sea mayor?
--Yo ya llegué al cielo, y lo perdí. Me gustaría terminar de volver a la tierra. Sembrar aquí, en la tierra, lo que encontré en el cielo. Yo estoy creciendo, estoy en desarrollo. Por ejemplo, cada vez hablo con más fluidez. También me gustaría tener el corazón más grande, servir más a los otros y estar al servicio de lo que la vida me diga.

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Glòria Rosales y Gordana Vranjes : "Con el yoga descubres que ya estás lleno."

Hace unos años eran dos ejecutivas estresadas en Nueva York. Ahora publican "La meva guia de ioga" (Viena).


--A veces, mientras practico yoga, pienso en la lista de la compra.
--G. V.: Es normal que la mente se vaya. Se trata de recordarle que tiene que regresar. Una y otra vez. Regresar a la intención inicial de la sesión.

--Algunas posturas de yoga me causan dolor.
--G. V.: El dolor es cambio. Cada cambio causa dolor. Pero ese dolor te lleva hacia donde quieres ir. Lo importante es cómo reaccionamos ante el dolor, no el dolor en sí mismo.

--Pero es que algunas posturas de yoga son imposibles.
--G. R.: No tienes que usar tu cuerpo para hacer esa postura, sino usar la postura para ir abriendo tu cuerpo, para ir expandiéndote, enraizándote. La postura es una herramienta.

--¿Una herramienta para qué?
--G. V.: Por ejemplo, para entender que eres parte de un todo. Una vez un monje de la India me dijo: "Vosotros los occidentales todo lo queréis hacer solos". Si alguna enfermedad hay en nuestra sociedad es este afán de individualizarlo todo: mi trabajo, mi casa, mi vida, yo soy así. Olvidas que eres una gota del mar.

--¿Cómo les ha cambiado el yoga?
--G. V.: Yo era una chica bastante ambiciosa y llegó un punto, en Estados Unidos, en que ya lo tenía todo. Pero me sentía muy vacía. Y el yoga me ayudó muchísimo.

--¿El yoga llena vacíos?
--G. R.: No llena vacíos, pero con el yoga descubres que ya estás lleno.

--Y te enseña a respirar.
--G. R.: A menudo no respiramos.

--¿?
--G. R.: Quiero decir que respiramos de una forma muy superficial, sobre todo cuando estamos tensos. Una respiración corta y rápida. Tal y como respires, será tu estado mental.

--¿Qué recomendarían a un lector estresado?
--G. R.: Que hoy haga una pequeña pausa de tres minutos, un par de veces. Que pare, que esté consigo mismo. Que no intente cambiar lo que siente. Estar con su estado de ánimo, sin cambiarlo. Nos machacamos demasiado.

--¿Cómo le ha ayudado a usted, Gloria, el yoga?
--G. R.: A mí el yoga me hace ser consciente. Ya de pequeña yo era descentrada, indisciplinada, ansiosa. Era la despistada de la clase.

--¿Y de mayor?
--G. R.: Ya de mayor, era incapaz de tomar decisiones. Tenía miedo al qué dirán. Hasta que me di cuenta de que sistemáticamente estaba actuando desde la idea que los demás tienen de mí. Gracias al yoga he aprendido que no soy mi posición social, ni mi nombre, ni mi prestigio. Si actúas desde la idea de cómo te ven los otros, la estás fastidiando.

--¿Por qué?
--G. R.: Porque actúas desde el miedo y desde el apego, movido por construir esa imagen falsa de ti.

--O sea, que no le importa lo que digan de usted.
--G. R.: No me lo tomo de forma personal, porque hablan de una forma, no de mi esencia.
--G. V.: Si mañana te arrancan un brazo, ¿serás menos tú? Si no tienes trabajo, ¿ya no eres tú? Del yoga he aprendido que cuando los otros hablan de mí, en realidad hablan como de un jersey. Pueden opinar si es bonito o si es feo, pero el jersey no soy yo, y me lo puedo quitar cuando lo desee. Eso da muchísima paz. El yoga es un enfoque holístico para vivir de una forma más sana: de afuera hacia dentro.

--Las mujeres preguntan si pueden practicar yoga con la menstruación.
--G. V.: Cada mujer es un mundo. En general, las posturas invertidas no se practican con la menstruación porque la energía del cuerpo va hacia abajo y, si te colocas del revés, trabajas contra ella. Pero hay mujeres que durante la menstruación tienen más ganas de practicar, porque están más en contacto con su cuerpo. Otras solo quieren descansar.

--El yoga está de moda. En Barcelona se practica más que el aeróbic.
--G. V.: Hace 10 años también estaba de moda en Nueva York. Había un centro en cada manzana. Creía que la moda sería pasajera.

--¿Y?
--G. V.: Ahora hay dos centros de yoga en cada manzana. Muchos practicantes empiezan siguiendo la moda, pero cuando saborean sus beneficios continúan. Unos beneficios que van de la relajación a la iluminación.

--¿Podemos trascender nuestro cuerpo?
--G. R.: Los ascetas lo utilizaban para trascender el cuerpo, pero hoy la visión ha cambiado. No se trata de trascender esta realidad no deseable hacia una deseable, sino de hallar claridad en todo lo que hay, aceptando la realidad en la que nos toca vivir y usando el cuerpo como guía.

--¿Y si alguien no puede usar el cuerpo?
--G. V.: Hay yoguis muy buenos que no tienen piernas.

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Jacques Schecroun: "El amor nadie te lo puede dar ni quitar."

Acaba de publicar Un empujoncito: un cuento sobre las carencias y faltas.
Preside el festival Otra Manera de Amar, que se celebra en Normandía.


--Sostiene usted que la búsqueda de sensaciones solo sirve para llenar un vacío personal.
--Nos pasamos la vida buscando sensaciones. Sensaciones como los juegos, los deportes; excitación con mujeres y hombres... Incluso la guerra es una sensación. La pregunta que nos tendríamos que hacer es: ¿qué queda después de todo eso?

--¿Qué queda?
--Nada, no queda nada. Puedes tener buenos recuerdos de las sensaciones que experimentaste con tu amante, o con 500 amantes, pero, aparte de los recuerdos, no te queda nada. Entonces ¿por qué buscamos esa sensación?

--Usted dirá.
--Porque creemos que hay un vacío en nuestro interior, y nos resulta inaceptable que exista ese vacío. Y tenemos que llenarlo de alguna forma. Con la búsqueda de sensaciones y de objetos.

--¿Hay vacío?
--No, no hay vacío. ¡La mayoría dedica buena parte de su vida a llenar un vacío que en realidad no existe! Compran compulsivamente, buscan sensaciones nuevas compulsivamente, cuando en realidad el vacío no existe.

--¿Pues qué hay?
--Hay lo que somos, y lo que somos llena el vacío.
--Dice que no hay diferencia entre Dios y la esencia de quienes somos verdaderamente. ¿Es usted un poco Dios?
--En la tradición judeocristiana no puedo decir que soy Dios. Pero si digo que soy Dios y que tú eres Dios, queda claro que Dios somos todos.

--Desde hace cinco años, organiza en Normandía un festival que se llama Otra Manera de Amar.
--Hace tiempo que he observado que hay un gran error social con respecto al amor. Nos han enseñado que el amor te lo dan y te lo pueden quitar. Eso no es posible. Cuando oigo en la calle o en el supermercado que una madre riñe a su hijo porque no se ha portado como ella querría, y que implícitamente le amenaza con no quererle más, me pongo muy nervioso. ¿Cómo es posible que una madre que ha dado a luz a un niño pueda insinuar que no lo va a querer más? Seguramente eso va a acabar con malas notas en la escuela. Y ese amor mal entendido está en la base de muchos conflictos de nuestra sociedad, también de la violencia.

--Lo lleva usted muy lejos...
--Es así. Se transmite ese error de generación en generación, pensando que es la verdad. Pero no lo es.

--¿Cuál es la verdad?
--Que somos amor. No es asunto de tener amor o no tenerlo, de que me lo dé otra persona o me lo quite, sino de que el amor es lo que somos. El amor no te lo pueden quitar.

--¿Cuándo lo descubrió usted?
--Hace relativamente poco. Durante muchos años he vivido sin saberlo, como la mayoría de la gente. Hasta que comprendí que no tengo que esperar el amor de otro, porque amor es lo que soy.

--Ha escrito un cuento sobre las carencias y las faltas. Este es un ejemplo de los varios que cita: "No hay mejor lugar que en el que uno se encuentra".
--Un proverbio chino dice que allá donde vayas te vas a encontrar a ti mismo. Si huyes para mejorar tu vida, es importante que sepas que adonde vayas te vas a encontrar con problemas semejantes a los que tienes en Barcelona.

--"La falta de medios es una excusa para la falta de creatividad".
--Me choca cuando los profesores dicen que les faltan medios, y que sin medios no pueden dar clases. ¿Qué necesitaba Sócrates? Quizá un poco de sombra, en Grecia. Pero nada más. La falta de medios es el pretexto para la ausencia de la creatividad. Creatividad en el sentido amplio: la mesa de un restaurante, con sus platos, es creatividad.

--Los profesores de repente se han encontrado con centenares de miles de alumnos nuevos.
--Si eres conferenciante para 100 personas, estarás contento. Si das la conferencia para 200 personas, estarás más contento. ¿Por qué no pasa lo mismo en la escuela?

--Cambiemos de tema. Usted da las gracias a las faltas, a los errores.
--Sin mis faltas no habría entendido nada. Las faltas son un regalo de la vida. Nosotros mismos nos creamos las pruebas a superar, porque con ellas vamos a crecer y a aprender lo que hemos venido a aprender.

--¿Creamos nuestros problemas?
--De alguna manera, sí. Nadie más que nosotros crea nuestras experiencias. Para mí fue un descanso aceptar la idea de que nadie, ni siquiera Dios, habría podido impedir que lo que pasó se produjera. Y a partir de entonces me sentí aliviado de mi inmensa carga y pude adaptar a mi persona lo que decía el poeta Kazantzakis: "Sois vuestros pinceles y vuestros colores, pintad el paraíso y entrad en él".

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lunes, 18 de agosto de 2008

Michael Losier: "La persona atrae aquello en lo que se fija."

Ha popularizado en todo el mundo la llamada "Ley de la Atracción", un método para conseguir atraer más de lo que queremos y menos de lo que no queremos.


--¿Qué es la ley de la atracción?
--Algo que puede entender desde un fontanero hasta un intelectual. Todos emitimos vibraciones constantemente, con propósito o no, negativas o positivas. Y las vibraciones que emitimos dependen de los pensamientos y las palabras que utilizamos. La ley de la atracción dice que la energía universal responde a tus vibraciones dándote más de aquello que estás emitiendo.

--Si te levantas de mal humor...
--Emites una vibración negativa y la ley de la atracción responde con más de lo mismo: se quemarán las tostadas, se estropeará el ordenador, los clientes cancelarán las citas y todo irá empeorando a lo largo del día. La ley de la atracción responde con lo que se le da: no es una ley muy inteligente, pero sí muy obediente.

--¿Qué quiere decir con que no es muy inteligente?
--No piensa si quieres algo o no. Lo único que hace es responder a tus vibraciones. El documental El secreto solamente habla de las cosas positivas que atraemos, pero en realidad se atraen cosas positivas y negativas. Yo me dedico a enseñar cómo cambiar las vibraciones para atraer lo que quieres.

--Usted ya se dedicaba a esto antes de El secreto, que ha tenido un éxito comparable al Código Da Vinci en Estados Unidos y que se estrenará pronto en España.
--Me ofrecieron participar en el documental y dije que no. Cuando me llamó el productor, no me sentí bien, no congeniamos. Otros profesores también le dijeron que no.

--¿Qué tengo que hacer para atraer lo que quiero?
--Lo primero es preguntarte qué vibración emites. Si analizas los resultados que estás obteniendo, sabrás la vibración que emites. Haz una lista de las cosas que haces, piensas y dices. La mayoría de gente se fija en lo que no quiere, y así consigue lo que no quiere. Las personas atraen aquello en lo que se fijan. La razón primera por la que la gente no consigue lo que quiere es porque utiliza palabras negativas como "no", "nunca", "no quiero". Cuando hablas de lo que no quieres, le estás prestando atención.

--Es como ir al Google y escribir "no fútbol"...
--Exacto. El buscador te ofrecerá todo lo que tenga que ver con fútbol. Focalízate en lo que quieres.

--Muy bien. ¿Qué más?
--Presta energía y atención a aquello que quieres. Mucha gente hace la lista de lo que quiere y la guarda en el cajón, y así es imposible. Tienes que leer la lista cada día o hablar de ella o hacer un collage o rezar. Eso explica por qué las oraciones a menudo funcionan. Rezamos por lo que queremos, no por lo que no queremos.

--Dios a veces pasa de nosotros.
--Porque hay un secreto que no explica El secreto. Cuando queremos algo, tenemos que eliminar las dudas sobre si lo vamos a conseguir. Cuando nos decimos: "No sé si lo voy a conseguir", "No sé si voy a encontrar la mujer o el trabajo de mi vida", etcétera, cuando dudamos, generamos una vibración negativa. Y el resultado final es cero. No es que tengamos que desear más, sino dudar menos. Las personas que han conseguido algo no tenían ninguna duda de que lo conseguirían. Eliminaron las partes negativas de su lenguaje y planificaron lo que querían conseguir con pensamiento positivo.

--¿Todo lo que me está diciendo se puede demostrar científicamente?
--No. No puedo meter la ley en una probeta y decirle: "Es esto". Solo puedo dar las herramientas para que la gente lo pruebe. Y después, cuando hablen de casualidades o destino, en el fondo estarán hablando de la ley de la atracción. Son sinónimos.

--Estaría bien inventar un contador de vibraciones.
--¡Sí! Podríamos llevarlo a una cita para probar si funciona, pero no lo tenemos. Aunque cada uno de nosotros tiene su propio lector interno: nuestras sensaciones y sentimientos, que nos indican si las vibraciones son buenas.

--Usted debe de haber ganado mucho dinero...
--No, porque no lo quiero. Soy profesor. Hablo en 22 iglesias de Estados Unidos cada año, también en centros espirituales no cristianos. Me encanta estar de cara al público. Soy un poco showman. El único objetivo de mi vida es sentirme bien. No tengo coche particular y vivo en un piso de alquiler. El dinero que gano lo utilizo para comprar cosas a la gente que quiero.

--Es usted un hombre de peso, en todos los sentidos. A lo mejor se ha planteado adelgazar con la ley de la atracción...
--He adelgazado.

--Perdón.
--Antes estaba más obeso. Hace tres años que utilizo la ley para atraer todo aquello que necesito para adelgazar: un nutricionista, un compañero para ir al gimnasio y un cocinero que me enseña a cocinar mejor.

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Tsewang Tam: "La paz interior es la mejor medicina."

Es el médico personal del Dalái Lama. Ha recibido diversos reconocimientos y medallas de oro en medicina a nivel internacional y estos días visita por primera vez Catalunya.


--¿Si soy feliz no enfermaré?
--Si eres feliz, no tienes por qué estar enfermo. Pero este ser feliz no significa que en un momento u otro de tu vida no pases por la experiencia del sufrimiento. Podemos sufrir o sentir dolor, y a la vez ser felices.

--Pues qué bien. ¿Lo puede argumentar?
--La infelicidad proviene del miedo, de la ansiedad, del pensar demasiado y angustiarse a base de darle demasiadas vueltas a los problemas.

--¿Cómo influye el estado de ánimo en las enfermedades?
--La influencia es del cien por cien. Si usas mal tu mente, como por ejemplo preocupándote demasiado, te creas sufrimiento, y eso puede derivar en enfermedad.

--Le pregunto lo mismo que hace un mes le preguntábamos a su colega, el Lama Lobang: ¿cuál es la causa principal de enfermedad, según la medicina tibetana?
--La pérdida del estado de equilibrio del cuerpo.

--Pero a veces los motivos vienen de fuera. Estos días, mucha gente tiene la gripe...
--Los gérmenes nocivos y virulentos son una causa, pero solamente secundaria. Los gérmenes nocivos por sí mismos no pueden producir enfermedades si no encuentran un terreno propicio.

--¿Cómo está su paciente, el dalái lama, de salud?
--Estupendamente. Solo tiene usted que mirar cómo se mueve, cómo habla, lo ágil que está y lo mucho que trabaja, con horarios increíbles. Los jóvenes no puede aguantar su paso.

--Él, que está tan entrenado para ser feliz, vivirá más de 100 años...
--La duración de nuestra vida, la longevidad, tiene mucho que ver con la felicidad que cultivemos. La paz interior es la mejor medicina. También para vivir más años. Las preocupaciones interfieren en el funcionamiento de las células de los órganos. Y eso lleva a tomar medicamentos, y a estar cada vez peor.

--¿Algún otro consejo?
--Prestar mucha atención a lo que comemos.

--¿Cuál es su truco para conseguir la felicidad?
--Estar satisfecho con lo que haces y contento con lo que tienes. Y, sobre todo, no compararte nunca con los otros. La sociedad occidental estimula mucho la comparación, compararse con lo que tiene el vecino, y eso solo conduce a la infelicidad.

--Las religiones, en teoría, tendrían que ayudar...
--Son un buen camino para conseguir la felicidad, porque nos enseñan cómo querer más y cómo estar mejor con nosotros mismos. No solo el budismo. Una vida espiritual ayuda mucho.

--¿Y usted es feliz?
--Sí. Estoy contento con muchas cosas. Intento mantener el equilibrio siendo consciente de que no hay fin para el sufrimiento, a no ser que estés iluminado.

--¿Qué actitud recomienda a sus enfermos?
--En primer lugar, entender qué es lo que causa el sufrimiento, pero no solo su sufrimiento particular, sino el sufrimiento en general. Y, por otro lado, analizar cómo se puede haber generado su enfermedad y rectificar actitudes. Si nos duele el estómago, no se trata de buscar las pastillas que nos van a aliviar el dolor, sino variar comportamientos para que eso no vuelva a ocurrir. Preguntarme qué estoy haciendo yo para que me esté pasando eso, qué circunstancias están generando esa enfermedad que ahora me hace sufrir.

--¿Y algo más práctico?
--Leer libros sobre el amor y la compasión, por ejemplo. Escuchar música, un abrazo, hablar. Depende del carácter de cada persona.

--¿Y reír?
--Es muy importante. La risa cura.

--¿...?
--Le pondré un ejemplo. Durante mucho tiempo se ha tratado a los enfermos de sida como apestados. Les faltaba amor, contacto humano, y, por tanto, risas. Todo eso también es importante para curarse. De hecho, la curación es un arte.

--Usted cree en la reencarnación. En esta vida, como médico, está haciendo el bien. ¿Qué le gustaría hacer en otra vida?
--Lo mismo. Estoy muy bien siendo quien soy. Lo que eres hoy depende de lo que fuiste en vidas anteriores, y tus siguientes vidas serán según lo que estés haciendo ahora.

--La gente que ahora no sufre, ¿en vidas pasadas hizo bondad?
--Exactamente. Pero, atención, porque si no aprovecha esta existencia para llevar una vida sana y feliz, en el futuro se le acabará, si me permite la expresión, el crédito. Es importante entender el sufrimiento de los demás, aunque uno no lo haya sufrido o no lo sufra: entender el fuerte dolor de cabeza del compañero de trabajo, aunque tú no lo sufras.

Fuentes:

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Ricardo Fernández: "Un haiku es un momento, el aquí y ahora."

Han editado Paseo por el parque (El taller del poeta), una colección de Haikus de Montse Grao, Lola Romero, Félix Alcántara y nuestro invitado Ricardo Fernández, con las fotografías de Juan Carlos del Río. El libro está inspirado en el Parque Grande de Zaragoza.

--Todo el mundo no sabe lo que es un haiku.
--Es cierto, no se sabe. Un haiku es un poema breve, de origen japonés, que tiene once sílabas distribuidas en 5-7-5.

--¿Por alguna razón se utilizan las medidas 5-7-5?
--Sí, el haiku proviene de un poema más antiguo que se llama tanka. El tanka es un poema de cinco versos, 5-7-5 y termina en dos de 7, con lo que sería 5-7-5-7-7. Los poetas japoneses los recitaban de viva voz; era una especie de juego, en donde uno recitaba los tres primeros versos y el otro le contestaba con los dos últimos.

--Curioso...
--De esta manera el haiku adquirió vida propia. ¿Por qué 5-7-5? Porque parece que es la forma natural de hablar. Tiende a ser lo más sencillo posible, no utiliza metáforas. Un haiku es lo que está pasando ahora, aquí, en este sitio. Es un instante que emociona al poeta.

--¿No es una greguería?
--No. Aunque las greguerías tienen inspiración japonesa. Gómez de la Serna era conocedor del haiku y de la poesía japonesa. Lo que pasa es que la greguería tiene una intención irónica, incluso humorística...

--Los poemas de este libro no están firmados...
--No lo están. Somos cuatro autores pero lo que nos interesaba es que el libro tuviera entidad por sí misma. Los haikus están dedicados al Parque Grande, incluso algunos escritos allí, durante las cuatro estaciones del año. Es una fórmula clásica en el haiku. No los firmamos por lograr una unidad, pero se notan los cuatro estilos diferentes.

--Hábleme de los autores.
--Montse Grao es poeta, con cierto bagaje. Lola Romero es más joven, es compañera mía del trabajo y descubrí que ya escribía haikus. Y Félix Alcántara ha llevado su pasión por esta forma poética a estudiar japonés para poder leerlos en su lengua original.

--¿Cuál es la dificultad del haiku?
--Es sencillo porque se utilizan palabras sencillas y cotidianas, pero como en toda obra poética, hay más o menos talento.

--¿Cómo llega usted a este mundo del haiku?
--Yo procedo de Albacete, donde tengo dos amigos muy relacionados con el haiku. Ellos escribieron un libro sobre el parque de Albacete y pensé que se podría hacer en Zaragoza algo similar.

--¿Tiene ahí un ejemplo para conocer su fórmula?
--
"Un banco solo
ayer, un pobre viejo
y las palomas".

Fuentes:


jueves, 17 de julio de 2008

Francesc Torralba: "Vive el día de hoy como si fuera el último".

Filósofo y teólogo Acaba de publicar su libro más personal, 'El sentit de la vida', en el que se pregunta hacia dónde va nuestra vida o por qué tenemos que morir.


--Empezamos con una pregunta fácil. ¿Cuál es el sentido de la vida?
--El sentido de la vida se construye. No se halla.

--¿Y usted, estudiando teología, no vislumbró ese sentido?
--Las creencias ayudan a encontrarlo. Mi libro es filosófico, no entro directamente en lo teológico. Pero hay mucha gente que en el seguimiento a Jesús, Buda o Lao-Tsé logra que su vida sea bella y dotada de sentido.

--La gente más feliz es la que vive su vida con sentido.
--Sí. La persona que vive con sentido se enfrenta más fácilmente a cualquier contrariedad, por dura que sea. El sentido se convierte en fuerza motriz, en empuje.

--Si los científicos no saben cuál es el sentido del cosmos, ¿qué hacemos preguntándonos por el sentido de nuestra diminuta vida?
--No podemos esperar esta respuesta de la ciencia. Los científicos eminentes del siglo XX coinciden en afirmar que incluso en el caso de que todas las preguntas científicas estuvieran resueltas, la pregunta de qué sentido tiene la vida quedaría sin responder en sus libros.

--Usted compara la vida con un tren (evitaremos las bromas fáciles relacionadas con la actualidad).
--Viajamos en un tren, pero no sabemos hacia dónde. Yo estoy en el tren, y no pedí entrar en él, ni me consultarán cuando tenga que bajar. Y mientras estoy en el tren puedo fastidiar al prójimo, asquearme, robar, pero también puedo amar, contemplar el paisaje, establecer vínculos.

--De los estoicos ha aprendido a vivir el momento presente.
--Sí. Que el tiempo pasa muy fugazmente y que no tenemos ninguna garantía de futuro. Por eso debemos llenar con el máximo contenido, significado e intensidad el presente. Pero no es un presentismo alocado.

--Y, sobre todo, no posponer.
--Posponemos los proyectos: "Esto lo haré cuando me jubile, esto lo haré cuando tenga a los hijos mayores, cuando tenga la hipoteca pagada". No tienes ninguna garantía de estar vivo entonces. O de que tengas vitalidad como para llevarlo a cabo. Tenemos que dar sentido a la vida, pero ahora y aquí, en cada instante.

--¿Cómo?
--Conjugando verbos que dan sentido al presente. En la sociedad de masas sobre todo se conjuga el verbo consumir. Dar sentido a la vida es atreverse a conjugar otros verbos: pasear, conversar, mirar, acompañar, amar. Pero nos centramos en consumir, una actividad que no llena y que genera nuevas formas de dependencia.

--¿Por qué solo nos preguntamos por el sentido de la vida cuando sufrimos una crisis?
--Porque vivimos mecánicamente. De vez en cuando irrumpe algo extraño que desordena esta rutina. La muerte de un ser amado, la enfermedad, un fracaso afectivo, un problema laboral serio. Entonces nos preguntamos: "¿Qué hago yo aquí?". Sin estas situaciones límite, uno va mecánicamente repitiendo lo de siempre.

--Según qué crisis es una bendición.
--Las crisis son purificadoras, catárticas. Gracias a ellas a veces podemos captar lo esencial. Ver más claramente lo que de verdad cuenta y en qué hacer hincapié. Alguien que se levanta por la mañana sabiendo que ese va a ser su último día, va a llenarlo de la máxima autenticidad.

--Hombre, tampoco hace falta llegar a ese extremo...
--Recomiendo el ejercicio. Vive el día de hoy como si fuera el último. No dejarás de decir las cosas que tengas que decir. No dejarás de mostrar los afectos que tengas que mostrar o de reencontrarte con los seres amados. No dejarás de escuchar la música o leer los poemas o contemplar lo que puede embellecer este día.

--Estamos a favor de la belleza.
--La belleza tiene un significado que va más allá de lo físico. Belleza y bondad forman una unidad. De hecho, lo que hace que la vida merezca ser vivida es la belleza que uno pueda captar a través de ella. Y la belleza se capta a través de muchas herramientas: la música, la lectura, un paisaje, un rostro o la ternura de un niño. Belleza es esa experiencia en que el instante tiene plenitud, armonía, una especie de unidad, de equilibrio de las formas.

--¿Y la vida en sí misma no es bella?
--La vida per se no es bella: en la vida hay belleza, pero también hay mucha fealdad; hay bondad y maldad, y vacío. El antídoto del vacío no es la evasión, ni el fármaco, ni el bufón que entretiene, sino la apuesta por la autenticidad. O sea, vivir conforme al yo. Una persona vive auténticamente cuando trata de hacer de su vida un proyecto personal. No simplemente una rutina para cubrir las necesidades primarias, cosa que tenemos que hacer todos, sino que trata de hacer de su vida una obra de arte. No admite que su vida tenga un guión escrito.

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Concha Pinós: "Mi sufrimiento y tu sufrimiento son iguales".

Embajadora por la paz en misiones humanitarias. Actualmente trabaja en Birmania y enseña yoga tibetano por todo el mundo.

--¿Cómo conoce a alguien de entrada?
--A través de su respiración. Por cuánto aire suelta hacia el otro. Inhalamos y exhalamos, y en tanto que exhalamos, somos generosos.

--¿Tendríamos que exhalar más?
--Sí, hay que exhalar mucho más, porque nos sobra aire. Tendemos a coger más aire del que necesitamos.

--¿Cómo respirar?
--Vaciando la mente de todas las cosas que no te valen. Cada vez que respiras estás naciendo y muriendo. La respiración es el acto de vida y muerte, perfectamente diseñado para que entendamos qué es el universo: orden, caos, resurgimiento.

--¿Usted puede notar cómo exhala su interlocutor?
--Sí, y cómo se mueven tus canales sutiles. Creemos que solo nos manifestamos en una dimensión física, pero en realidad nuestra existencia se establece en 84 planos. Solo podemos ver uno. No podemos dejarnos llevar por las apariencias. Nuestro cuerpo, en realidad, está vacío.

--Yo el mío lo veo bastante lleno...
--Tu cuerpo está situado en una dimensión, sí, pero no en todas las dimensiones de tu existencia. Porque los seres humanos somos energía. Es verdad que tenemos un cuerpo, y la posibilidad de hablar, de ser seres inteligentes, de compartir. Es una magnífica posibilidad, pero hay otros reinos de existencia.

--Usted ha sufrido mucho. Ha vivido dos cánceres y ha perdido a un hijo que nació muerto.
--Sí, pero no hay muchas diferencias entre lo que yo he sufrido y lo que veo sufrir, en esta etapa de mi vida, a los demás. Mi sufrimiento y tu sufrimiento son iguales. Cuando voy a una guerra a ayudar a la gente no lo hago por necesidad, sino porque lo siento, porque soy cómplice de la respiración mundial, del sonido del universo. Me meto y los veo sufrir.

--¿Cómo les ayuda?
--Dándoles muchísimo amor. Son personas que están muy mal, y voy a darles un poco de paz y humanidad.

--¿Cómo?
--A veces conseguimos enviarles un avión de ayuda humanitaria; otras, les abrazamos. Recuerdo a una mujer que vi hace poco en Birmania: te- nía sida, estaba fatal, y nadie se dete- nía junto a ella. Yo me paré, la miré, y la abracé. El abrazo es el acto más humano. A través de él podemos comprender que los demás sufren y nosotros también. Y no hay ninguna diferencia, porque tú eres yo y yo soy tú. Somos parte de la misma materia y la misma energía, que es luz.

--¿En qué trabaja ahora?
--En Birmania estoy trabajando para crear condiciones de paz y resolver el conflicto dentro de una campaña internacional, desde una perspectiva no violenta. La plataforma que dirijo se llama Birmania por la Paz.

--¿Cuál es, según usted, la mayor fuente de sufrimiento?
--Creer que las cosas son como creemos que son. En tanto que creemos que tenemos la razón y la verdad sobre todas las cosas, nos dedicamos a infligirle al otro nuestro esquema de pensamiento, lo que los budistas llamamos errores de la mente. Y esos errores van creciendo hasta que se hacen insoportables y toman forma de bomba atómica, crisis nuclear o cambio climático.

--¿Su sufrimiento tuvo una causa?
--Por supuesto. Todo lo que yo he experimentado procede de que yo creé las causas para eso.

--¿El cáncer?
--Fue una metástasis de la pérdida de mis dos maestros, que murieron a la vez. El impacto fue muy fuerte. Estaban muy lejos, no podía verles, y eso atacó a mis canales sutiles. No pude transformar el dolor. Pero a partir de los 40 me he dado cuenta de que el sufrimiento no es como yo creía.

--¿No era real?
--Fue real que mi hija y mi padre muriesen, pero no era una realidad última, sino una realidad aparente, porque en el fondo ellos no morían ni yo moría. Simplemente, estábamos transformándonos. Aprendí a transformarlo. En el caso de mi hija que murió, lo transformé tanto que me dije: "La voy a recuperar".

--¿...?
--Hice una serie de prácticas espirituales. Mi hija murió el 2 de febrero, y el día 5 yo estaba saliendo para la India, sabiendo que si encontraba la clave, desde un paradigma budista, mi hija se reencarnaría. Y yo quería que naciera de nuevo conmigo. Hice un trabajo a contratiempo, visité a mis dos maestros y les pregunté qué tenía que hacer para que volviese a nacer. Y el 31 de diciembre del mismo año tuve un hijo. Si crees en la reencarnación, crees en la posibilidad de cruzar los velos del tiempo.

--Y, a usted, ¿qué le gustaría ser cuando se reencarne?
--Un ser iluminado.

--Quizá ya lo es ahora.
--Depende de los ojos con que me veas.

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Cristóbal Jodorowsky: "El universo es un estado interior."

Ha rescatado técnicas chamánicas de todo el mundo, las ha depurado del folclore y las supersticiones locales, y ahora las aplica como terapia.

--¿Qué es el universo?
--Solamente es una idea. Nos han mostrado imágenes del universo, pero en el fondo nunca lo hemos visto. Solo son cálculos y especulaciones. En realidad, el universo es la totalidad de lo que yo llamaría expresión orgánica del espíritu.

--Muy bien. ¿Me lo puede traducir?
--Es permitirle a tu cerebro pensar en expansión. No imaginarse que uno está encerrado dentro de su coco, sino permitirse pensar en el más allá. Son dimensiones. Cuando uno cierra los ojos, está en el universo. El universo es un estado interior.

--¿Cómo puedo expandir mi conciencia?
--Con la imaginación. Primero estás encerrado en ti. Luego vas abriéndote, imaginándote que sales de tu mente y abarcas la sala donde te encuentras. Después piensas en todo el edificio y te das cuenta de que, cuando tu piensas, el edificio piensa. Luego te elevas por encima de Barcelona y todos los barceloneses pensáis juntos. Después abrazas con el pensamiento todo el planeta, incluso animales y plantas. Y las plantas piensan contigo.

--El chamán siempre trabaja con su imaginación...
--Él sabe que con la imaginación crea un tipo de energía. Como él, tú puedes hacer que todo el sistema solar esté implicado en tu pensamiento. Tú puedes expandirte a todo el universo. Y a los universos paralelos.

--¿Qué es un chamán?
--Un libre orquestador de su mundo interior. Sabe que su imaginación es energía en acción. Ha explorado sus cielos e infiernos, ha conocido la totalidad del tiempo y del espacio, ha desarrollado el pensamiento extrauniversal, sabe trabajar para que la dimensión del universo se exprese a través de él. Trabaja con la sincronicidad, lo que otros llaman milagros.

--Usted es psicochamán.
--Yo libero los conflictos psicológicos. Para mí, una enfermedad es la expresión de un conflicto psicológico no resuelto. Si hace falta, trabajo con toda la familia.

--Psicochamán como su padre, Alejandro Jodorowsky. Las relaciones con él no han sido fáciles...
--Durante muchos años culpé a mi familia de mis fracasos, de mi dolor, de mis angustias, pesadillas, crisis de pánico, cleptomanía, depresiones, etcétera. Poco a poco me fui dando cuenta de que nadie que no fuese yo era responsable del hecho de no encontrar el amor profundo en mí.

--Y ahora, ¿cómo está?
--Agradezco todo lo que me ha pasado, porque cada situación era la que necesitaba para convertirme en el ser útil al mundo en el que me estoy convirtiendo.

--O sea, que su pasado, visto retrospectivamente, ha sido bueno.
--No me gusta calificar las cosas de buenas o malas. Prefiero decir que me ha sido útil. Cada cual tiene que pasar su camino de dolor para comprenderse mejor.

--Hoy está usted enamorado de sí mismo.
--Sí. Hace poco tuve una crisis de enamoramiento. Pero fuera de todo ego. Estuve muy contento de haberme conocido, de pasear conmigo, de mi forma de mirar, de hablar, de sentirme. Me sentí orgulloso de mí mismo. Sentí amor, compasión y agradecimiento por el milagro de la vida.

--¿Algún truco para conseguirlo?
--Es un proceso. Ese enamoramiento de uno mismo viene cuando uno puede integrar no solo a su familia actual, sino a los antepasados. Es un gran amor. Cuando lo integras todo, toda la colectividad, te enamoras de ti mismo. En tanto excluyas algo de ti, por ejemplo, a tu padre, va a ser difícil. Ese alguien a quien excluyes es un banco de amor al cual no puedes acceder, una parte de ti. Lo tienes que integrar.

--Usted lo ha integrado hace poco.
--Yo nací en la misma fecha del año en que nació mi abuelo paterno. Y siempre tuve la sensación de no ser yo mismo, de cargar con la responsabilidad de los lazos afectivos que mi padre no había tenido en su infancia. Eso creó un conflicto.

--Que usted resolvió con un acto de psicochamanismo.
--Me mandé hacer un traje igual al de mi abuelo. Me hice maquillar por un maquillador de cine profesional. Fui a la casa de mi papá Alejandro y le dije: "Soy tu papá. Hiciste nacer a tu hijo el mismo día que yo para que él llenara tus faltas". Y entonces lo abracé, y lloramos mucho.

--¿Y cuál fue el final?
--Le dije, aún disfrazado de mi abuelo: "Ahora puedes liberar a tu hijo, Cristóbal, que está aquí debajo". Y poco a poco me fui quitando el traje, la máscara, hasta que quedé desnudo. Después le dije que me pintara, y que al pintarme me reconociera como un nuevo ser único. Mi padre se plegó a todas mis exigencias. Después fuimos a un restaurante a celebrarlo. Y gracias a eso, desde entonces gozamos de la vida.

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Deepak Chopra: "Yo no me cuido: el universo cuida de mí".

El norteamericano Deepak Chopra es más que un doctor: tiene millones de lectores en todo el mundo y hay quien le considera el principal gurú de Estados Unidos. La revista Time lo ha definido como una de las 100 personalidades más representativas e influyentes del siglo XX. El próximo sábado estará en Barcelona, en el centro de convenciones del Fòrum, donde pronunciará una conferencia dentro del festival de cultura creativa Inspira Consciencia (más información en la página www.alambarsinapsis.es).


--Según usted y según la física cuántica, cada día nacemos y morimos muchas veces.
--El mundo físico está construido por partículas atómicas que nacen y mueren a la velocidad de la luz. A un nivel subatómico, nacimiento y muerte ocurren constantemente.

--Pues no nos damos cuenta.
--Nuestros sentidos no lo pueden percibir, porque son incapaces de registrarlo a esta velocidad.

--Cuando muera de verdad, ya sé adónde irá mi cuerpo. ¿Pero adónde irá mi conciencia?
--No irá a ningún sitio, porque, para empezar, no tiene ubicación. La conciencia está fuera del tiempo y el espacio, no va a ningún sitio: solo el cuerpo material se disipa. Cuando una habitación se destruye, nada sucede con el espacio que contenía.

--¿Qué es la conciencia?
--Es la base del ser, la fuente del espacio, del tiempo, de los objetos, es energía e información. No es suya, ni mía. Es una conciencia unificada que no nos pertenece ni a usted ni a mí ni al de más allá. Todos somos patrones transitorios de comportamiento de esta conciencia unificada.

--Entonces, todos somos iguales.
--Somos una matriz particular de pensamiento dentro del mar de la conciencia. Esas matrices se reciclan como seres con sentimientos.

--Cuesta de comprender. ¿Qué es, según usted, la realidad?
--La realidad es la suma de pensamientos, percepciones, emociones, relaciones personales, interacciones sociales, biología y fuerzas de la naturaleza. Todo son diferentes aspectos de la conciencia.

--¿La conciencia es real?
--Solo la consciencia es real, todo lo demás es una proyección. Los pensamientos, así como la materia, son impulsos de energía e información.

--¿Un sueño es real?
--Un sueño es tan real como el mundo físico. Los dos son proyecciones de nuestra consciencia. El mundo es un sueño que despierta.

--Hay distintos niveles de realidad.
--El primer nivel es el físico o material, el universo visible. El que llamamos mundo real.

--Todo lo que podemos escuchar, ver, sentir, etcétera.
--Exacto. El segundo nivel es el ámbito cuántico. Tu mente, tus pensamientos, tu ego, y la parte de ti que normalmente consideras que es tu ser, son parte del ámbito cuántico. También las cosas. La silla en la que estás sentado no es otra cosa que energía e información.

--Pero la percibimos como algo sólido.
--Porque los sucesos en el ámbito cuántico ocurren a la velocidad de la luz, y nuestros sentidos no lo pueden procesar en su totalidad.

--¿Y el tercer nivel de realidad?
--No está en ti ni fuera de ti: simplemente, es.

--¿Puedo conectar con él?
--Sí.

--¿Cómo? ¿Meditando?
--Meditando o bien simplemente siendo, estando.

--¿Piensa usted mucho en Dios?
--Prefiero no pensar mucho en Dios, porque el hecho de pensar te aparta de Dios. Solo el hecho de ser te permite estar con Dios.

--El sábado está en Barcelona dando una conferencia, y regresa en otoño. Viaja usted mucho.
--Mi cuerpo y mi mente viajan, pero en el fondo yo no viajo. En un universo sin ubicación, no hay ningún lugar adonde ir.

--Pues trabaja mucho. Publica una cantidad colosal de libros y da muchas conferencias.
--Sigo mi ritmo natural. Es espontáneo, sin esfuerzo y lleno de alegría por los resultados.

--¿Existen las casualidades?
--Yo las llamo sincronías. Las coincidencias o casualidades son sincrónicas. Son el comportamiento fundamental de la naturaleza.

--Hay gente que no cree en las casualidades.
--Si no experimentas casualidades, algo va mal. Las casualidades o coincidencias son la esencia natural de nuestra realidad. El cuerpo humano tiene unos 100 trillones de células haciendo 100.000 actividades cada segundo, todas sincronizadas entre ellas. Y nuestros ritmos biológicos están sincronizados con el ritmo del universo.

--Usted es doctor. ¿Cómo se cuida?
--Yo no me cuido: el universo cuida de mí.

--Pues qué suerte. ¿Ha encontrado resistencias en la medicina tradicional?
--Nunca se me resiste nada, porque nunca intento derrotar algo. Soy un amante, y no un luchador.

--¿Qué quiere ser en otra vida?
--Eso lo decidiré cuando llegue el momento.

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Hiroshi Tasaka: "Miré a la muerte, y fue un infierno.".

Publica el libro "Encuentra tu cumbre", en el que asegura que lo más importante para ser feliz es encontrar un ideal y hacer lo posible para realizarlo.


--Teóricamente, usted tendría que estar muerto.
--Pues sí. Hace unos 25 años un médico pronosticó que mi vida sería corta. "Te quedan pocos meses de vida", me dijo. Y eso cambió mi existencia, fue un punto de inflexión. Puede que aquel episodio sea el trasfondo de mi libro.

--En el primer párrafo dice que debemos pensar más en la muerte.
--Todos vamos a morir, pero nadie sabe cuándo va a morir. Y evitamos mirar la realidad de la muerte. A mí me pasaba lo mismo, hasta que el doctor me dijo que mi vida no sería muy larga. Miré a la muerte, y fue un infierno. Pero, luchando con esa realidad durante un par de meses, encontré el sentido de la muerte. Y pasó algo muy especial durante este proceso.

--¿Qué pasó, además de la condena a muerte?
--Mi amigo íntimo murió en un accidente de tráfico. Hacía pocas semanas, cuando el doctor me anunció que me quedaba poco tiempo de vida, yo envidié mucho a mi amigo: él viviría más que yo, porque estaba sano. Pero no fue así. Incluso una persona joven y sana puede morir mañana. O sea, solo tenemos el hoy.

--¿En qué le cambió aquella experiencia?
--Cambió radicalmente mi estilo de vida. Antes cada día me preocupaba por el futuro, o me recreaba demasiado en el pasado. No vivía el ahora.

--¿Qué milagro sucedió para que sobreviviese?
--Tenía un cáncer. Mi médico era tan pesimista sobre mi futuro que no fui a otro doctor, porque su pronóstico habría sido el mismo. Me fui a un monasterio budista zen. Mi estado era de profunda infelicidad. En el templo fui a ver al maestro, le conté mi enfermedad y lo que el doctor me había dicho. Yo esperaba unas palabras de consuelo, pero el maestro fue muy severo, aunque amable.

--¿Qué le dijo?
--"De acuerdo, vas a vivir hasta que te mueras". Fue un mensaje muy poderoso para mi mente y mi alma. Pensé que tenía razón. El doctor ya casi me había hecho morir, mi mente ya había muerto, y el mensaje del maestro me despertó. Y pensé: "Como no muero en este momento, voy a vivir mejor hasta el último momento de mi vida". Y esta es la razón por la que aún estoy aquí.

--Afirma que todas las situaciones tienen algo bueno porque nos ayudan a crecer.
--La vida está llena de acontecimientos dolorosos, pero lo importante es nuestra actitud mental. Lo importante no es lo que pasa en nuestra vida, sino cómo yo lo transformo en sentido. Todo lo que pasa en tu vida tiene un buen sentido, te lo creas o no. Este es el mensaje absoluto, sin discusión, del budismo zen.

--Si ahora le dijera que le queda un minuto de vida... ¿qué haría?
--Diría: "Gracias por todo. Gracias por este día tan largo, un día de 57 años de vida. Ha sido un día bonito. Gracias incluso por lo doloroso. Lo he apreciado todo".

--Dice que la vida es como escalar una montaña, y que lo más importante es tener un ideal.
--Para mí un ideal no es un objetivo que debe ser conseguido, sino que se trata de tener un sueño o misión. El propósito último de la vida es vivir lo mejor que puedas en cada momento. Para conseguirlo, lo mejor es abrazar un ideal o un sueño.

--¿Sin ego?
--Nuestra vida muchas veces está dirigida por el pequeño ego. Se trata de extender este ego y hacerlo mayor, pensado en la comunidad. Sigues teniendo ego, pero es más grande. En el budismo zen, el maestro no te dice que abandones tu ego, porque sabe que es imposible. Pero haz crecer tu ego en el sentido más amplio. La madre Teresa tenía ego, pero su ego era muy grande, para abrazar a la humanidad.

--¿Por qué no se quedó en el monasterio?
--El fin último no es ir a un templo zen, sino practicar el zen cotidianamente, en este momento. Apreciar cada encuentro y cada cosa que sucede en tu vida. Un suceso de hoy te puede hacer infeliz, pero mañana te puedes recuperar y pensar que aquella experiencia tuvo un sentido.

--¿En Barcelona ha visto mucha gente que vive el instante?
--La gente de aquí parece disfrutar de la vida cotidiana, pero no sé si mi percepción es la correcta. En Japón, a causa de la crisis económica, la gente mira mucho hacia su interior y su pequeño mundo. Aquí se ve a la gente con más alegría. Lo que no sé es la profundidad de este estado en vuestras mentes.

--Bueno, es difícil generalizar...
--Sois más epicúreos, en general. En el budismo zen decimos: "Vive ahora y dale intensidad al hoy".

--Pero en Japón cada vez están más occidentalizados.
--Este es el problema. Tenemos grandes tradiciones religiosas que están completamente olvidadas.

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miércoles, 2 de julio de 2008

Dennis Genpo Merzel: "Mi felicidad no depende de lo que me pase"

Un desengaño amoroso le llevó a refugiarse en el desierto.
Allí despertó de nuevo a la vida,
y esa experiencia le inspiró la técnica de la Gran Mente.



--¿Cómo puedo calmar la mente?
--Dándote permiso. Para conseguir algo o ser alguien, primero tenemos que darnos permiso. Nuestra mente está muy ocupada, y no tenemos tiempo de conocerla realmente. Tratamos de aquietarla o de encontrar felicidad y gozo, pero es casi imposible conseguir una mente silenciosa sin darnos permiso. Y sin ningún tipo de técnica.

--Usted ha inventado la técnica de la Gran Mente, que bebe de la psicología.
--Sí. Es una técnica basada en el diálogo de voces, generado por dos psi- cólogos. Pero en el fondo viene de Jung y Freud. Se trata de convertirnos en presencia, despertar, consciencia. Siempre estamos buscando, tratando de encontrar algo, y en ese estado es imposible. Quien busca es el ego o el yo. Pero esa parte no es nuestra naturaleza esencial.

--¿Y cuál es?
--La que está en paz y no necesita nada. Mire, nuestra mente funciona como si tuviera una marcha puesta y no supiera entrar en punto muerto

--¿Cómo consiguió usted entrar en punto muerto?
--Un día, con 26 años, tuve problemas con una relación sentimental y decidí irme al desierto. Yo entonces tenía muchos problemas de diversa índole. Y cuando estaba solo contemplando la arena y las dunas tuve una gran experiencia de despertar. Mi vida entera se transformó.

--¿En qué sentido?
--Me di cuenta de que podía vivir totalmente en paz. El cerebro tiene dos raíles, como la vía de un tren. Está el raíl izquierdo y el raíl derecho. El izquierdo siempre quiere más, avanzar hacia adelante, no deja de pensar; el derecho es radicalmente lo opuesto: no va a ninguna parte pero ya está en paz. Son los hemisferios del cerebro. A partir de entonces me quedé en el raíl de la paz. Y estudié durante 24 años con un maestro zen, hasta que murió.

--Supuso un cambio radical en su vida porque, antes de esa experiencia, usted era hombre de negocios y deportista.
--Yo era un nadador muy disciplinado y competitivo. Entrenaba entre cuatro y ocho horas diarias. Mi maestro zen me dijo que nunca me da- ría cuenta de cuánto había obtenido de la práctica del deporte.

--Cuéntenos más cosas de los raíles de la vía de tren.
--El lado izquierdo es el hemisferio de la mente pequeña, el derecho es el de la gran mente. El izquierdo trabaja analíticamente, está limitado, constreñido, y nos separa del resto de la existencia. El derecho es creatividad, intuición, instinto; ahí no hay fronteras, no hay límites, no estamos separados de los otros seres y somos el mismo ser.

--¿En qué me puede ayudar su técnica de la Gran Mente?
--Te da la capacidad de ser libre y de poder elegir ante las decisiones. Yo experimento una felicidad incondicional. Mi felicidad no depende de lo que me pase. Por supuesto, cuando hay una razón para estar triste o enfadado puedo estar triste o enfadado, pero la tristeza o el enfado desaparecen muy rápidamente si lo deseo, y si estoy en ese lugar.

--¿Cómo es ese lugar?
--Es un lugar de vacío.

--Qué miedo.
--No, en absoluto. Es el momento presente.

--¿Cómo se aprende a estar en el presente?
--Estando. Cuando vivimos en el presente, estamos en la mente que no busca.

--¿A través de la meditación?
--Exacto. La meditación verdadera es estar con lo que sencillamente es. Y dejar que cualquier cosa surja, sin intentar controlarla o liberarnos de ella. Estar con lo que hay. Eso es.

--Pero el tiempo pasa, y cada vez más deprisa.
--El tiempo es un fenómeno interesante, porque es solo un concepto. Nunca respiramos en el pasado o el futuro, sino justo aquí y ahora. Los sonidos que oímos son los de ahora. Nunca oímos el pasado, a no ser que escuchemos la radio.

-¡La radio es presente!
--Quiero decir una grabación. Y lo mismo es aplicable a nuestros sentidos. Pensamos en presente, hablamos en presente y, en cambio, vivimos en el pasado o en el futuro, lo cual es una locura y nos hace disfuncionales. Por tanto, si queremos vivir una vida libre, tenemos que aprender a hacer este cambio para vivir en el presente.

--¿Y si alguien nos quiere mal?
--Los enemigos son nuestros maestros, siempre y cuando les permitamos serlo. De hecho, cualquier cosa puede ser nuestro maestro si queremos aprender. Cuando estamos despiertos, viviendo en el presente, todo nos enseña algo. Dejamos de ser víctimas y nos convertimos en señores de nuestra propia vida. Y en vez de ver a los demás como enemigos, los vemos como maestros.


- Prologo de Ken Wilber al nuevo libro de Genpo Roshi.

- Qué es el proceso Big Mind.

- "El secreto es darse permiso a uno mismo".

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jueves, 19 de junio de 2008

Rajan Sankaran: "La percepción de la realidad nos enferma"

Este prestigioso doctor indio asegura que si nuestros deseos e ilusiones no coinciden con la realidad que vivimos, nuestro cuerpo enferma.

--¿Por qué la homeopatía se respeta más en la India que en Catalunya?
--No tengo la respuesta a esa pregunta, pero apuntaré algunas opciones. Quizá se deba a que en la India no todo es blanco o negro y se aceptan varias posibilidades. Si tú no piensas lo mismo que yo, no voy a estar en contra de ti, porque puedes tener razón, y el otro también, y el de más allá. Las muchas religiones que conviven en nuestro país son una muestra de ello.

--Tienen tres medicinas oficiales.
--Sí. La llamada medicina convencional, el ayurveda y la homeopatía. La medicina homeopática tiene muchí- sima aceptación entre nuestra población. En estos momentos hay 300.000 estudiantes de homeopatía. Y, además, la homeopatía está incluida en la Seguridad Social.

--Como en Francia; pero aquí, no.
--Cada vez hay más países que la incluyen en la sanidad pública. En la India incluso tenemos universidad de médicos homeópatas.

--Pues aquí lo que tenemos, cada vez más, son especialistas que no paran de hacerte pruebas y que te envían a otros especialistas, que te harán más pruebas.
--Este tipo de medicina se especializa demasiado y se olvida de contemplar a la persona como un todo. La especialización se concentra en las pequeñas partes. Si me permite la broma, alguien va al doctor porque tiene un problema en la oreja derecha y este le dice: 'No, tiene que ir al especialista de la oreja izquierda'. Cuando el médico se ocupa de las partes pequeñas, se pierde el plano general. Y las enfermedades comienzan esencialmente en este llamado plano general y se manifiestan en partes concretas.

--¿Por qué enfermamos?
--Porque la percepción de nuestra realidad interna no se adecua a la realidad que vivimos. Es nuestra percepción de la realidad lo que nos enferma. Si nuestros anhelos e ilusiones no coinciden con lo que vivimos, podemos enfermar. Se establece una tensión entre la desilusión interna y la realidad externa.

--¿Y cómo se cura eso?
--Cuando alguien viene a mi consulta, lo primero que me interesa es su percepción de la realidad. Después vamos quitando capas, a través de la totalidad de signos y síntomas mentales y físicos, para saber cuál es el trastorno básico de la persona. Ese trastorno no pertenece a la mente ni al cuerpo: es algo más profundo, y a ese nivel la persona habla un lenguaje que es al mismo tiempo mental y físico.

--¿Qué es la realidad?
--La totalidad de la experiencia en este momento.

--¿Los sueños son realidad?
--Sí, claro. Hay diferentes niveles de experiencias: hechos, emociones, sueños, etcétera. Experimentamos la realidad a diferentes niveles en cada momento.

--¿Dios es real?
--Ni creo en él ni dejo de creer. Solo vivo y observo.

--¿Podemos estar enfermos sin tener ningún síntoma físico?
--Por supuesto que sí. Si no eliminamos la falsa percepción de la realidad que tenemos encerrada dentro de nosotros, tarde o temprano eso provocará una enfermedad. Por eso la homeopatía puede tratar al paciente sin que tenga síntomas evidentes.

--¿Cómo lo trata?
--Con cualquier sustancia de la naturaleza animal, mineral o vegetal que tenga la imagen exacta de lo que el paciente expresa.

--La homeopatía se basa en el principio de similitud.
--Sí. La misma sustancia que produce unos determinados síntomas en una persona sana es capaz de curarlos en una enferma. Es más fácil de entender si pensamos en el mecanismo de acción de las vacunas, en las que se administra al paciente la misma sustancia que provoca la enfermedad.

--¿Tiene efectos secundarios?
--No, si el tratamiento está bien llevado. No solo no tiene ningún efecto secundario, sino que es compatible con otros tratamientos.

--¿Por qué la homeopatía es tan lenta?
--Eso no es cierto. A veces actúa muy rápido. Lo que lleva tiempo es tratar enfermedades crónicas. La única limitación de la homeopatía es que depende mucho de las habilidades del médico para explorar y conocer a la persona. Conocer al paciente profundamente es una tarea que requiere tiempo.

--Ustedes los homeópatas son un poco psicólogos.
--En cierto modo vamos más allá de la psicología, porque, si nos limitamos a decirle al paciente que deje de preocuparse, no funciona. Nuestra percepción de la realidad no se puede cambiar solo con la voluntad. La homeopatía remueve esta percepción de la realidad, y esto hace que la enfermedad se disuelva.
Por Gaspar Hernández.

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domingo, 8 de junio de 2008

Frank Drake: "Hay 10.000 civilizaciones en nuestra galaxia".

El presidente del Instituto SETI (acrónimo inglés de Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre) asegura que hay criaturas cabales allá afuera y que no tardaremos en contactar.

Por Núria Navarro para el Periódico de Catalunya.

--¿Hay alguien allá afuera?
--Hay criaturas inteligentes.

--¿Muchas?
--Solo en nuestra galaxia hay 10.000 civilizaciones inteligentes, con tecnología. ¡Y hay 100.000 millones de galaxias!

--¿Por qué no recibimos señales de toda esa multitud?
--Puede que algunas de esas civilizaciones hayan sido destruidas por el impacto de un asteroide y se hayan autodestruido. También imagino que su tecnología debe de ser cada vez mejor. Saben que malgastar energía es algo negativo, ja, ja. ¿Sabe? Unas 2.000 estrellas están recibiendo permanentemente nuestros programas de televisión. Son la mejor señal de nuestra civilización.

--¡Menuda tarjeta de visita!
--El consuelo es que no llegarán antes de 500.000 años a las estrellas más cercanas. Pero yo intentaba explicarle otra cosa...

--Disculpe.
--Las antenas de televisión antiguas tenían una potencia de un millón de vatios, mientras que los satélites tienen solo una potencia de 20. ¡La Tierra es cada vez menos detectable! ¡Será difícil que nos encuentren! Quien sabe, puede que esto sea algo recurrente en otras civilizaciones. Tras un periodo de intenso brillo, se suelen apagar.

--Lleva 40 años buscando indicios. ¿Nada reconfortante?
--Solo una señal. La llamamos Wow!, que es la exclamación que profirió Jerry R. Ehman, el científico del radiotelescopio de Ohio, en 1977, al captar una señal de intensidad 25 durante 16 segundos (un avión produce una de intensidad 3). Fue la única vez.

--¿Frustrado?
--Todos los astrónomos lo estamos.

--La Nasa retiró la financiación a las investigaciones del SETI en 1992.
--¡Eso fue horrible para todos!

--Pero ellos conocen los expedientes X, ¿no?
--No creo que existan. Tuve la oportunidad de reunirme con el director de la Nasa y no sabía nada al respecto. Quizá fuera un buen actor.

--¿Y la nave derribada en Rockwell?
--Nada. ¿Por qué tendrían que ocultar ese tipo de pruebas?

--¿Qué pinta deben de tener ellos?
--Los extraterrestres no serán clones humanos. Estamos bien diseñados, no hay duda. Alcanzamos formas óptimas para sobrevivir en la sabana africana: somos bípedos, tenemos la cabeza sobre los hombros, los ojos cerca del cerebro, manos para capturar presas. En otros medios ambientales, todo eso no será igual. Es probable que a 100 metros los extraterrestres nos parecieran humanos, pero de cerca nos impactarían.

--¡Por Armstrong y la perra Laika! ¿Qué quiere decir?
--¿No le parecería más operativo tener tres o cuatro brazos?

--En el súper no irían mal.
--Un par lleva las bolsas, otra para asir al crío y una cuarta para abrir la puerta, ja, ja. ¡Tener solo dos brazos es un error evolutivo! Otro fracaso es la distancia entre la boca y el estómago. El camino a recorrer por la comida es larguísimo. Así que no le extrañe que estas criaturas inteligentes tengan la boca cerca del estómago y dos pares de brazos.

--¿Verdes?
--Verdes, azules, grises. ¡Qué más da!

--¿Falta mucho para poder cogerles la hechura?
--Puede que unos 100 años. Tal vez más. Los radiotelescopios son hoy 100.000 millones de veces más potentes que en los años 60. Estamos empezando a apuntar a la zona centro de nuestra galaxia, donde están las estrellas más antiguas.

--La cienciología dice que ya hemos contactado.
--Ni la cienciología ni el escritor suizo Erich von Däniken tienen crédito. No hay prueba de que ellos hayan estado aquí.

--Pues hay ufólogos a patadas.
--Bueno, ya sabe, desde niños nos gustan las historias de hadas, elfos y superhéroes. Nos gusta soñar en que lo imposible es posible.

--Usted soñó y acabó mandando tres mensajes al espacio
--Sí. El primero, en 1973, era una placa que contaba de manera simple quiénes somos. En 1974 mandamos otro, el Mensaje de Arecibo, en el que a través de números explicamos la molécula del ADN, los caracteres del código genético humano, un resumen sobre el sistema solar, la ubicación de la Tierra y una explicación del sistema métrico. Y en 1977 enviamos el último, una grabación con saludos en 50 lenguas modernas y, entre otras cosas, una hora y media de buena música humana. Brahms, Mozart, ritmos country...

--¿Los Beatles?
--Lo intentamos, pero Apple, la compañía que gestiona los derechos de los Beatles, se negó en redondo. ¡Los extraterrestres se quedan sin saber quiénes son los Beatles!

Fuentes:
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miércoles, 28 de mayo de 2008

Vicente Haya: "En Japón el arte supremo es no pelearse"

La entrevista con Vicente Haya, experto en cultura japonesa.
Publica un libro sobre el haiku como camino espiritual y afirma que el arte no está en vencer, sino en saber esquivar la confrontación.

Por GASPAR HERNÀNDEZ

--¿Qué le fascina de la cultura japonesa?
--La sensibilidad. Una sensibilidad que puede educar la nuestra, que puede hacer que en ti se produzcan transformaciones.

--¿Para llegar adónde?
--A una intimidad mayor con el mundo. Eso es el haiku: una forma de acercarse a la realidad.

--¿No tenemos intimidad con el mundo?
--No. La mayoría de las veces somos espectadores. Y espectadores pasivos y desatentos que, además, proyectamos afuera nuestra propia desdicha y ruido interno.

--Pero nosotros formamos parte del mundo.
--Podemos estar más en él si nos imponemos menos. Nuestro mundo psicológico tendría que acallarse. Los haikus te enseñan a no pensar, a no imponer tu mundo sentimental. Aquí nos creemos muy importantes porque pensamos y sentimos una serie de cosas. Y ellos dicen: "Ni el mundo de lo que tú amas ni de lo que piensas me interesan nada".

--¿Qué les interesa?
--Si estabas delante de una hierba cuando se inclinó al posarse una libélula.

--Nuestro ego nos impide ver la hierba.
--Exacto. Tendríamos que desaparecer para ser testigos de aquello que sucede delante nuestro. El buen poeta de haikus desaparece y se entrega generoso a la labor de recoger pequeños instantes de lo que sucede en el mundo.

--¿Y el malo?
--Se cree superior. Si un haiku nos impacta, es que es bastante malo. Un buen poema lo puede escribir un mendigo. No hacen falta metáforas ni grandes palabras.

--Las palabras pueden estorbar.
--Lo ideal para ellos es hablar no con palabras, sino con el hara.

--¿Quiere decir las entrañas?
--Con el centro vital. Las palabras no tienen nada que ver con lo que estás comunicando. Si eres capaz de percibir a la persona integral que tienes delante, y no solo una verbalización, encuentras soluciones donde el otro no las encontraba con palabras.

--Su concepto del yo es radicalmente opuesto al nuestro.
--Desde el punto de vista oriental, el yo es una tensión dentro de la creación. Se trata de armonizar con el mundo. Aquí decimos: "Yo soy yo porque soy diferente del mundo". Y eso mismo que te define, es tu causa de angustia.

--Pero a veces ellos se van al otro extremo.
--A veces se identifican tanto con su empresa, que su nombre pasa a ser Federico Mitsubishi o Pepe Sony. Así desaparece su yo. Ni nuestro yo occidental pétreo es bueno, porque chocamos y no paran de saltar chispas, ni tampoco lo es su yo inexistente.
--¿Qué más ha aprendido de Ja- pón en los últimos años?
--La modestia. He vivido con monjes budistas, con ancianos, con amas de casa, con muchos estratos sociales que me han enseñado el Japón real. Y su gran enseñanza es la modestia.

--¿Algún recuerdo notable?
--Trabajaba en una pequeña aldea de campesinos cultivando setas y tenía cama y comida a cambio de mi trabajo. Una vez nos internamos en el bosque con mi compañero y me sorprendió mucho que él fuera todo el rato esquivando hilos de araña.

--O sea, que no solo los veía, sino que los respetaba.
--Sí, y yo me los iba comiendo todos detrás de él. El hecho de que se molestase en esquivarlos para no dañar la naturaleza dice mucho del espíritu de Japón. Era un chaval que casi no hablaba, que no me colocó nin- gún rollo ni quiso hacer proselitismo de nada.

--¿En la vida social hay humildad?
--El pueblo japonés es extraordinariamente educado y cortés. La palabra "disculpe" o "perdone" se puede escuchar 40 veces en un día. Viven con esa palabra en la boca, incluso piden disculpas si otro les pisa. Es una forma de recomponer el equilibrio: por algo son la cultura de la armonía. Se esfuerzan en crear armonía en el trabajo, en la vida social, en la relación de pareja.

--Aquí nos peleamos todo el día.
--En Japón el arte supremo es no pelearse. El saber vencer no es un arte; el arte está en ser capaces de esquivar la confrontación.

--Aquí eso es sinónimo de cobardía.
--En Japón es todo lo contrario. Para evitar el combate, tienes que desarrollar ingenio. Tu creatividad está en juego, pero no para ganar, sino para rehuir el combate.

--¿Por qué no combatir?
--Porque es una destrucción de la armonía. Donde uno ve la necesidad del encontronazo, otro ve la salida. El que halla la salida tiene más talla, es más persona, porque ha dado con una solución sin violencia.

Fuentes:
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Según Platón, el conocimiento es un subconjunto de lo que forma parte a la vez de la verdad y de la creencia.
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