domingo, 7 de octubre de 2007

¿Quiénes son los chamanes y cómo utilizan las plantas y sustancias visionarias?

Mircea Eliade, investigador rumano que realizó la primera recopilación sobre el chamanismo y cuyos libros son textos clásicos obligados para su estudio, define al chamanismo como la técnica del éxtasis o trance, y al chamán como el gran especialista del alma humana que tiene la capacidad de realizar viajes hacia la región de los espíritus y desde allí puede armonizar la realidad.

El chamán, cuya vocación es señalada por alguna circunstancia extraña (un sueño, una enfermedad, un rayo) inicia su difícil aprendizaje, que puede durar muchos años y que se caracteriza por la experiencia iniciática de sufrimiento, muerte y resurrección ritual, vivida particularmente a través de rigores como el ayuno, dietas estrictas, veladas interminables, abstinencia sexual, dominio de la caza, la pesca y las artes cotidianas, conocimiento de las plantas medicinales y consumo de plantas psicotrópicas. En este tiempo, el iniciado aprende cantos, bailes, rezos, mitos y, en general, la cosmogonía y la historia de su pueblo.
En la visión de este investigador pionero, el chamán es al mismo tiempo, el portador y hacedor de mitos, el místico extático, el guía espiritual y el curandero de un grupo social. De tal forma que la sesión chamánica viene a ser un evento de carácter público en el que la comunidad se reúne para realizar un ritual según una intención particular: la curación de un enfermo, la celebración de una fiesta religiosa, el entrenamiento de un nuevo chamán, el inicio de la época de caza, siembra o recolección, el agradecimiento o el apaciguamiento de la ira de los espíritus, el combate de una plaga o una epidemia y sin sinnúmero de justificaciones más. Bajo esta óptica, el chamán cura, sostiene la coherencia social y cultural de su pueblo, tiene un conocimiento extraordinario de las plantas medicinales y ha conservado, en muchos casos, un sorprendente manejo ecológico del medio ambiente.
De acuerdo al mismo Eliade, entre las actitudes o paradigmas perceptuales de los chamanes que utilizan plantas o brebajes visionarios se incluyen los siguientes:

1) las plantas se consideran sagradas;
2) son utilizadas en ceremonias o rituales específicos que sostienen y renuevan la cosmovisión del grupo cultural;
3) existe un mundo distinto a éste al cual se tiene acceso por medio de las plantas, en ese ámbito secreto de la existencia tienen lugar experiencias provechosas y se adquieren valiosos conocimientos;
4) el empleo de estas sustancias forma parte reconocida de la membresía del grupo, o algún subgrupo significativo;
5) estas plantas pueden ser utilizadas por quienes tienen la habilidad para curar y para producir otras cambios en el mundo ordinario mediante su aplicación.

No obstante, en opinión de otro reputado investigador del tema del chamanismo, Michael Harner, “la idea de que todos (o incluso la mayoría) de los chamanes deben usar drogas psicodélicas para viajar es falsa”. En un ensayo incluido en la recopilación El viaje del Chamán, asegura que las partes del mundo en las que los chamanes usan plantas psicoactivas como herramientas de poder para provocar “el viaje chamánico”, en realidad “son mucho menos numerosas de lo que uno pudiera imaginar”.
Desde su perspectiva:
el sonido simple y monótono de los golpes del tambor constituye el vehículo más común del viaje chamánico, y no los productos psicodélicos […] en mis investigaciones en la Unión Soviética descubrí que los auténticos chamanes no suelen utilizar la seta Amanita muscaria y emplean únicamente el tambor. Su uso está reservado únicamente a aquellos que son incapaces de viajar con el tambor.
En la antropología moderna se ha subestimado enormemente la importancia del tambor realizando trabajos de campo con los indios de la costa noroeste, que se sirven exclusivamente del tambor para su experiencia chamánica, descubrí que el tambor por sí solo puede llevarle a uno tan lejos como las sustancias psicodélicas.
Es por ello que para este investigador, el corazón del chamanismo lo constituye el “viaje chamánico” que puede alcanzarse con o sin la utilización de sustancias psicoactivas.
En “Éxtasis y sacrificio”, otro de los ensayos contenidos en el citado libro de El viaje del chamán, Rowena Patte asegura que lo que se describe como “viaje chamánico” o “vuelo mágico” es “un viaje del alma a través de la experiencia estática”, que puede tener muchos nombres y métodos, “pero en esencia es una apertura hacia la totalidad de los mundos del espíritu, lo humano y la naturaleza”:
El éxtasis chamánico, al igual que el de ciertas tradiciones religiosas, como el samadhi budista, el fana sufí y el “estado beatífico” cristiano, es un estado de “viaje” o vuelo mágico. En el éxtasis chamánico el énfasis radica en los viajes místicos al mundo superior o inferior, para encontrarse cara a cara con los espíritus, los dioses y los demonios […] incluye fenómenos clarividentes como voces y visiones, que facilitan la orientación o información para alguna curación, o para el crecimiento espiritual y la solidaridad en la comunidad.

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¿Qué son los chamanismos?

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Introducción al chamanismo.

¿Cómo se llega a ser un chamán?

El Dr. Jaques Mabit, un médico de origen francés que dirige una comunidad terapéutica en Perú, Takiwasi, asegura que:
Los conceptos de los shamanes pueden ser experimentados por cualquiera y por lo tanto constituyen un cuerpo de conocimiento asequible al estudio científico mediante la auto-experimentación controlada.El entender las prácticas y representaciones del shamanismo pasa en forma obligatoria por un trabajo del propio cuerpo, o sea por una auto-experimentación… El verdadero shamán se inicia mediante técnicas precisas y rigurosas en las cuales se compromete totalmente, utilizando su propio cuerpo como receptor del macrocosmos y de las fuerzas que lo animan y a la vez inductor de una auto-exploración de sus bloqueos personales ligados a su historia personal, sus herencias familiares, culturales, colectivas: en suma del microcosmos del cual es portador. La enseñanza del maestro no se hace a través de las palabras, del discurso: el maestro habla muy poco y sólo controla las experiencias para evitar al aprendiz perderse en los laberintos de su inconsciente o del espacio-tiempo mítico en el cual recién se adentra su discípulo. Por lo tanto, la enseñanza es un auto-descubrimiento conseguido mediante técnicas cuya finalidad es provocar modificaciones de estados mentales que dan al alumno la capacidad de percibir directamente, sin intermediario, los aspectos de la realidad que generalmente escapan su conciencia ordinaria, cotidiana y “normal”, especialmente cuando se trata de personas como yo, que viven en un medio urbano, occidentalizado donde se han perdido los vínculos con la naturaleza.
En el primer capítulo de su libro "Chamanismo, el arte natural de curar", José María Poveda asegura que Para mayor precisión hay que distinguir entre chamán y chamanismo. Todos los actos del chamán no son necesariamente actos chamánicos.
Y sujetos no chamanes pueden utilizar o desarrollar tareas basadas en tales técnicas.
Lo nuclear al chamanismo es la capacidad de entrar a voluntad en un estado modificado de conciencia llamado estado de conciencia chamánico, con un propósito terapéutico, para buscar conocimiento, y terminado ese trance ser capaz de recordar lo que aconteció durante el mismo.

La propia enfermedad o crisis es en el chamanismo el camino para el conocimiento sanador o transformador.
Cualquier trastorno y su sanación pueden ser entendidas según cuatro momentos:

1) el de la situación previa en la que se daban los antecedentes;
2) el de la aparición y desarrollo del problema;
3) el momento de la crisis; y
4) la recuperación.

Por lo que la formación del chamán se entiende mediante el desarrollo paralelo de esos cuatro pasos:
En la fase de antecedentes pueden recogerse la aparición de experiencias inusuales o signos físicos extraños que dan singularidad a un individuo. También pueden existir períodos de reflexión solitaria. La búsqueda de respuestas en el aislamiento voluntario, ha sido una de las formas en que los seres humanos han iluminado o reencuadrado sus problemas y han mantenido una sabiduría que va más allá de lo cotidiano. Entre los indígenas de norteamerica es conocida como “vision quest”. El planteamiento y desarrollo del problema es entendido como una llamada de los “espíritus”, como una vocación especial, que constituiría la segunda fase. Estas podrían ser:
a) La llamada de alguna crisis. Es evidente que para aprender algo lo mejor es ponerse manos a la obra, practicarlo, vivirlo intensamente o sufrirlo. En este sentido una de las formas primordiales de aprender sobre un problema es haber pasado por él y haberlo superado. En el caso concreto de una crisis, haberla sobrepasado con éxito será una de las formas primarias de conocerla y saber como manejarla para convertirse en expertos, en fuentes de información sobre un proceso que les ha llevado a formas inhabituales del vivir. El contacto con el dolor y la muerte constituye un modo poderoso de exposición al conocimiento o a la necesidad de saber acerca de situaciones críticas. El chamán ha sido definido también como "el curador herido", en el sentido de que las cicatrices son señales de su transformación en el camino del conocimiento para sanar.

El psicoanalista que pasa su propio psicoanálisis antes de empezar a trabajar representa otra manifestación de esta manera de aprender. La persona que forma parte de un grupo de autoayuda, comparte sus experiencias y constituye un ejemplo de ese conocimiento de primera mano puesto al servicio de los otros.

b) La llamada chamánica familiar. El hecho de tener modelos cercanos y accesibles a los que imitar facilita cualquier proceso de aprendizaje. La transmisión familiar será otra de las formas elementales de adquisición de conocimientos. El lugar donde habitualmente trabajan los chamanes es de ordinario el lugar donde viven y donde está su familia o su grupo. Es un sistema tradicional para transmitir experiencia, sobre todo en tareas que incluyen especialización artesanal. Esta vocación familiar puede seguir una línea femenina o masculina.

c) Junto a las anteriores, deben incluirse también otro tipo de llamadas, que se atribuyen genéricamente a los “espíritus”. Son señales, con valor profundo para un individuo concreto. Muchas veces esta llamada es sentida viniendo “desde arriba”. En el mundo del chamán los cielos y las montañas representan al mundo superior, más intelectual y espiritual. Lo que hay bajo el agua o bajo la tierra representa al mundo inferior, más físico. El mundo medio entre ambos no es solamente el lugar donde se vive, sino también donde se sienten y se dan los estados ordinarios de conciencia. La llamada busca traducirse en hechos concretos capaces de modificar este mundo de lo cotidiano. Esta llamada puede percibirse a través de los sueños, de sucesos extraordinarios o en medio de problemas individuales o grupales que precisan una solución radical.

Según los grupos humanos, su evolución a lo largo del tiempo y la reflexión que en ellos se da sobre la enfermedad, el proceso de transformarse en chamán puede presentar diferencias. Estas son siempre más superficiales que profundas, y más bien cuantitativas que cualitativas.
Una llamada puede esperarse y no producirse.

Por su parte, Michael Harner también asegura que existen muchas formas de convertirse en chamán:
No es cierto, como algunos piensan, que uno deba emular a Carlos Castaneda e ir a formularle preguntas al grurú año tras año, indefinidamente. En realidad, este tipo de aprendizaje es más propio del sacerdocio tribal que del chamanismo puro o clásico.
Cuando una persona logra ponerse en contacto con los espíritus, ya no necesita ningún maestro en la realidad ordinaria, ya que los espíritus le facilitan las respuestas. Los auténticos maestros del chamán le instruyen dentro de la realidad no ordinaria. No existe ninguna autoridad superior.

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Introducción al chamanismo.

¿Qué son los chamanismos?

El antropólogo catalán Josep María Fericgla, otro investigador entusiasta del tema, autor de Los chamanismos a revisión, asegura que no se puede hablar de chamanismo, sino de chamanismos, ya que los distintos chamanes difieren de la imagen clásica en función de su origen, su inclinación y sus objetivos; además de que en la actualidad se ha desvirtuado su función ancestral y hay toda una serie de impostores respondiendo a las demandas del mercado “new age”.
De acuerdo con Fericgla, habría dos fenómenos con sus respectivas subdivisiones: el chamanismo clásico y el chamanismo de consumo. De este último dice que llena las carencias y aspiraciones de los Occidentales ávidos de escapes y dispuestos a pagar por una experiencia exótica, “pues se ha convertido en un simple producto más para ser vendido en el mercado de creencias y espectáculos en que hemos convertido la Tierra”.
Por contraposición, asegura que “hay que entender el chamanismo clásico como un campo específico en el que se dan profundas experiencias estructurantes, que tanto afectan el mundo individual como el social”.
Desde su punto de vista las prácticas chamánicas clásicas habitualmente actúan como fuente de revelación interior que ofrece alguna respuesta a las grandes incógnitas humanas de tipo ¿para qué existimos?, ¿cuál es el sentido del dolor y el sufrimiento?, ¿hacia dónde me dirijo?, ¿qué hay antes y después de esta forma de vida que nos es dado experimentar? ¿qué soy? ¿quién soy? Dice que estas respuestas, en el contexto del chamanismo clásico, se obtiene por medio de “los estados disociados de la mente”, estados generalmente inducidos por el consumo de drogas enteogéas y/o por trances rítmicos o de otro orígen, como las alteraciones en el ritmo respiratorio: “Con ello, pues, el chamanismo se convierte en el primer sistema histórico organizado para buscar el equilibrio psíquico y físico del ser humano.”
De acuerdo a esta visión, Fericgla da su propia definición de lo que sería un chamán clásico:
En una forma de descripción impresionista, podríamos acordar que el chamán es un individuo visionario e inspirado, entrenado en decodificar su imaginería mental y en entenderla. Esta imaginería mental que el chamán ha cultivado, y cuyos impulsos y pasadizos afirma dominar, le sirve de técnica de profunda revisión personal y como camino para recibir verdades referidas al mundo exterir, que él vive como revelaciones. En nombre propio o en el de la colectividad a la que sirve y con la ayuda de sus espíritus aliados -que a menudos son plantas psicoactivas-, el chamán puede entrar en un profundo estado modificado de su mente sin perder la conciencia despierta de lo que está viviendo. Penetra en lo que me gusta denominar una consciencia dialógica. Durante la disociación mental a la que se somete y controla, su ego visionario establece relaciones con entidades que el chamán vivencia como de carácter inmaterial. Con la ayuda de tales entidades,dice poder -hasta un punto que depende de su capacidad personal- modificar el orden del cosmos invisible de acuerdo a su interés o al de su colectividad. Es habitual que el chamán consuma sustancias enteógenas o mantenga rituales percusivos (principalmente binarios) para inducirse la disociación mental, el trance, que lo caracteriza.

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Introducción al chamanismo.

¿De dónde vienen los poderes de un chamán?

Pachita fue una de las más grandes chamanas de México. De pequeña fue abandonada por sus padres y adoptada por un negro africano llamado Charles. Durante 14 años Charles cuidó de Pachita y la enseñó a ver las estrellas y a curar. Después, Bárbara Guerrero, “Pachita”, luchó al lado del general Francisco Villa durante la revolución Mexicana, fue cabaretera, venderoda de billetes de lotería y cantante en camiones de paso… Tantas experiencais la conectaron con lo que trascendía de todas ellas. De alguna manera, Pachita había logrado dejar atrás muchas ilusiones y eso la colocaba en un punto de contacto íntimo con la Realidad no ordinaria, desde donde ella actuaba.
En su libro Pachita, el desaparecido investigador mexicano Jacobo Grinberg-Zylberbaum describe las experiencias que tuvo la oportunidad de vivir al lado de esta extraordinaria mujer cuyo único motivo para vivir era ayudar a su prójimo. Pachita poseía un control extraordinario sobre la materia y la energía. Era capaz de realizar operaciones quirúrgicas tales como transplantes de órganos en las cuales objetos y órganos biológicos se materializaban y desmaterializaban aparentemente de la nada.
Pachita decía que el Hermano Cuahutémoc, el espíritu del último emperador azteca, actuaba a través de su cuerpo realizando su trabajo cuando ella entraba en trance transformando su personalidad y efectuando las prodigiosas operaciones que se describen con lujo de detalles en el mencionado libro.
Jacobo Grinberg-Zylberbaum estudió personalmente con diversos chamanes mexicanos, además de la famosa Pachita y a raíz de este contacto escribió una serie de seis libros llamada Los Chamanes de México, y publicó también diversos libros teóricos acerca del estudio de la conciencia en los que fue desarrollando la Teoría Sintérgica como un intento para explicar científicamente el poder y la actuación de los chamanes. En el libro dedicado a Pachita, este prolífico y enigmático autor (de quien se dice que “desapareció” misteriosamente del plano físico hace algunos años), desarrolló una teoría acerca de la estructura del espacio para explicar las habilidades de Pachita y otros chamanes utilizando conceptos de la física cuántica:

El concepto de la lattice considera que la estructura fundamental del espacio es una red o matriz energética hipercompleja de absoluta coherencia y total simetría. A esta red se le denomina lattice y se considera que en su estado fundamental contribuye al espacio mismo omniabarcante y penetrado de todo lo conocido.

La lattice permanece totalmente invisible hasta que alguna de sus porciones (por cualquier causa) altera su estado de coherencia. Una partícula elemental es precisamente una desorganización elemental de la lattice en cualquiera de sus localizaciones. Cualquier átomo o compuesto químico es una particular conformación estructural de la lattice con respecto a su estado fundamental de máxima coherencia.
La concepción de lattice surgió de los estudios de cristolografía, porque la estructura de cualquier cristal es una lattice de alta coherencia que se asemeja a la lattice del espacio.
A partir de Eisntein, el concepto de espacio ha sido inseparable del tiempo, por lo que la consideración de la lattice del espacio tiempo se refiere a ambos unificándolos. Si la lattice desapareciera, el espaio y el tiempo harían lo mismo.
Cualquier objeto “material” es en realidad una organización irrepetible de la estructura de la lattice. En su estado fundamental de total coherencia, fuera de la misma lattice no existen ni objetos ni alteraciones temporales. Es únicamente cuando la lattice cambia su estructura fundamental que el tiempo transcurre y los objetos aparecen. El nivel de conciencia de Pachita era extraordinariamente diferenciado. Durante las operaciones que realizaba ella era capaz de materializar y desmaterializar objetos, órganos y tejidos. El manejo de las estructuras orgánicas, le permitía realizar transplantes de órganos a voluntad, curaciones de todo tipo y diagnósticos a distancia con un poder y exactitud colosales.
Todos estos portentos pueden ser explicados si se acepta la posibilidad de que las modificaciones de la lattice producidas por el campo neuronal de Pachita eran capaces de modificar sustancialmente aquélla produciendo conformaciones similares a la de los objetos (en caso de las materializaciones) o retornos a la estructura de la lattice de los objetos (en el caso de las desmaterializaciones).
Pachita poseía un control único sobre su campo neuronal transformánsolo y modificando con él a la estructura de la lattice. Aunque sus efectos parecían ser milagrosos se basan, de acuerdo con esta hipótesis, en el mismo mecanismo que todos utilizamos para crear nuestras imágenes o nuestros pensamientos.

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¿Cuáles los las características de un chamán?

Fred Alan Wolf es un investigador científico poco convencional, que de mago ilusionista pasó a convertirse en doctor en física teórica. Este estadounidense es autor de diversos libros como Parallel Universes y ha pasado varios años de su vida conviviendo con chamanes e investigadores del tema en Gran Bretaña, Suiza, Estados Unidos, Brasil, Perú y México.
Después de un viaje a Perú en 1989, durante el cual tuvo diversas experiencias con ayahuasca, escribió un nuevo libro titulado La búsqueda del águila. En él reconstruye sus relaciones con el chamanismo y da cuenta de su comprensión paulatina de las coincidencias que encontró entre éste y la física cuántica, la psicología y la ciencia moderna en general. Esta comprensión lo llevó a formular nueve hipótesis acerca de los chamanes:

1) ven el universo como hecho por vibraciones;
2) ven el mundo en términos de mitos y visiones que en un principio parecen contrarias a las leyes de la física;
3) perciben la realidad en un estado de conciencia alterada;
4) utilizan cualquier truco para alterar las creencias del paciente sobre la realidad;
5) escogen lo que es físicamente significativo y ven todos los acontecimientos como universalmente comunicados;
6) penetran en mundos paralelos;
7) trabajan con una sensación de gran poder;
8) utilizan el amor y la energía sexual como energía curativa;
9) penetran en el mundo de la muerte para alterar su percepción en este mundo.

La interesante forma narrativa que escogió Alan Wolf para contrastar estas hipótesis con sus experiencias vivenciales fue entretejer tres historias distintas: la trama de una película que vio en Lima basada en las aventuras de dos personajes que toman ayahuasca; su propia historia, la cual describe en función de los lugares a los que fue, lo que vio e hizo en ellos; más el desarrollo de la idea de una nueva física de la conciencia para explicar algunos de los acontecimientos que observó y experimentó.
Wolf dice que aunque tal vez se vea en aprietos al sugerirlo, le parece que el mundo occidental “debe empezar a tener un punto de vista más tolerante con respecto a las substancias sagradas y productoras de visiones, en particular cuando dichas substancias se toman bajo la guía de un chamán; una persona con conocimiento sobre el mundo de las plantas.”
Anticipándose a sus posibles críticos, Wolf advierte que no puede “siquiera concebir la ingestión de las plantas como algo recreativo”, ya que desde su perspectiva sería peligroso hacerlo. Sin embargo cree que la ayahuasca puede ser utilizada por la profesión médica, “con la participación de Ayahuasqueros”, para sanar muchas enfermedades mentales/corporales graves: “Mis pensamientos se dirigen al gran número de adictos a las drogas de nuestras sociedades modernas. Creo que un programa controlado de viajes con ayahuasca para los adictos a las drogas podría llevar a la cura de la adicción a éstas. Creo también que la ayahuasca puede ser útil para curar la depresión. Pienso en especial en la recuperación de muchos veteranos de la guerra de Viet Nam, a los que entiendo, sufren graves tensiones mentales”.
Este físico galardonado con el American Book Award por su obra Talking the Quantum Leap encuentra que “el estado chamánico de conciencia, tal como lo ponen a nuestro alcance la ayahuasca u otros medios de inducir una conciencia chamánica, permite a la persona verse a sí misma bajo una luz mítica. Dicha visión proporciona un sentido de la compasión, una conexión con toda la vida; una nueva razón de existir.”

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Introducción al chamanismo.

Me Gustan los Poemas

-Me gustan los poemas por muchas razones -dijo-. Una de ellas es porque captan esa preocupación ancestral y pueden explicarlo.

Reconoció que los poetas estaban profundamente afectados por el vínculo con el espíritu, pero que se daban cuenta de ello de manera intuitiva y no de manera deliberada y pragmática como lo hacen los brujos.

-Los poetas no tienen una noción directa del espíritu -continuó-. Esa es la causa por la cual sus poemas realmente no son verdaderos gestos al espíritu aunque andan bastante cerca.

Tomó uno de mis libros de poesía de la silla próxima a él. Era una colección de poemas escritos por Juan Ramón Jiménez. Lo abrió en una página señalada por un marcador; me lo tendió e hizo señas para que leyera.


¿Soy yo quien anda, esta noche,

por mi cuarto, o el mendigo

que rondaba mi jardín,

al caer la tarde?...

Miro

en torno y hallo que todo

es lo mismo y no es lo mismo...

¿La ventana estaba abierta?

¿Yo no me había dormido?

¿El jardín no estaba verde

de luna?... ...El cielo era limpio

y azul... Y hay unas nubes y viento

Y el jardín está sombrío...



Creo que mi barba era

negra... Yo estaba vestido

de gris... Y mi barba es blanca

y estoy enlutado... ¿Es mío

este andar? ¿Tiene esta voz,

que ahora suena en mí, los ritmos

de la voz que yo tenía?

¿Soy yo, o soy el mendigo

que rondaba mi jardín,

al caer la tarde?...

Miro

en torno... Hay nubes y viento...

El jardín está sombrío...



...Y voy y vengo... ¿Es que yo

no me había ya dormido?

Mi barba está blanca... Y todo

es lo mismo y no es lo mismo...


Releí el poema otra vez para mis adentros y capté el estado de impotencia y azoro del poeta. Le pregunté a don Juan si él captaba lo mismo.

-Creo que el poeta siente la presión de la vejez y el ansia que eso produce -dijo don Juan-. Pero eso es sólo una parte. La otra parte, la que me interesa es que el poeta, aunque no mueve nunca su punto de encaje, intuye que algo increíble está en juego. Intuye con gran precisión que existe un factor innominado, imponente por su misma simplicidad que determina nuestro destino.

sábado, 6 de octubre de 2007

El místico y el chamán.

Los místicos pueden ser vistos como un "grupo informal".
Repetidamente experimentan sobre sí mismos y observan los cambios mentales resultantes. Utilizan el canto, la música, la meditación y otros sistemas para trasladarse a particulares regiones de su mente. Y, lo que es más notable, parece existir un mundo de referencia en el que los puntos comunes de estas tradiciones, superan con mucho a las diferencias. Estas, por otra parte, son mas superficiales que profundas o fundamentales".

El chamanismo es entendido por muchos investigadores, especialmente por los antropólogos como un fenómeno arcaico mágico-religioso en el cual la figura central se caracteriza por ser maestra en el arte del éxtasis.

El éxtasis es definido como un estado psicológico que se caracteriza por un sentimiento absorbente de admiración, de alegría, de arrobamiento y a veces de enajenación.
Desde una perspectiva teológica hace referencia a un estado de unión con Dios o lo divino por medio de la contemplación y el amor vivido íntimamente.Y exteriormente por la suspensión mayor o menor de la actividad sensorial en relación con el mundo externo.

Esta desconexion puede alcanzarse de distintas formas. Por ejemplo en la llamada meditación del néctar del budismo tibetano. Durante la misma el meditador traslada toda su atención a una parte muy concreta del organismo, la punta de la lengua. Según se va concentrando la atención en ella mas el practicante acaba sintiéndose inmerso en un profundo estado de dulzura. Intuitivamente a través de la propia practica experimentada los chamanes " bon" del tíbet habían descubierto este método de focalizar la atención y modificar el nivel de conciencia. Hoy sabemos a partir de datos objetivos suministrados por el microscopio que precisamente en la parte anterior de este órgano se concentran las terminaciones sensoriales capaces de captar lo dulce mientras que las de lo salado, lo picante o lo amargo se distribuyen preferentemente por otras partes de la lengua.

La experiencia del éxtasis no implica ganancia o perdida de control. Otros estados descritos por los místicos como el conocimiento intuitivo si que implican incremento de control.

Para Edwars el éxtasis se presenta a diversos niveles en la persona:

1) Esta fundamentado en una experiencia fisiológica, física.
2) Es un estado emocional.
3) Proporciona un tipo especial de percepción a veces descrita como intuitiva.
4)Es un estado no ordinario de consciencia que da una especial dimensión a todo lo anterior.

El éxtasis puede ser clasificado según cuatro categorías no mutuamente excluyentes.

- Extasis místico y profético
- Extasis chamanico -
- Extasis Sexual
- Extasis producido por sustancias

El místico nos habla de la desbordante presencia actual de lo divino. Esta grandeza ha sido descrita de modo poético como en San Juan de la Cruz o en Ibn Arabi. Los místicos desde esas experiencias de inmersión en lo divino pueden a veces anticipar visionariamente experiencias que están por venir. La actividad profética expande esa presencia desde el futuro para que el presente sea modificado y la gente se prepare.

El éxtasis sexual forma parte de la respuesta orgasmica. Durante ella se produce un estado modificado de conciencia en unas ocasiones fugaz y en otras de duración difícil de estimar. El tantrismo practicado desde el marco del yoga o del budismo pretende ampliar la conciencia utilizando el alerta y la focalizacion que produce la actividad sexual por medio de técnicas especificas. Durante el orgasmo se induce transitoriamente, un período con las características de un estado modificado de conciencia, con cambios en la percepción corporal, en la estimación del tiempo, y en otras variables psicológicas.

El éxtasis por sustancias puede presentar diferencias según las características de las mismas. El marco cultural,expectativas y modo de consumo pueden condicionar profundamente la experiencia y lo que pueda aprenderse a través de ella.

Harner piensa que el término trance se utiliza preferentemente entre los médicos, mientras que el término éxtasis es más teológico y humanista, pero que ambos tienen el mismo significado. Los momentos de entrada y salida en los mismos tendrían las características de una crisis. En el lenguaje coloquial también se llega a identificar el hecho de estar pasando un trance con estar en crisis. En el contexto tradicional chino crisis significa "peligro y oportunidad".

Los cambios profundos en la experiencia de la corporalidad se pueden presentar espontáneamente cuando se vive una situación próxima a la muerte. En ocasiones, es una vía utilizada por chamanes y magos deliberadamente. También pueden producirse a través de la música, la relajación, el uso de sustancias (por ejemplo ayahuasca, ciertos hongos) y otros muchos procedimientos. En la literatura internacional gran número de estos estados son descritos como experiencias fuera del cuerpo, o "viajes".

Caracterizan al místico la intensificación de las emociones y el pensamiento global. Es más propio del chamán intensificar las acciones y utilizar el pensamiento concreto.
La producción de una experiencia directa, transformativa y personal que se da en el misticismo, está presente también, según Walsh, en el chamanismo. Ambas experiencias pueden no ser bien transmitidas y, con el paso del tiempo, perder fuerza, convirtiéndose en rituales vacíos y rutinarios. En su mejor sentido, el ritual, como el arte, es la culminación activa de una transformación simbólica de la experiencia.

Muchas técnicas de trance utilizan rituales a modo de "puertas" al comienzo y al final del trabajo. En este ámbito, los rituales pueden ir perdiendo presencia a medida que el sujeto aprende y se familiariza con los estados de trance.
Los rituales pueden servir para disminuir la angustia frente a lo desconocido o lo que desborda a un individuo. En el área cognitiva pueden incrementar la concentración de los participantes modificando la atención, en el área física facilitar la relajación y en el área emocional modular la ansiedad, el sentimiento de descontrol o la expresión de la rabia.

El poder transformador de las crisis en general y de la muerte en particular es resaltado por místicos y chamanes.

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El mago y el chamán.

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Introducción al chamanismo.

El mago y el chamán.

Producir el sentimiento de lo extra-ordinario, romper con rutinas de la vida, intervenir sobre el espacio y el tiempo son atribuciones que comparten.
El mundo de lo mágico ha sido en ocasiones caracterizado por una intensificación de la actividad o por conocimiento concreto obtenidos a través de medios extraordinarios. Puede ser clasificado como objetivo, cuando sus resultados finales pueden de alguna manera cuantificarse. Y subjetivos cuando los resultados son imaginarios o no contrastables.

Para Nevill Drury, los chamanes son los curadores físicos y espirituales en las culturas aborígenes de todo el mundo. Los magos son su imagen en el espejo de las tradiciones culturales del mundo de hoy. Destaca los paralelos existentes entre el chamanismo y el ocultismo.
El mago que hoy conocemos a través de los medios de comunicación (TV, cine, circo, etc.) puede suscitar el mismo asombro que el chamán, y acaso pueda remontar hacia él sus orígenes. Sin embargo, carece de la proyección sanadora que es esencial al chamanismo.

Otros articulos sobre el tema:


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El curandero y el chamán.

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Introducción al chamanismo.

El curandero y el chamán.

El curandero se presenta como persona capaz de tratar enfermedades que son particularmente temidas por la gente y para las cuales la medicina no posee todavía los métodos terapéuticos más eficientes.
La actividad del curandero puede ser muy variada e inusual. Su conexión con los clientes no es tan próxima como la que tiene habitualmente el chamán. Se dan más en el medio rural que en el urbano.
El chamán podría ser considerado como un tipo de curandero, pero todos los curanderos no serían chamanes.

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El médium y el chamán.

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Introducción al chamanismo.

El médium y el chamán.

Ambos afirman tener relación, de alguna manera, con los "espíritus". En ambos se produce un cambio en el estado de conciencia, una modificación que puede ser buscada por ambos voluntariamente. En el caso del chamán el control de la relación con los espíritus es, en general, más enérgico; mientras que el médium actúa de un modo menos combativo y adaptado a lo que va elaborando en esos momentos. El chamán puede discutir con los espíritus y aparenta tener más poder que el médium. Trata a los "espíritus" que encuentra como a iguales.

La actividad chamánica podría ser descrita parcialmente como una forma particular del mediumismo. Puede afirmarse también que el médium está presente en el mundo urbano y su trance es pasivo, mientras que el chamán usa la naturaleza, el mundo rural, como referencia y su trance o estado de conciencia chamánico es un fenómeno activo con mantenimiento generalmente del control.
Harner considera como esencial al chamanismo el estado de trance, que se describe como un "viaje" (estado de conciencia chamánico). Terminado el mismo, es capaz de recordarlo. El médium no recuerda necesariamente lo que hizo o pasó durante el trance.

"No permitas que sea dirigido por una identidad que se proclama tu guía. ?Por qué?, Porque invocar al infinito es mucho más grande, mucho más satisfactorio, más válido para la experiencia del alma que ser dirigido o guiado por una entidad externa al yo, que, como el yo, pasa por un estado de transición o desarrollo".

El estado de trance sin posesión se practica por ejemplo, entre los Gnawas. Se alcanza en movimiento por lo que se califica de trance cinético. El trance cinético es una técnica de raíces ancestrales, que influye sobre prácticamente todos los niveles de la persona, dotandola por su practica de nuevas formas y perspectivas de autoexperiencia. Mediante la desinhibición es posible alcanzar estados de fusión con el entorno que se muestra como replica de nosotros mismos.
El estado de trance con posesión está presente en todas las culturas, tanto en Africa como en América, en Asia o Europa y Australia. Mientras se produce, la persona deja de ser propiamente ella misma. Queda alienada, convertida en alguien ajeno. En tales estados se da una disminución de la capacidad de autocontrol por parte del sujeto. Al mismo tiempo, está disminuida su capacidad de darse cuenta de lo externo. Como ejemplo, en los estados de trance del vudú caribeño.
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El sacerdote y el chamán.

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Introducción al chamanismo.

El sacerdote y el chamán.

El chamán esta presente en las sociedades preagricolas de cazadores recolectores, su conocimiento se basa especialmente en su experiencia individual de primera mano. La tradición y el ritual tienen un peso más grande en el papel del sacerdote. Este desarrolla su actividad a partir de los grupos agrícolas de vida sedentaria.
En la actividad chamánica, el estado modificado de conciencia es un medio imprescindible para el desarrollo de su actividad. El sacerdote no necesita modificar su estado de conciencia para actuar.

El sacerdote se encuentra enmarcado en grupos sociales más complejos. Forma parte de una estructura religiosa más jerarquizada, más centralizada. El entorno de las ciudades facilita y hace necesarias a causa de su crecimiento formas de comunicación más indirectas entre los ciudadanos. La distribución de la población y su organización se realiza según formas piramidales. Por el contrario, los grupos nómadas en cuyo seno florece el chamanismo son menos jerárquicos y las relaciones interpersonales son más directas, más "horizontales". El contexto chamánico es menos autoritario en cuanto la conducta individual, a ese nivel hay menos regulaciones formales de la moral particular.

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Chamanes y Druidismo.

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Introducción al chamanismo.

jueves, 4 de octubre de 2007

El Guerrero.

Lo que más le importa a un guerrero es ser impecable ante sí mismo. Ser impecable significa vivir con precisión y con toda la atención. Lo que hacemos para llegar a comprendernos a nosotros mismos es la cosa más noble que podamos hacer. Es erradicar de la mente la codicia, el odio y la delusión. Establecer en nosotros mismos la sabiduría y la compasión amorosa. Es algo difícil y poco común y requiere ser muy impecable. Eso no supone irse a una cueva en el Himalaya, sino antes bien, cultivar las cualidades de la mente que conducen a la plenitud y a un estado despierto en todo momento.

Un guerrero es valiente. No se queda cerrado con ideas preconcebidas sobre cómo son las cosas. No cree ciegamente. Quiere experimentar la verdad por sí mismo. Es lo suficientemente valeroso como para experimentar y aceptar las consecuencias, y no quedarse apocado por distinciones estrechas del pensamiento. Tiene el valor para experimentar, investigar, explorar lo que ocurra.

En la práctica de la meditación se requiere y se desarrolla el valor del guerrero. Se necesita valor para estar sentado cuando hay dolor, sin evitarlo o enmascararlo; para sentarse y afrontarlo plenamente, superando nuestro temor.

Hace falta valor para morir, para experimentar la muerte del concepto de un yo. Experimentar esa muerte mientras vivimos requiere el coraje y el valor de un guerrero impecable.

Debemos se capaces de recibir la fuerza y el entendimiento que viene del silencio, de parar el diálogo interno. Mientras siga el diálogo interno permaneceremos en la prisión de las palabras.

No se necesita un esfuerzo sobrehumano para practicar la renuncia; sólo se requiere energía para superar nuestra inercia y nuestros viejos hábitos. Cuando hacemos ese esfuerzo, experimentamos un alivio en la mente que viene de soltarse de los apegos. De vivir con simplicidad, de una vida sencilla, de no necesitar o poseer demasiado, vienen la satisfacción y la paz.

El desarrollo del conocimiento intuitivo no viene de pensar sobre las cosas, viene del desarrollo de un silencio en la mente en el que es posible una visión clara, ver claro. Hay un repentino ¡Ajá! ¡Así es como son las cosas! Es una comprensión repentina y sin palabras. Tiene certidumbre porque no es el producto de un pensamiento o una imagen sino más bien una percepción clara y repentina de cómo son las cosas.

Tres pilares del Dharma: Parami:

En el lenguaje pali existe la palabra parami. Parami significa la fuerza acumulada de la pureza en la mente. Todo momento en que la mente está libre de codicia, odio y desilusión tiene cierta fuerza purificadora en el flujo de la consciencia; y en nuestra evolución hemos acumulado muchas de esas fuerzas de pureza.

Esa palabra parami a veces se traduce al castellano como mérito. Pero así puede ser fácilmente mal interpretado como hacerse merecedor de una medalla por tus buenas acciones. Pero es más bien la fuerza de la pureza en la mente y conllevan la felicidad en sí misma.

Hay tres pilares, tres campos de acción, que cultivan y fortalecen los paramis. El primero de ellos es la generosidad. Dar es la expresión mental de la no codicia en la acción. No codicia quiere decir soltar, no retener, no agarrarse, no aferrarse. El Buda dijo que si supiéramos como él cual es el fruto de dar, no dejaríamos pasar una sola comida sin compartirla.

Los resultados kármicos de la generosidad son la abundancia y unas relaciones profundamente armoniosas con otras personas. Lo que nos tiene cautivos es el deseo y el aferramiento de nuestra propias mentes. Al practicar la generosidad aprendemos a soltar.

Hay tres tipos de donantes. Los donantes mezquinos. Dan después de pensarlo mucho, y aún así dan las sobras, lo peor de lo que tienen. Finalmente puede que compartan algo que en realidad no quieren.

Donantes cordiales son las personas que dan lo que ellas mismas usarían. Comparten lo que tienen y sin tener que deliberarlo tanto, con las manos más abiertas.

Los donantes supremos son los llamados donantes regios, que ofrecen lo mejor que tienen. Comparten espontáneamente y al momento, sin necesidad de deliberarlo. Dar es algo natural en su conducta. Comparten fácil y cariñosamente lo que más estiman.

Para algunos dar es difícil. No importa. Sencillamente empezamos a practicar dondequiera que nos encontremos. Todo acto de generosidad va debilitando poco a poco el factor de la codicia. Y por medio de la práctica todos podremos convertirnos en donantes regios.

Debemos cultivar la generosidad con compasión y amor por todos los demás seres. La generosidad es un gran parami; es el primero en la lista de perfecciones de un Buda. Y cultivarlo es la causa de una mucha felicidad en nuestras vidas.

El segundo pilar es la moderación moral. Esto significa seguir los cinco preceptos básicos.

La resolución de seguir los preceptos nos servirá de recordatorio cuando estemos a punto de cometer algún acto incorrecto. Toda acción correcta, toda abstención de actividad nociva, produce lucidez y claridad. Seguir esos preceptos morales como norma de vida nos mantiene lúcidos y claros.

A este nivel de comprensión, los preceptos no se toman como mandamientos, sino que se siguen por el efecto que tienen en nuestra calidad de vida. No hay imposición en sentido aluno porque son la expresión natural de una mente clara. Ellos liberan a la mente del remordimiento y la ansiedad.

El tercer pilar de actividad purificadora es la meditación. la meditación se puede dividir en dos corrientes principales. La primera es el desarrollo de la concentración, de la capacidad de la mente para permanecer quieta en un objeto, sin agitarse o vagar. Pero la concentración por sí sola no basta. La segunda es el cultivo del conocimiento intuitivo. Eso quiere decir ver claramente el proceso de las cosas. Todo es transitorio y fluye, surgiendo y desapareciendo momento a momento. Nacemos y morimos instante a instante. No hay nada a que agarrarse, nada a lo que aferrarse.

Desarrollar el conocimiento intuitivo quiere decir experimentar el fluir de la transitoriedad en nosotros mismos, de forma que empezamos a soltar, a dejar de aferrarnos tan desesperadamente a los fenómenos de la mente y del cuerpo.

La sabiduría es la culminación del sendero espiritual que empieza con la práctica de la generosidad de la moderación moral y el desarrollo de la concentración. Todo empieza a salir al nivel consciente. Y por medio de la práctica de la atención, de no aferrarse, de no condenar, de no identificarse con nada, la mente se hace más lúcida y libre.

Por último, no te desanimes por el divagar de los pensamientos o por las ensoñaciones. Cada vez que tengas conciencia de que la mente divaga, tráela de nuevo a la respiración o a las sensaciones. No importa las veces que ocurra esto. Se suave contigo mismo. Se perseverante. Aunque no sea visible, está teniendo lugar una gran transformación.

miércoles, 3 de octubre de 2007

¿Cuaderno de viaje o cuaderno de vida?

1- “Camina o revienta” rezaban los tatuajes de un miembro de la Legión Extranjera que solía deambular por los muelles de Marsella. La frase grabada en forma indeleble en sus pies era un recordatorio: ningún legionario ignoraba que, de extraviarse en el desierto o en las selváticas profundidades africanas, su única posibilidad de vivir era andar...

Tal era la forma como ese hombre se repetía a si mismo que la vida es errancia; que los caminos comienzan allí donde están posados nuestros pies.

Los humanos somos en esencia seres que viajan.( Y los pájaros también). El sólo hecho de nacer sobre este planeta implica participar en sus desplazamientos alrededor del sol y ser arrastrados a una inmóvil caminata destinada a sumergirnos en las sucesivas estaciones. Aún estando en tierra firme, ésta tiembla y camina bajo nosotros. Vivir es caminar sobre el fuego interno de la tierra.

Hay tantas maneras de vivir como de viajar. La mayor parte de nuestras expediciones consisten en salir al encuentro del mundo, de sus paisajes y de los otros.

Dejar atrás lo conocido permite experimentar con especial intensidad, las alegrías e incertidumbres de esta aventura llamada vida... Viajar es signo de curiosidad. Se sale hacia el mundo a interrogarlo, a exigirle respuestas ... Pero viajar es, también, perderse para reencontrarse más tarde cambiado, distinto.

Innumerables “descubrimientos geográficos” del siglo dieciocho y diecinueve, fueron realizados por exploradores que, ansiosos de ver lo que ningún blanco conocía, se adentraron por África. Levantaron mapas y describieron tierras y ríos en apuntes que dieron origen a una nueva forma literaria: las crónicas de viaje. Gracias al diario de una inglesa errante es que sabemos sobre Chile después de la Independencia.

2- A la caza de los colores de América del Sur, la recorrieron, pintando flora, fauna y escenas cotidianas, artistas errabundos en pasados siglos y aún hoy, muchos fotógrafos y cineastas. Trofeos de tierras distantes podrían llamarse esos croquis donde los trotamundos van recogiendo las imágenes de sus andanzas.

“Mañana partimos...... a recorrer América. ......... ”.Tal es la propuesta de una de las escuelas de Arquitectura de Valparaíso cuyos estudiantes han emprendido incontables travesías por nuestro continente. “Lugar misterio de la tierra” donde se dieron cita las razas del mundo después de la Torre de Babel. Travesías sin metas, por las cuales estos viajantes tratan de “llegar a América, de volver a ella.”

Muchas veces, no se viaja para ir a alguna parte sino, por viajar. Eso hacen, tal vez, “los perseguidores de eclipses”, tribu contemporánea que se traslada de un cielo a otro para protagonizar un fugaz encuentro con dichos fenómenos; o los observadores de aves, capaces de enfrentarse a inhóspitos bosques para sorprender, por breves segundos, la misteriosa conducta de las mismas .

No es raro, entonces, que quienes se sienten prisioneros de lo conocido y sufren de la compulsión de vagabundear, definan la felicidad como “estado gozoso del alma que fluye cuando se amanece en una ciudad inexplorada, cuyo zumbido se escucha más allá de la ventana y que, tras desayunar con frutos cuyos nombres ignoramos, no tardaremos en descubrir.” Para un vagabundo lo mejor de la vida es partir.

3- Ciertas palabras pueden transportarnos hasta otro espacio, lejos, muy lejos y despertar nuevas preguntas en nosotros. La vista de ruinas, columnas y mansiones suele permitirnos un breve peregrinaje o un atisbo al ayer.

No es necesario cambiar de país para experimentar la emoción de lo desconocido. . .Bastaría con acercarse a un campamento gitano, asistir a la noche de trabajo de algún observatorio astronómico, recorrer el Acuario local, participar en una degustación de guisos exóticos.(O visitar la Ciudad Abierta de Ritoque del litoral central) ). Hay quienes emprenden una travesía inmóvil instalándose en un barco anclado o en un vagón de tren en desuso. Una simple llamada telefónica, portadora de otro acento, es capaz de exponernos al verdor de una capital lejana donde nunca tuvimos la ocasión de caminar.

Para satisfacer nuestro deseo de andanzas (¿y salvarnos de nosotros mismos?), es suficiente abrir un libro penetrando en los espacios que su autor ha creado, palabra a palabra.

Antiviajes pueden llamarse las expediciones emprendidas al rededor del propio cuarto, jardín o prisión. O del propio yo. Muchos artistas son sólo infatigables descubridores de su propia mente o de su propia casa cuyos rincones, muebles, plantas, árboles, parecen brindarles una interminable travesía . ..

Peregrinajes móviles e inmóviles son los de ciertos monjes budistas que, tomando el camino de las nubes, se dejan arrastrar en busca de la iluminación. O que, sin abandonar el templo, excursionan hacia el mundo al conversar con los visitantes del mismo. Dos gigantescas huellas marcan en las piedras del “Santuario de Su paso”,(India), el sitio donde Buda alcanzó el estado visionario y dio término a su romería.

Así como la fe musulmana impone a sus creyentes el recorrer, por lo menos una vez en la existencia, el trayecto hasta la ciudad de la Meca, los rastafari jamaiquinos, calificándose de exilados en Occidente se imponen el éxodo hacia la sagrada Etiopía.

4- Navegar entre los infinitos orbes es lo que hacen los brujos yaqui de México. Para ellos, este mundo, al que llaman franja humana o primera atención, es sólo uno de cuantos existen .

Oficios como el de aviador, astronauta ,buzo, marino, maquinista o minero implican de por sí el adentrarse en las profundidades del cielo, del mar y del paisaje. Hacia el alma humana transitan sicólogos, sacerdotes y chamanes.

Hay también estados de éxtasis, trance, fiebre o intoxicación bajo los cuales se visitan otros mundos. Las enfermedades mentales suelen dislocar a la gente, es decir, ponerla en un lugar otro, distinto al “normal.” Quienes las padecen son, en el fondo, eternos viajantes.

Hasta otro corazón transitan los enamorados. Por el mundo salvaje, desconocido e¿ inhóspito? que llevamos dentro, nos aventuramos todos al dormir.

La relación entre travesía y existencia resulta palpable en el mito chilote del Lucerna. Barco fantasma grande como el mundo cuyo recorrido toma el tiempo de una vida: se entra niño, se sale viejo.

Para los nómadas –como pastores trashumantes, gitanos, goajiras, hamar, masais y gente de circos ambulantes, - la existencia es un camino en el más estricto sentido de la palabra.

La vida es un viaje. La muerte también lo es. Los antiguos egipcios premunían a sus difuntos de mapas, dinero y de toda vitualla que pudieran necesitar en el más allá, comarca de la

cual no tenían conocimiento. Algo similar hacían los mexicanos prehispánicos, cuyos finados emprendían un trayecto de cuatro días hacia el mundo inferior .

Parecido piensan los descendientes de los antiguos pobladores de nuestra tierra, para quienes el morir permite desandar los propios pasos y retornar a los lugares donde se ha morado.

Cada uno de nosotros es un viajante. Mejor dicho, cada uno de nosotros es un camino, una huella a transitar.

5- Anotar nuestro tránsito existencial equivale a emprender por escrito el sendero hacia uno mismo, a remar hacia las pulsaciones de la propia mente, a explorar los abismos del corazón de nuestro corazón.

Escribiendo un diario, cada uno de nosotros recoge sus propios pedazos, rehace la trayectoria de su biografía, redacta su propia novela y levanta un mapa de su mundo interior.

Iniciar un cuaderno de viajes es enviarse mensajes a si mismo. Cartas de nuestro puño y letra donde decimos lo que no nos atrevemos a confiar a los demás.

Línea a línea podemos construir una suerte de refugio contra la intemperie; dibujar un plano para evitar extravíos o fabricar un amuleto destinado a acompañarnos en desastres y naufragios. ..

Tal como los astrónomos anotan, noche a noche, los secretos arrancados al cosmos en el Libro de Novedades de sus telescopios, un diario permite llevar un recuento de nuestras andaduras y observarlas a través del lente del tiempo y la distancia .

Así el consultar nuestra libreta de bitácora nos permitirá acercarnos a un espejo de palabras que nos describen y escuchar nuestro propio eco ...


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