jueves, 12 de marzo de 2009

Cambiar para vivir

La historia personal – como la de la humanidad – no se muestra pareja. Los períodos de paz y de orden siguen con períodos de caos y conflictos. Pero, ¿esto significa que siempre deba ser así, como si de una ley universal se tratase?

Las tormentas de la vida dejan siempre saldos de víctimas numerosas. Náufragos materiales, morales o espirituales que sucumben al embate de los malos tiempos. Otros, pocos pero notables, parecen reponerse y hasta hacerse más fuertes y listos, como si aprovecharan los temporales para hinchar las velas del barco de sus vidas.

¿Qué hace la diferencia? Lo que hace a unos fuertes y a otros les mata; es la capacidad del cambio. Es una fuerza interior poderosa, capaz de elevar o hundir a dos personas que atraviesan la misma circunstancia.

Los superiores toman la experiencia trabajándola hasta conseguir habilidades y destrezas nuevas, capaces de colocarles en ventaja respecto al nuevo estado de cosas. En su mente y actitud, las circunstancias que cambiaron servirán para sacar sus talentos a relucir. Pero, ¿significa esto que no se vean moral o anímicamente afectados por los golpes de la vida? No. Incluso muchas veces son acicateados por dolores mucho más intensos. La diferencia está en cómo resuelven su dolor.

No son seres superiores, dotados de algún tipo de poder místico, ni criaturas extraordinarias favorecidas por una suerte caprichosa. Son personas como todas, diferentes tan sólo en esta capacidad de cambio. Una capacidad humana que todos – sin excepción – poseemos.

El registro del dolor

Los tiempos malos no son igualmente dolorosos. Para unos, las heridas que sangran provienen de injusticias terribles. Para otros, abusos físicos o verbales que nunca se repararon. En otros más, sus emociones sangran continuamente. Y hay quienes, en fin, cargan consigo sufrimientos psicológicos, morales y materiales, angustias e incertidumbres difíciles de enumerar por su cantidad y variedad.

Lo común de todas estas heridas son sus huellas. Estas marcas que llevamos con nosotros se traducen en temores y golpes a nuestra autoimagen. Nuestra autoestima herida será el filtro con que comenzaremos a escoger actuar o no - y cómo hacerlo - ante la vida.

Con el tiempo, lo curioso es que aquella circunstancia fue pasajera, la “mala racha” quedó atrás, pero seguimos apegados a su efecto y aferrados a la manera que escogimos de sentir, pensar y actuar.

¿Por que, entonces, construimos el futuro desde ese recuerdo del pasado? ¿Por qué renunciamos a las nuevas oportunidades? ¿Por qué nos empeñamos en recrear diaria y continuamente el recuerdo doloroso y nuestra impotencia se prolonga mucho más allá de lo concebible? Ya lo anticipamos: falla el poder del cambio.

El mito de Sísifo

Como en el mito griego, quienes se resisten al cambio levantan cada día, desde la mañana hasta la noche, una pesada roca que nunca llega a concluir su camino. Al despertar la roca les aplasta y consumen el día ocupándose de la roca, obsesionados con ella, sin pensar en todos los caminos y ayudas posibles para liberarse de la carga.

El trauma que sufrimos nos ha “capturado” internamente, impidiéndonos reaccionar, muchas veces por nuestra propia culpa. Hicimos de la mala experiencia la vara que mide nuestras nuevas vivencias. Nos medimos con la medida del dolor y el resentimiento. Nos miramos al espejo deformado por los daños que sufrimos. Estas cadenas son las que nos impiden ser libres y tomar las riendas de nuestra vida, aquí y ahora, de cara al futuro.

Hemos llegado a convencernos respecto a nosotros mismos, a los demás y a la “vida”. Desde esas creencias asumimos lo que es posible y lo que no será e incluso fantaseamos con una “suerte” que nos tocó vivir que nos hace menos afortunados que a los demás. Desde nuestra ventana, todos los pastos son más verdes. Así comenzamos el lento proceso de autodefinirnos en la vida y esperar los cambios que nos traiga. Y reiniciamos – como Sísifo – la diaria rutina de repetir las malas experiencias una y otra vez, de envenenarnos día a día con los malos pensamientos y temores.

Liberarnos de la opresión

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Estamos encadenados al pasado y nos condicionamos para el presente. Escribimos a ciegas nuestro futuro. ¿Esto debe ser así?

Como el lastre que impide elevar un globo aerostático cuyo destino es alcanzar el cielo, así son los hábitos mentales que nos aferran al fracaso. Está en nuestras manos soltar el lastre, romper las cadenas y sogas que nos atan a nuestros traumas y nos hacen construir nuestra imagen y actitud ante una vida que ya ha cambiado muchas veces desde entonces, o que si nos afecta hoy mismo, podría marcarnos para siempre.

El primer paso para esta liberación que aparenta ser imposible es la humildad. Las circunstancias de la vida no nos toman tan en cuenta como pensamos. Lo que sí influye y es cómo reaccionamos, que actitud tenemos ante la vida. La diferencia entre quienes triunfaron y quienes aun se encuentran en el piso tras los golpes, es la clave.

De alguna forma, quienes se encuentran “capturados” por sus recuerdos y resentimientos, logran “revivir” día tras día – no importa cuan diferentes sean unos de otros – su historia de dolor y discriminación. Sólo cuando rompen la cadena comienzan a ocurrir los verdaderos cambios, esas vivencias que les parecían que “sólo le ocurren a otros”.

Ahora, poco a poco, comenzarán a formarse nuevas creencias y convicciones. Pero habrá una sola y gran diferencia: las nuevas creencias estarán libres de ilusiones, porque tenemos en nuestro registro la experiencia del dolor y la frustración. Esto da las ventajas que superan a los demás, porque sabemos qué evitar y cuánto duele caer en lo mismo. Nos hace más certeros y exitosos, preparados para el futuro.

De alguna forma, el filtro que habíamos escogido para observar e interpretar el mundo, nos hacía ciegos e inoperantes. El nuevo filtro nos hace ver con una precisión infinitamente más efectiva y nos dota de una capacidad de actuar realizando nuestros anhelos.

Mirando un trauma o hecho doloroso hacia atrás, veremos cómo los hechos no cambiaron. Lo único que ocurrió fue no permitirnos cambiar. En eso y solo en eso estuvo la diferencia. Con razón milenaria, el ideograma chino de “crisis” también significa “oportunidad”.

La fortaleza de lo superior

El mismo dolor hizo a unos fuertes y a otros los mantiene desangrándose. Unos aprendieron, otros siguen aferrados a su dolor. Los cambios de la vida, como los de temperatura y clima en la naturaleza, hicieron crecer a los primeros. Les hizo fuertes y cargados de frutos.

Los cambios, negativos y positivos, son una escuela constante para quien desea aprender, y un estímulo formidable para desarrollar nuevos talentos y habilidades. El mismo Edison, al ser consultado por cómo se sentía después de haber fracasado diez mil veces antes de sacar su bombilla eléctrica respondió: “Yo nunca fallé. Tuve, sí, diez mil oportunidades para aprender algo nuevo.”

Romper con el pasado requiere también otro cambio en la actitud: abandonar el pensamiento inmediato y facilista. Desechar lo que complica es la medida para seguir fallando, porque nadie en la vida trabaja para nosotros ni puede impedir que ocurran cosas malas. Abandonar ante el primer problema no es el camino del éxito que lamentamos no alcanzar.

Pasar de contentarse con reaccionar ante la vida y hacer cambios en esas reacciones es el primer paso. El segundo, una vez alcanzada la convicción de desear ser libres y comenzar los cambios, será la proacción.

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miércoles, 11 de marzo de 2009

Sumario del Dharma de Buda

El Dharma de Buda no debe ser considerado como un sistema filosófico o un pensamiento intelectual, y mucho menos como un sistema de idealismo ético. Estrictamente hablando e incluso mucho menos, una religión basada en la autoridad. Es simplemente una forma de vida que Buda la llamó el Camino Noble Óctuplo o el Camino Medio, y el cual, dijo Él, guiaría al que lo siguiera a la emancipación del cuerpo, a la iluminación de la mente, a la tranquilidad del espíritu, al Samadhi supremo. Esto es, es un sistema de auto-control mental que guía al conocimiento perfecto supremo. Él no lo inventó – es el registro de su propia experiencia bajo el árbol de Bodhi, cuando él mismo logró la iluminación.

El sumario comienza con lo que se conoce como los Doce Nirdanas, o la Cadena de Iniciaciones Dependientes Simultaneas (paticca-samutpada). Entonces la enseñanza de las Cuatro Nobles Verdades sobre las que él basó El Noble Camino Óctuplo. Estos están brevemente recapitulados.

Los Doce Nirdanas

1.
Debido a la Ignorancia (avidya), al diferenciar el principio de la individuación con él de la Iluminación, la cual es el principio de la unidad y la semejanza, la unidad primaria llega a dividirse en pensamiento, pensador y pensamientos discriminatorios y por esa razón aparecen las “formaciones” del karma.

2. Debido a estas “formas” (samsara), el principio de la conciencia emerge.

3. Debido a este principio de conciencia (vijnana), el cuerpo y la mentalidad emergen.

4. Debido a esta mentalidad y cuerpo (nama-rupa), las seis mentes y órganos sensoriales aparecen.

5. Debido a las seis mentes y órganos sensoriales (shadayat-ana), las sensaciones y las percepciones surgen.

6. Debido a las sensaciones y las percepciones (spasha), los sentimientos y las discriminaciones emergen.

7. Debido a los sentimientos y las sensaciones (vedana) la sed y los antojos surgen.

8. Debido a la sed y los antojos (trishna) el asirse y el apegarse aparecen.

9. Debido al asirse y al apegarse (upadana) la concepción o el concepto toma lugar.

10. Debido a la concepción (Bhava) el proceso continuo de la existencia se sigue prolongando.

11. Debido al proceso continuo de la existencia (jeti), el crecimiento, la enfermedad, el envejecimiento, la decadencia, y la muerte toman lugar.

12. Debido al crecimiento, la enfermedad, el envejecimiento, la decadencia, y la muerte (jana-marana), “el sufrimiento, la lamentación, el dolor, la aflicción y la desesperación surgen. Por lo tanto surge la masa completa de sufrimiento”. En todo esto,

“Ni el hacedor ni las acciones son encontrados,
Ni nadie que alguna vez recoja sus frutos.
Ahí están los fenómenos del vacío.
Así que el mundo continúa.
Ningún dios, ningún Brahma puede ser encontrado,
Ningún hacedor de esta rueda de la vida.
Ahí están los fenómenos del vacío,
Dependiendo todos de las condiciones.”

Las Cuatro Nobles Verdades

1. La universalidad del sufrimiento.

2. La causa del sufrimiento enraizada en el deseo.

3. Terminando el deseo, el sufrimiento llega a su final.

4. El camino para terminar el deseo y en lo sucesivo entrar en el Estado de 'No-Sufrimiento', es seguir el Noble Camino Óctuplo.

El Noble Camino Óctuplo

1. Pensamiento Correcto: Los Doce Nirdanas y las Cuatro Nobles Verdades. No sólo uno debe entenderlos sino que debe hacer de ellos la base de todo su pensamiento y entendimiento de la vida, uno debe hacer de ellos la base para una vida de aceptación y obediencia paciente y humilde.

2. Resolución Correcta: El propósito de la vida de uno debe ser seguir el Camino Noble. En lealtad a este propósito uno debe estar dispuesto a dar todo lo que sea contrario a él, o que obstaculice su progreso. Uno debe estar dispuesto a pagar cualquier costo de comodidad, o negación propia, o esfuerzo, para alcanzar esta meta. No debiendo hacer esto por ningún motivo egoísta sino que debe dedicar el mérito de su logro a toda vida animada. Y finalmente debe hacer este gran Voto (Pranadana) de no entrar en el Nirvana hasta que todos los otros puedan entrar con él.

3. Habla Correcta: Hablar es el vínculo que conecta el pensamiento y la acción: las palabras algunas veces oscurecen la Verdad en nuestra propia mente, y frecuentemente dan una impresión falsa a aquellos que las escuchan. Ellas siempre deberían ser caracterizadas por la sabiduría y la bondad. No grites para enfatizar las cosas, la excitación debe ser evitada. El habla no debe responder al prejuicio, al temor, a la furia, a la obsesión, ni a otros intereses. Las palabras descuidadas, frívolas e irrespetuosas deben ser evitadas. Todas las distinciones, discriminaciones, y aseveraciones o negaciones dogmáticas deben ser evitadas. Las palabras que son responsables de causar sentimientos fuertes tales como las repeticiones escandalosas, palabras crueles, palabras mentirosas o que causan errores, o que tienden a hacer surgir la pasión o la lujuria, nunca deben ser pronunciadas. En general, el habla debe ser limitada a preguntar y responder asuntos necesarios, y porque el habla puede ser tan fácilmente acondicionada por la psicología del grupo, todos los discursos formales ante grupos, audiencias y multitudes, deben ser evitados.

4. Conducta Correcta: Además de comportarse de acuerdo con las reglas de propiedad en general, uno debe especialmente ser cuidadoso de mantener los Cinco Preceptos: – No matar sino practicar la bondad y la no-violencia hacia toda la vida animada. No robar o envidiar lo que no le pertenece a uno, sino practicar la caridad y caminar por la vida sin nada de uno mismo. No cometer adulterio sino practicar la pureza de mente y el auto-control sexual. No mentir sino practicar la honestidad y la sinceridad de pensamiento, palabra y acción. No participar de bebidas alcohólicas o drogas o nada que debilite la mente de uno, sino practicar la abstinencia y el auto-control.

La razón por la que Buda le dio a los Preceptos tanta importancia, no fue principalmente por razones éticas, sino por la necesidad del apoyo de la mente en nuestra meta de lograr el conocimiento superior y la iluminación. Ya que no se podría progresar hacia esta meta del conocimiento superior e iluminación, si el individuo está viviendo una vida débil y auto-gratificada. Incluso el guardar los preceptos es solamente el comienzo, porque a medida que el discípulo avanza en el Camino y emprende la vida del mendicante, hay otros cinco preceptos que también deben ser observados, nombrados, No usar bálsamos o condimentos y no comer entre comidas. No usar joyas o ropas caras, sino practicar la humildad. No dormir sobre camas suaves sino resistir la tendencia completa a la pereza y el adormecimiento. No asistir a funciones de entretenimiento, bailes, conciertos o tomar parte en juegos de azar; mantener la mente en todo momento bajo un estricto control. No tener nada que ver con dinero o cosas preciosas, sino practicar la pobreza.

5. Forma de Vida Correcta o Vocación Correcta: Uno no debe participar en ningún negocio o profesión que involucre crueldad o injusticia a hombres o animales. Nuestra vida debe ser libre de adquisiciones, mentiras y deshonestidad. No debemos tener nada que ver con la guerra, el juego y la prostitución. Debe ser una vida de servicio más bien que una vida de ganancia y gratificación. Para aquellos que deseen dedicar su atención completa a lograr la iluminación está la Vida Mendicante, libre de toda dependencia o responsabilidad por propiedad, vida familiar o sociedad.

La vida ideal, por lo tanto, para uno que ha resuelto seguir el Camino Noble es la Vida Mendicante. Pero antes que uno esté dispuesto y sea capaz de hacer esto, debe acercarse a ella lo más posible mientras viva la vida ordinaria del dueño de casa. Al estar ocupado en la familia, en la vida social y económica del mundo, él encontrará frecuentemente difícil hacer algo más que guardar los Preceptos, pero a medida que avanza en el Camino, él puede, por lo menos, en parte observar los otros preceptos, y tan pronto como le es posible, él puede separarse de la familia y de negocio, y llevar a cabo una vida más simple y abstemia, dedicando más de su tiempo a las práctica devocionales. Si hay alguna propiedad personal o familiar, debería deshacerse gradualmente de ella, de forma que al estar libre de las responsabilidades de la familia y las propiedades, pueda exclusivamente llevar a cabo mejor la Vida Mendicante.

Al apartarse él mismo de todas las relaciones y responsabilidades de los deberes familiares y la vida mundana, el Hermano Mendicante lo hace con un solo propósito de dedicarse él mismo a alcanzar la iluminación y la Budeidad, no por razones egoístas sino que él puede compartir su logro y mérito con quien pueda necesitar su instrucción o ayuda. Al hacer su decisión para seguir la Vida Mendicante, él lo hace con la fe perfecta y completa confianza de que los Hermanos Laicos y otros Hermanos Mendicantes se ocuparán bien del cuidado de él.

Algunos pueden pensar que esta vida menesterosa de mendicante puede haber sido posible y recompensada bajo las condiciones primitivas y simples de la vida patriarcal, pero que sería imposible, tonto e insustancial, bajo las condiciones más complejas de nuestra vida moderna, adquisitiva, cómoda, y de amor estimulante, que se encuentran en el materialismo científico y es vigorizado y reforzado por las convenciones sociales, la ley, la corte y la policía. Si nosotros creemos que la comodidad de uno y nuestra conveniencia es importante, probablemente es. Pero, ¿son ellas de primera importancia? ¿No es la iluminación el final del sufrimiento, el logro de la paz y mucho más importante? Si ellos lo son, entonces, cualquier disciplina, cualquier privación, cualquier inconveniencia, incluso cualquier sufrimiento, nos la garantiza completamente. Sería diferente si conociéramos otro método más fácil, pero Buda, que fue iluminado perfectamente, lo presentó como el único Camino posible. ¿No debemos nosotros, que estamos buscando la iluminación y la paz de mente, y que somos seguidores de Buda, tener fe en este Noble Camino, y darle una oportunidad? Es notable, sin embargo, que la duda en razones y posibilidades no es expresada por aquellos que le han dado la oportunidad y lo han seguido, sino por aquellos cuyos hábitos y comodidades les serian interferidos y arrancados de raíz.

El Dharma del Buda es muy profundo para interpretar, incluso para haberlo traducido a la escritura y mucho menos para ser completamente comprendido y totalmente realizado por el estudio de las Escrituras solamente. Debe ser llevado a la práctica, sistemática, digna y persistentemente. El origen de toda la verdad está dentro de la propia mente y el propio corazón de uno, a través de la práctica del Dhyana [Concentración], recibimos tesoros indescriptibles de compasión y sabiduría.

Pero mucho más significante que eso, es que por medio de esa concentración practicada por las mentes libres, en una privacidad imperturbable, que las realizaciones profundas de la Verdad llegan espontáneamente en formas espirituales invisibles para implantar indicios y semillas de fe, y la esperanza en la mente de otros. Por lo tanto uno, que está en el medio de la excitación del mundo, deseando y sufriendo, ha encontrado sabiduría y paz, irradiando desde su ser una serenidad, compasión y sabiduría que emancipa e ilumina a los otros. Él ya es un Buda. Siendo uno con el Buda en la paz bienaventurada del Samadhi, él irradiará compasión y sabiduría hacia este mundo de Saha, de sufrimiento, y el mundo se dirigirá hacia él con sus lamentos. Él ha aprendido el secreto de la respiración del Dharma – inhalar e exhalar [absorber y trascender] – en un ritmo eterno.

6. Esfuerzo Correcto: A medida que uno avanza a través del Camino necesita algo más que Preceptos éticos para guiar y activar su progreso, en otras palabras, necesita ideales espirituales. Para suplir esta necesidad, el Dharma presenta Seis Paramitas o Seis Perfecciones o Seis Virtudes:

(1) Dana Paramita. Uno debe abrigar un espíritu de Caridad inegoísta y buena voluntad que lo impulse a dar regalos materiales para el alivio de la necesidad y el sufrimiento, siendo especialmente considerado de las necesidades de los Hermanos Mendicantes, y siempre recordando que el mayor de todos los regalos es el regalo del Dharma.


(2) Sila Paramita. Ese mismo espíritu de buena voluntad hacia otros, ese sentido claro de su unidad con todos los seres sintientes, lo impulsará primeramente a una mayor sinceridad y fidelidad en mantener los Preceptos por ellos mismos. Después, eso lo guiará a ignorar y olvidar su propia comodidad y conveniencia ofreciendo cada vez que se necesite el regalo más intangible de compasión, simpatía y servicio personal.


(3) Kshanti Paramita. Esta Paramita de humildad y Paciencia lo ayudará a llevar, sin protestar, los actos de otros sin temor, o malicia, o enfado. Lo ayudará a llevar las enfermedades más comunes de la vida, las dificultades del Camino, y la carga de su karma. Lo mantendrá libre de ambos, la exaltación y el desaliento a medida que él encuentra los extremos del éxito o el fracaso, y lo ayudará a él siempre a mantener un espíritu equitativo de serenidad y paz.


(4) Virya Paramita. Este Paramita de sello y Perseverancia no le permitirá a uno que se vuelva indolente, descuidado y variable. No es el principal intento de este Él impulsar o incitar en uno, actos de caridad y propaganda sino que más bien es promover los estados internos mentales, que afectan el control de la mente de uno, logrando la conciencia superior y la compasión. Los resultados de esta conducta no son todos exteriores y aparentes; ellos también afectan los hábitos internos y las disposiciones y con toda seguridad se registran en el karma de uno. Uno no los logra realmente hasta que llegue a ser merecedor de ellos, siendo leal, justo y recto en ambos, la conducta externa y los estados internos de la mente. Por lo tanto uno debe ser merecedor y perseverar, siendo recto, justo y leal, apreciando las ideas correctas, los propósitos correctos, el esfuerzo correcto, las practicas devocionales correctas y los ‘votos’ o promesas solemnes correctos.


(5) Dhyana Paramita. Este Paramita de Tranquilidad, impulsa en uno la práctica de la mente reflexiva y equilibrada. Uno debería siempre mantener su mente concentrada en la tarea que está haciendo directamente, sin distraerse con el pensamiento del plan de acción a tomar o con la ventaja o comodidad egoísta relacionada con eso. Este Paramita frecuentemente lo impulsa a uno a un curso mucho más lejos, diferente de los hábitos viejos competitivos, adquisitivos, y estimulantes de la vida mundana. Uno debe frecuentemente olvidar la comodidad y la ventaja personal, en un esfuerzo para ser verdaderamente compasivo y caritativo. Mientras que uno actúe con motivos compasivos y bondadosos la mente estará consecuentemente imperturbable, y mientras uno no tenga deseos, uno no se perturbará por condición alguna. Mientras que la mente esté libre de deseo, furia, temor y egoísmo, ella descansa en paz. Por lo tanto, la mente deberá entrenarse para estar concentrada en los fines espirituales.


(6) Prajna Paramita. Este Paramita lo impulsa a uno a ceder a las sugerencias de la sabiduría. De modo que hasta ahora nosotros habíamos estado considerando aspectos de la conducta espiritual que estaban más o menos bajo el control de nuestra propia mente, pero ahora, en esta Paramita de la Sabiduría, deberemos finalizar toda dirección de la voluntad y el esfuerzo propio del yo, y permanecer tranquilos en espíritu, deberemos cedernos a un camino sin esfuerzo, un canal libre para el fluido de la sabiduría y la compasión incorporados.

Dāna paramita: generosidad, renunciar a sí mismo
Śīla paramita: virtud, moralidad, conducta propia
Kşānti (kshanti) paramita: paciencia, tolerancia, imperturbabilidad, aceptación, resignación
Vīrya paramita: energía, diligencia, vigor, esfuerzo
Dhyāna paramita: concentración fija, contemplación
Prajñā paramita: sabiduría, discernimiento

Nota de la traductora: [En otras palabras, las Paramitas o Perfecciones o Virtudes son comúnmente seis en número: la caridad, la disciplina, la tolerancia, la energía, la concentración y la sabiduría. Éstas después se expanden a diez, añadiendo: los recursos o expedientes, los votos, el poder y el conocimiento. En la tradición Mahayana se enfatiza el paramita de los expedientes o recursos o las destrezas en los valores, como es llamado indistintamente.]

7. Atención Correcta: Esta etapa del Camino Noble es la culminación del proceso intelectivo y la unión que conecta con el proceso intuitivo. La meta a ser alcanzada es el establecer en uno, el hábito de mirar todas las cosas en su significado e importancia verdaderas y reales, en lugar de discriminar por las apariencias y las relaciones. Esto es completamente diferente y es un avance de las reacciones instintivas de la supervivencia o la voluntad de vivir, para disfrutar y propagar. También es completamente diferente y un avance ulterior, más allá del hábito de considerar las cosas por sus diferencias y relaciones. Los sentidos pueden darle a uno sensaciones y percepciones que la mente baja une, nombra y discrimina, pero ellos tienen poco valor verdadero. Las cosas parecen reales pero ellas no lo son, ellas parecen buenas y malas, grandes y pequeñas, correctas e incorrectas, pero ellas no lo son. Ellas frecuentemente parecen necesarias, pero no lo son. Esta corriente conscientemente discriminatoria de apariencias es sólo la alimentación para que la mente intelectual superior digiera y asimile, con lo cual haciéndolo, lo capacita a uno a discernir con más exactitud la realidad o la falsedad de esas primeras impresiones. Pero las conclusiones de la mente intelectual no son finales porque ella solamente puede llegar al conocimiento de las relaciones de las cosas que pensamos son verdaderas. Si uno debe lograr un estado de alerta intermedio de la Verdad, uno debe también trascender la mente intelectual. Sin embargo, para hacer un uso superior y mucho mejor de la mente intelectual, es necesario primero practicar la “Memoria Alerta”, que es la Séptima Etapa en el Camino Noble. La Séptima Etapa usualmente se traduce como “Etapa Alerta o Consciente”. Consiste en recordar y meditar sobre las conclusiones de la mente intelectual, buscando entender su verdadero significado e importancia.


8. Concentración [Dhyana] Correcta: La Octava Etapa en el Camino Noble se llama en Sánscrito, Dhyana. Es una palabra muy difícil de traducir al inglés por el contenido no familiar de su significado. El término más cercano es “concentración de la mente” aunque en Pali a esta etapa se le llama arrobamiento o éxtasis. Hay, por lo tanto, dos aspectos de ella: el primero es el aspecto activo de la concentración, el segundo es el aspecto pasivo de la realización o comprensión o arrobamiento. Habiendo tranquilizado la mente por la práctica de la Séptima Etapa de Conciencia Alerta, al practicar la Etapa Octava de Dhyana, uno debería sentarse tranquilamente con la mente quieta y vacía pero atenta y concentrada, manteniéndola fija en su esencia pura. Si la atención fluctúa y los pensamientos errantes surgen, uno debe humilde y pacientemente regular la mente de nuevo, una y otra vez, deteniendo todo pensamiento y dándose cuenta de la Verdad misma (comprendiendo).

Al hacer esto, la respiración juega una parte muy importante. La Respiración Correcta consiste en respirar suave, pausada y uniformemente. Pensando como si estuviéramos llenando todo el cuerpo hasta la punta de la cabeza, entonces gentilmente presione hacia abajo hasta el abdomen y deje que el aire salga gradualmente. Comúnmente nosotros pensamos en el curso del aire como en una línea recta, hacia arriba y hacia abajo, pero es mucho mejor pensar de él como en un círculo, siempre moviéndose en una dirección – hacia arriba y así sucesivamente. Entonces, olvidando la respiración, piense en este círculo moviéndose más y más despacio y haciéndose más y más pequeño hasta que llega a descansar en el punto entre los dos ojos, el “ojo de la sabiduría” de los antiguos, entre las glándulas pineal y pituitaria de los modernos. Mantenga la atención allí, realizando su perfecto balance, vacío y silencio.

Al Principio se puede recomendar que mantenga algunos conceptos o pensamientos simples, tales como contar las exhalaciones, o repetir el nombre de Buda, o algún koan que se pueda resolver intuitivamente. Pero evite pensar acerca de ellos, mantenga la mente fija en su esencia pura. En los días primitivos del Budismo, los maestros promovían a sus discípulos el mantener en mente los aspectos aborrecedores y dolorosos del cuerpo, y la naturaleza vacía y temporal de todas las cosas que lo componen; pero en los últimos tiempo en las tierras del Occidente, no se piensa en cosas negativas y repugnantes, sino más bien en el otro extremo, en las cosas bellas y nobles, en las recompensas de la vida, en la sabiduría, la compasión y la pureza, en la intimidad, la bienaventuranza y la paz. Pero, la forma correcta es evitar ambos extremos, manteniendo la mente fija en su esencia pura, e imperturbable por cualquier diferenciación que pueda surgir.

En el curso de esta disciplina, varios efectos psíquicos aparecen – colores, sonidos, visiones, éxtasis, etc., y los principiantes están aptos para llegar a exaltarse o a descorazonarse por ellos, y a medir su éxito o fracaso por su manifestación o por su no-manifestación. Pero esto es un error. Todas estas experiencias psíquicas temporales deben ser ignoradas y olvidadas; ellas solamente son ocurrencias en el camino y se dejarán atrás, a medida que ascendemos hacia la emancipación, la iluminación y la ecuanimidad perfecta. La meta no es el entrar en algún éxtasis o una visión indescriptible; es una Sabiduría perfecta superior, un gran corazón Compasivo, y una Paz bienaventurada. Entonces, cesando todos los pensamientos realizar su calma y silencio incesante.

Las Cuatro Jnanas, o Estados Sagrados

1. La Compasión. A medida que la mente progresa hacia la Iluminación, ella llega a estar consciente de un claro discernimiento y una sensitividad en lo que contiene la unidad esencial de toda vida animada, y allí despierta dentro de él un gran corazón de compasión y la benevolencia dirigida conjuntamente a toda la vida animada, armonizando diferencias y unificando todos los dualismos.
2. La Dicha. Con la desaparición de todo el sentido de diferencia entre el yo y los otros y todos los dualismos, el corazón se llena con un gran éxtasis de felicidad y gozo.
3. La Paz. Gradualmente a medida que la diferencia entre el sufrimiento y la felicidad se desaparece, este sentimiento de felicidad y gozo se trasmuta en tranquilidad perfecta y paz.
4. La Ecuanimidad. Gradualmente, incluso el concepto de diferencia e igualdad se desvanece y todas las nociones incluso de felicidad y paz desparecen de la vista, y la mente permanece en la paz bienaventurada de la ecuanimidad perfecta.

Las Diez Etapas del Bodhisattva

Por mucho tiempo los Cuatro Estados Sagrados absorbió la atención de las Escrituras Pali y los Budistas del Sur, pero gradualmente apareció allí, entre los Budistas del Norte y en las Escrituras Sánscritas, una nueva visión de la meta del Camino Noble de Buda. El gozo de los Cuatro Arrobamientos para uno mismo hasta su culminación en el Nirvana, les pareció a los Grandes Maestros del Mahayana de menos importancia y satisfacción, y la meditación sobre las implicaciones profundas del Dharma del Buda, los guió a la visión de las Diez Etapas del Bodhisattva.

1. Pramudita. Basado en la práctica perfecta del Kshanti Paramita, el Bodhisattva entra en la etapa de felicidad y gozo.

2. Vimala. Basado en el Sila Paramita, el Bodhisattva entra en la práctica perfecta de la pureza donde no hay gozo y ausencia de gozo sino la mente viviendo en la Paz perfecta.

3. Prabhakari. Basado en la práctica perfecta del Kshanti Paramita, el Bodhisattva entra en la etapa de humildad auto-iluminada en el que hay ausencia incluso de la concepción del gozo o de la paz – la etapa de Ecuanimidad perfecta, de no-esfuerzo, de la paciencia que brilla por sí misma.

4. Archismati. Basado en la práctica perfecta del Virya Paramita, el Bodhisattva entra en la etapa donde hay convicción, propósito, fervor, determinación y perseverancia. Es la etapa de “Energía” incesante, de ganancia y de victoria sin esfuerzo.

5. Sudurjaya. Basado en la práctica perfecta del Dhyana Paramita, el Bodhisattva entra en la etapa de vencer el dominio del ‘yo’, y del logro y la tranquilidad que están basados en una confianza y seguridad firmes e invariables.

6. Abhimukhi. Basado en la práctica perfecta del Prajna Paramita, el Bodhisattva entra en la etapa de realización del Samadhi. Mientras todavía está en conexión con las pasiones y discriminaciones del mundo de la Saha, él dirige su mente interiormente por su facultad de discernimiento intuitivo para realizar el vacío intrínseco y el silencio de la esencia pura de la mente.

7. Durangama. El Bodhisattva, habiendo logrado el Samadhi superior, deja detrás todo recuerdo de discriminación y vive completamente en la Pura Esencia de la Mente, él obtiene en el interior de su mente “un giro completo” del cual él nunca ya jamás se aleja o retrocede. Es la etapa en la que ha ido ‘demasiado lejos’ para retroceder.

8. Acala. Esta es la “etapa inamovible” en la que el Bodhisattva logra la gracia y los poderes trascendentales del Samapatti. Habiendo obtenido un claro entendimiento de todas las condiciones internas y externas, su mente acepta las cosas como son, ni desea regresar al mundo, ni entrar en el Nirvana. Él no tiene deseos o propósitos, excepto el vivir una vida pura de anutpatika-dharma-kshanti-gocaya – una vida de aceptación paciente y sumisa.

9. Sadhumati. Éste es el estado de la identidad perfecta con anutara-samyak-sambodhi – la Sabiduría Suprema perfecta. En este estado el Bodhisattva ha pasado más allá de todo pensamiento de individualización, o discriminación, o integración; él ha pasado más allá de todos los dualismos, todo lo incompleto, y está viviendo en el balance perfecto y ecuanimidad realizando la paz gloriosa y el Samadhi constante. Pero todavía él retiene en la mente una memoria de la ignorancia y el sufrimiento del mundo, de hecho irreal, como realmente es, pero sin ser manchado ni perturbado por él, su mente se desborda en compasión, y sigue adelante desarrollándose en la sabiduría y el amor para su emancipación e iluminación.

10. Dharmamegha. En este estado supremo, el Bodhisattva llega a identificarse completamente con la Nube de la Gran Verdad y, como una nube, se satura con la Verdad y la Compasión, llegando a ser el Tathagata, con su vida perfectamente integrada con las vidas de todos, y así continuado su camino rociando con la lluvia de la Ley de la Bondad, con la cual, la semilla de la Iluminación se arraiga en las mentes de todos los seres sintientes y al final los hace llegar a la Budeidad.

El Nirvana

En el tipo más primitivo de Budismo como todavía se encuentra en Ceilán y Burma, el final del Camino es el logro del Arhat, y cuando la vida pasa, al Nirvana. ¿Qué entonces es el Nirvana? La raíz del significado de la palabra es la extinción de un fuego cuando el combustible se ha consumido todo. Esto es, en el Budismo del Sur, cuando los fuegos de las pasiones terrenales se han apagado y el discípulo llega a ser un Arhat, libre de todo deseo, y la vida pasa, se dice que él ha logrado el Nirvana, o el Parinirvana. En el Budismo del Norte el Nirvana tiene un significado más filosófico: significa el estado donde no solamente los fuegos de las pasiones terrenales se han apagado y la vida terrenal ha pasado, sino que todo deseo kármico por la vida individual se ha extinguido y el discípulo pasa a una vida unitiva de Budeidad.

El término pratyekabuddha, como lo usan ambas escuelas, significa un discípulo o un arhat que egoístamente está deseando el Nirvana para su propia satisfacción. Tal discípulo, de acuerdo con la escuela Mahayana, ha cesado de seguir el Camino en la etapa séptima del Bodhisattva, “pasando a su propio nirvana”. Pero después que un Bodhisattva obtiene la etapa octava “no hay”, después de esto, más recensión, y así continúa hasta el logro de la Sabiduría perfecta suprema la cual lo compele, en lugar de pasar al Nirvana, a regresar al mundo Saha de la Ignorancia y el sufrimiento para su liberación e iluminación. De aquí la sentencia en el Lankavatara Sutra que dice: “Para los Budas no hay Nirvana.”

La pregunta puede ser hecha, ¿cómo, en este mundo de ignorancia, de sufrimiento y muerte, podemos reconocer a esos Budas y Tathagatas que regresan? Por favor, recuerde esos Bodhisattvas a medida que ellos obtienen la novena y décima etapa del Bodhisattva pierden toda individuación como personalidades humanas para llegarse a identificar con la Budeidad en la Nube de la Gran Verdad, y como Tathagatas “sin forma” logrando capacidades y mandamientos ilimitados de medios diestros y poderes trascendentales de dominio propio y eficiencia, y como principio integrante de la Budeidad, son capaces de adquirir cualquier forma que ellos piensen es la mejor, o estar presente en cualquier lugar que se le necesite para ayudar y dirigir todos los seres sintientes hacia la Iluminación y la Budeidad. Por nuestra práctica de Dhyana, a medida que logramos momentos de Samadhi intuitivo, integramos nuestras vidas con esta siempre presente naturaleza Búdica, y cuando obtenemos el Samadhi perfecto supremo, llegamos a ser uno con todos los Budas, disfrutando su paz bienaventurada, llegando a ser capaces nosotros mismos de regresar a este mundo Saha de sufrimiento para su emancipación y iluminación.

Los Budistas Americanos y Europeos, antes que puedan comúnmente lograr la Iluminación y la Budeidad, necesitarán su propio método para practicar la Etapa Octava en el Camino Noble, pero tal Método Correcto no puede ser formulado hasta que el Buda, que está tomando forma dentro de nuestras propias mentes, llegue. Alguno entre nosotros debe primero alcanzar las Séptima y Octava Etapas del Bodhisattva y él mismo haber experimentado el Durangama Samadhi del “ir demasiado lejos para retroceder”, y el Acala Samadhi de No-recensión antes de que sea considerado para ser empleado como un expediente diestro y un medio conveniente, para formular tal Método Correcto para practicar la Etapa Octava del Camino Noble.

“Cuando Él llegue, nosotros seremos como Él,
porque Lo veremos tal como es Él.”

“¡Cierto ven, Señor Maitreya!”



Notas sobre la lectura de Buda

Su doctrina podría resumirse así: ¡Calla, vigila y verás!

El camino es cuestión de experimentación y de nada más.

Para hacer ese camino es central la vigilancia, como autoconciencia y control de mente y sentidos.

La vigilancia es para llegar a ver lo que ahí viene.

Hay que callar el deseo porque es el constructor del mundo de nuestro sufrimiento. Es el que construye nuestro mundo, el mundo correlato de nuestra necesidad. El es el constructor de lo que damos por realidad, lo que valoramos y lo que entendemos como real. Para ver lo que realmente viene y no lo que nuestro constructor presenta, hay que callar al constructor. Cuando se calla al constructor se consigue el silencio. Si se mantiene la vigilancia en ese estado de silencio, entonces es posible ver.

Para conseguir este estado de vigilancia, de control y de no deseo se precisa de gran decisión y energía. La indolencia es el gran enemigo.

No importan las doctrinas, los mitos o los dogmas. Lo que importan son los hechos sin pre-concepciones. Lo que viene.

De eso otro que ahí viene, que no es nuestra construcción no se habla, se vive. Hablar no conduce a nada y menos especular.

La transmisión es de mente a mente. Es transmisión de experiencia, no de doctrina ni de creencias.

La auténtica experiencia puede empezar cuando se han agotado todas nuestras posibilidades de dudar. Como uno tiene experiencia artística, cuando ya ha agotado toda su capacidad de dudar de si algo es bello o no.

Como la religión no es cuestión de creencias, no está prohibida la duda, sino todo lo contrario. La religión es cuestión de acceso a otra dimensión. Hay real acceso, cuando uno ha agotado en su espíritu toda la capacidad de duda.

Para conseguir la decisión, el no deseo y la lucidez más allá del mundo de nuestra construcción, la consideración de la muerte juega un papel central. Solo la muerte revela la radical inconsistencia de nuestro mundo. Cuando uno ha visto con crudeza la “vaciedad” de toda nuestra construcción, es cuando puede verse lo que realmente viene y no es nuestra construcción.

La meditación es el instrumento para aprender a concentrar la mente y aprender a vigilar para llegar a ver el vacío de nuestra construcción y lo que en ese vacio aparece. Lo que en nuestro vacío de consistencia aparece es el absoluto Vacío de todo lo que es nuestra construcción.

La imagen, el símbolo que el Buda utiliza para hablar de eso otro que aquí viene es el de Vacio. No puede haber un símbolo más poderosamente orientador del caracter de lo que se presenta.
La doctrina budista no precisa de creencia ninguna, ni en Dios, ni en el alma. La creencia en el alma puede ser un serio obstáculo para llegar a la iluminación, porque creer en un alma inmortal es darnos una consistencia que no tenemos, es dar a nuestra realidad aquí en el mundo una consistencia separada de “eso que en todo viene”, que no tenemos y que podría introducir dualidad.

La no violencia y el amor incondicional por todo lo que existe es un presupuesto para el camino budista y un resultado. Si no se parte, lo más posible, del amor, no se puede ver lo que ahí viene. Y cuando se ha visto lo que en todo viene, el resultado es el amor por todo lo que existe. Un amor incondicional.

El conocimiento al que se llega por el camino budista es gozo, y paz completa. Es situarse más allá del reino de Mara, la muerte, y más allá del deseo y del temor. Es el despertar de la ensoñación a que nos tenía sometidos la construcción del deseo, es la iluminación y el fin de todo sufrimiento.
En el budismo se presentan dos grandes escuelas. El pequeño vehículo, y el gran vehículo. En realidad se trata de dos maneras de hacer lo mismo, insistiendo en dos aspectos complementarios de la doctrina budista.

Se puede conseguir el silencio y la iluminación insistiendo en callar el deseo. Quien calla el deseo, calla la interpretación. Quien calla la interpretación que se hace desde el deseo, deshace el mundo construido desde la necesidad. Entonces es posible ver el misterio inefable de la realidad, gratuita, que no habla a mi necesidad, que dice lo que dice. Y lo que dice esa realidad no es nada de lo que podamos traducir en palabras, no es nada de lo que nuestras necesidades consideran real, es Vacio. Ese vacío es una ausencia, pero porque es una ausencia de toda nuestra construcción es una Presencia sin ninguna de las formas que nuestra necesidad proyecta.

Desde el no deseo se va a la Unidad.

Esa es la escuela del pequeño vehículo, en la que se inscribe el texto del Dhammapada.
El gran vehículo no insiste en el no deseo, ni incita a sus miembros a ser monjes. Insiste en el silencio de la interpretación, en callar la mente. Quien es capaz de mirar toda realidad sin interpretarla, calla el deseo, porque todas nuestras interpretaciones están en función de las necesidades de nuestra condición animal. Quien calla el mundo de la interpretación, calla el mundo del deseo y calla la pluralidad.

Así resulta que con el silencio del pensamiento uno calla el deseo y se sitúa en la gratuidad.
Pura lucidez, tranquila, silenciosa, alejada de toda pluralidad, de toda dualidad de sujeto y objetos. Quien se sale de esa construcción llega a la Iluminación y puede contemplar en el vacío de nuestra construcción al Vacío.

El budismo zen se inscribe en esta corriente.



martes, 10 de marzo de 2009

La parábola del sembrador

Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó a orillas del mar.

Y se reunió tanta gente junto a él, que hubo de subir a sentarse en una barca, y toda la gente quedaba en la ribera.
Y les habló muchas cosas en parábolas. Decía:

Una vez salió un sembrador a sembrar.
Y al sembrar, unas semillas cayeron a lo largo del camino; vinieron las aves y se las comieron.
Otras cayeron en pedregal, donde no tenían mucha tierra, y brotaron enseguida por no tener hondura de tierra; pero en cuanto salió el sol se agostaron y, por no tener raíz, se secaron.

Otras cayeron entre abrojos; crecieron los abrojos y las ahogaron.

Otras cayeron en tierra buena y dieron fruto, una ciento, otra sesenta, otra treinta.

El que tenga oídos, que oiga.

Y acercándose los discípulos le dijeron: «¿Por qué les hablas en parábolas?»
El les respondió: «Es que a vosotros se os ha dado el conocer los misterios del Reino de los Cielos, pero a ellos no.
Porque a quien tiene se le dará y le sobrará; pero a quien no tiene, aun lo que tiene se le quitará.
Por eso les hablo en parábolas, porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden.
En ellos se cumple la profecía de Isaías: = Oír, oiréis, pero no entenderéis, mirar, miraréis, pero no veréis.

Porque se ha embotado el corazón de este pueblo, han hecho duros sus oídos, y sus ojos han cerrado; no sea que vean con sus ojos, con sus oídos oigan, con su corazón entiendan y se conviertan, y yo los sane.

«¡Pero dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen!

Pues os aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que vosotros veis, pero no lo vieron, y oír lo que vosotros oís, pero no lo oyeron.

«Vosotros, pues, escuchad la parábola del sembrador.

Sucede a todo el que oye la Palabra del Reino y no la comprende, que viene el Maligno y arrebata lo sembrado en su corazón: éste es el que fue sembrado a lo largo del camino.

El que fue sembrado en pedregal, es el que oye la Palabra, y al punto la recibe con alegría; pero no tiene raíz en sí mismo, sino que es inconstante y, cuando se presenta una tribulación o persecución por causa de la Palabra, sucumba enseguida.

El que fue sembrado entre los abrojos, es el que oye la Palabra, pero los preocupaciones del mundo y la seducción de las riquezas ahogan la Palabra, y queda sin fruto.

Pero el que fue sembrado en tierra buena, es el que oye la Palabra y la comprende: éste sí que da fruto y produce, uno ciento, otro sesenta, otro treinta.»

También les dijo: "¿Acaso se trae una Lámpara para que sea puesta debajo de un Cajón o debajo de la cama? ¿No es para que sea puesta sobre el candelero? Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado; ni nada escondido, sino para que salga en claro. Si alguno tiene Oídos para Oír, oiga." Les dijo también: "Considerad lo que Oís: Con la medida con que Medís, Será medido para vosotros y os Será añadido. Porque al que tiene le Será dado, y al que no tiene aun lo que tiene le Será quitado."

También Decía: "Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra. El duerme de noche y se levanta de Día, y la semilla brota y crece sin que él sepa Cómo. Porque de por Sí la tierra da fruto: primero el tallito, luego las espigas y después el grano lleno en la espiga. Y cuando el fruto se ha producido, en seguida él mete la hoz, porque la siega ha llegado." También Decía: "¿A qué haremos semejante el reino de Dios? ¿Con qué Parábola lo compararemos?

Es como un grano de mostaza que, cuando es sembrado en la tierra, es la Más pequeña de todas las semillas de la tierra. Pero una vez sembrado, crece y se convierte en la Más grande de todas las hortalizas, y echa ramas muy grandes, de modo que las aves del cielo pueden anidar bajo su sombra."

Aforismos de Buda

Esta selección de sentencias se atribuyen al Buda original, la figura histórica Gautama Buda, el Principe Siddartha, fundador de una de las principales religiones del mundo. Y al margen de nuestra adscripción a su filosofía o no, constituyen una hermosa muestra de lo que la sabiduría oriental puede aportar al mundo de hoy.


El mundo disputa contra mí, pero yo no disputo contra nadie.
El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional.
Sé como un muerto, inafectado tanto ante los halagos como ante los insultos.
Del mismo modo que si alguien te quiere entregar algo y no lo recoges,
él se queda con ello,
si alguien te insulta y tú no recoges el insulto,
él se queda con el mismo.

El que se despoja del velo de la ofuscación, no se ofusca donde reina la confusión; dispersa seguro toda ofuscación, igual que el sol disipa la noche.

Como una sólida roca no se mueve con el viento, así el sabio permanece imperturbable ante la calumnia y el halago.
Mantén la bendita indiferencia ante la ganancia y la pérdida, la victoria y la derrota.

En cualquier batalla pierden tanto los vencedores como los vencidos.

Más grande que la conquista en batalla de mil veces mil hombres es la conquista de uno mismo.

Mente clara, corazón tierno.
Hay un apego sumamente peligroso: el apego a las opiniones.

Incluso del apego al Nirvana hay que liberarse.
Todos los estados perjudiciales tienen sus raíces en la ignorancia y convergen en la ignorancia. Al abolir la ignorancia, todos los demás estados perjudiciales serán también abolidos.

Los seres son dueños de sus actos,
herederos de sus actos, hijos de sus actos;
todo acto que cometan, sea bueno, sea malo,
de aquél acto heredarán.
Cuando no tengas nada importante que decir, guarda el noble silencio. Si no puedes mejorar lo dicho, por otros, guarda el noble silencio.

Una vez hemos pronunciado las palabras, nos hacemos presos de las mismas. Vigila tus palabras.
A veces el hombre no puede controlar las circunstancias, pero siempre puede controlar su propia mente.
He aquí la suprema sabiduría y la más noble: conocer la aniquilación de todo el sufrimiento. He aquí la suprema paz y la más noble: el apaciguamiento de la avidez, del odio y de la ofuscación.
La vida de pureza no se practica para conseguir fama, honores ni provecho, ni para lograr una moralidad, conocimiento y visión perfectos. La definitiva liberación de la mente, esta y solo esta es la finalidad de la vida de pureza, esta es su esencia, esta es su consumación.
Los extremos son como trampas o emboscadas; permanece en el medio, pero ni siquiera al medio te aferres.
El que no sabe a qué cosas atender y de cuáles hacer caso omiso, atiende a lo que no tiene importancia y hace caso omiso de lo esencial.

Atento entre los distraídos, plenamente despierto entre los dormidos, el sabio avanza como un caballo de carreras y se adelanta a los jamelgos decrépitos.
Todas las cosas compuestas están sujetas al cambio. Porfiad con vigilancia para conseguir vuestra liberación.

El pasado es un sueño; el futuro, un espejismo; el presente, una nube que pasa.
Vigilad, estad atentos, sed disciplinados, reunid vuestros pensamientos, cuidad vuestra mente.

El único refugio de la mente es la atención.

Que cada uno de vosotros sea su propio refugio, ¿qué otro refugio podría haber?
Igual que una flor bella y de brillante color, pero sin perfume, así de estériles son las buenas palabras de quien no las pone en práctica.

A un loco se le conoce por sus actos, y a un sabio también.
Pocos entre los seres humanos son los que cruzan a la otra orilla [la de la sabiduría]. La mayoría solamente suben y bajan por la misma orilla.

Toda enseñanza es como una balsa: hecha para hacer una travesía, pero a la que no hay que atarse.
Si uno percibe el mundo como una burbuja de espuma y como un espejismo, a ése no le ve el Dios de la Muerte.
Hay quienes no tienen los ojos demasiado empañados. Éstos sí que podrán comprender la verdad.

La verdad es aquello que produce resultado.

Fuentes:

El presente texto ha sido extraído del libro
"Aforismos de Buda. La enseñanza budista para el mundo de hoy"


domingo, 8 de marzo de 2009

Capítulo 26: El noble

383. Esforzado y resistente, cruza la corriente. Descarta, oh noble, los deseos sensoriales. Conociendo la aniquilación de los fenómenos condicionados, sé, oh noble, un conocedor del Nibbana.

384. Mediante la meditación y la Visión Cabal, el noble alcanza la más alta Sabiduría y, liberándose de toda atadura del que sabe, se extingue.

385. Aquel para el que no existe ni esto ni aquello, ni «yo» ni «mío», está alerta y liberado de las pasiones, a ése llamo yo un noble.

386. Al que es meditativo, puro y tranquilo, que ha llevado a cabo su deber y está libre de corrupciones, habiendo alcanzado la más Alta Meta, a ése llamo yo noble.

387. El sol brilla de día; la luna brilla de noche; en su armadura brilla el rey guerrero; en la meditación brilla el noble. Pero todo el día y toda la noche brilla el Buda en su esplendor.

388. Porque ha descartado el mal, es llamado noble; porque vive en paz, es llamado monje; porque ha
abandonado las impurezas, es llamado recluso.

389. Nunca debe dañarse a un noble, ni deberá el noble devolver el daño al que se lo ha provocado. Se avergüence aquel que lastime a un noble. Más se avergüence el noble que quiera vengarse .

390. No es pequeña la recompensa del noble que no toma represalias. Cuando la mente es apartada del placer y cesa el intento de dañar, el sufrimiento amaina.

391. El que no comete ningún mal con el cuerpo, la palabra y la mente, el que se autocontrola en estos tres aspectos, a ése llamo yo noble .

392. Reverénciese devotamente a cualquiera que haya comprendido la Doctrina predicada por el Iluminado, como un brahmán reverencia el sacrificio del fuego.

393. No por dejarse el pelo trenzado, ni por el linaje, ni por el nacimiento se vuelve uno un noble, sino aquel que es verdadero y recto, puro, ése es un noble.

394. ¿De qué sirve el pelo trenzado, oh necio ? ¿De qué sirve tu ropa de antílope ? Interiormente estás lleno de pasiones, pero permaneces limpio por fuera.

395. Al hombre que lleva túnica hecha de apaños, que es delgado, de vigorosas venas, que medita solo en
el bosque, a ése llamo yo noble.

396. Yo no llamo merecidamente noble a uno porque ha nacido en tal linaje o de madre brahmín. No puede serlo merecidamente quien no se ha liberado de los impedimentos. El que está libre de impedimentos (mentales), libre de ataduras, a ése llamo noble.

397. El que ha cortado todas las ataduras y no tiembla, el que ha ido más allá de toda atadura y es libre, a ése llamo yo noble.

398. El que ha cortado la correa (de la malevolencia), las riendas (de la codicia) y la cuerda (de las herejías), junto con la erradicación de las tendencias latentes, y ha diluido la ignorancia y es un iluminado, a ése llamo yo noble .

399. El que sin odio padece reproches, golpes y castigos, para quien la paciencia es su arma y poder, a ése llamo yo noble.

400. Quien carece de cólera, pero es firme, virtuoso, libre de avidez, autocontrolado y que éste será su último renacimiento, a ése llamo yo noble .

401. Aquel que como el agua en la hoja del loto, o como el grano de mostaza en la punta de una aguja, no
se agarra a los placeres, a ése llamo yo noble.

402. Al que en esta vida ha efectuado la aniquilación del sufrimiento, que es libre de sus Agregados (cuerpo-mente) y se ha emancipado de las trabas mentales, a ése llamo yo noble.

403. Aquel cuya sabiduría es profunda, que posee la Visión Cabal, adiestrado en conocer cuál es el sendero correcto y cuál el equivocado, que ha alcanzado el final más elevado, a ése llamo yo noble.

404. Quien no intima con los que tienen hogar ni con los que no lo tienen, que libre vagabundea, sin deseos, a ése llamo yo un noble.

405. Aquel que ha dejado de lado el palo de la violencia hacia los seres, débiles o fuertes, que no mata ni causa muerte, a ése llamo yo noble.

406. Aquel que es amigo entre los hostiles, controlado entre los armados, desapegado entre los apegados, a ése llamo yo noble.

407. Aquel cuyo deseo y odio, orgullo e ignorancia han caído como la semilla de mostaza desde la punta
de la aguja, a ése llamo yo noble.

408. Aquel que sólo profiere palabras gentiles, instructivas y veraces, que habla sin ofender a nadie, a ése llamo yo noble.

409. Aquel que en este mundo no coge nada que no le den, sea valioso o sin valor, pequeño o grande, agradable o desagradable, a ése llamo yo noble.

410. Aquel que no tiene anhelos en este mundo ni en el próximo, libre de deseos y emancipado, a ése llamo
yo noble.

411. Aquel que a través del conocimiento, está libre de dudas, y se ha establecido firmemente en el Nibbana, a ése llamo yo noble.

412. Quien ha trascendido las ataduras tanto del mal como del bien, libre de pena, libre de contaminaciones y puro, a ése llamo yo noble.

413. Aquel que está libre de mancha, inmaculado como la luna, puro, absolutamente sereno y claro, que ha
destruido la sed del devenir, a ése llamo yo noble.

414. Quien ha superado la avidez, este dificultoso sendero, el océano de vida, la ignorancia, el que ha cruzado y llegado más allá, que es meditativo, libre de aferramiento y dudas, que a nada se encadena y ha alcanzado el Nibbana, a ése llamo yo noble.

415. El que ha abandonado los deseos sensoriales, ha renunciado a la vida mundana y no tiene hogar, ha destruido todos los deseos sensoriales y devenido libre, a ése llamo yo noble.

416. Aquel que en este mundo ha superado la avidez, renunciando a la vida mundana y viviendo sin hogar,
el que ha destruido la avidez y devenido libre, a ése llamo yo noble.

417. Aquel que ha descartado las ataduras mundanas y celestes, y está completamente liberado de ellas,
a ése llamo yo noble.

418. El que está más allá del placer y el displacer serene, sin manchas, y que ha conquistado sus Agregados (mente-cuerpo), y es tenaz, a ése llamo yo noble.

419. Aquel que conoce el camino de los seres que mueren y renacen, que no se apega, que camina hacia el Nibbana y se ilumina, a ése llamo yo noble.

420. Aquel cuyo destine ni los dieses ni los semidioses, ni tampoco los hombres conocen, que ha destruido todas las impurezas y que ha conseguido la meta, a ése llamo yo noble.

421. Aquel que no se agarra a los Agregados, que son pasado, futuro o presente, que permanece sin encadenarse y sin aferramiento, a ése llamo yo noble.

422. Aquel sin miedo, el noble, el héroe, el gran sabio, el conquistador, sin deseos, el limpio, el iluminado,
a ése llamo yo noble.

423. Aquel sabio que conoce sus vidas previas, que percibe el cielo y el infierno, que ha llegado al final de los nacimientos y que ha alcanzado el Conocimiento Supremo y ha completado su labor viviendo la vida santa, a ése llamo yo noble .



Capítulo 25: El monje

360. Refrenar el ojo es bueno. Refrenar el oído es bueno. Refrenar la nariz es bueno. Refrenar la lengua es bueno.

361. Refrenar el cuerpo es bueno. Refrenar la palabra es bueno. Refrenar la mente es bueno. El control general es bueno. El monje que se controla completamente es liberado de todo dolor.

362. Aquel que se controla en mano, en pie y en habla, poseyendo el más alto control, gozando interiormente, dominado, solo, contento, ése es llamado monje.

363. Dulces son las palabras del monje que ha amaestrado su lengua, que se expresa con sabiduría, que no es petulante y que expone el significado del texto.

364. Que el monje more en la Doctrina, que se deleite en la Doctrina, que medite en la Doctrina, que recuerde bien la Doctrina, que no se extravíe de la sublime Doctrina.

365. Uno no debe despreciar lo que uno ha recibido, no debe envidiar lo de los otros. El monje que envidia a los otros no alcanza la calma mental.

366. Aunque reciba muy poco, el monje no lo desprecia, e incluso los dioses veneran a ese de vida pura y esforzada.

367. El que no piensa «yo» y «mío» con respecto a su mente y a su cuerpo, y que no se tribula por lo que
es o no es, ése, por supuesto, es denominado un monje.

368. El monje que permanece en el amor benevolente, que goza en la Doctrina, alcanza el Nibbana, que es la superación de todos los fenómenos condicionados.

369. Vacía, oh monje, esta barca (de la vida). Vaciada por ti, se moverá con celeridad. Eliminando la avidez y las pasiones, viajarás hacia el Nibbana.

370. Libérate de cinco cosas, rechaza cinco cosas, cultiva cinco cosas. El monje que va más allá de las cinco ataduras es denominado "El que cruza de la corriente".

371. Medita, oh monje. No seas inatento. No dejes que tu mente se disperse con placeres sensuales. No permanezcas inatento y te dejes consumir como una bola de acero. Abrasándote, no tendrás que gritar:
"Esto es sufrimiento."

372. No hay concentración para el que no tiene sabiduría; no hay sabiduría para el que no se concentra.
En aquel que hay concentración y sabiduría, ése verdaderamente está próximo al Nibbana .

373. Aquel monje que ha entrado en un lugar vacío, la mente calmada y capaz de ver con Visión Cabal la Doctrina, consigue la dicha suprema que trasciende la de los hombres.

374. Al contemplar el surgir y desvanecerse de los Agregados" (mente-cuerpo), experimenta dicha y felicidad. El que tal percibe, llega al Nibbana.

375. Esto es lo que llega a ser lo principal para un monje: control sensorial, contento, observancia estricta del Código de Conducta, asociación con benévolos y energéticos amigos que viven con total pureza.

376. Sea cordial en sus maneras y refinado en su conducta; saturado de gran júbilo, logrará poner fin a todo sufrimiento.

377. Como palidecen y caen las flores del jazmín, arrojad fuera y totalmente la avidez y la malevolencia.

378. El monje que es calmo en cuerpo, calmo en la palabra, calmo en la mente, bien dispuesto y que se ha despojado de las cosas mundanas, es verdaderamente denominado "uno en plena paz".

379. ¡Oh, monje!, mírate a ti mismo con ojos críticos; examínate a ti mismo. Cuidando de ti mismo y vigilante, ¡oh, monje!, vivirás felizmente.

380. Uno mismo es su propio protector; uno mismo es su propio refugio. Por lo tanto, que uno mismo se cuide de la misma forma que el vendedor de caballos cuidará al buen caballo.

381. Lleno de alegría, lleno de confianza en la Enseñanza del Buda, el monje obtendrá el Estado de Paz, no afectado ante los fenómenos condicionados, jubiloso.

382. El monje que mientras es joven se aplica a la Enseñanza del Buda, ilumina este mundo como la luna libre de nubes.




Capítulo 24: Avidez

334. Los deseos de un hombre negligente crecen como la enredadera maluva. El corre de aquí para allá (de una a otra vida) como un mono en el bosque buscando la fruta.

335. Quienquiera que en este mundo es vencido por el vasto deseo, el apego, sus penas crecerán como la hierba birana después de haber llovido.

336. Pero quienquiera que en este mundo vence el vasto deseo, tan difícil de doblegar, sus penas le abandonarán como el agua se desliza por la hoja del loto.

337. Yo declaro esto: ¡Afortunados los que os habéis reunido aquí! Cortad las raíces de la avidez como el que corta la dulce raíz de la birana. No seáis como el junco, al que Mara arrasa una y otra vez.

338. De la misma forma que un árbol cortado crece de nuevo si sus raíces están firmes e intactas, de igual modo, cuando permanecen las raíces del deseo sin haber sido destruidas, el sufrimiento surge una y otra vez.

339. Las treinta y seis corrientes del deseo que arrastran hacia el placer vigorosamente, encadenan a la persona de mente ofuscada, llevándola tras el torrencial apego.

340. Las corrientes (del deseo) fluyen por todas partes. Sus raíces retoñan y se desarrollan. Contemplando cómo retoñan, hay que cortar esas raíces con la sabiduría.

341. En los seres surgen los placeres y son saturados por la avidez. Inclinados hacia la felicidad, buscan la felicidad. Verdaderamente, tales hombres nacerán y decaerán.

342. Acorralados por la avidez, están aterrados como liebres cautivas. Encadenados por grilletes, hallarán sufrimiento una y otra vez por mucho tiempo.

343. Los seres humanos atrapados en el deseo sienten el mismo terror que una liebre atrapada en el cepo. Por ello, que abandone el deseo aquel monje que desea el desapego.

344. Quienquiera que, liberado del deseo, encuentra disfrute en el bosque, pero más adelante es tentado por el deseo y vuelve a casa, tal hombre, ¡cotempladlo!, era libre y ha vuelto a la esclavitud.

345, Aquello que es fuerte no es la atadura hecha de hierro, madera o cuerda, sino el apego a piedras preciosas y adornos, el anhelo de mujer e hijos, tal es la gran atadura.

346. La atadura es fuerte, dicen los sabios. Pero incluso esta atadura que amarra a los seres -que se afloja, pero tan difícil es de cortar totalmente-, los sabios acaban cortándola definitivamente y, abandonando los placeres de los sentidos, libres de anhelos, renuncian.

347. Aquellos que están infatuados con la codicia penetran en una corriente que les atrapa como la tela que la araña ha tejido de sí misma. Por esta razón, el sabio corta con todo ello y se aleja abandonando toda tribulación.

348. Abandonad el apego al pasado; abandonad el apego al futuro; abandonad el apego al presente. Cruzando a la otra orilla del devenir, la mente, liberada por todas partes, no retornaréis al nacimiento y el envejecimiento.

349. El que se perturba con perversos pensamientos, que es excesivamente ávido, que se recrea en pensamientos de apego y aumenta más y más la avidez, hace cada vez más sólidos los grilletes de Mara.

350. El que se recrea en someter los males pensamientos, medita en las impurezas del cuerpo, permanece muy atento y se esfuerza por superar la avidez, él se libera de los grilletes de Mara.

351. El que ha alcanzado la meta, sin miedo, permanece sin avidez, desapasionado, ha eliminado las espinas de la vida. Este es su último renacimiento .

352. El que permanece sin avidez ni aferramiento, y es sagaz en la etimología y los términos, y conoce los grupos de letras y sus secuencias, está llamado a vivir su último renacimiento, siendo un gran hombre de profunda sabiduría.

353. Yo todo lo he dominado, todo lo conozco. De todo me he desapegado. A todo he renunciado. He destruido totalmente toda avidez. Habiendo comprendido todo por mí mismo, ¿a quién llamaré mi maestro?

354. El regale de la Verdad es más excelso que cualquier otro regale. El saber de la Verdad es más excelso que cualquier otro saber. El placer de la Verdad es más excelso que cualquier otro placer. El que ha destruido la avidez, ha superado todo sufrimiento.

355. La riqueza arruina al necio, que no busca el Nibbana. Por culpa del aferramiento a las riquezas, los hombres ignorantes se arruinan a sí mismos y a los otros.

356. La cizaña daña los campos como la avidez a la humanidad. Por lo tanto, cuando se produce sin avidez, los frutos son abundantes.

357. La cizaña daña los campos como el odio daña a la humanidad. El que se desembaraza del odio, produce abundantes frutos.

358. La cizaña daña los campos como la ignorancia a la humanidad. Por lo tanto, el que se desembaraza de
la ignorancia, produce abundantes frutos.

359. La cizaña daña los campos como la codicia daña a la humanidad. Por lo tanto, el que se desembaraza de la codicia, produce abundantes frutos.



Capítulo 23: El elefante

320. De la misma manera que un elefante en el campo de batalla soporta la flecha que se le lanza desde un arco, así uno debe soportar las abusivas palabras que se le dirijan. Verdaderamente, la mayoría de los hombres poseen una naturaleza enferma.

321. Llevan a una asamblea elefantes entrenados. El rey monta el animal entrenado. Los mejores entrenados entre los hombres son los que resisten el abuse.

322. Excelentes son las mulas entrenadas, así como los briosos corceles del Sind y los nobles y sólidos elefantes; pero mucho mejor es el que se ha ejercitado a sí mismo.

323. Seguramente, jamás con tales vehículos se alcanzará el Nibbana, sino controlándose a través del sometimiento y el autoentrenamiento.

324. El incontrolable elefante Dhanapalaka, cuando está en cautiverio, no come, porque recuerda al elefante del bosque.

325. El estúpido, cuando es torpe, glotón, perezoso y se enfanga como un cerdo en la pocilga, renacerá una y otra vez.

326. Previamente, esta mente vagaba donde le placía, como a ella se le antojaba. Hoy, con sabiduría, yo la controlaré como el conductor controla el elefante en ruta.

327. Gozar de la atención pura, vigilad vuestras mentes, salid del fango de las pasiones como lo conseguiría un elefante hundido en el fango.

328. Si encontráis un amigo inteligente (quien es apropiado) para acompañaros, de buena conducta y prudente, en tal caso vivid con él felizmente y vigilantes, venciendo todos los obstáculos.

329. Si no encontráis un amigo inteligente para acompañaros, de buena conducta y sagaz, entonces vivid solos como el rey que ha renunciado al país conquistado, o como un elefante que se pasea a voluntad por el bosque.

330. Es mejor vivir solo; no hay amistad con un necio. Que uno viva solo, evitando todo mal, estando libre de preocupaciones, como un elefante paseándose solo por el bosque.

331. Es deseable tener amigos cuando surge una necesidad; feliz aquel que está contento con cualquier cosa que haya; el mérito obtenido es agradable (consolador) cuando el fin de la vida se avecina; feliz es el abandono de todos los sufrimientos .

332. En este mundo proporciona felicidad atender a la madre; felicidad atender al padre; felicidad atender a los ascetas, y felicidad, también, atender a los Nobles.

333. Feliz es la virtud milenaria; feliz es la confianza bien establecida; feliz es la adquisición de la sabiduría; feliz es la abstención del mal.




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