El mundo fue más pequeño, menos distante de un lugar a otro, desde que las imprentas empezaron a reproducir textos.
Durante la Edad Media, el modelo de poder fue el feudalismo, su característica fue la ruralización. Hubo un desprecio hacia la escritura y la lectura, excepto por parte de la Iglesia. Recordemos que en la época anterior al desarrollo de la imprenta, los libros eran difundidos a través de las copias manuscritas de monjes y frailes dedicados exclusivamente al rezo y a la réplica de ejemplares por encargo del propio clero o de reyes y nobles. Estos manuscritos solían ser elaboradamente ilustrados, pero ello implicaba un proceso costoso en tiempo y dinero. En la Edad Media, los copistas eran monjes que trabajaban sin prisa y con el fin de mantener el saber dentro de la estructura de la Iglesia, esta tarea se llevaba a cabo en los monasterios. A pesar de lo que se cree, no todos los monjes copistas sabían leer y escribir. Realizaban la función de copistas, imitadores de signos que en muchas ocasiones no entendían, lo cual era fundamental para copiar libros prohibidos que hablasen de medicina interna o de sexo. Las ilustraciones y las mayúsculas eran producto decorativo y artístico del propio copista, que decoraba cada ejemplar que realizaba según su gusto o visión. Cada uno de sus trabajos podía requerir hasta diez años.
La invención de la imprenta con caracteres móviles no fue solo un simple adelanto tecnológico, marco un paso trascendental en la historia de la humanidad. En los cuarenta años siguientes a su invención se publicaron mas obras que durante toda la historia anterior de la humanidad. La invención salio de los talleres de Maguncia (Alemania), difundiéndose rápidamente por toda Europa. Esa difusión de las ideas y el conocimiento marcaron el fin del oscurantismo medieval y el comienzo de la edad moderna. Uno de los grandes cambios que trajo fue el debilitamiento de la institución de la Iglesia católica, pues le quito el monopolio que tenia sobre la educación y la difusión del conocimiento, los cuales pasaron a manos del Estado.
Según Elizabeth Eisenstein la invención de la imprenta provocó la llamada “revolución inadvertida”, una discontinuidad histórica, tecnológico-industrial, esencial como desencadenante de las revoluciones científicas que inauguraron la etapa moderna de la ciencia occidental, dando lugar con ello a otros importantes cambios sociales, económicos, políticos y culturales en el mundo. Hizo del libro, hasta entonces carísimo e irreproducible, un bien de bajo precio y casi popular, que permitía a un público vastísimo el acercamiento a textos que sólo podía oír contar oralmente. Dada la importancia revolucionaria que adquirió, el libro ha sido, y sigue siéndolo, una especie de símbolo de la expansión del conocimiento y de la cultura.
Los efectos de este invento han sido vastos y diversos. Pondra en marcha unos movimientos cataclísmicos que aún no han terminado. Súbitamente los libros dejan de ser un artículo de hiperlujo hecho a medida en escasos lugares y por tanto estrictamente controlado en su contenido. La iglesia católica, entonces la única de Occidente, se opone a la extensión de la tecnología detectando con rapidez su amenaza al sistema social, económico y político establecido. Es inútil: en breve la imprenta se extiende por toda Europa y sus consecuencias no tardarán en ser históricas.
Produjo la revolución protestante y reorientó la práctica religiosa católica. La Reforma Protestante, facilitada por la nueva tecnología, es el detonante de una serie de guerras de religión que devastan Europa y acaban por facilitar el colapso del Antiguo Régimen a través de una combinación de nuevas ideas políticas (extendidas a través, por ejemplo, de la Enciclopedia Diderot-D'Alembert), cambios en la economía relacionados con el nacimiento de la ciencia, y la presión social de una creciente población cada vez más capaz de acceder a la información, por precio y por nivel de formación.
Afectó al desarrollo del capitalismo moderno, cambió la familia y la política, difundió el conocimiento como nunca antes y alteró la vida social e intelectual. En tal sentido, prohibir los libros fue una prerrogativa asumida por los que estaban en el poder y los escritores no tenían hasta entonces ningún recurso contra los decretos y las fogatas, excepto las ediciones clandestinas y la fe en un futuro más tolerante.
Es también en esta época cuando nacen los primeros periódicos, y arranca el concepto (y el negocio) de lo que habrían de ser más tarde los medios de comunicación. La información, aunque mucho más ampliamente repartida, se hace incluso más valiosa, por la posibilidad de rentabilizarla haciendo y vendiendo numerosas copias. Por primera vez aparece un verdadero negocio de la información, que consiste paradójicamente en limitar y controlar el número de copias que se hacen de una obra determinada. Cuestión casi imposible de limitar por medio de la tecnología.
La imprenta introdujo técnicas y formas de trabajo intelectual incomparablemente más potentes que las de la época de los manuscritos, que dinamizaron de manera espectacular la producción de conocimiento, lo que fue cristalizando en ideas y métodos novedosos y fecundos: un saber más fiable, experimental, compartido, acumulativo, crítico y progresivo:
1. Con la imprenta, desde mediados del siglo XV, se fue generando una acumulación de conocimiento sin apenas precedentes en la Historia. Se recuperó e imprimió toda la sabiduría tradicional, que circuló con profusión desconocida antes y estuvo fácilmente accesible a los intelectuales europeos, cuyas nuevas creaciones también se agregaron al conocimiento social disponible, en acelerado crecimiento, promoviéndose una fácil intercomunicación entre los eruditos.
2. Con la imprenta terminó la veneración del saber idealizado del pretérito, conocido antes a duras penas a través de textos copiados a mano, con errores, y además dificilísimos de conseguir. La familiarización con múltiples fuentes impresas del saber y la contemplación desde cerca de las discrepancias entre unas y otras, y de sus posibles equivocaciones, estimuló la crítica intelectual de la tradición y el recurso a la observación y la experiencia para dirimir las controversias.
3. Con la imprenta resultó mucho más fácil y rápido que antes, en ediciones sucesivas de una obra o en obras diferentes, enmendar gradualmente errores, subsanar omisiones, corregir observaciones y datos, mejorar la organización de la información, perfeccionar en suma los resultados de la indagación. Se abrió paso sobre bases firmes al progreso en la calidad y cantidad del conocimiento público fiable.
La rápida difusión en Europa de la imprenta de tipos móviles significó verdaderamente una revolución. La imprenta, además, generó una dinámica industria, una nueva actividad económica digna de tenerse en cuenta, tanto en lo que se refiere a la producción de materias primas para ella -el papel, por ejemplo- como al comercio del principal de sus productos, el libro, y, más tarde, la prensa periódica. Recordemos que el papel desplazó al pergamino y permitió el abaratamiento en los costos en la producción de libros.
Es decir, la nueva industria de la comunicación, y no un genio o espíritu de la Modernidad, provocó la eferverscencia intelectual que revolucionó los saberes hasta desembocar en la ciencia del s. XVII.
La Evolución de la Comunicación Humana desde la perspectiva tecnológica.
Desde siempre, el hombre ha tenido la necesidad de comunicarse con los demás, de expresar pensamientos, ideas, emociones; de dejar huella de sí mismo. Así también se reconoce en el ser humano la necesidad de buscar, de saber, de obtener información creada, expresada y transmitida por otros. La creación, búsqueda y obtención de información son pues acciones esenciales a la naturaleza humana. Tal vez por eso los grandes saltos evolutivos de la humanidad tienen como hito la instauración de algún nuevo instrumento de comunicación.
En este sentido, Cordeiro señala que "La historia de la humanidad ha sido un proceso largo y complejo a través de muchos miles de años. Dicho proceso no ha sido lineal sino que, por el contrario, ha pasado por grandes revoluciones que han transformado completamente la forma en que los seres humanos se relacionan con el universo, cuya historia es muchísimo más larga."
Cordeiro divide la historia de la evolución humana en tres etapas que califica como revoluciones, cada una de ellas caracterizada por una invención o nueva tecnología, a su vez relacionadas con alguna nueva forma de comunicación.
La primera fue la Revolución Agrícola, a partir del año 8000 a.C. cuando el hombre inventa la agricultura e inicia una nueva forma de vida: deja de ser nómada, abandona su etapa primitiva, comienza a formar comunidades estables y aparecen las primeras ciudades. El hombre hace de la agricultura su principal forma de sustento y, con ella, aparece también la ganadería y un poco después el comercio. La necesidad de contar obliga a la invención de los números, los cuales evolucionan hasta dar origen a la escritura (cuneiforme y jeroglífica). Hacia el año 1000 a.C. los fenicios inventan el alfabeto, un conjunto de grafías que permite la representación de sonidos. Así, se conoce a la escritura como el hecho más trascendental de la revolución agrícola y, además de ser inclusive el punto de inicio de la historia misma de la humanidad, representa el primer gran avance tecnológico logrado por el hombre en su proceso de comunicación.
La segunda revolución de la humanidad, según la cronología de Cordeiro, es la Revolución Industrial, que precisamente marca su inicio a partir de la invención de la imprenta de Johannes Gutenberg hacia los años 1450 d.C. Con la imprenta se inicia una nueva etapa caracterizada por la masificación del conocimiento, porque crece el número de personas con acceso a la información escrita. Además comienzan a plasmarse los nuevos conocimientos teóricos y surgen nuevos desarrollos tecnológicos: la máquina sumadora, el reloj mecánico, la máquina de coser. Se dieron en esta etapa también importantes descubrimientos en biología, electricidad, química, medicina; todos con posibilidades de perdurar y darse a conocer gracias a la imprenta: El segundo gran paso tecnológico del hombre en la evolución de su proceso comunicativo.
La tercera revolución, en la cual se encuentra inmersa aún la humanidad, es la Revolución de la Inteligencia. Cordeiro explica que esta última revolución se centra en el ser humano, en su capacidad de comunicarse y transformarse, y que la riqueza ya no estará determinada por el dinero y por las posesiones materiales sino por el conocimiento. La revolución de la inteligencia de Cordeiro es análoga a la denominada Tercera Ola de Alvin Toffler o a la Aldea Global de Mc Luhan.
Fuentes:
Observatorio de Martinej.
Los Medios de Comunicación frente a la Revolución de la Información.
¿Hacia qué sociedad del conocimiento?
Sociedad de la información: un flujo de información a lo largo de la historia.
Observatorio de Martinej.
Los Medios de Comunicación frente a la Revolución de la Información.
¿Hacia qué sociedad del conocimiento?
Sociedad de la información: un flujo de información a lo largo de la historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario