miércoles, 17 de septiembre de 2008

Jiddu Krishnamurti: "El Vuelo del Águila."

El estilo de Krishnamurti es sencillo, claro directo, carece completamente de complicaciones técnicas y puede ser entendido por todos sin dificultad: "¡Uno debe hacer algo cuando la casa está quemándose! Usted no dice, "es imposible yo no lo creo, nada puedo hacer al respecto" y se queda ahí sentado observándola arder. Usted hace algo en relación con la realidad, no en relación con lo que usted piensa que debería ser. La realidad es la casa que se quema. Tal vez usted sea incapaz de apagar el fuego antes de que lleguen los bomberos, pero entretanto - y no hay "entretanto" en absoluto - usted actúa en relación con el fuego". Acción, acción espontánea y directa frente al hecho que llama a actuar. Acción sin "entretanto", sin lucubraciones intelectuales que postergan interminablemente. Acción sin tiempo.

El enfoque de Krishnamurti puede resultar desconcertante a veces para el modo habitual de encarar psicológicamente la vida. Pero como este "modo" dio los frutos que han llevado a la civilización hasta su alarmante disyuntiva presente se justifica conceder a la palabra de Krishnamurti la profunda, seria e inteligente atención que ella solicita. Quizás esa palabra, que llega "al fondo de las cosas", esté señalando la dirección correcta.

La obra trata los siguientes temas: la libertad, la fragmentación, la meditación, ¿puede cambiar el hombre?, por qué no podemos vivir en paz, la totalidad de la vida, el temor, lo trascendental, la violencia, el cambio radical, el arte de ver, penetrar en lo desconocido.

Primera parte

1. La libertad.
Pensamiento, placer y dolor

2. La fragmentación.
La división. Lo consciente y lo inconsciente. Morir para lo "conocido"

3. La meditación.
El significado de la "búsqueda"; problemas implicados en la práctica y el dominio; la calidad del silencio

Segunda parte

4. ¿Puede cambiar el hombre?
La energía; su disipación en el conflicto

5. ¿Por qué no podemos vivir en paz?
Cómo surge el miedo. El tiempo y el pensamiento. La atención: mantenerse "despierto"

6. La totalidad de la vida.
Comprender la pasión sin motivo

Tercera parte

7. El temor.
La resistencia; energía y atención

8. Lo trascendental.
¿Penetrar en la realidad? La tradición en la meditación. La realidad y la mente silenciosa

Cuarta parte

9. La violencia.
¿Qué es la violencia? La imposición en la raíz de la violencia psicológica. Necesidad de observar. La falta de atención

10. El cambio radical.
¿Cuál es el instrumento que observa?

11. El arte de ver.
Darse cuenta sin intervalo de tiempo. El tigre a la caza del tigre

12. Penetrar en lo desconocido.
La represión. Acción que surge del silencio. Viaje al interior de uno mismo; falsas caminatas y la imagen de lo "desconocido"


Fuentes:



Jiddu Krishnamurti: "El Propósito de la Educación."

Krishnamurti examina en este volumen, con su característica objetividad y percepción, las expresiones de lo que gustamos considerar como nuestra cultura, nuestra educación, nuestra tradición; y arroja mucha luz sobre motivaciones básicas tales como la ambición, la codicia, el deseo de seguridad y poder, todos ellos factores de deterioro en la sociedad humana. El libro expone preguntas fundamentales como: ¿qué sentido tiene lo que hoy conocemos por educación? ¿Debe limitarse a hacer de los alumnos buenos expertos en superar exámenes? ¿O la educación debería preparar para comprender el proceso total de la vida?

Ya sea que escriba acerca de una conversación con alguien, o describa una puesta de sol, Krishnamurti parece dirigir sus comentarios no sólo a sus oyentes inmediatos sino a todos aquellos que, en cualquier parte, estén dispuestos a escuchar; y son muchos los que en todo el mundo están ansiosos de escuchar. Porque lo que él dice está exento de prejuicio alguno; es universal y, de una manera extrañamente conmovedora, revela las verdaderas raíces de nuestros problemas humanos.

Índice del contenido

Capítulo 1 - El Propósito de la Educación

Capítulo 2 - El Problema de la Libertad

Capítulo 3 - La Libertad y el Amor

Capítulo 4 - Escuchar

Capítulo 5 - El Descontento Creativo

Capítulo 6 - La Totalidad de la Vida

Capítulo 7 - La Ambición

Capítulo 8 - El Pensar Ordenado

Capítulo 9 - Una Mente Abierta

Capítulo 10 - La Belleza Interior

Capítulo 11 - Conformidad y Rebelión

Capítulo 12 - La Confianza de la Inocencia

Capítulo 13 - Igualdad y Libertad

Capítulo 14 - Autodisciplina

Capítulo 15 - Cooperación y Participación

Capítulo 16 - Renovando la Mente

Capítulo 17 - El Río de la Vida

Capítulo 18 - La Mente Atenta

Capítulo 19 - Conocimiento y Tradición

Capítulo 20 - Ser Religioso es Ser Sensible a la Realidad

Capítulo 21 - El Propósito del Aprender

Capítulo 22 - La Sencillez del Amor

Capítulo 23 - La Necesidad de Estar Solo

Capítulo 24 - La Energía de la Vida

Capítulo 25 - Vivir sin Esfuerzo

Capítulo 26 - La Mente no lo Es Todo

Capítulo 27 - Buscar a Dios


Fuentes:

Jiddu Krishnamurti; "El Arte de Vivir,"

Introduccion

Todas las reformas, por extensas y aparentemente duraderas que sean, son en sí mismas causa de ulterior confusión y nueva necesidad de reformas. Sin comprender todo el complejo ser del hombre, las meras reformas producirán sólo la confusa exigencia de más reformas...

Introduccion

Parte 1

Parte 1, Capítulo 1

Parte 1, Capítulo 2

Parte 1, Capítulo 3

Parte 1, Capítulo 4

Parte 1, Capítulo 5

Parte 1, Capítulo 6

Parte 1, Capítulo 7

Parte 1, Capítulo 8

Parte 1, Capítulo 9

Parte 1, Capítulo 10

Parte 1, Capítulo 11

Parte 1, Capítulo 12

Parte 1, Capítulo 13

Parte 1, Capítulo 14

Parte 1, Capítulo 15

Parte 1, Capítulo 16

Parte 1, Capítulo 17

Parte 1, Capítulo 18

Parte 1, Capítulo 19

Parte 2

Parte 2, Capítulo 1

Parte 2, Capítulo 2

Parte 2, Capítulo 3

Parte 2, Capítulo 4



Fuentes:

Jiddu Krishnamurti


"Sostengo que la verdad es una tierra sin caminos,
y no es posible acercarse a ella por ningún sendero,
por ninguna religión, por ninguna secta..."


Una introducción a su vida y pensamiento

Krishnamurti nació en Madanapalle (India) en 1895 y murió en Ojai (California) en 1986. A los 13 años lo tomó bajo su protección la Sociedad Teosófica, quienes consideraban que él era el vehículo para el "instructor del mundo", cuyo advenimiento habían estado proclamando.

Sus pláticas y escritos no tenían conexión con ninguna religión específica y no pertenecían ni a Occidente ni a Oriente, sino que eran para todo el mundo. Repudiando firmemente la imagen mesiánica, en 1929 disuelve de forma tajante la vasta y caudalosa organización que se había construido en torno a él y declaró que la verdad era una tierra sin senderos a la cual resulta imposible aproximarse mediante ninguna religión, filosofía o secta.

Durante el resto de su vida rechazó insistentemente la condición de gurú que otros trataban de imponerle y negó él mismo su autoridad, no queriendo discípulos y hablando siempre como un individuo habla a otro. En el núcleo de sus enseñanzas estaba la comprensión de que los cambios fundamentales de la sociedad podían tener lugar sólo con la transformación de la conciencia individual: acentuaba constantemente la necesidad del conocimiento propio y darse cuenta así mismo de las influencias restrictivas y separatistas originadas por los condicionamientos religiosos y nacionalistas.

Krishnamurti señalaba la urgente necesidad de una apertura para este vasto espacio en el cerebro que contiene en sí una energía inimaginable. Krishnamurti siguió hablando hasta su muerte a los 90 años. Sus charlas, diálogos y diarios están reunidos en más de 60 volúmenes. Cada libro se centra sobre alguna cuestión que tenga particular importancia y urgencia en nuestras vidas cotidianas...

Todas sus charlas desarrollaban esencialmente un tema primordial: la verdad puede ser descubierta por cualquiera de nosotros, sin la ayuda de autoridad alguna; al igual que la vida, está siempre presente en un sólo instante.

Fuentes:

http://www.evolucionlibre.net/layout/professional/images/logo.gif


El Hombre que rastreó la verdad dentro del Alma Humana

“El Amor es la cualidad más importante,
porque cuando es bastante fuerte en un hombre,
lo estimula a revestirse de todas las demás, que sin ella nunca serian suficientes”.


J. Krishnamurti (A los pies del Maestro)


“La Verdad es una Tierra Sin Senderos” con estas palabras, fragmento de un discurso bien amplio Jiddu Krishnamurti en 1929, renunció a ser el elegido maestro espiritual de la Sociedad Teosofíca que formó para èl una organización llamada Orden de la Estrella de Oriente. Haciendo fe a sus principios filosóficos disolvió la Orden y devolvió a sus seguidores los bienes que le habían donado, afirmando “No tengo discípulos. Cada uno de ustedes puede ser un discípulo de la verdad si comprende que la verdad es no seguir a individuos”.

Para más de sesenta años habló en todo el mundo y divulgó sus pensamientos que son tan vastos y profundos y que abarcan todas las problemáticas de hoy, como la muerte, la enfermedad, la libertad, la meditación, el miedo, Diós y la naturaleza. Su labor y su mensaje despertaron el interés de pensadores y escritores igualmente celebres como: Bertrand Russell, Aldous Huxley, Henry Miller y David Bohm.

Aldoux Huxley, en una famosa introducción a uno de los libros de Krishnamurti, afirmó que el núcleo central de la enseñanza del gran sabio Hindú es que: “el principal problema de cada hombre puede ser resuelto de manera valida solamente para él mismo”.

Para Krishnamurti no existe la salvación en cuanto es una forma de identificarse con el ego de uno mismo, con la propia identidad, con la propia alma. Solamente con el abandono de estas identidades uno mismo puede llegar al conocimiento. El hombre no necesita un guru, un líder para llegar a su realización. Antes tiene que preguntarse ¿Qué tipo de utilidad puede tener un líder elegido para una mente confusa?

Por esta precisa razón él siempre rechazó ser llamado Guru o Maestro, su misión fue de demoler las ilusiones de las falsas ideas, supersticiones y credos que separan el hombre de su iluminación. Krishnamurti no se consideró teósofo u filósofo, porque el hombre poniéndose un titulo, una clasificación ya crea límite en su ser y no puede llegar a la liberación.

Krishnamurti dijo que la solución a los problemas de la humanidad no está en las formas externas como la oración o el yoga, la liberación se puede encontrar solamente en el espontáneo conocimiento interior de uno.

Krishnamurti practicó yoga toda su vida y decía que es una práctica excelente para el cuerpo y para la mente pero no tiene nada que ver con la iluminación espiritual de uno.

Toda su vida rechazó a los poderes institucionales, políticos y religiosos exhortando a la gente a desconfiar de ellos. Dijo que la fé religiosa es fuente de separaciones “si uno busca una fé religiosa o si tiene una fé en particular, es inevitable que uno se separe de los otros que buscan otras formas de fé religiosa. Todas las fés organizadas predican la fraternidad, la unión y el amor, pero se funden en la separación”.

Él llamado es siempre el mismo: el hombre tiene que buscar libremente el sendero de su conciencia y ninguna disciplina, persona, autoridad externa podrá dirigirlo si él no toma la sabiduría de sí mismo.

La voluntad en el acto de meditar es muy importante para Krishnamurti porque, pone orden a nuestra actividad de pensar sin la intervención de la voluntad. Él dijo que en el silencio algo nuevo y creativo emerge, algo que no puede ser descrito con palabras. Discierne, el significado de la palabra meditación entendida como vocablo sánscrito que es “dhyana” y que significa “reflexionar” y no “medirse” que es la raíz latina de la palabra. Para Krishnamurti la meditación entendida en el significado sánscrito de la palabra es poner orden a todas nuestra actividades mentales que son las causas de nuestra miseria, de la tristeza del caos y de la confusión.

Krishnamurti mantuvo un gran interés para la educación Él decía “Aprender es mucho más importante que encontrar”. Fundó nueve escuelas para niños desde la primaria hasta la secundaria en India, Inglaterra y Estados Unidos. Lo importante, según su punto de vista, era entregarle a los jóvenes que la nacionalidad, la raza, la religión, la tradición y los dogmas son solamente formas para generar conflictos entres los hombres y llegar a tener la suficiente amplitud de criterio como para poder dejar todo eso de lado, que es la única manera de convertirse en un ser libre.

Divulgó su sabiduría en Europa, Asia y América, además publicó más de cincuenta libros, que fueron traducidos a mucho idiomas.

En torno a Krishnamurti para coordinar y difundir sus pensamientos, surgió la “Krishnamurti Foundation” que está presente en varios países del mundo donde los residentes tratan de poner en práctica la obra de este grande maestro. En los centros de California, Inglaterra e India son guardados los manuscritos y las grabaciones de sus charlas.

Sus trabajos no contienen nada de doctrina, no ofrecen técnicas o métodos, para obtener una mente silenciosa y nunca pensó en fundar un nuevo credo religioso.

La gran obra de Krishnamurti en nuestra Tierra es que supo interpretar y ver la inquietud humana en sus varios aspectos, dejándonos la libertad de poder cambiar nuestra confusión en luz.

Krishnamurti falleció en Ojai, California, a la edad de 90 años, después de entregar a la humanidad la llave para que se despierte en un mundo mejor.

Fuentes:

http://www.umbertoassandri.com/Espanol%20Articulo_2_file/image002.gif

viernes, 5 de septiembre de 2008

EL TRABAJO CON EL EGO

El trabajo con el propio ego es la tarea más ardua de la vida. Es la batalla mayor a la que todos tenemos que enfrentarnos. El ego es una cortina que nos oculta de otras realidades. Desmontar el artificio de tal escudo es el paso para "ver" y alcanzar la aproximación al Don del Águila. El ego, el carácter y la personalidad son elementos que van en el mismo barco. Estos no son más que meros tripulantes al mando del capitán, pero necesarios para manejar la nave. El espíritu de la nave está simbolizado en el capitán.
- La Gran Cadena del Ser.
- Ausencia del Ego.
- El Egocentrismo: La Trampa del Ego.
- El Onto-ser y el Meta-ser.
- ¿Independencia o interdependencia?






jueves, 4 de septiembre de 2008

La ausencia de Ego significa Más.

Precisamente porque tanto el ego, el alma y el Self pueden estar presentes simultáneamente, más vale que comprendamos el real significado de la “ausencia de ego”, idea que ha producido una increíble cantidad de confusión. La ausencia de ego no significa la ausencia de un yo funcional -eso sería un psicótico, y no un sabio-: lo que significa es que uno ya no se identifica exclusivamente con ese ego.

Uno de los numerosos motivos por los cuales tenemos problemas con la idea de “ausencia de ego” es que la gente desea que sus “sabios sin ego” satisfagan todas sus fantasías de lo que es “santidad” o espiritualidad”, lo que generalmente significa que están muertos del cuello hacia abajo, sin impulsos o deseos carnales y desplegando una eterna y suave sonrisa. Quieren que sus santos se hallen libres de todas aquellas cosas con las que las personas típicamente tienen problemas -el dinero, el sexo, los vínculos con los demás, los deseos-. Lo que la gente desea son “santos sin egos” que se hallen “por encima de todo eso”. Cabezas parlantes es lo que desean. Creen que la religión les hará librarse de todos los instintos básicos, los impulsos y los vínculos con los demás, y por tanto se orientan hacia la religión -no buscando indicaciones acerca de cómo vivir la vida con entusiasmo, sino cómo evitarla, reprimirla, negarla, huir de ella-.

En otras palabras, la persona típica desea que el sabio espiritual sea “menos persona”, que se halle de algún modo libre de todas esas fuerzas complicadas, presionantes, pulsantes, jugosas y enredosas que impulsan a la mayoría de los seres humanos. ¡Esperamos que nuestros sabios sean una ausencia de todo lo que nos motiva e impulsa! Deseamos que nuestros sabios se hallen enteramente intocados por todas aquellas cosas que nos atemorizan, confunden, atormentan y desconciertan. Y esa ausencia, ese vacío, ese “menos que personal” es lo que frecuentemente creemos que es la “ausencia de ego”.

Sin embargo. la “ausencia de ego” no significa “menos que personal”, significa “más que personal”. No personal (-), sino personal (+): todas las cualidades personales normales más algunas transpersonales. Piensen en todos los grandes yogis, santos y sabios -desde Moisés a Cristo a Padmasambhava-. No eran unos enclenques de modales amanerados, sino feroces revolucionarios -desde un látigo en el templo hasta someter a países enteros. Hablaron con el mundo en sus propios términos, y no en base a una piedad descarnada; muchos de ellos instigaron masivas revoluciones sociales que han proseguido durante miles de años.

Y lo hicieron de ese modo no porque esquivaran las dimensiones físicas, emocionales y mentales que implica el ser un ser humano -y al ego que es su vehículo- sino porque se involucraron con esas dimensiones con un impulso e intensidad tales que sacudieron al mundo hasta sus mismos cimientos. Sin duda que también se hallaban conectados con el alma (nivel psíquico más profundo) y el Espíritu (el Self sin forma, fuente suprema de su poder), pero expresaban ese poder y obtuvieron resultados concretos, precisamente porque se involucraron con esa intensidad en las dimensiones inferiores, a través de las cuales ese poder podía expresarse en términos comprensibles por todos.


Estos grandes movilizadores y agitadores no eran egos pequeños; eran, en el mejor sentido del término, grandes egos, precisamente porque el ego -el vehículo funcional del reino denso- puede existir, y de hecho existe junto con el alma (el vehículo de lo sutil) y el Self (el vehículo de lo causal). Fue a través de sus egos que estos grandes maestros movilizaron el dominio de lo denso, porque el ego es el vehículo funcional de ese dominio. No estaban, sin embargo, identificados exclusivamente con sus egos (ése sería un narcisista), sino que simplemente descubrieron la conexión de sus egos con una radiante fuente Cósmica. Los grandes yogis, santos y sabios lograron tanto precisamente porque no eran pequeños seres serviles y aduladores sino grandes egos, conectados con su propio Yo superior, con el Atman puro vivo (el puro yo-yo) que es uno con el Brahman; abrieron sus bocas y el mundo tembló, plegó sus rodillas y se enfrentó a su Dios radiante.

¿Era Santa Teresa una gran contemplativa? Sí, y Santa Teresa es la única mujer que jamás haya reformado por entero a una tradición monástica católica (reflexionen acerca de eso). Gautama el Buda sacudió a la India hasta sus cimientos. Rumi, Plotino, Bodhidharma, Lady Tsogyal, Lao Tsé, Platón, el Baal Shem Tov: estos hombres y mujeres iniciaron revoluciones en el dominio denso que duraron cientos, a veces miles de años, algo de lo que aún no pueden vanagloriarse ni Marx ni Lenin ni Locke ni Jefferson. Y lo hicieron no porque estuviesen muertos del cuello hacia abajo. No: eran egos monumentales, gloriosos y divinamente grandes, conectados con su nivel psíquico más profundo, el que a su vez se hallaba conectado directamente con Dios.

Por cierto que existe cierta verdad en la idea de “trascender el ego”: pero esto no significa destruírlo, sino conectarlo con algo mayor. Como lo expresa Nagarjuna, en el mundo “relativo”, el atman es real. Por tanto, en ningún caso anatta es una descripción correcta de la realidad. El pequeño ego no se evapora: permanece presente en el dominio convencional como el centro de actividad funcional. Como dije, perder ese ego es volverse un psicótico, y no un sabio.

“Trascender el ego”, por tanto, significa entonces trascenderlo... pero incluírlo en una unión más profunda y elevada, primero en el alma o nivel psíquico más profundo, y luego con el Testigo o Self primordial, y luego con cada etapa previa tomada, enrrollada, incluída y abrazada en la radianza del Sabor Único. Y eso significa que no nos “deshacemos” del pequeño ego, sino que lo habitamos por entero, lo vivimos con entusiasmo, lo utilizamos como el necesario vehículo a través del cual son comunicadas las verdades superiores. El Alma y el Espíritu incluyen al cuerpo, las emociones y la mente: no las eliminan.

Dicho sin adornos, el ego no es un obstáculo al Espíritu, sino una manifestación radiante de éste. Todas las Formas no son otra cosa que el Vacío, incluyendo la forma del ego. No es necesario deshacerse del ego, sino simplemente vivirlo con cierta exuberancia. Cuando la identificación deja de estar adscrita exclusivamente al ego y se extiende al Cosmos entero, el ego descubre que el Atman individual es, de hecho parte del Brahman. El gran Self es, de hecho, no un pequeño ego, y por tanto, hasta donde te halles atascado en tu pequeño ego, se requiere de una muerte y de una trascendencia. Los narcisistas son, simplemente, personas cuyos egos no son aún suficientemente grandes para incluír al Cosmos entero; y por tanto, intentan -en lugar de eso- ser parte central del Cosmos.

Pero no deseamos que nuestros sabios tengan grandes egos; ni siquiera deseamos que se manifiesten en algo. Cada vez que un sabio despliega humanidad -en relación al dinero, el alimento, el sexo, los vínculos humanos- nos choqueamos, nos choqueamos porque estamos planeando huír por entero de la vida, no vivirla, y el sabio que vive la vida nos ofende. Deseamos huír, deseamos ascender, deseamos escapar, y el sabio que vive con deleite, que vive la vida a fondo, que atrapa cada ola de la vida y la surfea hasta el fin... esto nos incomoda en forma tremenda, profunda; nos asusta, porque significa que quizás también nosotros debamos implicarnos en la vida con entusiasmo en todos los niveles, y no meramente escapar de ella en una nube de éter luminoso. No queremos que nuestros sabios tengan cuerpos, egos, impulsos, vitalidad, sexo, dinero, vínculos personales o vida alguna, pues ésas son las cosas que habitualmente nos torturan, y deseamos librarnos de ellas. No deseamos surfear sobre las olas de la vida, deseamos que las olas se vayan. Deseamos una espiritualidad vaporosa y rosada.

El sabio interno, el sabio no dual, se halla aquí para mostrarnos otro camino. Generalmente conocidos como “tántricos”, estos sabios insisten en trascender la vida a través de vivirla. Insisten en hallar alivio a través de involucrarse, hallar el nirvana en medio del samsara, encontrar la liberación en la inmersión total. Entran con consciencia en los nueve anillos del infierno, pues en ningún otro lado se pueden hallar los nueve paraísos. Nada es ajeno para ellos, pues no hay nada que no sea el Sabor Único.

Así, el asunto consiste en estar enteramente cómodo en el cuerpo y sus deseos, la mente y sus ideas, el espíritu y su luz. Acogerlos por entero, por parejo, en forma simultánea, pues todos son, por igual, manifestaciones del Sabor Único. Habitar la lujuria y verla jugar; involucrarse en las ideas y seguir su brillo; ser tragado por el Espíritu y despertar a una gloria a la que el tiempo olvidó poner un nombre. Cuerpo, mente y espíritu, todos incluídos, igualmente contenidos en la consciencia ominipresente que subyace a toda la obra.

En la quietud de la noche, la Diosa susurra. En el brillo del día, el querido Dios ruge. La vida pulsa, la mente imagina, las emociones ondulan, los pensamientos vagan. ¿Qué son éstos sino los infinitos movimientos del Sabor Único, por siempre jugando con sus propias expresiones, susurrando suavemente a todo aquél que desee escuchar: acaso no es esto otra cosa que tú mismo? Cuando el trueno ruge, ¿no oyes acaso a tu propio Ser? ¿Cuando el rayo se despliega, no ves acaso a tu propio Ser? Cuando las nubes flotan silenciosamente a través del cielo, ¿no es acaso tu propio Ser ilimitado saludándote?




martes, 2 de septiembre de 2008

Josep Maria Fericgla: "Nunca hay que buscar la felicidad."

Sostiene que ver la televisión es la forma más extendida en nuestra sociedad de procurarse un estado modificado de conciencia.


--¿Qué es un estado modificado de conciencia?
--Es un estado de la mente profundamente enraizado en el ser humano y núcleo de muchos de los valores culturales, tradicionales y actuales, donde las coordenadas fundamentales del ego desaparecen. Se derrumba la concepción ordinaria del tiempo y del espacio.

--En nuestra sociedad eso se busca sin el carácter místico.
--Exacto. La forma más extendida de procurarse un estado modificado de conciencia es a través de la televisión y el cine. Aunque sean estados muy superficiales, cuando alguien ve una película se encuentra en un estado modificado de conciencia, ya que se identifica completamente con la historia que le cuentan.

--¿Y las drogas?
--Hoy en día, el consumo de drogas visionarias tiene mucho que ver con esta búsqueda compulsiva de estados modificados de conciencia. Pero el ser humano siempre ha buscado recursos. Los chamanismos son técnicas arcaicas del éxtasis para buscar estados modificados de conciencia. Hay que tener en cuenta que los artistas de todas las épocas han buscado recursos químicos o técnicas de meditación con objetivos creativos. Las personas con una necesidad religiosa también buscan técnicas para modificar ese estado y sentir la experiencia de la divinidad dentro de sí. A fin de cuentas, la espiritualidad es la experiencia de lo transpersonal, es decir, que pertenecemos a una red viva más allá de nuestro límite corporal y psicológico.

--En un estado de conciencia ampliada, cuando no hay tiempo ni espacio ni ego, ¿qué hay?
--Hay un universo fantástico. Generalmente, lo primero que hay es una experiencia de paz. Siempre y cuando uno esté en paz consigo mismo. Porque, de hecho, ampliar la conciencia no significa salir de uno mismo, sino derrumbar estos límites de automatismos y condicionamientos que habitualmente dirigen nuestras vidas.

--¿Cómo es esa paz?
--Una empatía espiritual con el entorno muy difícil de describir. Con frecuencia, lo que también se encuentra es la posibilidad de verse uno mismo desde afuera.

--¿Cómo?
--La palabra éxtasis tiene etimología griega y significa literalmente "verse a uno mismo desde afuera". Entonces, la experiencia extática profunda, buscada por todo ser humano con más o menos conciencia de ello, es la posibilidad que tenemos de vernos a nosotros desde afuera, y, por tanto, de observar nuestros condicionamientos y los límites de nuestro propio ego.

--¿Cómo es posible?
--Los budistas hablan del testigo, esa conciencia exterior que uno busca para poderse observar. Los sufís hablan de estar en el mundo sin ser del mundo para referirse a la capacidad de verse. Los mayas precolombinos hablaban del ojo desencarnado. Y cualquier técnica psicoterapéutica contemporánea seria lo primero que busca es que el paciente se pueda ver a sí mismo en sus conductas compulsivas para que vaya tomando conciencia de dónde nacen. Esto es lo que se encuentra en un estado modificado de conciencia.

--¿Con psicótropos?
--El término que se usa en los ámbitos técnicos es el de enteógeno. Alucinógenos o psicótropos son términos incorrectos. El psicótropo es cualquier sustancia que afecta a la mente; por tanto el café es psicótropo, igual que los barbitúricos o los hipnóticos que venden en las farmacias para dormir. Enteógeno es algo que despierta dentro de uno la experiencia de la divinidad.

--¿Y no le da miedo consumir enteógenos?
--No, miedo no, pero sí mucho respeto. Nunca puede convertirse en una costumbre vana traspasar los límites del ego, que es donde nos sentimos encarcelados, pero cómodos también. Es siempre una experiencia muy seria. Pero no tengo miedo. Llevo muchos años investigando: he estado nueve años con chamanes amazónicos, experimentando conmigo mismo diversos enteógenos.

--¿Qué es para usted la felicidad?
--Es algo que nunca hay que buscar. Es el regalo que nos hace lo indescriptible cuando uno está en su camino en este mundo. Cuando una persona está ocupando su espacio y haciendo lo que le toca hacer dentro del esquema cósmico, entonces se siente feliz. Y a veces la felicidad implica bienestar y alegría; a veces implica un compromiso doloroso con alguna ideología o con alguna relación personal.

--¿Y de ahí que nunca haya que buscar la felicidad?
--Exacto, porque pretender buscarla es como querer agarrar el agua o el viento con las manos. Uno puede experimentar el efecto agradable del agua, sobre todo en verano, pero querer agarrarla con las manos es un esfuerzo intrínsecamente inútil. No hay que buscarla.

Fuentes:


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domingo, 31 de agosto de 2008

Chuang Tsé.

Desde el 550 a.C. al 250 a C. se desarrolló el período clásico de la filosofía china. Chuang Tsé vivió a finales de esa época. Nació el 360 o 365 a C. en la actual Coaxian, otros autores sugieren que en Shargiu, en la provincia de Henan. Falleció el 290 o 286 a C.

Trabajó en su pueblo natal como funcionario de estado un corto tiempo. Pasó la mayor parte de su vida retirado y en pobreza voluntaria. Se sabe que no aceptó un alto cargo en el estado de entonces y que lo rechazó con su humor característico.

Tuvo una estrecha amistad con el filósofo Hui Shi, de la escuela de las normas, y usó muchas de las ideas metafísicas de su amigo, cuya filosofía era opuesta a la de él. Chuang Tsé, comprendió que su propio pensamiento no era completo por sí mismo, sin la "oposición" de la de Hui Shi, por el principio de complementariedad y usó muchas de las ideas metafísicas de ese filósofo.

La obra de Chuang Tsé se compone de 7 "libros interiores", los cuales se atribuyen con seguridad a él, 28 "libros exteriores" y 14 "libros varios" que fueron redactados por sus discípulos o sus seguidores. En nuestra época se conservan sólo 33.

En el año 727, un emperador de la dinastía Tang, confirió a Chuang Tsé el título de "Verdadero clásico del país de las flores del sur". Desde entonces fue convertido en un autor canónico de la religión taoísta.

El fundamente de su pensamiento, como en todas las corrientes taoístas, es el Tao y el wu wei, basada en la síntesis suprema de todos los contrarios, cimentada en el principio de Yin y Yang.

Su obra es una antología del pensamiento, plagado de un humor irónico, exento de crueldad, prepotencia y agresividad. Realza con ingenio literario e imparcial tolerancia su visión filosófica. Basó casi toda su enseñanza en el Tao Te King.

Chuang Tsé sostenía que sólo cuando uno estaba en contacto con el Tao - que no se puede nombrar, que está más allá de todas las cosas existentes, que no puede ser transmitido por medio de palabras ni con el silencio - uno podía comprender como vivir. Vivir solamente con el "Tao del hombre", era descarriarse. Basar el comportamiento en el "Tao ético", era no comprender la vida. Chuang Tsé observó que un comportamiento basado en hacer a otro lo que es bueno para uno, es ilusorio, cuando uno no sabe qué es bueno para uno mismo. La felicidad no puede ser alcanzada por medio del utilitarismo y el hedonismo. Decía que la vida de riqueza, placer, ambición, es intolerable, porque "se vive para aquello que siempre está fuera de alcance, sediento de la supervivencia del futuro, e incapaz de vivir en el presente".

Ver "la felicidad" y lo "bueno" como algo por alcanzar, o sea, en el "exterior" de uno mismo, en el mundo de los objetos, es colocarse entre el bien y el mal: en el presente, en que no se está en posesión de lo que se busca y en el futuro, en que se piensa que se alcanzará aquello que se desea.

Chuang Tsé cree que el concepto de felicidad e infelicidad es ambiguo, porque está situado en el mundo de los objetos. Piensa igual en lo referente a virtud, justicia, etc. Todo lo que es tratado como objeto por alcanzar, lleva a engaño y alienación. Igual que Lao Tsé, expresa que, cuando todo el mundo reconoce el bien como tal, se transforma en mal, porque se transforma en algo que no se tiene y que debe perseguir constantemente, hasta que se convierte en inalcanzable. Uno lo busca "fuera" a través de análisis, abstracciones, confusión de opiniones, etc. Cada vez es menos real y se aleja más, los medios se hacen muy elaborados y el fin, el bien, no llega. El camino del Tao, es comenzar con el simple bien, con el cual uno está dotado por el mero hecho de existir.

El secreto del camino de Chuang Zu, es el no-hacer, Wu Wei, que enseña a no estar pendiente de resultados. Si uno está en armonía con el Tao "cósmico", la respuesta quedará clara cuando llegue el momento de actuar, dado que uno actuará con arreglo al modo divino y espontáneo, que es el propio del Tao, la fuente de todo bien.

Chuang Tsé observa que la simple virtuosidad carece de significado y de aspectos profundos en el individuo y la sociedad. El hombre virtuoso es aquél en el que el Tao actúa sin impedimentos.

La verdadera tranquilidad buscada por el "Hombre del Tao", es la tranquilidad de la acción en la no acción, que transciende la división entre la actividad y la contemplación, entrando en unión con el invisible Tao, lo que significa el abandono de la "necesidad" de ganar.

La humildad esencial que predica Chuang Tsé, es aquella en que el hombre es consciente de su insignificancia y se olvida por completo de sí mismo. Es humildad "cósmica" porque está enraizada en la naturaleza de las cosas, y está repleta de vida y consciencia de todos los seres vivos.

El verdadero carácter del Wu Wei, es la actividad perfecta, porque es un acto sin actividad, un acto en armonía con la Totalidad, que tiene un carácter incondicional y que no está supeditado a nuestras teorías o ideas.

Un hombre sabio es aquel que "reconoce ser como los demás hombres". Sólo difiere de los demás, porque está centrado en el Tao y no en sí mismo. Pero "no sabe en qué forma es diferente".

Fue Chuang Tsé, quien introdujo verdaderamente las enseñanzas de Lao Tsé en la filosofía china. Brillante poeta y filósofo, siempre vivió en forma sencilla, fundó una familia y pasó enormes penurias económicas. Permaneció en forma constante en relación con las corrientes espirituales de su tiempo. Fue gran admirador de Confucio, muy especialmente, cuando éste, después de los 60 años, tuvo un cambio espiritual profundo.

En los primeros siete libros, está su fundamento filosófico. Son los libros "interiores" o "interioridades".

El primer libro se titula "Viaje sosegado", compara la vida terrenal, los destinos e influencias que en ella se ven, con la codorniz, cuya vida se mantiene exenta de pequeñeces, y con un pájaro que echa a volar y cuyas alas atraviesan el mar, como nubes suspendidas.

El segundo libro es "Del equilibrio de las concepciones". Aquí propone una solución desde el punto de vista taoísta, para las cuestiones discutidas por la filosofía de su época. Reconoció la inevitable relatividad de todos los conceptos antagónicos involucrados en la polémica. Indicó una salida: la disputa no se resolvería más que a través de la intuición, que proporcionaría el único punto de vista que permite contemplar al ser como una unidad.

El libro comienza con la rapsodia del organillo celestial y termina con la misteriosa parábola del sueño, donde se trata el contraste existente entre la vida de vigilia y el sueño, dos estados que no permiten saber cual es real y cual irreal.

El tercer libro, contiene la aplicación práctica de la proposición propuesta. En él se dice que hay que encontrar al "Señor de la Vida". Que, en lugar aspirar a una situación dada, hay que dejarse llevar, conformarse con la posición exterior que uno ocupa en el mundo. No es el cambio de las situaciones exteriores lo que puede salvarnos, sino una actitud diferente frente a las circunstancias, una actitud impregnada por el Tao. Solamente una actitud así podría facilitar el acceso a ese universo que está más allá de las diferencias.

En el cuarto libro, también se revela la importancia de conservar una actitud que lo abarque todo, no atarnos, ni establecernos en ninguna singularidad. La singularidad significa ser útil, lo que provoca que podemos ser utilizados, enganchados en el conjunto de las apariencias.

El quinto libro, trata del "Sello de la vida plena". Aquí mediante diversas parábolas, enseña cómo el contacto interior con el Tao - que da la vida verdadera, exenta de intenciones - ejerce una influencia sobre los seres humanos que hace desvanecerse toda clase de deficiencias externas. El contraste entre la joya interna y el grosero aspecto manifestado, es realzado con mucha fuerza.

El sexto libro de Chuang Tsé, es uno de los más importantes: "El progenitor y el maestro". Se refiere a la persona que ha encontrado el Tao. "Las personas verdaderas no temían la soledad, no realizaban acciones heroicas, ni hacían proyectos. Podrían elevarse a grandes altitudes porque no se arrepentirían si fracasaran, ni se sentirían orgullosos cuando acertaran. Sabían atravesar el agua sin mojarse, el fuego, sin quemarse. No soñaban estando dormidos y estando despiertos no se preocupaban. Sus alimentos eran sencillos y su respiración, profunda. No conocían la alegría de vivir, ni el temor de la muerte. Aceptaban con serenidad lo que venía, y lo que se iba lo dejaban irse, sin pensar más en ello. Esto es no reconocer el Sentido por medio de la consciencia y no querer mejorar lo Celestial mediante lo humano.

El séptimo libro, "Destinado al uso de reyes y príncipes", habla del tema de gobernar por el de no-gobernar. "El hombre supremo utiliza su corazón como un espejo: refleja, no retiene".

Chuang Tsé realiza un perfeccionamiento del taoísmo de Lao Tsé, porque da métodos que aportan una solución a los problemas psicológicos de su tiempo. Nos hace vislumbrar las concepciones taoístas, con agudas y poéticas parábolas.

Para él, también el mundo manifestado es un juego ilusorio. Como gran parte de lo que transmite bajo su nombre, no es de su producción, se supone que tuvo discípulos. Ejerció una influencia enorme sobre la filosofía y la literatura, la que se evidencia en la literatura meridional y la poesía Ch´u, y reflejan la admiración por su filosofía poética y por su contenido ideológico.

Fuentes:
Por Elisa Aliaga.

http://www.alcione.cl/nuevo/assets/logo.gif


Textos de Chuang Tse.

EXTRACTOS 1

EXTRACTOS 2

EXTRACTOS 3

EXTRACTOS 4

Fuentes:


http://www.oshogulaab.com/TAOISMO/TEXTOS/LISTADOTITULOSTAOISMO.htm

sábado, 30 de agosto de 2008

Lao Tse: "Etica y el Tao."

El Taoísmo es el sistema filosófico y religioso fundamental en China, aunque de "ismo" no ha de decirse exactamente que es, puesto que iría en contradicción con una de sus enseñanzas:

"Si intentas representar su imagen en tu mente, lo perderás."
(Hua Hu Ching)

La pregunta surge de inmediato cuando uno lee las líneas de los libros referidos al Tao:

"El Tao que puede ser expresado, no es el Tao eterno.
El nombre que se le puede dar, no es su verdadero nombre."

¿Cómo es posible que a partir de esta frase puede surgir todo un modo de vida ético y hasta político? De eso ha de tratarse, en la medida de lo posible, para poder comprender de mejor manera esta peculiar "forma" de pensar. Así pues, es preciso partir de sus fundamentos esenciales, como lo es el Tao mismo, desde la perspectiva del lenguaje y el pensar analítica, ya que, como es obvio, el Tao nombrado no es el real. Ahora bien, existen varios textos referidos al Tao, entre ellos se encuentra el famoso "Tao Te King", muy difundido en occidente. Sin embargo, existen otros textos no muy conocidos, como el "Hua Hu Ching", el "Wen Tzu" y el "Nei P'ien". Se hará uso de estos cuatro textos para proseguir con la indagación.

Así pues, el Tao es lo incognoscible pero cognoscible. Esto no entra en contra del principio de no contradicción puesto que el Tao, algo similar a Brahman pero con aplicaciones más prácticas, lo penetra todo. "El Camino", como se le dice a la senda taoísta, implica acción constante, práctica continua. No se trata de enseñanzas que puedan ser tomadas a la ligera, pero tampoco al pie de la letra. Apegarse a las palabras es olvidar su esencialidad. En su aplicación, tampoco se motiva a la búsqueda externa de la verdad sutil. El camino es complejo y precisa claridad al andar.

"No te ocupes de rendir culto a deidades e instituciones religiosas como fuente de la verdad sutil.
Hacer esto es colocar intermediarios entre ti mismo y lo divino y convertirte en un mendigo que buscar afuera un tesoro que está escondido en el interior de su propio corazón. Si quieres rendir culto al Tao, descúbrelo primero en tu propio corazón. Entonces tu culto tendrá sentido."
(Hua Hu Ching)

Ahora, ¿qué clase de enseñanza ética puede tener el fragmento expuesto, cómo es posible? La cuestión es simple. Aquí se trata de ser maduro, es decir, de evitar depender de agentes externos para la comprensión de lo que Es, del Todo. En este cese de la dependencia existe fuerza que surge de uno mismo, de modo que la persona se torna fuerte. Cuando uno depende de lo externo, se vuelve débil y poco a poco puede ser fácilmente manipulado. Este pensamiento-
sentir incita también, pues, a formarse criterios acerca de lo que a uno le rodea. Ya lo vio también Jiddu Krishnamurti:

"No es la confianza en uno mismo, la cual forma parte de la condición egocéntrica, egoísta. Pero el ser luz para sí mismo, requiere gran libertad, un cerebro muy claro, no un cerebro condicionado. Y tener un cerebro activo, capaz de afrontar retos, de cuestionar, de dudar, implica tener energía. Pero cuando uno depende de otros, pierde la energía"
"La mente que no mide", por Jiddu Krishnamurti.

Visto de esta manera, entonces, queda claro la significación profunda del pensamiento-sentir desde el Tao. Y se dice "pensar-sentir" ya que, como puede notarse, el pensar por sí solo es limitado.
Lo primordial se encuentra pues, en la comprensión de la verdad sutil. Sin ésta, todo cuanto se haga no tiene sentido. Por eso, es preciso escuchar e investigar:

"No escuchar y no investigar es como ser ciego y sordo en compañía de los demás."
(Wen Tzu)

Esta frase también conlleva una gran enseñanza, y es que el camino del sabio no es estar en un lugar apartado de los demás, siendo indiferente a lo que ocurre en el mundo. Similar y más explícito se ve aquí:

"La verdadera comprensión en una persona tiene dos atributos: Consciencia y acción. Juntos forman un tai chi natural. ¿Quién puede disfrutar de la iluminación y permanecer indiferente a los sufrimientos del mundo?
Esto no está en armonía con el Camino. Sólo quienes aumentan sus servicios junto con su comprensión pueden ser llamados hombres y mujeres del Tao"

Estas palabras tienen mucho poder y significado.
Véase que se declara que el sabio no es alguien pasivo, sino altamente activo. Pero no es una acción producto del condicionamiento, sino que es manifestación de la comprensión. Pone en práctica lo que comprende desde lo esencial. Hay armonía entre hacer y comprender, sin distinción alguna. Y es que solo en la comprensión verdadera existe acción, puesto que se ven las cosas claras y nítidas, de modo inevitable ha de surgir algo, dada la energía sentida en la observación plena y cabal de lo existente. El sabio no está separado de los demás, puede sentir al otro como sí mismo, por eso "Sé simplemente consciente de la unidad de las cosas."
También se enseña sobre el término medio, el equilibrio, el balance, y al mismo tiempo sobre la interacción de los opuestos complementarios: yin-yang. Al respecto del primero, puede verse:

"Ir más allá del límite es exceso; desviarse de las órdenes o presionar para el fin es algo peligroso. Llegar a un buen fin lleva largo tiempo; un mal fin no puede cambiarse más tarde. ¿Puedes permitirte ser descuidado? Simplemente sigue las cosas y deja que tu mente se mueva libremente. Resígnate a lo que no puede evitarse y nutre lo que está en tu interior; esto es lo mejor. ¿Qué más tienes que hacer para cumplir tu misión? Nada es tan bueno como seguir las órdenes (obedecer al destino). ¡Así de difícil es!"
(Nei-P'ien)

Esta enseñanza implica la mediocridad en el sentido sano y saludable. Cuando uno vive en armonía consigo mismo, fluye en todas las circunstancias que acontezcan. Será como el agua en un río, bordeará las piedras y seguirá su camino. De este modo, en el movimiento de los opuestos complementarios sabrá fluir, yendo en equilibrio con lo existente.
Los excesos cesarán de por sí cuando sea uno con el balance. Ir en detrimento del término medio implica el devenir constante de perturbaciones mentales, consecuencia de no haber comprendido la esencialidad de las cosas. Cuando la mente está calma, las diez mil cosas se manifiestan. A modo similar de un lago, que cuando está quieto puede percibir hasta la mínima turbulencia, así, la mente puede captar las cosas cuando está en paz. Es por esto que una persona en calma es perceptiva y altamente activa, ya que lo aprehende todo con fluidez. Se precisa, pues, el fluir natural, condición primigenia, que es el Tao. Para el caso:

"Mantén tu mente libre de divisiones y distinciones. Cuando tu mente es simple y está desapegada y silenciosa, todas las cosas pueden existir en armonía y puedes empezar a percibir la verdad sutil."

Estas enseñanzas tienen una influencia poderosa en cuanto al modo de gobierno, de ahí que en el libro "Wen Tzu" se indiquen explícitamente cómo ha de gobernarse desde el Tao. Y es que se reconoce que la influencia de la política y la economía son directas en la vida de las personas:

"(…) al observar que una de las causas de los problemas psicológicos y sociales radicaba en las condiciones económicas, mientras que las causas de los problemas económicos radicaban en las condiciones psicológicas y sociales."

Así pues, se trata de un principio de recursividad organizacional, en el que la causa influye en el efecto y el efecto en la causa. Cuando los gobernantes están en el camino de la virtud los gobernados viven en paz. Si los de arriba son codiciosos, los de abajo serán ambiciosos y carecerán de deferencia. Se nota aquí la influencia de los que están en el poder político en cuanto a sus actitudes. El "Wen Tzu" trata de la educación ética de los gobernantes y su relación con los gobernados.
Por ejemplo:

"Si estás en una posición superior, no estés orgulloso de tu éxito; si estás en una posición de subordinación, no te avergüences de tus problemas. Si eres rico, no seas arrogante; si eres pobre, no robes. Conserva siempre el amor universal imparcial y no dejes que se marchite. A esto se llama humanidad."

Estas palabras resuenan en uno, dado que nos tiene presente que aun se esté en la posición más alta de algún cargo, la esencialidad primigenia ha de ponerse en práctica. En otras palabras, encuéntrese uno en donde se encuentre, ha de ser consciente de lo esencial y ponerlo en práctica, como se señaló más arriba.

"Si estás en una posición superior, ayuda al débil; si estás en una posición de subordinación, mantén el control sobre ti mismo. No te complazcas en tus antojos cuando tienes éxito, y no te agites cuando estés en una situación apurada. Sigue uniformemente la razón, sin torcerla de manera subjetiva. A eso se le llama justicia."

Permanecer en equilibrio, en armonía, es clave para toda forma de gobierno. Así, los que están en el pueblo, valorarán la virtud. Si los que gobiernan no practican la virtud, los gobernados estarán llenos de resentimiento. Si no hay orden y armonía, todo lo demás estará en agitación.
Así, en cuanto a la ética de los que gobiernan, se sugiere permanecer en la senda del Tao en la medida de lo posible para que la nación vaya de forma adecuada. Los deseos han de ser moderados, evitando los excesos, como se dijo:

"Una nación caótica parece llena, una nación en orden parece vacía; una nación moribunda parece carente, una nación que se esfuerza parece tener abundancia (…) Tener abundancia no significa tener muchos bienes; significa que los deseos son moderados y pocas las cosas que se emprenden. Estar carente no significa tener dinero; significa que el pueblo es poco numeroso y los gastos son grandes."

Moderación, prudencia, virtud, son cualidades básicas para el buen gobierno, pero también lo son para la puesta en práctica de la ética taoísta.

Y volviendo a la actitud de uno en cuanto a su acción, el "Hua Hu Ching" pone de manifiesto que:

"Una persona superior cuida del bienestar de todas las cosas. Lo hace aceptando la responsabilidad de la energía que manifiesta, tanto activamente como en el reino sutil."

El hacer no se limita al plano físico, sino también al reino sutil, de lo energético no-físico, pero que influye en lo físico. Al mismo tiempo, el sabio, al verse a sí mismo, ve todo lo que existe. Principio hologramático, en el que la parte se ve manifestada en el todo y viceversa. Pero esto no se limita, por supuesto, al ámbito humano, sino que la naturaleza se ve implicada profundamente. Y es que la perspectiva desde el Tao es también naturalista. Por esto:

"Mirándose a sí mismo, ve la misma cosa. Árboles, animales, humanos o pájaros: insectos, flores y pájaros. Estas son imágenes activas de las energías sutiles que fluyen desde las estrellas a través del Universo. Encontrándose y combinándose entre sí y con los elementos de la tierra, hacen surgir todas las cosas vivas. La persona superior comprende esto y entiende que sus propias energías desempeñan un papel en ello. Comprendiendo estas cosas, respeta a la tierra como a su madre, al cielo como a su padre, y a todas las cosas vivas como a sus hermanos y hermanas. Cuidándolos, sabe que se cuida a sí mismo. Dándoles a ellos, sabe que se da a sí mismo. En paz con ellos, está siempre en paz consigo mismo."
(Hua Hu Ching)

Sensibilidad profunda es lo que expresa el hombre del Tao. El respeto hacia la naturaleza procede de la comprensión de lo esencial. Cuando uno siente la conexión que existe en la naturaleza, siente que no se es el centro de atención de nada o nadie en particular, sino que simplemente uno es parte del flujo universal. Este flujo ha de ser respetado, manifestándose en la naturaleza y en las personas. Uno se ve a sí mismo en los demás porque forma parte de ellos, y merece todo el cuidado respectivo. Este buen trato no está fundado en el egoísmo como pareciese hacerse ver en la frase "cuidándolos, sabe que se cuida a sí mismo". No se trata de una intención camuflada por preocuparse solo de sí mismo, sino que, como también se dijo en un inicio, parte de la comprensión esencial del Tao. El tao lo penetra todo, se manifiesta en todo, pero tratar de categorizarlo bajo una forma en particular es olvidar su estado primigenio ilimitado.
Por eso:

"El universo ya es una unidad armoniosa; toma simplemente consciencia de ellos.
Si hurgas en buscar paz interior, perderás tu paz interior."

El Universo, el Tao, está ahí, no se precisa buscarlo. Es más, en la búsqueda, al no tener idea de lo que se quiere, ya que por eso es búsqueda, uno proyecta una imagen mental de lo que se desea. En esta proyección uno suele olvidar la comprensión esencial de las cosas. Buscando una aguja en un pajar se encuentra la aguja pero se olvida su esencialidad. Es decir, que en la búsqueda uno proyecta la imagen de algo, y es entonces cuando uno se enfoca en la imagen mental que olvida el hecho en sí mismo. Así, el Tao está en frente de nuestra narices pero somos nosotros lo que bajo los diversos condicionamientos que distorsionamos la visión de la realidad. Lo mismo puede decirse de la paz interior. Es como decir que cuando uno quiere ser libre, no ha de apegarse siquiera a la idea de serlo, puesto que de inmediato se encontrará atado a algo, en relación a algo. Cuando uno anda detrás de la paz, eso en sí mismo es movimiento. La búsqueda es un constante devenir de placer y sufrimiento, en tanto que cuando se lo encuentra, uno se siente dichoso, pero cuando se lo pierde, uno se siente triste. De modo que en la búsqueda solo podrá ocasionarse una paz ilusoria, pasajera en tanto que no contiene en sí la sustancialidad de la comprensión de lo que Es. Solo cuando cesa la búsqueda, la mente estará quieta, y como el lago citado más arriba, podrá percibir de inmediato todo lo que acontezca, incluyendo los problemas y condicionamientos propios de uno. Cuando puede hacerlo, podrá cortarlos de raíz.
Sobre la ética taoísta puede decirse más. Como se ha visto, las implicaciones filosóficas en sus enseñanzas son profundas y a la vez complejas; sin embargo, como se indica desde el Tao, se pueden comprender desde la simplicidad. Se ha podido apreciar pues, que las enseñanzas que en un primer plano parecían esotéricas, tienen mucha relación con el actuar humano. No se trata de palabras vanas salidas de un momento de inspiración, sino de una puesta en práctica constante, en el que no hay diferenciación entre comprender-hacer. La naturaleza está implicada en ello, como una relación cósmica que incluye al ser humano dentro de todo esto, sin darle un papel demasiado importante en detrimento de los demás. Hay respeto y armonía en la comprensión desde el Tao. Además, las repercusiones de estas enseñanzas compartidas van hasta la política. La ética cumple una función vital en todo esto, también. Así, cuando uno gobierna ha de hacerlo desde el sendero del Tao. En caso de no poder hacerlo, habrá que hacer todo lo posible para mantener a la nación en equilibrio. No es un orden impuesto, ya que eso no sería paz, sino que se da a partir de la comprensión de la verdad sutil. Esta verdad sutil, que está delante de nosotros, no ha de ser buscada en detrimento de la paz interior. Las enseñanzas desde el Tao tienen
mucho que enseñarnos, y esto se puede ver bien expresado en lo que sigue:

"El pensamiento dualista es una enfermedad.
La religión es una distorsión.
El materialismo es cruel.
La espiritualidad ciega es irreal.
Cantar no es más sagrado que escuchar el murmullo de un arroyo, pasar las cuentas de un rosario no es más sagrado que
simplemente respirar, los hábitos religiosos no son más espirituales que la ropa de trabajo.
Si deseas alcanzar la unidad con el Tao, no te dejes atrapar por superficialidades espirituales.
Por el contrario, vive una vida tranquila y simple, libre de ideas y conceptos. Encuentra la satisfacción en la práctica de la virtud sin hacer distinciones, que es el único verdadero poder.
Dando a los demás de manera generosa y anónima, irradiando luz por el mundo e iluminando tu propia oscuridad, tu virtud se convierte en un santuario para ti mismo y para todos los seres.
Esto es lo que quiero decir cuando hablo de encarnar el Tao."

(Hua Hu Ching)

El camino del Tao, puede expresarse en, pues, humildad, dedicación, sinceridad, amistad, buen ánimo. Sus enseñanzas son simples, y solo la mente condicionada lo aprehenderá como complicado, autoproyectándose. Que se comprenda, no existe diferencia entre mundano y sagrado, porque cuando uno comprende lo que Es, se Es en cada acción, movimiento, respiración, palabra.



jueves, 28 de agosto de 2008

Lao Tse: "El Tao Te King"

http://sepiensa.org.mx/contenidos/historia_mundo/antigua/china/lao_tse/img/tao.gif

"El propósito de las palabras es transmitir las ideas:
 Cuando las ideas se han comprendido, las palabras se olvidan.
¿Dónde puedo encontrar un hombre que haya olvidado las palabras?
Con ése me gustaría hablar."

Dicen que Lao Tse no quería hablar. Quería emprender un viaje hacia las cordilleras del Oeste para acabar sus días en paz. El guardián del paso de Huan-Ku le observaba, el solitario centinela del paso de las montañas había vivido lo bastante para conocer que aquel anciano reticente era un sabio: sus ojos lo delataban, y el gesto de sus manos al sentarse, y la presencia que emanaba de su cuerpo. Se veía que su casa era el ancho mundo, la tierra su almohada y las estrellas sus sábanas. El guardián tomó una resolución, y empuñando su arma le dijo: No os dejaré marchar si no me dais una parte de vuestra sabiduría.

Lao Tse, que había intuido hacía rato sus pensamientos, sacó pincel y comenzó a trazar caracteres, 5000 ideogramas, sobre la túnica de seda que le ofreció el soldado, destilando en ochenta poemas una de las experiencias más sensatas del conocimiento humano: el Tao Te King.

Éste es un libro para quienes no confían en las palabras. Desde el inicio su autor advierte:

El Tao que puede expresarse
no es el Tao eterno.
El nombre que puede pronunciarse
No es el nombre eterno.
El “no ser” es el comienzo del Cielo y de la Tierra,
Y el “Ser”, la madre de los seres individuales.
El camino del No-ser
Lleva a contemplar la maravillosa esencia.
El del ser, a contemplar los espacios limitados.
Originalmente, los dos son uno
Su única diferencia radica en el nombre
La unidad de ambos se denomina misterio.
El enigma más profundo del misterio
Es la puerta por donde entran todas las maravillas.

Pero Lao Tse hizo lo imposible, el Tao Te King es un libro para quienes no confían en las palabras; un libro que se lee, relee y disfruta durante toda una vida. Un libro de consulta que cambia con los años, como el vino, destilando nuevos sabores, pensamientos no descubiertos. La sabiduría que intenta comunicar Lao Tse es el modo de ser de la Naturaleza y la manera en que debemos obrar para asemejarnos lo más posible a ella.

¿Qué es el Tao Te King? Traducido “el libro del sentido y de la vida”. Es probable que nos gustase una explicación al estilo occidental: “el Tao es de tal y cual modo y, en consecuencia, el sabio se comportará de este y aquel modo”. Imposible. El lenguaje puede ayudarnos a entender un concepto, pero no la experiencia del Tao. No en vano los filósofos taoístas decían que hay que transmitir lo que armoniza y trasciende los contrarios mediante el silencio.

El Tao es incognoscible, inefable e infinito. La palabra Tao está compuesta de dos ideogramas: uno es cabeza, el otro es marchar; puede significar hombre que camina, ir conscientemente, camino, sentido, logos, vía.

En su sentido original cósmico, el Tao es la realidad última, indefinible y como tal es el equivalente del Brahman hinduista o del Dharmakaya budista. Su cualidad es intrínsecamente dinámica. Desde el punto de vista chino, constituye la esencia del Universo y es percibido como flujo y cambio continuos.

La confusión sobre esta palabra ha sido grande en Occidente desde que los primeros jesuitas llegaron a China y la tradujeron con simplicidad por “Dios”, pero no es ni una personificación de lo divino a semejanza del hombre ni la causa de lo manifestado, sino que está más allá.

Lao Tse distingue desde el primer capítulo dos estadios diferentes del Tao:

"Eterno, que no tiene nombre, trascendente."

Es evidente que el Tao no se desenvuelve en el tiempo ni en el espacio. Mirándolo no se le ve, escuchándolo no se le oye, tocándolo no se le siente. Sólo depende de sí mismo. Lo demás recibe su sentido de algo externo, (el Ser humano de la Tierra, la Tierra del Cielo, y el Cielo del Tao).

"Con nombre, Madre de todos los seres."

En este sentido el Tao puede ser una roca, un hombre, un pájaro, un arroyo. Este Tao está en todas las cosas, tanto nobles como despreciables y tiene el germen de la diversidad.

Dice el Tao Te King:

"Del Tao surge el Uno, luego el Dos, luego el Tres y los 10.000 seres."

Es un proceso de cosmogénesis presente también en filósofos griegos y helenísticos.

En las raíces del pensamiento y el sentimiento chinos reposa el principio de polaridad, que no debe confundirse con los conceptos de oposición o conflicto. En otras culturas están en lucha la luz con la oscuridad, la vida con la muerte, lo positivo con lo negativo. Para el modo de pensar tradicional chino esto resulta tan incomprensible como la existencia de una corriente eléctrica sin sus polos positivo y negativo o como el norte sin el sur. La desaparición de uno es la desaparición del otro. Las polaridades son estados extremos de una misma cosa, como las dos puntas de un bastón.

Los chinos llaman a los dos aspectos de la polaridad el yin y el yang, que literalmente significan el lado umbrío, oscuro de una montaña, y la vertiente soleada. Representan las polaridades de la realidad sensorial: día y noche, masculino y femenino, mente y materia, bien y mal, luz y oscuridad, fuerza y debilidad, cielo y tierra. En el reino del pensamiento, yin es la compleja y femenina mentalidad intuitiva, yang el claro y racional intelecto. Yin es la tranquilidad, la quietud contemplativa del sabio, yang la fuerte acción creativa del rey.

Son fuerzas opuestas pero complementarias cuya interacción genera el Universo, como la dualidad de Purusha-Prakriti en el Hinduismo, o Gea-Uranos de Homero.

El conocido diagrama del Yin-Yang es explícito: todo es dual (de ahí las dos lágrimas, blanca y negra). Los opuestos se complementan, forman un círculo, la figura sin fin. Además, todo es dinámico. Es una simetría rotacional que sugiere, de modo muy enérgico, un continuo movimiento cíclico. Y los dos puntos simbolizan la idea de que cada vez que una de las dos fuerzas alcanza su límite, contiene en sí misma la semilla de su opuesta.

Esta es una visión del mundo que no se ha tenido en Occidente desde que se olvidaron las palabras de Heráclito: Armonía en la diversidad como el arco y la lira. No te bañarás dos veces en el mismo río. La noche empieza al mediodía. No es la lógica aristotélica, las cosas no acaban nítidamente, sino que todo está en todo. Todo desborda, fluye, cambia, se interpenetra.

Tao significa “el camino del hombre” pero también es un concepto filosófico complejo que abarca el cosmos y el mundo de los hombres. El Tao Te King propone una filosofía que intenta mostrar el camino de la virtud, armonía y felicidad, un recorrido espiritual para la vida justa, contemplativa y virtuosa, que nos haga más sencillos, respetuosos, desinteresados y humildes, con la esperanza de recuperar la esencia natural del ser humano.

El Tao Te King es uno de los dos libros que preservan los principios del taoísmo, el otro libro es el Chuang-tzu, que es de la segunda mitad del siglo IV a. de N.E.

Para los taoístas el progreso científico y la cultura material son dañinos, por ejemplo, para quien es capaz de recoger agua con sus manos, un cuenco fabricado por el hombre es algo antinatural. Los taoístas creían que el hombre debía volver a su estado primitivo y consagrarse a la naturaleza. Así pues, el verdadero taoísta se convierte en ermitaño.

Los taoístas de la dinastía Han propagaron el taoísmo fuera de los círculos cortesanos y lo convirtieron en un culto popular revolucionario que recibió el nombre de taoísmo de turbante amarillo y prometía la inmortalidad de los hombres comunes.

Un relato chino que expresa la profundidad del concepto Tao cuenta que un viejo maestro, después de muchos años de experiencia y trabajo interior, recibió la iluminación sobre la verdadera naturaleza del Tao. A punto de morir, varios discípulos que rodeaban su lecho lo interrogaron:

- “Maestro, ¿Podrías decirnos en este momento qué es el Tao verdadero?”.
El anciano abrió lentamente los ojos y, con una sonrisa en los labios, contestó:
- “El Tao verdadero es el Tao verdadero”.
Al instante murió.

La eficacia del Tao reside en su vacío. Sin vacío nada podría producirse. La utilidad de la vasija no está en la arcilla sino en el hueco, en la falta de material. Un vaso lleno de tierra no nos permite utilizarlo para beber. En una casa lo útil son los vacíos, los huecos, puertas, ventanas, habitaciones. Y en el hombre lo útil no son sus horas llenas sino las vacías, las que tiene para dedicarse a sí mismo o a otros seres humanos, aquellas en que estamos prestos a servir.

Además de su conformidad con el Tao, el hombre perfecto es rey de sus oídos y palabras, no tiene egoísmo, ni corazón propio, sino que hace suyos los corazones de la gente. Es humilde, no se envanece con los éxitos, y es como el agua. El agua se adapta siempre: cuando está en un hueco se remansa, cuando llega un plano se desliza, cuando hay pendiente corre y siempre con perfecta naturalidad. Nada más blando que el agua, y sin embargo vence lo más duro: rompe acantilados y erosiona valles.

Cuando el agua está quieta es un espejo. Nadie se mira en aguas turbias. Así, la mente sólo entiende y refleja con precisión el mundo cuando está calmada.

Y nada de virtudes artificiales. Sorprende que Lao-Tse critique la justicia y la caridad. Cuando decayó el Tao aparecieron la caridad y la justicia. Lo que condena es la sustitución del Tao por el formalismo cultivado artificialmente de los letrados de su tiempo. Eliminad los eruditos, desterrad los astutos, ingeniosos en palabras, y el pueblo saldrá ganando con creces. Rechazó como Sócrates a los sofistas porque con las falsas virtudes habían pervertido la simplicidad y honradez de las gentes.

Lao Tse nada ha dejado de sus ideas sobre el alma, la libertad o el conocimiento. Se ha limitado a recomendar la conformidad con el Tao, cuidado de no arriesgar la vida por la codicia y no gastarla en cavilaciones abstrusas para no enfermar. Lao Tse, como muchos otros sabios orientales, tiene una única meta: la transmutación, un aquietamiento físico y mental que facilite el ascenso a los diferentes niveles de conciencia.


Fuentes:

http://www.editorial-na.com/images/esfinge.jpg

miércoles, 27 de agosto de 2008

Tenzin Gyatso: "La Familia Humana."

El Dalai Lama nos explica hoy por qué es necesaria la responsabilidad universal , para la supervivencia de la comunidad humana.
Hombre de paz, el Dalai Lama nos explica hoy por qué es necesaria la responsabilidad universal , mas que nunca, para la supervivencia de la comunidad humana.

La comunidad global

Al inicio de un nuevo milenio nos damos cuenta de que el mundo ha empequeñecido. Su población parece concentrarse en una sola comunidad.
Alianzas políticas y militares han creado grupos multinacionales...
La industria y el comercio internacional han engendrado una economía global .
A nivel planetario las comunicaciones han eliminado las barreras de la distancia, las razas y lenguas.
También ahora estamos obligados a unirnos contra los graves problemas a los que nos enfrentamos:
la sobrepoblación, el agotamiento de los recursos naturales y la crisis del medio ambiente que amenazan el aire, el agua, los arboles al mismo tiempo que un gran numero de hermosas formas de vida, que son el fundamento básico de la existencia de este pequeño planeta que compartimos.

Pienso que para enfrentarnos al desafío de nuestro tiempo los seres humanos tendrán que desarrollar un elevado sentido de la responsabilidad universal.
Cada uno de nosotros debe de aprender a trabajar no solo por él sino también por su familia y su país, pero en beneficio de toda la humanidad.
la responsabilidad universal es la verdadera llave de la supervivencia humana .
Es el mejor fundamento de la paz mundial , del uso equitativo de los recursos naturales, y la preocupación por las generaciones venideras, enseñándoles a cuidar del entorno.

Desde hace algún tiempo he reflexionado acerca de cómo desarrollar nuestro sentido de la responsabilidad mutua y quiero compartir con vosotros estos pensamientos...

Que nos guste o no , todos hemos nacido en esta tierra como miembros de una gran familia:
Rico o pobre, con o sin educación, perteneciendo a una nación, religión,a una ideología u otra, finalmente cada uno de nosotros no es mas que un ser humano parecido a otro.

Todos queremos ser felices y rechazamos el sufrimiento y mas todavía, cada uno de nosotros tiene el mismo derecho a cumplir sus objetivos.
El mundo de hoy nos pide aceptar la unión de la humanidad.
Antiguamente las comunidades aisladas podían permitirse pensar que eran diferentes a otras y que podían incluso vivir en un aislamiento total.
Hoy sin embargo los acontecimientos que ocurren en un lugar apartado pueden afectar a todo el planeta, de manera que nos vemos obligados a tratar los problemas locales a nivel global.
Ya no podemos apelar a las barreras nacionales, raciales o ideológicas sin provocar conflictos .
En este nuevo contexto de interdependencia la mejor manera de servir nuestros propios intereses es con evidencia tener en cuenta las necesidades de los demás.

Vislumbro una luz de esperanza.
La necesidad de cooperar solo puede fortalecer a la humanidad pues nos ayuda a comprender que el fundamento mismo del nuevo orden mundial no estará solo constituido por organizaciones políticas y económicas
Mas bien se basará en una auténtica practica individual del amor y la compasión.
Para un mejor porvenir, mas feliz, estable y civilizado cada uno de nosotros debe desarrollar un verdadero sentimiento de fraternidad y hermanamiento.



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Según Platón, el conocimiento es un subconjunto de lo que forma parte a la vez de la verdad y de la creencia.
Integral Philosopher Michel Bauwens "Vision"