lunes, 12 de noviembre de 2007

Los Celtas II.

Introducción

Hace unos 3000 años, en los turbulentos comienzos de la historia escrita, surgió un nuevo poder, una nueva civilización. Aquellos que dominarían primero el hierro, se convertirían en los verdaderos dueños de Europa.

Los Celtas constituyeron un singular mosaico de pueblos y con el tiempo llegaron a dominar la mayor parte del noroeste, oeste y centro de Europa. Transmitieron su idioma, costumbre y religión a los otros pueblos de la zona y su influencia, especialmente en el arte, ha permanecido hasta nuestros días. Los antiguos griegos y romanos reconocieron la unidad cultural de un pueblo cuyo territorio se extendía desde el este de Europa hasta el norte del continente. Su nombre genérico aparece en documentos romanos como celtae, derivado de keltoi, galatae o galli.
Los términos "keltoi" y "celtae" fueron acuñado ante la necesidad de algunos historiadores griegos y romanos, como Diógenes Apolonius, Posidonius y Julio César, de identificar a un grupo de tribus bárbaras que habitaban los territorios centro-occidentales de Europa. Este Termino describe a un pueblo intrépido, guerrero, muy dinámico y apasionado, que solo temía que se "cayera el cielo", muy proclive a las demostraciones de exuberancia físicas, guerreras y viriles, y sin embargo con una concepción mística muy profunda, ligado a la naturaleza.

Los celtas hablaban una lengua indoeuropea, de la misma familia que las de sus vecinos itálicos, helénicos y germanos. Sin embargo, en ningún momento durante su esplendor, desarrollaron el instinto de identidad nacional. Es más, solían tratarse entre ellos con la misma beligerancia con la que lo hacían con los forasteros. Y por ello podemos afirmar casi con seguridad que los pueblos a los que se denominaban Celtas, nunca se nombraron a si mismos con este termino, sino que usaban naturalmente el nombre de la tribu. Aunque algunas tribus compartieron entre si derivaciones del apelativo "Galiain": Galos, Gaels, Gálatas
Los topónimos celtas, junto con los nombres de las tribus, las personas y dioses, nos permiten pensar en su presencia en un extenso territorio europeo, desde la actual España hasta el mar del Norte y desde las islas Británicas hasta el bajo Danubio.

Como sucede con muchos de aquellos primeros pueblos, su historia está envuelta en un manto de misterio, mitos disfrazados de historia, leyendas que se entremezclan con la realidad y, a menudo, las historias más interesantes resultaban ser las menos fiables.
A diferencia de los egipcios y los pueblos mediterráneos, los celtas no cuentan con una gran civilización que pueda ser descubierta por los arqueólogos. No dejaron tras de sí grandiosos monumentos ni ciudades espléndidas. Vivieron de modo relativamente sencillo. Eran seminómadas y construían casas simples que no tardaron en sucumbir a los estragos del tiempo. Los celtas no sabían leer ni escribir sus propias lenguas, sin embargo, sí tenían educación e instrucción en otra serie de cosas, aunque, a diferencia de otras civilizaciones antiguas, los celtas han sobrevivido hasta nuestros días. Sus lenguas arcaicas no han desaparecido como ocurrió con muchas otras, sino que continúan siendo lenguas vivas en Escocia, Irlanda, Gales y la Bretaña francesa. También han sobrevivido algunas de sus antiguas tradiciones. Por ejemplo, entre los granjeros de la costa oeste de Escocia e Irlanda.

Historia más antigua

Los celtas normalmente son asociados con la edad del hierro en Europa. Sus orígenes están situados durante la cultura de los Campos de Urnas, de finales de la edad del bronce, un grupo de culturas caracterizadas por la cremación de los restos mortales e inhumación de las cenizas en recipientes de cerámica, que estaban muy dispersos por todo el este y centro de Europa durante el periodo comprendido entre el año 1300 a.C. y el 800 a. C.

Las primeras pruebas arqueológicas relacionadas con los celtas los sitúan en lo que ahora se conoce como Francia y Alemania occidental, al final de la edad del bronce, hacia el 1200 a.C. Al principio de la edad del hierro, son asociados con la cultura del Hallstatt, siglo VIII y primera mitad del siglo V a.C.
Hallstatt está situada en Salzburgo, alta Austria. En este lugar se descubrió una antigua mina de sal y un enorme cementerio prehistórico. La sal era sin duda alguna muy importante para este pueblo, puesto que suponía la base de su riqueza. También se conservaron una serie de artefactos que han permitido a los arqueólogos comprender algunos aspectos de su estilo de vida.
En este período se produjo un importante cambio tecnológico en Europa. Se sustituyó el bronce por el hierro en la fabricación de armas y herramientas afiladas. Este innovador uso del hierro de “Hallstatt” marcó el comienzo de la cultura celta y de los primeros celtas.

El último periodo Hallstatt, siglo VI y primera mitad del siglo V a.C., a veces es conocido como la edad de los príncipes, debido a los enterramientos espectaculares y las impresionantes colinas fortificadas. Ambas situaciones muestran un periodo de riqueza, que hizo posible esos ricos enterramientos y también la construcción más elaborada de edificios defensivos.
Entre los siglos V y I a.C., la influencia celta se extendió desde la península Ibérica con los celtas de la iberia o Celtíberos, hasta las orillas del mar Negro. Esta última fase de la edad del hierro recibió la denominación de La Tène, nombre de una zona pantanosa situada en el extremo norte del lago Neuchâtel, en Suiza. Fue en este lugar donde se encontraron un gran número de objetos de metal y de otros materiales que fueron lanzados al agua como ofrendas religiosas. Aquí se observan características típicas del desarrollo de la cultura celta y pone de manifiesto sus conexiones comerciales con los pueblos mediterráneos.
Entre los siglos IV y III a.C., se originó una nueva expansión celta y sus conquistas consolidaron su dominio en Europa.. Tuvieron lugar migraciones y las tribus celtas invadieron el mundo grecorromano: el norte de Italia, Macedonia y Resalía. Saquearon Roma en el año 390, y Delfos en el 279 a.C. Algunos, los gálatas, llegaron a Asia Menor, instalándose en la región que pasó a llamarse Galacia.

Los celtas del norte de Italia fueron conquistados por los romanos en el siglo II a.C.; la Galia transalpina, la mayor parte del sur de Francia, fue dominada por Julio César en el siglo I a.C., y la mayor parte de Britania quedó bajo poder romano en el siglo I d.C. En el continente, los celtas acabaron por ser asimilados por el Imperio de Roma y perdieron su cultura propia. En Britania, sin embargo, la lengua celta y la cultura sobrevivieron mejor. En la época medieval y moderna la tradición celta y las lenguas sobrevivieron en Bretaña, en el oeste de Francia, Gales, las Highlands escocesas e Irlanda.
Gracias a las singulares características de la sociedad celta que ha sobrevivido hasta nuestros días, es posible reconstruir la existencia y el sistema de vida de este pueblo de la antigüedad.

La cultura celta

El origen de los celtas es algo misterioso, aunque en la actualidad los expertos piensan que proceden de alguna región del subcontinente indio y que mediante una serie de movimientos migratorios cruzaron Europa. A los celtas a menudo se les ha descrito como bárbaros salvajes, los antecesores de los pueblos civilizados. El problema radica en que se estudia a los celtas principalmente a través del punto de vista de la cultura griega y romana y no a través de los propios pueblos denominados bárbaros. Nos resulta especialmente complicado con una de nuestras fuentes principales de información, que naturalmente son las narraciones de Julio Cesar sobre las guerras gaélicas. Fueron los griegos y los romanos los que nos dejaron palabras como “bárbaros” y “civilizados” y dichas palabras se definen de acuerdo a las preocupaciones y concepciones culturales de estos dos pueblos.

Sin embargo, esto se puede corregir si se analizan las pruebas que dejaron los propios celtas y que se encuentran en las excavaciones de sus asentamientos. Sus casas, sus tumbas y los objetos que contenían. De aquí se desprende claramente que los celtas en tiempo de Julio Cesar eran una sociedad sofisticada y organizada con una considerable destreza tecnológica que les permitía fabricar objetos que a nosotros nos parecen realmente hermosos.
Los celtas fueron probablemente el pueblo más próspero de la Europa del último período prehistórico, su cultura era muy diferente a la de los Griegos y los Romanos, pero sin embargo era mucho más sofisticada de lo que se suele pensar. No estaban organizados bajo los fundamentos de un estado. No conocían el concepto de estado ni del tipo de sistema político basado en ciudades como sucede con las culturas clásicas. No obstante, contaban con una sociedad muy dinámica y desarrollada.

Según los lingüistas, el pueblo celta hablaba lenguas ancestrales de origen indoeuropeo. A partir de una lengua celta común se desarrollaron dos grupos específicos. Por un lado tenemos el denominado Q-Celta o gaélico, que se hablaba en Irlanda y la Isla de Man y que más tarde los irlandeses importaron a Escocia cuando se establecieron en la colonia darriaga. De esta rama procede en efecto el gaélico irlandés y escocés.
La segunda rama de la lengua celta es la denominada P-Celta o britano. Esta lengua estaba muy extendida por el continente y se le denominó galés o galobritano. Llegó a Bretaña de la mano de los colonos de la edad de hierro y era la lengua que se hablaba en Bretaña cuando fue invadida por los romanos. Más tarde se dividiría en el idioma de Cornualles, el bretón y el galés y en la actualidad se sigue hablando en la Bretaña francesa y en Gales.

Organización social


Los Celtas se organizaban en forma de clanes llamados "Tuathas" y no constituían una nación como lo entendemos hoy, sino que muchas veces existían asociaciones de clanes que a veces luchaban contra otros, pero que no formaban ningún tipo de estado o estructura demasiado organizada.

La sociedad celta tenía una base rural centrada en la agricultura y el pastoreo. Cuando la acumulación de riquezas o la competencia por los recursos era fuerte, las fortificaciones en colinas eran ocupadas de forma permanente. Éstas comprendían una zona cerrada en lo alto de la colina, defendidas por fosos y murallas. El interior estaba ocupado por chozas y había zonas destinadas al trabajo de los artesanos. El grano se almacenaba en pozos cubiertos con arcilla. Cada fortificación podía dominar la zona que la rodeaba. Buen ejemplo de estas ciudades fortificadas, a las cuales Julio César llamó oppida lo encontramos en Manching, en el sur de Alemania: las calles estaban trazadas hacia el exterior y los edificios situados en filas y con zonas específicas reservadas para cada actividad. En la península Ibérica estas fortificaciones se conocen como castros y hay buenos ejemplos en Galicia y en el norte de Portugal.

La organización social de los celtas se basaba en el sistema tribal y cada una de estas tribus contaba con un nombre distintivo. En ella, la sociedad estaba estratificada en nobleza o familias dirigentes de cada tribu, agricultores libres que también eran guerreros, artesanos, trabajadores manuales y otras personas no libres, y los esclavos. También existía una clase instruida que incluía a los druidas. En los primeros tiempos, las tribus eran dirigidas por los reyes, lo cual parece que persistió en Gran Bretaña hasta la conquista de Roma. En las partes de la Europa celta más abierta a las influencias del mundo clásico, los magistrados electos sustituirían a los reyes.
La identidad tribal se correspondía con un territorio geográfico y las tribus celtas cuidaban celosamente las fronteras que definían el mosaico de pequeños reinos. Esta tradición se conservó en algunas zonas celtas hasta tiempo relativamente modernos. El sistema de clanes en Escocia tiene ciertos vestigios de la organización tribal de los celtas.

Los escritores romanos como Julio César, y griegos como Estrabón y Diodoro describen el estilo de vida de los celtas. A pesar de su brutalidad o sus tendencias románticas, estos relatos sugieren que a los celtas les gustaban las celebraciones y la bebida, contar historias y presumir de hazañas atrevidas. César, por ejemplo, afirma que los hombres de la clase guerrera estaban muy orgullosos de la lucha, que eran expertos aurigas y que para parecer más terroríficos en la batalla, se pintaban el cuerpo con woad, un tinte vegetal azul. Los celtas también sobresalían en la metalurgia y prodigaban sus habilidades artísticas en objetos tales como las armaduras y los arneses para sus caballos. El comercio era importante; los bienes lujosos y el vino eran importados a cambio de perros, caballos, pieles, sal y esclavos.
El rango más alto correspondía a los reyes, sin embargo, los druidas solían desempeñar funciones de más alta posición. Los nobles se encargaban de la designación de los reyes de entre los parientes de su antecesor, aunque no tenía porque ser necesariamente uno de sus hijos.

Los guerreros eran en muchos aspectos la personificación de la cultura celta. Los celtas eran muy famosos por su increíble valor. Llevaron a cabo con éxito un gran número de campañas: saquearon Roma, atacaron incluso Delfos, sin embargo nunca establecieron un imperio en el sentido estrictamente clásico.
Julio César, entre otros, describió a los celtas como un pueblo muy feroz en la batalla aunque también destacó que carecían de táctica y organización. El concepto de la lucha celta se basaba más en el valor y el coraje individual que en las acciones coordinadas del conjunto del ejército. El ejército celta estaba compuesto por un gran número de guerreros que competían entre ellos para obtener prestigio, gloria y honor. Aunque eran increíblemente valientes y normalmente estaban preparados para morir, carecían de unidad. Los celtas atacaban directamente y más tarde, si el botín era suficiente, se marchaban a casa.
Cuando no llevaban a cabo contiendas propiamente dichas, a los guerreros les entusiasmaba participar en torneos y cacerías con fines mucho más pacíficos.

El papel de la mujer en la sociedad celta era muy diferente al de la mujer del mundo clásico. La mujer celta, según los arqueólogos y las pruebas documentales, poseían muchos derechos y un gran poder. Se han encontrado tumbas de mujeres celtas con una gran fortuna, con objetos realmente espléndidos. En la Edad de Hierro, tanto en el continente como en Gran Bretaña, las pruebas arqueológicas corroboran el gran poder que tenían muchas de estas mujeres. No conocemos directamente nada de la personalidad de Benasia, pero podemos deducir muchas cosas sobre la vida de esta reina celta. Se está bastante seguro de que no se trataba de una mujer tímida con un papel meramente decorativo, debió de tratarse de alguien con una gran dignidad.

Los sacerdotes pertenecían siempre a las familias nobles. Al igual que los guerreros, se trataba de miembros privilegiados de la sociedad. Pero a diferencia de los demás, a los sacerdotes se les permitía viajar libremente entre las diferentes zonas tribales y los reinos. Una prerrogativa que ni los propios reyes disfrutaban. Existían tres clases de sacerdotes: los más conocidos eran los misteriosos y oscuros druidas, pero también estaban los bardos y los vates.


A pesar de su renombre, no es mucho lo que se conoce sobre los druidas y sus prácticas. Existe la certeza de que su principal ocupación era el culto a los dioses, aunque al parecer también actuaban como jueces y árbitros en las disputas. El nombre “druidas” proviene de la palabra “saber”. Y ellos tenían potestad para actuar en los conflictos tanto públicos como privados y además se encargaban de dictar sentencias y decidir sobre las recompensas y las penas en los casos criminales y de asesinato. Nadie, incluso los reyes, podían hablar antes que los druidas.

Los druidas desde luego eran muy importantes y su forma ha perdurado durante toda la historia. No obstante, resulta sorprendente que no sepamos muchas cosas sobre ellos. Lo único que conocemos de los druidas es que se encargaban de la justicia en la sociedad celta, y nos referimos tanto al sistema jurídico como a la esencia de la cultura celta.
Los romanos describían a los británicos como personas bastante atroces y bárbaras y una de las cosas que más les atemorizaban eran los druidas, los sacerdotes celtas famosos por practicar sacrificios humanos, y no existe ninguna razón histórica que haga dudar de la veracidad de estas prácticas. De hecho, sí sacrificaban seres humanos en honor a sus dioses, por lo tanto, los romanos tenían bastantes prejuicios sobre los antiguos bretones, sus costumbres y sus dioses. Pero esta era una postura totalmente hipócrita, ya que ellos no tenían ningún inconveniente en destrozar a una persona por pura diversión y en comparación con el circo un sacrificio humano era una acción piadosa.
Los vates tenían funciones similares a la de los druidas, aunque estos últimos contaban con una posición jerárquica más elevada. A ambos se les consideraba filósofos, pero mientras que los druidas aparentemente se encargaban de presidir los sacrificios y actuar como jueces en las disputas públicas y privadas, los vates se encargaban de leer el futuro a través de los restos de las víctimas sacrificadas. Su nombre, vate, está conectado con las profecías, la inspiración y la poesía.
La tercera clase de sacerdotes eran los bardos. Su nombre significa “trovador” y al parecer recitar frases era su principal función. Acompañaba sus canciones con instrumentos parecidos a la lira y en dichas canciones alababan a unos y afrentaban a otros. Los celtas, especialmente los guerreros, tenían un gran temor a los sarcasmos de los bardos y la humillación pública que esto suponía.

Castro celta de Santa Tecla
Cuando los romanos llegaron a Gran Bretaña, la tierra se había estado labrando durante 3500 años y por lo tanto se había talado mucho bosque y la población había crecido de modo considerable. La sociedad británica la integraban un gran número de pequeños estados tribales, algunos de ellos gobernados por caciques y otros por monarcas donde el nivel de desarrollo era enorme. Trabajaban el hierro desde hacía tiempo y las armas construidas con dicho metal estaban muy avanzadas. Las armas eran fundamentales para los celtas. Al parecer se trataba de un símbolo de libertad.

Los artesanos eran altamente valorados, especialmente los herreros, a los que se les otorgaba una posición social. Se creía que el trabajo de los herreros tenía un origen casi sobrenatural, característica que se refleja en las cualidades mágicas que con frecuencia se les atribuyen a los herreros en la mitología y el folclore celta.
Todos los miembros libres de la sociedad celta, cualquier que fuera su nivel social, recibían lo que se ha denominado premio de honor, una declaración de valía y dignidad dentro de la comunidad.
La tierra no se poseía de forma individual, ni tan siquiera los reyes. Pertenecía a una familia o grupo.

Las casas celtas eran circulares o rectangulares. La estructura era de madera o mimbre y el tejado de paja. A pesar de la riqueza que poseían los celtas, el interior de las viviendas era bastante tosco. Los celtas prestaban mucha más atención a su apariencia personal que a sus hogares. El interior consistía de un amplio espacio abierto con diferentes cubículos que se asemejaban a la forma de una rueda con radios. Los cubículos se construían con madera o mimbre y se podían aislar completamente del resto de la casa mediante unas gruesas cortinas o con una mampara cubierta con tela o piel si la situación lo requería. El fuego se situaba en el centro bajo un agujero que se hacía en el techo para dejar salir el humo. Colgaban un gran caldero de metal en un travesaño y lo situaban encima del fuego.

Arte y Religión

Arte y Artesanía

Uno de los aspectos de la cultura celta que continúa ejerciendo una indiscutible influencia es el arte y la artesanía. Estas piezas son realmente deslumbrantes y algunas de ellas se han calificado de obras maestras de la humanidad. Los celtas trabajaban el metal de forma elegante y distintiva e hicieron verdaderas y duraderas aportaciones a la cultura europea.

Los celtas adoptaron de otras culturas muchos de los contenidos de su arte. Por ejemplo, de los vikingos tomaron prestada la figura de dragón que encontramos en muchos de sus trabajos. Sin embargo, en manos de los artesanos celtas estas figuras cobraban una riqueza y una vivacidad puramente céltica. Las formas creadas por los herreros celtas se transformaron en escritura una vez que dicho arte entró en la cultura de este pueblo.
Prácticamente analfabetos en tiempos paganos, la cristianización del pueblo celta introdujo la escritura, al menos entre los monjes que destituyeron a los druidas y que se convirtieron en los directores espirituales de los celtas. Una vez establecida la escritura en los territorios celtas, los escribanos nativos desarrollaron su propia escritura. La belleza de los manuscritos celtas es indescriptible... densos remolinos de tracería entrelazados con animales y formas humanas estilizadas, delicados remolinos entrelazados representando la eternidad del universo que dan testimonio indiscutible de su riqueza espiritual. Incluso las propias letras son elegantes, simples y hermosas.

Broche de Tara
Religión

A la falta de documentación escrita se le une el problema del carácter secreto de muchos de los cultos celtas, debido en gran parte al poder político y al elitismo de los sacerdotes, conocidos como druidas, que prohibian el uso de la escritura para relatar los aspectos religiosos. La característica esencial de la religión celta era el misterio y la exclusividad.

Las tribus celtas compartían vínculos religiosos comunes. Sin embargo sus cultos se basaban principalmente en la adoración de dioses locales o tribales. Existían los dioses pan-célticos, así como divinidades relacionadas con tribus particulares o con lugares sagrados dentro de su territorio.
Ha sido documentado que de los varios cientos de nombres de deidades, la mayor parte surge sólo una vez. Esto ha conducido a algunos estudiosos a concluir que las deidades celtas y los cultos relacionados eran locales y tribales y no pan-célticos. Los defensores de esta opinión citan la referencia a una divinidad cuyo nombre podría traducirse como "espíritu tribal". Sin embargo, la serie evidente de nombres divinos, puede ser justificada de manera diferente: muchos pueden ser meros epítetos aplicados a dioses claves adorados en cultos pan-celtícos. El concepto de panteón celtíco como un número grande de deidades locales es contradicho por ciertos dioses bien documentados cuyos cultos parecen haber sido seguidos a través del mundo celta.
Cernunnos
Las tradiciones celtas se mueven dentro de un ámbito orientadas, difundidas y mantenidas por los druidas, lo que nos da la pauta de que tratamos con unos pueblos míticos, mágicos, donde no hay un límite entre lo que nosotros concebimos hoy en día como "real" y el mundo de los espíritus, sino que esa convivencia entre ambos mundos es algo cotidiano y parte de la idiosincrasia de estos pueblos.
Para los Celta, lo sobrenatural influía cada aspecto de su vida terrenal y espiritual, para ellos los espíritus estaban en todas partes: los árboles antiguos, las piedras extrañas, los lagos y los pantanos. Ellos eran los responsables de las estaciones y ellos controlaban el mundo natural del cual el ser humano hacia parte.
Para los celtas, la religión estaba vinculada a la magia. El objetivo de su religión era rogar favores a sus dioses o complacerles para evitar la furia divina.

Los Druidas eran los sacerdotes de la sociedad celta. Eran magos, maestros y jueces y sus funciones incluían la adivinación, la ejecución de sacrificios y la dirección de rituales en festivales religiosos. Desde los comienzos de la historia celta fueron una clase educada, respetuosa de su sabiduría y conocedores de sus propios poderes como intermediarios entre las tribus y los dioses. La palabra druida deriva de un termino para "el conocimiento del roble" o "profundos conocimientos", ya que como hemos dicho antes, los celtas estaban en gran contacto con la naturaleza, y sobretodo le daban mucha importancia a los árboles.
Los druidas eran los filósofos de la sociedad. Ellos estudiaban los movimientos del universo, de la tierra y de la naturaleza así como los poderes y las habilidades de los dioses. Ellos pensaban que el alma no perecía, pero después de la muerte, pasaba de un cuerpo a otro. Esto influyó en la gran valentía de los guerreros a la hora del combate.


Los emplazamientos religiosos celtas incluían los recintos de los santuarios, pero a veces también poseían estructuras más elaboradas. Los pozos quizá estuvieran relacionados con la adoración de la tierra y los sacrificios humanos y de animales, así como con la ceremonia de forjar espadas y otras ofrendas, que eran arrojadas en ellos. Algunos emplazamientos naturales también tenían un significado religioso. El acebo y el muérdago se consideraban sagrados, así como las arboledas y los robles. Los animales eran venerados como tótems de la tribu y se buscaba la adivinación en el vuelo de los pájaros o en las entrañas de los animales sacrificados.


Los celtas contaban con lugares sagrados donde invocaban a sus deidades, entre los que se encuentran los famosos bosques de roble de los druidas. Tenían días sagrados y festivos, algunos de los cuales han sobrevivido hasta la actualidad. “Beltane” se celebraba el 1 de Mayo, “Samhain”, el 31 de Octubre y “Lughnasadh” se celebraba el 1 de Agosto.
Sabemos que los druidas celebraban ceremonias religiosas y, según las pruebas obtenidas, esto tenía lugar en los famosos bosques encantados. Sabemos que los druidas, o parte de la religión druida, giraba en torno a los árboles. Conservamos vestigios druidas en las inscripciones alfabéticas que en cierto modo continúan asociadas al gaélico.

Historia más reciente

Cuando el Imperio romano se derrumbó hacia el siglo V d.C., los reinos reconocidos como celtas surgieron en las partes romanizadas de Britania. A la vez, los germanos invasores se asentaron en la zona oriental de Britania. Mientras, los invasores gaélicos de Irlanda se asentaron en el oeste de Escocia. Simultáneamente los britanos del suroeste de Inglaterra se asentaron en Bretaña.

El cristianismo había llegado a Britania en tiempos del dominio romano. En el siglo V, Irlanda fue convertida por San Patricio y otros misioneros. Después, el cristianismo se estableció en Escocia, principalmente a través de la fundación de Iona por San Columba. Por lo tanto, la fe cristiana fue llevada a las tribus británicas del noroeste escocés, cuyos miembros eran conocidos como pictos, y a los británicos de Northumbria. La cultura del mundo celta experimentó un gran florecimiento en los siglos VII y VIII, en el cual la Iglesia jugó un papel central patrocinando las artes, la escultura y la ilustración de manuscritos. La literatura vernácula también fue cultivada de forma más extensa que en otros lugares de Europa. Los eruditos celtas destacaban como misioneros y profesores en el continente.


Las zonas celtas de las islas Británicas sufrieron ataques de los pueblos escandinavos durante los siglos IX y X, y admitieron a los que se instalaron. Los reyes gaélicos de los escoceses surgieron como señores de las tierras de los pictos y dominaron a los británicos que permanecían en el suroeste escocés y a los ingleses en el sureste. La frontera galesa-inglesa se estabilizó, mientras Cornualles perdió su independencia política. En Irlanda, se realizó un proceso similar para crear una monarquía nacional. Habían surgido las cuatro naciones actuales: tres celtas y una germánica.
La conquista normanda de Inglaterra en el 1066 llevó a la de Gales y hacia el siglo XII a la de Irlanda y Escocia. Como resultado, la lengua y la cultura céltica dejaron de ser usadas en los círculos jurídicos, y gradualmente se convirtieron en lenguas de uso popular. Un proceso similar tuvo lugar en Bretaña. El clima social que se había desarrollado en lo que actualmente son Gran Bretaña y Francia había dado oportunidad para que los elementos celtas mejoraran, pero se frustraban por la intolerancia cultural o religiosa. Los resultados de esta ambivalencia quizá se vean en la contribución celta a la vida y cultura británica, en manifestaciones del folclore celta, en el florecimiento de las comunidades celtas emigradas y en las sociedades de ultramar.

Conclusiones

Los celtas eran un pueblo extraordinario, en ciertos aspectos eran bárbaros y en otros primitivos. Pero también eran unas gentes cultas que han dejado a la humanidad una herencia duradera y su influencia se ha extendido mucho más allá de los territorios en los que vivían.

Uno de los aspectos celtas más interesante y probablemente bastante importante para comprender su cultura, su literatura y especialmente su religión es su forma de pensar. Existe una clara diferencia entre el pensamiento celta y el pensamiento de otros pueblos europeos, en particular de los anglosajones. Mientras que los anglosajones, al igual que nosotros, tenían una concepción dualista: blanco y negro, arriba y abajo, bueno y malo, o posiciones binarias, los celtas solían pensar en tríadas, lo que proporcionaba una concepción completamente diferente del mundo. Es decir, si nosotros hablamos de blanco y negro, los celtas lo harían de blanco, negro y gris. Si nosotros hablamos del bien y del mal, ellos lo harían del bien, del mal y de algún tipo de neutralidad. Por lo tanto, esto les proporciona a los celtas una visión algo diferente quizás y mucho más equilibrada del mundo y del papel que desempeñaban en la historia de la humanidad.


De entre la densa bruma de la historia, los ecos de los celtas aún pueden oírse con toda claridad. Sin ellos el mundo hubiera sido un lugar mucho menos rico.

Los Celtas I.
Los Celtas: Edad de Hierro I, La Tène
Los Celtas: Edad de Hierro I, Hallstatt.
El clan Celta.

 
Fuentes:

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Los Celtas I.

Desde el siglo VIII al I a.C., un conjunto de pueblos denominados celtas dominará gran parte de Europa. Casi legendaria; la cultura celta se extiende como una marea que invade recónditas parcelas con sus cerámicas, sus crisoles, sus yunques, su fuego resplandeciente bajo el fuelle alentador para forjar el hierro, uno de los nuevos modos que aquellas gentes traen. La técnica del hierro, más compleja que la del cobre y el bronce, contaba con mayor abundancia de metal y sobre cualquier otra cosa la posibilidad de construir útiles y aperos, que transformaron radicalmente la construcción naval y la agricultura. Los hititas comenzaron a producir hierro en cantidades significativas, a partir del siglo XV a.C. En Europa continental aparece unido a la civilización céltica, pero es a partir del siglo VII a.C. Cuando alcanza su desarrollo pleno en Europa central, los métodos utilizados apenas cambiarán en la época romana, habrá que esperar a la Edad Media para que los progresos sean sustanciales, por influencia de la India y de Damasco, con la aparición del acero. Los arqueólogos han dividido la Edad de Hierro Celta en dos grandes etapas: La primera Edad del Hierro o de Hallstatt (nombre de una población austriaca) y la segunda Edad del Hierro o de Téne (nombre de una población suiza). Cada una de estas edades se han subdividido en distintas etapas o culturas, siendo de gran importancia para la historia de Europa ambos períodos.
Desde la Europa central, los celtas fueron empujados hacia el oeste por una serie de invasiones procedentes del sur de Rusia. De ellos aprendieron el empleo del hierro, la espada larga adaptada a la guerra a caballo, así, como el empleo del carro de combate de dos ruedas. Las migraciones se prolongan durante siglos, se trata de una marcha desordenada, practicada en todas las direcciones. Las primeras oleadas se extienden por Checoslovaquia, Alemania, Francia...y como no; la Península Ibérica. Con posterioridad atraviesan los Alpes y se instalan en la llanura del Po en la llamada Galia Cisalpina.

El contingente migratorio celta constituyó uno de los mayores en la historia europea, este amplio movimiento de pueblos alteró la población de las regiones donde se asentaban, no se trata del desplazamiento de un pueblo entero o de una tribu. Los grupos dirigidos por sus jefes, llevan consigo sus familias, enseres y ganado. Movidos por la aventura, en unos casos acuerdan y negocian con las tribus que a su paso encuentran (caso de vecinos como los Ligures), en otros las espadas de hierro se enfrentan a los más débiles escudos de bronce y sin olvidar el pillaje que realizaron en pueblos como los helenísticos. Pero, sobre todo buscan tierras donde asentarse. Los celtas son básicamente campesinos. Dentro de su amplia diversidad de tribus y clanes no poseyeron un sentimiento solidario de nación única. Ni siquiera entre los propios galos que constituyen el núcleo fundamental. Considerado en su conjunto, no existió sino en un estado de promesa.


Si bien la idea que con más frecuencia se asocia el termino "invasión" es la de un ejército que se retira después del pillaje, o que destruye al vencido, incluso practicando la esclavitud con el derrotado, para establecer su dominio sobre los terrenos conquistados; pero el termino es más complejo y también ambiguo. "Invasión" puede aparecer como la lenta inmigración de un pueblo, que, al cabo de algunos decenios ha asimilado a la población primitiva, o sencillamente convive con ella. A diferencia de lo que ocurrirá más tarde con otras aportaciones, como la romana. Roma, que ha dado origen a las lenguas mayoritarias europeas, las lenguas célticas han quedado reducidas en la actualidad a dialectos muy localizados. Es en los topónimos donde se rastrean los rasgos célticos más profundos. Los ejemplos podrían ser interminables. La toponimia nos traduce la existencia de un pueblo europeo. Seria interesante acabar con ciertos mitos nacidos de un nacionalismo excesivo. He aquí algunos: consiste en creer que cada uno de los pueblos actuales corresponde "puramente" a una de esas invasiones. No es así. Del mismo modo que algunos historiadores franceses creen ver en la derrota de los galos de Vercingétorix en Alésia (52a.C.) "La más grande catástrofe de nuestra historia". Al igual que los romanos designaran "galos" de un modo erróneo a toda una amplia comunidad humana, que se llamaba a sí misma celta. Y claro está, la teoría, en este caso de historiadores alemanes, que pretendían que los celtas eran germanos. Los celtas estaban movidos por una idea conquistadora, pero alejados del concepto de "nación celta". La anarquía de esta cultura céltica no impide los rasgos comunes en la estructura social, política y religiosa. La principal característica de esta civilización era la del ser oral. Y es esa tradición oral la que atravesó los siglos y más particularmente donde la implantación fue más fuerte.
Mucho de lo que sabemos sobre la sociedad y sus costumbres nos ha llegado por escritores procedentes del Mediterráneo clásico, para quienes las personas que ellos llamaban "Galate", "Keltoi" o "Celtae" eran unos bárbaros fascinantes, aunque demasiado temerarios. Los observadores extranjeros fueron sorprendidos por la loca valentía de los guerreros celtas y lo que ellos describieron como una predilección por combatir. Incluso fuera del campo de batalla, los celtas poseían un entusiasmo que dejaba huella en los visitantes procedentes de un mundo clásico más moderado. Los escritores clásicos rara vez mencionan el increíble legado de información recogido a través del arte oral ni la lógica o la belleza de los manuscritos celtas. Por supuesto, no tenían conocimiento del lenguaje celta, por lo que carecían de habilidades poéticas y los manuscritos eran indescifrables para ellos. Para los griegos y romanos, todos los celtas eran individuos intrigantes pero, sobre todo, bárbaros y personas sin civilizar; individuos unidos, en definitiva, por una causa común: la guerra.


Así se creo una imagen simplista del mundo celta. Ahora, gracias a la moderna y en algunos casos independiente arqueología conocemos que esta cultura dio lugar a la existencia de un grupo complejo y variado de sociedades, más que un grupo homogéneo de individuos. Las costumbres sociales y religiosas varían en las tierras celtas que, por el año 350 a.C., se extendieron desde el Atlántico hasta Turquía.

Los Celtas II.
Los Celtas: Edad de Hierro I, La Tène
Los Celtas: Edad de Hierro I, Hallstatt.
El clan Celta.

Fuentes:

"Celtas"

lunes, 5 de noviembre de 2007

Nuevo paganismo: ritos ancestrales en el siglo XXI.

La revitalización de antiguas creencias delata la crisis espiritual del hombre moderno y su desencanto por las religiones instituidas.

Un grupo de personas se congregó en un ancestral templo de Atenas para venerar al dios griego Zeus. Ataviados a la antigua usanza, recitaron himnos que pedían paz para el mundo. Al igual que ellos, otros hombres y mujeres del siglo XXI se dejan seducir por los dioses de los vikingos, se reúnen para celebrar ceremonias del druidismo (celta) o se interesan por las deidades egipcias de la época faraónica.
Son movimientos espirituales modernos, que algunos autores engloban con el nombre de neopaganismo, inspirados en tradiciones anteriores al cristianismo.

Pero, ¿qué lleva al hombre actual a alzar los brazos y suplicar a Zeus que envíe lluvia al planeta? ¿Qué le impulsa a participar en rituales basados en viejas creencias?

Aníbal Chajón, doctor en Sociología y licenciado en Historia, piensa que hay un desencanto por las religiones instituidas. “El cristianismo —afirma— está dejando de responder a las necesidades de la gente. Está perdiendo vigencia en algunos sectores de la población que cree que su estructura precisa cambios”.

El mensaje de las iglesias se hace cada vez menos vivo y visible. Las personas van hacia productos sustitutos. En creencias como el politeísmo helénico es más importante el culto a la naturaleza que la obediencia a los libros sagrados. Los feligreses reunidos en Atenas abogaron entre columnas corintias por un “mundo en paz y una forma de vida ecológica”.

Estos grupos retroceden cientos de años atraídos por las viejas tradiciones paganas, y en busca de según Chajón, “una raíz, algo a lo que asirse”. Este es, de acuerdo a el profesor, un fenómeno que surge como reacción a los males del mundo globalizado. Muchas personas se sienten completamente prescindibles entre millones de seres humanos, y necesitan profundizar su identidad, sentirse parte importante de algo.

¿Cuáles y por qué?

Entre las creencias antiguas que más atracción despiertan está el politeísmo helénico, el druidismo, la religión romana, la de Asatrú (de los dioses vikingos) y las tradiciones precristianas de los países bálticos.

“El nuevo paganismo demuestra que el hombre es capaz de vivir sin una religión instituida y al mismo tiempo continuar la búsqueda espiritual para justificar su existencia”, se lee en una de las páginas de "La bruja de Portobello", del brasileño Paulo Coelho.

Muchos de los seguidores de los movimientos neopaganos creen que este tipo de creencias tiene sus raíces en los dioses de los primeros hombres, por lo que la consideran la primera religión.

Según Armando de la Torre, director de la Escuela Superior de Ciencias Sociales, de la Universidad Francisco Marroquín (UFM), “no hay tal vuelta a las religiones del paganismo clásico, sino a su folclor”. Así, cuenta que en Inglaterra se celebran anualmente ceremonias druídicas en Stonehenge, que atraen a muchos turistas en el solsticio de verano. También hay rituales en los países escandinavos, sobre todo en el solsticio de invierno. Pero, en su opinión, los únicos politeísmos que arrastran adeptos creyentes son los de las distintas ramas del hinduismo y algunas del budismo mahayana. En África, agrega, todavía persisten creencias animistas del sur del Sahara, pero están en retroceso.

“En defecto de la fe, algunos ensayan rituales antiguos; más por entretenimiento que por otra cosa”, subraya De la Torre. A su juicio, la incredulidad se ha apoderado de vastos segmentos de la población desde el período de la Ilustración (siglo XVII).
Los seguidores de los distintos movimientos se suelen congregar una vez al año. Normalmente, se visten acorde a la época histórica que tratan de revivir y celebran ceremonias inspiradas en esas tradiciones. Por lo general, evitan los aspectos más sangrientos de las mismas, como los sacrificios.

En el reciente rito de Atenas, que reunió a dos centenares de personas, se conmemoró la boda de Zeus con Hera, la diosa del matrimonio. Los sacerdotes, de azul y rojo, liberaron palomas blancas como símbolo de paz.

Contra la Iglesia

En opinión del sacerdote italiano Sergio Checchi, quien lleva casi 50 años en Guatemala, estos fenómenos de neopaganismo “son casi una expresión de desafío, una provocación y un alarde de rechazo” a la Iglesia Católica. No cree que se trate en absoluto del renacimiento de verdaderas religiones sino de una moda seguida por personas que se sienten distanciadas del cristianismo. Estos cultos no implican, a su modo de ver, exigencias morales. Afincado en Guatemala desde 1958, Checchi reconoce que al menos en Europa hay un cansancio de cristianismo, un hartazgo de dos mil años de influjo de la Iglesia y su imposición de principios de moral cristiana.

Por eso, ha habido un proceso encaminado a “liberarse de su protección maternal”. Además, piensa que los errores que ha cometido la Iglesia a lo largo de la historia han provocado la desconfianza y el alejamiento de muchos de sus fieles.

Foros

Algunos, atraídos por estas prácticas, acuden a Internet en busca de información: “¿Me ayudaría alguien en mi iniciación en la wicca?”, pregunta un internauta en Las puertas de Babel, primer foro de debate en español para religiones paganas, shamánicas y animistas. La wicca, conjunto de creencias neopaganas supuestamente transmitidas oralmente desde tiempos inmemoriales, fue establecida por el inglés Gerarld Gardner en la década de 1950 del siglo XX.

Gardner aseguraba que fueron las brujas las que le heredaron la tradición tras años de persecución por parte de las iglesias cristianas. Las principales deidades de la wicca son la diosa o la señora, expresión divinizada de la Tierra y el señor o dios astado, inspirado en el antiguo dios celta de la caza.

Neopaganismo en Guatemala

El cura Checchi cree en el país no hay este tipo de movimientos. “Seguramente no hay neopaganismo, entendido como vuela a los cultos grecorromanos o celtas. No se conoce nada de eso”, afirma. El clima religioso no es, en su opinión, el de Europa. “Aquí no hay laicismo ni resentimiento contra el cristianismo y la Iglesia. No hay blasfemia”, asegura. El sacerdote destaca la “mucha religiosidad” que hay en el país, pero reconoce que también hay “confusión y desorientación” por la gran cantidad de ofertas religiosas. Explica que también se está produciendo una cierta vuelta a cultos o ritos precolonbinos, pero que estas prácticas no se oponen al cristianismo, sino que más bien son un gesto de fidelidad a la cultura maya.

Checchi alude al uso utilitarista de la religión, ya que muchos se acercan (a católicos o evangélicos) con fines prácticos, ya sea para salir de enfermedades, del alcoholismo o de la soledad. Se refiere también a los “centros” de adivinación donde la gente busca “salud, dinero y amor”. A su juicio, el verdadero neopaganismo son las nuevas idolatrías: la del dinero fácil y sucio (la corrupción), la de los fanatismos religiosos; la de las guerras y el armamentismo; la del placer a toda costa (turismo sexual y pornografía infantil).

Maximón, San Simón,
o la pervivencia de la religión maya

Algunos autores consideran que las creencias sincréticas son formas de un nuevo paganismo. Es el caso del vudú, el candomblé y la santería, en las que se mezclan religiones tribales africanas y manifestaciones cristianas.

La figura de San Simón, en Guatemala, es de acusado sincretismo maya-católico. Maximón (max significa habano en maya; por eso se le ve con un gran puro en los labios, y Simón) se convirtió en San Simón con la imposición del catolicismo sobre las anteriores creencias durante los siglos XVI y XVII.

El sociólogo e historiador Aníbal Chajón subraya la distinción entre la actual veneración a San Simón, en San Andrés Itzapa, por ejemplo, y el culto a Maximón, en Santiago Atitlán. Sus ritos y fieles acusan diferencias.

En el templo que alberga la imagen de San Simón, en San Andrés Itzapa (Chimaltenango), los feligreses hacen fila desde temprano para pedirle favores o agradecerle milagros. Entre los que esperan hay indígenas, pero también ladinos. Le encienden velas de colores y le queman puros “amarrados”. Este culto no es incompatible con la religión cristiana que profesan también sus seguidores.

Cientos de placas cubren las paredes del templo con palabras de agradecimiento a San Simón por favores concedidos. En una de ellas, en letras negras grabadas sobre fondo blanco, se lee: “Gratitud a San Simón por haberme hecho el milagro de llegar a Los Ángeles (EEUU) sin problemas. 20-7-93. Escuintla. M.I.S.,”.

La estructura del culto a Maximón en Santiago de Atlitlán es puramente maya. A lo largo de un año la divinidad reside en casa de algún miembro de la cofradía de la Santa Cruz, la principal autoridad indígena de Atitlán. Visitantes de todo el país llegan para pedirle favores y le ofrecen dinero o especies.

La imagen de Maximón, tocado con un sombrero de fieltro, está forrada de muchas capas de ropa. Vestirlo es toda una ceremonia durante la que se fuma y se bebe. Chajón llama la atención sobre el origen de esta manera de atavío. Explica que en el período Clásico (250 a 900 d.c.) los mayas envolvían en capas de tela unos objetos sagrados de uso ceremonial. Son los llamados “excéntricos”, de obsidiana y pedernal, que han sido encontrados en tumbas. Maximón sería, pues, a su juicio, la forma más reciente de estos objetos ancestrales, una clara pervivencia de la antigua religión maya.

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El renacimiento de la Wicca.

Con la llegada de la religión Cristiana, llegaron las malas épocas para los practicantes de la antigua religión. A la aparición del Cristianismo no existió una conversión masiva como usualmente se ha sugerido. El cristianismo era una religión hecha por el hombre. El no evolucionó a través de los siglos como vimos con la Antigua Religión. Muchas regiones fueron etiquetadas como Cristianas por el simple hecho de que sus regentes eran Cristianos, y en la mayoría de los casos, sólo por conveniencia, no por convicción, ni mucho menos por conversión. A través de toda Europa, la antigua religión estaba aún presente a través de los primeros 1.000 años del cristianismo.

Un intento de conversión masiva fue realizada por el Papa Gregorio el Grande. El pensó que la mejor manera de hacer que las personas asistiesen a la iglesia católica, era convirtiendo los templos en los mismos lugares en donde estaban los templos de la antigua religión, donde las personas estaban acostumbradas a reunirse para la adoración. Ordenó a sus obispos destruir todos los ídolos, y salpicar los templos con agua bendita para re- dedicarlos. En gran parte Gregorio tuvo éxito, aunque no tanto como pensó, ya que en el momento de construir templos católicos, los únicos artesanos disponibles eran los mismos practicantes de la antigua religión, albañiles y carpinteros, quienes astutamente en medio de la decoración incluyeron imágenes de sus propios dioses de manera a que si eran forzados a acudir a ese templo, también pudiesen adorar a sus dioses allí.

Sin embargo habrían de llegar épocas mucho más oscuras. En el siglo XV el Papa Inocencio VIII emitió su bula contra las brujas. Comenzaba la persecución y los procesos que llevarían a la hoguera a cientos de personas durante tres siglos.
En esos primeros días, en los que el cristianismo empezaba a ganar fuerza como religión, la Antigua Religión, los Wiccan y otros paganos, eran algunos de sus rivales y por eso quisieron deshacerse de ellos. la Iglesia Católica no escatimó esfuerzos en este empeño. Es sabido que los dioses de una antigua religión se convierten en los diablos de la nueva. Esto precisamente ocurrió con la antigua religión, ya que su dios tenía cuernos, por lo tanto era el diablo del cristianismo. Obviamente, para la iglesia católica, los paganos eran adoradores del diablo! Este tipo de razonamiento es usado aún hasta hoy por la Iglesia Cristiana en general. Misioneros eran enviados a las tribus denominadas paganas, a quienes ellos llamaban adoradores del diablo, por el simple hecho de no adorar al mismo Dios del Cristianismo. No importaba si las personas eran buenas, felices o el nivel moral de ellos era bueno, o inclusive mejor que el de muchos cristianos. Tenían que ser convertidos!

El cargo de adoradores del diablo, tantas veces dado a los brujos y brujas, es ridículo. El diablo es una invención del cristianismo. Los de la Antigua Religión no tenían el concepto del diablo en su religión. La tendencia a dividir el poder en “bueno” y “malo”, es característico de civilizaciones avanzadas y complejas. Los Antiguos Dioses, a través de su evolución, siempre fueron muy “humanos”, en el sentido de que ellos tenían su lado bueno y su lado malo. Fue la idea del dios “todo bonda y amor” que generó la necesidad de un antagonismo. Esta idea del dios “todo bondad” fue creada por Zoroastro, en Persia, al rededor del siglo VII a.C. Esta idea se extendió al oeste y fue adoptada por el mitraismo y más tarde por el cristianismo.
Los wiccan fueron acusados por la inquisición cristiana de adorar al diablo, y así se gestó una leyenda negra que estaba muy alejada de la realidad. Porque el wicca jamás había adorado otra cosa que no fuera a la naturaleza y sus poderosas energías. El era panteísta, pero nunca satánico.

Cuando el tiempo pasó, la campaña en contra de los no cristianos continuó. Todo lo que los Wiccan hacían, era dado vuelta y usado en su contra. Si los Wiccan realizaban un rito para aumentar la cosecha, eran acusados de realizar ritos para una mala cosecha y mortandad de animales. Nadie jamás se detuvo a pensar que si los Wiccan realizaban estos ritos, esto iría en contra suya también, ya que ellos necesitaban de igual forma, comer para vivir.
Pero la Iglesia no sólo los acusó de hacer rituales en contra de las cosechas, sino de volar por los aires montados en sus escobas… seguramente una obra del diablo!

Cuando el cristianismo empezó a ganar fuerza, la Antigua Religión fue empujada lentamente para fuera. En la antigüedad, hasta la época de la Reforma, sólo existía fuera de los límites de las ciudades. Los no-cristianos de aquella época fueron conocidos como paganos. El término Pagano, proviene del latín pagani, que significa los que viven en los pagos, o en el campo. Como los que vivían fuera de las ciudades eran mayormente perteneciente a la antigua religión, fue por ello que los no cristianos fueron conocidos con el término “paganos”. Este término era apropiado para los no católicos de esa época, pero hoy día sigue siendo utilizado por ellos para referirse a los que no comparten sus creencias, de una manera derogatoria lo cual es bastante incorrecto.

Cuando en 1.484, el Papa Inocente VIII emitió su bula en contra de las brujas. Dos años más tarde, dos monjes alemanes, Heirich Institoris Kramer y Jakob Sprenger, escribieron el “Maleus Malificarum” (o “Martillo de las Brujas”), en este libro se daban instrucciones específicas para la persecución de los brujos. Sin embargo, cuando este libro fue enviado a la Universidad de Teología de Cologne – los censores máximos de aquella época – la mayoría de los profesores se rehusaron a tener algo que ver con el mismo libro. Kramer y Sprenger, ignoraron la desaprobación de la facultad, hecho que no fue descubierto hasta 1.898.

Poco a poco la histeria creada por Kramer y Sprenger se expandió. Como el fuego se expandió rápidamente a través de toda Europa, llegando a los lugares menos pensados. Por casi 300 años los fuegos de la persecución ardieron; hombres y mujeres se volvían locos. Pueblos enteros donde se sospechaba que habían uno o dos brujos, eran sacrificados bajo el grito de “Destruyan a todos que el Señor reconocerá a los suyos”. En 1.586 el Arzobispo de Treves decidió que los brujos del pueblo habían sido los responsables del severo invierno, por lo cual 120 hombres y mujeres fueron sometidos a tortura para lograr una “Confesión”, por la cual fueron quemados vivos, bajo el cargo de interferir con los elementos. Un ejemplo del tipo de histeria originado por los monjes es el caso del Las Brujas de Salem, en el cual de todas las personas que fueron colgadas bajo el cargo de Brujería, posiblemente solo dos eran reales seguidoras de la antigua religión. Todos los demás eran pilares fuertes de la Iglesia del lugar, hasta que unas niñas los acusaron de Brujos.

Es conocida como época ardiente, aquella en la que todos los que no creían o abrazaban la religión católica, eran quemados vivos o ahorcados (en algunos países no se permitía quemar a nadie, así que los colgaban).

Es interesante notar que en esta época muchas de las personas que murieron, ni siquiera eran wiccans, sino sólo personas que no eran queridas en sus pueblos y por ello eran acusadas como brujas.

No es menos interesante notar cómo la ignorancia del cristianismo acusó a los brujos de ser adoradores del diablo y de matar niños, cuando en realidad no existe tal práctica entre los wiccans ya que no creemos en el diablo y menos podemos derramar sangre, ya que eso va en contra la carga de la Diosa y contra el amor y respeto hacia todo lo viviente.

Se estima que el total de ejecuciones (según la iglesia católica) fue de 3.000; y 9.000.000 (según varias fuentes de información paganas). La figura actual basada en el examen de documentos de juicios y tribunales estima que el numero de archivos perdidos asciende a 200.000. Sorpresivamente esto es casi igual al valor geométrico de números estimativos.

Los jueces no perseguían solamente a mujeres. El balance de género variaba de acuerdo a la localidad. Un 90% de los acusados fueron hombres en Islandia, cerca de 80% fueron mujeres en Europa. Sin embargo, sobre el número total de ejecutados, el 75% fueron mujeres.

La mayoría de las sentencias de muerte eran dictadas por cortes civiles, no por la iglesia católica. Sin embargo, la iglesia estaba indirectamente involucrada, ya que ella proveía las fuentes teológicas en los casos civiles.

Los inquisidores no buscaban sólo a brujos, principalmente se interesaban en herejes.

Aún así, la iglesia no es directamente responsable por las muertes dadas por sentencias civiles, aunque si era responsable por los arrestos por causa de creencias diferentes a las suyas; por las torturas y ejecución de minorías religiosas en esas cortes. Una costumbre, era que si las creencias de alguien diferían de las de la iglesia católica, no se le podía dar a esa persona libertad de culto ya que corrompería al resto del pueblo.

La severidad de la persecución no era uniforme en toda Europa; se concentró primeramente en el este de Francia, Alemania y Suiza. Muchos países se libraron de los tiempos ardientes. La época ardiente y su persecución disminuyó grandemente con la llegada de la Epoca de la Iluminación, cuando las personas empezaron a preguntar sobre “verdades” religiosas sostenidas por mucho tiempo. Esto forzó a que termine la ejecución de los brujos en Europa y América.

Lo importante de esa época para nosotros, más que los números de cuantos murieron, es que las leyes de inquisición fueron abolidas. Hoy en día seguimos siendo víctimas de persecuciones por el hecho de que nuestras creencias son diferentes a las de otras religiones y aunque no nos queman vivos o nos llevan a la horca, es algo con lo que debemos vivir diariamente, especialmente aquellos que vivimos en países con una alta moralidad cristiana.

Y sin embargo, a pesar de aquellos tiempos de horror, la Wicca ha llegado intacta hasta nuestros días.

El verdadero artífice del renacer de la tradiccion Wicca fue el funcionario retirado y ocultista Gerald Gardner, un británico que en 1954 publica Witchcraft Today (Brujería hoy) despues de que en 1951 fueron abolidas las últimas leyes que perseguían la brujería en el país anglosajón. A esta obra siguió The Meaning of Witchcraft (El significado de la Brujería) en 1959. Gardner alegó que había encontrado parte superviviente del antiguo culto de la brujería, que había sido iniciado en la religión por un grupo de brujas conocido como el aquelarre de New Forest (Bosque Nuevo) en la región de Hampshire, y que los rituales recibidos estaban fragmentados, por lo que los había reescrito para hacerlos practicables.

En su libro “ La brujería hoy ” afirmo que las teorías de Murray eran correctas y confesaba estar seguro de ello ya que él mismo era un Brujo. También sostenía que posiblemente la Antigua Religión estaba por desaparecer, pero grande fue su sorpresa que al circular su obra, él empezó a tener noticias de Grupos o Covens esparcidos por toda Europa. Ni el mismo Gardner imaginaba la repercusión de su trabajo. Sus libros demostraron que eran muchos los que seguían fieles a las más antiguas creencias del hombre. La Senda del brujo seguía tan viva como lo había estado siempre, y a partir de entonces no hizo sino crecer y aumentar el número de sus seguidores, que reclamaron para si el orgullo de ser brujos.

Diversos autores como Aidan Kelly han rebatido durante años estas alegaciones, argumentando que los ritos fueron inventados completamente por Gardner, con préstamos de la magia ceremonial y órdenes ocultistas como la Golden Dawn. Ronald Hutton[1] explica que Gardner pudo basarse en fuentes publicadas de otros autores como Margaret Murray, Charles Leland y Sir James Frazer, quienes afirmaban que había existido una religión matriarcal en épocas prehistóricas y que, de algún modo, había sido preservada en secreto hasta nuestros días en algunos círculos secretos de brujas.

Otros autores, como Phillip Heselton, Doreen Valiente o Isaac Bonewits apuntan hacia grupos reconstruccionistas de principios del siglo XX más que hacia una antigua religión pagana completamente intacta. Bonewits apunta que "en algún punto entre 1920 y 1925, en Inglaterra, algunos folkloristas se unieron con algunos rosacruces de la Golden Dawn y con supuestos brujos tradicionales familiares, para producir el primer coven moderno en Inglaterra; uniendo de forma ecléctica las distintas fuentes que pudieron encontrar con el objetivo de reconstruir su pasado pagano."[2]

Doreen Valiente por su parte fue Suma Sacerdotisa de Gardner y trabajó con él para retocar textos rituales, aunque por divergencias se distanció del autor e investigó sobre la tradición gardneriana así como otras tradiciones de brujería. Según Valiente[3] , aparece cierta base en la estructura que no pertenece a la Golden Dawn, a Margaret Murray ni a ninguna de las fuentes mencionadas, que puede indicar tanto la existencia de un viejo círculo encontrado en New Forest como la recopilación de diversas fuentes de brujería tradicional por parte de Gardner.

La Antigua Religión ha recorrido un largo camino desde sus humildes orígenes en la prehistoria hasta nuestros días. Ha crecido en gran manera y hoy es una religión conocida mundialmente, gracias a todos aquellos que de una u otra manera decidieron abrazar la fe y hacerla pública. A esto debemos agregar que gracias al Internet, muchas más personas están conociendo la Wicca e interesándose por esta filosofía de vida, que al contrario de otras religiones, instan al hombre a realizarse en un ser completo, libre y por ende feliz.

La antigua religión hoy es conocida mundialmente, atrayendo a mayor número de practicantes que nunca, hombres y mujeres que abrazan el objetivo wiccano de convertirse en seres mucho más completos, libres y armoniosos. En 1974 se formó el Consejo Americano de brujas, formado por 73 hechiceras de diferentes tradiciones. Y en ese mismo año, en el encuentro celebrado en Minneapolis, se elaboró un documento que incluía las 13 máximas de las nuevas religiones neopaganas, la llamada Rede Wicca , compuesta por principios entre los cuales se incluían la práctica de rituales para armonizarnos con el ritmo natural de las estaciones; el modo de vida ecológico; la creencia en que lo sobrenatural forma parte de la naturaleza desconocida del hombre, que puede despertarse; la creencia en la polaridad masculina y femenina del Poder Creador, sin que ninguno predomine sobre el otro; la atención al mundo interior y los procesos subconscientes de la mente: la ausencia de jerarquía; la unión de religión, magia y sabiduría en una única senda; el compromiso con la vida y con el futuro; el respeto a las otras creencias; y la no aceptación del concepto de mal absoluto.

En suma, tal como quedó recogido por el Consejo Americano de Brujos, un wiccan o brujo no es un mero título, sino una persona que trata de vivir sabiamente y en sintonía con la naturaleza. Brujo es quien se conoce a si mismo y es paciente, quien posee equilibrio y pone orden en sus palabras y pensamientos, brujo es quien se sintoniza con los ciclos de la Tierra y mantiene su cuerpo saludable, brujo es el que medita y honra a sus dioses. Porque en esencia la Wicca es un sistema de creencias, o mejor una forma de vida, basada en las energías de la naturaleza, el amor fraternal y el equilibrio universal.

domingo, 4 de noviembre de 2007

Fundamentos de la Wicca.

La wicca no es una religión cuya doctrina es impuesta por una organización jerárquica, no dispone de una biblia o libro sagrada al que recurrir para encontrar guía e instrucción, incluye muchas Tradiciones, permite al individuo rezar y practicar el culto por su cuenta y asume que cada persona desarrollará su propio sistema de creencias y prácticas espirituales.
Se estima que la mayoria de los wicanos practicantes son solitarios.
Por lo tanto se podria afirmar que la Wicca es un sistema de autoconocimiento que admite una practica eclíptica.

Para el wiccano, el aspecto femenino de la divinidad está representado por la Luna, y el masculino por el Sol, y por ello se rinde culto al dios y a la diosa indistintamente, que son la versión occidental de Shiva y Shakti, del yin y el yang, ya que ambos son imprescindibles para la vida. La Wicca, por otra parte, no posee ningún libro sagrado, ni tampoco se fundamenta en dogmas, pero sí presenta un sólido sistema de valores en el que el respeto por otras religiones ocupa un lugar central. La Wicca no se basa tanto en la creencia como en la experiencia, y no excluye a nadie por principio, con independencia de su sexo, edad o cultura.

Pese a la opinión mayoritaria, la Wicca no es equivalente a la magia, aunque muchos de sus seguidores recurren a ella. En cualquier caso, su uso de la magia está siempre limitado por el principio básico de no infligir daño a ningún otro ser vivo: “Haz lo que quieras, pero sin dañar a nadie”. Otra de sus premisas, la llamada “ley de triplicación”, reza que todo lo que hagas, sea bueno o malo, te será devuelto multiplicado por tres; si dispensas amor, recibirás amor; si das odio, atraerás más odio. Para el verdadero wiccano la magia no tiene color, no es blanca ni negra, y lo único que cuenta son las intenciones de quién la maneja.

Convertirse en wiccano no es un acto inmediato, sino un proceso que requiere tiempo y que exige aceptar la filosofía de la vieja religión. La iniciación suele ser siempre individual y anónima: uno se confía a las deidades de la naturaleza y promete que respetará sus normas. A partir de ese momento ya es wiccano, y puede ejercer como tal en privado, o bien participar el rituales colectivos formando parte de los coven o agrupaciones de brujos, normalmente compuestos por trece miembros liderados por una gran sacerdotisa, que se reúnen para llevar a cabo sus celebraciones. Precisamente a raíz de la publicación de los libros de Gardner, muchos de estos coven, que habían seguido operado en secreto en toda Europa durante siglos, salieron a la luz. En nuestros días se reúnen abiertamente en lunas llenas y fechas especiales para celebrar en común su particular comunión con las fuerzas de la naturaleza, y en algunos países como Gran Bretaña gozan de espléndida salud y sus rituales son multitudinarios.

La palabra aquelarre nos trae inmediatamente asociaciones con la idea del diablo. Es cierto que el dios wiccano, representado comúnmente con cuernos, se ha identificado con el Maligno. Sin embargo, los wiccanos no creen en Satán, a quien consideran una figura de la cultura cristiana completamente ajena a su tradición. Sus rituales consisten en mezclarse con la naturaleza y rendirle culto, pero en ellos jamás utilizan nada que esté vivo ni muerto, no hay presencia de sangre ni cadáveres de animales. Las hierbas, las velas, el agua, la sal o la arena son los elementos mágicos del auténtico wiccano. Y jamás recurren a la magia para atacar a nadie, tan sólo para defenderse si llega la ocasión. Únicamente existe un ritual, llamado “El Gran Ritual”, en el que se practica sexo, pero contra lo que se pudiera pensar no se trata de una orgía, sino de un acto íntimo con el que ellos celebran la unión de los dos principios.

Puesto que respetan a todas las religiones por igual, el wiccano jamás comete sacrilegios, ni mucho menos pacta con entes malignos. Tampoco pueden ser considerados una secta, puesto que carecen de líder y nadie les obliga a permanecer en ella. El wiccano hace de la libertad un derecho inalienable y son de natural comedidos y discretos, de manera que es difícil encontrar a un verdadero wiccano alardeando de su condición de brujo.



Ser wiccano

El wiccano se siente parte de la naturaleza y cree que los ríos, las plantas o las estrellas son sus parientes. Se cree un miembro de la gran familia universal y busca vivir en armonía con los elementos. Por eso el wiccano honra las estaciones en su vida diaria, respeta los ciclos de nacimiento, crecimiento, cosecha y descanso, y cree asimismo en la reencarnación. El wiccano piensa que tras cada problema se esconde una oportunidad de crecimiento y trabaja por el bienestar colectivo.

El wiccano se apoya en la Luna para ayudar y sanar a otros. Comienza sus proyectos con luna creciente, los energetiza en luna llena, y limpia las obstrucciones en luna menguante y luna oscura. Puesto que abraza el panteísmo, encuentra lo divino en todas partes y en cualquier lugar y circunstancia puede hacer su círculo sagrado, invocando a los cuatro puntos cardinales, al planeta y al Cosmos. El wiccano presta asimismo gran atención al mundo de los sueños y explora otras dimensiones, de las que extrae conocimiento y poder.

Todo wiccano se siente comprometido a luchar contra la polución física y espiritual del planeta en que vive. La naturaleza es su maestro y su libro sagrado. Y sus herramientas son el athame o cuchillo ritual, la varita para dirigir las corrientes de energía, el caldero que simboliza el vientre materno, la escoba para los rituales de limpieza y protección y el incensiario para arreglar sus altares. Cada practicante utiliza un libro, llamado “Libro de las sombras”, en el que registra los rituales, hechizos y todo cuanto se relacione con su faceta de brujo. Y lleva también un Libro de sueños, un diario onírico donde anota sus experiencias nocturnas.

Por lo general, el verdadero wiccano considera una imprudencia aceptar dinero a cambio de sus trabajos, y cree que su poder es en última instancia un regalo que pertenece al dios o a la diosa, y que él debe manejar con sumo cuidado. Todo lo que toma de la tierra, lo retribuye más tarde, y su comportamiento es irreprochable a los ojos de la sociedad. La Wicca es un sistema de creencias luminoso y el wiccano practica el pensamiento libre y se involucra en el compromiso del crecimiento personal. Para él, la Senda es un camino entre otros muchos, una alternativa que no reclama exclusividad, es la vía de los sabios, tan antigua como la historia del hombre, tan viva como lo ha estado siempre.

El énfasis en el individualismo dentro de la wicca alienta a sus seguidores a que piensen por si mismos; pero, por otro lado, este individualismo causa muchos desacuerdos. Los paganos tienden a desentenderse de la comunidad en la que viven si ésta no les satisface, no es una religión cohesiva.

A pesar de ello, se puede decir que los wicanos tienen más puntos en común que desavenecias y, por este motivo, se reúnen en Festivales o grandes grupos de interacción y comunicación para compartir todos sus conocimientos.

Antiguamente, las almas escogidas se dedicaban al trabajo de practicar y saber todo lo concerniente a las artes magicas de la fertilidad natural, las cosechas, el estado del tiempo, los signos o letras sagradas, estos eran los Wiccas.

Hay muchos mitos y malinterpretaciones alrededor del mundo de la Wicca y la práctica de la brujería. La brujería y sus rituales son usualmente confundidos con la adoración a Satán y prácticas ocultas. Pero la realidad es que la Wicca es una religión practicada por más de 2000 años como una de tendencia panteísta y centrada en la tierra.

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Polaridad dual de la Deidad.
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Creencia en la Reencarnación
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Respeto por toda la naturaleza
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Inmanencia de la Deidad
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Respeto por la Madre Tierra
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El cambio de estaciones marca las festividades o Sabbats
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Existen 8 Sabbats solares y 12 ó 13 Esbats lunares
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La wicca es una religión que se acepta o se rechaza libremente -no hay proselitismo-.
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Todos los iniciados son Sacerdotes o Sacerdotisas
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Igualdad de sexos y razas.
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Uso del Círculo Mágico como forma de celebración y oración
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Búsqueda contínua de la educación y el aprendizaje.
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La wicca es multicultural y, en cierta medida, clandestina u oculta.

Los antiguos orígenes.

Wicca es una religión o serie de creencias Neopaganas que surgió al conocimiento público en la década de los '50, de la mano de Gerald Gardner, supuestamente basada en tradiciones transmitidas en forma oral desde tiempos inmemoriales. La verdad o no de ésto último es causa de debate. Originalmente se tomaba ésta tradición oral como un hecho, en base principalmente a los escritos de la antropóloga Margaret Murray acerca del culto de las brujas de la Edad Media. Luego de que éstos últimos quedaran desautorizados en su historicidad, hoy en día es creencia extendida que la Wicca le debe su nacimiento más que nada a Gardner, aunando prácticas tradicionales y las teorías de Murray en boga en ése momento, con elementos de la magia ceremonial.

Los fundamentos de la creencia son relativamente amplios: la reverencia a la Naturaleza y sus ciclos y la responsabilidad personal del creyente/practicante son las cualidades más evidentes, junto con la relación e interacción directa entre el practicante y las Deidades. La práctica tradicional incluye también un sistema mágico. Las celebraciones y muchas de las ideas de fondo deben muchísimo tanto a Sir James Frazer como a Robert Graves.

Los primeros indicios de la antigua Religión datan de 25.000 años A.C. La Dra. Margaret Murray, hizo un estudio y trazó los orígenes de la antigua religión en la era paleolítica. Ella presentó evidencias de dudosa procedencia y teorías que son objetos de numerosas criticas por parte de muchos cientificos quienes dicen que sus investigaciones son todo menos serias.

En la era paleolítica, los hombres y mujeres dependían de la caza para la supervivencia. Solo si la cacería era buena ellos tendrían alimentos, pieles para cubrirse y huesos para fabricar sus armas y herramientas. Es lo que hoy en día llamaríamos Animismo.

La mayoría de los animales que se cazaban tenían cuernos, por lo que los hombres dieron el aspecto de hombre con cuernos al dios de la caza. Es aquí donde la magia se mezcló por primera vez con este modelo de adoración a los dioses. Las primeras manifestaciones de la magia fueron simpatéticas, es decir, ellos creían que si hacían una imagen de un bisón moldeada en el barro, y luego la rompian y destrozaban, al salir de cacería matarían un bisón real.

Junto a este dios de la caza, había una diosa. Esta no era de la caza, sino de la fertilidad, ya que si habían animales para matar, era necesario que estos mismos animales se reprodujeran para asegurar la existencia de animales para cazar.

Existen muchas imágenes de la Diosa que se encontraron en excavaciones, en las que se reflejan la importancia que le daban al aspecto genital de la mujer, simbolizando su fertilidad y sexualidad. Estas tienen los senos de gran tamaño, el vientre hinchado, y órganos sexuales exagerados, dejando de lado aspectos como brazos, piernas y rostro.

Con el desarrollo de la agricultura, la necesidad de la caza disminuyó, y eso ocasionó un ascenso de la diosa. Ella ahora también empezaba a cuidar de la fertilidad de la tierra, así como de la tribu y de los animales. De esta manera el año se dividió en dos mitades. El verano en el cual el alimento crecía de la tierra, era dominado por la Diosa, y el invierno en el cual se obtenía alimento por medio de la caza, era dominado por el Dios.

Antes de la era cristiana, en algunas áreas de Europa, aunque no en toda ella, los sacerdotes recibían el nombre de "Sabio".
De hecho, en la antigüedad, los jefes o reyes de los clanes, jamas tomaban una decisión importante sin antes consultar con el Consejo de los Sabios.
Ellos no solo dirigían los rituales, sino también conocían la herbología, magia y adivinación, así como también la medicina y las leyes. Estos sacerdotes desempeñaban un rol esencial como mediadores entre los hombres y sus dioses.
En las grandes celebraciones ellos se convertían en casi dioses, y eran tratados como tales. Eran muy respetados y temidos por ello.

Origen de la palabra

El uso del término Wicca es relativamente moderno. Fue adoptado por los protagonistas del resurgimiento de la antigua religión a mediados del siglo XVIII. Las asociaciones del término Witchcraft (brujería) eran, y aún son, esencialmente negativas. El concepto popular de brujería, fruto de siglos de ignorancia y persecución, no tiene casi semejanza con la antigua religión. Para evitar confusiones, se adoptó el término anlgosajón Wicca. En inglés antíguo la doble c se pronuncia "ch" así que la pronunciación sería witcha. Wicce significa bruja y Wicca brujo. Wiccan es el plural de Wicca. Al igual que el término Witchcraft, Wicca podría traducirse como wise craft, arte o habilidad sabia. La Wicca también es conocida como Craft of the Wise, arte o habilidad de los sabios, o simplemente The Craft, el arte.

La palabra Wicca no tiene un origen claro, algunos creen que se trata de un antiguo vocablo de origen inglés wicce que significa Mago, pero el origen real es incierto. Se empezó a utilizar de forma más extensiva durante la década de los años 60 con el boom de las nuevas corrientes espirituales, como alternativa a las religiones tradicionales que resultaban obsoletas para las nuevas generaciones.

La palabra "wicca" tiene dos posibles fuentes.

La primera procede del inglés antiguo (anglosajón) "wicca" para designar a los practicantes de magia: "wicca" (masculino) o "wicce" (femenino), etónimos de la palabra en inglés moderno "witch" (bruja). Proviene de la raíz sajona “wic” que significa doblegar o modelar, o bien sabio o erudito. Wicca, Wicce, Wica o Wite eran maneras de denominar a los Sacerdotes y Sacerdotisas de la Antigua Religion en las regiones anglo-sajonas. Éstos eran considerados conocedores de las propiedades herbales y con capacidad clarividente, pero, ante todo, eran valorados por su capacidad de “modelar la realidad”, de hacer Magia. Una persona de la wicca era una persona que tenía conocimiento que lo distinguía del resto de la población.
La palabra "wicce" procede a su vez del antiguo nordico "seiðkona": sacerdotisa en la mitología escandinava y entre las tribus germanas, practicante de "seiðr" (chamanismo).
En las sociedades tribales germanas pre-cristianas, practicar "seiðr" era considerado como "ergi" (que no era para los hombres), a pesar de que había practicantes hombres llamados "seiðmaðr" o "wicca" en antiguo inglés.

La segunda raíz puede encontrarse en la palabra céltica "wick", que significa flexible o ágil. Deriva de la raíz indoeuropea "wik" o "weik" (que hace referencia a la religión y la magia). Los wiccanos son personas que se adaptan muy bien a la vida y se somenten a la propia voluntad de Uno, tal y como se hace en el proceso de la Magia.
De esta raíz también se deriva el verbo en inglés antiguo witan (saber), que da origen a las palabras “wise” (sabia o sabio) y “wisdom” (sabiduría). Esta conección es la razón por la cual los brujos de nuestra era llaman a la brujería moderna, que es su religión o estilo de vida, “The craft of the Wise” (el arte de la sabiduría).

La palabra Wicca para referirse a la religión en sí misma empieza a adoptarse a partir de los años 70, especialmente impulsada en Estados Unidos como forma de evitar los prejuicios negativos de la palabra ‘brujería’ y para diferenciarse de otras ramas de brujería tradicional no-gardneriana.

En la actualidad, con el desarrollo de las sendas paganas y una aceptación mayor, diversos autores y estudiosos (Bonewits, Hutton) prefieren utilizar términos más acordes como Brujería Neo-pagana o Brujería Moderna.

viernes, 2 de noviembre de 2007

¿Qué es la Wicca?

La "Wicca" es la evolución y la versión moderna de la Tradición religiosa chamánica europea. Por lo tanto es una religión re-construida que procede de creencias "Neopaganas" influenciada por el mundo celta y vinculada a la tierra, a la naturaleza y al culto a la fertilidad. La Wicca sigue un codigo moral que busca la armonía entre las personas y el enriquecimiento espiritual de todos los seres humanos.

La Wicca es una de las tradiciones más importantes del "Paganismo" moderno. También conocida con el nombre de "Brujería", comenzó a ser conocida públicamente en esta forma moderna a finales de los 40. Es una religión iniciática, una tradición mistérica que guía a sus iniciados a una profunda comunicación con los poderes de la Naturaleza y con la psique humana, conduciendo a una autentica transformación de uno mismo.

La Wicca es tanto una religión como un Arte. …Como religión –como cualquier otra religión- su objetivo es poner al individuo y a la colectividad en armonía con el Divino principio creativo del comos y sus manifestaciones a todos los niveles. Como Arte, su objetivo consiste en alcanzar fines prácticos por medios psíquicos, con propósitos buenos, útiles y curativos. En ambos aspectos, las características propias de la Wicca son su actitud basada en la Naturaleza, su autonomía de pequeños grupos en los que no existe distinción entre el sacerdocio y la “congregación, y su filosofía de polaridad creativa a todos los niveles, tanto entre la Diosa y el Dios como entre la Sacerdotisa y el Sacerdote.

Janet & Stewart Farrar. Eight Sabats For Witches, Robert Hale, London, 1981.

La Wicca es en algunos casos llamada el Arte de los Sabios o, más comúnmente, el Arte.

En las Islas Británicas existen varias tradiciones del Arte: Gardneriana, Alejandrina, Tradicional, Hereditaria (Familiar) o Diánica. En otros países, existen otras tradiciones, en reflejo de su propia cultura.
Los Gardnerianos reclaman ser el linaje de Gerald Gardner, que fue el mayor responsable del redescubrimiento del moderno Arte.
Los Alejandrinos descienden de Alex y Maxine Sanders, quienes desarrollaron las ideas de Gardner.
Los Tradicionalistas por su parte defienden un trabajo anterior a la moderna expansión de la traición que han sido trasmitidas de generación en generación.
Los Hereditarios reclaman tener unas tradiciones salvaguardadas por familias particulares y pasadas a parientes de sangre o por matrimonio.
La brujería Dianita esta basada en los principios feministas.

Para algunos practicantes del Arte, Brujería y Wicca son vistas como dos fés diferenciadas mientras que para otros los límites entre ambos conceptos son más borrosos. Es cierto que la palabra "Wicca" es menos evocadora y emotiva que "Brujería" pero a pesar de sus perceptibles diferencias, ambas comparten una concordancia en creencias y prácticas.

La Tradición Wicca celebra ocho festivales estacionales llamados "Sabbats". Los rituales del Arte, como todos los ritos Paganos, se celebran de puertas para afuera y contemplan rituales simples para celebrar las estaciones y el regalo de la vida. Un ritual de Arte consiste en traer lo Divino a nuestras vidas individuales, pero también es un modo de comprender nuestra mente intima y contactar con lo Divino en nosotros mismos.
La Brujería es una religión de magia y amor, el movimiento de una poesía profunda del alma, un modo de compartir y gozar con los misterios de la Naturaleza y las multiples emanaciones de la Divinidad.



jueves, 1 de noviembre de 2007

Introducción al Paganismo Contemporáneo.

¿Qué es el Paganismo?

Antes de entrar en materia conviene definir lo que significa la palabra paganismo: paganismo y pagano son palabras que proviene del latín "paganus", "pagus": campo, rural o de fuera de la ciudad. El empleo del término a lo largo de la historia es quizás demasiado extenso y susceptible de grandes debates; de forma breve, pagano era el término para designar a una persona que residía en el campo o simplemente campesino. El término fue empleado desde finales del Imperio romano para englobar a todas aquellas gentes que aún no se habían convertido al cristianismo. Es una referencia a una época en que los cultos urbanos del imperio, especialmente en las clases altas, se establecían como la nueva religión oficial, mientras que las personas del campo continuaban con los viejos ritos. Posteriormente "pagano" fue usado en su sentido peyorativo, para las "religiones falsas y sus seguidores", usándose para aplicarlo a cualquier tipo de creencia autóctona no-cristiana.

¿Qué es el Paganismo Contemporáneo?

El término general Paganismo Contemporáneo se refiere al conjunto de religiones basadas en la reconstrucción, renacimiento o reinterpretaciones modernas de las religiones indígenas de Europa y el Mediterráneo. Pagano es el término genérico que utilizan los practicantes.

A principios del siglo XX, "pagano" tomó como otros significados ateo, agnóstico o sin religión. En la actualidad, el término se utiliza con dos significados opuestos: el peyorativo, utilizado por la prensa en el sentido de "falta de religión", como a principios del siglo XX, y el propiamente pagano para referirse a sus creencias.

Hay que distinguir aquí la clasificación en tres períodos de tiempo, entre Paleopaganismo, Mesopaganismo y Neopaganismo:

Paleopaganismo: término general para los originales cultos politeístas, basados en la naturaleza, de las tribus en Europa, Africa, América, Asia, Australia y Oceanía. Algunos de estos sistemas podían ser sexistas, racistas, homófobos…

Mesopaganismo: término general para una variedad de movimientos cuyo objeto es recrear, revivir o continuar lo que sus fundadores pensaron que eran los mejores aspectos de los caminos paleopaganos de sus antecesores. En algunos casos, estuvieron muy influenciados, accidental o deliberadamente, por prácticas y conceptos derivados de las visiones monoteístas, dualistas o agnósticas de sistemas como el zoroastrismo, cristianismo, judaísmo, islam o temprano budismo. Algunos ejemplos de estos sistemas de creencias mesopaganos: franc-masonería, rosacruces, teosofía, las formas de Druidismo influenciadas por los movimientos anteriores, las creencias africanas sincretizadas: Santería, Vudú, Candomblé; la religión/filosofía Thelema de Aleister Crowley, Odinismo, algunas “Tradiciones familiares” de Brujería y algunas denominaciones ortodoxas, ”tradicionalistas británicos” de Wicca. Algunos de estos sistemas podían ser sexistas, racistas, homófobos, etc.

Neopaganismo: término general para una variedad de movimientos que comienzan aproximadamente a partir de la década de los 60, con la intención de recrear, revivir o continuar lo que sus fundadores pensaron que eran los mejores aspectos de los caminos paleopaganos de sus antecesores, incluyendo ideas más humanistas y plurales para eliminar todo lo posible las influencias monoteístas, dualistas o puritanas occidentales. Algunos ejemplos: la mayoría de tradiciones heterodoxas de Wicca, el Druidismo según lo entienden algunas órdenes americanas, parte del Paganismo nórdico. Los sistemas neopaganos de creencias no son sexistas, ni racistas ni homófobos.
Definiciones de Isaac Bonewits.

El Paleopaganismo

El padre de lo que hoy día se llama paganismo es el paleopaganismo el cual se inició en la edad de piedra como culto a una Gran Diosa, madre del chamanismo, con el tiempo este culto fue evolucionando en cultos a la fertilidad y a los dioses de la caza. A comienzos de la edad de bronce aparece la escritura y de esa forma comienzan a registrarse los eventos y costumbres religiosas. En la época de mayor esplendor de esta edad se emprenden las construcciónes de monumentos megalíticos cuyo símbolo mas representativo es el Stonehenge.

Las herencias Celtas

Hemos de buscar las raices del Paganismo Contemporáneo entre los antiguos pueblos Celtas que poblaron gran parte de Europa.
Los Celtas procedían originariamente de Asia y formaron un tronco étnico, como miembro del pueblo indogermánico, que se estableció en el occidente de Europa. En el siglo XX a.C., los Celtas ya habitaban el centro y norte de Europa. Para el año 1000 a.C. se extendieron por las Islas Británicas, norte de Francia, parte de Suiza y norte de Italia. Invadieron España en el siglo IX a.C. Su lengua era indoeuropea, de la cual se conservan escasos registros literarios.

El chamanismo que practicaban nació en Siberia, al parecer procedente de antiguos pueblos Hindúes. Desde Siberia, el chamanismo se expande a través del estrecho de Bering hacia lo que hoy denominamos Alaska y desde allí a todo el resto del continente Norte Americano.
Por medio de unas sucesivas olas migratorias de tribus nómadas, que llegaron a Europa, el chamanismo se expandió dentro de lo que mas tarde se constituyera como la cultura céltica, convirtiendo a los Chamanes en Druidas. De su mano, los Celtas adquirirán una nueva perspectiva sobre las relaciones del ser humano con su entorno, la Madre Naturaleza.

El contingente migratorio celta constituyó uno de los mayores en la historia europea, este amplio movimiento de pueblos alteró la población de las regiones donde se asentaban, no se trata del desplazamiento de un pueblo entero o de una tribu. Los grupos dirigidos por sus jefes, llevan consigo sus familias, enseres y ganado.
En unos casos acuerdan y negocian con las tribus que a su paso encuentran, en otros las espadas de hierro se enfrentan a los más débiles escudos de bronce y sin olvidar el pillaje que realizaron en pueblos como los helenísticos.
Pero, sobre todo buscan tierras donde asentarse. Los celtas eran básicamente campesinos. Dentro de su amplia diversidad de tribus y clanes no poseyeron un sentimiento solidario de nación única. Ni siquiera entre los propios galos que constituyen el núcleo fundamental.

Los pueblos Celtas impusieron su autoridad y sus cultos se fundieron con los de los pueblos mas primitivos, siguiendo venerando a los dioses y diosas antiguos de la fertilidad y un sinnúmero de personajes y deidades mágicas tales como elfos, gnomos, duendes, hadas y ninfas, que inspiraron y protagonizan multitudes de leyendas, historias y poesía.
El chamanismo o druidismo que profesaban tenia una filosofía que podría definirse de esta manera:

"La Tierra es un organismo vivo, toda vida en el Universo es atravesada por la energía creadora de la Fuerza de Vida y que todo lo que existe es parte de una unidad mayor, la Tierra no es un cuerpo muerto, pero está habitada por los espíritus que constituye su vida y alma. Todas las cosas existen drenando su fuerza del espíritu de la Tierra. Este espíritu es la vida, es alimentado por las estrellas y alimentan las cosas vivas que abriga en su vientre".

Durante la ocupación romana se inicio las persecuciones en contra de los Druidas. Estos como representantes del espíritu tribal adoptaron un papel subversivo al poder de Roma. Fueron cabecillas de numerosas rebeliones y resistencias a la autoridad romana. Muchos de los que sobrevivieron se refugiaron en los territorios del norte que aun no habían caído bajo el yugo de los conquistadores, principalmente en Irlanda y Britannia. Otros se establecieron en el Sur, en las costas atlánticas de la península ibérica.

A pesar de su poder de dominio los romanos toleraron las religiones ya existentes en las regiones conquistadas. Sin embargo tras unos pocos siglos de ocupación fueron los responsable de la expansión de una nueva religión: el Cristianismo.

La aparición de la secta cristiana comenzaría con la persecución de la que fue objeto por parte de las autoridades, no solo romanos, sino también de otros grupos políticos y religiosos de la época.
A medida que el Imperio se hacía mas débil y corrupto el cristianismo cobraba mayor influencia en este y pasa de ser una secta a una religión organizada, finalmente con el ascenso de Constantino al trono del imperio dicha religión se convierte en la oficial del imperio, lo cual contribuye a agravar aun mas la crisis del Imperio; para cuando el emperador Juliano se da cuenta de la situación ya es demasiado tarde como para que sus acciones surtan efecto, y es asesinado por intentar restaurar los antiguos cultos paganos.
Finalmente el Imperio Romano se viene abajo y es invadido por una sucesión de pueblos de origen germano en su mayoría, los cuales por conveniencias diplomáticas entre jerarcas cristianos y jefes paganos, son convertidos a la religión cristiana, de esta forma se logra conservar el cristianismo como religión oficial en las regiones de Europa que antes pertenecían al Imperio, mientras que las regiones limítrofes conservaban los cultos nativos.

La conversión al cristianismo fue mucho más larga de lo que comunamente se ha dejado creer. Ciertamente fue un proceso que duro varias centurias para que la casi mayoría de la población se convirtiera al cristianismo. Sin embargo la aristocracia apuesta, por estar convencida del poder político ofrecido, por la nueva religión. Los campesinos que eran los verdaderos paganos rehusaron a aceptar a los ensimismados venidos de Oriente, aferrándose tenazmente a sus antiguas creencias. Percibiendo esto, los sacerdotes cristianos adaptaron estas creencias en sus dogmas religiosos.
Durante este proceso de evangelizacion, las oraciones cristianas frecuentemente usaron encantamientos paganos alterando a penas los nombres de los antiguos dioses por aquellos santos y apóstoles. Algunas de estas oraciones en gaélico aun se usan en las tierras altas de Escocia y en las Islas Hébridas. Muchas constituyen encantamientos paganos poco disfrazado para obtener buenas cosechas o para consagrar las semillas. Esas oraciones invocaban a Sta Brigida, que es una versión cristianizada de la diosa céltica de los fuegos sagrados y manantiales santos, Bridget.

La religión antigua y oculta de la Europa medieval era el paganismo. Este 'culto-brujeril' supuestamente sobrevivió hasta que la Iglesia finalmente tuvo el poder en el siglo XV, con los procesos de la Inquisición, para destruir esta religión natural de las masas. Esta claro que los rituales paganos sobrevivieron bien entrada la era cristiana. Ellos se pueden ver en el Mardi Gras y el Fasching de Francia y Alemania, Halloween de Irlanda y Estados Unidos, y el Maypole o árbol de la fertilidad Ingles. Pero, la sobrevivencia de rituales paganos, mascaras, y disfraces, desafortunadamente no demuestran la sobrevivencia del paganismo.
Ya en el temprana Edad-Media, las religiones pre-cristianas fueron reprimidas mediante medidas draconianas. El emperador Carlomagno hizo asesinar a los sacerdotes paganos en Sajonia. En el siglo XI hubo una gran revuelta en Polonia liderada por sacerdotes paganos, la cual fue ahogada en sangre.
Con todo, conforme en la Iglesia católica se incrementaba la lucha implacable por el monopolio de almas, por toda Europa, de manera solapada, comenzaron a surgir en la Europa mediterránea múltiples órdenes o escuelas esotéricas que eran declaradas herejes y perseguidas ferozmente.
Para detenerlos, en 1184, el papa Luciano III instauró un procedimiento legal, la "inquisitio", que permitía el enjuiciamiento directo sin denuncia previa, como un instrumento para acabar con la herejía cátara. En el siglo XIII se extermina a los Cátaros, cuyo culto, originario de oriente llego con el regreso de las cruzadas y contenía demasiadas reminiscencias de las antiguas religiones.
Fueron declarado herejes todos aquellos que osaran discutir los dogmas de la Iglesia. Algunos de estos herejes fueron hombres de ciencias e intelectuales que vieron en las manifestaciones de la Naturaleza, la Gran Diosa, una fuente de sabiduría e inspiración espiritual. Aquella herejía medieval se alimentó de la riquísima herencia que los celtas y los druidas dejaron entre sus pueblos y habitantes, y, posteriormente, se desarrolló y prosperó como consecuencia de la corrupción y de los formalismos excesivos de la Iglesia Católica, alejada de las verdaderas inquietudes espirituales de una parte muy importante de su congregación.
Así es como en el siglo XIV los Templarios son condenados por herejia, acusados de practicar ritos inspirados en las corrientes gnósticas orientales y por lo tanto vinculados a ritos paganos.

Hay que precisar que con el reconocimiento del cristianismo como religión estatal en el siglo IV por los emperadores romanos, los herejes comenzaron a ser considerados como enemigos del Estado; y durante los diez siglos siguientes, del V al XV, los siglos de la Edad Media, el creciente poder político y religioso del catolicismo fue paralelo al oscurantismo cultural y espiritual que sufrió Europa. De esta manera la acusación por herejía fue utilizada como instrumento politico para deshacerse de elementos indeseables.

Así pues, no es hasta la creación del Tribunal de la Santa Inquisición y del Santo Oficio que toda practica de la antigua religión es duramente perseguida y condenada. La fuerza de su brazo, desde los templarios a Juana de Arco (1431) y durante varios siglos más, se hizo sentir en Europa entera contra brujos, disconformes y oponentes ideológicos de la Iglesia católica.
Durante esta época, muchas mujeres y hombres fueron perseguidos por practicar ritos relacionados con la antigua religion, calificados como brujería.

El círculo sobre los últimos seguidores de los viejos cultos se cerró en el siglo XIV, durante la Peste Negra, cuando las supersticiones rampantes los acusaron de haber invocado a los espíritus malvados causantes de la enfermedad en sus aquelarres.
El golpe final ocurrió en 1486 cuando los inquisidores dominicos Jakob Sprenger y Heinrich von Krämer editaron "El Martillo de las Brujas" (Malleus Maleficarum), un manual que describía prácticas y formas de identificar a los brujos y brujas, que recibió la venia del papa Inocencio VIII. Entre 1550 y 1640 los brujos y brujas, perseguidos y marginados, ardieron en hogueras por toda Europa.
Este manual ocasiono una ola de histeria colectiva que relaciono la practica de los antiguos ritos, con el culto a Satanás. Hay que precisar que esta representación del mal era desconocida entre los paganos Celtas.
Como en muchos de los casos, este horror surgió del miedo, la ignorancia y de informaciones incorrectas. La mayoría de las personas que fueron capturadas, torturadas y matadas no eran brujos o brujas, simplemente personas que estaban en el lugar incorrecto, que provocaban envidias, o que no encajaba en la sociedad.

El resultado de todo el proceso fue la condena de los ritos pre-cristianos como magia negra, diabólicos y brujería.

El nuevo renacer

El uso y sentido del termino Neopaganismo ha ido variando de forma profunda en estas décadas, por el desarrollo y aumento exponencial de practicantes. En su momento Neopaganismo por propia definición es una etiqueta diferenciadora de los movimientos reconstructivos modernos, frente a los paganos históricos de las antiguas culturas. El término en sí de "neo-pagano" lo populariza Oberon Zell-Ravenheart en 1967, creador y editor de la conocida revista pagana "Green Egg", a través de sus artículos.

Mucho antes, ya desde el siglo XIX y dentro del movimiento romántico, surge en Alemania, Escandinavia y las Islas Británicas un interés hacia el paganismo germánico, el renacimiento vikingo y el Druidismo. También surgen, en Inglaterra, varias órdenes ocultistas y esotéricas, entre ellas la conocida "Golden Dawn" o la "OTO". Numerosos autores, desde antropólogos a escritores conocidos, se involucran con estas organizaciones. Además del fénomeno social que se da a partir de finales del siglo XIX y principios del XX, el interés por el espiritismo. Un interés hacia lo esotérico en general que se mantiene durante el siglo XX y continúa hoy.

En la década de 1920 la antropóloga Margaret Murray lanza sus hipótesis y estudios sobre la brujería como una religión mantenida en secreto y cuyos orígenes podrían remontarse a las expresiones chamánicas de la prehistoria europea. Posteriormente el autor inglés Gerald B. Gardner publica en 1954 "Witchcraft Today" donde habla de las creencias y prácticas de brujos del área de New Forest, siendo él mismo un brujo iniciado por éstos.

Con la presencia de Gardner y otros autores en los medios de comunicación, surge un fuerte interés por la brujería en el gran público, en Inglaterra y EE.UU. En la década de los 60 y 70 también resurge el interés por el reconstruccionismo Druídico y germánico, incluyendo a EE.UU. y la propia Islandia con Ásatrú que recupera la religión islandensa.

A partir de los 80-90 hay un crecimiento enorme en el desarrollo de las sendas paganas, que continúa en la actualidad. Dentro del Paganismo actual encontramos un panorama polarizado: por un lado, las sendas con carácter reconstruccionista/tradicionalista, que se basan en el estudio y recuperación de las tradiciones religiosas pre-cristianas que nos han llegado o se mantienen en algunos lugares. Por otra parte, otras sendas están influenciadas por ideas modernas, o bien son adaptaciones puramente modernas y eclécticas respecto a la sabiduría ancestral y que suelen distinguirse con el apelativo de neopaganas.

En algunos casos, numerosas ramas paganas, especialmente relacionadas con la brujería moderna, son víctimas del comercio new-age y del mercantilismo.

Breve resumen de las tradiciones más conocidas en el Paganismo actual.

Druidismo: las órdenes druídicas toman su inspiración en los dioses y tradiciones de los pueblos celtas. El Druidismo significa explorar la sanación, adivinación y la mitología sagrada, buscado el estado de consciencia que otorga la Awen (inspiración). Existen órdenes druídicas (mesopaganas) que no necesariamente están relacionados con el paganismo, sino con enseñanzas de tipo esotérico o influencia cristiana. En la actualidad también encontramos otras organizaciones druidas centradas en la práctica religiosa pagana, que se auto-denominan en ocasiones como neo-druidismo, así como en preservar la cultura de los pueblos celtas.

Paganismo Céltico Reconstruccionista: como su nombre indica, centrado en la herencia de los pueblos celtas, aunque no sólo reducido al sacerdocio y la práctica espiritual, sino también estudiando las particularidades culturales.

Paganismo Germánico (Heathenry):
el Heathenry (de la raíz anglosajona heathen, brezo; como pagano, pero sin raíz latina y matiz diferente) agrupa a distintas religiones que recuperan y reviven las antiguas prácticas pre-cristianas de diferentes pueblos nórdicos (escandinavos, germanos, islandeses…). De estos pueblos ha llegado a nuestros días material escrito y una amplia tradición, en algunos casos como sucede con Islandia, la expansión del cristianismo no se completó hasta el siglo XI era común. Bajo esta definición encontramos una serie de senderos concretos y diferenciados, como: Ásatrú, Forn Sed, Odinismo, Theodism, Wotanismo.

Wicca (Brujería Moderna):
también denominada brujería neo-pagana, su forma pública surge en los 50 a través del autor Gerald B. Gardner y su exposición de prácticas y creencias tradicionales de brujas británicas. Gardner dio forma a un sistema ortodoxo estructurado, el cual ha ido desarrollándose mediante el trabajo de otros autores, hasta llegar a la forma heterodoxa de la Wicca actual. En su base, es un camino iniciático y mistérico, donde el iniciado entra en profunda comunión con los Dioses de la brujería, los poderes y misterios de la Naturaleza y de la psique humana. En la actualidad, numerosas vertientes que utilizan para sí el nombre de Wicca aúnan conceptos nueva era con fuertes influencias del ecologismo y el feminismo, con lo que se ha desarrollado una wicca paralela que es un cajón de sastre para un paganismo genérico carente de bases o herencias culturales.

Brujería Tradicional
o brujería europea, son las diversas tradiciones culturales/familiares (de carácter pre-gardneriano). Entre ellas, Stregheria (brujería italiana), brujería escocesa, vasca, galesa, bretona, etc. Con distintos matices culturales, tienen el nexo común del fuerte culto a los Antepasados. Ha existido, existe y seguirá haciéndolo a pesar de ciertos conceptos alejados de la realidad que se han popularizado en el entorno de la brujería moderna.

Helenismo. Reconstrucción de la religión griega.

Khemetismo. Reconstrucción de la religión egipcia.

Religio Romana. Reconstrucción de la religión romana.

Fuentes:



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