miércoles, 22 de octubre de 2008

"La conciencia sin fronteras"

No Boundary

La conciencia sin fronteras
Aproximaciones de oriente y occidente al crecimiento personal.
Trad. de Marta Guastavino.

"Cuando se comprenda que los opuestos son uno, la discordia se disuelve en concordia, las batallas se convierten en danzas y los antiguos enemigos se revelan amantes. Estamos entonces en condiciones de entablar amistad con la totalidad de nuestro universo, en vez de seguir manteniéndolo dividido por la mitad... o en fragmentos..."

En esta obra Wilber, explica e indaga, a partir de un diagnóstico que realiza sobre la más persistente alineación del ser humano, las debilidades y la fractura de nuestra identidad en diferentes partes separadas, las polaridades, que están en la base de toda infelicidad y angustia: vida-muerte, sujeto-objeto, mente-cuerpo, razón-instinto y organismo-medio ambiente, síntesis indispensable para alcanzar la unidad.

Arrancando de este diagnóstico, el autor examina el espectro de la conciencia, explica el proceso evolutivo de ésta y presenta el conjunto de terapias que se dirigen a reintegrar estas dualidades artificiales. Estas terapias se inspiran tanto en Occidente como en Oriente, y van del psicoanálisis al zen, de la gestalt a la M.T., del existencialismo al tantra. Ejercicios prácticos y bibliografía fundamental acompañan a cada capitulo.

"La conciencia sin fronteras" es, en suma, una importantísima referencia teórica a la vez que una útil guía practica.

"Proyecto Atman"

The Atman Project

El Proyecto Atman
Una visión transpersonal del desarrollo humano.
Trad. de Enric Tremps.

Libro indispensable, "El proyecto atman" ha sido acogido con enorme entusiasmo en el mundo intelectual, particularmente por su forma de compaginar la Psicología Oriental con la Occidental en una brillante exposición sobre el desarrollo de la conciencia, que tiene como meta la Conciencia. Esta obra, profunda y brillante, representa el marco conceptual y teórico básico de la Psicología Transpersonal.
Una visión transpersonal del desarrollo humano. Partiendo de las raíces primitivas del concienciamiento, la conciencia va cruzando por los reinos tifónico, social, egóico-mentales, centáuricos, sutiles, causales y finales. Wilber propone el proyecto "Atman" de evolución y termina con una presentación sintética del libro tibetano de los muertos. En este libro se presenta y profundiza en el marco conceptual y teórico básico de la psicología transpersonal.


El desarrollo es la evolución, la evolución es trascendencia, la trascendencia tiene como meta final la Conciencia Superior. He aquí el "Proyecto Atman", el impulso de Dios hacia Dios, de Buda hacia Buda, de Brahma hacia Brahma, mediado inicialmente por la psique humana, con resultados que oscilan entre lo extático y lo catastrófico.

El punto de partida es el primer periodo de la infancia humana, cuando el neonato esta inseparablemente unido con la madre y con el medio, un estado que se convierte en el modelo de los estados adultos de unión trascendente o mística. Pero el autor señala la necesidad de distinguir entre el «paraíso prepersonal» del infante, donde todo es «ignorancia», y el paraíso post-personal que sigue al despertar adulto. Inspirándose parcialmente en la psicología del desarrollo de Jean Piaget, y estableciendo una terminología propia, Ken Wilber explica el proceso de diferenciación de la mente egoica y del cuerpo hasta alcanzar la unión transpersonal.

*Ken Wilber dice en su libro: "Cuando una persona redescubre que su naturaleza más profunda es una con el Todo, se libera del peso del tiempo, de la ansiedad y la preocupación. Se emancipa de las cadenas de alienación y de su sensación de identidad separada (por religiones, culturas, razas o status) y así la paz sería posible".
Wilber nos recuerda que "en realidad, todas las personas sabemos o intuimos que somos más espíritu que materia. Que nuestra verdadera naturaleza es infinita, eterna y total. Pero para poder reconocer esto, se requiere que vayamos abandonando diariamente nuestro ego. Una especie de "muerte" de esa identidad aprendida y modelada por el mundo, por lo exterior. Ese ego que nos engaña creándonos la idea de la dualidad, de tener una identidad separada de los demás. Lamentablemente, la guerra, las injusticias, el caos, la desolación, parecen ser mucho más reales que el Ser y la Paz. Pero así como la Paz requiere de un esfuerzo conciente de cada ser humano, también la elección del Ser tiene que provenir de una mente preparada y dispuesta a buscar y encontrar la Verdad en toda situación o acción. Eso se lograría abandonando la lucha, el desacuerdo, el apego a tener razón a ultranza. Pudiendo aceptar el error, aprendiendo a pedir disculpas, a reconocer la propia ignorancia, a Amar. Y todo esto no está en el mundo del ego ya que su función es no soltar lo que cree que le pertenece. Viviendo en un mundo agónico como el que vivimos, cada uno es responsable, entonces, de elegir con conciencia qué quiere para sí y para los demás".
*Por Lic. Alicia Hendler, Psicóloga Humanista.


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SUMARIO

Prefacio
1. Prólogo
2. Las raíces primordiales de la conciencia
3. El yo tifónico
4. El yo social
5. Los reinos egoico-mentales
6. Símbolos de transformación
7. Los reinos del centauro
8. Los reinos sutiles
9. Los reinos causales y el reino final
10. La forma del desarrollo
11. Tipos de inconsciente
12. La meditación y el inconsciente
13. El proyecto Atman
14. La evolución a través de los niveles inferiores
15. La evolución a través de los niveles egoicos
16. La evolución de orden superior
17. Esquizofrenia y misticismo
18. La involución
Apéndice: Tablas de referencia
Bibliografía


Prologo de Ken Wilber al libro "La empresa consciente" de Fredy Kokman

De acuerdo con el diccionario, la definición aburrida y prosaica de empresa es: “Intento o designio de hacer una cosa. Casa o sociedad mercantil o industrial fundada para llevar a cabo construcciones, negocios o proyectos de importancia. Obra o designio llevado a efecto, en especial cuando en él intervienen varias personas.”.

Por su parte, ser consciente significa “Percibir el mundo interior y exterior. Que siente, piensa, quiere y obra con conocimiento de lo que hace. Con pleno uso de los sentidos y facultades”. Por lo tanto, la expresión “empresa consciente” podría definir la capacidad de intentar hacer una cosa, de llevar a cabo construcciones, negocios o proyectos de importancia, en especial cuando intervienen varias personas, de una manera consciente, con pleno uso de los sentidos y facultades. Lo cual, por supuesto, implica que muchas personas no lo hacen de esa manera. A partir de mi experiencia puedo decir que es lo que ocurre a menudo, por lo cual estoy indudablemente a favor de las empresas conscientes, o de que cualquier otra cosa sea consciente.

El concepto me despierta interés. De todos modos, me pregunto qué significa exactamente “consciente”, en especial cuando se le atribuye un significado que invita a pensar: “percibir el mundo interior y exterior”. ¿Cuáles y cuántos son, exactamente, los elementos que forman esos mundos? ¿Debemos percibirlos todos para ser realmente conscientes?

Creo que es aquí donde el concepto de empresa consciente empieza a ser verdaderamente fascinante. Mundos, terrenos, paisajes, entornos conforman un vasto universo. Cuanto mejor lo conozcamos, es decir, cuanto mejor comprendamos el mundo interior y el exterior, tanto mejor podremos recorrerlos.

Así como un mapa del mundo exterior suele ser útil, también podría serlo un mapa del mundo interior. Juntos proporcionarían una herramienta capaz de mejorar notoriamente nuestro recorrido por el medio que nos rodea, por cualquier mundo, incluyendo el mundo de la empresa. Un mapa detallado que combinara los últimos descubrimientos sobre el mundo interior y exterior sería un medio extraordinario para lograr cualquier objetivo.
También ofrecería la clave para tener conciencia de ambos mundos. La empresa consciente —y de hecho, la vida consciente— se convertiría en una posibilidad muy concreta.

UN GRAN MUNDO, UN GRAN MAPA

El mapa, por supuesto, no es el territorio, y sin duda no queremos confundirlo —aun cuando sea muy detallado— con el territorio mismo. Tampoco queremos tener un mapa incompleto, parcial, roto. Pero, en realidad, la mayoría de las iniciativas —lo que incluye la mayoría de las prácticas del mundo empresario— se llevan a cabo con mapas incompletos, e incluso erróneos, del potencial de los seres humanos. Estos mapas parciales, fragmentarios, de la realidad interior y exterior conducen invariablemente al fracaso de los emprendimientos personales y profesionales.

Por primera vez en la historia, en las últimas décadas se ha realizado un esfuerzo coordinado para reunir todos los mapas conocidos del potencial humano —en relación con su mundo interior y exterior— y combinarlos en un mapa de la realidad más exhaustivo, inclusivo y preciso. Este “Gran Mapa” —denominado también Mapa Integral— ofrece hoy un panorama sumamente detallado y equilibrado y, en consecuencia, ofrece una ayuda inigualable para realizar la travesía y para definir y cumplir cualquier objetivo personal o profesional.

¿Cuál es el nivel de detalle de este Gran Mapa? Comienza con una exhaustiva comparación cultural de todos los mapas interiores conocidos, aportados por las culturas más importantes del mundo. Incluye mapas psicológicos de Freud, Jung y Piaget; mapas provenientes de la sabiduría oriental, entre los cuales se encuentran los del yoga, el budismo y el taoísmo; los numerosos resultados de la ciencia cognitiva, la neurobiología y la psicología evolutiva; tipologías, desde el eneagrama a la de Myers-Briggs; herramientas transformadoras utilizadas por los antiguos chamanes o por los sabios posmodernos. La idea inspiradora es simple: trazar un mapa o modelo psicológico capaz de reflejar e incluir todas estas posibilidades. Teniendo en cuenta que, en efecto, los seres humanos han propuesto toda esa variedad de escuelas y sistemas, debería existir un modelo suficientemente abarcador, que pueda dar cuenta de todos ellos. Eso es, precisamente, lo que —según podemos apreciar— logra el Modelo Integral.

En la esfera de la interioridad el resultado parece ser una variedad de formas de conciencia presentes en hombres y mujeres. El espectro abarca el cuerpo, la mente y el espíritu; se extiende desde lo pre-racional, pasando por lo racional, hasta lo trans-racional; desde la infra-conciencia, pasando por la auto-conciencia, hasta la supra-conciencia; desde lo emocional, pasando por lo ético, hasta lo espiritual. Todos esos potenciales —los del cuerpo, la mente y el espíritu— son importantes para enfocar con amplitud cualquier situación personal o profesional porque esas realidades, de hecho, operan en todos los seres humanos, en cualquier circunstancia, y si no las reconocemos conscientemente, desde el inconsciente sabotearán continuamente todos nuestros emprendimientos, se trate del matrimonio o los negocios, la educación o la recreación.

Además de estas realidades interiores o psicológicas, el Modelo Integral incluye también los mapas más recientes del mundo exterior, mapas aportados por una gran variedad de respetadas disciplinas empíricas, desde la teoría dinámica de sistemas hasta las teorías de complejidad y caos. El resultado de su combinación con los mapas interiores es, efectivamente, un Mapa Integral del mundo interior y exterior, un mapa que, en consecuencia, indica la magnitud de lo que significa ser realmente consciente.

Aun cuando este Mapa Integral parezca complejo (lo es), puede reducirse a un puñado de factores bastante simples, fácilmente manejables. Para expresarlo de manera resumida y sencilla, el Mapa Integral es aquel que abarca una gama de formas de conciencia que operan tanto en el mundo interior como en el exterior. Lo hace con un Enfoque Integral que asocia, respectivamente, cuerpo, mente y espíritu, con individuo, cultura y naturaleza.

Ya hemos analizado brevemente la primera parte de la asociación integral —“cuerpo, mente y espíritu”—, que según vimos, son las formas de conciencia que constituyen las realidades o mundos interiores. La segunda parte —“individuo, cultura y naturaleza”— representa a los tres reinos más importantes, es decir, los tres ambientes, realidades o paisajes fundamentales a través de los cuales operan las distintas formas de conciencia.

“Individuo” se refiere sencillamente al mundo interior de cada persona, o sea, a las realidades subjetivas a las cuales es posible acceder mediante la introspección, la meditación y la reflexión. “Cultura” alude al conjunto de valores compartidos y significados comunes que pueden intercambiar los individuos, como por ejemplo el lenguaje común, un interés comercial o el amor por la música clásica. Estos valores y significados son inter-subjetivos, es decir, constituyen un universo al que es posible acceder por medio de la interpretación y el entendimiento mutuo. Y “naturaleza” se refiere al mundo exterior, constituido por datos objetivos, entornos y acontecimientos, lo que también incluye los productos y artefactos que crea el ser humano. Esto se debe a que el organismo humano es parte de la naturaleza, y en consecuencia, lo que produce —por ejemplo, los automóviles— también es considerado productos de la naturaleza y puede atribuirse como objeto de estudio a las ciencias naturales, por medio de la teoría de sistemas y la teoría de la complejidad.

Estos tres grandes ámbitos —individuo, cultura y naturaleza— suelen ser denominados Belleza, Bien y Verdad, o Arte, Moral y Ciencia, o simplemente, Yo, Nosotros y Esto. También se los denomina los “Tres Grandes”, para destacar la importancia fundamental de estos tres reinos en los que permanentemente operan los seres humanos.

En una vida consciente—y, por cierto, en una empresa consciente— deberíamos tomarlos en cuenta para planificar cualquier actividad porque, repito, están presentes en todos los acontecimientos y si no los aprehendemos conscientemente, sabotearán desde el inconsciente cualquiera de nuestros movimientos.

LA EMPRESA INTEGRAL

La empresa consciente —es decir, la empresa que tiene conciencia del mundo interior y exterior— sería, en consecuencia, la empresa que toma en cuenta al cuerpo, la mente y el espíritu en el individuo, la cultura y la naturaleza. En otras palabras, la empresa consciente tiene presente la manera en que las distintas formas de conciencia operan en los Tres Grandes mundos: individuo, cultura y naturaleza. Específicamente, esto significa que para lograr el liderazgo integral de una empresa es necesario utilizar las herramientas que permiten recorrer con destreza los ámbitos de la individualidad, la cultura y el planeta.

En consecuencia, no es sorprendente que las teorías de gestión empresaria se dividan en tres grandes categorías, que corresponden a los Tres Grandes escenarios: las que se concentran en la motivación individual, las que hacen hincapié en la cultura y los valores corporativos y las que ponen el énfasis en sistemas objetivos externos, diagramas de flujo y controles de calidad. El liderazgo empresario integral debería utilizar las herramientas que provee cada una de ellas, de una manera coordinada e integrada que permita optimizar los resultados. De lo contrario, tendrá que contentarse con resultados modestos.

Por ejemplo, el liderazgo empresario integral debería utilizar la teoría de sistemas para comprender los modelos dinámicos del mundo exterior. Autores como Peter Senge, Meg Wheatley y Michael C. Jackson, entre muchos otros, han difundido el enfoque de sistemas aplicado a la empresa. Ese enfoque también es ampliamente utilizado para hacer el seguimiento de ciclos empresarios, como puede verse en el trabajo pionero de Clayton Christensen sobre tecnologías perturbadoras.

El liderazgo empresario integral también debería utilizar las herramientas que ofrecen las formas de conciencia interior de los individuos, como la inteligencia emocional, un concepto que ha popularizado Daniel Goleman; las tipologías de Myers-Briggs, ya empleadas ampliamente en el management; y las herramientas de motivación personal que han desarrollado desde Tony Robbins hasta Franklin Covey.

No obstante, el liderazgo empresario integral no termina en el conocimiento del individuo y el mundo exterior. También implica conocer cabalmente la cultura corporativa, los valores compartidos y la motivación de la compañía. Todas las empresas tienen una cultura y todo indica que ciertas culturas corporativas son más efectivas para atravesar ciclos específicos del mundo de los negocios, como lo sugiere la valiosa investigación de Geoffrey Moore o las evidencias empíricas de Jim Collins. Ambas señalan la importancia prioritaria de los valores corporativos y los elementos inter-subjetivos en el éxito de largo plazo, algo que el liderazgo integral debería tomar en cuenta si desea armonizar conscientemente esos valores y factores subjetivos con la máxima efectividad.

En otras palabras, todas las grandes teorías sobre la administración y el liderazgo en la empresa —desde la teoría de sistemas, pasando por la inteligencia emocional, hasta el manejo de la cultura corporativa—que refieren a los Tres Grandes ámbitos inherentes a lo humano, tienen un lugar fundamental en un Modelo Integral de conciencia empresaria. Si bien en principio la idea puede parecer demasiado complicada, es innegable que un enfoque que no sea integrador está destinado al fracaso. En el mundo de hoy el costo de no adoptar ese tipo de enfoque es muy alto. El cuerpo, la mente y el espíritu —tanto como el individuo, la cultura y la naturaleza— están en todas partes, ejerciendo su influencia y delineando activamente los acontecimientos. Podemos elegir tenerlos en cuenta de manera consciente en cualquiera de nuestros emprendimientos o simular que ignoramos su existencia.

GRAN MAPA, GRANDES IDEAS

En mi libro "Una teoría de todo: una visión integral de la empresa, la política, la ciencia y la espiritualidad", he intentado hacer un resumen sencillo de este enfoque abarcador. Pero tal vez el mejor lugar donde comenzar un enfoque integral de la empresa es dentro de nosotros mismos. El dominio integral de los Tres Grandes —individuo, cultura y naturaleza— comienza por el individuo. ¿Cómo operan en nosotros el cuerpo, la mente y el espíritu? ¿Qué impacto tienen en el rol que desempeñamos en el mundo de la empresa?Y, ¿cómo podemos ser más conscientes de esas realidades que operan en cada uno de nosotros?

Este es el gran mérito de La empresa consciente. Cómo crear valor a valores, la obra de Fredy Kofman. El dominio integral comienza con el dominio de la propia persona en el plano emocional, intelectual, ético y espiritual. El dominio personal es una premisa básica para lograr resultados positivos.

La vida de Fredy Kofman es un ejemplo de lo que predica: es un hombre sensible, impecable y agudamente consciente. Lo cual, además de permitirle ser mejor, más efectivo y exitoso en lo que emprende, lo convierte en un ser humano digno de admiración, al que estoy orgulloso de tener por amigo. Es altamente recomendable acompañar a Fredy en su recorrido, aprender a transformar el cuerpo, la mente y el espíritu como paso previo para la transformación de los individuos, la cultura y el planeta: involucrados en esa empresa integral, el lector y el mundo ya no serán los mismos.

Ken Wilber


Prefacio de "El proyecto Atman"

El tema de esta obra es básicamente simple: el desarrollo es evolución y la evolución es trascendencia (recordemos aquella extraordinaria frase de Erich Jantsch: «La evolución es autorrealización a través de la autotrascendencia»), y el objetivo final de la trascendencia es Atinan, la Conciencia de Unidad esencial en sólo Dios. Todos los impulsos sirven a este Impulso, todos los deseos dependen de este Deseo y todas las fuerzas están supeditadas a esta Fuerza. Y es a este movimiento, en su conjunto, al que denominamos proyecto Atman, el impulso de Dios hacia Dios, de Buda hacia Buda, de Brahman hacia Brahman. Pero se trata, no obstante, de un impulso que se origina en el psiquismo humano y cuyos resultados van desde lo extático hasta lo catastrófico. Como hemos intentado demostrar en Después del Edén, si bien los seres humanos proceden originalmente de las amebas y deben arribar finalmente a Dios, se hallan entretanto bajo el influjo de esa morada provisional que conocemos con el nombre de proyecto Atinan. Y todo este proceso evolutivo discurre de unidad en unidad hasta que sólo exista la Unidad y el proyecto Atinan termine finalmente disolviéndose ante Atinan.

Este libro comenzó como una serie de artículos para los cuatro primeros ejemplares de la revista "Re-Vision". Su publicación, no obstante, se dilató un año y medio -casi dos- y durante ese tiempo mis ideas sobre el tema fueron madurando y modificándose de manera natural. Es por ello que, aunque el libro se iniciara con esos artículos, ahora sólo guarda, con respecto a ellos, una remota semejanza. Doy las gracias a cuantos los leyeron con interés porque a ellos debo, en definitiva, el impulso que me llevó a emprender esta obra.

El punto de partida de los artículos aparecidos en "Re-Vision" fue la hipótesis de diversos investigadores occidentales según la cual la temprana infancia -la época en la que el neonato está inseparablemente fundido con su madre y con el entorno global que le rodea-, constituye el modelo de todos los estados adultos de fusión trascendente y de unidad extática perfecta. Desde esa perspectiva, el necesario desarrollo que separa al niño de esa fusión primitiva no sólo representa la pérdida de un estado extraordinariamente placentero sino que también supone el alejamiento de un estado metafísicamente superior, una expulsión del «paraíso» -o, como dirían los junguianos, «una alienación del Self». No obstante, muchos de ellos también sugieren que el adulto puede recuperar ese «paraíso superior» de una forma madura y sana. Esta opinión, y otras similares, ha sido sustentada, de manera parcial o total, por los junguianos, Neumann, Norman O. Brown, Mahler y Kaplan, Loewald y los neopsicoanalistas, Watts, Koestler y Campbell. Y aunque, en otros sentidos, sienta el más profundo respeto por la opinión de todos estos investigadores, cuanto más reflexiono sobre este punto de vista, más inaceptable me parece. Y ello no sólo porque induce a establecer comparaciones inexactas entre los dominios transpersonales y los dominios de la infancia, sino también porque parece dejar completamente de lado las extraordinarias diferencias fundamentales existentes entre lo que (siguiendo a Wescott) denominaremos preestados y transestados.

Como veremos, el estado de fusión infantil es, efectivamente, una especie de «paraíso», pero este paraíso no es el paraíso del despertar transpersonal sino el paraíso de la ignorancia prepersonal. No tuve perfectamente clara la verdadera naturaleza del estado prepersonal de fusión infantil hasta que no tropecé con la siguiente descripción de Piaget: «En ese estadio, el yo es, por así decirlo, material...». Y la unión material, como también veremos, es la más baja de todas las uniones posibles, una unión en la que no hay absolutamente nada que sea metafísicamente «superior». El hecho de que se trate de una unidad estructural previa a la diferenciación entre sujeto y objeto induce erróneamente a equipararla con aquellas otras unidades estructurales superiores en las que realmente se trasciende la separación entre sujeto y objeto. En el momento en que caí en la cuenta de este punto, reorganicé todo el esquema que había presentado en Re-Vision y lo modifiqué para adaptarlo a mi nueva visión. Así fue como este libro halló su forma casi por sí solo. Y aunque, ciertamente, sean pocos los cambios que tengan que ver con los datos propiamente dichos, el nuevo contexto (pre y trans) ha requerido de mi parte una serie de precisiones terminológicas notablemente importantes.

He reservado el término «uróboros» (y el de «pleroma») para el estado prepersonal de fusión material infantil; «centauro» es ahora un término ligado a la integración madura entre el cuerpo y la mente egoica; he introducido el término «tifón» para referirme al período infantil de prediferenciación entre el cuerpo y el ego (los estadios del «ego corporal» de Freud); «transpersonal» se refiere estrictamente a las formas maduras y adultas de trascendencia de la mente egoica y del cuerpo; he ajustado el uso de los términos «evolución» e «involución» a su significado hinduista (es decir, Aurobindo) y también he sustituido su utilización original (basado en Coomaraswamy) por los de «Arco Externo» y «Arco Interno». El concepto de proyecto Atman, por su parte, permanece inalterado pero, dado que el estado ideal de unión extática no es -ni siquiera remotamenteparecido al estado de fusión prepersonal propio de la «conciencia cósmica infantil», sino más bien a la de la unidad transpersonal propia del dominio causal último, he reformulado también levemente este punto de modo que resulte mucho más explícito que en mis formulaciones anteriores. Así pues, aunque creo que todo lo dicho también podía entenderse leyendo entre líneas los artículos originales, en esta obra he tratado de presentarlo con toda la claridad y franqueza de la que he sido capaz.

Esta es, pues, la historia del proyecto Atman, y ésta es también mi forma de compartir lo que he visto, una pequeña ofrenda de lo que he llegado a recordar, el polvo zen que conviene sacudirse cada tanto de las sandalias, una mentira, a fin de cuentas, ante ese Misterio que es lo único que existe.

KEN WILBER
Lincoln, Nebraska,
invierno de 1978


viernes, 17 de octubre de 2008

Introducción de "Gracia y Coraje"

"Gracia y Coraje"
Espiritualidad y curación en la vida y muerte de Treya Killam Wilber.

NOTA:

Los acontecimientos que condujeron hasta "Sexo, Ecología, Espiritualidad", que vio la luz en 1995, también pueden ser de interés. Hacía casi una década que no había escrito ni publicado nada, una década en la que me dediqué fundamentalmente a cuidar de mi esposa, que fue diagnosticada de cáncer poco después de casarnos. Todavía no nos habíamos ido de luna de miel cuando recibimos las malas noticias. Treya y yo nos casamos en 1983 y ella murió en 1989 y, para cumplir con una promesa, relaté nuestra ordalía en Gracia y coraje. Eso fue casi todo lo que escribí durante esos diez años. Todos los acontecimientos que viví con Treya durante todo ese tiempo provocaron en mí una transformación profunda e irreversible. Creo que "Sexo, Ecología, Espiritualidad" refleja, en parte, el resultado del desarrollo individual promovido por nuestra relación. Crecimos juntos, nos iluminamos y morimos juntos. Todo los libros que escribí hasta "Sexo, Ecología, Espiritualidad" tenían una dedicatoria pero, después de él, ninguno la ha tenido, porque todos han estado dedicados a ella.

En términos de las Obras Completas, hubó una interrupción de una década en mis escritos
teóricos, desde "Psicología integral" (escrito en 1984) a "Sexo, Ecología, Espiritualidad" (escrito en 1993). "Gracia y Coraje" cuenta la historia de esa interrupción, que, aunque fue una ausencia de escribir, fue una abundancia de bendiciones. Y angustia. Es la historia de quizás la persona más remarcable que he conocido, Terry Killam, que pronto se convertiría en Treya Killam Wilber.

Cuando escribo esto, han pasado ya 10 años desde la muerte de Treya. Soy inconmensurablemente más, e inconmensurablemente menos, por su presencia.
Inconmensurablemente más, por haberla conocido; inconmensurablemente menos, por haberla perdido. Pero entonces, quizás cada evento de la vida es como eso: llenándote y vaciándote, todo a la vez. Es simplemente que, es oh tan extraño que alguien como Treya se mueva entre nosotros, y entonces la alegría, y el dolor, son todos tan intensamente
amplificados.

Hay tantas Treyas como personas que la conocieron. Lo que sigue es mi Treya. No digo que sea la única Treya, o incluso la mejor. Pero creo que es una descripción total, justa y equilibrada. En particular, hace un uso liberal de sus propios diarios, que ella guardó y mantuvo durante la mayoría de su vida adulta, y que ella guardó casi diariamente durante los años que estuvimos juntos. Siempre había intentado destruir esos diarios después de que Treya muriera, y sin leerlos yo mismo, porque eran tan intensamente personales para ella. Ella nunca se los enseñó a nadie, ni siquiera a mí. No porque no expresara abiertamente sus sentimientos reales y entonces tuviera que esconderlos en sus diarios. Por el contrario, una de las cosas mas extraordinarias de Treya – de hecho, la cosa más impresionante de ella – es que no había diferencia entre su self público y privado. Ella no guardaba pensamientos secretos de los que tuviera miedo de compartir con el mundo. Si le preguntabas, te diría exactamente lo que pensaba – de ti o de cualquiera – pero no de una forma defensiva y directa de tal forma que la gente raramente se exaltaban. Esa era la base de su enorme integridad: la gente confiaba en ella desde el principio, porque parecían saber que ella nunca les mentiría, y hasta lo que yo sé, ella nunca lo hizo.

No, intenté destruir los diarios simplemente porque cuando ella los escribía, era un tiempo especial para estar sola consigo misma, y sentía que nadie, incluyéndome a mí, debería violar ese espacio. Pero justo antes de su muerte, ella señalo a sus diarios y dijo, “los necesitarás”. Ella me pidió que escribiera sobre nuestro calvario, y ella sabía que necesitaría sus diarios para transmitir sus propios pensamientos. La última entrada, hecha 24 horas antes de su muerte, decía:
“¡Hace falta gracia – sí! – y coraje”.

Escribiendo "Gracia y Coraje", leí todos los diarios (alrededor de 10 largos cuadernos, y muchos archivos de ordenador), y podía encontrar extractos de virtualmente cada tópico cubierto en las siguientes páginas, así dejando hablar a Treya por sí misma, con sus propias palabras, de su propia forma. Cuando leí esos diarios, fue exactamente como había sospechado: no había secretos, ni temas que no hubiera compartido conmigo o con su familia y amigos. Treya simplemente no tenía simplemente fisura entre sus selfs público y privado. Creo que eso era exactamente parte de su enorme integridad, y creo que eso estaba directamente relacionado con lo que sólo puede llamarse valentía. Había una fuerza en Treya que era absolutamente intrépida, y no lo digo ligeramente. (Como dijo Sam Bercholz en su paso en la ceremonia, “Treya fue la persona más fuerte que he conocido. Ella nos enseñó cómo vivir, y nos enseñó como morir”). Treya tenía poco miedo porque tenía poco que esconder, de ti, de mí, de Dios o de cualquiera. Era transparente a la realidad, a los Divino, al mundo, y entonces no tenía de que tener miedo. La vi en el dolor, la vi en la agonía; la vi en el enfado. Nunca la vi en el miedo.

No estoy exagerando o simplemente intentando decir cosas bonitas. Nunca la vi mentir, y nunca la vi en el miedo – y pienso son la misma cosa.

No es difícil entender porqué la gente se sentía viva en su presencia, vivificada, despertada. Incluso cuando estábamos en varios hospitales, con Treya sufriendo una espeluznante indignidad u otra, la personas (enfermeras, visitantes, otros pacientes, sus visitantes) solían quedarse en su habitación, simplemente para estar alrededor de la presencia, la vida, la energía, que ella parecía irradiar. En un hospital en Bonn, Alemania, recuerdo gente en fila para entrar a la habitación.

Ella podría ser obstinada; la gente fuerte suele serlo. Pero salía del núcleo de la vivida presencia y del despertar, y era tonificante, y del silencio mental. La gente solía salir de Treya más viva. Más abierta, más directa. Era así; su presencia te cambiaba, a veces poco, a veces mucho, pero te cambiaba. Te tiraba a estar presente en el Presente, te recordaba que despertaras.

Por otro lado: Treya era remarcablemente guapa, y además (como verás en las siguientes páginas), no tenía casi vanidad, lo que era sorprendente. Como nadie que haya conocido, incluyendo algunos maestros muy iluminados, ella era ella misma, simplemente. No había automiradas, autocomprobaciones, autosuposiciones: ella estaba simple y directamente presente, toda ella. El hecho de que tuviera poca autoconciencia la hacía incluso estar más presente. Alrededor de Treya, el mundo aparecía inmediato y centrado, claro y atractivo, brillante y honesto, abierto y vivo.

Gracia y Coraje es su historia; y nuestra historia. Mucha gente me preguntó, ya que fui tan cuidadoso de incluir los propios escritos y la propia voz de Treya en las siguientes páginas, porqué no la incluí como coautora del libro. Algunas personas, de hecho, estaban bastante enfadadas conmigo. Pensé en hacerlo así desde el principio, pero conversaciones con el editor y la editorial me dejaron claro que hacerlo así sería engañoso. Como mi actual editor de Shambhala, Kendra Croasen Burroughs; diría, “Un coautor es alguien que escribe un libro activamente con otra persona. Esto es diferente de tomar los escritos de alguien y meterlos en un libro”. Así que espero que aquellos lectores que sentían que no estaba reconociendo la contribución de Treya se den cuenta de que esa no era ciertamente mi intención, y que la voz real de Treya ha sido incluida en casi cada página, permitiéndole hablar por ella misma.

En algún punto de los diarios de Treya ella escribía, “Almuerzo con Emily Hilburn Sell, la editora de Shambhala. Me gusta mucho, confío en su juicio. Le hablé del libro en el que estaba trabajando – cáncer, psicoterapia, espiritualidad – y le pregunté si ella lo editaría por mí. Me encantaría, dijo, lo que me hizo incluso mas determinada para realizar este proyecto!”. Bien, Treya no tuvo tiempo de acabar su libro que es por lo que me pidió que lo escribiera – pero me alegro de contar que Emily fuera la editora de "Gracia y Coraje", e hizo un maravilloso trabajo.

Unos pocos puntos menores. La mayoría de la gente que lee este libro, no es por la información técnica de mi trabajo, sino por las historia de Treya. Como indico en la nota al lector, el capítulo 11 es particularmente técnico, y se puede saltar sin perderse nada (verdaderamente, si te saltas ese capítulo, simplemente lee los pocos párrafos que hay entre el material de la entrevista, porque tiene algunos elementos importantes de la historia; pero sino, sáltatelo. El material del capítulo 11 es simplemente un resumen de mi modelo fase 2, y los lectores interesados en un material más actualizado deberían consultar ("Una visión integral de la psicología").

Todas las entradas del diario de Treya están marcadas por una línea continua vertical en el margen izquierdo. Estas son diferentes de, digamos, algunas de sus cartas, que no tienen línea continua. Sus letras, incluso si fueran mayormente privadas, estarían todavía disponibles a otras personas (que son, aquéllos a quienes se las envió). Pero cada entrada marcada por una línea continua era de sus diarios, y por tanto son entradas que nadie había visto antes.

La acogida de "Gracia y Coraje" fue arrolladora, y no fue a mí al que respondían los
lectores. Hasta la fecha, he recibido cerca de 1000 cartas de gente de todo el mundo – un porcentaje sin precedentes me escribía para contarme lo que la historia de Treya había significado para ellos, y cómo había cambiado sus vidas. Algunos me han enviado fotos de su bebé llamado Treya, y te puedo decir, como puro espectador objetivo sin prejuicio alguno, que son las pequeñas chicas más bonitas del mundo. Algunos de los que me escribían tenían cáncer, y tenían miedo al principio de leer el libro; pero una vez que lo hicieron, solían perder el miedo.

...

Pero la mayoría de personas que escriben no tienen cáncer. Es simplemente que la historia de Treya es la historia de cada persona. Podría parecer que Treya lo tenía todo: inteligencia, belleza, encanto, integridad, un feliz matrimonio, una familia maravillosa. Pero, como todos nosotros, Treya tenía sus propias dudas, inseguridades, autocríticas, y temas profundamente inquietantes acerca de su propio valor y su propio propósito en la vida… sin mencionar una batalla brutal con un deseo letal. Pero Treya luchó la buena lucha con todas esas sombras… y ganó, por cualquier definición de ganar. La historia de Treya nos habla a todos nosotros porque ella conoció esas pesadillas, con coraje y dignidad y gracia, y triunfó, gloriosamente.

Y nos dejó sus diarios, que nos dicen exactamente cómo lo hizo. Cómo consiguió consciencia meditativa para soportar el dolor y así disiparlo. Cómo, en vez de cerrarse, amargarse y enfadarse, ella saludó al mundo con amor en su corazón. Cómo se enfrentó al cáncer con ecuanimidad pasional. Cómo se liberó de la autocompasión y eligió llevarlo alegremente. Cómo no tenía miedo, no porque lo evitaba, sino porque lo abrazaba inmediatamente, incluso cuando se hacía obvio que moriría pronto: Llevaré el miedo en mi corazón. Para conocer el dolor y el miedo con mentalidad abierta, para abrazarlo, para reconocerlo. Dándome cuenta de que trae admiración a la vida. Alegra mi corazón y alimenta mi alma. Siento esa alegría. No estoy intentando vencer a la enfermedad; estoy permitiéndome a mi mismo estar dentro de él, perdonándolo. Seguiré, no con cólera y amargura, sino con determinación y alegría”. Y así lo hizo, saludando a ambas, vida y muerte, con determinación y alegría que dejaba atrás sus tediosos horrores, y una radiación amorosa que eclipsó al mundo finito, incluso hasta el final.

En el análisis anterior, la historia de Treya estaba encontrando ese centro de consciencia, ese Self puro, el Fundamento primordial, que es atemporal y eterno. No es que tu Self verdadero sea eterno o que viva para siempre – que no es como se triunfa sobre la muerte. Más bien, tu Self verdadero es un momento sin tiempo – este momento presente atemporal, tal y cómo es, antes de que pienses en el pasado y el futuro y así atarte a las torturas del tiempo. El Self puro y atemporal, existe totalmente en este momento presente atemporal, es la puerta de salida a lo eterno – que no significa existir para siempre en el tiempo, sino ser completamente libre del tiempo. Porque nunca se mete en el mundo del tiempo y su terror, tu Self puro es el gran No-nacido. Y como nunca entra en el tiempo, nunca existe tampoco: tu Self puro es el gran No-muerto.

Se triunfa sobre la muerte, no viviendo para siempre, sino viviendo atemporalmente, siendo presente al Presente. No vas a derrotar a la muerte identificándote con el ego en la corriente tiempo y entonces intentando hacer que el ego siga para siempre en esa corriente temporal. Se vence a la muerte encontrando esa parte de tu propia consciencia presente que nunca entra en la corriente del tiempo en primer lugar y entonces es verdaderamente No-nacido y No-muerto. Como el Buda diría, “Hay, monjes, un gran No-nacido, No- manifestado, No-hecho. Donde no habría salida para lo nacido, lo manifestado, lo hecho”.

Bien, Treya encontró el gran No-nacido, y entonces encontró el gran No- muerto. Treya, el individuo, está muerta; pero el Self de Treya esta vivo justo ahora, en el presente atemporal que está siempre-presente, que vive en cada ser sensible, viva en ti y en mí y en todas las cosas grandes y pequeñas, porque este es el Self de uno y de todos. Habiendo hallado eso, uno encuentra el Todo, y entonces – casi literalmente – uno puede decir, “La muerte, ¿dónde está ese pinchazo?”

Lejos de ser un descubrimiento difícil, es lo más simple que jamás hagas. Tan simple, de hecho, que te puede llevar muchos años (como dicen los textos de meditación, “Demasiado difícil de creer, demasiado fácil de conseguir”). Incluso justo ahora, tienes acceso a este Self puro, este testigo claro y cristalino, esta consciencia del gran No-nacido. Nótalo: las nubes flotan en el cielo, y tu eres consciente de eso sin esfuerzo. Los sentimientos flotan en tu cuerpo, y tú te das cuenta de eso sin esfuerzo. Los pensamientos flotan en tu mente, y tú eres testigo de ellos sin esfuerzo. El tiempo flota en tu consciencia, y tú eres testigo de eso sin esfuerzo. Puedes observar todas esas cosas – nubes, sentimientos, pensamientos, y tiempo – porque en tu esencia eres libre de todos ellos: tu Self puro es ese espacio vacío, libre, claro y abierto en el que las nubes, los sentimientos, los pensamientos y el tiempo flotan todos. Este Testigo puro que no entra en la corriente del tiempo, sino más bien es consciente de él sin esfuerzo. El Testigo puro, en otras palabras, es atemporal en si mismo. Morar
en ese Self es como morar en la eternidad atemporal. Cuando la muerte convencional llega, es, también, una simple experiencia como otra cualquiera, y deja intacto a tu Self.

¿Cómo podemos saber esto con toda seguridad? La respuesta es: toma la práctica de morar en el Self y descúbrelo directamente. Reconoce tu propio despertar siempre-presente, y la muerte resbalará fuera de tu corazón. Eso es lo que Treya hizo; que es lo que el cáncer le forzó a hacer; y que es el porqué, en sus diarios, ella agradecía sinceramente al destino por su enfermedad. La forzó a salir de su self y a entrar en su Self, donde era uno con Todo. Y ese el el porqué de “leí la historia de Treya, y nunca más, he tenido miedo a morir. Quería decirle eso”.

Si Treya puede hacerlo, podemos hacerlo: ese es el mensaje de este libro, y el porqué la gente me escribe para contarmelo. Cómo su historia les hizo recordar lo que realmente importa. Cómo su intento de equilibrar en si misma el masculino/hacer y el femenino/ser habla directamente de sus propios asuntos más profundos en el mundo de hoy. Cómo su remarcable coraje les inspiró – hombre y mujer indistintamente – para aguantar su insoportable sufrimiento. Cómo su ejemplo les ayudó a atravesar las oscuras horas de sus propias pesadillas. Cómo la ecuanimidad pasional les colocaba directamente en el Self. Y porqué todos ellos entendieron que, en el nivel más profundo, este es un libro con un final profundamente feliz.

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Muchas personas me preguntaron porqué no dediqué ninguno de mis siguientes libros a Treya. En el pasado, siempre he dedicado mis libros a una o más personas; "Gracia y Coraje" fue el último libro en el que hice eso. Todos los libros desde entonces no han tenido dedicatoria, porque todos ellos han sido dedicados a Treya.

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Treya y yo estuvimos juntos durante 5 años. Esos años han sido grabados en mi alma. Realmente creo que he mantenido mi promesa, y realmente creo que se debe a su gracia. Y realmente creo que cualquiera de nosotros puede encontrarse con Treya de nuevo, en cualquier momento que lo deseemos, actuando con honestidad, integridad, y sin miedo – porque ahí yace el corazón y alma de Treya – y cualquiera de nosotros puede, cuando more en el Testigo, encontrar ese lugar donde Treya está atemporalmente.

Si Treya puede hacerlo, nosotros podemos hacerlo. Ese es el mensaje de "Gracia y Coraje".

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Fuentes:

Fragmento de la Introducción de "Gracia y Coraje"
Por Ken Wilber
Boulder, Colorado
Verano, 1999



“Gracia y coraje”

Dice Ken Wilber en su libro “Gracia y coraje”:
«Lo espiritual tiene que ver con la experiencia real, no con creencias; con Dios como Fundamento del Ser, y no con ninguna figura paternal, cósmica; con el despertar de nuestra verdadera Identidad, no con la oración que ruega por el pequeño yo; con el disciplinar de la conciencia, y no con moralinas ni semoncillos sobre el alcohol, el tabaco y el sexo; con el Espíritu que anida en el corazón de cada ser humano, y no con lo que sucede en tal o cual iglesia en particular.
Lo que quiero decir es que no podemos hablar de ciencia y religión, de psicoterapia y religión o de filosofía y religión mientras no nos pongamos de acuerdo en lo que entendemos por ésta. Para nuestros fines actuales creo que, por lo menos, deberíamos recurrir a la distinción entre las llamadas religiones exotéricas y las esotéricas. La religión exotérica o externa es una religión mítica, una religión terriblemente concreta y literal, que cree, por ejemplo, que Moisés separó las aguas del mar Rojo, que Cristo nació de una virgen, que el mundo se creó en seis días, que una vez llovió literalmente maná del cielo, etc. Todas las religiones exotéricas se apoyan en ese tipo de creencias. Los hindúes, por ejemplo, aseguran que la tierra descansa sobre el lomo de un elefante y que éste a su vez, lo hace sobre una tortuga que reposa sobre una serpiente. Pero cuando les preguntamos dónde se apoya la serpiente, desvían la mirada y dicen: Hablemos de otra cosa. Si diéramos crédito a tales consejas tendríamos que aceptar que Laotsé tenía novecientos años cuando nació, que Krishna hizo el amor con diez mil pastorcillas, que Brahma brotó de una grieta existente en un huevo cósmico, etc. Así son las religiones exotéricas; un conjunto de sistemas de creencias que intentan explicar los misterios del mundo en términos míticos más que en términos de experiencia directa o de evidencia [...] Y si crees en todos esos mitos al pie de la letra, nos dicen, te salvarás, pero si los pones en tela de juicio, te irás al infierno. Ése modelo religioso, que se corresponde con lo que hoy llamamos fundamentalismo, está vigente en todos los rincones de la tierra. Yo no discuto tales creencias ni las dejo de discutir. No me interesa ese debate. Lo único que afirmo es que la religión mítica o exotérica no tiene nada que ver con la religión mística o esotérica, que -a diferencia de la otra- puede experimentarse y, por lo tanto, verificarse. Ése, y ningún otro, es el tipo de religión o espiritualidad que verdaderamente me interesa [...] Una religión no es esotérica o mística porque sea oculta, secreta o algo por el estilo, sino porque nace de la experiencia directa y de la conciencia personal. La religión esotérica no te pide que tengas fe en nada ni en que te sometas dócilmente a ningún dogma. La religión esotérica, por el contrario, consiste en un conjunto de experimentos personales que llevas a cabo científicamente en el laboratorio de la propia conciencia. No se trata, pues, de un conjunto de principios y de leyes basadas en creencias o en deseos, sino en una experiencia directa validada y verificada públicamente por un grupo de iguales que también han llevado a cabo el mismo experimento. Y ese experimento es la meditación [...] Al misticismo no le interesan las opiniones, sino el conocimiento [...] Las religiones exotéricas difieren enormemente entre sí, pero las esotéricas son prácticamente idénticas en todo el mundo. Como ya hemos dicho, el misticismo o esoterismo es una ciencia en toda la extensión de la palabra y, de igual modo que no existe una química alemana diferente de la química americana, tampoco existe una mística hindú diferente de la musulmana. Ambas, por el contrario, vienen a decir lo mismo a propósito de la naturaleza del alma, del Espíritu y de la identidad suprema, por mencionar tan sólo algunas entre sus múltiples coincidencias. A eso en la lo que los estudiosos se refieren cuando hablan de la unidad trascendente de las religiones del mundo, es decir, del núcleo esotérico que las unifica. Sus estructuras superficiales, obviamente, pueden variar mucho, pero sus estructuras profundas son, en cambio, prácticamente idénticas y reflejan la unanimidad del espíritu humano y de sus leyes reveladas fenomenológica mente.»


Fuente:

jueves, 16 de octubre de 2008

"Matrix"

Te has preguntado alguna vez, si el 99,99 por ciento de los átomos de nuestro cuerpo están vacíos, es decir sin materia…¿qué somos?, ¿de qué estamos hechos?. Y lo que es más, somos vacío en un mundo vacío. La mesa que tienes en frente, la pared, todo en su mayor parte es vacío, pero…..vemos realmente esa mesa o esa pared.

Yo me inclino a pensar como en la filosofía yóguica que no somos un cuerpo con un poco de espíritu, sino “que somos espíritu en un poco de cuerpo”. Esto se puede demostrar simplemente con la respiración; tomamos mucha mayor cantidad de energía vital (prana) a través de la nariz que a través de la boca. Compruébalo durante un día entero y lo experimentarás, es decir respira un día entero a través de la nariz, y otro día entero a través de la boca. Experimenta. Es decir, al contrario de lo que se pueda pensar, tomamos más energía del aire que de los alimentos.

Por otro lado la alimentación es necesaria, pero no tanto si seguimos con la deducción de que somos espíritu; es más la gran mayoría de alimentos nos van a hacer más mal que bien, y por supuesto cuanto más prana tengas, menos te apetece comer.

Bueno ¿y qué tiene que ver todo esto con Matrix?. Pues que yo al igual que mucha gente que ha visto la trilogía de estas películas, han visto en las mismas, algo más que una simple lucha entre el bien y el mal. Es una lucha entre el bien y el mal, si, “pero de tu mente, y por consiguiente un avance de tu conciencia”.

Puedes vivir en un mundo superficial y aparente, como se demuestra en las primeras secuencias de la primera parte, pero si tienes algún tipo de sufrimiento ves el lado oscuro de la vida, ves la cruel realidad, pero…..si sigues avanzando en tu nivel de conciencia, llegas a ver la verdadera naturaleza de las cosas, que son mucho más maravillosas que antes y sobre todo más reales, y estás por encima de los problemas (en la película se demuestra siempre como una única persona, que se multiplica cientos de veces, es decir, el problema es siempre el mismo) y tu y el mundo os fundís en uno. Esta última experiencia se consigue a base de yoga, aunque una minoría lo ha conseguido por otras vías. Yo he tenido la enorme gratitud de tenerla de vez en cuando, sobre todo cuando mi práctica es más intensa, y la verdad es que te sientes como la escena final de Matrix.

Por otro lado está la meditación. La meditación es como si cogieras y condensases todo ese vacío externo e interno, le dieses forma, lo vieses, y lo sintieses de la forma que realmente es todo, no como tú creías que era, y luego, lo volvieses a expulsar y extender nuevamente al exterior. Es como aire con humedad que sientes de forma molesta durante el día, que luego por la mañana temprano se vuelve rocío, lo limpiases y lo devolvieses a la naturaleza, de forma que ese aire molesto, ahora es tremendamente agradable.

Por eso veo una similitud entre esta película, el yoga y la depresión. La depresión sería estar en Matrix; todo oscuro y sin armas. Puedes quedarte en Matrix, pero la solución no es la vuelta atrás, que es lo que normalmente te va a aconsejar un psicólogo o psiquiatra tradicional, volver a una vida superficial y sin pensamientos, sino el secreto es “trascedender Matrix” o “trascender el ego” es decir, ir para adelante, seguir con tu camino de evolución de la conciencia.

Y por último están los movimientos de los protagonistas, que son surrealistas, y cuanto "mayor es su nivel de conciencia", más milagrosos son sus movimientos. Esto guarda un paralelismo total con algunas acciones que pueden realizar yoguis avanzados, y ni que decir tiene con grandes místicos de cualquier religión, que podían también realizar proezas milagrosas, debido a su nivel de conciencia.

A continuación te adjunto una conversación entre Ken Wilber y Larry Wachowski, guionista y director de Matrix

Ken: Tu mismo no has querido hablar sobre vuestra (NdT: Andy y Larry Wachoswki) interpretación sobre la trilogía o sobre el mensaje que queríais transmitir, porque no queréis que se convierta en dogma -es decir, queréis que la gente tenga la libertad de interpretar las películas de la manera que quieran, que tengan la libertad de hacerlo, y claro, tan pronto como que los creadores de la películas saltan y dicen “Este es el significado de Matrix, y esto es así y así” se limita a los demás. Creo que es algo muy inteligente por vuestra parte.

Larry: Es, quiero decir, haces una creación artística, y quieres ser provocador, quieres que la gente hable de ello, no quieres que vayan a alguien que les diga de que va o… es como, la misma naturaleza de la película es exactamente eso -analízala y búsca por tí mismo…

Ken: Si, sí. Así que eso es lo que vamos a hacer, y como sabes eso me pone en.. eeh.., me pone en una posición embarazosa porque nosotros tenemos una visión similar. Pasamos horas discutiendo lo que creemos que significan las películas para nosotros, tu interpretación y mi interpretación de la película. Yo no voy a discutir tu interpretación de la película con nadie, eso es algo privado, algo de que habláis tu y algunos amigos y voy a seguir manteniendo eso, ya sabes, para nosotros, por decirlo de alguna manera. Y al mismo tiempo se me ofrece a dar mi interpretación de manera pública, acabo de hacerlo y habéis venido con gente del equipo a filmar tres horas de mi interpretación minuciosa para cada una de las tres películas. Como sabes es algo que me parece muy valiente porque la clave de toda la trilogía-y esto es mi interpretación-está realmente en los últimos quince o veinte minutos de la tercera película; la piedra Rossetta es cuando Neo, por ejemplo, dice de las máquinas, “si pudiérais verlas como yo las estoy viendo… son todo luz. Está hechas de luz”, y todo eso… Esa interpretación es la clave de toda la trilogía, y es superariesgado, porque en la primera -con la que mucha gente se siente identificado porque tiene sentido. Crees que tiene sentido si no has visto las otras dos; parece una historia muy simplista si solo ves la primera. Es muy Manicheana , vamos que todo dentro de matrix es malo y todo lo que está fuera es bueno, que todos los que están en matrix están atrapados y todos los que están fuera son libres-ese tipo simplista de dualismo-las máquinas son malas, intentan coartar la libertad y todo eso. Así que todo el mundo fue como “¡Guau! que pasada”. Después te pones a ver la segunda y llegas a la parte donde Neo habla al Oraculo y le pregunta “¿No eres humano verdad” Y dice “no”. “¿Eres un programa verdad?” “Sí”. Y todo el mundo empieza a comerse la cabeza, porque ahora de repente-y repito que esto es mi opinión-te encuentras fuera del dominio de una peli para entrar en el de la literatura compleja, porque desde entonces se vuelve una trama complicada, con un montón de piezas, y muchas de ellas no se dan hasta casi el final de la tercera película. Y es entonces cuando todo empieza a encajar. Encaja el discurso del Arquitecto, encaja el primer discurso del Oráculo. Smith es una de las claves de todo eso, y es justo esta interpretación global como trilogía donde hace aparecer realmente el cuerpo, la mente y el espíritu, ambos en sus formas alienadas, y en sus forma sana o más integradas, lo que aparece casi al final de la tercera película. Y por eso creo que resultan tan desconcertantes para mucha gente si no pillan la visión de conjunto, por eso la primera parte parece que tiene sentido y luego se empiezan a perder en la segunda parte y luego un poco más en la tercera. Esa es más o menos la interpretación que tengo, y como sabes, la que tuve cuando Josh estuvo aquí en el loft grabando -y desde entonces me encuentro en la situación de tener que morderme la lengua y decir “bueno, creo que Larry está de acuerdo conmigo en esta parte” o algo así [risas].

Larry: Eso es lo que estaba diciendo, se convierte en una validación.

Ken: Lo se.

Larry: Tengo que decir que tu opinión es de locos! [ambos se ríen].

Ken: “A ese tipo alto y pelado no lo conozco, el tío vino y empezó a hablar con Cornel, no tengo ni idea de quien es” [Risas]. También hablamos sobre la naturaleza de la interpretación, y de que cuanto más integral es el contexto que tienes mayor número de significados parecidos emergen. Y tú y yo, bueno ya sabes, estamos formados integralmente. Quiero decir, ambos tenemos en común una pasión por el enfoque integral. Vamos que, sin destripar nada, hay ciertos temas de esta obra sobre la que tenemos una visión muy parecida.

Larry: Sí, y ya sabes, vale la tercera tiene sus momentos relevantes, pero están basados en temas que se han ido construyendo a lo largo de las tres películas.

Ken: Cierto.

Larry: Cada principio, las pequeñas introducciones de cada películas es una especie de reflejo de lo que va cada una de las películas. Y, ya sabes, en cada prefacio tratamos de decir a la audiencia dónde estamos en el viaje del desarrollo.

Ken: Sí.

Larry: Quiero decir, Matrix es una exploración de la conciencia, esos pequeños fragmentos en el inicio de cada película intenta situarte un poco.

Ken: Correcto. Es por eso que a mí me parece, como lo diría, tan rica literatura-que hay múltiples niveles de significados, y creo que los críticos se los han perdido. Si no ven ese gran marco de conjunto en las tres películas son libres de criticar a las películas del modo en que quieran criticarlas, por la misma razón por la que cada cual es libre de interpretarlas a su manera.

Larry: Sí, creo que el problema es alguna especie de auto-evidencia, ya sabes, en la manera en la que describes las cosas, su interior y su exterior, Matrix tiene mucho de eso, y el exterior tiende a quedar muy obvio, basado en la superficie y en la observación. Espero que estos dos diálogos que serán yuxtapuestos sean sobre el exterior y el interior, donde los críticos se interesarán esencialmente por los exteriores y los filósofos por los interiores.

Fuentes:

Texto escrito por Miguel Angel
En el Blog: YOGA Y DEPRESIÓN

Parte de una entrevista en "Integral Naked", entre Ken Wilber y Larry Wachowski,
y transcrita integralmente en el
Blog de Wilber.

Pero podeis leerlo en castellano



Los significados de Matrix I
Los significados de Matrix II



Una Espiritualidad Integral

El hilo de seda que une
las más grandes tradiciones de sabiduría del mundo.


¿Cuál es mi filosofía? En una palabra: Integral. ¿Y qué cosa quiero decir con "integral"?. El significado que encontramos en el diccionario es muy simple: "comprehensivo, balanceado, inclusivo, esencial para completar." Corta definición, gran exigencia.

¿A qué se asemejaría algo así como una espiritualidad integral? ¿Qué podría significar? ¿Sería remotamente posible? Integral, en cierto sentido, sería el último movimiento ecuménico, si algo como tal cosa fuera deseable. Sería una espiritualidad que aspirara a no dejar afuera nada esencial. Sería una espiritualidad que en principio pudiera ser reconocida e, incluso, practicada por creyentes de todas las religiones del mundo sin abandonar su propia esencialidad. Estaría basada en lo que parece ser la universal capacidad humana de aproximarse a lo divino. Sería inclusiva y comprehensiva, contactando con todas las bases de ese elusivo algo llamado "espiritualidad". Podría ser…

Imposible, es lo que sería. Pero consideremos donde estamos en el mundo moderno y postmoderno de hoy. Nosotros tenemos, por primera vez en la historia, fácil acceso a todas las grandes religiones del mundo. Si examinamos las diversas y grandes tradiciones -desde el Cristianismo al Budismo, Islam a Taoísmo, Paganismo a Neoplatonismo- nos toparemos con dos hechos: hay un enorme número de diferencias entre ellas, y una plétora de impactantes similitudes.

Cuando encontramos unos pocos hechos esenciales en que todas, o casi todas, las grandes religiones están de acuerdo, probablemente hemos encontrado algo increíblemente importante acerca de la condición humana, al menos tan importante como, por decir, aquellas pocas cosas en las que los físicos se pueden poner de acuerdo (y que hoy en día, por cierto, no son tan impresionantes).

¿Cuáles son estas similitudes espirituales? Regresaré a esto en breve, lo prometo. Por ahora, simplemente noten lo que significaría que hubiera un buen número de elementos generales recurrentes en los intentos de la humanidad para conocer a Dios (y presumiblemente los correlativos intentos de Dios por alcanzar a la humanidad, si de verdad Dios existe). Estas similitudes parecerían sugerir, entre otras cosas, que hay patrones espirituales operando en el universo, al menos hasta donde podemos ver, y estos patrones espirituales se hacen evidentes con impresionante regularidad donde quiera que los corazones y mentes humanas intentan sintonizar con el cosmos en todas sus radiantes dimensiones.

Y esto significaría, tendría que significar, que el ser humano-promedio está fuertemente programado ["hard-wired" en el original] para las realidades espirituales. Esto es, el organismo humano en sí mismo parece estar equipado para estas profundas realidades espirituales, aunque no necesariamente en los modos específicos tal como se manifiestan en una particular religión. Más bien, los seres humanos parecen estar imbuidos de las realidades sugeridas por estos patrones y corrientes espirituales con las que resuena cada religión particular y movimiento espiritual, de acuerdo con sus propias capacidades y sus propios grados de fidelidad. El simple reconocimiento de estos profundos patrones espirituales sería un vislumbre de esta espiritualidad integral.

Esa recognición implicaría también que, cualquier práctica que ayudara a los seres humanos individuales a sintonizar con esos patrones, incrementaría la comprensión de la humanidad de, y la armonización con, los patrones espirituales del universo. Esta sintonización podría ocurrir a través de cualquiera de las grandes religiones, pero no estaría atada en exclusiva a ninguna de ellas. Una persona podría estar sintonizada con una "espiritualidad integral" y al mismo tiempo podría practicar el Cristianismo, Budismo, New Age o neopaganismo. Esto sería algo añadido a la propia religión, no sustraído de ella. Lo único que sería sustraído (y no hay vuelta de hoja en esto) es la creencia de que nuestro camino es el único camino verdadero de salvación.

Si la sintonización de la humanidad con los patrones espirituales del universo es apoyada por varias prácticas -que podrían incluir oración, meditación, yoga, contemplación -entonces modernas medidas psicológicas y psicoterapéuticas serían seguramente parte de cualquier espiritualidad integral, puesto que dichas medidas ayudarían a incrementar la capacidad de una persona para toda clase de prácticas. ¿Qué es lo que quiero decir con "medidas psicoterapéuticas? Esto es en sí mismo un tema muy largo, permítanme decir, con propósitos introductorios, que son las medidas que deben ser tomadas si se tiene un problema emocional y se visita el consultorio de un psicólogo, sicoterapeuta o psiquiatra - son todos los recursos para tratar los aspectos humanos y que han sido desarrollados en el último siglo y que han demostrado su capacidad para aliviar o remover problemas emocionales u obstrucciones.

Finalmente, espiritualidad integral -como el mismo término "integral" implica- trasciende e incluye a la ciencia, no la excluye, reprime o niega. Decir que las realidades espirituales no pueden ser capturadas con la ciencia empírica no es negar la ciencia, solamente que esas realidades muestran su rostro a otros métodos de obtener conocimiento, de los que el mundo tiene en abundancia.

Bueno, entonces, ¿cuáles son estas realidades espirituales, o algunas de las similitudes recurrentes virtualmente en todas las tradiciones de sabiduría? Son los hechos que estaremos discutiendo en futuros ensayos y entrevistas en esta columna, por lo tanto permítanme empezar con una breve lista. Esta no es la última palabra sobre el tópico, sino la primera palabra, una simple lista de sugerencias para hacer que la conversación prosiga.

La mayoría de las grandes tradiciones de sabiduría están de acuerdo en que:

1.- El Espíritu, cualquiera que sea su nombre, existe.

2.- El Espíritu, aunque existe "ahí afuera", es encontrado "aquí adentro", o revelado dentro de mente y corazón abierto.

3.- La mayoría de nosotros no nos percatamos de este Espíritu, porque estamos viviendo en un mundo de pecado, separación o dualidad -esto es, estamos viviendo en un caído, ilusorio o fragmentado estado.

4.- Hay una salida para este estado caído (de pecado, ilusión o desarmonía), hay un Camino de Liberación.

5.- Si seguimos este Camino hasta su conclusión, el resultado es un Renacimiento o Iluminación, una directa experiencia del Espíritu dentro y fuera, una Suprema Liberación, que

6.- marca el fin del pecado y sufrimiento, y

7.- Se manifiesta socialmente como una acción de piedad y compasión en nombre de todos los seres sintientes.

¿Tiene sentido para tí una lista como esta? Porque si hay esos generales patrones espirituales en el cosmos, al menos donde sea que aparezcan seres humanos, esto lo cambia todo. Se puede ser un Cristiano practicante y todavía estar de acuerdo con esa lista; se puede practicar Neopaganismo y aún estar de acuerdo con esa lista. Podemos discutir los detalles finos -y lo haremos en columnas subsecuentes- pero la simple existencia de ese tipo de realidades cambia profundamente la naturaleza de la creencia en sí misma.

Si añadimos a esas realidades los otros dos ingredientes que mencioné -espiritualidad integral debe trascender e incluir a la ciencia (no negarla), y medidas psicológicas que pueden acelerar las capacidades espirituales- entonces estaremos muy cerca de lo que podría ser de hecho una espiritualidad integral, una espiritualidad para el mundo moderno y postmoderno que incluya también lo mejor de las tradiciones premodernas.




Fuentes:

Por Ken Wilber
Traducido por JCarlos
de Fragmentos Kósmicos.



Artículo aparecido en OneMindVillage y reproducido por Ken Wilber en su Blog.


El Guerrero Bodhisattva

En el No. 26 de la Revista "What is Enlightenment?", Ken Wilber junto con Andrew Cohen abordan uno de los temas más controversiales pero decisivos (y divisivos): la guerra y la paz, creación y destrucción. El artículo se titula "Conflicto, Creatividad y la Naturaleza de Dios". Mi intención en este caso es presentarles una libre traducción de algunos fragmentos del artículo, básicamente de las partes en que interviene Wilber. Hay mucho que decir y reflexionar sobre este tema y creo que es una buena manera de iniciar.

En el citado artículo, el contexto general lo plantea Andrew Cohen quien comienza subrayando la importancia e impacto que tiene nuestra concepción de lo Absoluto, de Dios, en la manera como respondemos a la vida. Wilber reconoce esa relación: "Sí, porque si yo creo que Dios es un pacifista, entonces yo debo también ser un pacifista si quiero conocer a Dios".

El diálogo prosigue con intervenciones interesantes por ambas partes. Como dije antes, sólo presentaré una fracción de lo expresado por Wilber y lo haré a manera de una lista numerada de ideas. Todas las citas que siguen son de Wilber:

1.- Este es un tópico muy muy importante y tiene que ver con nuestra práctica espiritual y con nuestra orientación política. En el mundo real hay un traslape entre ambos hasta cierto punto. En otras palabras, nuestra visión de lo que es correcto hacer en un proceso político tiene relación con nuestra orientación hacia la realidad espiritual. Esto no significa inyectar la religión dentro de la política sino no disociar lo político y lo espiritual.

2.- La fundamental respuesta la encontramos en el Bhagavad Gita. Krishna da un consejo muy interesante. Arjuna tiene que pelear en una próxima guerra, y por supuesto, siendo una persona espiritual está preocupada porque tendría que matar a alguien, y eso es malo, por tanto no debería pelear. Y al final de un largo y profundo discurso, Krishna dice: "Cumple tu deber. Recuerda a Dios y pelea". Ahora, él no dice: "Recuerda a Dios y no pelees". Tampoco dice: "Pelea en el nombre de Dios". Lo que él dice es: "Recuerda a Dios y cumple tu deber". En otras palabras, establecidos en la no dualidad, hacemos lo que es apropiado en el momento, pelear.

3.- El consejo de Krishna sería muy bueno para alguien en la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo, que está combatiendo contra Hitler. El régimen de Hitler estaba gaseando a 20,000 judíos diariamente. Ahora, tú puedes sentarte y decir: "Seamos pasivos, no seamos agresivos. Dios es todo paz, por lo tanto yo voy a ser pacífico y así ayudo a Dios". No, de hecho estás asesinando gente con esa postura, estás contribuyendo al homicidio con esa actitud. Y claramente esa no es una actitud muy espiritual. Por lo tanto, ¿bajo aquellas circunstancias, qué vas a hacer? Recuerda a Dios, haz cualquier cosa en tu corazón para permanecer en un amor espiritual y apertura, y entonces cumple tu deber y pelea y mata a las personas que están asesinando gente. Ellos no pararán bajo ninguna otra circunstancia. Y si esto es verdad, entonces tu deber espiritual es matarlos. Y yo creo que es sobre esto que muchas personas están confundidas pues piensan que simplemente no hay manera de que su conducta pueda incluír una tarea que implique una acción agresiva y que su corazón pueda estar aún así abierto a una causa más alta y a un más alto propósito.

4.- El bodhisattva tiene que ser un guerrero. El o ella tienen que luchar contra la reluctancia del mundo, involucrarse y mover las cosas. Los budas de piedra son un cero a la izquierda.

5.- El mundo manifiesto siempre aparece como un juego de opuestos. Hay un Brahma creador y un Shiva destructor -creación y destrucción van juntos. En el mundo manifestado, Dios está en la naturaleza. Y la naturaleza es un gran restaurante -todo el mundo está comiendo a todo el mundo- es un menú a diario. Es creación, destrucción, vida y muerte sucediendo un gazillón de veces cada segundo, y todo eso es Dios, el Dios manifestado, jugando a ambas cosas, luz y sombra.

6.- Lo llamo Espíritu en acción. ¡Y luce como evolución!

7.- Reconocemos el fundamento, reconocemos que es puro vacío que no está evolucionando ni no evolucionando, reconocemos el fundamento mental que se describe en tus enseñanzas, que también es un componente básico de la meditación. Y no estamos negando que tengamos que establecernos en esa siempre-presente no dualidad o talidad. Pero si algunas personas se quedan con eso terminan atrapadas en una quietud o pasividad, lo que es un malentendido del fundamento. Lo que decimos es que se requiere de una gran mente, una Big Mind que abrace tanto el vacío como la forma. Y el vacío es absoluto silencio pero la forma es un grito absoluto, es manifestación evolutiva, y si no puedes captar ambos en Big Mind, entonces, francamente, no has adquirido una muy grande mente que digamos.

8.- No tenemos alternativa. La evolución es consciente de sí misma ahora. No hay regreso. Por eso tenemos que tomarla en nuestras manos. Es Espíritu en acción hoy. Y si estás espiritualmente activo hoy, estás ayudando a entender la evolución.

Fuentes:

Blog de JCarlos:

Fragmentos Kosmicos

miércoles, 15 de octubre de 2008

Un monje en el laboratorio.

A mi entender, existen en la práctica fórmulas para que cada uno,
en la esfera individual, modifiquemos nuestros impulsos peligrosos,
los impulsos que colectivamente pueden conducir
a la guerra y a la violencia a gran escala.
La mejor prueba que puedo aportar no son sólo las prácticas espirituales budistas sino, ahora también, el trabajo de los científicos.


Hoy vivimos tiempos en los que las emociones destructivas -la cólera, el miedo, el odio- dan pábulo por todo el mundo a problemas enormemente destructivos. Ahora que las noticias nos ofrecen a diario horribles recordatorios del poder aniquilador de esa clase de emociones, debemos preguntarnos qué podemos hacer, cada uno en su entorno, para vencerlas.

Por supuesto, esas emociones tan perturbadoras han sido siempre parte de la condición humana. Dirán algunos -ésos que tienden a creer que nada va a poder curar el instinto que nos hace odiarnos y oprimirnos los unos a los otros- que ése es ni más ni menos el precio de ser humanos. No obstante, este punto de vista puede generar apatía ante las emociones destructivas, lo que nos llevaría a concluir que la destrucción está más allá de nuestro control.

A mi entender, existen en la práctica fórmulas para que todos nosotros, cada uno en la esfera individual, modifiquemos nuestros impulsos peligrosos, los impulsos que colectivamente pueden conducir a la guerra y a la violencia a gran escala. La mejor prueba que puedo aportar no son sólo mis prácticas espirituales y el mejor entendimiento de la existencia humana de acuerdo con la enseñanzas budistas sino, ahora también, el trabajo de los científicos.

Durante los últimos 15 años, he participado en una serie de conversaciones con científicos occidentales. Hemos intercambiado puntos de vista sobre diferentes temas: desde la física cuántica y la cosmología hasta la compasión y las emociones destructivas. He llegado a la conclusión de que, si bien los descubrimientos científicos permiten un entendimiento más profundo de cuestiones tales como la cosmología, parece que las explicaciones budistas -especialmente, en las ciencias del conocimiento, de la biología y del cerebro- son capaces, en determinadas ocasiones, de aportar una nueva forma de contemplar sus propias especialidades a científicos formados en las técnicas occidentales.

Puede parecer extraño que un líder religioso se implique hasta tal punto en temas científicos, pero las enseñanzas budistas insisten en la importancia de comprender la realidad, y ésa es la razón por la que deberíamos prestar atención a lo que los científicos han aprendido acerca de nuestro mundo mediante la experimentación y la medición.

De manera semejante, los budistas cuentan con una historia de 2.500 años de antigüedad en la investigación de los mecanismos de la mente. A lo largo de milenios, muchos budistas practicantes han realizado lo que podríamos llamar experimentos sobre la forma de superar nuestras tendencias hacia las emociones destructivas.

He animado a muchos científicos a que examinaran las prácticas espirituales tibetanas más avanzadas para comprobar los beneficios que dichas prácticas pueden tener para otras personas fuera del contexto religioso. El objetivo es mejorar nuestra comprensión del mundo de la mente, de la conciencia y de nuestras emociones.

Esa es la razón por la que he visitado el laboratorio de neurociencias del doctor Richard Davidson en la Universidad de Wisconsin. Mediante aparatos que producen imágenes para mostrar lo que ocurre en el cerebro durante la meditación, el doctor Davidson ha tenido la oportunidad de investigar los efectos de las prácticas budistas en el ejercicio de la compasión, la ecuanimidad o la capacidad de percepción. Durante siglos, los budistas han estado convencidos de que el ejercicio de tales prácticas vuelve a las personas más tranquilas, más felices y más amables. Al mismo tiempo, las personas son cada vez menos propensas a las emociones destructivas.

Según el doctor Davidson, contamos en la actualidad con conocimientos científicos que permiten sostener tales convicciones. Davidson me ha dicho que la aparición de emociones positivas puede deberse a que la meditación trascendental refuerza los circuitos neurológicos que aportan serenidad a una parte del cerebro que actúa como disparadero del miedo y la cólera, lo cual sugiere la posibilidad de que dispongamos de una fórmula con la que crear una especie de amortiguador entre los violentos impulsos del cerebro y nuestros actos.

Ya se han llevado a cabo algunos experimentos que demuestran que los practicantes de las técnicas budistas son capaces de alcanzar un estado de paz interior, incluso cuando tienen que hacer frente a circunstancias extremadamente perturbadoras. El doctor Paul Ekman, de la Universidad de California, me ha asegurado que ruidos de lo más horrísono -tan fuertes como el de un disparo, por ejemplo- no conseguían alterar el ánimo del monje budista que se sometió a su estudio. El doctor Ekman afirmó que nunca había visto a nadie más que permaneciera tan tranquilo en presencia de tan grave perturbación.

Otro monje, abad de uno de nuestros monasterios en la India, se sometió a un experimento del doctor Davidson que medía sus ondas cerebrales mediante encefalogramas. Según el doctor Davidson, el abad registró un volumen de actividad en las áreas del cerebro que se asocian con emociones positivas que nunca antes apreció en ningún otro paciente.

Por supuesto, los beneficios de tales prácticas no se limitan sólo a los monjes que pasan meses y meses seguidos de meditación en retiro. El doctor Davidson me comentó sus investigaciones con personas que trabajaban en ocupaciones generadoras de un alto grado de tensión. A estas personas, que no eran budistas, se les enseñó capacidad de percepción, un estado de alerta en el que la mente no se queda atrapada en pensamientos y sensaciones sino que permite su ir y venir, como si estuviera viendo el lento discurrir de un río. Ocho semanas después, el doctor Davidson se encontró con que las partes del cerebro de estas personas que contribuyen a la formación de las emociones positivas se habían vuelto mucho más activas.

Las conclusiones de estas investigaciones son meridianamente claras: el mundo necesita en la actualidad ciudadanos y dirigentes capaces de trabajar en la línea de garantizar la estabilidad y de comprometerse a dialogar con el enemigo, con independencia del tipo de agresión o de ataque que puedan haber sufrido.

Merece la pena llamar la atención sobre el hecho de que estos métodos no sólo resultan útiles sino que además son baratos. No hacen falta fármacos ni inyecciones. No hay que hacerse budista ni adoptar ninguna fe religiosa en particular. Todo el mundo tiene la posibilidad de llevar una vida pacífica y con sentido. Cada uno en la medida de nuestras fuerzas, debemos tantear la posibilidad de convertir esa vida en realidad.

Yo me esfuerzo por llevar a la práctica estos métodos en mi vida diaria. Cuando oigo noticias desagradables -especialmente, los trágicos relatos que suelo oír de labios de mis compatriotas tibetanos- mi respuesta es, naturalmente, la tristeza. Sin embargo, al situarla en mi contexto, resulta que puedo asimilarla razonablemente bien. Además, los inútiles sentimientos de cólera, que no sirven más que para envenenar la mente y amargar el corazón, raramente surgen, ni siquiera a resultas de las peores noticias.

Por el contrario, la reflexión demuestra que la mayor parte de nuestro sufrimiento no nos lo producen causas exteriores, sino fenómenos internos como el surgimiento de emociones perturbadoras. El mejor antídoto contra estas perturbaciones resulta ser el reforzamiento de nuestra capacidad para controlar dichas emociones.

Si la Humanidad va a sobrevivir, la felicidad y el equilibrio interior resultan cruciales. De no ser así, lo más probable será que las vidas de nuestros hijos y de sus hijos sean desdichadas, desesperadas y breves. El desarrollo material contribuye, sin duda alguna, a la felicidad (hasta cierto punto) y a un confortable nivel de vida. Sin embargo, el desarrollo material no es suficiente.Para alcanzar un nivel más profundo de felicidad nosotros no podemos prescindir de nuestro desarrollo interior.

La calamidad del 11 de Septiembre de 2001 fue la prueba evidente de que la tecnología moderna y la inteligencia humana pueden llevar a una destrucción inconmensurable si las guía el odio. Unos actos tan terribles constituyen un síntoma violento de un estado de aflicción mental. Para dar una respuesta prudente y eficaz, es preciso que nos dejemos guiar por un estado mental más saludable, no sólo con el propósito de evitar que se aviven las llamas del odio sino para responder con mayor acierto. Haríamos bien en tener presente que también en este frente interior puede librarse la guerra contra el odio y el terror.



Física moderna y budismo apelan por igual a la compasión universal.

El físico Victor Mansfield analiza la concordancia
entre ambas líneas de conocimiento y sus aplicaciones.

El físico norteamericano de la universidad estadounidense de Colgate, Victor Mansfield, publicó recientemente un libro titulado: Tibetan Buddhism and Modern Physics: Toward a Union of Love and Knowledge, en el que se aborda el tema de la relación existente entre la religión budista y la física cuántica. Principios como el vacío y la indivisibilidad o interconexión de todas las realidades aparecen en ambas líneas de conocimiento, señala el autor. Enmarcada en la ya tradicional síntesis entre cuántica y espiritualidad oriental, esta obra concluye que, dado que la religión budista apela a la compasión y que la ciencia moderna también ha descubierto valores similares, esta última debería servir para mejorar el mundo y garantizar la felicidad de todos. El prólogo ha sido escrito por el Dalai Lama.

Víctor Mansfield, profesor de física y de astronomía de la Universidad de Colgate del estado de Nueva York, en Estados Unidos, acaba de publicar un libro titulado Tibetan Buddhism and Modern Physics: Toward a Union of Love and Knowledge (Budismo tibetano y física moderna: hacia la unión entre amor y conocimiento), en el que se vuelve a abordar la relación que, para diversos autores y pensadores, existe entre la religión budista y la física moderna.

Publicada por la editorial Templeton Foundation Press de la Fundación John Templeton, la obra se centra en las complejas cuestiones del diálogo y la colaboración entre budismo y ciencia, revelando las conexiones y diferencias existentes entre ambas cosmovisiones, que a priori podría parecer que no tienen nada en común.

Asimismo, el libro responde a la sincera petición del Dalai Lama de que se desarrolle una colaboración entre ciencia y Budismo, tal y como se muestra en la introducción a la obra, escrita por el propio Tenzin Gyatso. Por otro lado la llamada Oficina de Su Santidad se encargará de la traducción de la obra al chino y al tibetano.

El principio del vacío

Con un lenguaje claro y atractivo, Tibetan Buddhism and Modern Physics describe cómo el principio del vacío o sunyata (lo carente de realidad, sin identidad, lo deshabitado), núcleo filosófico del budismo tibetano, está íntimamente relacionado con la no-localidad cuántica y otras características fundacionales de la mecánica de la física subatómica.

Detalladas conexiones entre el vacío, el principio de la relatividad, y la naturaleza del tiempo también han sido exploradas por el autor. Para los budistas tibetanos, la interconexión profunda que implica el vacío demanda la práctica de la compasión universal.

Dada la relación que Mansfield y otros pensadores han visto entre dicho sunyata y el vacío descrito por la física cuántica, esta rama de la ciencia debería animar también a una actitud compasiva hacia todo lo que nos rodea.

Pero el libro no se centra sólo en las similitudes entre física cuántica y budismo, sino que también explora un conflicto significativo que surge entre ambas líneas de conocimiento: las consideraciones acerca de la causalidad. En física, la causalidad se limita a describir la relación entre causas y efectos.

En el budismo, por el contrario, la causalidad ha tenido siempre un significado espiritual, esto es, jamás es ciega sino que está llena de sentido (los actos de cada sujeto tienen efectos y estos efectos volverán siempre al sujeto por la interdependencia entre éste y la totalidad del cosmos). En resumen, nadie puede librarse de su karma.

Ciencia y compasión

Según publica Templeton Press, el libro concluye con una respuesta a la pregunta: ¿cómo podría el viaje a través de la física moderna y el budismo tibetano aplicarse a un mundo en la actualidad dolorosamente polarizado? Es decir, que el mensaje central de la obra es que la compasión universal puede acompañar la expansión de la visión científica, uniendo de esta manera el amor al conocimiento más profundo de la realidad.

En esta línea, en la introducción que antes hemos mencionado a la obra, el Dalai Lama declara “no tengo ninguna duda de que la ciencia y la tecnología pueden contribuir a la felicidad de todos nosotros, y de que la ciencia es una vasta y hermosa fuente de conocimiento. Sin embargo, a pesar de sus logros en numerosos campos, aún no hemos dado con la forma de aplicar la ciencia y la tecnología a la erradicación de la infelicidad que atenaza a tanta gente en el mundo”.

El Dalai Lama añade, “ciertamente, creo que el remedio básico para el sufrimiento anímico, por naturaleza, radica en la mente misma y que el potencial para la resolución real de los problemas de la mente existe sólo en el nivel mental. Por consiguiente, aunque necesitamos evidentemente de la ciencia y de la tecnología, también necesitamos de nuestra espiritualidad, del trabajo en el corazón y en la compasión que apuntalan nuestra felicidad esencial”.

Tanto la tradición budista como la ciencia moderna están ocupadas en conocer la realidad a diversos niveles, a través de la investigación, y no sólo teóricamente sino también en la práctica. Tanto si nos acercamos al mundo a través de la ciencia como si lo hacemos a través de la espiritualidad, debemos aceptarlo tal y como es, señala el Dalai Lama.

Verdad en ambas direcciones

Antes de Mansfield, otros físicos han explorado la conexión entre la física moderna y las filosofías orientales. El primero en hacerlo fue el norteamericano de origen austriaco Fritjof Capra, que en 1975 publicó “El Tao de la Física”, en el que se exploraban las correspondencias entre las teorías de la física cuántica y tradiciones místicas como el Hinduismo, el Budismo o el Taoísmo. En esta obra, Capra demostró que la visión que poseen físicos y místicos presenta ciertos paralelismos y que la religión o el misticismo pueden acercarse a la ciencia, aunque sean aparentemente irreconciliables.

Otros textos que han analizado el estrecho vínculo entre física moderna y filosofías orientales han sido “La Danza de los Maestros de Wu Li”, de Gary Kuzav o “El infinito en la palma de la mano”, de Matthieu Ricard y Xuan Thuan Trinh.

Todos estos autores coinciden en señalar los puntos de concordancia entre filosofías orientales y ciencia moderna. Entre ellos, además de la concepción del vacío, se encuentra la idea del universo como una totalidad indivisible, es decir, la interconexión entre todas las cosas, particularmente entre el observador y lo observado, eje central de la teoría de la relatividad y de la mecánica cuántica.

Las causas de estas similitudes podrían encontrarse, según algunos, en que en ambas líneas de investigación se hace un esfuerzo igualmente riguroso por avanzar y profundizar en el conocimiento de la realidad y, por lo tanto, se alcanzarían conclusiones igualmente verdaderas en ambas direcciones.




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