domingo, 28 de septiembre de 2008

"Ser critico tiene valor espiritual".

La pasión de Ken Wilber.


Desde hace muchos años, Ken Wilber (nacido el 31/1/1949) es considerado como uno de los pensadores más importantes de la psicología transpersonal, una de las pocas escuelas de psicología que toma en serio las experiencias espirituales. Dentro del mundo alternativo siempre ha sido algo así como un tipo extraño, por no decir mal visto. Muchos se desviven con Jung, Wilber no. Muchos desprecian a Freud, Wilber no. Muchos ven el holismo como el nuevo evangelio, Wilber no. Muchos creen culpable al intelecto, Wilber no. ¿Cuál es la visión de este hombre, quién durante veinte años ha escrito complicados, y a veces no tanto, pero siempre tremendamente originales libros sobre psicología espiritual y sus amplias implicaciones? Frank Visser, de Holanda, fue a Boulder a conocerlo en persona.

Como observador de Wilber desde el principio he seguido sus publicaciones desde los primeros ochenta. Durante muchos años he intentado contactar con él en vano. Leyendo "El Proyecto Atmán" durante mis años de estudiante (me gradué en 1987 como psicólogo de la religión) supe de inmediato que Wilber reunía todo lo que yo buscaba en ese momento: un auténtico acercamiento científico a la espiritualidad humana. Intenté dar a conocer a Wilber en mi universidad pero lo que encontré fue cierto un interés educado o la indiferencia. Traduje el libro, conseguí que se publicara, aunque comercialmente no fuera factible, y estuve escribiendo a Wilber con comentarios, sin resultados. Mientras tanto supe que vivía como un ermitaño, no respondía al correo y se comunicaba con sus colegas mayormente a través de sus trabajos publicados, al menos según la leyenda.

A mediados de los ochenta, y después de diez libros, no se supo nada de él durante años porque su mujer cayó gravemente enferma y dejó de escribir por completo, más tarde escribió acerca de esta época el libro "Gracia y Coraje". Las oportunidades de conocerlo en persona parecían ser nulas. Pero entonces, en 1995 apareció un un libro increíblemente extenso con el título "Sexo, Ecología, Espiritualidad", yo estaba en Estados Unidos para asistir al congreso anual de la Asociación Transpersonal Internacional. En esa ocasión supe de otro libro: "Breve Historia de Todas las Cosas". ¡No podía esperar a traducirlo! De vuelta visité la Theosophical Publishing House en Wheaton (soy teosofista), la editorial de "El Proyecto Atman" y tuve una inspirada conversación sobre Wilber con su editora senior. Cuando estaba a punto de marchar me dio su número secreto de fax en un trozo de papel.

UNA RELACIÓN POR FAX

De vuelta a casa probé suerte de inmediato y mandé a Wilber un fax con mis impresiones del congreso transpersonal, y con las preguntas que tenía desde hace años. No tuve que esperar mucho para obtener contestación. Al día siguiente tenía un fax de Wilber con una larga respuesta. Este fue el comienzo de un intenso intercambio de ideas que ha continuado hasta hoy, siempre a través del fax, se podría hablar de una amistad mediada por el fax.

Cuando a finales del año pasado encontré un anuncio en Internet sobre una conferencia de Wilber en enero en San Francisco empezó a entrarme el cosquilleo. ¿Sería posible un encuentro con Wilber tras todo este tiempo? La conferencia surgió de una conversación que tuvo lugar en tres números sucesivos de la revista ReVision, co-fundada originalmente por Wilber. En esos números, sus principales oponentes, como Stanislav Grof, Michael Washburn y algunos otros, habían escrito largos artículos y Wilber había respondido a sus críticas una por una, así que por primera vez estaba tomando forma un verdadero diálogo sobre asuntos transpersonales.

El hecho de que Wilber no estuviera presente en la conferencia no me cogió de sorpresa, esta ha sido su política durante los últimos veinte años. Pero, ¿no sentiría curiosidad por lo que allí se dijo sobre su persona y su trabajo? Me planteé el riesgo y pensé que podría visitarlo tras la conferencia, en su hogar en Boulder, para ponerlo al día y decirnos hola.

EN CASA

Pero lástima, se encontraba de retiro en ese momento, según dijo, y que tras él daría conferencias en el Naropa Institute para después volver a trabajar duro en la secuela de "Sexo, Ecología, Espiritualidad". Pero al día siguiente llegó otro fax: debido a la conferencia de Wilber, su editorial, Shambala, había decidido lanzar su nuevo libro "El Ojo del Espíritu", parte del cual consiste en una larga respuesta al material de la conferencia, unos meses antes. Él tenía que estar en San Francisco para esto, donde tuvo lugar la conferencia, y después de la conferencia se encontraría con algunos amigos en reuniones a las que yo estaba amablemente invitado. Pero quizás él estaría en casa, en Boulder...

Como el tiempo era escaso y yo tenía que reservar mis vuelos le pedí una respuesta rápida. Esta llegó por fax en forma de nota escrita a mano: "Puedes quedarte en mi casa una noche. Tengo una habitación para las visitas. Vienes el lunes y te vas el martes." Quince años de paciencia habían merecido la pena...

Con suerte fui capaz de comprar un billete a Denver desde San Francisco, aunque United Airlines casi fastidia el proyecto al cobrar por el viaje de vuelta 1250 dólares. Felizmente pude encontrar uno más barato en una extraña agencia de viajes asiática para un vuelo con una compañía con base en Denver. Lleno de expectación volé a Denver, donde un autobús me llevaría a Boulder. En Boulder me encontré con él en el salón de un hotel llamado Boulderado, como él propuso. Reconocer a Wilber en un hotel lleno de gente no es demasiado difícil por su calva y gran estatura, sobresale de todo el mundo. Camina hacia mí con una gran sonrisa y me lleva a su jeep, que espera fuera.

Desde ese momento comienza una amigable conversación que cubre todo, desde la conferencia del último fin de semana, la abrumadora belleza de la naturaleza en Colorado, los precios desorbitados de las compañías aéreas y todo lo que pasa por su cabeza en ese momento. Después de un paseo por las montañas llegamos a su casa, vive muy alto en una especie de chalet, pegado a las Montañas Rocosas y elevado de la llanura, lo que le da una vista panorámica.

Entramos dentro y nos sentamos en la cocina de su sala de estar, yo en una silla de bar, él cerca del fregadero, apoyado en un armario, y comienza una conversación que durará nueve horas y media de corrido. Son las cuatro de la tarde y hasta la una y media de la noche hablamos y hablamos ininterrumpidamente acerca de los temas más profundos (y los más profanos). Es intenso en todo lo que hace, puede hablar apasionadamente o escuchar tranquilamente. Se expresa de manera sutil o muy enérgica. Y tiene un increíble sentido del humor. Por encima de todo es muy amable y se muestra preocupado porque yo me sienta bien ("¿Te encuentras cómodo Frank?").

La apariencia de Wilber es notoria. Su calva es algo a lo que te tienes que acostumbrar. Su expresividad es una segunda característica importante. Subraya lo que dice con grandes gestos. Vivir a esa altitud con un clima soleado le ha dado una piel bronceada y lo hace parecer muy saludable para ser un ermitaño. Vestido con jeans y una camiseta muy ancha responde a la imagen que se ha formado de él: vive para su trabajo, en reclusión, y no se molesta mucho de su apariencia.

REGRESIVO

Por qué no había venido a la conferencia dedicada a él fue una de las primeras preguntas que le hice. Los artículos en ReVision no lo habían convencido de la utilidad de su presencia allí, explicó. Estaba desilusionado por la mediocre calidad de la mayoría de las aportaciones. Y aunque podría haber seguido las críticas de los sectores feminista, ecológico o la psicología profunda, sentía que todo se enmarcaba en un escenario regresivo que no valoraba lo suficiente las características de la modernidad.

Según pasaban las horas iba teniendo más claro por qué siempre ha expresado en sus escritos muchas reservas sobre el mundo alternativo y transpersonal. Como cualquiera que esté familiarizado con su trabajo sabe, Wilber considera la mayoría, si no todo, lo que se llama New Age o New Science modelos regresivos o reduccionistas del desarrollo humano, aunque ellos se presenten como síntesis prometedoras entre la ciencia y la espiritualidad.

En su extenso trabajo "Sexo, Ecología, Espiritualidad" ha expresado por primera vez de manera abierta su crítica severa a estas dudosas tendencias de la "espiritualidad" contemporánea, lo que le ha supuesto algunos enemigos más. De hecho, en la conferencia el tema central de muchos ponentes fue que él, como autoridad espiritual, debería conocer su responsabilidad y mostrar más compasión y respeto por otros puntos de vista. La crítica que había hecho se consideraba no espiritual...

DE REPENTE INCISIVO

Cuando lo enfrento a esto, de repente se vuelve tajante y muy concentrado. En su opinión, la profundidad de las tradiciones espirituales se ha perdido casi por completo en los puntos de vista populares de la espiritualidad, desde la Conspiración de Acuario (Aquarian Conspirancy) hasta la Profecía Celestine (Celestine Prophecy).

Para apuntar de qué forma su visión difiere de todo esto explica que estos puntos de vista contienen a menudo una visión del mundo altamente dualista (contraria a sus pretensiones holísticas). Hablan de sólo dos polos: ego y Self (Jung), ego y Ground (Washburn), ego y esencia (Hameed Ali), ego y cuerpo (Lowen), etcétera. (Curiosamente, Wilber hace lo mismo en sus dos primeros libros, "El Espectro de la Consciencia" y "Consciencia sin Fronteras", donde escribe sobre ego y Mente, FV).

El tipo general de razonamiento con estos autores es: al comienzo de su desarrollo un ser humano se encuentra en un estado de unión con el Self (el Sí mismo), aunque de manera inconsciente. Durante el proceso de crecimiento esta realidad trascendental es reprimida y el ego se desarrolla. Este ego no sólo pierde contacto con el cuerpo, sino también con la dimensión espiritual. Para llegar a ser espiritual de nuevo como adulto hay que deshacer esta represión, así el ego puede volver a contactar con el Self, pero ahora conscientemente. La fase intermedia del ego y la mente tiene características negativas en este proceso y el desarrollo espiritual es conceptualizado como un proceso de regresión. Tenemos que regresar a algo que hemos perdido.

A menudo, sólo se reconocen dos categorías: una "buena" y otra "mala". La "buena" es: la naturaleza, el cuerpo, el holismo, la unidad, la interacción de todo, las culturas primitivas, lo femenino, la física cuántica, etcétera. Lo "malo": la cultura, la mente, el atomismo, la división, las jerarquías, la modernidad, lo masculino, la física clásica, etcétera.

LA DIMENSIÓN PROFUNDA

Wilber critica esta visión dualista con una vehemencia sin precedentes. La llamada Nueva Ciencia (New Science), una mezcla de la teoría de sistemas, holografía, física cuántica, teoría del caos, o cualquier otra moda científica que aparezca, es para Wilber tan materialista como la tan despreciada Vieja Ciencia (Old Science) de Descartes y Newton (que de hecho presentaron visiones muy holísticas de la realidad). Ambos, el atomismo y el holismo son ideologías planas, mientras tanto debemos de ser pioneros en la dimensión profunda de la consciencia humana.

La unidad no es más espiritual que la división, añade rápidamente, ya que existen formas inmaduras de unidad igual que existen formas maduras y espirituales de hacer divisiones. Ambas son necesarias para un desarrollo saludable. Muchos consideran la naturaleza más espiritual (por que es cósmica) que la cultura (que "sólo" es una invención humana). Para Wilber, es precisamente de otra forma. La naturaleza es divina, lo que es cierto, pero en el mundo de la cultura la mente humana está reflejada, lo que es más espiritual que la naturaleza que es inconsciente. Las llamadas culturas primitivas no son automáticamente más espirituales que la llamada secularizada cultura occidental. Pueden llegar a ser muy dogmáticas, cultivar una mentalidad de grupo y evitar el desarrollo personal.

El cuerpo es visto en algunos círculos como el hogar de la espiritualidad, porque se supone que es más real y energético que el ego: no deberíamos vivir en nuestras cabezas demasiado tiempo, sino que hay que bajar a los sentidos, algo es real cuando se experimenta a través del cuerpo, etcétera. En agudo contraste, Wilber ve el potencial humano de trascender el cuerpo como un signo de desarrollo y así un paso hacia la espiritualidad.

Y finalmente, lo femenino no es de manera automática más espiritual que lo masculino, argumenta, aunque esta es la impresión que se obtiene de la mayoría de la literatura ecológica y feminista. A los hombres se les dibuja como criaturas estúpidas que crean la guerra y oprimen a las mujeres, mientras que se supone que las mujeres son más espirituales porque saben como establecer relaciones y son buenas para ello. Para Wilber, los hombres y las mujeres son por igual espirituales o no espirituales, ambos tienen que pasar por un difícil proceso de desarrollo desde lo prepersonal, pasando por lo personal y hasta lo transpersonal. Los hombres lo harán a su forma y las mujeres a la suya, pero ninguno de ellos es esencialmente más espiritual que el otro.

Por esta razón, Wilber propone un modelo de desarrollo en tres partes: los estados van de lo prepersonal, a lo personal y a lo transpersonal. Uno puede pensar aquí en tres divisiones análogas como: cuerpo, alma, espíritu; instinto, intelecto, intuición; mítico, mental, místico; animal, humano, divino, etcétera. Y este es el asunto: el primer estado, que se considera el "bueno" en el modelo de dos estados, es ahora la fase primitiva. Y el segundo estado, considerado el "malo" en el otro modelo, el ego, la mente, la cultura occidental, es un paso adelante en dirección a lo espiritual.

En resumen: en nuestro desarrollo, individualmente y culturalmente, no vamos de lo bueno a lo malo, sino de lo bueno a lo mejor y a lo superior. Ahora el ego ya no es el enemigo del espíritu, sino su mejor amigo porque nos saca de la naturaleza inconsciente. Los típicos valores modernos como la racionalidad y la individualidad son valorados de manera muy distinta en estos dos modelos.

Se pueden reconocer fácilmente estos dos puntos de vista según se evalúan la mente y el ego. ¿Qué camino espiritual alienta el estudio comparativo y el intenso trabajo intelectual? Trabajar el cuerpo y las emociones es visto por muchos como algo más espiritual que usar la mente, y esto es lo que Wilber llama una tendencia regresiva. Si ves esto no necesitarás leer sus quince libros.

ROMANTICISMO FRENTE A IDEALISMO

Empezamos a comer un sándwich calentado, pero se enfría de nuevo. Wilber explica que su visión se puede encontrar en la historia de la filosofía oriental. En los siglos dieciocho y diecinueve dos movimientos reaccionaron a la dominante cultura racionalista de la Iluminación. El romanticismo dio la espalda a la razón y declaró la naturaleza, el cuerpo y las emociones algo sagrado y propugnaba un retorno a la divina naturaleza.

En contraste, el idealismo considera también divina la naturaleza, pero una divinidad dormida, mientras Dios empieza a despertarse en los seres humanos. Podemos ver a Dios en la naturaleza hoy día, pero ¿lo vemos en la cultura, en los logros modernos como la democracia, la abolición de la esclavitud, los derechos humanos, los movimientos de liberación, la racionalidad, la tolerancia, etcétera?

Para los idealistas siguió un tercer nivel en el que el Espíritu llega a ser consciente de sí mismo. La espiritualidad tiene que ver con esta tercera fase sólo, según Wilber, y no con una naturaleza románticamente anti-racionalista. Este efecto del romanticismo bloquea el crecimiento espiritual y vender esto como espiritualidad es cruel, añade Wilber apasionadamente, porque prolonga el sufrimiento en vez de atajarlo. Él ve que según muchos puntos de vista "la profundidad se ha ido de vacaciones" y ha intentado hablar y criticar estas visiones de manera abierta. Concluye su sermón con la frase "ser crítico tiene valor espiritual".

A cierta hora dice que para él es momento de irse a la cama y me deja en la habitación con una cerveza holandesa mirando la noche de Denver. Me ha dejado perplejo e intento asimilar las últimas horas. ¿La New Age buscando un Dios durmiente? ¿La racionalidad como un paso hacia la espiritualidad? ¿La secularización como un acto de Dios? Al menos son puntos de vista originales...

Ya que no es fácil dormir esa noche, ¿quién podría dormir estando bajo el mismo techo que su ídolo? Deambulo por la planta baja de su casa de tres. Los miles de libros que dice que ha leído están realmente allí, ordenadamente agrupados por temas. Las muchas traducciones de sus libros, hay ahora 15 libros con 16 traducciones, están en las estanterías. Hay muchos en alemán, español y portugués, pero también en chino y japonés. ¡Tener en tus manos una traducción china de "Consciencia sin Fronteras" es una extraña experiencia! La segunda planta tiene una cocina y una sala de estar con un gran televisor en color que muestra continuamente su canal favorito, Travel Channel (El Canal de los Viajes), publicitando viajes a Europa. En la planta de arriba trabaja y duerme y aquí tiene muchos libros amontonados.

ONDAS CEREBRALES

La mañana siguiente me enseña, no sin cierto orgullo, un vídeo de él mientras medita conectado a un equipo para hacer electroencefalogramas. Esta máquina registra las ondas beta (vigilia ordinaria), ondas alfa (estado de relajación), ondas theta (sueño) y ondas delta (sueño profundo). Es capaz de entrar en cuatro segundos en un estado en el que toda actividad baja a cero, excepto una débil actividad delta. "Esto es Nirvana" dice Wilber de paso, "nirvikalpa samadhi". Se me corta la respiración. ¿Así de fácil? Wilber ha practicado zen durante veinte años.

Esto lo lleva a uno de sus temas favoritos: en el más elevado estado de consciencia es posible medir los procesos fisiológicos del cerebro, aunque esta medida no dice nada de la parte subjetiva de la experiencia. La investigación científica exacta forma parte integral de su enfoque.

Con el jeep vamos a través de la montañas para disfrutar de las maravillosas vistas de las llanuras de Denver. Un ciervo cruza la carretera. Aunque le gustaría mucho vivir en San Francisco, él es un hombre de ciudad, confiesa, la tranquila atmósfera de Boulder le resulta ideal para escribir. Descendemos a Boulder, una ciudad universitaria que da cobijo no sólo a la Universidad de Colorado, sino también al Naropa Institute, fundado por Chogyam Trungpa. Nos sentamos en una cafetería, tenemos sólo media hora hasta que el autobús me lleve al aeropuerto de Denver, no queda mucho de que hablar por el momento y hago que un ciudadano de Boulder nos haga una foto. ¡Este trofeo lo quiero llevar a casa!

Se produce un divertido diálogo entre Ken y el dueño de la cafetería, quién aparentemente no nos conoce:

"¿De qué se conocen?"

"Él es el traductor de mis libros en Holanda"

"¿Sobre qué escribe Vd.?"

"Sobre temas de Oriente y Occidente, psicología, filosofía, esa clase de temas."

"Oh, estupendo."

"Uno de mis últimos libros se llama "Breve Historia de Todas las Cosas". Está en las librerías. Lo podrá reconocer fácilmente porque tiene mi fea cara en la portada."

"Bien, entonces lo tendré que leer, ya que tengo que saber qué hacen mis clientes."

¡Incluso en su ciudad un autor famoso en el mundo entero puede ser desconocido! Para la actual generación de estudiantes él no le habla a su imaginación tanto como hacía con estudiantes anteriores, explica. Puede ir a un café o al cine sin ser reconocido todo el tiempo. Incluso en Boulder los tiempos están cambiando.

Cuando llega el momento de decir adiós Wilber dice medio en broma: "Soy americano, así que nos tenemos que abrazar." Yo soy holandés, pero aquí somos mentes iguales: dos hombres, los dos con el proyecto de explicar la espiritualidad de manera científica, de difícil contacto físico pero con una profunda simpatía mutua. Con un gran gesto me abraza y me aprieta contra su pecho. Y así se marcha, con su jeep entre las montañas.

ESPESA NIEBLA

Cuando llego a Denver el aeropuerto está rodeado de una espesa capa de niebla. Las siguientes cuatro horas el aeropuerto está cerrado para todos los vuelos. Wilber había escrito en uno de los números de ReVision que estaba dedicado a su trabajo:

"Muchos ven muy claramente el triste estado en el que se encuentra nuestro campo. Están alarmados por la reaccionaria, antiprogresista y regresiva espesa niebla que avanza por él." (vol. 19, nr. 2, pp. 30-31)

Es como si la naturaleza quisiera subrayar esto una vez más.

Frank Visser (1958) ha traducido al holandés "El Proyecto Atman" y "Breve Historia de Todas las Cosas" y está trabajando en este momento en un libro introductorio sobre Wilber. Su principal interés es confrontar paradigmas dentro de la psicología transpersonal y la interconexión de la psicología transpersonal con el pensamiento esotérico. Sobre este último tema ha escrito un libro llamado "Siete Esferas" (Seven Spheres; 1995) .




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