"El místico manifiesta el grado más elevado de desinterés de que sean capaces los seres humanos y por ello puede trascender las limitaciones comunes en forma más completa de lo que pueden hacerlo los hombres de ciencia, los filósofos o los artistas. Lo que él descubre más allá de las fronteras del universo del hombre sensual medio, es la realidad espiritual que subyace y que une a todas las cosas que existen, y que son aparentemente distintas: una realidad en la que él mismo puede fundirse y de la que puede extraer fuerzas morales y hasta físicas que, comparadas con las comunes, sólo podrían calificarse de supernormales."
El Fin y los Medios, pag. 318
"Los no místicos han negado validez a la experiencia mística, señalándola como una cosa meramente subjetiva e ilusoria. Pero debiera recordarse que, a todo el que no la haya experimentado efectivamente, cualquier intuición directa debe parecerle subjetiva e ilusoria. Al sordo le resulta imposible hacerse a la idea de la naturaleza o de la significación de la música."
El Fin y los Medios, pag. 307
"La bondad es el procedimiento por el cual podemos distraer nuestra atención de este tema especialmente cansador de nuestra animalidad o de nuestra separatividad individual. El recogimiento y la meditación colaboran de dos maneras con la bondad: produciendo, como dice Babbitt, 'una concentración suprarracional de la voluntad', y haciendo que la mente comprenda, no sólo teóricamente, sino también por intuición directa, que el universo particular del hombre sensual medio no es idéntico al universo en conjunto."
El Fin y los Medios, pag. 319
"La circunstancia de que tantos filósofos y místicos pertenecientes a tantas culturas diferentes hayan estado convencidos, por inferencia o por intuición directa, de que el mundo posee significación y valor, es un hecho suficientemente llamativo como para que por lo menos valga la pena investigar la creencia en cuestión."
El Fin y los Medios, pag. 297
"La técnica de la inhibición tiene que aprenderse en todos los planos de la existencia. En el plano intelectual, por cuanto no podemos esperar ser capaces de pensar con inteligencia, o de lograr la forma más sencilla de recogimiento, sino aprendemos a inhibir todo pensamiento inoportuno. En el plano emotivo, porque nunca podremos alcanzar ni tan siquiera el grado más bajo de desprendimiento sin que seamos capaces de contener, a medida que se presentan, los impulsos constantes de la malicia y de la vanidad, de la lujuria y de la molicie, de la avaricia, la cólera y el miedo. En el plano físico, por cuanto si estamos descompaginados -como lo estamos los más, dadas las circunstancias actuales de la vida urbana- no debemos esperar poder lograr nuestra integración, mientras no inhibamos la tendencia a obrar en la forma desorganizada que acostumbramos a hacerlo."
El Fin y los Medios, pag. 240
"Todos los místicos orientales insisten con respecto a que la salud corporal es necesaria. Un hombre enfermo no puede alcanzar el esclarecimiento. También indican ellos que es sumamente difícil que un hombre pueda adquirir el arte contemplativo sin que observe determinadas reglas de alimentación y sin que adopte determinadas actitudes."
El Fin y los Medios, pag. 238
"Es difícil encontrar una palabra que por sí sola describa adecuadamente al hombre ideal de los filósofos libres, de los místicos, de los fundadores de la religión. Desapegado es tal vez la mejor. (...) la ética del desprendimiento ha estado siempre correlacionada con cosmologías que afirman la existencia de una realidad espiritual subyacente al mundo de los fenómenos, y que le confiere cualquier valor o significado que pueda poseer."
El Fin y los Medios, pag. 9
"Si un hombre quiere llegar lejos en el camino místico, debe aprender a desear a Dios intensamente pero en quietud, pasivamente, aunque con todo su corazón, su espíritu y su fuerza."
Eminencia Gris: Estudio sobre Religión y Política, pag. 325
"Al terminar el siglo XVIII, el misticismo ha perdido su antigua importancia en la cristiandad y actualmente está casi muerto. 'Bueno, ¿y que hay con ello? -puede preguntárseme-. ¿Por qué no debía morir? ¿De qué sirve, aun cuando viva?' La respuesta a estas preguntas es que donde no hay visión los hombres perecen, y que, si aquellos que son la sal de la tierra pierden su sabor, nada queda para mantener la tierra desinfectada, para impedir que se suma en un completo decaimiento. Los místicos son canales a través de los cuales un pequeño conocimiento de la realidad filtra al universo humano de ignorancia y de ilusión. Un mundo totalmente no místico sería un mundo totalmente ciego, un mundo de locos. Desde principios del siglo XVIII en adelante, el número de fuentes del conocimiento místico ha ido disminuyendo constantemente en todo el planeta. Estamos peligrosamente adelantados en la oscuridad."
Eminencia Gris: Estudio sobre Religión y Política, pag. 123
"Este trabajo consiste en el cultivo del arte de amar a Dios por sí mismo solamente y tal como es en sí mismo, no por aquello que el adorador pueda obtener para sí y no tal como es, luego de pasar por el intermedio refractor de una personalidad humana. 'Eleva tu corazón a Dios con una ciega agitación de amor y piensa en Él mismo y no en sus bondades'. Esas 'agitaciones de amor' deben ser ciegas, porque si quiere percibirse a Dios como es en Sí, debe amárselo con un acto puro de la voluntad no matizado por el razonamiento discursivo. No debe haber intentos vanos y perturbadores de comprender aquello que por su naturaleza es incomprensible."
Eminencia Gris: Estudio sobre Religión y Política, pag. 84
"Bajo la forma literaria, la tradición mística hace su primera aparición en los Upanishads, los primeros de los cuales se remontan, según se supone, hasta el siglo VIII antes de Cristo. En estos escritos hindúes hallamos cierta teoría metafísica del universo y de su relación con el hombre. Esta teoría se resume en la frase 'Tat tvam asi' -tú eres eso. La realidad última es a la vez trascendental e inmanente. Dios es el creador y el protector del mundo, pero el reino de Dios está también en nosotros, como una especie de conciencia que se halla, por decirlo así, por debajo de la conciencia ordinaria individualizada de la vida diaria, incomparable a ésta y diferente en su clase aunque perceptible para cualquiera que esté preparado a 'perder la vida para salvarla'."
Eminencia Gris: Estudio sobre Religión y Política, pag. 73
"Hacer la voluntad de Dios, la voluntad exterior, la voluntad interior, la voluntad esencial. Cumplirla por amor a Dios sólo y sin referencia alguna a lo que él mismo deseara y esperara o pudiera lograr en este mundo o en el próximo."
Eminencia Gris: Estudio sobre Religión y Política, pag. 14
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